Boletín cicuta # 9

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BOLETÍN

Cicuta# 9

(Centro Irapuatense de Cultura, TradiciÓn y Arte) NOVIEMBRE / DICIEMBRE 2014


NOTICIA Somos un grupo de artistas y promotores de cultura residentes en diversas ciudades del estado de Guanajuato (algunos con reconocidas trayectorias de más de treinta años). Nos preocupa el desarrollo de las disciplinas que profesamos, pero nos preocupa aún más compartir nuestros dones y reflexiones con la comunidad que nos cobija. Estamos convencidos de que el arte debe cumplir la misión de enlazar los mejores sentimientos humanos en el propósito de construir sociedades más justas, participativas, fraternales. Nuestra apuesta es sobre todo por los jóvenes, en la pretensión de sumar a nuestro proyecto comunitario de cultura la mayor cantidad posible de lectores y apreciadores de las artes. Demás está decir que cada joven ganado para el arte y la lectura es un reducto de resistencia a la oferta perniciosa. Estamos presentes a través de este boletín de título CICUTA (por las siglas que nos reúnen, no por lo que el término metafóricamente pudiera aludir). Además, compartimos con ustedes algunos textos de creación literaria. En esta ocasión BOLETÍN CICUTA ofrece una selección de poesía alusiva a la muerte, teniendo como invitado de honor (en el preámbulo) al excelente poeta nicaragüense Edwin Yllescas. 2


EDGARD CARDOZA BRAVO MÁSCARAS TIENE LA MUERTE Usamos máscaras para huir de ese espejo avasallante que es Dios. El espejo-Dios es cielo, eternidad. El espejo-hombre es polvo, muerte. En tanto nos asomamos a ese juego de correspondencias, ampliamos hasta el infinito la proyección divina y disminuimos hasta la nada nuestro alcance terreno, Dios es cada vez más Dios y nosotros, el hombre, cada vez más ceniza. La demostración absoluta de la grandeza de Dios es la muerte del hombre: para cada ser humano el punto inerte, la luz en su eclipse de ceniza es la consumación de la máxima 3


dimensión de Dios. En la muerte del hombre, Dios confirma su eternidad. Pero existe la poesía para retar a Dios y tratar de invertir ese juego de espejos. En la poesía, es Dios quien juega a imitar al hombre, es Dios quien usa máscaras de hombre, quien habla con lenguaje de hombre sublimado. La poesía es pues, ese tercer espejo que logra homologar la muerte humana y la eternidad de Dios. En la poesía, Dios conversa con un hombre sin muerte. La poesía es la máscara de Dios en el pasar del hombre, y a su vez es la máscara del hombre en la inmensidad de Dios. Sólo la poesía logra significar aquello de, ‘arriba es abajo y abajo es arriba’, y es el hombre el milagro de milagros surgido de ese vínculo, por efecto de la gracia del verbo. En las diferentes culturas y épocas son muy variadas estas visiones de la muerte desde el pensamiento poético, pero todas coinciden en que poetizar es un camino para reorientar el fin inevitable y dialogar con Dios –o con los dioses- desde un marco de correspondencias. Para Lao Tse (Siglo IV a. De C., China) la muerte es una estancia de signo alterno a la vida, una especie de prenacimiento (vivir es llegar,/ morir es volver) y es la introspección poética la única manera de ir preparado a tal momento: porque sólo desde estos filos/ en el hombre nada puede morir. Esta idea de “morir es volver a casa” se hermana con la concepción de nuestras culturas prehispánicas; dice 4


