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Ciclismo Olímpico
from La clásica 03.21
by Diseño Equis
© BETTINI PHOTO
Del 23 de julio al 8 de agosto se celebraron los Juegos Olímpicos en Tokyo, por supuesto con una amplia variedad de pruebas en bici, desde ruta, pasando por contrarreloj, pista y ahora ¡incluso bmx!
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El spotlight crece, el ciclismo está en el mapa y fue celebrado a lo grande en estas olimpiadas. Aquí te traemos el resumen de las pruebas de ruta femenina y masculina, y para finalizar te dejamos con el resto de ganadores que hubo en este deporte.
CICLISMO EN RUTA MASCULINO
Una prueba que inició vistosa, tal cual un paseo por la ciudad, donde las personas de Tokyo convivieron en el entorno urbano con los grandes profesionales de la bici. No bien había comenzado el trayecto, 10 minutos habían transcurrido apenas, y 8 escapados se fueron tras el protagonismo.
El pelotón los dejó soñar a sus anchas, permitiéndoles alcanzar en cierto momento casi 20 minutos de ventaja, llegando a uno de los obstáculos: Doshi. Algunas caídas sin consecuencias graves, todo era tranquilidad, pero pasando la mitad del trayecto las cosas se pusieron serias, el juego había terminado tanto en el contingente como en el terreno.
Greg Van Avermaet tomó las riendas, bajando la ventaja de los fugados. Luego en Fuji, Giulio Ciccone puso atentos a algunos, mientras este mismo obstáculo icónico iba “tumbando” a otros, como Alejandro Valverde y Omar Fraile.
En la segunda vuelta los escapados finalmente cedieron, y ya estaba la lucha por ver quién tomaba el control. Fuji fue el filtro, pero Mikuni fue el juez, dejando hundidos a Nibali, a Quintana, Evenepoel y de nueva cuenta a Valverde, que había luchado por recuperar terreno pero lo volvió a perder.
Fue entonces cuando Pogacar, a menos de 40 km de meta, dio poderosa avanzada, con pocos cerca de él. Van Aert fuerte mandando en el gran contingente, sin poder mantener el ritmo y viendo cómo se le adelantaban Bettioli, Kwiatkowski y en punta Carapaz. Agruparon a los punteros en pleno descenso, y puestos para el circuito conclusivo, Carapaz estalló en ataque incontestable, a casi 5 km del final, otorgándole una arrasadora victoria en solitario, la medalla de oro, con un tiempo de 6:05:26.
CLASIFICACIÓN:
Oro: Richard Carapaz (Ecuador) - 6:05:26 Plata: Wout Van Aert (Bélgica) - a 1:07 Bronce: Tadej Pogacar (Eslovenia) - m. t.
CLASIFICACIÓN:
Oro: Anna Kiesenhofer (Austria) - 3:52:45 Plata: Annemiek van Vleuten (Holanda) - a 1:15 Bronce: Elisa Longo (Italia) - a 1:29 CICLISMO EN RUTA FEMENINO
Una escapada temprana y sin tanto trámite, comenzando cuando apenas iban 3 kilómetros de recorrido; 5 aventureras que alcanzaron 19 minutos de ventaja, 2 de ellas no pudieron con el ritmo y una fuerte tercia quedó al frente.
El pelotón se puso manos a la obra cuando restaban 50 kilómetros para el final, la avanzada holandesa espabilaba de la mano de Van Vleuten como feroz perseguidora saliendo del pelotón, pero por delante la fuga ya también se había seccionado, con Anna Kiesenhofer rompiendo la tercia y yéndose en punta, hecho que le duró sólo algunos kilómetros y volvió a reagruparse.
La marea holandesa iba ya junta y por todo. Kiesenhofer mostraba cansancio pero aguantó Fuji y el circuito; arreones de Van Vleuten motivaban a Anna a no claudicar, aún cuando parecía que estaba a punto de hacerlo. Su increíble esfuerzo le retribuyó en solitario la medalla de oro, marcando 3:52:45. Van Vleuten no obtuvo el resultado esperado pero se hizo con la plata.
