10 minute read

ARQUEOLOGÍA BÍBLICA Por Juan Luis Montero Fenollós

YIGAEL YADIN, ENTRE LA GUERRA Y LA ARQUEOLOGÍA

Jordi Vidal

Advertisement

Universitat Autònoma de Barcelona

El de Yigael Yadin (1917-1984) es uno de los nombres inevitables en cualquier historia de la arqueología bíblica. Hijo del también arqueólogo Eleazar Sukenik, Yadin realizó importantes contribuciones en yacimientos tan emblemáticos como el de Masada, así como en el estudio de los manuscritos del mar Muerto. Además, la figura de Yadin también tuvo una importante dimensión pública fruto de su actividad política y militar. Así, tras ser miembro de la Haganá (la fuerza paramilitar judía creada durante el Mandato británico en Palestina), en 1948 fue nombrado comandante en jefe del ejército de Israel. Más tarde, en 1973, tras la guerra de Yom Kippur, inició una intensa carrera política al frente del Movimiento Democrático para el Cambio (DASH en sus siglas hebreas), llegando a ser viceprimer ministro del gobierno de Menachem Begin, cargo que abandonó en 1981. Por consiguiente, la labor arqueológica de Yadin se concentró en el período comprendido entre 1952 y 1973. Con todo, su tesis doctoral no versó sobre un tema arqueológico, sino que consistió en el estudio del manuscrito de Qumrán conocido como “La Regla de la Guerra”, un texto apocalíptico que describe el conflicto entre “los hijos de la luz” y “los hijos de la oscuridad”. Fue posteriormente cuando pasó a encabezar algunos de los proyectos arqueológicos más importantes de los que se desarrollaron en Israel a mediados del siglo XX. En este sentido, trabajó en Hazor, donde creyó hallar las pruebas que confirmaban la conquista israelita de la ciudad, una idea que ha sido fuertemente rebatida con posterioridad. También excavó en Megido (1959-1960), interesándose especialmente por el estudio de las denominadas puertas salomónicas, así como por las murallas del Bronce Medio, una estructura que relacionó con las necesidades defensivas derivadas de las invasiones de los hicsos. Con todo, sin lugar a dudas, el trabajo que le valió un mayor reconocimiento fueron las excavaciones en la fortaleza de Masada (1963-1965). Allí encabezó un numeroso equipo de trabajo, que incluía a muchos de sus alumnos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y a centenares de estudiantes procedentes de todo el mundo. Entre los principales resultados obtenidos destacan algunos hallazgos que Yadin relacionó con el relato de Flavio Josefo acerca de la conquista de la fortaleza por parte de las tropas romanas de Flavio Silva. Nos esta-

Yigael Yadin en 1960 (foto: Israeli GPO)

mos refiriendo, entre otros, a un ostracon que mencionaba a Ben Yair, el líder sicario de Masada, o al hallazgo de veinticinco cuerpos en el interior de una cueva situada en la ladera sudeste de la montaña, cuerpos que Yadin y su equipo interpretaron como pertenecientes a los últimos defensores de la fortaleza. Estudios posteriores, sin embargo, han puesto en tela de juicio aquellas afirmaciones. En cualquier caso, es indudable que el trabajo de Yadin en Masada generó una enorme expectación y tuvo un impacto que fue más allá del ámbito estrictamente académico, tal y como lo demuestra la extraordinaria difusión que tuvo su obra Masada . La fortaleza de Herodes y último bastión de los zelotes (1966), un auténtico clásico de la literatura arqueológica contemporánea.

