maet nº 8

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8 mayo 2020-2021

eauclm Toledo mayo 2020-2021

juan ignacio mera roberto frangella

prah a, brno viaje de estudios eat 2020

el castillo de praha y el barrio de liben en dos tempranos documentales de alexandr hackenschmied (1907-2004): bezúcelná procházka (1931) y na pražském hrade (1932)» adolfo de mingo lorente mugak bienal de arquitectura de euskadi

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josep maría jujol pep llinás

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Publicación de la Escuela de Arquitectura de Toledo

Universidad de Castilla La Mancha

editorial comité científico

Edita

eaT. Escuela de arquitectura de Toledo

Directora de la edición Nieves Cabañas Galán

ConsejoEditorial

Juan Ignacio Mera Adelaida del Puerto Adolfo de Mingo Mariola González

DiseñoyMaquetación

Mariola González Juan Ramón Alfaro

Diseñográficodecubierta

Luigi Maisto ggetto@me.com

Antonio Fernández Alba (ETSAM)

Eduardo Mangada (ETSAM)

José Luís de Miguell (ETSAM)

José Manuel López-Peláez (ETSAM) Mariano Bayón (ETSAM)

Mª Teresa Muñoz (ETSAM) Ricardo Aroca (ETSAM)

Carmen Pinós (ETSAB)

Elias Torres (ETSAB)

Félix Solaguren-Beascoa (ETSAB) José Llinás (ETSAB y ETSAV)

Oriol Bohigas (ETSAB)

Tomás Carranza (arquitectos de Cádiz) Eduardo Souto de Moura (FAUP) Nicola Flora (UNINA)

Bolles and Wilson (FH-Münster)

Donatella Fioretti (TU Berlín)

Andres Voight (FH-Kärnten)

Angela Lambea (FH-Kärnten) Lin Utzon

escuela de arquitectura de Toledo

Jose Antonio Aguado Juan Alonso Enrique Alvarez-Sala Carlos a. Wandosell Emilia Benito Javier Bernalte Josefa Blanco Paz Nieves Cabañas

Jose Ramón de la Cal Adelaida del Puerto Federico Fernández Daniel Fernández-Carracedo

Jose María García Crespo Ignacio Garrido Luis Gil Aida González Llavona Juan José López-Cela Nicolás Martín

Luis Martínez Barreiro Juan Ignacio Mera Jose Luis R. Noriega Rosa Pérez Badía Nacho Román

Mª Dolores Sánchez Moya Mª del Carmen Serna Javier Vellés

Impresión

CRM Reprografía Ciudad Real D.L. TO-328-2013 ISSN-L 2340-1567

©de esta edición, Escuela de Arquitectura Universidad Castilla-La Mancha ©de los textos e imágenes, sus autores Imagen de Cubierta ©Juan Ignacio Mera y Carlos a. Wandosell Imagen de Contraportada ©escuela de arquitectura de Toledo

editorial ¿qué le ocurre a la arquitectura hoy?

Arquitectura Solidaria

Frangella

En el inicio de su libro, La salvación de lo bello, el filósofo coreano afincado en Alemania Byung-Chul Han dice:

“Lo pulido, lo brillante y liso, invade hoy el mundo”

Los objetos cotidianos nos envuelven, con sus cuerpos compuestos por esquinas dulces y sus superficies heladas y táctiles.

Sin apenas darnos cuenta, en muy pocos años, todo ha ocurrido a la vez.

Pantallas planas, teléfonos, asientos de aparente piel, zapatillas refulgentes, vehículos.. Hoy, todo reluce.

Todo pertenece al reino de lo pulido.

Lo pulido no se limita sólo al aspecto externo de los objetos, también a la comunicación que se lleva a cabo en todas partes.

Esta resulta tan satinada porque todo lo que se intercambia son fundamentalmente complacencias.

Sólo queremos compartir gozos, incluso cuando nos comunicamos tragedias.

Huimos de la muerte y de la enfermedad, creyendo que unos días o unos momentos de la tan manida, hoy en día, “cooperación”, salvarán nuestra alma.

-Alma en la que ya no creemos.

El mensaje pierde así todo su valor, toda su carga de profundidad.

Poco a poco todo resulta infantil.

Sin darnos cuenta, en el proceso de aceleración que estamos viviendo, el mundo se encamina hacia el vacío. Es así como el arte se manifiesta coherente con este ambiente.

Hoy, con un éxito mundial, da igual observar en una sala de exposiciones un caniche gigante de colores como los que produce un artista como Jeff Koons, o una oveja cortada por la mitad introducida en formol, como ocurre en alguna de las obras de Damien Hirst. En presencia de las esculturas alisadas y brillantes realizadas por estos artistas y otros nos acercamos tanto a ellas, mentalmente, que podríamos acariciarlas. Una especie de superficialidad está en todo de tal forma que nos impide separarnos.

Consideramos entonces el arte como algo suave y táctil. Sin embargo, todo juicio estético exige distancia. Lo pulido, lo sedoso, transmite una sensación confusamente agradable que nos aleja de cualquier hondura.

Las imágenes con brillos en realidad nos hechizan. En todas ellas el interior no parece existir.

Byung-Chul Han dice respecto a la famosa escultura de Jeff Koons:

“Ballon Dog, no es ningún caballo de Troya. No esconde nada.

No contiene ninguna interioridad que se oculte y nos espere tras su superficie pulida.

Como ocurre con el smartphone, en presencia de estas esculturas bruñidas y abrillantadas, uno no se encuentra con el otro.

Se encuentra consigo mismo”.

En opinión del también filósofo alemán Hans-Georg Gadamer, “la herida es esencial en el arte. Hay en ella algo que conmociona, que nos remueve, y

nos pone en cuestión”

Rainer Maria Rilke dijo, respecto a esto: “En la obra de arte no hay ninguna instancia que no te esté mirando.

De alguna forma te dice; ¡Tienes que cambiar de vida! Es una sacudida.

Un verse derribado, que sucede debido a esa dimensión especial con la que toda experiencia artística nos encara”.

Hoy triunfa una “BELLEZA” que nos anestesia.

Esto no solo ocurre con lo que damos por bello, también la fealdad ha caído en el mismo lado de la balanza, porque hoy lo feo, lo aparentemente repugnante, que aparece en los “realitys shows de supervivencia”, se consume carente de toda negatividad.

Hoy, las relaciones humanas se exhiben como zoos de realidad, con admirados seres carentes de todo interés. Hoy, el dolor de Frankenstein es un cuento de niños.

En el ahora que vivimos, la reacción, lo propio del ser humano, su capacidad para revelarse, su íntimo ser indómito, se está relajando como un muelle antiguo. La sociedad higiénica y lisa a la que nos encaminamos, se asusta ante cualquier resto descontrolado. Robert Pfaller, uno de los primeros partidarios de la iniciativa austriaca “¡Mein Veto! Ciudadanos contra la tutela”, así como uno de los fundadores de la iniciativa europea “Ciudadanos contra la política condescendiente”, en su libro Lo santo y la razón pura, lo explica así:

“La sociedad actual, obsesionada por la limpieza y la higiene, es una sociedad que siente asco ante cualquier forma de negatividad.

El imperativo higiénico se traslada a otros ámbitos. Así es como por todas partes se dictan prohibiciones en nombre de la higiene”

De esta forma, en honor de la salud y la higiene, todo secreto se percibe hermanado con la suciedad.

Lo íntimo, lo interior, pierde vigencia.

Vamos encaminados entonces, sin remedio, hacia la absoluta transparencia.

Es entonces cuando todo se vuelve traslúcido, cuando las cosas y las personas, y las relaciones entre cosas y personas, y los proyectos entre personas, se enrocan en lo datado, controlado y medido.

Y es, en ese momento, cuando de forma inevitable, comenzamos a perder intimidad.

Así nos olvidamos de nuestro interior, porque los datos se entregan a la visibilidad y al escaparate.

En este ambiente de datos e información, el libre albedrío se resiente, la libertad de acción queda reducida, y al final todo lo hacemos para algo o para alguien, esperando un puesto sumiso que, sin darnos cuenta, estamos empeñados en conseguir.

El éxito, un éxito que se configura como meta, una meta trazada de antemano, ya que es idéntica a otras metas.

Y es entonces cuando comenzamos a preocuparnos sólo por nuestro primer plano, el plano de uno mismo,

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Juan Ignacio Mera director de la escuela de arquitectura de Toledo (eaT) Roberto

que no incluye el mundo exterior, ese gran mundo que nos rodea.

Así es como aparece la super construcción de uno mismo, una auto·estructura que deja abandonada la preocupación por el otro, ó los otros, para entrar sin remedio en el reino del yo.

El selfie no es más, que una de las puntas del iceberg de este fenómeno.

El problema es que este proceso nos deteriora hasta tal punto que desaparece el sosiego, ya que se trata de un proceso infinito.

Y esto, que parece que se refiere sólo a la sociedad, es lo que le ocurre hoy a la arquitectura.

Y le ocurre no porque los arquitectos sean malvados o ignorantes, le ocurre porque no se piensa la razón de la causa inevitable de este resultado.

Lo pulido, lo liso, lo brillante, se extiende como un líquido que va penetrando en todos los ámbitos. ¡Cómo no iba a pasar en los oficios y en las escuelas! ¡Ahora bien!

¡Podemos recordar, como antídoto, el Poema del ángulo recto!

En él, Le Corbusier ordena el mundo en 7 partes. Cada parte, llamadas con letras A.B.C.D.E.F.G, contiene a su vez un número de poemas diferente.

1.El poema llamado Milieu/Medio, es el sol y la luna, la tierra y sus movimientos.

El día y la noche.

Las nubes.

El agua, los rayos y los árboles. La ciudad.

Las huellas del hombre, su norte y su sur. Los bosques y el viento.

Los caminos, los trazados regulares. Las plantas.

El río y el baño.

La mano trenzada.

2. Espirit/Espíritu, es la medida, la soga, y las dimensiones del hombre.

La proporción, el salto y la caracola.

El horizonte y las plataformas del ciudadano y de los pájaros.

Las montañas con sus cumbres, el sueño y los animales. Los bloques al sol.

3. Chair/Carne, es el toro y el caballo. Los carneros.

El gato.

El laberinto y las manos.

La huida.

El cuerpo, el vino y la sierra.

La copa y la mirada.

Las mesas, el barco y la red.

El torso desnudo y la luz.

4. Fusion/Fusión, es el puercoespín/loba, el buey/ rinoceronte, la mujer/hombre.

La serpiente.

5. Caractere/Caracteres, son la mente y la mirada, la pasión y el drama, el nómada y la música, la máquina y la ciudad.

6. Offre, La main ouverte/Ofrenda, la mano abierta, es

la llave.

7. Outil/Herramienta; El ángulo recto.

Con un carbón se ha trazado el ángulo recto. Es la respuesta y la guía.

Es una elección.

Es simple y desnudo, pero comprensible. Los sabios discutirán de su relativo rigor.

Pero la consciencia ha hecho de él un signo. Es la respuesta y la guía.

El hecho.

Es mi respuesta.

Así resume Le Corbusier una parte de su visión sobre la arquitectura.

Por una parte la sencillez de las formas, por otra la plenitud e inmensidad de lo otro. Ese otro llamado mundo.

¿Qué le ocurre a la arquitectura hoy?

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¿Es necesaria la Teoría?

Si revisamos los resultados conceptuales de la arquitectura de los últimos años, observamos, sobre todo, una enorme inacción teórica.

Después de los últimos escalones de teoría sobre la ciudad, una vez sobrepasada la Tendenza Italiana, fruto del pensamiento del arquitecto Aldo Rossi en el año 1966, que inevitablemente degeneró.

El Postmodernismo, fruto de las teorías de Robert Venturi del mismo año, que tuvo idéntico final; el llamado Deconstructivismo iniciado por Peter Eisenman a partir de los planteamientos de Jacques Derrida, que tuvo un final terrible, o el High-tech, que tomó su nombre del libro: The Industrial Style and Source Book for The Home, publicado en 1978 por Joan Kron y Suzanne Slesinde, desarrollado sobre todo por Richard Rogers, Norman Foster y Renzo Piano, hoy ya en franca descomposición millonaria. Pocos más se han basado en principios intelectuales, ya que de alguna forma todos han estado enredados en alguno de sus principios.

A partir de ahí, en los años 90, destruido el Postmodernismo, serán tres los arquitectos que abran los nuevos caminos.

Por una parte el equipo formado por Herzog/de Meuron, que a partir de las enseñanzas de sus maestros Dolf Schnebli y Aldo Rossi, junto con la influencia del artista Joseph Beuys, golpearon por sorpresa a la arquitectura con dosis de materialismo y libertad formal que ha durado hasta nuestros días.

A su vez, la figura de Rem Koolhaas, que surgirá con enorme fuerza desde la Escuela Inglesa Architectural Association AA de Londres, siendo quizá el único capaz de construir una teoría global de la arquitectura que ha llegado hasta nuestros días.

Su estrategia: “Convertir en virtud lo negativo” De esta forma dio la vuelta al pensamiento, obteniendo, en el mundo occidental, una atracción hacia su obra y su persona no vista desde la figura de Le Corbusier.

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Por último, el primeramente ebanista antes que arquitecto, Peter Zumthor, quien resolvió su arquitectura desde lo intemporal en una especie de minimalismo primitivo.

En este ambiente hemos permanecido durante los últimos veinte años, rodeados de otros que seguían más o menos estos caminos, con un denominador común:

“El éxito de una arquitectura de influencia internacional, como objetivo basado en la publicación en determinadas revistas de carácter más bien placentero”.

Ya en el fin de siglo, numerosos revivals han querido florecer.

El neo-archigram híbrido con los movimientos eco-verdes se ha mezclado con movimientos neoorgánicos de materialismo plástico, mientras que actitudes estándar ancladas en arquitecturas murales neo-mínimal se han extendido por escuelas y países, considerándose a sí mismas eternas.

La realidad es que todo esto hoy está en crisis.

Muchas voces lo negarán, pero esta es la situación. Mientras va llegando el declive, todos o casi todos los trabajos de los arquitectos en la recta final se encaminan hacia lo pulido, lo virtual y vacío.

Los representantes del High-tech más radical se encuentran ahora inmersos en la plenitud de los renders, resbaladizos, y en esta caída, muchos arquitectos y padres de arquitectos, han querido ver, en las grandes oficinas de arquitectura e ingeniería, la solución a sus problemas, pensando que el mercado de gran escala, las normas admitidas sin resistencia y una confianza ciega de la tecnología y los productos de alta gama van a salvar la arquitectura.

Pero la forma exige claridad.

Y el juicio estético exige distancia, como ha quedado expresado anteriormente.

Theodor Ludwig W. Adorno, el filósofo alemán de origen judío que también escribió sobre sociología, psicología y musicología, considerado uno de los máximos representantes de la Escuela de Fráncfort, explica el fenómeno de la destrucción de la forma: “Lo amorfo se parapeta fuera, como el enemigo ante los muros de la ciudad sitiada y la hace morir de hambre”. No es extraño entonces que hayan aparecido últimamente arquitecturas amorfas como las practicadas por oficinas como la llamada Big, que retrata exactamente esto, lo amorfo como solución y el amontonamiento.

En su ensayo sobre estética, Hegel define la verdad como la contrafigura del amontonamiento.

“Al igual que la verdad, la belleza es una forma, mientras que el amontonamiento es amorfo”.

Tanto la belleza, como la verdad no son frecuentes. Tanto la acumulación de formas en masa como la montaña de datos, el aclamado BIG DATA, están, de hecho, en contra del conocimiento.

Es quizá este el gran problema que nos ocupa, por encima de la discusión de los ismos.

Una confianza ciega en los programas, protagonistas

absolutos de la limpieza higiénica, de la acumulación, de su frialdad opuesta a la verdadera arquitectura que exige mancharse las manos y entrar en la realidad de la tierra, del hoyo, como la más importante de las tareas del hombre: “cavar las tumbas de sus congéneres”, encender el fuego y hacer correr el agua.

Sin entrar con pies de acero en el barro, sin la mancha, no existe la arquitectura.

Hay hoy una frialdad que separa al arquitecto de una profesión ancestral inventada para resolver problemas cotidianos, próximos, y pequeños.

Una frialdad basada en lo brillante cuando, sin embargo, empezamos a estar convencidos de que el alimento diario debe ser básico, rudo, e imperfecto.

Porque siempre la belleza va unida a la imperfección. Y, Ante este panorama...

¿Cuál debe ser nuestra actitud?

La confianza que existe en todas partes hacia lo pulido nos abre la oportunidad de enfrentar una posición.

Es una ventaja en la línea de salida.

Saber lo que está ocurriendo es clave para avanzar. En el último experimento de la factoría Disney se ve con claridad este error/cuestión.

Por poner un ejemplo, la archiconocida Mary Poppins tuvo una segunda oportunidad.

¿Por qué resultó tan nefasta esta película?

La razón es tan sencilla que es difícil descubrirla a priori.

Con unos medios a su alcance inmensos, en comparación con la primera producción, allá por los años 60, dirigida por Robert Stevenson, producida por Walt Disney y con canciones escritas por los hermanos Sherman, la clave fue el “guion” de la primera, escrito entonces por Bill Walsh y Don DaGradi, como es bien conocido, basado en la serie de novelas “Mary Poppins” escritas por Pamela Lyndon Travers.

¡Ahí está la razón!

En el primer film había una teoría.

Existía una historia, y sin historia no hay relato y sin relato no hay vida.

Toda posición teórica necesita un pensador. No nace por generación espontánea.

Sin embargo, sí es posible conseguir un movimiento a partir de un grupo, incluso con mentes diferentes que lo pongan en marcha.

Para conseguir esta meta, es necesario unir voluntades, ampliar perspectivas y generar un clima de libertad.

Y esta y no otra es hoy nuestra tarea.

¡Formemos una nueva teoría!

Hoy es el primer día de los próximos DIEZ años de EAT. Hoy, Empieza la Escuela de verdad.

Y hoy, todos, vamos a reunir el pensamiento libre, amplio e indómito, para poner en el mapa esta posición, distinta y única.

Vamos a lanzar una Teoría de la Arquitectura Moderna.

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año 2019
juan ignacio mera. director de la eauclmT toledo, septiembre

Arquitectura Solidaria

La Arquitectura es un saber que se despliega respondiendo a la necesidad humana. La cobija en su hábitat.

La arquitectura se desarrolla siempre de la misma manera, es una sola en su esencia. Pero no es siempre la misma, porque los hombres son todos distintos.

Han establecido diferentes clases sociales, con características de cultura y poder muy desiguales.

La clase más postergada jamás soñó con la arquitectura hecha por un arquitecto. Es por ello que cuando algunos arquitectos reconocen en los más humildes su hermandad como seres humanos y se acercan a ellos para para brindarles su saber en forma solidaria, esta actitud construye la llamada arquitectura solidaria. Siendo así, afirmamos como condición esencial de este servicio considerar a los más pobres como usuarios de la arquitectura. En general los grupos de pobladores carecen de recursos para pagar honorarios: esta es otra característica, prestar el servicio en forma gratuita y solidaria.

A veces las cooperativas u otras organizaciones populares pueden cubrir algunos gastos. Pero, más allá de ello, lo imprescindible es la valoración del más excluido.

Sin duda el contexto condiciona: la idiosincrasia popular, las tecnologías posibles y los recursos para hacer el milagro de menos es más.

Una torre de titanio no necesariamente es mejor proyecto que una casa de adobe.

Por algún motivo nada edificante, los arquitectos como parte de la clase media intelectual, hemos servido solamente a esa clase de pertenencia, siendo que la formación universitaria gratuita nos obliga al agradecimiento.

Arquitectura al servicio del negocio inmobiliario, Arquitectura de las grandes corporaciones. Arquitectura de los barrios cerrados. Arquitectura supra/comercial. Arquitectura de viviendas individuales inmensas.

Cada una responde a una parte de la sociedad dentro de la variada escala. Si la sociedad fuera más igualitaria y justa, la arquitectura tendería a ser de una sola manera.

Servir al hombre en sus necesidades, sin extremos. Ya no hablaríamos de arquitectura solidaria, o tal vez toda la arquitectura tendería a lo solidario, como lo serían las relaciones humanas.

Relaciones humanas replanteadas después del cimbronazo coronavirus.

roberto frangella argentina

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10 01 03 02 04 05 Castillo de Praga | Joze Plecnik 1920 32 Iglesia husita en Vinohrady | Pavel Janak 1930 31 Iglesia Sagrado Corazón | Joze Plecnik 1928 32 Edificio Bat’a | Luvik Kysela 1927 29 Nová Scéna | Karel Prager 1977 83 praha 06 08 10 07 09 Osada Baba | varios 1932 34 Villa Rothmayer | Otto Rothmayer 1928 29 Winternitzova villa | Adolf Loos 1931 32 Iglesia St. Wenceslas | Josef Gocar 1928 33 Müllerova vila | Adolf Loos 1930 brno 01 City Accommodation Office | Oskar Poríska 1927 28 02 Commercial and apartment building of the company Wittreich | Otto Eisler 1930 31 04 06 Moravian Bank | Ernst Wiesner 1928 30 Apartment building with shops and café | Oskar Poríska 1937 03 05 07 09 Reconstruction of the Schwanz Palace | Bohuslav Fuchs 1938 Brouk and Babka department store | Miloslav Kopriva 1934 Bata department store | Vladimír Karfík 1930 31 New Town Hall reconstruction | Josef Polášek 1934 41 10 Residential house | Bohumil Turecek 1934 11 Pavilion of the Academy of Fine Arts in Prague | Josef Gocár 1927 28
11 12 13b 15 14 16 Pavilion of Commerce and Trade | Bohumír František Antonín Cermák 1927 28 Moravia Pavilion | Bohuslav Fuchs 1927 28 Stein Villa | Ernst Wiesner 1925 26 Pavilion Z | Zdenek Alexa, Zdenek Pospíšil, Jirí Špacek, Zdenek Denk 1928 29 Spitzer Villa | Emerich Spitzer 1932 13a City of Brno Pavilion | Bohuslav Fuchs 1927 28 18 20 22 24 17 19 21 23 Patocka Villa | Jirí Kroha 1935 36 Villa | Evžen Škarda 1935 36 House for Two Young Men | Otto Eisler, Mofic Eisler 1930 31 Apartment villa | Josef Kranz 1936 35 Kroha’s own villa | Jirí Kroha 1928 31 Villas | Evžen Škarda, Jaroslav Grunt 1934 35 Löw-Beer Villa | Rudolf Baumfeld, Norbert Schlesinger 1935 Žácek’s own house | Eduard Žácek 1934 35 25 26 29 31 27 28 30 Terraced houses | Alois Kuba stavitel, Vilém Kuba 1933 34 Apartment building | Otto Eisler 1935 Josef Kranz’s own villa | Josef Kranz 1933 35 Kopecná Municipal Spa | Bohuslav Fuchs 1928 Apartment building | Alois Kuba stavitel, Vilém Kuba 1933 District Sickness Fund | Jindfich Kumpošt 1922 24 Villa Tugendhat | Ludwig Mies van der Rohe 1928 30
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El castillo de Praga y el barrio de Liben en dos tempranos documentales de Alexandr Hackenschmied (1907-2004): Bezúcelná procházka (1931) y Na Pražském hrade (1932) »

Adolfo de Mingo Lorente

1 La bibliografía en español sobre este periodo de la arquitectura checoslovaca no es abundante. Son de destacar los trabajos de Rostislav Švácha, «Hacia una iconografía de la arquitectura checa de vanguardia»; Kenneth Frampton, «Una modernidad digna de su nombre: Notas sobre la vanguardia arquitectónica checa» y Alena Kubova, «Una construcción de relaciones: Estableciendo el centro o centros de la vanguardia arquitectónica en Checoslovaquia», todos ellos publicados en Jaroslav Anděl y Carmen Alborch (ed.), El Arte de la Vanguardia en Checoslovaquia 1918-1938, Valencia, IVAM, 1993.

2 La biografía de Hackenschmied ha sido estudiada fundamentalmente por el historiador del arte Jaroslav Anděl, especialista en teoría y crítica cinematográfica checoslovaca de la primera mitad del siglo XX. Vid. J. Anděl, Alexandr Hackenschmied, Praga, Torst, 2000. También, Jaroslav Brož, Alexandr Hackenschmied, Praga, ČSFÚ, 1973.

3 Beaumont Newhall, B., «The Stuttgart 1929 exhibition», Aperture, vol. 3, nº 2, 1955, pp. 5-7.

4 Posee mucha más afinidad con la película de Ruttmann el cortometraje Praha v záři světel, filmado durante ese mismo año, 1928, por Svatopluk Innemann (1896-1945).

La década de los años treinta fue de gran importancia para la arquitectura checoslovaca. La penetración de las ideas de Le Corbusier y Mies van der Rohe -espoleadas por el Klub Architektu, el movimiento Devětsil y por publicaciones como Stavba-, presentes en la obra de arquitectos como Oldřich Tyl (18841939), acabará cobrando forma en un vigoroso racionalismo1. Uno de sus jóvenes representantes, Alexandr Hackenschmied, fue, además, un renombrado fotógrafo y el principal representante de la vanguardia audiovisual checa2. En estas páginas nos detendremos en dos de sus primeros trabajos, dos documentales de comienzos de los años treinta, década que finalizaría con su emigración a Estados Unidos acompañado por la también cineasta, bailarina y performer Maya Deren. Hackenschmied (más conocido allí como Alexander Hammid) permanecerá en el continente americano hasta su muerte, en 2004, obteniendo galardones tan importantes como el Oscar al Mejor documental en 1964.

Nacido en Praga en 1907, Alexander Hackenschmied estudió Arquitectura en la Universidad Técnica de Praga (CTU), formándose así mismo en Bellas Artes y adquiriendo un temprano interés por la fotografía a través de exposiciones como la famosa Film und Foto, celebrada en la ciudad alemana de Stuttgart en 19293 Ese mismo año participaría, junto a su compañero de estudios Ladislav Machoň -ambos a las órdenes del escenógrafo austriaco Julius von Borsody (18921960)-, en el rodaje de una de las películas centroeuropeas más importantes de finales de la época muda, Erotikon (Gustav Machatý, 1929). Dos años después colaboraría nuevamente con Machatý -entonces a punto de filmar la célebre Extase (1933), con Hedi Lamarr como protagonista- en el drama social Ze soboty

na neděli (1931). Otro de sus proyectos tempranos fue Obrácení Ferdyše Pištory, adaptación ya sonora de la comedia de František Langer, dirigida por Josef Kodíček. De todas estas colaboraciones dio cuenta J. Brož en su temprana biografía de Hackenschmied, publicada en 1973. El más temprano de los dos ejemplos que aquí recogemos es Bezúčelná procházka (Paseo sin rumbo, 1931). Se trata de un onírico recorrido en donde el espectador acompaña al protagonista -el actor Bedřich Votýpka, amigo de Hackenschmied- a lo largo de un viaje de tranvía que recala en los suburbios industriales de Praga, en el barrio de Libeň. El título inicial del cortometraje iba a ser precisamente Na okraji, es decir, «En las afueras»). Vías ferroviarias, pequeñas industrias y chimeneas alternan en este recorrido con las mansas aguas del río Moldava, conduciéndonos no al corazón de la ciudad moderna -como era habitual en las sinfonías urbanas de la época de Entreguerras, entre ellas la célebre Berlin: Die Sinfonie der Großstadt (Walter Ruttmann, 1928)4-, sino a sus últimos remansos. Se trata, por tanto, de una sinfonía centrífuga, según ha sido calificada recientemente Eva Hielscher5, una propuesta que finaliza con el protagonista disociado en dos personajes diferentes: uno que permanece en la serenidad de Libeň y otro que toma la decisión de regresar a Praga. La cámara adquiere en este recorrido una gran agilidad, mostrando las arquitecturas movidas a través del dinamismo del vagón, característica que recuerda a Ruttmann, lo mismo que a Dziga Vertov en su semántica del montaje. También recoge la fisonomía de las fábricas en rápidos movimientos que conducen a las fachadas modernas de las oficinas, yuxtaposición de estilos que Hackenschmied desarrollará posteriormente. Bezúčelná procházka sería estrenado en el cine Kotva de Praga entre noviembre de 1930 y febrero de 1931, en el marco de

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una semana de cine vanguardista (Týden avantgardních filmů) organizada por el propio Hackenschmied y por Ladislav Kolda. El programa incluía otras sinfonías urbanas, entre ellas algunas tan conocidas como À propos de Nice (Jean Vigo, 1930), Rien que les heures (Alberto Cavalcanti, 1926), Cinq minutes de cinéma pur (Henri Chomette, 1926) y Vesnoi (Mikhail Kaufman, 1926).

El segundo documental de Hackenschmied fue Na Pražském hradě (En el castillo de Praga, 1932), correlación experimental entre las imágenes exteriores de la fortaleza que domina la ciudad de Praga y la música del compositor František Bartoš (1905-1973). Su título original, de hecho, iba a ser Hudba architektury («La música de la arquitectura»).

La enorme mole, que Franz Kafka, vecino del barrio de Hradcany, había tomado como referente para escribir El castillo apenas seis años atrás, era objeto por aquel entonces de una ambiciosa restauración dirigida por el arquitecto Josip Plečnik (1872-1957). Este cortometraje refleja nuevamente la experiencia de Hackenschmied como fotógrafo, pero también como conocedor de la arquitectura. Esta puede apreciarse en su interés por los encuadres, por la fluidez del discurso visual entre diferentes estilos artísticos, no solamente las espectaculares formas góticas de la torre Daliborka. El ojo de Hackenschmied explora las relaciones entre muros y huecos, interesándose por detalles como el ritmo visual de las ventanas a la francesa, el biselado de los paramentos o los trofeos barrocos situados por encima de las cornisas, ya sea recortados contra el cielo a contraluz o proyectados en sombra sobre la retícula geométrica de los suelos. Sus movimientos de cámara, entre ellos veloces planos contrapicados que ya era posible apreciar en el cortometraje anterior y que son habituales en los trabajos de otros cineastas checos del momento, como Otakar Vávra, se recrean en el desarrollo vertical del monumento ecuestre a San

Jorge o el obelisco de 16 metros de altura que Plečnik instaló en 1928 por mandato del primer presidente de Checoslovaquia, Tomáš Masaryk, con motivo del décimo aniversario de la joven república, que acababa de configurarse tras la Primera Guerra Mundial. Después de los cortometrajes Bezúčelná procházka y Na Pražském hradě, Alexander Hackenschmied participó en películas como Zem spieva (Karol Plicka, 1933), documental sobre el folclore eslovaco que sería reconocido en el Festival de Cine de Venecia, y Listopad (Otakar Vávra, 1935), historia sobre el reencuentro de dos amantes donde están presentes algunas de sus inquietudes, tales como el viaje en tranvía o los reflejos del agua sobre los adoquinados empapados por la lluvia. Su exilio a Estados Unidos se produciría poco después de participar como camarógrafo en dos conocidos documentales antifascistas del estadounidense Herbert Kline (1909-1999), Crisis y Lights Out in Europe. Acompañado por la cineasta, bailarina y performer ucraniana Maya Daren (1917-1961), Hackenschmied (ahora Hammid) realizaría con ella nuevos proyectos experimentales en la década de los cuarenta, como Meshes of the Afternoon (1943), de gran poética visual, o The Private Life of a Cat (1945), que recoge el día a día de la pareja de gatos con los que ambos convivían en su apartamento de Manhattan6. Más adelante se produciría su colaboración con Francis Thompson, con quien ganó un Oscar de Hollywood por To Be Alive (1963), y el reconocimiento, cada vez mayor, de la crítica estadounidense. No en vano, Alexander Hammid fue uno de los primeros representantes del arte checoslovaco de vanguardia en disfrutar de una exposición monográfica en aquel país, como la que le dedicó, en una fecha tan simbólica como 1989 (el año de la Revolución de Terciopelo, que puso fin a cuatro décadas de gobierno Comunista), el Museo de Bellas Artes de Houston. Murió el 26 de julio de 2004 en Nueva York.

