Ya desde el mismo título del libro, en Sala de espera la poesía se vincula a la medicina, proyectándose concretamente como una forma de curación a medida que avanzan los poemas. No en vano, las tres partes que conforman el poemario aluden claramente a este tema: "Del amor y otras reacciones adversas", "De la convalecencia" y "De venta en farmacias". Así, irán apareciendo los síntomas, que serán las propias pasiones humanas sometidas a una revisión muy personal. A la par que Esther Garboni nos habla de la tristeza, del dolor, de la desesperanza, de las grandes dudas, también nos dará el antídoto, el remedio, aunque tal vez no sea lo esperado: "¿A qué viniste, si no a salvarme? / Un escuadrón de dudas / me asaltan esta noche. / Vete por dónde has venido, / si no tienes respuestas.". Cada poema actuará con una fórmula, con un principio activo, y también con unos efectos secundarios.