Catequesis Cuaresma 2011 Pastoral Familiar

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Subsidio pastoral para la reconstrucci贸n de la Paz


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Indice

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resentación

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ntroducción

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rimer Paso:

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EL PECADO ACECHA A TU PUERTA… TÚ PUEDES DOMINARLO

S

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egundo Paso: “EN CRISTO NO HAY LUGAR PARA LA VIOLENCIA”

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ercer Paso: POR LA RECONCILIACIÓN A LA PAZ

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uarto Paso: LLAMADOS A FORMAR UNA HUMANIDAD NUEVA

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uinto Paso: ENVIADOS A DAR FRUTOS DE PAZ

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nexo 1:

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CANTOS

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nexo 2: ORACIÓN POR LA PAZ

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PRESENTACIÓN «La paz esté con ustedes» (Jn 20,19). Con el saludo de Jesús Resucitado, víctima inocente, los Obispos de México saludamos a todos los fieles de la Iglesia Católica y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Con esta Exhortación Pastoral queremos compartir nuestro discernimiento sobre la misión de la Iglesia en la realidad de inseguridad y violencia que se vive en nuestro País y alentar la esperanza de quienes por esta razón viven con miedo, con dolor e incertidumbre. La Iglesia cumple su misión siguiendo los pasos de Jesús y haciendo suyas sus actitudes (Cf. Mt 9,35-36); de Él aprendemos la sublime lección de anunciar el Evangelio de la paz con la confianza puesta en la fuerza transformadora del Amor. (Exhortación Pastoral: “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna” No.1) Como titular y asesor de la Comisión que promueve y acompaña los trabajos pastorales a favor de los familias en la Provincia Eclesiástica de Morelia, conformada por las diócesis de Morelia, Apatzingán, Ciudad Lázaro Cárdenas, Tacámbaro y Zamora, y evocando el texto inicial de la Exhortación Pastoral: “Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna”, que publicamos hace ya un año los obispos de México, tengo el gusto de presentar el subsidio que los sacerdotes responsables de la promoción del acompañamiento pastoral de las familias en nuestra provincia eclesiástica han elaborado, a fin de que las familias que viven en nuestras diócesis, puedan hacer un ejercicio de reflexión durante la cuaresma 2011. Los contenidos del presente subsidio nos conducen a pensar que el pecado es una realidad que está siempre acechando la vida de los seres humanos, pero como Cristo podemos dominarlo; nos ayudarán a poner en claro que en la vida de quienes creemos en Cristo no hay lugar para la violencia; nos ayudarán a afianzarnos en la convicción de que la reconciliación es el camino para conquistar la paz; nos ayudarán a motivar a los miembros de nuestras familias para que luchemos por formar una humanidad nueva y quedaremos finalmente motivados para ir a dar frutos de paz”. Invito a los agentes de la Pastoral Familiar y muy especialmente a las familias cristianas, a que, haciendo un espacio entre sus múltiples afanes, aprovechemos este tiempo especial de gracia, congregándonos en la presencia del Señor, a la luz de su palabra y guiados por su Espíritu, para que profundicemos en los valores evangélicos, a fin de que poco a poco logremos juntos la reconstrucción de la paz y la vida digna del pueblo de México.

Mons. Carlos Suárez Cázares Obispo Responsable de la Comisión Provincial para el acompañamiento de las familias, los jóvenes y los laicos Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 1


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INTRODUCCIÓN Los Obispos de México, conscientes de la realidad de inseguridad y violencia que se vive en nuestro País, recientemente han publicado la Exhortación Pastoral: “Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida digna”, en ella subrayan la misión de la Iglesia a favor de la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México; este documento alienta la esperanza de todo el pueblo mexicano, especialmente la de quienes viven con miedo, con dolor e incertidumbre por las condiciones de inseguridad y violencia. Consideramos no solamente necesario sino urgente el anuncio del “Evangelio de la Paz”; es por eso que el organismo que en la Provincia Eclesiástica de Morelia (conformada por las diócesis de Morelia, Zamora, Apatzingán, Tacámbaro y Ciudad Lázaro Cárdenas) vela por el acompañamiento pastoral de las familias, redobla sus esfuerzos y hace posible el subsidio que ahora tiene usted en sus manos. Hemos querido pensar el tiempo de la cuaresma como un camino en el que iremos dando pasos cortos pero firmes y que nos llevará al encuentro con Jesús que ha querido entregar su vida para dignificar la nuestra y que la ha llevado a su plenitud con su resurrección. Proponemos una reflexión para cada una de las semanas de este tiempo especial de gracia centradas tanto en los textos evangélicos que nos ofrece la liturgia de cada uno de los domingos de la cuaresma, como en algunos textos selectos en los que los Obispos de nuestra patria nos invitan a la reconstrucción de la paz y a la edificación del Reino de Dios entre nosotros. El título de nuestra propuesta expresa nuestra intención: “Familias católicas reconstruyamos la paz”, para lo cual consideramos esencial hacer vida el lema: “Formando mujeres y hombres nuevos en Cristo”. Invitamos a las familias de nuestras diócesis a reflexionar en estos cinco temas que nos facilitarán la reconstrucción de la paz y nos ayudarán a dignificar la vida de nuestras comunidades, de nuestras familias y de cada una de las personas que las conforman. Los temas que contiene el subsidio que ofrecemos son: “El pecado acecha a tu puerta…tú puedes dominarlo” (Primer paso), “En Cristo, no hay lugar para la violencia” (Segundo paso), “Por la reconciliación a la paz” (Tercer paso) “Llamados a formar una humanidad nueva” (Cuarto paso) y “Enviados a dar frutos de paz” (Quinto paso). Nos serviremos del método ver, juzgar, actuar, evaluar y celebrar, que nos facilita ver de manera ordenada y clara la realidad, nos ayuda a discernirla y valorarla con sentido crítico bajo las enseñanzas de la Sagrada Escritura y la Doctrina de la Iglesia, nos lleva a la proyección de nuestros compromisos, nos permite visualizar nuestro aprendizaje y nos conduce a poner nuestros proyectos en las manos de Dios. Existe desde hace tiempo, en la vida de fe de nuestras comunidades, la buena costumbre de hacer ejercicios cuaresmales, bien podríamos valernos de este subsidio para su realización bajo dos modalidades: Realizando una reflexión cada semana de la cuaresma o haciendo durante una sola semana una reflexión diaria. Con la intención de que este material pueda ser trabajado en el seno de cada una de las familias de nuestras comunidades, hemos procurado que tanto la redacción, como el contenido y la estructura de los temas sea asequible y de fácil entendimiento. Encomendamos este trabajo a Dios nuestro Señor por la intercesión de la Sagrada Familia de Nazareth, a fin de que a partir de la reflexión en nuestras familias nos comprometamos en la reconstrucción de la paz y contribuyamos a que México, en Cristo, tenga vida digna. Pastoral Familiar Provincia Eclesiástica de Morelia Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 2


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PRIMER PASO EL PECADO ACECHA A TU PUERTA… TÚ PUEDES DOMINARLO Objetivo: Que los miembros de las familias caigan en la cuenta de que el pecado es

una realidad que afecta su vida personal y la vida de los demás, para que tomando conciencia de ello y esforzándose por superarlo, contribuyan a que México tenga vida digna. Lema: “El diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar, resistidle firmes en la fe” (1Pe 5,8 - 9). Signo: Un felino (león, tigre, pantera, etc.) acechando a su presa.

Nos ponemos en la presencia del Señor v En el nombre del Padre… v Yo confieso… v Canto: “Eran 100 ovejas” (Anexo No. 1) v Oración por la paz… (Anexo No. 2) v Gloria al Padre…

Primer momento El pecado, una realidad personal que puede afectar la vida familiar A) Anécdota a) “Los dos lobos” Una vez un anciano “cherokee” le dijo a su nieto que dentro de nosotros se libra una batalla. - “Hijo, la batalla es entre dos lobos que están en nuestro interior. Uno es el diablo, que siente cólera, envidia, celos, pena, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, superioridad y egoísmo. - El otro es el bien, que siente alegría, paz, amor, esperanza,

serenidad, humildad, bondad, la benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe”. El nieto pensó en ello durante un minuto y luego preguntó a su abuelo: - “¿y cuál lobo triunfa?” Viejo cherokee simplemente contestó: - “el que tú alimentas”.

b) Para profundizar 1. ¿De qué manera identifico a los dos lobos de la anécdota en mi interior? 2. ¿Por qué tantos cristianos nos dejamos arrastrar por las tentaciones y atentamos contra nuestro prójimo, contribuyendo de este modo a un orden social violento e inseguro? 3. Actualmente ¿Qué tentaciones viven nuestras familias que ponen en riesgo la reconciliación y la paz social?