5 Steven Jacobs, Eva Hielscher y Anthony Kinik (eds.), The City Symphony Phenomenon: Cinema, Art, and Urban Modernity Between the Wars, Nueva York, Routledge, 2019. Natascha Drubek, «Bezúčelná procházka / Aimless Walk (1930): Alexander Hackenschmied’s ‘film study’ of a Tram Ride to the Outskirts of Prague-Liben», Bohemia, 52, 1, 2012, 76-107.

6 P. Adams Sitney, Visionary Film: The American Avant-Garde 1943-2000, Oxford University Press, 2002

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mugak bienal de arquitectura de Euskadi

viaje a San Sebastián Lidia Romero eat en busca de la felicidad Adelaida del Puerto texto puntual. lo siento, es todo Carmen Pinart

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Subida de trabajos eat en remolque y salida de Toledo

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el viaje a san sebastián. lidia romero 2019.10.21

Llegué a la escuela. Lo primero que vi fue el camión en el que se suponía debían viajar nuestros pfc’s, caballo Clavileño, barco Vaurien, y otros trabajos de escuela. No cabían. No era adecuado.

Empezaron por el barco. Su intención era quitarle la orza, pero no se podía porque el mástil estaba atado, y tuve que intervenir porque había estado preparándolo con Vellés, que quería que viajase sobre su soporte. Que se esperen a que llegue Vellés o Joaquín, que son un poco más responsables del barco que el resto, aunque nos pertenece a todos como dice el primero. (Joaquín estaba en Madrid, para salir con Juan Mera y Carlos Wandosell, y Vellés no terminaba de llegar).

Después le tocó al caballo, que previamente debían haberle desatornillado la cabeza, pero no.

A la hora de llegar, más o menos, ya teníamos la cabeza quitada, y con cuidado habíamos sacado el barco de la Escuela. Habían advertido que en su remolque no podían transportarlo, porque con la fuerza ejercida por el cuerpo desplazándose velozmente por la carretera, nuestros alegres paneles saldrían volando del mismo (abierto por arriba) y tumbados no cabían. Que no lo llevan porque va a provocar un accidente. Que les da apuro que algo que hemos hecho con tanto cariño se destroce. Que el caballo se estropeará porque de Burgos para arriba llueve como hace sol. Que el remolque no es cubierto. Y finalmente que les sugirieron que contratasen otro transporte mejor preparado, tapado y con suficiente altura para transportar y proteger todo de forma eficiente y segura. Que les dijeron que no. Que habían quedado con ellos a las ocho de la mañana para cargar las cosas en el tráiler. Suerte que en ese momento llega Javier Vellés.

Baja de su coche tranquilamente, relajado y aparentemente sin preocupaciones. Ya habíamos subido el caballo al remolque, quitado la cabeza y puesto el barco en posición. Los señores le cuentan la situación a Vellés. No reacciona. Inician diálogo. Se aleja Vellés para hacer unas llamadas. Al rato me dice el que conoce a Mera, éste es un poco raro. Le contesto: a éste el tema ni le va ni le viene y no es su responsabilidad. Vellés se hace con el asunto. Llama a Eva, y al cabo de unos minutos y conversaciones se llega al punto de que contratan otro camión, que cuesta lo mismo, y en principio todo bien.

Vellés resolvió el tema. Al día siguiente llegaría el camión adecuado, y junto con Lola y los que no viajaban se encargarían de montar las cosas al tráiler. Con mucho arte. Con el tema resuelto nos subimos felizmente al autobús, con la cabeza del caballo y nuestras maletas. Nos vamos. El trayecto de ida bien. Yo escuchando música y disfrutando del paisaje. Muchas veces tengo la sensación y la seguridad de que casi me gusta más el proceso de traslación que el destino en sí.

Disfruto.

Pienso en lo rápido que vamos y en toda la información del medio que recojo, en cómo eran los desplazamientos a caballo, en lo bonita que es España. En que me gustaría poder sobrevolar todos sus biomas. En poder recolectar toda la información posible de algo tan bonito y que funciona tan bien como es la naturaleza. Una inspección desde arriba y a una velocidad que me permitiese percatarme de los detalles. Una avioneta no serviría, porque doscientos kilómetros por hora es demasiado para estos menesteres.

Recordando la última novela histórica que leí, El sanador de caballos, de Gonzalo Giner, comparo lo que me he imaginado; los

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viajes a caballo de Diego por toda Castilla, tardando días e incluso semanas para desplazarse de un lugar a otro, subiendo y bajando montes y atravesando biomas escarpados, nevados, desérticos, transitando por la España esteparia, por las marismas al sur. La experiencia es totalmente distinta. No he podido oler la brisa ni los árboles, ni oír los pájaros ni a los pequeños mamíferos a ras del suelo.

Me he recreado con bosques que alcanzaban más allá de la vista, de pinos altísimos y preciosos, iguales y únicos como gotas de agua. Y pienso qué bien está hecho todo. Funciona en su totalidad sin fallas aparentes. No sobra nada ni falta. ¿Sobro yo, atravesando toda esa belleza impunemente? Necesito saber más.

Llegamos a San Sebastián. Recorremos un trecho que me pareció largo, arrastrando la maleta y la cabeza del caballo. Llegamos al Convent Garden (el nombre es un chiste sobre el Covent Garden of England, me dijeron). Nos instalamos. Seguidamente salimos a la calle

para recorrer algo de la ciudad, vimos el primer bar de pinchos, muy vistosos pero caros, y seguimos avanzando hasta que preguntamos a un señor mayor en la terraza de un bar, que muy amablemente nos dijo que nos dirigiésemos a la zona antigua porque el mejor ambiente estaba allí.

Reemprendemos la marcha de frente, y cruzamos el puente y llegamos al Kursaal, como una lámpara gigante y tenue, que casi pasa desapercibida a pie de calle, pero que es resultón en la distancia, mejor de noche que de día. Entonces alguien dice que es de Moneo, a quien conocemos por venir a la Escuela. Y pienso: oh, vaya.

Nos acercamos a ver la playa Zurriola, porque al día siguiente las chicas van a ir a hacer surf.

Ya enfilamos para el hostal y nos acostamos todos.

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2019.10.22
Salida del Clavileño y barco Vaurien de la escuela de Toledo

A la mañana siguiente, nos encaminamos hacia el Instituto de Arquitectura de Euskadi en el Convento de Santa Teresa: ahora ya percibo totalmente la zona e identifico los lugares que por la noche no entendía bien.

Experimento una ciudad que es muy peatonal, está muy viva, veo muchas señoras mayores vestidas súper chic. Aunque, quizá, una ciudad escaparate, como dicen algunos. Por el día hay mucha actividad de todas las edades, desde muy pronto, y supongo que por eso de noche la gente se recoge antes. Horario europeo; me gusta también. Llegamos al Instituto: no hay nadie de los nuestros, damos unas vueltas, y por fin aparecen Carlos Wandosell con Carmenalia y el grueso de estudiantes de la eaT, entre los cuales se encuentran mi Gato Maria Barco, y Estefanía, su espléndida compañera de viaje, y Juan Mera por detrás hablando por teléfono. Entramos. Juan y Carlos cuentan a los que no somos nosotros un poco de la historia y de los trabajos que se han desarrollado en la Escuela a lo largo de los años.

Y también aparecen el dúo explosivo. Y nuestros anfitriones.

Salimos del Instituto de la mano de Pedro Astigarraga y Juanjo Arrizabalaga, muy vascos los dos, pero con nombres castellanos. Bajamos por una cuesta zigzagueante y estrecha y empinada y nos subimos al Mirador de la entrada de la calle Puerto, que es como una murallita por encima de la cual se permite el paso, muy funcional y bonito todo. Todas las farolas y los elementos metálicos están pintados de blanco, se notan las varias capas, para proteger el hierro de los efectos del clima.

Y llegamos al puerto, donde han montado una habitación modular de Kisho Kurokawa. Era muy bonita y adecuada (diez metros cuadrados, pensé). Más adelante averigüé hablando con Vellés que él le dijo a alguno de los responsables que aquello tenía que valer al menos tres mil euros por metro

cuadrado, y le respondieron que sí, que había costado treinta mil euros, de modo que teníamos razón los dos.

Seguimos la marcha hacia el interior del Ayuntamiento de Donostia, donde el alcalde nos quería dedicar unas palabras, decían, y que habría un cóctel, decían, pero no. Así que subimos unas escaleras de mafiosos italianos, y entramos en una sala que daba la sensación de trampantojo bueno, y nos cuentan que eso antes era un casino, y el dúo explosivo interviene otra vez.

Una gente encantadora. En todas partes a donde fuésemos.

Nos dirigimos a la Escuela, porque teníamos que ir para recoger nuestros trabajos del camión que los trajo. Y vemos en una terraza en unos soportales en una plaza a Juan y Carlos tomando café con Tamara, que se había quedado comiendo su propia comida realfooding

Nos invitan a sentarnos y a un café. Y departimos largo rato sobre cosas de la Escuela, sobre la gente y la arquitectura. Divagaciones propias de Mera e historias de Wandosell, y cómo llevábamos la aventura. Y partimos hacia la Escuela de arquitectura de San Sebastián. Empezaba a llover paulatinamente. Entonces les hice una foto romántica a Carlos y Juan, bajo el paraguas. Aparece el camión y formamos la corredera para meter nuestras muestras de la Escuela de Arquitectura de Toledo en la Escuela de Arquitectura de Donostia.

Empieza una vorágine de personitas frenéticas acarreando cosas bajo la lluvia. Se comienza con cosas fáciles como el kayak y las escaleras. Y Juan Mera trabajando como todos. Y Juanjo también. Después desmonta el caballo Clavileño, que aparece de grupa en el tráiler, mucha gente debajo esperando recibirlo, y otros tantos arriba para manejarlo, y lo llevan en volandas por

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Recibimiento en el Ayuntamiento de San Sebastián

las escaleras hasta meterlo descabezado por la pequeña puerta de la Escuela. Ahora le toca amerizar al Vaurien; mucha más gente se une, para tocar con sus manos el casco, y llevar como una procesión el barquito, mientras cae la noche. Traen maquetas en cajas y por último los preciados paneles de pfc, envueltos en sus bolsas de plástico. Sobrevivió todo, más o menos. Se dedican unos momentos a organizar los movimientos de mañana, y mojados y cansados volvemos al Convent Garden a ducharnos y acostarnos.

El miércoles, nos levantamos pronto para ir a la Escuela y arreglar los desperfectos que el desplazamiento haya podido acarrearle a nuestro material. Llevando la cabeza del caballo. Mis reproducciones de planos intactos y la bolsa algo rota en las esquinas y cubierta de agua. Me dispongo a secarla con papel y Carlos me dice que empezamos con el mío, mientras que los demás arreglan los suyos.

Entretanto, montando las maquetas en una mesa y cortando letras para un cartel. La gente se organizó y empezaron la travesía llevándose el barco, el mástil, la botavara y las patas, y después el caballo ya con su cabeza bien puesta, desde la Escuela hasta la playa, por la línea de costa. Nosotros nos quedamos unos pocos para montar un cartel con el nombre de la eaT, Toledo.

Volvemos a la escuela. Terminan el cartel y lo colgamos de una pared. Recogemos y nos vamos. Cogemos un bus hacia el final de La Concha.

Nos acercamos poco a poco y vemos el Vaurien de lejos, en la arena, con el mar de fondo, su hogar. Y el caballo al lado. Piafaría en la arena si pudiese. Y se relajaría en las

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Alumnos montando sus paneles de pfc tras el viaje en camión

aguas. Y pisotearía todo.

Llamamos la atención de toda la ciudad, nos hacen fotos, preguntas y salimos en los periódicos.

Y nos hacemos una foto maravillosa y larga y azul, con todos los que somos en fila, con el caballo y el barco detrás, y el mar y el cielo de fondo. No se puede pedir un escenario mejor.

Juan Mera lió a un señor mayor en traje de neopreno que iba a bañarse para hacerse una foto con nosotros. Se la hizo.

Nos ponemos en marcha otra vez. Llegamos al puerto y a la cápsula. Nos paramos y nos relajamos mientras Mera va con Tamara a agenciarse unos víveres. Para todos. Ahora ya con Pedro y Juanjo, nuestro dúo favorito, seguimos subiendo, por calles bonitas y empinadas, cambiando relevos como en las cofradías. Con algunas dificultades salvables llegamos hasta el Baluarte. Y subiendo poco a poco los paneles.

Para meter el caballo en su nueva cuadra con chimenea le quitaron la cabeza y lo pusieron patas arriba y con cuidado lo introdujeron. Nunca un caballo tuvo una cuadra mejor, decía Pedro. Y del barco hubo que desmontar el mástil y la orza y rotarlo para que cupiese por la puerta.

Como lo metieron de proa, se las apañaron ya dentro para darle la vuelta con el hueco de la ventana y dejarlo con la proa hacia la puerta, a los visitantes. Los paneles a la vuelta de la esquina, en la pared por fuera.

Pedro, al despedirse, también nos dedicó estas palabras: Si nosotros no lo podemos hacer es que no puede hacerse, es imposible. Y ya sólo nos quedó bajar hacia el Kursaal para ver la exposición que abrieron para nosotros. Recopilación de los distintos concursos y propuestas que se habían dado para éste. Moneo, Oíza, Corrales y Molezún, Botta, Foster, Baldeweg, Peña Ganchegui y otros que no conozco. Me gustó Gandolfi.

Y retornamos a la ciudad vieja, a cenar unos pinchos riquísimos, en Casa Vergara.

No puedo parar de fijarme en el sistema de alcantarillado, es bonito y funciona y me gusta y ojalá en Toledo. Las aceras son súper anchas y apenas se nota el salto de acera a carretera. Es muy amable.

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Clavileño en la playa de La Concha en San Sebastián
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Subida del barco hasta el Baluarte del Mirador
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Clavileño en su nueva cuadra

Duermo bien. Nos levantamos, desayunamos tranquilamente y cada uno se va por su lado. Yo me quedo pintando con Vellés cuando Miguel y Nerea van al peine. Me encuentro a Carmen Pinart y se alegra mucho de verme. Y a Adelaida del Puerto, que también. Me ofrecen sus pinturas al verme sin nada. Me doy una vuelta, me pongo en buen lugar, para mirar el mar y el monte entre dos columnas, y vuelvo a Carmen para aceptarle sus lápices. Estoy de pie, con mi mochila entre los pies, la libreta en las manos, los lápices de Pinart encima de la otra hoja de la libreta y mi sombrero rojo en la cabeza, mirando por entre dos columnas y con los colores prestados, morado, rosa, amarillo, ocre, blanco, todos crema, a lo Morandi, que le encanta a Carmen Pinart, tratando de dibujar, la vista de la arena de la playa, la rompiente de las olas, el verde y azul del mar, la espuma, la línea del horizonte y el contraste con el cielo, y su degradación de colores, además de la isla y las olas rugientes rompiendo contra ellas. Doy alguna vuelta más y hago fotos. De los maestros pintando. Me gusta ver cómo pinta Javier y me encanta la visión verde y azul de Carmen. Al rato me tengo que ir y me despido. Nos

encaminamos hacia la Cofradía Vasca de Gastronomía, un lugar antiguo en el que están algunos alumnos y profesores parlamentando sobre qué hacer con el barco y alguna cosa más.

Nos despedimos y seguimos la cuesta y comenzamos a callejear. Llegamos al Aitona. Significa Abuelo. Me gusta. Quiero a mi abuelito. Y últimamente me acuerdo mucho. Un bar de vascos de toda la vida. Entramos y tiene muy buena pinta, con unos tomates de la huerta enormes y rosas, y cantidad de cosas más. Nos encontramos a Aída y a Juan, que por lo visto iban a comer ahí también. Y a Aída le propongo que a ver si nos tomamos un vino, referenciando a otra ocasión que no pudimos. Y me contesta que ella va a empezar ya.

Al terminar, Carlos se va a nadar a la playa con Juanjo, y el resto nos dirigimos al museo de San Telmo.

En el museo nos encontramos con toda la tropa eaT a la hora indicada y entramos con nuestros anfitriones. Hacemos corrillo en la entrada de la exposición y Pedro dice que Lola nos va a hacer una breve introducción porque sabe mucho. Era una exposición de los trabajos de la Bauhaus, y la escuela de

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Pintando en los soportales de la Playa de la Concha

Ulm, las revistas, los muebles, utensilios del hogar, dibujos y carteles.

Habiendo descansado un poco, nos dicen que nos invitan en el Baluarte del Mirador, así que emprendemos la subida por las escaleras que quedan detrás del museo.

Al llegar a la entrada del Baluarte Vellés se entretiene viendo al Clavileño en su nueva cuadra y al Vaurien en su lugar. Le digo que he cuidado de su caballo y su barco, y me responde que también son míos. Vemos cómo están los pfc expuestos y subimos a la parte superior, donde Pedro, Juanjo y la profesora que habla inglés nos cuentan alguna cosilla de esas que nunca retengo, nos anuncian que hay un concierto esta noche en el cual Juanjo es telonero, al que estamos invitados, y terminan diciendo que nos invitan a unas cervezas y refrescos. Y allí nos quedamos, hasta que es la hora de irse moviendo hacia el concierto, en un antro llamado Dabadaba, en un callejón lleno de murales divertidos, en Tabakalera, al otro lado del río, y al lado de la estación de autobuses.

Al salir nos encontramos con los profes que llegan. Van a ver tocar a Juanjo. Le doy palique a Vellés y le recuerdo que tenemos que recoger su paraguas olvidado. Mera comenta que ha dormido poco con Carlos en su roulotte por la lluvia. Oh, muy romántico, le provoco. Ríe en respuesta. Nos volvemos rápido al Dabadaba, justo a tiempo de escuchar las tres últimas canciones de Vieja Escuela. Me encuentro con Aída, intercambiamos unas palabras y bailamos con el grupo de Juanjo. Cuando terminan se van a cenar y al cabo de un largo rato empiezan los Kokoshca, que hicieron un homenaje a Las Grecas, una rumba taleguera con tintes de rock. Canciones como Dame Veneno y Te estoy amando locamente, además de Me quedo

contigo y Achilipú. Muy divertidos e interesantes, lo disfruté bastante. Pasa un buen rato hasta que comienza el grupo estrella de la noche, The Busters. Tocan algo muy animado influenciado por el ska y con trazos de blues y de Jazz, muy bailable. Al público le encanta y la sala se llena, se forman pogos, pero sólo me meto en dos, porque es algo peligroso. Hubo un momento que estaba al lado de una señora mayor que bailaba como nadie y nuestros ojos se cruzaron en el ambiente de penumbra discotequero. También disfrutaba mucho. Todo el mundo lo pasaba genial. Sobre las doce de la noche ya se encuentra toda la eaT de parranda en el antro éste. Vellés se nos une y lo da todo en la pista, bailando con todos.

Todo muy divertido. Vamos del brazo de noche por San Sebastián, comentando las cosas que nos gustan de la ciudad. Nuria, Bea, Irene, Laura, Nerea, Chiquito, Joaquín, Vellés y yo, nos alojamos en el mismo sitio. Y por fin llegamos al Convent.

Nos acostamos sobre las tres y media de la mañana. Éste fue el día más largo.

2019.10.25

El día que más nos costó levantarnos. Con el relax me acicalé y arreglé mi maleta. Somos de los primeros. Mera se mofa con que hoy que vienen pronto nosotros llegamos tarde.

Observamos cómo van poniendo las primeras escaleras en la fachada agujereada

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del museo.

Gato, Vellés, Aída y yo llegamos a la conclusión de que nos merecemos un desayuno y nos vamos al bar de la esquina. Al entrar nos decepciona que estilísticamente parecía mejor por fuera, más antiguo y conservado, pero no. Vellés protesta sobre las tonterías que se hacen cada vez más comunes.

Empezamos a movernos porque se acerca la hora de ir a por las maletas y al bus.

De repente Aída me abraza y dice: ¡Esta chica es una joya! Y muy cariñosamente comenta que me echa de menos en la Escuela y que voy poco, y contesto que a lo mejor voy menos porque voy a empezar a trabajar y que tengo algunos planes en mente.

Llega el momento de despedirnos y le doy dos besos a Aída. Vellés nos da otro abrazo. Se acerca Adelaida a darnos otros besos y nos dice alguna cosa. Miro y veo a Carmen Pinart y Chefi que están pendientes y también nos despedimos.

Nos despedimos de los que se encuentran tomando el sol en la plaza y vamos andando tranquilamente hacia el Convent Garden. Recogimos la maleta del hostal y andamos hacia la estación de autobuses, porque en San Sebastián está prohibida la carga y descarga de viajeros en las calles. Otras tantas horas de travesía entretenida y de observación del medio, de camino a Toledo. Llegamos de noche a Toledo, extenuados pero satisfechos.

El Vaurien y el Clavileño y todo lo demás permanece allí como un regalo. Tienen otra escuela.

Y así concluye nuestro viaje. Estoy escribiendo esto dos semanas después de los acontecimientos. Buen ejercicio de memoria.

Había mucho que contar.

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Escaleras de Fernando Clavería en el museo de San Telmo de San Sebastián

eat. en busca de la felicidad. adelaida del puerto

La primera vez que sentí el espíritu EaT fue en el año 1995.

Al fondo fondo de una clase infinita y fría de Proyectos de la ETSAM.

Allí, descubrí un día un punto de emisión de calor: se llamaba José Luis Rodríguez Noriega. En aquel barullo de profesores en los que el juicio sobre los trabajos de los alumnos parecía gratuito, encontré por primera vez un docente que intentaba, con cariño, sacar adelante a sus alumnos de sus atolladeros. Que entendía la dificultad de enseñar Arquitectura en un momento tan confuso como el de aquellos años y, con optimismo, seguía dibujando sobre el papel y mirándote alternativamente con sus ojos curiosos y sonrientes.

La segunda vez que sentí el espíritu EaT fue en el año 1996.

Ese año ha marcado, por muchas razones, todos los siguientes.

A mitad de una clase infinita y fría de Proyectos de la ETSAM.

Descubrí un lugar donde los proyectos no se juzgaban, trataban de entenderse. Ese lugar se llamaba Juan Mera. Era y es una de

las pocas personas que creo entender cuando habla. Era el único que verbalizaba sin preocupación todas las dudas sobre la Arquitectura y el Urbanismo que en realidad tenían todos los profesores y que nadie se atrevía a nombrar.

Cuando cogía el lápiz comenzaba un maravilloso viaje sin destino conocido para todos aquellos que estábamos mirando.

Un día nos habló de su maestro. No era Oíza (que también); era un profesor que corregía sus proyectos sin hablar. Sólo mirando fijamente a tu dibujo durante un rato.

Se llamaba Javier Vellés.

La tercera vez que sentí el espíritu EaT fue en el año 2002 Vivía en Granada.

Llegó por correo algo mágico. Una revista de arquitectura del tamaño de un cuaderno como los cuadernos rubio de caligrafía del cole. Sencilla. Desprovista de cualquier recurso gráfico.

En su interior, varias personas que dejaban su nombre a un lado escribían libremente.

La cuarta vez que sentí el espíritu EaT fue en

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Juegos de Vázquez de Castro

el año 2006.

En Almagro, embarazada de mi segundo hijo. Por primera vez sentí que asistía a un evento importante relacionado con la Arquitectura en mi propio territorio: Castilla La Mancha. No era sólo por los invitados. Era por la calidad de aquellas carpetas, por la delicadeza con que se pusieron en nuestras manos, por la intención con la que estaban hechas. La organizaba la Fundación Fisac. Eso se traduce en dos nombres: Carlos Asensio Wandosell y Nieves Cabañas. Volví a sentir el espíritu EaT en los años siguientes cada vez que llegaba a mi casa, a mi pueblo, y por correo, uno de los maravillosos libros que regalaba el COACM a los colegiados. Para mí eran un preciado regalo. Alguien, en algún lugar, estaba seleccionando con calidad todos aquellos textos y aquellos dibujos. Tratando de contaminar en positivo al arquitecto adormilado, entristecido, de una región en la que innovar resulta difícil.

En aquella Comisión de Cultura estaban Lola Moya y José Ramón González de la Cal, entre otros.

En esos años supe de un arquitecto que se plantaba frente a las Normas Subsidiarias del área rural defendiendo la Casa Patio. Esa que tanto confort y oportunidad de disfrute ha dado a los habitantes de nuestra tierra durante tantos siglos. Ahora parecían estar prohibidas. Fui a escucharle hablar un par de veces en Madrid y en Toledo. Su nombre: Javier Bernalte.

El congreso Cometas y Paraguas supone un punto de inflexión.

Por un lado, vi el primer cartel tipo EaT en Toledo.

Por otro, comenzaban a reunirse, organizarse y contaminarse las personas de las que he hablado hasta ahora en un solo espacio, y en mi Toledo.

En el año 2009 asistí con emoción a la inauguración de la Escuela, a la que no he dejado de venir desde entonces. A disfrutar de su contenido. Y a recargar pilas cuando la realidad empuja tus hombros hacia el suelo. Aquel acto lo protagonizaron unos cuantos alumnos, un puñado de profesores, y un espacio con el que soñar un futuro: La Fábrica de Espoletas. Fue la primera vez que escuché a Manuel de las Casas. Hacía poco había recomendado a mi amiga Bego, médico, comprarse su piso en Talavera en la manzana abierta que él había diseñado y cuyas noticias me habían llegado durante la carrera. Allí vive y allí la visito.

He visto pasar el vestíbulo de la EaT del vacío al lleno. Incorporando poco a poco una canoa, sillas, un barco, un caballo y conversaciones. He puesto mi trocito de trapo en la bola de Fernando Clavería, el que trajo al inicio de la vida de la Escuela las escaleras de los inmigrantes de Melilla. He disfrutado de una de las últimas conferencias de Climent, de Aroca dando clase por fin como el quería, de Lola contando su tesis, de Paco Alonso montando una exposición pese a la lluvia, del filósofo que acude periódicamente a cuestionarlo todo, de la tesis de Vellés…

En el año 2018, con mis tres hijos ya crecidos, entré por primera vez en la Escuela para dar una clase. Llegué puntual. Mi primera alumna EaT se llama Patricia. Poco a poco comenzó a llenarse aquel espacio de alumnos maravillosos, agobiados e ilusionados a partes iguales. Como debe ser. Soñadores, trabajadores, ingenuos… como todo buen arquitecto. Ayer volví del viaje a San Sebastián. Mi primer viaje EaT. Volví de ver el barco pasar del vestíbulo de la EaT a la playa de la Concha, de ver a los alumnos pasearlo a hombros por la ciudad casi sin destino. Y en vez de enfadarse, ilusionarse aún más.

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He visto el caballo asomarse tras la reja del Baluarte.

Y a nuestro vicerrector Juan José López Cela subirse en la grúa a poner la primera escalera de Clavería en el museo San Telmo. Sonriendo.

He bailado Ska con Lola, charlado y tomado un bocadillo con el comisario de la Bienal Pedro Astigarraga. Escuchado un concierto de rock del director de la Escuela de allí, Juan José Arrizabalaga.

Comidas y cenas con Juan, Carlos, Lola, Vellés. Y también Chefi, y Carmen y Aída. Debates sobre el futuro de la Escuela. Todos los días se piensa hacia dónde se va.

He dibujado con Javier Vellés y Carmen Pinart y mis nuevos alumnos de este año en los soportales la Playa de la Concha.

Y ayer me preguntó Nieves qué me había parecido San Sebastián.

San Sebastián me parece otro punto de inflexión, además de un sueño.

Afortunadamente hay que volver a llenar el vestíbulo.

Y esta vez os puedo ayudar.

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octubre 2019 profesores en la plaza
de la trinidad
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Carlos y los Pfc´s en el Baluarte del Mirador Javier Vellés
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Lola, Chefi y Carmen en una cápsula habitacional de Kisho Kurokawa Lola, Chefi, Carmen y Adelaida
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Eat en la Playa de la Concha, San Sebastián

puntual. lo siento, es todo. carmen pinart. san sebastián 26 octubre 2019

Un viaje positivo.

La ilusión, los planteamientos, las dudas, los encuentros.

Alegría.

La ciudad, un reencuentro, las posturas, los eventos, lugares y caminos. Aprender.

Las ideas, resultados, las sorpresas, los ánimos, la música.

Las comidas, el grupo, disfrutar. Intensidad.

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texto
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reverso artículos

arquitectura y condición contemporánea: la multiplicidad antonio román

josep maría jujol pep llinás

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Eero Saarinen: an architecture of multiplicity, 2003.

La condition postmoderne, François Lyotard, 1979.

[Ubi: Pág 1, Párr 3 / Grado: B]

arquitectura y condición contemporánea la multiplicidad1

1 Quiero agradecer a la Escuela de Arquitectura de Toledo, en especial a su director, el profesor Juan Mera, por la invitación a presentar en el curso académico 2019-2020 el tema que reseño, y a la revista MAET por su difusión.

2 Lyotard (1979), 8.

3. El pensador Xavier Zubiri expone: “La idea de la nada no cruzó jamás por la mente de un griego [...]; el mundo está naturalmente ahí. En cambio, para un medieval, el mundo empieza por haber llegado a tener realidad. Por consiguiente, todo el problema del ser se inscribe dentro del problema de la nada y de su nihilidad”. Zubiri (1994), 35.

4 “Nach Auschwitz ein Gedicht zu schreiben, ist barbarish.” Theodor Adorno en su ensayo Kulturkritik und Gesellschaft, 1949.

5 Baudrillard (1986), 76.

“Soyez opératoires, c’est-à-dire commensurables, ou disparaissez.” (Jean-François Lyotard, La condition postmoderne, 1979).2

1. Multiplicidad y arquitectura

El ejercicio de la arquitectura actual afronta una pluralidad de situaciones: los puntos de vista ante cada proyecto son múltiples, su complejidad aumenta, mientras muchas metodologías resultan caducas; la mutua competencia, las modas y el consumo de imágenes se suceden en un clima de incertidumbre ante lo económico y hasta de riesgos ambientales. Esta situación profesional es encuadrable en lo que se ha denominado “horizonte de nihilidad”, un marco cultural al cual progresivamente se abre la modernidad histórica con la entificación de lo real y el desarrollo de la subjetividad3. Ese horizonte (“el ser se ve enfrentado a la nada”) enmarca la pluralidad del presente: cada profesional debe recurrir a su experiencia de arquitectura para determinar la formatividad de cada proyecto.

El filósofo Jürgen Habermas ha definido la situación contemporánea como “Unübersichtlichkeit”, designando así la falta de visibilidad o nueva confusión ante el presente: la pluralidad deriva en un relativismo cultural ante el cual deviene cada vez más difícil el orientarse profesionalmente.

Ante una pluralidad inarbarcable, el abordarla en un único arquitecto parecía una tarea justificable y esto determinó mi disertación sobre la multiplicidad en Eero Saarinen (1910-1961), un arquitecto de la segunda generación del Movimiento Moderno. El indagar en una práctica colaborativa de gran calidad en Estados Unidos ha supuesto para mí toda una apertura: no sólo al ejercicio profesional en un país frontera postindustrial, sino también la apertura a la condición cultural desde mediados del siglo XX a la cual JeanFrançois Lyotard se refirió como “condition postmoderne”; y con ello, afrontar la

disociación que a menudo se da entre arquitectura y cultura.

