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Especial IoT 3: Edificios Inteligentes

Edificios inteligentes, lo que viene

El impacto del diseño de los edificios sobre el bienestar físico y mental de las personas es un tema cada vez más relevante para el sector inmobiliario. El atractivo de los inmuebles ha cambiado y ahora son admirados no sólo por lo que se ve, sino por el bienestar que aportan y lo felices que hacen sentir a las personas. Es en este proceso en el que los llamados edificios inteligentes empiezan a destacar, seduciendo y brindando una mejora en la calidad de vida de las personas que los habitan, y donde la gestión eficiente de la energía y la automatización son factores determinantes. La implementación de sistemas conectables permite tener información y datos de todo lo que ocurre en el edificio, monitoreando sus sistemas de seguridad, iluminación, distribución eléctrica y ventilación, abriendo la posibilidad de mejorar todos estos factores y ofrecer una experiencia mejorada y más segura de quien lo utiliza.

Por dar algunos ejemplos, la calidad del aire interno del edificio se relaciona con el bienestar y la productividad de los usuarios– los niveles de CO2 causan sensación de cansancio e influyen en la toma de decisiones – y la ventilación natural o el aire acondicionado mixto son beneficiosos. En el caso de ambientes de trabajo, se ha determinado que niveles más altos de actividad física mejoran la efectividad de los empleados y muchas empresas están empezando a calibrar cómo sus oficinas pueden combatir el sedentarismo. Además, están llegando al mercado sensores que ayudan a prevenir los dolores de espalda, cuello y músculos, una de las principales causas del absentismo.

El IoT ofrece innovadoras soluciones de edificios inteligentes para cumplir estos objetivos, al tiempo que revoluciona los sistemas tradicionales de gestión y automatización de edificios. Tal es así que los edificios inteligentes se encuentran entre los principales casos de uso del IoT entre industrias en rápido crecimiento hasta 2020.

Se estima que el tamaño del mercado alcanzará US$24.73 mil millones para el 2021, debido a la creciente necesidad de sistemas integrados de seguridad y protección, y una creciente preocupación para reducir las huellas de carbono y el desperdicio de energía en los diferentes tipos de edificios. Mayor eficiencia energética De acuerdo con Schneider Electric, el 40% de la energía mundial se consume en edificios; el 75% de los costos operativos de un edificio a lo largo de su vida se debe a mantenimiento y a gastos de explotación, y el 30% de la energía consumida en edificios se desperdicia por la ineficiencia de sus sistemas de gestión, entre otros elementos. Ante este panorama, un edificio inteligente se plantea como una solución para migrar hacia ciudades más cómodas para sus habitantes y también más conscientes con el planeta, mientras ofrecen el beneficio de reducir costos de operación.

Los materiales de última tecnología y los sistemas inteligentes ahorran energía, incrementan y mejoran la calidad de la experiencia, ya sea en el hogar, el trabajo o en otros edificios, como hospitales o museos. Por ejemplo, los paneles solares pueden cubrir las necesidades energéticas de un edificio, mientras que los sistemas que utilizan sensores para controlar la luz, la temperatura y la ocupación de la sala permiten ajustes automáticos para optimizar el uso de los sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación. Fuente: Statista Volumen de datos recolectados por edificios inteligentes Fuente: iotworldonline.es Smart Building, el nuevo espacio laboral

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