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Larissa Calderón

Interés superior

Imagen y sentido

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El primero de julio de 2020 supondría motivos de celebración, festejaríamos el inicio de una transformación en el quehacer político y social. Pero esa algarabía se ha visto opacada, no solo por la economía, la pandemia y la inseguridad, sino por un tuit.

Un hombre escribe un tuit para solicitar a la esposa del presidente López Obrador, que reciba personalmente a los padres de los niños y niñas con cáncer, quienes no cuentan con tratamiento, debido a que el gobierno no ha comprado medicamentos para quimioterapias. Ella, en un acto visceral y arrogante, le contesta: “yo no soy médico, a lo mejor usted sí, Ande, ayúdelos”.

Recordándonos y empeorando, el famoso “¿Y yo por qué?” del presidente Fox, en 2003, cuando respondió ante el conflicto suscitado entre dos canales televisivos. Pero ésta no es una opinión más contra los personajes que le dan vida a la 4T. Esta es una columna mensual en favor de aproximadamente 44,697,145 personas mexicanas entre 0 y 18 años, más las que se acumulen y más las que, por negligencia o dolo, han sido asesinadas.

Porque en el fondo de ese tuit, está el cáncer infantil, que en México, es la primer causa de muerte por enfermedad entre los 5 y 14 años de edad.

Si agregamos que más de la mitad de los menores mexicanos no cuentan con ningún tipo de seguridad social, resulta aún más preocupante; porque es una enfermedad costosa a nivel económico y de desgaste emocional para el paciente y la familia.

Esto lo reconoce el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (CeNSIA), con su Programa de Cáncer, quienes habían estado haciendo esfuerzos elevando la supervivencia, de años anteriores, a un 56%. Nota, la tasa de supervivencia en países desarrollados es del 80%.

Para este fin, se cuenta con 64 Unidades Médicas Acreditadas, distribuidas en todo México. Sin embargo, en los últimos 2 años, todas las que dependen del gobierno han reportado, en mayor o menor medida, desabasto de medicamentos para tratar el cáncer, y tuvieron que despedir parte de su personal en aras de la austeridad republicana.

Tal es el caso del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, donde se tratan, más o menos, 800 niños, como Cristal Flores de 3 años diagnosticada con un tumor cancerígeno en el ojo, su padre y madre, dejaron trabajo y casa en Veracruz para mudarse a la CDMX, mientras dure el tratamiento y cirugía de la pequeña.

Desde hace 10 años se dan las quimioterapias sin costo, pero los padres tienen que pagar otros medicamentos e insumos, ahora eso no es tan seguro, están en la incertidumbre de si habrá el medicamento o no.

Aunque no tengan para los pasajes o un hotel donde pasar la noche, los pacientes y sus familiares acuden esperanzados. El papá de Cristal, un albañil de Veracruz, es uno de los que se manifestó en el aeropuerto a principios de este año, uno a los que no recibió ni el Secretario de Salud, ni el Presidente y uno de esos padres a los que hoy desdeña la mujer del presidente de México.

Al final del día en que su esposo celebraría el segundo aniversario de su victoria, la Sra. Beatriz Gutiérrez Müller, ofreció unas someras disculpas por el mismo medio, twitter, jactándose de ser profundamente humana.

Se imaginan que esta mujer fuera profundamente humanista, no hubiese ofrecido disculpas, en lugar de eso, habríamos visto un video de ella diciendo algo así: “Pondré todo de mi parte, incluso en no dejar dormir a mi marido y al secretario de salud, hasta que el gobierno mexicano garantice el tratamiento completo y de primera calidad para todas las niñas, niños y adolescentes aquejados por el cáncer que dependan de las instancias gubernamentales para cuidar su salud. Todo de acuerdo a los Derechos Humanos de niñas, niños y adolescentes que están previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los tratados internacionales y en las demás leyes aplicables, esencialmente el primer derecho que enuncia lo siguiente:

‘Derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo’”.

Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a que se proteja su vida, su supervivencia, su dignidad, y a que se garantice su desarrollo integral.

No pueden ser privados de la vida bajo ninguna circunstancia.

@Larableu

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