Eco Literario 84 Crónicas periodísticas de la SOCIEDAD DE ESCRITORES DE GENERAL VIAMONTE
AÑO SIETE
Dirección: S.E.G.V. SADE: FILIAL LOS TOLDOS. Redacción Y Diseño: Etel Carpi.
Noviembre 2020
DOMICILIO: Biblioteca Popular Mariano Moreno. Rivadavia 137. Los Toldos. Buenos Aires. EMAIL: escritoresdeviamonte@gmail.com http// sociedaddeescritores en facebook y @de_escritores en Twitter. Blog: http//escritoresdeviamonte.blogspot.com.ar - Eco Literario digital en ISSUU.COM. @escrotoreslostoldos en Instagram. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
2 DE NOVIEMBRE: 128 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DE LOS TOLDOS Quisimos conmemorar esta fecha con un libro digital que recopila poesías publicadas en los diarios de época. Tomando un periodo de 13 años: entre 1932 y 1945, en periódicos como Acción, Renovación y El Municipio. Con ello contribuimos a difundir la obra poética de muchos poetas que quedaron en el olvido, y que sin embargo tienen versos de gran valor literario para reconstruir la historia poética de nuestro pueblo y que encontraron en aquellos medios gráficos la oportunidad de darse a conocer. Recopiló: Etel Carpi.
Lugar para ver el video de presentación a cargo del docente, filósofo, escritor y divulgador literario Andrés Russo.
https://youtu.be/BogA1K0MJrc También el video con lecturas a cargo de la autora con fondo de cuadros y fotos. https://youtu.be/1VivKdqnkWQ
Sitio para leer el libro: https://issuu.com/ecoliterario/docs/15_a_os_de_poesia_tolden se_final Otro libro presentado en el mes de octubre es: EL LIBRO DEL FIN DEL MUNDO, de Etel Carpi, en papel y digital. Sitio para leer el libro: https://issuu.com/ecoliterario/docs/libro_del_fin_del_mundo_d igitaL
ECO L. 1
SOBRE EL CONCURSO “ACERCANDO PALABRAS” 2020 PREMIO MANUEL BELGRANO. Seguimos con la difusión de las obras premiadas.
TERCER PREMIO CUENTO CATEGORÍA JÓVENES A Por Abigail Aurora Cohen Young. 14 años. Colegio San José. 2020: Un año diferente 18 de junio del 2020. Se acercaba el Día de la Bandera. Científicos argentinos, después de descubrir un universo paralelo donde se podría viajar en el tiempo, decidieron buscar, en el año 1819, al creador de la Bandera Argentina, el primero que pensó económicamente estas tierras a las que soñó distintas, prósperas y justas, su nombre es Manuel Belgrano. Lo buscaron para que pueda percibir la Argentina que nos dejó. Al llegar Manuel a Argentina, sus primeras palabras fueron: Joder, ¿qué fue eso?, ¿dónde estoy? La impresión sobre Argentina, que tuvo al llegar, fue de gran asombro al ver una Argentina moderna, diferente a la que estaba acostumbrado… - Pues, ¿dónde están las personas? ¿Los caballos? ¿Los sulkys? El científico, el cual era su acompañante, lo llevó hacia una confitería muy estricta con las normas que se habían otorgado por el virus circulando. En ese mismo lugar le dio un tapaboca mientras contestaba sus preguntas. - Estamos en Argentina 2020, nos encontramos en lo que ustedes llaman el Río de la Plata. Hoy en día estamos en tiempo de crisis debido al virus Covid 19 por eso es que no hay gente, ya te contaré sobre eso. Te trajimos hacia acá ya que se acerca el día que conmemoramos tu paso a la eternidad. El día que falleciste lo llamamos el día de la bandera, es un homenaje por ser su creador. La verdadera