Libelalium
Rosacruz Trigo
Ediciones
En Huida
© De los poemas: Rosacruz Trigo Maquetación: Martín Lucía (mediomartin@yahoo.es) Coordinador editorial: Ediciones En Huida ISBN: 978-84-942074-0-2 Depósito Legal: SE 2401-2013 Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro, al igual que su incorporación a un sistema informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, reprográfico, gramofónico u otro, sin el permiso previo y por escrito de los editores. Contacte y haga su pedido (sin gastos de envío): ventas@edicionesenhuida.es
Índice de poemas
11 Introducción 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 41 43 45 47
NINFAS
I Libela perdida Despido impronunciable Mater Libela versus Minotauro En rojo Miss Tras la reja Concubina Calcuta Tarde de constelación sin libela Alguna libela constelación Cartas La misa de la tarde Limonero Perla negra Perla
51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 71 73 75 77 79 81 83 85 87
Libela Caballo de Venusina XXI Nata En Venusia Tarde mira ojo Azúcar XX Eat me. Drink me Como aguas XIX Mirada sagrada Cardo Libela mañana Cometa Cárcel Libelaire Libelarada Esta flor
VENUSINA
ALAS DE LAGOS 91 93 95 97 99 101 103 105 107 109 111 113 115 117 119 121 123 125 127 129 131 133
Dama del lago Morgana Alas de lagos Manos Camino Espera Partícula Pan Poema de amor con lagos Poema de amor Satélite Retiro, café y no cigarrillos Retiro, café y no cigarrillos II Retiro, reitero, café, no cigarrillos y añado azúcar Contención Reconoce Ladridos de pájaros Después de Alejandría Noche La poética de Aristóteles Última Marea
Libelalium
Rosacruz Trigo
Introducción Libelalium: Del latín personalizado; libela de luto. Dícese de aquellas mujeres con alma de libélula que han dejado los infiernos para iluminar las calles de algunas ciudades de lámparas de aceite. Gracias al equilibrio de sus alas, el vuelo está en sus miradas y lo infinito es su forma y su vacío. Como guiadas por surcos las aguas creían crecer para charcos muy profundos. Las almas libelalium crecen como metáfora de libélulas, comienza su fruto, madurando como ninfas sobre aguas perdidas, lejanas, para más tarde comenzar a sentir el dolor de los aires y los caminos como Venusinas rebeldes y azarosas. Parece que horizontes traen viejos equipajes a manos y ojos de libélulas, ya que al salir del lago, esa esencia de lago se transforma en esas alas dolorosas y fuertes que llevan a féminas libelalium a vivir los espacios como aguas de cielo o mar de incautas nubes en espejo de alas almas compasivas, de belleza de tacto y simetría de luna. 11
Ninfas
Rosacruz Trigo
I
Caminaba entre las calles y sostenía miradas de otros, componía los ojos, las cuencas tras los cascos de ese cierto tono azul oscuro, cargante, algo melancólico, sin vida marítima. Cuidaba cada palabra, cada escena desconocida, cada ladrillo de su casa era un mundo abierto. Mañana deshabitada por cortinas. Una parte del cabello rizado estaba a puertas de la entrada, impecable. Una mancha de carmín entre columnas delataba las idas y venidas entre juzgados y bancos, entre bitácoras que concluyen, entre las calles de una ciudad donde no existen ya las habitaciones privadas para nosotras y nuestras paredes de piel. Acaba el invierno, no importa el frío. Los ríos de gente llegan ya a socorrer nuestra pena, nuestra terrible despedida entre porras y dientes.
15
No sé qué haremos mañana, supongo que continuar caminando entre las calles, sin aplacar la mirada de los otros. Pasados los siglos mejorará nuestro jardín, volverán las náyades a poblar la casa de risas, de aventuras, Hoy entre la alfombra del pasillo y la cocina existe un laberinto de interminables pelusas que amenaza con crecer y crecer y crecer. Hoy montañas moveré por mí misma.