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Segundo momento

Ni Dios ni la Iglesia están de acuerdo con el pecado porque daña la vida personal, familiar y social A) ¿Qué nos dice la Palabra de Dios? a) Jesús es tentado en el desierto (Mateo 4, 1 – 11) En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: “Si tú eres el hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes”. Jesús le respondió: “Está escrito: no sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna”. Jesús le contestó: “También está escrito: no tentarás al Señor tu Dios”. Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré todo esto, si te postras y me adoras”. Pero Jesús le replicó: “Retírate Satanás, porque está escrito: “Adorarás al Señor tu Dios, y a él sólo servirás. Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle. b) Para profundizar Jesús fue llevado al _______________ con la intención de ________________________________________________. Las tentaciones de Jesús son tres: _______________________ ___________________________ ______________________ Ante las tentaciones Jesús toma la siguiente actitud ___________________________________________________________________________ B) ¿Qué nos dice la Doctrina de la Iglesia? a) Que en Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna Los cristianos sabemos que la violencia engendra violencia. En el interior del ser humano se da la batalla de tendencias opuestas entre el bien y el mal donde se juega el futuro de la patria y de la humanidad y los actos violentos que presenciamos y sufrimos son los síntomas. Las causas de la violencia como la pobreza, la ignorancia, la degradación del ambiente, la falta de educación o de oportunidades, el crimen organizado, son reales y tienen su importancia, pero la raíz fundamental de todo está en la orientación del corazón de cada ser humano, que tiene en sí mismo la grandeza de la libertad y por ello el riesgo del error; la capacidad de decidir y por tanto la responsabilidad de sus decisiones (No. 116). El mal es siempre un engaño. Para contrarrestarlo, hay que desenmascararlo haciendo evidente que es enemigo de la naturaleza humana. Uno de los síntomas básicos de vivir en el pecado es la malicia. Quien vive en la gracia de Dios tiene la mirada de la inocencia, ve el mundo como Dios lo ve, es decir, desde el bien que hay en él y encuentra los rastros de ese bien en todas las personas y en toda la creación. La inocencia no se identifica con la ingenuidad. El inocente distingue perfectamente el bien del mal y no cae en sus redes; el ingenuo, por el contrario, los confunde (No. 118). Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 4


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b) Para profundizar La raíz de muchos de los males de nuestro tiempo está en la orientación del corazón de cada ser humano ¿Por qué?

El secreto para contrarrestar el mal considerado como un engaño es…

C) Para reflexionar El evangelio de este primer paso del camino cuaresmal presenta a Jesús que se retira al desierto con la intención de prepararse para comenzar su misión. Es una clara invitación para que cada uno de los bautizados iniciemos el proceso cuaresmal que será una experiencia de desierto a partir de la cual nos prepararemos para vivir nuestra fe como cristianos, después de caer en la cuenta de que estamos bautizados. Ahí, en el desierto, y justo en el ambiente de preparación, según el texto leído, Jesús es tentado por Satanás de distintas formas, quiso engañarlo; con seguridad, al hacer nosotros nuestro desierto con la intención de prepararnos para realizar nuestra vocación como cristianos, también seremos tentados de distintas formas. Aunque nunca sucumbió, la tentación en la vida de Jesús no fue algo momentáneo o eventual, sino que tuvo que afrontarla cada instante de su vida, ésta le acompañó desde el principio hasta el fin, desde el bautismo hasta la muerte en la cruz; en tanto que el anuncio de la Buena Nueva del Reino se extendía en medio del pueblo, crecía la presión sobre Jesús para adaptarse a las perspectivas mesiánicas del pueblo y ser el mesías que los otros deseaban y querían: “mesías glorioso y nacionalista”, “mesías rey”, “mesías sumo sacerdote”, “mesías juez”, mesías guerrillero”, “mesías doctor de la ley”. La carta a los Hebreos dice: “Él fue probado en todo a semejanza de nosotros, menos en el pecado” (Heb 4, 15). Tal y como nos lo recuerda la Exhortación pastoral de los Obispos de México “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna”, la tentación y la inclinación al mal es algo que se da de manera permanente y connatural en el corazón del ser humano, por ello, la

Diferencia entre la inocencia y la ingenuidad.

experiencia cuaresmal ha de servirnos para aprender a rechazar las constantes tentaciones que la vida nos presenta imitando a Cristo. La manera concreta como Jesús reaccionó ante las tentaciones fue la fidelidad, es decir, con la permanencia en la voluntad del Padre, con la obediencia a la palabra, conservando sus convicciones. También nosotros estamos llamados a vivir la fidelidad cristiana que consiste en permanecer en Dios, en sus principios, en sus valores. Por supuesto que no es fácil vivir con plenitud este valor cristiano, sin embargo el don de la fe que hemos recibido en el bautismo nos da la gracia y nos compromete a vivir la fidelidad, especialmente como discípulos de Cristo. Del mismo modo que Jesucristo, fiel al Padre cumplió con su Misión, hoy, a la luz del Evangelio y de la Doctrina de la Iglesia estamos llamados a ser fieles cristianos, viviendo nuestra fe con alegría y coherencia, y tomando conciencia de nuestro ser de discípulos y misioneros de Cristo, enviados por Él al mundo para anunciar y dar testimonio de nuestra fe y amor. En nuestras familias se ha de ofrecer a los hijos el sentido cristiano de existencia y hemos de acompañarlos en la elaboración de su proyecto de vida, como discípulos fieles a Cristo y a los valores que Él nos propone. De este modo, la formación de los hijos como discípulos de Jesucristo, se opera en las experiencias de la vida diaria en la familia misma. La catequesis familiar implementada de diversas maneras, se ha revelado como una ayuda exitosa a la unidad de las familias, ofreciendo además una posibilidad eficiente de formar a los padres de familias, los jóvenes y los niños, para que sean testigos firmes de la fe en sus respectivas comunidades.

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Tercer momento

Definamos compromisos para vencer las tentaciones que nos alejan de la paz.

Cuarto momento

Valoremos lo aprendido para que nuestra familia en Cristo tenga una vida digna y paz Momento

Pregunta

Respuesta

Ver

¿Qué realidades de pecado descubres en tu familia que impiden la paz?

Iluminación

¿Qué enseñanza les deja la Palabra de Dios?

Actuar

¿Cómo fortalece a tu familia para vencer el pecado, si tu cumples tus compromisos?

Quinto momento

Demos gracias a Dios por la experiencia de la reflexión y pongamos en sus manos nuestros propósitos a favor de la reconstrucción de la paz • • • •

Hacemos un altar Colocamos una imagen de Cristo Invitamos a los participantes a colocarse en torno al altar Después de rezar la oración por la paz (Anexo No. 2) el moderador o alguna otra persona recita a nombre de todos los presentes la siguiente oración:

Mira mi rostro Papá y déjame mirar el tuyo, no quiero ocultarte nada, no quiero ocultarte las alegrías y los triunfos, pero tampoco quiero ocultarte mis debilidades, tentaciones y caídas. Gracias por ser paciente, por tu voz suave y penetrante en mi ser, que me da dirección y seguridad. Enséñame a amar y servir del mismo modo que tú lo haces. Quiero abrir mi corazón a mis hermanos, pues tú me has abierto el tuyo. Canto: “Eran 100 ovejas” (Anexo No. 1) Padre nuestro… Dios te salve… Santa María… Gloria al Padre… Para cerrar este momento nos damos un abrazo de paz. Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 6


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SEGUNDO PASO “EN CRISTO NO HAY LUGAR PARA LA VIOLENCIA” Objetivo: “Lograr que nuestras familias y comunidades reflexionen y se convenzan que en Cristo no hay lugar para la violencia y se comprometan a luchar por la paz, obrando con justicia”.