La segunda postguerra mundial señala el inicio del nuevo orden económico y la reconstrucción europea; las eras postindustrial, de la información y la nuclear. El año 1945 también acusa –hay que denunciarlo con las palabras del sociólogo Theodor Adorno– el extremo de cosificación a que había llegado la cultura occidental, algo que alcanza al propio pensamiento: “Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”4. La pérdida de inocencia de la cultura occidental también parece conllevar la anunciada muerte del arte.

La multiplicidad (la unidad se relaciona y contrapone con lo vario) no es un tema nuevo: es uno de los problemas centrales de la filosofía y también un problema central en arquitectura. Cada arquitecto se enfrenta a la unidad y diversidad en sus propias obras, algo que se extiende a una pluralidad de posiciones que exigen una dignidad profesional. Frente a la especialización, es en esa práctica múltiple donde quisiera centrar mi interés en esta exposición: una multiplicidad generalista desde la que orientarse y que lleva a cada profesional a preguntarse cuáles son las exigencias a las que se enfrenta la arquitectura y su libre alcance.

Así, esta exposición es en parte autobiográfica, ya que el clima cultural desplegado por Estados Unidos fue lo que nos llevó a algunos a tornar la vista de Europa a América; a la frescura que sociólogos como Jean Baudrillard han visto en la cultura americana –”L’Amérique est la version originale de la modernité, nous sommes la version doublée ou subtitrée”5 Con todo, este enfoque no es inmune a las críticas de occidentalcentrismo sin duda posibles y que hoy pueden verterse en un

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Antonio Román

clima cultural cada vez más policéntrico. Dada esa multiplicidad generalista, en primer término he rastreado ciertos temas centrales en la arquitectura moderna como son la autonomía y la heteronomía, asociados a la especificidad y la pluralidad. Si bien hacia el año 1945 comenzaría esa condición contemporánea, su origen y desarrollo viene marcado por unos periodos, en cierta forma arbitrarios, donde aquellos temas tienen mayor presencia:

1. el periodo 1900-1930, con la cuestión de la autonomía disciplinar de la arquitectura moderna y la búsqueda de la integración de las artes ante la industrialización;

2. el periodo 1930-1960, abierto a la cuestión de la heteronomía, como lo muestran las firmas corporativas y generalistas;

3. el periodo 1960-1990 con la búsqueda de la especificidad y la diversidad desde la práctica en colaboración multidisciplinar;

4. y el periodo de 1990, hasta hoy, con el pluralismo, la mundialización y el surgimiento del star-system como características en las prácticas actuales en un clima de relativismo cultural.

Por último y dada esta pluralidad de situaciones, en esta exposición concluyo enunciando las categorías subjetivas que planteé en la publicación de Eero Saarinen: an architecture of multiplicity, aplicadas aquí. Esas cinco vertientes aluden a ciertos desplazamientos del proyecto moderno hacia dominios de especialización donde determinar algunas claves y entrever las fronteras e intersecciones con otras disciplinas. Estas vertientes son las siguientes: crear, habitar, edificar, sociabilizar y juzgar. Todo ello sin olvidar la advertencia que el sociólogo JeanFrançois Lyotard hace ante la condición contemporánea: “Sed operativos, es decir conmensurables, o desapareced”.

2. Temas y vertientes Autonomía

(1900-1930)

De la relación múltiple entre la unidad y lo vario deriva una importante dicotomía; por enunciarlo inicialmente: la arquitectura es en parte autónoma y en parte heterónoma, y en esta relación se debaten sus problemas centrales y su devenir en cada momento histórico. La autonomía como problema específico cobra una relevancia primordial tras la industrialización con el impulso

integrador de las vanguardias modernas como Bauhaus.

La cuestión de la autonomía no es nueva y tiene un importante antecedente en los arquitectos de la Ilustración. Ante la desintegración de la unidad artística barroca se veía en el paisajismo el arte más completo y fue entonces cuando ciertos arquitectos, como Claude-Nicolas Ledoux reaccionan: creen encontrar lo propio de la arquitectura en formas monumentales puras, así como en la búsqueda moderna de la individualidad con propuestas de tipos especiales de edificios privados y públicos.

Ante el avance de la industrialización, desde ciertos movimientos artesanales como fueron Arts-and-crafts y Werkbund emergen las principales vanguardias modernas. El arquitecto Walter Gropius representa, a mi entender, el más poderoso intento de vuelta a la autonomía en la arquitectura moderna frente a otras tendencias del Movimiento Moderno (en especial la preponderancia de la figura carismática de Le Corbusier).

Walter Gropius busca el propio espíritu integrador de la disciplina frente a la deriva que habían tenido las artes con el “art-pourl’art” y, desde la escuela Bauhaus, integra el conocimiento inherente a la transformación industrial en nuevas formas en el diseño. El edificio de la escuela en Dessau (Alemania, 1925-26) exhibe su autonomía formal y separación del medio natural resultado de un proceso de formalización que parte del racionalismo, tal como lo presenta el propio W. Gropius:

“La liberación de la arquitectura de la confusión del ornamento, el énfasis en sus funciones estructurales y la concentración en soluciones concisas y económicas, representan estrictamente la parte material de este proceso de formalización del cual el valor práctico de la Nueva Arquitectura depende6.”

Tras la Segunda Contienda mundial, América comprende, por un lado, la influencia de F.Ll. Wright (casa de la Cascada, 1937); y, por otro, la de los maestros de Bauhaus emigrados (W. Gropius, M. van der Rohe). Con ello dos utopías modernas coexisten: la utopía natural desde el empirismo y la utopía industrial y económica desde el racionalismo. Ambas están imbricadas como ideales en todo el desarrollo de la arquitectura del siglo XX. El discurso integrador desde la autonomía de la arquitectura moderna tiene un paralelo

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6 Gropius (1965), 23-24: “The liberation of architecture from a welter of ornament, the emphasis on its structural functions, and the concentration on concise and economical solutions, represent the purely material side of that formalizing process on which the practical value of the New Architecture depends”. Bauhaus, Dessau, Alemania, 1925-26. Walter Gropius. [Ubi: Pág 3, Párr 13 / Grado: A] Bauhaus. Emplazamiento. [Ubi: Pág 3, Párr 13 / Grado: B

Casa de la Cascada, Bear Run, Pennsylvania, 193637. Frank Lloyd Wright.

en el debate sobre la desintegración de filosofía y ciencia, al que Edmund Husserl denominó como crisis de las ciencias tras su “descabezamiento”7. Este matemático y pensador apunta al problema de la especialización y a un tema central en el desarrollo de la modernidad, tal como es la pérdida de la subjetividad ante el avance de un racionalismo que ve equivocado. Si de la subjetividad moderna surge el problema de la autonomía, de su pérdida surge la objetividad y la cuestión de la heteronomía.

Heteronomía (1930-1960)

“Eero Saarinen: una arquitectura de la multiplicidad8”

La dicotomía entre autonomía y heteronomía conlleva asociadas la especificidad y la pluralidad, y, como ejes principales en la arquitectura, se combinan en una duplicidad integradora y fértil. Abordar la multiplicidad en arquitectura es una tarea tan extensa como imposible, mientras que el centrar el estudio en un arquitecto tan significativo como Eero Saarinen, cuya carrera profesional desde Bloomfield Hills (Detroit, Michigan) se extiende de 1945 a 1961, era justificable como un atractivo caso de reflexión y exploración. Su práctica corporativa en un país frontera de la era postindustrial y de la información, su ascendencia nórdico-europea y, en especial, la calidad y diversidad formal de su obra me hicieron descubrir en él muchos precedentes del presente.

negocios.9”

Para abordar la multiplicidad en la obra de Eero Saarinen me centré en nueve casos significativos y, frente a criterios estilísticos, asocié su diversidad a cinco vertientes o categorías subjetivas de análisis: crear, habitar, edificar, sociabilizar y juzgar. Así, en la vertiente “crear” la terminal TWA (1956-1962) es significativa tanto por su proceso creativo como por el expresionismo formal que refleja “la excitación del vuelo en reactor”. Otras obras asociadas a las respectivas vertientes incluyen los Colleges Stiles y Morse en Yale University, y el mobiliario Pedestal; el aeropuerto Dulles para Washington DC y Jefferson National Expansion Memorial en St. Louis; el complejo General Motors en Detroit y la sede de la compañía CBS en Nueva York; así como la intervención de Saarinen como jurado en el concurso de Sydney Opera House.

7 Cfr. “The Vienna Lecture”, 1935. Husserl (1970), 269-299.

8 Román, Antonio. Eero Saarinen: an architecture of multiplicity

Foreword, Ignasi de Solà-Morales. New York: Princeton Architectural Press, 2003.

9 “Not only was he a totally committed person with a great engineering skills and great organizational abilities, also he had great political skills which is what you have to have in order to work, and great persuasive skills, and good common sense. [...] To a group of businessmen, he wouldn’t be very artistic, he tried to be another businessman.” Interview by Tsukasa Yamashita. Eero Saarinen, A+U 1984, 4, p 23.

A veces controvertido, Eero Saarinen trabaja en amplitud y profundidad desde una diversidad de actitudes. Las obras y la manera de hacer de Saarinen —”metódico pero no cauto”–, van revelando progresivamente las claves particulares en su elección de procedimientos de proyecto, la búsqueda de la característica, expresión y realización de lo singular. Así, su principal colaborador, el arquitecto Kevin Roche, destaca las facetas de su múltiple personalidad:

“No sólo era una persona totalmente entregada con grandes dotes de ingeniería y organización, también tenía grandes dotes políticas que es lo que se debe tener para poder trabajar, y grandes dotes persuasivas y buen sentido común. […] Ante un grupo de hombres de negocios no se mostraba muy artístico, trataba de ser otro hombre de

Estas cinco vertientes de estudio aluden a índoles específicas de la arquitectura en Eero Saarinen, las cuales se entrecruzan en su poética como arquitecto (lo artístico, la habitación, la técnica, lo urbano, la reevaluación) y apuntan a ciertos desplazamientos del proyecto moderno: se adentran en regiones de especialización que parecen debilitar el ejercicio del arquitecto y desde cuyas claves se puede abogar por desarrollar una multiplicidad generalista. En la década de 1950 el modelo ideal seguía siendo el de artista renacentista, tal como lo fue Leonardo da Vinci. La sociedad postindustrial exigía un modelo corporativo con estudio profesional de considerable tamaño. Eero Saarinen & Associates llega a tener hasta más de noventa personas que, incorporando a otros arquitectos y técnicos, da lugar a la fórmula “in-house engineering”. La heteronomía alcanza así al propio modelo de estudio profesional. Con una obra aparentemente ecléctica, en Eero Saarinen era posible hablar de cierta unidad de propósito, estudiar en cierta profundidad una actitud múltiple ante el diseño y poner algunas de las bases (aquellas categorías subjetivas) para afrontar la multiplicidad en arquitectura.

Especificidad (1960-1990)

“Neovanguardias (1960-1975) y Postmodernismo (1975-1990)”

La mayor complejidad y la necesidad de

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Walter Gropius

organización lleva a la división del trabajo en forma de colaboración multidisciplinar como una forma de “taylorización”: la colaboración, entre otros, con artistas, ingenieros, técnicos, urbanistas, paisajistas, arqueólogos y sociólogos que requiere la justificación de la propia práctica ante el cliente y la opinión pública. La historiadora Françoise Choay ha señalado cómo esta necesidad de argumentación se remonta a la gran transgresión disciplinar realizada por Leon Battista Alberti: el haber dirigido su tratado instaurador De re aedificatoria a los propietarios y desde entonces hasta hoy hacer necesaria en arquitectura la justificación pública de la práctica10. Frente al artista polifacético como Leonardo, ahora, con la práctica multidisciplinar, el referente es el arquitecto-intelectual como lo fue el humanista Leon Battista Alberti. Ante otros campos y como cualidad vinculada a la autonomía, surge la cuestión de la “especificidad” en arquitectura: ¿qué tiene de específico la arquitectura? Si, entre otros aspectos, es específico el ser generalista, como quiero argumentar, ¿en qué se diferencia o qué tiene en común su práctica con otros campos profesionales?

La especificidad (corolario de la especialización en las ciencias denunciada por E. Husserl), no es un tema nuevo en las artes. En literatura, fue planteada a comienzos del siglo XX por los formalistas rusos que anticiparon el estructuralismo al considerar específico en las artes el recurso a las imágenes y representaciones. Ahora, afianzado el estructuralismo (C. LéviStrauss, Th. Kuhn) y mediante el signo y su significado, las artes buscan articularse a semejanza de una lengua. Aparece el arquitecto-crítico como fueron, entre otros, Walter Curt Behrendt, Sigfried Giedion, Bruno Zevi y Leonardo Benevolo y con ello surge una cuestión de fondo planteada desde la filosofía y sociología: escribir estando dentro del propio campo11, “être-dans-le-vrai”. Los procedimientos de inclusión y exclusión hacen que, por ejemplo, los arquitectos vean con desconfianza a los historiadores del arte si éstos no son arquitectos: que “estén-en-laverdad”, es decir, hablen o polemicen desde el propio campo. Asimismo, con Space, time and architecture y otras publicaciones surge otra cuestión central como es la continuidad histórica del Movimiento Moderno. Giedion habla de una nueva tradición con una tercera generación de arquitectos modernos

(Jørn Utzon) a la manera de los ciclos históricos. Ernesto Nathan Rogers, director de Casabella-Continuità, ve una continuidad con el pasado respaldada por su práctica con su equipo BBPR (torre Velasca, Milán, 1958).

El grupo Team 10 es quien plantea una ruptura radical con los maestros modernos y los CIAM (Congrès Internationaux d’Architecture Moderne). El cuarto congreso CIAM (1933) con “La Carta de Atenas”, liderada por Le Corbusier, planteaba las actividades humanas desde el funcionalismo. Frente a ello, los CIAM de postguerra avanzan en la cuestión del hábitat (el CIAM 8 de 1951, con E.N. Rogers, J. Ll. Sert y J. Tyrwhitt quienes redactan The heart of the city); aunque son los miembros más jóvenes participantes en el CIAM 10 de 1956 (A. y P. Smithson, J. B. Bakema, J. H. van der Broek, A. van Eyck) quienes cuestionan frontalmente el funcionalismo. Como Team 10 (su referente era Louis I. Kahn) proponen una arquitectura desde conceptos más cercanos a la gente, como son la casa, la calle, el barrio y la ciudad. Desde Meaning in architecture se plantean diagramas explicativos, genealógicos y estructurales, que Charles Jencks presenta como ideológicos explicando la complejidad, evolución y relación desde fin-de-siècle de las principales posiciones: desde el racionalismo, el empirismo y lo vernáculo hasta las orientaciones paramétrica, hightech, expresionista, ad-hoc-ista y pop.

Terminal TWA, New York, 1956-62. Eero Saarinen.

10 Cfr. Alberti (2004), 17-20 y notas 33-34.

11 Foucault (1971), 36.

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12 Ortega y Gasset, José. “Lo nuevo de la fenomenología” [texto original de 1929] prefacio a Edmund Husserl, Investigaciones lógicas, I y II [(1)1900]. Madrid: Alianza Universidad, 1985.

El matemático y arquitecto Christopher Alexander pone las bases del diseño paramétrico. El urbanista Melvin Webber desarrolló su interesante concepto de “nonplace realm” (ámbito sin-lugar). El ingeniero y crítico Reyner Bahnam ve un cambio cualitativo en la técnica contemporánea el cual, avanzando en el control ambiental, influye en las propuestas high-tech. Bernard Rudofski llega a hablar de “Architecture without architects”.

El racionalismo de las vanguardias se enuncia con otro alcance histórico en estas neovanguardias, como es el caso de la Tendenza italiana con Giorgio Grassi y Aldo Rossi, éste con su seminal L’Archittetura della città. El británico James Stirling proyecta desde nuevas tipologías de inspiración clasicista y, como historiador, Kenneth Frampton plantea un “regionalismo crítico”. Kevin Lynch, quien trabajó con Frank Lloyd Wright, plantea una nueva formulación del empirismo mientras Robert Venturi recupera la paradoja para el Movimiento Moderno con Complexity and contradiction in architecture. Encuadrable en la fenomenología que arranca con E. Husserl (J. Ortega y Gasset dijo que había librado al racionalismo de seguir el camino de la magia12) destaca el historiador Giulio Carlo Argan, quien se adentra en la “crisis del arte como ciencia europea”. Relacionado con la fenomenología se venía desarrollando el neoempirismo nórdico alrededor de la figura de Alvar Aalto y, con Intentions in architecture, Ch. Norberg-Schulz persigue definir el proyecto tras ser imaginado multidimensionalmente. El existencialismo es asociable a los británicos Alison y Peter Smithson, al buscar una humanización de los conceptos funcionales de las vanguardias e introducir conceptos de habitación más versátiles (“clusters”). La socióloga norteamericana Jane Jacobs ve la planificación de espacios urbanos desde las vivencias personales y de vecindad. Vittorio Gregotti, desde Casabella y con una importante práctica multidisciplinar, define el nuevo territorio de la arquitectura.

Estos desplazamientos del proyecto moderno por parte de las neovanguardias buscan la especificidad en arquitectura y a su vez se mueven en un clima cultural que, entre otros enfoques, llevan a hablar de sociedad abierta (Karl Popper), de la pérdida del centro en las artes (Hans Sedlmayr), de sistema y subsistemas culturales (Niklas

Luhmann) y de la obra artística como “opera aperta” (Umberto Eco). Si la situación hacia 1960 podía estar guiada por el estructuralismo, la nueva situación plural, avanzada la década de 1970, se puede ver como una fase postestructuralista. Emergen como temas actuales la diversidad, la acción comunicativa y la intersubjetividad.

“Postmodernismo (1975-1990)”

Las neovanguardias abonan el camino para la arquitectura postmoderna. Existe una notable diferencia entre la denominada por Jean-François Lyotard “condition postmoderne” (la condición cultural contemporánea) y la arquitectura postmoderna, la cual derivó en su popularización estilística.

Con todo, la arquitectura postmoderna conlleva una doble lectura: por un lado, su significación para determinados profesionales con el epítome de la Bienal de Venecia de 1980; y, por otro, la recepción de ésta por gran parte de la profesión y el público (en especial con su impulso por el arquitecto e historiador Philip Johnson). Así, en contraste con los dos emblemas de la Bienal (el espectáculo tras el Teatro del Mondo de Aldo Rossi y la “Strada Novissima” con sus escenográficas fachadas), su lema de “La presenza del passato” y los argumentos históricos del comisario Paolo Portoghesi reflejaban la seriedad de los presupuestos teóricos de muchos de aquellos arquitectos.

Hay dos importantes aportaciones que completan el panorama postmoderno europeo desde América. Por un lado Robert Venturi, quien desarrolla su discurso en torno al simbolismo con Steven Izenour y Denise Scott Brown en Learning from Las Vegas; y, por otro lado, el académico Colin Rowe con el arquitecto Fred Koetter que hacen una importante aportación teórica al diseño urbano con Collage-City presentando la fábrica urbana como textura.

Frente a estas aportaciones, la percepción de la arquitectura postmoderna derivó para gran parte de la profesión y el gran público en un problema estilístico. Philip Johnson, quien ya había instituido el International Style en 1932, es ahora, con el edificio para la compañía AT&T en Manhattan (1979), el principal representante de la arquitectura postmodernista.

Frente a lo postmoderno en arquitectura, Jean-François Lyotard denominó a su

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L’Art d’édifier, 2004 [1485]. Leon Battista Alberti. [Ubi: Pág 7, Párr 26 / Grado: B]

informe sobre el saber en la era de la información como “La condition postmoderne”. Lyotard llama postmoderno a un estado de la cultura a partir del fin del siglo XIX que afecta a “las reglas de juego de la ciencia, de la literatura y de las artes” desde lo que denomina “la crisis de los grandes relatos” (tales son “la dialéctica del Espíritu, la hermenéutica del sentido, la emancipación del sujeto razonable o trabajador, el desarrollo de la riqueza”). A estos metarrelatos ha de referirse una ciencia “moderna” para legitimarse, mientras que se tiene por “’postmoderna’ la incredulidad respecto a ellos”. Ante esta complejidad, afirma Lyotard, los encargados de tomar decisiones buscan la conmensurabilidad del todo, aplicando un criterio de eficacia como una nueva forma de terror: “Sed operativos, es decir conmensurables, o desapareced.13”

La arquitectura postmodernista, popularizada por parte de la profesión de una manera lúdica, contrastaba con la preocupación intelectual que mostraban muchos arquitectos aglutinados alrededor de la revista Oppositions editada en Nueva York y que reunía a norteamericanos y europeos, con el impulso de Peter Eisenman (discípulo de Gropius) del grupo neoformalista Five Architects. Esta inquietud tuvo también su eco en otras revistas europeas (como ejemplos Arquitecturas Bis, Lotus y Architectural Design). De entre los autores, cuya constante sería esa búsqueda de lo específico en arquitectura, se pueden señalar a Alan Colquhoun y el citado grupo Five Architects (P. Eisenman, M. Graves, Ch. Gwathmey, J. Hejduk y R. Meier); las aportaciones críticas de la escuela de Venecia (M. Tafuri, F. Dal Co, M. Cacciari, M. Ciucci) y de la escuela de Barcelona (O. Bohigas, R. Moneo, I. Solà—Morales).

Así, habría una triple orientación del momento postmoderno en arquitectura: exposición pública como reflejó la Bienal; práctica profesional postmodernista; y reflexión teórica liderada desde la revista Oppositions. Sin embargo para los más críticos como Manfredo Tafuri, muchas de aquellas aportaciones neoformalistas no eran sino “architecture dans le boudoir”, arquitectura de tocador ajena a las ciudades americanas y europeas, dominadas muchas veces por venales promociones inmobiliarias14

“Nominalismo”

Como antecedente al pluralismo está la tesis de la pérdida del centro del arquitecto e historiador del arte Hans Sedlmayr, de la Escuela de Viena. En su obra Verlust der Mitte, se refirió a ciertas obras como síntomas del desplazamiento del arte y la arquitectura de su centro. Frente al radical “Il faut récommencer à zéro” de Le Corbusier, Sedlmayr propone una solución de continuidad basada no en los estilos, sino en determinar ciertos problemas centrales en arquitectura y su evolución, una tesis clarificadora ante la actual pluralidad cultural.

La exposición Deconstructivist Architecture (MoMA, Nueva York, 1988) institucionaliza esta nueva pluralidad. Al cuidado de Philip Johnson y del crítico Mark Wigley, la muestra incluía obras de arquitectos como Frank Gehry, Peter Eisenman, Rem Koolhaas, Zaha Hadid, Bernard Tschumi y el equipo Coop Himmelblau. Philip Johnson —una figura clave en la arquitectura del siglo XX como promotor del International Style y del Postmodernismo— describe ahora esta nueva situación plural no como un estilo, sino como “diversas tensiones en el mundo”. Si bien hubo quienes vieron en la arquitectura deconstructivista la materialización artística de una nueva postvanguardia cultural, para otros se trataba simplemente del declive del Movimiento Moderno (Kenneth Frampton había tachado a la arquitectura de Frank Gehry de “anti-arquitectura”15). La Deconstrucción sería un mero ejercicio alejado del problema central de la tectónica. Un valor hoy respetado, el momento pluralista viene señalado culturalmente como un nuevo nominalismo: el negar los universales y el admitir sólo entidades concebidas como individuos, algo que lleva al relativismo cultural. Se recurre a metáforas para ayudar a la descripción conceptual del nominalismo: las placas como determinaciones sociolingüísticas locales a las que se refiere J.F. Lyotard; las mil mesetas y las raíces vegetales en rizoma de las que hablan Deleuze y Guattari; las constelaciones, el archipiélago y la acumulación en grumos; e incluso podríamos remontarnos a los claros del bosque de Martin Heidegger. Ante esta pluralidad, Michel Foucault habló de la arqueología como metáfora del método de estudio sobre el saber: el encontrarse con discontinuidades y establecer posibles

Space, time and architecture. 5th ed, 1969. Sigfried Giedion.

13 Lyotard (1979), Introduction, 7-9.

14 Tafuri, Manfredo. “L’Architecture dans le Boudoir: The language of criticism and the criticism of language,” Oppositions 3, May 1974. Hays (1998), 291-316.

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Pluralidad (1990-Presente)

15 Kenneth Frampton en Filler, Martin, “Eccentric Space: Frank Gehry,” Art in America, June 1980, p 114 (citado por R. H. Bletter en Gehry, Frank, La arquitectura de Frank Gehry. Barcelona: Gustavo Gili, 1988, p 46).

16 Goodman (1978), Foreword.

17 Venturi (2004), 165: “It’s not about space: it’s about communication.”

relaciones entre los hechos culturales. Ahora sólo parece posible constatar, mediante cierta topografía o mapping, la pluralidad cultural.

Quien con un mayor alcance teórico ha abordado la multiplicidad, desde un nominalismo denominado constructivo, ha sido el pensador estadounidense Nelson Goodman. En su obra Ways of worldmaking define su posición como un relativismo radical, y la presenta como perteneciente a una corriente principal de pensamiento de la filosofía moderna: “El movimiento va de una única verdad y un mundo fijo y fundado a una diversidad de correctas e incluso conflictivas versiones o mundos en construcción”16

Vista positivamente, la pluralidad lleva a una mayor fertilidad y complejidad culturales; en su detrimento, el relativismo actual conlleva una dificultad de orientación ante una nueva confusión o “Unübersichtlichkeit”. Aparece ahora como relevante la comunicación, bien en forma de acción comunicativa desde la sociología o como intersubjetividad desde la psicología. También alcanza a la arquitectura, tal como Robert Venturi apunta frente una de las tesis centrales del Movimiento Moderno: “No es el espacio, es la comunicación”17

Dada esta pluralidad, nuevos problemas sociales emergen ante la arquitectura y nuevos desplazamientos a terrenos límite, entre los que podrían enunciarse: la ecología y la preocupación por el medio ambiente; la mundialización con el problema de la superpoblación y las migraciones; el desplazamiento de la planificación urbana hacia la economía y las ciencias sociales; la política urbana con el urbanismo bottomup desde la participación ciudadana; las nuevas metodologías de diseño con técnicas de representación infográficas; hasta la arquitectura como un producto de consumo con el márketing profesional. Los modos de práctica también se diversifican y coexisten las grandes firmas (star-system) con prácticas más artesanales.

La pluralidad viene asociada a la heteronomía de la práctica. Ante esta nueva complejidad pienso que es posible un triple acercamiento: tratar de explorar algunos de los problemas específicos de la arquitectura actual; los métodos que pueden emplearse al afrontarlos; y los límites pueden darse con otros campos.

Por ello, sólo quisiera mencionar aquí las

cinco categorías subjetivas o vertientes que vengo empleando: crear, habitar, edificar, sociabilizar y juzgar. Los contenidos respectivos podrían ser lo artístico, la habitación, la técnica, lo urbano y el valor. Las cualidades asociadas serían la “artisticidad”, la necesidad, la materialidad, la “dialogicidad” y el entendimiento o racionalidad. Así, esas vertientes apuntan a desplazamientos que aluden a índoles y dominios específicos de la arquitectura en los que determinar algunas claves, dadas determinadas fronteras cambiantes con otras disciplinas.

El dominio de lo artístico, con la cualidad de la “artisticidad” desde la vertiente “crear” y el límite de la arquitectura como arte con lo “decible”: “No tengo claro qué es feo y qué bonito” (F. Gehry, Guggenheim Bilbao Museum, 1992-1997).

El dominio de la habitación desde la necesidad de habitar como específica de la arquitectura y sus límites: el caso de los Robin Hood Gardens con el límite en la acción social en la vivienda en Londres (A+P Smithson, 1969-1972).

El dominio de la técnica con las cualidades de la materialidad y el edificar como específicos de la arquitectura y su límite en el significado, con el caso de Knights of Columbus, New Haven, Connecticut (Kevin Roche & John Dinkeloo, 1965-69).

El dominio de lo urbano con la cualidad de la “dialogicidad” como específico en el sociabilizar en arquitectura, en casos límite de escala de intervención: piano vs. progetto (Zorrotzaurre Master Plan, Bilbao, 2004-, Zaha Hadid);

El dominio del juicio de valor con la racionalidad o entendimiento como cualidad específica en arquitectura y su alcance ante la libertad en el diseño (Concurso Sydney Opera House, Jørn Utzon, 1957-1973).

Así, en cada dominio las condiciones particulares vienen asociadas a respectivos casos de arquitectura, que aquí sólo enuncio para un posible y ulterior desarrollo, aunque en buena parte los he abordado en otros escritos ya publicados.

3. Arquitectura y condición contemporánea

“Il fut un temps où l’acte de bâtir était accompli par les hommes avec la même compétance spontanée que l’acte de parler” (Françoise Choay, 1996)18

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A mediados de los años noventa la revista Progressive Architecture se hizo eco del debate suscitado en Estados Unidos por la situación de la profesión de arquitecto. Presentaba al actor Gary Cooper como el arquitecto protagonista del film The Fountainhead, con un llamativo titular: “Can this profession be saved?” (¿Puede ser salvada esta profesión?). Los editores de la ya desaparecida revista pronosticaban entonces una práctica diversa en Estados Unidos con tres principales salidas profesionales: la adoptada por los médicos con la especialización; la adoptada por los ingenieros con la investigación; y la adoptada por los abogados con la diversificación19

En contraste con ese triple pronóstico, un problema principal de la arquitectura gira, a mi entender, alrededor de su condición generalista: desde el Renacimiento, y en especial con las formulaciones de lo moderno y sus desplazamientos en los siglos XIX y XX (incluso con la separación arquitecto e ingeniero), la arquitectura tiene como condición específica el ser generalista, que, dada así su multiplicidad, se articula como disciplina autónoma y heterónoma. Como herencia de esa tradición humanista, el ser generalista es algo cercano a aquello que los médicos (de marcada tradición humanista) hoy entienden como “supraespecialización” (la orientación integral del médico internista, del neurólogo y del psiquiatra). Así, la multiplicidad tras la práctica generalista en arquitectura supone un variable equilibrio en diferentes esferas: en el propio arquitecto y su entorno —entre subjetividad e intersubjetividad—; en la propia obra —entre unidad y pluralidad—; y con respecto a la propia disciplina —en su especificidad como diciplina autónoma y heterónoma. Un panorama complejo que hace que ninguna forma de práctica pueda ser generalizable.

Me he referido al marco histórico de esta situación compleja y plural como un “horizonte de nihilidad”. Conlleva, desde el despertar renacentista, una pérdida progresiva de la subjetividad moderna con importantes consecuencias culturales y en arquitectura. Sólo por enumerar algunas de ellas: la racionalidad instrumental con la burocratización social (M. Weber); la creciente especialización de los campos disciplinares tras el descabezamiento de las ciencias (E. Husserl); las ciencias experimentales como paradigma cultural

contemporáneo (Th. Kuhn); la creciente secularización del saber (G. Vattimo, Ch. Taylor); el consecuente “desencanto” y desmitificación artística de la arquitectura como mediadora de la economía (M. Tafuri, F. Jameson); el anuncio de la muerte de la arquitectura, una mera etapa en la historia de la construcción (H. Sedlmayr); hasta la desaparición del sujeto individual como problema intelectual, tal como advertía Michel Foucault: “el hombre se desvanecerá como en el límite del mar una figura en la arena.20”

No obstante, hoy se pueden constatar determinadas corrientes predominantes en la práctica profesional. Por un lado, la generalización del lenguaje moderno mainstream en la arquitectura (hay quienes ven peyorativamente un recurrente “neomodernismo” que Occidente exporta a determinadas áreas del mundo, para otros una mera arquitectura “genérica”). Por otro lado, la “sostenibilidad” como crecimiento económico posible, que ha tomado cuerpo con la conciencia ecológica ante el cambio climático en la nueva frontera del medio ambiente.