razón por la que te trajimos es para que los argentinos respeten las normas que se han puesto por la enfermedad que se está transmitiendo por el mundo, Y pensamos que como se acerca tu día, quizás a ti te escucharán y te respetarán. A lo que Belgrano le respondió. -No te creo lo que me estás diciendo. No sé cómo llegué aquí, ni qué está sucediendo, pero quiero volver con mi familia. ¿Tú estás diciendo que viajé en el tiempo? Estás loco, yo no haré nada de lo que me pidas, secuestrador, llevadme con mi familia en este instante. El científico le dijo: -Acompáñame y te demostraré que es verdad lo que te estoy contando. Lo llevó a Manuel al laboratorio donde se encontraba el portal por el que Manuel había llegado y por el cual volvería a su tiempo. Mientras caminaban por el llamado camino María se cruzaron con un joven que le dijo lo siguiente: -Eh, guachín, te re pareces al que está en el billete de $10, este cómo eh… Manuel Belgrano. En ese momento Belgrano pensaba ¿Qué está diciendo este joven, ¿de qué billete de $10 habla? ¿será verdad lo que me contó el hombre? Manuel le dirigió la palabra: - ¿Por qué hablás así? Yo soy Manuel Belgrano, ¿de qué billete de $10 hablás? El joven le respondió. - Qué deci vos, loshi, qué vas a ser vos Manuel Belgrano. ‘Ta más muerto que mi tatarabuelo. ¡Este billete! (Le mostró un billete de $10). Mientras, el chico se veía muy mal, tosiendo y estornudando. Manuel siguió pensando si sería verdad lo que le había dicho el hombre. Siguieron su camino hacia el laboratorio. Al llegar los rociaron con desinfectante y le mostraron a Belgrano el portal. Ahí se dio cuenta de que todo era real, pero que era una locura. Aunque decidió creerles, aún tenía sus dudas. Aceptó hacer lo que le había pedido el científico a cambio de que lo regresaran a su tiempo. Al estar todos de acuerdo con el trato, le contaron que todo lo sucedido iba a quedar como un recuerdo, porque si contaba algo, además de
quedar como un loco, podía alterar las líneas temporales y nadie quería eso. Después de Manuel realizar su charla con palabras relativamente hermosas, la gente empezó a tener conciencia de lo que estaba sucediendo. Pueblo de Argentina, aunque no lo quieran creer, yo soy Manuel Belgrano. Viajé en el tiempo; sí, viajé en el tiempo, ni yo lo podía creer. Por lo que me contaron se acerca el día en el que conmemoran el día de la bandera. Aunque no tiene nada que ver, yo les quisiera hablar sobre el gran hecho que está ocurriendo en la actualidad, con el covid 19, este gran virus que se transmite de persona a persona, aunque muchos crean que es solo una gripe que se contagia, pero no, es letal. Pues para muchos lo es, por eso es que hay que tomar conciencia. Sé que es muy feo que esto esté pasando, tener que estar encerrados en nuestras casas, pero ¿no les parece que hay que hacer un esfuerzo por esta Argentina que no formé yo, sino todos juntos? Un esfuerzo para que siga en pie y cada día avance más. (Palabras de Manuel Belgrano) Aunque la gente no le creyó que era Manuel Belgrano, sus palabras le hicieron tomar conciencia. Luego de todo, Manuel estaba a punto de volver a su tiempo por el portal, cuando dijo: - Adiós, Marcelo. El nombre del científico era Marcelo, aunque este no se lo había dicho, Belgrano lo leyó en su bata del laboratorio.