Lema: “La paz, don de Dios, tarea del hombre”. Signo: Un arbolito o planta destruida.

Nos ponemos en la presencia del Señor v En el nombre del Padre… v Canto: “Nadie te ama como yo” (Anexo No. 1) v Oración por la paz… (Anexo No. 2) v Padre nuestro… v Dios te salve… v Santa María… v Gloria al Padre…

Primer momento

La violencia, una realidad social que puede afectar la vida familiar A) Anécdota a) Falsa Ilusión Javier y Juan son dos hermanos que vivían en la zona de la tierra caliente y desde muy chicos tuvieron que vivir las consecuencias de la pobreza y la marginación, pues su padre, llamado José, emigró a los Estados Unidos con la ilusión de ganar unos dólares y mejorar la situación de su familia, sin embargo, al no encontrar trabajo, aceptó la invitación de unos paisanos que lo invitaron a vender drogas, asegurándole que en poco tiempo saldría de su pobreza y su familia podría vivir sin faltarle nada.

pobre y mejorar rápido la vida de los suyos. Al poco tiempo comenzó a mandar dólares a su esposa y a sus hijos, quienes compraron casas, camionetas de lujo, ranchos, ganado, y de pronto, aquella familia, pobre y humilde, se había convertido en los ricos del pueblo y la envidia de todos. Después de un año, volvió José, el jefe de aquella familia a su pueblo y a los pocos días fue secuestrado y asesinado. Sus hijos, juraron vengar la muerte de su padre y no descansaron hasta dar con los culpables, quienes fueron brutalmente asesinados, convirtiéndose así en criminales y prófugos de la justicia.

Al no encontrar otra salida y cegado por la ambición, José inició aquella aventura, con la ilusión de salir de b) Para profundizar

1. ¿Qué razones crees que tienen las personas que deciden tomar un camino equivocado para salir de la pobreza? 2. En tu vida personal ¿cómo has sido tentado por el impulso de la violencia? 3. ¿Qué consecuencias viven las personas que por distintos motivos ejercen la violencia? Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 7


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Segundo momento Ni Dios ni la Iglesia están de acuerdo con la violencia porque daña la vida personal, familiar y social A) ¿Qué nos dice la Palabra de Dios? a) La transfiguración de Jesús (Mateo 17, 1-9) En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo». Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levántense, no teman». Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos». b) Para profundizar 1. ¿Has permitido en tu vida personal, que la luz de Dios te fortalezca en las dificultades para seguir adelante? 2. ¿Cómo ilumina la vida de Jesús los momentos difíciles por los que atraviesa tu familia? 3. ¿De qué manera la luz de Dios puede iluminar la vida de nuestra sociedad para disminuir la violencia y la inseguridad? B) ¿Qué nos dice la Doctrina de la Iglesia? a) Que en Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna “Confiamos en que el esfuerzo solidario de todos, con el auxilio de la gracia divina, por hacer más humana nuestra vida no es en vano, pues esperamos que los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad; en una palabra, todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo, después de haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y de acuerdo con su mandato, volveremos a encontrarlos limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados, cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal: reino de verdad y de vida; reino de santidad y de gracia; reino de justicia, de amor y de paz. El reino está ya misteriosamente presente en nuestra tierra; cuando venga el Señor, se consumará su perfección” (No. 138). “La historia entera tiene un futuro en Dios, también las historias de sufrimiento y exclusión. La fe en la resurrección es el inicio, el sostén y la finalidad de nuestra esperanza. La memoria viva de la muerte y resurrección de Jesucristo da soporte a la esperanza en el diario vivir de nuestras comunidades, pues la resurrección nos garantiza que el tiempo entero está en las manos de Dios” (139). b) Para profundizar 1. ¿En quién está el futuro de la humanidad? 2. ¿A quiénes corresponde hacer esfuerzos para tener un mundo en el que el ser humano viva mejor? 3. ¿Cuál es el motivo por el que nuestras familias pueden esperar un mundo mejor? Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 8


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C) Para reflexionar Al dar este segundo paso en el camino cuaresmal, el evangelio nos narra el acontecimiento de la transfiguración, que fue un momento de cielo que Jesús vivió en compañía de los discípulos más cercanos a Él. En su vida, como en la nuestra no sólo hubo momentos difíciles, también los hubo gozosos y de dicha. La transfiguración es un momento de fortaleza y de ánimo tanto para los discípulos como para el mismo Jesús, pues con ella se manifiesta la gloria de Jesús y se anticipa su victoria sobre la cruz. Fue tan bello que hasta Pedro, quería hacer unas chozas y quedarse a vivir ahí. Pero ese momento de gozo, no era para que se quedaran ahí, sino para darles fuerza cuando llegara el momento de sufrimiento más grande: ver morir a Jesús de la manera más difícil; también a nosotros, la vivencia de este segundo paso en la cuaresma, ha de llenarnos de fortaleza ante las dificultades que en este proceso encontraremos y en general para afrontar los momentos difíciles que actualmente estamos viviendo, donde la inseguridad y la violencia tienen un impacto cada vez más doloroso en nuestras familias.

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Con frecuencia nuestras familias viven momentos de oscuridad cuando el dolor, la pérdida, la violencia, la inseguridad, la separación, tocan la puerta de la casa. Son experiencias que nos alejan del ideal de felicidad que todos tenemos y que acortan el alcance de nuestra mirada; nos hacen vivir frustración y dolor. Aunque vayamos en la oscuridad, no podemos detenernos, sino que hay que buscar siempre la luz. Ser fieles a la luz de Dios es ser portadores de su luz. En una sociedad, marcada por signos de muerte y desesperación, las familias iluminadas por la palabra de Cristo, están llamadas a ser luz en medio de la oscuridad. Como cristianos sabemos que este mundo en el que vivimos no es todavía el que Dios pensó para nosotros, pues la violencia y la maldad no son parte del proyecto de Dios. La situación que vivimos está fuertemente marcada por la violencia y corremos el riesgo de acostumbrarnos a ella, sin embargo, debemos convencernos que en Cristo no hay lugar para la violencia. Violencia genera violencia, por lo cual es necesario que todos nos comprometamos a reconstruir la paz en nuestras familias y comunidades a través de la justicia, comenzando en nuestra propia casa, pues bien lo dice la sierva de Dios Madre Teresa de Calcuta: “la guerra y la paz, comienzan en hogar”.

La vida de las familias se llena de luz cuando Dios está presente. Los mejores momentos son los que vivimos en armonía con los demás y con Dios. Los momentos de felicidad nos ayudan a superar las dificultades. La fe en Dios no nos quita los sufrimientos, pero nos da fuerza para superarlos como lo hizo Jesús.

Tercer momento

Hagamos compromisos para transfigurar a nuestras familias y lograr que nuestras comunidades en Cristo tengan vida digna Nos ha quedado claro que en Cristo no hay lugar para la violencia y que la paz es un don de Dios y una tarea del hombre. Ahora es necesario, nos preguntemos cómo podemos ser agentes constructores de un mundo nuevo, donde reine el amor, la fraternidad y la paz. Es necesario que nos decidamos a actuar para reconstruir la paz. 1. 2. 3. 4.

¿Qué acciones concretas podemos hacer para erradicar la violencia en nuestras familias y comunidades? ¿Qué compromiso, personal y grupal, nos llevamos para reconstruir la paz? ¿Qué gestos de paz se me ocurren tener con mi familia y vecinos? ¿Me atrevería a realizar momentos de oración con mis vecinos en favor de la paz? Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 9


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Cuarto momento

Valoremos lo aprendido para transfigurar a nuestras familias y lograr que nuestras comunidades en Cristo tengan vida digna

Momento

Pregunta

Respuesta

Ver

¿Qué situaciones de violencia persisten en tu entorno familiar?

Iluminación

¿Qué enseñanza les deja la Palabra de Dios para superar las dificultades?

Actuar

¿Tu compromiso, cómo fortalece a tu familia para ser transfigurada?