Nezahualcóyotll (1402-1472, México): Yo, Nezahualcóyotl lo pregunto:/ ¿acaso de veras se vive con raíz en la tierra?/ No para siempre en la tierra:/ sólo un poco aquí./... Y: Nadie quedará,/ conjuntamente habrá de perecer,/ iremos así a nuestra casa... Omar Khayyam (1018?-1123?, Persia) prefiere, simple y llanamente, no pensar en la muerte, perderse en la ebriedad y cuando el momento llegue tomarlo como viene, sin teorizaciones vanas, pues lo único que importa es darle al cuerpo sus dosis repetidas de placer cotidiano, mujeres bellas y vino de todos los orígenes: ¿qué es preferible?: ¿sentarse en una taberna, y hacer después un examen de conciencia?, ¿prosternarse en una mezquita con el alma seca? No me interesa saber si existe un Todopoderoso o no, ni lo que pueda hacer conmigo, llegado el caso. Según la convicción cristiana, la muerte libera al hombre de su prisión corporal y lo eleva a la gracia suprema de ser uno con Dios, la poesía mística le agrega a este pensamiento la idea del no temor a ese instante definitivo, la seguridad de que la muerte es gozo de culminar el cansancio del cuerpo en una estancia nueva que abrirá los sellos del corral maléfico del mundo para ingresar, al fin, al territorio del amor absoluto, del triunfo sobre la muerte: Vivo y fuera de mí,/ después que muero de amor,/ porque vivo en el señor,/ que me quiso para sí;/ 5


cuando el corazón le di/ puso en mí este letrero:/ “que muero porque no muero” (Santa Teresa de Jesús, 1515- 1582, España). Bien podríamos complementar la idea de estos versos con los siguientes de William Blake (1757-1827, Inglaterra) que pareciera espetarle a la muerte su nulo poder contra él, poeta iluminado, resguardado en su burbuja de poesía alumbrada por el hijo de Dios: Encerraste mi lengua en insensible arcilla,/ y me entregaste a una vida mortal./ La muerte de Jesús me hizo libre:/ ¿qué tengo pues que hacer contigo?. En poetas más recientes, el tema de la muerte es abordado con enfoques más objetivos, más cercanos a la realidad. La muerte tiene aquí características de plaza pública, de discurso mordaz, de referente histórico, de formas de enfrentar la vida... Edgar Lee Masters (1869-?, E. U.), hace de la poesía un cementerio -Spoon River-, poblado de espíritus intensos, que hablan casi siempre con rencor y deseos de vengar desde la muerte los sufrimientos de su vida . Desde la tumba enjuician a todos los que de una u otra forma tuvieron que ver con ellos, incluidos su país y los usos políticos, militares y religiosos de la época. 244 tumbas pueblan este cementerio: YEE BOW: Me hicieron asistir a las clases de catecismo/ en Spoon River/ y quisieron que negara a Confucio por Jesús./ No me pudo haber ido peor/ si hubiera pretendido que negaran ellos/ a Jesús por 6


Confucio./ Pues, un día, sin siquiera avisar,/ como si fuera una broma,/ se me acercó por detrás, silenciosamente, Harry Wiley,/ el hijo del ministro, y me perforó los pulmones/ con mis propias costillas bajo el golpe de su puño... Para Yorgos Seferis (19001971, Grecia) la muerte toma los rasgos mismos de la cultura occidental desde sus monumentos diluyéndose en polvo de tiempo: Nosotros que partimos para este peregrinaje,/ miramos las estatuas destrozadas,/ nos olvidamos/ y dijimos que la vida tan fácilmente no se pierde/ y que la muerte tiene caminos insondables/ y una justicia propia... Jorge Luis Borges (18991986, Argentina) encuentra en el tema de la muerte una magnífica oportunidad de recrear en poesía, la visión heroica del pasado de su país, además de compartirnos su teoría de un tiempo circular, que vuelve y se repite interminablemente: ..Al fin he descubierto/ la recóndita clave de mis años…/ / En el espejo de esta noche alcanzo/ mi insospechado rostro eterno. El círculo/ se va a cerrar./ Yo aguardo que así sea... Faltaría en esta panorámica de la muerte en la poesía, el ademán insolente, el humor cruel, la burla descarada hacia la muerte, una de las líneas más evidentes de la poesía latinoamericana de los últimos tiempos: Hiciste bien en morirte, tía Chofi,/ porque no hacías nada, porque nadie te hacía caso…/ 7


Ya no tenías que hacer y a leguas se miraba/ que querías morirte y te aguantabas (Jaime Sabines,1926-1999, México)... Máscaras, interpretaciones de la muerte: el retorno al ombligo por el mismo camino, la misma perfección del nacimiento; la indiferencia ante el fin irremediable en la entrega a los apetitos de la vida; la redención de la envoltura humana para alcanzar la cumbre más alta del alma, el abrazo de Dios; la historia como testigo mudo de la muerte del cuerpo; los antiguos monumentos escenificando sus propios funerales; el alma en viaje eterno al infinito; la muerte sin más careta que ella misma contemplándose en el dolor risueño de un hombre, que sólo ve la muerte como eso: muerte. Y por hoy: Anda, putilla del rubor helado,/ anda, vámonos al diablo (José Gorostiza, 1901-1973, México).