En consecuencia, se da cierto desplazamiento de la arquitectura hacia el paisajismo, así como la adopción en edificación del criterio de eficiencia energética (de la mano de la arquitectura high-tech y liderado por Alemania y Japón, también desde prácticas tradicionales “low-tech”). Asimismo, la representación infográfica avanza en versatilidad y anuncia, con el diseño paramétrico, nuevas técnicas de proyectos al incorporar exigencias técnicas desde las formas.

Se trata así de nuevos desplazamientos hacia campos de especialización. Frente a ellos, se llega también a reivindicar el papel del arquitecto como coordinador, con iniciativas como Urban Task Force en Gran Bretaña (Richard Rogers, por encargo del Departamento de Medio Ambiente), que ha abordado integralmente el problema de la renovación urbana involucrando a la Administración, técnicos, promotores y usuarios. Asimismo, las crisis económicas de 2008 y de 2020 (ésta unida a la sanitaria) han despertado la sensibilidad a las inequidades sociales, actualizando el problema central de la vivienda digna. Hay voces críticas que han venido denunciando la situación de crisis profesional como responsabilidad de los propios arquitectos, de una formación

18 Françoise Choay. La règle et le modèle. Paris: Seuil, [2]1996 [(1) 1980], 345.

19 Fisher, Thomas. “Can this profession be saved?”, Progressive Architecture, February 1994, pp 44-49.

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AT&T building, New York, 1979. Philip Johnson & John Burgee.

20 L’homme est une invention dont l’archéologie de notre pensée montre aisément la date récente. [...] –alors on peut bien parier que l’homme s’effacerait, comme à la limite de la mer un visage de sable.” Foucault, Michel. Les mots et les choses: une archéologie des sciences humaines. [France]: Éditions Gallimard, 1966, p 398.

21 “[Multiple oximorons may identify retardataire avant-garde:] Substituting polemics for theory, ideology for sensibility, where content and relevance in the end evoke the emperor’s lack of clothes (not to mention create a void in the social dimension in architecture).” Venturi, Robert. Iconography and electronics upon a generic architecture. A view from the drafting room. Cambridge, Massachusetts; London: The MIT Press, 1996, p 7.

apartada de una práctica que ya no actúa como vínculo social. Se ha llamado a una toma de conciencia colectiva, apelando a la necesidad de una continua refundación profesional que incorpore nuevos problemas y la articulación de las diferentes escalas de intervención. Robert Venturi lo expresó con abrumadora crudeza: “El emperador está desnudo”21

Hoy, con la arquitectura de firma y el star-system, ha surgido un valor que aúna eficiencia y arte: se ofrece vencer cualquier la dificultad técnica y, a su vez, hacer a la obra invulnerable ante la exégesis. Sin embargo, la arquitectura no escapa al presente proceso cultural de desmitologización y desencanto. Si una obra responde asimismo a su multiplicidad desde otros valores actuales, como es la propia coherencia en la adecuación a su propósito, se afianza en consistencia y justificación social. Por todo ello, ante la complejidad y confusión, creo primordial el saber orientarse profesionalmente, saber cuál es nuestra situación profesional reevaluando las categorías de estudio y práctica: esperando una nueva claridad.

“Hubo un tiempo en que el acto de construir era llevado a cabo por los hombres con la misma competencia espontánea que el acto de hablar.”

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Josep Mª Jujol falleció en 1949 y yo nací en 1945, de manera que durante cuatro años compartimos el mismo aire. Esta circunstancia tiene mucha importancia en el caso de Jujol, pues su obra se cualifica como reflejo del tiempo en que vive, de la existencia, de la existencia acotada en el tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta la muerte.

Explica también la conmoción que produce la obra de Jujol, en mí mismo y en cualquiera, por su capacidad de retrotraernos a la infancia. Y a los recuerdos de entonces, en mi caso.

Me tomo la libertad, por lo dicho, de mezclar mis recuerdos con su obra en base a esos cuatro años de compartir existencia.

Recuerdo los tomates (nombre que se daba comúnmente a los agujeros en los calcetines) descomunales que asomaban por encima de los zapatos de D. Salvador, nuestro maestro. Los mios no eran tan grandes.

Los zurcidos y los parches en la ropa, allá donde mas se desgasta, en las rodillas y en los codos. Ropa que se heredaba de los hermanos, los primos y la familia.

Las cosas encontradas en la calle que se subían a casa para encontrarles nuevas utilidades. Nada roto se tiraba; se guardaban los fragmentos de cerámica o de vidrio de tazas, jarrones, botellas, tan solo por el valor del material en sí mismo. Para resolver una necesidad todavía desconocida.

Los planos se hacían enganchando entre sí papeles procedentes de folletos, de anuncios, manuales obsoletos, papel de envolver regalos, por la cara no usada.

Los niños jugaban con objetos desgastados por el uso, incapaces de ser reaprovechados: tacones de zapatos que el zapatero desechaba, finos como láminas de goma que se lanzaban en horizontal flotando

unos cms por encima de la acera. No se compraban juguetes, se utilizaban los tacones, los objetos que los adultos desechaban: fragmentos de tazas rotas, envases vacíos, ruedas de bicicleta pinchadas e irreparables...

Parte de la casa no se usaba nunca. La casa se habitaba durante el día con las persianas bajadas para evitar el calor o el frío, para protegerse de la dañina luz natural. Vivir en la oscuridad era común en muchas casas; como todavía ahora debe suceder en muchos más casos de los que pensamos.

Ris, ras, ris, ras los pies arrastrando las zapatillas por los largos pasillos en penumbra. Esta vida, en el mundo rural tenía el contrapunto brillante del tiempo que se pasaba al aire libre, expuesto a la luz del sol, a la lluvia o al viento. En las ciudades la vida domestica, la habitabilidad, ris, ras, ris, ras por los pasillos, no existía como tal. Llegas derrotado del trabajo. Solo existen los días de fiesta, el domingo que salva.

Las cajas de zapatos de cartón, siempre sin zapatos, para guardar otras cosas, utilizadas como cajones.

Gallinas, conejos en los patios traseros y en los terrados, que se habilitan con telas metálicas y cordeles, con puertas reutilizadas de carpinterias sustituidas, con sillas o mesas sin patas o con las patas rotas. Animales que se alimentan con aquello que no sirve para la cocina doméstica o con los restos de la misma.En los cubos de basura solo hay huesos y pieles de frutas.

No hay nada nuevo en las casas, no se compra nada, la vivienda a oscuras durante el dia, con partes en las que no se puede estar, que solo se usan en fechas señaladas.

Cajas, armarios llenos de cosas rotas, recuerdos, objetos que han perdido su utilidad pero que se guardan .

Solo se comprende el mundo como algo

51 Pep
Llinás Josep María Jujol

que se hereda ya acabado y del que se reciben restos con los que se habita, con los que se vive, se rehacen y se juega. El mundo se piensa, entonces, como un vertedero que constantemente, se deshace y se reconstruye, una vez y otra, interminablemente.

¿Qué obra va a hacer un arquitecto que vive en ese mundo?

En la torre-mirador de la casa Bofarull, la cubierta es una mesa puesta para compartir comida con los habitantes del mundo celestial: platos y vasos rotos o en fragmentos, ¿qué más da? Y un porrón preparado para beber de él desde el aire. O las herramientas para trabajar el campo sin utilidad, almacenadas, sirven como rejas que obstruyen el paso y la vista.

En la escalera de la Casa Negre, cajas de zapatos le dan sentido al encuentro de las viguetas de hierro con la pared y son soporte de letras que forman la advocación ”Ave Maria”.

En el Teatro Metropol una puerta es reutilizada sobre la escalera como ventana horizontal que abre hacia arriba. Y una garrafa boca abajo, sobre la figurada cresta de una ola, representa el mundo como pedestal de la Virgen.

En Montferri, las telas metálicas que cierran los gallineros y somiers en desuso forman el armado de las barandillas que limitan el recinto y tratan de replicar las montañas de Montserrat.

Contra lo que se pueda pensar, esa arquitectura no es una arquitectura que ya forme parte de la historia y se pueda archivar encuadrada en uno de sus estantes.

Es una arquitectura alternativa y nocturna a aquella otra contemporánea y diurna que se propone desde la asepsia, con paredes limpias y ordenadas y materiales por estrenar, en un mundo en que el proyecto

precede a la ejecución, el pensamiento a la acción y el urbanismo a las ciudades.

En este contexto, la propiedad se encarna en la arquitectura con el objetivo de que los edificios, todos de vidrio, perduren como una inversión infinita. Y el arquitecto que conoce todas las facetas de la realidad, incluyendo (lo cual le convierte en un ser casi sobrenatural) las normativas, es el ejecutor diurno del sueño de la propiedad. Evidentemente la arquitectura que conmociona, cuya única misión es acompañarte hasta el final, es la arquitectura nocturna, la que interpreta los escenarios de la infancia y que esta hecha desde habilidades propias de esa etapa de la existencia. Eso es la arquitectura de Jujol. Casi no existe.

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Casa Bofarull. Cubierta. El ángel de la derecha está en las paredes de la iglesia de Vistabella.

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portfolio gráfico

aprendiendo de los maestros 25 arquitectos 52 escaleras curso de construcción en acero marquesina flotante taller de proyectos de arquitectura IX caras de confinamiento carmen pinart retratos carmen pinart carteles de autor escuela de arquitectura de toledo curso 2019/2020

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Aprender de los maestros

Es el aprendizaje que ofrece esta “copia”, en el que se confía el curso de Construcción II.

El alumno trabaja sobre un caso escogido de una lista, que se ve ampliada cada año, de obras de arquitectos importantes en la historia reciente de la arquitectura. Edificios de los grandes maestros del siglo XX que resultan especialmente adecuados para explicar su arquitectura a través de la construcción, fundamentalmente en acero.

Las herramientas empleadas para el estudio de estos casos son esencialmente dos: el dibujo y la construcción a escala de los modelos.

nacho román + sergio cobos ayudante: miguel ángel sánchez-chiquito

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enunciado
>

aprendiendo de los maestros 25 arquitectos 52 escaleras

curso de construcción en acero

casos de estudio >

1 Puente transbordador de Marsella. Ferdinand Arnodin. 1904-1905

2 Pabellón de la URSS. Konstantin Melnikov. 1925

3 Pabellón Comercial de la URSS. Berthold Lubetkin. 1926

4 Lovell House. Richad Neutra. 1927-1929

5 Maison de Verre. Pierre Chareau. 1928-1932

6 Aluminaire House. Albert Frey. 1931

7 Glenn Martin Aircraft Hangar. Albert Kahn. 1937

8 Estantería Veliero. Franco Albini. 1939

9 Casa-Puente. Charles y Ray Eames. 1945

10 Study House n.8. Eames. 1945-1949

11 Study House n.9. Eames. 1945-1949

12 Oficinas John Deerre. Eero Saarinen. 1947-1967

13 Maison Tropicale. Jean Prouvé. 1949

14 USAF Hangar. Konrad Watchsmann. 1951-1956

15 Capilla en el camino de Santiago. Oiza. 1952

16 National Theatre. Mies van der Rohe. 1952-1953

17 Crown Hall. Mies van der Rohe. 1952-1956

18 Case Study House n. 18. Craig Ellwood. 1952-1958

19 Casa en Puerta de Hierro. Asis Cabrero. 1952-1964

20 Convention Hall. Mies van der Rohe. 1953-1954

21 Pabellón Alemán para la Exposición de Bruselas. Egon Eiermann. 1958

22 Pabellón para la Exposición Universal de Bruselas. Corrales y Molezún. 1958

24 Palazzo del Lavoro. Pier Luigi Nervi. 1961 25 Gimnasio Maravillas. Alejandro de la Sota. 1961 26 Aviario del Zoo de Londres. Cedric Price. 1963 27 Arco Gateway. Eero Saarinen. 1963-1965 28 House II en Palm Spring. Albert Frey. 1964 29 Maison L’Iran. Claude Parent. 1966 30 Dome. Fuller. 1967 31 Pabellón Alemán de Montreal. Frei Otto. 1967 32 Pabellón Heidi Weber. Le Corbusier. 1967

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Umbráculo de Cercedilla. Javier Vellés. 1976-1979

Schlumberger Research Center. Michael Hopkins. 1985

Aeropuerto de Stansted. Norman Foster. 1991

Pasarela Traversiner.J:urg Conzett. 1993-1996

Proyecto Torre de Telecomunicaciones. Smiljan Radic. 2014

47 Gasómetros

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23 Biblioteca Nacional de Francia. Henri Labrouste. 1958-1968 37
Les Arcs 2000. Jean Prouve. 1969-1970
PA technology Center. Richard Rogers. 1975-1982
Aviario del Zoo de Munich. Frei Otto. 1979
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Fleetguard Factory. Richard Rogers. 1979-1981
Renault Building. Norman Foster. 1980-1982
Ball-Eastaway House. Glenn Murcutt. 1982-1983
Pabellón IBM. Renzo Piano. 1982-1986
Magney House. Glenn Murcutt. 1983-1999
Fleet Veimead Infant’s School. Micael Hopkins. 1985

44 Aeropuerto de Stansted. Norman Foster. 1991 Celia Peces, Isabel Delgado y Eva María Díaz (plano_maqueta)

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38 Renault Building. Norman Foster. 1980-1982 Celia Peces, Isabel Delgado, Eva María Díaz (plano_maqueta)

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22 Pabellón para la exposición Universal de Bruselas. Corrales y Molezún. 1958

24 Palazzo del Lavoro. Pier Luigi Nervi. 1961

Ainhoa Vilurta, Fátima Talib (maquetas en la parte superior y a la derecha_plano)

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22 Pabellón para la exposición Universal de Bruselas. Corrales y Molezún. 1958 Isabel Delgado, Eva María Díaz, Celia Pérez (plano_maqueta en la parte superior)

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43 Schlumberger Research Center. Michael Hopkins. 1985 Natalia Gómez, Marina Baeza, Sandra Fernández (plano _maqueta)

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46 Proyecto Torre de Telecomunicaciones. Smiljan Radic. 2014 Arturo Toledo (plano_maqueta)

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40 Pabellón IBM. Renzo Piano. 1982-1986)

Natalia Gómez, Marina Baeza, Sandra Fernández

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34 PA technology Center. Richard Rogers. 1975-1982 Natalia Gómez, Marina Baeza, Sandra Fernández

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37 Fleetguard Factory. Richard Rogers. 1979-1981

34 PA technology Center. Richard Rogers. 1975-1982

43 Schlumberger Research Center. Michael Hopkins. 1985 Arturo Fernández, Lucía Martín, Jesús Mayoral

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“De uno a tres o cuatro van las escaleras. Todas diferenciadas. La escalera que va al sótano se baja siempre. Es el descenso lo que se conserva en los recuerdos, el descenso lo que caracteriza su onirismo. La escalera que lleva al cuarto se sube y se baja. Es una vía más trivial. Es familiar. El niño de doce años hace en ella escalas de subidas, haciendo tercias y cuartas, intentando quintas, gustándole sobre todo subir de cuatro en cuatro, a zancadas. Subir la escalera de cuatro en cuatro, ¡qué dicha para los músculos! En fin, la escalera del desván, más empinada, más tosca, se sube siempre. Tiene el signo de la ascensión hacia la soledad más tranquila. Cuando vuelvo a soñar en los desvanes de antaño, no bajo nunca.”

Redibujar, construir, re-pensar. 25 arquitectos, 52 escaleras

Se parte de una selección de escaleras de la historia de la arquitectura. Todas ellas encierran de algún modo el pensamiento de su autor y contienen un lenguaje propio, pero, al mismo tiempo y de forma inevitable, responden a un problema universal. Cada alumno trabajará sobre uno de estos casos, identificando sus partes y materiales. Lo analizará y dibujará de forma acotada. Finalmente reproducirá la escalera a través de una maqueta a escala que recoja de forma sintética los aspectos esenciales que definen la pieza.

nacho román + sergio cobos ayudante: miguel ángel sánchez-chiquito

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enunciado >

casos de estudio >

1 Project for a School Basel. Hannes Meyer. 1919

2 Maison la Roche en ParÍs. Le Corbusier. 1923

3 Pabellón L’Esprit Nouveau. Le Corbusier. 1925

4 Villa Tugendhat en Brno. Mies van Der Rohe. 1930

5 Maison de Verre en París. Pierre Chareau. 1931

6 Maison de Verre en París. Pierre Chareau. 1931

7 Maison de Verre en París. Pierre Chareau. 1931

8 Maison de Verre en París. Pierre Chareau. 1931

9 St. Catherine’s Library. Arne Jacobsen. 1933

10 Villa Edstrand. Sigurd Lewerentz. 1933

11 Casa Schminke en Alemania. Hans Scharoun. 1933

12 Canvas Weekend House. Albert Frey. 1934

13 18 Yeoman’s Row. Wells Coates. 1936

14 18 Yeoman’s Row. Wells Coates. 1936

15 Pedersen House. Arne Jacobsen. 1937

16 Hagerty House. Walter Gropius + Marcel Breuer. 1938

17 Casa Gropius en Massachusetts. Walter Gropius. 1938

18 Apartamento en Willow Road. Ernö Goldfinger. 1939

19 Villa Mairea en Finlandia. Alvar Aalto. 1940

20 Restoration and Furnishings of Villa Neuffer. Franco Albini. 1940

21 Furnishings of the Marcenaro House. Franco Albini. 1940

22 Installation of the Living Room in a Villa, 7th Milan Triennale. Franco Albini. 1940

23 Case Study n8. Charles and Ray Eames. 1945

24 Case Study n8. Charles and Ray Eames. 1945

25 Casa en el jardín del MOMA. Marcel Breuer. 1949

26 Harby Central School. Arne Jacobsen. 1951

27 Casa de Vidrio. Lina Bo Bardi. 1951

28 Casa Farnsworth. Mies van Der Rohe. 1951 29 Rolling Step Ladder. Jean Prouvé. 1951 30 Staircase en la Unidad de Habitación en Marsella. Jean Prouvé. 1952 31 Apartamento en Genova. Franco Albini. 1954 32 Office Building for A. Jespersen & Son. Arne Jacobsen. 1955 33 Rodovre City Hall. Arne Jacobsen. 1956 34 General Motors. Eero Saarinen. 1956 35 Nostra Signora della Misericordia. Bruno Morassutti. 1957 36 Museo de Castelvecchio. Carlo Scarpa. 1957 37 Pabellón de Alemania en Bruselas. Egon Eiermann. 1958 38 Ellwood Studio Addition. Craig Ellwood. 1958 39 Edificio SAS en Copenhague. Arne Jacobsen. 1960 40 Galleria di Palazzo Rosso. Franco Albini. 1961 41 Staircase in Formiggini Tower. Franco Albini. 1963 42 Beagles House. Pierre Koenig. 1963 43 Banco Nacional de Dinamarca en Copenhague. Arne Jacobsen. 1965 44 Casa Domínguez en Pontevedra. Alejandro de la Sota. 1976 45 Hopkins House in Camden. Michael Hopkins. 1977 46 Refugio para las ruinas romanas. Peter Zumthor. 1986 47 Casa Do Benin en Brasil. Lina Bo Bardi. 1987 48 Tienda Forma. Mendes da Rocha. 1987 49 88 Wood Street. Richard Rogers. 1994 50 Museo Brasileño de Escultura. Mendes da Rocha. 1995 51 Museo Kolumba. Peter Zumthor. 1997 52 Baño del Ángel. José Ramón de la Cal. 2008

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70 1 Project for a School Basel I Hannes Meyer 1919 3 Pabellón L’Esprit Nouveau I Le Corbusier 1925 5 Maison de Verre en París I Pierre Chareau 1931 7 Maison de Verre en París I Pierre Chareau 1931 6 Maison de Verre en París I Pierre Chareau 1931 8 Maison de Verre en París I Pierre Chareau 1931 2 Maison la Roche en Paris I Le Corbusier 1923 4 Villa Tugendhat en Brno I Mies van Der Rohe 1930 9 St. Catherine’s Library I Arne Jacobsen 1933 10 Villa Edstrand I Sigurd Lewerentz 1933 11 Casa Schminke en Alemania I Hans Scharoun 1933 12 Canvas Weekend House I Albert Frey 1934 13 18 Yeoman’s Row I Wells Coates 1936 14 18 Yeoman’s Row I Wells Coates 1936 15 Pedersen House I Arne Jacobsen 1937 16 Hagerty House I Walter Gropius + Marcel Breuer 1938 17 Casa Gropius en Massachusetts I Walter Gropius 1938 18 Apartamento en Willow Road I Ernö Goldfinger 1939 19 Villa Mairea en Finlandia I Alvar Aalto 1940 20 Restoration and Furnishings of Villa Neuffer I Franco Albini 1940 21 Furnishings of the Marcenaro House I Franco Albini 1940 22 Installation of the Living Room in a Villa, 7th Milan Triennale I Franco Albini 1940 23 Case Study n8 I Charles and Ray Eames 1945 24 Case Study n8 I Charles and Ray Eames 1945

Nostra Signora della Misericordia I Bruno Morassutti 1957

Casa Domínguez en Pontevedra I Alejandro de la Sota 1976

Edificio SAS en Copenhague I Arne Jacobsen 1960

Galleria di Palazzo Rosso I Franco Albini 1961

Staircase in Formiggini Tower I Franco Albini 1963

Hopkins House in Camden I Michael Hopkins 1977

Refugio para las ruinas romanas I Peter Zumthor 1986

Casa Do Benin en Brasil I Lina Bo Bardi 1987

Tienda Forma I Mendes da Rocha 1987

Banco Nacional de Dinamarca en Copenhague I Arne Jacobsen 1965

Museo Brasileño de Escultura I Mendes da Rocha 1995

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Casa en el jardín del MOMA I Marcel Breuer 1949
Harby Central School I Arne Jacobsen 1951
Casa de Vidrio I Lina Bo Bardi 1951
Casa Farnsworth I Mies van Der Rohe 1951
Rolling Step Ladder I Jean Prouvé 1951
Staircase en la Unidad de Habitación en Marsella I Jean Prouvé 1952
Apartamento en Génova I Franco Albini 1954
Office Building for A. Jespersen & Son I Arne Jacobsen 1955
Rodovre City Hall I Arne Jacobsen 1956
General Motors I Eero Saarinen 1956
Museo de Castelvecchio I Carlo Scarpa 1957
Pabellón de Alemania en Bruselas I Egon Eiermann 1958
Ellwood Studio Addition I Craig Ellwood 1958
Beagles House I Pierre Koenig 1963
88 Wood Street I Richard Rogers 1994
Museo Kolumba I Peter Zumthor 1997
Baño del Ángel I José Ramón de la Cal 2008
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19 Villa Mairea en Finlandia. Alvar Aalto. 1940 Celia Espadas (plano), Cristobal Ramos (maqueta)

45 Hopkins House in Camden. Michael Hopkins. 1977 Celia Peces (plano), Jorge Carbonell (maqueta)

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Isabel
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18 Yeoman’s Row. Wells Coates. 1936.
Delgado

General motors. Eero Saarinen. 1956

Jesús Mayoral Carrillo

Office building for a. Jespersen & son Arne Jacobsen. 1955

Marta Fernandez

Maison de Verre en París. Pierre Chareau. 1931

Guillermo Serra

Maison de Verre en París. Pierre Chareau. 1931 Paula de Paz

Casa do Benin en Brasil. Lina bo Bardi. 1987

Ivan Martin Ferreira

Canvas weekend house. Albert Frey. 1934

Mario Zamarra

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enunciado >

estructura temporal

El enunciado propone construir una estructura temporal para un espacio de la ciudad que provea a lo público de la posibilidad de estar y no estar; de ser y no ser. En este caso concreto plantea mejorar la utilización del patio de la biblioteca de La Rioja con la posibilidad de cubrirlo con el sueño de volar. Pragmática y polémica, la arquitectura trata de convertir el espacio en una ventaja para la vida. En este sentido nuestra pretensión académica es hacer realidad lo aparentemente irreal. El sueño de una marquesina flotante, que variará de altura y de densidad en función de las condiciones climáticas y el paso del tiempo.

carlos a. wandosell + juan i. mera

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hex.pansiva

Pilar Olivet, Pilar Pardo, Alberto Esteban, Ángela Alcaide

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taller de proyectos de arquitectura IX marquesina flotante patio de la biblioteca de La Rioja
78 escamas
M.Carmen Díaz, Carlos Jiménez, Alberto León, Montserrat Regañón

mat (arriba)

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Paola Cañada, Ángela López, Ana Martín, Dasha Ramos, Virginia Sánchez marquesina flotante Álvaro Marcos, Daniela Andrea Galindo, Daniel Negrín, Marta Ancos
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mimetic . ismo Arancha García, Celia García, Daniel Juan, Rocío Sánchez

Desde hace tres o cuatro años me dedico en verano a hacer caras con objetos que encuentro en los paseos por la playa, el monte, el jardín y por qué no, dentro de casa.

Al ver que a mis amigos les gustaban y provocaban muchas sonrisas seguí haciéndolo, una por día y totalmente efímeras: monto, hago foto y desmonto. Cuando entramos en confinamiento, quietos en casa y con esa nube oscura sobre nuestras cabezas, pensé en hacerlas de nuevo y con ello de una forma muy humilde conseguir relajar un poco esa situación. Han llegado a ser muy especiales para mi.

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82 cara tonda bodegón tristeza pelojas mucha madera aquí seguimos con una sonrisa! ¡oh! ah! no son rosas pero ¡feliz san jorge! trillizos adicta a la madera cara ácida el sabio su hermana este es la pera! ¡vaya mirada! pelirrojo con los rulos puestos todo al rojo sin y con
hoy boquita de piñón mirada afilada qué carita orejudo un toque de verde boquita de fresón la coqueta cara 70 del confinamiento sin y con ¡vaya pelos! telefónico optimista trastos ¿y este...? ¿y esta...? tan contenta sin palabras sofisticada

En el sofá (2010) óleo y pan de oro sobre tabla, 190x90 cm

María (2015)

óleo y pan de oro sobre madera maciza

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Mis hijas. En todos estos cuadros las modelos fueron ellas. Quién mejor...

Los colores intensos, jugando con complementarios y con pan de oro para reflejar la vida, la fuerza, las ganas, siempre hacia adelante.

Y por otra parte tumbadas, cómodas, en casa, tranquilas, queridas.

María (2003) óleo sobre tabla

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María viendo la tv (2005) óleo sobre tabla Fragmento de cuadro (2008) óleo y collage (cuerda) sobre tablex
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carteles de autor

escuela de arquitectura de Toledo curso 2019/2020

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debate obra

una escuela ligada al territorio profesores eat frente al sol de castilla adelaida del puerto

la casa en la naturaleza alumnos de composición 4º curso

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Nueva sala de exposiciones en Quero en antiguo depósito de agua.

Tiempo de ejecución: 24 hrs. Ayuntamiento de Quero, alumnos y profesores EaT

Fotos de alumnos y profesores EaT

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Propuesta de cubierta para mercado en Quero. En fase de arranque de inicio de proyecto de ejecución. Alumnos y profesores EaT

una escuela ligada al territorio

profesores eat

Un territorio sin universidad es un territorio abandonado a su suerte. Ésto, que quizá sea difícil de entender desde la ciudad, donde la existencia de una universidad más o una menos puede no resultar determinante para su devenir cultural y socioeconómico, es vital en el territorio rural.

En un territorio amplio, suma de pequeños asentamientos humanos y con baja densidad de población como lo es Castilla la Mancha, una universidad pública es la encargada de poner en perspectiva a los pobladores rurales más jóvenes. EaT se nutre de estudiantes que vienen de los pueblos de la región. Les forma y les anima a volver a su espacio rural de origen, para actuar sobre él con un aire renovado, con calidad y pensando en el futuro.

Una Escuela como la Escuela de Arquitectura de Toledo, comprometida con el lugar al que sirve, trata de sumar mediante el cultivo en los alumnos de cinco actitudes básicas:

La observación o `mirada atenta´. Es aquí donde una herramienta fundamental como el Dibujo cobra todo su sentido. Los políticos encargados de tomar decisiones sobre el tejido urbano o sobre un edificio las toman sobre nuestros dibujos. Lo que no dibujamos no existe para ellos. Lo que dibujamos con cariño será valorado y respetado. Para ello, la realidad debe ser cuidadosamente observada en primer término. Tenemos una enorme responsabilidad al dibujar. Acostumbrados a enfrentarnos al tejido urbano desde los planos del catastro, planos pensados para tributar, EaT propone dibujar nuestros asentamientos humanos como G. Nolli dibujó Roma.

Dibujar nuestros edificios desde el amor. El afán de transformación o `mirada fenomenológica´. Ver más allá siempre de lo que las cosas son y ver lo que podrían

ser. Es una actitud que EaT cultiva en sus alumnos desde su carácter de Escuela indómita. Que no se doblega ante muchas de las imposiciones de la burocracia que trata de domesticar los procesos del conocimiento. El profesorado actúa desde una libertad responsable, desconocida en la mayor parte de las universidades y con una apertura permanente de la dirección hacia la innovación pedagógica, las experiencias transversales y la experimentación.

La ensoñación o `búsqueda permanente´: EaT se nutre de un profesorado que, de un modo u otro, siempre ha estado implicado en la búsqueda desde mucho antes de que existiera la Escuela. Como miembros de colegios de arquitectos, profesores de otras escuelas, miembros de fundaciones, desde una práctica profesional comprometida con la cultura y el medio ambiente o desde el diseño, el arte y la arquitectura de alta calidad.

Mantener el sueño, la búsqueda, es fundamental para atirantar la realidad a un futuro siempre mejor.

El contacto permanente con `artesanía e innovación´. La Escuela de Arquitectura de Toledo propone a sus alumnos el aprendizaje práctico de todo aquello que pueden desarrollar con sus propias manos y todo aquello que pueden alcanzar con ayuda de la innovación. Los alumnos de EaT construyen en madera sillas, juegos y barcos reales de 4 metros de eslora en nuestro pequeño Astillero. Combinan encaje de bolillos e impresión 3D en nuestras AulasTaller. Tras una cuidadosa restauración de un edificio antiguo, le aplican tecnologías de última generación para la autosuficiencia energética, aquellas que aún están en fase de experimentación en centros de investigación de todo el mundo.

La `actuación real´ sobre el medio construido. De forma conjunta, profesores y

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alumnos desarrollan proyectos de ejecución reales, destinados a poner en práctica todo lo anterior e insertarlo como una pequeña acupuntura en el medio rural y urbano cercano. Rehabilitando un edificio, o creando uno nuevo que completa el tejido, habilitando una conexión entre dos partes de una ciudad que sólo se miran o dibujando un pueblo para que los propios habitantes pongan en valor su Patrimonio. La Escuela ha desarrollado en 10 años de existencia varios proyectos que mejoran la realidad, forman en la práctica a los alumnos y sirven de conexión con las instituciones.

