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economía
Opinión
La nueva normalidad: más cepo, más inflación, ¿podemos salir? Eugenio Marí Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso.
Tras el final del ‘dólar soja’, el Banco Central volvió a la normalidad. Registró un saldo neto vendedor en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), que no es libre ni único, de US$371 millones en octubre. Esto se compara con un saldo positivo de US$ 4.966 millones en septiembre, fruto del adelantamiento de la liquidación de exportaciones del complejo sojero. Terminado el efecto positivo, y transitorio, del ‘dólar soja’, la realidad se volvió a imponer y el BCRA perdió nuevamente reservas. Es lógico que así sea; el cepo cambiario implica la defensa de un tipo de cambio que no refleja la verdadera depreciación del peso. En otras palabras, se está defendiendo
un precio de la moneda argentina que no es de equilibrio y, para hacerlo, el Central debe aumentar la oferta de divisas vendiendo reservas. La situación es incluso más preocupante si tenemos en cuenta algunos efectos específicos que se sumaron en octubre. Desde el 17 del mes, el gobierno lanzó el nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), lo que en la práctica significó que por varios días no se realizaran trámites de importaciones, supuestamente por las adecuaciones necesarias para el otorgamiento de licencias de importación bajo el nuevo régimen. El gobierno aprovechó la oportunidad para ampliar el universo de bienes que están sujetos de Licencias No Automáticas de importación, es decir, sobre los cuales puede establecer una cuota de importación discrecional. En total, más de 40% de las líneas arancelarias están bajo esta situación. Además, como complemento a la medida, el Central modificó la normativa cambiaria sobre comercio exterior, restringiendo aún más el acceso al MULC para el pago de importa-
Desafío Exportar | Noviembre 2022
ciones (Comunicación “A” 7622 del 17/10/2022). En otras palabras, el gobierno va excluyendo cada vez a más actores del MULC, buscando generar un equilibrio entre lo que es el flujo de ingresos de divisas por exportaciones y la salida por pagos de importaciones. No puede ser de otra forma, ya que casi no hay stocks para compensar las diferencias. Los desembolsos adicionales de organismos internacionales podrán otorgar algo de aire de corto plazo, pero no servirán para cambiar la dinámica de fondo. En el camino, las distorsiones para los sectores productivos son cada vez más profundas. El pago de importaciones se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza, ya que el Central está cerrando el grifo para el pago anticipado, lo que es práctica usual en el mundo. Esto amenaza con dejar a las empresas argentinas en condiciones muy desfavorables para el acceso a insumos. Y a los consumidores argentinos, ni hablar. Solo en septiembre de 2022, los pa-