ECO LITERARIO

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Eco Literario 78 Crónicas periodísticas de la SOCIEDAD DE ESCRITORES DE GENERAL VIAMONTE

AÑO SIETE

Dirección: S.E.G.V. SADE: FILIAL LOS TOLDOS. Redacción Y Diseño: Etel Carpi.

JUNIO 2020

DOMICILIO: Biblioteca Popular Mariano Moreno. Rivadavia 137. Los Toldos. Buenos Aires. EMAIL: escritoresdeviamonte@gmail.com http// sociedaddeescritores en facebook y @de_escritores en Twitter. Blog: http//escritoresdeviamonte.blogspot.com.ar - Eco Literario digital en ISSUU.COM. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

POPURRÍ DE CUENTOS En esta edición de ECO LITERARIO nos vamos a dedicar a la difusión de cuentos. Comenzamos con algunos que nos envió la escuela EES N°2 “Dr. Carlos Saavedra Lamas” de la localidad de Morse, nivel secundario. Participaron del mismo los alumnos de 5 ° año junto a la docente de Literatura y de NTICx. Las actividades se desarrollaron entre los meses de agosto y septiembre de 2019. Dicho proyecto estuvo organizado en situaciones de lectura, escritura y oralidad. Es una Antología de Cuentos Fantásticos. LA TORMENTA Por Alvaro Zlatar Inspirado en el cuento “La soga” de Silvina Ocampo

Era una noche tormentosa, el hombre estaba cenando con su esposa Lidia; vivía en una hermosa mansión heredada de sus abuelos. Siempre se sentaba en la punta de la gran mesa. Luego de la suculenta cena, se le ocurrió ponerse ropa de trabajo e ir al pequeño galpón que quedaba en la parte trasera de vivienda, lugar donde pasaba la mayor parte del tiempo. Si bien su Lidia insistió para que se quedara adentro, el hombre que era muy trabajador, no hizo caso. Cruzó el patio lleno de árboles, el viento provocado por la tormenta movía sus copas desprendiendo las últimas hojas lo cual anunciaba el comienzo del otoño. Hacía un poco de frío por lo que decidió apurar el paso, sintió que el fuerte ventarrón lo tiraba hacia atrás como evitando su avance. Subió los escalones del viejo galpón de madera, abrió la puerta con cierta dificultad, entró y se encerró, tiró de la cadena y encendió la luz, suspiró sintiéndose seguro en ese “su lugar”. Se dirigió hacia la mesa de trabajo, en ella encontró un extraño objeto con el que jugaba cuando era niño. Lo observó detenidamente, era una vieja soga que podía tomar las formas más raras. Apenas recordó por qué la había guardado en el galpón, de lo que sí estaba seguro era que él no la había puesto allí. Hacía mucho tiempo que no la agarraba. Decidió colgarla en el perchero que se encontraba al lado de la puerta y continuar con su trabajo. Luego de un largo rato pensó en regresar a la mansión y darse un

baño bien caliente; cuando se dispuso a salir del galpón observó que la soga no estaba donde él la había dejado. -Quizás la colgué en otro lado y no lo recuerdo, se dijo. Las tormentas eran muy comunes en esa época del año, este fue el motivo por el que a la semana siguiente, cuando una noche se preparaba ir hacia el galpón se detuvo y decidió quedarse a compartir un rico té con su esposa que festejó la decisión de su esposo. Aprovecharon a charlar y recordar épocas pasadas, se tomaron de la mano y fueron hacia la habitación, grande sería su sorpresa cuando encontraron al extraño objeto con el que él jugaba de niño sobre la cama. Rápidamente, Lidia la agarró y la llevó hacia el basurero, pero la soga se deslizó de su mano y de un salto desapareció y se escondió entre los yuyos sin que la mujer lograra verla. Muy asustada, regresó a la casa para contarle a su esposo el inexplicable suceso, pero un objeto extraño se enredó entre sus piernas e hizo que cayera al piso pegando su cabeza contra el frío mármol de la escalera donde perdió la vida. Tiempo después, los vecinos se sintieron extrañados porque hacía ya varios días que no sabían nada del hombre, él acostumbraba pasear al perro que había adoptado luego de la muerte de Lidia. Al principio pensaron que no salía como consecuencia de las fuertes tormentas de los últimos días, pero luego se preocuparon. Fueron a su casa, lo llamaron por teléfono y nada. Entonces, decidieron llamar a la policía, lo encontraron tirado en el piso del living de la gran mansión, a su lado estaba la soga, la misma que hace un año estaba tendida junto a su esposa. REGRESO A LA CASA TOMADA Por Bayetta Malvina Inspirado en el cuento “Casa Tomada” de Julio Cortázar

Después de un largo viaje con mis padres por fin llegamos a la nueva casa, era muy antigua, tenía grandes ventanales corroídos por los años y una gran puerta de dos hojas que, a pesar de presentar signos de abandono, dejaba entrever restos del color aguamarina con el que estuvo pintada, además tenía unos hermosos herrajes de bronce; las paredes exteriores estaban cubiertas por una gran enredadera que le otorgaba un aire misterioso. Apenas entrar, un pequeño zaguán servía de antesala a


