Kris Le贸n Ediciones En Huida
© De los poemas: Kris León © De la ilustración de la portada: Annie Ruiz Maquetación: Martín Lucía (mediomartin@yahoo.es) Coordinador editorial: Ediciones En Huida ISBN: 978-84-943241-0-9 Depósito Legal: SE 1911-2014 Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro, al igual que su incorporación a un sistema informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, reprográfico, gramofónico u otro, sin el permiso previo y por escrito de los editores. Contacte y haga su pedido (sin gastos de envío): ventas@edicionesenhuida.es
Índice de poemas
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I. Mosca
Alas de mosca ¿Quién habla de poesía? Prefacio Allí donde solíamos escapar Adictos anónimos
II. Gorrión 33 35 37 39 41 43
Extraña criatura Buenos días Espejo sin cristal Que la luz ponga los pies sobre mí (y acelere) Abril En un abrir y cerrar de estrellas (I, II, III) III. Gato
49 53 55 59 61 63 65 69
De aquí puedes comer Olisqueando el tiempo Marilyn Juego de pronombres Él, la bestia Quince minutos Una vez más, me follo esta oscuridad Antes del epílogo
IV. Araña 73 79 81 83 87 91 95 97
Tú, 22 años Material no reciclable Ahora que siempre es demasiado... Vida animal Querido nadie Soy capaz de algo más ¿Qué pensaste? Verbos en las cerraduras V. Águila
101 103 105 107 109 115 119 121 123
No hay mejor mapa que un mapa en blanco La tormenta Nubes de septiembre ¿Qué clase de luz es esta? Azul Klein (I, II, III, IV) La destrucción No pertenecer, no permanecer Aquí nadie quiere hablar de amor Golpe de alas
Kris Le贸n
Prólogo Me llega un anticipo del poemario Animal de Deseo de la poeta Kris León y un escalofrío me recorre; la emoción de “su” poderosa palabra poética asomada a lo intuitivo, a la función expresiva del verbo, “Yo, verso fugitivo,/ Yo, carne viva,/… eterno Animal de Deseo”. Kris, joven pero decidida, poeta desde el mismo nacimiento, expresa sus anhelos con cierta dosis de realismo romántico. Sus poemas parecen cristales. Merecen toda la atención. El cristal no oculta, es veraz, deja pasar la luz de su alma hacia el exterior, hacia “el otro” al que le habla directamente desde el corazón; ventana abierta a una realidad tan suya, a un sentimiento tan de todos; el amor. La poesía redime su dolor, el del la ausencia, el del olvido o el de la incomprensión. Al final, tal vez escribimos para eso; saber que no estamos solos. En esta tarde de otoño me he dejado llevar por el paisaje interior de sus versos. “Se hace tarde, de nuevo/tan sólo quedan/ tus ojos 9
frente a los míos/ y esas terribles ganas/ de salvar el mundo/desde tu boca,/desde dentro/ de ti”. José Mª Cotarelo Asturias Granada, Otoño, 2014
Dedicado a esas personas que me empujan a seguir escribiendo y subiéndome a un escenario. A mis padres y a mis amigos, por ser mi salvavidas constante. A La Rebotica y Noventa Trastos, por estos años y los que vendrán. A la preciosa Annie Ruiz, por su ilustración para la portada (y por su luz). A quienes siguen creyendo en el arte y luchan a diario en el mundo de la poesía y la cultura.
De cada cicatriz que hay en mi cuerpo, emerge una verdad Nikola Madzirov
No hay nada más obsceno que un alma desnuda Leopoldo María Panero
Soy capaz de algo más Standstill
Yo, verso fugitivo, yo, carne viva, yo, alma de humana bestia que busca un papel para rugir y devorar la existencia. Yo, mosca, gorrión, gato, araña, águila. Yo, que necesito de manera enfermiza que vibre, que escupa, que grite, que duela y que a veces cure el poema. Yo, eterno Animal de Deseo.
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MOSCA Su vida oscila entre los 15 y 25 dĂas. Viven en la basura y en otros lugares en los que haya materia fecal. Sus ojos tienen miles de facetas sensibles a la luz. Usan las patas para saborear. Los animales atraen a las moscas poco despuĂŠs de haber muerto.
Animal de deseo
Alas de mosca
Blanco y tungsteno. Recorre un frío pasillo, una eterna línea recta hecha de espirales. Nunca hay mucha diferencia. La luz de hospital le alumbra la piel de sus 21 años y en sus ojos también hay luz pero también es artificial (aquí tampoco tienen cura para ti, aquí tampoco, sigue buscando). La habitación 605 se cierra, da igual si es de noche o de día. Nunca hay mucha diferencia. 19
Nuevas agujas en las mismas semanas de días sin resurrección. Un silencio seco duerme sobre el mostrador (aquí tampoco, para ti no hay nada,aquí tampoco). Las moscas se chocan contra el cristal de la sala de espera. Se duerme sin beso de buenas noches y cierra los ojos. Dicen que mañana será otro día (aunque amanezca sin alas). Cierra los ojos deseando que mañana sea otro día.
Kris León
¿Quién habla de poesía?
El frío me muerde los labios. No sé dónde esconderlo, dónde esconder todo esto.
¿Quién habla de poesía? ¿Quién coño habla de poesía? ¿Quién cree que hay aquí poesía? Que levante la mano, que me lo diga. Sabes que yo no hablo de poesía, que mientras lanzo en paracaídas las palabras solo espero que no todas caigan, solo quiero que alguna aterrice en ti. No sé si eso será poesía, el equilibrio entre el cielo y tú, el juego de distancias. Lo bautizo todo con tus ojos, con tu lengua.
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No sé, quizás desde ahora puedas llamarlo Poesía.
Animal de deseo
Prefacio
Arráncame el reloj, la ropa, la piel, la cordura, la espera, el miedo, empieza por arrancarme todo lo que no tengo. Se me hace tarde, de nuevo, tan solo quedan tus ojos frente a los míos y estas terribles ganas de salvar el mundo desde tu boca, desde dentro de ti. Tan solo queda un fósforo que se quema entre los dedos, tan solo queda un poema que se te ha clavado dentro, te miro y lo veo, si me dejas
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te lo extirpo por completo día a día, poco a poco. Quizás el poema perfecto tan solo puede escribirse entre dos cuerpos.
Kris León
Allí donde solíamos escapar
100 kilómetros por hora.
Solo sé que siempre faltan cinco minutos. La radio del coche balbucea números, formas de medir la vida que no entiendo. Las palabras entrecortadas del locutor de radio van c a yen do en el salpicadero. Pienso que hay un dios sin nombre al borde de cada madrugada. 120 kilómetros por hora. Solo sé que siempre faltan cinco minutos. Yo tengo frío en todas partes. 25
No hay nadie alrededor, conduzco por una autopista dibujada con lápiz de labios. Hay quien me busca sin saber que la mejor manera de encontrarme es dejar de buscarme. 70 pulsaciones por minuto. Creo que estoy ya en casa pero tengo la sensación de que nunca me marcho de allí. El alma grasienta reposa en el arcén. Parpadea. Algunas luces la deslumbran. Parpadea. Se moja los labios con un white russian. Parpadea. El alma grasienta hace auto stop, se pone tacones para que la escuchen, y la falda más corta,
Animal de deseo
para que la vean. Par pa de a . El alma grasienta clava sus tacones en la piel de la [noche. Hadejadodeparpadear.
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