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nectado al diseño

Con más de seis décadas de trayectoria en Venezuela, desde su fundación se ha especializado en el diseño de espacios interiores innovadores, acompañados de un mobiliario de alto nivel tecnológico, que destaca por su calidad y confort

Por: Yolanda Manrique Fotografía: Cortesía

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En 1955, Decodibo abrió sus puertas en Caracas. Su antigua tienda en Chacaíto era una visita obligada para aquellos que buscaban vanguardia y novedad en el diseño de interiores. Hoy, sigue siendo un punto de referencia para arquitectos y diseñadores en el país. Desde hace muchos años, se ha destacado por ser el representante, en Venezuela, de la reconocida firma Herman Miller.

Testimonio del espíritu emprendedor de los empresarios detrás de Decodibo es el esmero y dedicación que le han permitido mantenerse vigentes en nuestro mercado, superando numerosos desafíos a lo largo del tiempo.

Una trilogía de diseño, calidad y durabilidad

La filosofía corporativa de la empresa fundada por Anthony Dibo se basa en los tres principios vitruvianos que definen la relación entre la arquitectura y el diseño: Venustas, Firmitas y Utilitas. Estas nociones guían todas sus actividades y son fundamentales para su éxito en el mercado.

Venustas representa la belleza y la armonía en el diseño, Firmitas se refiere a la durabilidad y el ahorro a largo plazo, y Utilitas se enfoca en resolver problemas y satisfacer las necesidades reales de los clientes. La empresa se compromete a ofrecer productos con diseño avalado, durabilidad comprobada y soluciones para establecer relaciones a largo plazo con sus clientes.

A lo largo de su historia, esta empresa ha dejado una marca significativa en la industria del diseño y la decoración en Venezuela

Lo nuevo en Caracas

Como parte de su estrategia comercial, Decodibo anunció la inauguración de su nuevo showroom en uno de los edificios emblemáticos de la arquitectura caraqueña, el Centro Banaven en Chuao, conocido popularmente como el “Cubo Negro”. Este edificio, cuya inauguración tuvo lugar en 1977, representa la era de oro de la arquitectura en Caracas.

Su nuevo espacio cuenta con dos pisos de exhibición donde se pueden encontrar sillas y mobiliario de oficina de las colecciones de las compañías del colectivo MillerKnoll: Herman Miller, Knoll, Muuto, HAY, DWR, CBS (accesorios de IT) y las cabinas telefónicas o Phoneboot de Framery. Cabe destacar que es el primer showroom de MillerKnoll en Latinoamérica, lo que lo convierte en un lugar de visita obligada para arquitectos, diseñadores y decoradores de interiores en la región.

El referente obligado

Con motivo de este nuevo hito en la historia de la empresa, tuvimos la oportunidad de conversar con Ivonne Lozada, representante de la empresa, para conocer más sobre este nuevo salón de exposición totalmente dedicado a lo mejor del diseño interior.

¿Cuál fue el criterio para elegir el Centro Banaven (Cubo Negro) para instalar su nuevo showroom?

—Por excelencia, el Cubo Negro se ha caracterizado por ser un centro de diseño que cuenta con una buena ubicación en Caracas. Tenemos el estacionamiento frente al showroom; además, el mantenimiento de áreas e instalaciones es muy bueno. Pensando y estudiando las diferentes posibilidades para lograr un salón de exposición como el que tenemos, ¿qué mejor opción que este emblemático edificio?

¿Cómo se puede definir la oficina del siglo XXI?

—Son oficinas con muchos espacios colaborativos, porque creemos y sabemos que fomenta la productividad entre las personas, ya que las ideas fluyen más rápido y se trabaja mejor en equipo. La oficina del siglo XXI es un área abierta con espacios que te permite trabajar con diferentes tipologías de mobiliario. El cliente venezolano ¿es conocedor de los beneficios de las nuevas tecnologías y las tendencias actuales de diseño?

—Pensamos que sí hay muchas personas que viajan o que se interesan en el tema del diseño y la innovación. Nuestra fortaleza es que mostramos las últimas y más variadas tendencias y tipologías de espacios de trabajo. En nuestro nuevo showroom, el cliente puede imaginarse cómo sería trabajar en espacios de colaboración. ¿Cómo ha sido la evolución de la empresa en estas casi seis décadas?

—Decodibo comenzó siendo el primer gran dealer de Herman Miller en Latinoamérica, en el año 1960. Fue de las primeras empresas que innovó, para ese momento, al fabricar algunas piezas de la época bajo la autorización de Herman Miller, como el caso de las Eames Aluminium Group: los moldes eran traídos de Alemania y se fabricaban y ensambla-

Su nueva ubicación en el “Cubo Negro” representa una apuesta por mantenerse a la vanguardia y brindar una experiencia única a arquitectos, diseñadores y amantes del diseño en general ban aquí en Venezuela. También podemos hablar del sofá de Edmundo Díquez que en un momento dado fue ícono del diseño y marcó un antes y un después en el diseño de muebles venezolanos. Luego la empresa se dedicó a fomentar los clásicos de los grandes diseñadores como Girard, Nelson, Charles y Ray Eames, y Noguchi. Más adelante, fue incursionando de una manera exitosa en los diseños para espacios de trabajo; y hoy en día, a pesar de todas las situaciones que hemos tenido que enfrentar en nuestro país, tanto a nivel económico como social y de salud (pandemia), Decodibo hace un gran esfuerzo en traer lo nuevo del diseño y lo nuevo del colectivo de las marcas de la corporación MillerKnoll, logrando así llegar a la mayor parte de la audiencia.

¿Cuáles son los planes para los tiempos que corren en nuestro país?

—Decodibo quiere y se propone seguir apostando por el futuro, apuntando a que las empresas deben renovar su infraestructura y así poder brindarles a sus trabajadores la oportunidad de tener un espacio moderno, dinámico y flexible que, como mencionamos anteriormente, fomente la colaboración y el ánimo de las personas para querer ir a trabajar en un espacio bien diseñado.

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