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CON ALGUNOS REPRESENTANTES
De nuestra
FAUNA MARINA AUSTRAL
La Naturaleza y el Arte.
ETEL CARPI
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Primera edición 1984. Editorial Albatros. Buenos Aires. 303 Páginas. Segunda edición: libro electrónico-digital. 2016. 340 Páginas.
Portada de la primera edición.
ISBN 950-24-0031-3
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A mis padres, por su permanente apoyo durante mi tarea en el Sur.
Hoy: A mi hija RocĂo AnahĂ, todo mi mundo.
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La diferencia entre un paisaje y otro es pequeĂąa, pero puede haber una gran diferencia entre quienes los miran. Emerson.
El arte es siempre consecuencia del amor: amor hacia Dios, amor hacia la Patria, amor hacia nuestros semejantes‌ Felipe Pedrell
Nota: Todas las fotos que ilustran el libro son propias, y forman parte del archivo personal de 3.000 diapositivas.
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INTRODUCCIÓN “Con algunos representantes de nuestra fauna marina Austral”, es el título de una obra especializada, resultante del trabajo exhaustivo de una joven tóldense, Etel Carpi, quien realiza un aporte valioso para el conocimiento de la geografía y de la fauna típica de la región patagónica austral. Escritora, poeta, investigadora, pintora, fotógrafa, siente esencialmente la atracción de lo telúrico y la de su acendrado amor por la naturaleza, que la lleva a un trabajo ímprobo, sintetizado en la vasta bibliografía consultada y el bucear sobre el propio escenario en busca de datos objetivos y concretos para que la obra adquiera el valor científico, que la convierte en texto de consulta. Es el canto a la supervivencia de todo lo autóctono, primando su exquisita sensibilidad que la proyecta por sobre el materialismo objetivo de nuestra época; para transformarla en un ser eminentemente espiritual y romántico. Busca el arte por sobre todas las cosas, de allí que sus poesías y sus observaciones personales que ella denomina VIVENCIAS sean la sublimación de todo lo que la rodea, capta con sencillez y nitidez el tema; razón que me llevan a augurarle un porvenir venturoso, si sigue transitando por esa recta senda que ella misma se marcó. “Es una obra concebida y escrita con amor; y el amor es siempre guía, símbolo y bandera de triunfo”. ¡Gracias Etel por esta entrega! Los Toldos, Mayo de 1983. OMAR NORBERTO OBUCETA
Ex director de la Escuela Nacional Normal Mixta de General Viamonte ( Los Toldos), provincia de Buenos Aires. Profesor de Literatura e Historia. Mis recuerdos, a su memoria. LA AUTORA.
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PRÓLOGO El gran amor que siento por la naturaleza –muy especialmente por los animales- y por el arte en todas sus expresiones, me ha llevado a escribir este libro donde trato de reunir los aspectos biológicos y ecológicos de una amplia zona costera de nuestro País, por la cual siento una especial atracción, con las distintas expresiones del arte que llevo dentro y que me ha sabido despertar mi contacto profundo con esa misma naturaleza y todos sus seres vivos. Porque para mí, la máxima expresión del arte en su total belleza y sublimación, existe en el mundo maravilloso y único de la naturaleza. Y es ella mi principal fuente de inspiración, y el arte que yo pueda realizar está a su servicio, y es el instrumento que me permite a mí, acercar ese mundo mágico de la vida al mundo materialista de los hombres, para enseñarles a amarlo, a admirarlo y por sobre todo a protegerlo. Es el mayor tesoro que podemos tener y disfrutar, el mayor bien que debemos legar a las generaciones futuras y un mandato supremo de amor a la Patria. Porque Patria es la naturaleza que nos rodea, y de la cual formamos parte, si la destruíamos estamos destruyendo gran parte de nuestra Patria, que es como destruirnos a nosotros mismos. Fue mi deseo reunir en este libro, ciencia y arte. Para que se constituya en un homenaje hacia aquellos hombres que en el laboratorio magnífico de la naturaleza, trabajan en silencio para impedir su destrucción. Que sería también, la muerte del arte, pues nada existe dentro del arte que no tenga su fuente de inspiración en algún elemento de la naturaleza. Y por último, fue mi intención agrupar a varias especies de una importantísima zona de nuestra Patagonia, con las que yo he tenido un contacto directo y que requieren de una permanente protección si se quiere evitar su extinción, que en algunos casos estuvo a punto de ocurrir y en otros persiste aún el peligro y hasta tiende a agravarse. Solo es mi anhelo que este mensaje pueda llegar a todos aquellos que leen este libro, y por más pequeña que sea la semilla que pueda lograr sembrar en ellos, me sentiré feliz de haberlo logrado y de abrir el surco para que otras
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muchas semillas más sean sembradas. Contribuiremos así a un mundo con habitantes mucho más sanos y felices. ETEL CARPI. 1983.
Hoy, treinta y tres años después de aquellas palabras, debo decir que este libro fue el comienzo de toda mi obra dedicada al arte y la naturaleza. Y cumplí plenamente con mis objetivos, ya que aquellas palabras tienen hoy la misma vigencia y significado, después de mucho camino recorrido. Un libro que me costó mucho editar, que despertó polémicas y discusiones pero que me brindó un sinfín de satisfacciones cuando con mi padre y madre salíamos por todo el País (especialmente el Sur) llevándolo a todos los lugares de interés. Librerías, Escuelas, Reservas, etc. Fue una reconfortante tarea que me hizo feliz, y mucho más cuando en años posteriores lo fui descubriendo en lugares insólitos y hasta como guía de algún viajero que llegaba del exterior a recorrer nuestra Patagonia. Ahora siento que debía hacer una nueva edición, aprovechando la posibilidad del libro digital o electrónico. De esta forma podré llegar a todo el mundo para difundir el inmenso amor que siento por aquellos seres que habitan el “fin del mundo”, donde encontré “mi paraíso”, el que vive en mí desde entonces y por el resto de los días que me queden por vivir. Gracias a la vida por haberme dado un sueño y las alas para concretarlo. ETEL 2016. NOTA DE AUTOR: En esta nueva versión, he eliminado muchos datos puntuales sobre las especies en particular porque quise darle más lugar al arte: con fotos, cuadros, poesías y relatos poéticos de mis VIVENCIAS en el Sur. Quien desee ampliar puede consultar la primera edición: Albatros, 1984 y también la amplia bibliografía que aporto como así también nuevos estudios sobre el terreno a los que tuve acceso en visitas posteriores.
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AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer muy especialmente a todos quienes de alguna manera me dieron su apoyo, su aliento, sus conocimientos o su orientación en la ardua pero hermosa tarea de penetrar en el mundo de la naturaleza de nuestro Sur. Fueron aquellos, los días más maravillosos de mi vida. A los que en el mismo escenario donde trabajé, en las Reservas de Chubut y Santa Cruz, me brindaron todas las facilidades que necesitaba para cumplir con mi propósito y que colaboraron más allá de lo que su obligación quizás les marcaba. A todos aquellos que me orientaron en la búsqueda bibliográfica y/ o facilitaron el material indispensable para la realización de este libro. Lo demás tuvo que ver con mi incansable búsqueda en las bibliotecas especializadas. No podría dejar de nombrar a la Sociedad Ornitológica del Plata, donde años después hice el Curso de Naturalismo, a la Dirección Nacional del Antártico, Instituto Antártico Argentino; al Servicio de Hidrografía Naval, el Instituto de Publicaciones Navales, donde años después pude publicar en su Boletín Oficial sobre mis estudios; Fundación Vida Silvestre Argentina, Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, Servicio Nacional de Parques Nacionales, al Centro Nacional Patagónico y a la Dirección de Turismo de la Provincia de Chubut y Santa Cruz. En ello, a la dotación de Guardafaunas que tuve el placer de tratar durante el tiempo transcurrido para culminar mi obra. Mi reconocimiento para aquellos autores de obras especializadas que me permitieron usar sus datos, imprescindibles para que el libro tenga el fin didáctico y de divulgación que me propuse, además de artístico.
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A todos ellos, tanto particulares como organismos oficiales, mi eterno agradecimiento. Etel Carpi. 1984.
La autora con su equipo fotogrรกfico, recorriendo la costa en la Reserva de Punta Tombo. Chubut.
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SUR MÍO A nuestro Sur. Sur mío. Sur Patria, sur cielo, sur de noches estivales que desvelan. Sur otoño, sur invierno, blanco manto… primavera. Salva
agreste,
último reducto de la soledad-silencio, de la paz divina que nadie encuentra. Refugio tibio, inmenso
inviolado,
de las criaturas de nuestra tierra. ¡Alto!
detiene el paso
hombre de la ciudad ¿no sabes leer?: “Prohibido el paso a todas las almas que no saben amar”. Sur montañas, sur estepa
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sur nieve
sur de marinas, azules esperanzas. Sur amor, sur misterio, siento ansiosa… tu llamado. Quiero amarte en cada guijarro de la playa barrancosa, en cada copo de nieve derretida, en cada hoja en el aire suspendida, en cada misterio de las noches frías… quiero encontrarte en el silencio desgajado de la aurora, en el misterio de las estrellas encendidas, en el espejo de los lagos que son vida… quiero sentirte tu savia en mi sangre, cada hora; en mis latidos, tu voz triste y sentida; en mis silencios, tu voz dulce y herida… Sur mío. Sur azul
Sur ilusión,
Sur de tonos otoñales que enamoran. Sur esperanza
Sur estrellas,
príncipe viento
que llora.
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Regala a mi ser la libertad de ser campana tañendo sobre tu paz, de ser nube y bajar en lluvia a besar tu pan. Regala a mis sueños la fantasía de ser montaña, y encadenada a la quietud sublime de tus montañas, decir al viento: “yo soy su alma”.
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Virginia y Bautista ( mis padres) en una recorrida por el Bosque Fueguino.
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SECCIÓN
AVES MARINAS
Y ACUÁTICAS.
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CAPÍTULO I EL PINGÜINO MAGALLÁNICO (SPHENISCUS MAGELLANICUS) ORDEN: SPHENISCIFORMES FAMILIA: SPHENISCIDAE
ADORABLE PINGÜINO
Adorable criatura de los mares color azucena… habitante temporario de la helada tundra. Te encontré una tarde… de otoño, quieta, en la playa lejana, bajo luces de tormenta. Te miraron mis ojos, me miraste con la ternura de un niño… tú y yo… solos en la playa desierta. El viento del Sur heló mi rostro,
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el cansancio del mar –una y otra vezgolpeó las algas que descansaban sobre las piedras. Pequeñísima criatura, suave como una estrella… se escuchó el silencio… el tiempo se quedó sin horas y todo, tornó a ser violeta. Cayó el viento sobre el acantilado y la luz se derramó, recogió nuestras penas. Adorable criatura de los mares color azucena… con gracia divina te sumergiste en las olas de espuma revuelta… y yo… tan sola… me quedé con tu ausencia.
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Se lo suele llamar pájaro Bobo, pájaro Niño, pájaro blanco, pájaro mico, pájaro común. Por primera vez llamado OCA, en el año 1520 cuando Pigafetta llevó a Europa la noticia de su existencia después del viaje realizado alrededor del mundo con Magallanes. Aunque quizás los primeros pájaros niños que vio, fueron los Pingúinos Reyes (Aptenodytes patagónica). Recién en 1772 fue clasificado por primera vez por George Osters, integrante de la expedición de Cook. Parece ser que tuvieron en el pasado antecesores gigantescos, casi de la talla de un hombre. Pero son especies extintas hace miles de años y los actuales están lejos de alcanzar esos tamaños. Es un animal adaptado para la vida acuática, con las alas transformadas en aletas que utilizan para nadar. Pueden desplazarse a grandes velocidades entre 20 a 40 km/hora y nadan a bastante profundidad (83 metros), volviendo cada 3 minutos a la superficie para respirar. Realizan verdaderas acrobacias en el agua, pueden recorrer distancias de varios metros sumergidos, saltar en velocidad, etc. Sus patas son fuertes, gruesas y están dotadas de dedos palmeados y el cuerpo está recubierto por numerosas y pequeñas plumas mu compactas, sin espacios libres. El pingüino adulto, tiene manto, cola, parte exterior de las aletas y cabeza de color negro. Esta última posee dos bandas blancas que nacen a la altura de los ojos y la base del pico, uniéndose en el cuello anterior. También poseen una mancha frambuesa cerca de los ojos. El pecho, el vientre y la parte interior de las aletas son de color blanco, presentando dos anillos negros al cuello, el superior más ancho que el inferior, mientras que éste se extiende hasta las patas; las que al igual que el pico son negruzcas. Sus ojos son negros y el pico es fuerte y poderoso, bastante largo y algo doblado en la punta.
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Los juveniles (entre 3 meses y un año y tres meses) son de color grisáceo con reflejos azulados y tienen un único anillo en el cuelo. El pecho y el ventral son blancos. Los pichones son de manto y cabeza gris, pecho blanco y pico negro. Ellos no pueden mirar con los dos ojos, miran con uno y otro girando la cabeza de un lado al otro, de una manera muy graciosa. Viven de 9 a 10 años (Daciuk, 1976), otros autores aseguran que llegan a 20. Miden unos 70 cts. de alto, siendo la hembra algo menor en apariencia, yo diría que el macho es más robusto. El promedio de peso en el macho es de 4.36 kg. El que varía según el momento que se realice el pesaje. El mayor peso lo tiene al momento de llegar a los lugares de cría, siendo muy reducido cuando están próximos a emigrar, ya que mientras están en tierra permanecen prácticamente sin comer. No es fácil distinguir macho de hembra. El macho tiene la cabeza más grande, el pico más grueso y largo y la garganta más gruesa. Es más fácil distinguirlos cuando están solos en el nido, pero imposible cuando están todos juntos, en grandes grupos. Distribución geográfica Su extensión es amplia, casi toda la costa sur de nuestro país hasta el Estrecho de Magallanes, Isla de Los Estados e Islas Malvinas (el registro más Austral fue hacia los 57º de L.S. –Olrog, 1958- ). En el Pacífico anidan en las islas Juan Fernández, la zona de Cabo de Hornos, Diego Ramírez y costa sur de Chile. No hay coincidencias sobre el número de especies en el mundo. Entre 17 y 21 según distintos autores. Sí sabemos que el más meridional es el Pingüino de las Islas Galápagos (Spheniscus mendiculus). Dos especies son propias de la Antártida: (el Emperador y el Rey)*, otras anidan en regiones con cubierta de hielo variable, en zonas sub templadas y sub tropicales. *Considerado el único Pingüino residente de Tierra del Fuego. Museo Territorial 1986.
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Colonias de nuestra costa Patagónica e islas del Sur -PUNTA TOMBO, (CHUBUT): Una de las principales colonias de nuestra costa. Suelen anidar allí unos 2.000.000 de aves en época de reproducción. 5 kilómetros al sur, encontré otra colonia en una de mis caminatas, pueden ser individuos que abandonaron el área de Punta Tombo cuando comenzó a ser visitada por muchos turismo (esto es información del Sr. C. Passera, Guardafauna de Punta Tombo). -PUNTA ROJA-ISLA ROJA (CHUBUT): Otra importante colonia con gran cantidad de animales. Aquí pude ver en mi visita de diciembre 1983, pingüinos más jóvenes debido a que el terreno es más blando, sin rocas, y les facilita el cavado a los subadultos (mayores de 2 años) que se inician en la construcción de sus nidos. De todos modos, con el correr de los años –según referencias de lugareños- han ido abandonando las partes más blandas y arenosas para buscar los lugares más altos y consistentes. -CABO DOS BAHÍAS (CHUBUT): Pintoresca colonia que reúne también una gran cantidad de pingüinos. Es la más pintoresca de todas las colonias que yo visité. El área de distribución es amplia. Terreno rocoso, escarpado, muy bello. Entonces, utilizan los huecos y oquedades de las rocas para instalarse y pueden llegar a trepar empinadas paredes para ir y venir desde el mar a sus cuevas o viceversa. Asombra la gran facilidad que tienen para trepar, incluso para saltar de roca en roca. La imagen de esta pingüinera es idílica y resulta un paraíso para personas que como yo, disfrutan del trabajo en medio de la naturaleza.
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Dos óleos realizados en Cabo Dos Bahías. Donados a La Dirección de Turismo y guardafaunas de Chubut .Centinela y Pureza (1983).Sobre Chapadur liso entelado de 30x40.
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Frente a la Reserva está Isla Moreno, donde también anidan en buen número, junto con Gaviotas Cocineras o Dominicanas (Larus M. Dominicanus), Lobos Marinos de un pelo (Otaria Flavescens) y también Cormoranes de Cuello Negro (Phalacrocorax Magellanicus). -PUNTA NORTE (CHUBUT): Hace unos años, 3 kilómetros al Oeste por el Golfo San Matías, se está estableciendo una nueva pingüinera que sería la más septentrional de de la costa Atlántica. Así lo informó el Sr. A. Carrasco, guardafauna de Punta Norte. Yo pude observar la entrada de algunos ejemplares en esa zona el día 22 de diciembre de 1981. Se dirigían hacia el norte por la playa. Coincidiendo con la afirmación de A. Scolaro (1979)*: *“La más septentrional está ubicada en el N. de la Península Valdés sobre el Golfo San Matías”. -PUNTA CERO (CHUBUT): En las temporadas 1969/70, 1970/71, 1971/72 y 1972/73 fueron observadas “las primeras parejas de Pingüino Magallánico anidando debajo de las matas de Jume en Punta Cero, Caleta Valdés. Si esta incipiente población llegara a prosperar en el futuro sería la más septentrional conocida”. (Daciuk, 1976). Este autor (1979) vuelve a mencionarla con un centenar de parejas jóvenes anidando. Con respecto a éstos datos, el ecologista de Puerto Madryn Pablo S´Korcha me informa en carta del 7/1/88 lo siguiente: que él trasladó en el año 1968, 600 pingüinos jóvenes y adultos desde Punta Tombo, después que la Isla de Los Pájaros fue despoblada por disturbios turísticos. 100 murieron en el trayecto, el resto prosperó en la parte de la isla que no es visible desde la costa. Según sigue refiriéndome el Sr. S`Korcha, parte de esos animales (unos 20) se afincaron en Caleta Valdés, llegando a haber en 1988 un millar. -PUNTA CLARA (CHUBUT): Al norte de Punta Tombo. (Según Daciuk, 1976).A. Scolaro y Colab. (1979) habla también de una importante colonia en este lugar. *Fuente: “La fascinante vida de un Pingüino Patagónico”. Ediciones Impresora Sur. 1979. Chubut.
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-PUERTO DESEADO (SANTA CRUZ): Anidan en islas de la gran ría. Como isla Quiroga, Chaffers (aquí entre matas de Zampa). En Isla de Los Pájaros se ven grandes cantidades que obtienen protección entre los altos arbustos de Zampa. -PUNTA BUQUE o MEDANOSA (SANTA CRUZ): Hay una gran pingüinera, haciendo 100 kilómetros por caminos vecinales. -RESERVA PROVINCIAL PENÍNSULA SAN JULIÁN (SANTA CRUZ): Nidifican junto a cormoranes en los llamados bancos “cormorán y justicia”. -ESTANCIA MONTE ENTRANCE (SANTA CRUZ): Hay una importante colonia que comparten el lugar con lobos y cormoranes. -CABO VÍRGENES (SANTA CRUZ): Hay una colonia muy grande, según NOTIOSO Nº 3 de 1987, la mayor de Santa Cruz. Prácticamente en toda la costa e islas provinciales se encuentran colonias de Pingüino Magallánico. -ISLA MAGDALENA: En el Estrecho de Magallanes. También anidan en las Islas Malvinas, de Los Estados y Georgias del Sur. Según apunta A. Scolaro (1979) * la colonia más Austral está en las Islas Barnevelt, (aproximadamente 56º L.S. y 67º Long. Oeste). La población total del País ronda los 8 a 10 millones, según una estimación de Scolaro y de Boswal y Mac Iver respectivamente. Pero quizás su número sea menor hoy. Llegada a los lugares de reproducción. El pingüino adulto pasa medio año continuamente en el mar, desde abril a agosto y el resto en tierra para procrear. En Punta Tombo arriban con regularidad a fines de agosto y parten hacia fines de abril; cuando emigran lo hacen puntualmente, y en pocos días no queda ninguno, con excepción de los enfermos que mueren en las playas. Todos se aglutinan en la costa y luego se lanzan al mar, entonces las alegres y coloridas colonias quedan tristes, desoladas y silenciosas. *Fuente: “La fascinante vida de un Pingüino Patagónico”. E. I. Sur. 1979. Chubut.
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Los grandes grupos que llegan a las playas, presentan un estado de máximo peso corporal que les impide moverse con agilidad. Cuando llegan, lo hacen en grupos que van demarcando sus territorios, tarea de la que se encargan los machos, que son los primeros en llegar y los encargados de preparar los nidos. Un alto porcentaje anida en las mismas cuevas todos los años. El resto, igualmente, lo hace en la misma área. En estos momentos las peleas por el espacio pueden ser sangrientas entre los machos, más que entre las hembras. Son animales monógamos, y la pareja dura toda una vida unida. Solo se separan cuando están en el mar. Los nidos. Cada macho prepara su cueva, huecos subterráneos o pequeños hoyos de unos 25 cms. de diámetro y una profundidad de aproximadamente un metro, puede haber casos de algo más. La cueva tiene una entrada en pendiente, no demasiado ancha, con un agujero lo suficientemente amplio para permitir que entre la pareja y sus pichones. Aunque hay algunas cuevas bastante estrechas. El arreglo del nido es simple, para mejorarlo colocan guijarros, ramitas, plumas, pasto, huesos y algas, sobre las que ponen los huevos. Pueden anidar debajo de arbustos como Quilimbay, Jume, Molle, Coirón, Zampa, etc. En estos casos no necesitan cavar ya que los mismos arbustos les sirven de protección del sol y depredadores. Incluso, son más acogedores que los que están expuestos entre rocas.
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Sector expuesto de nidificación en islas de la Ría Deseado en Santa Cruz.
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Sector de nidificación en Cabo Dos Bahías (Chubut).
En Cabo Dos Bahías tienen lugares diferentes para anidar: en cuevas hechas en el canto rodado, entre matas de Jume y también en acantilados rocosos, en huecos naturales, donde están más expuestos al sol y depredadores. Pero en general todos los nidos tienen un mínimo de seguridad para huevos y
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pichones. Sin embargo, he encontrado nidos muy expuestos, sobre el terreno pelado o debajo de los arbustos secos. Los he visto anidar en túneles naturales entre rocas, corredores que desembocan en el mar. Incluso una pareja de pingüinos tenía su nido debajo de una chapa abandonada que se elevaba algo del piso, cerca de la vivienda del Guardafauna de Punta Tombo. En la primavera de 1987 me informó Héctor Olsen que les pusieron unos cajones para ver si los usaban como nido, pero ni uno solo se apropió de ellos. El Pingüino de Magallanes es considerado como el agente que ejerce mayor influencia en el suelo y en la vegetación. Por la excavación, el pisoteo y la acumulación del guano. Por eso, en los lugares de mayor densidad de nidos el manto vegetal ha desaparecido casi completamente. Y cuanta más antigua es la colonia, mejor se puede apreciar este deterioro de los componentes vegetales. Ellos prefieren los terrenos arcillosos y con buena consistencia. Su preferencia disminuye según se encuentre arena, ripio, gravas y rocas. Unos son demasiado blandos y se desmoronan, y otros son muy duros para el cavado. Las áreas más cercanas al mar son las más pobladas por la cercanía con la fuente de alimentación. Sin embargo, si son muy arenosas las desechan, como ocurre en Punta Roja, donde buscan zonas más altas y consistentes y que están bastante alejadas del mar. En muchas oportunidades los vi anidar a bastante distancia del agua, hasta 1.000 metros del mar. Durante la temporada parece que realizan ampliaciones o retoques de los nidos. Se puede observar surgiendo del suelo, como chorros de arena, que el pingüino despide desde dentro de su cueva, hacia el exterior. Para ello se tumban de cabeza en su interior usando una extremidad para raspar con las uñas poderosas el piso. Parecen usar la pata derecha ininterrumpidamente, aunque con intervalos de descanso. En Punta Tombo, hay lugares de mucha densidad de nidos, donde forman verdaderas ciudades muy bulliciosas. En el año 1991, había en ese lugar
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225.000 parejas reproductoras y las zonas más densas tenían 60 nidos por m2. (Apuntes del guardafauna). Reproducción. Huevos. En la tercera semana de setiembre, y hasta la primera de octubre tiene lugar la postura de los huevos. En Chile lo hace entre noviembre y enero –Housse 1939. Son dos huevos, con diferencia de postura de 4 días –Scolaro 1980. Se han encontrado nidos con tres y hasta cuatro huevos. Pero es muy raro. Según el padre Housse (1939), tienen costumbre de robarse los huevos entre ellos. Son blancos, peso promedio de 115 gramos y la medida es de 7,5 x 5,5 cts. El período de incubación es de 35 a 41 días, el pichón tarda en abandonar la cáscara entre 24 y 36 horas. La incubación dura unas 6 semanas aproximadamente y la hembra toma el primer turno mientras los machos van a alimentarse y luego regresan para reemplazarlas. Por lo tanto es tarea de ambos miembros de la pareja. A. Scolaro (1980), refiere que “la frecuencia de la alternancia de macho y hembra, no parece ser regular y deben realizarse más observaciones”. Científicos norteamericanos opinan que son 2 semanas de alternancia. Pero Fauvety (1881) observa que “el macho, durante los 8-10 primeros días, trae de comer a la hembra y la reemplaza en la incubación por intervalos después de ese tiempo”. En esa época son muy unidos y cariñosos, siempre aparecen juntos acariciándose mutuamente y susurrando en voz baja. Si los huevos les son arrebatados “antes de la incubación, vuelven a poner” (Fauvety 1881), pero generalmente ya no se ponen más (al menos en ese nido) y las aves se rehúsan a abandonarlo por dos días más (Zapata 1967).
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El mayor número de huevos puede encontrarse hacia mediados de octubre y hacia fines del mismo mes todos ellos aparecen en proceso de incubación, no encontrándose huevos recién puestos, y todos los nidos poseen huevos. Según un trabajo realizado por A. Scolaro y Colaboradores. La temporada 1976/77 en Punta Tombo se ha podido comprobar la siguiente: que allí el pico de nacimientos se produce a mediados de noviembre. En la temporada 1986 los nacimientos en Punta Tombo comenzaron el 7 de noviembre. Finales de noviembre se considera como fecha máxima de nacimientos y si quedan algunos huevos no tienen embrión vivo. Las zonas de alta densidad pueden presentar nidos sin huevos, pues son lugares de disputas constantes entre distintas parejas. Por eso se abandonan nidos y huevos, y hacia fines de noviembre se observa en estas zonas un alto grado de pérdida de huevos (81%). Justo antes de que nazca el pichón, los padres empiezan a intercambiarse diariamente, de manera que cuando se produce el nacimiento uno de los padres tiene segura comida para darle. Un 50% de la postura se pierde en toda la colonia por distintos factores: acción de depredadores, disputas, etc. “Entre pérdida de huevos y mortandad de pichones, sobrevive teóricamente un 50% de la población joven”. (Daciuk 1976). Durante la incubación, ambos presentan una zona desprovista de plumas que toma el nombre de “parche de incubación”. Y se preocupan por mantener siempre limpia dicha zona. Cuando hace mucho calor, se ha observado cierta aireación de los huevos.”Para ello el ave que incuba se levanta del nido o se coloca al costado del mismo”, (Scolaro 1980).
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En página anterior: Huevos y pareja de pingüinos incubando, en isla Chaffers, en la Ría Deseado.
Pichones. Según comprobaciones realizadas por Scolaro en 1979*, el pichón nace con los ojos cerrados, pesando unos 83-90 gramos. A los 5 días abre los ojos pero recién puede ver bien a los 20-25 días. Los pichones recién nacidos se mantienen echados debajo de sus padres, hacia los 15-20 días se pueden sentar y a los 25-30 ya adoptan la posición de parados. La crianza de los pichones les demanda unas 11-12 semanas, desde fines de noviembre hasta mediados de febrero. Entonces cambian el plumón por el plumaje que les permite meterse al agua.
Pichoncitos alimentándose.
El plumón con el que nacen es gris oscuro dorsalmente y más claro en la zona ventral.
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La pareja está siempre atenta a los depredadores. Para ello, deben permanecer cerca del nido, entonces muy difícilmente gaviotas, peludos, zorros, Skúas, etc. ataquen al pichón. Ello suele ocurrir con parejas inexpertas que abandonan el nido ante el peligro. Para alimentarlos se turnan, de manera que siempre uno de ellos esté en el nido. Y los alimentan por regurgitación, con una pasta que les preparan en el estómago a base de anchoíta, merluza, pejerrey y calamar. Le permiten al pichón extraer la papilla de su garganta. Cuando son más grandecitos, piden la comida desde atrás, con tanta fuerza e insistencia que pueden volver locos a los padres. Especialmente cuando se acaba la comida y tienen que esperar que el otro miembro de la pareja regrese del mar con más alimento. A fines de diciembre, los pichones se reúnen en grupos, formando “guarderías”, bajo la vigilancia de algunos adultos. En febrero comienza el cambio del plumón por el plumaje juvenil que es de color gris y muy pronto deben iniciar la etapa de su vida que transcurre en el mar, etapa en que por primera vez deben enfrentar numerosos peligros. El principal es el derrame de petróleo, los empetrolados pierden su aislación al frío y abandonan el mar para buscar refugio en la tierra donde está más cálido y donde –por fortuna- suelen ser encontrados por grupos de voluntarios que los limpian para que puedan retornar al mar. Según estudios en Punta Tombo, en el año 1985 hubo gran mortandad de pichones (90%) por falta de alimento ante cambios de temperatura del agua que alejó los peces. Quedaron Calamares, pero no es un buen alimento para los pequeños. En el año 1986, sobrevivió el 60%. Estos estudios demuestran que es una especie muy vulnerable a los cambios climáticos.
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Grupo de juveniles esperando para emigrar.
Muda. Como dijimos antes, la muda de los pichones se realiza en febrero. Los adultos y sub adultos, mudan también en febrero, mientras que las aves criadoras lo hacen en marzo, antes de retornar al mar. Durante todo este período permanecen muy aletargados y feos, por los pedazos de plumas que se les desprenden y los que les quedan adheridos. Tienen la piel hinchada, están afiebrados, tristes y quietos. Toda la colonia se cubre de una capa de plumas que el viento engancha en los arbustos o acumula dentro de las cuevas, otorgando al lugar una extraña apariencia. Pero una vez pasado el período, aparecen elegantes y esbeltos, con las nuevas plumas, totalmente relucientes.
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Alimentación. Su alimento preferido es la Euphausia superba, un crustáceo de unos 5 cms. de largo llamado “Krill”, parecido al camarón, que abunda en nuestro mar austral. También come pequeños peces y moluscos como lapas y cefalópodos. Como así también los calamares y mariscos. A veces el alimento es escaso, porque la fuente de alimentación es fluctuante y no es igual en todas las temporadas. Puede perder hasta medio kilo de peso en 10 días. Aunque el macho, aún más, pero puede pasar desde su llegada hasta la puesta del huevo por la hembra unos 30 días sin ir a comer. Migración. Según J. Daciuk (1976), se ha llegado a comprobar que hay dos vías migratorias. Una en dirección a las Islas Malvinas y zona Austral. Y otra en dirección contraria, hacia la zona del río de La Plata, Uruguay y Brasil, hasta la altura de Florianápolis y Río de Janeiro. (Ésta última es la más aceptada por estudios posteriores con animales anillados en Punta Tombo). En otra publicación del mismo autor (1976), Daciuk considera que hacia la zona Austral migra el grueso de la población adulta y hacia el norte, en cambio, inmensa mayoría de individuos inmaduros. Y agrega que puede haber un tercer fenómeno migratorio “invernal”, pues suelen llegar poblaciones en masa de juveniles. Se han encontrado en playas de Buenos Aires y Uruguay. Refiere R. Escalante (1970) que de mayo a agosto pueden ser encontrados en grandes cantidades en las costas del Uruguay, tomando sol, enfermos o muertos. Aves muertas por petróleo se han encontrado en toda la costa Argentina, incluso en Brasil (Florianápolis, Río de Janeiro). Según un trabajo de la Sociedad Ornitológica del Plata, con aves anilladas en Punta Tombo por C. Olrog y J. Daciuk en el año 1971, siendo pichones; los encontraron muertos 6 meses después en Brasil por la acción del petróleo. Es sabido que es la causa que más afecta al Pingüino, se sabe de muchos voluntarios que han salvado
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miles limpiándolos del petróleo y cuidándolos para retornarlos al mar en distintos lugares de nuestra costa. En las Islas Malvinas se lo puede encontrar todo el año. Por el Pacífico pueden llegar hasta Coquimbo (Chile). Juveniles. Existen dos tipos de edades juveniles y sub adultas. Los que tienen entre 2 y 3 años, poseen plumaje adulto, pero son inmaduros sexualmente. Arriban a la colonia en el mes de noviembre para la muda del plumaje que se produce en febrero. Según nos refiere A. Scolaro (1979), muchas veces provocan disturbios en la colonia cuando suelen disputarle los nidos a las parejas que están criando. Estas aves construyen y preparan los nidos para su primera postura la próxima temporada. Pues se inician en la reproducción entre los 3 y 4 años. Generalmente ocupan nidos desocupados y permanecen solitarios cerca del mar o deambulan por la colonia y la playa. La otra edad que arriba en el mes de diciembre, son aves con plumaje juvenil de un año y tres meses que en febrero mudan su plumaje por el plumaje adulto, cuando esto ocurre es difícil distinguirlos de los adultos, salvo que son más estilizados. Estas aves, cuando se mezclan con los pichones nacidos esa temporada, cuando éstos ya han mudado su plumón por el plumaje juvenil, y aquellos todavía no han comenzado la muda, se confunden, pues tienen idéntica apariencia. Y se ha prestado a confusión entre muchos estudiosos. Ambas edades regresan al mar en el mes de marzo, antes que las aves criadoras que lo hacen a fines de ese mes y abril, a finales de ese mes las colonias quedan desiertas. Los que podríamos denominar pichones juveniles, son los pichones nacidos en la temporada, con el plumaje juvenil, el que obtienen en el mes de febrero. A. Scolaro (1980), aporta interesantes datos referentes a esta edad.
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Son pichones que emigran en el mes de marzo para regresar la próxima temporada como juveniles de un año, etapa en la que sufren una gran mortandad. Según comprobó el autor citado, la temporada 1978/1979 fue de un 57,4%. Y es muy difícil establecer las causas porque ocurre en el período migratorio, desde el momento que abandonan la colonia (marzo) hasta el arribo en diciembre. Según Scolaro, podría ser por acción de depredadores, fatiga por el largo viaje o por problemas alimenticios. En el año 1985 hubo en Punta Tombo una gran mortandad juvenil provocada por un parásito.
Etel Carpi, junto a sus padres en la Colonia de Cabo Dos Bahías (chutut).
Depredadores y mortandad. Es un animal que tiene muchos depredadores. Entre las aves están las Gaviotas Cocineras (Larus M. Dominicanus) y las Skúas o Gaviotas de rapiña (Stercorarius skua) que les roban los huevos y los pichones al menor descuido. Pero si el pingüino no abandona el nido es muy raro que se acerquen. También el Zorro Gris (Dusicyon griseus griseus) ocasionalmente se hace de los huevos. En el mar, tiene como depredadores a los lobos marinos (Otaria Flavescens y Arctocephalus australis), aunque resulta raro que ocurra, no está comprobado totalmente. En Cabo Dos Bahías se los ha visto nadar juntos sin ningún problema; según me informó el Sr. Héctor Olsen,
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guardafauna de entonces. Otro depredador es la ballena Orca (Orcinus orca), sin embargo solo atacaría a los individuos débiles o enfermos, contribuyendo a la perfección de la especie. Conway (1971), vio en cierta oportunidad Petreles Gigantes (Macronectes giganteus) tomando pingüinos de gran tamaño en Punta Tombo, superándolos en fuerza, a pesar de que eran aves sanas que nadaban libremente (según un trabajo de la Soc. Ornitológica del Plata). Como los pingüinos tienen una gruesa cubierta de plumas y una piel muy dura; gaviotas y Skúas no podrían abrirlos, pero si son abiertos por humanos, consumen prontamente la carne expuesta. El enigma es saber cómo hacen los petreles gigantes para abrirlos. Hay épocas en que se produce gran mortandad por distintas enfermedades que los afectan. Pero el gran enemigo es el petróleo a la deriva que se les adhiere a la piel matándolos. Como me he referido anteriormente, se han encontrado muchos pingüinos muertos por petróleo en las costas marinas cercanas a su vía migratoria (ver Migración). Y el rescate de aves en ese estado es bastante frecuente en nuestra costa Austral. Cuando salen a las costas en su migración invernal es porque están enfermos o moribundos. Aunque se pueden encontrar, en algunos casos, tomando sol (según refiere R. Escalante 1970). Es una especie con un nivel de mortandad bastante alto. Pues si comparamos el total de huevos puestos en una colonia con el total de pichones que sobreviven al final de la crianza, se deduce un 50% de pérdidas (ver huevos). Si al año se compara ese número de pichones sobrevivientes con el número de juveniles (de un año) arribados, se deduce otro 25% de pérdida (ver juveniles). Todo esto arroja –teóricamente- un 25% de supervivencia aproximadamente al año de vida.
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Gaviota Cocinera y Gaviota Parda
Varias veces se intentó explotar al pingüino pero gracias a Dios sin éxito. Quien desee profundizar en el tema puede leer las páginas 42 a 44 de la primera edición de este libro (Editorial Albatros, 1984). Sin duda que, toda razón que se quiera argumentar a favor de la explotación de esta especie carece de sentido cuando tomamos contacto con los aspectos biológicos y ecológicos de la especie, como ya hemos visto antes. Sin embargo hay autores que no desestiman la idea porque argumentan que el pingüino Magallánico es un gran consumidor de la riqueza ictícola del mar Argentino (pulpos, calamares, etc.). Come hasta 3 kilos por día según P. S`korcha. Con este escritor y ecologista he tenido un intercambio de opiniones en el año 1988 a ese respecto; ya que yo no estoy de acuerdo con la explotación e industrialización del Pingüino. Me comenta en una carta que conservo, que en 1964 “faené también yo 50.000 pingüinos en Puerto Deseado, para una curtiembre de Buenos Aires. Entonces el pingüino se consideraba como recurso marítimo industrializable, por la Ley Nac. Respectiva”. Él me decía: “Haga el cálculo de lo que comen todos ellos
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diariamente, hay en Punta Tombo cerca de 2 millones de pingüinos. Calculo que 50.000 animales son pocos en una explotación industrial racional, seleccionando a los débiles y enfermos que es muy fácil de hacer en abril”. Y seguía dándome explicaciones para convencerme. Sin embargo para mí no se justifica, y podrían exterminarlos si no se hace a conciencia; la naturaleza se encarga de limitar el número con distintos cataclismos que ocurren de vez en cuando, como una gran lluvia de invierno que barrió con sus cuevas en la temporada 1986/87 en Punta Tombo.* El pingüino es el animal más inofensivo, incapaz de hacer daño al medioambiente, es la imagen de la gracia, de la dulzura, de la belleza y del amor, fiel representante de nuestro Sur, y su única explotación válida es la turística, ya que grandes contingentes de visitantes acuden a observarlos en sus lugares de cría, desde nuestro País y mucho más desde el extranjero. *Datos aportados por el guardafauna Héctor Olsen, con motivo de mi visita en el año 1987.
“Pichones”(1982), óleo de 50x 70, uno de mis cuadros preferidos.
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Mis vivencias.
“Cabo Dos Bahías” (1982), Óleo SOBRE TELA 60X80. Presentado en la exposición colectiva del Salón “Ernesto de la Cárcova” de la Asociación Estímulo de Bellas Artes de Buenos Aires el 11/82. Y en la exposición Pictórica, poética con Audiovisual de la “Escuela de Bellas Artes” de Los Toldos el 10/82. Donado a la Dirección de Turismo de la Provincia de Chubut el 15/12/82. (Foto antigua, es lo único que me ha quedado de ese cuadro que para mí es sublime).
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RECUERDO (Soneto)
Recuerdo aquella tarde tan dorada, el mar era un murmullo de pureza, en los huecos rocosos, la belleza de criaturas muy dulces y delgadas.
La sana visión de una isla habitada por lobos que rugían con fiereza y de blancas gaviotas la tibieza endulzando mis manos desoladas.
Recuerdo… el Sur me abrió su secreto y mi corazón a su paz sujeto quisiera escapar de mi cuerpo humano
para albergar aquel único cielo, y emprendiendo tan largo… largo vuelo posarse etéreo sobre sus manos. (Poema dedicado a Isla Roja, lugar que nunca olvidaré).
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“Paraíso” (1983), óleo, 60X80. Vista durante la salida del sol desde la costa, antes de que baje la marea para acceder a la misma. Lugar: Isla Roja, Estancia La Elva. Provincia de Chubut.
