Detrás del Diagnóstico #3 - 2013

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Este fascículo es parte de una serie, dedicada especialmente a los psiquiatras y neurólogos, sobre personajes que padecieron distintos tipos de insania o diversos trastornos neurológicos y que, sin embargo, trascendieron por su genio y por sus obras. Para algunos de ellos, los momentos de mayor creatividad coincidieron con las manifestaciones más agudas de su enfermedad. Ante estas personalidades, surge el interrogante de cómo habría sido su actividad creativa de haber estado psíquica y neurológicamente sanas. ¿Fue la enfermedad una fuerza esencial que los llevó a incursionar en terrenos donde nadie se animaría, o los impulsó a trabajar intensamente para escapar de sus delirios? Quizás el lector tenga la respuesta.

Dee Dee

Ramone

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el rebelde del flequillo onee twoo threee four “One, two, three, four”, gritaba Dee Dee ante el micrófono y la multitud estallaba en gritos y aplausos. Era su firma de presentación, la manera en que solía comenzar las canciones. Las canciones, mayormente escritas por él, expresaban ese salvajismo escénico característico del estilo punk; eran un relato de su adolescencia, una vida callejera, jóvenes disconformes que se aburrían, aspiraban pegamento y amaban a chicas procaces. Los temas eran simples, minimalistas, repetitivos, hasta sin sentido, en clara oposición a la pomposidad de las bandas que triunfaban en el mercado durante la década del setenta. Dee Dee tomó la estructura melódica del surf rock, aceleró los tiempos, le agregó distorsión y, casi sin darse cuenta, fundó las bases de un género que un par de años después estallaría en Gran Bretaña a caballo de los Sex Pistols.

teles bajo el seudónimo de Paul Ramone, decidió cambiar su nombre por el de Dee Dee Ramone. En el barrio de Queens, empezó a consumir drogas y a robar para comprarlas. Así empezó la relación con la que sería la fatal compañera por el resto de su vida, la heroína. Alternaba en empleos inestables y de todo tipo, incluso, se desempeñó en la prostitución masculina como taxi boy, experiencia que volcó en una de sus canciones: “53rd and 3rd”, referida a la esquina de Manhattan en la que solía detenerse.

Douglas Glenn Colvin nació el 18 de septiembre de 1951 en Virginia, pero se crió en Berlín, por seguir, junto al resto de la familia, la carrera militar de su padre. Los continuos cambios de destino, y de domicilio, contribuyeron a que Douglas fuera un solitario con escasos amigos. El padre era alcohólico y violento, y solía castigar a toda la familia, hasta que la esposa no soportó más aquella convivencia y se mudó con sus dos hijos al barrio de Queens en Nueva York. Douglas tenía quince años y se peinaba al estilo de los Beatles. Como todos los jóvenes de su época, había sido conquistado por los muchachos de Liverpool, que estaban en su apogeo. Cuando supo que McCartney se registraba en los ho-

Foto: © Michael Markos

una adolescencia muy poco convencional


nacimiento de los ramones Fue por entonces que Dee Dee descubrió un par de bandas que terminaron prenunciando el punk: los Stooges y los New York Dolls. Deslumbrado por ese nuevo salvajismo escénico, en 1974 fundó la banda Ramones junto a Johnny (guitarra), Tommy (batería) y Joey (voz); todos, como él, eran personajes desclasados del barrio. Timonel creativo de aquella nave musical, Dee Dee elaboró algunas de sus canciones más gloriosas: “I wanna be sedated”, “Sheena is a punk rocker”, “Now I wanna sniff some glue”, “Chinese Rock”. De los títulos de algunas de ellas se desprende la temática del consumo de drogas. Con respecto a la posibilidad de que Dee Dee tuviera un trastorno psiquiátrico, las evidencias diagnósticas son escasas, pero su comportamiento desorganizado, el consumo de sustancias, los ataques de ira y la conducta impulsiva sugieren que padecía un trastorno bipolar. Además, en la biografía escrita por su primera mujer, Vera Boldis, bajo el título Poisoned Heart: I married Dee Dee Ramone, ella menciona que padecía esta afección. La estabilidad no formaba parte de la vida desordenada de Dee Dee. Pronto lo invadió el hastío cuando la banda se convirtió en una especie de seguro de trabajo para todos sus integrantes, lejos del espíritu de libertad y desenfreno del principio. En 1989, Dee Dee abandonó el grupo, buscando rumbos estéticos fuera del punk. Esta búsqueda de independencia coincidió con uno de los períodos más mediocres y riesgosos de su vida. A lo largo de la década mantuvo, con éxito muy relativo y con una musa que parecía abandonarlo, agrupaciones como Chinese Dragons, The Dee Dee Ramone Band y The Remains. También se asoció, afortunadamente de manera efímera, con GG Allin, un rockero desequilibrado mental, la peor escoria del mundo del rock, según los comentaristas del género.