¡MÁS CICLISMO OLÍMPICO!
Pero no todo es ruta, aquí un vistazo rápido a otros triunfadores de la bici.
Thomas Pidcock se llevó el oro para Gran Bretaña en la prueba de cross country masculina, mientras que Mathias Flückiger hizo lo propio con la plata para Suiza, y David Valero con el bronce para España.
La cross country femenina fue dominada por Suiza ¡en todo el podio! Con el oro para Jolanda Neff, la plata para Sina Frei y el bronce para Linda Indergand.
En el contexto de contrarreloj femenina, Van Vleuten se sacó la espina que tenía desde la prueba en ruta, tomando el oro para Holanda; la suiza Marlen Reusser se llevó la plata; y la otra crack holandesa, Anna van der Breggen, se hizo con el bronce.
En la contrarreloj masculina el más rápido fue Primoz Roglic, por supuesto, en uno de sus mejores momentos; oro para Eslovenia. Tom Dumoulin no ha perdido el toque, y lo dejó de manifiesto la plata para Holanda. A Australia se fue el bronce, gracias a Rohan Dennis.
Y lo urbano se vistió de gala para homenajear al holandés Niek Kimmann, oro en la prueba bmx masculina; Gran Bretaña obtuvo plata de manos de Kye Whyte; en tanto que Carlos Alberto Ramírez, de Colombia, obtuvo el bronce.
Las mujeres en bmx se lucieron, Bethany Shriever apuntó otra medalla de oro para Gran Bretaña; Colombia nuevamente en el podio, ahora con plata, gracias a Mariana Pajón; y no podía faltar Holanda, con Merel Smulders portando el bronce.
El ciclismo en pista quedó con tres titanes en este orden: China, Alemania y Rusia, con oro, plata y bronce, respectivamente.
La persecución por equipos no solamente la ganó Italia, sino que la llevó al siguiente nivel, batiendo el récord que esa misma nación había impuesto, estableciendo la marca de 3:42.032, con la gran velocidad de 64.8 km/h. Dinamarca y Australia completaron el podio.
Para la prueba Madison los más fuertes fueron los daneses, dejándole la plata a Gran Bretaña y el bronce a Francia.
3:59.930
t: KUIS KEMUS
f: © LEO VÁZQUEZ CANO
Para los que nunca lo han hecho o corrido pista, es una prueba que requiere de mucha fuerza para poder hacer un arranque fuerte, pero necesitas la resistencia para aguantar el ácido láctico que se acumula con cada pedaleo; no hay cambios ni freno en la bici de pista, la prueba requiere de toda tu atención, destreza y aerodinámica. Ashton “saltó a la fama” cuando en un panamericano rompió el récord del mundo en el 2018 aquí mismo en Aguascalientes, con un tiempo de 4:07.251, rompiendo el récord previamente establecido en el 2011, superó su propia marca en Bolivia, y después comenzó un mano a mano con Filippo Ganna hasta que el italiano puso el récord en 4:01.934. Al quedar fuera de los Juegos Olímpicos, Ashton decidió enfocarse en ese récord, y no sólo eso, quería ser el primer ser humano en bajar los 4 minutos, algo hasta hace poco impensable.
Comenzó con mensajes de texto, Nacho Contreras nos puso en contacto cuando supo que Ashton vendría a Aguascalientes para intentar romper el récord de la persecución individual, una prueba en el velódromo que se corre en solitario, arranque detenido y 16 vueltas a la pista de 250 m para un total de 4 km.