Compartiendo su mundo. El día comenzaba muy temprano para mí. Justo cuando se inicia un incesante desfile hacia el mar por las “avenidas” o calles de circulación (que es una zona desprovista de nidos). Los vemos caminar con una gran elegancia, moviendo acompasadamente el cuerpo. Parecen indiferentes, pero no lo están, ellos permanecen alertas y atentos a todo. Si alguien se acerca demasiado, se produce un gran desbande, corriendo rápidamente unos hacia el mar y otros hacia sus nidos. Dependerá de cuan cerca estén o no del mar. Pero si nos instalamos frente a la avenida y permanecemos quietos durante un tiempo, comienzan a acercarse desconfiadamente primero. Se detienen los primeros a distancia prudencial para observar y luego comienzan a andar y vienen todos los demás que estaban a la expectativa. Al final pasan cerca con total confianza e indiferencia.
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También tuve oportunidad de ver cómo después de un rato aparece en tropel el grupo que había huido al mar en cuanto me vieron llegar. Saltando cómicamente en el agua, desembocan todos en la playa. Parece que estuviesen jugando una carrera de natación. No se alejan demasiado de la costa para tomar su diario baño marino. Realizan todo tipo de piruetas y juegos en el agua mansa de los estanques que se forman entre las rocas. Después, se quedan un tiempo echados sobre el canto rodado para secarse y tomar sol. Al atardecer, se produce nuevamente el desfile, pero en sentido contrario. Y ya cuando cae la noche, todos están en la puerta-entrada de sus cuevas o nidos, llenando de vida y sonidos el lugar. Es la hora de máxima actividad, cuando un verdadero concierto de voces se eleva en el silencio y nos da la sensación de estar visitando una mágica y encantadora ciudad. Al sonido que emiten se les llama “trompeteo” y es muy característico, aún resuena en mis oídos cada vez que lo recuerdo, trayéndome todo el aroma y el paisaje de los días inolvidables que viví en las colonias de Chubut y Santa Cruz. Son muy hábiles para nadar y bucear, pero no son para nada torpes moviéndose en tierra y saltando de roca en roca. Para nada agresivos, acostumbrados a interactuar con los turistas, si tratamos de tocarlos, retroceden al fondo de la cueva y en los lugares alejados de los caminos o senderos turísticos, se asustan y emiten una especie de resuello y abren el pico amenazándonos al vernos pasar cerca. En estos casos, hay que cuidarse de no acercarse porque pueden reaccionar a picotazos. He notado al acercarme más, que tratan de situarse detrás de las matas (en aquellos lugares donde hay vegetación), aún pasando torpemente los tallos espinosos. O si hay cuevas cerca, se meten en la misma hasta que sus ocupantes lo sacan a tremendos picotazos. Cuando se asustan son más torpes, no eluden los obstáculos, lastimándose en matas y ramas. Para correr más ligero, echan su cuerpo hacia adelante,
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apoyándose en las alas y corren palmoteando sobre el suelo. Si el trecho es largo se enderezan para volver nuevamente a agacharse hasta llegar a resguardo. En lugares de mucho tránsito humano son tremendamente curiosos, se pueden acercar solos a la persona y comenzar a picotear la ropa. Se cree que tienen una gran inteligencia. Y yo no tengo duda de ello. Viene a mi memoria una anécdota que ocurrió en Punta Tombo. Dejamos el auto cerca de las cuevas y nos alejamos a pie para tomar fotos, al rato un grupo de pingüinos se acercó para investigar por todos lados. Como las puertas estaban abiertas, introducían la cabeza dentro y al verlos, regresamos; entonces cerramos la puerta y ellos estiraban el cuello lo más que podían para poder ver a través del vidrio de la ventanilla. Circulaban por debajo el auto y nos provocó una gran gracia cómo se miraban en los paragolpes que espejaban su imagen. En otro momento, en la misma reserva, les llamó la atención la luz de un farol que prendimos en la noche en nuestra carpa, la que habíamos instalado en las cercanías de unas lomas cubiertas de cuevas, autorizados por el guardafauna amigo. Grandes grupos comenzaron a bajar la loma lentamente hacia el lugar. Entonces, procedimos a apagar la luz, y todos regresaron a sus cuevas. Un día, en la Reserva de Cabo Dos Bahías, me había instalado debajo de unas rocas a manera de barranca o promontorio frente a un estanque natural donde ellos juegan y nadan alegremente. Absorbida por el trabajo de dibujar el entorno no presté atención a lo que pasaba a mi alrededor. Hasta que, escuché un ruido de unas piedritas que se caían, deslizándose por la barranca. Alertada por ese ruido me di vuelta y allí arriba, sobre mi cabeza, tres pingüinos curiosos trataban de observar –con bastante dificultad, que hacía la escena muy graciosa- lo que yo tenía en la hoja de dibujo. No parecían preocupados por mi presencia, y saciada su curiosidad, siguieron su camino hacia el mar.
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Disfrutando del mar en Cabo Dos BahĂas. En primer plano, un juvenil.
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Me informó el guardafauna Héctor Olsen de Punta Tombo que hay una pareja que anida a 1.300 metros del mar (están solitos) y que por otro lado, un pingüino muy manso al que lo llamó Pepe anidó cerca de la casilla. Como lo molestaban tanto tuvo que mudarse, pero lo hizo bajo una mata cercana a la casa, y como lo siguieron molestando, terminó (aunque no era su gusto) mucho más alejado. Resulta muy gracioso observarlos tomar sol a la entrada de los nidos. Adoptan posiciones humanas, cerrando los ojos y elevando la cabeza. Pueden permanecer así largo rato, luego rotan para que los rayos del sol bañen por igual todas las partes de su cuerpo. La pingüinera de Cabo Dos Bahías la recuerdo como la más bella de todas las que visité. Es muy pintoresca, un paraíso donde el mar azul contrasta con los colores entre rojos y amarillos del entorno rocoso. Hay pequeñas sierras con pastizales y guanacos, acantilados, túneles con cuevas naturales donde pueden instalar el nido y protegerse, y piletones de agua salada para que retocen. Lo que más llamó mi atención fueron los colores cambiantes donde se mezcla el gris, el azul, el verde, hermosos rosas, naranjas, amarillos, marrones y blancos. Es allí donde los vi trepar admirablemente las laderas de rocas para llegar a sus nidos desde el mar o viceversa, con una gran habilidad. No puede haber persona en el mundo que hable de belleza si antes no estuvo allí, quedarse junto a ellos días y noches, conviviendo, aprendiendo, respetándolos como ellos nos respetan. La vida parece detenerse, es la belleza de lo sencillo, de lo aparentemente insignificante, lo único que cuenta, por ser único, importante, imponente y grandioso. Es allí donde cerramos los ojos y al escuchar los sonidos del silencio en esos sonidos de la naturaleza, es que soñamos que la Tierra es pura aún, que recién comienza en el Universo, sin el hombre transitando sobre ella. Es un sueño celestial, donde esa naturaleza virgen es el don supremo que nos regala la vida.
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Hermosos ejemplares adultos disfrutando su tiempo en la colonia y en el mar.
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Etel Carpi en 1982, recorriendo la costa en Cabo Dos Bahías (Chubut).
NOTA DE LA AUTORA: Si bien el Pingüino Magallánico es nuestra especie dominante por su amplia distribución; nuestro País cuenta con varias especies más de pingüinos, que en su mayoría son Antárticos y Sub Antárticos. Sus colonias se encuentran en la Antártida Argentina, Islas Malvinas y otras islas de nuestro extremo Sur. Para ampliar sobre el tema, los remito a la primera edición de este libro, que publicó Editorial Albatros en 1984 y cuya distribución ha sido lo suficientemente amplia como para encontrarlo en las bibliotecas importantes de nuestro país. Yo, personalmente, me encargué de llevarlo a los lugares más remotos.
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CAPÍTULO II EL PETREL GIGANTE (MACRONECTES GIGANTEUS) ORDEN: PROCELLARIIFORMES FAMILIA: PROCELLARIIDAE
TIEMPO DE AMOR Un enjambre de alas surca el cielo, es la primavera y se alborotan en la isla los pájaros en celo. La aurora trae sinfónicos trinares que el viento desparrama cuan himno sagrado en los altares. Ríen al vaivén de las olas y bajo la diafanidad de un cielo celeste inflan el pecho y la corona. Ellos saben versos de amores en su lenguaje dulce y tierno que son arrullos de colores.
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El mar despliega su poder en encaje de blancas espumas salpicando los sentidos. Es el tiempo de la primavera, un vapor cristalino se eleva en la mañana, con la luz primera. Y las aves aman, se besan… los envuelve el ronco gemir del mar que se rompe y fluye entre los huecos y las piedras. Caricias de plumas brillantes acaricia el sol que enciende los corazones frescos y anhelantes. La Isla se convierte en nido, en inmenso nido de amor donde nace un concierto divino. El viento estremece los juncos que lame rítmicamente la pleamar dejándoles el gusto de la sal. Una inquietud sublime despliega las banderas que flamean en el agreste silencio
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porque es el tiempo de la primavera. Porque es el tiempo de la sangre hirviendo entre las hinchadas venas con la fuerza de un gigante. Porque es el tiempo del amor y la Isla se viste de fiesta para alegrar nuestro corazรณn. A Isla de Los Pรกjaros, A Isla Roja.
Hermoso ejemplar gris de Petrel Gigante. (Foto Internet).
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales
Es el mayor de todas las especies que son 54 de la familia Procellariidae. Puede alcanzar los 90 cts. De largo. Su cuerpo es muy voluminoso y consistente, cola corta y cuadrada. El macho es bastante mayor que la hembra. Su pico es fuerte, córneo de color blanco amarillento, largo, profundamente aquillado con las placas córneas separadas que los cubren y curvados para retener a sus presas. Las patas son grisáceas con uñas azuladas. En general son de color gris oscuro a negro, pero pueden tener la cabeza blanca e incluso ser totalmente blancos. Según A. Tomo (1972), la variedad oscura es de mares más templados y la otra blanca es de la Antártida, donde también se ven las dos. El joven tiene plumaje negro descolorido, iris pardo, patas y dedos oscuros. El pichón está recubierto de plumón blanco crema o gris azulado. Sus pies tienen membranas que les permiten nadar muy bien, ya que capturan sus presas bajo el agua. En tierra se van con dificultades para alzar el vuelo cuando no hay suficiente viento. Entonces se tienen que arrastrar sobre su vientre hasta algún lugar más alto y espacioso, y desde ahí lanzarse en vuelo. Por eso, porque son vulnerables en tierra, sus hábitos son más bien nocturnos y marítimos. Sus colonias están en acantilados o lugares que les permitan utilizar el viento para emprender el vuelo, pero siempre cerca del mar, de manera que puedan dominar bien el entorno. Son aves de vuelo elegante que pueden ser muy prolongados cuando hay mucho viento. Para acuatizar, golpean pesadamente el agua con el vientre y corren largo trecho sobre ella para darse impulso cuando tienen que levantar vuelo, con las alas semiextendidas.
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Distribución geográfica Se reproduce en Islas de los mares Subantárticos, desde Georgias del Sur, Shetland y Orcadas del Sur a Kerguelén, Heard, Bouvet, Príncipe Eduardo, Marión, Crozet, Malvinas y Nueva Zelanda. Migran en invierno llegando en el continente Americano a Chile y Perú sobre el Pacífico y en el Atlántico a Argentina, Uruguay y Brasil. (Escalante 1970). En la costa Argentina se ven en verano, donde anidan los pingüinos, cormoranes y lobos marinos, alimentándose de los animales muertos. Nidificación Anidan en colonias, en huecos del suelo o de acantilados a ras del suelo, en islas fuera de la costa. Ponen un huevo blanco de cáscara granulosa. Los primeros días de noviembre. Incuban macho y hembra durante 70 días. Mientras uno permanece en el nido, el otro pasa el día en el mar para alimentarse. El pichón tiene un denso plumón muy suave y es alimentado por regurgitación con una mezcla de peces semidigeridos. Alimentación Consumen todo tipo de desperdicios y se lo ve disputar carroñas de cetáceos y focas frente a otras aves competidoras. Es cuando se muestra más agresivo. Su poder de despedazar es muy grande. También gusta comer la placenta de lobos marinos y otros pinnípedos. Ese bocado lo disputa con la Paloma Antártida (Chionis alba), Las Gaviotas Cocineras (larus marinus dominicanus) y con las Skúas (stercorarius skúa chilensis). También siguen a los buques, solitarios o en grandes bandadas, y a mucha distancia, porque les atrae los desperdicios que son arrojados al mar desde esos barcos. Además comen peces, crustáceos, pulpos, medusas, calamares y plancton.
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Son tan voraces que pueden comer de más y entonces no pueden levantar vuelo. Tienen que correr muchos metros, mientras agitan las alas. Y si no puede lograrlo se queda como aletargado en algún lugar adecuado hasta que hace la digestión. Claro que si se ve en apuros y debe volar, decide vomitar la comida para alivianarse y poder así levantar el vuelo. Observaciones En mis incontables andanzas por las zonas de costa Patagónica he tenido oportunidad de observarlos bastante frecuentemente, aunque no ha sido demasiado importante para mis trabajos ya que es un ave arisca, que deambula muy poco por la playa, donde acude solo en busca de comida. Es así que donde más los vi es en las colonias de Lobos Marinos porque acuden a comer la placenta cuando es época de nacimientos y si pueden, alguna cría que nace muerta o está enferma. En ese caso, siempre se observan con las Palomas Antárticas. Lo que me causó asombro es su gran porte, su poder en vuelo que cuesta creer sea tan hábil, cuando su aspecto es tan grande y pesado. Y por su tamaño es inconfundible entre muchas aves. Es un representante importante de nuestra zona Austral hasta la Antártida.
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CAPÍTULO III LOS CORMORANES ORDEN: PELECANIFORMES FAMILIA: PHALACROCORACIDAE
ILUSIÓN VANA Sentí el silencio de la hora primera injertarse en mi alma poeta y corrí sobre la arena fría como lo hace el viento de la madrugada. Voces de pingüinos recibiendo el día desde la lomada, sinfonía de mar acariciando las algas y un mundo de vida que se entrega desnuda y clara. Y la Isla… guiño de luces esperando que llegara. El cielo:
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preparando el fuego de la alborada. Y cuando mis pies sus rocas pisaron un canto de amor explotó en acordes ante mis pasos. Y a los bellos cormoranes el sol naciente vistió de dorado. ¡Oh sentir el ronco gemir de lobos y elefantes! Ser, en esa paz sublime, de la Isla Roja nuevo habitante. ¡Oh la dulce ilusión! que sentí todo ese tiempo de convivir con ellos como conviven: sin molestarse. Pero…¡oh vana ilusión! que se esfumó en el aire, cuando la aurora… tornó a marcharse.
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Generalidades Estas hermosas aves son buceadoras, de cuello y pico muy largos. Se encuentran treinta especies de la familia distribuidas por el mundo. Habitan en costas marinas, también de lagos y ríos, no se aventuran mucho mar adentro. En nuestro País tenemos 4 especies definidas, otra especie por instalarse y algunas subespecies. El pico largo es fuerte y encorvado. Los pies son grandes y palmeados, las patas cortas y fuertes, excelentes nadadores. Pueden zambullirse a profundidades de 10 a 20 metros (según R. Escalante 1970), mientras que M. de La Peña (1982), dice 30 metros, y permanecen sumergidos unos 3 minutos. Pero no se introducen muy frecuentemente en el agua, sólo para pescar; porque el plumaje se les humedece fácilmente y tienen que pasar largos períodos con las alas extendidas para secarse en sus posaderos. Crían en los acantilados, salientes rocosas y algunas especies en los árboles, forman grandes colonias. Hay especies marinas, de agua dulce o de ambas. Los pichones son alimentados por regurgitación. Sus padres les preparan una pasta especial con peces, y permiten que sus crías introduzcan la cabeza en su boca para extraer la papilla. También pueden presentarles la comida en el pico o vomitada dentro del nido. No hay diferencias externas entre sexos. Las grandes colonias de cormoranes que se forman en las costas e islas marinas donde acuden para nidificar, depositan enormes cantidades de “guano” (se forma con la acumulación de deyecciones), y por su riqueza en nitrógeno, ácido fosfórico, potasio y calcio, se lo usa como fertilizante de los suelos. Las explotaciones desmedidas que se hicieron en las colonias, originó grandes disturbios en la población de esas aves. Como ocurrió alguna vez en Isla Roja (Chubut). Si la extracción se hace racionalmente no trae problema. Hay que buscar una época no reproductiva porque de lo contrario pueden
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abandonar completamente la colonia. Por ejemplo en Sudáfrica y en Perú se hace muy bien. En nuestra costa hay muchos apostaderos, según A. Carrara (1952), unos 22. No es probable que hoy haya esa cantidad. Por ejemplo, en el año 1986 – según informe del Sr. Héctor Olsen, guardafauna de Punta Tombo- una gran marea barrió con los nidos de la colonia que se encuentra a 3 kilómetros de la Pingüinera y que yo tuve oportunidad de visitar caminando desde esa por la playa. No había más de 300 animales entonces. Ambos creíamos que no se recuperaría, y sí se incrementó el número en los apostaderos de Isla Roja que alguna vez también tuve la suerte de visitar.
Amanece en el apostadero de cormoranes de Isla Roja. Óleo, 40x60, año 1983.
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NUESTRAS ESPECIES
CORMORÁN NEGRO O BIGUÁ (PHALACROCORAX OLIVACEUS OLIVACEUS)
Observaciones Es de distribución universal, la especie Phalacrocorax olivaceus pertenece al Continente Americano y la subespecie P. olivaceus olivaceus, llega hasta Chutut. Y está la P. olivaceus niger que se da desde Chubut a Tierra del Fuego, en costas, ríos y lagunas. ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Su plumaje es negro con brillos de azul y verde. El pico es amarillo o blancuzco. Un poco mayor que la Gaviota Cocinera o Dominicana (Larus M. Dominicanus), tiene la apariencia de un pato cuando se lo ve en vuelo, aunque de línea más estilizada. Su cuerpo es largo, con cuello que tiene movimiento de ofidio, la cabeza alargada con pico grueso y poderoso, algo terminado en gancho. Cola larga, cuando está posado, toca el suelo. En cambio sus patas son muy cortas. El ave joven es pardo opaco, más claro en las partes inferiores. El pichón está recubierto de plumón negruzco. Distribución geográfica Se extiende por toda nuestra costa, incluso en aguas dulces hasta la zona Andina.
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Una colonia muy importante se encontró en el Delta (Aramburu y Bo 1961) donde los nidos son de ramitas o palitos, a un metro del agua más o menos. También fueron observados por E. Bucher y G. Herrera (1981) en el estuario del Río Segundo en Córdoba. Aclaramos que la especie P. Olivaceus tiene una amplia distribución desde Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica. En nuestra costa patagónica se los encuentra junto a otras aves. Se los ve anidando en las partes altas de la Isla de los Pájaros en el Golfo San José; se lo observa bucear en Punta Norte, Punta Tombo, Caleta Valdés, Punta Roja, Cabo Dos Bahías, etc. También anida en Isla de Los Pájaros, en la ría Deseado (Santa Cruz). Según la publicación del Museo Territorial de Tierra del Fuego (1986), de campañas realizadas en Península Mitre* en 1984, el Biguá común nidificaba en los árboles secos en pie (zona de castores) en colonias pequeñas. En laguna Thetis anidaban en bosques de guindos, había 68 adultos, 39 nidos y 61 pichones con plumón. Sus migraciones no son importantes, nunca se alejan mucho de sus lugares de cría. *La Península Mitre es la punta de la Isla, frente a Isla de Los Estados. Nidificación Nidifica en verano (en el Delta, lo hace en invierno), en islas pequeñas y rocosas cercanas a la costa del mar, y también en islas de agua dulce. Sus colonias no son tan numerosas como las de otros cormoranes. Es algo solitario, y aunque puede construir sus nidos en el suelo forrándolos con materia vegetal, prefiere hacer el nido sobre los arbustos. Esto lo pude comprobar en Isla de Los Pájaros, Golfo San José. Ellos se instalan en las partes más altas de la isla, donde hay algunos arbustos, y allí aparecen, como vigilantes, entre tantos seres alados que revolotean en la pequeña y concurrida isla.
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“Isla de los Pájaros” (1982). Óleo 40x80. Presentado en las mismas exposiciones del cuadro de página 44.
Zapata (1967) y Daneri (1960) dicen que en isla de los Pájaros en Santa Cruz también tienen sus nidos sobre los arbustos. La hembra inicia el noviazgo con expresiones de rendición, mientras el el macho (A. Giai, 1952) juguetea con materia para el nido. También es la hembra la que hace el nido, pone tres huevos de color blanco a celeste y cáscara gruesa, que miden 57 x 35/40 mm aproximadamente. Los pichones, como en todas las especies de cormoranes son alimentados por regurgitación, con una pasta especialmente preparada por los padres. Alimentación Se alimenta de peces, los que captura zambulléndose. También de crustáceos y en aguas dulces de batracios, ranas y sapos. Especialmente consume pejerrey y róbalo en cantidad.
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Vigila a sus presas desde la costa, y en cuanto divisa alguna, se lanza con rapidez y la atrapa, a ves tiene que sumergirse bastante. Pueden también pescar en grupos, como acota A. Giai (1952), reapareciendo todos al mismo tiempo. También lo hacen en parejas. Suele pescar grandes peces que les cuesta mucho tragar, pero aunque ahogados terminan por comerlo. Claro, que después (y como vimos ocurría con el Petrel Gigante), no puede levantar vuelo y al igual que el Petre, si se ve amenazado tiene que vomitar la comida para poder volar. Dice A. Giai (1952), que su estómago es elástico, le permite alojar un pez enorme, que en pocas horas logra digerir. Reduciendo todo a una masa que luego expulsa semilíquida en sus deyecciones blancas por la cantidad de cal que contienen los huesos digeridos. Comportamiento Le gusta mucho reposar sobre rocas o árboles, en lugares altos, cuando hay mucho sol, y aparece con sus alas abiertas en forma de cruz. Flota muy hundido, dejando ver sólo la cabeza, el cuello y una parte del lomo. Le gusta nadar y zambullirse, lo que hace muy bien. Debajo del agua se desplaza ayudado por alas y patas y puede mantenerse sumergido por bastante tiempo. Su vuelo semeja al de los patos, con constantes aleteos. Y cuando llega a sus posaderos debe planear con las alas bien extendidas, y en forma circular. R. Escalante (1970) refiere que a veces se traslada en el aire acompañado por otros, y forman toda una línea sinuosa y oblicua y en otras oportunidades forman una V con vértice dirigido hacia adelante. Como se los ve hacer a los Cuervos. Es bastante silencioso cuando está solo. Pero acota C. Vigil (1977) que andando en grupos emite “gritos ásperos y desagradables”. R. Escalante (1970) dice que su voz es un graznido grave, semejante a la voz del cerdo.
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GUANAY (PHALACROCORAX BOUGAINVILLII)
También se le conoce como Pato de mar. Negro, con reflejos de azul y púrpura. La parte ventral es blanca hasta la parte anterior del cuello, el resto y la cabeza negra. Nidifica en grandes colonias en islas cercanas a la costa Chilena y Peruana. Pudiendo llegar hasta el Estrecho de Magallanes, entrando en aguas Argentinas. Varios autores refieren haberlos visto en Costas de Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut. J. Daciuk (1977) lo vio en Punta Tombo, con el P. Albiventer Y P. Magellanicus. En mis visitas a esa reserva no me consta que sean ellos, más bien creo que es el Cormorán Real. Pero él los estudió los años 1969/70, 1979/71, 1972/73 y 1973/74. También R. Navas (1970) menciona esa colonia como la zona de cría más al norte que se conoce en nuestro País y C. Olrog (1978) dice que nidifica en la provincia de Chubut sin especificar el lugar. En un trabajo de Pablo Yorio “Sobre aves Patagónicas” de 1991 en Punta León (Chubut), se habla que había dos parejas de Guanay, pero que eran más hace 10 años. A.Tomo en una publicación del Museo Territorial de Tierra del Fuego (1986), según campaña realizada en 1984 en Península Mitre nombra a dos parejas que anidaban en colonia mixta con el Real (P.albiventer). Más adelante ampliaremos, al hablar de los otros cormoranes que son más abundantes en nuestro País.
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MagnĂfica foto proporcionada por la Sra. Irma Picasso de LĂłpez Arana, de la Estancia Monte Entrance (Santa Cruz) donde anida un grupo de cormoranes Imperiales y/o Reales.
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CORMORÁN DE CUELLO NEGRO (PHALACROCORAX MAGELLANICUS)
Apostadero de cormoranes de cuello negro en Isla Roja (Chubut). Allí comparte con el Cormorán Real y/o Imperial.
ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Es la especie de cormoranes autóctona, bellísimo sin duda. El plumaje de la cabeza, cuello y espalda es negro brillante con matices azules y verdes (tornasolado). Su vientre y pecho es blanco nieve. El cuello negro, es sin
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duda, lo que lo distingue del cormorán blanco o real (Phalacrocorax A. Albiventer). Tiene ojos pardo-negruzcos y se observa en cercanías del ojo y del pico, una mancha de color rojo que es también característica. Y por detrás de ojo, una mancha blanca. Distribución geográfica Nidifica en Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego e Islas Malvinas. En invierno llega hasta Buenos Aires: Olrog (1959) y por la costa Chilena hasta Valdivia (De La Peña 1979) y Olrog (1978). La época de reproducción es la primavera y el verano y al igual que los otros cormoranes, forman colonias muy bullangueras en barrancas y rocas, generalmente de islas cercanas a las costas. Donde se acumula gran cantidad de guano. Algunas islas donde he tenido la oportunidad de visitarlos: -Isla Moreno (Chubut): Allí están en la parte alta de la isla, en un promontorio rocoso. Y comparten la pequeña isla con pingüinos, gaviotas, ostreros y lobos marinos. -Isla Lobos (Chubut): Esta isla consiste en un único promontorio rocoso de pocos metros de diámetro, más ancho en la base y afinándose hacia arriba, terminando en punta redondeada. Allí arriba tienen sus nidos. Dicho promontorio ha adquirido un color blancuzco debido a la cantidad de guano depositado. Es un verdadero espectáculo poder observar desde lejos esta isla, apareciendo como un montículo blanco, coronado por minúsculos manchones negros que se recortan sobre un cielo de intenso azul. -Isla Roja (Chubut): En ésta pequeña isla, conviven todo tipo de animales, los cormoranes tienen su paraíso, junto a Gaviotas Cocineras, Ostreros, Paloma Antártica, Skúas, Lobo marino y Elefante marino. Y con el Cormorán Blanco (Phalacrocorax A. Albiventer), anidan en colonias mixtas donde ambas especies aparecen mezcladas. Algo que no es infrecuente entre los cormoranes, lo que indica que son muy sociables.
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Aquí los vemos en Isla Roja. El cormorán de Cuello Negro se destaca muy bien por la mancha roja. El otro es el cormorán Real o blanco. A lo lejos, podemos ver la línea de la costa de Chubut.
Otros lugares donde se pueden ver -Punta Norte (Chutut): En el Golfo San José pude ver en octubre, un grupo de cormoranes negros, no se veían nidos. -Punta Tombo (Chubut): Aquí también comparten el espacio con el Cormorán Blanco o Real. No es tan grande como la de Isla Roja. Cuando fui en 1986 había unos 300 porque la temporada anterior el mar barrió con los nidos. En esa época tenían pocos pichones, era febrero-marzo. Volví en 1987, en primavera, y seguía sin recuperarse, aunque había algo más: unos 400. -Ría Deseado (Santa Cruz): Se observan cormoranes cerca, mientras navegaba vi 2 de cuello negro. -Isla Elena (o Península), Barranca de los cormoranes (Santa Cruz): Ahí anidan 4 especies, el Cormorán Gris, el Biguá, el Cormorán Real o Blanco y el
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de Cuello Negro que son los más abundantes. Son unos altos paredones que tienen cuevas ideales para que ellos se instalen, es un balcón al mar. En un sector están los Grises, y en otro sector los de Cuello negro, después se ven algunos Biguás y Algún Cormorán Real. -Península Mitre (Tierra del Fuego): Aquí no pude llegar para verlos, me baso en un trabajo que publicó el Museo Territorial de la Isla en el año 1986, de una campaña realizada en 1984 por Aldo P. Tomo (Fauna Ictiológica del sector Antártico Argentino). Manifiesta que el Cormorán de Cuello Negro es predominante en el Canal Beagle. En el Archipiélago Gable encontró 220 ejemplares, cree que nidificando porque encontró juveniles. En Playa Centenario se censaron 21 nidos con la existencia de huevos en 6 nidos y 19 pichones ya emplumados. Nidificación y reproducción Los nidos de estas aves son verdaderas obras escultóricas. Las cormoraneras semejan el suelo lunar, están formadas por cientos de nidos en forma de cono que se levantan algunos centímetros del suelo y que al estar todos juntos y a diferentes alturas, en ciertos lugares parecieran ser extrañas construcciones extraterrestres. Se van formando en el transcurso de años, por la gran cantidad de guano que se acumula, obteniendo un tinte blanco-grisáceo muy característico. La parte superior de cada nido tiene como un hueco o un hoyo donde ponen sus huevos. Generalmente son dos, pero es muy común encontrar tres y hasta cuatro huevos. He podido observar nidos ocupados por cuatro pichones que cómicamente permanecían fuera, puesto que el nido lo cubría todo el padre de turno. Estuve en Isla Roja a fines de diciembre de 1982. Allí había pichones en distinta etapa de crecimiento (juveniles, con plumaje ya adulto; también otros más grandes con el típico plumaje gris; recién nacidos desprovistos totalmente de plumas, que tienen la apariencia de una víbora) y también se encontraban algunos huevos.
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La incubación dura entre 28 y 31 días (común a todas las especies). Comportamiento Animal manso, que no abandona el nido ni los pichones ante el peligro. En nuestro recorrido entre los nidos se limitaban a abrir las alas y emitir un sonido ronco para intimidarnos. Pero no abandonaban el lugar.
Cormorán gris en Isla Elena o Barranca de los Cormoranes en Ría Deseado (Santa Cruz).
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CORMORÁN GRIS (PHALACROCORAX GAIMARDI) ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Es de color gris plomizo o plateado con reflejos púrpuras y azulados, con manchas negras y blancas. Patas rojas y pico de base roja y luego amarillo. Los pichones son oscuros. Fácilmente distinguible por su color. Distribución geográfica Es muy raro, sólo se lo puede ver en la ría del río Deseado (Isla Elena), en Cabo Blanco y posiblemente en la ría San Julián. Me informaron en el camping de San Julián en 1987 que estaban en Cabo Curioso, pero se fueron por ser molestados por el turismo. Olrog (1973) decía que abundaban en la zona. El lugar más resguardado para ellos y que pude visitar aquel año, es la Isla Elena; ellos la comparten con los cormoranes de Cuello Negro (los más numerosos en un sector), los blancos y los negros. Ellos se instalan en otro sector. Algunos autores dicen que anidan también en Chile y Perú. Pero no es seguro. La provincia de Santa Cruz sería el único lugar donde anida. Venegas y Jory (1979) lo mencionan en la zona de Magallanes pero no anida. Nidificación Nidifica, al igual que los otros cormoranes, en pequeñas colonias, en la costa rocosa marina, como lo he visto en la ría Deseado, y como ya dije, junto a otros cormoranes de la especie P. Magellanicus. El nido es cónico, con una concavidad superior donde colocan algunas plumas y ramitas, exteriormente parecen blancos, por el guano acumulado. Ponen tres huevos de color celeste claro pero cubiertos de una capa de color blanco sucio. (Doello Jurado 1917).
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CORMORÁN BLANCO (PHALACROCORAX ATRICEPS ALBIVENTER) Observaciones Es esta una de las cuatro subespecies en que se divide la especie phalacrocorax atriceps o llamado también Antártico, Imperial o Real. Abarca en su distribución la Antártida, Islas Malvinas y parte continental de la costa Atlántica. Veamos la clasificación de C. Olrog (1959). 1) Phalacrocorax atriceps atriceps, que habita en Tierra del Fuego, (costa Chilena hasta la bahía de Arauco y Lago Nahuel Huapi-Olrog 1978). 2) Phalacrocorax atriceps albiventer, habita la Patagonia y Las Malvinas.(*) 3) Phalacrocorax atriceps georgianus, subespecie propia de las Islas Georgias del Sur. 4) Phalacrocorax atriceps bransfieldensis, se extiende desde el Archipiélago Antártico hasta las Islas Shetland, Orcadas y Sandwich del Sur. (*) Según un informe de Aldo Tomo para el Museo Territorial de Tierra del Fuego del año 1986; dice que el Cormorán Real (Albiventer), es el más abundante de los cormoranes sobre la costa norte de la Península Mitre. “En Punta Lobería fue censada una colonia con 40 nidos ocupados, 102 nidos abandonados y 78 pichones sin emplumar. En un islote rocoso (Roquería de los Cormoranes) conté 167 nidos y 86 juveniles emplumados.” También en Bahía Thetis. Allí, en Punta Lobería también había dos parejas nidificando del Cormorán Imperial, el Atriceps Atriceps (que es el común de Tierra del Fuego).
Aclaración Una subespecie de P. Atriceps que A. Giai (1952) denomina Cormorán de Los Lagos (P. Atriceps Lacustris), habita el lago Nahuel Huapi. Quizás a él se refiera Olrog (1959) cuando dice que el P. Atriceps habita algunos lagos de la Patagonia. Incluso Escalante (1970), al referirse al P.A. Albiventer, lo menciona también en los grandes lagos de Neuquén y Río Negro, y De La Peña (1979), al hablar del mismo cormorán dice que anida en lagos de Neuquén y Río Negro. Pero R. Navas (1970) ha identificado a esos
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cormoranes como pertenecientes a la subespecie P.A. Atriceps; los que han llegado allí desde el Pacífico, pues también se los ha encontrado en Chile hasta la Bahía de Arauco (Olrog 1978). Como vimos arriba, menciona esto y agrega el Lago Nahuel Huapi, confirmando la afirmación de Navas. Este mismo, dice que hacia el año 1971, eran muy pocos los ejemplares que quedaban allí.
El Cormorán Blanco o Real en Isla Roja.
ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Se lo llama vulgarmente “cormorán de ojos azules” por tener el iris de color azulado. También Rey o Cormorán Real. A alguna de las subespecies se la conoce como Cormorán Imperial.
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Es el más hermoso de todos y el típico cormorán de nuestra Patagonia junto al de cuello negro. También se lo conoce como “Cuervo de agua”, ya que vive en zonas costeras y no se aleja mucho del mar, ni de la costa. Eso es por el largo cuello y el pico largo. Su plumaje es negro con tintes verdes, azules y violetas en la cabeza, espalda, alas y cola, mientras que en el vientre y la parte anterior del cuello es todo blanco puro. Sus ojos azules presentan en su cercanía una notable carúncula amarilla. Y en época de amores, un bellísimo copete nupcial. El ejemplar joven es blanco pero algo más opaco (pardo) por arriba. El pichón tiene plumón gris, más oscuro en el cuello y en la cabeza y cuando recién nacidos, son negros y arrugados. Experto pescador y hábil zambullidor se alimenta de peces y crustáceos. Su vuelo y su forma de nadar es semejante al del Biguá común. Distribución geográfica Se reproduce en las Islas Malvinas y en la costa Patagónica, desde el Estrecho de Magallanes, Cabo de Hornos e islas vecinas. En Chile se lo puede encontrar en la zona que ya dijimos: Magallanes. En invierno migra al norte –Escalante 1970- llegando hasta la provincia de Buenos Aires y Uruguay. Las colonias más grandes se encuentran en Punta Tombo, a 3 kilómetros de la pingüinera. Por diferentes razones fue disminuyendo mucho el número, y hoy se trata de controlar su crecimiento a fin de normalizar la colonia. En Isla Roja, forman una colonia mixta con el cormorán de Cuello Negro (P. Magellanicus), donde los he podido visitar en el año 1982/83.
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Otro lugar es Punta León y Punta Ninfas. En éste último lugar traté de visitarlos, pero como es privado, la dueña de la Estancia El Pedral del año 1986 no nos permitió hacerlo, demostrando una actitud muy poco amigable.
En la portada de la primera edición de este libro, se los ve anidando en Isla Roja. Al fondo, Gaviotas Cocineras y adelante el cuadro que pinté del lugar en 1982/83.
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Reproducción Nidifican desde fines de octubre a enero. La época de celo es de julio a setiembre en que desarrollan el plumaje nupcial. Según R. Escalante (1970) las ceremonias de cortejo consisten en la siguiente: el macho toma la cabeza de la hembra en su pico abierto y ambos mueven las mismas de uno y otro lado; luego se separan y hacen reverencias, se picotean las plumas de la cabeza y lanzan algunos graznidos y silbidos. A. Giai (1952) acota, que luego el macho se lanza al agua en corto vuelo y regresa nuevamente para continuar con sus amorosos rituales. Los materiales del nido los acarrea el macho y la hembra los utiliza. Hermoso espectáculo ofrecen juntando trozos de algas, restos de crustáceos y ramas secas para formar el nido, y luego cuando traen comida para los pichones en el pico. Forman cilindros o conos levantados del suelo (conos lunares), con una depresión en la punta donde colocan los huevos, que son generalmente 2 o 3, de color verdoso, alargados y con dimensiones medias de 62 x 40 mm. La postura es en octubre, noviembre y diciembre y se turnan macho y hembra en el cuidado de ellos. Tres meses después de nacer, los pichones ya pueden volar. Su vuelo, semejante al de los otros cormoranes, es de constantes aleteos. Y también ocupan largo tiempo en arreglarse las plumas en los lugares de reposo y nidificación. Depredadores Como su principal enemigo está la gaviota parda o Skúa que se apodera de huevos y pichones cuando ellos se descuidan. La vigilancia debe ser permanente. A la gaviota se suma la Paloma Antártica que con audacia e impunidad roba los huevos, incluso, con la presencia del ave incubando (Escalante 1970). También el Petrel Gigante, roba sus pichones.
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Pero un gran enemigo, es sin duda, el hombre, quien en su afán de comercializar el guano provoca no pocos disturbios en las colonias; ya varias veces se ha cometido la imprudencia de retirar el guano en los meses de nidificación a pesar de estar prohibido. Hubo casos, en algunas islas, en que llegaban a retirar el guano con helicópteros en plena época de postura y crianza. Si la explotación se hace cuando ellos terminan su época de cría no hay problemas, por eso se implementaron controles para cumplir con eso y que no vuelvan a ocurrir esos episodios. En Isla Roja quedó como recuerdo de esas explotaciones, los postes que servían de enganche a los cables porque transportaban el guano desde la Isla a la costa por cable carril y luego lo cargaban en camiones. Muchas veces el hombre se olvida de respetar a los seres vivos que conviven -sin embargo- maravillosamente entre varias especies de cormoranes o de éstos con otras especies de aves en la isla. Ellos se respetan, cada uno ocupando su lugar, ejemplo que los hombres deberíamos seguir entre nosotros y con los demás seres vivos del planeta.
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Mis vivencias. ALBA
Por la senda ignota y desdibujada un suave albor de pájaros me alumbra mientras camino casi en la penumbra de la noche que muere en la alborada.
Un silencio triunfal brota en la nada y un canto celestial que me deslumbra surge en el filo de la luz que herrumbra de tibios cormoranes su mirada.
Y las sombras se alejan… el sol mora al ritmo del viento que al mar implora un sueño dulce que en su voz oculta.
Ya no importa el tiempo, porque es aurora y en el alma libre crece a toda hora la poesía que de mí resulta.
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Compartiendo su mundo. Son de todas las aves marinas voladoras las que mayor admiración y simpatía despiertan. Su elegancia atrae, quizás por los colores atornasolados de su plumaje, su forma de pararse y de mirar. Es tan manso que con cierto cuidado uno puede acercarse y acariciarlos, pues cuando están anidando no abandonan el nido aunque se muestran algo nerviosos. Muchas veces fueron mi compañía mientras trabajaba. Al pasar un rato cerca de ellos ya se tranquilizaban, era enternecedor observar como me miraban mientras yo escribía o trataba de pintar instalada en mi banquito plegable que llevaba a todos lados. Algunos se dirigían al mar y regresaban al rato con comida para sus pichones. En vuelo se los ve algo desalineados, como pesados, planean mucho y no se elevan mucho; a mí me dio la sensación que no les agrada para nada volar. Claro que contrasta con la habilidad que tienen en el agua donde nadan, bucean y se zambullen con total destreza. Es allí donde se encuentran a gusto. Cuando se sumergen, nunca se sabe por dónde reaparecerán y a veces transcurren varios segundos antes de volverlos a ver.