TERCER PREMIO CUENTO CATEGORÍA ADULTOS Por María Rosa Rzepka. Florencio Varela, Buenos Aires. CON EL ÚLTIMO ALIENTO DE ESTE FUEGO. Ay patria mía. Que lejos van quedando los ideales de mayo. Por las noches el sueño no me asiste, por el contrario, me acerca los fantasmas de aquellos que murieron en la idea de luchar por la libertad y la independencia. Los veo con sus ojos desmesuradamente abiertos. Clamando justicia por esa muerte cruel después de una vida con más necesidades que lujos. Les hablo a ellos, a tantos, les digo (y sé que miento) que no ha sido en vano la ofrenda de sus vidas. Y sé que miento. La patria es cada uno de ellos. Cada gota de sangre derramada es una hoja de laurel que debiera colgar de su sepulcro. Y sé que sus sepulcros son tierra derramada sin cruces y sin lápidas. Permanezco en silencio. No quiero que lo sepan. La patria hoy es un caos; intereses creados disputando cual cuervos la carroña, proclamando falsos ideales, contaminados, dividiendo a los hombres. Cuando el sueño me asiste, el descanso no llega. Veo al pueblo jujeño andando en las quebradas, con soles polvorientos. Majadas de esperanzas caminando distancias. Llevando al hombro todo, que es poco o casi nada. Y me duele el coraje mientras el pueblo avanza. Cardones penitentes se persignan, se ufanan por mostrarse valientes. Invasor y batallas cruzarán esas tierras quebrándose la calma. Cuando el dolor afloja la cincha que me ata, y las piernas no duelen ni pesan como estatuas, aunque me duela el alma; se me nublan los ojos. Es Tucumán, es Salta. Es servir ideales de independencia. Patria. Es festejo del pueblo, es ver la retirada del español que intenta no perder las ganancias, someter a la indiada que no tiene derechos sobre sus tierras manta. Encomiendas, labranzas y la muerte en las minas silenciosa que aguarda. Basta ya de colonias desde el Río de la Plata llegando hasta el Perú. De libertad se trata. Quise para mi gente cuatro escuelas; la plata la dejé a gobernantes que me dieran en paga por vestir uniforme, por estar en campaña. Y no acepté la paga. La dejé a gobernantes para que levantaran cuatro pequeños templos para instrucción primaria. Ya va pasando el tiempo, no se ven las alzadas.
La muerte ha de llevarme con mis piernas hinchadas. Con el bolsillo flaco. Con mi amor por la patria. Al llegar el momento diré si me demandan: voluntad no ha faltado, ni tesón, ni templanza. Yo que estudié las leyes en los libros plasmadas, hube obligado y firme, echar puño a la espada. Dirigir la batalla. Dios lo sabe, mi alma no estaba preparada. En momentos de paz me envuelve azul y blanca, la enseña que a los bravos presenté en las barrancas; y me llega un aroma de río y de nostalgias. Más de pronto, los caballos relinchan, el desastre se instala. Ay, niñas de Ayohuma, ay, mis pobres soldados. Ojalá yo pudiera reconfortar sus brazos con una vida digna de amor y de trabajo. Pero sólo la muerte se presentó a destajo. Vilcapugio es un hito del dolor desatado. Y, aun así, nunca huyeron; sus pechos se agrandaron apoyando ideales que algunos malgastaron. Veo harapientos de a pie, comiendo poco y ralo mientras en Buenos Aires deciden inmolarlos. San Martín, esperanza abrazada en Yatasto, un militar de sangre y color americano. Él lavará las muertes derrotando a los godos hasta el último atajo. En Tucumán me espera al fin otro mal trago. Incomprensiblemente gente que ha militado en el Alto Perú decide el engrillado de mis piernas que sangran. Mucho más sangró el alma de este paisano gaucho. Y se agotan mis fuerzas en recuerdos que guardo. Será quizás la historia quien cuente lo pasado, si en medio la anarquía que hoy reina no ha borrado hasta la última gota de este cansado vaso. Ay, patria mía, tu tierra me reciba en sus brazos.
