Varada Historia, Bruñidas sombras, María José Collado
Bruñidas sombras
María José Collado
Ediciones En Huida
Ediciones En Huida
2
María José Collado Bruñidas sombras María José Collado (Jerez de la Frontera), ha vivido en Essen (Alemania) y Madrid, residiendo actualmente en Sevilla. Y precisamente en Madrid, durante su adolescencia y juventud, fue donde comenzó con su vocación literaria, lo que le ha llevado, hasta el momento, a colaborar en publicaciones como: Agenda de la tolerancia, Revista Océano, Cuadernos de Roldán, Aldaba, Diálogo, Jirones de azul, Poesía actual, Andalucía liberal, Tinta China, Grisú, Casa Eolo, Azul de mar... y en las antologías: Palabras indiscretas, I Encuentro hispano-marroquí de poesía Jacinto López Gorgé, Versos para derribar muros y Especial de poesía andaluza vol. I En sentido figurado. Tiene en su haber las siguientes publicaciones: Monográfico de La Cuerda del Arco, La luna en el laberinto, Arde la vida bajo el cobre lunar y Tapiz de agua. Con su última obra, Bruñidas sombras, muestra una poesía ciertamente madura, un ejercicio exquisito de sencillez y alma. Poemas serenos y llenos de fuerza, a la vez.
pet
Rastrear la luz en el vientre de todos los naufragios, alzarla como un cáliz, asistir a su renacimiento. La historia se rescata abriendo su envoltura, sacando a cubos sombras, derramando la estremecida luz que nada en las clepsidras.
Ediciones En Huida - María José Collado - Bruñidas sombras -
Poesía En Tránsito
Poesía En Tránsito
Según su prologuista Jesús Tortajada, nos hallamos “ante una poesía auténtica, ante la abstracción y la recreación, ante ese disimular la vida con adjetivos que quizás le hagan más justicia, que aparecen retóricos o simplemente estéticos, pero que logran adentrarnos (lo hace María José por el amor o por el dolor como por su propia casa), que avancemos por ella, por la vida, sólo reconociéndola y sin que nos pertenezca, como embelesados. “
© de los poemas: María José Collado © del prólogo: Jesús Tortajada © Maquetación y diseño: Martín Lucía (mediomartin@yahoo.es) © de la ilustración de la portada: Raquel Eidem Blázquez, Fernando Parrilla y Martín Lucía ISBN: 978-84-940091-6-7 Depósito Legal: SE 3957-2012 Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro, al igual que su incorporación a un sistema informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, reprográfico, gramofónico u otro, sin el permiso previo y por escrito de la dirección del centro.
Contacte y haga su pedido (sin gastos de envío): ventas@edicionesenhuida.es
Poesía En Tránsito Colección de poesía Bruñidas sombras Volumen 2
Bruñidas sombras
María José Collado Ediciones En Huida
Prólogo Por el jardín, tal vez entre las buganvillas, entre los ficus y las esterlicias, por la puerta de atrás, por la cuadra perteneciente a la que fue Casa Palacio o por la carbonera, andan sus pasos leves. En un viejo almacén, hoy casa abierta, espacio y lugar de encuentros o, como la nombra Francisco Lira, una taberna de marcado carácter cultural, andan aún los pasos leves de una poeta. Y fue en la Carbonería, ese lugar sagrado en el que orábamos nuestros primeros versos allá por los ochenta, donde conocí –ahora aparto ciscos y cenizas del recuerdo- junto a otros jóvenes poetas, a Mª José Collado. Podría quizás hacer memoria sin apelar al fuego o a la bruma… (son versos pertenecientes al poemario de Collado Arde la vida bajo el cobre lunar, publicado en Murcia, 1.992). Hoy tengo el privilegio de ofrecer su nueva, flamante, entrega poética Bruñidas sombras, que tan exquisitamente ha editado Ediciones En Huida. Tengo miedo de la dulzura, al algodón de las palabras, a las hojas caídas como palomas cansadas… (este fragmento es de su obra La luna en el laberinto, publicada por la Colección de poesía Corona del Sur, Azul y Tierra – 17. Málaga, 1.987). 7