Quinto momento

Demos gracias a Dios por la experiencia de la reflexión y pongamos en sus manos nuestros propósitos a favor de la reconstrucción de la paz • • • • •

Hacemos un altar Colocamos una imagen de Cristo Invitamos a los participantes a colocarse en torno al altar Oración por la paz (Anexo No. 2) A continuación, el moderador invita a los participantes a leer en voz alta las siguientes peticiones: 1. Señor, te pedimos por las personas que padecen la inseguridad y la violencia, para que en Ti encuentren la fortaleza y la esperanza de la Paz. 2. Señor, te pedimos por las personas que han elegido el camino equivocado para superar la pobreza, el rencor y el desamor, abre su corazón para que iluminados con tu luz sepan superar sus errores. 3. Sagrada Familia de Nazareth, confiados en tu bondad infinita, ponemos en tus manos a las familias de nuestra comunidad parroquial y de nuestro País, para que sigan construyendo la paz social.

Después de leer las peticiones todos entonan el canto: “Nadie te ama como yo” (Anexo No. 1) Padre nuestro… Dios te salve… Santa María… Gloria al Padre… Para cerrar este momento nos damos un abrazo de paz. Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 10


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TERCER PASO POR LA RECONCILIACIÓN A LA PAZ Objetivo: Que las familias caigan en la cuenta de que la reconciliación es el camino

para llegar a la vivencia de la paz, para que superando la violencia, las discordias y las enemistades, contribuyan a que en Cristo México tenga vida digna. Lema: «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed Signo: Un recipiente con agua

Nos ponemos en la presencia del Señor v En el nombre del Padre… v Canto: “Hazme un instrumento de tu Paz” (Anexo No. 1) v Oración por la paz… (Anexo No. 2) v Padre nuestro… v Dios te salve… v Santa María… v Gloria al Padre…

Primer momento

La reconciliación, un camino que nos permite vivir la paz A) Anécdota a) Mi mejor amigo Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.

una piedra: “Hoy, mi mejor amigo me salvó la vida”.

El otro, ofendido, sin nada qué decir, escribió en la arena:

Intrigado, el amigo preguntó: ¿Por qué después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra? Sonriendo, el otro amigo respondió: “Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria, del corazón, donde el viento no podrá borrarlo”

“Hoy, mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro”. Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en b) Para profundizar

1. En tu vida personal ¿te has visto atrapado en el rencor? 2. ¿Qué papel ha jugado tu familia para que superes los resentimientos? 3. ¿Qué signos ves en los miembros de las familias de tu comunidad, que les impide vivir la reconciliación a la paz? Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 11


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Segundo momento

Caminemos hacia la reconciliación y la paz, llamado que Jesús y la Iglesia nos hacen A) ¿Qué nos dice la Palabra de Dios? a) La Samaritana (Juan 4, 5-42) En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, que venía cansado del camino, se sentó sin más en brocal del pozo. Era cerca del mediodía. Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dijo: “Dame de beber”. (Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida). La samaritana le contestó: “¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?” (Porque los judíos no tratan a los samaritanos). Jesús le dijo: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a Él, y Él te daría agua viva.” La mujer le respondió: “Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo, ¿Cómo vas a darme agua viva? ¿A caso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebieron él, sus hijos y sus ganados?” Jesús le contestó: “El que bebe de esta agua vuelve a tener sed. Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial capaz de dar la vida eterna”. La mujer le dijo: “Señor, dame de esa agua para que

no vuelva a tener sed, ni tenga que venir hasta aquí a sacarla. Ya veo que eres profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y ustedes dicen que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén”. Jesús le dijo: “Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos. Porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, y ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque así es como el Padre quiere que se le de culto. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad”. La mujer le dijo: “Sé que va a venir el Mesías, (es decir Cristo). Cuando venga, Él nos lo dirá todo”. Jesús le dijo: “Soy yo, el que habla contigo”. Muchos samaritanos de aquel poblado creyeron en Jesús por el testimonio de la mujer: “Me dijo todo lo que he hecho”. Cuando los samaritanos llegaron a donde Él estaba, le rogaban que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días. Muchos más creyeron en Él al oír su palabra. Y decían a la mujer: “Ya no creemos por lo que tú nos has contado, pues nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es, de veras, el salvador del mundo”.

b) Para profundizar 1. ¿Qué actitudes descubres en la persona de Jesús y la Samaritana que hacen posible la reconciliación de dos culturas? 2. ¿De qué manera influye la reconciliación entre Jesús y la Samaritana en los habitantes de Sicar? 3. ¿Cómo colaboras con tus semejantes para facilitar las reconciliación? B) ¿Qué nos dice la Doctrina de la Iglesia? a) Que en Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna En Cristo somos perdonados y reconciliados. En Él, Dios quiso reconciliar todo cuanto existe, restableciendo la paz por la sangre de la cruz (Cf. Col 1,20). El perdón que Dios nos ofrece no exige nada a cambio, es completo y gratuito. Si tuviéramos que ofrecer algo a cambio del perdón, lo convertiría en una pena y pasaría de ser don de Dios a ser mérito del penitente. Sólo quien está dispuesto a dejarse perdonar así, quien acepta que Cristo haya entregado su vida, su propia sangre y su Espíritu para el perdón de sus pecados (Cf. Jn 20,22-23), entiende en qué consiste la reconciliación cristiana. Acoger el perdón como un don de la misericordia divina implica la virtud de la humildad. En Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 12


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cambio, quien pretende merecer el perdón de Dios por sus obras de penitencia es fácilmente engañado nuevamente por el mal y los frutos de este engaño se manifiestan en la dureza de corazón, en el juicio despectivo de las personas y en la actitud soberbia de sentirse merecedores de todo y moralmente superiores a los demás. (No. 154) Acoger el don del perdón que Dios nos ofrece de manera gratuita en su Hijo Jesucristo, nos dispone a la reconciliación, es decir, a establecer nuevamente relaciones saludables con el mismo Dios, con los demás, con el entorno y consigo mismo. De esta experiencia nace la moción natural a reparar, en la medida de lo posible, el daño causado; sin embargo, nada que uno pueda hacer se equipara con la altura, anchura y profundidad del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo (Cf. Ef 3,18-19). Reconciliados con Dios y con el prójimo, los discípulos somos mensajeros y constructores de paz y, por tanto, partícipes del Reino de Dios (Cf. Mt 5,9). (No. 155). La reconciliación está en el corazón de la vida cristiana. (No. 156). b) Para profundizar 1. ¿Qué nos ofrece el perdón de Dios? 2. Según el texto, ¿qué implicaciones tiene la reconciliación? 3. ¿Cómo te ilumina el texto para ser un auténtico constructor de la paz? C) Para reflexionar A quienes formamos parte de la Iglesia, cada año se nos invita a vivir el tiempo de la cuaresma como una experiencia de reconciliación primeramente con nosotros mismos, en segundo lugar con aquéllos que están a nuestro alrededor y por supuesto también con Dios. Vivir reconciliados en estos tres ámbitos o dimensiones es sumamente importante por dos razones, primeramente porque la reconciliación es la fuente de la paz personal, familiar y social, pero también porque la experiencia de la reconciliación es presupuesto y manifestación de nuestra capacidad de amar y del gran amor de Dios. El texto bíblico que se nos propone en el evangelio del tercer domingo del tiempo de la cuaresma, nos da la oportunidad de contemplar una experiencia de reconciliación; en el encuentro de Jesús sediento y la Samaritana que escucha con sencillez, se ha hecho realidad la reconciliación de dos pueblos vecinos que no se trataban, poco les faltaba para ser enemigos. Pero analicemos cómo se hizo posible aquella experiencia de reconciliación que finalmente los llevó a la paz. El encuentro con Jesús permitió a aquella mujer reencontrarse a sí misma, la llevó de la conciencia de sus insatisfacciones a la conciencia de su necesidad de Dios. También a nosotros, el encuentro con Jesús, durante esta cuaresma ha de llevarnos a la conciencia de nuestras insatisfacciones y de nuestra necesidad de Dios. Jesús parte de la necesidad muy concreta de su propia sed y actúa de modo que la mujer se sienta necesaria y servidora. Nosotros también somos necesarios ante las necesidades y las insatisfacciones de nuestro mundo. Del mismo modo que Jesús se