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CAPÍTULO IV ALGUNAS AVES ACUÁTICAS QUE FRECUENTAN
COSTAS MARINAS
GARZA BLANCA (CASMERODIUS ALBUS EGRETTA) ORDEN: CICONIIFORMES FAMILIA: ARDEIDAE LO SUBLIME Misterio. La luz estalla en moléculas blancas y el mar… murmura su voz a lo lejos. Misterio. En la altura sublime de las sierras bajas la paz descansa. Silencio en la pingüinera,
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las aves al mar han entregado su alma. Misterio. La isla con su mundo alado se oculta de mi mirada. Suave aroma a mar cubre mi piel donde el sol derrama. Misterio. En los nidos de hermosas ramas acunan ternura las nĂveas garzas. Silencio. Sus dulces pichones tienen un mundo de amor en sus miradas. Silencio‌ natura reina, y nada es mĂĄs sublime que anochecer entre sus alas.
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“Garcitas” (1983) Óleo sobre tela 40 x 50. En mi poder, presentado en varias exposiciones.
Pichones de Garza Blanca en su nido de Isla Roja (Chubut).
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Datos generales de la especie Es un ave zancuda y robusta de una gran elegancia. Una de las más grandes de la familia Ardeidae, parada mide 65 cts. y en vuelo 80 cts. Tiene largo pico amarillo y patas negruzcas. Su cuello es largo y delgado. La cola es corta y las alas son largas y anchas. El juvenil es del mismo color que el adulto aunque más pequeño. El pichón es de color blanco sucio con un cómico puñado de pelo hirsuto verdoso en la cabeza. Cuello relativamente largo y delgado y fuerte pico amarillo.
Distribución geográfica Es de amplia distribución, pues desde Norteamérica (Estados Unidos) llega hasta Argentina y Chile. Un lugar donde abundó en algún momento es en la llanura pampeana, formando bandadas muy numerosas; en Córdoba y en el Noroeste, extendiéndose incluso hasta Tierra del Fuego (C. Olrog 1948 y Ricardo Clark 1986) siendo un visitante ocasional, abarcando toda la Patagonia donde es común, la he visto en la zona costera de Chubut en compañía de otras aves. Si bien prefieren las lagunas de agua dulce, frecuentan también la costa del mar. Las he podido ver nidificando en Punta Roja, Chubut, donde tenían pichones en el mes de diciembre. Daciuk (1976) menciona una colonia en Punta Clara y otra en Punta Tombo (un poco más al sur). En Punta Roja comparten el lugar con los Pingüinos Magallánicos. Ellas ocupan una de las laderas más protegidas de los cerros circundantes donde crecen hermosos arbustos verdes de Jume (Suaeda Divaricata) y Duraznillo (Solanum glaucophyllum).Mientras que los pingüinos tienen sus nidos debajo de esos arbustos, ellas lo tienen encima.
En página 87, Garza Blanca de Laguna. Foto no propia.
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Nidificación y reproducción Anida sobre arbustos o en zonas pantanosas, lagos, lagunas y ríos, además de costas de mar. Pero siempre cerca del agua. En el primer cazo, el nido está hecho con un entrelazamiento de ramas, perfectamente entretejidas, como sutiles encajes, formando una verdadera obra de arte animal. En el segundo caso, pueden usar cañas, raíces, hojas, etc. Es un nido compacto, lo suficientemente amplio, aunque no muy profundo, apareciendo a una altura (en Punta Roja) de unos 50 cts. a 1,20 m. del suelo, suspendido de los arbustos. Su diámetro es de unos 50-60 cts. La época de cría es en la primavera cuando las aves llegan a la vecindad de los nidos donde se reúnen para preparar el apareamiento. El macho llama a la hembra con despliegues rituales como en todas las aves. Y luego tiene lugar la cópula y la ocupación de los nidos. En esta época tienen un aspecto muy extraño, pues les crecen unas plumas largas y hermosas sobre el dorso,
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llamadas “aigrettes”; y por estas plumas se llegaron a matar miles de garzas. Pues la usaban para confeccionar adornos femeninos, cuando esta moda pasó, pudieron las bellas garzas salvarse de la extinción. Hoy en día, igual, el número a disminuido mucho en las llanuras de nuestro país. La puesta consiste en dos o tres huevos de color verdoso, de unos 40X32 mm y se realiza en octubre y noviembre. Aunque he podido observar en Punta Roja, que había huevos en el mes de diciembre, en el año 1982. En esa misma época podíamos encontrar allí huevos, pichones recién nacidos y otros ya creciditos, con el plumaje adulto que merodeaban alrededor del nido pero que aún no sabían volar. Y ante el menor peligro trepan fácilmente las empinadas laderas rocosas de la montaña. La incubación dura varios días y el pichón pasa un período en el nido y luego otro período en la vecindad del mismo hasta que se independiza, pero aunque aprenden a volar, permanecen en la zona todo el año. Y son criados por ambos padres que se turnan para conseguir el alimento, quedando uno de guardia. Alimentación Su alimentación consiste en peces, moluscos, crustáceos, insectos, caracoles, mariscos, pequeños lagartos, ranas, arácnidos, etc. los capturan con certeros picotazos. Es muy activa y se mueve de un lado a otro con sus largas patas que les permiten penetrar en aguas poco profundas. Comportamiento Cuando vuelan (en un vuelo muy pausado y tranquilo) lo hacen con el cuello en forma de “S”, proyectando hacia atrás las largas patas. Es muy fácil distinguirlas por sus cuellos extremadamente finos y el color de su plumaje, tan blanco níveo, y que ellas se encargan de mantener siempre limpio y espléndido.
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Son muy silenciosas. Su voz es como un graznido y el de los pichones es un sonido ronco, corto y áspero. Son tremendamente desconfiadas cuando están anidando y se alejan rápidamente si uno se acerca, abandonando huevos y pichones. Compartiendo su mundo En la zona costera del Sur suelen aparecer mezcladas con otras aves (como en Isla de Los Pájaros), pero el más maravilloso espectáculo lo ofrecen en Punta Roja donde yo tuve oportunidad de visitarlas y admirarlas.
Sector de Isla de Los Pájaros en el Golfo San José (Chubut).
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Durante todo el tiempo que estuve cerca de ellas en su lugar de cría no regresaron a los nidos. Me observaban desde una altura rocosa, paradas allí como verdaderos vigilantes. Algunas realizaban pequeñas incursiones voladoras sobre los nidos y luego retornaban a su punto de mira. Son muy desconfiadas y los pichones ya algo creciditos que no saben volar aún, se escondían entre los arbustos o trepaban dificultosamente la ladera rocosa, escondiéndose en algunos huecos de la misma y observando todo movimiento desde allí espiando cómicamente y volviéndose a esconder luego. Mientras que los pequeños recién nacidos permanecían en los nidos, tranquilamente, ajenos al peligro, mirándome con movimiento giratorio de cabeza y emitiendo un extraño sonido. Cuando me alejé bastante de ellas y mi imagen se les perdió de su campo visual, entonces retornaron a sus respetivos nidos.
Grupo de flamencos en el Acuario de Mar del Plata.
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FLAMENCO ROSADO (PHOENICOPTERUS RUBER CHILENSIS) ORDEN: CICONIIFORMES FAMILIA: PHOENICOPTERIDAE Observaciones En nuestro País, además del Phoenicopterus ruber chilensis, conocido también como Flamenco Austral, conocemos otras dos especies más de flamencos: son los Phoenicoparrus andinus y jamesi o llamados Parina Grande y Parina Chica. Ellos habitan la zona Altoandina o de montaña. El P. andinus desde Jujuy a Catamarca (de la Peña 1979), en Córdoba (Olrog 1959). (*) En Santa Fé, Chile, Bolivia y Perú (Olrog 1978). (*) Muy parecido es el hábitat del P. jamesi: “La zona altoandina de Jujuy, Salta, Catamarca y Tucumán” dice de la Peña 1979. Además Chile, Bolivia y Perú (Olrog 1978).
(*) En Córdoba he tenido oportunidad de verlos y fotografiarlos en la Laguna de La Mar Chiquita en 1986 cuando recorrí el lugar, y en Perú lo vi y se lo menciona mucho en la Reserva de Paracas que visité dos veces los años 1990 y 1992. Allí se lo conoce como Parihuana y se dice que inspiró al General José de San Martín para los colores de la bandera Peruana. Ya que allí cerca, en la Bahía de Paracas, desembarcó cuando llegó para libertar al Perú y surcaban los cielos grandes bandadas de Flamencos que llamaron mucho su atención por sus llamativos colores.
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Monumento en Paracas, sitio donde llegรณ el General.
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Es el conocido como Flamenco común, anda en grupos, es muy elegante, una de las aves más hermosas no solo por sus colores sino también por la esbeltez de su figura. “Fina estampa” diría Chabuca Granda. Mide 70 cts. Parado y 125cts. En vuelo, la hembra es algo más chica. Sus patas y cuello son muy largos, los que extiende durante el vuelo. Es totalmente rosado, con cubiertas bermellón y remeras negras. Largas patas con pies palmeados de color rojo. El pico es encorvado, negro en su mitad inferior y está especializado para comer por filtrado, doblado en forma de garra, con una gran mandíbula inferior, en forma de abrevadero y la superior más pequeña, encajando dentro de ella. Están adaptados para alimentarse de organismos grandes del fondo de aguas semi profundas, y son capaces de nadar y sumergirse para alcanzar el fondo. El joven tiene la cabeza, el cuello y todo lo inferior blanco, mientras que el resto es más oscuro, virando hacia el castaña y el pico es gris con la mitad negra. Los pichones recién nacidos tienen un suave y sedoso plumón gris, aunque cuando salen del huevo son blancos. El espectáculo que puede ofrecer una bandada de flamencos cerca o en el agua es uno de los más extraordinarios del mundo.
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Grupo de flamencos, arriba: en Laguna de Mar Chiquita (Cรณrdoba), abajo: en Lagunas Pozuelos (Jujuy).
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Distribución geográfica Viven en lugares de agua abundante, pero prefieren los grandes lagos y las lagunas de escasa profundidad, especialmente saladas, como así también las costas del mar donde se producen grandes mareas para aprovechar los estanques y campos de algas que deja el mar al retirarse, y donde encuentran abundante alimentación. La distribución de la especie es amplia, desde Perú, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Chile hasta abarcar todo nuestro territorio, aunque sus lugares de cría son las zonas andinas de Jujuy, Córdoba, la Patagonia y Tierra del Fuego. Darwin dice que los halló en toda la Patagonia y el Museo Territorial tiene datos de estudios hechos allí, siendo un visitante invernal. En Laguna Pozuelos, plena Puna Jujeña, a unos 4.000 metros de altura y que tuve oportunidad de visitar en la primavera de 1984, Conway encontró dos variedades –según dice- de las más raras del mundo, denominadas “Andes” (sería la P. Andinus) y “James” (sería la P.Jamesi). He podido ver una cantidad bastante importante en el Riacho San José sobre el Golfo del mismo nombre, en Isla de Los Pájaros y en algunas caletas cercanas a Cabo Dos Bahías, incluso en algunos lugares lacustres de la precordillera, cercanos a la ciudad de Esquel. Zapata (1967) observó un grupo en la Playa de Isla Larga ( Puerto DeseadoSanta Cruz) y según datos recogidos en la estancia La Armonía, los flamencos se veían frecuentemente y permanecían por temporadas en grupos de varios individuos, en una laguna temporaria, cuyo lecho, al evaporarse sus aguas, aparecía cubierto de un manto salino. Suelen verse algunos ejemplares que se acercan a comer en el Golfo Nuevo –frente a Puerto Madryn- cuando la marea baja.
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Los flamencos de Laguna Pozuelos (Jujuy).
Nidificación y reproducción La época de cría es la primavera, y entonces se forman colonias de muchos individuos. Para construir el nido prefieren los lugares fangosos, cercanos a algún espejo de agua. Están hechos con barro, tienen la forma de un cono truncado de unos 40 cts. de diámetro en la base. Es un nido sólido, de buena construcción, que no tiene pajas ni plumas; apareciendo todos bastante juntos unos de otros. Puede anidar también en islas rocosas directamente en el suelo, en este caso lo rodea de guijarros. Como ocurre –refiere C. Vigil 1977- en Laguna Blanca (Neuquén). Lugar donde también los observé en uno de mis viajes. Pone un solo huevo (raramente 2) a mediados de enero (siempre en verano), de unos 95X56 mm. De color blanco. Generalmente aparecen embarrados, lo que les permite conservarlos siempre calientes, a la temperatura ideal.
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La incubación está a cargo de ambos padres, dura unos 21 días. Durante ese tiempo son muy desconfiados y de vez en cuando se levantan del nido, se mueven algo y vuelven a incubar de nuevo. Los polluelos son precoces y pueden dejar el nido a poco de nacer, pero no se retiran del lugar, formando pequeñas bandadas entre los nidos. Si hay peligro pueden correr –acota Vigil- y hasta nadar. Los alimentan por regurgitación y los padres se muestran muy cariñosos con ellos, hasta que logran la independencia. Alimentación Se alimentan de insectos acuáticos, pequeños moluscos y crustáceos que viven entre el barro del fondo y también ingieren piedritas y tierra mezclada con arcilla. Comen como filtrando, la estructura del pico es fundamental para su método de alimentación: el pico curvado en forma de garra en el centro permite que cuando está comiendo en el agua, la mandíbula superior esté bajo la superficie (apoyada sobre el fondo) y la inferior por encima. Absorben el agua y barro en el pico y las estructuras especiales del miso captan los pequeños organismos de los que se alimenta, mientras expulsan el material que no desean. Compartiendo su mundo Se ve con frecuencia en la Costa Patagónica, casi siempre en medio del agua. Como frecuentan lugares costeros habitados por gran cantidad de aves marinas de todo tipo; mezclados con ellas, pueden llegar a ofrecer a la vista de quien los ve una sinfonía de maravillosos colores y matices. Pensemos que se pueden ver casi juntos: flamencos, garzas, cisnes de cuello negro, patos, cormoranes, ostreros gaviotas, gaviotines, skúas, petreles, pingüinos… y hasta lobos y elefantes marinos, ballenas y toninas. A ello, podemos agregar otros animales terrestres que frecuentan la costa como martinetas, maras, zorros, guanacos y ñandúes. Son aquellos lugares de nuestro Sur, un paraíso de vida, que no puede ser igualada por nada y que tenemos el deber de proteger para las generaciones venideras.
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Es un ave muy mansa, Vigil (1977) acota que si un ave cae muerto, los otros no huyen. Pocas veces tuve oportunidad de verlos en grandes cantidades en el Sur o en nuestra llanura Pampeana. Pero sí he podido observar grandes grupos en la Laguna de Mar Chiquita al norte de Córdoba en ocasión de un viaje para observar la avifauna de la Reserva, invitada por un ornitólogo de Morteros. También pude ver muchos (aunque de otras especies) en Laguna Pozuelos cuando concurrí a La Puna para fotografiarlos y me encontré con un magnífico espectáculo en la Reserva Natural Laguna de los Pozuelos, cuando en la casa solitaria del guardaparque ausente pernotamos una fría noche tormentosa de primavera.
Cerca de Laguna Pozuelos. Nos sorprendió la noche y la tormenta.
Otro lugar donde pude verlos fue en la Bahía y la Reserva de Paracas. Allí conocí a su pariente: la Parihuana, ave muy venerada.
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CAPÍTULO V OTRAS AVES ACUÁTICAS Y MARINAS
CISNE DE CUELLO NEGRO (CYGNUS MELANCORYPHUS) ORDEN: ANSERIFORMES FAMILIA: ANATIDAE SUEÑO (Soneto) Amanecía. Y cayó el silencio sobre mis manos trémulas y frías que esperaban la luz. Amanecía… y en el aire palpitaba un secreto.
Un secreto de vida que en el cielo auroral, sus alas de oro tenía para encender la luz de mi poesía. Y ante mí se deshojó su misterio.
El mar vestido de violetas ropas
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acariciaba el cuerpo de dos cisnes con la pureza alba de lo sublime.
Y yo‌ acurrucada entre las rocas, soùando ser el sol reciÊn salido para entibiar aquel mundo divino.
Hermosos ejemplares de Cisnes de Cuello Negro.
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Pertenece al grupo de grandes aves acuáticas de cuello largo. Es todo blanco con la cabeza y el cuello negros. Tiene el pico como una protuberancia de color roja. Una línea blanca bordeando la parte anterior de la frente. Patas rosadas fuertes y palmeadas. Corpulento y largo, mide unos 89 cts. y la hembra es algo menor, con la carúncula dividida en dos lóbulos. En cambio el macho la tiene dividida en tres lóbulos. El juvenil es blancuzco, con cabeza y cuello gris pardo. Los pichones son blancos y al mes de vida comienzan a adquirir el color negro de las plumas del cuello. La línea blanca de la frente se va ensanchando con la edad. Distribución geográfica Es del Sur de Sudamérica. Prefiere las aguas tranquilas y protegidas del viento por bancos o islas, esteros y lagunas con vegetación acuática emergente. Habita lagos y lagunas de la meseta patagónica y de la cordillera Austral, como así también se lo ve cerca del mar, junto a los lugares de nidificación de los pingüinos y otras aves marinas. Se lo encuentra en todo nuestro País con excepción del Noroeste, Islas Malvinas, Uruguay y Chile desde Valparaíso hasta el Estrecho de Magallanes. Abundan en algunos lagos cordilleranos, como en los integrantes del Parque Nacional Perito Moreno en Santa Cruz y Laguna Blanca en Neuquén. Lugares donde tuve oportunidad de verlos. Según una publicación del año 1986 del Museo Territorial, en Tierra del Fuego no es residente, es migratorio. En invierno vive en Brasil y Paraguay.
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Reproducción Una semana antes de construir el nido, comienzan los amores (Haedo Rossi 1953 y 54). Amores que se realizan en el agua. Macho y hembra nadan con el plumaje bien apretado, pasan juntos, rozándose, se enfrentan y sumergen la cabeza y cuello en el agua, volviendo a levantarlos. Luego se aproximan más y más, se elevan algo del agua y entrelazan los cuellos mientras palmotean con violencia; luego el macho sube sobre la hembra y se efectúa la cópula. (Estas son observaciones que aquel autor realizó en cautiverio, en el jardín zoológico de Buenos Aires). Nidificación Anidan a partir del mes de julio-agosto en los juncales que se encuentran en el interior de las lagunas, pero prefiriendo zonas secas para el nido. Ocupando zonas de tierra y de agua. El nido es una plataforma semi flotante bastante amplio, la parte sumergida hecha de barro, juncos, y la parte que sobresale de ramas secas. Mide 60 cts. De diámetro (Dabbene 1929). Los construyen con juncos entrelazados de forma que tenga una gran resistencia. Cuando no hay juncos, anidan igual en islas rocosas. En la construcción intervienen ambos conyugues (Haedo Rossi, 1953). El macho alcanza el material y la hembra lo va disponiendo y ordenando. Trabajan casi echados. El macho alcanza lo que está más lejos y con su cuello estirado se lo deja a la hembra quien lo traslada al lado opuesto, hasta donde llega con su cuello. Esto se repite varias veces hasta terminar con el material del lugar, luego cambian de sitio. Pueden usar tallos de gramíneas, pajas, hojas secas, etc. La característica principal es que los elementos son más finos hacia la parte superior. Antes de comenzar la incubación se desprenden del plumón y con el mismo forran bien la cavidad del nido.
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Huevos y pichones La postura se extiende de julio a octubre, pero se han encontrado huevos en noviembre, según el lugar. Ponen unos 5 huevos día por medio; son de cáscara lisa y lustrosa, color crema. Suelen ser muy pesados por sus considerables dimensiones, miden 100 x 66 mm. Aproximadamente. La incubación que comienza con la postura del último huevo está a cargo de la hembra mientras que el macho cuida el territorio, se echa cerca del nido o acarrea nuevo material. La incubación dura unos 35-36 días y en tres días se produce la exlosión de todos los huevos de la nidada. Los pichoncitos son de plumón suave y esponjoso color gris perla. De noche se colocan en el nido donde la madre los cubre mientras que el macho los protege, y lucha con ardor para defenderlos. Al segundo día ya comen algas y pequeños artrópodos que viven en el agua, y a los 5-6 meses obtienen el plumaje definitivo. Es un animal que anda siempre en parejas, pues se unen para toda la vida, y es muy gracioso verlos a ambos nadar con sus pichones sobre el lomo. Difícilmente se pueda olvidar un espectáculo tan tierno y encantador. Alimentación Se alimentan de pastos, plantas acuáticas, insectos, semillas, moluscos, vermes y pequeños organismos acuáticos. Venegas y Jory (1979) mencionan que comen algas filamentosas. Compartiendo su mundo Es un animal tan corpulento y pesado que no se mueve con facilidad en tierra, por eso prefiere andar en el agua, donde nada con una elegancia sin igual.
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Madre llevando su pichón en el lomo. (Foto Damisela.com).
Sin embargo vuela muy bien aunque sus movimientos de constante batir de alas le quita elegancia. Es muy similar a la manera de volar de los patos, en forma muy ruidosa. Es silencioso, pero si nos acercamos se alarma y emite un silbido fuerte y agudo, mientras levanta vuelo aparatosamente. He tenido oportunidad de verlos casi por todo el país en mis viajes, y en la zona costera del sur han aparecido entre los pingüinos, cormoranes, patos, gaviotas, etc. También los vi y fotografié en los lagos cordilleranos y lagunas pre cordilleranas, como así también en lagunas de la provincia de Buenos Aires junto con flamencos, patos y garzas.
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Su presencia es sin duda, motivo de atracción. Pero ha sido bastante perseguido por el valor de sus plumas, y como es un animal muy mando es fácil apresarlo. Según un artículo periodístico del 19-12-88, mencionaba que las colonias de cisnes de Cuello Negro habían aumentado mucho en Chubut. Ellas anidan habitualmente en las lagunas del interior de la provincia donde pueden reproducirse sin que nadie altere su hábitat. En esa época aparecieron muchísimos cisnes muertos y no se supo la razón. En principio se aceptaba como razón la gran sequía que secó numerosas lagunas disminuyendo así su hábitat natural. Sin duda que es una de nuestras especies típicas y que requiere un permanente monitoreo de sus lugares de reproducción a fin de evitar su desaparición. Hay que admitir su belleza, resaltada aún más por la perfecta armonización con la magnificencia de los parajes donde generalmente se los puede encontrar.
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PATO VAPOR (TACHYERES PTENERES) ORDEN: ANSERIFORMES FAMILIA: ANATIDAE
Pareja de Pato Vapor. Foto de Harold Stiver (us).
Observaciones Es marino, solo va a beber agua dulce al interior. Es el Pato vapor Austral, del extremo sur de Argentina y Chile, de los canales y los fiordos. No vuela. Su pariente, el Pato Vapor Volador (Tachyeres patachonicus) es muy parecido pero vuela y vive en Tierra del Fuego e Islas Malvinas. El Tachyeres brachypterus tampoco vuela pero vive solo en las Islas Malvinas.
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Es un pato grande y robusto, de unos 70 cts. de longitud, siendo la hembra algo más pequeña. Su vida es el mar, aunque visita lagunas de agua dulce para beber agua. Su color es gris claro, algo azulado en el macho, la hembra tiene la zona de la cabeza más clara. El pico es de color anaranjado al igual que las patas. Parker King en febrero de 1827, en una excursión por el Estrecho de Magallanes, vio por primera vez al pato vapor. Sobre esta ave dice: “Aquí vimos, por primera vez, al más extraordinario pájaro, el pato a vapor. Antes que las embarcaciones a vapor fueran de uso general, esta ave fue denominada, por su rapidez en volar a ras sobre la superficie del agua, el “caballo de carreras” (race-horse), un nombre que se encuentra frecuentemente en los viajes de Cook, Byron y otros. Es un pato gigante, el más grande con que me he encontrado. Tiene las patas traseras palmeadas, ubicadas lejos atrás, y otras características de los patos oceánicos.” luego continúa: “La principal peculiaridad de esta ave es, lo corto y extraordinariamente pequeño tamaño de sus alas, las cuales, no tienen el suficiente poder para levantar el cuerpo, solo sirven para impulsarla a lo largo, en lugar de a través del agua, y son utilizadas como las paletas de un buque a vapor. Con la ayuda de estos y sus fuertes y anchos pies palmeados, se mueven a una velocidad asombrosa.” La que puede alcanzar 12 a 15 nudos, y permanecer mucho tiempo bajo el agua. Distribución geográfica Como hemos visto es frecuente verlo en la costa Argentina desde Tierra del Fuego hasta Chubut (Olrog, 1959). Y en el Pacífico Sur desde Islas Corral hasta Cabo de Hornos. También en Islas de Los Estados. Aldo Tomo en una publicación del Museo Territorial de 1986 donde enumera muchas especies avistadas, dice sobre él: “se vieron algunas”. En
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cambio de su pariente volador dice: “dos parejas con 4 juveniles cada una en Bahía Thetis, laguna Policarpo y laguna Donata. Yo tuve oportunidad de verlos en oportunidad de pernotar a la orilla del lago Fagnano en Tierra del Fuego en el año 1978. Es probable que estuviesen las dos especies que conviven en la isla.
Acampando en la costa del Lago Fagnano. Lugar donde vi a los Patos.
Nidificación y reproducción Cuando comienza la primavera, el macho establece la zona de reproducción cerca de los lugares costeros que frecuenta. Y defiende su sector con mucha furia. Las parejas se forman para toda la vida, y cuando alguna se pasa al territorio de otra pareja, se desata dura lucha entre ellas. Cada pato trata de tomar al otro del cuello y colocarle la cabeza bajo el agua mientras con sus alas lo golpea fuertemente. El pato derrotado –acota Mac Donagh (1941)escapa y el vencedor lanza gruñidos de gozo, al igual que la hembra.
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Este autor dice que son muy guerreros. Se agachan aplastando el cuerpo, la cabeza baja, el cuello extendido y nadando casi sumergido, desaparecen hasta agarrar al adversario desde abajo cuando éste no se da cuenta. El nido lo hacen en el suelo, cerca de la costa, donde hay vegetación adecuada para esconderlo, es una depresión en el terreno afelpada con plumas, algas secas y abundante pasto, de unos 10 cts. de profundidad. La postura es de unos 6 a 8 huevos que miden 82 x 57 cts. y la hembra los incuba, mientras el macho vigila nadando por la costa cercana al nido. Si ve peligro, “emite un grito de alarma característico” (Vigil 1977). Los nacimientos ocurren en noviembre y diciembre, los patitos pueden nadar a los pocos días. Los padres cuidan de ellos con mucho amor, deben tener sumo cuidado de las gaviotas que tienen una gran habilidad para cazarlos. C. Vigil (1977) asegura que cuando los jóvenes se valen solos, los padres los abandonan, y ellos se mantienen juntos formando pequeños grupos separados de los adultos, hasta que tienen edad de formar pareja, lo que ocurre a los dos años de vida. Alimentación Se alimentan de variadas especies marinas como crustáceos, peces pequeños y moluscos. Suelen tragar piedras grandes que tal vez puedan servirles para triturar los alimentos. La comida la obtienen tanto en agua dulce como salada, y la hora más adecuada es cuando hay marea alta. Mac Donagh (1941) acota: cuando quedan rocas al descubierto, los patos se dividen en pares, o en pequeños grupos, buscan una buena para descansar y a veces pueden dormir. Y a cualquier ave que se arrime al lugar le ponen mala cara.
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Compartiendo su mundo Recuerdo ahora una escena muy graciosa y tierna que presencié en un lugar de la Reserva de Cabo Dos Bahías en Chubut, donde andaba una pareja con su patito. Esa misma pareja la encontré dos años consecutivos en el mismo lugar, pues parece que se establecen para toda la vida. El macho permanecía en la costa, sin moverse, mezclado con los pingüinos. y la hembra, andaba en el agua cerca de la playa, con su patito tan pequeñito que apenas se veía sobre las olas, parecía un lindo patito de juguete. Flotaba con una gran habilidad detrás de la madre, feliz y encantado de la vida. Después de flotar largo rato, la madre se dispuso a hacer una serie de zambullidas, quizás para enseñarle. El patito se zambullía con ella mostrando una gracia increíble, saliendo juntos a pequeños intervalos de tiempo. Cuando la hembra consideró que ya era suficiente, se dirigió a la playa donde estaba el macho. Pero el pequeñín no se dio cuenta y siguió en su juego de divertidas zambullidas. Al fina, la madre debió volver para obligarlo a seguirla y llevarlo así a la orilla donde se reunieron los tres para permanecer luego alisándose las plumas mientras los pingüinos – indiferentes- jugaban alegremente en el agua de mansos piletones entre las rocas.
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CAPÍTULO VI ALGUNAS AVES ESPECIALMENTE MARINAS
LOS OSTREROS ORDEN: CHARADRIIFORMES FAMILIA: HAEMATOPODIDAE CREPÚSCULO GLORIOSO Al Sr. Héctor Olsen, quien me permitió llegar a ese paraíso.
Acrílico sobre papel, de Rocío A. Sánchez Carpi (a los 8 años, sobre el lugar de la poesía: Isla Roja.
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Era tarde y diciembre caía al pozo de los años que son u recuerdo de viento y de nieve en el tiempo que llora dolor.
Era tarde y la noche llegaba con su luto a cubrir la razón de mi ser que a sus pasos seguía entre blanca arena y ocre coirón; iba ansiosa a descubrir el mundo de un supremo paraíso de amor.
Un cielo gris pintando tormenta se diluyó en el sol que al morir desflecó sus rayos de colores en el mar que aromaba jazmín.
Y sus rayos de oro en aquel cielo vistió de fuego el sudor de cinc y en las arenas de dunas blancas dulces pingüinos vieron parir
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en mis ojos color de almendras todo el sueño que soñé vivir.
La soledad entregó su cuna sostenida en murmullos de mar y un concierto sinfónico de aves cubrió el silencio y me dio su pan.
La pequeña isla ofreció el secreto de su sublime reino animal y el sueño se convirtió en ensueño ante el manto egregio de la paz que engendró en mil flechas de esperanzas mis ocultas locuras de amar.
Lo seguí con el alma asombrada descubriendo el misterio del ser que en la helada brisa del crepúsculo vino a posarse sobre mi piel.
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Era mi ángel abriendo el sendero hacia el lejano y límpido edén y esas ramas del árbol divino en mis manos yo vi florecer cuando el misterio de la isla amada en día glorioso pude beber. (Poema escrito en el Crepúsculo en que llegué al lugar -23-12-82- para conocerlo y regresar en la mañana siguiente, Alborada que luego inspiró el cuadro “Paraíso”, y muchos años después, el acrílico de mi hija Rocío).
“Paraíso”, óleo sobre tela 60 x 80, año 1983.
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Generalidades Aves negras y blancas (moteadas) o todas negras, parecidas a chorlos grandes, llamadas “Tero de Mar”. Su largo pico color escarlata es característico, frecuentan costas marinas, de casi todo el mundo, y a veces también lagunas de agua dulce. Se alimentan de pequeños crustáceos y diversas larvas. Su nombre tiene que ver con la costumbre que tienen de ir, cuando baja la marea, hasta los bancos de ostras. Introducen su pico entre las valvas parcialmente abiertas, cortan los músculos aductores e impiden que vuelvan a cerrarse, para así poder comerlas. En nuestro País hay 3 especies con una subespecie. -1) OSTRERO COMÚN (Haematopus ostralegus). Se conoce dos razas, según C. Olrog (1959), otros autores no hacen esta división. a) Haematopus ostralegus durnfordi que abarca toda la costa Atlántica hasta Chubut (donde lo observaba frecuentemente), y accidentalmente hasta Santa Cruz y Tierra del Fuego. Según datos del Museo Territorial en 1986 se vieron 3 ejemplares. b) Haematopus ostralegus pitanay que habita las lagunas Mendocinas y de Neuquén; y según C. Olrog (1948) la parte sur de Chile y toda la costa pacífica desde el Ecuador (C. Olrog 1978). Ocasionalmente puede llegar a la zona este de Mendoza y Neuquén. Según éste autor es el H. Palliatus Pitanay. -2) OSTRERO DEL SUR U OVERO O AUSTRAL (Haematopus leucopodus). Frecuenta costas marinas de Tierra del Fuego y Las Malvinas. En invierno llega hasta Chubut, vi algunos en Ría Deseado (Santa Cruz). Es residente. 3) OSTRERO NEGRO (Haematopus ater). El más bello. Lo he visto frecuentemente desde Chubut hasta el Sur de Tierra del Fuego y Las Malvinas. En invierno llega a las costas de la provincia de Buenos Aires. En Tierra del Fuego es escaso, creen que no reside.(Datos del Museo Territorial, 1986).
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NUESTRAS ESPECIES OSTRERO COMÚN (HAEMATOPUS OSTRALEGUS DURNFORDI)
Hermoso ejemplar de Ostrero Común. Foto: Jari Peltomäki, (The National Library of Finland).
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Ave zancuda, marina, de la costa Argentina del tamaño de una paloma, llamado Ostrero Blanco, Tero de mar o Tero costero. Tiene cabeza y cuello negros, dorso y alas gris oscuro, el vientre blanco, con un espejo alar blanco. Las patas son fuertes con tres dedos y su color es anaranjado salmón. El pico es muy rojo y mide unos 9 cts. De largo. El iris es escarlata. Ambos sexos son similares, aunque las hembras son algo mayores. Los inmaduros tienen tonos castaños en el plumaje y difieren de los adultos por el color más oscuro de sus patas. Distribución geográfica Toda nuestra costa, hasta Santa Cruz. Según C. Olrog (1978), también en Chile en el Estrecho de Magallanes. Se han avistado ocasionalmente en Tierra del Fuego. Nidificación Coexiste con el Ostrero negro (Haematopus Ater) en muchos lugares del Sur. Crían en las dunas arenosas, entre rocas o en pequeñas islas como Isla de Los Pájaros, Isla Roja, Isla Moreno, etc. y también lo pueden hacer tierra adentro. El nido es una pequeña hendidura de unos 15 cts. de diámetro en las rocas, sin ninguna preparación, que puede contener piedritas, conchas y plantas marinas. La postura comienza en la primavera. Ponen dos huevos color verdoso con manchas grises que miden 53x 39 mm. La incubación de los mismos dura 25-28 días y son incubados por ambos padres, lo mismo que la alimentación de los pequeños que dura varias semanas y es a base de gusanos y moluscos.
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Los Ostreros comunes se ven mucho en nuestra costa, ya sea de la provincia de Buenos Aires, como en ciertos lugares de Chubut donde pude observarlos. Es muy fácil reconocerlos por su largo pico rojo y sus penetrantes chillidos, que tiene mucho de semejante con el grito de nuestro tero común (Vanellus chilensis).
OSTRERO OVERO O DEL SUR (HAEMATOPUS LEUCOPODUS)
Ostreo Austral o del Sur. (Foto idem página 116).
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales La cabeza, el cuello, parte del pecho, el dorso y las alas son negros, largo pico rojo, ojos en el iris amarillento y patas blancuzcas. Es muy parecido al anterior y fácil de confundir. Se lo puede distinguir por las patas más claras y lo pardo del cuello que se extiende en el pecho. El iris amarillento también. Los juveniles tienen las plumas oscuras de la parte superior con bordes bermejos y las del pecho con bordes blancos. Los pichones tienen plumajes negro-pardusco, que se mimetizan con las rocas. Miden unos 47 cts. y no hay diferencia entre ambos sexos. Distribución geográfica La zona húmeda del Estrecho de Magallanes y la costa Patagónica hasta Chubut en invierno, Las Malvinas y Tierra del Fuego. En Chile también se lo puede encontrar en las zonas de “Cabo de Hornos a Chiloé” según Vigil, 1977). Zapata (1967) encontró pichones de esta especie, hacia el mes de diciembre de 1961 en la isla Quinta (Ría del Río Deseado), lugar donde yo pude observar un buen número en mi vista de la primavera de 1987. Aldo Tomo, para el Museo Territorial, 1986, dice: “Grupos pequeños (4,6 y 10), en Bahía Aguirre y abundante en el tramo de costa comprendido entre la desembocadura del Policarpo y Caleta Falsa donde se encontraron 107”. Lo da como residente. Nidificación La época de cría abarca desde los meses de setiembre a diciembre. El nido lo hace en alguna depresión del suelo, sobre algún montículo de arena, etc., siempre en lugares protegidos del ritmo de las mareas.
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Están hechos prácticamente sin materiales de construcción, aunque los nidos que se han encontrado lejos de las costas –acota Vigil 1977- están en su interior revestidos de pastos. Pone dos huevos pardo oliváceos borroneados de castaño, negro y púrpura pálido (De La Peña 1979) y miden 56/59 x 38/41 mm. Los pichones, desde muy pequeños, tienen un espíritu vivaz y son muy caminadores. Obedecen a sus padres y cuando éstos emiten algún grito de alarma, se quedan inmóviles hasta que los padres le den señales de que el peligro ya ha pasado. (Refiere Vigil 1977).
OSTRERO NEGRO (HAEMATOPUS ATER)
Foto propia tomada durante una caminata por la costa, hacia el sur de la Reserva de Punta Tombo (Chubut).
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ALGLUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Es todo negro (algo pardo en el dorso), largo pico rojo y ojos escarlata. Las patas fuertes y de tres dedos tienen un color entre rosado y blancuzco. Es muy fácilmente reconocible por su color. Es el más bello y típico de la zona Austral Argentina, totalmente autóctono. Los pichones son grises, algo jaspeados de negro. Distribución geográfica Desde el Golfo San José hasta la Isla de Los Estados en el Atlántico e Islas Malvinas; llegando hasta el Uruguay en el invierno. C. Olrog (1978) lo da también en Chile, zona de Cabo de Hornos llegando en sus migraciones hasta Perú. A. Tomo (1986) acota que es escaso en península Mitre, Tierra del Fuego, y que se necesitan más estudios porque podría residir. En ría Deseado vi varios Ostreros negros y algunos overos. También vi en Puerto Haberthon (Tierra del Fuego) y en la Reserva de Cabo Dos Bahías (Chubut), además de la foto de Punta Tombo. Nidificación Nidifica igual a los demás Ostreros que ya hemos visto. En el suelo rocoso o arenoso, adornan el nido con trozos de mejillones u otros moluscos bivalvos; ponen dos huevos pardos verdosos con manchas marrones de unos 57 x 40 mm. Parece ser que si algún nuevo se les retira – dice Zapata 1967- reinciden en la postura y completan nuevamente la nidada.
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Alimentación Al igual que las otras especies se alimenta de ostras, otros moluscos, camarones, erizos y distintos organismos que quedan en las aguas de las lagunas que se forman al retirarse la marea. También de larvas extraídas de la tierra. Su vuelo es muy poderoso, pero no gusta de recorrer grandes distancias, prefiere permanecer en los lugares habituales, durante todo el año. Compartiendo su mundo Es inconfundible en aquellas regiones del Sur que tanto recorrí. Resulta una constante compañía que llena de vida hasta los lugares aparentemente más inhóspitos. Muy inquieto, movedizo, está siempre de un lado al otro con su largo pico rojo y sus ojos tremendamente vivaces, buscando comida, atrayendo nuestra atención. Manso, ruidoso, su voz es aguda y penetrante, se puede escuchar a gran distancia, tanto cuando está en tierra como volando. Y cuando se reúnen en grupos producen un gran barullo. Aún resuenan sus voces en mi memoria cuando los evoco y me remite enseguida a emocionarme con el olor, el sabor, los colores y los sonidos de mi Sur amado. Ese carácter tan alborotado lo lleva muchas veces a delatar el nido, como ha ocurrido a veces durante mi presencia. Es bastante fácil allí donde se encuentra gritando encontrarlo. Es uno de los más bellos animales de nuestro país, principalmente de las costas Australes, el más típico y hermoso es el negro, aunque más abundantes son los comunes. Un lugar donde siempre los observé es en la zona de Cabo Dos Bahías. Solían ser mi compañía mientras trabajaba, y teniéndolos a ellos cerca, me olvidaba que estaba sola. Su presencia tan dinámica y pura me recordaba las cosas más sublimes de la existencia. Hoy, tan lejano aquel tiempo en el Sur, me emociono al evocarlos y se me llenan los ojos de lágrimas.
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PALOMA ANTร RTICA (CHIONIS ALBA)
ORDEN: CHARADRIIFORMES FAMILIA: CHIONIDIDAE o CHIONIDAE
Foto: Hernรกn Tolosa, aves_argentinas.blogspot.com.ar
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales También conocido como Chorlo gigante, chorlo blanco Antártico o Paloma Blanca. No es grande, más bien pequeña, sin diferencias entre los sexos, tiene el tamaño de la Gaviota de Capucho negro (Larus Ridibundus), pero su cuerpo es redondeado y robusto, su comportamiento en vuelo y en la marcha la hacen comparable a una paloma (de ahí el nombre) pero nada tiene que ver con ellas. Su color es enteramente blanco puro. El pico es corto y robusto, amarillo con la punta castaña. Iris pardo, patas con dedos gris-azulados, piernas emplumadas. Posee una mancha amarilla alrededor del ojo. El joven es parecido al adulto. El pichón está recubierto de plumón denso color oscuro. Su voz es como un graznido parecido al de los cuervos. Distribución geográfica Se reproduce en varias islas subantárticas como Georgias, Orcadas, Shetland y Sandwich del Sur; en otras islas antárticas y costas también, como el norte de la tierra de Graham. Se desplaza hasta las islas Malvinas y Tierra del Fuego y en invierno migra hacia el norte por la costa del Atlántico, hasta la altura de Mar del Plata, incluso Uruguay. Yo las vi en las Reservas de Chubut en primavera, cercanas a lobos y elefantes marinos para comer la placenta en los nacimientos. Visita Chile por el Pacífico. Según R. Escalante (1970) puede ser residente regular de invierno en Uruguay. Se registró su presencia desde marzo a setiembre, y aún noviembre. Es probable que algunos permanezcan todo el año por su vinculación con los Lobos marinos (Otaria Flavescens).
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Así es como se ven en grandes cantidades en toda la costa Argentina en los meses de verano, conviviendo con los Lobos y Elefantes Marinos. Única especie de la familia que habita nuestro territorio. Sus migraciones parecen depender sólo de la fuente de alimentación, porque así como se quedan todo el año en algunos lugares de la costa, pueden pasar todo el invierno en la Antártida si tienen comida. Nidificación El nido es bastante primitivo, realizado en los agujeros de las rocas y es poco limpio. Usa material de diverso tipo, ya sea animal o vegetal, y aún desperdicios. Pasto, musgo, algas, plumas, huesos y desechos de alimentos. Siempre cerca del mar. La construcción se inicia en noviembre y a mediado de diciembre ya se encuentran empollando (Escalante 1970). El macho corteja a la hembra dando saltitos y haciendo una especie de reverencias a su alrededor, mientras emite sus arrullos constantemente. No bien la hembra pone el primer huevo uno de la pareja lo incuba, como el clima de la Antártida es tan riguroso y frío deben cuidar permanentemente los huevos, y evitar dejarlos solos, pues se les romperían. La postura es de uno a tres huevos de color gris azulado con manchas castañas o violáceas. (Bellisio, 1974). Miden unos 56/58 x 38/42 mm. “La incubación dura unos 28 días y generalmente tienen un solo pichón” (Escalante, 1970). El otro o los otros dos huevos podrían ser comidos por los padres, muertos de inanición por falta de alimentación adecuada o pierdan su poder germinativo debido a los largos intervalos entre la puesta de uno y otro. Los pichones, a poco de eclosionar pueden desplazarse, y hacia fines de febrero ya se encuentran emplumados. Son muy tímidos y debido a la falta de cuidado que le prodiga la madre, es fácilmente presa del Skúa (Stercorarius skúa).
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Alimentación Su alimentación es muy variada. Pueden comer la placenta y excrementos de los pinnípedos de la Antártida como de la costa argentina, los pichones y huevos de otras aves ly hasta los suyos propios. Su manjar favorito parece ser los pingüinos. En su estómago se han encontrado crustáceos, pequeños peces y moluscos. Puede comer también plantas marinas. Consumen desperdicios de campamentos y de poblaciones humanas en la Antártida. Por eso muchos de ellos se quedan todo el año, aún en regiones donde hacen temperaturas de varios grados bajo cero. Suele seguir también a los buques que se encuentran anclados. C. Vigil (1977), refiere que es frecuente encontrarlas cerca de la vivienda de la misión Meteorológica Argentina en las Orcadas para buscar comida. Y N. B. Bellisio (1974), dice que en los meses de julio y agosto de 1966 en que se había congelado el mar, en la Estación Científica Almirante Brown, en Puerto Paraíso, 52 Palomas Antárticas, permanecieron allí, a pesar de que todas las demás aves se habían ido, y eran alimentadas diariamente desde la ventana de la cocina. Gustan de aguas poco profundas, donde buscan el alimento y se bañan. Y en tierra caminan mucho, buscando algo para comer, siempre atentas a un posible bocado. Compartiendo su mundo Es un animal que a pesar de vérselo más en tierra, tiene un poderoso vuelo que lo lleva a recorrer grandes distancias desde sus lugares de nidificación en la Antártida al Continente. Es completamente manso y muy sociable, aunque cuando ve un trozo de comida aparece muy agresivo con quien intente quitárselo.
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Su presencia es muy frecuente en las loberías y elefanterías donde los he observado pasearse lo más tranquilamente sobre el lomo de lobos y elefantes sin provocar reacción alguna. Muchas veces se han acercado con total confianza hacia donde yo me encontraba sin temer nada. Quizás esperando comida. Mi presencia les era indiferente, pues andaban como si no estuviera. Sin embargo, en aquellos lugares donde se los ha perseguido se comportan bastante desconfiadamente con el hombre. Parece que en la Antártida su número ha disminuido mucho por la caza de los balleneros, pues su carne resulta ser apetitosa. Actualmente no sabría decir cómo es su situación. Es de esperar que se le esté brindando protección ya que es muy útil por la cantidad de desperdicios que consume, para limpiar el terreno y contribuir así al cuidado del medio ambiente. En nuestra costa se los ve en espectaculares bandadas posadas en las restingas cuando baja la marea produciendo un cuadro de excepcional belleza por su blancura, contrastante con el verde-marrón-negruzco de musgos y rocas.
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Aquí observamos dos Palomas Antárticas en una colonia de lobos marinos de un pelo, cerca de la reserva de Pingüinos de Punta Tombo (Chubut), los otros son Gaviotines (Sterna hirundinasea). Abajo: Gran colonia de Gaviotín Sudamericano en Punta Tombo.
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GAVIOTA PARDA (STERCORARIUS SKUA CHILENSIS) ORDEN: CHARADRIIFORMES FAMILIA: STERCORARIIDAE
Aquí vemos una pareja de Gaviota Parda. La otra foto es de una Gaviota Cocinera o Dominicana (Larus marinus dominicanus), especie con la que suele encontrarse.
Observaciones En nuestro País existe una especie que se divide en cuatro subespecies según el lugar geográfico donde anide. Esa especie es Stercorarius Skúa. También hay tres especies más que son migratorias del Artico; o sea que no anidan en nuestro territorio. Estas son: Stercorarius pomarinus que se la puede encontrar en la Antártida. Stercorarius parasiticus que se la puede ver
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en Tierra del Fuego y Stercorarius longicaudus que se la puede encontrar en Buenos Aires.
Aquí vemos a la Gaviota Parda en las costas de Buenos Aires, junto también a la Gaviota Cocinera.
Pasamos a las 4 subespecies nuestras, que son: 1) Stercorarius skúa chilensis. Esta raza nidifica desde Chubut, en Santa Cruz y hasta Tierra del Fuego, además de Chile y en invierno llega hasta Brasil por el Atlántico y Ecuador por el Pacífico. 2) Stercorarius skúa loennbergi. Anida en La Antártida, y llega en invierno hasta Georgias del Sur y al sur de Nueva Zelanda. 3) Stercorarius skúa antárctica. Nidifica en Las Malvinas y en invierno llega hasta Buenos Aires. Pero según refieren algunos autores (Daciuk 1979 y Olrog, 1963-1978) se la ha visto nidificando en la costa Patagónica de Chubut. 4) Stercorarius skúa maccornnicki. Anida en la Antártida, es la más Austral de todas, fue encontrada por Amundsen y Scott en el año 1912 cerca del
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Polo Sur, en el mes de enero. Entre los 80º y 85º de latitud sur. (Son datos de N. Bellisio, 1974). En invierno llega hasta Canadá y Japón. Incluso Groenlandia y la India. Aclaración En cuanto al nombre científico de esta especie, hay diferencias entre autores. Me he encontrado mientras investigaba con autores como: C. Olrog, A. Scolaro, J. Daciuk y P. Korschenewski que la llaman Stercorarius skúa; mientras que J.C. Beltramino, M. de la Peña, R. Novatti, A. Tomo, T. Narosky, N.B. Bellisio, A. Castellanos, A.R.P. Zapata, R. Dabbene, A.G. Bennett y R. Escalante, la denominan Catharacta skúa. Hoy, ambas denominaciones son aceptadas.
ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Llamada de varias maneras: parda, marrón o acanelada, Gran Skúa, Skúa común o simplemente Skúa. Este último nombre es de origen Nórdico Europeo. También se la conoce como Gaviota de Rapiña o Carancho de mar por su voracidad. No hay diferencias externas entre ambos sexos. Y es fácilmente reconocible por su gran tamaño. Totalmente negra con reflejos marrones, rojizos u ocráceos. Típica mancha blanca alar, muy notable en vuelo. Su pico es corto y fuerte, algo curvado en la punta, de color rojizo oscuro; las patas son negras y fuertes al igual que los pies que son palmeados. Las alas son muy largas y la cola es corta, algo cuadrada. El juvenil es moteado o listado. El pichón está cubierto de plumón castaño amarillento.
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Tienen un vuelo muy poderoso, semejante al de las otras gaviotas. Distribución geográfica Anida desde Chubut hasta Tierra del Fuego, siendo la verdadera raza continental. Según R. Escalante (1970), también anida en Chile hasta la Bahía de Arauco, migrando en invierno al norte, por el Pacífico hasta Panamá, Washington y Canadá; y en el Atlántico se registró hasta Cabo Frío (Brasil). C. Olrog (1959), al igual que de la Peña (1979) sólo mencionan que migra hasta Buenos Aires. Pero C. Olrog (1978) ya la da hasta Brasil por el Atlántico y Ecuador por el Pacífico. Nidificación Muy poco se conoce de su reproducción, pero se han visto nidos y huevos en el mes de diciembre. Son muy parecidos a los nidos de la Gaviota Cocinera (Larus Marinus Dominicanus), aunque de mejor construcción. Lo hace en el suelo entre los musgos, pero si no hay materia vegetal, lo realiza entre las piedras, tapizándolos bien con vegetales que busca a veces a mucha distancia del lugar. Si el suelo es arenoso hace “una excavación de unos 20-25 cts. de diámetro y 3 cts. de profundidad”. (de la Peña, 1979). Los huevos son de color verde oliva manchados de pardo o castaño. Miden unos 70 x 50mm. aproximadamente. Son puestos en número de 2 o 3 y la incubación dura unos 30 días. El pichón nace cubierto de suave plumón castaño más pálido por debajo y depende de sus padres hasta que se independiza y puede volar. Los padres los defienden con gran valentía. Refiere B. Bellisio (1974) que ante un intruso, se enfurece y lo ataca en bruscos descensos. Si logran robarle el huevo o el pichón, puede seguir atacando aún a mucha distancia del nido.
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Se cree que los Skúas forman pareja para toda la vida, aunque se separen durante la migración. (Bellisio, 1974). Alimentación Cazan pequeños peces y en los mares del sur krill. También comen peces soltados o vomitados por otras gaviotas, gaviotines, cormoranes, petreles, etc. Se dedican a robar los huevos y pichones de otras aves; principalmente de pingüinos cuando éstos se descuidan, por eso prefieren establecerse en las cercanías de las pingüineras. Con otras aves suelen entablarse grandes luchas, en ese caso, el skúa es cobarde, abandonando el bocado. Según refiere R. Escalante (1970), los polluelos de avutardas los cazan tomándolos por el cuello y dejándolos caer al suelo desde una altura de casi 20 metros. Son muy hábiles para desplazarse, con gran velocidad, y vuelos rasantes.
Bandada de Avutardas en una laguna de Santa Cruz.
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Compartiendo su mundo En mis andanzas por aquellos territorios frecuentados por la Gaviota Parda las he observado bastante frecuentemente, su sola presencia impone respeto por su prestancia y osadía para lanzarse sobre la presa y amenazar con vuelos rasantes a los intrusos. Su vuelo poderoso, su porte, sus rápidas evoluciones, su habilidad para bajar y subir, hace que uno sienta cierto temor de molestarlas. Varias personas me hablaban de sus sorpresivos ataques a baja altura, por lo que hay que permanecer siempre alerta; al menos, nunca ocurrió nada de eso conmigo a pesar que he tenido la oportunidad de verlas revolotear cerca, en total silencio, pero claro está que evitaba molestarlas, o tal vez no tenían nido cerca. Parecían indiferentes, de todos modos mi tranquilidad acababa cuando los veía aparecer. Son muy hermosos y es muy frecuente verlos con la Gaviotas Cocineras y las Palomas Antárticas, pero siempre en lugares cercanos al mar, entre pingüinos, cormoranes, lobos y elefantes marinos, atentos a todo el alimento que puedan encontrar.
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GAVIOTA COCINERA o DOMINICANA (LARUS MARINUS DOMINICANUS)
ORDEN: CHARADRIIFORMES FAMILIA: LARIDAE
Hermoso ejemplar de Gaviota Cocinera.
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Observaciones Existen dos tipos de razas, según clasificación de C. Olrog (1959). 1) Larus marinus dominicanus que se extiende desde Buenos Aires (de la Peña, 1979 también agrega Santa Fe); hasta Tierra del Fuego, las Islas Malvinas y Georgias del Sur, algunas lagunas desde Río Negro y Neuquén hasta Santa Cruz, y el interior de Tierra del Fuego. 2) Larus marinus austrinus que ocupa el archipiélago Antártico hasta las islas Orcadas y Sandwich del Sur. Es circumpolar Subantártico. Aspectos generales Son bellas, sin diferencias sexuales, muy grandes y robustas. Totalmente blanca, con alas y manto negros. Y “con un ápice blanco de todas las remeras, muy notable en vuelo”. (Narosky, 1978). Su pico es amarillo con mancha subapical roja, patas color carne. El juvenil es mayormente pardo manchado, con la cola, las alas y el pico negruzcos, el que mantiene por dos años. El pichón es grisáceo, algo manchado de blanco amarillento, con motas pardas en el dorso y puntos oscuros sobre la cabeza. Distribución geográfica Muy abundante en toda la costa Patagónica. A tal punto que algunos estudios la indican como muy predadora y oportunista, pudiendo alterar el ecosistema si no se controla. Por ejemplo, un estudio de abril de 1991 en Punta León Chubut * indica que duplicó su número en 10 años.
*”Sobre aves Patagónicas”. Estudios en Punta León (Chubut). Proyecto de la Sociedad Zoológica de Nueva York por Pablo Yorio y Claudio Campagna. 3-4-91.
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Frecuenta las colonias de lobo marino de un pelo (otaria flavescens), lobo marino de dos pelos (Arctocephalus australis), elefante marino (Mirounga leonina), Cormoranes, pingüinos, etc. Junto a la Paloma Antártica (Chionis Alba), la gaviota de rapiña o Skúa (Stercorarius Skúa) petreles gigantes (Macronectes giganteus),ostreros, etc forman parte de la variada fauna de nuestro Sur. Anidan en algunas islas cercanas a la costa como Isla de Los Pájaros, Isla Moreno, Isla Arce, Islas Blancas, Isla Roja, Punta Tombo, Isla Larga, Isla Quiroga,etc. Sus desplazamientos se producen hasta Brasil en el Atlántico y Ecuador en el Pacífico. En Chile se encuentran grandes colonias. (Venegas y Jory, 1979). Según Escalante (1970), también se la encuentra en Las Malvinas, Africa del Sur y Nueva Zelanda
Aquí las vemos sobrevolando la colonia de lobo marino de un pelo en Punta Norte (Chubut).
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Nidificación La época de la reproducción es la primavera y el verano. Octubre a enero según A. Tomo (1972) y N. Bellisio (1974). El nido normalmente es una pequeña hendidura en el suelo, sin ninguna preparación especial, con algunas pequeñas masas de vegetación (pastos, algas, paja) y algunas plumas. La más de las veces es el suelo pelado. Con menor frecuencia puede estar sobre un acantilado o un puñado de vegetación y muy raramente en un árbol, en lugares arenosos, pajonales y pantanos. Suelen formar bulliciosas colonias integradas por gran cantidad de individuos. Normalmente ponen tres huevos (pardo verdoso con manchas marrones que miden 75 x 50 mm.), y que incuban durante unos 25 días. El pico máximo de nacimientos se da en el mes de diciembre. La cría recién nacida –recubierta de un débil plumón que con el correr de los días se hace más acolchado y sedoso- es totalmente móvil, pero sus padres se encargan de protegerla y alimentarla por medio de la regurgitación de comida sobre el suelo, cerca del nido. Cuando se separan de sus padres, emiten gritos especiales para comer, tanto ellos, como los padres, de manera que pueden comunicarse entre sí. Su mimetismo con el medio suele ser total, principalmente cuando son nidos aislados.
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Huevos y Gaviotas Cocineras en una isla de la RĂa Deseado. (Santa Cruz).
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Pichones en el nido en la colonia de Isla Roja. Óleo sobre chapadur entelado.
Alimentación Su alimentación consiste en pequeños moluscos, peces, algunos grandes, las he observado luchar durante largo tiempo con trozos grandes de pescado seco y no abandonar el bocado hasta lograr engullirlo). También se alimentan de la placenta cuando en las colonias de lobos y elefantes marinos se producen los nacimientos. Pueden comer las crías que ocasionalmente mueren, al igual que aves más grandes como los Petreles. Al menor descuido roban los huevos y pichones de pingüinos y cormoranes, también comen los pingüinos adultos muertos, después de que otras aves más grandes rompen su dura piel. Son grandes depredadores y oportunistas cuando ven huevos solos y sin cuidado. La gaviota suele desplazar de lugar a los gaviotines, allí se establece una competencia (Punta León). La Cocinera se expande. En el hemisferio norte
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beneficiadas por la mayor cantidad de desperdicios que deja el hombre. En Punta Tombo, Cabo Vírgenes, aún en los mismos Andes se nota esto. ¿Es negativo para otras especies?, ¿Debería intervenir el hombre para regular?. No está definido, a veces la predación es necesaria en el equilibrio ecológico. Capturan anélidos, insectos, arácnidos, y devoran langostas y tucuras en cantidades. Dice de la Peña 1979 que se las puede ver “en pleno campo comiendo cadáveres de otros animales tales como liebres, caballos y ovejas”. Escalante 1970 agrega que puede frecuentar frigoríficos y mataderos en busca de comida. Son de indudable valor para prevenir la contaminación de las aguas ya que comen animales muertos y pescan en la superficie. Compartiendo su mundo Conviven amigablemente con lobos y elefantes marinos, sin embargo es competidora del espacio con los Gaviotines y es una gran enemiga de los pingüinos, los que tienen que estar atentos a que no les roben sus huevos o pichones pequeños. En Isla de los Pájaros, isla Roja, isla Moreno, Ría Deseado, comparten el espacio con otras especies animales, siendo en general ellas, las que más abundan. En Isla Moreno las vi cerca de los pingüinos, cormoranes y lobos marinos de un pelo. En isla de los Pájaros con cormorán negro, ostreros, flamencos, garzas y otras gaviotas. En isla Roja lo hace junto con cormoranes de cuello negro y de pecho blanco, ostreros, skúas, Paloma Antártica, elefantes y lobos marinos. En todos los casos ocupan su lugar sin molestar a los demás, en un ejemplo de convivencia. Sin embargo, no siempre es así, en Punta León, desplaza y compite con los Gaviotines.
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Son muy bullangueras y hacen un gran ruido cuando hay muchas. Y se alborotan enseguida cuando algo las asusta, abandonando huevos y pichones. Revolotean sin cesar mientras emiten fuertes y penetrantes gritos sobre el intruso. Los pichones más creciditos comienzan a salir del nido y van de un lado a otro, confundiéndose con otros pichones y otros nidos. Algo que observé detenidamente en Isla Roja. Pues cuando llegué armaron un gran estrépito y con sus gritos nos aturdían. Al revolotear sobre nuestras cabezas dejaban caer su materia fecal, y las pequeñas crías (algunas recién nacidas), caminaban de un lado a otro confundiéndose. Si uno las toma, no son capaces de defenderlas. Mientras estuve allí ocurrieron nacimientos sin la presencia de los padres; los polluelos nacen con los ojos cerrados y pareciera que al poco tiempo ya pueden ver. Su pelo es suave y sedoso, acurrucados en el nido semejan pompones de algodón gris con motitas negras en la cabeza. Son muy bonitos, además de vivarachos. Como el alboroto continuaba me alejé de la zona, pero igual seguían alteradas y se rehusaban a regresar a los nidos. Por lo tanto, apuré mi trabajo para dejarles su mundo en paz. Recorriendo la ría Deseado, pude ver que anidaban en Isla Quiroga en las rocas o arena, en la parte más alta de la islita. También en Isla Chaffers anidan en las rocas y arena. Lo curioso que algunos nidos se encontraron adornados con caracoles y algas y 3 huevos puestos en la línea de la alta marea, sin protección alguna. Sin duda son descuidadas, ya que dejan los nidos solos. Aún no había nacimientos cuando estuve allí. Son verdaderas especialistas en vuelo, planeando largamente en subida, en bajada, a favor o en contra del viento con una admirable estabilidad tanto en vuelo lento como rápido. En Punta Cuevas, arman un show cuando al atardecer abandonan la zona del golfo Nuevo donde acuden para comer cuando la marea está baja, y doblan Punta Cuevas hacia el Sur. Allí pasan ininterrumpidamente en alarde de capacidad planeadora. Uno puede quedarse horas mirándolas, admirándolas, sin cansarse jamás.
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Gaviota Cocinera o Dominicana planeando en Punta Cuevas.
En una oportunidad en que me encontraba allí, una de ellas vio algo para comer junto al auto. Pero no se animaba a bajar. Durante varios segundos revoloteó haciendo extrañísimas piruetas que yo no comprendí pero que sin duda perseguían un fin. Al rato, se posó sobre el paredón mirando distraídamente a varios lados. Con la rapidez del rayo bajó y se llevó la comida. Triunfante, siguió su vuelo. La espera, había dado su fruto.
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GAVIOTA AUSTRAL (LEUCOPHAEUS SCORESBII) ORDEN: CHARADRIIFORMES FAMILIA: LARIDAE
Hermosos ejemplares de Gaviota Austral anilladas en la costa de Punta Tombo.
Generalidades Para culminar, me gustaría decir algo de esta bella Gaviota de nuestro Sur que no está en la primera edición del libro porque no había tenido oportunidad de conocerla. En viajes posteriores sí fue posible y quedé enamorada de su increíble belleza.
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Son hermosas, pata y pico rojo. Cuello gris, alas negras con dos franjas blancas y en la cola. Pecho gris claro bellísimo. El pico tiene amarillo en la parte de unión con la cabeza y tira a naranja fuerte. Distribución geográfica Se extiende desde Chubut a Tierra del Fuego y en Chile por el Pacífico a la misma altura. Justamente, donde más la he visto es en Santa Cruz y Tierra del Fuego. Según de la Peña (1978) anidan en Tierra del Fuego y en un trabajo de 1987 dice que también lo hace en Chubut y Santa Cruz. Fue un hallazgo para mí, cuando en la caminata por la costa para arribar a la Cormoranera de Punta Tombo me encontré con tres ejemplares de ésta gaviota que estaban anilladas, (Las están estudiando me confirmó luego Olsen). Navegando luego la ría Deseado observé algunas en lo alto cerca de la Barranca de los Cormoranes. También había Toninas overas y pingüinos. Otro lugar donde las visualicé es en la zona de Puerto Harberton cuando nos quedamos a almorzar a la orilla del mar. Son una especie residente de la Isla. Nidificación y reproducción Especie considerada “rara” porque sus estudios están en pañales (decían en el año 1991).*
*Conferencia “Sobre aves Patagónicas” y estudios en Punta León (Chubut), y en Punta Tombo. Proyecto de la Sociedad Zoológica de Nueva York. Por Pablo Yorio. También está Claudio Campagna. 3-4-91. La Gaviota Austral fue estudiada en Punta Tombo el 24-4-91.
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Nos basamos en el estudio de 1991, en Punta Tombo: Chubut. Había allí 24 parejas. Como toda gaviota, es generalista, usan recursos distintos como dieta y usan distintos ambientes para nidificar. Tiene una estrategia de alimentación muy particular, se alimenta sobre tierra, en la colonia. Pasando en ella su etapa reproductiva. Tienen un período corto reproductivo pues llegan en noviembre y se van en febrero. En cuanto llegan, comienzan a poner los huevos. Permiten una buena aproximación, y las colonias suelen ser muy densas. Esa es la razón del picoteo entre parejas. Vuelve a la misma pareja a lo largo de los años. Tienen alimentación de cortejo, y es el macho quien alimenta a la hembra para darle energía al poner los huevos. Éstos son 2. La incubación dura 25 a 27 días y se turnan por periodos cortos de 2 a 3 horas. Una sola postura al año, pero si se pierde la primera puede volver a poner. El pichón es muy móvil al nacer. Es negro, moteado de gris. El territorio del pichón es el perímetro del nido. A los dos días (al igual que los Gaviotines) abandonan el nido y ya no retornan a él para alimentarse. Es un territorio dinámico, con los pichones deambulando y los padres defendiéndolos. Son ellos los que los van llevando fuera del nido. Son muy agresivas con los intrusos y atacan directamente. Al mes se independizan. Tienen esa estrategia para defenderse de los depredadores, si éstos llegan se agrupan todos y suelen apuntar al intruso con materia fecal. A edad temprana ya entran al mar, aún con grandes olas. Es agresiva, levanta vuelo y a diferencia de la Cocinera, se coloca cerca del intruso y hasta puede golpearlo en la cabeza. Incluso, los reconocen a cada uno de los intrusos. Se mimetizan muy bien con su entorno, los pichones se compactan en parvas para minimizar el impacto de los predadores.
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Alimentación Dependen de otras especies de la zona como: cormoranes, pingüinos, lobos, gaviotas). Se alimentan de los restos de alimentos que se caen cuando los padres alimentan a sus pichones en el caso de los cormoranes y pingüinos. Y suele ser muy molesto (al igual que la Paloma Antártica) con los pingüinos cuando éstos están alimentando a sus pichones. Es oportunista, roba huevos cuando hay disturbios. En pocos segundos cae sobre el nido expuesto. En invierno aprovechan los alimentos del hombre en puertos y cloacas. Por lo tanto es de gran importancia para la conservación. Rareza Ya vimos antes que es considerada “rara” porque difiere del resto y porque no está muy estudiada. Pero hay 3 factores que determinan su RAREZA. 1-el tamaño poblacional. 2- la distribución y 3- la especialización en hábitat. Por ejemplo, hay unas 20 colonias en nuestra Patagonia y todas menores de 50 parejas. Solamente en las Islas Malvinas se conoce una con 100 parejas. Se distribuye desde Punta Tombo al Norte y Tierra del Fuego al Sur, e Islas Malvinas. A pesar de tener miles de kilómetros de costas, nidifican en zonas pequeñas donde hay otras especies, de las cuales dependen para su alimentación como vimos. Y se amontonan en esos lugares. Es decir que cumple con 2 de los 3 criterios, por lo tanto es rara. Podría ser vulnerable por eso mismo: colonias chicas, población chica. Podríamos decir que son raras por naturaleza y no porque el hombre las llevó a eso. Es importante conocer su biología para el futuro, para saber cómo protegerlas. En 1991 decía Pablo Yorio: En los últimos 20 años se descubrieron las colonias de la Patagonia. Antes se la
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limitaba a Tierra del Fuego y Malvinas. Ya vimos que no es una especie abundante. Por lo tanto requiere de estudios y cuidados diversos.
Vivencias
Almorzando en Puerto Haberthon (Tierra del Fuego) donde pude ver Gaviotas Australes. Con Bautista y Virginia: mis padres. (Primavera 1987).
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VIERNES Me levanté temprano. Cuando la claridad auroral penetró la carpa. El reloj despertador sonó a las cuatro de la madrugada. Mojé los ojos en la luz naciente mientras el viento traía dulce sonido: era la melódica voz de los pingüinos. El cielo azul reflejó la luna y en soledad magnífica subí la duna. El sendero me llevó hasta el mar, las dulces criaturas caminaban ya, elegantes y esbeltas hacia las aguas mientras el cielo por el Oriente mostraba rosas y naranjas. Me miraron… en mágico gesto los besé y luego… emocionada al sublime momento, me entregué. Absorbí ese misterio salvaje de la tierra y se perfumaron mis poros con el olor de sus esencias.
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Frente al mar. Descansé llena de paz sobre carmíneas piedras y pude compartir con ellos el mundo idílico que les rodea. El mar, turquesa y espejante jugaba con sus cuerpos brillantes. Un concierto de olas y viento de gaviotas, de ostreros, en contrapunto de voces elevó sus armonías al cielo; y yo, recogí en mis manos la pureza inmaculada de la vida que en embriagantes tragos a mi alma… se ofrecía. * (Realizado en Cabo Dos Bahías, una lejana mañana del mes de diciembre de 1982).
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POPURRÍ DE CUADROS
Dos bocetos sobre el Pingüino Magallánico. Lugar: Cabo Dos Bahías (Chubut).Técnica: pastel al óleo sobre Canson.
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“Tempestad”. Óleo sobre tela, donado al Centro Naval de Buenos aires. 70x100 cts.
“Isla de Los Pájaros”(Flamencos, Ostreros, Gaviotas, Gaviotines, Biguás). Óleo sobre tela, 50x70.
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En página 151: Pareja de Lobo Marino de un pelo con Elefante Marino y Gaviotas Cocineras en Punta Norte. Dos óleos sobre tela donados a la Dirección de Turismo de Río Negro el primero y al Sr. Carrasco el segundo.
“Camino al mar”. Óleo sobre tela. En poder del Sr. Héctor Olsen.
“Valle Cabo Dos Bahías. Guanacos en lo alto. Óleo.
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Escondido”.
“Polar” (Serie Sobreviviendo). Pingüinos de Barbijo en La Antártida. Óleo 60x80. Donado.
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“Pareja”, (Serie Sobreviviendo). Pingüino Magallánico. Óleo 60 x 80.
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“Isla Arce” (Serie Sobreviviendo). Lobo Marino de Dos Pelos. Óleo 70 x 100 cts. Mi cuadro preferido. Lugar: Cabo Dos Bahías (Chubut). Abajo: Elefantes Marinos en Caleta Valdés (Chubut). Boceto de pastel al óleo sobre canson.
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“Garcitas”, pichones de Garza Blanca en Punta Roja. Óleo sobre tela 40x60.
“Isla de Los Pájaros”. Ostreros y Gaviotas. Óleo 40x70.
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Dos vistas de Isla Roja. Ă“leo sobre chapadur entelado. Vendidos a la Sra. Mirta Ipolitti.
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PopurrĂ de fotos
Flamencos rosados en el Acuario Mundo Marino de San Clemente del TuyĂş. Abajo: Lobo Marino de un pelo en el mismo Acuario.
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Ballena Orca Actuando y saludando al pĂşblico en Mundo Marino.
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Flamencos Rosados en el Acuario de Mar del Plata.
Lobo Marino perdido en Mar Azul.
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Pingüino Rey (Aptenodytes Patagonica) anidando con pingüino Magallánico en el Acuario de Mar del Plata. Esta especie solamente anida en Islas de nuestro Sur y en la Antártida. En página 162: Pingüino Emperador (Aptenodytes Forsteri) en una bella imagen tomada de Internet. El más grande de todas las especies, solo se lo encuentra en La Antártida. Suele migrar hasta Tierra del Fuego.
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Pingüino Penacho Amarillo (Eudyptes Crestatus crestatus) en Isla Pingüino (Ría Deseado) donde anidan junto con el Magallánico. Único lugar del continente donde se puede ver éste lindo pingüino.* Foto: A. Patrian. *Según el guardafauna de Punta Tombo Sr. Héctor Olsen, en el año 1987 durante mi estadía, me informó que habían sufrido una masacre por acción de radioactividad que los buques ingleses dejaron en el mar cuando ocurrió la guerra de Malvinas en 1982. Usaban armas atómicas.
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Huevos de Ñandú Patagónico. ( Pterocnemia Pennata Pennata).Foto: Erika Hall.
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VIVENCIAS … Y OTROS APUNTES DE VIAJE
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UN DÍA EN ISLA DE LOS PÁJAROS
Cuando bajó la marea pude acercarme a esa pequeña isla, mundo mágico de seres dulces y alados. Un coro inmenso me recibió. Una conjunción de notas, de melodías y ritmos atronó el aire. Sobre mi cabeza cientos de alas desplegadas adornaban el cielo de paz y alboroto. El aroma marino embriagaba y mis pies pisaron caracoles, arena y piedras cubiertas de algas y musgos. El viento apagó un tanto las voces cantarinas; los gritos magníficos de los bellos seres alados. Gaviotas, ostreros, cormoranes, skúas, garzas, flamencos… Un mundo de fantasía que bien podría integrar la página más bella de un cuento para niños. Ante tanta vida sentí que ese no era mi lugar, no es el lugar para ningún ser humano. Por eso, porque me sentí intrusa en el santuario de la naturaleza y por temor a violarlo y alterar la dulce paz que reina en él, volví prestamente, aunque impregnada de tristeza por tenerme que ir, al mundo de los humanos. Pero llevaba dentro una luz nueva, una alegría que nació en los momentos que compartí con ellos, ¡oh seres alados del mundo!
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AMANECIENDO CON LA NATURALEZA EN CABO DOS BAHÍAS
Era las cinco de la madrugada de un día tormentoso cuando me dirigí con todo mi cargamento hacia la pingüinera. Caminé quedamente, acariciada por el viento frío mientras el coro de voces más sublime desgranaba en el aire sus rítmicas notas. En las cuevas, entre los juncos, en las rocas, en los túneles, en todas partes hombrecitos de frac que miraban con asombro y cierta inquietud mi paso solitario. El cielo, hacia el sur tenía reflejos de luces doradas pero un colchón de negras nubes fantasmagóricas oscurecía la alborada. Cansada de andar con el viento, encontré una roca protegida donde instalarme y observarlo todo, sin molestar a las dulces criaturas. El panorama que se ofreció a mis ojos y a mis oídos era magnífico. Estaba lejos de toda civilización y presencia humana. Yo formaba parte de ese mundo y me sentí feliz de que fuera así. Fue muy fácil integrarme a él. El rumor del mar gris-violáceo llegaba algo atenuado por el sonido más avasallante del viento sur. Las voces de los pingüinos en un dulce bullicio. A veces, una luz más fuerte caía sobre el mar donde nadaban ausentes algunos cisnes de cuello negro, cormoranes y petreles. En una pequeña bahía de suave oleaje una encantadora pareja de pato vapor con su hijito. Grupos de gaviotas cocineras y ostreros negros revoloteaban cerca dejando oír sus fuertes gritos que hacen estremecer el alma de emoción. También negros skúas rondaban buscando algo para comer. Frente a mí una pequeña isla llena de vida. Mezclados con el mar y el viento me llegaban rugidos de lobos marinos. Podía distinguir un mundo de gaviotas cocineras, pingüinos y cormoranes.
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En ese momento hubiese querido tener alas para poder superar el mar que me separaba de esa isla y llegar a ellos. Internarme en sus senderos y descubrir la vida que lograba imaginar. Cerré los ojos y soñé; las imágenes desaparecieron y sólo llegaba una mezcla de sonidos. Entonces, sentí que mi alma estaba allí, en el corazón de la isla, rodeada de animales que ejecutaban un concierto que tan sólo yo podía escuchar. Me entregué al sueño y cuando abrí los ojos, el sol brillaba con fuerza entre las gruesas nubes y el mar había tomado un tinte ligeramente azulado. Entonces me lancé a descubrir nuevos rincones ocultos de ese mágico lugar. Caminando entre rocas, canto rodado y arena, siguiendo la línea de la marea alta –estaba en bajamar- a través de las restingas que quedan al descubierto. Iba libre, parecía volar y quería atraparlo todo, que nada escapara a mi ansiedad salvaje de beber en la savia de la naturaleza. Negros skúas acompañaron mi andar lento y dificultoso. Desde los huecos rocosos llegó la presencia de algunos pingüinos que eligieron lugares alejados de todo vestigio humano para hacer sus nidos. Al verme, retrocedían y me amenazaban abriendo sus picos y emitiendo desafiantes gritos. Yo debo haber sido algo así como una especie depredadora para ellos. Entonces me alejé para no asustarlos y no alterar su agreste hábitat.
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AVENTURA ALADA EN PUNTA ROJA
Las primeras luces de la mañana nos descubrieron atravesando blancuzcos montículos de arena –que en parte ha fijado las matas de coirón- mientras un sublime coro de voces crecía y crecía a mi paso. Ante mis ojos una imagen incomparable de criaturas con frac que vestían de vida y color los lugares más altos. Allí, despertando a la mañana, miles y miles de pingüinos aparecían parados junto a sus cuevas, en un dulce amontonamiento que me provocó la más tierna de las emociones y un sublime asombro ante cuadro tan incomparable. Al fondo de esa ciudad enorme –en un rincón del cerro- sobre verdosas matas de jume, que contrastan con la aridez del entorno, bellísimas y elegantes garzas blancas anidando. Mejor distribución no podía haber hecho la naturaleza. El cielo comenzó a aclararse lentamente y el mar espléndido fue abriendo sus coloridas rosas a mis ojos absortos. Al llegar frente a la isla, otros sonidos alados fueron llenando mis oídos de música y de vida. La marea baja permitió que pudiese acceder a ese mundo idílico, resbalando alegre entre afelpadas rocas musgosas. Allí, el alboroto fue genial y un mundo de gaviotas cocineras atronó el aire rompiendo el silencio mientras revoloteaban inquietas sobre mi cabeza. Cuando me acerqué a las construcciones lunares de los cormoranes bellísimos, el sol –como un enorme disco rojo- surgía desde el mar que se había teñido con flecos dorados, mientras que hacia el suroeste mostraba su inigualable azul. Sobre las restingas verdosas, los primeros rayos, dejaron caer hilos de plata que brillaron como diamantes y un aire fresco y suave sopló sobre la isla, acariciándome dulcemente.
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En la lejanía, la isla Lobos regalaba a mis ojos su extraña forma en cuya punta los cormoranes parecían perlas negras, y rodeándola, como un anillo, hermosos ejemplares de lobos marinos, dormitaban al sol naciente. Una pequeña isla de restingas aparecía cubierta por la blancura inmaculada de las palomas Antárticas, cada metro de la isla estaba ocupado por distintos seres que conviven y comparten algunos meses de sus vidas. No teníamos lugar allí donde ellos disfrutan de un mundo único que no es el nuestro, aunque mucho deseé que lo fuese, y sentí que debía dejarlos en el misterio de esa paz que ruego a Dios, nunca se vea alterada por seres humanos, para legarlo al mundo en toda su pureza, tal como la naturaleza nos lo regala. Y es nuestro deber cuidarlo, porque es el mejor regalo que nos da la vida y lo mejor que podemos ofrecer a nuestra Patria y a nuestros semejantes.
UN BAÑO RECONFORTANTE
Era media tarde de un magnífico día de sol y calor, que había comenzado muy temprano para nosotros –las 3.30 de la madrugada- dejando en mis retinas toda la fiesta salvaje de la vida animal. Cuando hablo de nosotros, me refiero a mi persona y a mis incansables padres. La isla encantada había quedado atrás, después de haberme regalado su mundo de ensueño durante algunas horas que fueron, la visita al paraíso. Con sus lobos inquietos ante la presencia humana, los elefantes descansando en los piletones rodeados de musgos entre verdes y marrones que iluminó mágicamente el sol con reflejos de plata. Los cormoranes esbeltos, suaves, dulces como el silencio de una noche en el desierto.
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Las bullangueras gaviotas cocineras y sus tiernos pichones de suave seda perdiéndose entre las blancas piedras. Y los skúas, y las palomas antárticas y los ostreros arrastrando su bello pico escarlata… A lo lejos, sobre la ladera de la pequeña sierra, alcanzaba a distinguir la blanca figura de las hermosas garzas. La imagen de sus feúchos pero simpáticos pichones, de sus artísticos nidos de ramas entrelazadas, tan presente aún en mi memoria, que se me llena el alma de gozo. En el camino hacia el auto, volvimos a atravesar las lomas de arena, a escuchar el lenguaje de los gentiles “pájaros niños” (como suelen llamar a los pingüinos) que hasta parecían acostumbrarse a nuestro paso. Me dolían los ojos de tanto admirar la belleza, plena de absorber el aire suave, algo fresco, que endulzaba sin embargo el cansancio que sentía después de varias horas caminando, fotografiando, recogiendo bocetos y tomando apuntes. Eran horas de gozo supremo en medio de un edén lejano y perdido en el sur del continente. Bajé las lomas para ir por la vera del mar, la marea estaba subiendo y en uno de los tantos recovecos de la costa, se abrió a mis ojos una magnífica playa de arena finísima, escondida entre paredones de rocas. Sus únicos dueños – disfrutando del sol y del canto susurrante del mar transparente-¡los pingüinos! Un montón de ellos. Me detuve a mirarlos, parecían tan felices que sentí deseo de unirme a ellos. No lo pensé mucho, el deseo fue más fuerte y me convertí en pingüino. Pero para ellos debo haber sido un horrendo animal desconocido porque al verme, huyeron cómicamente, como respondiendo a una orden, todos juntos al agua y a grandes saltos desaparecieron de mi vista dejándome sola. En la escondida playa, dejé entonces que el agua mojara mis pies cansados, y el mar susurraba melodías dulces para que yo lo escuchase y me llevase ese momento por el resto de mis días en la tierra. Algunos otros pingüinos que venían hacia las playas desde sus nidos lejanos, siguieron avanzando indiferentes al verme, de vez en cuando me miraban de reojo, pero terminaron cerca de mí, jugueteando en el agua.
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Fui feliz, pero también era una intrusa allí, por lo tanto, reconfortada y fresca, salí del agua y me senté en una roca cercana mientras ellos seguían jugando. Al rato, ya convencidos que no había peligro, llegaron a la playa en acompasados saltos, todos los pingüinos que habían huido al agua. Se quedaron allí, secándose al sol, sin prestar atención a mi presencia. Cuando me alejé, imaginé que esa playa sería de ellos por siempre.
ESPERANDO LA NOCHE EN PUNTA NORTE
Olor a mar y a lobos en celo inunda el aire cuando las últimas luces del día largo del sur abandonan lentamente la calma y la quietud casi agreste, casi salvaje… anunciando la medianoche. Y una melodía de aves marinas roba armoniosamente la violeta del silencio. El oleaje de marea alta danza rítmicamente y sobre el canto rodado de la playa, rugen los lobos en reclamo de amor. Y es su voz, una sinfonía alada que mece el viento entre sus brazos australes y fuertes. Una luz rosada agoniza en el oeste y el mar adquiere un tinte violáceo que se desvanece para quedar sugestivamente en sombras. Y su canto, cuando ya es noche y el frío maravilloso se apodera del Ser, se derrama total en mezcla armoniosa de viento y voces animales sobre el alma de quien lo escucha con el corazón dispuesto a oír los sonidos maravillosos con que nos sorprende la naturaleza.
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HACIA EL MUNDO DE LAS ROCAS
La esperanza de ver a dignas criaturas del mar –lobo marino de dos pelosme introdujo en el reino de carmíneas y puntiagudas piedras que en laberinto rocoso penetran en el mar abierto. Iba caminando bajo el sol radiante de la tarde. Saltando, cayendo, jugando… el mar tenía allí el más sublime de los celestes. En fusión con el celeste del cielo lo abarcaban todo. Desde la altura imponente su inmensidad es apabullante. Después de vagar bajo el sol en el corcel del viento llegué a destino. Busqué entre los recovecos carmíneos a las gráciles criaturas, pero no estaban… el rugir del mar era el único mensaje, la diminuta figura de una isla lejana y un barco navegando en el horizonte. El silencio prístino me dejó al oído la dulce tentación de quedarme. Pero volví, volví a la mañana siguiente, en busca de las criaturas del mar. Claro que el cielo ya no era celeste, lo cubrían grises nubes de tormenta. Y el mar, no era ya el manso mar en calma, sino un descolorido mar picado y revuelto. Y allí, donde el oleaje se rompe en finísimas gotas de espuma, algunos lobos jugueteaban alegremente. Dos de ellos –hábiles trepadores- se habían subido a unas rocas y permanecieron estirándose mientras yo, desde el hueco de otra roca, observaba la fina elegancia de este ser que otrora fue tan perseguido y hoy se trata de recuperar. Algunos cachorros, arrastrados por las olas subían y bajaban en un juego inocentemente infantil. El frío y el viento golpearon mi piel y mi alma, el mar fue todo mío. Ellos… siguieron jugando con las olas, yo… envuelta en sublimes sensaciones,
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comencé a desandar el camino lentamente, sin sentir frío. El cielo abrió algo sus telones de misterio y cuando me alejé del lugar, el sol acariciaba ya la estepa arbustiva con suavidades de terciopelo.
EN CALETA VALDÉS
Canta el mar muy lejos y el viento acaricia, mientras el sol refleja la vida maravillosamente. El aire fresco, la marea baja, el silencio total… y allá abajo, al pie de las altísimas barrancas, junto a verdosas restingas, un grupo de elefantes marinos que tienen el paraíso ideal. Durmiendo, jugando en los piletones, desplazándose graciosamente sobre sus cuerpos que semejan enormes pepinos o rascándose cómicamente con las aletas que parecen manos… están ellos, los dulces animales que alguna vez fueron perseguidos sin piedad por otro representante del reino animal que no sabe más que destruir a las demás criaturas que comparten con él, ese extraño misterio de vida que es el planeta tierra. El mar es aquí el reino del azul, salvaje, agreste…que desde lo alto de esas barrancas parece de una insignificancia total a pesar de su inmensidad. En esta paz, en estos silencios, parecieran estar lejos de todo alcance humano, yo siento por un instante que el mundo empieza y termina aquí, donde tan sólo se escucha el mar y el viento, donde el cielo diáfano y las criaturas que duermen al sol, son el mensaje del pasado y el mandato del futuro. El pasado que no debe repetirse y el futuro que debemos proteger.
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ESPERANDO LA LLEGADA DE LAS ORCAS
Cerca de las once de la noche de un día de diciembre en Punta Norte. Calma total, occidente se veía envuelto en luces violáceas y ocres; que muy lentamente se fueron apagando. Miraba el mar que cambiaba constantemente de tonalidades hasta convertirse en una masa oscura con destellos blancos de espuma… sabía que vendrían… En la playa, los lobos se relajaron después de la actividad a que los obligó la pleamar con la llegada de hembras. Todo estaba en calma, pero las orcas no llegaron y como la noche desplegó su manto sobre la total soledad que me rodeaba, comencé a caminar hacia el refugio lentamente, mientras el faro, a lo lejos, me hacía guiños de secretos. Esa noche dormí sabiendo que las orcas llegarían por la mañana. Por eso, la primera luz del alba me encontró frente al mar, era un día magnífico de sol y mar en calma. Los lobos comenzaban su actividad, ya faltaba poco para la marea más alta y esperaban la llegada de hembras. Algunos cormoranes y petreles flotaban sobre las olas donde los rayos del sol brillaban como diamantes. Fue en ese momento que desde el norte, vi acercarse un bulto negro, y otro, y otro… ¡eran las orcas! Una familia con sus ballenatos, venían muy cerca de la playa y dejaban ver su enorme aleta y parte del cuerpo. Los pequeñuelos iban detrás con una elegancia digna de admiración. Luego se dispusieron a jugar con sus padres, pasando por arriba o por debajo una y otra vez. Mientras los padres, con una maravillosa paciencia correspondían a sus juegos. Largo rato permanecieron así, iban y venían, hasta desaparecer definitivamente y entonces, la paz se instaló, el sol estaba bastante alto y acariciaba con fuerza, con la misma fuerza con que lo sentía en mi corazón.
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EN PUNTA DELGADA
Punta Delgada es un paraíso ideal para los lobos marinos. Era una tarde espléndida de sol cuando llegamos. Bancos de algas flotaban en la transparencia del agua que deja ver las rocas y los lobos nadando. El lugar es de altas barrancas rocosas que tienen al pie una pequeña playa de arena en bajamar e irregularidades con paredones de rocas sobresaliendo hacia el mar. Arriba, tomando sol, en silencio, en medio de una gran soledad y una gran belleza, viven una etapa de sus vidas cientos de lobos marinos de un pelo cuyas voces poderosas se mezclan con el viento y el sonido de las olas para llegar a nuestros oídos con una extraña y natural armonización que tan solo la naturaleza puede realizar. Feliz de permanecer allí, permanecí el resto de la tarde hasta que las primeras sombras anunciaron la noche. Las horas pasaron rápidamente mientras observaba, pintaba, escribía, quería lograr interpretar tanta belleza derramada en ese idílico lugar. Mi única compañía era una pequeña lagartija que tenía su cuevita en la roca que me servía de apoyo y que asustándole mi presencia había corrido presurosa a esconderse en el hueco. Pero luego, al ver mi quietud, permaneció a mi lado con total confianza. Mi otra compañía era una víbora que se había confundido con el color y forma de unas matas y casi la atropello. Cuando advertí su presencia busqué otro lugar y procedí a dejarla tranquila, lo cual hizo que se dispusiese a dormir. El tiempo pasó, un dulce silencio se derramó sobre mi alma y llenó de paz mis manos llenas de vida.
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PINTANDO EN LAS SIERRAS
Varias veces fui a pintar en aquellas sierras cercanas al mar en uno de los tantos rincones idílicos de Cabo Dos Bahías. Allí podía encontrar la paz, la soledad, el silencio… ingredientes tan necesarios para mi espíritu creativo. En un pequeño valle cubierto de magnífica hierba y rodeado de paredes rocosas de diversos colores, me instalaba con todas mis cosas. Cuando quería ver el mar, subía un pequeño montículo de rocas y su imagen intensamente azul surgía en el horizonte como por encanto. Podía sentir su aroma cuando fuertes ráfagas de viento penetraban por el angosto desfiladero que desemboca en el valle y tiraban todo lo que tenía para pintar. A veces, reinaba la calma y el sol derramaba poder, haciendo insoportable las horas allí. Pero todo resultaba compensado por ese silencio casi místico que me traía el dulce canto del chingolo y de las martinetas que en algún lugar de la montaña se llamaban tiernamente. En una oportunidad, un ñandú con unos veinte charitos (pichones) bajó al valle lentamente sin advertir mi presencia, algo escondida detrás de unas rocas. Entonces, traté de permanecer quieta, sin hacer ruido y jamás olvidaré la gracia que me causó ver correr a los críos de diferentes edades entre las altas hierbas. Parecía que lo tomaban como un juego; corrían, caían, daban vueltas, hacían extrañas piruetas, se chocaban, volvían a correr. Era todo muy divertido hasta que una ráfaga de viento voló mi hoja de dibujo delatando mi presencia. Fue así que se armó un gran desbande y huyeron todos hacia la montaña en total desorden.
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En otra oportunidad, una tarde bastante tormentosa con gruesos y amenazadores cúmulos, comencé a sentir un relincho lejano que llegaba a cortos intervalos de tiempo. Como estaba muy ocupada no le di importancia, pero el relincho se hacía cada vez más cercano y retumbaba en el silencio con mágicas tonalidades. Busqué el lugar de su procedencia, y en la punta más alta de un cerro, descubrí a un guanaco, causante de esos musicales sonidos. Era una madre guanaco, porque al rato un pequeño “chulengo” corrió hacia ella y se puso a mamar. Después, aparecieron más guanacos, todos parados en las partes más altas de las sierras, y mirando hacia el valle donde yo me encontraba comenzaron a gritar. Al rato, aquello era un verdadero concierto que la magnificencia del lugar, como un gran y natural anfiteatro, convertía en algo supremo y divino. Sin duda, mi extraña y solitaria presencia allí los había alterado y buscaban que me fuera, o quizás no era más que una manera de darme la bienvenida. Eso en realidad nunca lo supe porque muy pronto los gruesos cúmulos largaron agua y debí buscar prestamente refugio. Pero como todas las tormentas estivales, pasó rápidamente, y el sol, más fuerte que nunca derramó sus bendiciones sobre la humedad del valle. Y cuando regresé, los guanacos ya no estaban, la soledad parecía mayor y no sé por qué, por primera vez la sentí muy dentro de mí y ya no pude seguir pintando.
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SECCIÓN
MAMÍFEROS
MARINOS.
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CAPÍTULO VII LOS CETÁCEOS
Los cetáceos son mamíferos de respiración pulmonar y adaptación acuática, cuyos antepasados pudieron haber sido animales terrestres. A diferencia de los pinnípedos, sus crías las tienen en el mar. No poseen pelos ni glándulas en la piel, excepto las mamarias, pues las hembras tienen dos mamas en el abdomen, cerca de los órganos genitales, las que permanecen casi siempre recogidas dentro de una cavidad especial de la que salen cuando amamantan a la cría. Carecen de orejas y debajo de la piel poseen una gruesa capa de grasa. Se alimentan de kril y de diminutos crustáceos. Pueden sumergirse a grandes profundidades, algunos hasta los 900 metros, permaneciendo hasta 50 minutos. (Bellisio, 1974).
Luna llena en Puerto Madryn, cerca del lugar donde llega la Ballena Franca para tener sus crías todos los años.
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CON EL MAR (Frag.) Oh mar, mar maravilloso y bueno, dame tu yodo, dame tus alas y cúbreme con tu ser sereno… oh mi mar azul, dame tus alas.
Yo que sueño ser como tus olas, como la espuma que se deshoja en mi piel sedienta, y me moja con la tersura de sus corolas.
Oh mar sonoro, ¡qué dulce antojo!, oh viento de mar, ¡cúbreme toda!, como novia que espera la boda, ya sus criaturas llenan mis ojos.
Soy tu brote en la ciudad amarga, podredumbre de ciudad que mata y me atenazan sus sombras largas, ciudad de piedra, ciudad de lata.
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Oh mar, mar de mis sueùos alados, detiÊnete en mi pecho tan casto con el verde de tu mundo vasto calma mi sed de amar‌ mi pecado.
Soy tu esencia, tu esencia primera, oh mar, mar que acaricias mi busto, en tu piel florezco como arbusto que retoĂąa con la primavera.
Soy un poco tu sal y tu arena oh mar tan azul y tan profundo, limpia de polvo mi triste pena, ya, en tus plantas verdes me hundo.
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Pareja de Ballena Orca frente a Punta Norte (Chubut) y Orca saluda después de una actuación en el acuario Mundo Marino de San Clemente del Tuyú.
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LA BALLENA ORCA (ORCINUS ORCA) ORDEN: CETACEA SUBORDEN: ODONTOCETI FAMILIA: DELPHINIDAE
Los representantes de este suborden abarca a los cetáceos con dientes y un solo orificio respiratorio. Son más pequeñas en general que las ballenas verdaderas, y son carnívoros y depredadores. Siendo la Orca un Delfín grande.
ALGUNOS ASPECTOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Es un auténtico delfín sin hocico y es el mayor de todos ellos. También se lo llama Espolarte. El macho alcanza entre 8 y 10 metros de largo con un peso de 8.000 kilos. La hembra no pasa nunca de los 7 metros. Es una de las pocas especies en que la hembra es menor que el macho. El cachorro cuando nace mide unos 2.70 metros de largo. Tienen una gigantesca cola y las aletas delanteras redondas y anchas crecen en el macho toda la vida. La aleta dorsal alcanza los 2 metros de altura y es de forma triangular, en las hembras resulta ser más chica.
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Tienen la espalda negra y el vientre blanco y una gran mancha blanca ovalada detrás de los ojos, y su piel es completamente lisa y brillante, es el más bello de todos los cetáceos. Distribución geográfica Se las encuentra en los mares de todo el mundo, pero más en aguas del Ártico y del Antártico. En Punta Norte (Chubut) se ven distintos grupos de Orcas que suelen pasar frecuentemente con marea alta en busca de lobitos o lobos grandes enfermos. Y andan en familia, con sus pequeños ballenatos que se observan jugando. En realidad se las puede ver desde Punta Buenos Aires a Punta Delgada y en los Golfos San José y Nuevo. (Daciuk 1974). Y según me comunicó el Sr. Héctor Olsen (guardafauna amigo de Cabo Dos Bahías y Punta Tombo), se han visto en la zona de Cabo dos Bahías, donde suelen estar los lobos marinos de dos pelos (Arctocephalus australis). Reproducción La fecundación tiene lugar en noviembre y enero. Los machos llegan a la madurez sexual cuando alcanzan los 5,7 metros y las hembras a los 4,80 metros de longitud. La gestación dura entre 12 y 16 meses y la lactancia de 12 a 14 meses. El cachorro se mantiene junto a la madre durante los dos primeros años, para luego comenzar el aprendizaje junto a los machos adultos. Alimentación Es muy voraz y prefiere presas de sangre caliente. Su dieta se compone de peces en abundancia, delfines, focas, pingüinos y leones marinos. Incluso atacan en grupo a las mayores ballenas.
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Pero no hay pruebas que mate ballenas grandes en condiciones normales, dado que pueden sumergirse a grandes profundidades donde no llegan las Orcas. Sin embargo, antiguos naturalistas, han realizado terribles relatos sobre su voracidad insaciable, su forma sangrienta de actuar y de atacar a grandes ballenas, aunque después no las comían. Todo esto sirvió para alimentar la creencia de que las Orcas son “asesinas”. Lo cual no es verdad, y aquellos relatos no son más que leyendas transmitidas de generación en generación sin fundamento alguno. Para cazar los lobitos recién nacidos son capaces en su audacia, de subirse sobre la playa cuando la marea está alta y luego, en una rápida maniobra, usan la ola para retroceder a aguas más profundas. Lo he podido comprobar personalmente en ocasión de estar estudiando los lobos y elefantes marinos de Punta Norte. Gracias a Dios fallaban en el intento. No está comprobado que ataque al hombre, aunque si éste está en alta mar y en situación sospechosa de molestia para ellas, pueden hacerlo. N.B. Bellisio (1966) refiere que nunca fueron atacados por Orcas que aparecían imprevistamente cerca de sus pequeñas embarcaciones, cuando se encontraban trabajando en el archipiélago Melchior (Antártida Argentina). Lo importante es saber –hoy, año 2016- que cumplen una importantísima misión en el mar, para mantener el equilibrio ecológico necesario, como caza a los animales enfermos, débiles o viejos, impide cualquier degeneración en especies como pueden ser lobos, elefantes marinos, pingüinos, etc. No es “asesina” como se la conoce desde tiempos antiguos; y si mata, es por hambre y defensa, no por el hecho de matar como lo hace muy frecuentemente el ser humano. Comportamiento Las Orcas forman grupos que se unen para toda la vida y que pueden ser de 8 a 15 individuos, quizás menos también, como se puede observar en Punta Norte.
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Estos grupos están formados por hembras, cachorros, machos adultos y jóvenes. Siempre hay un macho adulto que es el jefe del grupo y quizás el encargado de enseñar a las Orcas jóvenes las leyes de la caza. Esos grupos están formados por familias lideradas por hembras ya que las crías, una vez adultas, no abandonan a la madre. Tal vez por esa razón las hembras viven más (80 años) que los machos que viven 50. Su manera de nadar es ondulante, sacando parte del cuerpo fuera del agua y mostrando su bellísima aleta dorsal. Parece que pueden comunicarse entre sí por medio de un extraño sistema de ecolocalización de sonidos que les ayuda a buscar los alimentos y a evitar los obstáculos, llamados CLICKS, funcionan como un radar, a partir del eco de las ondas sonoras. Este sistema lo comparten con otros Delfines, como por ejemplo con las Toninas Overas (cephalorhynchus commersonii). Pero lo interesante es que como los seres humanos, las orcas emiten diferentes sonidos para comunicarse, según el lugar y el grupo al que pertenezcan –según investigaciones llevadas a cabo por dos científicos en Canadá- John Ford y Miguel Iñíguez (Argentino), año 1991- quienes aseguran que pueden desarrollar capacidades políglotas cuando la necesidad obliga a intercambiar información con integrantes de otros grupos. Ellos descubrieron que emiten una gama de sonidos para comunicarse, desde silbidos hasta llamados, por vibración de unas membranas, a la manera de cuerdas vocales, en el interior de su aparato respiratorio que es independiente del digestivo. De hecho, las Orcas “hablan” con lo que sería su nariz y no con la boca. Ese orificio situado en la parte superior de su cabeza se llama respiradero o “espiráculo”. Algunos grupos comparten ciertos llamados, eso sería porque esas familias descenderían de un mismo ancestro, dicen que cuanto más llamados en común, mayor es el grado de parentesco. Si bien su lenguaje no tiene una estructura gramatical como el humano, el lenguaje de las orcas sí tiene una extraordinaria complejidad acústica. Ellas pueden “hablar” más de un dialecto y las de una región nunca olvidan los llamados que comparten con sus vecinas. Una familia puede producir entre 5 y 12 llamados que la caracterizan. Y los dialectos se transmiten de generación en generación, lo que marca el parentesco entre grupos como vimos más arriba.
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Compartiendo su mundo Estando en Punta Norte he podido observar varias veces la llegada de las Orcas. Siempre aparecían en familia. Recuerdo una de ellas formada por 5 individuos (madre, padre y tres ballenatos juguetones). Aparecen cuando sube la marea para poder acercarse a la playa a cazar algo para comer. Por suerte, no tuvieron éxito las veces que las vi en esa tarea; pero sí me ha manifestado el guardafauna que suelen hacerse de lobitos pequeños que andan descuidados en la orilla. Lo que sí me encantó ver es como jugaban los ballenatos con sus padres, como si fueran niños. Era enternecedor y gracioso observar sus juegos. En ese momento es difícil imaginarlo como un animal “asesino”, simplemente es un ser que responde a las leyes de la naturaleza, de las que el hombre casi siempre se aparta.
Algunos datos de su pariente, la Tonina Overa (Cephalorhynchus commersonii). ORDEN: CETÁCEA SUBORDEN: ODONTOCETI FAMILIA: DELPHINIDAE
La tonina overa, también llamada "Delfín de Comerson" se caracteriza por sus contrastantes colores blanco y negro, muy parecidos a la Orca. Se desplaza en grupos de 5 a 10 individuos. La ecolocalización le permite al delfín emitir diferentes sonidos en forma de pequeñas ráfagas de impulsos sonoros (tanto de alta como de baja frecuencia) llamados "clics" a partir de los cuales produce una devolución de esas señales en forma de "ecos" que al ser analizadas se convierten en información precisa respecto al entorno. Adicionalmente, una audición
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direccional muy sensible, facilita una ecolocalización extremadamente precisa y otorga a todos los delfines un sistema sensorial único en el mar. Las toninas son animales atrevidos y curiosos que se acercan con frecuencia a los barcos junto a los que nadan a veces en su proa con el vientre hacia arriba. (*) Es posible también observarlas desde la costa ya que una de sus técnicas de caza es buscar a sus presas (pequeños peces y calamares) contra la costa en aguas poco profundas, o aprovechar las grandes mareas de la zona para interceptarlas en bajamar, un sistema similar al de las Orcas como vimos antes. Los pescadores solían cazar a la tonina overa porque su carne la usaban como cebo para la centolla y el centollón. Pero el mayor peligro para ellas son las redes tendidas para la caza de róbalos y langostinos. A partir de julio de 2001, las toninas overas se encuentran protegidas en la provincia de Santa Cruz, gracias a la ley provincial N° 2582, que las declaró Monumento Natural Provincial y desde el año 1986 se realiza un proyecto de investigación en toninas overas en Puerto Deseado, Provincia de Santa Cruz, lugar donde tuve oportunidad de conocerlas y admirarlas en el año 1987.
(*) En oportunidad de navegar la ría Deseado en el año 1987, para visitar el lugar de nidificación de los cormoranes grises en Barranca Elena, pude gozar con el magnífico espectáculo de estos dulces animalitos que en todo el trayecto nos siguieron al costado de la lancha a motor, dando saltos alegres y sin dejar de acompañarnos en ningún momento. Guardo de esos momentos los recuerdos más hermosos que atesoro en el corazón. Ellas inspiraron una historia para niños que muchos años después cuento en el libro infantil CUENTOS DEL SUR (edición 1994, 2010 y 2015).
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Tonina Overa: foto Carolina Tosi.
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VIVENCIAS NOCHEBUENA DE LUNA LLENA (Soneto visual). Nochebuena. Tengo luna en mis ojos que desde el camino miran el mar. La luna redonda moja el rostro espejado sobre el mundo de sal.
En mis manos tengo silencio y vida mi alma fresca se viste de paz y la frescura se hace poesía ante el egregio misterio de amar.
Es sublime el momento que la noche regala a mi ser que sueña ser agua para acariciar la luna de plata.
Y esas criaturas que surcan la noche dejan en m un sublime mensaje que flota en la brisa… y en mi alma late.
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LA BALLENA FRANCA (EUBALAENA AUSTRALIS) ORDEN: CETACEA SUBORDEN: MYSTICETI (*) FAMILIA: BALAENIDAE (*) Los cetáceos del suborden Misticetus no poseen dientes, con barbas. Y tienen dos orificios respiratorios sobre la cabeza. En cambio las Odontocetus tienen dientes. Son las llamadas “ballenas verdaderas” y son uno de los mayores animales que existen. ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Esta ballena por su lentitud al desplazarse, por flotar al estar muerta y su alta producción de aceite, se la considerá por los balleneros como las únicas “francamente” ideal para cazar. De ahí su nombre: BALLENA FRANCA. También se la conoce como Ballena del Sur o Austral, y en nuestro país está considerada como Monumento Natural Nacional y cuenta con protección. Se trata de la más antigua y de mayor tamaño que existe, se debe a sus hábitos costeros que le asegura fácil alimento. Carece de aleta dorsal y tienen una cola larga y debajo de la piel una gruesa capa de grasa que puede llegar hasta los 15 cts. de espesor. No poseen pelos ni glándulas en la piel con excepción de las mamarias. Su color es negro con manchas blancas en el vientre. La cabeza muy grande en relación al cuerpo y cubierta de zonas con callosidades vistosas de queratina originadas en la piel, habitualmente se observan parásitos como así
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Salto de ballena en Península Valdés. Foto G. Harris.
también piojos de ballenas sobre estas formaciones que facilitan su identificación por ser diferentes de una ballena a otra. En los machos son más grandes y numerosas que en las hembras. Dice Cabrera y yepes, 1960 que es
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una excrecencia formada “por el nido de una colonia de pequeños crustáceos parásitos”. Su aliento es expulsado por dos espiráculos dibujando en el aire dos chorros en V. Las hembras reproductoras miden de 12 a 14 metros y pesan entre 32 y 37 toneladas. Hay ejemplares que pueden llegar a las 50 toneladas, pues la longitud máxima que pueden alcanzar es de 18 metros. Los machos son algo menores, entre 10 y 12 metros y pesan 30 a 35 toneladas. El individuo más largo medido en Península Valdés fue de 15,6 metros. El ballenato mide 5 metros y pesa 600 kilos. La leche materna, muy nutritiva permite que los ballenatos crezcan rápidamente. Su gran rapidez les brinda una inmunidad contra depredadores, a excepción del hombre y las Orcas (Orcinus Orca) que pueden atacar a individuos enfermos. Depredadores Sin ninguna duda, es el hombre. En el siglo XII la Ballena Franca desapareció de las aguas de Groenlandia y los balleneros europeos se dirigieron hacia costas de Escandinavia diezmándolas muy rápidamente y cruelmente en nombre del progreso y los beneficios económicos. La caza de ballenas y pinnípedos (lobos y focas) en nuestros mares por marinos extranjeros, en especial ingleses y norteamericanos se hizo intensa después del año 1750. Comenzó en Malvinas y continuó hacia las costas patagónicas hasta Cabo de Hornos, Isla de Los Estados y otras, actuando con total impunidad. La ballena Franca está protegida desde el año 1935,en 1946 se forma la COMISIÓN BALLENERA INTERNACIONAL ( CBI) y en 1982 se logra que los integrantes de la CBI prohíban la caza mundial de las ballenas desde el año 1985 a 1990, a fin de recuperar su población que en el caso de la Franca al
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inicio de la matanza era de 100.000 ejemplares y llegó a 3.000 (datos de la CBI. Hoy no se han actualizado los datos, pero nuestro país protege su población que ha crecido bastante y llegan a pasar la temporada de cría en la zona de Puerto Madryn, Puerto Pirámides y Península Valdés. Distribución geográfica En todos los mares australes entre los 20ºS. y los 60ºS. En la costa Argentina se reproduce entre los 42º y 43ºS. (Península Valdés). Justamente se ha observado un notable aumento de la especie; llegan a las costas de Península Valdés (Chubut) por la gran concentración de plancton y las temperaturas adecuadas, ideales para los apareamientos, nacimientos y crianza. Su presencia allí todos los años ha incrementado muchísimo el turismo que llega para verlas de cerca desde todos los lugares del mundo. Por ejemplo se las puede observar en: Punta Pirámide, Punta Pardelas, Punta Norte, Punta Buenos Aires y ex puerto San José. (Daciuk, 1974). En la parte S.E. del Golfo San José se ha instalado un equipo de especialistas norteamericanos –entre ellos el Dr. Roger S. Payne- para investigar la vida de este cetáceo, siendo el lugar más adecuado para su estudio. Según ese científico, 500 ballenas pueden ser identificadas individualmente en Península Valdés. La identificación se facilita por las callosidades blancas que son diferentes en todas las ballenas ya sea en posición, número, tamaño y forma. Cumplen la misma función que nuestras huellas dactilares. Hoy, más de 600 ballenas son declaradas MONUMENTO NATURAL NACIONAL, es un 20% de la población mundial. Reproducción La llegada de ellas a la zona de Península Valdés se produce en agosto y setiembre –a veces algo antes- pues para tener sus crías abandonan las aguas antárticas y buscan más templadas y protegidas. Condición que se cumple idealmente en esa zona de nuestra País. La madurez sexual la alcanzan a los 3 años de edad. La fecundación se realiza como en los demás mamíferos por cópula.
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Tienen una cría cada 3 años, el período de gestación es de 12 meses y luego amamantan otros tantos meses. La primera etapa de amamantamiento la pasan en península Valdés, dispersándose en el mes de noviembre. Y generalmente no vuelven hasta el próximo nacimiento , en cambio los machos adultos y sub-adultos regresan al lugar cada año. Los ballenatos nacen de cola, y enseguida la madre los lleva a la superficie para que respiren. Si nacieran de cabeza se morirían ahogados en el nacimiento. Las madres son muy cariñosas con sus hijos, lo amamantan con sumo cuidado, teniendo la precaución que el cachorro pueda respirar sacando la cabeza fuera del agua. Juegan con ellos y a veces también se enojan. Debido a la gran caloría de la leche materna pueden llegar a aumentar 90 kilos por día y crecer hasta 30 cts. Diarios. La leche contiene una alta proporción de grasa y proteína. Alimentación Consumen gran cantidad de Krill y también una variedad de peces. Pueden llegar a comer una tonelada y media por día, de Krill y Plancton. En verano viven en lugares con mucha concentración de Krill. En sus viajes a los lugares de cría consumen poco alimento, viviendo de las reservas de grasa. Según Cabrera y Yepes, 1960, su alimento exclusivo son “pequeños crustáceos del grupo de las eufausias”. Las barbas córneas que poseen en los huesos del maxilar superior le sirven para filtrar el agua y quedarse con lo sólido cuando abre la boca para comer y quedan atrapados entre éstas los crustáceos planctónicos con que se alimenta.
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Comportamiento Según lo que han observado los estudiosos norteamericanos en el Golfo San José, la ballena puede tener la cola aguantada en el aire unos 10 minutos o más con vientos de entre 15 y 45 k/h. El ángulo que forma la cola con el agua es de 90º y así se desplaza bajo el agua, quizás para jugar. La cola pesa varias toneladas. Su lenguaje es muy rico y desde la costa se pueden escuchar hermosos sonidos mientras ellas juegan y saltan alegremente. Por medio de ese lenguaje, pueden detectar obstáculos, localizar su alimento y a los enemigos. La madre lo utiliza para llamar a los ballenatos y siempre existe un macho adulto como guía a quien responde el grupo durante los viajes migratorios, que no se sabe bien hacia dónde se dirigen. Son animales de sangre caliente y deben salir a la superficie para respirar, pero pueden sumergirse a grandes profundidades, permaneciendo de 20 a 40 minutos antes de emerger. El chorro que largan se debe a la expulsión del agua que ha penetrado en las vías respiratorias acompañada por el aire de los pulmones. Desgraciadamente, en ninguno de mis viajes he podido observarlas ya que ocurrieron en meses posteriores a su partida ( noviembre a abril) y antes de su llegada en agosto.
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CAPÍTULO VIII LOS LOBOS MARINOS ÓRDEN: CARNÍVORA SUBÓRDEN: PINNIPEDIA FAMILIA: OTARIDAE
MOMENTO DE LUZ (poema visual) Una mirada dulce iluminó mis pupilas… nubes de tilo desflecaban sus crestas de oro y frutilla. La brisa se derramaba en la copa del mar que acarició –salino-el aire, hilos de plata, reclamaron la noche. Entre la rosada esmeralda del poniente, trémula… brilló una estrella. Las aguas rosadas descubrieron un jardín de flores violáceas para que la noche las coronara. Mi corazón se entregó a la magia
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que se apoderaba del cielo, y el misterio, ensombreció la luz que la tarde Austral dejaba sobre el paraje desierto. Melodioso rugir de lobos acompañaba el ronco gemir del viento; y en la playa algo oscura se agitaba la vida al compás de esas criaturas: la pleamar iba a traerles hembras frescas y puras. ¡Ah los dulces sueños! ¡Ah la poesía que brota como una fuente en la selva! ¡Ah las tristezas escondidas en la intimidad de las horas! ¡Ah las blancas aves que se besan con las olas! Aroma salobre esparció el aire y mis labios entreabiertos
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bebían con la ansiedad de una sed loca. Olor a piel húmeda de lobos en celo llenaba el aire, y mi alma… cedió a la mágica tentación de convertirse en foca. ¡Oh las opimas fantasías! ¡Oh la salvaje libertad de acostarse sobre la brisa! y escuchar el canto que las aves entonan. Luego callar… porque natura abre su templo y con belleza nos bautiza. Miré mis manos vacías, y bajo el reflejo de una estrella vi que latía en ellas la esencia pura de la vida.
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Pareja de lobo Marino de un pelo mimándose en Punta Norte.
Son mamíferos marinos con ciertas adaptaciones que les permite salir a tierra para procrear. Carnívoros, tienen las extremidades muy cortas transformadas en aletas. Están cubiertos de una gruesa piel con pelo. Se le llama lobo, león u oso marino. Existe en las islas antárticas, Malvinas y costas Argentinas, Chilenas, Uruguayas y Peruanas. En el hemisferio Norte se le llama Oso Marino. En 1938 se estimaba una población lobera en Argentina de 1.500.000 ejemplares.
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LOBO MARINO DE UN PELO (OTARIA FLAVESCENS)
ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Como vimos en la foto de página 206, el color de la hembra y el macho difieren al igual que el tamaño. El macho adulto mayor de 8 años posee color marrón oscuro, aclarándose algo si está seco. Su porte es arrogante, poseen una larga cabellera leonina que se ve deslumbrante cuando el animal está seco.
Gran ejemplar de macho adulto.
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Los machos jóvenes tienen un color más grisáceo. En general más oscuro y no poseen la característica melena del adulto. A pesar de ello su porte es tan arrogante como el de los adultos. Las hembras adultas mayores de 4 años, son de color amarillento-pardusco; tornándose gris al estar mojadas. Las hembras jóvenes son en general gris o amarillo pálido. Los cachorros nacen renegridos. Color que se les va aclarando a medida que crecen. El tamaño varía según sean machos o hembras. El macho adulto resulta ser el triple más grande que la hembra adulta. Puede pesar 300 kilos y medir 2 a 3 metros. La hembra pesa unos 60 kilos y mide de 1 a 1,5 metros. El cachorrito, al nacer pesa 15 kilos y mide 50 cts. Su vida dura unos 18 a 24 años. Distribución geográfica Abundan en nuestra costa patagónica hasta Tierra del Fuego. Pero estuvieron a punto de desaparecer por la matanza indiscriminada de años atrás, dado el valor de su piel y su aceite. Es decir que se ubican entre los 39º y 54º58´ de L.S., a todo lo largo de nuestra costa patagónica. Muchos de ellos llegan hasta la altura de Mar del Plata, donde antiguamente existían loberías. Lugares donde personalmente los vi en proceso de crianza. -Viedma (Río Negro): Es la colonia más grande del país, donde se han llegado a registrar miles de ejemplares. Se instalan en las roquerías, debajo de altísimas barrancas ocupadas por loros barranqueros. -Punta Loma (Chubut): Cerca de Puerto Madryn. Están en pepqueñas playas de canto rodado al pie de altos barrancos.
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-Punta Pirámide (Chubut): Cerca de Puerto Pirámide, una hermosa villa turística. Al pie también de altas barrancas. -Punta Norte (Chubut): Gran colonia que suele reunir ciento de ejemplares. Sobre playa de canto rodado. También se registran pequeñas colonias en Golfo San José y en Caleta Valdés, pero no se consideran de reproducción, sino de tránsito. -Punta Delgada (Chubut): Importante colonia. En rocas, al pie de los altos acantilados. Es un lugar muy pintoresco. -Isla Roja (Chubut): Gran cantidad rodeando la isla, al pie de las restingas. La comparten con diversas especies de aves. -Isla Moreno (Chubut): Frente a la pingüinera de Cabo Dos Bahías. Se registra un buen número en la parte norte y sur de la isla. Sobre rocas. Allí comparten el lugar con Gaviotas Cocineras (Larus M. dominicanus), Pingüino Magallánico (Spheniscus magellanicus) y Cormoranes, probablemente de cuello negro (phalacrocorax magellanicus). -Punta Tombo (Chubut): Los encontré en el camino, hacia la cormoranera, no eran muchos. Según me informaron allí, un apostadero importante hay hacia Punta Clara. Frente a Isla Escondida (más al norte) hay uno más grande. -Punta Ninfas (Chubut): Allí la dueña de la Estancia me negó la entrada diciéndome en el año 1986 que no había más lobos, los que hace años se explotaban. Sin embargo el guardafauna de Punta Norte y los puesteros afirman que hay a unas 2 leguas del casco. Según J. Daciuk, 1974, hay apostaderos en Punta Buenos Aires, La Armonía, Punta Hércules, Morro Nuevo y Punta Ninfas. En Punta León había unos 2.000 lobos en temporada, año 1991.Todo esto es en Chubut. S. Carrara (1952) da la ubicación de 71 loberías en nuestro país. 41 continentales y 30 extra-continentales. (*) (*) Son continentales las que están sobre la costa y extra-continentales las que se encuentran en las islas, islotes o roquerías cercanas a la costa.
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Así distribuidas: Continentales (17 en la costa desde Bahía Blanca a Cabo Vírgenes y 24 en Tierra del Fuego), Extra-continentales (26 entre Bahía Blanca y Cabo Vírgenes y 4 en Tierra del Fuego). Antiguamente se encontraban apostaderos hasta el sur del Brasil por el Atlántico y Perú por el Pacífico. (*) También en Islas Malvinas y de Los Estados. (*) En Perú he visto apostaderos bastante numerosos en las Islas Ballestas y en la Reserva Paracas. Verdaderamente en lugares idílicos. Año 1991.
Apostadero en Islas Ballestas (Perú). Cuadro al óleo 50x70.
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En la página anterior: un sector de Paracas (Perú) que comparten con Piqueros. Otro apostadero en Paracas, también vista de otras aves en la Bahía y del típico paisaje desértico del Pacífico que recorrimos dentro de la Reserva.
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Formación de los harenes Ha fines de diciembre comienzan a llegar los machos –que siempre lo hacen en pleamar- y se entablan arduas luchas para formar el territorio donde instalarán el harén. Una vez establecidos, defienden su territorio con constantes amenazas; son advertencias a distancia de que nadie debe acercarse. Pocas veces llegan al mordisco, y es al primer toque que uno de ellos sabe quien es el más fuerte y raramente la lucha continúa. Si continuase podría ser sangrienta. Están en permanente alerta y es durante la pleamar cuando se produce la mayor actividad, ya que es el momento en que entran las hembras (que llegan en enero, para tener sus crías en tierra), y también llegan los machos sub adultos (menores de 8 años). Éstos últimos son los que perturban increíblemente el territorio, pues los adultos ya instalados se ponen nerviosos y no cesan de correrlos amenazándolos constantemente. Los mantienen casi permanentemente en el agua, sin permitirles subir a tierra. Algunos llegan en grupos grandes provocando gran desbande en la colonia. Los más valientes tratan de establecerse y luchan con los adultos. Pero aunque logren algún territorio, difícilmente consigan hembras adultas (mayores de 4 años). La mayoría se establece en la periferia porque aunque maduran a los 5 años, hasta los 8-9 años, no están capacitados para luchar por un territorio principal y menos para mantener a las hembras. Así es como suelen lograr una o dos hembras, pero lejos del centro de la colonia. Las hembras comienzan a subir en grupos de 6 a 8 durante la pleamar, los machos tratan de sacarlas del mar y van formando el harén. Antes del 15 de enero cada macho posee entre 5 a 15 hembras. Contando las hembras jóvenes que no pueden tener cría. Lo común es encontrar unas 6-7 hembras reproductoras.
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Tanto machos como hembras son polĂgamos. Muchas veces, cuando los harenes estĂĄn muy cerca unos de otros y tienen mucha poblaciĂłn de hembras, suelen mezclarse. Y como los machos no se dan cuenta, las hembras son servidas por distintos machos.
Grupo de machos solos.
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Nacimientos y apareamientos Las primeras hembras comienzan a tener las crías a fines de diciembre en algunas colonias y a principio de enero en otras. Pero no es igual en todas las temporadas. Y los nacimientos se continúan durante todo el mes de enero y parte de febrero. Cada hembra tiene una cachorro al año. La fecundación dura unos 340 días. Después del nacimiento, la madre permanece al lado de la cría observándola, lamiéndola y olfateándola. Mientras que el bebé comienza sus primeros movimientos y balidos. A la media hora –dice Carrara (1952)- la loba coloca al cachorro junto a sus mamas y éste comienza a mamar. Esta tarea de amamantar le ocupa gran parte del día. A poco tiempo de parir, la madre ya está en condiciones –según aquel autor- de reanudar su actividad sexual. Entonces no puede volver al mar, pues si lo intenta, el macho la traerá del cuello nuevamente al territorio. He observado casos de verdadera lucha entre ambos, donde la hembra quedó bastante lastimada. Enseguida se produce la cópula y el macho debe cuidar que todas las hembras queden servidas hacia fines de febrero. Es entonces cuando pueden dirigirse –tanto machos como hembras- al mar para comer. Desde la llegada a los territorios de cría permanecen sin comer, manteniéndose con la gran reserva de grasa que poseen, pero se observa para entonces un gran deterioro físico. En el acto sexual, muchas veces, la hembra se niega y huye, también pueden morderse mutuamente. Según Carrara, no es más que un proceso de excitación. Las uniones no son prolongadas, lo frecuente es que duren – según aquel- unos 4 minutos, aunque comprobó casos de tiempo máximo de 18 minutos. Cuando culmina, ambos aparecen muy agotados, como he podido observar personalmente.
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Cachorro con su madre, paseando en el acantilado en cerca de Puerto Pirámides.
Hacia fines de marzo no quedan machos adultos en el territorio, y no regresan hasta el próximo diciembre. Las hembras son costeras y se quedan con sus hijos. S. Carrara (1952) ha llegado a verificar que no realizan verdaderas migraciones, al contrario, tienden a radicarse. En sus desplazamientos no exceden las distancias que existen entre dos o tres loberías y entre el continente y las islas próximas. Por eso existen loberías permanentes donde llegan para tener a su cría y aparearse, y otras transitorias que ocupan el resto del año. Durante 6-7 meses se dedican a amamantar a sus cachorros y ya en febrero comienzan con las clases de natación, cuidando en ésta época que los pequeñuelos no vayan solos al mar, pues existe el peligro que la ballena Orca
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(Orcinus Orca) pueda tomarlos. Más cuando en la pleamar se acercan mucho a la playa. Cuando hay muchas crías se forman guarderías, donde éstos juegan en ausencia de sus madres; pero vigilados por algunas hembras. El sentido del olfato de las madres es muy bueno, puede reconocer enseguida a su cachorro entre muchos. Durante el primer año permanecen con sus madres, siendo ya muy buenos nadadores. Al año siguiente, cuando nace la próxima cría, la anterior se separa definitivamente de la madre, valiéndose sola. Alimentación El lobo marino se alimenta de peces y mariscos (róbalos, pejerrey, pulpos, calamares, langostinos y camarones). En alta mar puede comer los pingüinos débiles, pero es raro. Llegan a comer 15 kilos de pescado diario. Probablemente desciendan de animales terrestres que se trasladaron al mar para encontrar alimento más abundante y mayor protección ante los ataques de los enemigos. Depredadores El gran depredador de esta especie es la ballena Orca (Orcinus Orca) que en realidad actúa como un equilibrador natural. Sólo ataca en altamar a los individuos débiles o enfermos, de esa manera asegura la perfección de la especie. Hay que aclarar que la Orca “no mata por matar”, como ya dijimos cuando tratamos de ella. El Lobo Marino es una de las especies más perfeccionadas de la tierra dado sus defensas. Tal vez a ello responde cierto comportamiento agresivo y extraño de estos animales, que no se comprende al día de hoy.
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Los machos suelen tomar los pichones y tirarlos al mar. Esto no se explicaría en bien de la conservación, pero quizás, ese comportamiento se deba a normas de sociabilidad. Para probar la vitalidad de los recién nacidos, dado que sobreviven los más fuertes y los bien nacidos. Con ello se aseguran la máxima perfección en la especie. Aquí un párrafo para la acción del hombre. Según datos del Museo Territorial de Tierra del Fuego los animales faenados en la isla pasan de 12% en 1937 a 72% en 1947, del total de individuos faenados en el País. LA CANTIDAD DE 39.570 lobos registrados en el año 1948 (Punta Arena, Bahía San Sebastián 9.246 y Bahía Policarpo 4.875) y 7 más con cifras superiores a los 2000 animales. (*) El grupo de la Caleta Policarpo (oeste9 es el que se vio durante años, no se sabe si es permanente o no, pero llegan todos los veranos. De los 15 apostaderos citados por Carrara solo se encontraron 11 en la campaña que se extendió entre la desembocadura del río Luz hasta la Bahía de Buen Suceso, extremo sudoriental de la gran isla. Sin duda que el hombre ha contribuido a disminuir drásticamente la población de lobos marinos en épocas de caza indiscriminada en el Sur de nuestro País.
(*) Recursos naturales de la Tierra del Fuego: Lobos Marinos por el Dr. Pedro Bruno Videla, 1980- Gobernación del Territorio Nacional de Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur.
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Compartiendo su mundo
Lobos marinos en el Acuario Mundo Marino de San Clemente del TuyĂş.
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Son animales totalmente inofensivos, muy inteligentes, no se asustan de la gente y huyen al mar cuando se sienten amenazados en tierra. Por eso nunca hay que cortarles la salida al mar porque se enfurecen y arremeten contra quien sea. Después de haber compartido tantos días con ellos en la Reserva de Punta Norte (Chubut), observándolos al natural, me resultó bastante chocante verlos en un acuario. Sin embargo, se adaptan muy bien y por su gran inteligencia aprenden muchas cosas que atraen el turismo. Allá en Punta Norte comparten el territorio con los Elefantes Marinos. A fines de marzo, las hembras gustan alejarse de los lugares frecuentados por los turistas, en busca de tranquilidad. Como los Elefantes tienen sus crías 3 meses antes, en diciembre vuelven al mar, quedando los cachorros que se van alejando hacia Caleta Valdés para dejarles lugar a los lobos que comienzan a llegar. Cuando algún adulto regresa para cambiar la piel, conviven perfectamente con los lobos. Incluso, he visto hembras que se suben encima de los elefantes sin ninguna consecuencia para ellas.
Lobos compartiendo con Elefantes en Punta Norte.
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También conviven con la Paloma Antártica (Chionis Alba) que come sus desechos y principalmente la placenta. Se ven grandes bandadas de éstas aves alrededor de los lobos. También se ven Gaviotas Cocineras (Larus M. Dominicanus), Petreles y Ostreros. Se refrescan tirándose canto rodado encima o adoptando raras posiciones cuando pica el sol del verano. No son nada torpes en tierra y pueden correr con gran rapidez cuando se lo proponen. La voz del macho adulto es gruesa y semeja el rugido del león. Los pequeñuelos tienen una voz semejante al balido de las ovejas. Las hembras jóvenes se apartan. En Punta Norte vi como una de las siete hembras que tenía un lobo macho se le escapó. Lo tomó descuidado y muy sigilosamente se agrió camino al mar. Otros machos trataron de atraparla sin lograrlo. Luego desapareció con un macho joven que estaba en el agua. En bajamar reina la tranquilidad y generalmente duermen y no se inquietan, pues el mar, se encuentra muy alejado. Ningún otro animal lo supera en habilidad para nadar. Usan las aletas anteriores para eso, y las posteriores para frenar, según parece, y nadan en todas direcciones, hacia atrás, abajo, de costado… Las hembras son curiosas y si una persona nada cerca o bucea, se acercan a mirar. En cambio los machos no. De todos los apostaderos que visité, pienso que el de Punta Delgada es un verdadero paraíso para ellos. Imponentes acantilados de 100 metros caen al mar bruscamente. Ellos se ubican en islotes de piedra, que conforman paisajes de ensueño. El agua es muy transparente y pueden verse los movimientos que realizan al nadar. Otro lugar ideal que me gustó mucho es sin duda Isla Roja. Por la soledad que allí reina. En mi estadía recuerdo una escena muy cómica y tierna: la isla estaba llena de lobos y nosotros nos íbamos acercando a la misma caminando y resbalando sobre las restingas húmedas, cuando advirtieron nuestra presencia por las voces que el aire les acercaba; instantáneamente
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todos huyeron al agua y luego desde allí nos observaban sacando la cabeza como si fuera el periscopio de un submarino. Y como eran muchos, resultaba muy cómico ver tantas cabezas fuera del agua mirándonos. Otro lugar bello es Viedma donde comparten el sitio con gran cantidad de loros que tienen sus nidos en las altas barrancas, produciendo un estruendoso concierto de voces y sonidos. No me olvido de las idílicas loberías de la Reserva de Paracas e Islas Ballestas en Perú que tuve oportunidad de conocer años después de mis andanzas por las costas Patagónicas. También recuerdo con tristeza la visita en Punta Norte de un lugar que recuerda las grandes matanzas que se realizaron a principio de siglo. Allí todo se ve blanco ante la cantidad de huesos acumulados. Incluso se conservan pieles abandonadas y hasta un aparato oxidado donde quizás realizaban la fundición. Es muy triste ver eso, cuando llegan a nuestra mente las imágenes de la forma cruel en que los mataban. Y uno desea que haya quedado en el pasado, que solo sea un triste recuerdo y nunca más vuelva a ocurrir algo semejante.
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“Familia”: Acuarela que realicé con mi hija Rocío cuando se dedicaba a la pintura. En página anterior: Gran concentración de hembras en la lobería de Viedma.
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LOBO MARINO DE DOS PELOS (ARCTOCEPHALUS AUSTRALIS)
TENÍA YO… Tenía yo sed de mar y hambre de cielo cuando escapé a aquellas rocas escarpadas de misterio; que tenían en su piel guindada las caricias de las olas. Me envolvió el viento como la lluvia limpia las hojas y rueda luego –frescapor los surcos vegetales en pureza ignota. Así rodó –salvaje- el viento sobre mi piel sedienta de recónditas estrellas, de soñadas auroras. El mar guardaba en su gran ánfora
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inverosímiles azules que reflejaban el cielo transparente de celestes tules. Tenía yo deseo de luz y antojo de espuma, y el mar se entregó a ese juego de estremecer sin lograrlo, las rocas. El alma que entre allí debiera ir desnuda, para vestirse con el aire, con el sol, con el sonido de las olas. ¡Oh bendita tentación de besar esos musgos que viven entre las rocas! ¡Sublime soledad que acaricia a esas criaturas que trepan en silencio de paz en comunión maravillosa! Tenía yo sed de mar y hambre de cielo… mis brazos fueron alas de palomas acariciando el silencio… para beberlo como loca.
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“Isla Arce”, óleo 60x90, 1982. Imagen real pintada en el lugar que tan bien pinta la poesía anterior. Cabo Dos Bahías, frente a Isla Arce. (Chubut). Lobo Fino o de 2 pelos.
ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Es el Lobo Fino o Lobo de Magallanes, es entre los pinnípedos el único que tiene pequeñas orejas. Apariencia de un perro y cola muy corta. Su color es igual para machos y hembras. Un bellísimo color gris-ocre que seco se transforma en un lucido plateado-rojizo. Los cachorros son negros.
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El tamaño entre machos y hembras no varía mayormente. En general son más pequeños y elegantes que los lobos marinos de un pelo (otaria flavescens). Los machos miden 1,8 metros (pero pueden llegar a 3 metros). Las hembras miden 1,5 metros (nunca más de 2). Pesan en general unos 200 kilos. El cachorro mide unos 60 cts. y pesa 15 kilos. Ojos grandes y vivaces, trompa fina tipo cánido, largos bigotes grises y carece de melena. En machos mayores de 5 años se observa una cresta en el cráneo. Están recubiertos de pelo corto y un entrepelo muy suave al tacto, codiciado por los cazadores que los llevaron casi a la extinción total. “En la actualidad es raro verlos en regiones antárticas, hacia donde llegó la persecución de los barcos loberos en el siglo pasado” (Bellisio 1966). Distribución geográfica Como dijimos, el gran exterminio producido por el hombre en el siglo pasado, ha hecho que queden muy pocos ejemplares de esta especie tan perseguida por su doble pelaje. En la Antártida se han encontrado apostaderos en islas Orcadas del Sur (Isla Laurie); en Punta Martín (Bahía Scotia) y Punta Geddes (Bahía Uruguay), donde fuern observados en los años 1962 y 1964 por N. B. Bellisio. En la costa patagónica parece que hay un único apostadero en Isla Arce (a la altura de la costa en Cabo Dos Bahías, Chubut). Allí es donde los fui a observar, porque tuve la suerte de que se arrimaron a las roquerías de la costa. Año 1982/83. S. Carrara (1952) observaba como único apostadero de la costa Patagónica la isla Escondida al N. Ne. Del Faro Punta Lobos con unos 290 ejemplares. También ese autor (1957) y G.T. González Ruiz (1955) se refieren a ese lugar.
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Aquí vemos el lugar de la costa de Cabo Dos Bahías, donde suelen arribar en sus paseos desde Isla Arce. Lugar que tuvimos que atravesar para poder observarlos, y no siempre con suerte.
En el año 1968, J. Daciuk pudo observar un ejemplar en Península Valdés, en un ocasional desplazamiento errático desde sus apostaderos. El mismo científico, en el año 1973 halló muerto en la playa de Puerto Madryn un cachorro hembra que pesaba 8 kilos.
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Ellos prefieren las rocas altas y puntiagudas, de difícil acceso, lo que dificulta su estudio. La Isla Arce está separada del continente por un profundo canal y actualmente se han alejado de Cabo Dos Bahías por diversas razones. Una de ellas es el turismo molesto que los acosa inútilmente y otra fue la presencia durante el año 1981 (yo estuve allí en 1982/83), de la plataforma petrolera Gral. Mosconi, que trabajó en esas aguas y los perturbó. Hoy no tengo conocimiento de en qué estado se encuentran en ese lugar porque no tengo contactos allí. Si bien entonces vivían en Isla Arce, pude observar algunos ejemplares trepando las escarpadas rocas, aunque solo vayan de paseo, pues las crías las tienen en la isla. No se sabía a ciencia cierta la cantidad que había allí, pero tal vez se hayan recuperado de la persecución ya que están completamente protegidos.
Un ejemplar aparece entre las rocas. Para ellos es muy fácil trepar. Nosotros apenas podíamos hacerlo.
Muchos autores mencionan el apostadero de Isla de Los Estados. En años posteriores, estando en la Isla de Tierra del Fuego pude acceder a información que posee el Museo Territorial de la Isla donde obtuve datos.
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Se vieron Lobos Finos en la zona de la lobería “Sin Nombre”, en cuanto al apostadero de Isla de Los Estados no está confirmado. Según restos óseos encontrados en la zona son superiores a los del otro lobo que se han encontrado, lo que lleva a suponer que hubo más cantidad en otra época. La caza de los europeos y nativos los fue diezmando. Y se cree que no se reproducen allí, que son grupos de descanso. En realidad no hay datos concretos, al menos hasta ese año 1987. Se estima que había 3 loberías en Isla de Los Estados, pero que se fue por la gran matanza indiscriminada. La presencia del hombre, los caminos cerca, cazadores y tránsito marítimo son factores determinantes de su disminución. Según datos en el Museo Territorial del Dr. Pedro Bruno Videla (1980), se pensaba explotar a los lobos e incluso con el asentamiento de un pueblo en el año 1948. De ahí el censo que arrojó 39.570, por lo tanto quedó sin efecto. Aspectos de sus vidas Muy poco se sabe de ellos porque, como ya hemos dicho, se encuentran en lugares inaccesibles para su estudio. Son muy hábiles –como observé- a diferencia de los otros lobos y trepan las rocas más escarpadas con ingeniosa habilidad y soltura. Pueden rebatir sus miembros posteriores hacia adelante por debajo del cuerpo, pueden trepar grandes alturas por los acantilados. Utilizan el impulso de las olas al golpear contra las piedras para alcanzar altura y luego se zambullen con gran agilidad y seguridad. Gustan del mar picado y nadan a grandes profundidades, pues son muy ágiles y rápidos. La mayor parte de su vida transcurre en el agua. No son agresivos y tienen una mirada vivaz que encierra mucha ternura. Cuando presienten peligro huyen, aunque demuestran gran valor para defender a sus crías y hembras.
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Su vista, su olfato y su oído son muy buenos. El sonido que emiten es semejante al ladrido del perro. Al parecer llegan a tener sus cachorros en el mes de noviembre-diciembre y forman harenes de unas 10 hembras que los machos defienden arduamente; pero en el mar, se los ve juntos, sin peleas. Después de 10 meses de gestación, las crías nacen en diciembre, son amamantadas por la madre durante 8 meses (Tomo 1972) y muy pronto pueden ir al mar donde nadan extraordinariamente y trepan las rocas con asombrosa destreza. Entre enero y febrero quedan fecundadas las hembras nuevamente, y en cuanto se aparean van al mar para comer, regresando siempre para amamantar a sus cachorros. Mientras la madre está en el mar los cachorros juegan entre sí. A los 7-8 meses son grandes y muy vivarachos. Las madres cuidan de ellos con gran cariño y amor. Les enseñan a nadar, lo ayudan a trepar las rocas y lo obligan a ir al agua cuando los pequeñuelos se encaprichan. No beben agua dulce y su alimento exclusivo son los peces, kril y cefalópodos; pero nada se sabe de sus vidas durante el invierno cuando se lanzan al mar. Los únicos depredadores naturales son las Orcas y Tiburones, pero la matanza mayor se debe al hombre. Según datos de A. Cabrera y J. Yepes (1960), en el verano de 1800/1801 se mataron en Georgias del Sur 112.000 lobos. El capitán Weddell que visitó la isla en 1822 manifiesta que el número de animales sacrificados era de 1.200.000 hasta ese año. Y en las islas Shetlands del Sur el verano 1821/1822 se mataron 320.000 ejemplares. En la actualidad no se sabe cómo viene la población, si se recuperó o no. En realidad no se exterminaron por la gran adaptación al medio que este ser posee. Es una especie que goza de gran perfección y tiene muy desarrolladas las defensas naturales de las que se vale para asegurar la supervivencia.
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Compartiendo su mundo Mi única oportunidad de verlos fue al segundo intento en Cabo Dos Bahías, aunque muy dificultoso de hacer por el laberinto de rocas que hay que atravesar. Allí los esperaba, porque suelen llegar desde Isla Arce (al frente) en sus cortos paseos. Generalmente eran ejemplares jóvenes que trepan hábilmente esas puntiagudas rocas y acantilados carmíneos que con mucha dificultad nosotros podíamos trepar para llegar y verlos. Esa zona es muy pintoresca, aunque un laberinto de rocas rojas rodeadas de mar que cuando está embravecido las golpea fuertemente. Jamás olvidaré ese lugar que despertó las más profundas sensaciones, ni sla belleza, elegancia y vivacidad de esos animales que me enamoraron.
Con mis padres en un alto del camino, buscando los lobos marinos en un día espléndido que invitaba a la travesía, pero esa vez no tuvimos suerte y regresamos muy amargados.
Sí tuvimos más suerte otro día, aunque era muy ventoso y el mar gris se veía sumamente agitado, fue cuando logré observarlos y hacer un boceto para el cuadro que luego realicé “Isla Arce” y que hoy es uno de mis preferidos. Claro que tuve que imaginar otros colores para darle vida, ya que aquella mañana
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era una de las más destempladas que me tocó vivir en Cabo Dos Bahías y ya se me acababa el tiempo, al otro día partiríamos. Lo curioso fue que uno de ellos que estaba instalado en la parte más alta de un promontorio rocoso se quedó inmóvil durante todo el tiempo que yo permanecí cerca para dibujar. Tal como se observa en el cuadro terminado de página 227. Cuando me vio que aparecí entre las rocas en esa mañana destemplada, cubierta de nubes y un mar sumamente picado; contrariamente a lo que el Sr. Guardafauna que me acompañaba suponía, se quedó quieto, dándome tiempo para que tomara los apuntes necesarios para el trabajo posterior. Era muy gracioso, pues observaba disimuladamente, como si quisiera que yo no advirtiera que estaba mirando. Héctor Olsen (mi amigo guardafauna) se quedó sorprendido y me comentó que era la primera vez que veía a un lobo tan relajado. Cuando abandonamos el lugar para emprender el regreso, él seguía ahí, en su sitio, lo más tranquilo y feliz mientras el viento, el frío, y el oleaje arreciaban, haciendo más dificultoso aún el tránsito por ese mundo de rocas que los protegen de intrusos molestos.
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Vivencias
EMBELESO (Poesía visual) En la roquería frente a Isla Arce Me rodea el silencio (en un abrazo deseado), logro ser fuerte para poder soportarlo. Se anuda el decir, aletea el corazón como gaviota sobre acantilado. Es vasto el horizonte -amplio, maravillosoen armonía con el mar lo abarcan todo. Llegué un día, saltando rocas salpicadas de sal y rosa, sintiendo al viento poderoso despeinar mis cabellos en porfía loca.
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Se escuchaba el mar, ¡el mar! ¡cuánto deseaba tenerlo! Me alejé para estar sola el cielo azul era mi techo, un frescor salvaje y de misterio me envolvía. Corría ansiosa… resbalaba alegre (pletórica de placeres nuevos) entre las rocas. La tarde espléndida tendía en mis manos sus finas redes… y me fui enamorando. Hirió mi mirada el sol. Diciembre extendía sus cabellos de oro… pero el amado Sur es un secreto de fríos dulces, sabrosos. ¡Oh el mar, el mar deseado! estaba allí:
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inmenso, único, sagrado… en el fondo del abismo se rompía en pedazos blanco como la nieve del invierno lejano. Y yo, inquieta, muda… agitada de emoción y ya sin cansancio, me aferraba a aquel peñasco para abarcarlo con amor. Danzaban las aguas en remolino loco, su transparencia me reveló la presencia de dulces y brillantes lobos. Una isla recortó a lo lejos su figura, era todo salvaje… de locura. Reposé mi cabeza en la lisa oquedad de esa roca y el viento se transformó en brisa para acariciarme toda.
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Exhalé un suspiro… como de rosa… y cerré mis ojos cansados para sentir los sonidos que atesoran. El lecho lo sentí blando y creí permanecer horas. Mi alma… como un milagro se desnudó toda y desprovista de penas, limpia de amarguras creyó en algo superior: la belleza. Y un decir sin palabras se escapó de mi boca, un suspiro tan solo, y un grito ahogado: ¡¡Gracias!!
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Elefante Marino del Sur (Mirounga Leonina) tomando sol en Punta Norte.
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CAPÍTULO IX LOS ELEFANTES MARINOS ÓRDEN: CARNÍVORA SUBÓRDEN: PINNIPEDIA FAMILIA: PHOCIDAE SUBFAMILIA: CYSTOOHORINAE LA TORMENTA En el silencio truenos lejanos en ondas de mar llegan a mí, siento caer la noche en mis manos como la tierra cobija al grano detiene del mar su frenesí.
Amo la calma olor a tormenta, el mar profundo sin un color, todo el misterio que en paz me tienta a que las voces de elefantes sienta beber la noche que gime amor.
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Suaves relámpagos vibran, y crecen… la espuma es la única luz total que en murmullo ansioso languidece en tropeles de olas que mecen el torbellino ignoto de sal.
La oscura soledad, mi locura buscando de las aves beber el misterio casto de su ternura… y de lobos marinos la dulzura, la que necesita todo mi ser.
Brota en silencio, mi poesía, vibra en la noche su resplandor y llora sublime su letanía en las hojas de mi selva umbría con las promesas de un eterno amor. Escrito en Punta Norte (Chubut).
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ELEFANTE MARINO DEL SUR (MIROUNGA LEONINA)
Pastel Seco sobre Canson. Boceto de Elefantes Marinos en Caleta Valdés (Chubut). 1981.
ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Se les llama “Foca proboscídea”, entre ellas, los de mayores dimensiones. El color de los machos es bayo claro y las hembras bayo oscuro, siempre algo más claro por debajo. Cuando mudan el pelo (diciembre-febrero) se tornan amarillentos con manchas de diferentes colores. Los jóvenes tienen un color gris parduzco y los cachorros al nacer son negruzcos.
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Por debajo de la piel que es rugosa y cubierta de pelos cortos poseen una capa de grasa de varios centímetros de grosor. El tamaño varía según la edad. J. Daciuk (1973) dice que un macho adulto (de 15 o más años) alcanza fácilmente los 6 metros de largo pesando más de 3.000 kilos. La hembra reproductora (4-5 años o más) no mide más de 3,50 metros y no pesa más de 1.000 kilos. El macho reproductor joven entre 13 y 15 años pesa 2.000 kilos y mide unos 3,50 metros. El juvenil entre 1 y 6 años, pesa 150 a 1.000 kilos con un largo de 2 a 3 metros. El cachorro destetado entre un mes y un año pesa de 50 a 80 kilos y mide 1,50 metros aproximadamente. El cachorro lactante de uno a treinta días pesa 37 a 45 kilos y puede medir de 1 a 1,50 metros. Su nombre se debe a la gran trompa (proboscis) que posee el macho adulto y que al estirarla puede llegar a los 50 cts. Y les da un aspecto feroz. Su vida llega a los 25 años, pero poco se sabe sobre su longevidad, “probablemente no superen los 30 años” (Daciuk 1974). Distribución geográfica Es de origen subantártico, se encuetra en islas Georgias del Sur, Kerguelén, Crozet y Príncipe Eduardo. “Hemos observado su presencia (100,120 individuos) en Punta Martín de isla Laurie, Orcadas del Sur y algún ejemplar aislado en las Shetland y costa norte de Península Antártica, en general es raro encontrarlos debajo del paralelo 63º o 65º de latitud Sur” (Bellisio 1966), Beltramino 1980 los ha observado en Bahía Margarita a los 68º de L.S. aproximadamente. La mayor cantidad existe en las islas Georgias.
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De las costas Chilenas desapareció hace 100 años. Algunos hay en Las Malvinas y Tierra del Fuego, pero son apariciones muy esporádicas. La especie del norte (mirounga angustirostris) habita en México y en California (EE.UU.). En la costa Argentina se encuentra la única elefantería continental del mundo en Península Valdés (Chubut) entre Punta Buenos Aires y Punta Delgada. Allí el número ha aumentado, llegando a los 13.000 ejemplares la temporada 1980/81 (*), después de una larga lucha por evitar la extinción de la especie que fue tan diezmada, al igual que el lobo marino, por la caza abusiva. Hacia el año 1952 –según datos de S. Carrara (1952)- en Punta Norte solo había 80 ejemplares. Coincidiendo con J. Daciuk (1973), la colonia más importante abarca una franja de costa de unos 100 kilómetros de extensión entre Punta Buenos aires y Punta Delgada, la otra colonia que llega a unos centenares de individuos se encuentra según Daciuk en Punta Ninfas. No me consta porque cuando quise visitarla, la dueña de la estancia El Pedral no nos dejó ingresar. En Punta Norte llegan para tener sus crías, luego se corren hacia el norte por el Golfo San José y hacia el Sur en Caleta Valdés, cuando arriban los lobos marinos a Punta Norte como vimos en el capítulo correspondiente. En Punta Delgada hay un asentamiento permanente bajo la protección de la Armada. Los apostaderos presentan dos tipos de costas. Unas bajas, de médanos y arena o canto rodado (Punta Norte) y otras altas, de acantilados (Punta Delgada), con zonas intermedias en Caleta Valdés. Pero siempre, sean playas o playas con acantilados, las prefieren donde hay gran cantidad de restingas que las mareas dejan al descubierto. En una condición indispensable para que ellos se instalen. (*) Datos aportados por el guardafauna de Punta Norte, Sr. Carrasco.
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En Punta Norte junto a Lobos Marinos de un pelo (otaria flavescens).
En Caleta Valdés. Más hacia el Sur. Obsérvense las Restingas.
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Arribo y formación de los harenes Los machos son los primeros en llegar a los lugares de cría entre agosto y setiembre. Hay casos que han llegado en julio. Una semana después llegan las hembras en celo. Ahí comienza la lucha por la posesión de los territorios para formar el harén, el que es defendido arduamente. Cada harén a de tener unas 5 a 8 hembras, son polígamos al igual que los otros pinnípedos. La vida en tierra de los reproductores es de 90 días (hasta principios de diciembre), época en la que ayunan manteniéndose con sus reservas de grasa. Durante ese tiempo se producen las luchas de los jefes por la posesión de las hembras en celo. Tiene lugar la parición, los apareamientos, la lactancia, el desarrollo de las crías y el desbande de la colonia. (Daciuk, 1974). La mayor concentración es en octubre y noviembre. Según aquel autor, una pelea se desarrolla así: a) Amenaza con inclinación lateral. b) rugiendo al intruso. c) mirando hacia atrás. d) amenaza con elevación del cuerpo (posición de lucha) y e) alacraneo. El comportamiento de lucha lo narra de esta manera: “Elevan bastante el cuello y parte anterior del cuerpo e inician una secuencia de voces intimidatorias con la boca abierta y la proboscis inflada, cuando se yerguen suelen alcanzar con facilidad la altura de un hombre. Luego hacen un giro sobre su vientre y atropellan en avalancha; comienzan a morder y a desgarrarse el cuello, la cabeza o la trompa con fiereza y violencia, resultando con profundas laceraciones. Nunca llevan las luchas hasta que uno perezca, aunque suelen durar más de 10 minutos y se prolongan encarnizadamente en el mar”. Son muy batalladores desde pequeños. No es raro ver dos machitos de pocos días tratando de imitar a los mayores de la manera más divertida (dice Cabrera y Yepes, 1960). Y Daciuk 1974, observa que son juegos de entrenamiento. Yo pude ver algo de eso entre juveniles.
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Apareamientos Después del parto, la hembra es servida varias veces por día por el macho de su harén, e incluso por otros machos intrusos o raptores, que siempre los hay. (Daciuk 1974). Esto ocurre durante varios días consecutivos que pueden llegar a 13 o más días. Aún no se conocía el tiempo de duración del celo. Según aquel autor, podría ser más prolongado que en la especie del norte (M. Angustirostris) que acusa unos 13 días. Durante el apareamiento ambos están alertas, mostrándose nerviosos y desconfiados por la presencia de otros machos, lo que suele llevar a la interrupción, a diferencia de otros pinnípedos donde esto no ocurre. Quizás por eso podría ser que las hembras sean servidas varias veces por día, para asegurar la inseminación. Durante el celo los harenes tienen menos hembras que después del mismo. En ese caso hay alrededor de 30 hembras. Daciuk comenta que en la Georgias se pueden encontrar algunos con 40 hembras. Cuando machos intrusos quieren fecundar alguna hembra, aprovechan cuando el jefe está descansando o distraído. Según aquel autor, tienen mucha paciencia y dan miles de rodeos esperando el momento oportuno. Generalmente lo hacen desde el mar. A veces aprovechan cuando el macho a cargo está luchando con otro competidor, y si la hembra elegida trata de escapar hacia las restingas, la persigue y el apareamiento se produce en el mar. Nacimiento y crianza Los nacimientos se producen en setiembre y octubre (Punta Norte). La gestación dura unos 11 meses y tienen un solo cachorro. La madre los amamanta durante un mes, tiempo durante el cual ésta pierde 300 kilos de peso. Pues la leche del elefante marino es la más rica en grasa.
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Una vez que el cachorro termina de mamar, madre e hijo se meten en el agua –según opina Cabrera y Yepes (1960)- es necesario que hagan la digestión en el mar. Si no van al agua después de mamar, enseguida vomitan la comida. Después del parto, las hembras son inmediatamente fecundadas. Por lo tanto tienen doble trabajo: amamantar, cuidar a su cría y recibir varias veces por día los arrebatos del macho. Una vez destetados, viven un mes más con las reservas acumuladas y ya se aventuran al mar. Las gaviotas cocineras y la Paloma antártica (Larus marinus Dominicanus y Chionis Alba), son las encargadas de comer la placenta, ayudando al cachorro a librarse de ella. A diferencia de los lobos, el cachorro de elefante se inicia en la natación y captura de presas sin ayuda materna. Ellos mismos comienzan a jugar en el agua sin alejarse de los piletones que quedan entre las restingas. Después de una semana ya saben nadar y zambullirse, haciéndose definitivamente al mar a los dos meses de vida. Esto de aprender tan rápido es para poder alimentarse y escapar de la Orca (Orcinus Orca) que es el único enemigo que poseen, ahora que el hombre no puede cazarlos, ya que están completamente protegidos. Los cachorros que se desvían de su ruta hacia el norte, corren peligro de ser atacados por tiburones; también eso pasa con los lobos marinos en Uruguay. (Daciuk, 1974). Muda La muda de la piel la realizan desde fines de diciembre hasta febrero, época durante la cual vuelven a ayunar. Ocupan en grupos grandes extensiones donde se los ve dormir todo el tiempo. Permanecen echados sin entrar al mar más de un mes y se ponen muy molestos y agresivos, tienden a aislarse y gruñen constantemente cuando se los perturba, de lo contrario están tranquilos. Es porque están afiebrados y se les desprenden jirones de piel.
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Aquí un ejemplar joven que encontré cuando atravesaba las restingas para dirigirme a Isla Roja, Chubut. Tal vez perdido o mudando.
Migración Una vez cumplida la etapa reproductora se dispersan. Esto ocurre en diciembre cuando no quedan machos adultos en la playa. Las hembras se dirigen por la costa hacia el sur y los cachorros forman grandes grupos y pasan muchas horas durmiendo, siempre desplazándose hacia el sur para dejar lugar a los lobos marinos en Punta Norte, aunque alguno se queda a mudar con ellos. Es decir, permanecen ”pelechando” durante el verano, otoño e invierno, introduciéndose con mucha frecuencia en el mar. Son todos jóvenes y subadultos que realizan migraciones parciales hacia el sur y hacia el norte.
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En Chubut se observaron en Punta Gales, Islote Notable, Punta Logaritmo, Punta Clara y Punta Tombo. (Daciuk 1973). Yo observé en Isla Roja un pequeño grupo el 24/12/82. En Santa Cruz se vieron en Cabo Blanco, ría Deseado y San Julián. (Daciuk, 1973). En Río Negro el mismo científico observó en Punta Bermeja la temporada 1972/73. Incluso en Buenos Aires y en Uruguay manifiesta A. Cabrera, 1960 y H.H. Smith, 1972. El Sr. I. Ximenez, 1964 informa que en 1957 y 1959 observó en Uruguay a dos hembras que tuvieron crías y luego se retiraron al mar con sus cachorros. En 1965 se encontró un ejemplar en Río de Janeiro (Vaz-Ferreira, 1965), el punto más septentrional que se lo ha visto (Daciuk ,1973). Pero la migración normal parece ser hacia la zona de los mares antárticos e islas Malvinas. Lo que requiere de mayores estudios futuros. Existen datos de individuos marcados en Península Valdés y hallados luego en las islas Malvinas (Daciuk, 1974). Alimentación Se alimenta de peces y calamares como la mayoría de los pinnípedos. Sobretodo róbalos y pejerreyes marinos patagónicos. También rayas y pequeños tiburones. Explotación El interés económico despertado en el hombre por estos animales se debe a los productos que se pueden obtener de ellos, como pieles, aceites y harinas. Lo que llevó al casi exterminio total, de lugares como isla Juan Fernández de Chile y King de Tasmania. En la Antártida ha disminuido notablemente y en la actualidad solo se faena en la isla de Kerguelén y Georgias del Sur, bajo algún control científico. (Según Daciuk,1973).
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Dicen ciertos autores, que si la especie no ha desaparecido es debido al enorme poder de recuperación que tiene, sin duda es una especie de gran adaptación al medio. Otra razón puede ser lo dificultoso que resulta acceder a los lugares donde se encuentran y como su explotación resultaba muy onerosa a la larga fue abandonada. Y es de esperar que para siempre. En la costa Argentina de Chubut se reproducen ahora en Reservas donde la protección es total. Compartiendo su mundo Estos enormes animales tienen un desplazamiento en tierra muy rudimentario y se comportan torpemente debido a que son típicamente marinos, su habilidad y destreza en el mar es admirable, y pueden nadar a grandes profundidades. Como son tan pesados tienen que moverse lentamente. A semejanza de los movimientos de una oruga, se arrastran rítmicamente en desplazamientos cortos, con pequeños intervalos de descanso. No son para nada agresivos con el hombre, no se asustan de la gente. Permanecen indiferentes tomando sol, quizás acostumbrados ya a compartir con el turista. Nunca hay que cortarles su salida al mar, como ocurre con cualquiera de los pinnípedos. Cuando llegué a Isla Roja, varios cachorros de elefante ocupaban el único paso, sin embargo pasé cerca de ellos sin provocar reacción alguna, seguían mis movimientos con sus ojos algo tristes y luego continuaron durmiendo. Adoptan posturas de reposo, pueden echarse de panza en el canto rodado o semisumergidos en las aguas de los piletones entre restingas, cuando baja la marea. También se echan de costado o sobre el dorso. Es muy gracioso observar como se rascan con las uñas de los miembros anteriores con gran habilidad. Deben permanecer siempre cerca del mar porque necesitan refrescarse para mantener constante la temperatura del cuerpo. Si se les eleva demasiado puede provocarles la muerte. Por eso se tiran canto rodado encima como los he visto en muchas ocasiones durante los días de verano.
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Según J. Daciuk (1974) pueden llegar a cavar hasta 50 cts. y cubrirse casi todo el dorso del cuerpo con la arena. Algo que yo misma comprobé. También adoptan posiciones rarísimas, como levantar las aletas de la cola por largo rato. Parece que de esa manera regulan la circulación y el termo del cuerpo. El canto rodado fresco, provocaría un descenso de la temperatura. Pero lo que resulta raro es que han sido observado hacer lo mismo los días fríos y nublados, incluso con la nieve en la Antártida. Conviven muy bien con los lobos marinos a quienes en Punta Norte le ceden territorio. Incluso muchas hembras de lobos suelen subírseles encima sin provocar reacción alguna en ellos. Se pueden ver jugando en el agua cuando baja la marea y se forman hermosas piletas entre las restingas y en Isla Roja, permanecer junto a los lobos a pesar de que allí no van para tener las crías y los que se ven son ejemplares jóvenes.
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Dos รณleos sobre chapadur de distintos sectores de Isla Roja. Pertenecen a la Sra. Mirta Ipolitti.
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Vivencias SUSPIRO DE NOCHE (Poema visual) Es noche. El silencio espeso me besa, y el cielo de occidente derrama su claridad postrera. Camino bajo las estrellas, la Navidad se acerca, miro en el mar, espumosa danza. Beso los dedos, frescos de bruma y sal; se apodera de mi alma un deseo: esperar junto al viento, la madrugada. Una soledad salvaje me acuna, el aire huele a misterio, misterio de luna. Lobos y Elefantes marinos rugen en el silencio en una mezcla de fuerza y ternura. Sus voces me estremecen como un eco que retumba
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y me acaricia desvaneciendo mi sed silvestre, pura. Es noche. El mar es un capullo profundo, violĂĄceo y el viento salvaje, puro peina los arbustos. Hay en la noche un lamento, lamento de aurora, que crece en el espacio y en sueĂąos se deshoja. Suenan a mĂşsica los guijarros bajo mis pies ligeros y la noche exhala un suspiro de misterio. En Punta Norte (Chutut)
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SECCIÓN ANIMALES TERRESTRES
QUE SE VEN
EN LOS LUGARES COSTEROS
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CAPÍTULO X AVES
En éste capítulo he de referirme a un ave especial, que no vuela y que frecuenta la zona de nidificación de Pingüinos, Gaviotas, Ostreros, Lobos y Elefantes Marinos. Ella es el ÑANDÚ PETISO PATAGÓNICO (Pterocnemia P. Pennata). En cuanto a la MARTINETA COPETONA PATAGÓNICA (Eudromia Elegans Patagónica), que también habita la zona, no la incluyo en esta edición porque si bien las he visto en mis incursiones por la estepa, no he llegado a compartir mucho con ellas; por lo tanto, si desean ampliar sobre esta especie los remito a la primera edición de mi libro en papel, de Editorial Albatros, 1984 o a las bibliografías especializadas sobre ellas que hay y nombro al final del libro. En el próximo capítulo me referiré a especies de mamíferos terrestres como Guanaco, Liebre Patagónica o Mara y Zorro Gris. Sin duda que la estepa patagónica es muy rica en especies importantes que atraen a estudiosos y turistas de todo el mundo.
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TORMENTA ESTIVAL Un sol tórrido se abatió con su fuego y mi piel deseó la caricia del viento que dejó frescura en medio del silencio que prestigiaba el idílico sendero.
Era tarde en el Sur, tarde de siesta y sobre el valle afelpado de hierbas yo buscaba los colores de las sierras para pintar en luz mi oscura paleta.
A lo lejos, del mar tuve el aroma, el silencio fue más silencio a cada hora y en mi alma sentí que la tarde era aurora naciendo a la vida como mariposa.
Un chingolo desgranó sus dulces trinos, retumbó de la martineta el silbido y en la alto un guanaco llamando a su crío dándome el mensaje de lo divino.
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Gruesos cúmulos sobre mí se instalaron y el calor sin viento apenas soportado dejó un sudor de lluvia sobre mis manos que pronto aleteó en el mar color cobalto.
Sabores de esas tormentas estivales que aroman la tierra en sustancias ideales luego se alejan, y el sol vuelve a instalarse para cubrir de oro la caliente tarde. Realizado en un paraje que llamé Valle Escondido en Cabo Dos Bahías.
Boseto del lugar. En lo alto, un guanaco. Óleo sobre cartón 50x60.
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ÑANDÚ PETISO PATAGÓNICO (PTEROCNEMIA PENNATA PENNATA) ORDEN: RHEIFORMES FAMILIA: RHEIDAE
Foto: E. Gutiérrez.
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Observaciones Este orden comprende dos géneros (Rhea y Pterocnemia), con 6 especies y subespecies que se distribuyen por Sudamérica desde Perú y Brasil hasta Argentina (Dabbene, 1920). En nuestro País existen 3 especies y subespecies. (Olrog, 1959 y 1978, de la Peña, 1979, y otros). 1) El Ñandú o Suri (Rhea Americana), que habita Bolivia, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil, y todo el norte de nuestro país hasta Río Negro. a) La raza Rhea americana albescens es propia de nuestro país. 2) Ñandú Petiso (Pterocnemia pennata), que tiene en nuestro país dos representantes. a) Ñandú petiso de la Patagonia (Pterocnemia pennata pennata),habita desde Río Negro hasta Magallanes, fue introducido en Tierra del Fuego. También se lo encuentra en Chile –según Jory, 1975 y Daciuk, 1978- desde Aisén hasta el Estrecho de Magallanes. b) Ñandú cordillerano (Pterocnemia pennata garleppi), que habita el altiplano de Jujuy hasta Catamarca, La Rioja, San Juan y también Bolivia y Sudeste de Perú, fuera de nuestro País. Aclaración Se hace necesario aclarar que el mal llamado “Avestruz”, nada tiene que ver con ellos. Su nombre correcto es Ñandú, para distinguirlo del Avestruz Africano que además de tener distinta anatomía es bastante mayor a los ñandúes nuestros. ALGUNOS DATOS BIO ECOLÓGICOS Aspectos generales Ave corredora, llamado Choique en lengua indígena y también Ñandú de Darwin, Ñandú overo, Malochoique y el mal llamado Avestruz de Magallanes. Pues no es ni Avestruz ni es exclusivamente de Magallanes.
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Mide alrededor de 1.40 metros de alto y pesa entre 17 y 25 kilos, son de las mayores aves del mundo. Pero es más pequeño que el ñandú común y algo mayor que el cordillerano. Los juveniles pueden pesar un promedio de 11-13 kilos, resultando el macho de mayor tamaño que la hembra. (Daciuk, 1978). Tienen un plumaje suelto y sedoso, alas muy grandes. Sus patas son largas y sus pies sólo tienen tres dedos. Su color es gris ocráceo con las plumas más largas algo salpicadas de blanco. La parte ventral es más bien blanca. En general su color es gris sucio. Y no hay diferencias entre los sexos. Parece variar algo entre individuos, y no por sexos. Quizás podría ser la edad, ya que según Jory (1975), son más claros los más viejos, no así las hembras adultas que serían siempre oscuras. El ñandú común en cambio es de un suave color pardo. Se diferencia del ñandú cordillerano por el número de escudos transversales de los tarsos, pues aquel tiene 8-10 y el ñandú petiso patagónico entre 16 y 18. (Daciuk, 1978). Los pichones, llamados Charitos, tienen plumas suaves, aterciopeladas de color blanco amarillento, ocráceo. Y sus patas están cubiertas de plumón hasta los dedos que a medida que el ave crece, por la fricción con las plantas y espinas, se van gastando. Al año de vida cambia el plumaje primitivo por el propio de los adultos y a los dos o tres años ya es apto para la reproducción viviendo alrededor de 15 años.
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Charitos creciditos. Foto: Erika Hall.
Distribución geográfica Se extiende desde el sur de Mendoza hasta el sur de Santa Cruz, abarcando Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y fue introducido en el N.E. de Tierra del Fuego donde llega a nidificar. Y en Chile, desde el sur de Aisén hasta el Estrecho de Magallanes. Su hábitat son las praderas y estepas, zonas abiertas, a menudo cerca de los lagos y de los pantanos y en las costas del mar como los he visto. Se los puede ver muchas veces entre pingüinos que no se molestan porque lo reconocen como un integrante más de su hábitat y lo aceptan.
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Nidificación El ambiente natural donde nidifican es de vegetación arbustiva y estepa graminosa. Generalmente tienen que ser lugares abiertos y llanos. Prefieren los lugares menos transitados, donde hay muchos más. En los caminos internos de Península Valdés, o a lo largo de la ruta costera Nº 1 de poco tránsito es muy frecuente verlos en grandes grupos. Como en la zona de Punta Buenos Aires, por ejemplo. El nido consiste en una simple excavación hecha en el suelo, en lugares inaccesibles y desprovistos de vegetación alta. Tienen unos 60 cts. de diámetro y está recubierto en su interior de hojas, cardo, pajas y las plumas que se les cae durante la incubación. El macho se encarga de construirlo. Reproducción Maduran sexualmente a los 2 o 3 años. Y es con el inicio del invierno (julioagosto) que comienza el celo y la postura. En noviembre ya se pueden ver los pequeños charitos acompañando a sus padres. Los machos emiten voces roncas y silbidos cortos para llamar a las hembras, se pueden formar harenes con dos a cinco hembras. Daguerre (1968), dice que en el caso de Rhea Americana Albescens el macho demuestra sus habilidades de danzarín, con giros, zapateos, gambetas y brincos ante sus hembras, a fin de excitarlas, hasta que ellas se echan y son fecundadas. La cópula es larga y fatigosa, según A. Giai (1943), maltratan bastante a la hembra, golpeándola con violencia en el lomo, lo que suele durar hasta media hora, e incluso obligar a ella a retirarse. Huevos Producida la cópula y fecundación, comienza la postura de los huevos de todas las hembras en un mismo nido, llegando a encontrarse entre “20-30 huevos” (Daciuk, 1978) y hasta 50 según otros autores.
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Cada hembra pone con intervalos de uno a seis días. Pero el macho cuando reúne en su nido una cantidad de 30 huevos aproximadamente, rechaza a las hembras que quieren seguir poniendo. Esa es la cantidad ideal para que tenga éxito la incubación. Se pueden encontrar huevos “guachos” que son depositados fuera del nido cuando ya la postura normal a concluido (Daciuk, 1978). Dabbene (1920), también cree que son los huevos que depositan las hembras cuando ya el macho está incubando. A. Giai (1953), en el caso de Rhea Americana, manifiesta que son huevos depositados lejos del nido por hembras descuidadas, y que el macho no puede arrimar. La mayoría, cree que son estériles, dejados allí antes de la fecundación. Y el mismo autor (1943), para el caso de la especie que tratamos, afirma que son anteriores a la reunión de los machos con las hembras y por lo tanto son infértiles. Los huevos miden 120/140 x 85/95 mm. y pesan unos 700 gramos. Son verde-amarillentos pero luego pierden su tono hasta quedar casi blancos. El macho se encarga de incubar, para ello entra al nido con suma suavidad, acomoda y da vuelta los huevos, y luego se encarga del cuidado de los pichones. Según J. Daciuk (1978) y A. Giai (1943), la incubación dura unos 40 días. Y el macho permanece siempre alerta alejándose algo para comer. Pichones A los pichones de ñandú se les llama en el sur “Charos” o “Charitos” y son precoces y nidífugos, poseen un plumaje suave y aterciopelado. A la semana de nacidos ya el macho se encarga de llevarlos de un lado a otro, les enseña a comer, los protege de los enemigos y de noche los cobija bajo sus alas. Dice J.B. Llanos (1942) que en el caso de Rhea Americana Albescens, los machos con sus crías suelen enfrentarse en pelea para arrebatarse los pichones. Y como los pequeños siguen al vencedor, pueden encontrarse machos con muchos Charos de diferentes edades.
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Las peleas consisten –Daguerre (1968)- en ataques de frente, a velocidad, saltan con las dos patas hacia adelante, que generalmente esquivan, entonces chocan y entrelazan los cuellos, y se picotean. Luego se separan y arremeten de nuevo. En el mes de noviembre J. Daciuk (1978) pudo observar en la zona de Península Valdés, tropillas con 7- 15 y hasta 23 Charitos. Es en ese mes que comienzan a independizarse, aunque siguen igual con sus padres hasta completar el desarrollo a los 5-6 meses de vida aproximadamente, según dice el autor citado.
Dos ñandúes que crucé en mis caminatas por la zona de la Reserva de Cabo Dos Bahías.
Alimentación Se alimentan de una gran variedad de vegetales como semillas, hierbas, raíces, hojas, brotes de Quilimbay (Chuquiraga avellanedae) y frutos de Piquillín (Condalia Microphylla) y Yaiyín (Lycium Chilense).
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Algunos autores consideran que también comen insectos, moluscos y pichones de otras aves. Pero se ha podido comprobar que no es así y Daciuk, 1978 lo dice para la zona de Península Valdés entre los años 1968 y 1970. Sí aparecen guijarros o piedras en el estómago. En cautividad comen de todo. La alimentación parece variar según el día, la estación y la edad. Los jóvenes pastorean o colectan la materia vegetal del suelo. Beben agua en forma pausada, a veces en arroyos y charcas o también en los bebederos de las estancias. Depredadores Entre los depredadores de los charitos y juveniles está el zorrino (Conepatus Humboldtii), el zorro gris patagónico (Dusicyon Griseus Griseus), el Gato de Los Pajonales (Felis geoffroyi geoffroyi) y el hurón menor (Galictis cuja huronax). El zorrino es el mayor depredador de huevos y pichones. También el Peludo (Chaetophractus villosus) que hace un túnel con desembocadura en el nido y sustrae los huevos sin que el ave echada lo advierta. También la iguana aprovecha su ausencia del nido para romper los huevos con golpes de su cola y beberse el contenido, aunque algunos autores dicen que es imposible que pueda romperlos. Algunas aves de rapiña como águilas y caranchos. El puma, el jaguar y muy especialmente (en los adultos) el hombre que los persigue desde épocas remotas. La caza sin control de los establecimientos ganaderos, de viajeros irresponsables y algunas enfermedades desconocidas han provocado grandes estragos en la población de esta magnífica ave corredora. Aún hoy se hace difícil poder protegerla como necesita, porque siempre está la caza “clandestina” para la comercialización de sus plumas.
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Comportamiento Los ñandúes viven en familias, formadas por un macho y unas 5 hembras. Familias que suelen unirse en el otoño, formando tropas de 20 a 100 individuos. Según J. Daciuk (1978) en la zona de Península Valdés se pueden observar parejas o individuos aislados. Supera en velocidad a cualquier otro habitante de las estepas y convive muy bien con el ganado ovino y el Guanaco (Lama G. Guanicoe), principalmente en las mesetas costeras donde los camélidos tienen sus revolcaderos. También conviven perfectamente con el hombre, pues son muy mansos. Pero es desconfiado, al huir corre en línea recta o en zigzag con las alas levantadas, pues les sirven mucho para las maniobras de huida. Tienen una gran destreza para salvar todos los obstáculos sin caerse. Aún habiendo pastos altos. Es buen nadador, pero no le gusta el agua. Dice Darwin que los vio varias veces cruzar a nado el río Santa Cruz donde tiene 400 metros de ancho y corriente bastante rápida. Tampoco le teme al viento, pero si hace calor, se repara del sol bajo los arbustos mimetizándose con ellos. Su voz es un silbido en época de celo y un bramido cuando se enoja. En los lugares con buen alimento, puede pasarse horas buscándolo en el suelo, con el cuello encorvado y moviendo la cabeza de un lado a otro, para atrás y para adelante, atento a cualquier enemigo. La tarea de buscar alimento le ocupa “entre el 80 y el 90% del tiempo de vigilia” (Daciuk 1978), desde la madrugada hasta el crepúsculo. Jory (1975) habla de un 95%. Cuando descansan o antes de dormir o después de alimentarse y beber, realizan baños de polvo y arreglos del plumaje. Son muy cuidadosos en la mantención del plumaje y los baños de polvo forman parte de ese arreglo.
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Pero la preocupación es mayor en diciembre y enero cuando los días son largos en el sur. Cuando duermen lo hacen en terreno desprovisto de vegetación, se sientan sobre sus rodillas y luego se echan al suelo (ahí es cuando se arreglan las plumas y se echan polvo). Al dormirse flexionan el cuello, dejando que la cabeza apoye sobre el mismo. Al despertar inspeccionan, se arreglan, se estiran y finalmente se levantan. Defecan a cualquier hora pudiéndose encontrar bosteaderos en los lugares donde se concentran para dormir (Daciuk 1978). Pero mucho más después de levantarse, lo que indicaría que de noche no se levantan. (Jory 1975). Para descansar elige sitios protegidos, con buena visibilidad y secos; al mediodía –según Jory (1975)- pueden descansar unos 15 a 30 minutos de siesta. Compartiendo su mundo Si bien los he observado muchas veces, nunca pude acercarme a ellos sin que escaparan antes. Al menor ruido o advertencia de peligro comienzan a correr, primeramente en forma lenta y luego con una rapidez asombrosa, cuando hay matas altas, lo hacen en zig zag. Y como se confunden con el color de los arbustos es muy difícil distinguirlos. Es gracioso cuando se encuentra algún adulto con varios Charitos que al asustarse corren en distintas direcciones, algunos chocan entre ellos y ruidan por el suelo y otros se enganchan en las matas, pero son muy rápidos para correr, y como han sido perseguidos, cada vez se desconfían más de la gente.
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CAPÍTULO XI MAMÍFEROS
En el capítulo anterior me referí a los mamíferos terrestres que suelen frecuentar la zona costera y compartir el hábitat con los animales marinos. Veremos más extensamente la vida de dos especies autóctonas: Guanaco (Lama Guanicoe Guanicoe) y Mara (Dolichotis Patagonum Patagonum), también en la primera edición de éste libro hablé sobre el Zorro Gris Patagónico (Dusicyon Griseus Griseus), que no voy a incluirlo aquí porque mi relación con ellos ha sido casi nula. Si desean ampliar sobre el mismo pueden remitirse a la anterior edición o a la bibliografía específica de la misma.
Valle Escondido, lugar serrano en las cercanías de la Reserva de Cabo Dos Bahías. Lugar que inspiró el poema.
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POR UNA QUEBRADA… Por una quebrada verde, angostita quebrada caminaba, caminaba… La tarde se iba cubriendo de nubes muy negras, y yo rodaba, soñaba… Por un sendero de arbustos color esperanza caminaba, caminaba… Me envolvió la serranía tan ocre y tan pálida mientras andaba, andaba… El viento del mar me llevaba hacia la montaña y yo, fresca, caminaba… Flamearon los pastos en la colina verdosa y yo, soñaba, amaba… El cielo se vestía de gruesas nubes negras que en silencio lloraban… Y yo me quedé en el aire, como una campana que cantaba, que timbraba…
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MARA (DOLICHOTIS PATAGONUM PATAGONUM) ORDEN: RODENTIA FAMILIA: CAVIIDAE SUBFAMILIA: DOLICHOTINAE
Observaciones Según su distribución geográfica, la especie Dolichotis Patagonum se puede dividir en dos subespecies o razas: 1) Dolichotis patagonum patagonum. Abarca toda la Patagonia, hasta Puerto Deseado-San Julián (Darwin). Los 50º L.S. dice Cabrera (1953). Por el norte llega hasta el centro de Buenos Aires, sur de Córdoba, San Luis y Mendoza. Desde las llanuras al pie de los Andes al Atlántico. Pero en la provincia de Buenos Aires ya no existen debido a la tala del monte autóctono, la introducción de los cultivos y la llegada de la liebre europea. 2) Dolichotis patagonum centricola. Abarca todas las zonas centrales del país y se la conoce como “liebre de los llanos”. Abarcando valles abiertos y bolsones con monte de la mitad sur de Catamarca, este de La Rioja, noroeste de Córdoba y sudoeste de Santiago del Estero. En San Luis convive con la otra. No pasa los 27º L.S. (Cabrera, 1953). La verdad es que en tantos viajes realizados por mi país, nunca pude cruzarme con ellas, salvo en la Patagonia.
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Pareja de Mara con cría. Lugar: Bosque de Arrayanes de Lago Verde (Chubut) óleo acuarelado, mural de 120x50 cts.
ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales La llamada de “orejas largas” según denominación griega es la liebre autóctona Argentina. También llamada El Agutí de la Patagonia por Darwin. Son roedores de cola corta con el extremo pelado y romo, parecidos a conejos. Ojos grandes y extremidades muy largas, (más las traseras), teniendo 3 dedos, mientras que las anteriores tienen 4 dedos: son cortos, provistos de uñas con aspecto de pezuña, más cortas en las extremidades posteriores.
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Sus orejas son largas, aunque nunca pasan los 10 cts. y son anchas en la base, terminando en punta redondeada. Anda en cuatro patas y puede realizar veloces carreras y grandes saltos. Quizás por esa razón muchas veces se la confundía con los conejos y también con las liebres; a pesar que nada tiene que ver con ellas su denominación popular de “liebre patagónica” está muy generalizada. Es mayor que la liebre común, entre cabeza y cuerpo mide unos 70 a 75 cts. Mientras que la cola mide 4 cts. El pelaje es denso, luciente y corto con pelos delgados de color pardo rojizo con matices amarillentos en las partes superiores y algo más claras en las inferiores, y con una clásica tira blanca que cruza por detrás de nalga a nalga. Distribución geográfica Toda la Patagonia hasta los 50º de L.S. (Cabrero 1953), y por el norte la provincia de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Mendoza. Su lugar típico es Puerto Deseado en Santa Cruz. Hay mucha en Península Valdés y Punta Tombo. En cabo Dos Bahías se puede observar en absoluta libertad, debido a la protección que allí existe, pudiendo llegar hasta la orilla del mar, entre las rocas, donde anidan los pingüinos. En Punta Buenos Aires y en Punta Ninfas (Chubut) se conservan importantes poblaciones debido a que son lugares alejados de los centros urbanos (Daciuk, 1974). Prefieren los climas secos y los ambientes abiertos, con monte bajo o bosque ralo y campo abierto de estepa o pastos duros. Generalmente sitios solitarios pero no desiertos. El avance de la agricultura fue para ellas muy perjudicial. No gustan de zonas pantanosas, pero a veces se acercan a bañados y arroyos. Según C. Burmeister, su lugar de procedencia es el Río Chico en Chubut. Darwin refiere, lo común que era verlas en la Patagonia en esa época, saltando unas tras otras.
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Mara con crĂas. Foto H. Rivarola.
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Reproducción Ellas cavan agujeros poco profundos entre matas y arbustos o aprovechan troncos huecos, grietas de rocas, utilizan madrigueras abandonadas por vizcachas; y si no las hay, cavan ellas su propio refugio. Son animales monógamos y a veces varias parejas pueden convivir sin molestarse, reuniéndose más de una docena de animales. Las hembras tienen dos gestaciones anuales y dan a luz dos crías cada vez. Ellas son de tamaño bastante grande, nacen con los ojos abiertos y viven juntas en las madrigueras comunales. En el jardín zoológico se dio el caso de un parto cuádruple. Dice Holmberg (1883), que uno murió, dos se criaron bien y el otro muy pequeño, tímido y débil. Cuando se le sacaron los hermanos a la madre, logró criarse bien. Son amamantadas tiernamente por su madre. Cabrera (1953) acota que para ello, se sienta y ellos se colocan uno de cada lado. Muy pronto los pequeños comienzan a participar en la actividad de la familia. Cuando varias parejas viven juntas, las crías suelen refugiarse en una misma guarida, pero cuando salen para reunirse con los adultos, cada hijo busca y reconoce a su madre. Alimentación Son animales filófagos o herbívoros (comen pastos, principalmente tiernos; raíces, frutos silvestres, granos, flores y cortezas), se dice que de gran voracidad, lo que les ha costado una constante persecución, que ha llegado a disminuir mucho su cantidad, poniendo en peligro su supervivencia. Actualmente (1985) se están realizando estudios más concretos para poder brindarle a la especie la protección que merece; pues ellos han desaparecido de lugares cultivados, sólo viven en lugares áridos. Para comer, se sientan, y agarran el alimento con las patas anteriores, no beben agua si las plantas son verdes y jugosas.
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Comportamiento Son animales diurnos, es raro verlas de noche, aun con luna llena. Su actividad aumenta en el crepúsculo y a la mañana, pero se ven frecuentemente durante el día. Tienen períodos diarios de actividad que puede variar en su duración y distribución según las estaciones, algunos factores como luz, lluvia y temperatura, quizás puedan influir en estas actividades. Son animales muy sociables (aunque con ciertas limitaciones), tímidos e inofensivos, cuando nada los asusta, andan lentamente. Pero pueden correr a velocidad, algunas quedan mirando de frente sin miedo durante un rato, antes de escapar si uno amaga acercárseles. Tienen un gran sentido del olfato y del oído, son fáciles de domesticar, incluso se las puede dejar en libertad, pues siempre regresan al hogar. Se adaptan muy bien a la vida en cautiverio y también se reproducen. Son de temperamento tranquilo y confiado mientras permanecen reunidos en su grupo familiar. Pero si están acorralados o separados uno de otros, huyen en gran carrera, incluso con ágiles saltos, como lo hacen las corzuelas, y de hasta 2 metros de alto. Como se fatiga pronto, un buen jinete puede darle alcance. Pues su carrera no es sostenida, se detienen de vez en cuando. Su voz es penetrante, aguda y desagradable. Le gusta mucho el sol, incluso en verano, en las primeras horas de la tarde. Para reposar se sientan como los perros. Se acuestan de costado o sobre el vientre y se estiran tranquilamente, pero al menor ruido, se levantan. Cuando están echadas se mimetizan con el terreno y pasan desapercibidas, además como es muy tímida, emprende la fuga en cuanto presiente peligro. Si son varios, desaparecen detrás del guía en línea recta y a saltos rápidos. Son sus enemigos, el hombre, hurones, zorros y aves de rapiña, además del puma, que ahora hay en poca cantidad por la persecución de la que es objeto. El hombre confecciona quillangos con su cuero.
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Compartiendo su mundo No ha sido muy frecuente verlas y acompañarlas, principalmente porque son animales que pasan muchas horas del día en sus agujeros, o están mimetizados con el entorno. Desgraciadamente fueron muy diezmadas, su número disminuyó mucho. Las veces que pude cruzarlas se han mostrado mansas, aunque algo tímidas. Donde más las vi es en las pingüineras, lugares que me vieron deambular mucho tiempo. En Cabo Dos Bahías, cuando despertaba a la mañana, lo primero que veía era una Mara mansa que siempre se acercaba a comer en las inmediaciones de la casilla donde estábamos instalados, al frente de la casita del guardafauna. Y también las he visto en el bosquecito de arrayanes de Lago Verde en Chubut donde pasé mucho rato para escribir y pintar. El cuadro que hice de esos momentos lo pueden ver en la página 274.
Mara con crías, óleo con pastel, de la serie “Jugando con mamá” que realicé con mi hija Rocío.
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Octubre-noviembre 1986. Observé grupos de Maras en el Valle de la Luna (San Juan) donde también hay zorros grises, guanacos , ñandúes y martinetas.
Guanacos, óleo con pastel, de la misma serie del anterior.
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GUANACO (LAMA GUANICOE GUANICOE) ORDEN: ARTIODACTYLA SUBORDEN: TILOPODA (RUMINANTIA) FAMILIA: CAMELIDAE
Observaciones En nuestro País existen dos especies más de camélidos. -Lama glama (nuestra Llama) que ya no existe en estado salvaje y ocupa el noroeste del país, Perú y Bolivia. -Vicugna vicugna (la Vicuña) que vive en el noroeste, Bolivia, Perú y Chile. Ya fuera de nuestro territorio, en Perú y Bolivia, vive la Alpaca (Lama Pacos) que también dejó de existir en estado salvaje. En cuanto al Guanaco, según el lugar donde habitan, se pueden distinguir varias razas; aunque esto no está muy claro entre los naturalistas. Los animales que en Perú viven por encima de los 4.000 metros, por ser más pequeños constituyen la raza Lama Guanicoe cacsilensis. Reynolds Gridges, (1957), dice que en Tierra del Fuego se pueden distinguir 3 variedades por el color y finura de su pelo, siendo los que habitan la isla Navarino (Chile) los de pelo más brillante y colorido.
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Tropilla de VicuĂąas que encontramos en la Cuesta del Acay, en salta.
Guanacos en la estepa patagĂłnica. Foto: M. Canevari.
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ALGUNOS DATOS BIO-ECOLÓGICOS Aspectos generales Su nombre es de origen quichua. Es la especie salvaje de la Llama que vive en Sudamérica, sus antepasados llegaron posiblemente en el Plioceno; teniendo su origen en América del Norte donde ya no existen. Está documentado por restos fósiles. Debido a su estructura física, ejemplo de adaptación perfecta al medio, altamente especializado, es hermoso verlos galopar o caminar y correr en el monte. De línea más elegante y delicada que la Llama, con un pelaje lanoso y espeso color pardo rojizo, con el hocico, las orejas, vientre y lados interiores de las patas blancas. Mide 1.10 metros hasta la cruz, tiene cuello y patas muy largas y no poseen más de dos dedos en cada pie. Cabeza relativamente chica, hocico fino, orejas largas y puntiagudas y ojos grandes y expresivos.
Hermoso ejemplar que cruzamos por los caminos patagónicos.
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Distribución geográfica La especie, tiene una importante extensión. Desde el sur de Perú, pasando por Bolivia y Chile, han llegado hasta “las islas próximas al Cabo de Hornos”. (Darwin, 1839). Está comprobado que en épocas remotas su distribución era mucho más extensa que la actual. (Cabrera y Yepes, 1960). Abunda mucho más en las mesetas Patagónicas donde vive en grupos familiares formando pequeños rebaños de unos 50 animales, guiados por el macho reproductor. Las diferentes manadas no se mezclan nunca. Tanto en Península Valdés como en la zona costera que va desde Puerto Madryn a Comodoro Rivadavia se pueden ver en total libertad, principalmente en los lugares menos transitados. En Cabo Dos Bahías, tienen un verdadero paraíso debido a que no se los molesta, se han amansado y no se asustan al ver gente, permaneciendo indiferentes mientras observan con sus ojos vivaces y sus orejitas bien paradas. Se pueden ver grandes grupos a toda hora, su número quizás llegue a unos 700 animales dentro de la Reserva. También las estancias vecinas reúnen grandes cantidades, aunque hay algunos establecimientos donde aún se los mata por matar o con la excusa de que le consumen el alimento a las ovejas. Hay estancias que permiten la matanza de un número determinado al año, controlando así el crecimiento de los rebaños y limitándolos a una cantidad siempre constante. En la Patagonia es frecuente comer carne de Guanaco.
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Reproducción Entran en celo a fines de la primavera, es cuando los machos se pelean por las hembras dándose furiosos golpes con las patas delanteras, mordiéndose el cuello y escupiéndose la cara. El apareamiento se produce estando la hembra echada sobre el vientre y es sumamente violento. La época de cría dura de noviembre a febrero. Cada macho vive con 4 a 10 hembras, las que alcanzan la madurez al año de vida y dan a luz una cría (a veces dos), de once meses de gestación y que amamantan durante 4 meses.
Hermosa cría de Guanaco en Cabo Dos Bahías. Se le llama “Chulengo”.
A los dos días de haber nacido ya pueden correr bastante, aunque se cansa rápidamente y tiene que echarse. Está recubierta de un pelo suave y abultado con los mismos colores del adulto. Pero es muy friolento, dice Housse (1929), que la madre escarba un hoyo por la noche y le hace una
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especie de cuna, arriba se acuesta ella y a veces el padre, para darle mayor calor. Pasada la época de celo, en otoño, cuando sus hijos (llamados “Chulengos”) pasan los primeros meses, se mueven en grupos de muchos individuos. El crecimiento total lo alcanzan a los 3 años. Hay que aclarar que en las zonas montañosas los nacimientos son más tardíos, ya que entran en celo hacia el verano. Alimentación Se alimenta pura y exclusivamente de hierbas, y de hojas de árboles, procurándose la comida por pastoreo y ramoneo. Si se lo cría guacho o se domestica, puede llegar a comer de todo. Desde cáscaras de durazno y papas hasta fideos y pan, no desechando absolutamente nada. Depredadores Su principal enemigo es el Puma y en los Andes el Cóndor, para las crías. Cuando éste ataca a la cría-refiere Housse (1929)- la madre no acude para salvarla, permaneciendo quieta y llorando al ver semejante cuadro, quizás por el temor que le infunde el animal. Pero suele refugiarse con el hijo en lugares irregulares donde el Cóndor no puede descender. Aunque sin duda, quien más contribuyó a la gran disminución de la especie, fue y sigue siendo el hombre. Actualmente existe muy poca cantidad comparada con la que existió otrora. Darwin hablaba de rebaños integrados por 500 individuos a orillas del río Santa Cruz. Ha sido buscado por su carne –que le servía de alimento a los indios- y también por su fino pelo. En su momento “llegaron a cobrarse arriba de 150.000 unidades por temporada” (Llanos, 1955), y debió intervenir el estado con el decreto Nº
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7.422/45 por el cual se limitó su caza a los meses de noviembre y diciembre con una zafra anual de 21.000 cabezas. Pero lo peor es la matanza que se realiza sin control por matar nada más. Hay establecimientos ganaderos donde aún hoy se los mata, dejándolos tirados en el campo. Lo que suele ocurrir también con el Ñandú. Con la piel del Chulengo se confeccionaban los “quillangos”, que antiguamente dio lugar a que los indígenas desplegaran todo su ritual ceremonioso en la caza de los mismos. Además, el guanaco le aportaba carne, lana y huesos para hacer todo tipo de objetos. Según J. Daciuk (1974), se matan los chulengos por su fina piel, generalmente la realizan los peones de las estancias en momentos de ocio con el permiso de los ganaderos. No existe control alguno por la creencia de que es un competidor en el consumo del alimento de los ovinos. Según aseguran Cabrera y Yepes (1960), la caza de los guanaquitos es una verdadera profesión cómoda y lucrativa. Es un verdadero asesinato ya que es muy fácil poder cazarlos. Todo en la naturaleza mantiene su natural equilibrio, existe en ello una perfecta armonía que no tenemos el derecho de destruir, pues sólo lograremos alterar y destruirnos con nuestro propio hábitat, a nosotros mismos. Comportamiento Los guanacos viven en grupos formados por varios individuos, como dijimos antes. El jefe que los dirige se llama “relincho” y se encarga de permanecer como centinela mientras la manada se alimenta, avisando si hay algún peligro por medio de un relincho. Ese relincho he podido sentirlo cuando pintaba en el lugar Valle Escondido de Cabo Dos Bahías y en lo alto estaba el vigía. Al huir, guarda la retaguardia, mientras el rebaño huye en cerrada formación. Si muere, todos escapan en un gran desorden.
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Según estudios que realizó J. L. Cajal, en la Reserva de San Guillermo en San Juan, a unos 4.000 metros de altura, los años 1977 a 1979, se pueden distinguir varios grupos: 1) Grupos familiares. El macho con sus hembras y crías. Generalmente es el macho más antiguo con unas 6 a 15 hembras maduras sexualmente. Dentro de este grupo se pueden formar grupos secundarios, cuando algún macho joven se acerca a ese grupo y roba hembras. Este grupo secundario reúne unas 5 hembras; y se mantiene siempre a distancia del grupo principal, pues el macho más antiguo no le permitiría acercarse. Puede ocurrir que se alejen de la zona, constituyendo así un nuevo grupo, en ese caso, se transforma en principal. 2) Hembras con crías. Se forman cuando el jefe expulsa a algún juvenil con edad de independizarse y la madre lo sigue. O cuando se muestra hostil con alguna hembra, la que se aleja seguida por la cría. Este comportamiento puede deberse a que si se incrementa mucho el número de hembras en un grupo, se corre el riesgo de perder copulaciones, provocando descenso de nacimientos. Se ven muy poco estos grupos porque las hembras siempre se unen a algún grupo mixto. 3) Tropa de machos. Grandes cantidades, entre 70 a 100 y aún más. No son constantes. Generalmente son individuos seniles y jóvenes que han alcanzado la madurez sexual, y al entrar en celo se separan para buscar hembras. 4) Machos solitarios. Son seniles que terminan uniéndose a una tropa de relinchos. O pueden ser jóvenes expulsados que terminan desplazándose para buscar hembras. Estos grupos suelen unirse en invierno formando grandes manadas. Para volver a separarse en la época de celo. Si un macho trata de deponer al rey de la manada se arma pelea que no cesa hasta que uno de los dos, o los dos, caen exhaustos. Darwin manifiesta que son curiosos, y si una persona hace algunas piruetas en el suelo cerca de ellos, se acercan siempre para mirar. Quizás
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eso era antes, cuando no conocían el poder de las armas del hombre, ahora lo más común es que huyan en cuanto ven a un hombre, aunque éste no tenga intenciones de hacerles daño. El padre Housse (1929) dice que si no conocen al hombre hacen gala de valentía enfrentándolo o permanecen indiferentes, de lo contrario, huyen rápidamente. Es muy fácil de domesticar, es entonces cuando se vuelven muy atrevidos y atacan a los hombres por detrás, dándoles un empujón con ambas rodillas (lo que en el sur le llaman “pechar”). Quizás se deba a los celos que sienten los machos por sus hembras, los salvajes, en cambio, no se defienden de esa manera.
Quico, el Guanaco “pechador” de Cabo Dos Bahías, con su dueño Héctor Olsen, Guardafauna que lo crió guacho.
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Yo tuve oportunidad de comprobar este hecho con un guanaco que fue criado guacho en Cabo Dos Bahías, llamado Quico. Ha adquirido la costumbre de “pechar” a todo el mundo. Turista que ronda por el lugar de la vivienda del guardafauna, si es tomado desprevenido, termina en el suelo. Mi madre fue víctima de él. Cada vez que lo veía se alejaba. Sin embargo, los que he visto andar en forma salvaje dentro de la reserva no usan esa artimaña. Son animales que no temen al agua, nadan muy bien y beben agua salada. Tampoco se asustan de los abismos, pues son grandes trepadores, que miran sin temor hasta los más profundos precipicios. A la salida y entrada del sol, se los puede ver revolcándose en el polvo, dentro de unos hoyos o simplemente sobre el pasto. Según Housse, primero lo hace el jefe, y luego todos los demás, uno tras otro. Parece ser un ejercicio higiénico. Ellos tienen una costumbre buena para mantener limpios y comestibles los pastos que deben comer. Depositan sus excrementos durante varios días consecutivos en un solo montón y según Darwin los indios del Perú usaban estos excrementos como combustible y se evitaban así el trabajo de recogerlos. Estos bosteaderos son frecuentados por los Ñandúes cuando crían, pues sus charitos encuentran allí muchos insectos para comer. En este caso los guanacos están tranquilos porque los Ñandúes hacen de centinelas, corriendo en cuanto ven algún peligro. Parecen tener lugares predilectos para ir a dormir. A orillas del río Santa Cruz –según Darwin- “en ciertos lugares aislados, la tierra desaparece en absoluto bajo las osamentas acumuladas”. Reynolds Bridges (1957) asegura que cuando hay nieve se acuestan todos juntos para calentarse. En lago Fagnano (Tierra del Fuego) vio unos 19 guanacos muertos desde hacía meses, tan bien conservados que parecían vivos. El piensa que a esto se debe el hecho de haber encontrado cementerios de hasta 200 esqueletos juntos en la Patagonia, pues tienen que haber muerto de esa manera.
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Compartiendo su mundo Es un animal muy vivaz que con sus ojos parecen expresar sentimientos. Donde no se los molesta son tan mansos que uno puede acercarse a ellos sin que se espanten. Se quedan inmóviles mirando con los ojos fijos y si uno hace algún ademán brusco se alejan un tanto, para pararse nuevamente y seguir mirando. Claro que son contados los lugares donde ocurre esto, fueron tan perseguidos que desconfían de todo. Su temperamento es curioso, si es criado guacho no dejan a nadie en paz, todo les llama la atención y gustan de compartir sus juegos con el hombre. Es muy fácil apresar a los chulengos recién nacidos, a pesar que a los 3 días ya corren rápidamente, la madre busca de defenderlo haciéndolo echar para que se confunda con los pastos y si se lo encuentra, comienza a correr de un lado a otro, desesperada. Recuerdo a un guanaco joven que cruzó corriendo en un lejano camino de la Patagonia justo en el momento que pasábamos con el auto. Parece que se asustó y al cruzar el alambrado, se enganchó en una pata. Luchaba para desprenderse inútilmente, entonces nos acercamos para ayudarlo. Nos observó primero con desconfianza, y lanzó como proyectil una escupida que fue a dar justo en la cara de mamá y en el hombro de papá. Luego, se quedó quieto esperando, pareció adivinar nuestra inofensiva presencia. Y se dejó liberar. Luego me miró por última vez con esos ojazos vivaces y expresivos para alejarse corriendo, hasta que su figura se confundió en el agreste paisaje del sur. Otro episodio que no olvidaré es el vivido en la Reserva Cabo Dos Bahías con el guanaco guacho “Quico” que como mencioné más arriba, fue criado por el guardafauna Héctor Olsen. Era tremendamente travieso y topaba (pechar) a todo turista que andaba por allí desprevenido. Mi mamá rodó por el piso cuando se distrajo y no imaginó que estaba Quico cerca. Gracias a Dios no le pasó nada serio, pero se llevó un gran susto. También éste guanaco estaba acostumbrado a comer un poco de todo. Cuando llegamos a la Reserva un diciembre, días previos a Navidad y nos pusimos a sacar las cosas del auto
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para colocarlas en la casilla que nos había dado Héctor, nos descuidamos, quedó la puerta abierta y Quico visualizó el Pan Dulce que traíamos para los festejos. Lo tomó, rompió el envoltorio y se lo puso a comer. Cuando nos dimos cuenta era tarde, ya no podíamos hacer nada.
Tratando de acariciar al travieso Quico, protagonista de uno de mis cuentos para niños “El Guanaco Travieso” del libro infantil CUENTOS DEL SUR.
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Vivencias TOCATA VERDE-AMARILLA (A la Patagonia Otoñal) Poema Visual (Música, colores, poesía) Preludio Ronda el misterio… y se estrella en el ocre vestido de nada, ronda… y aguarda… gime el viento rompiendo al silencio y reza otoñales plegarias. Sueñan las matas ser flor nuevamente, un día… al alba… Adagio Silencio… nostalgia…. la estepa se viste de ternura blanca. La luz sube por las colinas que recortan en el cielo salpicado de nubes color esperanza. De tanto en tanto escurre un sueño revestido en agua y canta…
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apenas se escucha, el viento lo acuna. Rueda la vida… camina sobre una quietud inmaculada, va en busca de una esperanza. Pero vuelve… se queda sobre el verde desteñido que nos regala la pradería de algún abril, dulce y lejano. Cuaja en el alma una promesa, y espera… Dios obrará el milagro. Fuga Y estalla el otoño… ya no hay misterio, la ronda se ha roto entre los sueños. Vibra una voz… se agiganta y crece… crece hasta el cielo, hasta cubrirlo todo de un ronco lamento. Es el viento…
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eterno edificante de las horas vacías que se desnudan en la noche. Sueña… ya es tiempo de ser, de sembrar… ya ves, la vida se renueva en cada aurora.
Fragmento de un cuadro. Oleo 50 x 70. Ñires otoñales. Caviahue. Neuquén.
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APÉNDICE APUNTES DE VIAJE. Febrero-Marzo de 1986. ACTUALIZACIÓN SOBRE FAUNA MARINA AUSTRAL. LOBERÍA DE VIEDMA En mi estadía en ese lugar el día 20 de febrero, pude ver bien a los Loros Barranqueros, y un grupo importantísimo de Pecho Colorado Grande; al amanecer, junto a los lobos había Gaviotas Cocineras, Paloma Antártica y un grupo de Biguá. En el camino observé Carpinteros Campestres, Loros y Calandrias. Los Lobos de un pelo tenían pocas crías, conté 45 ya creciditos. Estaban en grupos, como formando guarderías. En general vi menos lobos que otras veces. PUNTA NINFAS El día 22 de febrero fui a Punta Ninfas con la esperanza de que en la Estancia El Pedral me permitiesen ver los apostaderos de Lobos y Cormoranes. En una mansión cubierta de árboles frente al mar, nos recibió una señora grande muy agria que nos trató bastante mal. Me di cuenta que los turistas le molestan y en general todo aquel que trate de entrar. Me mintió: dijo que no hay más lobos, que hace años los explotaban. Hay contradicción con María José, el Guardafauna de Punta Norte, que dice haberlos visto y con los puesteros que afirman que hay a 2 leguas de allí. Pude observar Ñandúes y Maras. También las infaltables Calandrias. En el faro no hay nada a la vista. PUNTA PIRÁMIDE Visité la lobería el día 23 de febrero. Encontré gran cantidad de Lobos y un sembradío de crías de unos 2 meses. Por lo menos unos 300 a 400, muy hermosos, reunidos en guarderías de unos 10 individuos custodiados por una o dos hembras, y juegan en los piletones que se forman con marea alta. Son los primeros ensayos de natación, pues no se ven en las partes profundas. Caminan bien, casi pueden correr. Junto a ellos vi Gaviotas Cocineras (muchas), Paloma Antártica, un grupito de Cormorán blanco, algunos negros, Ostreros comunes y negros (bastantes) y Gaviotín sudamericano.
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PUNTA NORTE Reconocí a la planta de Jume, de hojas redonditas o alargadas, muy gordas y con agua adentro. Hay mucha Martineta, Guanaco y Ñandú. El día 23 de febrero pude observar dos Orcas que llegaron justo en busca de crías pero no obtuvieron nada. Pues hay una gran cantidad de cachorros entre los Lobos, Carrasco (el Guardafauna) me dijo que nacieron 400 esta temporada. Quedan algunos Elefantes marinos, los están estudiando, en agosto llega otra vez el científico que viene de Estados Unidos. Para estudiar los Lobos, vendrá una chica a reemplazar a Claludio Campana que regresó a Estados Unidos. Observé Gaviotas Cocineras, Gaviotines Sudamericanos, Ostreros negros y comunes, Palomas Antárticas, Petreles Gigantes Jóvenes… Me informó Carrasco que en Caleta Valdés hay Pingüinos que empiezan a anidar en la zona. También una gran cantidad de Elefantes que se protegen solos. Allí no hay guardaparque y la gente suele bajar para verlos. En otra oportunidad tomé bocetos de ellos en la Caleta, desde arriba. No hay que molestarlos.
Boseto pastel de Elefantes Marinos en Caleta Valdés.
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PUNTA TOMBO Pude reconocer gran cantidad de Jume en la Pingüinera, como así también Quilimbay.
Boceto pastel sobre canson, pingüinos entre matas de Jume.
El día 26 de febrero la pingüinera tenía muchos pingüinos feuchos y flacos. Terminan pronto el ciclo. Los jóvenes están terminando la muda, los pichones ya se fueron y los adultos están por comenzar la muda. La ciudad aparece llena de plumas y ellos están como aletargados y deshilachados. Según datos del guardfauna amigo Héctor, aumentó algo el número de habitantes de la Ciudad, hay unos 1.800.000 pingüinos. La cormoranera está arrasada, el año pasado, una gran marea barrió los nidos. Yo vi unos 300 animales. Héctor me dijo haber estado en Isla Roja en octubre donde hay muchos más que en la época que estuvo conmigo. Fue muy amable al facilitarme una copia de los datos que tienen los científicos que están estudiando allí hace 3 años ( y piensan estar por 4 años más). Son norteamericanos y presentan un resumen anual del trabajo en la Secretaría de Turismo de Chubut. Al igual que los grupos que estudian la Ballena Franca, la Mara y la Vizcacha.
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Pudo comprobarse (yo ya sabía) que el Pingüino Magallánico llega hasta San Pablo (Brasil). El que encontraron allí lo mandaron a Ushuaia. Parece que son los jóvenes los que van para allá. Por eso salen antes. Los adultos van al sur. Hicieron un experimento que midió que nadan hasta los 83 metros de profundidad. El año pasado hubo gran mortandad de pichones, del 90% por falta de alimento ante un cambio de temperatura del agua que alejó a los peces. Quedaron los calamares pero no es buen alimento para los pichones. Este año, sin embargo, sobrevivió el 60%. Me contó cosas graciosas del Pingüino: la pareja no se separa, regresan al mismo nido o cercano, sí se separan en el mar. La mortandad juvenil del año pasado respondió a un parásito. En Punta Tombo hay una pareja que anida a 1.300 metros del mar (solitos) y un pingüino manso llamado Pepe que anidaba cerca de la casilla y como lo molestaban tanto se mudó a una mata cercana a la casa, lo siguieron molestando y ahora está más lejos. Se cree son muy inteligentes, por eso han decidido estudiarles el cerebro éste año. En Punta Pirámide y Puerto Madryn vi nadar jóvenes cerca de los bañistas, muy atrevidos. Cuando caminé hacia el lugar de los cormoranes, vi un grupo de ñandúes mansos, Gaviotas Cocineras, Gaviotines, Pato Vapor, Ostreros negros y comunes, Petrel Gigante, Maras, Liebres Europeas, Peludos, Cuis Austral, Calandrias y Chingolos. Eso fue el día 27, haciendo 3 kilómetros por la costa para observar los cormoranes. La observación de los pingüinos se extendió un gran trecho. Vi muchas Skúas, Gaviotas Cocineras que anidan en un sector más alto, abajo hay un grupo de Lobos de un pelo, machos y hembra; y en otro lugar, una cantidad grande de Gaviotines. También se ven Ostreros, Pato Vapor volador, Petreles gigantes, liebres, Maras y Cormoranes de Cuello negro y el Real o blanco (no más de 300). Los de Cuello negro son más abundantes. En cuanto al Real pienso es el Albiventer, según la guía de Narosky y la guía de aves Argentinas de de La Peña. Aquí tengo dudas con los de Isla Roja, parecen más bien Imperiales (Atriceps) porque le veo mucho blanco por los lados y debajo del ojo. Sin embargo no puedo descubrir el blanco de la zona dorsal. Habría que volver e identificarlos.
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Por la época, quedaban pocos pichones. Y se nota dónde el mar barrió los nidos, no creo se pueda recuperar. Según me informó otro guardafauna (que no es Héctor), en Punta Clara hay un apostadero importante de Lobos y frente a Isla Escondida (más al norte) hay uno más grande. CABO DOS BAHÍAS Según Héctor Olsen, en Cabo Dos Bahías hubo una gran matanza de Guanacos cuando se quedó sin Guardafauna. A él lo trasladaron a Punta Tombo. En cuanto a los Lobos de Dos Pelos que tuve oportunidad de ver en mi estadía pasada allá, ya no van más, se quedan en Isla Arce, al frente. Ese lugar los visitó él personalmente, y contó unos 300, siempre en lugares inaccesibles. En cuanto al Lobo de un pelo dice que hay en Isla Leones, cerca de Isla Arce.
El Boceto de Lobo Marino de dos pelos cuando llegaban a Cabo Dos Bahías. Pastel sobre canson.
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RÍA DESEADO Aquí encontré mucha fauna. Pingüinos, Ostreros, Cormoranes Grises y de los otros también (4 especies), Lobos marinos y muchas aves canoras. Por mi cuenta observé Ostreros negros y overos, Gaviotas Cocineras, Skúas, Cormoranes negros y 2 cormoranes de cuello negro. Al frente de la ría hay unas barrancas completamente blancas, zona de nidificación de cormoranes. Se ha declarado Reserva Natural. Otra se formó en Bahía Laura y otra en Cabo Blanco donde se descubrieron Lobos de dos pelos. Yo tengo que hacer una futura visita a la ría. Veré al Sr. Boguetti, encargado de la Biblioteca quien me hará de guía. SAN JULIÁN Hay pingüinos. Allí está la Reserva Natural provincial “Península de San Julián”. Abarca animales terrestres y marinos (por ejemplo la hermosa Tonina Overa). Cormoranes y Pingüinos nidifican en los bancos “Cormorán” y “Justicia”.(*) SANTA CRUZ En la Estancia Monte Entrance hay una importante colonia de Pingüino, Lobos y Cormoranes. Allí vi a la Sra. Irma Picasso de López Arana. Se puede llegar caminando por la costa desde el puerto. Es muy pintoresco. También está la Estancia Monte León con mucha fauna. Se llega a la misma por ruta 3 y camino vecinal. En la Estancia La Madrugada (Monte Loayza) hay cormoranes grises y lobos de un pelo (podría ser la mayor de Santa Cruz). RÍO GALLEGOS Hacia el sur: en Cabo Vírgenes hay una gran pingüinera, la mayor de Santa Cruz dicen (NOTIOSO Nº 3, AÑO IV, 1987), y se declaró Reserva. Además de que hay Gaviotas, Ostreros, etc. Y se llega muy bien. En todo el trayecto vi gran cantidad de ñandúes, guanacos y martinetas. Pocas Maras y ningún zorro. (*) Las Reservas de la Provincia de Santa Cruz dependen del Departamento Conservación y Fauna, dependiente del Consejo Agrario Provincial. Aún no había cuerpo de Guardafaunas.
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Octubre-Noviembre de 1987 PUNTA NORTE El 22 de octubre observé una docena de crías de Elefante Marino con sus madres, la mayoría ya están destetados (unos 26) que se van dispersando. Hay 3 o 4 machos y 12 hembras con sus cachorros en dos harenes de unas 7 hembras cada uno. Se ven Ostreros, Tordos, un grupo de Cormoranes negros hacia el Golfo San José. En el agua un gran grupo de Petrel Gigante jóvenes. También Gaviotas Cocineras y Ostreros Overos. El color de los cachorros es overo (blanco por abajo y negro por arriba), unos 2 meses de vida tienen. Es decir, van aclarando lentamente el negro con que nacen para adquirir el color gris general del adulto (las hembras son más amarillentas), igual que en época de cambio de piel. Veo que los machos se desplazan muy bien en tierra con suaves movimientos ondulatorios. Son muy rápidos. Una hembra alejada y solitaria aparece con su cría. Según Vergani (Instituto Antártico Argentino 1985) los que son bien negros tienen menos de 20 días porque después dejan de amamantar y comienzan a mudar. Los harenes tienen hasta 39 hembras y 190 en la Antártida (Isla 25 de Mayo de las Shetland del Sur) donde los nacimientos son más. Algo interesante dice éste autor: hay 35 días de desfasaje entre la colonia de Punta Norte y la de la Antártida, teniendo en cuenta la iniciación de los nacimientos. Es decir, en Antártida empieza después. Por la mañana temprano, cuando baja la marea, los cachorros destetados nadan y juegan en los piletones mientras lanzan suaves y graciosos sonidos llenos de ternura, como los bebés humanos. Los machos descansan pero siempre atentos a que otros jóvenes quieran entrar al harén. Las hembras duermen, a veces se escucha su voz más suave, entre las vocesitas de los cachorros y el canto magnífico de ostreros, tan característico, como de otras aves.
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CALETA VALDÉS
Alborada en la Caleta. Boceto de pastel sobre canson.
En la zona de Caleta Valdés se encuentran grupos dispersos de Elefantes Marinos, cachorros destetados y hembras. Se ven machos subadultos. En el lugar llamado El Faro, donde están las casas hay 5, un macho andaba en el agua. Siguiendo por la caleta se observan todos jóvenes destetados. Debemos aclarar que esa zona está desprotegida, sin guardafauna, también es difícil el control por la gran extensión. Según el Sr. Carrasco de Punta Norte, los colectivos que llevan gente (lo pude ver), bajan a molestarlos tirando piedras y hasta llegan a pincharlos. Sin duda que hay menos que años atrás cuando no se podía acceder a ese lugar. La novedad: un grupito de Pingüino Magallánico anidando en Punta Cero (Daciuk lo menciona). Uno de ellos trepó esas barrancas altas para establecerse en una mata de Quilimbay, quizás sea joven, estaba solo pero en su cueva. Abajo, en la playa, vi algunos otros. No vi huevos. En el camino cruzan Martinetas y Maras. Gaviotas Cocinera por todos lados. Ya son un problema en Isla de Los Pájaros porque están desalojando a la demás fauna alada.
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Van a tener que controlarlas para evitar que las otras especies se vayan a anidar a otra parte.
Gaviota en acantilado. Acrílico sobre cartulina de Rocío Sánchez Carpi.
PUNTA TOMBO El día 24 de octubre visité Punta Tombo y observé todos los pingüinos incubando (con 2 huevos). Algunos nidos sin huevos denotan que fueron saqueados. Aprovechan para acolchar el nido con un yuyo verde que ha invadido la pingüinera después de las grandes lluvias del invierno. Ellos se atrasaron unos 10 días para llegar esta temporada. Se ve todo tan verde que pareciera otro lugar. Los Jumes están bellísimos. Hay mucho Chingolito, que cantan divinamente y Calandrias también, son muy musicales. Según el Sr. amigo Héctor Olsen (Guardafauna), la científica Norteamericana que está allí desde hace 5 años, (Héctor me facilitó los apuntes) ha comprobado lo siguiente:
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1) Llegan al mismo nido. Los cajones que pusieron para que los usaran como nidos no dieron resultado, ni un solo pingüino los usó. 2) 2) Emigran más al norte de Río de Janeiro, se han recuperado pingüinos anillados allí y los devolvieron desde Brasil. También me habló de la matanza de Guanacos que hubo en Cabo Dos Bahías cuando quedó solo el lugar, al mandarlo a él a Punta Tombo. El año pasado el 80% de los pingüinos de allí estaban empetrolados. Pero a Dios gracia les tocó la época de muda y entonces lograron salvarse. Ya este año se tomaron medidas. En cuanto a los Lobos de 2 pelos, se fueron a Isla Arce e Isla Leones, aunque alguno suele aparecer en diciembre. Se piensa cerrar la reserva para ver si regresan. Parece que se han visto en una isla cercana a Bahía Bustamante (pero ¡ojo! porque los que los vieron son pescadores y podrían confundirlo con el lobo de un pelo. También me contó que el Pingüino Penacho Amarillo que anida en la isla Pingüino (Puerto Deseado), sufrió una masacre por acción de la radioactividad que los buques ingleses dejaron en el mar cuando la guerra de Malvinas. Usaban armas atómicas. Curiosidad: observé un pichón de Zorrino en su nido, debajo de una mata. Otra mala noticia: en Isla Roja han vuelto a explotar el guano, ¡y en febrero!. La estancia La Elba lo permite, es una calamidad. En cuanto a la cormoranera de Punta Tombo no se recupera aún del desastre marino, no pasa de 400 animales. Caminando hacia la zona sur vi Ostreros negros y Comunes, Pato Vapor y Gaviota Cocinera. La islita Moreno está llena de Lobos de un pelo y alcanzo a ver con mi Largavistas a los pobres cormoranes. Un hallazgo fueron 3 Gaviotas Australes anilladas (las están estudiando). Según de La Peña, el doctor en biología, especialista en pájaros que visité en Esperanza (Santa Fe), anidan en Tierra del Fuego (1978) pero dice después (1987) que también lo hacen en Chubut y Santa Cruz. Son muy bellas, de pata y pico rojo, cuello gris, alas negras con dos franjas blancas y también en la cola. Pecho gris claro muy bello. El pico tiene amarillo en la parte de unión con la cabeza y es de naranja fuerte. Me informó mi amigo Héctor, que el otro verano hubo una gran lluvia (en enero), inundó nidos matando muchos pichones. Y leyendo el folleto del Guardafauna Passera observo que él cuenta de una oportunidad en que ocurrió algo parecido.
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Las Tres gaviotas Australes anilladas.
CABO DOS BAHÍAS El día 14 de noviembre pude observar los primeros nacimientos de pichones de Pngüino en Cabo Dos Bahías (eran 3). También había huevos (2) y muchos nidos depredados, incluso se veían los huevos rotos cerca desparramados. Es zona donde se asustan y abandonan los nidos. Y muchas gaviotas revolotean cerca. Incluso vi un Zorro Gris. Vi Gaviotas Cocineras, Ostreros negros, Skúas, Guanacos… en Isla Moreno se observan Gaviotas Cocineras y Pingüinos anidando. En la parte alta algunos cormoranes. También vi Liebres, Chingolos y Sobrepuestos. Algunas Palomas Antárticas y 2 Ostreros Negros. Una pareja de Martinetas levantó vuelo, asustadas.
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Ă“leo de 50 x 70 de un lugar de Cabo Dos BahĂas, frente: Isla Moreno. Donado a la Reserva.
Hermoso cielo en El Monumento al Indio en Puerto Madryn. Chubut.
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RÍA DESEADO Según datos del Doctor Marcos Oliva Day (abogado y amante del Kayak), quien recorrió la costa de Santa Cruz hace poco en Kayak; hay en la ría: Pingüinos de Penacho Amarillo en Isla Pingüino a 25 kms. Al sur ( es el lugar más septentrional donde anida). Gaviotas Cocineras, Austral (no se sabía si nidificaba), Cormoranes de 5 especies, dos tipos de tiburones crían bien adentro (a 40 kms. de la Ría), Orcas, Toninas Overas, Flamencos, Cisnes de Cuello Negro, Garza Blanca, Lobos de uno y dos pelos, Elefantes marinos y Ostreros. El día 9 de noviembre observé en la Ría Deseado, con marea semibaja, cuando las olas en suave murmullo rompen sobre la roquería donde quedan charcos transparentes que un gran grupo de aves de todo tipo usa como remanso de luz para descansar y gozar de la paz. Gran cantidad de Palomas Antárticas se bañan en los charcos. Muchas gaviotas Cocineras, incluso jóvenes que son de otro color. Gaviotas Australes, Cormorán de Cuello Negro y algunos Grises. Varias Skúas también descansando entre ellas. Varios Ostreros Negros y algunos Overos dejan oír su voz. Era las 14.30 horas. También hay algunos grupitos de Gaviotines. Desde la costa se ve con el Larga vistas la Isla Quiroga con Gaviotas Cocineras anidando en las rocas o arena en la parte más alta de la islita y algunos Pingüinos debajo de las matas que son bastante altas y los ocultan. El día 10 de noviembre pude recorrer la ría en una mañana espléndida de sol y calma y mucho calor. Según los lugareños: un día único y especial. Después de tantos días de lucha para conseguir poder hacerlo, fue mi sueño cumplido. Seguían nuestra lancha muchas Toninas Overas a los saltos, tan juguetonas. En la isla o península ( según la marea) Chaffers anidan gran cantidad de Pingüinos en matas de Zampa, y Gaviotas Cocineras en las roca y arena y lo curioso que algunos nidos se encontraron adornados con caracoles y algas, y tres huevos puestos en la línea de la alta marea, sin protección alguna. Sin duda son muy descuidadas, porque dejan los nidos solos. No se observaban nacimientos aún.
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Pingüino de Penacho Amarillo que anida en Isla Pingüino. Foto A. Patrian.
En Punta Buque o Medanosa hay una gran pingüinera, 100 kilómetros por caminos vecinales. En Isla Elena o Barranca de Los Cormoranes (también es península), se ven anidando 4 o 5 especies. Los Blancos o Reales (Albiventer), Cuello Negro, Gris y Negro. Esos altos paredones blancos tienen cuevas ideales para que ellos aniden, balcón al mar. Un sector tiene solo cormoranes grises, otro sector de Cuello Negro (son los más), después se ven algún Biguá y algún que otro Real. Navegando se observan algunos cormoranes con pingüinos y Toninas overas. Algunas Gaviotas Australes se veían en lo alto. Más abajo hay bancos de mejillones que le dan un toque negruzco con los musgos verdosos, allí muchos cormoranes se bañan felices en sana convivencia ¡qué bella imagen! En la Isla de los Pájaros (muy grande) se ve cantidad de pingüino que tienen gran protección en los altos arbustos de una especie llamada Zampa, y cerca del mar Salicornia. Pude ver un pichón recién nacido, en general tienen dos huevos. En cuanto a las gaviotas Cocineras también tenían algunos pichones pero la mayoría huevos (3). Siguen dejando sus nidos solos.
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Vi ostreros negros, cormoranes de todo tipo paseando (un buen grupo descansaba en las restingas). Se escuchaban gaviotines. Los cormoranes predominantes son los Albiventer. Grupos de pingüinos se bañaban en el mar o descansaban en la playa de canto rodado. Cuando regresamos un mundo de pingüinos nadaba en la ría azul aprovechando el día ideal. Grupos de gaviotines revoloteaban buscando sardinas, cormoranes pasaban volando encima nuestro, lo mismo que las gaviotas australes.
Momento sublime en la ría Deseado. Pingüinos de Magallanes tomando sol.
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BAHÍA SAN JULIÁN En la Bahía de San Julán se ven muchas Gaviotas Cocineras. Según informes del Sr. del camping en Cabo Curioso ya no hay lobos y cormoranes Grises porque la gente los asustaba y se fueron. En Banco Cormorán y en Banco Justicia hay pingüinos y otras aves. TIERRA DEL FUEGO En la zona del Estrecho de Magallanes se ven Palomas Antárticas y por supuesto Gaviotas Cocineras. En Chile se ven Guanacos mansos. Con respecto a los Cauquenes, está sembrado de ellos, principalmente en Puerto Harberthon. En Bahía Lapataia se destacan los Comunes, Cabeza Gris y Blanco, además de la Bandurria común. Se ven Gaviotas Cocineras y Australes en la zona del puerto. En Harberthon hay ostreros negros, gaviotas y ostrero overo. Vi un solo Biguá. En las lalgunitas lejanas de la costa se ven ostreros overos, ñandúes y guanacos. Visité el Museo de Ciencias Naturales del Fin del Mundo, fue una visita muy didáctica que me permitió revisar apuntes de estudios que se han hecho en la isla. Estuve bastante tiempo en su biblioteca. La atención fue excelente.
Hermosa vista de Ushuaia al atardecer.
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BIBLIOGRAFÍA PARA LA SEGUNDA EDICIÓN (DIGITAL) -Primera reunión de trabajo de expertos en mamíferos acuáticos de América del Sur. F.V.S.A. 1984. -Guía para el reconocimiento de cetáceos del Mar Argentino. Lighter-Hooper. F.V.S.A. -OLROG, C. Las Aves Argentinas. Una nueva guía de campo. Parques Nacionales. -DACIUK, J. 1968. La fauna del Parque Nacional Laguna Blanca. Estudio zoológico ecológico preliminar. Anales Parques Nacionales. T. 11, 2º entrega. PP. 225-302. Buenos Aires. -1979 a 1985. Notas bioecológicas de Península Valdés y Patagonia. Estudio del comportamiento caliológico, sexológico, parental y colonial del S.M. en Bahía Janssen. Comunidades avifaunísticas de Punta Tombo y sus relaciones ecológicas. -1975. La fauna silvestre en las islas Malvinas, Anales de la Soc. Argentina Científica. 4-6 (199) 153-176. Elefante Marino. -DARWIN, Ch. Aves y mamíferos Argentinos. Emecé. -GONZÁLEZ ZAPATA. 1975. Laguna el Peral. Anales Museo de Historia Natural de Valparaíso. 8 pp. 1-8. -MAGNO, 1976. Cisne de cuello negro. Noticioso Orbea. V. 32. (152). PP. 7-8. -MARKHAM, 1971. “Censo invernal de cisnes y flamencos en Magallanes. Anales del Inst. de la Patagonia nº 2. PP 146-157. -NAVAS. 1977. Aves anseriformes. Fauna de Agua Dulce de la Argentina N. XLIII, fasc. 2 pp. 794. Fundación para la Educación y la cultura. -NORES-IZURRIETA.1980. Las aves de ambientes acuáticos de Córdoba y centro de la Argentina. Secretaría de Agricultura y Ganadería. Dirección de caza y pesca y actividades acuáticas. -NAROSKY, T. YZURIETA, D. 1987. Guía para la identificación de las aves de Argentina y Uruguay. S.O. del PLATA. Vazquez Mazzini editores. -NAROSKY, T. 1969. Nidificación de aves de Buenos Aires. El Hornero. V. XI. Buenos Aires. -PEREYRA. 1938. Aves de la zona ribereña. N.E. de la Pcia. de Bs. As. Memorias del jardín zoológico de La Plata. T. 9. 1-304. La Plata. -1937. Aves de La Pampa. Memorias del Jardín zoológico. T. VII. 207-209. La Plata.
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-Mara o liebre Patagónica. NATURA Nº 3. Asociación Natura. 1982. -BASTIDA Y LICHTSCHEIM DE BASTIDA. 1982. Informe preliminar sobre los estudios de ballena franca Austral en la zona de Península Valdés. Resúmenes IIIa Reunión Iberoamericana de Conservación y zoología de vertebrados. MACN PP12. -CASTELLO. 1983. La ballena Austral. Historia de un infortunio. Revista Patagónica II (11) PP 2430. -de LA PEÑA, M.R. 1986.Diccionario de nombres vulgares de la fauna Argentina. Santa Fe. -Guía de las Aves Argentinas. Varios Tomos. -BELLISIO, N.B. 1964. Observaciones sobre el hallazgo de un pingüino Albino en las islas Orcadas del Sur. H. 902 públicos. Servicio de Hidrografía naval. -1967. Notas sobre casos de albinismo y garganta blanca en Pygoscelis Adeliae. Servicio de Hidrografía Naval. Público H. 909. -1979. Peces Marinos Patagónicos. Con el doctor Rogelio López y el Licenciado Aldo Tomo. Subsecretaría de Pesca. -CARDOSO. 1918. ornitología fantástica. El Hornero PP.86. -Hoy. Notas bioecológicas del NE Argentino. Physis Secc. C. xxi (96) pp. 63-66 y contribución a la avifauna Argentina en Physis. Secc. C XXXII (84) 222-223. -MAC DONAGH. 1942. Las aves de un garzal temporario. Notas del Museo de La Plata V 7 (61) 355-369. -SAPORITI. 1944. Nidificación de la garza blanca en el jardín zoológico de Buenos Aires. El Hornero V. 8. -Fauna Marina Antártica. 1966. Lobos y elefantes y otras aves de Punta Ninfas. -YORIO, P. CAMPAGNA, C. Abril de 1991. Últimos estudios sobre la biología del pingüino Magallánico en Punta Tombo. “Sobre aves patagónicas” (Gaviota Cocinera, Gaviota Austral, Gaviotines). Estudios en Punta León (Chubut). Proyecto de la sociedad zoológica de Nueva York. Conferencia. -OLSEN, H. 1987. Apuntes del guardafauna sobre estudios en Punta Tombo. -SCOLARO, J.A. 1976. Informes técnicos, censos de elefantes marinos en el territorio continental Argentino. C.N.P. 1-4-2. 1-12.
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-VERGANI, D.F. 1985. Estudio comparativo de las poblaciones de Antártida y la Patagonia del Elefante Marino del Sur. Mirounga Leonina y su metodología. Inst. Antártico argentino. -PALAZZI, R.O. 1987. Antártida y Archipiélagos subantárticos. Los factores estables. Pleamar. -HUDSON, G. 1920. Aves del Plata. Traducida en 1984 y publicada por Libros de Hispanoamérica. Buenos Aires. -1892. Un naturalista en el Plata. Traducida en 1984 y publicada por Hispanoamérica. -CLARAZ, J. 1988. Diario de viaje de exploración al Chubut. (1865-1866). Editorial Marymar. -J PAYRÓ, R. 1982. La Australia Argentina. Centro Editor de América Latina. -Enciclopedia de Fauna Argentina. 1983. Centro Editor de América Latina. -CARPI, E. 1988. Evocaciones de una viajera. Editorial Marymar. Buenos Aires. -CLARÍN. 15-10-91. “Las Orcas y sus dialectos submarinos. -Bibliografía específica y variada en el Museo Territorial de Tierra del Fuego: -VIDELA, P.B. Doctor. 1980. Recursos Naturales de la Tierra del Fuego: lobos marinos. Gobernación del Territorio Nac. de la Tierra del Fuego. -TOMO, A.P. 1986. Fauna Ictiológica del sector Antártico Argentino. Publicación del Museo territorial de T. del F. sobre campañas realizadas en Península Mitre en 1984. -Lobos Marinos (Recursos Naturales de Tierra del Fuego). Ushuaia. 1980. -VAZ-FERREIRA y VALLEJO. 1981. algunos aspectos del comportamiento de Arctocephalus Australis, lobos de dos pelos en Sudamérica en el Uruguay. La Plata jornadas Argentinas de ecología. 223-236. -VAZ-FERREIRA y PALERM. 1962. Efectos de los cambios meteorológicos sobre agrupaciones terrestres de Pinnipedios. Trabajos sobre islas de Lobos y Lobos Marinos Nª 4. Ministerio de industria y trabajo. Servicio oceanográfico y de pesca. Departamento Científico y técnico. Montevideo. 17 páginas. -Tierra del Fuego: Informe de su gobernador Teniente Coronel Pedro Godoy al Sr. Ministro del interior. 6-9-1893. En el Boletín del Inst. Geográfico Argentino. Tomo XIV. Mayo a agosto de 1893. Bs. As.
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-BRUNO VIDELA. 1946/50. Apuntes, referencias, observaciones aéreas y terrestres sobre lobos marinos. Dirección Nacional de Piscicultura, Caza y Pesca. Ministerio de Agricultura de la Nación. -1980. Trabajo del Museo Territorial. Mecanografiado. -Organización de Estados Americanos. Informe Final de la reunión de expertos sobre conservación de mamíferos marinos y sus ecosistemas. 12 al 16 de setiembre de 1977. Puerto Madryn. Argentina. -CLARK, R. Informe sobre eliminación del conejo como plaga y de la avutarda.
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BIOGRAFÍA DE ETEL CARPI
Nació el 16 de diciembre de 1957 en Capital pero enseguida regresó a Los Toldos donde vivía su familia, y se crió en esa ciudad. TÍTULOS: Realizó la escuela primaria y secundaria en Los Toldos, provincia de Buenos Aires, zona de la llanura pampeana Argentina. Luego egresa como PROFESORA DE MÚSICA ESPECIALIDAD PIANO Conservatorio Nacional Carlos López Buchardo de Buenos Aires .
del
Es autodidacta en el campo de la literatura, (escritora y poeta) y en las Ciencias Naturales también, ha viajado por todo el país para investigar y recabar datos, uniendo NATURALEZA Y ARTE, también como estudiante de fotografía artística y geografía argentina, fauna y flora, que ha estudiado de forma práctica y autodidacta para complementar sus otros estudios. CURSOS Hizo varios cursos de guitarra, composición, dibujo, pintura y cerámica con diversos maestros. Un curso de naturalismo en la Sociedad Ornitológica del Plata, año 1991. El curso online “Primero liderarse para después liderar” de la Universidad Maimónides, año 2014 compartido con su hija Rocío. Integrante del Taller literario “El Jardín de las rimas” que coordinó el Payador Wilson S., año 2013. Curso de la Sociedad Rural Argentina “Administración de la Empresa Agropecuaria”, año 2014.
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MÚSICA Realizó varias audiciones en Buenos Aires con obras clásicas y composiciones propias. Tiene 20 composiciones distintas para niños, coro mixto, piano, orquesta, piezas fáciles para niños, etc. -CANTEMOS A LA NATURALEZA (canciones para niños) editada en 1994. Reeditada en 2013 por editorial de las tres lagunas. Se presentaron en la feria del libro “Acercando palabras” Los Toldos 2014. PINTURA Ha realizado con sus obras, la mayoría óleos, 24 exposiciones en diversos lugares del país, muchas veces acompañadas con audiovisuales confeccionados por ella con las fotografías tomadas en sus diversos viajes por el país. Varios de sus cuadros fueron donados a distintos lugares del sur del país, Reservas y Museos. INVESTIGACIONES Tiene varios trabajos de investigación sobre geografía, fauna, flora y turismo de Argentina, también de Perú, y con ello ha realizado unas 25 conferencias en distintos lugares, especialmente escuelas del País y de Perú. -Un trabajo de fotografía e investigación de la obra de Antonio Magliano (muralista) en Los Toldos, conjuntamente con las bibliotecarias del distrito. Año 1988. -CON ALGUNOS REPRESENTANTES DE NUESTRA FAUNA MARINA AUSTRAL (ensayo de divulgación con arte) de Editorial Albatros. 1985 (agotado). En preparación una versión digital. -EVOCACIONES DE UNA VIAJERA (relatos de viajes) de Editorial Marymar. 1987. En versión electrónica actualizada con muchas fotografías. Edición propia, 2015/2016. -ENTRE LA NATURALEZA Y EL ARTE (libro de aventuras con relatos cortos y poesías naturalistas). Editorial De Las Tres Lagunas. 2011.
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-EL PAÍS QUE YO VIVÍ (poesías naturalistas-ecológicas y visuales). En digital, año 2016. Ediciones de Las Tres Lagunas. OBRAS LITERARIAS PUBLICADAS -SONETOS. Primer libro ilustrado a tinta por ella. Año 1984. -SONETOS II. Reedición ampliada del primero. Editorial de las Tres Lagunas. 2004 y 2012. -NUESTRA FAUNA MARINA AUSTRAL, ensayo, mencionado más arriba. -EVOCACIONES DE UNA VIAJERA. Relatos. Mencionado más arriba. -LOS DOMINIOS DEL SILENCIO. Poesía ilustrada a tinta. Editorial Buenos Aires Poesía. 1987. Nueva edición Editorial de las Tres Lagunas 2013. Ilustraciones de su hija Rocío Sánchez. -CANTEMOS A LA NATURALEZA. Cancionero para voces infantiles. 1994 Reeditado en 2013. Editorial de Las Tres Lagunas. Tapa con cuadro infantil de su hija Rocío Sánchez. -CUENTOS DEL SUR. Cuentos infantiles ilustrados a tinta por ella. 1995. Reeditados en 2010 por Ediciones de Las Tres Lagunas. Edición especial para donar a las escuelas que trabajaron con sus cuentos en 2015, Ediciones de Las Tres Lagunas, 2016. -LA EROSIÓN DE LOS SUEÑOS. Poemas ilustrados por ella, Editorial de Las Tres Lagunas, Junin. 2004 y reeditado en 2010. -EL LÍMITE DE LOS MIEDOS. Historia de amor en versos. Edit. De Las Tres Lagunas. 2010. Fotos y tintas propias. -ENTRE LA NATURALEZA Y EL ARTE. Mencionado más arriba. Relato poético ilustrado con fotos y cuadros propios. Editorial de Las Tres Lagunas. 2011. -EL OTRO SILENCIO. Prosa poética. Ediciones de Las Tres Lagunas. 2012. Fotos propias y de su hija Rocío Sánchez.
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-EL PAIS QUE YO VIVÍ. Versión digital, 1916. Antología de poesía visual, naturalistaecológicas. Algunas de las poesías ilustraron la exposición retrospectiva en el Museo de Arte e Historia de Los Toldos 2013. - Trilogía sobre LOS SUEÑOS, primera parte, ediciones de las Tres Lagunas. 2015. “El camino de los sueños”, con el seudónimo de: Ihana Cott. -REINVEN TÁNDOME. Poesía moderna, ediciones de Las Tres Lagunas. En digital y en papel. 2016. -RIMAS DE VIDA Y SUEÑOS. Poesía juvenil, Editorial Independiente Rubén Sada, 2014. Ilustraciones de Rocío Sánchez. -GAJOS POÉTICOS. Mini cuentos y Micro poemas en una edición de bolsillo ilustrada a tinta, Acercándonos Ediciones 2014 -IMAGINARIO DE AMOR. Relatos de viajes, cuentos de ficción cortos, Editorial de Las Tres Lagunas, 2015. -ANTOLOGÍA POÉTICA. En preparación. -Variedad de composiciones musicales inéditas. -Aquí me quiero quedar (himno- canción con letra de Rubén Sada). 2012. - Cambalache. Canción del Taller Literario “El jardín de las rimas” de Cambalache Multiespacio. Año 2013. -Varios trabajos en ANTOLOGÍAS diversas (total 36), con trabajos premiados en poesía y cuento: Seis con Editorial de las 3 Lagunas (2004, 2005, 2009, 2010, 2011 y 2912). Cinco con Editorial Dunken (poesía) 2012 (2) y 2013. Y otra 2014 (cuentos), y 2016 (poesía). Antología PALABRAS CERCANAS años 2012,2013, 2015 y 2016 de la S.E.G.V. Una en homenaje a Antonio Magliano, otra al Dúo Sombra (Los Toldos) otra al Nazareno Toldense y la cuarta a 3 bomberos retirados; del concurso literario de Marta Patti. Tres Antologías sobre poemas ecológicos: Sueño ecológico, Despertar Ecológico y Quehacer Ecológico, de Editorial Independiente Rubén Sada. Dos Antologías más sobre ecología en preparación (del congreso sobre ecología de Pehuajó 2013 y del movimiento UNIVA 2013 en Tumbes, Perú), “La fuerza de la palabra” (2013), “Palabras sin fronteras” (2015), Audiolibro “Con todo el sentimiento”, con su poema premiado “Soy lo que soy” (2014) y Elegidos 2014, cuento, elegido para un intercambio con cuba, en versión digital, todo del Inst.
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Cultural Latinoamericano de Junín. Las Antologías “Bulevar literario” y “Sexi” de Editorial Rosario, año 2013 y Antologías: “Historias de vida” y “Cartas de amor” de la misma editora, Año 2014. Antología La Pluma del Plata (2013) del Círculo de Escritores y lectores de Pehuajó. “Antología de la paz” ( 1986) Editorial Buenos Aires Poesía. “Hacia un mundo mejor” (1988) de la misma editora. “Anuario Argenta de Poesía” (1988) y “7 poetas Argentinos al exterior” (1992). Ediciones Poetas de Dos Mundos. PREMIOS Varios premios diversos al mérito literario, por sus poesías y cuentos como así también reconocimientos a su labor cultural en su ciudad, zona y país. PERIODISMO Junto a su ex marido Juan A. Sánchez O. fundaron y produjeron durante 6 años el periódico “Perú Visión” de la colectividad Peruana en Argentina. Se encargaba de la redacción, fotos y diagramación del mismo. Diversos artículos periodísticos en el tema ecología y arte en revistas, diarios y periódicos, algunos editados por ella junto a su ex marido, el Abogado y periodista Juan Alfredo Sánchez en Argentina y Perú. Serie de artículos de divulgación sobre Fauna Marina Austral en el Boletín del Centro Naval de Buenos Aires. Actualmente redacta y diseña el mensuario” ECO literario”, que difunde las obras y actividades de la Sociedad de Escritores y sus integrantes. Tuvo a su cargo la compilación de trabajos para la Antología de la S.E.G.V. “Palabras Cercanas 3” año 2015 y “Palabras Cercanas 4” año 2016. CÁTEDRA Ejerció como profesora de piano en el Conservatorio Provincial de Junín. Años 1986 a 1989.
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CARGO Actulmente forma parte de la SOCIEDAD DE ESCRITORES DE GENERAL VIAMONTE encargándose de PRENSA, DIFUSIÓN Y REDES SOCIALES de la misma, habiendo ocupado el cargo de Vicepresidente en 2013 y Presidente en 2014. También realizó la compilación de obras para la Antología “Palabras Cercanas 3 y 4” y coordinó el Concurso escolar “Acercando Palabras” el año 2014 y 2015. En el año 2016, fue nombrada jurado del mismo.
Login: carpietel@gmail.com Blog: naturaleza y arte. Etelcarpiblogspot.com Facebook: htpp//etelcarpi.facebook.com Twitter: @carpi_etel Libros en version electronica en: ISSUU.com, como ECO LITERARIO. Obras digitales registradas en: REMES (Red Mundial de Escritores en Español), protección de derecho de autor. http://www.redescritoresespa.com
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MAPAS DE ZONAS MÁS RECORRIDAS
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Zona de Península Valdés y Pingüinera de Punta Tombo.
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RÃa Deseado.
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ÍNDICE GENERAL INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………..PÁG. 7 PRÓLOGO…………………………………………………………………………… PÁG. 9 AGRADECIMIENTOS…………………………………………………………….PÁG. 11 SUR MÍO (POEMA)………………………………………………………………PÁG. 13 SECCIÓN AVES MARINAS Y ACUÁTICAS……………………………….PÁG. 17 CAPÍTULO I: El Pingüino Magallánico………………………………….PÁG. 19 CAPÍTULO II: El Petrel Gigante…………………………………………….PÁG. 53 CAPÍTULO III: Los Cormoranes. …………………………………………..PÁG. 59 CAPÍTULO IV: Algunas Aves Acuáticas que frecuentan costas Marinas………………………………………… PÁG. 83 CAPÍTULO V: Otras aves acuáticas y Marinas…………………… PÁG. 99 CAPÍTULO VI: Algunas aves especialmente marinas……………PÁG. 111 POPURRÍ DE CUADROS……………………………………………………… PÁG. 151 POPURRÍ DE FOTOS…………………………………………………………… PÁG. 160 Vivencias… y otros apuntes de viaje…………………………………… PÁG. 167 SECCIÓN MAMÍFEROS MARINOS………………………………………. PÁG. 183 CAPÍTULO VII: Los Cetáceos………………………………………………. PÁG. 185 CAPÍTULO VIII: Los Lobos Marinos…………………………………….. PÁG. 203 CAPÍTULO IX: Los Elefantes Marinos…………………………………..PÁG. 239 SECCIÓN ANIMALES TERRESTRES QUE SE VEN EN LOS LUGARES COSTEROS…………………………………………………………. PÁG. 255
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CAPÍTULO X: Aves…………………………………………………………………….PÁG. 257 CAPÍTULO XI: Mamíferos………………………………………………………….PÁG. 271 APÉNDICE…………………………………………………………………………………PÁG. 297 BIBLIOGRAFÍA DE LA PRIMERA EDICIÓN………………………………….PÁG. 313 BIBLIOGRAFÍA DE LA SEGUNDA EDICIÓN………………………………….PÁG. 323 BIOGRAFÍA DE ETEL CARPI………………………………………………………..PÁG. 327 MAPAS……………………………………………………………………………………….PÁG.333 ÍNDICE……………………………………………………………………………………….PÁG. 337 CONTRATAPA…………………………………………………………………………….PÁG. 339
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