Mas he de advertir que nos encontramos ante una poesía auténtica, ante la abstracción y la recreación, ante ese disimular la vida con adjetivos que quizás le hagan más justicia, que aparecen retóricos o simplemente estéticos, pero que logran adentrarnos (lo hace María José por el amor o por el dolor como por su propia casa), que avancemos por ella, por la vida, sólo reconociéndola y sin que nos pertenezca, como embelesados. Estamos en presencia del arte. Crear -y Collado lo hace con maestría- es construir una expresión a través de la impronta y de la personalidad de su autor. Aún refiriéndose a la cruda realidad, que es el vivir, en los poemas hace que se torne y nos parezca hermosa, pues la autora desde sus versos la explica con palabras escogidas, que deslumbran destellantes, pero que no son más que golpes de azadas en la tierra. María José Collado sabe muy bien emplear la gubia de la palabra, el pincel de la metáfora, con una especial y certera precisión en la imagen, a veces pretendidamente desnuda, dejándonos su fineza y su sensibilidad. Oigo a los pájaros partir, frágil en la convalecencia, alas y trinos me recuerdan que algunos en mí anidaron… Late a cada paso (por el jardín su paso leve) como si fuera un corazón que se ha curtido y preparado, día tras día, para latir sin descanso. Por su poesía andan las cosas que se atisban solas, que surgen como purezas intangibles entre sus manos. María José Collado es una mujer de implicación y de compromiso en todos los órdenes, que se labra minuto a mi-
nuto –como lo hacen los minerales- conscientemente. Para después, en su quehacer continuo, con el cansancio adquirido y ganado a pulso, verter su voz sobre el papel. Sus versos cada vez más aristados, con más intención de alma, van quedándose en el lugar perfecto, conformes y rendidos, como si fueran la última apuesta de la vida. Es la poesía el vehículo que eligió sin más opción. Y con él se acerca a los ámbitos del ser dando soluciones, porque su voz campa por este género que, a modo de esbelta cúspide, ha ido ganando –peldaño a peldaño- en madurez y hondura. Pasamos del amor a la costumbre, del fuego a la cordura, de vagón en vagón para distanciarnos de certezas… En Bruñidas Sombras –que ve la luz con la única finalidad de llegar a nuestros ojos- se dan cita vida, reflexión, presente, memoria y tiempo. Siempre entre la melancolía y la lucidez de observar, siendo testigo de la realidad que le rodea, lanza su verso como una flecha rápida y directa que acierta en el lector. Noviembre con sus hilos invisibles y sus espejos de lluvia, las heridas humanas desde las claves del silencio, las ventanas del crepúsculo o de la luz intermitente de la ciudad enredada en flecos de nubes… Sus versos, que no renuncian a la tradición andaluza a la que pertenecen, nos hablan de una autora con una muy interesante y sólida voz poética en el escenario actual, tan variado y heterogéneo, de la poesía española. María José Collado en Bruñidas Sombras nos regala algo de mucho valor, lo que es primario: la palabra. Sus poemas, de palabra elaborada y sincera, responden a la necesidad de 9
llamar a las puertas para que todos escuchemos. Tocada por la poesía, porque así lo ha determinado con distinción la vida, pertenece a esa estirpe que tiene por cometido no sólo el vivir sino, además, ver el mundo y decirlo con la sublimidad del que lo ama.
Jesús Tortajada
Bru単idas sombras
Atrás el laberinto Salir del laberinto para llegar a casa, echar la llave sabiendo que en el felpudo quedan barro endurecido, preocupaciones. Sentarse cerca de la ventana, palpar la luz, luego su fundido irrevocable con el negro. Ignorar el periódico, negarse al malhumor, a la desconfianza del ébano en los titulares. Negociar con la ducha estatutos de calma, regresar al origen, la desnudez del mundo. Revisar fracasos con un fondo de música, humedecer la noche en el mar de una copa. Desde la ingravidez que proporciona un libro rescatar esos hilos que tejen el sosiego.
13
En la carretera Se demoró la lluvia en su rostro en viejas, solitarias carreteras. Rodaron los años por el asfalto, moldearon sus pies de rutas. En su cuaderno de brumas apuntes de torres y rostros, de pueblos sumergidos y nombres, atrás quedaron rótulos, cigüeñas. Sobrevivieron las raíces del roble anchas y profundas como venas, la piel de siempre hecha corteza, las cicatrices de sus inscripciones. El viajero bajo el árbol medita, sacude el cansancio de su otoño, dibuja una casa y una mecedora, aquello que el corazón susurra.
eeh
maría josé collado
eeh
Tarea Me pongo a la tarea de limpiar de rastrojos enmarañados pensamientos, a evitar que los pájaros desangren sus raíces. Ciegos en la maleza, transitados de insectos que enloquecidos zumban, tiemblan desorientados. Son las manos el cuenco que sereno derrama un agua de equilibrio, un orden, un propósito.
15
Hay otro dolor Hay otro dolor entre las grietas, un silencioso desgarro, una herida horadada por dientes de memoria. En el tuétano, plomo, hilandera de apósitos la ciega lavandera, viejos cuervos insomnes en travesaños del recuerdo.
eeh
maría josé collado
eeh
Ya ala venta en www.edicionesenhuida.es PVP: 10€ Envío gratuito