Neurored 1

Page 1



MÚSICA

El arte de combinar los sonidos y la neurociencia Según el escritor “clínico” Oliver Sacks, “los humanos somos una especie tan lingüística como musical”. Prácticamente para todos nosotros, la música ejerce una seducción enorme, lo pretendamos o no y nos consideremos o no personas especialmente “musicales”. Esta propensión a la música surge en el vientre materno, y se manifiesta y es fundamental en todas las culturas, de tal modo que nos habla de las costumbres de un pueblo y se remonta probablemente a nuestros comienzos como especie. A continuación, planteamos algunas curiosidades de la música en relación con la neurociencia. Por María Patricia Reyes. Médica neuróloga. Jefa de trabajos prácticos, Unidad Académica 2, Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA.

¿Cómo pudo Ludwig van Beethoven carecer de lo que imaginamos su sentido más importante y llevar a cabo sus maravillosas creaciones musicales? A fines de diciembre de 1826, Ludwig van Beethoven (1770-1827) acababa de cumplir 56 años y se encontraba gravemente enfermo. Su salud se deterioraba paulatinamente desde temprana edad. Beethoven reveló por primera vez los síntomas de su sordera, en una carta enviada el 29 de junio de 1801 al Dr. Franz Wegeler, profesor de Medicina en la Universidad de Bonn, Alemania. Allí le confesó que llevaba una vida miserable ya que hacía tres años que había dejado de atender cualquier compromiso social porque si las personas hablaban despacio, no las escuchaba, y si hablaban fuerte, no lo soportaba. Inicialmente perdió la capacidad de oír tonos altos y luego los bajos; primero se vio afectado el oído izquierdo y, posteriormente, el derecho. En 1814, Mazel le fabricó una trompetilla para el oído, que no dio resultado y desde entonces ya le fue prácticamente imposible conversar. En 1821 presentó un cuadro de ictericia severa, y al año siguiente, una otalgia que duró varios días. En esta época escribió sus más sublimes obras: la Misa solemne, los últimos cuartetos 127 a 135 y la Novena sinfonía. Esta última fue estrenada en Viena el 7 de mayo de 1824, y la contralto, Caroline Ungher, debió hacerlo girar hacia la audiencia para que viera cómo el público expresaba con aplausos su adhesión incondicional a la obra. Hacía tiempo que estaba completamente sordo. Musicólogos y médicos a lo largo de los años han especulado sobre la influencia de la enfermedad en la creatividad de Beethoven. Para este análisis, es primordial tener en cuenta que la información se almacena y se recupera gracias a la memoria. Existen tres tipos de memoria musical: P Memoria muscular o memoria de dedos: consiste en memorizar una secuencia de notas sin adelantarse al análisis de la obra. P Memoria auditiva (oído interior): se trata de la conciencia interior de la música como sonido. Es la representación consciente de cada nota como un sonido, escuchada de forma externa e interna. P Memoria mental: sucede en la toma de conciencia y memoria de la música escrita como un concepto mental, es decir, como idea. Implica el entendimiento de todos los aspectos musicales, entre ellos, el ritmo, la armonía, la estructura y la melodía musical. Esto significa que, además del oído externo físico (órgano), existe el oído interno psíquico, que se encuentra fundado en la imaginación y en la

1


fines de 2006, invité a un amigo francés, investigador de trastornos respiratorios durante el sueño, a participar en la Argentina como disertante en un congreso sobre medicina del sueño. Como anfitriona, lo llevé a escuchar música clásica con su familia. Fuimos al Mozart Concert, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su primera sorpresa fue ver tanta gente interesada por la música clásica. Él estaba con su señora e hija. Cuando comenzaba la música, su hijita de 2 años, revoltosa, se detenía y miraba hacia el escenario subyugada por la música. Al detenerse la música, continuaba con sus juegos. Este episodio llamó poderosamente mi atención y a partir de allí, comencé a interiorizarme respecto a este maravilloso compositor, y a los efectos de su música en el cerebro humano.