hace el necesitado ante ella. Así nuestro entorno y nuestra sociedad está necesitada de nuestra participación, de nuestros servicios, de nuestro compromiso. Jesús orilla a que la Samaritana descubra que Él depende de ella para resolver el problema de su sed, despierta en ella el gusto de ayudar y servir pero al mismo tiempo la hace caer en la cuenta de su propia sed, de sus propias insatisfacciones. Así el Señor Jesús, al mismo tiempo que nos hace caer en la cuenta de nuestras limitaciones personales, quiere motivarnos a cada uno de nosotros para que caigamos en la cuenta de que nuestro mundo está necesitado de nosotros, de nuestra participación.Del mismo modo que la Samaritana, muchos de nosotros vivimos insatisfechos, vivimos sedientos de algo, todos hemos tenido momentos en la vida marcados por el signo de la insatisfacción, nuestra sed no se nos ha quitado con cosas materiales, llevamos dentro de nosotros una sed espiritual, una insatisfacción que sólo Cristo puede saciar, porque sólo en Él hemos tenido la experiencia del verdadero amor y sólo en Él encontramos nuestra paz. También en nuestra vida familiar, experimentamos situaciones de insatisfacción que no nos permiten descubrir el valor y la belleza de estar juntos, para encontrar en Jesús, el agua viva que no sólo colma nuestra sed sino transforma nuestra vida en un manantial. Todos nosotros nos parecemos a Jesús, tenemos sed de ser amados y de amar a los demás. Sólo el amor de Jesús, sacia la sed profunda que tiene nuestro corazón de descubrir un sentido más profundo de la vida.

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Dios no nos quiere insatisfechos, y nos da de su agua, es decir, de su amor, de tal manera que seamos capaces de vivir reconciliados con nosotros mismos y por lo tanto en paz con los demás y con Él. Dios nos ha llevado como a la Samaritana a descubrir la raíz de nuestras insatisfac-

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ciones y quiere, no sólo calmar nuestra sed, sino transformar nuestro interior en un manantial de Agua para los demás. Desde el día de nuestro bautismo fuimos habilitados para saciar la sed de quienes nos rodean.

Tercer momento

Hagamos compromisos esforzándonos en vivir la reconciliación y la Paz en familia para lograr que nuestras comunidades en Cristo tengan vida digna 1.- Me reconcilio con Dios y con mi hermano lo más pronto posible. 2.- Me reconozco oveja perdida y le creo a Jesús que está al pendiente de mí. 3.- Saldré al encuentro de mis ovejas, porque me reconozco pastor por Jesucristo.

Cuarto momento

Valoremos lo aprendido para que nuestra familia en Cristo tenga una vida digna y paz MARATONCITO (jugarlo entre todos, haciendo dos equipos, recordando que por cada respuesta no correcta la ignorancia avanza una casilla. Por ficha un grano de maíz o frijolitos) Salida

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META

1. ¿Qué representaba la piedra de la anécdota donde el amigo escribió “hoy mi mejor amigo me salvó la vida”? 2. ¿Qué le dice la Samaritana a Jesús cuando éste dice “dame de beber”? 3. Expresar en voz alta la frase que le dice Jesús a la Samaritana sobre el agua que Él ofrece. 4. ¿Dónde está la reconciliación? 5. El encuentro con Jesús ¿a que llevó a la Samaritana? 6. ¿De qué tenemos sed todos al igual que Jesús? 7. completa la frase: “Dios no nos quiere…” 8. ¿Qué no es la alegría del discípulo? 9. ¿Para qué fuimos habilitados desde el día de nuestro bautismo? 10. ¿Cuál es el objetivo de esta catequesis?

Quinto momento

Demos gracias a Dios por la experiencia de la reflexión y pongamos en sus manos nuestros propósitos a favor de la reconciliación y de la paz • • • •

Hacemos un altar Colocamos una imagen de Cristo Invitamos a los participantes a colocarse en torno al altar Oración por la paz (Anexo No. 2) Se ubican todos frente a una cruz con Cristo crucificado y se les invita a hablar con Jesús, entonando el siguiente canto: “Hazme un instrumento de tu Paz” (Anexo No. 1). Luego de ello, se invita a los participantes a expresar su agradecimiento a Jesús por ese gran acto de amor, para la reconciliación. Padre nuestro… Dios te salve… Santa María… Gloria al Padre… Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 14


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CUARTO PASO LLAMADOS A FORMAR UNA HUMANIDAD NUEVA Objetivo: Que las familias caigan en la cuenta de que están llamadas a formar una humanidad nueva, para que, cultivando los valores humanos y cristianos, contribuyan a que México tenga vida.

Lema: Ser hombres y mujeres renovados en Cristo Signo: Imagen de Cristo

Nos ponemos en la presencia del Señor v En el nombre del Padre… v Canto: “El alfarero” (Anexo No. 1) v Oración por la paz… (Anexo No. 2) v Padre nuestro… v Dios te salve… v Santa María… v Gloria al Padre…

Primer momento

El hombre, la familia y la sociedad sujetos de una permanente renovación integral A) Anécdota a) El coleccionista de heridas …Yo conocí a un hombre a quien le gustaba coleccionar. Desde niño coleccionó sellos de correo, mariposas, ranas y todas esas cosas que los chiquillos van descubriendo en el mundo. Ya mayorcito, empezó una colección nueva: empezó a coleccionar heridas; cuando un compañero le robó el trompo, cuando otro le quitó el puesto de portero en el equipo del colegio. Así empezó su álbum de heridas. Allí estaba la herida que le hizo la primer muchacha que entre carcajadas le negó su amor, la herida del primer amigo que le traicionó, la del primer hombre que le engañó en los negocios. Se apasionó por este álbum y lo guardaba en su corazón. Por las noches se encerraba en su cuarto, corría los cerrojos como un avaro, y sacaba su amado álbum; éste, al abrirlo, despedía un olor a sangre seca, a muerto, que a él le encantaba respirar. El álbum fue creciendo, pero el hombre notaba que le faltaba algo en su corazón. Y entonces empezó a coleccionar odios. Y descubrió un odio para cada herida. Más

tarde, alguien le habló de odios sociales, raciales, nacionalistas, ideológicos y religiosos, y los fue pegando en su álbum y guardándolos en su corazón. Un día caminaba sin rumbo por un camino seco, bordeado por árboles sin hojas y, sin saber cómo, desembocó en un prado donde jugaba una niña. La niña vino alegremente hacia él y le dio con gesto gracioso una pequeña flor. El viejo coleccionista no dijo nada y siguió su camino, pero su instinto de almacenar se impuso y con un gesto inconsciente depositó la pequeña flor en el álbum de su corazón. Aquella noche no pudo dormir, revisó su álbum de heridas y odios y notó que olía menos mal que antes. Por la mañana, al abrir el balcón, vio a la niña de la tarde anterior, y ella sonrió. Y de nuevo, su afán de coleccionista le hizo guardar aquella sonrisa. Y poco a poco fue notando que era bueno coleccionar flores y sonrisas. Hasta que por fin, le brotó el amor. Y cuentan que un día se rompió el corazón del coleccionista y brotó de él una fuente de agua pura.

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b) Para profundizar 1. ¿Qué has venido coleccionando en tu corazón que te impide renovarte en Cristo? 2. ¿Qué luces hay en tu familia que hacen posible un encuentro renovador en Cristo? 3. ¿Cómo dificulta el medio social y cultural para que nuestras familias encuentren la vida nueva en Cristo?