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PABLO MOYA ZAFRA MUERTE RITUAL Apunto con mi pistola a la cabeza del hombre que está sentado frente a mí en un sillón mecedor, apesta a loción barata, ¿Qué clase de hombre es este? ¿Acaso la paga que voy a recibir por aniquilar a este Cerdo, valdrá el consumo de mi energía? Eso, ciertamente no lo sé, la verdad es que no me importa para nada; después de todo y al final. ̎Todo lo que soy no existe ̎, y además me pregunto… ¿Cómo es posible denominar ̎hombre de acción ̎ a este Cerdo, a quién por su trabajo en una inmobiliaria de quinta, hace ciento treinta llamadas al día para adelantarse a la competencia? Y es este “Cerdo de acción ̎, el que recibe elogios porque va aumentando las ganancias de un pequeño grupo, estafando a un montón de personas comunes y corrientes! Por lo general son estos “hombres cerdos ̎ los que reciben el apelativo de héroes de nuestros tiempos. Lo irónico de todo esto es que tipos como el que voy a aniquilar necesitan de mí para rectificar lo malo que han hecho...

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Comienzo a sentir como la bala de una pistola empieza a perforar, aquel cráneo, tan rápido y tan lento; destruyendo la masa encefálica y, al mismo tiempo cortando todo hálito de vida. Así es como la muerte se apodera de todo, provocando las ganas de vivir cuando ya todo está perdido. Y esto sin duda alguna es la más grande de las locuras que el hombre pueda experimentar, porque está solo. No tiene ni dios, ni demonio, ni cielo, ni averno. Todo parece una armonía macabra, que desemboca en la futilidad de la vida ante la muerte, nada tan absurdo como eso. Ahora escucho gritar a mis demonios.

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EDWIN YLLESCAS ANDANTE Breve fue su tiempo, acaso súper y restaurante. Temerosa del gentío al lado, el vino fue casero blanco, o tinto siempre asaz calentó la palabra. Los avíos de cena llegaron specialdelivery. Sentencia atroz, rodó cabeza y cuerpo tumultuoso. Colgaron y nunca nadie advirtió la horca soleada su sistema de cuerdas y contra pesos, nadie lo vio. Adversos al murmurador, su chiribitil fue extraño; lobos de Gubia permanecieron en su risco rapada en su lana negra, ella devoró oveja y pastor vesperal siempre hubo en él, hueso por lamer y roer. Tal como uno que sueña haber soñado con Dios temerosos guardaron astillas para más adelante y como no sabían dónde queda el espacio en el tiempo buscaron redomada batalla, apenas reposo, orillados en la puerta del más adelante. Siempre supieron, al pretérito sólo suyo pertenece el vacío, el hollejo chupado, relamido.

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Después de todo qué podía esperar el vejete. Acaso, liar los bártulos rumbo al habitual desengaño a la puerta eterna, otra vez contra la nariz de la vida.

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SELECCIÓN DE POESÍA ALUSIVA A LA MUERTE

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NOTA INTRODUCTORIA

Se ha tratado en esta selección de establecer un mosaico panorámico de las concepciones e interpretaciones de la muerte en diversas culturas, épocas y nacionalidades: el sentir del antiguo Oriente (Lao Tse) que se hermana con la percepción de las culturas prehispánicas (Nezahualcóyotl) en la idea de “morir es volver a casa”; el sentido de la muerte como castigo doloroso, de la Europa de finales de la Edad Media (Francois Villon); la muerte como liberación de la prisión corporal para alcanzar la gracia suprema de Dios, según la convicción cristiana (Santa Teresa, William Blake); la muerte que simula los rasgos mismos de la cultura occidental desde sus monumentos diluyéndose en polvo de tiempo (Yorgos Seferis, José Gorostiza); el típico pesimismo latinoamericano convertido en sarcasmo para chotear el fin inevitable (César Vallejo, Jaime Sabines); la muerte como pretexto de poesía...

