Síntesis sobre los principales aspectos de la correlación economía - innovación, basada en la obra de Joseph Schumpeter que utiliza como fuente el libro de Thomas K. McCraw, Prophet of Innovation. The Belknap Press of Harvard University Press, USA, 2007. Capitalismo _ innovación _ destrucción creativa _ economía dinámica
Profeta de la Innovación
Synthesis on the main aspects of the correlation between economy and innovation, based on the work of Joseph Schumpeter that uses as source Thomas K. McGraw’s book “Prophet of Innovation”, 2007, The Belknap Press of Harvard University Press, USA Capitalism _ innovation _ creative destruction _ dynamic economy
Schumpeter siempre tendió a ver el sistema inmerso en un proceso de continuo cambio
JOSEPH
y contingencia, entre fases de decadencia y resurgimiento que según él eran naturales no solo en el capitalismo sino también en la democracia.
SCHUMPETER Álvaro Sylleros _ Diseñador Industrial U. de Chile Master of Arts Ohio State University _
Profesor Escuela de Diseño UC.
History of Economic Analysis y Capitalism,Socialism and Democracy como los más recurridos. Schumpeter fue un orador con dotes histriónicas excepcionales y se diferenció ampliamente del mundo académico de la economía de su época por alimentar su teoría con profundos conocimientos en ciencias políticas, historia, sociología, psicología, filosofía y más que nada por pensar la economía a partir de un gran sentido de lo humano y de lo emocional, además de exhibir un gusto refinado por la ropa, la arquitectura, el arte y la buena vida. Schumpeter nace el mismo año que su máximo oponente intelectual, John Maynard Keynes, el economista de mayor influencia durante la primera mitad del siglo XX, quien gana renombre a partir de ayudar a establecer una serie de regulaciones desde el aparato estatal hacia el sistema capitalista para prevenir situaciones traumáticas como la creada por la recesión de los años treinta. Keynes, el economista austero, basado prácticamente solo en números, enfocó su visión en
mantener el sistema siempre en equilibrio, en alejar la economía del fantasma de la crisis y el desbalance. Y eso genera, según Schumpeter, un capitalismo en estado de estancamiento, demasiado regulado y constreñido por una visión que tiende a congelar un sistema de por sí dinamico. En efecto, la discrepancia de base entre estos dos economistas residía en la tendencia keynesiana hacia una economía estática, versus Schumpeter quien siempre tendió a ver el sistema inmerso en un proceso de continuo cambio y contingencia, entre fases de decadencia y resurgimiento que según él eran naturales no solo en el capitalismo sino también en la democracia. “El estado natural del capitalismo es el desequilibrio”,1 frase que espantó al mundo académico y político de la época, mayormente keynesiano, que buscaba desesperadamente la estabilización del sistema económico luego del trauma de la gran depresión. Para el austriaco estos términos eran contradictorios desde su perspectiva de analista obsesionado con el fenómeno capitalista, no solo
desde lo estadístico, sino más que nada desde la observación de las acciones y pasiones de individuos y compañías particulares; de hecho Business Cycles es un compendio histórico sobre casos de surgimiento, éxito, decadencia y resurgimiento de los negocios emprendidos por las compañías exitosas de la época como Westinghouse, General Electric, Ford Motors Co., Bell Telephone, etcétera. A mediados de los años cuarenta Schumpeter ya es el adalid del concepto de “economía dinámica” e inusitadamente se enfrasca en hallar claves científicas para lograr una “economía exacta” a manera de ciencia predictiva. En realidad, según McCraw, esta nueva tarea es fruto de un enamoramiento tardío del economista con las matemáticas y el cálculo que lo llevan a un titánico esfuerzo sin lograr el resultado esperado, pero que sin embargo, finalmente consigue una comprensión más abarcativa y eficaz. En su diario personal escribe sobre la necesidad de una “matemática evolutiva”, inexistente hasta hoy, que pueda anticipar los comportamientos dinámicos.