Segundo momento Dios quiere una humanidad renovada conforme a sus valores y a sus criterios A) ¿Qué nos dice la Palabra de Dios? a) El ciego de nacimiento (Juan 9, 1 - 41) En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de nacimiento. Escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo: “Ve a lavarte a la piscina de Siloé” (que significa Enviado). Él fue, se lavó, y volvió con vista. Entonces los vecinos y los que lo habían visto antes pidiendo limosna preguntaban: “¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?” Unos decían: “Es el mismo”. Otros decían: “No es él, sino que se le parece”. Pero él decía: “Yo soy”. Llevaron entonces ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les contestó: “Me puso lodo en los

ojos, me lavé, y veo”. Algunos de los fariseos comentaban: “Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado”. Otros replicaban: “¿Cómo puede un pecador hacer semejantes prodigios?” Y había división entre ellos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: “Y tú, ¿qué piensas del que te abrió los ojos?” Él les contestó: “Que es un profeta”. Le replicaron: “Tú eres puro pecado desde que naciste: ¿cómo pretendes darnos lecciones?” Y lo echaron fuera. Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?” Él contestó: “¿Y quién es, Señor, para que yo crea en Él?” Jesús le dijo: “Ya lo has visto, el que está hablando contigo, ése es”. Él dijo: “Creo, Señor”. Y postrándose lo adoró.

b) Para profundizar 1. ¿Consideras que el haber recobrado la vista fue un signo de renovación para el ciego? ¿Por qué? 2. ¿Qué tendríamos que hacer en nuestras familias para promover su renovación según los criterios de Cristo? 3. ¿Si ponemos a la sociedad de la cual formamos parte en el lugar del ciego ¿Cuál es la voluntad de Cristo? B) ¿Qué nos dice la Doctrina de la Iglesia? a) Que en Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna El amor es la principal fuerza impulsora del crecimiento pleno de cada persona y de toda la humanidad. Jesucristo nos revela la mirada inocente de Dios Padre que ve en nosotros la bondad que Él mismo ha puesto en nuestros corazones y su amor tierno y misericordioso que nos acoge a pesar de nuestras fallas y debilidades. Esta experiencia nos hace descubrirnos hijos amados de Dios y nos llama a la conversión, es decir, a orientar la vida por el amor y la misericordia. Esta exigencia forma parte del núcleo mismo del mensaje de Jesús y constituye la esencia del modo de ser y vivir según el evangelio. (143) La conversión inicia con un dolor que sana y consuela; es el dolor del propio pecado, la pena interna de constatar que el engaño del mal nos alejó de nuestra auténtica vocación humana, que nos deshumanizó haciéndonos Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 16


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prescindir de Dios y excluir a los demás de nuestra vida. Esta experiencia ilumina nuestra mirada y nos permite desenmascarar el mal y renovar nuestra confianza en Dios. Si bien la experiencia de conversión es una auténtica liberación, no es el fin de la experiencia del discipulado sino sólo su inicio. No basta con caer en la cuenta de que se llevaba un derrotero equivocado; hay que enderezar la ruta y moverse con diligencia en el sentido correcto. Si el mal había distorsionado la propia imagen, en Cristo descubrimos que nuestra vocación es vivir la vida nueva de hijos de Dios, hermanos de Jesucristo y templos vivos del Espíritu Santo; y eso significa que nuestra realización está en encarnar esa vida divina en la existencia cotidiana. (144) b) Para profundizar 1. ¿Qué importancia tiene la conversión en la vida de los hombres y las mujeres de fe? 2. ¿Cuál es la principal fuerza con que el ser humano cuenta para su crecimiento personal y de la sociedad? 3. ¿Por qué decimos los creyentes que en Cristo está nuestra vocación a la vida nueva de hijos de Dios? C) Para reflexionar Al dar este cuarto paso en nuestro camino cuaresmal el evangelio nos relata el encuentro de Jesús con un ciego de nacimiento al cual le otorga de manera gratuita la posibilidad de ver; bien podríamos descubrir en este acto del Señor Jesús, una voluntad o intención renovadora, es decir, el deseo de que, de la misma manera que aquel ciego, también nosotros podamos vivir una vida nueva. Efectivamente, todos nosotros “ciegos de nacimiento”, al recibir la fe en el bautismo somos habilitados para ver las cosas de Dios y para descubrir en la realidad que nos circunda, su presencia amorosa y transformadora.

vida de aquel ciego; después de un proceso testimonial que termina con su expulsión de la sinagoga, Jesús se encuentra con él y se revela como Hijo del hombre, como Mesías, como la luz que le permite ver. La experiencia de la curación del ciego nos presenta a Jesús como la luz del mundo. La fe en Él, es una iluminación que permite ver lo que la ceguera natural no deja ver. En el encuentro con Jesús podemos descubrir cómo la fe ilumina nuestras miradas, para descubrir en las personas y en los acontecimientos, más allá de las apariencias, la voz de Dios. Muchas veces vamos por la vida caminando como a ciegas porque no hemos consolidado nuestra fe, que se ha quedado en el nivel de los niños de primera comunión. Ver es símbolo de fe, y consiste en la aceptación de Jesús, enviado del Padre. Él es la luz para aquellos que reconocen su oscuridad y la necesidad que tienen de ser iluminados o transformados en creaturas nuevas.

Según la manera de pensar de muchos en aquel tiempo, el ciego habría nacido así por el pecado de sus padres, pero Jesús indica que en esa situación de oscuridad se manifestará la gloria de Dios como luz que ilumina y que renueva; a nosotros nos da pie para pensar en que, si bien es cierto que nacemos sin esa fe, también es cierto que el interés de parte de nuestros padres, que quieren lo mejor para nosotros, la vida nueva en Cristo, desde que estamos pequeños, los hace acercarnos al sacramento del bautismo que nos permitirá vivir de manera distinta por la recepción de dicha fe y de esta manera se manifiesta la gloria de Dios en nuestra vida personal.

Por otro lado, este texto nos ha de llevar a pensar que uno de los encargos fundamentales que las familias cristianas de nuestro tiempo han de asumir, es el de la transmisión de la fe, mediante un acompañamiento kerigmático y renovador, por el hecho de ser pequeñas iglesias o iglesias domésticas; el cumplimiento de dicha responsabilidad permite a cada uno de sus miembros ver y afrontar la vida de una manera distinta e integrarse positivamente y con coherencia a la comunidad cristiana; ésta es una tarea que no es fácil de cumplir para algunos padres de familia que, cegados por la influencia de modas o ideologías, o afectados por la negligencia y por la falta de preparación, dejan a un lado la responsabilidad de ser los primeros catequistas de sus hijos.

Del mismo modo que aquel ciego, todos los bautizados hemos sido transformados o renovados, al recibir la fe y hemos pasado de la ceguera a la luz. Sin embargo también hemos de pensar que la maduración en dicha fe implica un proceso en el que poco a poco se va dando la toma de conciencia. Por lo que es necesario que en nuestra vida personal suceda lo que sucedió en la

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Tercer momento

Hagamos compromisos para reconstruir la paz, promoviendo una nueva vida en nuestras familias 1. ¿Qué acciones podríamos emprender para renovarnos integralmente? 2. ¿Qué dificultades estás dispuesto a superar para que renovados en Dios, cumplas el llamado a reconstruir la paz? 3. ¿A qué nos comprometemos como hombres y mujeres renovados para superar la violencia y la inseguridad?

Cuarto momento

Valoremos lo aprendido para que nuestra familia en Cristo tenga una vida digna y paz

¿Cómo se manifiesta nuestra ceguera que nos impide ser hombres y mujeres nuevos?

¿Qué significado tiene para ustedes la afirmación: Dios quiere una humanidad renovada conforme a sus valores y a sus criterios.

¿Qué nos puede ayudar para desear y buscar la conversión?

Quinto momento

Demos gracias a Dios por la experiencia de la reflexión y pongamos en sus manos nuestros propósitos a favor de la reconstrucción de la paz • Hacemos un altar • Colocamos una imagen de Cristo • Invitamos a los participantes a colocarse en torno al altar • Oración por la paz (Anexo No. 2) • Canto: “El Alfarero” (Anexo No. 1) Se invita a cada uno de los participantes a que dé gracias a Dios para continuar en la renovacion permanente: Señor Jesús: Te damos gracias por los distintos pasos que hemos venido dando en este tiempo de Cuaresma, que nos han permitido caer en la cuenta de que como familia estamos llamados a formar una humanidad nueva, te pedimos que nos guíes, en especial a los padres de familia para cultivar los valores humanos y cristianos en nuestros hijos, sembrando en ellos la semilla de la paz. Padre nuestro… Dios te salve… Santa María… Gloria al Padre… Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 18


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QUINTO PASO ENVIADOS A DAR FRUTOS DE PAZ Objetivo: Que los miembros de las familias caigan en la cuenta de que han sido llamados y enviados por Dios a dar frutos de paz, para que cumpliendo con su misión, contribuyan a que México tenga vida digna.