Libelalium
Libela perdida
Para Jacintha, sin duda, mujer Libelalium
Casi olvido decirte, lo mucho que siento haber vislumbrado
la madera que cubría tu cuerpo en estos pasados días sin [forma. Mujer bella coto privado de casa vacía, posiblemente, tenías los vestidos más blancos de todo Londres. Tendrías quizás, las negras cejas cubiertas de niebla todo el día y la noche caminando sobre mentiras mentiras en las ventanas y poemas rigurosos en las puertas. No sabes todo lo que siento el sentir de la pérdida irremediable Sangre alborotada en coronas Coronas vacías de coronas. Ahora miradas serán para algunas estrellas.
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Rosacruz Trigo
Despido impronunciable
Algunos días son muy largos, algunos pozos
[demasiado profundos Caía el sol y las medicinas estaban en las farmacias, no es propio de mi acalorar la piel con algún licor caro, ya será extraño que pueda permitirme un licor. El alcohol es para indecentes y para ricos, solía decir [mi abuela. Las máscaras esta mañana estaban sobre las mesas, era un paisaje de infinitas curvas de escayola blanca sobre eterna galería de pupitres, nadie miraba, y nadie miraba el surco en mis medias impronunciables.
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Libelalium
Mater
Peligrosamente acabé conmigo.
Regresé al huerto de mi madre y observé lechugas al sol. Mañana cayó tormenta de granizo desbocada a la ira y murieron todas nuestras verduras, esas que sobre tierra mojada agrupaban el amor necesario para nuestras manos cultivadoras. Pero allí sigue tu semilla, hundida junto a las raíces. ¡¿Quiénes somos nosotras para juzgar a los perros?! Miedo, eso es lo que tú no me enseñaste pero lo combato todos los días cuales dientes de lobas. Conjura luna y apareces. Bajo ojos de nueva creciente al cielo surgirán los ojos de las plantas. Compartimos el fruto con nuestras hijas.
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Rosacruz Trigo
Libela versus Minotauro
Hoy volví a casa casi sobre mis viejos pasos.
Recostada sobre fraguas recordé sin querer mi rostro diez años atrás. Sobre un laberinto acunamos los días. El minotauro estaba profundamente dormido y soñaba [a ratos que unas piernas jóvenes le desafiaban. Aun duerme su respiración es tan suave que solo los niños no nacidos [pueden oírla. Silencio entre ramas silbando cánticos políticos protestas y protestas bucean a través de su saliva [en erupción. Sobre un laberinto descansan tardes aburridas y... de un salto sueltan nubes,
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truenos y relámpagos despiertan los ojos de esa bestia [milenaria, no es posible, mi rostro, diez años adelante, sigue perdido entre rosas del laberinto. Debo esconderme bien o moriré descuartizada en gajos de naranja amarga bajo yugo feroz de sus cuernos y sus patas. Teseo ha marchado con su séquito de mujeres vestidas para no volver. ramas y flores que odian a las libélulas destrozaron los vestidos... EXIT...es fugaz como el verde azulado de los campos SORTIE...podría ser allí, detrás de esas granadas podridas al otro lado del puente más allá de la ciudad cerrada. Bajo las faldas cenicientas guardé fustas y látigos. Por la mañana o al anochecer domaré al fin al minotauro. Soy reina republicana de mi laberinto infinito.
Libelalium
En rojo
Como un sacerdote sin sotana encontramos la gracia
en ojos de transeúntes. A ciertas horas se perfilan líneas en horizontes de nuestra [boca. El silencio atormenta la tarde como hierba sobre la fuente. Una vez nos vimos, y hablamos. Era en rojo quebranto del blanco y miles y miles de millones quedaron en un sólo átomo custodiado por algo de rojo quebranto. Habla con ella, esa gata vieja sin cabello. En rojo huimos entre azules escamas de tristeza.
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