En esos mensajes no pude conocer mucho de Ashton, venía a Aguascalientes y al parecer sin mucho apoyo, erróneamente pensé que era porque su equipo o sus patrocinadores no estaban a la altura del evento. Ashton estuvo en Aguascalientes solo, poco más de una semana antes de que su pareja y un fotógrafo llegaran dos días antes del intento. Su plan era llegar y arreglárselas, así, vio el mapa y pensó que sería muy fácil moverse en bici por la ciudad y listo, sin mecánico, sin masajista, sin staff, sin Netflix a sus espaldas haciendo un documental, nada. La primera vez que nos vimos fue en el velódromo, Ashton estaba en su “jaula” destinada debajo de las gradas, donde podía guardar sus cosas, sencillo: shorts deportivos y una playera de tirantes que se podría ver perfectamente en la noche, ese sería su look diario. Fuimos a República para que recogiera una e-bike que le íbamos a prestar para que se pudiera mover más fácilmente en la ciudad, se tomó un café y me preguntó donde podría comprar una torta, sí, una torta, de hecho dijo la palabra “torta” en español, era domingo y no había mucho abierto por la zona; como ciclista me preocupe por su nutrición, pensé en pedir a domicilio de algún lugar que tuviera comida más “sana”, a lo cual me dijo: “no te preocupes”, tomó la e-bike y en camino a su depa se buscó su torta.
Durante los días previos al intento su entrenamiento se resumía a sesiones cortas e intensas en la pista, y sesiones de gimnasio. Pareciera que son dos Asthon diferentes: el Ashton relajado, sin estrés, que no se preocupa; y el Ashton que trabaja, el que levanta las pesas, empuja los pedales y nada más, al terminar su sesión regresa a ser esa persona relajada y tranquila. Aquí me di cuenta que no venía con un staff o cámaras de netflix por la simple razón que no le gusta, es muy tranquilo, en Aguascalientes sólo quería poder usar el velódromo y un gimnasio para poder entrenar, nada más, sin dieta rigurosa, sin gadgets excéntricos para mejorara su recuperación o rendimiento, sin suplementos sofisticados más que su proteína, sin dieta estricta, de hecho nos enteramos que un día termino en el centro en un puesto de gorditas, y su mayor arrepentimiento fue no haberlas pedido con queso. Definitivamente no es el estereotipo de un atleta profesional, no pareciera ser una persona que estuviera a días de hacer historia, aunque físicamente podías ver la potencia en las piernas, no pensarías que detrás de ese bigote se esconde un récord mundial.
El miércoles 18 de agosto era el día marcado en el calendario para hacer el intento, Zipp haría una transmisión en vivo desde el velódromo para que todo mundo fuera testigo del histórico momento. Pero el martes 17 de agosto llegamos al velódromo a las 10 de la mañana para la última sesión de entrenamiento, y Ashton nos sorprendió con un “hoy lo voy a intentar”. Nos quedamos sorprendidos, no sabíamos cómo reaccionar más que con apoyo, ya estábamos ahí, los jueces estaban ahí, y si se sentía listo, ¿por qué no? Charly, nuestro mecánico de República, ya era su mecánico de confianza en Aguascalientes, él fue quien armó la bici con la que se haría el intento, se aseguró de que todo estuviera en orden; Christina, su pareja, se regresó al depa por el skinsuit especial para el récord, y listo. 10 de la mañana hicimos la activación en la pista que estaba planeada y después de eso Ashton se quedó ahí en el velódromo, acostado en el piso con las piernas arriba de una banca de madera, tranquilo, sin glamour, sin transmisión en vivo, quería que Europa se despertara con la noticia de un nuevo récord mundial.
5, 4, 3, 2, 1… suena el arrancador, toda la atención sobre el joven de Nebraska intentando hacer historia, sin más referencia que los números que le gritaba su coach en turno, y digo en turno porque era un señor que estaba apoyando a un grupo de masters con otros intentos, mas no era su entrenador personal ni nada. Gritaba números, “4-5”, “4-4”, que significan el tiempo que hacía por vuelta, “4-5” era un 14.5 segundos en esa vuelta, los números sonaban bien, y en el último kilómetro, “5-1”, eso no estaba bien, sabíamos que todas las vueltas deberían de estar sobre los 14 segundos, las últimas vueltas las logró bajar nuevamente a cuatros. Suena la campana, última vuelta y suspenso, esperar, no hay pantalla gigante con tiempos ni nada, corrí con el juez principal. 4:02.300, a medio segundo del récord y a más de 2 segundos del objetivo.
