EL SEMINARIO
DESDE
EL INTRO Sem. Alan Omar Gutiérrez Daniel, Curso Introductorio
CON LOS OJOS SACERDOCIO
EN
EL
U
n grito de alegría se dejó escuchar en las instalaciones del curso introductorio cuando por primera vez, nuestro arzobispo, Don Ruy Rendón Leal, se refirió como “padre Gabriel” a nuestro formador, a quien tenemos en casa, aquí cerquita de nosotros, con quien convivíamos diariamente como diácono, y con quien ahora sentimos una extraña sensación al nombrarle “Padre”. Quizá, sea oportuno comentar este sacramento, desde el interior, tanto de aquellos que aspiran a la ordenación sacerdotal como del corazón. “Sin duda alguna que la ordenación de Gabriel me ha dejado un buen mensaje, me ha motivado para seguir adelante, estoy muy contento por el paso que acaba de dar Gabriel, sin duda alguna que es algo maravilloso ver como un amigo y formador da ese sí al Señor para seguirlo toda su vida, entonces ha sido de bastante motivación para ponerme a pensar y meditar 10
si este es el camino o no para mi vida”. Expone nuestro compañero Joseph García. “La ordenación del Gary para mí es muy significativa. Aunque no hayamos asistido presencialmente yo creo que estuvimos muy presentes ahí con él a través de las redes. Ver a un sacerdote ordenarse te da ánimos de seguir dándole ese “Si” sincero al Señor cada día. Gary nos lo dijo, que viviéramos la ordenación, que viéramos todo lo que pasaba, porque era muy especial, y claramente si lo fue. Yo creo que es lo que significa para mí la ordenación de Gary, Tato y Emmanuel: seguir dándole ese “Si” a Dios, para en un futuro estar ahí también si Dios quiere”. Coincide Fabián Durán. Y es que, por razones evidentes debido a la pandemia, no pudimos asistir