Por otra parte, su conocimiento sobre historia le hacía patente una apabullante cantidad de cambios imposibles de ser predichos matemáticamente. De esta forma, redirige su foco hacia la sociología económica y a la historia con más ímpetu que antes, llegando conclusivamente a establecer el Principio de Indeterminación, el cual básicamente señala que son las acciones individuales y el caos los grandes generadores del cambio. En uno de sus ensayos llamado “Comments” desarrolla una distinción crucial entre lo que él denomina respuestas “adaptativas” y “creativas” en el comportamiento de los negocios. Si una economía, industria o empresa, frente a un cambio significativo del entorno, reacciona aplicando un ajuste a las prácticas existentes, estamos hablando de una respuesta adaptativa. Si la reacción queda fuera del rango de las prácticas existentes, entonces podemos hablar de respuesta creativa. Así se entiende que una respuesta creativa nunca podrá ser predicha y por lo tanto es indeterminada. También este tipo de respuesta capaz de generar
1 McCraw. Thomas, Prophet of Innovation, 2007, p. 433. 2 Ibíd. p. 474.
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resultados de largo alcance ya sea en un país, industria o compañía, a menudo depende del liderazgo de individuos específicos y además cambia para bien las situaciones sociales y económicas, creando nuevas condiciones que jamás se podrían haber desarrollado sin ella. “Por esta razón, las respuestas creativas son un elemento esencial en el proceso histórico”,2 concluye Schumpeter. Creatividad, el elemento humano excepcional, sumado al elemento de la chance dan lugar al Principio de Indeterminación. Y esto pone nerviosa a la economía en cualquiera de sus escalas, la mantiene en alerta, mucho más ahora que en la época de Schumpeter; de aquí que la competitividad sea de un tiempo a esta parte una guerra que requiere de estrategias porque se trata de un proceso un tanto descarnado, que en 1942, Schumpeter se atreve a acuñarlo como de “destrucción creativa”. El economista usa este concepto para describir cómo es que los productos y métodos innovadores desplazan lo que ya se hace “viejo”. Sus ejemplos son obvios:
La fábrica desplaza al taller, el automóvil al carruaje, el motor de explosión al de vapor, etc. Hoy, podríamos decir que ni siquiera los adelantos alcanzan a hacerse viejos cuando ya son obsoletos. La industria de las tecnologías de información sufre y a la vez profita de la destrucción creativa a una velocidad que dejaría perplejo al mismo Schumpeter. Destruir y crear son acciones opuestas no simples de alojar simultáneamente en el pensamiento; generan una inestabilidad incomoda que amenaza el sentido de continuidad personal y colectivo. Sin embargo, cuando consideramos estas acciones como una visión crítica que intenta mejorar las cosas mediante el cambio, entendemos lo necesaria que es la innovación. Según Schumpeter, el verdadero motor de la economía no es precisamente el capital, como se podría observar a simple vista, sino el emprendimiento de los innovadores siempre en proceso de destrucción y creación, a veces para mejorar las cosas, otras no tanto… Y si la innovación es tan necesaria, ¿por qué es tan difícil de
asumir? Leyendo el excelente texto de Thomas McCraw sobre las ideas y biografía de Schumpeter es comprensible que su existencia –marcada de cambios dramáticos en su vida afectiva caracterizada por la pérdida y su trayectoria profesional que lo hace vivir en diferentes países ocupando plazas de trabajo que van desde ministro de finanzas hasta profesor universitario–, esté marcada por quiebres y adaptaciones que lo hicieron encarnar la destrucción creativa con parsimonia aunque finalmente siempre con éxito. La innovación conlleva una serie de actitudes frente a la vida que son difíciles de asumir por lo contradictorias en relación con el sentido de estabilidad. Se trata del desapego con el mundo cotidiano, del valor para el riesgo, la resiliencia al fracaso, el atreverse a problematizar antes de resolver, la capacidad de dejar de ser siempre el mismo y ver desde otra perspectiva, un optimismo a toda prueba y básicamente unas tremendas ganas de crear, de ser autor, de dejar huella. DNA
Bibliografía McCraw Thomas. 2007. Prophet of Innovation. Cambridge: The Belknap Press of Harvard University Press.
JOSEPH SCHUMPETER
Chile no eleva su nivel de competitividad, en comparación con otras economías emergentes como la irlandesa, debido a su pobre progreso en educación e innovación. Esta afirmación se sustenta en que ambas problemáticas se entrecruzan en la escena cultural y socioeconómica del país provocando una situación de estanco, que a pesar de los esfuerzos de diversos agentes estatales y privados no demuestra mayor avance. Aunque asistimos a un estado de efervescencia que hoy pone “de moda” el tema de la innovación y que según algunos amenaza con agotarlo, no son muchas las visiones proactivas que ofrece la economía, en tanto ciencia fundante de la vida contemporánea, que permitan “innovar en innovación”. Definitivamente, el acercamiento más anticipado e iluminado sigue siendo el del economista Joseph Schumpeter (1883-1950). Nacido en Austria, cristaliza su carrera en Estados Unidos, enseñando en Har vard y Yale. Autor de libros aún vigentes en la academia, destacan: Business Cycles,
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