A

2

memoria, y que, con frecuencia, también actúa en caso de no hacerlo el oído externo, como en el caso particular de Beethoven. Sus composiciones para piano fueron decreciendo en número al finalizar su carrera como virtuoso pianista, mientras que aumentaron otras obras musicales. Fue utilizando menos las frecuencias que no oía, y de esta manera su patología sí parece haber influido sobre sus composiciones. Investigadores de la Universidad de Amsterdam afirmaron que “al principio, la pérdida de audición empezó con las notas más agudas [...] A medida que la sordera avanzaba, Beethoven tendía a usar más las bajas y medias”. Estos investigadores holandeses hallaron que entre sus primeros cuartetos (opus 18, 1798-1800) usó una variedad de notas de altas frecuencias. Hacia 1810, cuando compuso el cuarteto n.º 10, opus 74 y el cuarteto n.º 11, opus 95, había dejado de utilizar una significativa cantidad de notas altas, para reemplazarlas por las de baja frecuencia. Este tipo de hipoacusia neurosensorial se caracteriza por la pérdida de la audición de tonos agudos en su inicio, a diferencia de la hipoacusia de conducción, donde la pérdida comienza con los tonos graves. Durante los siglos posteriores a su muerte, se han realizado múltiples autopsias y planteado diversas etiologías para explicar las variadas manifestaciones de las enfermedades de Beethoven. Ahora bien, intentando un resumen de la bibliografía analizada, son posibles las siguientes causas: hipoacusia sifilítica, enfermedad de Paget, sarcoidosis, enfermedad de Whipple, lupus eritematoso sistémico, intoxicación por plomo. Beethoven no fue diagnosticado ni tratado. Así y todo, su sordera no fue un obstáculo para su genialidad, o quizá fue parte de ella, sin la cual posiblemente no hubiera creado las obras que hoy conocemos y no se habría convertido en uno de los más grandes compositores de la historia. Efecto Mozart Mozart representa al genio musical por antonomasia. A los 4 años tocaba el clave y poco tiempo después sorprendió a su padre al reemplazar el segundo violín en un trío de cuerdas familiar. De una memoria prodigiosa, a los 14 años escuchó en Roma el Miserere, de Gregorio Allegri. Obra a nueve voces, considerada joya de la Capilla Sixtina, estaba prohibida su ejecución fuera de ella. Por lo tanto, no existían copias. El padre de Mozart, Leopoldo, estaba muy interesado en analizarla detalladamente. El pequeño Wolfgang la transcribió en una partitura, de regreso a su albergue, luego de una única audición. La expresión efecto Mozart se refiere a los supuestos efectos a nivel cognitivo que se generan al escuchar sus melodías. En 1993, la psicóloga Frances Rauscher y el neurobiólogo Gordon Shaw, de la Universidad de Wisconsin, realizaron una investigación con estudiantes universitarios a los que expusieron durante diez minutos a la Sonata para dos pianos en re mayor K448 de Mozart. Según los resultados, se observó mejor rendimiento en las pruebas de razonamiento espaciotemporal realizadas inmediatamente después, aunque este efecto duraba solo unos diez minutos. La investigación fue publicada en la revista Nature. Más tarde se intentó repetir estos experimentos, pero nunca se llegó al mismo resultado. Según algunos investigadores, la influencia de la música de Mozart en el cerebro radica en su regularidad rítmica y formal. Se podría utilizar como ejemplo de estos benéficos efectos el testimonio de un avezado mozartiano que, según dicen, escuchaba la sonata K448 en sus momentos más creativos. Era Albert Einstein. Entonces, ¿esa sonata de Mozart u otras obras elevan el coeficiente intelectual o alguna actividad mental de quien la escucha? El debate