(SELECCIÓN Y NOTA INTRODUCTORIA: Edgard Cardoza

Bravo) 14


LAO TSE (siglo V a. de C., TAO TE KING Libro del camino recto), China.

L

Vivir es llegar y morir es volver. Tres hombres de cada diez caminan hacia la vida. Tres hombres de cada diez caminan hacia la muerte. Tres hombres de cada diez mueren en el ansia de vivir. ¿Cómo puede sobrevivir el décimo hombre?

He oído decir que quien sabe cuidarse viaja sin temor al rinoceronte, ni al tigre y va desarmado al combate.

El rinoceronte no encuentra donde hincarle el cuerno, ni el tigre donde clavarle su garra, ni el arma donde hundir su filo. ¿Por qué? Porque en él nada puede morir. 15


FRANCESCO PETRARCA (1304 - 1374, SONETOS Y CANCIONES), Italia.

ANTE EL CUERPO DE LAURA (Soneto CCCLXIII)

Muerte ha extinguido al sol que me ofuscaba y en tinieblas sus ojos ha dejado; olmo es, y roble, el lauro marchitado, y tierra quien me ardía y me enfriaba:

que es bueno sé, mas mi dolor no acaba. Falta quien haga tímido y osado mi pensamiento, y frío y caldeado: quien de esperanza y duelo me colmaba.

Lejos de aquel que igual hiere que cura, y que en mi pecho abrió tan honda herida, mi libertad es gozo y amargura,

y vuelvo con el alma agradecida al que gobierna la celeste altura, ya muy cansado y harto de la vida. 16


NEZAHUALCÓYTL (1402 -1472, CANTARES MEXICANOS), México.

PERCIBO LO SECRETO (Fragmentos)

Percibo lo secreto, lo oculto: ¡Oh vosotros, señores! Así somos, somos mortales, de cuatro en cuatro nosotros los hombres, todos habremos de irnos, todos habremos de morir en la tierra...

Nadie en jade, nadie en oro se convertirá: en la tierra quedará guardado. Todos nos iremos allá, de igual modo. Nadie quedará, conjuntamente habrá de perecer, nosotros iremos así a nuestra casa. .................................................................................... 17


Meditadlo, señores, águilas y tigres, aunque fuérais de jade, aunque fuérais de oro también allá iréis, al lugar de los descarnados... Tendremos que desaparecer, nadie habrá de quedar.

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FRANCOIS VILLON (1431 - ¿1465?, EL TESTAMENTO), Francia.

RONDÓ

Muerte, protesto tu rigor, pues me has robado a mi querida y no te sientes aún tranquila, si no me dejas en langor. Pues no hubo fuerza ni vigor, ¿en qué te pudo herir su vida, Muerte?

Un corazón fuimos los dos; si ha muerto, el fin es ya mi guía; o bien que viva yo sin vida, como una estatua sin razón. ¡Muerte!

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SANTA TERESA DE JESÚS (1515 - 1582, VERSOS NACIDOS DEL FUEGO DEL AMOR DE DIOS), España. GLOSA (Fragmentos)

Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero.

Vivo y fuera de mí, después que muero de amor, porque vivo en el señor, que me quiso para sí; cuando el corazón le dí puso en mí este letrero: “que muero pórque no muero”..........

¡Ay! ¡que larga es esta vida, que duros estos destierros, esta cárcel, estos hierros, en que el alma está metida! 20


S贸lo esperar la salida me causa un dolor tan fiero, que muero porque no muero..........

S贸lo con la confianza vivo de que he de morir; porque muriendo el vivir me asegura mi esperanza: muerte do el vivir se alcanza, no te tardes que te espero, que muero porque no muero..........

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LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE (1561 - 1627, SONETOS), España.

VANA ROSA

Ayer naciste, y morirás mañana. ¿Para tan breve ser, quién te dio vida? ¿Para vivir tan poco estás lucida y para no ser nada estás lozana?

Si te engañó tu hermosura vana, bien presto la verás desvanecida, porque en tu hermosura está escondida la ocasión de morir muerte temprana.

Cuando te corte la robusta mano, ley de la agricultura permitida, grosero aliento acabará tu suerte.

No salgas, que te aguarda algún tirano; dilata tu nacer para su vida, que anticipas tu ser para tu muerte. 22


FÉLIX LOPE DE VEGA Y CARPIO (1562 - 1635, RIMAS SACRAS), España.

XI

Hombre mortal mis padres me engendraron, aire común y luz los cielos dieron, y mi primera voz lágrimas fueron, que así los reyes en el mundo entraron.

La tierra y la miseria me abrazaron, paños, no piel o pluma, me envolvieron; por huésped de la vida me escribieron y las horas y pasos me contaron.

Así voy prosiguiendo la jornada, a la inmortalidad el alma asida: que el cuerpo es nada, y no pretende nada.

Un principio y un fin tiene la vida; porque de todos es igual la entrada, y conforme a la entrada la salida. 23


FRANCISCO DE QUEVEDO Y VILLEGAS (15801645, SONETOS), España.

SINIFÍCASE LA PROPIA BREVEDAD DE LA VIDA...

¡Fue sueño ayer; mañana será tierra! ¡Poco antes, nada; y poco después, humo! ¡Y destino ambiciones, y presumo apenas junto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra, en mi defensa, soy peligro sumo; y mientras con mis armas me consumo, menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado; hoy pasa, y es, y fue, con movimiento que a la muerte me lleva despeñado.

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Azadas son la hora y el momento que, a jornal de mi pena y mi cuidado, cavan en mi vivir mi monumento.

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SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ (1651 - 1695, SONETOS), México.

ENTRE LA MUERTE Y LA VEJEZ

Miró Celia una rosa que en el prado ostentaba feliz la pompa vana y con afeites de carmín y grana bañaba alegre el rostro delicado;

y dijo: goza sin temor del hado, el curso breve de tu edad lozana, pues no podrá la muerte de mañana quitarte lo que hubieras hoy gozado;

y aunque llega la muerte presurosa y tu fragante vida se te aleja, no sientas el morir tan bella y moza;

mira que la experiencia te aconseja que es fortuna morirte siendo hermosa y no ver el ultraje de ser vieja. 26


WILLIAM BLAKE (1757 - 1827, CANTOS DE EXPERIENCIA), Inglaterra.

A TIRZAH

Todo lo que es nacido de origen mortal debe ser consumido por la tierra para levantarse libre de generación: ¿entonces qué tengo que hacer contigo?

Los sexos nacidos de vergüenza y orgullo, florecieron en la mañana; al anochecer murieron; pero la misericordia cambió la muerte en sueño; y los sexos se irguieron para obrar y llorar.

Tú, madre de mi padre mortal, con crueldad moldeaste mi corazón, y con falsas y engañosas lágrimas vendaste mis narices, ojos y oídos:

Encerraste mi lengua en insensible arcilla, 27


y me entregaste a una vida mortal. La muerte de Jesús me hizo libre: ¿qué tengo pues que hacer contigo?

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EDGAR ALLAN POE (1809 - 1849), POEMAS), E. U.

ANNABEL LEE

Hace muchos, muchos años, en un reino junto al mar una doncella vivía cuyo nombre: Annabel lee, que vivía sin pensar en otra cosa que en amarme y ser amada por mí.

Nuestro amor era tan grande que el cielo nos envidiaba y envió al reino junto al mar un viento frío que heló a mi hermosa Annabel Lee.

Sus deudos se la llevaron a una tumba junto al mar donde ya no tengo más a mi reina Annabel Lee. 29


La luna en su opacidad para volver a brillar recuerda los dulces sueĂąos de mi hermosa Annabel Lee.

La marea bebe vida de las olas de la tumba junto al mar de mi hermosa Annabel Lee.

(VersiĂłn parafrĂĄstica de Edgard Cardoza)

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CHARLES BAUDELAIRE (1821 - 1867, LAS FLORES DEL MAL), Francia.

