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Javier Paredes Chí

Introspecciones del Erizo

Imagen y sentido

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Podemos apreciar una pintura desde dos enfoques como afirma Juan García Ponce al decir que la imagen es presencia viva y vida de la presencia.

El primero se refiere a las qualias, esas formas particulares que tenemos de percibir el mundo. No sin razón, Marguerite Yourcenar afirma: “No vemos dos veces el mismo cerezo ni la misma luna sobre la que se recorta un pino. Todo momento es el último porque es único”. Los colores y formas, los trazos y pinceladas, entran en resonancia con nuestra individualidad, se vuelven parte indisoluble de nuestro ser.

Al segundo lo conforman los significados que trascienden el contexto histórico y geográfico. Muestra de ello son las pinturas del artista ruso Marc Chagall. En cada una de sus composiciones, está presente su amada aldea Vítebsk, los símbolos de la tradición judeocristiana, sus singulares alegrías y tristezas; pero su alcance es universalista. Vanguardias estéticas como el fauvismo, el cubismo, el orfismo y el surrealismo le permitieron construir un lenguaje que ha influido a creadores de otras disciplinas. Juan José Arreola, por ejemplo, se inspiró en el cuadro “Sobrevolando la ciudad” para escribir la écfrasis titulada “Duermevela”.

Marc parte de su mundo interior para hacer visible nuestros propios sueños y pesadillas. Sus cuadros son emblemas donde los animales, el ascenso y la caída, representan estados de la

naturaleza humana. El amor es simbolizado por personajes volando sin ninguna angustia, sin ningún miedo.

Obras como la “Caída del ángel” nos hablan de los conflictos entre Oriente y Occidente. En específico, el tema de la obra “Crucifixión blanca” es el sufrimiento del pueblo judío a consecuencia de la persecución provocada por los nazis.

El universo chagalliano está lleno de presencias vivas que me transportan a la infancia, a ese anhelo de trascender las limitaciones del espacio y el tiempo, de ser ingrávido.

Es inevitable que al analizar sus pinturas establezca vínculos semánticos con el trabajo de autores que han abordado el judaísmo. Verbi gracia, la poesía de Yehuda Amihai.

Estos enfoques, de los cuales nos hablaba García Ponce, a pesar de ser independientes, pueden retroalimentarse. Cada uno aporta información que le da sentido al discurso visual.

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