MENCIÓN ESPECIAL CUENTO CATEGORÍA ADULTOS Por Norma Marta Carrizo, Zárate, Buenos Aires
EL DESCANSO DE UN HÉROE Fue en Tucumán. 1816.La casa de doña Francisca, con sus enrejadas ventanas a la calle abiertas, mostraban a hombres exaltados que discutían por algo importante que tal vez los sencillos transeúntes no llegaban a entender. Hombres jóvenes llegados de distintos puntos del territorio en carruajes detenidos en la calle. Entre esos hombres, Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, casi recién llegado a Tucumán, apenas unos días antes del gran acontecimiento. Estuvo presente en uno de los momentos más decisivos de nuestra historia, formando parte de ella. Poco después fue nombrado general en jefe del ejército del Norte, por lo que se quedó en Tucumán 3 años. En tres años pasan muchas cosas y una muy importante fue la llegada del amor para Manuel, un poco de aire fresco, de descanso, entre tantas luchas y sacrificios. Ella, la que lo enamoró, se llamaba Dolores Helguero, más no fueron dolores los que trajo a su vida, sino la alegría de ser padre, la ilusión de familia, hogar y descanso cuando nació Manuela Mónica. El escándalo fue mayúsculo ¿en 1818 se podía tolerar a una bastarda, aunque llevara el apellido paterno?, inconcebible, sus padres no habían pasado frente al altar. Críticas, censuras, más de un llanto de Dolores y para colmo Manuel, enfermo, debió partir a Buenos Aires, viaje largo, interminable, casi sin dinero, con unos pocos amigos acompañándolo
-Manuel, tengo miedo de que no volvamos a vernos, que no puedas ver crecer a tu hija-
-No sufras Dolores, será lo que Dios disponga, nuestra Fe nos ayudará- Besó a su hija y partió. El primero de abril llegó a la ciudad y se instaló en una quinta de San Isidro. Su médico creía que lejos de los combates y problemas políticos, de detractores y enemigos podría, sino recuperarse, alargar su vida, pero poco duró la ilusión del leal amigo, porque antes de los tres meses falleció, silenciosa, serenamente, con la esperanza puesta en ese Dios que lo acompañó durante su breve y fatigosa vida. Tal vez su último sueño haya sido volver a Tucumán y los rostros de Dolores y su hija se habrán entremezclado con los paisajes de la tierra amada.
TERCER PREMIO POESÍA CATEGORÍA ADULTOS Por María Cristina Cordido, Azul, Buenos Aires
POEMA A BELGRANO Y LA BANDERA Acaso la bandera sea la Patria que flamea orgullosa en cada escuela. O acaso es la bandera que Belgrano soñó con tener entre sus brazos. Es acaso la bandera la que espera construirse en los surcos de la tierra. O acaso la bandera dio su sangre como dieron los héroes que la besan. Es acaso la bandera que tenemos, la que tiene los ojos simple y claros en cada amanecer junto a la siembra. O acaso la bandera es nuestra esencia, nuestro ser, nuestra raíz, nuestra inocencia, la de ayer, la de hoy, la de mañana, la del blanco color de nieve y plata, y del azul infinito como el alba. Es acaso la bandera que nos llama. Y nos dice: yo voy donde tú vayas, en los libros, Las aulas y las fábricas. Es acaso la bandera todo eso. O acaso mucho más se llama Patria. Vayamos juntos a buscarla para ser merecedores de su savia, paloma de la paz y la esperanza. Acaso la bandera, sea acaso Lo que Belgrano soñó desde su siembra. Desde su inmensurable amor por esta tierra Que lo vio morir una mañana sin honores ni riquezas. Solo su corazón latiendo apenas Por honrar su nombre y su grandeza.
ECO L. 3
MENCIÓN ESPECIAL POESÍA, CATEGORÍA ADULTOS Por Diego Martín Lanis, CABA A BELGRANO Periodista, escritor, abogado, militar. Tiempo completo, la patria lo llamó a su encuentro. Más no pudo rechazar el pedido. Supo de fatigas sin descanso, de combates sin respiro. Rechazó honores y sufrió dolores. Imaginó un futuro y lo vio en el cielo. Aquí, en la tierra, lo hizo bandera. Hasta nuestros días flamea.
BRUMAS Oscar Silva Cruzaste el bullicio de locas fantasías un ritmo de alegría llevabas en tu faz y agonizante mi alma de pena compartía una sonrisa incierta del loco carnaval. Te vi pasar con aires de loca colombina sembrando a cada paso tu risa juvenil. Tu rostro era sonriente ¿acaso lo fingías? yo a veces, río llorando mi llanto más febril. Como en brumas de un sueño se deslizó a mi paso tu imagen bienhechora que alentó en el ocaso mi vida ya cansada de tanto trajinar. Aquella que exhalando su llanto sonreía se fue en las caravanas de locas fantasías y volverá en las brumas, de un loco carnaval. Renovación n° 420. 7/4/1939 Del libro “15 años de poesía Toldense”.
ECO L. 4