no es menor porque está relacionado con lo que discute hoy la neurociencia: la plasticidad neuronal. Encontramos dos posiciones opuestas entre la teoría determinista genética y la constructivista. La primera afirma que nuestro genoma “programa” las conexiones neuronales y, por lo tanto, nuestra capacidad intelectual está esencialmente predeterminada al nacer. El medio ambiente influye en la ontogenia de la especie. La teoría constructivista sostiene que la actividad neuronal, tanto intelectual como motriz, modula el desarrollo del cerebro sin un determinismo previo. Su influencia es la filogenia. El punto de equilibrio entre estas dos posiciones antagónicas quizá puede encontrarse en lo expuesto por Cajal en 1894: “El órgano del pensamiento es, dentro de ciertos límites, maleable, y puede ser perfeccionado por una buena estructurada gimnasia mental”. A modo de conclusión El cerebro humano está dividido en dos hemisferios, y el hemisferio derecho ha sido tradicionalmente identificado como el sitio de la apreciación musical; es crucial para la valoración de la melodía, armonía, timbre y ritmo. Mientras que se ha asociado al hemisferio izquierdo con el procesamiento de los estímulos en períodos específicos de tiempo (discriminación del habla). Diferentes estudios han demostrado claras diferencias en el desarrollo de las estructuras cerebrales de personas dedicadas a la música en comparación con aquellas que nunca han tocado un instrumento. La representación cortical auditiva es un 25% mayor en los músicos que en los no músicos. Otras investigaciones confirman un incremento en el tamaño del cuerpo calloso, el cerebelo y la corteza motora. La destreza motora y la coordinación necesarias para la interpretación musical con cualquier instrumento (violín, guitarra, piano, flauta, entre otros) explicarían la plasticidad observada en estas estructuras, directamente vinculadas a dichas habilidades. La música influye sobre nuestras emociones porque es considerada como una extensión de nuestro lenguaje. Desde la ciencia, es mucho lo que puede investigarse sobre el vínculo entre la música y la actividad cerebral. Mientras, sigamos disfrutando la música clásica y propongamos que nos sigan nuestros futuros profesionales (arquitectos, matemáticos, pilotos, controladores aéreos, jugadores de ajedrez), cuyas habilidades espaciotemporales son esenciales.

Bibliografía P Hudson NJ. Musical beauty and information compression: complex to the ear but simple to the mind? BMC Research Notes 2011; 4:9. P Rauscher FH, Shaw GL, Ky KN. Listening to Mozart enhances spatialtemporal reasoning: towards a neurophysiological basis. Neurosci Lett 1995; 185:44-7. P Saccenti E, Smilde AK, Saris WH. Beethoven’s deafness and his three styles. BMJ 2011 Dec 20; 343. P Sacks O. Musicofilia. Relatos de la música y el cerebro. Anagrama 2010. P Zegers Richard HC, Weigl A, Steptoe A. The death of Wolfgang Amadeus Mozart: an epidemiologic perspective. Annals of Internal Medicine 2009; 151(4):274-278.

3


NUEVOS DESAFÍOS

La maravillosa capacidad creativa del cerebro Mucho se debatió sobre las diferencias entre ambos hemisferios cerebrales y si existía un “centro de la creatividad”; incluso si se podía aprender y enseñar a ser creativo. Neurólogos, psiquiatras y psicólogos han estudiado durante años distintos casos para encontrar la respuesta. Hoy se conoce, en parte, este misterio; pero el cerebro es una gran caja de sorpresas que seguirá planteando nuevos desafíos. Por Mariana Lorena Nisebe. Lic. en Comunicación Social (UBA). Periodista especializada en ciencia y salud.

¿Qué se sabe a grandes rasgos de la creatividad? Tres de cada diez personas generan sus mejores ideas durante sus horas de sueño. Solo una de cada diez presenta más inspiración en su trabajo. Viajar y vivir en otros países aumenta la creatividad, lo mismo que el color azul. Los niños, muchas veces, muestran una creatividad asombrosa: a los 5 años, Wolfgang Amadeus Mozart compuso sus primeras obras musicales, y, a los 11, Blaise Pascal escribió su primer tratado matemático. Pero también los adultos pueden ser tan creativos como los niños. Por ejemplo, a los 44 años, Isaac Newton publicó las leyes que llevan su nombre y, a los 45, Galileo Galilei creó su primer telescopio. Además, la formación intelectual no está directamente relacionada con la creatividad, ya que las personas sin formación pueden ser tan creativas como las que completan sus estudios; de hecho, la educación que fomenta la lógica puede reprimir la creatividad. Thomas Edison dejó la escuela en la adolescencia; sin embargo, patentó más de mil inventos. Científicamente, no se ha encontrado un “centro de creatividad” cerebral, ya que esta dependería de la complejidad de las interconexiones entre las estructuras implicadas en cada uno de los elementos y de las funciones que definen la creatividad como proceso mental. Todas ellas dependen de una alta interconectividad, en especial en la zona del hemisferio cerebral derecho. Se ha observado que personas altamente creativas muestran una mayor actividad bilateral del área prefrontal, mientras que en aquellas de baja creatividad trabaja preferentemente la corteza prefrontal izquierda; del mismo modo que la actividad creativa produce un aumento del flujo en las circunvoluciones poscentral y precentral derechas, frontal media derecha e izquierda, parietal inferior derecha y parahipocámpica derecha. Sobre la base de estos hallazgos, podría inducirse que existe una aportación hemisférica diferente en el arte creativo y que el hemisferio derecho es el que opera durante las actividades creativas. Sin embargo, no puede afirmarse que el hemisferio derecho

