POESÍA -:- Buda en el Bolshói - Álvaro Campos Suárez -:- Ediciones En Huida
Dos árboles se aman, y en la síntesis de una foto proyectan, en escena, raíces en común.
Orientan ramas al sol para dotar de claros donde no se ofrecen sombras. Disponen las caricias de las más tenues hojas al brillo y follaje ajeno, ya propio. Rompe el silencio. Huye la ignominia. Y los amantes se abrazan a escondidas. Soterrados. «Flora incestuosa», Buda en el Bolshói, Álvaro Campos Suárez
La inmensidad en los bastidores
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Álvaro Campos Suárez & Buda en el Bolshói Poeta laborioso, Álvaro Campos Suárez (Málaga, 1981). es Licenciado en Derecho por la UMA (tras una estancia en la University of Sheffield), cursó estudios de Lengua y Literatura en Oxford y Toulouse y actualmente finaliza el Máster en Política y Democracia de la UNED (Madrid). Sus poemas han sido difundidos en reconocidas revistas literarias (Barcarola, Suspiro de Artemisa o El Toro Celeste, entre otras) y blogs de referencia como La nave de los locos. En 2013 publicó trENes (Córdoba - nº 9 de la Colección Año XIII).
Memoria extraíble
Manuel González Mairena Ediciones En Huida
Sobre la obra: <<Oxígeno para la lírica (…) esencial, innovador, impactante>> (A. Moreno Ayora, Cuadernos del Sur).
Memoria extraíble
Manuel González Mairena Ediciones En Huida
© De los poemas: Manuel González Mairena Maquetación: Martín Lucía (mediomartin@yahoo.es) Coordinador editorial: Ediciones En Huida ISBN: Depósito Legal: Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro, al igual que su incorporación a un sistema informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, reprográfico, gramofónico u otro, sin el permiso previo y por escrito de los editores. Contacte y haga su pedido (sin gastos de envío): ventas@edicionesenhuida.es
Índice de poemas
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Tú que agarras las manos como nadie Cuando despierte mañana Aparece la luz de carretera La lógica de Orfeo En los atardeceres claros Piedra, papel o tijera Hans regresa con la lluvia Just to love Salió corriendo escaleras abajo Tu nombre aún permanece Las palomitas siempre las paga ella El amor vida mía Qué haces a los pies de mi auto Ando empeñado Tú eres la mujer desnuda Llevo varios días de viaje Perdonen la ocurrencia Entonces la preocupación es inercia No hay nadie para mencionar mi carne Disculpe quería hacer un pedido [cuando el latido haya cesado] Para aceptar pulse aceptar [visiones] [visiones] pessoa [visiones] [visiones] [visiones]
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Según los últimos datos del ipc Sales de la ducha con los calzoncillos Noches donde no hubo límites Esta ciudad respira La avenida vuelve a la normalidad Nos quieren traer el sonido de las locomotoras Las cicatrices componen nuestro recuerdo físico desolación de páramo intenciones Las ciudades Todos los días atravieso por la vía de servicio Volver a ti La visita de los primos Desde lo alto de Crest Como en este paisaje francés Esto es sólo Tú respondes al estímulo de la luz versión original Aquí, mientras trazamos la A-92 Cuando descubrió que podía dar nombre a las cosas Si viene alguien amnesia
Memoria extraĂble
Manuel GonzĂĄlez Mairena
Memoria extraíble
Tú que agarras las manos como nadie y la gente se acerca como en una peregrinación en espera de [serenidad, frío, gracia, prosigues ajena en tu danza ritual, cuestionada en el [porqué de sus plegarias y sin embargo los bendices en este cielo de luces y tabaco al otro [lado del cielo.
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Manuel González Mairena
Cuando despierte mañana y el día siga siendo día y las calles lugares donde cruzarse seguirán tal y como se acostaron las zanjas entreabiertas, sin ungüentos ni vendas para sanar a todos los heridos leves. Yo seré uno de ellos como lo fui ayer por un puñado de grietas, cristales, sangre cauterizada. En esa huida constante; los maquillajes, los liftings, —seguirán tal y como se acostaron— sobre los ríos del progreso, 11
en los bares, los semĂĄforos, heridos leves, a ambos lados del telĂŠfono, incubando un luto grueso por las horas, aislante gris ante los rostros, morfina en las solapas.
Memoria extraíble
Aparece la luz de carretera. Una mano que susurra interrogación abierta.
Se expanden los límites. (Abre el plano).
Más allá hasta los confines kilómetros sin cartografía.
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Manuel González Mairena
La lógica de Orfeo
Si me prestas un instante la ciudad, sus calles, sus farolas, el rezo de las aves, algunos viandantes, prometo devolverte el titanio fundido de la ausencia, los restos del dolor y un caudal pixelazo. Sin batallas, no más búsquedas absurdas en este confín inquieto bajo placas tectónicas: aquí se amarán la gravedad y el equilibrio. 15
Memoria extraĂble
En los atardeceres claros se ve la central tĂŠrmica.
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Manuel González Mairena
Piedra, papel o tijera
Lava, tú siempre lava. Incandescente, móvil, rojiza. Para ti es sencillo venir, abrasarme, luego las ampollas, cicatrices y restos de tu paso. Ahora estoy harto del fuego, los fósiles y el metal derretido.
Echémoslo de nuevo a suertes, pero esta vez (por favor) atente a las reglas. 19
Memoria extra铆ble
Hans regresa con la lluvia, custodia todas sus plegarias bajo un paraguas de varillas oxidadas, el agua moldea los contornos, indiferente, ni el escorzo de las aves modifica su percepci贸n del paisaje.
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Manuel González Mairena
Just to love
Gente que espera. Espera, como tú, con el móvil en la mano, la hora, una llamada perdida, —los autobuses pasando puertas cogidas a su recorrido—, como el joven de flequillo tintado y pantalones blancos —cuánta lejía en la espera—, mientras los rostros se suceden sugerentes y amables, en tránsito.
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