jar el país, ya que Dee Dee pasaba mucho más desapercibido caminando por las calles de Nueva York que por los barrios platenses. Además, los padres de Bárbara, que amaban la vida tranquila, nunca aprobaron la unión de su hija con ese engendro rockero y fueron siempre hostiles con la pareja. Decidieron mudarse a California, donde Dee Dee formó una nueva banda, The Ramainz, en homenaje a los Ramones, con Bárbara en guitarra y Marky en batería. De allí nació el álbum Live in NYC. Pero los años de Dee Dee estaban contados.

la llama se apaga La heroína, su fiel y macabra compañera, puso fin a su vida cuando aún no había cumplido cincuenta años. El cuerpo inerte de Dee Dee Ramone fue encontrado por Bárbara en el sillón de su casa de Hollywood. El sitio oficial de los Ramones registró la noticia con la simplicidad y contundencia de sus estribillos: “Nuestro hermano Dee Dee murió anoche, 5 de junio de 2002, en su casa de Los Ángeles”. Según los forenses, la muerte se debió a una sobredosis de heroína. Si se habla de Nueva York, no de la poseedora de rascacielos y vidrieras fulgurantes de la Quinta Avenida, sino de la Nueva York de West Side Story, la leyenda Dee Dee Ramone ya forma parte de un capítulo de la Gran Manzana.

para conocer mas sobre dee dee ramone CD: The Best Of The Ramones, 2007. Álbum recopilatorio con canciones versionadas por Dee Dee.

aparece barbara

RAMONE KING, Vera. Poisoned Heart: I married Dee Dee Ramone (The Ramones Years). Phoenix Books. 2009.

Corría el año 1994 y Bárbara Zampini, una platense de quince años, viajó a Buenos Aires para escuchar a su ídolo Dee Dee Ramone, que por entonces integraba la banda I.C.L.C. (InterCelestial Light Commune), de corta duración. Después de ver el show en el auditorio de Obras Sanitarias, Bárbara se dirigió al hotel donde se alojaba Dee Dee. Su inglés era rudimentario, pero mediante un intérprete entendió que el ídolo la invitaba a salir de gira con él. La tomó de la mano y no la soltó hasta que lo sorprendió la muerte trece años más tarde. Al término de una extensa gira por el mundo, que insumió varios años, la pareja regresó a la Argentina y recaló en La Plata con la intención de afincarse, pero el acoso de los fans era agobiante. Por este motivo, se sintieron obligados a de-

PARELES, J. “Dee Dee Ramone, Pioneer Punk Rocker, Dies at 50”. The New York Times. June 7, 2002.

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KLOSTERMAN, C. “The Ratt Trap”. The New York Times. December 29, 2002. PLOTKIN, P. “Adiós a Dee Dee, el prócer Ramone”. Página 12. 7 de junio de 2002. “Un Ramone en la ciudad de las diagonales” [en línea]. Misterios de la ciudad de La Plata. http://misteriosdelaplata.blogspot. com.ar/2012/02/un-ramone-en-la-ciudadde-las.html.


Syd Barrett (1946-2006)

