LAGUNITA • LICORES
Las burbujas
italianas
Sin pretender sustituir a la célebre champaña, el Prosecco está adquiriendo su propio peso específico en el gusto de los más exigentes paladares. ¿La razón? Investigación y tecnología que se traducen en un producto de gran calidad Por Yolanda Manrique Fotografía: Cortesía
L
a historia del Prosecco está íntimamente ligada a la de Carpenè Malvolti. Seis generaciones herederas de Antonio Carpenè y Angelo Malvolti se dedicaron a producir espumantes y destilados desde 1868, y le confirieron a la región de Treviso el prestigio de ser una de las zonas productoras del mejor vino italiano. El Prosecco, un caldo sencillo, más suave y mucho más fácil de beber que otros espumosos, se realiza mediante el método Charmat, también conocido como el método italiano. Tras la elaboración normal de un vino blanco base, este se introduce en un tanque sellado presurizado para pasar por una segunda fermentación durante la que se libera dióxido de carbono en forma de burbujas naturales. Este método se diferencia de las elaboraciones de Cava y Champagne, cuya segunda fermentación se realiza directamente en la botella, el célebre método Champenoise. El Prosecco es un vino espumoso que se producía inicialmente con la uva Prosecco hasta que, por razones de conservación del medio ambiente, se pasó a la variedad autóctona denominada Glera, proveniente de las regiones de Véneto y Friuli-Venezia-Giulia, en el noroeste de Italia.
Un Prosecco con historia
El sueño de Antonio Carpenè, dis-
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Carpenè Malvolti fue la primera bodega en Italia en producir Prosecco como vino espumoso, perfeccionar el método Charmat y poner, en 1924, la palabra “Prosecco” en una etiqueta tinguido científico, químico e investigador, era producir en Italia ese vino burbujeante y festivo que hasta entonces solo los franceses sabían hacer. Su esfuerzo cristalizó en una versión refrescante, ligera, aromática y con un gusto cítrico. Carpenè Malvolti fue la primera marca en Italia productora de espumantes que utilizó sistemas calificados y científicamente controlados y no empíricos como se usaba en aquellos años. Antonio Carpenè es reconocido con el mérito por el perfeccionamiento del método Charmat en Italia, aplicado con decisivas e importantes innovaciones al Prosecco. El amor por la tierra, por la cultura y por el vino, llevó a Antonio Carpenè a fundar la Escuela Enológica de Conegliano, que hasta la Reforma Gentile fue un tipo de ateneo del vino y todavía hoy es uno de los institutos más prestigiosos de Italia. Es también reconocido por el esfuerzo a favor del aumento de la enología italiana y por haber hecho de Conegliano la patria del Prosecco. Desde 2009 posee la D.O.C.G. (Denominación de Origen Controlada y Garantizada). Al frente de la Escuela han permanecido unidos todos los descendientes Carpenè y desde 2002 les ha sido dedicada también la sede de la carrera