4


actúe completamente solo, ya que el cerebro trabaja en red, y en el proceso creativo se activan distintos circuitos neuronales. Investigaciones de todo el mundo durante los últimos años concluyen a grandes rasgos que mientras el hemisferio derecho es el responsable de las funciones perceptivas del espacio, el color, la dimensión, la imaginación, la globalidad de la estructura, el ritmo y las ensoñaciones diurnas; el hemisferio izquierdo se muestra preponderante en las habilidades verbales, la lógica, lo secuencial, lineal, numérico, convergente, simbólico, y en lo analítico. Resumiendo: mientras el derecho motiva, el izquierdo razona; el derecho impulsa, el izquierdo analiza; el derecho intuye, el izquierdo medita. Así fue descripto por el psicólogo norteamericano Roger Sperry (Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1981). Activación de estructuras cerebrales frente a enfermedades neurodegenerativas En los últimos años, se ha estudiado cómo en algunas enfermedades neurodegenerativas cerebrales se desactivan o, excepcionalmente, se activan diferentes estructuras del cerebro. La mayoría de las investigaciones describe casos de pacientes en los que, en el momento de desarrollar síntomas de una demencia frontotemporal, y a medida que esta enfermedad se instaura, de modo inesperado, muestran una sorprendente capacidad creativa que no existía previamente o realizan nuevas obras de arte que sugieren una calidad artística superior a las anteriores. Recientemente, el neurólogo William Seeley, quien trabaja con este tipo de pacientes en el UCSF Memory and Aging Center, Estados Unidos, publicó junto con su equipo el caso de una mujer con diagnóstico de afasia progresiva primaria que, desde el inicio de la enfermedad, desarrolló una intensa actividad pictórica que modificó la anterior: de una pintura poco imaginativa a una intensa e interesante producción artística. La pintora, fascinada por la música del compositor francés Maurice Ravel (1875-1937), en un intento de transformar los aspectos musicales de la conocida obra Bolero, realizó pinturas en las que equilibró el color, la forma y el ritmo con gran precisión. Curiosamente, tanto ella como el propio Ravel desarrollaron la misma enfermedad, una afasia progresiva primaria. Gracias a los avances en las pruebas diagnósticas por imágenes, en este caso se observó una atrofia del área del lenguaje junto con una atrofia del lóbulo frontal izquierdo, mientras que la zona posterior del hemisferio cerebral derecho, especializada en el procesamiento visual y espacial, aparecía engrosada, con un aumento de volumen de la sustancia gris y con una mayor perfusión sanguínea. La existencia del fenómeno de recuperación funcional, después del daño cerebral, es conocida empíricamente desde hace siglos y, en algunos casos, como parece ocurrir en las actividades artísticas, podría producir una transferencia funcional interhemisférica capaz de alterar las habilidades visoperceptivas.

5


Creatividad y enfermedades mentales El arte y el cerebro parecen tener una relación armoniosa en muchas enfermedades mentales. No puede negarse que la mayoría de los estudios sobre la creatividad parte del análisis de pacientes con patologías como demencia frontotemporal, esquizofrenia, afasia progresiva primaria, etc. El reconocido pintor ruso Wassily Kandinsky, por ejemplo, padecía una rara condición llamada sinestesia, que lo condujo a la música visual. En su libro De lo espiritual en el arte (1911) escribió: “El azul es el color típicamente celeste que desarrolla profundamente el elemento de quietud. Al sumergirse en el negro toma un matiz de tristeza inhumana, se hunde en la gravedad, que no tiene ni puede tener fin… Representado musicalmente, el azul claro correspondería a una flauta, el oscuro a un violoncello y el más oscuro a los maravillosos tonos del contrabajo…”.

Bibliografía P Jung RE, Segall JM, Bockholt HJ, Smith SM, Chavez RS, Haier RJ. Neuroanatomy of creativity. Hum Brain Mapp. The Mind Research Network, Albuquerque, New Mexico, USA. 2010. P López-Pousa S. Arte y Cerebro.

¿Se puede aprender a ser creativo? El proceso creativo no solo se observa y se estudia en pacientes con distintas patologías, ya que el ser humano, en su naturaleza, es un ser creativo. Como se preguntó la psicóloga especializada en neurociencias de la Universidad de California, Los Ángeles (EE.UU.), Lisa Sarah Aziz-Zadeh: ¿es posible aprender a ser creativo? ¿Es posible, incluso, enseñar a ser creativo? La respuesta es sí, se puede. De hecho, la gente está en constante improvisación a través de la palabra durante sus conversaciones o ideando soluciones a los problemas que se le presentan en la vida cotidiana. Sin este tipo de creatividad, los seres humanos no habríamos avanzado como especie. Es una parte integral de lo que somos, tan necesaria como la imaginación. Como escribió el Premio Nobel de Literatura en 1925, George Bernard Shaw: “La imaginación es el comienzo de la creación. Tú imaginas lo que deseas, tú quieres lo que imaginas y al final tú creas lo que quieres”.

2007. Secundino López-Pousa es neurólogo y director de la Unidad de Valoración de la Memoria y las Demencias del Institut

d’Assistència Sanitària de Girona (Generalitat de Catalunya). P Manes F. Creatividad. Parte 1 y 2. C5N. Programa “Los Enigmas del Cerebro”. Episodio 6. Temporada 1. 2011. El Dr. Facundo Manes, creó y dirige actualmente INECO (Instituto de Neurología Cognitiva) y el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, Buenos Aires, Argentina. P Sperry RW, Gazzaniga MS and Bogen JE. Interhemispheric relationships: the neocortical commissures; syndromes of hemisphere disconnection. Handbook Clin. Neurol (Amsterdam: North-Holland Publishing Co.) 1969.

6

La creatividad del lenguaje A pesar de que la relación de la creatividad con el lenguaje está nuevamente en debate con innovadoras teorías, la “creatividad” del lenguaje es uno de los grandes aportes de la investigación lingüística propia del generativismo, que ya había causado sensación cuando Avram Noam Chomsky (1972) formuló: el lenguaje no es “un almacén de estructuras básicas” que se adquiere por medio de la repetición constante, como lo es para los conductistas. Cuando Chomsky (1974) habla del aspecto creador del uso del lenguaje está exponiendo como un hecho irrefutable “que el uso es innovador, en el sentido de que una gran parte de lo que decimos diariamente es completamente nueva y no es repetición de lo que hayamos oído con anterioridad, está libre del control de estímulos externos, es coherente y apropiada a las situaciones, al tiempo que suscita en el destinatario del mensaje pensamientos relacionados con los del emisor”. Avanzando sobre la pregunta de si es posible aprender a ser creativo e incluso enseñar a serlo, aparecen nuevas disciplinas en plena expansión, como la popular programación neurolingüística, que busca intervenir en los mapas representacionales de cada persona durante la comunicación humana, o el completo programa de fitness cerebral, la “neuróbica”, creación de Lawrence Katz, neurólogo de la Duke University, en Durham, Estados Unidos, que promete enseñarnos cómo entrenar el cerebro para que se mantenga ágil y sano. Cada ser humano posee una creatividad innata que surge genialmente sin ser llamada y que espera ser descubierta y estimulada. En algunos casos, incluso, el cerebro plantea nuevos desafíos ante una lesión en determinado hemisferio y reorganiza sus conexiones dándole más poder al otro. Concluyendo, no todos somos genios, pero todos somos creativos.


BIOGRAFÍA

El adiós a la incansable investigadora de las neurociencias El 31 de diciembre de 2012 se apagó la existencia de una de las más extraordinarias científicas del siglo XX. La anciana de 103 años, de cabellos blancos como la nieve, rostro amable y mirada dulce, que hasta último momento conservó intactas sus funciones mentales, fue despedida en Turín, donde vivía, por miles de italianos, entre los que había gente común, hombres de la ciencia, políticos y artistas. Por Ricardo Ferreira. Médico (UBA) y director científico de la editorial EC-t Ediciones Científico-técnicas.