Lema: “El fruto que permanece es todo lo que sembramos, en nombre de Cristo” Signo: Fruta fresca

Nos ponemos en la presencia del Señor v En el nombre del Padre… v Canto: “Cristo te necesita para amar” (Anexo No. 1) v Oración por la paz (Anexo No. 2) v Padre nuestro… v Dios te salve… v Santa María… v Gloria al Padre…

Primer momento

La pérdida de la paz, una realidad en la vida de nuestras familias y de nuestra sociedad A) Anécdota a) Clima de violencia generalizado Era una mañana muy fría, Felipe tocaba desesperadamente a la puerta de los papás de su mejor amigo:

Mientras era operado el joven que quedó mal herido, su mamá, ante la posibilidad de perder a su hijo, dejó escapar de su boca el reproche que por años había guardado hacia su esposo: “Ya ves… esto le pasó a nuestro hijo porque no nos fuimos de este pueblo, desde hace mucho tiempo te decía que nos fuéramos a otro estado, que aquí había mucho peligro para nuestro hijo, y mira hasta dónde llegó”. “Mujer, esto que vivimos no es de un pueblo o de un estado, en donde quiera se ve”. “Pero no todos los jóvenes se involucran en estas cosas, ¿por qué nuestro hijo tomó ese camino? ¿Qué nos hizo falta como familia, como esposos, como padres?

- “¡Nos agarraron!… ¡nos agarraron! Vendiendo… pos lo que ustedes ya saben… Yo corrí y logré escaparme, pero Toño ahí se quedó y bueno, creo que lo dejaron muy mal herido”, además hirieron a dos niños que iban por la calle”. Las familias del barrio, escucharon los disparos y un poco después las ambulancias; se hacía todo tipo de comentarios, pero a diferencia de otras ocasiones, permanecían en sus casas, su miedo fue más fuerte que la curiosidad por conocer qué había pasado. b) Para profundizar

1. ¿Qué les faltó hacer a los padres de los jóvenes, para que llegado el momento supieran evitar que sus hijos tomaran un camino equivocado? 2. ¿Qué actitudes de los habitantes de tu comunidad han contribuido para que se pierda la paz familiar y social en tu comunidad? 3. ¿Qué signos de violencia descubres en la vida de tu comunidad? Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 19


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Segundo momento

La reconstrucción de la paz,

una encomienda de Cristo y de la Iglesia para nuestras familias A) ¿Qué nos dice la Palabra de Dios? a) La resurrección de Lázaro (Juan 11, 1-45) En aquel tiempo, Martha y María las dos hermanas de Jesús se conmovió hasta lo más hondo y preguntó: Lázaro, le mandaron decir a Jesús: “Señor, el amigo a “¿Dónde lo han puesto?” Le contestaron: “Ven Señor, y quien tanto quieres está enfermo”. Al oír esto, Jesús dijo: lo verás”. Jesús se puso a llorar y los judíos comentaban: “Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que ser- “De veras ¡Cuánto lo amaba!” Algunos decían: “¿No povirá para la gloria de Dios, para que el hijo de Dios, sea día éste, que abrió los ojos al ciego de nacimiento, hacer glorificado por ella”. que Lázaro no muriera?”. Jesús amaba a Martha, a su hermana y a Lázaro. Sin Jesús, profundamente conmovido todavía, se detuembargo, cuando se enteró de que Lázaro estaba enfervo ante el sepulcro, que era una cueva, sellada con una mo, se detuvo dos días más en el lugar en que se hallalosa. Entonces dijo Jesús: “Quiten la losa”. Pero Martha, ba. Después dijo a sus discípulos: “Vayamos otra vez a la hermana del que había muerto, le replicó: “Señor, ya Judea”. Cuando llegó Jesús, Lázaro llevaba ya cuatro días en huele mal, porque lleva cuatro días”. Le dijo Jesús: “¿No el sepulcro. Apenas oyó Martha que Jesús llegaba, salió te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?” Entona su encuentro; pero María se quedó en casa. Le dijo ces quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: “Padre, te doy Martha a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de gracias porque me has escuchado. Yo ya sabía que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho a causa de esta que Dios te concederá cuanto le pidas”. Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Martha respon- muchedumbre que me rodea, para que crean que tú me dió: “Ya sé que resucitará en la resurrección del último has enviado”. Luego gritó con voz potente: “¡Lázaro, sal día”. Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que de ahí!” y salió el muerto, atados con vendas las manos creé en mí, aunque haya muerto vivirá; y todo aquél que y los pies, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú “Desátenlo, para que pueda andar”. esto?” Ella le contestó: “Sí, Señor. Creo firmemente que Muchos de los judíos que habían ido a casa de Martha tú eres el Mesías, el hijo de Dios, el que tenía que venir y María al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en Él. al mundo”. b) Para profundizar 1. ¿Descubres en el texto leído alguna experiencia que altere la paz en la familia? 2. ¿Cuál fue la actitud inicial de Jesús cuando le avisaron de la muerte de su amigo Lázaro? 3. ¿De qué manera devolvió la paz y reconfortó el Señor Jesús a aquella familia de amigos suyos? B) ¿Qué nos dice la Doctrina de la Iglesia? a) Que en Cristo nuestra Paz, México tenga vida digna Los discípulos de Jesucristo no podemos olvidar la finalidad de la misión que nos ha sido confiada: «los he destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca» (Jn 15,14). El fruto que permanece es todo lo que sembramos, en nombre de Cristo, en el espíritu de las personas: el amor, el conocimiento; el gesto capaz de tocar el corazón; la palabra que abre el alma a la alegría del Señor. La alegría del discípulo es antídoto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio. (No. 157) La misión apostólica que el Señor nos ha confiado comienza con el anuncio de la paz: «cuando entren a una Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 20


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casa, digan primero: paz a esta casa» (Lc 10,5-6). Este saludo, que tiene su origen en el «shalom» de los judíos, tiene un significado muy profundo que no tiene su fuerza en la ausencia de conflictos, sino en la presencia de Dios con nosotros, augurio y bendición, deseo de armonía, de integridad, de realización, de unidad y bienestar. Este saludo, conservado en la liturgia, implica asumir el compromiso de recorrer el camino que lleva a la restauración de la armonía en las relaciones entre los hombres y con Dios. En este camino se asocia el perdón que pedimos a Dios con el que damos a los hermanos (Cf. Mt 6,12). (No. 158) b) Para Profundizar MISIÓN DE LOS DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE CRISTO…

MENSAJE DEL QUE SOMOS PORTADORES COMO DISCÍPULOS Y MISIONEROS…

C) Para reflexionar En este quinto y último paso del proceso cuaresmal el evangelio nos plantea el episodio de la resurrección de Lázaro, por medio del cual se nos quiere comunicar la certeza de que Jesús es la fuente de la vida y de la paz para los que creen en Él. Valiéndose del amor de Dios Padre, con su poder de Dios Hijo, y teniendo en cuenta la Fe de su amiga, Jesús devuelve la vida a su amigo Lázaro y da fortaleza y paz a aquella familia. Del mismo modo que aquella familia amiga del Señor, muchas de nuestras familias se ven atribuladas por distintas circunstancias o situaciones que en nuestro tiempo atentan y contradicen la vida y la paz: la misma muerte de seres queridos, la violencia y los abusos, la ausencia de los padres, los insultos, las burlas y las críticas, la pobreza extrema y la desnutrición, la enfermedad y el olvido de los ancianos, la pornografía, el narcotráfico y la drogadicción, etc., hacen padecer a nuestras familias y las conducen a la desesperanza. Pero es precisamente de estas circunstancias de “muerte” que Jesús se vale para hacer presente la gloria de Dios y para recordarnos que nuestra misión es el cultivo de la vida y de la paz; en la medida que nuestras familias sean protectoras y promotoras de la vida y de la paz, conforme a su propia naturaleza, porque éste es su cometido fundamental, y en la medida en que superen las situaciones de muerte y transformen el mundo en el que vivimos, serán manifestación de la gloria del Padre y signos de vida nueva. “Esta misión, por la que nos apropiamos el deseo del Padre de construir el Reino y de anunciar la Buena Nueva a los pobres y a todos los que sufren, exige de nosotros una mirada inocente que nos permita desenmascarar la obra del mal, denunciar con valentía las situaciones de pecado, evidenciar las estructuras de

EL SALUDO DE PAZ EN LA EUCARISTÍA NOS COMPROMETE A….