BABILONIA EN HOLLYWOOD

Fátima Rosa

Universidade de Lisboa

Corría el año de 1916 cuando, de la mano del renombrado cineasta David W. Griffith, la antigua capital de Hammurabi y de Nabucodonosor II fue dada a conocer al público norteamericano a través de una gigantesca producción cinematográfica. En la película Intolerancia se reconstruyó, más allá de otras tres historias que se entrecruzaban en la pantalla, el episodio referente a la caída de Babilonia. La idea de Griffith fue simple: enaltecer a la antigua capital del Éufrates como una ciudad que destacaba por la libertad concedida a sus habitantes, como un espacio donde la tolerancia religiosa y sexual era permitida. La caída en manos del rey persa Ciro, el Grande, no fue, por tanto, sino un síntoma de la intolerancia que, a lo largo de los siglos, restringió los derechos de tantos hombres y mujeres, representando un verdadero mal de la humanidad. En la forma en que la narrativa de los últimos días de Babilonia fue presentada por el que muchos consideraban el “padre del cine estadounidense”, se reflejaba una visión diametralmente opuesta a la del relato veterotestamentario. De hecho, el libro de Isaías presenta a Ciro como el “ungido” de Dios, como aquel que está encargado de derrotar al monarca babilónico. El libro de Daniel, por otro lado, narra la idolatría y la traición de Baltasar, anunciando su ruina. Griffith invirtió conscientemente los roles, eliminando la religión judeocristiana de la ecuación. A diferencia de la literatura y libretos producidos en los siglos anteriores, y de otras producciones cinematográficas realizadas durante el siglo XX, Intolerancia no contó con un personaje relevante: el profeta o sacerdote del Dios bíblico. De hecho, ¿dónde está interviniendo Daniel junto a Baltasar para que acoja la palabra de Yahvé? ¿Dónde está Zacarías, que en el Nabucco de Verdi intercedió por el pueblo de Israel? Griffith estaba menos interesado en enfatizar el poder de la fe cristiana que en subrayar la necesidad de tolerancia hacia todas las formas de expresión religiosa. La ruina de Babilonia en Intolerancia representa, por lo tanto, la ruina de la libertad. Y esta ruina es tan espectacular como lo permitieron los colosales escenarios utilizados en el rodaje. Habría mucho que decir sobre estos. El director y su equipo efectuaron una investigación exhaustiva para reconstruir la antigua ciudad mesopotámica de la forma más creíble posible. Sin embargo, debemos recordar que en 1916 las excavaciones dirigidas por el arqueólogo alemán Robert Koldewey en la ciudad del Éufrates aún estaban en curso. Y aunque él mismo había publicado años antes un trabajo en el que describía sus hallazgos, lo cierto es que Babilonia carecía en gran medida de una narrativa visual equivalente a las capitales del norte mesopotámico. Así, la Babilonia de Intolerancia se presenta como una ciudad estéticamente asiria. Independientemente de la apariencia, a principios de siglo XX, cuando Europa se enfrentaba a una guerra y se instaba a los Estados Unidos a tomar posición al respecto, Griffith trajo a la mente de todos la capital de uno de los primeros imperios de la Antigüedad para exponer las preocupaciones contemporáneas. Babilonia renació en la pantalla como metáfora, como una alerta. Estados Unidos, en medio de los conflictos sociales y la amenaza militar, asistió gradualmente a la disminución de sus libertades y a la imposición de la censura. Como en tantas otras situaciones, el regreso al pasado hizo más vívido el presente.

Fotograma del decorado de Babilonia en la película Intolerancia, 1916 (foto: WCFTR)

LA COLECCIÓN EGIPCIA DEL PADRE UBACH EN EL MONASTERIO DE MONTSERRAT

Esther Pons Mellado

Museo Arqueológico Nacional, Madrid

El Padre Bonaventura Ubach (1879-1960), de la orden Benedictina del Monasterio de Montserrat, fue el artífice y fundador del museo de este emblemático monasterio, inaugurado el 27 de abril de 1911 con el nombre de Museu Bíblic de Montserrat, ampliado diez años más tarde ante el incremento de sus colecciones, y renovado con un gran proyecto museológico y museográfico en dos ocasiones: en 1963, año en el que cambió su nombre por el de Museu de Montserrat, y en 2004. El museo alberga la más amplia e importante colección de piezas egipcias de Cataluña, alrededor de 1100 objetos, de los que prácticamente todos, con excepción de una veintena que provienen tanto del legado del arquitecto Xavier Busquets como de una donación de Caja Madrid, fueron adquiridos por el Padre Ubach en sus viajes por Egipto llevados a cabo a lo largo de casi treinta años, principalmente en la tienda del Museo de El Cairo, en anticuarios y en coleccionistas de esta ciudad. La colección, de claro carácter religioso-funerario y expuesta casi en su totalidad, abarca un amplio marco cronológico que va desde la Prehistoria hasta la Época cristiano-bizantina: objetos de sílex y esquisto del Período predinástico; collares de conchas, piedras