Rita Levi-Montalcini nació el 22 de abril de 1909 en Turín, en el seno de una familia judía de buena posición económica. Su padre, Adamo Levi, era un destacado matemático; y su madre, Adele Montalcini, una eximia pintora. La infancia y la adolescencia de Rita transcurrieron en un entorno saludable y feliz; aunque los primeros inconvenientes surgieron cuando su padre, quien defendía la imagen clásica de la mujer victoriana, ama de casa y dedicada al cuidado de los hijos, se obstinó en que su hija no realizara estudios universitarios y menos aún de medicina. Ante la tenacidad de Rita, Adamo tuvo el buen tino de cambiar de parecer y terminó apoyándola. Más difícil sería su vida en la universidad, donde ingresó junto con su prima Eugenia Sacerdote en la carrera de Medicina, que por entonces contaba solo con cuatro mujeres, quienes debían soportar las bromas y los comentarios irónicos de sus compañeros varones. Sin embargo, los tiempos realmente ingratos estaban por venir. En 1936, se graduó de médica en la Universidad de Turín y comenzó su actividad como investigadora asistente en Neurología y Psiquiatría bajo la supervisión del prestigioso histólogo Giuseppe Levi. Esta creativa etapa de investigación duró hasta 1938, cuando una noticia del diario la despertó a una cruel realidad: Mussolini había decretado que los judíos, incluso los nacidos en Italia, habían perdido la ciudadanía. Pronto se sancionaron medidas que los expulsaron de actividades docentes y académicas. Se le presentaban dos opciones: exiliarse o quedarse y llevar una vida inadvertida para el resto del mundo. Su prima Eugenia se vino a la Argentina, y Rita eligió la segunda alternativa. Imposibilitada de asistir a la universidad, montó un laboratorio en el dormitorio de su casa. El operativo fue una verdadera hazaña, ya que había comenzado la Segunda Guerra Mundial y la disponibilidad de material para investigación no era tema de interés para la dictadura fascista. A esta limitación se sumaba que Rita se había convertido en una paria, expulsada de claustros y laboratorios. Sin embargo, en esas precarias condiciones, surgió el germen de una línea de investigación que la condujo al descubrimiento de los mecanismos que regulan el crecimiento de las células y los órganos. Comenzó estudiando el desarrollo de los embriones de pollo, y para eso necesitaba disponer de huevos; debido al racionamiento y a la escasez de alimentos, se vio obligada a buscarlos en las granjas en las afueras de la ciudad. Aquello significó horas de pedaleo en su bicicleta, bajo soles radiantes y fríos intensos, tratando siempre de eludir los controles policiales y militares. Por entonces, Giuseppe Levi, que había sido su profesor en Turín, ahora era su ayudante en el precario laboratorio montado en la casa de Rita. Cuando los alemanes invadieron Italia, la familia se trasladó a Florencia, donde siguió llevando una vida subterránea, hasta que la ciudad fue liberada por los ejércitos aliados en 1944. Se incorporó como médica en un campo de refugiados que recibía cientos de heridos y enfermos procedentes del norte de Italia, donde aún persistía la resistencia alemana. Las enfermedades infecciosas y epidemias de tifus estaban a la orden del día,

Tres etapas en la vida de Rita Levi-Montalcini (1909-2012).

7


Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar y nunca se degenerará”.

y debió actuar también como enfermera, lo que la exponía a un contagio permanente. Finalizada la guerra en 1945, Rita regresó a Turín junto con su familia y reasumió sus actividades académicas en la Universidad. Dos años después, fue invitada a la Washington University en St. Louis, Missouri, donde permaneció más de 20 años y desarrolló la mayor parte de su trabajo, que le significaría el Premio Nobel en 1986 junto con Stanley Cohen por el descubrimiento de los factores de crecimiento neuronal, moléculas necesarias para el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso sensorial y simpático de los vertebrados. Rita recordaría aquellos tiempos de investigación como los más productivos y felices de su existencia. Las últimas décadas de su vida las pasó en Italia, donde era considerada una heroína nacional y se le otorgó el cargo de senadora vitalicia. Cuando cumplió 100 años, la prestigiosa revista científica Nature le dedicó un capítulo a su biografía y, recientemente, un epitafio, al fallecer a los 103 años. La lucidez de su mente nunca la abandonó, y hasta el día anterior a su muerte, consultaba las novedades que surgían sobre neurociencias en las revistas de la especialidad.

