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EL LÍMITE DE LOS MIEDOS
(HISTORIA DE AMOR EN VERSOS)
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EL LÍMITE DE LOS MIEDOS
(HISTORIA DE AMOR EN VERSOS)
Etel Carpi
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Ilustraciones del interior y foto de tapa: Etel Carpi © Copyright 2010 Etel Carpi
"“El límite de los miedos: historia de amor en versos"
”
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Impreso en Argentina - Printed in Argentina ISBN: 978-987-656-073-3
Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita del titular del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción, almacenamiento o transmisión parcial o total de esta obra por cualquier medio mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia u otro procedimiento establecido o a establecerse, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alqu iler o préstamo público. Etel Carpi El límite de los miedos : historia de amor en versos . - 1a ed. - Junín : De Las Tres Lagunas, 2010. 182 p. : il. ; 20x14 cm. ISBN 978-987-656-073-3 1. Poesía Argentina. I. Título CDD A861
Ediciones de las Tres Lagunas España 68 - CP 6000 - Junín - Pcia. de Buenos Aires República Argentina Telefax 54-2362-631017 E-mail: ediciones@delastreslagunas.com.ar www.delastreslagunas.com.ar Impresa en el mes de marzo de 2010 en Bibliográfika Bucarelli 1160 - C1427CHR - Buenos Aires - Argentina TE 54.11.4523.3388
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A mi hija Rocío Anahí: En este libro está escrita la historia que dio origen a su vida. Así se escribió en el momento mismo que fue vivida; por eso, estos versos son testimonio fiel de la realidad A una hermosa historia de amor. "Se puede estar lejos de quien se ama y sentirse bien tan sólo recordando, sabiendo que uno está unido por ese sentimiento más allá del tiempo y el espacio. Ese tipo de amor, como la poesía, es lo único que puede derrotar a la muerte." Éste es mi mejor regalo de tus quince años. Te quiero mucho Mamá Etel, años 2009-2010
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EL LÍMITE DE LOS MIEDOS (HISTORIA DE AMOR EN VERSOS) Parte I
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HASTA QUE AMARTE SEA POSIBLE (Antes) 01-12-89 a 28-02-90 I Eres tú la fértil esperanza. Una droga de ternura Que alimenta la saturación del cansancio Sin amor. Te esperaré... Un poco más de mi sobrevida Antes de entregarme a las sombras Fugitivas del hueco venenoso. Te esperaré En la distancia desértica de mi soledad Y será Cuando la luna ya no suba La línea inalcanzable del horizonte.
II Por ti escribo... Para ti Que me induces a pensar Que los días más hermosos aún no los he vivido. Para ti vivo Detenida en un demencial silencio En un aluvión de flores Sin aromas Despoblada de pájaros vivos E invadida de insectos sin alas.
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En la quietud de este infierno Voy perdiendo la memoria del paraíso Donde crecí Con un bosque en la sangre. Si tú llegas... Desde tu planeta de luces, Se romperá el mito De mi pasión desasida.
III Tus ojos se desnudan en mis sueños. Como una bandada de pájaros en el silencio Tu ignota fragancia se prolonga En mis sentidos. Habrá un tiempo promisorio En la promiscuidad de la locura Que obnubila mis ideas, Y en la búsqueda incesante Queda vacía el alma. Un boceto de tu boca Se dibuja en la página blanca Y me besa. Será tu luz en mi miseria El oasis Donde abrevará La luna de mi piel. Será... Por obra de un sueño de amor.
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IV ¿Piensas en mí? Cada instante de la vida Es un mudo contacto con tu corazón Con la mística sangre de tus venas. Cuántas noches soñé los sueños Que a la distancia soñabas... Porque hay otros cielos Para albergar mi cielo arrasado. En el sinhueso de la vida Alguien nos separa el ocaso de la aurora Y seremos uno Sólo cuando el sol No suba más la línea del horizonte.
V Esta noche los pájaros descendieron A los sueños Donde te amaba Transgrediendo las leyes del dolor. En el orgasmo defectuoso del silencio Partí del surco de las lágrimas Hacia la aurora. Dios despejó mis ramas De las enredaderas que cubrían Sus poros desiertos.
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Y serás para mí La vastedad del cielo infinito. Y seré para ti La levitación del viento en la sangre.
VI Eres mi proyecto Mi vivir... Un inmenso sol En la galaxia de mis sueños. Hasta que un día Despertaremos en un abrazo sin final En la exultación suprema De nuestro encuentro. Toda la majestuosidad de tu ternura Se detiene En la ignota desnudez de mi alma, En las inexploradas regiones de mi piel. Yo ya no soy de aquí Soy la luna que derrama su fría luz Sobre el sol sublime de tus deseos,
VII ¡Qué enfermedad ésta de querer así! Estás tan lejos de mi piel... Pero tan cerca de mi alma. ¿Será mi soledad la que te busca? Habrá otros advenimientos
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Para los frutos no ofrecidos Para los ocultos ríos de mi tumba Para la indivisa fertilidad A la que le faltó el agua. De espaldas al asombro Aguardo el momento De unir mi sueño a tu sueño En el arbitrario amanecer De la vigilia.
VIII Nunca desfloraré la inocencia Si no llega el sol a mi alma. Antes el derrame de tu perfume Entre la humedad del paraíso Donde sueño. Antes la caricia de tus ojos En la mirada desierta de la sed. Después... Recién después celebraré el rito De la unión Con las formas genitales Donde reposa el pájaro Y muere el último deseo.
IX ¿Y vendrás tú? Se ha roto la noche en la magia del soñar
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Donde he visto dar a luz Con la muerte en la sangre. ¿Y vendrás tú? En la página blanca Se dibuja un rostro difuso Como un espejismo azul en el desierto amarillo. Envuelta en una sensualidad estéril Escucho los sonidos del silencio Las voces furtivas de las alboradas Donde la luz nace para morir nuevamente. ¿Y vendrás tú? ¡Qué poco me queda de las flores Que crecían junto al agua de mis ríos! Esqueletos... Telarañas en los huecos de la ausencia.
X Nunca estaremos juntos. Tu nombre se desmesura En la agria distancia que nos separa. Comprimiré la redondez de la tierra Para hacerte nacer Desde las formas dolorosas de la imaginación. Ahora que te he encontrado Descenderé al paraíso
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Para lograrte Y ascenderé al infierno En el dulce suplicio de verme deshojar. Alguna vida Cruzaremos las altas cumbres Y en el espacio silente del cielo Nos fundiremos en un abrazo eterno.
XI -Viviré para hacerte feliz Amándote todos los días de mi vidaCierro los ojos y me invade Tu rostro. Y tus ojos. Tu rostro. En el papel perfumado con tu gusto Se dibujan esas palabras Que escribieron tus manos Para adornar la fantasía de la espera. Me duele la piel de soñar tus caricias. Sangra el silencio de los labios sin beso. Trozos de luz me brotan por los poros Y suben a la luna Desde donde caerán para perforar tu alma Cuando la mires. El verano transcurre... ¿Será el invierno el testigo De la muerte de nuestro dolor?
XII Gracias. He regresado del infierno para amar.
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Me cuesta desplegar las alas atrofiadas. Mientras el mar proseguía su tarea Devastando, acariciando, devorando... Dios deshabitó mi cuerpo Y tuve que salir a escalar la vida. Pero llegaste tú Y... Resucitaron los sueños Debajo de la nada. Ahora... Caminaremos la cornisa del destino Tomándonos las manos Aunque la distancia Nos cambie de lugar La diabólica luminosidad del abismo. No quiero retornar a mi paraíso sin amor.
XIII ¿Soñamos juntos? -Soñemos el mismo sueño Y éste se hará realidad- me dijiste. Desde entonces mis pájaros Ya no me pertenecen Y tú me prestas las alas Para que mi llanto sin horizonte No caiga más por el eclipse del silencio. -Yo siempre te vi en mis sueños Y en lo más profundo de mi ser, Como inspiración fecunda de mis días-
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¡Oh amor que me alimentas! En la dormida memoria de mi alma Había un esbozo de recuerdo Del dibujo angelical de tu corazón Que se reveló en mi sangre.
XIV No la dulce agonía preludio de la lucha. Un lago de luz Nace en la noche que entrona tu nombre. Sola de ser otra cosa Indiferente a lo que el alma dispone Abriré la puerta de mi clausura Para recibirte en el cauce de mi sangre. Mañana será todo flores y estrellas Porque acabo de quitarme Un bosque de la espalda. Esta vez no saquearán mi sueño Porque es nuestro Y amarrados en la pasión convaleciente (Cada cual por su camino) Construiremos un futuro De luces infinitas.
XV Y de pronto el milagro. La iridiscencia legítima del amor En los labios desiertos Que amenaza la erosión del ausente.
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De pronto tu sonrisa En la forma oblicua de la nada. Un pétalo amarillo Que perfuma la caótica soledad. Nadie ha visto al sueño, Volátil misterioso Rompiendo los esqueletos embalsamados. Acaba de herirme la cósmica vastedad De tu universo. Envuelta en una piel invisible Permaneceré inerte Hasta que reciba el premio De despertar entre tus brazos.
XVI Caminaré, caminarás... Otro día más muriendo En la lumínica celda del sueño Que engendraste en mi dolor. ¿Llegaremos a la cima desierta Que imaginamos juntos Desde la voluptuosa distancia? Quiero perder la otra mitad del silencio perdido. Nacieron del penetrante perfume De los jazmines en la aurora, Dos calandrias enamoradas Muriendo solas en distintos hemisferios.
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¿Esperaremos el momento? Antes de que se rompa el eje de la tierra.
XVII Mañana será todo puro y diáfano. Y al llegar al sueño... Una catarsis de pájaros sin alas En el cielo agrietado de la última castración. En la impetuosa memoria de tu Rostro voy levantando las paredes de un hogar Que se ha negado a mi misterio. Los deseos de tu ilusión me ahogan En el mar del erotismo sobreviviente. Mañana será el amor sin tiempo ni medida, El que se devora la sangre y el alma En el etéreo perfume De dos cuerpos unidos en un beso de pasión.
XVIII ¿Cuánto tiempo caminaré? Las paredes de la áspera profecía. Esta tarde Me duele la piel cuando la toco Arden mis labios en el deseo Cuando imagino que atravesaré las gigantescas montañas Para despertar con el sabor de tu sangre. Iré hacia ti Como el picaflor a la miel
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Y sólo volveré a mi morada Cuando despunte la última aurora. Porque esta tarde de lluvia Tú eres lo más cercano A mi sueño inoportuno.
XIX Si soy tuya lo dirá el destino. No hace falta que mueras de espera Para merecerme. Soy una rama de ciprés quebrada Por la fiebre que no cede... (Hace falta un poco de tu universo). Renaceré en tas brazos (Cuando tú me llames) Y toda la oscuridad será testigo De la muerte del sol. Sólo un poco de tus manos Sólo un poco de tus huesos... Bastará para fertilizarme Y pervivir.
XX No me quedará nada de tu gusto Porque no pudimos perforar la distancia De un perverso destino Que quebró sin miramientos La audaz pertinacia.
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Existías… Era real el sueño (Los besos, las caricias, los abrazos) En nuestro mundo de horizontes infinitos. Corren las lágrimas por mi silencio. Sólo me queda el orujo seco, Los signos desiertos De la prefigurada unión.
XXI Tu nombre es una especie de luciérnaga Una violenta descarga de frutos Que caen al suelo Y se pierden en el sedimento de la tierra. Un intangible horizonte que sugiere Las luces del milagro Un poco más allá Eternamente Cuando disfrutemos (Purificándonos en e1 agua de la sed) De aquello que nos será dado poseer.
XXII Hoy moriré nuevamente; Acribillada por la carta ausente (El perfume del amado Morirá en el secreto de mis sentidos) Que duplica la vigilia en el paraíso del sueño.
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Necesito respirar Me ahoga el verano Las formas de tu alma sagrada Donde cayó la rosa tibia de mi amor. No me olvides ahora Que he quemado los miedos Y me preparo a cruzar las altas cumbres Para amarte. ¡Oh viento cruel del olvido Que vas deshojando mis rosas!
XXIII Un poco de tus ojos Para el aluvional silencio De mi alma degradada. Moriré de asombro Cuando la última luna en el cosmos Entrone los dominios del dulce sueño. Y tú... ¿Esperas ese momento? ¡Qué oscura la voluntad de hacer! De cambiar De ser otra cosa. Por mis ojos pasa una sucesión de días vacíos Sin sol, sin cielo, sin pájaros... Días que no cuentan Días que ocultan el sabor de la muerte Y los rostros de la vida.
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Aún queda un poco de tiempo Antes de que nos arrebaten... Nuestro íntimo secreto.
XXIV ¿En qué estarás pensando Desde el lugar donde perfumas la ausencia? Devuélveme las alas arrambladas Por la ráfaga ciega de tu pasión Y arrójame al bosque Donde crecí con savia verde en la sangre. Eres la dulce locura de una idea Que nace de la nada Y muere en un todo. ¿Me esperas?,.. Otra vez tendré que atravesar los miedos Para buscarte. Dios... ¿Por qué desafías así Las llagas de mi valentía?
XXV Tendré que quitarme todos los miedos Aceptar el reto del destino Cerrar los ojos a la muerte Y hacer una lectura distinta de los días. Tendré que parir el sueño Soportando los dolores del alumbramiento Y desafiando las sombras de la soledad Caminar hacia la luz.
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Al final del sacrificio un rostro me espera Para engendrarme un sol Entre las nubes que asfixian La tímida fertilidad. Sólo así podré limpiar de maleza mis senderos Podar los árboles que obstruyen la sangre Y buscar el hueco exacto Para mis formas de mujer.
XXVI Estos días He preparado mi sueño Para la luna enamorada de tu boca. Me has derrotado el alma La frágil armonía de la pureza El canto salvaje de la sangre. Te llamé por tu nombre Antes de que las selvas Ocupen todos los espacios del amor. Pero el verano aún es un entierro, Un monstruo de luz Devorando los ríos sagrados Que separan tu sed De la fuente de mi cuerpo.
XXVII Te vi. En la erótica redondez del silencio.
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Y el sueño adquirió formas gigantescas En la soledad inane, Absorta en el calor De un cuerpo solo. Te vi. En el bello horizonte que sugiere tu alma. En la pausa iterativa de la locura Llegué a tocar la imagen fosforescente De tu rostro Y en la bruma de mis deseos Fue muriendo la sublimidad Del dolor.
XXVIII Quemaré todos los amuletos de los sentidos Y beberé el afrodisíaco de tu pasión. Dejaré correr las lágrimas ardientes Por los rizos de tu pelo Y en el acento incaico de tu voz Vibrará como un junco La mutisia oculta en el desierto de mis ojos. Sangrará el silencio Por un grito de quebrado cristal. -No pienses en nada -dirás -Ensuéñate entre mis brazos amantes Que inhalaré el aroma agreste Que brota de tu ser. Y yo… que no sabía del sol Tragaré sesenta soles por minuto.
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XXIX Despierta al sueño compartido No me quedaré a ver pasar la vida. Busqué tu alma en los confines de la ausencia. No puedo dilapidar mi rebeldía Pero he dibujado tu rostro En los placenteros dominios del sueño. Y un todo de ti Nació de la celeste armonía Como una revelación de Dios. Ahora sé Que moriré en paz (Sin angustias, sin ausencias, sin miedos) Porque he de florecer en estrellas Con la luz del sueño realizado.
XXX Te quiero. Agria confesión que me deshoja En un ramo de poesía Que ahogará tu paz y tus sentidos. He arrancado mis ropas Y crucificada por tus ojos Voy ascendiendo hasta los límites del sol. Vuelve desde donde has nacido
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Para amarme. Abandona el paisaje idílico del sueño Y desciende hasta la húmeda frescura Que santifica mis selvas. No es posible, todavía... ¿Cuánto tiempo más Se ondularán las aguas del deseo?
XXXI En las formas genitivas olvidadas crece el morboso deseo Que no puedo morigerar. Voy cruzando la profunda llaga del verano. Y era tu aroma. Tu boca Liberando los pájaros de la ternura En la etérea desnudez de los senos. La castidad es un grano de arena Que maltrata el viento Que dilata el sol Que destruye el agua... Qué inerme La libertad De andar deseando Por los horrendos caminos del mundo.
XXXII Moriré en los brazos invisibles del viento Sola de soles Sola de sueños En un cielo agrietado de sequía
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En un tiempo invadido de murallas. Aunque invadan mi cuerpo Las luces únicas de tu aurora. Aunque despierte en mi vientre La caricia de tus labios. Aunque desfilen por mi alma Las luciérnagas vagas de tu deseo. Moriré sola de todo (Pero amando). Y envuelta en la tibia locura de tu mirada Caeré al silencio abisal Donde existe el espacio perfecto.
XXXIII ¿Volviste a soñarme? Hasta que habrá un día, Cuando los perfumes del llanto nutran el viento. Todo el morir del mundo Caerá al vello voluminoso En el momento balsámico del encuentro. Tu sonrisa va abriéndose entre mis sombras. Llegare a ti (No lo dudes) Diciendo no al silencio Hasta devastar el alma de pasión. Y al llegar a tus dominios Desterraré la tibieza de mi cuerpo Para el tesoro de tus ojos.
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XXXIV Sostén mi pequeña ternura En el sutil encaje de tus sueños. Resérvame un lugar para el amor. Voy regresando desde el olvido Donde nadie ha tocado el espacio de mi alma, Los destellos voluptuosos de mi piel. Prepárame para el asombro acogedor de tu boca. Entre las volutas del ensueño Te llamé Y tu respuesta fue una invasión de libélulas En el cielo De un planeta sin luces. No toques mi alma Podría estallar en pedazos Y luego... ¿Dónde iré sin alma para amarte?
XXXV Estaremos juntos. Hay un tiempo para los dos Si ambos limpiamos de maleza El camino que nos unirá. Al desierto de la nada Han de caer Los miedos espeluznantes
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Cuando el otoño desmenuce la distancia. De tanto en tanto nos llega una señal. Devorarás los violentos frutos prohibidos En un ataque de pasión Y en la impetuosa marea de mis aguas Expirará el gesto triste de tu boca. ¡Qué impasible aún la demencia de nuestro sueño!
XXXVI Ciega de toda luz camino el silencio En espera del instante Cuando anclará la memoria abstrusa Que me quema. La música sensual Del corazón Regenerará las luces de mi sueño. Y llegaré a ti. Con el alma derrotada por la magia De tu amor. En mi inocente eternidad Abrirás el surco fértil de la vida Para redimir las viejas tristezas Que me oprimen el sol. En el cuenco de la esperanza Descansa el rítmico cansancio de la luna. Y tú me preguntas hasta dónde te quiero? Hasta dónde te quiero?
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XXXVII ¡Qué interminable camino el de la espera! ¿Y será tu voz promisoria En mi silencio? En la promiscuidad de la locura Siento el peso perfumado de la sangre Que busca acomodo en la blanca desnudez de las flores ¿Y serán tus manos dos palomas En mi tibieza? Nada quedará de la convulsionada espera. Tú eres la luz que me devora Que sostiene mis sueños La rotunda afirmación de la vida Las alas que me cortaron Las espadas del dolor. Esa noche, me quitaré un cielo de mi espalda.
XXXVIII Atesoro sus cartas en un hueco de mi alma. El amado perfecto Que me empuja al misterio azul Del horizonte desconocido. Habrá un día abierto a los llamados de la sed. La libidinosa ternura, caerá Por las laderas escarpadas del desierto
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Que me inventé. Ahí Donde entra el verano para destruirse Con el delirio de los que aman. Sí... Tú tienes el espacio exacto Para mi único sueño de amor,
XXXIX Eres el amante lejano que yo adoro. Camino al borde de los días Aferrándome a tus ojos Para salvarme. Me duele el sueño En el orgasmo defectuoso que refleja La silueta negra de la nada. Miraré la luz que han puesto Al final brumoso del camino. ¿Y sabré de tu ciudad y de tu esencia? Necesito un hueso tuyo Para el rito del último sacrificio.
XL El llanto invadió los espacios de mi esperanza. La noche Descerrajó sus sombras sobre mis lágrimas Y la blanca imagen de la muerte Se expandió, silente
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En el paisaje desierto de la soledad. Y tu rostro. La dulce iridiscencia de tu rostro Quemándome el pensamiento rebelde. Te pienso. Te pienso. Te pienso. Respiro la luz de tu deseo Y muero minuto a minuto Cautivada por los intangibles dominios de tu alma. Y tú que mueres si yo muero...
XLI Hasta que un día perdí la libertad. En la bragadura del sol murió la luna Purificando la delicada Lentitud del imposible. Hasta que un día el amor deglutió la armonía. Y soy para mí misma Como un árbol arrancado de la tierra. Ya mi corazón no me pertenece, Han hecho jirones la vestidura de mi paz. Pero al final de la tortura Me esperan tus brazos
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(Después) 1-4-90 a 30-6-90 XLII Y ocurrió… En el encuentro milagroso de dos lunas Nació el mar azul. El ósculo delicioso de los besos. Nuestros cuerpos ascendieron al silencio Del mundo soñado por los dos, Y el viento acunó el gemir de las palmeras, La luna deglutió la desnudez prohibida Y un amanecer de pájaros fugitivos Despuntó en el dolor De la tristeza perenne. Porque sabía. .. Que al final de la tortura Me esperaban tus brazos.
XLIII Y el amanecer de Paracas Nos encontró en el hueco de la vida Amándonos. Tú eres mi sol, La ternura cósmica que alimenta La catedral de mis silencios. Te amaré una vez más… (Siempre una vez más) Y romperemos la cruel distancia
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Que engendra nuestro dolor. En los abisales rincones de la muerte Renacerá la vida Cuando entronemos El monumento a nuestro eterno amor.
XLIV Te espero. Te espero. Te espero. Te esperaré siempre, Porque en el surco de mis senos Hizo nido tu boca Y en la blanca redondez de mi vientre Guardo un remanso para la fatiga de tus manos. Caminando los senderos del martirio Volveré a encontrarte (Muchas veces más antes de la muerte). Compartiremos juntos, otros crepúsculos ¡Y cuántos plenilunios Serán testigos de nuestro amor! Volveremos a caminar por la vera silente del mar, Donde las aves son dueñas del milagro De sonreírle al sol. Y uniendo nuestras almas Viviremos la eternidad del amor.
XLV En la manumisa nube de los sueños Brotó una estrella Y cayó en la palma tibia de nuestras manos.
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Tú eres luz, Un rostro invadido por los reflejos de la luna. Hubo un día... El día azul, cuando un "te amo" Rompió la dimensión amurallada del tiempo Y a la hora señalada Se deshizo como un castillo de arena La telaraña de la tristeza. Y caminamos hacia el sol, Miles de aves nos prestaron sus alas Cuando bajo los destellos del desierto Juramentamos vivir Para un sueño de amor.
XLVI Un poco más de tu sustancia. Sigo desleyendo el recuerdo. En la penumbra del silencio azul Siento un estruendo de hojas Acunando la soledad sublime de la noche. Y nuestras palmeras… El sonar placentero del mar en la distancia. Rememoro el brillo perfecto de tus ojos, La curva deliciosa de tu vientre, El río caudaloso de tu sangre... Hasta que amarte fue posible...
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XLVII He muerto para renacer en sus brazos. El compañero que amaré hasta la muerte Definitiva. Me queda todo el asombro De los besos aprendidos, La sombra dulce de sus cabellos En mis manos. En la erótica redondez de la luna Descubrimos un sol... Y pudimos amarnos Donde nadie habrá visto ese día. Cuando fue tu boca Tu piel La pasión ardiente de tu pecho. Hay tiempo para el amado impetuoso.
XLVIII Caminábamos... Un baño de luz hirió nuestras espaldas. En tus manos palomas, En mis ojos luciérnagas, En tu piel destellos, En mi alma poesía... Activo la memoria del cuerpo Y una mancha de amor Brota en el borde de los recuerdos.
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He llorado entre tus brazos El dolor de la felicidad Y abandonada a la caricia imprudente Me dormí en el dulce espacio Del sueño. El sueño que soñamos los dos,
XLIX Engendramos un sueño imposible. Poco a poco voy descubriendo Que se puede amar siempre algo más; Al regresar del paraíso Se penetra en el ojo de la sed. Soy un todo naciendo De mi clausura. Me hiere el aroma balsámico de tu semen. Antes de que termine el invierno Colocaremos el punto final del milagro.
L Estaba el sol aplastándose en el horizonte. Las aves amaneciéndose en la bahía, Las palmeras gimiendo en el silencio, La luna generosa Alimentando el deseo de mis ojos.
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Quedamos en la noche, Los cuerpos afiebrados Incrustados en la soledad suicida del amor. Varias veces murió el tiempo En la oquedad donde la luz Es una ausencia. Un aluvión de soles Surgió del gesto creativo de tu boca Invadiendo la pradera de mi piel. Fue el callar del mundo en mis dominios.
LI Cuando termine el otoño Estarás definitivamente entre mis brazos Aún persiste, intacto, el olor de tu cuerpo En los rincones arbolados de mi alma. El mar continúa su canto en la bahía De Paracas. Un sol naranja muere cada día Entre la bruma. Las aves continúan su tarea, Fundando ternura en los espacios de la muerte. Y nosotros… Duendes de diferentes destinos Construyéndonos una vida para dos. Nosotros… Que hemos pasado por el borde del miedo Para amarnos.
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LII Voy preparando mi alma Para la silueta roja de tu corazón Voy preparando mi piel Para la sensible floración de tus manos. Día tras día Evoco los sublimes momentos Cuando estábamos desnudos frente a la ternura. Cuando la violenta vastedad de tu deseo Y la llama de tu boca Quemó mis senos. Desgloso el silencio maravilloso Y encuentro la señal inolvidable de tu voz El tono de tu voz... Y un trozo perdido de tu gusto.
LIII Cuento los días... Los días blancos anteriores al nacimiento. No pienso en nada diferente Al calor de tus labios, Me ensueño y vago Por los sensuales dominios de tu perfume. Paracas. Paracas. Paracas. Se multiplica ese nombre en la espera De la unión definitiva. Allí donde cielo Allí donde mar
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Allí donde viento... Donde desfloraste la agonía de mis genitales. Y por la oscura calle, íbamos, solos Entre el miedo y la esperanza.
LIV Has perfumado mi sangre. Fue una ráfaga ciega que me alcanzó, Bajo el silencio de las noches desiertas. Nuestra casa el cielo Nuestra casa el mar... Las palmeras enhiestas Perfilando su silueta tras la ventana. Y tu pasión atosigando mi deseo. En la cocina, la tibieza de tus ojos; En el parque, la fidelidad de los perros; Y tu rostro… ¡Tu rostro, tu rostro, tu rostro! Y de mi alma un poco …Un poco nada más.
LV Me acariciabas. Una muestra de rocío brotó del silencio Anunciando la luz incipiente De la madrugada. Enredé mis piernas en tus ramas Y ascendí al color de tus ojos.
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En la calma inquietante, Dos cuerpos heridos Por una flor venenosa que en ramo de luna Creció sobre la sábana blanca. Luego caminamos Por el desolado sendero de piedras Hacia las selvas del aire Donde nació el sueño... El sueño que terminábamos de consagrar.
LVI Dejaré pasar los días. Páginas blancas, salpicadas de soledad Hasta que el amor... Mi sueño de amor, llegue desde la distancia Para siempre. Esta mañana Aún recuerdo tu boca apretada a mis labios. Tu voz incaica Como lo más cercano a mi alma. La elevación de la luna En la oscuridad de la noche. De repente… Regresé del olvido A un lugar imaginario: El lugar del amor. ¡Qué suave deleite El de tus manos sobre mi pecho!
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LVII Clavaste un dardo de fuego En la humedad del hueco abandonado. Una rotunda erubescencia Subió por mi espalda Reconstruyendo el asombro terminal De los muertos. Por el cielo bajaba el sol Para perderse en las lomas Que enmarcan la bahía (Donde los pecados se ofrecen a los dioses) Rememoro tu rostro... Veo un pacto que presagia otras llegadas. Por eso... De tanto en tanto un sueño Me confirma la noticia: Mañana... emergeré desde el martirio.
LVIII Y de pronto todo se iluminó. Entró el sol de tu voz por mi piel Para fundarme un oasis de luz. Cerré la memoria del pasado Y dejé que ese perfume me impregnara Abstrayéndome del silencio.
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Aprendí a vestirme con la prenda del amor. Miré por la ventana... La ciudad de los virreyes Moría de tristeza.
LIX Si es necesario moriré para amarte. Habrá en la tierra un espacio Para nuestro amor? Hemos pactado una profusión de abrazos Perentorios. Aún saboreo el recuerdo de tu gusto Mientras busco un tiempo Que se acomode al voraz deseo De amarte un poco más (Siempre un poco más). Sentí sobre mi pecho Un aleteo de pájaros que vuelven del paraíso Y luego… Salí a devorar la vida. ¿Vendrás a buscarme antes de la muerte?
LX Quedo en la noche. Suspensa del sueño que te revive En la memoria de mi último paso Por el paraíso.
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Tu alma la sangre blanca de las flores. Tu cuerpo el deleite del sol sobre la arena. Me envuelvo con la manta Y escucho... Resuena tu voz en el latir de mi pecho, Oprimen mis pezones Tus pájaros invisibles, Un grito de luz Se ahoga en la garganta Y en la oscuridad de la habitación Veo despuntar la aurora.
LXI El frío del otoño deshace la espera. Nadie conoce mi silencio. Nadie sospecha de mi muerte. Nadie ha visto Mi desnudez entre tus brazos Engendrándome un fruto delicioso. Y este frío destemplado carcomiendo mis huesos. Busco en este cielo otro cielo Que me recuerde la emoción de tus caricias, El sabor de tus besos, El color de tu piel, El acento de tu voz, El perfume de tu alma.
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El frío del otoño deshace la espera. Luego... El espacio defectuoso de la muerte.
LXII Atesoro señales debajo de la nada, El sueño liberto después de la guerra. ¿Qué es el deseo Sino un vasto desierto sin horizontes? Nuestro amor... Mucho más que dos cuerpos suspendidos De los hilos invisibles del silencio. Mucho más que manos afiebradas Y besos sin final. Mucho más que el sexo herido En la penumbra. Nuestro amor... Un racimo de estrellas en el alma. Un aletear de mariposas en los ojos, El perfume de la lluvia al mojar la tierra, Un ruido de aguas movidas por el viento. Nuestro amor… Una claridad nacida en noche sin alborada.
LXIII Sostén esta luz pequeña Que vibra como un junco en la corriente Para que el invierno Sea la coronación de la alegría.
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Has perfumado mi sangre Con el polen fértil de la vida. Me duele el sol Que despuntó en la aurora de tus brazos. Mi alma busca acomodo En el óvalo perfecto de tus ojos. Eres el viento enamorado, El amante a medida de mi silencio Y esa mágica dulzura del hombre Que fascina a la mujer. Necesito un poco más, Un poco más de la profecía de tu boca.
LXIV Para un segundo nacimiento Las formas de su rostro Al inclinarse en la intimidad del amor. Mordiendo la noche Se cierran sus ojos cuando me siente. Y me amaba… Mezcla extraña de sensualidad y ternura Quedó la sed insaciable En el ataque de la risa Que murió apretada a su boca. Quiero volver atrás Y quedarme... En el tiempo que gané entre sus brazos Aprendiendo a amar, a reír.
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Huir de esos desiertos incoloros Para morir en el acento de su voz.
LXV ¿Recuerdas amor El sonido del viento en las palmeras? El color del mar El brillo de las estrellas en el cielo? ¿Recuerdas el parque donde florecían Los abrazos? La sed desimaginada de la soledad La suprema melodía del silencio? ¿Recuerdas amor El vuelo de los pelícanos? Mis huellas en la arena Mi risa y mi llanto? ¿Recuerdas los ojos devorándose En la noche? Los latidos de mi pecho Mi miedo y mi derrota? ¿Recuerdas amor...? Desde entonces, ya nada me expulsa de la vida.
LXVI ¡Qué dulce deleite sentirme entre tus brazos! Tus manos devorando mis cabellos Tus ojos desnudándome el alma;
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El suave suspiro de tu boca Amarrada a mis labios. ¡Qué grato placer sentirte en el silencio! Tus piernas entrelazadas a mis piernas, Tus besos floreciendo en el tibio Surco de mis senos En la pradera blanca de mi vientre. La invasión de tu rostro en la penumbra El movimiento salvaje de tu cuerpo Y mi pequeña pureza Muriendo en la batalla. En medio de la noche En medio del silencio… Entre el mar y las palmeras.
LXVII Poco a poco voy perdiendo la ternura. En la espera prolífica La perenne memoria de un corazón Que tuve entre mis labios. En la hoyada desprolija de la vida Se deshojó la púdica sensualidad En el sueño Que pacientemente armaron mis manos. Y tu rostro me invadió En un torrentoso despliegue de luces. Fue dar a luz Un racimo de luciérnagas
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En la distancia que separa El soñar de la vigilia. Los días que vivifiqué mi alma En el generoso manantial de tu esperma.
LXVIII Cansada de crear, de soñar, de crear busqué Refugio en la sombra protectora De tu espalda. En la corta y violenta luna de miel Estallaron los huesos atrofiados Como débil cristal. ¡Oh el amante lascivo que perfuma La arcana soledad de mis genitales! Un poco más allá de la última alborada Crecerá un fruto blanco Como un trofeo de guerra Que ofreceremos al Dios del amor. Te amo. Desde el día obtuso de la partida Sólo puedo esperar. Y crear, soñar, crear…
LXIX Me buscabas en la oscuridad. Afuera el silencio caía en racimo De estrellas, En ladridos lejanos Devueltos a la luna.
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Me imaginé al mar humedeciendo la arena En la bahía. Tus manos encontraron refugio En la tibieza de mi piel Y qué inerme la voluntad De la protesta, Cuando el orgasmo sacudía el polvo De mis entrañas. Hoy guardo el recuerdo... Y la esperanza de otro desliz.
LXX Miro la lluvia que cae en el silencio De la calle desierta. Me carcome el recuerdo de su ternura Desandando los caminos del sueño Para nacer En la tierra fértil donde el amor germina. Sigo amando al hombre de mis sueños. El cielo oscuro declara el hueco De la soledad Donde la distancia crece Como la silueta de un gigante en el desierto. Y todavía descubro ¡tanta sed sobreviviente!
LXXI En mi vientre se ha quebrado un cristal.
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Te escucho crecer en la violenta Invasión de la risa Que cayó sobre tu pecho. De a poco voy despertando Del largo viaje por los dominios deliciosos De nuestro sueño de amor. Ya no estoy aquí (En este lugar de siempre), Estoy suspensa del hilo sutil Que une mi lugar a tu lugar Del otro lado de las montañas Del otro lado de la vida. Y envuelta en el dolor del parto Interminable Espero el instante supremo De tu nacimiento.
LXXII ¡Qué poco tengo de mí y cuánto de ti! Desde el último beso He dejado de respirar. Se cubrió mi cuerpo de flores hasta la asfixia. El calor de tu sombra Repuja las aristas del sueño Donde veo la desnudez de mi pecho En tiernísima entrega. Un soplo de luces afiebradas
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Brotando de tu boca Y un monstruo delicioso Despertando en tus manos. Y así... quedó muy poco de mí (Y tanto tuyo) Desde el día exacto que terminó el verano.
LXXIII Qué enfermedad esta de despertar y sentir Que sigo amando Un poco más. (cada segundo). Soportar la pesada carga de la espera Que no termina Y el instinto, un dique de compuertas abiertas Anegándome el cuerpo. Al llegar al paraíso la muerte Al llegar al infierno la vida. Tu vos soñada me despierta, Corren las lágrimas por mi lengua, En la carnívora sombra de la noche Resuena tu nombre Y cruje mi piel reseca porque hace tiempo que ayuna. Un recuerdo de tus besos Aún no ha sido silenciado.
LXXIV Una sombra funesta pasó por mi mente Como ráfaga ciega
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Que arrasa la luna de fuego crecida en mi cuerpo. Tuve que enterrar los miedos (Garfios que desgarran la piel del alma) Para revivir tu rostro inmaculado En las fronteras de mi memoria. En estos días Presumo lo que no volverá Porque la lluvia del tiempo Va erosionando los recuerdos de barro. Pero hay señales luminosas Que indican La impasible eternidad del sueño. Olvidar... Tu alma crece y crece a cada instante Devorando la fría desnudez de la mía.
LXXV ¿Llegarás antes del final del otoño? Las hojas que se quiebran Desmesuran las luces del silencio Que me predestinan. ¿Recordarás todavía el brillo de esas estrellas? El olor de mi piel La agonía morosa del alma Buscando alivio en la cuenca de tus ojos? En la penumbra violenta del despertar Escucho crecer el sonido de los besos
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Floreciendo en un abrazo ardiente Por donde nació el sol. Cierro los párpados del miedo Para no olvidarte. ¿ALGUIEN NUESTRO CAMINARÁ EL MUNDO?
LXXVI Íbamos por la vida, Buscándonos el encuentro perfecto. Y aún no ha sido silenciado El eco del grito de llamada . Mañana será la victoria Arrebatando la sangre de las venas, El obtuso desierto Albergando la esperanza. Mañana quedará cercenada la angustia, Y por la boca del sueño Entrará la miel rica En donde se empalaga la distancia. Hoy terminó la búsqueda. Desde ahora, tendré una tranquila Lectura de los días.
LXXVII Te esperaré como las aves Esperan la primavera Para dar sus mejores trinos. Como el marinero
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Que busca el buen puerto donde morar. Así de tan extraño. Simple. Eres mi todo. Existente. Voy caminando por el borde del sol Gestando la luz de tu presencia eterna Envuelta en la nube donde me acunas Con el sonido del mar. Te amo. Te amo. Te amo.
LXXVIII No vuelvas allí donde la vida Nos encontró juntos. Escala la montaña Por donde el borde plano de la tierra Muere en el espacio. Aquí te espero. Retiene el silencio en tus manos Y ámame. Mantengo tu ternura en mi mirada El olor de tu piel en mis manos El sabor de tu lengua en mi boca El calor de tu vientre en mi cintura. Caminaré un poco más allá de la cima Para encontrarte. Busco el abrazo soñado Que fuimos gestando en la soledad.
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Detiénete en mi piel Y descansa... Por el filo de la muerte Ha subido el sol.
LXXIX Eres un abrazo de sol y de lluvia Donde reposa mi alma Varada en el sueño. Aquietas mis aguas revueltas Con un perfume de nostalgias Que arrasa la pureza del bosque Donde tu nombre crece. Tus ojos me invaden, Tu placer muriendo en mi fuego. Te dejo nacer Cada día desde el cauce de mi sangre Y así destruyo Esa delicada idea de la muerte. Llegarás desde la distancia Un día... Un minuto... Y será un sol Que se apagará en tus manos.
LXXX ¿Qué calor me llevó hasta su sangre?
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Una sensual distracción Trazó el óvalo de su rostro En la página olvidada de la memoria Y nació la tibieza de su piel En el paisaje solitario de mi cuerpo. ¿Qué calor me entregó a su deseo? Un poco más lejos del misterio Vive la ternura Del amor que asciende al infinito Para consumirse en vida. No me expulses de la muerte Que quiero amarte Ya (Aunque estás lejos) Una y otra vez Hasta que la sed desamparada Se ahogue en el espacio del amor.
LXXXI ¿A dónde va nuestra vida En tanto esperamos el abrazo de amor eterno? La impasible eternidad del sueño Descansa debajo de la nada. Rememoro las palmeras, El vuelo de los piqueros Que veíamos retornar a sus nidos En el momento sublime de la muerte del sol. Nuestro amor converge en el silencio Que alberga la esperanza De estar juntos.
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Por mis ojos pasa la forma de tu espalda La tibieza de tus manos El gusto de tu boca La suavidad de tus hombros... Y me veo reír en la generosa sombra de tus brazos. Cuento las semanas... Cuando llegue el invierno Será el tiempo de pensar la vida Para los dos.
LXXXII Pasan los días... Y llegará el instante del abrazo perenne Que marcará el inicio De nuestro definitivo nacimiento. Te vivo a toda hora Como un todo indestructible Que crece en el silencio de la esperanza Y abriéndose paso entre las sombras puras De mi selva azul Va sembrando dulzura y deseo. Tu risa tiene el gesto luminoso Del sol cuando se acaricia con el mar ¿Recuerdas el brillo de mi mirada Fundiéndose en la tuya? ¿Recuerdas la tibieza de mi pecho Acogiendo la espiga de tu rostro? ¿Recuerdas el llanto, El miedo
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El perfume voluptuoso penetrando en la penumbra? Desde entonces... Soy un feto Esperando el momento de nacer.
LXXXIII Tu mirada Yace en infinitudes blancas Donde la sed me devora. Mañana será nuestro tiempo De continuar esta historia de amor Lejos de la angustia De la distancia Del miedo De las fronteras... Libertos de nacer y morir En soledad. Mañana... Un dios de cielo Unirá nuestros mundos Y será la voluntad de ser De a dos, otra cosa.
LXXXIV Rememoro el color del mar Cuando caminábamos tomados de la mano. Rememoro el sonido del viento Cuando me amabas.
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El andar alegre de los chorlos La calidez del sol sobre nuestra piel El llanto La promesa El sabor de los besos El gesto luminoso de la risa. En la iniciación del amor Bebimos la sangre verde de las flores. Rememoro la redondez de la luna Cuando descansábamos abrazados en el parque. Rememoro la dulzura del silencio Cuando me besabas. El vuelo ágil de las gaviotas El color del sol cuando moría en el mar El placer La esperanza El deleitoso perfume de los cuerpos. Nos queda el recuerdo... Hasta el día del desquite definitivo.
LXXXV Caminaremos por la cornisa de la vida Con una estrella en el alma Y una visión de cuerpos húmedos Amarrados por la luz de la pasión. Guardaré en secreto tu mirada Reconstruiré tu voz en mi memoria Soñaré los rincones de tu cuerpo
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Y quedaré observando el árbol desnudo. Quieta Vigilante Suspensa ante el sueño atesorado.
LXXXVI Desandaremos el camino del sueño Para llegar a la meta ansiada De la unión perpetua. Permitiré que reposes En la pradera fértil de mi alma Y un sol ascenderá lentamente Por las líneas de tus labios Cuando te quedes en mi interior. Pronto será el silencio Muriendo en un abrazo sin final.
LXXXVII Moriré en el oasis de tus ojos Porque con mi sueño en un lugar Te espero. Falta poco... Pronto en mis manos florecerá tu piel Y seremos dos náufragos Iniciando el camino del amor. Dibujo tu boca en la memoria Y tu sonrisa desborda El límite de mi paciencia.
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Veo la inmensidad amarilla De aquel desierto El azul profundo del mar Cada metro del espacio Donde anduvimos aprendiendo a convivir. Pronto... Cobijarás mi mano en la tuya Y comenzaremos a caminar. Una bandada de pájaros felices Cubrirán el cielo rumbo al sol.
LXXXVIII Quedo en la tarde Mirando el cielo pálido del otoño Guardo tu mirada Yacente en todos los espacios De mi memoria, Quedo en la tarde. A tu lado. ¿En qué estarás pensando Allí donde esperas el momento De partir para encontrarme? Quedo en la tarde. El silencio amplifica El sonido de los besos que evoco. Te espero… Entre el viento y las sombras.
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LXXXIX Dejo pasar las horas... Las horas que me separan de ti. Sin olor, sin sabor, Sin un sonido Que me recuerde la dulzura de tu acento. Tengo el alma dormida Debajo de la nada Sangre y cielo Absorta en el calor de tu vientre. ¿Te llega mi mensaje de luna? Cada instante, La razón de vivir mi vida. Dejo pasar las horas... Hasta que llegue el tiempo De atesorar el sol.
XC Hace tiempo que te amo. Hoy he llorado en la mutación del dolor Porque tengo tu alma en mi alma Y tus ojos en el silencio Que adorna esta espera. Día a día alimento la esperanza De llegar al hogar Donde seremos dos niños cansados Estrechándonos en un abrazo eterno. Algún dios estrangulará
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El tiempo sobreviviente Que perfuma la ausencia Dejando el deseo mutilado. Hace siglos que te amo.
XCI Vuelvo a amarte. Con la castidad de un copo de nieve Que reposa sobre una hoja de lenga. Es la calidez de tus manos En mi memoria, Tu aroma y mi vacío Tu dulce imagen Triplicada en el recuerdo. Era el sol Era el viento... Un letargo de pasiones Despertando sobre la pequeña almohada. Te entregué mi alma Me quedé con tus miedos Y esa promesa que alienta mi vida. ¿Y vendrás tú? Todo el tiempo será mucho Para esperarte.
XCII Te extraño. No quiero morir en la angustia del silencio En la calma inquietante
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El cuerpo solo La soledad sin alborada. Mañana será todo luz y pureza Después de esta muerte obligada Que estrangula el sol. Mañana habrá un dios en el abrazo.
XCIII Nadie podrá quitarme este sueño. Tú apuntalas el techo del paraíso Tú redimes mi vieja angustia Me enseñas a pensar otros caminos y a quitarme los musgos de la sangre. Me envuelves en tu alma buena Y perfumas la piel desolada Con tus caricias. No me busques la mirada Hace siglos que mora En el suave interior de tu alma.
XCIV Estoy pensando en tu amor, Sola de otros Sola de nada. (Pero amando). Estarás soñándome En el silencio de tu alma Donde encontró cobijo mi soledad.
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Búscame la poesía Entre las flores que florecen en el campo De mi cuerpo. Mañana... Cuando llegues definitivo Desde donde alguna vez nació tu estrella.
XCV Qué fértil la región del mito Donde creció mi sueño. Para buscarte, una vida Para amarte, un sendero Para cobijarte, un mundo... Te llamé por tu nombre Antes de que las llamas consumieran La fértil región del mito Donde creció mi sueño de amor. Y naciste... Como un milagro derrotando a la muerte.
XCVI Róbame la sangre que hierve Cuando te nombro. Fecúndame el silencio de mis entrañas Con el germen de la vida. (Ahuyenta a la muerte que amenaza Tragarse el sol). Eres la masturbación de la luna
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Cuando se refleja en el mar Y un duende que recorre El cielo virgen de mi cuerpo. Un poco más. Un poco más. Hasta que florezca un jardín entre mis manos.
XCVII Te busco en la penumbra de la noche. Estabas en mí cuando moría el verano, Allí donde me amaste Allí donde te amé. Mar. Palmeras. Viento. Luna. Soledad. Evoco la fascinante claridad del desierto. Tenías mis manos entre tus piernas Apretabas mis labios con tu boca Atesorabas mis ojos en tu mirada Recogías mis lágrimas en tu pecho... Y yo sentía desvirgar el miedo en cada abrazo. Pronto... tendremos una vida para los dos.
XCVIII Y de pronto, en lo oscuro, El destello de tu cuerpo En la íntima amenaza del amor. Escucho mover el aire Y me entierro en el silencio Mientras aguzo los dedos que te buscan.
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Soy un todo de luces encendidas Sobre el lecho. Un poco más allá de la ventana Susurra el mar. Cierro los ojos y parto del mundo A las regiones del sueño que te engendró.
XCIX Y entonces... El destino nos unió. La fiebre sube como la marea A la par del sueño Que resucita en nuestras manos. Para salvarnos se abrió el cielo En un derrame de luces Donde persiste, intacto, el olor del durazno. Y entonces... Nuestra agonía terminó en vida.
C Necesitamos vivir. ¿Quién determina los colores del silencio? ¿Quién engendra Quién decapita? Atesoramos las señales del amor Y nos buscamos en la nada del mundo Sin saber Que la vida puede estar muy cerca de la muerte.
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Necesitamos vivir. Por eso... Nuestro encuentro suena a milagro.
CI El otoño va afilando su espada Al invierno. Pronto cumpliremos dos meses De prepararnos el encuentro definitivo. Miro el día ciego de luces Siento el aire saturado de frío Y descubro mi esperanza, Agazapada, esperando el momento de saltar Para nacer a la vida. En mi sangre corre la sangre Que alimenta tu ser. En mi piel duerme la violenta caricia De los besos prohibidos. En mi alma descansa el pájaro Que ha escapado de tu corazón. ¿Cómo olvidar el paraíso donde fuimos Arena, viento, sol y manantial?
CII Mi deseo es un monstruo estelar Que amenaza devorarse la distancia, Un sol inmenso subiendo desde el horizonte Para abarcar todo el cielo. Mi deseo es tu voz Estrechándome el silencio,
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La suave ternura de tus ojos Enamorándome el alma. Una búsqueda incesante Que culminará en tus brazos, Una dulce agonía que preludia Terminar en vida, El fuego de un cuerpo Acostumbrado a la loca imprudencia de tus manos. Mi deseo es la luz que nos separa Los días que faltan para tu arribo, Un pétalo blanco Perfumado por la esencia de tu sangre. Mi deseo es la inquieta desnudez de la soledad Que agiganta el recuerdo de tu imagen, El mar invadiendo La desierta vastedad de una playa. Mi deseo... Un enfermo que nunca terminará de morir.
CIII No puedo dejar de pensarte. Creaste un mundo en mis silencios, Un dios de luna en mi dolor. Eres un todo impetuoso Abarcando el inmenso rostro del sueño, La pasión Brotando desde las inexploradas selvas del alma. Tu nombre es un estruendo agreste Que se expande en mi interior
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Y excita la suave lectura de mis días. Siento correr tu sangre en mi universo. Guardo la tibieza de tus manos En todos los espacios de mi piel. La llama de tu aliento Quema todavía mi boca. No puedo dejar de pensarte. Desde el mismo momento que me recogiste De las garras de la muerte.
CIV He despertado para encontrar tus ojos, Para aprender a soñar tu sueño. El infinito es poco para amarte Y si la muerte es vida te amaré en secreto. Siento mi mano apretada entre tus manos, Pelícanos o piqueros Agitando sus alas sobre mi pecho. En el amor seguramente Que agita las aguas frías del otoño Seduciéndome la sangre. Falta poco... Para despertar entre tus brazos Muchas veces más.
CV Estaba el viento paseándose por la bahía El sol muriendo en el cielo amarillo Las aves regresando a sus nidos lejanos
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Y mi rostro entre sus manos: Dos palomas arrullándome. Reconstruyo el paisaje en la memoria Y el sueño invade el recuerdo. Respiro con el aire que llega a sus pulmones, El amante que me pertenece, Como lo más cercano Inmortal. Toda tristeza resulta poca Cuando el amor es tan grande.
CVI Hasta que un día… Tu voz respondió a mi llanto Y me amaste. Buscando el alimento Di con tu alma Y desde entonces La pasión del amor seduce mi silencio Con la tibieza mordiente de un destello. Te amo. Te amo. Te amo. ¿Podrá existir algo más bello Que compartir el mismo amor?
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(Después del después) 30-6-90; 14-8-90; cualquier día) CVII Estaba el sol saciando su sed en el mar Y el silencio del invierno Derrotando la felicidad De tener tu luz. Vagamos… amordazados Por el deseo de compartir la vida En una vida sin final. Tú: El venaje de mi libertad, La lumbre restauradora Que alimenta el resurgir de la luna. No importa el silencio No importa la ausencia Ni la distancia… No importa el llanto, La melancolía, El dulce trabajo De acomodar mi alma a tu alma. Importa el camino que juntos Vamos caminando Desde el momento inolvidable Que dijimos: "te amo".
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CVIII Esperé tanto tiempo Que olvido lo que esperaba. Su voz me despierta Del santuario donde penetro Para hacer un resumen de la paz Lo miro en mi recuerdo. Ahora me pertenece, Ya no lo busco, Porque llegó definitivo Para quedarse en mi sangre Para dormirse en mi alma Para responder a mi sueño... Te amo… Por si te hace falta Te lo digo una vez más.
CIX Teníamos el silencio en nuestras manos Toda la eternidad de la noche Para amarnos La paz La música El cielo El verde La frescura del amanecer… Y una lágrima en los ojos Y un suspiro entre los labios.
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Aprendimos a amarnos A despertar juntos A mirarnos y reír, Y ahora... Dependo de la suave tibieza de tu piel De la dulce fragancia de tu pelo De la profunda pureza de tu alma. Eres tú la parte que le faltaba A mi todo. Eres tú, Un sol inmenso devorándose el horizonte De verdes Que alguna vez, mi locura, construyó.
CX Solos… También podemos amarnos. Por el ojo de la sed Se desliza una mariposa De alas rutilantes Que nos dibuja de luz el corazón. Miro tu rostro En un hueco de mi mente Y descubro que te amo Que soy tuya Que eres vida Agua Viento Árbol Sol.
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Un poco más todavía, Hasta que nuestro sueño se rinda Al supremo poder del amor.
CXI Cantan los grillos en la noche de tormenta. Te busco a mi costado Y me responde el eco de tu cuerpo En la silente pureza del pueblo Que es mío (Y también tuyo) Espero el instante de escuchar tu voz Reproducida en mis recuerdos. Mi mundo recobró la vida Porque vivo pensando en ti. Apunto otra noche Sin el calor de tus manos en mi pecho. Buscándome en los sombras Porque estoy contigo.
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HASTA QUE AMARTE FUE POSIBLE 31-12-90 Ladroneando la ternura De tu alma Llegué al final del año (Nuestro año resolutorio) Amándote (Dejándome amar). Y no me resigno a perderme en el silencio. Buscando un sol entre mis sueños Nauseabundos Las ansias de crecer Diseñaron el sol De las formas de tu cuerpo Donde un día azul Decidí refugiarme para morir. En la resaca del dolor Paladeo la dulce felicidad De tenerte conmigo Yo: Asesina del agónico placer de la soledad. Me reconoces? Soy un poco de tu voz Resonando en el agravante fugitivo De mi paz. Hasta que amarte fue posible Nací y morí tantas veces
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Que me cuesta afrontar La súbita terminación de mi sueño. Hasta que amarte fue posible Desmalecé una selva de mi cuerpo Y desinfecté los huecos de mi alma. Me conoces? Soy el acomodo de tu mirada Desde donde iniciar el camino Para arribar al amor; Un beso interminable Que nace en tu boca Y crece en el camino a mi pasión. Hasta que amarte fue posible Y el sueño que soñamos juntos Nos superó en la realidad De nuestra irreparable historia de amor.
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EL LÍMITE DE LOS MIEDOS
(HISTORIA DE AMOR EN VERSOS)
Parte II
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INTRODUCCIÓN LA BENDICIÓN DEL AMOR "Esto va para la mujer más linda, que me ha cautivado. Y a la que espero tener en mis brazos cuanto antes. Te amo" 02-01-90 -Tendrás al hombre Que se anime a enseñarte A soñar nuevos sueños Y compartirlos¡Oh dulces palabras De la miel de tus labios! Ya no más La repulsiva tristeza Que corrompe mi alma, Ya no mas El réquiem para mi muerte. Para tu voz Será mi silencio Para tu luz Serán mis sombras Para tu pasión Será mi sensualismo Para tu esperanza Serán mis sueños Para tu corazón Será mi poesía Para tus manos Será mi pureza Para tus ojos
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SerĂĄ mi sonrisa Para tu germen SerĂĄ mi abono. Juntos... Caminaremos Hacia los destellos milagrosos De la Ăntima claridad.
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LA PRIMAVERA VUELVE (Septiembre 1991)
I Duermes. Te miro en silencio Esperando otros advenimientos. La luz es una ausencia Que se traga los gestos de tu boca. Hace tiempo que quitaste Las enredaderas de mi cuerpo Navegando en su luna silente. Hace tiempo... En los poros sudorosos del éxtasis Murió el secreto. Y Llegas a mí Cuando recuerdas Que sigo esperando La deseada oquedad de tu boca.
II No te duermas en el espacio De mi silencio. Están mis manos para dialogar Mis ojos para acariciar Desovando en la sangre Que se expande Hasta romper las paredes del misterio.
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La primavera vuelve. Déjame inhalar su perfume En la ardorosa emanación de tu piel, Abriendo la memoria a los días primeros De la sed insaciable.
III Me dirás el secreto de tu miedo? En el sueño te amaba Por eso maldije la violencia del despertar. Siento el calor de tu cuerpo Respirando a mi costado La tibia fruta de tu mano Recorriendo mi piel. Cada instante de la noche Te llamé por tu nombre Y no escuchaste. Y quedo en el final de la noche Mirando la sombra blanca del techo Quieta Abierta al silencio infinito. La tibia fruta de tu mano No pudo reconocer La existencia lacerada de mi cuerpo.
IV Quisiera salir a devorar la vida
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Devorándote. No estrangules la ternura de tu alma Con el silencio No enceguezcas la pasión Que me enamora. Calla y ámame, Tantas veces como el sol Asoma en el horizonte de la tierra. Busca un rincón donde esconder Las lágrimas iterativas de la muerte Y afírmate en el viento Para volver al bosque de mi sangre Donde brota la música sensual Que nos enamora. Perfuma mi cuerpo Con la fresa silvestre Que veo nacer desde tu alma.
V No importa. Seguiremos caminando Juntos. Habrá un segundo nacimiento, En el espacio de nuestro amor, Sin el ahogo de sufrir Desgajando nuestra promesa de ser felices. Apresúrate y no te rindas, No destruyas la bella imagen De los sueños que soñamos
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Escalando hasta la cima de los Andes Para atrapar nuestro sol. Hemos descendido juntos Después de probar el color de la ausencia. Ahora sólo falta ponerse a caminar Hacia la luz Que Ilumina la última claridad.
VI Qué poco sabía de ti. Alguien me fue cambiando de lugar las cosas Y en mi cabeza Hay un vidrio quebrado Por donde entra la luz perdida. Busqué tu rostro en la nada Dibujé tu alma en lo blanco Y modelé el timbre de tu voz. Desde entonces... No estoy más aquí, En mi lugar de siempre Donde fui una apacible siembra Una necesaria soledad. Estoy atrapada en el sueño Que te creó, Viviendo entre tanta claridad Que el fuego no se ve. No puedo desimaginarte Porque creces a mi lado Asfixiando cada instante de soledad
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Con la voz del amor. Desde entonces... Eres mi sueño y mi realidad.
VII Sólo tú te has inclinado para mirarme Para beberme la boca Y saciarte en el desierto de mi piel. Sólo tú has descubierto las cenizas Que quedaron de mis muertes Y me has robado el color Del misterio El sabor de la miel Que emana de mi colmena. En estos días Vuelvo a vaciar el cansancio En la luna generosa que camina Por la cornisa de tus piernas. Recojo en mi cuello El aliento caliente de tu boca Y sueño que tus brazos Rodean mi cintura Para agotarse en la jungla del sueño Que recubre el velo de mi esencia. Sólo tú en mis ojos abiertos En mis manos frías En mis noches de amor. Sólo tú... El milagroso regalo de la vida
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En medio de la muerte.
VIII No digas nada ahora Deja que el silencio En una pausa impetuosa Amarre nuestra nostalgia De crear al amor. Afuera silba el viento del Pacífico ¿Recuerdas las palmeras Torciéndose tras las ventana? Los pájaros fugitivos Cruzando la luna Y cayendo en el mar? Ahora no digas nada Volvamos a los días nuestros, Que la dulce memoria de haber sido Nos refresque el deseo De dos cuerpos húmedos Amarrados de luz y de pasión. Ahora... No digas nada.
IX Un año de vida. Un año de muerte. Un sueno cumplido.
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Varios sueños ausentes Ya tienes mi silencio. Ya tengo tu secreto. Llegamos a la cima de la montaña prometida. Descendimos al abismo blanco de todos los días. Tus ojos son mis ojos. Mis manos son tus manos. Lo sangre verde de las flores Corre por tus venas. La lava ardiente de tu sangre Fue quemando mis selvas. Ven... Llevemos nuestro amor Ahí Donde terminan las ciudades Y crecen los árboles muertos.
X Si partes Voy a esperarte siempre Si mueres Voy morir para amarte Eres el viento que empuja Las nubes ancladas de mi tiempo Y el sol regresando del olvido Dueño del pájaro y las frutas.
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Juntos Detenemos las horas Compartiéndonos Y no somos nada más que dos Viviendo Muriendo En la violenta enfermedad de soñar Y de sentir Tuvimos un sueño Y fue un milagro despertar juntos Aquel amanecer y luego vino otro. Y otro. Y otro. Y otro. Fuimos predestinados Al extraño eclipse de pertenecernos.
XI La luz pequeña del velador En la soledad del cuarto Donde vaga una sospecha de tu perfume. Al frente mis plantas Mutándose en los ojos del recuerdo. Recordar Como el tiempo del amor Nos ha robado todas los frutos. Aquí (En el pequeño espació del lecho) Me hundí cien noches en tus brazos Compartimos la música y el silencio Peleas
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Y reencuentros. Eres luz. Te espero.
XII Cuando no estás llueve (Siempre llueve) Escapo para purificar el aire Que nos une. Escapo para purificar el aire... Luego te busco Descamándome en el nido de tu cuerpo Que cobija mi luna silvestre. Enséñame a soñar los nuevos sueños Prometidos Y nunca más abriré las alas Para alejarme.
XIII A cualquier hora Alguna noche Hemos visto el nacimiento del sol. Tengo la impaciencia De agotarme todas las noches Esperando la sombra voladora De tus embates. Y despierto abrazada
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Al silencio... Viviendo con amor.
XIV Y sigo quieta en el mismo lugar. Aunque me fui Para conocer nuevas caricias Sigo sentada en el mismo espacio Donde me olvidé del amor. Algún día sabrás Qué pienso Cuando lloro. Pájaro libre Me imagino las altas ramas De los agrestes árboles.
XV Cuando la tarde se hace lágrima, Puedes lograr Que este pájaro de alas mojadas Vuele muy alto. Una voz Sabia, placentera Inunda los colores amados En las montañas de mi imaginación. Olvidé el descanso de los que no aman.
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Mi memoria vuelve a algún tiempo Sin besos, sin pasión... Un tiempo disfrutado Y que juré No será jamás.
XVI No quiero el día Con su oscuridad de ventanas cerradas. Quiero la noche Con su luz de estrellas brillantes. Suave, obediente Aquí me encuentras! Si tengo un encanto Que dure tanto como mi vida Para entregártelo una y otra vez. A ti... Que llegaste para colmarme de amor.
XVII Ahora veo pasar la vida. Esquiva, callada Aunque mi cuerpo late sobreviviente. Ya llegué a la cima del sueño supremo Y te amé: estrella; pájaro, flor, A veces mujer... Mujer majestuosa en su tierra Desamparada de caricias
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Instalada en el silencio Que da vida. Ahora veo pasar la vida. Descanso de mi destino De tejedora de sueños. Qué vuelva a tener sueños? Préstame tus alas Y tendré quince días más en mi futuro.
XVIII No quiero escribir nada Tampoco pensar. Necesito el tiempo del no hacer. Deseo seguir el cálido cauce Que me lleve al momento de amarte Y en tus brazos Descansar de este agotamiento de siglos. Yo: Caminante de las altas cumbres Quiero quedarme en el silencio Fundida a tu cuerpo Aislada en tu alma.
XIX Imaginemos un poema común. Soñando hice un universo
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Soñando construí tu amor. ¡Estaba viva! Mantiene el fuego De este amor lleno de respuestas Y dame tiempo Para resucitar después de la gran batalla. Que toda mi suavidad Mis besos, mis sonrisas Muy pronto serán todo lo que poseas.
