A Marea, por todos los poemas tiernos que me escribes con la boca.
“La tortura como método de aprendizaje para el animal es denigrante y cruel. Los animales son seres vivos enteramente capacitados y perfectamente sensibles como para asimilar órdenes o comportamientos mediante una forma libre de dolor, basta una simple recompensa a cambio de realizar un mandato para que el animal comprenda, una zanahoria, una galleta de perro, un trozo de pan. Los animales aprenden por el hambre.” Carlos Gallardo Rodríguez
Maite Alba
El perro y la rabia
Deshacer el vacío y que se desenvuelva solo, coraje en una caja llena de cosas rotas metida en un cajón lleno de otros desastres.
Hacer el vacío, y que me llene la piel convertirme en la persona menos indicada para mí, acabar adquiriendo el comportamiento que caracteriza a mi álter ego, menospreciar a mi ego inalterable, beberme Madrid de un tiro caminar sola de madrugada por una calle repleta yendo más ciega que el amor ser la rabia que habita en todos los perros, (en todos los perros) seguir ladrando hasta despertar a los vecinos 13
hasta aprender a cantar para hacerte conciliar la pesadilla desvelarte. Un secreto: toda esta galaxia de terciopelo este mundo mágico de aviones despegando esta pasión que me inunda todas las veces que te juré que yo sin duda te quería más, eran mentira. Te dije que tuvieras cuidado, soy una trampa.
1. Las niñas
Nombras el árbol, niña. Y el árbol crece, lento y pleno, anegando los aires […] hasta volvernos verde la mirada. Octavio Paz
Maite Alba
Infanta
Recuerdo muy mal, cuando era anciana,
y quería de tigre los pasos de cebra que surcaba saltando, todo era queja. Recuerdo muy mal cuando era una anciana con nombre de niña y quería todo lo que el resto no podía ofrecer, todo era llanto. Ahora en esta nueva y eterna juventud nublado nunca es sinónimo de malas noticias el clima no es un estado de ánimo, si llueve, salgo a mojarme la ropa tesoro, ángel, diamante, mi vida me has purgado el alma me has llenado el tiempo de caricias y reinos en construcción y ahora sólo hago locuras por amor, corduras. 17
Salgo a la calle de colores con una sonrisa de mi vientre al tuyo con faldas de flores y arbustos y esfinges y gorriones reciĂŠn nacidos estallan bombas afuera en tu jardĂn y hacemos zumo de escombros, corazĂłn nacemos ciudades, ya no nos importa lo roto.
Por el hambre
Casa de niñas Mi verdadera morada contigo no tiene suelo ni techo Señor, ni ventanas para mirar fuera, ni espejos para mirar dentro, ni canto para salir de ella, ni muerte para empezar. Leonard Cohen
Quiero, con mis manos,
con ramas de alambre y algún ladrillo, construir un refugio donde no pasar hambre hacer de él un lugar fresco y joven allí donde tu vejez no tenga valentía que albergue tal pudor como para no tocar la puerta. un búnker en el cual el invierno y la marea no traspasen el alféizar una cabaña de risa, cuentos y drogas y plural donde no estar sola donde estar contigo. 19
Quiero, con mis manos con muros de Berlín e inteligencia construir un escondite donde todos nos vean hacer de él un laberinto de palabras que marquen la salida, allí donde tu dolor, tu miedo, tu odio y tu humo gris, no tengan las agallas de forzar la cerradura y seas auténtico y libre y conmigo en ese hogar que fabrico hábil, con estas manos que son las tuyas.
Maite Alba
Las niñas no hablan
Porque calladita, aquí, tiritando
me cuento historias de brujas y magos y ardillas e incluso de pájaros de fuego. Las cien balas que hoy nacen de mi boca, mañana no serán más que el disparo sordo que escupió esta lengua. Si yo tengo el poder de la vida en los labios ¿por qué calladita? ¿por qué tiritando? (Porque el viento y la semilla y los álamos y los Haikus del Japón…) No, porque las niñas no hablan. Porque me han hecho elegir entre el amor y el orgasmo, por eso grito, por eso canto. 21
Por el hambre
Las niñas de colores
Materia gris son las niñas de colores del parque
de debajo de casa. Con sus túnicas de marca y esos zapatos brillantes que en cambio mi madre si me hubiera permitido manchar. Algunas tardes, cuando la cafetera chirría y abro con fuerza el tarro del azúcar, las veo bailar con timidez, pisando el barro casi con prudencia y buenos modales. Esas no son mis niñas, no las que antes por poco rompían los cristales al jugar, no las que mordían sinvergüenzas los pies de las muñecas, no, esas ya no son mis niñas, sólo son materia gris. Raspan el aire con sus manos limpias y el olor a jazmín de los vestidos recién salidos de la tintorería. Y allí van, con paso dulce, formadas en las mejores escuelas, con sus diminutas cabezas llenas de conocimientos inútiles, dóciles en la esclavitud, ajenas a su falta de criterio. No tienen derecho a pasar de ese modo por mi vida, ni a brincar así sobre el césped del jardín, las tres mellizas ya sólo son materia gris. 23
Maite Alba
Las niñatas
Adoro cuando juntáis las tiernas manitas como si fuerais como si fuerais tiernas e inocentes,
[aire,
como si despojadas de vuestras máscaras de caléndula [y latón, dejaseis de ser extrovertidas y risueñas para volver con prisa al reino cruel de la timidez y la [sociopatía, cuando las juntáis así, para rezar insulsas y domésticas, como si estuvierais arrepentidas, justo así, las tiernas y llenas manitas que tenéis todas las masturbadoras, todas las Dolores, todas las zorras sin corazón.
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