Rita Levi-Montalcini

Bibliografía P Abbott A. Novel Laureate Rita Levi-Montalcini dies at 103. Nature 2013; 493:306. P Abbott A. Neuroscience: One hundred years of Rita. Nature 2009; 458:564-567. P D’Emilio F. Nobel-winning biologist Rita Levi-Montalcini dies at 103. Science on NBC News.com. AP 30/12/2012. P Encyclopaedia Britannica. Levi-Montalcini, Rita. Chicago, 1995. Tomo 7, pág. 308.

P The Nobel Prize in Physiology or Medicine 1986. http://goo.gl/QtIhd

Descubrimiento del NGF (nerve growth factor) El descubrimiento del NGF constituye un ejemplo fascinante de cómo un ávido y disciplinado observador puede crear un concepto dentro de un conocimiento caótico. Hasta entonces, los neurobiólogos no entendían la forma en que se regulaba el sistema nervioso para completar toda la inervación en el organismo. El descubrimiento del NGF en el desarrollo del sistema nervioso, y más tarde en la función de la neurona adulta, fue el resultado de la laboriosa investigación de Rita Levi-Montalcini. En 1952 observó que al trasplantar células tumorales de roedores a embriones de pollo, se inducía un potente factor de crecimiento en el sistema nervioso del embrión. Llegó a la conclusión de que las células tumorales liberaban una molécula proteica que estimulaba el crecimiento del tejido nervioso con acción selectiva sobre ciertos tipos de nervios. Seguidamente, aplicó el NGF en varios tejidos y observó que era una sustancia con extrema potencia biológica, y que una célula del sistema nervioso simpático, cuando recibía el NGF, reaccionaba dentro de los treinta segundos. La billonésima parte de un gramo de NGF por mililitro de tejido de cultivo ejercía un fuerte efecto de crecimiento. Las fibras comenzaban a crecer fuera de la célula ganglionar a tal punto, que luego de un día de exposición al NGF, semejaba un sol emitiendo múltiples rayos. Este descubrimiento abrió las puertas para entender la patogenésis de diversos trastornos neurodegenerativos, como las malformaciones del desarrollo, la enfermedad de Alzheimer, la cicatrización de las heridas, la distrofia muscular y los tumores. También podría ser aplicado a la reparación de partes dañadas del sistema nervioso. El NGF desempeña un papel crucial en la regulación de las relaciones entre tres sistemas: el nervioso, el inmunitario y el neuroendócrino.

NeuroRed es un espacio de intercambio, comunicación y conexión entre los profesionales de la neurociencia. Dejamos abierto nuestro canal de comunicación nr@ect-ediciones.com para compartir opiniones, inquietudes y propuestas de contenido editorial.

La presente obra tiene como objetivo informar a los profesionales de la salud sobre diversos temas relacionados con la neurociencia. Agradecemos a todos los que, de una forma u otra, han colaborado para que este material, de indudable interés científico y didáctico, pueda ser difundido. Producción científica y editorial de EC-t Ediciones Científico-técnicas SRL. © 2013 Derechos reservados. Leopoldo Marechal 1006, 1º piso (C1405BMF) Ciudad de Buenos Aires. www.ect-ediciones.com

8



ECTNCS01F

Material para uso exclusivo del profesional de la salud. Prohibida su exhibición y/o entrega a pacientes, consumidores y/o público general. Se prohíbe su copia o reproducción, total o parcial, por cualquier medio o forma. La veracidad de la información es responsabilidad exclusiva de los autores y no expresa opinión o información alguna de IVAX Argentina S.A. o las empresas pertenecientes al mismo grupo. Este es un medio informativo solo para los profesionales de la salud. La información presentada es meramente informativa por lo que no deberá de ser utilizada para fines diagnósticos ni terapéuticos. Distribución gratuita en la Argentina.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.