Quero

Quero es un municipio de algo más de 1.000 habitantes en el área de la Mancha que está dentro de la provincia de Toledo. Surgió junto a una laguna salada, señal de la presencia del Mediterráneo en la Prehistoria. Mantiene su identidad arquitectónica, ligada a la cultura del vino, en muchos puntos. En otros la identidad se ha borrado con actuaciones desacertadas como en tantos lugares de ambas Castillas. Quero tiene un alcalde joven e inquieto, acompañado de varios concejales y vecinos que también lo son. No han dudado en llamarnos, acordar, guiarnos, acogernos y recoger nuestras propuestas desde un principio. Lo que hacemos lo contamos a los vecinos en una nueva sala de exposiciones que, improvisada para nuestra primera muestra, se queda con ese uso para el futuro.

Quero está, dentro de nuestro proyecto de investigación, bajo estudio por parte de 4 de los cinco cursos y en asignaturas de lo más diverso: Base de Materiales, Proyectos, Urbanismo, Construcción, Estructuras, Dibujo y Proyectos Altamente Tecnificados. Vamos a incluir una colaboración con docentes de Ciencias Ambientales. En el

ámbito rural, espacio construido y espacio natural deben estudiarse de la mano. Tras un primer cuatrimestre de investigación, y el esfuerzo de alumnos y profesores, ya hay un proyecto real en marcha que debería estar construido el año que viene.

Todas estas cuestiones constatan que el estudio de determinadas arquitecturas del pasado, desde la lectura del contexto en el que fueron generadas, pueden constituir un tipo de pensamiento que nos ayude a reformular la arquitectura contemporánea como una actividad socialmente relevante y políticamente comprometida.

Senda barrios – río

El proyecto es un camino que une la ciudad con el río, atravesando el sitio arqueológico de Vega Baja y extendiéndose a lo largo de la tapia de la antigua Fábrica de Armas hasta la ribera del Tajo. Instituciones locales como la Real Fundación de Toledo y la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo han apoyado el proyecto.

Se propone otra forma de urbanizar, sensible al lugar en el que se implanta, desde el punto de vista físico e inmaterial. La urbanización tradicionalmente entendida en este lugar, sería agresiva con el paisaje de la Vega y su memoria. El proyecto toma como punto de partida el carácter de las sendas que recorrían y organizaban este lugar, la red de caminos arbolados comunicaba la ciudad histórica con las huertas, la Fábrica de Armas y el río Tajo. Al igual que aquellas sendas, el proyecto propone recorrer el vacío bajo la sombra de las moreras.

La actuación reclama la necesidad de integrar este paraje en la ciudad con base en una coexistencia de su riqueza arqueológica y antropológica y su uso actual. Supone un primer avance para revertir la frontera que

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Plano urbanístico de Quero. La mirada atenta. Alumnos y profesores EaT Nuevas propuestas para nuestra Arquitectura Tradional. Alumnos y profesores EaT

se había instalado en esta parte de la ciudad. El camino se ha llenado de paseantes que transitan desde la ciudad hasta la universidad o la ribera del río, acercándose a los restos arqueológicos que afloran a los lados del talud.

Torrijos

El Hospital de la Santísima Trinidad de Torrijos pertenece al importante legado que Teresa Enríquez levanta en la villa ducal del siglo XVI. En él se ensaya de forma pionera en la península el tipo de hospital en torno a un claustro y una aproximación algo tosca e imperfecta a la arquitectura renacentista. El edificio es contemporáneo de Alonso de Covarrubias, que era natural de la villa de Torrijos.

El hospital pierde su configuración espacial debido a las compartimentaciones y timpanizados del claustro y naves adyacentes para su uso como colegio religioso. Experimenta tras su abandono un acelerado proceso de ruina en el que pierde la práctica totalidad de sus cubiertas y alfarjes. La arquería presenta graves desplomes debidos a la pérdida de cubiertas y al terremoto de Lisboa. La piedra, pobre en origen, sufre una degradación severa debida a la humedad.

El Ayuntamiento de Torrijos obtiene su titularidad, promueve su declaración como Bien de Interés Cultural y realiza una estabilización de emergencia del claustro. La institución y la Escuela de Arquitectura de la UCLM suscriben un convenio I+D+I en el año 2014 para realizar un levantamiento y estudio de estado del edificio como primera fase de su recuperación. En la actualidad se está finalizando la consolidación estructural del hospital y la recuperación de su orden espacial. La obra se está llevando a cabo con la participación de una empresa local con carpinteros y albañiles de la zona, generando una economía circular.

Sección de la Senda Barrios-río. Alumnos y profesores EaT

Imagen de la Senda Barrios-río. Alumnos y profesores EaT

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Foto de m1studio

El objeto de la intervención es recuperar la estructura portante y especial del hospital. Las pautas consisten en retirar los añadidos que alteraban la configuración espacial del edificio y en recuperar los niveles y acceso originales y la deambulación en torno al claustro. Los forjados y cubiertas se proyectan como elementos de atado de los muros y la arquería y se construyen con un único elemento de madera, un tablón de pino soria de sección 210x70 mm. Se reconstruyen las cubiertas de par y nudillo y la cubierta de artesa de las naves oeste y sur con el mismo tipo de tablón, usado también para realizar unos apeos permanentes en las columnas con mayor desplome. El elemento nuevo a la traza es una escalera situada en la esquina opuesta a la existente, que se despliega en voladizo sobre la traza de la desaparecida nave norte, hoy medianera convertida en fachada hacia la calle Molinos.

Toledo

El Consorcio de Toledo, con el objetivo de salvar una casa patio del siglo XVI en el corazón de la ciudad histórica en estado de ruina inminente, propone una colaboración a una incipiente Escuela

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Rehabilitación del Hospital de la Santa Trinidad. Torrijos. Alumnos y profesores EaT

de Arquitectura de Toledo, que apenas tenía un año de vida. Nos solicitan estudiar el problema y proyectar de forma experimental una solución que consiga evitar la pérdida de este patrimonio. Lo que en principio comienza siendo un proyecto de investigación, acaba convirtiéndose en un proyecto real de rehabilitación y re-habitación de la casa. La configuración de la casa en el momento previo a su rehabilitación está integrada por una heterogeneidad de sistemas y elementos de identidad pertenecientes a épocas sucesivas que, como si se tratara de estratos, han dado lugar a una arquitectura mestiza y valiosa en cuanto a su capacidad de cristalizar en un solo ejemplo la esencia y autenticidad de la evolución de la ciudad.

El proceso de rehabilitación de la casa patio se afrontó con un criterio diferente al habitual. Las pautas que guiaron la recuperación del edificio, se plantearon desde un criterio de racionalidad constructiva, y de una actitud natural, verosímil y desprejuiciada.

Se asegura la estabilidad y se resuelve la sustentación de la casa con un exoesqueleto, una suerte de apeo permanente y reversible con las técnicas y el lenguaje constructivo del siglo XXI que proporciona sostén a lo existente, sin desmontar nada, salvaguarda todas las piezas constructivas de la casa y añade un estrato más de nuestro tiempo a la casa. La estructura ofrece un proceso constructivo abierto y sin perjuicios, por lo que la forma final del esqueleto es el resultado de la racionalidad del proceso constructivo. En la cubierta se ha respetado la forma original de cubrición de teja árabe sobre ripia de madera.

La intervención conserva la forma y texturas de los elementos constructivos existentes, manteniendo asi la posibilidad de una lectura de cada momento de la historia de

la casa.

La obra fue seleccionada en la muestra “Unfinished” en el pabellón español de la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2016.

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Desde mi infancia he podido comprobar la temperatura interior de las edificaciones tradicionales en el ámbito rural y de las edificaciones contemporáneas en la ciudad.

En mis primeros años de viajes al extranjero pude observar la diferencia entre la temperatura interior en los edificios acristalados centroeuropeos y los de Madrid.

Sobre todo en verano.

También el estado de las carpinterías y estructuras de madera a intemperie en regiones y países con altos índices de humedad relativa del aire, y con una exposición mucho menor a la radiación solar que nuestro territorio.

Dentro de Castilla, he podido analizar el estado de cornisas y carpinterías de madera atendiendo a su orientación. La durabilidad de una carpintería a norte o una carpintería a sur varía enormemente.

En 1992 participé en un campo de trabajo de la Unión Europea en la Universidad Politécnica de Pècs, la ciudad natal de Marcel Breuer. A su cargo se encontraba un arquitecto húngaro que llevaba muchos años trabajando con la arquitectura y el clima: Janos Szasz.

Es España en esos años el término bioclimatismo aún nos era extraño. Y el concepto de `sostenibilidad´ contaba tan sólo con tres

años de edad a nivel global.

Janos, con el que realizamos un estudio de gestión ecológica integral para un municipio llamado Hosszúhetény en la región de Baranya, me aconsejó un libro que compré en cuanto tuve ocasión. El autor era el americano Edward Mazria. Un libro que recomiendo a cualquiera que se sienta tentado en algún momento por el producto financiero Passivhaus.

Edward Mazria con su `Passive Solar Energy Book´ puso a nuestra disposición, por tan sólo 30 € y hace 50 años, todo su conocimiento en cuanto a las posibilidades de afrontar la temperatura exterior desde la arquitectura. A partir de ahí, y ya que cualquier standard o receta contradice la propia filosofía de la adaptación climática, es nuestro trabajo estudiar cada situación y utilizar sus herramientas.

Todo lo anteriormente mencionado, y mi ubicación en la submeseta sur de la Península Ibérica, me han llevado a trabajar buscando defender a la edificación del sol de rigor en verano. Y a tratar de buscar su máxima aportación en invierno.

El espacio contenido

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Adelaida del Puerto frente al sol de castilla Rehabilitación en Los Navalmorales, Toledo y nueva planta en Poblete, Ciudad Real 2004/2010

Planta de levantamiento y rehabilitación de vivienda tradicional manchega. Quero, Toledo 2019

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Tras casi dos décadas de práctica profesional y del seguimiento del funcionamiento de las obras, creo que en nuestro territorio el espacio que mejor funciona es el que denomino espacio contenido.

Es un espacio luminoso y bien ventilado pero protegido del contacto con el clima exterior.

En esta vivienda que diseñé en Los Navalmorales es más fácil de explicar. Consiste en encerrar un espacio principal, como lo es un salón, entre dos bandas de espacios más pequeños y a ser posible servidores.

En este caso el salón recibe luz y calor a través de los muros transparentes de cocina y sala de estar desde el sur.

Se protege del frío en invierno, a su vez, con una enorme cámara de aire formada por el dormitorio y el baño.

El salón se abre únicamente a través de una ventana al patio este, en el que se da una temperatura mucho más constante que en las otras dos fachadas. Al tiempo, el salón disfruta de una generosa ventilación cruzada cuando todas las bandas de estancias se abren, y el sol de invierno entra horizontal 10m. hacia el interior de la vivienda.

La marquesinas solares a Sur reducen el calor en verano todo el día en su entrada a través de la fachada exterior.

Una masa de agua acumulada, como puede ser una piscina o un aljibe enterrado, contribuyen a reducir la temperatura del patio en verano.

El jardín caducifolio, colabora con su evapotranspiración y su sombra en la creación de un clima mucho más suave al que enfrentar la fachada Sur.

Lo ideal es que nada de todo esto se note, y que al disfrutar de la vivienda lo único que se perciba es una cierta sensibilidad y calidez en los espacios y en la forma en la que la luz se hace con el lugar.

Y fresco sin necesidad de aire acondicionado en la última quincena de julio de cada año.

La fachada

Asomarse al sol de verano de Castilla sin sombrero ni gafas resulta una imprudencia. Eso lo sabemos todos.

Pero cuando se trata de los edificios, olvidamos esa regla con asiduidad, cargados de referencias arquitectónicas de otras latitudes. Esas sin preocupación por el puente térmico, o con un sol casi vertical… o con un clima mucho más fresco.

A la hora de afrontar las fachadas, la orientación ha sido siempre mi primer condicionante.

Las estrategias principales son evitar faldones a oeste, si se abren lucernarios en

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Alojamiento rural de nueva planta en Hontanar, Toledo ( arq. colaborador: Leo Berbesí) 2005 Rehabilitación en Los Navalmorales, Toledo 2006

cubierta que sean a sur y verticales, que los faldones a Sur sean generosos para poder generar energía. Que los huecos a oeste sean los mínimos y bien protegidos con elementos de sombra. Que las fachadas Sur se abran bien en invierno, conservando masa para la inercia térmica, y en verano tengan una marquesina o un elemento que permita ver y no sobrecalentarse. A este y a norte abrirse siempre con la posibilidad de un cierre opaco y hermético para el invierno. Y todas estas cosas se pueden conseguir de formas muy diferentes y ayudados de elementos y herramientas infinitos.

La ventana

Cuando los muros tenían más de 50 cm de espesor, la ventana era un espacio más. De los pequeños, pero habitable. Con la llegada de la arquitectura de la emergencia, la rápida, la standard del s XX, la ventana pierde esa condición y se limita a ser fachada.

Trabajar en el campo de la rehabilitación me ha permitido recuperar ese concepto de espacio. Y añadirle conocimientos sobre recorrido solar ha resultado en un uso continuo del lugar-ventana durante todo el año.

Vivienda de nueva planta en Malagón, Ciudad Real 2008 Encachado previo a solera en rehabilitación de vivienda en La Estrella, Toledo 2012

Rehabilitación en Miguelturra, Ciudad Real 2010

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la casa en la naturaleza

alumnos de composición 4º curso

casa sobre el arroyo. amancio williams miriam martín

casa bratke celia peces del umbral a lo difuso julio luís

el eco de un caleidoscopio camilla zampiello

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casa sobre el arroyo. amancio williams

Vinculación, naturaleza, conexión, refugio. Casa sobre el Arroyo, nombre y literalidad. Diseñada por el arquitecto argentino Amancio Williams. También conocida popularmente como “La casa del Puente”. Situada en un paraje natural de Mar del Plata, en Argentina, un entorno peculiar y de gran influencia en el desarrollo de este proyecto. La naturaleza elige forma, la naturaleza elige distribución.

La Casa sobre el Arroyo es posiblemente el más importante de los proyectos de este arquitecto, y a su vez, es reconocida como una de las viviendas más paradigmáticas de la modernidad y el siglo XX. Encargo familiar, para un padre, padre músico y amante de la naturaleza. Casa vacacional. Casa de disfrute. Casa en la naturaleza. Casa para la música. Casa para la lectura. Casa para el descanso.

Proyecto que nace de la idea de vivir sin obstaculizar la naturaleza, sin limitar su disfrute, sin agresividad, vinculándola con el ser humano, con su rutina a la vez que con su ocio. Proyecto que nace de la idea de vivir en la naturaleza sin imponerse a ella. Paraje dividido, paraje fragmentado. Un pequeño arroyo decide el final de cada parte. Accesible en uno de los lados, infranqueable en el otro.

Una división a salvar, dos orillas que conectar, y como punto de unión una vivienda. Williams traslada de forma literal la idea de puente con este fin. Un puente que se habita, un puente que se vive de manera poco convencional. Esta vez no es un elemento de paso, esta vez es un refugio. La ubicación de este puente no se escoge de manera aleatoria, sino que se sitúa en el accidente principal del terreno, justo donde la belleza del territorio alcanza su punto álgido, enfatizando, así, la importancia de la naturaleza en el proyecto.

Obra de proporciones modestas, encajada

en un rectángulo. Nueve metros conforman su profundidad, veintisiete su largo y seis su altura.

La estructura se plantea de forma tridimensional, sintetizado su lógica en formas geométricas puras. Se construye, por un lado, una superficie curva, conexión entre las dos franjas de terreno; por otro, los componentes horizontales que generan la planta principal de la vivienda y, por último, la lámina que actúa como cubierta.

Todo ello queda enraizado de tal manera que cada elemento es necesario para que el otro pueda subsistir. La superficie curva trabaja simultáneamente, por medio de los elementos verticales, con la losa plana de la planta principal y con las vigas que rodean a esta. Estas vigas actúan aligerando la carga de los voladizos y llevando esas cargas, a través de pórticos hasta la cimentación de la construcción, para así desviar los esfuerzos al terreno.

Organización de una estructura pensada desde la relación natural, dando lugar a espacios interiores en conexión completa con el exterior que los rodea.

La luz invade el interior de toda la vivienda mediante una ventana longitudinal continua, rasgo de esa modernidad en la que se enmarca la obra. Este y otros rasgos como la presencia de un cuerpo principal elevado, la rotundidad volumétrica o la fluencia espacial nos remiten directamente a una de las obras cumbre de esta etapa, Villa Saboya, de Le Corbusier. Villa Saboya no es la única referencia previa que podemos hacer a esta vivienda. La idea de un puente ocupado, que mencionamos con anterioridad, ya la vemos en el Puente Vecchio de Florencia, cuya lógica es bastante similar. Ambas obras otorgan una nueva función a la concepción tradicional de puente.

La estructura se realiza en hormigón

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armado, el cual se convierte en uno de los rasgos más característicos de la vivienda. Este hormigón armado es tratado químicamente, y se realizaron múltiples pruebas hasta que Amancio Williams dio con el hormigón que él consideraba más adecuado. Este tratamiento químico se realiza por la intención de dejar la estructura de la casa sin recubrimientos y completamente a la intemperie. La casa quiere ser tan auténtica como la naturaleza que la rodea.

“…aquí se puso por primera vez a la vista el material de construcción, el hormigón, sin hacer uso de camuflajes o disfraces, es decir, sin dar la impresión de lo que no es en realidad. En nuestro taller siempre se buscó la honestidad en la expresión de los materiales…” (Amancio Williams).

La interacción de formas elegidas para la estructura de la casa dejaba un asunto importante que abordar cuidadosamente, el acceso a la misma.

El acceso se llevó a cabo mediante dos escaleras principales contenidas entre la zona curva del arco del puente y la planta baja que construye los puntos de apoyo del mismo.

Para poder adaptar las escaleras a este ámbito peculiar, la contrahuella va reduciendo su tamaño a medida que se asciende hacia la vivienda. Estas escaleras confluyen en un mismo punto al llegar al interior; sin embargo, la presencia de las dos es totalmente necesaria para establecer la conexión entre las dos franjas de terreno generadas por el arroyo.

El diseño de esta vivienda va mucho más allá del diseño de la estructura. Amancio Williams tuvo la delicadeza de pensar cada detalle de la obra, incluyendo el mobiliario, que incluye un hogar metálico, armarios de madera e incluso llega a desarrollar una versión de su silla Safari.

El arroyo fue canalizado, pero Williams no dejo que esto afectara a la esencia de la

casa e incorporó a su trabajo el diseño de unos jardines que incluyen la presencia de árboles de gran sofisticación.

Este hecho dejó su huella en el diseño interior de la vivienda y en su relación interior-exterior. Se realiza una banda de carácter más social, un largo y estrecho espacio de estar. Este espacio está configurado por una secuencia de pequeños sub-espacios, cada uno dedicado a un uso diferente, desde escuchar música a leer o pasar un agradable día junto al fuego. Todos estos espacios poseen vistas abiertas al espléndido jardín y gracias a la gran ventana longitudinal, mencionada anteriormente, el exterior se cuela sin reparos en este ámbito. En la otra banda, orientada hacia una parte más cerrada y sombría del territorio, encontramos la zona de dormitorios. La oscuridad para la noche, la luz y la vida para el día.

A su vez, las dos bandas se encuentran divididas por una tira de servicios que abastecen ambos lados, completando así la habitabilidad de la vivienda.

A pesar haber sido declarada de Interés Patrimonial, Cultural y Natural, y de ser incorporada al Código de Preservación Patrimonial, tras la muerte de su último propietario la casa se encuentra en un estado de total abandono, a merced de actos vandálicos; incluso ha llegado a sufrir un incendio de origen intencional que provocó en ella graves consecuencias. Actualmente sigue abierto el debate de cómo actuar frente a la situación de esta obra de gran importancia para Argentina.

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miriam martín

del umbral a lo difuso

¿Dentro o fuera? ¿Dónde se ubica el umbral? ¿Dónde empieza y acaba la guarida, el refugio, “nuestro espacio” y comienza nuestro entorno? Giulio Minoletti aborda estos temas en su casa para fin de semana para un soltero en el Iago Como. Construida para un amigo suyo, es una casa plenamente hedonista, como su propio nombre indica y como tal identifica el bien con el placer, especialmente con el placer sensorial e inmediato.

El umbral es un “leitmotiv” que siempre nos acompaña a los que pretendemos hacer arquitectura. Creo que no digo nada nuevo si afirmo mediante la tautología de que cuanto mas flexible es una vivienda, mas versatil es. Los puntos de interés siempre suelen encontrarse en las intersecciones y en sus puntos adyacentes. Como en el principio de incertidumbre de Heisenberg, Minoletti juega mediante un gran ventanal articulable a desvanecer el Iímite interior y plenamente racional de la vivienda, creando ese “vita-flumen” con el que diluye ese umbral hacia sus espacios contiguos mas naturales y en último punto al Iago.

Cuando utilizamos un lenguaje con formas geometricas tan puras, volvemos al eterno juego de lucha de opuestos; es aquí donde el umbral cobra aún si cabe más fuerza, se convierte en el mediador entre el lenguaje de la naturaleza y el de la mente humana. Es aquí donde podemos encontrar el punto clave de esta obra, el lenguaje natural habla continuamente de cambio, de movimiento. Mediante los grandes paramentos correderos materializados en grandes ventanales, juegan con esta dualidad, la propia naturaleza transparente del vidrio nos funde visualmente con el entorno, pero la propia materialidad de este nos recuerda que seguimos en un refugio.

El frente del Iago está enmarcado por la estructura metálica de la carpintería, que

da medida y escala del espacio, interno y externo. Por su naturaleza movil consigue cancelar la diferenciación entre el espacio interno y el externo creando un continuo espacial, dotándolo de un caracter mixto, el cual no llega a ser interior ni exterior. Consiguiendo tener un salón en medio de un entorno lacustre, con un envoltorio sencillo y que nos aporta seguridad, contención, calidez... en definitiva, un hogar. El pavimento, en este punto, recoge el testigo de los paramentos móviles como nuevo umbral, apoderandose de la terraza exterior ya incluida dentro de este gran salón con forma de cubo estereométrico. De hecho, las ampliaciones sucesivas como las del embarcadero nos muestran esta idea de arquitectura en forma de rosario, “salpicada” en el entorno natural, en la cual diferentes volúmenes se van cosiendo a traves de este atolón natural de piedra negra de Varenna sobre el Iago, el cual se protege por un muro alto de piedra que delimita una carretera provincial. Ambos elementos definen tu tamaño y proporción.

Al realizar un proceso de abstracción racional tan contundente, en parte nos hemos alejado formalmente mucho del lenguaje que parece hablar el entorno.

El autor toma una solución que pasa por utilizar el propio material del lugar.

Como hiciera Utzon en Can Lis, Minoletti utiliza la piedra del lugar como elemento constructivo más visible, pero alineado con elementos estilísticos o artísticos propios de las corrientes de dicho momento.

Podemos encontrar grandes similitudes con la casa del Iago de Le Corbusier para su madre: la idea del espacio único articulado por la amplia vista de la ventana y mediante la utilización de todo un lenguaje de colores con funciones claramente delimitadas, tanto funcionales como poéticas. En este sentido, los puntos de vista y perspectivas se multiplican en un juego refinado de

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referencias cromáticas con los elementos naturales circundantes. La pared negra que separa la casa de la vegetación circundante, el yeso blanco del volumen habitado, el rojo de la pared en teselas de vidrio que sobresalen del Iago y que señala la distancia del punto de amarre.

En el interior, se explota aún mas esta idea, las funciones principales se articulan en zonas, cada una con su propio carácter, color y material. El techo y los metales estan pintados en amarillo limón claro, el suelo y las cortinas en marrón oscuro y la terraza pavimentada con azulejos de gres blanco, mientras que las paredes son de color marron claro y parcialmente cubiertas con madera de nogal. La tapicería de las camas es de color rojo óxido, mientras que la de los sillones es de color azul claro. En ambos casos, los colores se refieren directamente a la tierra, al agua, a los elementos primarios de la naturaleza.

Siempre me gusta buscar la relación musical, pues como dijera Beethoven: “la arquitectura es una música de piedras y la música una arquitectura de sonidos”. En mi opinión personal, tanto arquitectura como música crean espacios, una crea espacios físico-matéricos y la otra sentimentalsonoros.

Por lo tanto, ¿qué música podemos encontrar en este proyecto? Trataré de trazar líneas entre algunos rasgos de grandes músicos y Minoletti. Como Coltraine se encuentra con una melodía interior fruto del compendio de su experiencia y condiciones de contorno (época, estilo, cultura, historia...) a la cual tiene que dar forma mediante una geometrización, pero con la pretensión de ir un paso más allá transgrediendo la armonía tradicional y natural. Claramente elige un estilo con tintes de stijl con elementos formales modernos, interior cálido típico del organicismo nórdico y materiales del lugar a

la vez que se utilizan materiales modernos, como hormigón y acero. Podría coincidir con Stravinsky, cogiendo elementos populares y pervirtiendolos de tal manera que reinventa la tipología de casa patio. Por otro lado, se acerca tambien a John Cage con sus pianos preparados y modificados para crear sonoridades distintas, siempre partiendo de elementos ya existentes, sin una pretensión de crear un instrumento nuevo, pero sí buscando con ansia la experimentación espacial (incluyendo a este y sus condiciones como parte de la obra). Al igual que Charlie Parker, se encuentra un Standard con su propio ritmo (el del Iago, el del atolón de piedra) y armonía. Sobre él ejecutará su melodía mas personal. Explorando los límites armónicos mediante el uso de una geometría tan pura frente a la geometría irregular del lugar, pero a la vez mediante el uso del color, aludiendo a los elementos naturales, como harían Vivaldi o Haendel. Como Luigi Nono, trata de huir de la forma tradicional, mediante un mobiliario que se articula, trata de huir de lo establecido, huyendo de los espacios compartimentados tradicionales de una vivienda. Y sobre todo huye de la tonalidad como Schoenberg, no es un espacio ni abierto ni cerrado, y a la vez es ambas cosas.

“Una melodía pura y ambigua a la vez, que explora los Iímites de la armonía propia del lugar donde se asienta, sustentada en un lenguaje material orgánico y tecnológico, capaz de jugar con el “ruido” del entorno del Iago, el cual salpica continuamente el proyecto”.

julio luís

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casa bratke

La ciudad de São Paulo creció apresuradamente y sin frenos a principios del siglo XX. Para convertirse en la metrópoli que es hoy en día, en la que pasear con tranquilidad es un deseo inalcanzable. Caos, velocidad, densidad y masificación. La necesidad de aire puro, serenidad y naturaleza se hizo evidente para todos. Oswaldo Bratke y otros arquitectos, como Lina Bo Bardi o Mendes da Rocha, fueron los encargados de dar forma a la nueva arquitectura brasileña que tenía que cubrir esa carencia. Oswaldo Bratke se había sentido atraído por la arquitectura moderna de California de la década de los 40. Referencias de las que se empapó por medio de lecturas y viajes para desarrollar su arquitectura local. Consciente de que cada lugar es diferente, no podía construir tal y como había observado en otros emplazamientos. Tenía que buscar una arquitectura moderna para su ciudad, para su clima, para sus vecinos y para sí mismo. Experimentar era una oportunidad además de una necesidad. Con la inseguridad e inexperiencia que supone enfrentarse a nuevas ideas y ensayos, comenzó por un encargo propio. Sin miedo a equivocarse, sin tener que dar explicaciones a ningún cliente ajeno. Construyó una casa de vacaciones para su familia, en la que probó todas las ideas que rondaban su cabeza. Aquellas que consideraba que podrían solucionar sus inquietudes. Modificando la relación naturaleza, ciudad y ser humano. Adquirió una parcela de nada menos que diez hectáreas a las afueras de la capital, en el distrito de Morumbi. Reflejo del afán desmesurado de libertad, de naturaleza, de espacio para que la selva creciera a sus anchas. Extensión generosa para respirar. La idea de la casa no se basaba simplemente en vivir en la naturaleza y abandonar la ruidosa y desordenada ciudad. Sino algo

más complejo, que la naturaleza actuase como filtro protector de la misma. Árboles, arbustos, trepadoras y malas hierbas. Un conjunto vegetal rodeaba la construcción. El refugio principal no era la casa propiamente dicha, sino la vegetación, las diez hectáreas de selva en torno a ella. Los esbeltos troncos y sus copas liberaban un vacío prácticamente en el centro. Donde se posicionó la casa. Como si se tratase de un ejército de soldados. Formando una barrera entre la calle, como parte de la ciudad, y el ser humano. Acotando un paraíso, un oasis. Lo que habría sido muy diferente si la casa se hubiese alineado con el borde de la calle, aun contando con el mismo espacio libre. Cubrió así la primera necesidad que concebía, local y personal de su contexto, refugiarse de la ciudad. Pero además era inevitable cobijarse de la propia naturaleza y sus agentes. Por lo que decidió construir una vivienda a partir de la experimentación con todas las posibles relaciones entre el dentro y el fuera. Fue entonces cuando rescató el lenguaje moderno californiano aprendido. Y en un proceso de interpretación, tomó las decisiones que fusionaban mejor la teoría con lo local. No podía ser una casa moderna cualquiera, tenía que ser una casa moderna brasileña. Tal vez se puso en la piel de Mies van der Rohe, aunque muy superficialmente. Ahí se encuentra la clave, imaginó ser otro sin dejar de ser él mismo, reescribiendo su lenguaje moderno propio. Propuso un volumen contundente y abstracto, con una retícula estructural muy marcada de forjados y pilares enrasados. Generó unos marcos, lienzos vacíos en los que probar los diversos materiales de cerramiento. Materiales de la tierra que se fabricaban en la misma ciudad. Piedra para enraizarse al terreno en un semisótano natural aprovechando el desnivel, naciendo de él. Por otro lado ladrillo macizo para los dormitorios. Con opacidad y más

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intimidad. El mismo ladrillo pero con un aparejo trabado para formar celosías, en las salas de día. Pantallas semitransparentes que permitían que la luz exterior se colara dentro durante todo el día, tamizando la luz como lo hacen las hojas de un árbol. Una lección interesante en contra de los convencionalismos, porque exploró los posibles usos del material, conocidos o no. También bloques de hormigón huecos que, a pesar de cumplir la misma función, Bratke no podía dejar de probar porque quizás esta sería la única opción que tendría de experimentar. Y todo esto para cobijarse de las inclemencias exteriores, estableciendo diversas relaciones con ellas. Para construir la segunda capa de su refugio. Desde fuera también buscó la continuidad. La casa formaba una “U” que atrapaba un pedazo de selva, cerrada por el lado libre con una pasarela porticada. Un fragmento de naturaleza controlado, a modo de bisagra articuladora entre la vegetación salvaje que se cuela bajo los forjados y la arquitectura racional. Un lago, un camino empedrado y unos arbustos. Con un lenguaje pintoresco también a medio camino entre lo orgánico y la actuación del hombre. Ese era el acceso a la vivienda. Punto de conexión de los dos refugios, bosque y casa. Experimento que como tal fue posible por las muchas renuncias a la funcionalidad. Difícil de valorar a posteriori sin un análisis profundo. Por lo que fue derribada a los escasos diez años de su construcción. Pero le sirvió como ensayo para sus proyectos posteriores, donde continuó perseverando en el desarrollo de todas sus ideas. Construyó en la parcela de al lado una casa para Oscar Americano. Muy parecida a la suya, pero con las certezas de la experiencia. Más bosque, más vegetación, más vacío y más patio de acceso. Pero también más funcional, por lo que pierde ligeramente la frescura y el desenfado del primer intento. Oswaldo Bratke, posiblemente sin

premeditarlo, proyectó una Casa de Dos Atrios. Tal y como aparece en la RAE, un atrio es “un espacio descubierto, rodeado de pórticos en la entrada de algunos edificios, con su origen como patio de acceso a las domus y templos romanos”. Un espacio intermedio, entre la casa y el exterior, un exterior parcialmente cobijado, un refugio previo a la casa. ¿Acaso no son esos arboles del perímetro como grandes columnas naturales? Un pórtico a gran escala sombreando por sus copas, resguardando de la calle un primer patio, o vacío. Y en cuanto al acceso ajardinado y pintoresco en el entorno más próximo a la casa, su nombre más apropiado podría ser “atrio”. También porticado, esta vez por elementos arquitectónicos, atrapando y controlando un trozo de bosque.

Con lo cual, podemos pensar que un atrio puede formalizarse de muchas maneras, pero siempre debe ser un elemento que podríamos tener en cuenta para aportar complejidad a las relaciones entre la arquitectura y el lugar, el lugar y el hombre.

Porque la arquitectura tiene un entorno inevitablemente, y no podemos rechazarlo ni obviarlo. Debemos convivir con él. Perseguir que las relaciones entre ese espacio y el habitante sean mejores una vez que la arquitectura esté construida. Así habremos cumplido nuestra función como arquitectos.

Por esto la Casa Bratke no es interesante por evadirse de su difícil realidad, ni por experimentar con la construcción hábilmente, ni por sus deficiencias en cuanto a la funcionalidad; sino por encontrar la mejor manera de articularse respecto a su contexto.

celia peces

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el eco de un caleidoscopio

Una casa che non è semplicemente un incarico per José Maria Sostres, ma rappresenta la pura materializzazione delle idee e dei principi di questo architetto, che voleva esprimere le sue visioni e le sue idee in progetti che potessero continuare ad essere comunicati anche con il passare del tempo, lanciando un eco che potesse continuare a risuonare.

Con una domanda di progetto semplice che è quella di una casa per le vacanze o per fine settimana, con un budget esiguo, Sostres racconta quello che per lui è un’analisi del rapporto dell’architettura e la società. Tra gli insegnanti dell’ETSAB del suo tempo, Sostres, veniva visto come un personaggio timido, modesto, sfuggente e solitario; per questo non è mai entrato in contatto con quelle che venivano definite le grandi menti del suo tempo. In realtà ha sempre cercato di isolarsi da un contesto che lui non riteneva di grande interesse per la propria persona e tanto meno ha cercato ti stringere un qualche rapporto intellettuale con la società per cui non sentiva nessuna connessione, anche per questo la sua produzione non fu eccessiva. Ma questo suo distaccamento non era segno di una mente poco geniale, anzi, il suo era semplicemente un percorso che non vedeva l’epoca nella quale viveva come traguardo; aveva un obiettivo ben specifico, una visione molto più a lungo raggio. Sopravvivendo ad un presente architettonico che è possibile sopportare solo guardando lontano. Sapeva cosa avrebbero rappresentato le sue opere e i suoi testi, aveva ben chiaro l’obbiettivo del suo percorso, così decise di percorrere semplicemente il suo cammino senza cercare di camuffarsi negli standard del tempo.

Ogni incarico fu per lui l’opportunità per trasmettere temi intellettuali e artistici di grande importanza, al fine di sensibilizzare

ed educare una civiltà ad un futuro differente, attraverso la sua architettura. Per questo ogni sua opera è ricca di intenzioni e significati intrinsechi. Opere che abbracciano la modernità, in un periodo di dopoguerra che, come sottolineavano anche i critici, fu un’epoca di arretratezza, dove il pubblico rifiutava lo stile moderno e aveva paura del diverso o dello strano.

Talmente cosciente di quanto tutto fosse solamente momentaneo e di quanto le cose sarebbero cambiate nel futuro che arrivò alla conclusione che, per lui, l’architettura moderna poteva esiste solo attraverso la fotografia, strumento capace di immortalare, nella sua freschezza e plasticità perfetta un’opera, in modo che potesse diventare con il passare degli anni caso di studio. Era cosciente che la vita è un cambio costante, in continua evoluzione e l’ossessione di mantenere una forma è un sintomo di arretratezza culturale o di mancanza di realtà, nata da una mentalità retrograda. La costruzione della casa Moratiel è stata seguita da Sostres in tutta le sue fasi di realizzazione fino alla parte fotografica dove, il grande fotografo Francesc Català-Roca ha catturato l’essenza della casa assicurandosi che ogni foto trasmettesse, oltre le perfette proporzioni nelle forme, il messaggio che l’architetto volesse diffondere di quello spazio. Lasciandoci con delle immagini di forte potere comunicativo che ancora oggi continuano a trasmetterci la grande idea progettuale dell’architetto, nonostante le differenti modifiche subite dalla casa durante gli anni.

La casa Moratiel fu per Sostres un campo dove esprimere oltre le sue idee anche la sua fantasia, quasi un laboratorio di ricerca dove studiare e approfondire temi che lui desiderava studiare, una casa che ha subito molti cambiamenti sia nella WWfase progettuale ma anche nel momento

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della costruzione, perché vedendola evolvere, evolvevano anche le sue idee, portandolo a fare cambiamenti persino durante la fase di opera. Questa casa quasi infrange le proprie regole per introdurre cambiamenti inaspettati, soluzioni inedite che sorprendono ma senza le quali questo lavoro non sarebbe così brillante.

Il punto focale della casa è la presenza di un patio centrale, che vedendolo in pianta potrebbe trasmette subito la centralità e il carattere di un patio romano ma che invece, come dice stesso Sostres, non ha intenzione di imitare tal tipo di architettura. Esso durante la progettazione della casa ha subito un percorso particolare. Partendo dall’essere come un luogo aperto, punto di respiro della casa che, grazie alla presenza di un albero, collegasse in maniera diretta e semplice le stanze che affacciano in esso con la natura. Fino ad arrivare alla sperimentazione di un diverso contatto con essa. L’uso geniale dei materiali, porta a vivere un’esperienza sensoriale che quasi si spinge al di là dell’architettura. La luce disegnata attraverso le fessure longitudinali del pergolato, che vengono riflesse prima dal cristallo opaco e poi dallo specchio d’acqua, contribuiscono al gioco di luci, che ogni giorno all’interno della casa, si ripete regalando uno spettacolo continuamente variegato della sovrapposizione per trasparenza di riflessi di ombre e ombre di riflessi. Diventa un caleidoscopio che inserisce l’asse del tempo nella casa. Privato della logica necessità di organizzazione e di funzione, e ridotto alla sua pura condizione di spazio all’interno di uno spazio, uno spazio all’interno di un volume. Questa sua voglia di creare spazi complessi sensorialmente, alternativi ma allo stesso tempo semplici, lo porta a fare altre modifiche al progetto, come ad esempio sostituire il mobile, di una semplicità banale, che interrompe la visione dell’asse

ottico che unisce l’ingresso con il giardino posteriore alla casa, con un termosifone. Una scelta unica, coraggiosa, posizionare un termosifone di grandi dimensioni a divisione di questi due ambienti in modo di poter appunto filtrare la vista al giardino e creare una continuità con i giochi di luce del patio. Compone questa casa come se stesse componendo un quadro di arte astratta, dove inizio e fine non hanno limiti e dove l’architettura con natura e i sensi si uniscono in un unico organismo. La facciata della casa che guarda verso la strada principale è completamente buia ma il senso di massa che potrebbe dare un edificio senza aperture è impercettibile, quello che si ha è la successione e sovrapposizione di piani e linee, che unendosi lasciano un’immagine leggera e complessa. L’uso di queste linee verticali e orizzontali, suggeriscono una sfocatura dei confini del sito. Le linee verticali e orizzontali, invece utilizzate sugli altri alzati, suggeriscono una sfocatura dei confini del sito, permettendo la completa integrazione della casa, sia con lo sfondo che le si presenta, sia con il suolo.

La casa Moratiel è il perfetto esempio di come l’architettura oltre ad essere luoghi dediti allo svolgimento della vita dell’uomo possano essere elementi per comunicare e trasmettere ideali e innovazione nel tempo.

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camilla zampiello
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Reflejos- Sensaciones- Yuxtaposición- TiempoMovimiento- Abstracción

Una casa que no es simplemente un encargo para José María Sostres, sino que representa la pura materialización de las ideas y principios de este arquitecto, que quiso expresar sus visiones e ideas en proyectos que pudieran seguir comunicándose con el paso del tiempo, lanzando un eco que pudiera seguir resonando.

Con una simple pregunta de proyecto que es la de una casa de vacaciones o de fin de semana, con un presupuesto ajustado, Sostres cuenta lo que para él es un análisis de la relación entre la arquitectura y la sociedad.

Entre los profesores de la ETSAB de su época, Sostres era visto como un personaje tímido, modesto, escurridizo y solitario; por eso nunca entró en contacto con las llamadas grandes mentes de su época. En realidad siempre trató de aislarse de un contexto que no consideraba de gran interés para su propia persona, y menos aún trató de establecer alguna relación intelectual con una sociedad con la cual no sentía ninguna conexión: también por esta razón su producción no fue excesiva. Pero este desapego suyo no era un signo de una mente poco ingeniosa, al contrario, el suyo era simplemente un camino que no veía la época en la que vivía como una meta; tenía una meta muy específica, una visión mucho más larga. Sobrevivir a un presente arquitectónico que sólo puede ser soportado mirando hacia otro lado. Sabía lo que sus obras y textos representarían, tenía un objetivo claro para su camino, así que decidió simplemente seguir su propio camino sin tratar de disfrazarse en los estándares de la época. Cada encargo era una oportunidad para él de transmitir temas intelectuales y artísticos de gran importancia, con el fin de concienciar y educar a una civilización para un futuro diferente, a través de su arquitectura. Por esta razón, cada una de sus obras es rica en intenciones y significados intrínsecos. Obras que abrazan la modernidad, en un período de posguerra que, como también señalaron los críticos, fue una época de atraso, donde el público rechazaba el estilo moderno y temía lo diferente o lo extraño.

Tan consciente de que todo era sólo temporal y de que las cosas cambiarían en el futuro, llegó a la conclusión de que, para él, la arquitectura moderna sólo podía existir a través de la fotografía, un instrumento capaz de inmortalizar una obra en su frescura y perfecta plasticidad, para que se convirtiera en un caso de estudio a lo largo de los años. Era

consciente de que la vida es un cambio constante, en continua evolución y la obsesión por mantener una forma es un síntoma de atraso cultural o de falta de realidad, nacido de una mentalidad retrógrada.

La construcción de la casa Moratiel fue seguida por Sostres en todas sus fases de realización hasta la parte fotográfica, donde, el gran fotógrafo Francesc CatalàRoca capturó la esencia de la casa asegurándose de que cada foto transmitiera, más allá de las proporciones perfectas en las formas, el mensaje que el arquitecto quería difundir de ese espacio. Dejándonos con imágenes de fuerte poder comunicativo que aún hoy siguen transmitiendo la gran idea de diseño del arquitecto, a pesar de los diferentes cambios que ha sufrido la casa a lo largo de los años.

La casa Moratiel era para Sostres un campo donde podía expresar no sólo sus ideas, sino también su fantasía, casi un laboratorio de investigación donde quería estudiar y profundizar temas que quería estudiar. Una casa que sufrió muchos cambios tanto en la fase de diseño como en el momento de la construcción, porque al verla evolucionar sus ideas también evolucionaron, lo que le llevó a hacer cambios incluso durante la fase de construcción. Esta casa casi rompe sus propias reglas para introducir cambios inesperados, nuevas soluciones que sorprenden pero sin las cuales este trabajo no sería tan brillante.

El punto focal de la casa es la presencia de un patio central, que cuando se ve en el plano podría transmitir inmediatamente la centralidad y el carácter de un patio romano pero que, como dice el propio Sostres, no tiene intención de imitar este tipo de arquitectura. Durante el diseño de la casa ha experimentado un camino particular. Empezando por ser un lugar abierto, el espacio de respiración de la casa que, gracias a la presencia de un árbol, conectaría directa y sencillamente las habitaciones que la dominan con la naturaleza. Hasta la experimentación de un contacto diferente con ella. El uso ingenioso de los materiales conduce a una experiencia sensorial que casi va más allá de la arquitectura. La luz que se dibuja a través de las rendijas longitudinales de la pérgola, que son reflejadas primero por el cristal opaco y luego por el espejo de agua, contribuyen al juego de luz que cada día dentro de la casa se repite, dando un espectáculo continuamente variado de la superposición por transparencia de los reflejos de las sombras y las sombras de los reflejos. Se convierte en un caleidoscopio que inserta el eje del tiempo en la casa. Privado de la necesidad lógica de organización y función, y reducido a su condición pura de espacio dentro de un espacio, un espacio dentro de un volumen.

Este deseo suyo de crear espacios sensorialmente complejos, alternativos pero a la vez sencillos, le

lleva a realizar otros cambios en el proyecto, como la sustitución del mobiliario, de una simplicidad banal, que interrumpe la visión del eje óptico que une la entrada con el jardín trasero de la casa con un radiador. Una elección única y valiente, colocar un gran radiador que divide estas dos habitaciones para filtrar la vista del jardín y crear una continuidad con los efectos de la luz del patio.

Compone esta casa como si estuviera componiendo un cuadro de arte abstracto, donde el principio y el fin no tienen límites y donde la arquitectura con la naturaleza y los sentidos se unen en un solo organismo. La fachada de la casa que mira hacia la calle principal es completamente oscura, pero la sensación de masa que podría dar un edificio sin aberturas es imperceptible. Lo que se tiene es la sucesión y superposición de planos y líneas que, al unirse, dejan una imagen ligera y compleja. El uso de estas líneas verticales y horizontales sugiere un desdibujamiento de los límites del sitio. Las líneas verticales y horizontales, en cambio, utilizadas en las otras levantadas, sugieren un desdibujamiento de los límites del sitio, permitiendo la completa integración de la casa, tanto con el fondo como con el suelo.

La casa Moratiel es el ejemplo perfecto de cómo la arquitectura, además de ser lugares dedicados al desarrollo de la vida humana, pueden ser elementos para comunicar y transmitir ideales e innovaciones a lo largo del tiempo.

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Traducción Camilla Zampiello
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posdata investigación

1000 palabras sobre una tesis nicolás martín la importancia de la escuela. los inicios de ernö goldfinger nacho román construcción por analogías jose aguado

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I

La presente tesis doctoral defiende como hipótesis de partida la lectura personal que José Antonio Corrales realiza del lugar reflejándose en sus proyectos. Un entendimiento de lugar que, partiendo de los datos objetivos -los manejados por todos- alcanza una lectura no evidente, que únicamente su sensibilidad y mirada personal son capaces de distinguir. La sección de cada una de sus proyectos es la encargada de materializar esa respuesta y entablar un diálogo con el lugar que lo enriquece, complementa y en ocasiones incluso lo inventa.

Visité a Corrales el último año de su vida. Tras exponerle mis intenciones, me abrió su archivo, me brindó sus explicaciones y me regaló sus libros de poemas.

Sus proyectos, realizados en solitario entre 1950 y 1970, demuestran estas premisas. Muchos de ellos, inéditos. Constituidos, por sus planos, dibujos, memorias, cartas y diapositivas. También sus poemas. La mayor parte no publicados, constituyen una respuesta directa y esencial a ese lugar, fruto de su mirada íntima y personal al paisaje. El objetivo de esta tesis es por tanto doble. Dar a conocer todos estos proyectos y poemas no publicados y ponerlos en relación a esta lectura personal que José Antonio Corrales realiza sobre el lugar donde están proyectados.

La sección, como valor clave en su arquitectura, nos permite descubrir en ella esta respuesta personal de Corrales hacia el paisaje. Paisaje visible para todos, que al pasar por el tamiz de su sensibilidad se convierte en un lugar interior al que responder con su arquitectura. Una sección que, en los años estudiados -1950-1970-,

evolucionará como su arquitectura. Como él mismo.

Si en los primeros 50 se muestra clara hacia el exterior, directa con el medio y nítida en intenciones, al final de los años 60 se elabora de tal manera, que parece ocultarse, hundirse, compactarse, refugiarse del entorno que la rodea. Ahora será protagonista la mirada desde los interiores hacia el exterior. Ver sin ser visto. Una complejidad creciente que discurre en paralelo a una mayor personalización de su arquitectura que, al final de estos años, parece pedirle al propio Corrales ser sección.

II

Esta tesis doctoral se justifica por distintos motivos. En primer lugar, hasta la fecha, nunca han visto la luz la mayoría de los proyectos en solitario del José Antonio Corrales que aquí se reflejan. Tampoco documentación inédita de proyectos sí publicados, que nos permite elaborar una nueva lectura y descubrir nuevos significados en relación al tema de la tesis.

También se justifica por el tema, ya que nunca se ha dado protagonismo al empleo de la sección en la arquitectura de Corrales como protagonista en relación al lugar.

Tampoco se ha hablado de su poesía como comprensión íntima y reflejo personal de los paisajes por él descubiertos y que, al ponerla en paralelo con su arquitectura, nos permite entender ambas -arquitectura y poesía- con una mirada nueva. Por último, muchos de los poemas transcritos en este trabajo ven por primera vez la luz, permitiéndonos un nuevo entendimiento de su pensamiento a través de su poesía cotidiana.

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Nicolás Martín 1000 palabras sobre una tesis

III

La tesis arranca su hipótesis desde el valor que José Antonio Corrales otorgaba al lugar. Parte de la hipótesis de que esta lectura es personal -como nos describen sus poemas- y no objetiva en muchos casos. Está cargada de sensibilidad hacia el paisaje, que le permite descubrir valores íntimos en el emplazamiento desde donde arrancar sus proyectos. Sus dibujos, fotografías y poesía son reflejo de esa mirada a las que su arquitectura dará respuesta de manera esencial.

Sobre la sección de cada uno de estos proyectos recaerá gran parte de esta respuesta y entablará el verdadero diálogo con el lugar. La sección lo enriquece, lo complementa e incluso en ocasiones lo inventa.

IV

El objetivo preliminar es dar a conocer la arquitectura inédita que José Antonio Corrales realiza en solitario entre 1950 y 1970. También completar sus obras conocidas de este periodo con documentación guardada en su estudio y que por distintos motivos nunca fue publicada. Asimismo, revelar la abundante poesía que Corrales escribió a lo largo de su vida, no pensada para publicarse, aunque preparada para tal fin el último año de su vida. Este objetivo que abarca tres situaciones, nos conduce al objetivo principal de la tesis. La puesta en paralelo y lectura simultánea de toda esta documentación nos permite la relectura de su obra, descubriendo nuevos significados y matices en el pensamiento de José Antonio

Corrales. En especial con el tema que nos ocupa, esto es, responder a la hipótesis planteada: los lugares personales, sobre los evidentes, permiten a Corrales encontrarse con el lugar mediante su arquitectura.

V

La tesis consta de diez capítulos que agrupan su obra ordenada cronológicamente desde 1950 a 1970. Cada capítulo se estructura de manera semejante y sistemática. Se inicia con una presentación de los documentos inéditos de cada proyecto -poemas, dibujos y fotografías- que nos permiten acercarnos a la lectura personal de la obra alejada de caminos ya transitados. En segundo lugar, se realiza un análisis del proyecto, teniendo en cuenta también estos documentos iniciales, hasta llegar a la sección de cada proyecto. Sobre ella se efectúa un análisis más pormenorizado como respuesta a la hipótesis planteada. Las conclusiones de cada capítulo, así lo reflejan.

Son protagonistas los proyectos de escala reducida. No arbitrariamente, sino por ser obras que Corrales solía realizar en solitario sin su compañero habitual, Ramón Vázquez Molezún. En ellos, Corrales se maneja con una soltura exquisita y sus ideas se reflejan con mayor nitidez. También se analizan otros proyectos realizados en solitario y de mayor escala, donde las ideas se cruzan con los de escala menor.

Corrales trabajó toda su vida junto a Ramón Vázquez Molezún. El capítulo quinto es en realidad un recuerdo y homenaje de esa colaboración tan prolongada y querida.

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“En 1916, mi padre compró una casa en las colinas de Budapest y comenzó a reconstruirla. Fue el momento en que vi planos por primera vez -planos maravillosos en amarillos y rojoscoloreados en acuarela [...] En 1920 fui al París “Beaux Arts” y me quedé allí hasta 1934”.

la importancia de la escuela. los inicios de Ernö Goldfinger

Nacho Román

Esta es la respuesta de Goldfinger al ser preguntado, por la revista Architectural Review, acerca del momento en el cual sintió por primera vez su vocación de arquitecto.

Ernö Goldfinger nació en Budapest en 1902 y pasó su infancia en los valles transilvanos de los Cárpatos meridionales, entre carruajes guiados por caballos, máquinas de vapor y lámparas de aceite como único medio de iluminación1. Su madre, Regine, había nacido y crecido en aquellas tierras; su padre, el Dr. Oscar Goldfinger, era un rico abogado judío que había ejercido en Viena, y su abuelo el vicepresidente de un banco. Ambas familias, materna y paterna, poseían tierras, bosques, aserraderos y molinos de agua por la zona. Por tanto, podemos imaginar la situación acomodada de la familia Goldfinger en un territorio deprimido y aislado donde las diferencias económicas quedaban puestas en relieve.

La educación de los Goldfinger fue cuidadosamente guiada por sus progenitores, que en 1908 decidieron regresar a Budapest para dar a sus tres hijos, Ernö, George y Paul, una mejor formación. Ernö asistió a una escuela de primaria y, además, tuvo un tutor privado para mejorar su húngaro. Desde este momento, no dejó de aprender bajo directrices estrictas y dirigidas. Los viajes constituyeron un acontecimiento habitual desde su etapa formativa: cada verano pasaba un mes en las montañas de Transilvania respirando sus orígenes, y otro mes en los Alpes austríacos. También de niño, viajó a la costa adriática y el verano de 1910 lo pasó en Venecia, conservando durante toda su vida el olor evocador de los “vaporettos” y la imagen de la plaza sin el Campanile2, desaparecido en 1902.

Más tarde, asistió a la escuela local Gymnasium de Budapest, un centro de élite de enseñanza secundaria de habla inglesa. Por si no fuera suficiente, él y sus hermanos contaron con un profesor particular que les visitaba dos veces por semana en su domicilio, acelerando y consolidando su aprendizaje del inglés 3

Ernö estuvo en Budapest en 1918 y fue testigo directo de la revolución de octubre: este acontecimiento quedó marcado en su retina. Tras la caída definitiva del imperio austrohúngaro y el establecimiento del régimen comunista, la familia Goldfinger abandonó Budapest, huyendo de una situación políticamente frágil.

Primero se dirigieron a Viena, donde Goldfinger asistió al Schotten Gymnasium durante ocho meses. Allí aprendió a dibujar, realizando numerosos estudios sobre la figura humana; y también despertó su gusto por las matemáticas a través de un profesor inspirador 4. A continuación, en 1920, Goldfinger fue enviado a un internado privado en Suiza: Rossay School de Gstaad, por lo que tuvo que precipitar el aprendizaje de un idioma, el francés, que apenas balbuceaba 5

En este ambiente de frenesí académico y de inestabilidad geográfica y cultural se desarrolló la niñez de Ernö, una infancia que, según han apuntado otros autores, pudo generar en él una cierta frustración por no llegar a cumplir las altas expectativas que su madre Regine tenía sobre él y sus hermanos 6

En 1920, con 18 años, Goldfinger estaba listo para comenzar sus estudios. En unos pocos años había desarrollado la combinación de habilidades que formaría la base de su vida profesional,

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materializada en un gusto simultáneo por la estética y la ciencia. Había considerado originalmente una carrera en ingeniería: le habían emocionado los sonidos y el poder de la maquinaria en los aserraderos de su familia. Su interés por las artes plásticas fue recurrente, interesándose por la escultura y el dibujo. Las matemáticas también suscitaron gran interés en el joven Goldfinger, especialmente la geometría. La arquitectura parecía ser la única disciplina que atendía la mayor parte de sus inquietudes.

París, en la tradición Beaux-Arts

En el verano de 1920, Goldfinger fue enviado a Francia por su familia en sustitución al Gran Tour Europeo, tan habitual en el siglo XX. Inicialmente el viaje tenía la intención de que allí aprendiese el francés mientras pasaba una temporada en casa de unos familiares; la realidad fue bien distinta, como expresó el mismo: “Fui por quince días y me quedé catorce años” 7

Rápidamente quedó fascinado por la sorprendente escena parisina que tan bien supo captar el fotógrafo André Kertész, el cual se convertiría pronto en su amigo. El París de los años 20 era una metrópolis destartalada donde convivían fortificaciones y tugurios: el plan Haussman permanecía incompleto mientras lo decadente se mezclaba con lo sofisticado a las orillas del Sena.

Pronto comenzó a dar pasos firmes para iniciar sus estudios de arquitectura. Gracias a sus contactos y recomendaciones familiares, se encomendó al taller del maestro Léon Jaussely para preparar las exigentes pruebas de acceso a la escuela. La École Nationale Supérieure des Beaux Arts8 era la más prestigiosa de

1 Ver WARBURTON, Nigel (2004), p.7.

2 De STAMP, Gavin (1982). p. 19-24.

“Conversation with Ernö Goldfinger” Thirties Society Journal, n2.

3 Ibidem. El profesor inglés era P.H. Redmond. Éste acompañó a los Goldfinger cada temporada estival en Transilvania, desde 1914 a 1918.

4 WARBURTON, Nigel (2004), p.12. Traducción del autor.

5 Goldfinger narraba su evolución con el francés: [...] “Apenas podía hablarlo. En la edad comprendida entre los 17 y los 30 años hablé francés. Me siento muy cómodo con el francés”. De STAMP, Gavin (1982). Traducción del autor.

6 [...] “En 1911 Ernö suspendió la geografía, un evento que lo persiguió por el resto de su vida. Sesenta años más tarde, todavía sentía un profundo sentimiento de agravio: “¡Este imbécil me falló! ‘Como resultado, tuvo que pasar el verano en la casa de su abuela en Transilvania siendo entrenado. Su situación no se vio favorecida por la brillantez académica de sus hermanos, George y Paul, ambos profesores de química física”. STAMP, Gavin (1982) p.10. Traducción del autor.

7 Entrevista a Dacey, Cruickshank y Dunnett. En WARBURTON, Nigel (2004).

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8 La École Nationale Supérieure des Beaux Arts fue la principal escuela de arte francesa con una tradición que se remonta al siglo XVII. Manet, Renoir, Monet, Degas, Delacroix y muchos otros habían estudiado allí. Su programa arquitectónico proporcionaba una capacitación técnica de alto nivel, aunque en una vertiente tradicional. El currículo se dividía en “Academia de pintura y escultura” y “Academia de Arquitectura”, pero ambos programas se centraban en las artes clásicas y la arquitectura de la Antigua Grecia y Roma.

9 En los años 20 y primeros 30 emprendió varios proyectos de planeamiento, incluyendo el desarrollo urbanístico para el CIAM de 1933. En 1943 publica junto a E.J. Carter “The County of London Plan Explained”.

10 PIDGEON, PAV 4/8013. Citado en WARBURTON, Nigel (2004).London Plan Explained”.

10 PIDGEON, PAV 4/8013. Citado en WARBURTON, Nigel (2004).

11 Exactamente 8 calificaciones de valor (Valeurs) y 8 menciones (mentions).

12 GOLDFINGER. Entrevista para la AR en el artículo “The Architect as Constructor “, (abril 1983).

Francia en aquel momento y la que mejor formación arquitectónica podía ofrecer. Se organizaba por talleres autónomos, donde se llevaba a cabo todo el trabajo práctico. Los estudiantes dirigían estos talleres y contrataban a su propio “chef d’atelier”; bajo su supervisión, los aspirantes desarrollaban los trabajos —dos por curso— que presentaban para ser evaluados por el jurado de Bellas Artes.

Goldfinger asistía puntualmente al taller de Jaussely. Éste enseñó a sus alumnos todo lo que sabía sobre su principal interés, el urbanismo. Fue entonces cuando se despertó en Goldfinger la curiosidad por la arquitectura de la ciudad, interés que se consolidó años más tarde en el Instituto de Urbanismo de la Sorbona, de 1926 a 1928. Parte de sus esfuerzos fueron dedicados al proyecto y desarrollo del planeamiento de la ciudad9

Goldfinger tuvo que permanecer en el Taller Jaussely durante dos años para lograr superar la primera prueba y poder acceder al segundo ciclo. Estudió geometría, estática, matemáticas y una materia que le fascinó: la estereotomía.

“Fallé una vez, y al segundo intento conseguí entrar. Algunas personas fallaron hasta veinte veces [...]”.10

La prueba con la que logró superar este primer nivel y acceder a la Escuela en 1922 consistía en un proyecto para el acceso a una catacumba, diseñada en estilo dórico. Antes tuvo que aprobar exámenes de historia, química, física y matemáticas. La tradición clásica parecía aliarse con Goldfinger en su camino hacia la modernidad. Una dialéctica que permanece latente en toda su trayectoria.

En la segunda fase de capacitación en la Beaux Arts los estudiantes debían

obtener varios méritos y reconocimientos en sus dibujos11. Ernö superó esta etapa de capacitación sin fallar en ni un solo trabajo. Mientras iba sumando logros académicos, el planteamiento tradicional que caracterizaba a la Escuela empezó a suscitar en él las primeras dudas. Fue entonces cuando comenzó a ser permeable al espíritu moderno y junto a unos cuantos compañeros escogió el itinerario difícil frente al sencillo.

Hacia una arquitectura, de la construcción

“Yo y mis amigos de Beaux Arts sabíamos que algo estaba sucediendo en las Bellas Artes que no estaba del todo bien. Fuimos a ver a Le Corbusier en su taller en la Rue Jacob. Le pedimos que formara un taller de Bellas Artes, propuesta que rechazó y nos envió a Auguste Perret. Es así que formamos el primer Atelier Perret en los Beaux Arts”12 En 1924 un grupo de trece estudiantes, entre los que se encontraba Goldfinger, llegaron al estudio de Auguste Perret, en el maravilloso edificio de la Rue Franklin, para que les dirigiera en su andadura Beaux-Arts. Perret estaba relativamente fuera del sistema de la academia, y no cumplía las condiciones “no escritas” establecidas para la competencia de “Chef d´Atelier”. Por tanto, su elección como jefe acarreaba el riesgo para los alumnos de no ser valorados positivamente por el Jurado de la institución, y en consecuencia verse condenados a no obtener su título de arquitectos. Pero este grupo de jóvenes valientes estaba dispuesto a arriesgar distanciándose del sistema.

Perret supo que Le Corbusier les había enviado, y le recordó con buenas palabras13 El maestro trató a los estudiantes con excepcional generosidad. Además de

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aceptar ser su tutor, a pesar de estar fuera del sistema de la Escuela, también puso a su disposición un excelente taller. Éste se encontraba en un ala del Palais du Bois, con vistas al Bois de Boulogne. Un pabellón desmontable para exposiciones de arte, que Perret acababa de terminar en aquel momento.

Por estas fechas Vers une Architecture había sido publicado y sin duda, terminó de reforzar la postura de los jóvenes y rebeldes estudiantes, que cuestionaban el rumbo de la enseñanza tradicional en la Beaux-Arts y su enfoque de la arquitectura14

No es tanto el aséptico discurso de la “casa como máquina de vivir” corbuseriano lo que sedujo a Goldfinger, sino esa condición plástica de la arquitectura capaz de afectar a nuestros sentidos, que se desprende desde la primera página del citado libro de Le Corbusier:

“El Arquitecto, por su disposición de formas, realiza un orden que es una creación pura de su espíritu; mediante superficies y volúmenes, afecta nuestros sentidos en un grado agudo y provoca emociones plásticas”.15

Goldfinger encontró en Perret la figura de un verdadero maestro. Él y sus compañeros pensaron que se trataba, sin duda, del mejor arquitecto de Francia16. Había construido algunos de los más innovadores edificios de hormigón en París y muchos de ellos le habían marcado en un momento en el que se estaban definiendo los elementos estructurales de su personalidad. Goldfinger destacó de las obras de Perret su desnudez y verdad constructiva, además del uso imaginativo del hormigón17; también una cierta austeridad, de espíritu clásico. Otra gran inspiración para él fue Adolf Loos, a quien conoció en 1925 en el Café du Dóme, donde se desarrollaba gran parte

de la vida social y artística de la que se empapó. Loos, unos treinta años mayor que Goldfinger, había llegado a París el año anterior desde Viena. Ese mismo año visitaron juntos la Exposición Universal de Artes Decorativas. Los ejercicios que interesaron a Goldfinger fueron atípicos de la exposición. El edificio L’Esprit Nouveau de Le Corbusier, el pabellón soviético de Melnikov y el pabellón japonés fueron las únicas piezas que le emocionaron.

Del pabellón ruso su simplicidad constructiva, y la confianza de Melnikov en la interacción entre las formas propuestas y las emociones suscitadas en el usuario18, tema al que Goldfinger dedicaría más adelante investigación y escritos.

En el Pabellón de Japón pasó horas viendo cómo se desempaquetaban cada una de las piezas, que habían sido numeradas y cuidadosamente envueltas en papel de seda. La lógica de la construcción era “Auténtico Perret”. 19

Pero el edifico que caló más profundo en Goldfinger fue el de Le Corbusier. L’Esprit Nouveau se mostraba como la encarnación de la filosofía de Vers une Architecture. Ese mensaje optimista y liberado de sentimiento nostálgico hacia el pasado fue lo que verdaderamente le interesó.

Aunque la influencia de Le Corbusier es más que evidente al analizar la totalidad de su obra, Goldfinger parece sentirse más cómodo respaldando públicamente la modernidad sosegada de Loos al que se refirió, en clave de halago, como “clasicista austríaco”.

Dibujo y razón constructiva. Goldfinger se manifestó en varias ocasiones crítico con el sistema tradicional de Beaux-Arts, pero es indudable que allí el

13 “¿Jeanneret? ¿Jeanneret? ¡Oh! ¡El joven que solía hacer esos bonitos dibujos de acuarela en mi estudio antes de la Guerra! Citado por Ernö Goldfinger en “The Work of Auguste Perret”, en Journal of the American Institute of Architects, Mayo de 1955, pp. 195-200.

14 “Así que allí estaba en los Beaux-Arts, terminé mi segunda clase y ya tenía dos Valeurs en la clase principal. Y apareció este libro absolutamente asombroso, ilegible, pero fabuloso: Vers une Architecture […] Así que todas estas cosas que estábamos haciendo no eran realmente arquitectura. Así lo dijo Corbusier. Vamos hacia una arquitectura, eso es todo. No es una arquitectura nueva, no es una arquitectura antigua, solo hacia la arquitectura: Vers une arquitecture.”

PIDGEON, PAV 4/8013. Recogido en WARBURTON, Nigel (2004), p.22. Traducción del autor.

15 LE CORBUSIER (1923), p. 01.

16 PIDGEON, PAV 4/8013

17 “El que esconde cualquier parte del marco se priva del único adorno legítimo y más hermoso de la arquitectura. El que esconde un pilar se equivoca. El que erige un pilar falso comete un crimen”. PERRET, citado en Goldfinger, “Auguste Perret”, Architect´s Year Book,7, 1956, p.45.

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arquitecto, además de la disciplina y rigor en la representación gráfica, adquirió una base sólida en técnicas de construcción e ingeniería. Muestra de ello es el dibujo para una torre linterna (cimborrio) realizado en la escuela en 1924. El dibujo concentra el aprendizaje de Goldfinger a través de los estudios sobre varias iglesias, incluida San Andrea en Mantua y las catedrales de Coutances, Ely y Lichfield, y también está basado en el Cours d’ architecture et de constructions civiles (1922-23) de E. Arnaud.20 Su estilo y forma de presentación muestran al mismo tiempo la clara influencia de Viollet-le Duc21. El compromiso inquebrantable con los principios de la construcción rigurosa fue uno de los sellos distintivos a lo largo de toda su carrera. Su único ejercicio premiado con una medalla en la Beaux-Arts corresponde a un dibujo a escala de la puerta de acceso al Museo Cluny, edificio medieval situado en la orilla

sur de la Ile de la Cité. Goldfinger elaboró dos pliegos independientes.

En uno de ellos se representa de forma figurativa el alzado de la puerta gótica. El plano exterior se consigue mediante un soberbio relieve de claroscuro rayado. El trazo se vuelve más descarado y geométrico en determinadas partes del dibujo; la puerta enmarca un profundo interior donde se dibuja la escalera pétrea de caracol enroscada sobre el pilar central y, sobre todo, una lograda atmósfera que determina la distancia entre el interior y el exterior.

En el lateral derecho del dibujo, a línea y con trazo delicado, se superpone el perfil seccionado por el eje de la puerta y el alzado interior de la jamba.

En el segundo dibujo se dispone una sección horizontal de la puerta abocinada, y sobre ésta se indican, con números romanos, el conjunto de cortes verticales que completarán el dibujo. Hasta un total

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de siete secciones aumentadas de escala definen con precisión los diferentes perfiles, rebajes y molduras. El dibujo en planta de la escalera de caracol se entremezcla magistralmente con las secciones y los trazados geométricos circulares que los construyen. El detalle acotado, probablemente a escala real, de una de las conchas que adornan el tímpano, completa el dibujo más sofisticado que se conserva de Goldfinger.

El dibujo para el diseño de una oficina de arquitectura, realizado mientras asistía al estudio de Perret en 1925, supone una salida exótica y poco habitual del imaginario del arquitecto. Sorprende tanto el fondo como la forma, ambos contagiados del estilo Decó22, del que tanto renegaba. Sin embargo, encontramos en él aspectos que anticipan cuestiones inherentes a su sensibilidad: los cuadros representados en el dibujo se colocan estratégicamente sobre las paredes, convirtiendo el espacio en otro lienzo de escala superior; paramentos,

cuadros, superficies coloreadas y mobiliario configuran en los interiores de Goldfinger un elaborado conjunto plástico. La gama cromática empleada será repetida en toda su trayectoria; así, el azul petróleo, carmines y amarillo pergamino aparecen tanto en los dibujos de sus posteriores proyectos como en la materialización de los mismos.23

La fijación de Goldfinger en la pureza volumétrica de la escalera de caracol puede apreciarse en varios proyectos de su paso por la Beaux Arts. Por ejemplo, el diseño para un faro, de nuevo rechazado por el jurado de la escuela; o el proyecto, en esta ocasión exitoso, para un campo de tiro de rifle. Ambos ejercicios presentan en planta una disposición clásica con simetría axial; mientras que, en los alzados, la horizontalidad de los programas es contrarrestada por la verticalidad de sendas torres: estructuras desnudas de hormigón que contienen la expresiva espiral tan apreciada por Goldfinger.

El último proyecto realizado en su paso por

18 Melkinov creía que existía un lenguaje de formas que producía emociones específicas en el espectador y que ésta era la herramienta principal del arquitecto para intervenir y afectar a los que entraban en un edificio. WARBURTON, Nigel (2004), p.40.

19 Goldfinger en entrevista de Joseph Abram, Londres. 3/9/83. Citado en WARBURTON, Nigel (2004), p.40.

20 Ver ELWALL, Robert (1963), p.22.

21 Goldfinger poseía una copia de su Dictionnaire raisonné de l’architecture française (1854-68).

22 Goldfinger había visitado recientemente con su amigo del Café du Dòme, Adolf Loos, la Exposition Internationale des Arts Décoratifs et Industriels Modernes de París. El Art Decó había contagiado de forma instantánea la sensibilidad colectiva. En cambio, Golfinger denostó esas formas comerciales que abarrotaban la Exposición, y tan sólo valoró positivamente los edificios de Le Corbusier, Melnikov y el Pabellón de Japón.

23 La perspectiva coloreada por Goldfinger para la reconversión de una vivienda en West Hill, supone un claro ejemplo del característico uso del color de Goldfinger. La misma gama será empleada en la realidad construida de Willow Road, donde los azules y rojos carmines eran reforzados por los tonos de la madera natural.

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24 Las pequeñas ventanas cuadradas fueron utilizadas por Goldfinger en el proyecto del aeródromo con el que completó sus estudios Beaux-Arts en 1931, obteniendo su diploma (D.P.L.G); en la vivienda “The Outlook en Le Touquet; A través de una engrandecida versión, en la hilera de Willow Road; y más tarde en el cine Odeon dentro del conjunto Elephant and Castle. ELWALL, Robert (1963), p.28.

el taller Perret fue un depósito de agua. De nuevo la escalera helicoidal domina el eje de la composición, contenida en el interior de la torre del agua rectangular; los contrafuertes resaltados en el muro expresando una estructura completamente pautada; y las pequeñas ventanas cuadradas, reforzando el orden impuesto, que serán retomadas constantemente, convirtiéndose en elemento característico de su obra24. La École des Beaux-Arts estaba, en el fondo, preocupada por mucho más que un simple estilo. Goldfinger supo absorber de ella el método, la planificación y los principios sólidos de la construcción. Al igual que Perret, demuestra la vitalidad esencial del enfoque académico francés sobre el diseño y su potencial de desarrollo.

Encontramos en los inicios de Goldfinger un argumento sólido para explicar el gran arquitecto que llegó a ser. Una formación tan variada como intensa que, sumada a su condición de emigrado, le permitió mirar de un modo más incisivo y libre que la mayoría de sus colegas modernos. La disciplina adquirida en los rígidos colegios de Budapest, Viena y Suiza; el sentimiento universal ligado a sus constantes viajes y aprendizaje de idiomas; el contacto directo con la intelectualidad concentrada en los cafés parisinos...

El gusto simultáneo por las matemáticas y el arte. El interés por la escala urbana heredado del taller Jaussely. La asimilación selectiva de las doctrinas aparentemente irreconciliables de Le Corbusier y Perret. La admiración por el clasicismo de Loos.

Todo ello fue forjando un carácter tan fuerte como su arquitectura. Una arquitectura que se construye en el momento que se dibuja y que empezó a producirse en aquellas

montañas de los Cárpatos mientras miraba planos coloreados de amarillos y rojos.

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Entre 1949 y 1953, Miguel Fisac proyecta un conjunto de estructuras fluidas en hormigón armado para marquesinas, pérgolas y cubiertas que fusionan sus elementos constitutivos mediante transiciones continuas, difusas y sin aristas, logradas por el empleo de encofrados no convencionales. La intención es plasmar la naturaleza interna del hormigón como material con plasticidad moldeable. El origen de estas estructuras se encuentra en los pórticos planos con uniones curvas en las marquesinas de cubierta de la Sede Central del Patronato Juan de la Cierva (1949) donde Fisac comienza a experimentar con moldes de escayola reforzados con madera y cuerdas.

La evolución continúa con una serie de galerías ondulantes cuyo ejemplo más logrado es el Instituto para la formación del Profesorado (1953) en Madrid: un sistema complejo y flexible a partir de un módulo donde se funden en un único elemento pilares, jácenas y membranas de una curvatura. Suponen una abstracción y estilización de las pocas referencias que encuentra Fisac que desbordan el historicismo dominante de la España autárquica de posguerra. La solución “todo hormigón” de Fisac en estas galerías es afín a los proyectos “todo fábrica” de Moya, Aburto y Cabrero a partir de muros de ladrillo paralelos que soportan bóvedas tabicadas. Los elementos de membrana de hormigón armado de poco espesor son homólogos a las bóvedas tabicadas de fábrica. Fisac traslada por analogía una forma de construcción tradicional a una nueva técnica, ambas ligadas a la formación de superficies con geometrías curvas sin “falsa imposición de cálculo”: Si el trazado es el mismo que en una solución tabicada, la bóveda tiene equilibrio; si el estado tensional es admisible en fábrica, mucho

más favorable será en hormigón. Con la propuesta para la iglesia de San Esteban Protomártir (1959) de construcción de las vigas gaviota mediante unas membranas de hormigón prefabricado con sección transversal en forma de alas de ave en vuelo, Fisac llega a la materialización de la analogía: el hormigón toma literalmente la geometría con doble curvatura de un encofrado recuperable realizado con bóvedas tabicadas. La solución tradicional para lograr esa doble curvatura, forma estructural muy eficiente en membranas, es la utilización de ladrillos que, gracias a su pequeño tamaño, llevan en su naturaleza la capacidad de aproximarse a superficies curvas. El hormigón reproduce esa geometría cuando está fluido con naturalidad, con la ventaja añadida de que al desmoldarse es capaz de responder a tensiones en otras direcciones gracias a su armado. Es más fácilmente amortizable puesto que se trata de un encofrado recuperable.

Las vigas gaviota, resultado de este planteamiento experimental, nunca fueron construidas. Su ejecución no es sencilla y menos aún su izado para instalarlas en su posición definitiva por su falta de rigidez. Lo novedoso es la extracción de la doble curvatura de bóvedas tabicadas donde esa geometría es la natural: construir por analogía con materiales modernos a partir del conocimiento de sistemas tradicionales como campo de investigación.

La analogía es, por lo tanto, la herramienta que utiliza Fisac para llegar más lejos en la expresión de la naturaleza intrínseca del hormigón como material fluido permitiéndole evolucionar gracias a las soluciones tabicadas desde un simple pórtico plano a soluciones con doble curvatura.

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Jose Aguado construcción por analogías
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¡Me lo debes!

El efecto: ¡Me lo debes! Es esta una reclamación curiosa que tarde o temprano nos llega en la

negocio

sobre

virus. No es fácil entrar

apropiados

ya que es corriente contaminarse con él. Seguramente, porque forma parte de una tradición histórica y cultural procedente de nuestros parientes originarios de la cuenca del río Éufrates. Así, de hecho, el padre le dice al hijo: ¡Me! Lo ¡Debes! (Nota.1 /Quien dice hijo dice hija y quien dice padre dice madre. Nos pereció más caballeroso criticar al sexo masculino/ Ver la película: Adivina quién viene esta noche) En el mundo de los asuntos económicos esta deformación está a la orden del día. Sin embargo ahí se sufre menos, ya que al fin y al cabo en estos casos todo se refiere siempre al dinero. Cuando en ese ambiente estalla el efecto ¡Me lo debes!, por esperado, no es algo que afecte tanto a los sentimientos. Es curioso cómo un hábitat cambia nuestras sensaciones de forma radical. Es la amistad el otro gran lugar donde florecen los reproches tarde o temprano. Uno se une a alguien en un momento dado, pero este o aquel amigo/a cambia, o soy yo, y, sin poder hacer nada, el desequilibrio y los procesos de distancia irreversible surgen de forma casi siempre irremediables. Los ascensos a diferentes escalas de éxito, las nuevas compañías, y los desplazamientos, hacen imposible mantener la conexión con estos o aquellos en muchas ocasiones. Y ¡qué decir del amor! El amor requiere un boletín o dos. Sin embargo, es verdad que la educación superior une. Es más fácil mantener, de por vida, una buena relación con aquel que estudió tu carrera: hablamos a grandes rasgos, que no se olvide. Es por este motivo por el que las amistades producidas en la universidad unen de por vida. ¿Por qué? La primera razón debe ser la complicidad por la vocación Suponemos que también unirá ser experto en trenes eléctricos o adquirir un gran conocimiento sobre la liga de futbol española. Hay otro campo que se considera poco. El pensamiento político, ya que este afecta enormemente, incluso a aquellos que se dicen apolíticos, sin darse cuenta que las ideas en un sentido o en otro marcan de por vida la manera de entender el mundo. También existe la posibilidad de ser un liberal, pero eso no es fácil. Pero no nos vayamos por las ramas. Es esta una Escuela de Arquitectura, la de Toledo, y debemos centrar el debate y entrar en la reflexión que parece pertinente al título del presente escrito. Se hace imprescindible poner entonces sobre la mesa una cuestión altamente sufrida y usada en muchos ámbitos. Algo que ocurre y que se debe erradicar ya. Nos referimos a la existencia en tantos ámbitos de la universidad de ese fatal: “Me, lo, debes”. Ese impresionante aditamento. Es imprescindible decir que, al mismo tiempo, muchos han entregado y entregan su vida a la enseñanza de forma leal y generosa. Que grandes mujeres y hombres, día a día, dan a sus estudiantes y discípulos lo mejor de sí mismos para que estos sean mejores que ellos. Pero... Es verdad también que por ella corre este animal feroz, desbocado, trepador, mordiendo con sus fauces a todos los que a la sombra y alimento de alguien que llegó primero gracias al apoyo de otro, porque es inevitable, éste, que ya no recuerda cómo fue que él mismo entró; por supuesto, no debido habitualmente a su enorme valía y sí a la cadena de atenciones, reflexiones y miradas de interés esparcidas. Ese tipo de ser que se repite y repite, deseoso de recibir el aplauso ante cualquier reflexión por simple o rebuscada que esta sea, endurece su piel y, admirado consigo mismo, muestra hacia el apéndice (en forma de persona que le sigue a todas partes, supuesto protegido) sus primero moderadas señales para, tarde o temprano, ante el primer requiebro de desatención, lanzar la gran dentellada recordando para siempre que tú: ¡Me lo debes! Es la universidad uno de esos lugares en los que jóvenes profesores sienten demasiadas veces su falta de libertad por ser, sí o sí, un discípulo de alguien que en realidad no ayuda, más bien exige. Una de las afirmaciones que desde esta escuela EAT queremos proclamar es: nuestro rechazo a esta manera de entender la carrera universitaria. M. Continuamos...

la crítica

Al campo

“Los grupos sociales nunca deben ser considerados como meros agregados de personas. El grupo social es más que la mera suma total de sus miembros, y también es más que la suma de todas las relaciones personales que existan en cualquier momento entre cualesquiera de sus miembros. Un grupo tiene una historia propia y puede fácilmente retener su carácter aunque pierda alguno de sus componentes menos importantes. Y es incluso concebible que guarde mucho de su carácter original, una vez que todos sus miembros fundadores han sido reemplazados por otros. Así nacen las instituciones. Las instituciones son como fortalezas. Tienen que estar bien proyectadas y además propiamente guarnecidas de algunos hombres. Nunca podremos estar seguros de que las personas adecuadas se sientan atraídas por la investigación. Ni tampoco podemos garantizar que habrá siempre mujeres y hombres de imaginación que tengan el don de inventar nuevas hipótesis. En última instancia mucho depende de la pura suerte de las cosas. El factor humano es, en última instancia, el elemento incierto y voluble por excelencia de la vida social y en todas las instituciones. En efecto, este es el elemento que no puede ser controlado por los poderes, pues cualquier intento de hacerlo completamente tiene que desembocar necesariamente en la tiranía. Si se quiere que continúe el crecimiento de la razón y que sobreviva la racionalidad humana, nunca se habrá de intervenir en la diversidad de los individuos, de sus opiniones, fines y propósitos. El resorte y motor de la evolución y del progreso es la libertad.” Karl R. Popper. La miseria del historicismo. Sí. Es necesaria la vuelta al campo. Pero este. El campo, y la ciudad, son dos brazos de un mismo cuerpo. Uno no puede vivir sin el otro. La cuestión es cuál crece más. ¡Atención! Con el alimento intelectual. Sin instituciones de enseñanza no pueden sobrevivir. Sin instituciones dirigidas por individuos bien formados. Pero sobre todo por buenas personas.

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febrero 2020 EAT
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vida, sea para solicitarla, sea para padecerla. La familia, el amor, el y todo la universidad, son hábitats especialmente para la propagación de este en de este comportamiento,

Halston o el problema del triunfo

Este edificio nos lleva acompañando desde los años sesenta. Se empezó en 1967 y se terminó en el 76. Estuvo parado por tanto 10 años. Cuando se proyectó, el sueño de una ciudad cosmopolita era compartido por una sociedad que miraba a las grandes metrópolis, aunque detrás hubiera un negocio poco dotado para el respeto por los pequeños edificios que le acompañaban. Siempre nos han dolido las pobres medianeras adjuntas. Desde que las vimos, no dejamos de pensar: ¡Qué pesada carga ha tenido que soportar! Lleva 44 años con sus veinte plantas a cuestas. Sin embargo, ese es su valor. Ser el edificio con más plantas colgadas de Europa o del mundo. Todo un reto, para que no se cansen y toquen el suelo. Por tanto, nuestro análisis es: Ya que existe, ya que pertenece a la historia de Madrid, dejémoslo en paz, que bastante tiene con soportarse a sí mismo. Entonces... ¿Qué podemos hacer por ellas? ¡Ah!, nos informan de que les sobra un poco de edificabilidad. ¿Seguro? Si es así, tenemos la oportunidad de arreglar su triste cuerpo bajo. ¡Ah! Que queremos que represente a una compañía como la Mutua Madrileña. ¡Estupendo! Entonces nos preguntamos: ¿No ganará más prestigio la Mutua Madrileña si, por una vez, no se comete un atropello sobre un edificio? ¿Si por una vez, se llama al estudio de arquitectura que lo conoce y lo proyectó? ¿Si, por una vez, no se agota todo el volumen innecesario? Porque, en realidad, ¿qué se consigue? ¿Gastar 50 millones de euros? Acabar con la independencia de las dos torres, sustrato del proyecto, y perder su ingenuo encanto de balanza de platillos. No perdemos la fe en nuestros compañeros, porque siempre se puede rectificar. Y nos preguntamos: ¿No sería maravilloso que el nuevo estudio de arquitectura que quiere ampliar y destrozar definitivamente estas torres ingenuas y esforzadas se arrepintiera y cediera? ¿No sería una gran noticia que se devolviera a la ciudad las torres primitivas, tal cual? En ese momento la Mutua Madrileña sería un ejemplo para todos y la concordia entre los arquitectos una novedad. Acompañamos unas imágenes para explicar el comportamiento estructural del edificio.

Un abrazo a todos.

Las torres de Colón

Roy Halston adoraba coser como hacía su madre. Nació en 1932, por lo que hoy tendría 88 años. Entre todas, la actividad que más le gustaba era dibujar y construir sombreros, algo que le apasionaba tanto que le llevó a abrir en 1957 su primera tienda en la Avenida Michigan de la ciudad de Chicago. Esa tienda se llamó “Boulevard Salon”. Con la ayuda de André Basil, estilista de las celebridades con el que contactó, conoció a la entonces famosa modista de sombreros Lilly Daché. Esta artista, que había empezado su carrera en la ciudad de New York como vendedora, trabajando en Macy’s y sobre todo en una sombrerería independiente en el Upper West Side, había conseguido abrir su propio local en los años 20. Daché era sobre todo una diseñadora de turbantes. Halston comenzó a trabajar con ella, llegando a ser su socio rápidamente. Con los contactos de la firma saltó al puesto de modista principal de la tienda Bergdorf Goodman en menos de un año. Fue allí donde conoció a Jacqueline Kennedy en 1961, para la que diseñó un sombrero. Un sombrero que cambiaría los sombreros femeninos de una época. Un sombrero que incluso llevaba el día del asesinato de su marido. Jacqueline tenía por lo visto la cabeza demasiado grande para su fisonomía y Halston arregló su problema. La simplicidad fue el gran acierto de los diseños de Halston. Todas las mujeres, Audrie Hepburn, por ejemplo, seguían al pie de la letra esa estética tan propia del éxito americano de la época. Eran los años 70 dorados. Halston odiaba la decoración aplicada. Cuando fue invitado a participar en un gran desfile de moda en el año 1973 en Versalles, Halston hundió los planteamientos de todos sus competidores. Principios mínimos y conceptuales. Pocos colores. Marfil, negro, rojo y acentos en fucsia, azul eléctrico y burgundy profundo, y amarillo goma-guta, (bello amarillo dorado que se utilizaba en la Edad Media). Halston acertó continuamente, llegando en los primeros 80 a ser una de las celebridades más conocidas de Nueva York, cerca de los éxitos de su colega Andy Warhol. Cuestión aparte fue su profunda amistad con Liza Minnelli. Su próspero negocio se fue ampliando con ropa de hombre y su famoso perfume, bautizado simplemente “Halston” gracias al primero de sus infortunios, su asociación con la sociedad Industrias Norton Simon. Si se quiere rastrear la vida de este gran creador, un dato muy importante a nuestro entender es la casa en la que vivió en New York y que había encargado al arquitecto Paul Rudolph. Buscando en las noticias podemos encontrar que Tom Ford compró la casa, que se construyó en 1961, más o menos cuando diseñó el sombrero de Jacqueline Kennedy. Por cierto, era una casa maravillosa. Habrá que hablar de ella y de Rudolph. Pero estábamos en un periodo que empezaba a complicar la vida de nuestro protagonista. Negándose, Halston, a permitir que su nombre se asociara a algo no diseñado por él, Norton Simon no obtenía los réditos suficientes. Aún así siguieron exprimiendo el limón, usando al diseñador para todo tipo de productos, llegando incluso a los uniformes de la compañía de alquiler de coches AVIS. En definitiva, lo que Halston hizo fue vender su nombre. Y lo peor, de alguna manera, sin necesidad. Al firmar el contrato con Norton Simon por 16 millones de dólares entregó su alma, porque ya nunca podría usar su nombre sin permiso. Como Fausto, al principio estaba muy tranquilo. Fausto, el erudito de gran éxito pero insatisfecho que pactó con el diablo cambiar su alma por el conocimiento ilimitado y los placeres mundanos. Pero la cosa no acabó ahí. J.C. Penney, cadena monumental de almacenes económicos tanteó a Norton Simon con una idea brillante: Ofrecer una línea exclusiva de diseños baratos de Halston en sus tiendas. Una vez más su nombre se utilizaría para hacer brillar a otros y otra vez Halston aceptó. Su primera plataforma, Bergdorf Goodman, con quien había despegado, anunció la renuncia a los productos Halston. Norton Simon ese mismo mes fue adquirido en una veloz operación por Esmark, conglomerado de puntos de venta de productos alimenticios y ropa interior que, a su vez, en menos de un año, fue adquirida por la Compañía Beatrice. Durante el mes de julio de 1984, los ejecutivos de Beatrice sugirieron a Halston que tomara unas vacaciones y durante su ausencia desmantelaron los restos de su compañía, que ya en realidad no era suya. Su equipo fue despedido. Los que conocieron a Halston decían de él: “Tenía tanto talento, era un genio, era un gran hombre”. Mirad su casa. ¡El triunfo, amigos míos, el triunfo!

131 Juan Ignacio Mera boletines eat
Continuamos EAT

El sentido de la simetría del mundo

Una explicación a-científica Sí. Somos simétricos. De hecho, todo lo que nos rodea lo es. El cuerpo. Las plantas y las flores. Las estrellas y los planetas. Incluso las relaciones humanas: si no, no serían posibles el amor y la amistad y el desencuentro. Somos simétricos, pero si nos damos cuenta, sólo lo somos según uno de los ejes, no en el otro. Si todo se divide en dos direcciones principales, los seres vivos tenemos que entender esta simetría imperfecta. Los árboles y los minerales sí son simétricos en todas sus caras. Pero, ¿qué ocurre con nosotros y todos los que no estamos plantados en el suelo o quietos? Muy sencillo: Es el movimiento. Es decir, la dirección que nos impulsa a ir hacia adelante es lo que hace que tengamos inevitablemente dos partes: Delante y detrás. De alguna forma todos somos vehículos, seres con una acción dominante que nos impulsa hacia el futuro. La cabeza y los ojos en todos nosotros, y ahí incluyo a todo lo que se mueve por sí mismo, es nuestra guía. De hecho cuando el hombre diseña cualquier vehículo móvil utiliza todos los ingredientes de humanos y animales: Ojos/faros, nariz/ventilación, boca/bocina, cara/ morro, extremidades/ruedas... Es el inevitable movimiento lo que produce la forma y otro asunto: la incapacidad del ser humano en concebir un mundo mejor del que ya existe de manera global. Todos soñamos con un mundo mejor, que no es otro que este mismo excelso. Sin embargo, es curioso, existe una gran capacidad para inventar lugares y universos terribles. Sólo es la abstracción la salvedad a esta afirmación, algo mejor, pero no figurativo. Si seguimos pensando hacia otro aspecto y nos quedamos con la idea del movimiento y de la dirección de este en una sola, es decir, hacia adelante, descubrimos hechos históricos graciosos, si no fuera porque encierran enormes tragedias. Un ejemplo nos lo brindó el profesor Ricardo Izquierdo Benito, ilustre historiador y arqueólogo, cuando nos explicó de forma sucinta la caída del Imperio Romano. “No fue exactamente el hecho de que los germanos quisieran invadirlo. El problema fue que estos, los bárbaros, huían de otros aún peores: Los llamados hunos”. Esta demostración, incluso gráfica, como el movimiento del viento, es por una parte literaria y por otra dinámica, pero cierta, dentro de la complejidad del mundo. ¡Y cómo no! Hoy sufrimos otro movimiento inexplicable o explicable a medias. Una epidemia mundial que se traslada. Para dar una visión a-científica, perfectamente rebatible, podemos tomar las dos componentes anteriores: La simetría del mundo y el movimiento en una dirección. Por una parte la curva de contagios en confinamiento, es decir, en cuarentena (“Quaranta giorni”, término veneciano). Si atendemos a la simetría del mundo, no habrá más remedio que aceptar que esta curva de contagios será simétrica y lo que haya subido y su velocidad bajará de igual forma. Y segundo, si el movimiento del mundo es inevitable, como la langosta se irá. Esperamos con ardor que esto sea cierto.

Mucho ánimo a todos EAT

La razón vital

Todos conocemos un libro esencial. Su título es muy famoso: Meditaciones del Quijote Su autor: José Ortega y Gasset Lo escribió en el año 1914, cuando sólo tenía 31 años. En él se dicen muchas cosas importantes, pero entre ellas sobresale por conocida: “¡La circunstancia! Circum-stantia. Las cosas que están a nuestro alrededor.” Yo soy yo y mi circunstancia”. Sin embargo esta frase es más larga. Dice así: “Yo soy yo y mi circunstancia y, si no la salvo a ella, no me salvo yo”. Ante su lectura tenemos una pregunta: ¿Lo hemos leído de forma completa alguna vez? En muchas ocasiones hemos escuchado la justificación ante un acto de despego e inoperancia: ¡No fui yo! ¡Fue mi circunstancia! Esto es interesante porque dota a la circunstancia de una condición de sujeto, es más, la dota de una naturaleza de mando. ¿Entonces? ¿Estoy salvado de responsabilidad? Claro que sí, pensamos. Este pensamiento se ha instalado en nuestra mente, sólo por no leer el libro bien. No es la circunstancia el asunto, es nuestra acción sobre ella, lo que puede o no modificar el tiempo y los hechos. Si nos dejamos llevar por ella, la famosa circunstancia, es entonces cuando un fatalismo de sino inevitable, de tiempo insulso, entra en nuestra vida. Un fatalismo que se ha de rellenar todos los días con ingredientes que nos vacían. Hoy nos enfrentamos a una circum-stantia muy concreta. Una. Inesperada. Vemos personas que quieren ver pasar el tiempo a toda costa, pero -no sabemos hasta qué punto, nos damos cuenta de que lo único importante en nuestra vida es estar en la dirección del tiempo, caminando por él. Ortega basó su pensamiento primero sobre muchos otros, Edmund Husserl, Oswald Spengler, Martin Heidegger más directamente. No fue tal vez original al principio, como nadie lo es. Pero terminó hablando de algo que hoy está en primera línea: la razón vital. Y esta, pensamos, se basa en algo como lo siguiente: “Para quien lo pequeño no es nada, no es grande lo grande.” Decimos sí, a este último pensamiento.