LA MUSA DE PINK FLOYD UN EXTRANO COMPORTAMIENTO En el año 1967, la banda Pink Floyd estaba pasando por un excelente momento. Habían grabado el primer álbum, The Piper at the Gates of Dawn, en los estudios EMI de Londres. Poco después surgió el segundo, See Emily Play, y ambas producciones se mantuvieron por largo tiempo entre las grabaciones más vendidas. Actuaron en los programas musicales más populares de la BBC y se vislumbraba un panorama de éxitos continuados. Sin embargo, una amenaza se cernía sobre el grupo: Syd Barrett, el cerebro creador, el que bautizó la banda con el nombre de Pink Floyd en homenaje a dos viejos músicos de blues, el querido compañero Syd, mostraba un comportamiento extraño. Al principio lo atribuyeron al ácido lisérgico, la droga psicodélica que Syd consumía. Quizás, se estaba excediendo en la dosis; Roger Waters, que lo conocía de los años del Cambridgeshire High School, pensó que Syd estaba desarrollando un trastorno psíquico, desencadenado por la droga. A ninguno le pasaba desapercibido que, en las conversaciones y en los ensayos, Syd permanecía silencioso e inexpresivo, mirando un punto fijo de un mundo lejano. En una oportunidad, en una función ante el público, Syd se limitó a tocar con su guitarra la misma nota durante las dos horas que duró el espectáculo. Otro de los momentos tensos que el grupo recordaba fue cuando en plena función aflojó totalmente las cuerdas del instrumento ante la mirada sorprendida y aterrada de sus compañeros. El comportamiento bizarro de Syd era progresivo y ponía en jaque la carrera artística de la banda. Un punto de inflexión fue cuando derramó sobre su cabeza comprimidos tranquilizantes junto con el contenido de un tubo de crema para el cabello, que en el escenario y con el calor de las luces, le comenzó a chorrear por el rostro y le dio un aspecto grotesco. Fue reemplazado, en 1968, por su viejo amigo David Gilmour. Syd permaneció un tiempo más en el grupo, pero finalmente se retiró de la banda. Su talento le permitió crear, incluso, dos álbumes más como solista: The Madcap Laughs y Barrett, que fueron lanzados al mercado en 1970 después de modificar algunos segmentos discordantes de la partitura, producto de sus delirios. A partir de 1974, se aisló totalmente del mundo. Tenía entonces veintiocho años. La banda, que nunca lo olvidó, lo homenajeó con tres de sus mejores álbumes; todos incluían temas relacionados con su colapso mental: “The Dark Side of the Moon”, “The Wall” y “Shine on you Crazy Diamond”.

AQUEL MUCHACHO DE CAMBRIDGE Roger Keith Barrett nació en la ciudad de Cambridge, en Inglaterra, el 6 de junio de 1946. Pertenecía a una familia de clase media bien constituida, en la que fue estimulado para ingresar al mundo de la música tanto por su madre como por su padre, un destacado patólogo y miembro de la Cambridge Philharmonic Society. En esos años, en los que tocó varios instrumentos, se evidenció que era uno de aquellos afortunados y escasos seres marcados por el don del talento. A los catorce años, sus padres le regalaron una guitarra eléctrica Höfner y él mismo le fabricó un amplificador. En el barrio empezaron a llamarlo Syd en referencia a un conocido guitarrista local de jazz. En el Cambridgeshire School for Boys, conoció a Roger Waters, quien lo aventajaba en edad en dos años. Por entonces, Syd había formado una pequeña banda que ensayaba en el frente de su casa. Roger asistía a esas actuaciones y solía sumarse al conjunto. En 1962, Syd ingresó al Departamento de Arte del Cambridge Technical College donde conoció a David Gilmour. Ambos provenían de ambientes familiares similares y tenían los mismos intereses musicales y, como todos los jóvenes de la época, idolatraban a los Beatles. Entablaron una estrecha amistad y solían reunirse a practicar con la guitarra. Lejos estaban ambos de pensar que pocos años después, el primero ingresaría en un cuadro de esquizofrenia que lo obligaría a abandonar la banda para ser reemplazado por el otro.

NACIMIENTO DE PINK FLOYD Los Rolling Stones era la otra banda que fascinaba a Syd y fue decisiva para él ya que, según dicen, empezó a componer después de una entrevista que le concedió Mick Jagger luego de

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una función. En 1964 ingresó a un grupo llamado The Abdabs, que cambió de nombre varias veces hasta que Syd, lo bautizó Pink Floyd, grupo que pasaría a la historia ocupando el podio junto a los más famosos conjuntos del siglo XX. El grupo estaba constituido por Roger Waters, Nick Mason, Syd Barrett y Rick Wright; todos incurrieron en el uso y abuso de drogas, especialmente Syd. Durante tres años, el talento excepcional de Syd produjo numerosas composiciones, entre las que se destacan los álbumes The Pipers at the Gates of Dawn, A Saucerful of Secrets y London ´66-´67. Después vino el derrumbe cuando Syd entró en un proceso de progresivo deterioro producto de su cuadro esquizofrénico hasta que el 6 de abril de 1968 el grupo anunció oficialmente que Syd Barrett ya no formaba parte de Pink Floyd.