Baja Ashton de la bici, destrozado física y mentalmente, lo tienen que llevar a hombros a la banca donde había pasado todo el día, con el aplauso de la gente en el velódromo, de fondo; se le reconoce el esfuerzo, récord nacional para Ashton y la segunda persecución individual más rápida de la historia, la segunda, nadie se iba acordar de eso. Fueron momento difíciles, no había mucho que hacer, no había mucho que decir, Charly, Leo (el fotógrafo) y yo, nos quedamos más de una hora ahí con él, en silencio, mientras Christina y Ashton hablaban, analizaban lo sucedido, y lo animaba, ella era su persona, quien lo conocía, y tal vez a la única que escucharía en estos momentos. Nosotros simplemente estábamos ahí, y nos despedimos con un “mañana regresamos”.
Miércoles 18 de agosto, llegamos una hora más temprano al Velódromo, 9 a. m., uno de los pequeños ajustes a la rutina, hacer el calentamiento más temprano, y dar más tiempo de reposo; con los jueces en la pista, pudimos probar el arrancador, pieza clave para la confianza de Ash, fue muy rápida esa sesión, pero importante, y ahora no nos quedamos en el velódromo, cada quien se fue a descansar a su casa, y regresamos al velódromo en la tarde.
Transmisión en vivo, ahora si todo el mundo estaba al pendiente, Ashton se pone sus audífonos para calentar y desde ese momento era otro, completamente concentrado, confiando en su pequeño e improvisado equipo, Charly da una última revisada a la bici y se la entrega a los jueces, se sube la bici al arrancador y nuevamente comienza el conteo regresivo. Ashton en la bici, el arrancador sujetándolo, una pista por destino, una linea negra como referencia, contando vueltas en su cabeza, 16, porque su posición es tan extrema que ni alcanza a ver el contador de los jueces. Arranca. Cuatros, sólo escuchamos cuatros por parte del coach que gritaba a todo pulmón, y al terminar, el mismo suspenso que hace 24 horas, termina su prueba, aplaudimos el esfuerzo, pero nadie sabia qué tiempo o qué había pasado, y de repente, un grito de euforia, alguien cerca de los jueces escucha el tiempo: 3:59.930, nuevo récord del mundo, y primer ser humano en hacer menos de 4 minutos. El velódromo se llena de alegría, llega Ashton a la zona de arranque nuevamente destrozado, pero sólo físicamente, no se podía mover, pero feliz, habían sido 24 horas muy largas, y lo logró.
Mientras Asthon estaba rodeado de los únicos dos fotógrafos en el velódromo, los jueces estaban junto con Charly desmantelando la bici de 30,000 dólares en un tiempo récord de 5 minutos, grabando cada tornillo y tomando fotos de todo como evidencia de que no había fraude mecánico. La bici que había tomado horas en armar estaba siendo desmantelada mientras Ashton al otro lado de la pista recuperaba su aliento.
A un lado de la banca de madera había un pequeño banco, parte del inmueble del velódromo, fue ahí donde Ashton tuvo su “glamoroso” podio, con una botella de champagne que llevaba 24 horas en la hielera, sin su playera fosforescente, sólo con shorts, con un pequeño grupo que ni a la decena de personas llegábamos. Tal vez no es lo que te imaginas al escuchar que alguien acaba de conquistar un récord del mundo, o de hacer algo histórico, pero así fue, y fue al estilo de Ashton Lambie, la persona más sencilla que he conocido y ahora también la más rápida.