Ataúd policromado de Nubase. Época ptolemaica (foto: Museo de Montserrat) y fayenza, fechados entre el Período predinástico y la Baja Época; recipientes de piedra, cerámica, vidrio y alabastro datados entre el Período predinástico y el cristiano-bizantino; figuras de divinidades en bronce y madera datadas entre el Reino Medio y la Baja Época; vasos canópicos de piedra caliza de la Baja Época destinados a guardar las vísceras momificadas del difunto; una caja de vasos canópicos de época grecorromana; numerosos amuletos con representaciones de divinidades y animales, realizados sobre todo en fayenza; escarabeos epigráficos y anepigráficos; conos funerarios del Reino Nuevo; una barca funeraria del Reino Medio con nueve tripulantes; ushebtis en fayenza y madera, fechados entre el Segundo Período y la Baja Época; ataúdes polícromos con inscripciones datados entre el Reino Medio y la Época ptolemaica; máscaras y cartonajes con una rica decoración polícroma datados en la Baja Época; momias de animales y una momia humana correspondiente a una joven de unos 25 años; terracotas de época grecorromana que en algunos casos todavía conservan parte de la policromía que las cubrió (figuras humanas, de manera especial femeninas llevando recipientes o instrumentos de música, o pequeñas cabezas de divinidades como Horus-Harpócrates, Isis-Afrodita y Bes; y esculturas de animales como vacas, bueyes, camellos, perros, gatos, caballos, etc.), las cuales fueron compradas a un tal Sr. Bircher en El Cairo, así como diversos instrumentos de cirugía, numerosos papiros, pergaminos, tejidos coptos de una excelente calidad, entre lo más destacado. En resumen, esta colección egipcia forma parte del extraordinario legado del Padre Ubach, y hoy día sigue siendo objeto de estudio por su enorme interés histórico y artístico.

Redacción

LIBROS

Babilonia y la torre de Babel: desenterradas por la arqueología (Dstoria edicions). Babilonia fue una ciudad excepcional, artífice de una historia apasionante e irrepetible, declarada en 2019 patrimonio mundial por la Unesco. Sin embargo, su verdadera historia permanece, en gran medida, oculta bajo el mito bíblico. Este libro de Juan Luis Montero propone un acercamiento desmitificador, riguroso e innovador a la Babilonia real, capital del último Imperio mesopotámico, en cuyo corazón se levantó desafiante un impresionante zigurat o monumento escalonado de adobe, universalmente conocido como la torre de Babel. Entre otras ideas, en esta obra se propone una nueva reconstrucción del gran zigurat babilónico y de las monumentales murallas de la ciudad, y se pone en duda la existencia de los célebres jardines colgantes.

El Próximo Oriente Antiguo y el Egipto faraónico en España y Portugal (edicions Universitat de Barcelona) es una monografía colectiva que reúne los estudios de una serie de especialistas hispano-lusos realizados con el objetivo de recuperar el legado, casi olvidado, de los pioneros españoles y portugueses en el campo de las antigüedades orientales y egipcias, y de reivindicar el trabajo de las instituciones, los viajeros y los coleccionistas que abrieron el camino por el que hoy transitamos.

ASOCIACIÓN

Oriens es una asociación sin ánimo de lucro que inició su andadura en 1996. Sus objetivos son fomentar el conocimiento de las culturas del Próximo Oriente Antiguo y el Mediterráneo, así como de la Antigüedad clásica y otros temas, en los campos de la arqueología, filología, geografía, historia, y divulgar los estudios y descubrimientos relacionados. Para ello se organizan diversas actividades anuales, incluyendo conferencias, seminarios y cursos con carácter científico y divulgativo de forma presencial, en su sede de Madrid, y on line.

FUNDACIÓN

La Fundación Palarq es una entidad privada y sin ánimo de lucro que se creó en 2016 con la finalidad de apoyar los proyectos de arqueología y paleontología humana españoles en el extranjero, excluyendo Europa, dentro de una perspectiva que abarca desde la etapa paleontológica a las épocas prehistóricas y las históricas con interés monumental. Entre otros países, la fundación patrocina proyectos de investigación arqueológica en Egipto, Líbano, Jordania, Palestina, Kurdistán iraquí e Israel.

CAMPUS

El Campus Nacional de Arqueología de Israel, inaugurado en 2016 en Jerusalén por la Israel Antiquities Authority, es una joya arquitectónica, que contienen tres grandes patios, impresionantes galerías de exposiciones, almacenes y puentes que permiten visitar los laboratorios, una variedad de artefactos arqueológicos y la Biblioteca Nacional de Arqueología de Israel. Por primera vez, el público en general puede participar del fascinante proceso de restauración arqueológica, que hasta ahora se desarrollaba entre bastidores, y conocer la rica historia de los pueblos y culturas que vivieron en el antiguo Israel.

This article is from: