ECO LITERARIO 39 Crónicas periodísticas de la SOCIEDAD DE ESCRITORES DE GENERAL VIAMONTE.
MAYO 2017
AÑO 4
Dirección: S.E.G.V. S.E.G.V. Redacción: Redacción: Etel Carpi. Carpi. Colabora en diseño: Rocío Sánchez Carpi. DOMICILIO: Biblioteca Popular Mariano Moreno. Los Toldos. Buenos Aires. EMAIL: escritoresdeviamonte@gmail.com http// sociedaddeescritores en facebook y @de_escritores en Twitter. Blog: http//escritoresdeviamonte.blogspot.com.ar - Eco Literario digital en ISSUU.COM.
“Palabras que dicen, palabras que tocan, palabras felices, palabras que evocan. Profundas, triviales, simples o complejas; piadosas, fatales, de deleite o queja. Conmueven, alegran, otorgan sentido, señalan caminos, deshacen olvidos.” Marta Guzzo. Guzzo. Eso es ECO, son nuestras palabras, palabras cercanas, “que nacen del alma”. Palabras, palabras, palabras, palabras…………… ESPECIAL MUSEO USOS Y COSTUMBRES “COSAS DEL SIGLO PASADO”, PARAJE SAN FRANCISCO.________________ Este es un número especial de ECO LITERARIO dedicado al Sr. Raúl Alfredo Severini: escritor, productor agropecuario, museólogo se podría decir, por el inmenso trabajo que realizó, sigue realizando en su lugar: San Francisco; creando un Museo ejemplar y muy completo donde se guardan recuerdos de gran valor sentimental para la gente de campo, la ruralidad y los pueblos que alguna vez prosperaron en nuestra inmensa llanura verde y generosa. Si bien en estos momentos está alejado de la S.E.G.V., él formó parte de la misma en sus comienzos. Creemos que un lugar tan especial como “su” Museo, merece ser difundido y visitado turísticamente, sin apuro, degustando cada recuerdo guardado allí con impecable cuidado y presentación, en el amplio espacio donde alguna vez funcionó la escuela y que ahora alberga un ejemplar Museo de Usos y Costumbres del siglo pasado.
Dos imágenes del Parque y la Escuela.
¿Qué es el vacío? Mabel Romero (Miqué).
ECO L. 1
POPURRÍ DE FOTOS.
Último libro de Raúl A. Severini. EL OLVIDO Amanecía. Era domingo de un frío agosto. Casildo Echar, mensual de la estancia “La Honesta” mateaba sin apuro. Cuando el poncho de los pobres empezó a calentar, ensilló su tordillo blanco y rumbeó al paso corto para el boliche del turco Pedro. Hizo algunas compras, tomó dos grapas con miel, su trago preferido. Pagó los caramelos para los hijos del bolichero y una vuelta de copas a los parroquianos que le habían dado charla hasta media mañana. Luego Casildo ató a los tientos, del lado del lazo, la arpillera con os víveres y los vicios. Y con su típico saludo: “Señores, queden con Dios, que la virgen me acompaña”, se fue. No tenía apuro. Ese día cumplía sesenta y cinco años. Pronto le traerían la papeleta para la jubilación y dejaría el trabajo en la estancia que lo había conchabado como peón de a caballo a los veintiuno, terminada la milicia. Pasaron los días… los meses… los años y los papeles para jubilarse no llegaban. Una mañana de fin de mes, durante la paga, Casildo le preguntó al mayordomo. -Perdone Don, pero… ¿cuándo llegará mi jubilación? -Sabes lo que pasó Casildo, -contestó el hombre de la administración- que el patrón olvidó hacerte los aportes, así que no podrás jubilarte. Cuando el alba, con su inmensa capa roja, apagaba las últimas estrellas, encontró a Casildo poniendo los cueros al tordillo. Sobre el anca, las pilchas envueltas en el encerado. Montó y al tranco corto se fue de la estancia. Al dejar el lugar, se detuvo largo rato a mirar las letras forjadas en hierro, empotradas en los grandes pilares que sostenían las tranqueras, aún sin entender qué quería decir: “La Honesta”. Cuento de Raúl Alfredo Severini, de su libro: Y no es cuento (cuentos de campo). Ediciones de las Tres Lagunas, Junín. Año 2016.
Varios implementos que se usaban en el campo.
ECO L. 2