EL ALEGRE MUERTO

En la tierra arcillosa que invadió el caracol cavaré con mis manos una fosa profunda donde quepan mis huesos, donde pueda dormir olvidado, igual que el tiburón en el mar.

Yo detesto lo mismo testamentos y tumbas, y prefiero, a implorar mientras vivo una lágrima, invitar a los cuervos a que sangren feroces hasta la última fibra de mi inmunda osamenta.

¡Oh, gusanos, amigos negros, sordos y ciegos, recibid a este muerto siempre libre y jocundo; regalones filósofos que vivís de carroña,

devorad insensibles mis despojos, decidme si sabéis si aún esperan más torturas a un viejo cuerpo falto de su alma que está muerto entre muertos. 31


MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA (1859 - 1895, POESÍA COMPLETAS), México.

PARA ENTONCES

Quiero morir cuando decline el día en altamar y con la cara al cielo; donde parezca un sueño la agonía, y el alma, un ave que remonta el vuelo.

No escuchar en los últimos instantes, ya con el cielo y con la mar a solas, más voces ni plegarias sollozantes que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz triste retira sus áureas redes de la onda verde y ser como ese sol que lento expira; algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven: antes que destruya 32


el tiempo aleve la gentil corona; cuando la vida dice aún: “soy tuya”, ¡aunque sepamos bien que nos traiciona!

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WILLIAM BUTLER YEATS (1865 - 1939, POESÍA), Irlanda.

MUERTE

Sin miedo ni esperanza aguarda el animal la muerte; cuando a su fin se acerca el hombre, todo lo espera y todo teme. Muchas veces ha muerto, volvió a alzarse muchas veces. Asentado en su orgullo el hombre grande frente a los asesinos, escarnece las amenazas de cortar su vida; él conoce la muerte, la conoce hasta el tuétano. Es el hombre mismo quien ha creado la muerte, su muerte, y la mantiene.

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RUBÉN DARÍO (1867 - 1916, CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA), Nicaragua.

LO FATAL

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque ésta ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la pena consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de donde venimos!...

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FERNANDO PESSOA (1888 - 1935, EL PRIMER FAUSTO), Portugal

EL TEMOR DE LA MUERTE, II

Y sólo un sentimiento de desear eterna quietud, ambición vaga de cerrar los ojos y vaga esperanza de no abrirlos más. Cansada ansia de no vivir más; mi desvaído cerebro no lamenta ni sabe lamentar. Tumultuarias ideas, mezcla de mi antiguo ser y de éste, surgen y desaparecen sin dejarle rastros a la comprensión.

Ya deslumbradas, vanas, incoherentes, amargas (vagas), desorganizaciones que no dejan sufrir. ¡Ven, oh muerte, ya! ¡Siento tus pasos! ¡Te siento! Tu seno debe ser suave y oírsete el corazón 36


como una melodía extraña y vaga que eleva hasta tí el sueño y pasa al sueño. Nada. Ya nada (pasa); nada, nada... ¡Vete Vida!

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CÉSAR VALLEJO (1892 - 1938, ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ), Perú.

MIRÉ EL CADÁVER, SU RAUDO ORDEN VISIBLE

Miré el cadáver, su raudo orden visible y el desorden lentísimo de su alma; le vi sobrevivir; hubo en su boca la edad entrecortada de dos bocas. Le gritaron su número: pedazos. Le gritaron su amor: ¡más le valiera! Le gritaron su bala: ¡también muerta!

Y su orden digestivo sosteníase y el desorden de su alma, atrás, en valde, le dejaron y oyeron, y es entonces que el cadáver casi vivió en secreto, en un instante; mas le auscultaron mentalmente, ¡y fechas!, lloráronle al oído, ¡y también fechas!

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SALOMÓN DE LA SELVA (1893 - 1959, ANTOLOGÍA POÉTICA), Nicaragua.

LA BALA

La bala que me hiera será bala con alma. El alma de esa bala será como sería la canción de una rosa si las flores cantaran, o el olor de un topacio si las piedras olieran, o la piel de una música si nos fuese posible tocar a las canciones desnudas con las manos. Si me hiere el cerebro me dirá: yo buscaba sondear tu pensamiento. Y si me hiere el pecho me dirá: ¡yo quería decirte que te quiero!

