Atomic Pink desarrolla, a modo de viaje, una historia de amor y un tránsito desde la muerte hasta la vida. Entendiendo la muerte como algo metafórico que surge como consecuencia del desgaste y de la devastación de la propia existencia individual, o bien, desde una perspectiva global y uniformadora, como secuela del deterioro de la tierra y de sus frutos, malogrados a manos del ser humano. Un mundo devastado, desnaturalizado, privado de su esencia primigenia, que sirve estéticamente de escenario, y que a su vez, en un sentido más profundo, se erige en símbolo de la metamorfosis íntima y personal que los protagonistas, Valentina y Ulises, experimentan por separado, consiguiendo, a través de ella, reactivar el amor en sus vidas: Mi corazón/ desdibujado en el ocre primigenio de una silueta prehistórica /recupera el latido del animal salvaje/ que yace junto a él//.