XX Si el desierto nos invade No me asombraré si despierto Sin saber mover las manos. E1 desierto nos rescatará Y en el encuentro verdadero Seguro floreceremos Si el color sigue vivo. En esta ciudad salvaje De nieblas y lloviznas Sin sonidos Sin amor Continuaremos soñando la armonía de nuestro intangible lugar. ¿Podremos rescatar nuestros posibles futuros?
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XXI Temprano te busco Siempre te busco. Estos días míos De apacible siembra Estoy vacía Sin el poderoso diluvio de tu presencia. Quiero volver o navegar Por el ancho río de tus venas Hasta desembocaren lo Infinito De tus cordilleras azules. Siempre vivirá la imagen De tus ojos amándome.
XXII Amado... No hay estrellas luminosas Si no existen tus pasos En el espacio que me rodea. Tengo las ramas impregnadas De exuberantes pesadillas Que te nombran. Un sol se quiebra en el horizonte De un cielo incorruptible Ante las miradas De millones de pájaros heridos, Y un torrente de agua dulce Inunda mis sueños. Amado... Vuelve de la noche de la ausencia,
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Sin esperar el incendio final Que terminará con mi silencio.
XXIII Resignada a los largos caminos De desamparo. Rescatando obstinadamente el pasado Hasta convertirme En un ser sin presente Pero soñando nuestro futuro. E1 próximo... Tal vez mañana, tarde en la noche y un día más de tu voz Invadiéndome. Afuera cae el sol. Cuando pueda verte También caerá dentro de mí.
XXIV Me duele la vida cuando no estás, El aire se enrarece alrededor de mi boca. Me asfixio en el silencio Que vine a buscar, hastiada de ruidos De humo, de violencia... Pero sin ti... El silencio me devora
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El tiempo se alarga La oscuridad me recuerda Todos los momentos no vividos, Y la dicha imaginada Volverá a ser cierta La noche en que tu sombra Descanse contra mi cuerpo.
XXV Tejeré nuevos sueños de ternura Con la memoria de tu primer amor. Mimaré las flores de tu frente Con el riego de mis lágrimas, Caminaré los escarpados senderos de tu piel Para perderme en la oscuridad Habitando la pureza de tu alma. No puedo enterrar los bellos recuerdos (Puntuales, vienen en sueños Que me sacuden). Debo recuperar el tiempo de tus besos El encanto de estar uno con el otro Disfrutando nuestro tiempo de amar. Perderé la memoria del hoy Para amarte en el futuro Como te amé en el pasado.
XXVI Necesito cansarme de ti Morir en tus brazos todas las noches Renovar el deseo cada mañana.
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Preciso olvidarme de la vida Sólo pensar en los recuerdos Y sensaciones De tu voz De tu cuerpo De tus ojos... Sólo cansándome de amarte Llegará el sosiego a mi corazón Reposará el sueño Y romperé los relojes. Que si no -moriré antes Muy antes.
XXVII Extraño tu mano buscándome en las sombras. Tu aliento cercano a mi nuca Tu pierna anudada a mis piernas. Quedaste un poco solo en la gran ciudad Tratando de vivir. No dejes mi libro sin leer. ¿Qué buscas? Tal vez olvidar mi costumbre de esperarte. Sigo esperándote. Desde aquí, el lugar finito y mío Donde sueño Vivo Pero muy pobre Necesito tu mano, real, concreta
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Aquí estaré.
XXVIII Soy tuya. Desde el día gris que vimos llegar la noche Desde la ventana del triste hotel. Después de los días frente al mar Manso de la bahía azul. Amado. Quiero contarte algo: Aprendí mucho de tus sonrisas, Ya no me asustan las sombras. Sólo una: La de tu ausencia.
XXIX Si te dije que veríamos El sol y la luna juntos Es verdad. E1 milagro fue encontrarte (Alguien que viera lo mismo) En el momento exacto. Sólo una vez ¿Recuerdas esposo? Cuando fuimos amantes En los días al lado del mar y el desierto.
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E1 amor nos llevará a ver El sol y la luna juntos Alguna vez más Al lado de un río Una montaña, un lago, un bosque... (Nunca más nos llevó) Porque tú sabes lo hondo de mi sentir La tristeza de mi deseo. (No... nunca lo supiste).
XXX Una borrasca de vida. Eso soy Después de la última meditación. Nunca más Las miradas agrediéndonos, El verano que se anuncia Nos trae una delicada idea de la paz. Nunca más Para mí misma El dolor del silencio El placer del silencio. Purificando el ojo de la sed Regresemos del olvido. "Sólo el que sueña puede hacer realidad sus sueños"
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SUITE A UNA HISTORIA DE AMOR (diciembre 1991) PRELUDIO Corrí bosques y prados... te buscaba. Con la esperanza en el alma febril Corrí bajo el sol, la lluvia de abril. Con las manos abiertas... te esperaba. Y no te encontré. Volvía vacía; Con la piel transparente, sin tu boca En mi hombro, descreída y loca, Con sed, con hambre, con mañanas frías. Sin embargo, nada sucede en vano Seguí buscándote cada verano Irrenunciablemente... siempre amando. Con un sueño a cuestas seguí corriendo, Cansada, de esperar, pero sabiendo Que tú también me estarías buscando.
ALLEMANDE Como un sueño, cayo tu voz en mi alma. Un rumor creciendo a la distancia Me envolvió en un torrente de fragancias Y sentí el terror de perder la calma. Llegaste desde un país indubitable Cuando el silencio me ahogaba la vida Y una oscura congoja embravecida Se ceñía a mis sueños lacerados.
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Todo está escrito. Todas las historias. A todas las esperas compensa la gloria Porque yo lo sabía: tú existías. E1 eco de tu amor remontó vuelo, Como un grito intenso atravesó el cielo, Para adueñarse uno a uno de mis días.
COURANTE Fui hacia ti en un vuelo sin escala Despojada de miedos y de penas. Tú, mientras tanto, soñabas la escena Preparándote a mimar mis alas. Quería galopar tus brazos fuertes Para calmar mi sed inacabada, Mi necesidad de amor insaciada, Ser toda la vida... toda la muerte. No podía luchar. Estaba escrito. Llegó desde lejos, como un grito Que me llevó hasta ti de extraño modo. Desde el cielo; el sol, irisó la nieve, Sentí arder el pecho como una fiebre Y quedé silente en dulce abandono.
SARABANDE Fueron largas noches de amor soñado, Con el sonar del viento en las palmeras Y el rumor del mar lamiendo la arena, Fueron dulces noches de amor sagrado.
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Tomaba mi mano con la ternura De un hombre enamorado. Y te amaba Con tanta pasión como me adorabas Limpiando todo rastro de amargura. Nos despertaba el sol de la mañana, El grito de las aves que lejanas Celebraban el sueño concretado. Lo sé. Antes de ser ya había sido: La fiebre, el grito, el sueño, el gemido. Todo está escrito. Todo está marcado.
MENUET Y unimos nuestro amor en matrimonio. Tuvimos que aprender a no temernos, A no causarnos daño, a tenernos... Porque dimos un paso sin retorno. Tuvimos que aprender a ser felices, No asombrarnos de habernos encontrado, Aceptar el desafío, callados... Vivir nuestro amor de fuerte raíces. Salimos a la luz del mediodía, Latiendo las manos -antes vacíasCon nuestro amor de todos los instantes. Salimos a las noches estrelladas Con tantas viejas penas olvidadas... Soñando el después... enterrando el antes.
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GAVOTTE Me quedé entre tus brazos, largamente: En silencio me transitó tu esencia, Horas y horas me acunó tu presencia, Sólo quería amarte... simplemente. Despertar de noche, verte dormido A mi lado. Y velando tus sueños Quedarme sumida en un dulce ensueño Donde nunca existirá el olvido. Todo está escrito. Todas las historias, A todas las esperas compensa la gloria Porque siempre te amé, no lo sabías? Ayer fue mi grito... y tu respuesta, Hoy este presente de luces nuevas, Y mañana... qué nos traerán los días?
LOURE Nada sucede en vano y todo pasa. También hubo un silencio estremecido Ardiendo entre las manos: desvalido En un vértigo de sangre que arrasa. Y está la vida: vieja compañera, La fiel soledad, la misma tristeza, El deseo inacabado de pureza Y la misma angustia de la espera. Nada cambió. Pero ha cambiado todo. Igual la cumbre. Igual el abismo, Aunque nada será del mismo modo.
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Igual llanto de amor. Igual el lodo. Fue quedar atrapados por un sismo, Que nada cambió. Pero cambió todo.
GIGUE Quiero quedarme así. Quieta y silente. Aún no puedo sentirlo pero está Como un milagro inesperado, va Formando su ser de nuestra simiente. Habrá que hacerse fuerte y desterrar Los miedos. Mírame, no digas nada, Pon tu mano en mi pecho: demorada, Que ahora volveremos a soñar. Pero está, y me duele su presencia, Tú, amor, que perduras mi existencia Debieras enseñarme a no perderme. Dentro de mí crecerá su latido Que un día, en tus brazos, se hará gemido. Dulce Fruto de amor, ahora... duerme.
CODA Ayer fue mi grito... y tu respuesta, Hoy este presente de luces nuevas, Y mañana... ¿qué nos traerán los días? Palabras de ayer, hoy es el silencio definitivo Que nos arrastra al fondo del abismo Porque apagaste la luz de ese sueño Y ya nada tiene sentido.
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Sin embargo, nada sucede en vano Y todo pasa... mi dolor de hoy Florecerá en la alegría de mi niña mañana. Todo está escrito. También esta historia Fue tu amor una desdicha. E1 mío un sueño que terminó en pesadilla. Pero hay una dulce y frágil flor entre mis brazos: Es nuestra hijita. Por ella camino el mundo Por ella pinto, por ella escribo, por ella lucho Y también por ella no te puedo olvidar. Ella es mía y ha cambiado todo. Igual está el abismo. Pero también está la cumbre Y aunque nada sea del mismo modo No puedo quedar atrapada por este sismo. Dulce fruto de amor... duerme Duerme... (02-05-97)
CONFECCIÓN Estoy cansada del silencio, De la incierta melodía que seduce. Quiero volver al verde, al azul, Y estar contigo... simplemente Sobre la hojarasca del bosque, sobre la arena... eternísimamente. Estoy cansada de llevar el gris De todos los días en mi espalda.
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Quiero volver a contemplar el cielo Desde el desierto.... infinitamente, Caminar los campos de tu mano, Escalar los cerros… calladamente. Estoy cansada de morir amando, Necesito, vivir para ser presencia. Debo volver a la soledad del alma Queriéndote siempre... eternamente Y dejar que tus ojos desnuden Mis secretos... dulcemente.
CONFECCIÓN II Dos palabras bastan: te quiero. En mi ser late la vida de tu vida Que es también mía. Hoy es el silencio, La inquietud, la espera... Mañana será la risa, el llanto, La mirada inigualable del hijo. Está en mí creciendo lentamente Como un fruto indefenso, nacido De las manos que se amaron Cruzando el límite tirano de las horas. Es largo enumerar El exacto recuerdo del pasado. Algo de ti me atrapa, Algo de mi muere en el dolor Y en la alegría De verme deshojada. Quiero que viva: te quiero.
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Es la nueva voz que retorna Para susurrarle a tu alma Que ya no morirás. La vida es breve: ¡Cómo decirte que soy feliz Aunque ahora me pese la hermosa carga?
CONFECCIÓN III Quiero que todos sepan que te quiero. Soy un grito inmenso Que clama por tu cobijo, Un rostro que se mira en tu rostro, Un alarido silente Que tú escuchas. Un pájaro asustado Que vuela sin rumbo Cuando estás "lejos Y no siento el calor De tu respirar en mis sienes. Dejas tu huella, amor, Sobre mi cuerpo. Sobre mi alma, dejas tu tiempo. Tengo sueño. Estoy como escondida En las horas de la espera y el encuentro, Detenida al borde de la cumbre Sin saberlo. A mis pies, un rumor impreciso me confunde Mientras siento que la sangre duerme. Ahora, en mi ser, Hay otro latido, Hay otro misterio,
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Hay otro destino. Quiero que todos sepan que te quiero. Pronto, habrá algo nuestro Caminando el mundo; Con mucho de tu aplomo Y poco, casi nada, de mi fuego.
(DESPUÉS DE LAS TINIEBLAS) I He retornado a mi refugio De soledad. Gozo en la visión De la calle mojada Por la lluvia del verano Y rememoro aquellos tiempos sin amor. Qué soy después de tanto amor? Una compulsión a devorar la muerte Una regresión al silencio Una tristeza deviniendo a su pasado.
II En mi cuerpo murió un hijo Que nunca existió. Lo grave. Que no podré volver a intentarlo. Lo peor. Que tú nunca lo comprenderás.
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III E1 tiempo es lento. Aquí siempre el tiempo es lento Y cuando llueve... Llueve silenciando un paisaje De dulces purezas. Y tú, compañero mío, Vagas en el caos de un mundo De ruidos y cemento. Me esperas? Aún necesitas de mi tibieza? Ven... Te espero en medio de todos los silencios Para continuar amándote, Para construir nuevos sueños De los sueños que no pudieron ser.
IV Quería decirte que te amo ¡Feliz día mi amor! No pude, no pude, no pude. Por qué el miedo me corroe la razón? No dejes que muera Alimenta día a día mi ilusión Que siempre será propicio el momento Para salvar nuestro amor De las garras del olvido. Mañana nos veremos de nuevo
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Y volveremos a luchar (juntos) Por la vida de los dos.
V En mi vientre aleteó La esperanza de un hijo. Así completaría mi deber con la vida: Un árbol (Varios árboles) Un libro (Varios libros) un hijo (Uno es suficiente). Varios días soñamos que existía, Pero murió antes de crecer Y sufrí en mi silencio La agonía de tu acusación. Dame tiempo paro retornar de la muerte Cobíjame y cuídame Que antes de partir Cumpliré. (Y cumplí) Ahí corretea La hija que hoy sufre junto a mí La desdicha de tu locura Si te vas, no retornes nunca más. Si te quedas, cumple la promesa de hacernos feliz.
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EL LÍMITE DE LOS MIEDOS (1992 a 1995) TE EXTRAÑO Te extraño... Aunque beba del silencio Y añore la libertad. Mi libertad ya no es libertad Si me faltan tus alas fuertes Que me mantienen en rumbo. Mi silencio ya no es silencio Si me falta el timbre de tu voz Vibrando en el aire que respiro. Te extraño... Cada instante de la noche Que duermo soñando tu cuerpo junto al mío; Todas las horas del día Que voy por el mundo buscando tu mirada. Te extraño... Como nunca extrañé nada en la vida; Cuando hablo Cuando espero Cuando camino Cuando creo... En cada instante imagino tus manos En mis manos, Tus labios en mis labios, Mi cuerpo entre tus brazos Como siempre desde que soñé existías.
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Te extraño... Aunque sólo faltes de mi lado unas horas, Aunque no quiera verte; Cuando me mimas Cuando me peleas, Si ríes y se ilumina tu rostro, Si callas y guardas silencio También te extraño. Porque te siento tan mío Como los pájaros que amé varios veranos, Como el sol que alumbraba mis pasos Y la nieve que se deshizo entre mis dedos. Porque mi corazón late con el tuyo Y mi pueblo no es igual en tu ausencia; Ni el jardín, ni la cama, Ni el espacio inmenso por donde caminé Tantos años en soledad Y era feliz. Te extraño... Mi luz se vuelve sombra cuando no estás, Mi risa se vuelve llanto Y mi voz se hace silencio. Cada momento sin tu presencia Es un trozo de vida que pierdo, Es un bocado de amor que no puedo darte; Porque te quiero: Tierno y áspero Frío y apasionado Amargo y dulce, Te necesito para morir
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Te necesito para vivir... ¡Cuánto te extraño!