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YORGOS SEFERIS (1900 - 1971, MITHISTÓRIMA), Grecia.

XXI

Nosotros que partimos para este peregrinaje, miramos las estatuas destrozadas, nos olvidamos y dijimos que la vida tan fácilmente no se pierde y que la muerte tiene caminos insondables y una justicia propia;

y que cuando morimos con la cabeza alta, hermanados en la piedra unidos con la dureza y la impotencia, los muertos de otros tiempos huyeron ya del círculo, se alzaron, y sonríen en una calma extraña.

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JOSÉ GOROSTIZA (1901 - 1973, MUERTE SIN FIN y otros poemas), México.

MUERTE SIN FIN (Fragmentos)

Lleno de mí, sitiado en mi epidermis por un dios inasible que me ahoga, mentido acaso por su radiante atmósfera de luces que oculta mi conciencia derramada .................................................................................... Mas nada ocurre, no, sólo este sueño desorbitado que se mira a sí mismo en plena marcha; presume, pues, su término inminente y adereza en el acto el plan de su fatiga, su justa vacación, su domingo de gracia allá en el campo, al fresco albor de las camisas flojas .................................................................................... 41


largas cintas de cintas de sorpresas que en un constante parecer enérgico, en un morir absorto, arrasan sin cesar su bella fábrica hasta que -hijo de su misma muerte, gestado en la aridez de sus escombrossiente que su fatiga se fatiga, se erige a descansar de su descanso y sueña que su sueño se repite, irresponsable, eterno, muerte sin fin de una obstinada muerte...

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MIGUEL HERNÁNDEZ (1910 - 1942, VIENTO DEL PUEBLO), España.

ELEGÍA PRIMERA A Federico García Lorca, poeta (Fragmentos)

.................................................................................... Entre todos los muertos de elegía, sin olvidar el eco de ninguno, por haber resonado más en el alma mía, la mano de mi llanto escoge uno.

Federico García hasta ayer se llamó: polvo se llama. Ayer tuvo un espacio bajo el día que hoy el hoyo la da bajo la grama.

¡Tanto fue! ¡Tanto fuiste y ya no eres! Tu agitada alegría, que agitaba columnas y alfileres, de tus dientes arrancas y sacudes, 43


y ya te pones triste y sólo quieres ya el paraíso de los ataúdes.

.................................................................................... Muere un poeta y la creación se siente herida y moribunda en las entrañas. Un cósmico temblor de escalofríos mueve temiblemente las montañas, un resplandor de muerte la matriz de los ríos.

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JOSÉ LEZAMA LIMA (1910 - 1976, ENEMIGO RUMOR), Cuba.

CIFRA DE MUERTE

Lo coronó con números la muerte y amenazas de grieta la alborada de la pluma, verde y fácil, espejada en el rincón que pájaros divierte.

En su infinito pedernal advierte luz insolente, fuego que no es nada. El paisaje del ave le convierte a la pausa sin gesto por cansada.

Una mitad desvela, y otra mitad -farol, puente celoso y agua rebotantecambia sus caballos, viene de muy lejos,

pues de la nada, crujiendo, caerá la flecha que viene más distante y el rocío que sudan los espejos. 45


ODISSEAS ELYTIS (1911 - 1996, DIGNUM EST), Grecia.

EL GLORIA (Fragmentos)

Loado sea el suelo que desprende un olor a rayo como de azufre el fondo del monte donde florecen los muertos flores del mañana..........

Loada sea la noche sin fin de las entrañas el reloj insomne que de nada sirve una cama negra que sin cesar navega por las abruptas costas de la Vía Láctea..........

Loado seas tú el amargo y solitario el perdido ya desde el principio El poeta que trabaja el cuchillo en su indeleble tercera mano: él es la muerte y él la vida..........

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Loada sea la infernal trompetería y la ígnea palidez que precede a la visión el poema ardiente de ecos de la muerte las palabras punta de lanza y las suicidas..........

Loada sea la mano que regresa del horrendo crimen y ahora sabe cuál es en verdad el mundo superior cuál el “ahora” y cuál el “siempre” del mundo:

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OCTAVIO PAZ (1914 - 1998, BAJO TU CLARA SOMBRA), México.

NOCHE DE RESURRECCIONES (Fragmentos)

.................................................................................... Vuelve los ojos hacia tu más cercana muerte, hacia el tiempo sin límites y la noche desértica, sin orillas ni fondo; vuelve los ojos hacia tu diario nacimiento, vuelve los ojos, ve.

Tocas mi corazón, oh tenebrosa, con mano blanda y grave, vencida, que me vence; y cede su latir a las corrientes que nos empujan hacia dentro, allá donde un mar quieto hace encallar la luz, donde lo vivo nace 48


y en la muerte final se reconcilia ....................................................................................

Todas las formas que derriba el sue単o o deshace la tierra, llegan, por nuestra sangre hasta la suya.

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JAIME SABINES (1926 - 1999, LA SEÑAL), México. TÍA CHOFI (Fragmentos) Amanecí triste el día de tu muerte , tía Chofi, pero esa tarde me fuí al cine e hice el amor. Yo no sabía que a cien leguas de aquí estabas muerta con tus setenta años de virgen definitiva, tendida sobre un catre estúpidamente muerta. Hiciste bien en morirte, tía Chofi, porque no hacías nada, porque nadie te hacía caso, porque desde que murió abuelita, a quien te consagraste, ya no tenías que hacer y a leguas se miraba que querías morirte y te aguantabas. ¡Hiciste bien! Yo no quiero elogiarte como acostumbran los arrepentidos porque te quise a tu hora, en el lugar preciso, y harto sé lo que fuiste, tan corriente, tan simple, 50


pero me he puesto a llorar como una niña porque te moriste. .................................................................................... En el medio justo de dos o tres ideas que llenaron tu Vida

te repetías incansablemente y eras la misma cosa siempre. Fácil, como la flores del campo con que las vecinas regaron tu ataúd nunca has estado tan bien como en ese abandono de la muerte.

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DIRECTORIO CICUTA EDGARD CARDOZA BRAVO Estudios de Ingeniería Civil. Poeta y narrador. Varios Diplomados en asuntos literarios (Crítica y Creación Literaria,

Narrativa

Contemporánea,

Literatura

Latinoamericana del Siglo XX, y otros).Becario en dos ocasiones del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Guanajuato (ciclos 1993/1994 y 1997/1998). Más de diez libros publicados.

PABLO MOYA ZAFRA Enólogo de profesión. Estudiante de Pedagogía. Dos libros publicados.

ALEJANDRO GARCÍA Doctor en Lingüística Hispánica por la UNAM, es autor – entre otras publicaciones- de los libros de cuentos A usted 52


le estoy hablando (1980, INBA), Perdóneseme la ausencia (1983, UAZ) y Salsipuedes(2007, Tlacuilo), del libro de ensayos El aliento de Pantagruel (1998, UAS) y de las novelas La noche del Coecillo (1993, Gob. Edo. Gto. – 2008, Tlacuilo, reedición), La fiesta del atún(2000, U. de Gto./U. de G.) y Cris Cris, Cri Crí (2004, Lectorum), Premio Nacional de Novela José Rubén Romero 2002.

BENJAMÍN VALDIVIA Miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.

Tres

doctorados

(Filosofía,

Educación,

y

Humanidades y Artes). Presidente de la red Cervantina Mundial. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Autor de más de treinta libros en diversos géneros. Traduce desde el inglés, francés, alemán, portugués, italiano, alemán y latín.

JESÚS MONTES Pintor egresado de la Academia Nacional de San Carlos. Más de veinte exposiciones pictóricas a nivel nacional. 53


JUAN CARLOS GALVÁN Periodista de profesión. Asesor de comunicación de diversas campañas políticas. Autor de varios libros (cuento, poesía, novela).

MIGUEL AYALA ESPINO Estudios de Economía. Articulista de temas culturales en diversos medios locales. Sensible crítico del género cinematográfico.

CONTACTO: Email: edgardcardoza@yahoo.com.mx Teléfono: 462 509 41 96

ILUSTRACIÓN DE PORTADA: JESÚS MONTES (Ángel agorero anunciando la inundación)

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