En las últimas tres décadas, vivió semiencerrado en su hogar de Cambridge, cuidado por su madre y después por su hermana Rosemary. Llevaba una vida tranquila dedicada en gran parte a la pintura. Más tarde desarrolló diabetes, que es una de las complicaciones de la medicación antipsicótica, pero la causa definitiva de su muerte fue cáncer de páncreas. Cuando murió, el 7 de julio de 2006 , tenía sesenta años. La carrera musical de Syd duró apenas siete años, pero en ese período mostró el increíble talento que poseía. Compositor, guitarrista y flautista, Syd Barrett fue reconocido como el espíritu de la banda que abrió las puertas al rock sinfónico y sintonizó con la escena psicodélica de fines de los años sesenta, dotando al rock de una nueva sonoridad y apostando al vuelo poético.

ULTIMOS ANOS Syd pasó un tiempo internado en un instituto psiquiátrico de Cambridge, de donde egresó un tiempo después mejorado y con el rótulo de esquizofrenia. Había pasado por todos los síntomas de la enfermedad: pensamientos y comportamientos negativos, actitudes bizarras, delirios, episodios catatónicos y ostracismo. El tratamiento antipsicótico le permitió, sin embargo, realizar varios intentos como solista e, incluso, organizar grupos de efímera duración. También compuso varias canciones, pero su carrera musical había entrado en rápida declinación.

PARA CONOCER MAS SOBRE SYD BARRETT ˾ CD: The Madcap Laughs. Primer álbum solista, que contó con la participación de David Gilmour y Roger Waters. 1970. ˾ PARELES, J. “Syd Barrett, a Founder of Pink Floyd, Dies at 60”. The New York Times. July 12, 2006. ˾ “Murió Syd Barrett”. Página 12. 11 de julio de 2006. ˾ “Syd Barrett”. Scizophrenia Daily News Blog. July 12, 2006.

REMEDIOS LETALES Rock y droga, extraña pareja que parece persistir soldada sobreviviendo a modas e influjos generacionales. En los sesenta, la psicodelia (tal como definía Humphry Osmond a la ‘manifestación del espíritu’) entroniza al ácido lisérgico en su condición excluyente de pase al mundo en el que la imaginación y el amor encarnan el poder. Syd, un joven talentoso y prometedor de la académica ciudad de Cambridge, funda en ese contexto la ya mítica banda Pink Floyd. Su introversión, su precaria afectividad o sus pequeños desajustes con la realidad encuentran en la intersección de la creación musical y el consumo de ácido una puerta a la expansión mágica de su ser. Una burbuja en la que puede ser grandioso y feliz. Años más tarde, cuando la idealización del espíritu sucumbe a una dura realidad que devora sueños adolescentes, otras drogas ganan mercado. La heroína, feroz hija de la morfina, promete ganar batallas apaciguando mentes carcomidas por la ansiedad y la ira. Trueca violencia o pasiones extremas por fantasías surgidas de la ensoñación y el adormecimiento. Dee Dee Ramone, con su marginalidad y su desequilibrada emocionalidad, une su destino a los Ramones y a la droga buscando un rumbo a su atormentada vida. Poco tienen en común Syd Barrett, el joven universitario, con Ramone, el ambulante de las oscuras calles neoyorkinas, salvo que ambos, en una penumbrosa conciencia de enfermedad, compraron la droga como un remedio mágico para sus males. Para uno, el ácido fue el primer paso hacia la psicosis; para el otro, la heroína fue el somnífero que lo terminó durmiendo para siempre a los cuarenta y nueve años en un sillón del living.

La presente obra tiene como objetivo informar a los profesionales de la salud sobre diversos trastornos psiquiátricos y neurológicos. Agradecemos a todos los que, de una forma u otra, han colaborado para que este material, de indudable interés científico y didáctico, pueda ser difundido. Producción científica y editorial de EC-t Ediciones Científico-técnicas SRL. © 2013 Derechos reservados. Leopoldo Marechal 1006, 1º piso (C1405BMF) Ciudad de Buenos Aires. www.ect-ediciones.com. Autor: Dr. Ricardo Ferreira. Asesora en psiquiatría: Dra. Susana Ogly.

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