LO QUE DICE TU ALMA He vuelto al silencio de mi alma que te nombra Para decirte: es poca la infinitud del cielo Porque mi amor es grande cuan la luz del lucero Que vibra más aún en medio de todas las sombras. Esta mañana sentí el frío de no tenerte Que ni el sol maravilloso del verano calma, Es un silencio inmenso que me cubre y aplasta Sin poder respirar cada vez que estás ausente. Yo sé que el tiempo quiere matar nuestra ilusión Y terminar con lo sublime de nuestro amor, Pero la muerte no triunfará, hay esperanza. Una vez más espero poder mirar tus ojos Para ver en ellos la verdad que aclare todo Lo que tú también sientes, lo que dice tu alma.
NUESTROS SECRETOS Aquí Sentada en el silencio de la tarde de febrero Miro al sol que se pierde en las paredes del patio; El canto del viento llena mi alma. Tú estás allí: En el misterio de la distancia Que prepara nuevos días sin tu presencia.
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Y te sueño... Como siempre te soñé en mis brazos Cuidando tus alas Para que una y otra vez vueles a mi lado. Estoy igual que un ciprés desnudo, En medio del desierto esperando la lluvia, La misma que tuve antes Cuando me cubrías con tus gotas de sal. Volverá el diálogo a nuestras manos Cuando este cielo tan hondo Se derrame con su luz En la sombra perfecta de nuestros secretos.
MADERA OLOROSA Dos años y medio arañando la luz Y mordiendo las sombras de estar juntos. Antes... Era una vagabunda solitaria Buscando la aventura de la libertad Bajo cielos infinitos, A la sombra de los árboles Al abrigo del sol Al hechizo de la luna. (Volveré a ser una vagabunda solitaria?) Ahora... Soy una silente esperanza de amor Que sólo tiene alas Para volar hacia ti, Para esperar el pan de tu dulce cariño Que alimenta la ausencia de libertad
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Y anula la memoria de mi ayer solitario. Del amanecer y del crepúsculo Soy la pintura del cielo... Pero sólo la madera olorosa de tu piel Puede despertarme en la noche.
CUENTO LOS DÍAS... Me has amado una vez más Y luego... El vacío infinito de tu ausencia Que como venenosas serpientes Se enroscan en mis alas Inundando de silencio la felicidad En el éxtasis de amarte. Sueño la orilla del rugiente mar Donde iré tomada de tu mano Hacia el fondo de la noche Para levantar el monumento a nuestra soledad De dos. Cuento los días... Necesito compartir los minutos en este mundo Con el hombre de mis sueños: El que imaginé El que busqué El que encontré El que amé El que conseguí Y del que nunca me separaré (Aún separada).
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Bailaremos juntos (Como aquella noche) Y tú me enseñarás Que siempre hay un límite Para llegar al abismo donde se abre la luz.
HOJARASCA Pasa el viento de la tarde Acariciando la melancolía Que me invade cuando no escucho tu voz. Oigo el mar (El mar que nos unió) Resuena en mis oídos Sacudiéndome el sueño Que me envuelve en un letargo sin pausa. Quiero volver a la arena húmeda Prendida de tu mano Y aletear como gaviota del amanecer Que hiere la luz del cielo Me encierro en el mundo de mis silencios Para llorar el edén que viví antes de ti Y el edén que no viviré después de ti. Mi mundo es una luz Que baja a dialogar con nadie cuando no estás Y que sube a dialogar con todos cuando llegas. Igual que la hojarasca de la selva, Soy la más dolorosa soledad Que ya no tiene valor para buscarte... Sólo un poco de fuerzas para esperar.
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ESTAR CONTIGO Quiero estar contigo. Hoy, mi amor de siempre, quiero estar contigo. Te amo todos los días Te amo todas las noches; Igual si tu piel me corona O tu ausencia me condena. ¡Cuántas flores más esperan en mi carne La caricia bendita de tu lluvia! ¡Cuántos caminos que no has recorrido Se ocultan en mi selva! Mañana inventaré un encuentro Porque mis tardes tienen el color de tu recuerdo. Y hoy que estoy sola, Vacía como una noche sin estrellas Siento un silencio sin límites Devorando mis entrañas. Por eso, amor, Hoy, quiero estar contigo.
EL PERFUME DE TU RECUERDO Trato de dormir la siesta del pueblo Mientras el verano gime su fuego en la calle. No puedo. Me desvela tu voz desde el teléfono, El recuerdo de las persistentes lluvias a tu lado, El despertar juntos, sobre el mismo lecho,
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Los sueños que soñamos y cumplimos... Los que tenemos y esperan por nosotros. Volverán las frías noches De espeluznantes relámpagos Donde somos un solo cuerpo? Hoy, el viento duerme En los jardines del estío Y yo me hundo en el silencio de esta tarde Que tiene todo el perfume de tu recuerdo.
LOS DÍAS QUE QUEDAN Hoy caminé por el campo Bajo un cielo azul, azul, azul... Un manantial de luz cayó sobre mi sangre, Un canto de pájaros dibujados en el vuelo... Y me sentí libre como ayer. ¡Pero no quiero esta libertad! Deseo sentirme atada a la primavera de tus ojos, Ser un embrión de luna creciendo entre tus brazos. Tuve frío En medio de la paz que siempre fue mía Y hubiese corrido a la jungla de cemento Para verte Para amarte Para morir en el instante del milagro Que nos une para siempre.
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Te siento en mi alma Como los tañidos de campanas campestres. Te siento en mi sangre Con la fuerza de rayos multicolores. Melancolía de domingo sin ti, Con el pensamiento en blanco Buscándote en cada recuerdo Que me ayude a pasar los días Que quedan para que vuelva a ser tuya.
OFICIO DE VIVIR No quiero perderme en horas sin destino. Lo quiero a él Que es mi destino Ahora, Ahora que acallaron las voces de mi musa Que la música de mis días Se volvió silencio Y que el viaje inaugural En busca de la naturaleza Terminó. Hoy, Lo quiero a él con su destino Que robó el mío de soledad Apetecida. Hoy, Regreso a la soledad de mi cuarto Para soñar. Pero esta soledad oprime mis alas Me envuelve en sombras Y no hay victoria.
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Antes, Caminaba las auroras amarillas Y rosas Sin temerle al destino Amante de la soledad que purifica. Ahora, Camino los silencios de su presencia Insuficiente Debatiéndome con el misterio Que me puso en su destino de amor. Hoy, Lo quiero a él Virtuoso Imperfecto. Quiero sus brazos para proteger mis horas Que ya no puedo llevar en soledad. Quiero su enojo Que me sorprende en la cúspide De mi locura, Y la ira de su mirada Hundiéndose en las tinieblas azules. Alguna vez creí que podría ser feliz Lejos de mi mundo de luces Coleccionista de amaneceres. Pero soy imperfecta Y me queda grande el oficio de mujer. Trato de ensayar Mi antigua soledad, El misterio Que me entregó al delirio De amanecer con los pájaros.
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Pero sin vos Mi amor eterno No podría albergar los antes Que guarda mi memoria Y con vos mi amor Con vos No puedo afirmar los después Que me desafían Sin una justa alianza de tiempos. Estoy llegando a la mitad de mi vida Cuando la espalda duele De dolores ajenos Y se siente algo así como Negarse a ser feliz. El desafío de la vida Queda grande Y aún nos falta tanto Para completar nuestro destino Que preferimos quedarnos Con las felicidades pasadas Porque nos vence el miedo Del nunca más Poder disfrutarlas. Aprendí que se muere cada día Para nacer nuevamente, Sin embargo Hace tiempo que he muerto Y me desgarro en el dolor Para nacer de nuevo. Avanzo Retrocedo
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Y siento mucho miedo de la luz Que me espera afuera La luz que gocé antes de morir Creyendo que era eterna. Siguiendo la perfección Me he vuelto imperfecta Y cargo con mi locura y mi cordura Por el resto de los días por venir. Lo quiero a él Para vivir Para morir Itinerante mujer Que clavó sus raíces En el hueco protector de un corazón Que quiere retener A pesar de la noche cerrada Del deseo ausente De las diferencias que lastiman De los ojos que arañan el alma Y las voces que atrapan Toda la vastedad del horizonte. La razón no alcanza Para explicar Por que no puedo vivir Sin el dolor de vivir con él Castigándome hora tras hora Para purgar mis pecados. Me asombro Al descubrir que a pesar de todo Los helechos no sólo crecen en la selva
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Y el sol también alumbra En el medio de la noche. Su amor Es el faro guía Por el cual mi nave perdió el rumbo. Pero lo amo, Y de su mano Quizá logre llegar a la orilla exacta De lo verdadero ......................................................... Amanecer de calma Luces de vida Que me despiertan En el silencio de mi anochecer. Alguna vez fui pájaro Y canté con ellos cada amanecer Libre de toda angustia y dolor Volaba libre y sin miedos Para ver la tierra Desde las ramas Desde el viento Desde el mar Con una sed loca de beber El agua salvaje que purifica Ensayaba la soledad Y fui un misterio Que se esfumó entre las cenizas del tiempo Algo me volvía pájaro. Era el amor Hoy, algo me vuelve raíz.
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También es el amor. Itinerante mujer Que ha viajado por el silencio Aprendiéndolo todo (Menos el sufriente oficio De mujer). Tu voz fue una señal en el camino Un inequívoco PARE Un sol fosforescente Invadiendo la aparente paz Y estallé... Tu mano en mi mano Tus ojos en mis ojos La locura Y los sueños que soñamos juntos. Ya no más la odisea De soñar en soledad Y la incomparable emoción de vivirlos. Tiempo de comunión De audacia De amor que inaugura otros tiempos. La unión en la cúspide de la felicidad. La desunión en el abismo del dolor. Tiempo Tiempos... Itinerante mujer Que ha viajado por tu sangre Aprendiendo el sufriente oficio De mujer.
EL MILAGRO El hombre de mis sueños
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(Alguna vez) Vivió en mí y se hizo realidad. Lo conocí desde el blanco papel de las cartas Y pude amarlo a la distancia Sufriendo y gozando con el amor que siempre imaginé. Viajé en soledad por el cosmos de esos sueños, Volé en el espacio sideral de la esperanza Que se asemeja mucho a una aventura Para buscarlo, allí donde el destino lo ubicó. Y pude abrazarlo, y pude besarlo Y pude materializar en cuerpo y alma El suave color de mis sueños. Lo atraje en silencio hasta mi paraíso Y nos casamos Para realizar nuestros sueños compartidos. Pero la vida se encargó de retorcernos el camino Donde fuimos dejando migajas de felicidad Y los sueños -uno a uno- se extraviaron En el desierto de lo imposible. Tratamos de reconstruir nuevos sueños, Pero esos sueños navegaron en el mar del desencuentro Y cada uno soñó su propio sueño. Él, yo no es el hombre de mis sueños. Yo, ya no soy la mujer de sus sueños. El hombre de mis sueños no calla sus penas cuando sufre, No rompe el silencio de mi alma para herirme. El hombre de mis sueños no ríe de mi tristeza Ni me obliga a caminar detrás suyo. El hombre de mis sueños no olvida decir "te quiero"
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Ni me agrede con sus gestos y palabras. El hombre de mis sueños no me humilla cuando Lo busco por las mañanas, Ni se enoja si me quedo a contemplar la luna o el nacimiento del sol. El hombre de mis sueños puede aceptar mis tristezas y mis alegrías, También puede comprender mi dolor y mi angustia Pero jamás intentará una amenaza. El hombre de mis sueños es romántico frente a la naturaleza Es tierno como un animalito perdido Y apasionado como un león en celo. El hombre de mis sueños es capaz de sorprenderme cada día Es capaz de morir antes que dañarme. El hombre de mis sueños sabe caminar a mi lado Y cumple su promesa de hacerme feliz cada día. El hombre de mis sueños se deja amar Y no regaña por "mis locuras", Él calla cuando hay que callar Y rompe el silencio para decir "te quiero". Es tan dulce y tan suave que cuando lo abrazo podría quebrarse Pero es tan fuerte y valiente que nada puede doblegarlo. El hombre de mis sueños se deja amar Y jamás permitiría que muera de amor Porque su amor se enciende cada día. Tú, vuelve a ser el hombre de mis sueños Y volveré a ser la mujer de tus sueños Porque no hay castigo más infinito
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Que enamorarse de un sueño y perderlo En el mismo instante en que ese sueño se realiza. No hay dolor más profundo que vivir con el peso De un gran amor que se va muriendo, Ni angustia más grande que amar Al hombre que despierta a nuestro lado Y estar tan lejos de su destino. Vuelve a ser el hombre de mis sueños, Y si no soy la mujer de tus sueños Deja que el amor convierta el milagro de que lo sea.
AL HOMBRE QUE AMÉ Pléyades de estrellas nos unieron En el desierto sin nombre Del destino. Volé en silencio A buscar la luna Que colgaba del infinito de sus ojos Y caí muerta en el espacio Del sol de su alma. Cabalgamos los silencios Para buscarnos, Derrotamos el misterio Para encontrarnos, Porque el mundo es inmenso Cuando se espera Y tan pequeño Cuando se ama. Fuimos por la vida Tropezando estrellas, El horizonte se perdió en la nada Del cielo donde llegamos,
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Del mar donde nos entregamos. Hoy vuelvo a encontrarte En la magia recóndita de mi alma (Pequeña fugitiva del silencio Para amoldar mi espíritu a tu espacio) Y no es mi cuerpo el que vaga Por el laberíntico edén de la tierra Deseando encontrar al hombre de mis sueños. Mañana Otra vida nos encontrará unidos Como siempre (Antes y después del momento material De unir nuestros labios).
ALARIDO DE VIDA El silencio amado Me carcome el alma. Ahora... Necesito el alarido de la vida. Un corazón deshilachado por amor Navega a la deriva. A la deriva del silencio A la deriva del dolor A la deriva de la muerte Que acecha, Del abandono Que ronda; A pesar de tus ojos, A pesar de la dulce bebita Que nació de la lucha Del miedo
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De las dudas Y del cansancio. Un sueño que amo Más allá de los misterios Que destruyen la gota plena De mi vida. Tú y mi hija (Dos mundos por descubrir Por retener, Por cuidar); Ellos, los que me dieron la vida (Dos mundos descubiertos En una agonía Que me oprime el alma hasta la muerte); Y yo en el medio de todo, Sintiéndome en frágil equilibrio Sin saber dónde quedó la felicidad, Que tantas veces exprimí entre mis dedos Sin saberlo. Tan lejos de la vida, Tan cerca de la muerte, Sola... Recordando el amor Recordando el silencio (Mi aliado) Y sin saber con certeza El trágico momento En que perdí la suprema felicidad De ser libre Y de amar.
ROCÍO ANAHÍ Rocío Anahí Es la estrellita Que brilla en mi cielo interior.
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Es la gotita de miel Mojando los labios de mi alma, Un capullo abierto A la esperanza de los días que vendrán. Allá... a la distancia, Lejos del dolor que hoy me ahoga En un silencio de muerte Que desplazó a mi silencio de vida. Rocío Anahí Mi cobijo de ternura, Tengo tus latidos en mi piel Tu perfume en mi boca Y tu voz en mi corazón. Un día serás estrella En un cielo de ilusión, Serás torrente, Serás el sol que se derrama sobre el mar Y la lluvia que bendice los campos. Serás luz… Serás canción. Y yo... quizás un día... Renaceré para ti!
AL AMOR No te veo... Pero estás caminando junto a mí. Involuciona el tiempo Hasta el día en que llegó esa carta Y supe que formarías parte de mis futuras Mañanas, tardes, noches de silencio. A la distancia
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Hicimos un pacto de amor; Un amor apasionado Un amor doloroso Yuxtaponiendo dos mundos En la cúspide de un milagro Que yo convoqué. Nos hundimos en la vorágine de la vida, Nos llenamos de preguntas Y encontramos algunas respuestas. Pero tantas veces nos unimos Como tantas veces nos separamos Y al final siempre la misma conclusión: No puedo vivir sin ti Y me muero cuando estoy contigo. Tú y yo... el tiempo detenido (Mentira... el tiempo es implacable). Ahora... tú, yo y la pequeña Que ha sellado nuestro secreto De amor eterno.