La semana que viene continuamos....no faltéis

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Comparemos estas fotografías. A la derecha, una instantánea en medio de una obra. Podemos ver al arquitecto Gio Ponti, cuando tenía 79 años, sentado en una silla como las suyas pero más humilde, apoyando sus brazos sobre una mesa cualquiera, con una chaqueta casi de pastor pero impecable. Y qué decir del sombrero de piel, que nos explica que trabaja incluso a una temperatura baja. La imagen nos muestra cómo el soporte para los planos que se van revisando y desarrollando no puede ser más básico. Un apilamiento ordenado y digno, como una estantería de ladrillos huecos y sencillos puestos de canto. Gio Ponti no pierde el tiempo. Trabaja cerca del papel como haría un cirujano para no cometer errores. Por otra parte, el fondo nos muestra una ciudad a medio hacer. Grandes bloques neutros esperan la nueva obra de Ponti, que no será cualquier cosa. Pensamos que se trata de la catedral de Taranto, pero si no fuera ella, el comentario valdría igual, porque lo que es seguro, seguro, es que lo que está entre las manos de Gio Ponti va a ser una pieza especial. Especial y única.

Por otra parte, conviene recordar a Lilly Reich. Tomamos algunas notas: Nacida en Berlín, comenzó su carrera como diseñadora de ropa, sobre todo de mujer. Empezó a trabajar en los talleres de la Wiener Werkstätte en Viena en 1908 Josef Hoffmann, autor entre otras de sillas como la butaca Kubus, Cabinet, Koller o Broncia. Volvió a Alemania en 1911 y en 1912 se unió a la Deutscher Werkbund, organización dedicada a promover el diseño y la producción industrial de origen alemán. Ese año formó parte de la exposición La mujer en la casa. Poco a poco fue caracterizando su trabajo hacia una idea básica: “Mostrar los materiales por sí mismos como un signo de belleza, no decorados o pintados”. En 1914 abrió su propio estudio, y tan sólo seis años después logró convertirse en la primera mujer directora de la Deutscher Werkbund. Junto a Else Oppler-Legband y Anna Muthesius participó en la exposición de la Werkbund de Colonia, dedicada a la vivienda moderna en 1914. A causa de la Primera Guerra Mundial se centró en la moda y el mobiliario, convirtiendo su taller en una tienda. Como directora de la Werkbund preparó dos exposiciones en 1920: La primera fue La artesanía en la moda, en Berlín. La segunda, estuvo dedicada al diseño alemán en el Museo de Arte de Newark de Estados Unidos. Entre 1922 y 1926, Reich asumió la dirección de la Casa de la Werkbund que se construyó en los terrenos de la Feria Internacional de Frankfurt. Reich viajó con Ferdinand Kramer a Inglaterra y Holanda para conocer las propuestas de las nuevas políticas de vivienda masiva en 1924 y diseñó la exposición itinerante Die Form. Ese año conoció a Ludwig Mies van der Rohe y comenzaron a colaborar. En 1926 se trasladó de Fráncfort a Berlín para trabajar con el arquitecto, convirtiéndose en su compañera personal y profesional durante 12 años. En 1927 diseñaron el Café Terciopelo y Seda de la exposición de moda femenina de Berlín, en la que el color juega un papel muy importante: El terciopelo negro, rojo y naranja, y la seda negra y amarillo limón. Trabajaron juntos en el proyecto de edificio de apartamentos de la exhibición de la Werkbund de Stuttgart en 1928. En 1929, debido a los éxitos obtenidos en la exposición de 1928, Mies van der Rohe y Reich fueron nombrados directores artísticos de la sección alemana de la Exposición Internacional de Barcelona, para la cual se proyectó el Pabellón donde por primera vez se exhibió la silla Barcelona. La colaboración de ambos arquitectos fue muy estrecha. Es reconocido el papel de co-autoría de Reich en estas obras así como en la casa Wolf en 1925, la casa Tugendhat en 1929, la casa Lange en 1930. Para estos proyectos hicieron los diseños de las sillas Barcelona y Brno. Entre las propuestas propias de Reich cabe destacar la del bloque con apartamentos mínimos de estructura lineal y abierta realizados para la exposición de arquitectura alemana en Berlín en 1931. Su propuesta de espacio mínimo, libre de convencionalismos, era un único ambiente dividido con muebles que permitía realizar todas las actividades de la casa, a la vez que era compatible con su utilización

como lugar de trabajo. La cocina era un mueble más, que resolvía las necesidades mínimas en el espacio de un armario, que se cerraba con persiana deslizante, quedando oculta de la vista del salón o trabajo. En 1932 fue invitada por Mies a dar clase en la Bauhaus de Dessau, para dirigir el taller de diseño de interiores y tejidos, con Otti Berger como adjunta, y simultáneamente llevó los mismos talleres en la Bauhaus de Berlín. Fue una de las pocas mujeres profesoras de esta escuela, junto con Gunta Stölzl. Cuando Mies se trasladó a Estados Unidos en 1937, Lilly Reich se quedó a cargo del estudio y los negocios de él, así como de su familia, su mujer y tres hijos, que permanecieron en Alemania. Atendió estas tareas hasta su muerte. En septiembre de 1939, Lilly Reich visitó a Mies en Estados Unidos, donde colaboró en el proceso de proyecto del ITT de Chicago Su interés en quedarse no fue compartido por él, y ella regresó a Alemania en los peores momentos de la Segunda Guerra Mundial. Nunca más se volvieron a ver, pero mantuvieron una relación epistolar hasta la muerte de ella. Durante la guerra Lilly cuidó del archivo personal de Mies, que constaba de más de 2000 dibujos, almacenándolos en una granja en las afueras de Berlín para que no fueran bombardeados. Junto a los dibujos de Mies salvó más de 900 propios que forman parte hoy en día del archivo del MOMA. Durante la guerra Lilly Reich trabajó en el grupo de ingenieros militares Organización Todt. La Organización Todt, en alemán: Organisation Todt, OT. Fue una organización dependiente de las fuerzas armadas y del Ministerio de Armamento de la Alemania nazi, dedicada a la ingeniería y construcción de infraestructuras tanto civiles como militares. ¡Lilly tampoco era una santa, precisamente! Al finalizar la contienda fue durante dos años profesora de la Universidad de Berlín, donde enseñó diseño de interiores y teoría de la edificación. Volvió a abrir su estudio de arquitectura, diseño y moda hasta su muerte en 1947. Luego: a)La Silla Weissenhof, también llamada MR10 y MR20, fue diseñada en el año 1927 por Ludwig Mies van der Rohe y Lilly Reich. b)Los primeros prototipos siguieron las propuestas previas de sillas, cantilever, en voladizo, que había realizado Mart Stam. c) La silla Weissenhof introdujo la línea curva por medio de media circunferencia. d)La silla formaba parte del equipamiento para las viviendas que Mies van der Rohe construyó en la exposición de la Weissenhofsiedlung realizada en 1927. e)Sin embargo, todos la asociamos sólo con Mies. Conclusión: Vemos la segunda imagen, tan mitificada, de un maestro de la arquitectura que a su vez encierra una vida de desarraigo. Nadie la pondría en duda. Vemos esta imagen y a algunos no nos inspira tanto como la de Gio Ponti. Hay en ella demasiadas cosas que no nos gustan. La postura no es de búsqueda o una actividad íntima y humilde: la postura es de demostración. El cuerpo en voladizo confiado al cálculo del empuje sobre un fino tubo lo lanza hacia atrás. ¡Probad la silla y veréis! No es un buen asiento de trabajo, mejor de tertulia. El arco, sector de círculo, no te permite la salida lateral rápida, dado que en realidad es una trampa. El mimbre produce una mezcla muy atractiva con el acero. El peso de la silla, que aparenta ser ligera, es contrario a lo que promete. La seguridad del coautor transmite un mensaje más bien publicitario. Por cierto, fuma un gran cigarro en un interior, se nota que era otra época o que estaría en Austria. Mientras escribimos estas letras caemos en la cuenta de que la figura de Mies es tan imponente, que atemoriza una posible crítica. Aun así seguimos adelante. Hemos llegado a la conclusión de que nadie es sagrado (ni Aristóteles), de que estamos ya cerca de una distancia a 100 años de estos trabajos, lo que hace que los podamos mirar sin tantas precauciones. Es decir, podemos revisar sus hechos, sus virtudes y sus defectos. Y sobre todo, conviene animar al estudiante al estudio de la historia, a recopilar información y a sacar sus propias conclusiones. Y para ello, tenemos que aprender que detrás de las apariencias todo encierra un tipo de pensamiento. La perfección de Mies contrasta con una enorme falta de humildad. Tal vez de aquellos polvos llegaron algunos lodos.

(Este escrito pretende hacer entender que el mundo es amplio y que las cosas no son siempre exactas.)

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nota
Dos fotografías

El trabajo

En el año 1964 nació para la arquitectura la casa Varela. Se trataba de un proyecto para una familia extensa que quería disfrutar de la sierra de Madrid. Toda una lección por su aprovechamiento del espacio y de la mente. No hace falta que os recuerde que es una obra de un arquitecto español importante, llamado Alejandro de la SOTA, y que se estudia en las universidades. Con el tiempo la familia cambió y decidió venderla, algo que les costó mucho, hasta el punto que trataron de convencer al nuevo propietario para adaptar esta arquitectura a sus nuevas necesidades cuidando su esencia. A partir de ahí comenzó el dilema en el que nos encontramos: la reforma del nuevo arquitecto y nuevo propietario. Por supuesto esta es legal, aunque en cualquier país serio este edificio estaría protegido.

¡Pues bien!

El caso es que nuestro compañero, también en su derecho, ha presentado un proyecto de reforma que la destroza, sobre todo conceptualmente. Lo sé porque lo ha enviado a la Fundación Sota para su valoración. ¿Cómo es posible? Bueno, es lógico, después del ejemplo que nos dan los grandes arquitectos HOY... ¿Y entonces? ¿Qué se puede hacer? Miremos a otro lado. ¿Cómo se restaura un cuadro de un pintor importante? Hay un protocolo, supongo. ¿Lo puedo destruir? ¿Lo puedo quemar? No, ¿verdad? ¡Ah!, ¿pero es que esta vivienda no está protegida? Entonces...

¡Sí, puedo!

¿De verdad que hemos estudiado una carrera para esto? ¿De verdad vamos a seguir cargando la culpa sobre otros, cuando es nuestra? En fin. Querido compañero... Tira la casa, fusílala o abandona. Es lo mejor para todos y sobre todo para ti.

Un saludo.

Sí ¡Hay que trabajar para descansar! O el mundo se detendría. Es verdad que una cosa va unida a la otra, y que el trabajo cuando te gusta no es tal, en el sentido del sacrificio. En cualquier caso, desde la dirección de la Escuela en estos momentos de clausura os queremos pedir a todos que la semana que viene se continúe con las clases, y si alguien tiene afición también en Semana Santa. ¡Bueno, salvo los días de recogimiento! Este año tan raro nos pone a prueba y nos da la oportunidad de pensar seriamente sobre la casa del hombre y de la mujer, claro. Está implícito, pero, por si ACASO. Después de esta experiencia, todos -profesores, estudiantes, pas y futuros clientes- vamos a ser más exigentes en esa cuestión que llamamos VIVIR.

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La casa Varela

La importancia del buen humor

Sí al humor. Revisando la obra de la escritora polaca Wislawa Szymborska, quien recibió el Premio Nobel de Literatura en el año 1996, podemos descubrir el volumen titulado Lecturas no obligatorias. Y, dentro de él, uno de sus escritos que ella denominó: Humor como hermano menor. En él nos dice que el humor es el hermano pequeño de la seriedad y que el humor se siente acomplejado, y desea ser tan juicioso como ésta. En otro fragmento escribe: “Opino que tanto la gravedad como el humor son igual de valiosos y, por ello, espero con ansia el momento en que la seriedad comience a envidiar al humor a modo de revancha”. ¡Sin duda es necesario el humor! El humor está lleno de matices y posibilidades, mientras que la seriedad es igual a sí misma. Siempre existe el humor elegante, el inteligente. . . El humor infantil, surrealista, absurdo, delirante, negro, profundo, ingenioso, loco, irresistible. Es verdad que existe también el mal humor, pero da la casualidad que este va emparejado con la seriedad, entendida en el sentido al que nos referimos. ¡Atención! Sensibilidades extremas. Entonces. . . ¿Por qué no se le da más valor? Incluso en los momentos más difíciles, el humor espanta al gran problema, ese que nos atenaza, ese conocido, miedo. Porque el humor es un arma infalible para aceptar la vida y disfrutar de ella. Hay otro aspecto, quizá el más importante de esta virtud, algo que nos enseñaron figuras como Charlie Chaplin o Linsey Kemp y tantos otros: la importancia de representar lo humano desde una visión cómica del mundo. De alguna forma reírse también de uno mismo. Digamos, quitar importancia a lo que somos, no tanto a lo que somos capaces de ser/hacer. Tal vez ahí radique la cuestión. Cuando vemos sus demostraciones de humanidad nos quedamos mudos como ellos. Dediquemos un poco de tiempo a observarles. Os deseamos que el buen humor os acompañe. M.

Los concursos

La Escuela de Arquitectura de Toledo declara la necesidad urgente de liberar los concursos de la traba, impuesta a través de curricula de obras realizadas o méritos, que esconde el miedo a la participación a las nuevas generaciones. Con el argumento de la enseñanza de excelencia y los estudios de prestigio, siempre los mismos acceden a las únicas oportunidades. El título de arquitecto, en España, faculta afortunadamente a los egresados para su integración en el mercado de trabajo. No se puede seguir diciendo que la experiencia es un grado, y menos que haber hecho algo es garantía de nada. ¿Cuántos presidentes son nuevos? ¿Cuántas madres se estrenan? Y si esto no fuera así... Si antes los arquitectos eran tan buenos, ¿quién construyó la masa de edificios horribles que existen y que no aprobarían ni un examen en primero de carrera? ¿Qué broma es ésta? Si observamos los concursos ocupados por estudios con obras de supuesto prestigio a sus espaldas, ¿dónde están las maravillas que nos prometen los renders que afortunadamente en las escuelas nadie enseña? Hay una hipocresía, una esquizofrenia y un negocio brutal. Señores, fuera impedimentos. Señores, más presupuestos bajos y edificios pequeños. Sólo en Madrid, millones de metros cuadrados necesarios esperan a miles de arquitectos, no a diez. ¡Ni aunque fueran el mismo MIES! No pueden seguir negando el futuro a los arquitectos de todas las edades y condición.

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Pensadlo.

Todos hemos oído hablar de los punks o seguidores del movimiento punk. Algunos incluso vivimos/eron esa época en directo. El punk fue un fenómeno estético-musical que generó una moda generacional entre los primeros años 70, llegando casi a los primeros 90. Consiguió tener una enorme fuerza, hasta el punto de ser considerado una cultura o, mejor, una contra cultura. Empezó en Detroit, pero rápidamente pasó a New York. Fue Iggy Pop, quizá, su primer exponente, y Los Ramones, que creían ser un grupo de Rock&Roll. Hubo un lugar, un garito en New York llamado cbgb, donde de forma espontánea se reunieron estos artistas. Ese fue el local donde nació la figura de Blondie. Lo más curioso es que el término PUNK lo inventó la revista Punk, que editaban unos jóvenes neoyorkinos. Legs McNeil, Ged Dunn y John Holmstrom, con un fanzine antisistema, construyeron casi sin darse cuenta, de forma artesanal, un proyectil nuevo que le daría su nombre. Sin embargo, la música disco triunfaba en EEUU, por lo que aquello necesitó buscar nuevos rumbos. De hecho, en contestación a este movimiento surgió el hardcore punk, que trató de reaccionar ante la negatividad de los mensajes autodestructivos que se estaban enviando. Entre las posturas más ortodoxas del hardcore punk, estaban los pertenecientes al straigh edge, grupos de músicos que consideraban la autodestrucción del punk su punto débil y sobre todo inútil. En este escenario, tomó protagonismo un curioso personaje que en teoría tenía sólo una tienda de ropa, en realidad de su mujer, en New York, Malcolm McLaren. Este viajó a Londres y allí conectó con el núcleo de músicos que de alguna forma iniciaban una revolución musical y estética similar. Fue Londres el combustible para lo que vendría, algo que prendió como una hoguera. En una sociedad anglosajona agotada y cercana a vivir su época de mayor conservadurismo, el punk encontró el terreno abonado para una juventud ansiosa por recibir discursos anarquistas. La falta de trabajo y expectativas hizo del símbolo anarquista de la “A” un emblema típico del punk. Y fue en ese momento cuando de la nada surgió el grupo que daría a conocer al mundo un movimiento que como ningún otro puso a la sociedad inglesa y europea en guardia. Fueron los Sex Pistols y su canción “Anarchy in the U.K.”, lo que inició esta carrera de cortísima duración como símbolo. Y una canción que daba miedo y que hoy se ve en realidad como una chanza lanzada a la sociedad inglesa de la época. Su carácter crítico y político se fue acentuando más y más conformando la cualidad clave, inseparable del mismo. Sex Pistols fue la banda punk fundamental. Tal vez no fue la mejor, pero sí su emblema. Formada en Londres en 1975, responsable de haber iniciado el movimiento en el Reino Unido y de inspirar a muchos de sus músicos, sin embargo, no aguantó mucho. Su primera etapa apenas duró dos años y medio y en ella produjo únicamente cuatro sencillos y un álbum de estudio: Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols (1977). Los miembros de Sex Pistols eran originalmente cuatro. El vocalista Johnny Rotten, el guitarrista Steve Jones, el batería Paul Cook y el bajista Glen Matlock. En breve este último fue reemplazado por Sid Vicious a principios de 1977, un bajista de mirada enigmática que dio forma al grupo. Con el empresario Malcolm McLaren como mánager, la banda protagonizó diversos escándalos que la convirtieron en centro de atención de la opinión pública británica. Gracias a sus letras dotadas de fuertes contenidos satíricos y sobre todo a sus seguidores, estos jóvenes dieron como nunca una imagen realmente alarmante. Sus conciertos frecuentemente se topaban con dificultades con los organizadores y las

autoridades, y sus apariciones públicas a menudo acababan en el caos. Su sencillo God Save the Queen, de 1977, cuyo eco duró al menos diez años, ponía en jaque en realidad de manera artística a toda la sociedad inglesa que, sin embargo, fue capaz de integrar en ella, con rapidez y flexibilidad, aquella revolución. Con el precedente de Jasper Johns en EEUU, y su FLAG (“Bandera Americana”) y convirtieron a la Reina de Inglaterra en un producto pop-pular, acertando en lo que realmente es. Esto curiosamente la consolidó. En enero de 1978, al final de una turbulenta gira por Estados Unidos, la banda anunció su disolución y en febrero de 1979 desgraciadamente su bajista, uno de los emblemas del grupo, murió. Ese fue el fin lánguido e inevitable. Y entonces. . . No al agorero. ¿Qué es un agorero y cómo se detecta? El verdadero agorero es aquel que anuncia o predice males o desgracias. Para distinguir a un verdadero agorero es importante estudiar su comportamiento durante un periodo relativamente largo de tiempo, ya que todos atravesamos épocas malas y podemos caer en caracteres similares. Es más, habrá veces que nosotros mismos podemos pensar que también lo somos. El agorero auténtico nace, pero también se hace, porque las dosis de tragedia y mal humor son muy contagiosas. En esta época que estamos atravesando, donde la palabra contagio, plaga, está a la orden del día, es fácil observar cómo se propaga todo en este mundo. Más hoy, que, al estar conectados todos como estamos a través de las redes, de la tv, de la radio, de internet, fluyen las noticias y los bulos. Es muy fácil producir una pandemia del mal. Pero también del bien. La primera de las teclas que es necesario tocar, por supuesto, es el miedo. Este, el miedo, fundamentalmente al futuro, es la clave que maneja el agorero con astucia. El núcleo central de su éxito está en la dificultad de imaginar, por parte de todos nosotros, un mundo mejor del que ya existe. Ahí interviene, por cierto, la labor del arquitecto. Inventar un mundo mejor y no peor. El escritor, el cineasta, el poeta o el filósofo, incluso el científico, se pueden permitir el lujo de imaginar y plasmar lo peor del ser humano y su paisaje. Pero hay una diferencia, ellos tratan con la ficción, que no se enfaden los científicos, y todos los sabemos. Un cuento es un cuento, aunque todo lo que en ellos se relata exista de verdad. Por ejemplo, los lobos se comen a las abuelas y los vampiros a veces muerden el cuello de bellas señoritas. El agorero es muy pelmazo. Está muy interesado en él mismo. No sabe ni porque predice, pero quiere contaminarnos. Es banal, y todo lo que dice se lo ha escuchado a otro. Nunca su discurso es original. Siempre es fatal. Y, claro, a veces acierta. Y cuando eso ocurre, casi siempre con temas cantados, estás perdido porque aparece el famoso: ¡Te lo dije!, símbolo de su éxito, y proclama que le alimenta para los próximos cien años de tortura mental hacia sus amigos y contertulios. Los que nos criamos con el olor y al sonido del punk, los que lo estudiamos, sabemos que aquellos jóvenes, que no creían en nada aparentemente, sí lo hacían en un movimiento colectivo que quería a su forma cambiar el mundo y no se olvidaba del arte. Una reacción contra conservadurismos poco entendida. Ante la frase que entonces les escuchamos a ritmo de música fantástica: “No hay futuro para ti”. Ante ese devenir incierto. Cuando aquello se oía, y se veían aquellas cabezas trabajadas como estrellas maravillosas, y esas chaquetas flamantes, su mensaje curiosamente animaba a vivir, porque detrás de todos no había tanto agoreros como seres que, en muchos casos, eran grandes artistas. En EAT no pensamos que el futuro va a venir de forma inevitable, ni dirigido por la orden de predestinación. Pensamos, que el futuro es una construcción que hacemos entre todos. Y que en todo y entre todos debe prevalecer el humor. Vamos a valorar el buen humor.

Y hablaremos de él.

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¿Qué es un agorero? y una defensa razonada del movimiento Punk

“La pregunta de Pilato “¿Qué es la verdad?”, entendida directamente a partir del sentido de la situación histórica, viene a resumir el problema de la neutralidad. La postura liberal y tolerante que adopta Poncio Pilato resulta en cualquier caso muy extraña. Sería vano buscar un hecho similar en el mundo político antiguo e incluso en el moderno hasta la época del liberalismo. Es pura ilusión creer que este problema no se da ya en el Estado moderno porque este, el Estado, reconoce el principio de libertad de la ciencia. Pero la invocación de esa libertad es siempre una peligrosa abstracción, ya que no exime al investigador de su responsabilidad política apenas abandona la quietud del cuarto de estudio y del laboratorio y comunica sus resultados a la opinión pública. Aunque la idea de la verdad presida, inequívocamente, la vida del investigador, su libertad para hablar es limitada y polivalente. Debe conocer las repercusiones de su obra y responder de ellas. La vertiente diabólica de esta situación es que, debido a esas repercusiones, todo induce al investigador a la tentación de decir e incluso aceptar como verdad lo que dicta la opinión pública o los interese del Estado. No podemos negar que la pregunta “¿Qué es la verdad?” en el sentido en que la formuló Pilato sigue hoy presidiendo nuestra vida.” (Verdad y Método; Hans-Georg Gadamer). La pregunta lleva implícito el fenómeno enigmático de la interrogación. Sólo la matemática se salva de esta duda moral. Esta ciencia, la matemática, no sufre la presión de ningún sistema. Es decir, no admite la duda, por varias razones. Una es porque cada vez menos personas la estudian. Otro motivo: Porque su lenguaje, plásticamente admirable, es abstracto como un cuadro de Jackson Pollock, y porque su ser es puramente racional. Por tanto parece que no se puede discutir. Podremos tal vez afirmar que “puedo permitirme ser un lego en matemática en cualquier reunión social, pero no cometer la menor falta de ortografía”. Pero, pongamos un ejemplo de otro tipo. Sumemos 2+2 y supongamos un mundo no racional donde existieran no una, sino varias respuestas al problema. Imaginemos un mundo sin la defensa de la matemática. Imaginemos la posibilidad de vivir en un universo gobernado por la sinrazón. Tranquilos, 2+2, sí, son 4. Cuatro y no otro número. En el año 1918 Ludwig Wittgenstein da por terminado su Tractatus Logico-Philosophicus. En un escrito que envía desde el campo de internamiento de Monte Casino a su amigo Bertrand Russell, le habla de un libro en el que van a culminar largos años de trabajos preparatorios: “He escrito un libro titulado Logisch-Philosophische Abhandlung, que contiene todo mi trabajo de los últimos seis años. Creo que he solucionado definitivamente nuestros problemas. Puede que esto resulte arrogante, pero me resulta imposible no creerlo. De hecho no lo entenderás sin una explicación previa, ya que está escrito en forma de observaciones harto cortas. Esto significa, por supuesto, que nadie lo comprenderá; a pesar de que creo que todo él es claro como el cristal. Echa por tierra, sin embargo, toda nuestra teoría de la verdad, de las clases, de los números y de todo el resto. Lo publicaré tan pronto como regrese a casa”. En su prólogo se puede leer: “Cabría acaso resumir el sentido entero del libro en las palabras: Lo que siquiera puede ser dicho, puede ser dicho claramente; y de lo que no se puede hablar hay que callar. El libro quiere, pues, trazar un límite al pensar o, más bien, no al pensar, sino a la expresión de los pensamientos. Porque para trazar un límite al pensar tendríamos que poder pensar ambos lados de este límite. Tendríamos, en suma, que poder pensar lo que no resulta pensable”. Si nos adentramos algo más en el tratado descubrimos algunas afirmaciones: 1.1) El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas. 2.0251) Espacio, tiempo y color son formas de los objetos. 2.1) Hacemos figuras de los hechos. 2.12) La figura es un modelo de la realidad. 2.141) La figura es un hecho. 3) La figura lógica de los hechos es el pensamiento. 6.36111) El problema kantiano de la mano derecha y de la mano izquierda que no pueden hacerse coincidir superponiéndolas, se da ya en el plano, incluso en el espacio unidimensional, donde las dos figuras congruentes a y b tampoco pueden hacerse coincidir superponiéndolas sin sacarlas fuera de este espacio:

- - - o --------------- x - - x --------------- o - -a b

La mano derecha y la mano izquierda son, en efecto, enteramente congruentes, y nada tiene que ver con ello el que no sea posible hacerlas coincidir superponiéndolas. Y por tanto: “Sería posible calzar el guante derecho en la mano izquierda si cupiera darle la vuelta en el espacio cuatro/dimensional”. Todo avance humano se mide en inventos, perfeccionamientos y copias. El filósofo Mario Bunge, en su libro titulado Cápsulas, describe conceptos como “inventar, perfeccionar, copiar”. “Un inventor le dijo a otro: Yo invento, tú perfeccionas, él copia. He aquí resumidas las diferencias entre la creación original de un objeto artificial, su perfeccionamiento y su imitación. Estos tres aspectos están presentes en toda innovación técnica. Lo más fácil es copiar, luego viene perfeccionar y por último inventar, algo radicalmente nuevo, original, inédito. ¡Ahora bien!, el copista tiene el deber de ser humilde y el perfeccionador tiene el derecho de sentirse satisfecho y el inventor de sentir orgullo!.” ¿Es la matemática esclava de la moda? ¿Hay en ella inventos, copias y perfeccionamientos? “Nadie ignora el enorme poder y la capacidad impositiva de la moda. La cuestión es saber si no es inevitable la existencia de la moda, incluso en la ciencia. Cabe preguntar si ello pertenece a la naturaleza de la ciencia o es una enfermedad cultural de la misma, similar a otros fenómenos patológicos conocidos en otras esferas, como cuando admiramos, por ejemplo, los bloques gigantescos de nuestros edificios administrativos y de organizaciones de seguros.” (Gadamer) ¿Por qué hacemos las cosas de una forma y no de otra? ¿Qué nos lleva a elegir? ¿Es el don de la influencia o la búsqueda personal e íntima? No es ningún demérito seguir el rastro de otros, es más, es inevitable, para eso están los exploradores de la cultura. Quien diga que él sólo, y sólo él, encuentra, no es consciente de su propia naturaleza, porque la inspiración no proviene de la nada. Es la huella de aquello que ya existe lo que nos permite seguir el rastro de lo nuevo. Dice Spengler que es la ciudad el modelo más pequeño de cualquier estado y es el templo el ejemplo más diminuto de todos los edificios civiles. Entonces... ¿tienen que ser las construcciones institucionales o de negocio tan grandes como las hacemos? O tal vez podríamos reducir su tamaño. Y la siguiente pregunta: ¿tenemos que ir todos los días a ellos a la misma hora, todos? ¿No será mejor ampliar las viviendas, con espacios desde hace mucho secuestrados desde las normativas impenitentes?. Y reducir las oficinas. Hoy se ven con claridad esos recipientes enormes, demasiado de cristal, opacos o translúcidos, vacíos, tan vacíos. Las ciudades falsas, las de la justicia, las del dormitorio, las de los negocios, las del supermercado, todas sueltas, separadas del resto, no mezcladas. Torres y bloques, bloques y torres, son símbolos: un recurso copiado, y lo más gracioso, sin saber por qué. Es la réplica, es el problema. Y sin embargo, las casas son demasiado pequeñas por dentro. ¡Es tan difícil de entender! La verdad. No nos conformamos con declararla porque necesitamos la complicidad. “Lo que averiguamos con asombro cuando buscamos la verdad es que no podemos decirla sin interpelación, sin respuesta y por tanto sin el elemento común de consenso obtenido. Pero lo más asombroso en la esencia del lenguaje y de la conversación es que yo mismo tampoco estoy ligado a lo que pienso cuando hablo con otros sobre algo. (Gadamer) Y, dándole vueltas al concepto de verdad: cuando se repite y se repite la frase “los árboles no nos dejan ver el bosque” tal vez todo sea al revés. Dice respecto a este asunto José ortega y Gasset: “La invisibilidad del bosque no es un carácter meramente negativo, sino una cualidad positiva, porque es absurdo pretender ver el bosque”. Algunos hombres se niegan a reconocer la profundidad de algo porque exigen de lo profundo que se manifieste como superficial. Y sobre todo: “Quien quiera enseñarnos una verdad que no nos la diga, simplemente que aluda a ella con un leve gesto, porque las verdades una vez sabidas adquieren una costra utilitaria. ¡Quien quiera enseñarnos una verdad, que nos sitúe de modo que la descubramos nosotros! Tal vez ahora, con la presión juvenil, seamos capaces de avanzar. M.

Continuamos en septiembre,.... ¡feliz verano!

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EAT
¿Qué es la verdad?

eauclm Toledo mayo 2020-2021

...alguien debe gritar que construiremos las pirámides. ¡no importa si no podemos construirlas! debemos alimentar el deseo andrei tarkovsky

teamtol

27.10.2019
_reunión teamtol en “playa de la concha”. san sebastian. mugak 2019

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