un gran living lleno de muebles y objetos de decoración muy finos, “de estilo” diría mamá, cubiertos de tierra. Todo estaba perfectamente acomodado como si las personas que habían vivido allí se hubieran tomado el trabajo de hacerlo antes de dejar la casa. Me detuve en cada detalle. Luego fui hacia la cocina cuyos electrodomésticos me causaron un poco de gracia, a mis padres les parecieron “hermosas piezas exclusivas”, pero no me detuve demasiado tiempo allí, al fin y al cabo, en poco tiempo todo se vería más moderno, pensé. Al salir de la cocina, miré hacia el fondo del gran living y me llamó la atención una puerta gran de roble la dividía a la casa en dos, quise abrir, pero estaba cerrada con llave y no pude girarla. Llamé a papá, quizás él que era más fuerte podría abrirla, pero no. Luego de intentar una y otra vez todos los miembros de la familia, se decidió que la única posibilidad era rompiendo la cerradura. Mamá se opuso a la idea, la puerta era “una pieza muy antigua, exclusiva, de estilo…” y no sé cuántas cosas más decía mientras apoyaba su cuerpo en ella para protegerla de nosotros que comenzábamos a sentirnos “horribles termitas depredadoras” mientras tratábamos de calmarla. Papá tomó su celular y llamó a un cerrajero que prometió abrirla dejándola intacta. Aunque en este lado había quedado una hermosa biblioteca con un montón de libros de literatura francesa yo seguía en el otro lado, desde que puse un pie en la casa me pareció escuchar ruidos extraños, inexplicables, siempre le decía a mamá que íbamos a vivir acompañados. Llegó el día en que por fin el cerrajero abrió la tan amada puerta de mamá y, sin dudarlo, salí corriendo hacia la otra parte de la casa. Comencé a recorrerla, era muy grande esa parte, pero no me detuve en detalles, sino que me dediqué a buscar a “nuestros inquilinos”, miré en las habitaciones, debajo de las camas, en los antiguos roperos, todo en perfecto orden, pero ningún rastro de vida. De repente sentí un ruido que se dirigía hacia la salida, nada tarde en llegar hasta la puerta cancel del zaguán y en darme cuenta de que acababa de correr a mis ruidos. Al menos, eso creí. El invierno llegó, los días se presentaban tristes y muy fríos asique decidí hurgar en la vieja biblioteca y dedicarme a la lectura. Pasaba horas sentada en un hermoso sillón frente a la estufa hogar atrapada en obras fantásticas de misterio y terror de la literatura francesa que hallé en uno de los estantes, la primera que leí fue “El fantasma de la ópera”, luego “El horla” de un Maupassant; me encontraba saboreando un riquísimo chocolate preparado por mamá mientras disfrutaba de las páginas de “ Smarra o los demonios de la noche y otros relatos de horror e imaginación ” cuando los escuché, los ruidos volvieron, le dije a mamá, pero ella no me hizo caso, comentó que todo era producto de mi mente por leer esos libros, entonces, le conté a papá y me dijo que era porque la casa era vieja, que esos ruidos eran normales; no les hice caso, los ruidos y eran reales, siempre lo mismo: oía que la puerta de roble se cerraba, unos pasos apurados y murmullos inentendibles, pero cuando iba a ver estaba todo igual. Una noche mis padres se fueron a cenar con unos amigos y me dejaron sola, mi hermano estaba en casa de mis abuelos, estaba Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres importantes objetos que deben ocupar la atención. Concentrada en la lectura, hacía mucho frío y había decidido acurrucarme en el viejo sillón al calor de la estufa hogar, tapada con mi manta favorita, cuando de pronto empecé a escuchar una voz, miré el reloj de la pared y faltaba un minuto para que sonaran las campanadas que anunciarían las tres de la mañana, y pensé que eran mis padres, pero después de un rato me di cuenta que no eran ellos y fui a ver, en una de las habitaciones había una chica tejiendo una hermosa pañoleta y a su lado un chico muchacho que le hablaba de unas viejas estampillas; yo me puse feliz porque pude confirmar que los ruidos eran de verdad, que no estábamos solos en la casa, pero a la vez tenía mucho miedo. Después de un rato, vi que salían corriendo hacia la otra parte de la casa y cerraban la puerta de roble. En esta ocasión, en la que al fin los había descubierto, los seguí y escuché lo que murmuraban, nuestra familia era la que había tomado la casa. Pasaron varias

semanas hasta que me anime a hablar con ellos, mis primeras palabras salieron con miedo, pero después me dieron confianza, eran muy amables, cariñosos, les gustaba hablar conmigo. Cuando tomé valor me animé a preguntarles cómo se habían muerto, me contaron que después de estar mucho tiempo los dos solos terminaron mal, Irene se terminó matando debido a la gran depresión que sufría y el muchacho, bueno nunca le gustó estar solo, murió del corazón, seguramente de tristeza. Mis padres, al principio y debido a mi corta edad, pensaron que eran amigos imaginarios, pero como al pasar el tiempo seguía hablando con ellos me internaron en un centro de cuidados especiales porque creían que estaba mal. Ayer cumplí 25 años adentro del centro, estaba muy feliz porque al fin iba a volver a mi casa. Cuando llegué y abrí la puerta, traspasé el zaguán y entré al gran living. Allí estaban ellos, mis amigos, Irene y su hermano, al verme se pusieron de pie y me saludaron con una sonrisa, luego ella siguió tejiendo, como siempre y él mirándola con ese amor de hermano. Supe que no era mi imaginación, ellos estaban ahí, vivos. JUNIO: MES DEL BICENTENARIO DE LA MUERTE DE MANUEL BELGRANO. Lo recordamos con algunas frases importantes que merecen ser conocidas.

-El miedo sólo sirve para perderlo todo. -Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado. -Fundar escuelas es sembrar en las almas. -Método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia. - Sirvo a la patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro. -Todo depende y resulta del cultivo de las tierras; sin él no hay materias primeras para las artes, por consiguiente, la industria, que no tiene cómo ejercitarse, no puede proporcionar materias para que el comercio se ejecute. -Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo. -Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres importantes objetos que deben ocupar la atención. -El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente.

ECO L. 2


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