ANGELITO Miro tus manitas pequeñas y suaves, Tus ojos, absorben un mundo desconocido Que aún no sabes que es muy cruel. Naciste un día lunes (Final de enero) Y yo seguí en un sueño, Sin creer Que estabas ahí (Con tu llanto) Para poblar mi silencio.
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Eres estrellita de piel suave Manitas frías Y una inquietud de aprehender Todos los misterios que te rodean Adelantándote al futuro. Te miro y sigues siendo un sueño, Pero eres fuerte (Mucho más que mi frágil alma) y sabrás luchar (En esta tierra rota) Con la energía de lo eterno. Mi pequeño angelito Hace días que no te veo, Por ese mismo destino Que te dejó en mi cuerpo. Mañana… cuando despierte, Volverás a ser un sueño
MÚSICA FANTASMAL El sonido del trueno retumba En la oscuridad Que ha envuelto a la mañana. Diluvia... También en la tristeza De mi destino de tejedora de sueños. La tierra abatida Muere bajo la lluvia. Atravieso los límites del terror Instalado en un mundo de sueños
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Rotos por una realidad inimaginada. Diluvia... Y espero la señal del viento Que barrerá las cenizas Que cubren la luz que me rodea. Busco tus ojos salvadores ...Pero no están. Busco las suaves manitas De mi niña ...Tampoco están. Tengo la garganta apretada En un grito de miedo, Porque estoy sola En el mar remoto Del pequeño pueblo Donde siempre he sido Una apacible siembra Una necesaria soledad. Desamparada En los límites mismos de la enfermedad Con la fantasmal música De esta lluvia Que hoy... no puedo amar,
SUEÑO GIGANTE ¿Qué voy hacer con mi dolor a cuestas? ¿Qué voy hacer con mi destino inesperado De tenerlo todo y no tener nada? Irremediablemente se muere Pero… ¡qué dolorosa la muerte de los sueños!
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(Porque los sueños son la vida). Y si la vida es sueño, Yo soy un sueño gigante Alimentada por el silencio Conque siempre construí mis días. Solamente han logrado sacudir La quietud de mis días En un destino implacable Que yo misma construí Al levantar murallas de silencio Que protegieran mi mundo de armonía. Y hoy,.. Mi vida es una luz perdida De vidas anteriores Porque sigo siendo como fui y seré. Pero sin el apoyo de tu presencia Seré una luz perdida para siempre. otoño de 1997
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REGRESO A LA SOLEDAD (06-02-97) Recreación del Poema de Alfonsina Storni.
OYE... Yo fui a tu lado silencio, silencio. Perfume, perfume, no supe pensar, No tenía palabras, no tenía deseos, Sólo sabía amar. Cuando el agua caía monótona y triste Busqué tu pecho para acurrucar Este peso enorme que llevo en el alma Y no sé explicar. Te pedí entonces tu lástima, amado, Para que mis ojos dejasen de llorar Silenciosamente, como el agua cae sobre el trigal. Y una noche triste, ya no me quisiste, Sequé los ojos y me fui a bogar Por los mares negros que tiene la muerte Para nunca más.
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REGRESO A LA SOLEDAD 1996-1997 LEJOS DEL AMOR ¿Qué haré todas las noches de lluvia de este verano? Deseo volver a aquel tiempo mío De noches de lluvia, soñando Los sueños que me hacían volar Siempre más arriba, al azul total. ¿Qué haré -ahoraQue tengo el alma vacía Y el corazón partido Por un sueño de amor que se desmoronó en lágrimas? Estoy sola -como ayerAntes de conocer el sabor de tu sangre, A mi lado late el corazoncito De mi pequeña hija Y su respirar se une al sonido de mis lágrimas. Ella es mía -y es tuyaEs la paz que en esta noche de lluvia calma la angustia De vivir este tiempo sin sueños, Sin luz... tan lejos del amor.
SONIDO PERDIDO Quisiera dejar de ser En esta casi medianoche de diciembre descolorido Porque siento que soy un sonido perdido
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Que nunca más escucharás.
COMO NO IRME Ya no puedes escucharme. Aunque estés respirando a mi lado por las noches. Los días se sucederán y no podrás tocarme... Y no podré tocarte. Porque seguramente me estoy muriendo En un suicidio suave de muerte lenta. Y aunque necesite quedarme: ¿Cómo no irme si ya no soy la misma?
AHOGO Sigo escuchando tu voz en el teléfono. Sólo tu voz... ya no encuentro tus ojos (Y tampoco los busco). Me ahogo cuando estás cerca mío Y sólo vuelvo a respirar cuando te alejas. Pero tú no sabes Que repaso mi vida Insomne en el silencio. Irremediablemente sola, Hasta desgarrarme de dolor en mi locura. Cada nuevo reencuentro Te siento más lejos, mucho más lejos de mi vida. ¡Qué tedioso es todo en esta noche! Soy una selva que se transformó en desierto,
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Lo sufrido me ensució Trasmuté estrellas en pantanos Música Interior en ruidos molestos Vida plena en muerte eterna. Por eso hoy... me asustan las sombras De nuestra irrepetible historia de amor.
LA CLARIDAD FINAL Llevaré a mi hijita a caminar de mi mano. Cada paso será un recuerdo de tu amor Un dolor Un deseo Una nueva Ilusión. Mi pequeña hija caminará de mi mano un día más Hasta que pueda hacerlo sola Y entonces le regalaré las alas Que alguna vez me ayudaron a volar para ser feliz Y desde ese día todo dejará de ser Podré ver... ¡al fin! La claridad final. En Los Toldos (Bs. As.) 27-12-96
LA FUERZA DEL AMOR Llevo todos los vientos en mi caminar. Ayer me ahogaba en tu ausencia... Hoy me ahogo con tu presencia. Ironías de la vida.
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Sólo sé una cosa: No quiero vivir del recuerdo de lo total Que en plenitud viví los días de mi vida. Era una niña Y quería volar. Y volé, volé, volé Hasta alcanzar el más alto ideal. Un sueño loco se cruzó por mi camino. Cuando ya -mujer maduraLas telarañas de la soledad me envejecían. Perseguí al sueño Y el sueño fue mío... Aprendí de la vida otros colores, Bebí del silencio otros sabores, Y también supe hacer el amor. Como única habitante en el desierto Llevo todos los vientos en mi camino Y no puedo perder la memoria del antes Aunque ahora haya perdido la fuerza del amor.
DORMIR PARA SIEMPRE Estoy dejando de vivir viviendo. En este rito diario (Agobiante) Que no me deja dormir para siempre. Estás ahí... (pero no estás). Escucho tu voz en el teléfono... Pero sólo siento silencios. ¿Qué soy desde aquel día
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En que te di la mano y te invité a caminar a mi lado? Que alguien me conteste... Yo sólo sé que este extraño rito diario No me deja dormir para siempre.
UNA LÁGRIMA Cae una lágrima. Cuando cierro los ojos y pienso en ti, En esa historia de amor que hicimos los dos Y hoy se encuentra al borde del abismo. No quiero que caiga. Debo rescatarla de la oscuridad del silencio, Protegerla y mimarla para que vuelva a crecer. No puedo soportar la desdicha que invade mi mente Y la frialdad que recorre mi cuerpo Cuando pienso que te amaba tanto Y que me amabas hasta el infinito. Me he olvidado de ser mujer Y soy esclava del pasado Que ya no puede volver. Quisiera retroceder el tiempo Y ser niña; Soñar los sueños que viví Y crear, crear, ¡crear! Cada hora de mi vida Hasta ahogarme en mí propio silencio ...Pero hastiada de felicidad.
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PEDIR PERDÓN La noche estival es un coro de grillos Que se filtra por las rendijas de la ventana E invade la quietud dulce de mi pueblo de siempre. Tengo las alas mojadas y el alma rota. Hace tiempo que me abandonó LA PAZ Y ya no puedo crear. Un poco culpa de nuestra historia de amor. Rocío duerme plácidamente sobre mi cama. Tú -como casi siempre- no estás. Añoro los días que pasábamos juntos Unidos como hermanos, Sedientos como amantes... Hambrientos por vivir ese amor que buscamos Y luchamos hasta el límite total. Hoy está quebrado (Pero no puede estar muerto). Hace tiempo que no hay besos, Hace tiempo que no hay una flor, Hace tiempo que no hay abrazos, Sólo silencio... Sólo distancia... Sólo indiferencia... Un enojo tan grande Que cuesta pedir perdón.
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LA ARMONÍA La noche se hizo lágrimas. Hace tiempo que se quebró la armonía de mis días Y por más que lo intento no puedo recuperarla. ¿Qué escucho en mi interior? Sonidos verdes de muerte. Tengo que volver a aprender Lo que aprendí sin darme cuenta: Vivir en la armonía de la creación. ¿Cómo se hace? Agobiada por los problemas cotidianos Casi no recuerdo cómo se hacía Para vivir la eterna felicidad. Yo la tuve... No sé en qué momento la perdí. Quizás fuiste tú Quien bebió hasta secar La fuente de mi felicidad. En los Toldos (Bs. As.) 28-12-96
LO POR VIVIR Aquí estoy. A la vera del destino Esperando la verdad. La verdad que me grita tu silencio Que me está dejando en soledad.
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Otra noche más de angustia Donde muerta Espero lo por vivir.
PROMESA En mi ser cabía toda la vida. Una selva de muerte y silencios Me invadió un día, Pero llegaste tú... Prometiste cuidarme Y regresarme a la luz; Y entonces... Abrí las puertas del futuro Escapándome del presente. E1 futuro llegó tan rápido Que un día descubrí que volvía a estar sola. Tu promesa cayó a un abismo negro Desde donde nunca se vuelve... Sigues estando en mi vida, pero siento que no estás, Me envuelve el perfume fantasmal De una realidad incierta Que me arrastra al dolor. Y me pregunto: ¿Amanecerá un nuevo sueño Después de este agotamiento?
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MILES DE ESTRELLAS Es eterna la noche. Eterna para pensar Que entramos en el séptimo año juntos. ¿Juntos…? Quizás solamente cerca y nada más. Quisiera navegar por un torrente Que me permita escapar al infinito Donde no haya nada concreto, Sólo mi ser, Destrozándose en miles de estrellas.
FINAL La llovizna cae dentro de mí. E1 verano quema a mi alrededor Pero yo me muero de frío. Soy una mujer necesitada de ternura Porque ya ni recuerdo como se hace el amor. En mi memoria tengo grabado todo lo vivido Y con ello construiré un futuro sin sueños, Sin sabor, sin color... Porque no quiero más sueños Invadiendo mis silencios... Sólo quiero ahogarme en ellos Hasta encontrar la nieve que me cubrirá En el minuto final. En Los Toldos (Bs. As.) 01 -01 -97
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MIRADA LUMINOSA No estoy segura de florecer ante una mirada luminosa. Antes... sí. No había sueño que se resistiese a mis ansias de volar. Ironías de la vida: Fue tu amor el que cortó mis alas. Primero encendiste el misterio en mi corazón, Luego dormiste mis silencios Y ahora... das la espalda matando mi ilusión. Por eso, destrozada en las sombras No estoy segura de florecer ante una mirada luminosa.
DESDE LA NADA Sólo conocí una forma de amor: la tuya. Me cegó el fuego de tus cartas Y respondí con fuego. Luego el amor llegando desde la nada. Aprendí contigo una forma de hacer el amor Y cuando cerraste tu alma a mi desconsuelo Me quedé tan sola como antes de conocerte; Fría como un témpano, Muerta absoluta y eterna.
RUINAS Si vuelves a mí No encontrarás más que ruinas, Aullidos de melancolía.
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Será tu trabajo construirme de nuevo. Será mi trabajo esperar que regreses. En los Toldos (Bs. As.) 02-01-97
MORIR EN BRAZOS No sólo se llora hacia afuera. Hoy lloro por dentro La muerte del amor de mi vida. Sola. Invisible al silencio Rememoro los días de luz a su lado Cuando tomaba mis manos y me enseñaba a cruzar la calle de la vida. Después... Se durmió en el torrente del rencor Y dejó de ser luz para ser sombras Torturando mi constante lucha por vivir. ¿No tendría que correr a buscarte? Quizás caer en tus brazos que ahora me rechazan; ¡Colmarte de besos! (aunque los desprecies). No debiera dejarme arrastrar por el mismo impulso que te Ciega. Y amarnos... (aunque digas que no puedes) Y amarnos hasta el último día (Que seguro llegará) Y morir en brazos No sé quién de quién.
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PAZ Necesito partir A un lugar donde el mar resuene en el silencio Para buscar la morada de mi alma Que no puede descansar desde que clavaste Tu dardo de sangre en mi inocencia. Te irás Y en la noche tediosa de la ciudad No podré respirar; Por eso necesito partir a un lugar Donde el mar resuene en el silencio Para buscar la definitiva paz.
CRUEL CASTIGO No te dejaré partir aunque partas. Aún es tiempo de impedir que te destruyas Y me destruyas. Te volvió loco un sueño que nunca concretarás Pisoteando otro. Mañana será la ausencia. Mañana será el silencio, El cruel castigo a la demencia de hoy. En Buenos Aires. 21-01-97
DESTINO Has podido sentirme temblar de miedo Ante el misterio de nuestro amor, Y me cubriste de besos
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De muchos mimos Y alguna flor. Has podido sentirme sobre tu lecho Pidiendo trocitos de pasión Y fuiste fuego Luego nieve Y un cruel adiós. Has podido quererme bajo las estrellas Día a día, en sol y sombras Siendo ternura Procreando un hijo ¡Oh dulce ilusión! Yo te pedí el cielo Y me diste la tierra... Yo te pedí alas para llegar al cosmos Y me diste raíces largas y húmedas. No entendiste lo grave de mis preguntas, Sólo me diste vagas respuestas. No recogiste la estrella escondida en mi alma Que siempre buscó tu estrella, Y me engendraste una hija Que hoy rompe con sus juegos mi silencio Y colma con sus besos mi dolor. Este amor nuestro pudo ser una aurora permanente Y sólo fue el resplandor del sol en el desierto. Este amor nuestro pudo ser toda la fuerza del mar Y sólo fue un continuo choque del agua contra las rocas. Te amé y me amaste.
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Soñé un futuro en el paraíso eterno. Lástima el error que te convirtió en mi amante Y más tarde en un perfecto desconocido. Hoy mis ojos han agotado todo el llanto. Hoy mi alma se ha endurecido como lava a la intemperie. Hoy he perdido toda la magia de la inocencia. Mañana sólo quedarán ruinas en mi cuerpo. Tomaré la manita tibia de mi hija Y diré en silencio: Fue mi destino.
DESCANSO Ya no importa. No torceré el destino. No me queda una gota de energía para la lucha. Ahora me da lo mismo la muerte que la vida. Si te vas... El silencio se instalará para siempre (El tiempo que me enseñaste A abandonarlo será un paréntesis). Mis palabras ya no entran en tu corazón. Mis poesías ya no florecen en tu alma. Me has prohibido acariciarte, tocarte, Compartir tu lecho. Ya mis labios se doblegan vencidos a tu desprecio. Me quedo sola esperando un ruego Que no saldrá nunca de mi boca. Sueño que un día volverás príncipe A apoderarte nuevamente de mi alma. Sueño que dormida me sorprenderá un beso.
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Pero no... ya no torceré el destino. No detendré la muerte que se aproxima. Ni lucharé contra el devenir de los días. Tú serás ausencia. De mi hija será la presencia de mi voz, Mi acento y mi palabra. Así, todo estará bien Y podré descansar en paz.
DIOS SABE Fui tuya. Dios sabe por qué. Si yo intuía que ibas a abandonarme Con la frialdad del que lo tiene decidido. Sin embargo sucumbí a tus caricias Porque vagaba en un desierto Donde los besos son sólo un sueño. Creí que soñabas mi mismo sueño Y abrí mis manos blancas al abrazo que me brindabas. Fui tuya. Y sabía que de nadie más Aunque intuía que era un juego engañoso Que nos llevaría al abismo. Dios sabrá por qué lo hicimos Si el agua y el aceite nunca se mezclan. Dios sabrá por qué ocurrió Que de tu sangre y de la mía nació una niña Que ha comenzado a transitar la vida Sin saber que todo el silencio del mundo crecerá con ella.