muerte, de violencia y de injusticia, con la consigna de vencer el mal con la fuerza del bien (Cf. Rom 12,21). Nos exige además un estilo de vida pobre, siguiendo a Jesús pobre (Cf. Lc 6, 20; 9, 58) y anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner la confianza en el dinero ni en el poder de este mundo (Cf. Lc 10,4ss). La Iglesia, sacramento de reconciliación y de paz, desea que los discípulos y misioneros de Cristo sean también, ahí donde se encuentren, «constructores de paz» (QCNPMTVD No. 159). El Señor Jesús que es la Resurrección y la vida está siempre bien dispuesto para hacerse presente en la vida de las familias que lo necesitan; del mismo modo que se dirigió a la casa de aquella familia que vivían en Betania, al enterarse de la muerte de su amigo Lázaro, de ese mismo modo, Él se dirige a la vida de cada uno de nosotros y a la vida de cada una de nuestras familias para ayudarnos, porque Él no quiere que nos quedemos en la muerte, nos quiere con vida abundante, y quiere que en nuestras familias no sólo haya vida física, sino también espiritual, vida de fe. En relación con esto, en el documento de Aparecida, el Papa y los Obispos de América Latina y el Caribe, han analizado la vida de nuestros pueblos y el valor que para ellos ha tenido la vida en Cristo: “Nuestros pueblos no quieren andar por sombras de muerte; tienen sed de vida y felicidad en Cristo. Y nos recuerdan que: “…Caminos de vida verdadera y plena para todos, caminos de vida eterna, son aquellos abiertos por la fe que conducen a “la plenitud de vida que Cristo nos ha traído: con esta vida divina se desarrolla también en plenitud la existencia humana, en su dimensión personal, familiar, social y cultural”.

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Tercer momento

Hagamos compromisos para reconstruir la paz, promoviendo una nueva vida en nuestras familias 1. En parejas generar un diálogo sobre aquello que más les llama la atención del actuar, ideas, claves, puntos concretos que pueden desarrollarse a partir de los tres compromisos. 2. Compartir en grupos de cuatro los comentarios que hayan salido de las parejas. 3. Compartir en plenario el horizonte que se avecina si en verdad cumplimos nuestros compromisos.

Cuarto momento

Valoremos lo aprendido para que nuestra familia en Cristo tenga una vida digna y paz Anota en las líneas que dan al árbol lo que se solicita:

Quinto momento

Demos gracias a Dios por la experiencia de la reflexión y pongamos en sus manos nuestros propósitos a favor de la reconstrucción de la paz • • • •

Hacemos un altar Colocamos una imagen de Cristo y la Virgen María Invitamos a los participantes a colocarse en torno al altar Oración por la paz (Anexo No. 2) a dos coros La Virgen María se entrega plenamente a cumplir la voluntad de Dios, a ser instrumento de Paz y Amor en las manos del Creador. Por medio de María el Salvador llega a nosotros, nos bendice y nos quiere, a pesar de nuestras miserias y debilidades. Enseguida los participantes entonan a una sola voz las siguientes peticiones: 1. Señor Jesús, te damos gracias por este camino cuaresmal donde nos pudimos descubrir vulnerables al pecado, pero fortalecidos en tu Palabra. 2. Santísima Madre nuestra, sé luz para cumplir nuestros compromisos que hemos definido en este tiempo cuaresmal y así llegar a la vivencia de la pascua, siendo instrumentos para la reconciliación y la Paz social. Canto: “Cristo te necesita para amar” (Anexo No. 1) Padre nuestro… Dios te salve… Santa María… Gloria al Padre… Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 22


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Anexo 1 CANTOS PRIMERA CATEQUESIS EL PECADO ACECHA TU PUERTA…

SEGUNDA CATEQUESIS “EN CRISTO NO HAY LUGAR PARA LA VIOLENCIA”

Eran 100 ovejas….

Nadie te ama como yo

Eran cien ovejas que había en el rebaño, eran cien ovejas que un pastor cuidó, pero una tarde, al contarlas todas, le faltaba una, le faltaba una y triste lloró.

Cuanto he esperado este momento Cuanto he esperado que estuvieras así, Cuanto he esperado que me hablaras Cuanto he esperado que vinieras a mí. Yo sé bien lo que has vivido Yo sé bien lo que has llorado Yo sé bien lo que has sufrido pues de tu lado no me he ido

LAS NOVENTA Y NUEVE DEJÓ EN EL APRISCO Y POR LAS MONTAÑAS A BUSCARLA FUE, LA ENCONTRÓ GIMIENDO, TEMBLANDO DE FRÍO, LA TOMÓ EN SUS BRAZOS, UNGIÓ SUS HERIDAS Y AL REDIL VOLVIÓ.

PUES NADIE TE AMA COMO YO PUES NADIE TE AMA COMO YO MIRA LA CRUZ ÉSA ES MI MÁS GRANDE PRUEBA NADIE TE AMA COMO YO.

Yo era esa oveja que andaba perdida, lejos de mi Cristo, lejos de Jesús, pero un día el Maestro me tendió su mano, me tomó en sus brazos, ungió mis heridas y al redil volví.

PUES NADIE TE AMA COMO YO MIRA LA CRUZ FUE POR TI FUE PORQUE TE AMO NADIE TE AMA COMO YO

Esta misma historia vuelve a repetirse, todavía hay ovejas que extraviadas van, van por este mundo sin Dios, sin consuelo, sin Dios, sin consuelo, y sin su perdón.

Yo sé bien lo que me dices aunque a veces no me hablas Yo sé bien lo que en ti sientes Aunque nunca lo compartas

Tú eres esa oveja que sin darte cuenta vas por este mundo sin Dios y sin fe, tu Pastor amante llamando te espera, sufrió sus heridas, sufrió sus heridas por salvarte a ti.

Yo a tu lado he caminado Junto a ti yo siempre he ido Aún a veces te he cargado Yo he sido tu mejor amigo. PUES NADIE TE AMA…

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Anexo 1 CANTOS TERCERA CATEQUESIS POR LA RECONCILIACIÓN A LA PAZ

Porque te conocí Pues te amo y no te olvidaré.

Hazme un instrumento de tu paz

Yo quiero ser Señor amado Como el barro en manos del alfarero Rompe mi vida y hazla de nuevo Yo quiero ser un vaso nuevo

Señor haz de mí Un instrumento de tu paz Un instrumento de tu paz Donde haya odio ponga yo el amor Donde haya tristeza la alegría Donde haya amor ponga yo la verdad Donde haya duda nuestra fe Donde haya tinieblas ponga yo la luz Donde haya discordia la armonía Donde desesperación ponga yo la esperanza.

QUINTA CATEQUESIS ENVIADOS A DAR FRUTOS DE PAZ Cristo te necesita para amar Cristo te necesita para amar, para amar Cristo te necesita para amar (2) No te importen las razas ni el color de la piel Ama a todos como hermanos y haz el bien (2)

Haz que yo no busque más ser consolado que consolar, Ser amado que amar. Ser comprendido que comprender; Porque dando se recibe, perdonando se es perdonado.

Al que sufre y al triste, Dale amor, dale amor, Al humilde y al pobre, dale amor Al que vive a tu lado, dale amor, dale amor, Al que viene de lejos dale amor.

CUARTA CATEQUESIS LLAMADOS A FORMAR UNA HUMANIDAD NUEVA

Al que habla otra lengua, dale amor, dale amor, Al que piensa distinto, dale amor.

El alfarero

Al amigo de siempre, dale amor, dale amor, Al que no te saluda, dale amor, dale amor.

Gracias quiero darte por amarme Gracias quiero darte yo a ti Si te ofendí perdóname Señor Pues te amo y no te olvidaré.

Cristo te necesita ….

Yo quiero ser Señor amado Como el barro en manos del alfarero Rompe mi vida y hazla de nuevo Yo quiero ser un vaso nuevo Te conocí y te amé Te pedí perdón y me escuchaste hoy soy feliz, Subsidio pastoral para la reconstrucción de la Paz 24


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Anexo 2 Oración por la Paz Señor Jesús, Tú eres nuestra Paz. Mira nuestra Patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan. Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte. Dales el don de la conversión. Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades. Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de paz para que en Ti, nuestro pueblo tenga vida digna. Amén. María, Reina de la Paz, ruega por nosotros

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