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Fui tuya. Dios sabe por qué. En Buenos Aires. 23-01-97
UN POCO MENOS Ya no quiero llorar. Estoy triste, lo sé Y en esta tarde de verano en la ciudad Vuelvo a estar contigo: soledad. É1 me tendió una trampa de amor Que viví para siempre Porque era lo verdadero Lo atemporal. Fui mucho más fuerte que el miedo Pero su sed no era sed Y su hambre no era hambre. Un cansancio de horas vacías Me arrastra sin cesar Y llegará lo noche (Otra noche más) Que me acostaré al lado de mi pequeña hija Y otra vez sus ojitos dulces preguntándome: ¿Dónde está papá?. Y luego -como jugandoCorrerá hasta tu cama Te tenderá los brazos Y te dejará un beso volado Para regresar -inocente- a mi lado. Eras el amor. Eras el misterio.
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Encontrar la verdad de mi alma Mirándome en el espejo de la tuya. Ahora ya no importa nada Si estás lejos o estás cerca; Nunca más una sonrisa Una mano amiga buscando mi rostro, Una carta de amor acunada en tus brazos. Me diste la espalda cuando más te necesitaba. Desde entonces, te quiero un poco menos.
TARDE Tal vez no sepas nunca que quise salvar nuestro amor. Tras la coraza de hierro en que te ocultas No llegan los sonidos de mi llanto. Presiento una herida enorme que avanza Como una plaga de langostas sobre el sembradío Y no puedo decirte nada. Debieras salvar este amor, cuidarlo... Porque se te ha ido de las manos Y yo siento que se me va de la sangre Y te quiero un poco menos Cada hora Cada silencio Cada enojo que me tortura hasta lacerarme la piel. No te encierres más, Cree en ti y cree en mí de nuevo. Presiento que un día será tarde. Tarde y sin regreso.
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A TIEMPO DE SEMBRAR Vuelvo a mirarte: Estás, pero ya no eres el mismo. Tu rostro es una piedra, Murió la sonrisa en tu corazón. Vuelvo a mirarte y no digo nada. Da lo mismo que estés o no estés; El silencio es el mismo El dolor es el mismo. Porque de pronto no puedo decir nada; Tengo el corazón vacío y el alma rota. Sin pasión Sin Impulsos Sin nada que pedir Sin nada que ofrecer. Apenas me queda un resto de luz Para volver a escribir versos Y ver la vida como la vi entonces (Cuando no estabas aún conmigo): Serena, sola, apasionada y feliz. Tú estás tranquilo. Sabes que triunfarás Porque al fin comprenderé que te he perdido. Pero un día despertarás y sabrás que tú me has perdido. Todavía falta: es verano. Nuestro otoño ha comenzado y yo siento frío, Pero aún falta para que los árboles pierdan sus hojas Y los primeros copos de nieve caigan sobre la estepa.
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Y aunque empiezo a quererte un poco menos Siento que estoy a tiempo para sembrar El amor que cosecharé en el invierno.
CANCIONES DESESPERADAS Recreación de poemas anteriores Lo he buscado sin pausa Todos los días de mi vida Esperando, soñando Deseando al amor. En mis silencios necesarios, Tu piel sedienta de caricias El corazón latente La voz temblorosa Las manos vacías sin abrazo Los ojos desiertos sin reflejo Y los labios esperando el primer beso. Lo he buscado tejiendo sueños Amante y trémula crucé Los Andes Para caer en sus brazos desconocidos. Y pude sentir ese amor en el alma Como una luz que quiere iluminarlo todo Y luego se va perdiendo entre las sombras Que vuelven a dominar mi mundo. He gritado con mis ojos la verdad de mi alma. Recogiste la ternura perdida en la senda agreste de mi Destino. Tu sangre se fundió en mi sangre Dejándome el fruto del amor eterno.
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Pero hoy te alejas para siempre Sumiéndome en el silencio Y tantas preguntas en los ojitos de nuestra hija Que nunca podré contestar. Hoy (como antes) Espero al hombre que se niega a regresar, Siento mis latidos sin destino Vuelvo a crear cada día: Y estoy sola. Hoy (como entonces) Convoco a la muerte... No hay respuesta. No me pregunten Si soy feliz..,
MENSAJE (del poema N° LIX del libro LOS DOMINIOS DEL SILENCIO) Tantas cosas te escribí Tantos cosas que al final Fui perdiendo el corazón y la verdad. Dejé mi mensaje en cada palabra, En cada silencio En cado sonido En cada poesía En cada pintura En cado flor que mis manos cuidaban. Nadie lo recogió Hasta que llegaste tú Y lo tomaste hasta colmar tus ánforas vacías.
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Me alejaste de la muerte y me diste vida. Sembraste una semilla en mi vientre Que hoy es la ternura que se aferra Con fuerza para aprender a vivir. Sin embargo me dices que todo es mentira. Cada palabra Cada poesía Cada silencio Cada sonido Cada flor cultivada. Y como toda la humanidad que me rodea Sigues un curso loco hacia cualquier parte Sin lógica, sin razón; Sin comprender que yo seguiré mandando Mi mensaje de vida Cada día Cada soledad Cada tristeza, Hasta que vuelva a quedarme sin corazón y sin verdad.
LLUVIA (del poema N° LII) Pude esperar. Había dejado de vivir Y llegaste tú Desde la lejanía Donde nacen y mueren los sueños. Y no quise dejar de amar (Aunque sabía que era un sueño Que podía durar un día o toda la vida) Y más allá de mis ansias desmedidas Convertí el sueño en realidad.
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Pasó el tiempo... Y el sueño (como todo sueño) Murió en el mismo instante en que se concretó. Sin embargo, hoy quiero decir Que podré renacer (ya renací) En la tierra (Como árbol, como ave o como flor) Porque tuve la lluvia de tu amor. En Buenos Aires. 25-01-97
MI SUEÑO (del poema Nº XIX) Quizás ya es hora... (Dije alguna vez en ardientes versos) De desnudar mis secretos Y desatar mis alas Y desenroscar las enredaderas Que atenazan Mis venas y mis arterias Y liberar la sangre Que adentro fluye. ¡Ay...! y llegó ese día… Prendí fuego a las selvas Que me oprimían el corazón Y esquivando las llamas Llegué al destino supremo De ser mujer. Tú... desde el más sublime de los sueños Me pediste la luna de mi piel La poesía de mi alma
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La luz de mis ojos Y ese aroma de mujer que te embriagó Obligándome a subir hasta la cima de mi destino Para conocer tu voz Y doblegarme a tu ternura. Tu audaz demencia de hombre Logró corromper mi carne Y anidar en mi alma (Donde habitaban los ángeles) Y muy pronto lo confirmó el corazón: ¡Te amaba! Vivimos intensamente varios años Nuestro sueño de amor. Tuvimos que morir y nacer varias veces, Varias veces también intentamos seguir. Hoy me abandonas Y vivo la pesadilla de ser mujer Que volverá a encerrar sus secretos Anudar sus alas Enroscar los enredaderas Para que atenacen Mis venas y mis arterias Para que nunca más quede libre la sangre Que adentro fluye. Desde mi silencio sé que no fuiste tú Quien me engañó, Me engañó mi sueño.
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SIN TÍTULO ALGUNA vez creí que me querías ALGUNA vez creí que me adorabas ALGUNA vez tuvimos una hija (Y es tan pequeñita) No sé si algún día será feliz. ¡Oh, siento terror! Se borra el cielo, se apagan los ojos ¡Qué tonta fui! Las sombras lo cubren todo, Ya nunca más creeré en el amor. Es duro el invierno Es cruel el silencio Es vana la lucha Cuando se camina en soledad. ¿Escuchas hijita? Es un susurro la noche, Duerme tranquila... no llores... Te quiero... mi destino será cuidarte.
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POEMA DESPEDIDA Pléyades de estrellas nos unieron En el desierto sin nombre del destino. Eran estrellas sin luz Las que mueren sin remedio en el desierto del cosmos. Volé en silencio para buscar la luna Que vi colgada del infinito de sus ojos Pero sólo pude caer muerta En el agujero negro de su alma. Transitó todos los senderos de mi poesía Para buscarme; Y derrotamos el misterio Para encontrarnos, Porque aprendí que el mundo es inmenso Cuando se espera Y muy pequeño Cuando se ama. Y grité mi amor hasta la altura infinita de la montaña. Respondiste enseguida Y mi sueño equivocado desplegó alas Y se concretó Seguimos por la vida Tropezando con las estrellas que iban muriendo En el colmo del desencuentro. El horizonte se perdió en la nada Del cielo donde llegamos Para estar juntos
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Y de aquel mar donde nos entregamos. La paz de aquel sueño realizado Se diluyó en el desierto donde llegamos Para separarnos Y de ese silencio Que nos cubrió como una mortaja. Cada día vuelvo a encontrarte En la magia recóndita de mi alma (Traté de amoldar mi espíritu a tu espacio Pero no pude) Todo fue un autoengaño De querer soñar el sueño equivocado. Ya no es mi cuerpo el que vaga Por el laberíntico edén de mi tierra Deseando encontrar al hombre de mis sueños. El hombre de mis sueños no existió nunca. Pero hay un ser pequeño e indefenso Que nació de esos sueños Y hoy busca beberse todo el sol del mundo Para vivir una vida de amor Que no tenemos derecho a destruir. Ella es real, Ella es el mañana Que nos encontrará unidos por su sangre Para siempre... Más allá del desamor Más allá del odio Más allá del dolor Más allá de la mentira Más allá del fracaso Aún mucho más allá de la muerte.
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ONCE AÑOS DESPUÉS
2008-2009
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DORMIR Resplandece el verano. Otrora caminaba por hermosas sendas Libando el néctar de los bosques. Campana alegre No paraba de tañir. Amaba perderme en la naturaleza Sin pensar, siguiendo el sueño Donde aprendí con coraje a luchar. Resplandece el verano. Me seducen los trinos de la tarde En la soledad de mi madurez. Aquel sueño... pasó de prisa. Hoy camino lentamente Y pido al mundo Que haga silencio... Mi alma fatigada Tiene sueño... Shh...silencio... Quiero dormir.
AUSENCIA 24 de enero. Camino el cuarto vacío de mi hija. Afuera El sol calcina las hojas secas de las plantas... Maldita sequía Resquebrajando la tierra de los campos agonizantes. Estrangula este silencio
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Que me oprime el alma Más allá de los huesos. Cómo hacer para volver a mi hija Hasta mi espacio y mi tiempo? Hay sombras y soledad. Un llamador de ángeles en la ventana. Hay varias cajas decoradas con recuerdos adentro. Hay un baúl con fotografías que son su propia historia. Hay una cama vestida... que espera. Hay bolsas, lanas, agujas, en ese rincón. Hay libros ordenados y sin leer. Hay poesías y cuentos... mis libros para ella. Dedicatorias, cartas, muñecas olvidadas De su infancia... Hay cuadros pintados por sus manos de niña. Hay perfumes y coloretes guardados en un gran tocador. Hay un altar para rezar. Hay un ropero casi vacío con perfume a jazmín. ¡Oh Dios!, me ahoga El calor que sin piedad paraliza el cerebro. La intensa luz del verano me ciega. Busco la soledad de mi casa Donde hay miles de llaves Que han perdido su puerta. Borges en mi memoria Es un destino de versos que van naciendo A borbotones Para morir en un entierro de soles En el universo oscuro de la vida. Abandono el cuarto de mi hija.
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Pronto será su cumpleaños. Por segunda vez estaré ausente. Viene a mi memoria el olor del mar. El mar... allí donde siempre se pierden mis sueños locos... Pero... ¿qué tiene que ver el mar con el cuarto de mi hija?
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CARTAS A MI HIJA (V) Pasa el tiempo Nadie puede contra él. Creces y buscas... Siempre estoy. Mañana irremediablemente La muerte pasará silente, Pero siempre estaré. Me esfumaré en el aire, En el hueco de lo desconocido. Ya es momento para que conozcas El secreto de mi eterna presencia. Mamá: ¿cuál es tu secreto? Hija: es este poema Son todos los poemas que escribí Y que un día, sólo tú, Podrás perpetuar.
TIEMPO Quince años Desde el alumbramiento En aquella ciudad estéril. Sueños desgarrados... Pues sin piedad, el tiempo arrasa Poda Asesina Todo instinto de conservación.
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Y llegas al otro día Pasa Uno más Creces Preguntas Sufres Envejezco Sufro Me condeno. Explora un poco más. Hay tiempo. Mañana Sorpresivamente Surgirá desde el silencio (sin misterios) Una a una, todas las respuestas.
CARTAS A MI HIJA (III) Has crecido Y también tus sueños, La fantasía de la princesita De tus cuentos de hadas Y ese amor ideal Que también un día soñé. Tu vida debiera ser hermosa, Puse mi alma para que lo sea, Y hoy será tu pelea por vivir Tus propios sueños. ¿Te dejarán los mediocres? ¿Los que poco saben de sueños? ¿Me dejaron a mí…?
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Es difícil ser madre Y mucho más difícil estar siempre Más allá del dolor Que carcome el alma día a día. Construir amor A pesar del odio, el rencor, la injusticia... De la soledad y del silencio... Serás libre, (lo eres) Te lo dije un día, (¿recuerdas?) Pero también seré feliz Si valoras mi trabajo de crear Casi todos los días de mi vida (Renovando sueños Y depositándolos en ti) Y seré feliz si lo comprendes, Lo interpretas y lo recreas Luchando contra todo (Inmensa carga para ti) Para que te ayude a vivir Tu propia vida Sin los errores de la mía. Es poco... aunque también es mucho, Esa será tu lucha, Y ese será mi desafío: Velar día a día para que lo logres. Encontrarás en el laberinto azul El espacio justo Por donde salir a la luz... Allí mismo Mis lágrimas dormidas TE DARÁN LA RESPUESTA.
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EPÍLOGO Prosa poética a mi hija (11-01-10) En tu presente brilla una estrella que no encuentras aún porque sigues en el castillo encantado de la infancia. Fue dura tu infancia, pero hermosa la poesía que construiste a mi lado, pintorcita de sueños. Hoy te miras al espejo, quince veranos te envuelven de ternura en ese interminable paso de la infancia a la juventud que te está marcando con el dolor de pesadas piedras en el camino. Hija… la lluvia son tus deditos frágiles dibujando trazos de colores en la paleta de tus sueños, cuando derramabas creatividad con tu obra "jugando con mamá". Hoy… los rayos son mi orgullo porque creciste y los truenos mi grito al descubrir tu ausencia del arte que colma mi vida. (Tu ausencia ahora, en el futuro volverás a ser presencia). Ese futuro está en tus manos, no te detengas, no mires atrás, no busques mi espejo, busca otro donde mirarte y depositar tus sueños. Yo envejecí inundándome en el éxtasis de crear sin límite y sin pausas. Es tu hora. Creciste en silencio. Me di cuenta de golpe. Abandona el desértico camino de la desidia y avanza en una escena diáfana donde puedas construir tu vida sobre cimientos de trabajo y amor. Y si dudas… Acá tienes mi mano, para guiarte por los más recónditos rincones de la creación por donde pasa la vida.
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ÍNDICE
Parte I / 9 Hasta que amarte sea posible / 11 (antes) / 11 (después) / 36 Hasta que amarte fue posible / 81 31-12-90 / 81 Parte II / 85 Introducción – La bendición del amor / 87 La primavera vuelve / 89 Suite a una historia de amor / 108 El límite de los miedos / 119 Regreso a la soledad (06-02-97) / 143 Regreso a la soledad (1996-1997) / 145 Sin título / 168 Poema despedida / 169 Once años después / 171 Cartas a mi hija / 176 Epílogo / 179
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Hacemos realidad el sueño de todo escritor. Publicar su libro. Ediciones de las Tres Lagunas España 68 - Telefax 54-236-4631017 - Junín (6000) Pcia. de Buenos Aires - República Argentina E-mail: ediciones@delastreslagunas.com.ar www.delastreslagunas.com.ar
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