Abaniko Nº14

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Revista digital de las letras y las artes • enero/febrero 2020 • Año II, número 14

ISSN 2445-4478

ediciones kostadinova

abaniko

artes plásticas Teresa Bandin Saura poesía Jaime Alejandre relato Pedro Molina fotografía Catalina Martínez entrevista Pedro López Morales imprescindibles William Shakespeare gente con chispa Laura de la Cierva a quemarropa Al Dual pentagrama La música y el tardofranquismo


abaniko

Dirección y coordinación Nadia Kostadinova Diseño y maquetación JuanDe Sáez Clavijo Imágenes

Andrés Carrasco (foto portada), José Miguel Marín Guevara, Javier Lorente, Rafael Hortal Los autores, Pixabay Fuentes Los autores, Wikipedia Colaboraciones Teresa Bandin Saura Jaime Alejandre Pedro Molina Catalina Martínez Victorio Melgarejo Chema Espejo Párraga

abaniko, revista digital de las letras y las artes. enero/febrero 2020 • Año II, número 14. ISSN 2445-4478 Las opinones vertidas en los textos que se publican son de exclusiva responsabilidad de sus autores, y no expresan necesariamente el pensamiento ni la opinión de la Dirección. abaniko es una publicación de Ediciones Kostadinova. www.edicioneskostadinova.com Todos los derechos reservados. Dpto. Publicidad: 685 814 704 edicioneskostadinova@hotmail.com

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EDITORIAL Feliz año nuevo y feliz cumpleaños para este AbaniKo de artes y letras! Cuanto más cumplimos, más nos inquieta la búsqueda de gente interesante para presentar, para que el lector disfrute plenamente. Decidimos abrir nuevas secciones para más interés, una de cuales es de publirreportajes, dando oportunidad a los autores de promocionar sus obras recién publicadas. Este número esconde variedad y colores, gente nueva y gente conocida. El arte peculiar de Teresa Bandin Saura, artista autodidacta; la poesía profunda de Jaime Alejandre, poeta muy conocido y querido por los amantes de la poesía; las fotografías llenas de colores y sentimientos de Catalina Martinez Sáez, viajera y fotógrafa; el relato de Pedro Molina Moreno, escritor murciano. La entrevista a nuestro invitado, Pedro López Morales, gestor cultural y en “A quemarropa” un encuentro con el magnífico Al Dual. No nos falta tampoco la “persona con chispa”: Laura de la

Cierva. La bisnieta del inventor del autogiro es un ejemplo, consiguiendo con sus logros demostrar, que el que persiste hasta consigue volar. Se nos suman más colaboradores... Chema Espejo Párraga, músico y Profesor de Historia, se une a nuestro equipo con una serie de artículos en la sección “Pentagramas” para contar sus experiencias desde los años 60 hasta hoy. Hay un imprescindible de todos los tiempos, William Shakespeare, y de él trata la sección esta vez. Como en cada número, la sección “Qué leer?” es una guía para conocer novedades y buenas lecturas. ...Y mucho más, para los que les gusta el mundo cultural, les invitamos a disfrutar. Nadia Kostadinova

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enero/febrero 2020 Año II, número 14

abaniko

editorial............................................... 3

artes plásticas Teresa Bandin Saura . 6

poesía Jaime Alejandre ................... 10

sabías qué...? .................................... 12

relato Pedro Molina .......................... 14

fotografía Catalina Martínez ............. 16

entrevista Pedro López Morales ...... 22

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imprescindibles William Shakespeare ....................... 26

publirreportaje Crónicas de la Señora de Lunamore .................................... 28

abaniKo News ................................... 30

gente con chispa Laura de la Cierva............................ 32

pentagrama La música y el tardofranquismo .... 36

qué leer.............................................. 40

sumario

a Quemarropa Al Dual ...................... 34

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Artes Plásticas

Teresa Bandin Saura

Mi trayectoria pictórica comenzó en el año 2000, combinando mi profesión, gestora cultural en la Universidad de Murcia y mi pasión por la pintura. Marcho a vivir a Marruecos, Asilah, durante los últimos diez años y es allí dónde centro mis estudios y aprendizaje con pintores de talla internacional a través del Festival Internacional de Murales de Asilah, con el que estoy en contacto diez años consecutivos.

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Estudio y trabajo distintas técnicas, materiales y soportes: minerales en polvo, tintes condensados, acrílico, pastel y óleo, trabajando en distintos soportes: cartones, telas, madera, papel, lienzo, incluso he trabajado el mural. En la actualidad mi taller está en Moratalla, dónde vivo en la actualidad preparando un proyecto expositivo en 2020.


Teresa Bandin Saura

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Artes Plรกsticas

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Teresa Bandin Saura

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poesía

Jaime Alejandre Jaime Alejandre (Las Huelgas, 1963) Escritor y editor literario. Autor de las novelas: “Fugu”, “Donde sea lejos”, “Hacia las sombras”, “El cumpleaños”, y “Buen viaje, compañero”. También de los relatos: “El Alfabeto Matemático”, “Manual de Historia Prescindible”, “Bulevares”, “El rencor”, “De entre las ruinas” y “cRuentos”. Otra de sus pasiones literarias es la poesía: “Espectador de mí”, “Palabras en desuso”, “Los Héroes Fatales”, “Autorretrato Póstumo”, “Los guerreros de terracota”, “Derrota de regreso”, “Lo que queda”, “Vértigo Cotidiano (1979-1981)”, “… y más allá de mi vida”, “Amor de construcción masiva”, y “Los versos del Capitán Jaime Alejandre (Antología)”. Deja huella en el teatro con las obras “Patera-Tierra” y “Casa con jardín”. Y sigue la lista de sus obras, entre literatura infantil y viajes. Socio de Ediciones Evohé donde dirige las colecciones “Periscopio” “Ultravagantes” e “Intravagantes”. Ha sido traducido al árabe y al alemán y a Lengua de Signos Española para personas sordas. Viajes: Ha viajado por algo más de 70 países. Ha obtenido diversos premios literarios, también es crítico, prologuista y columnista de prensa escrita y su obra está recogida en diversas antologías. Fue fundador y primer Secretario General del Centro Español del PEN Club Internacional. Ha trabajado en Naciones Unidas y fundamentalmente en las áreas de medio ambiente, derechos de las personas con discapacidad y en foros de paz y desarme. Es socio de WWF y de la Fundación Energías Renovables. Ha practicado el paracaidismo, submarinismo, montañismo (ascendió el Kilimanjaro) y atletismo (400 metros vallas). En la actualidad compite en carreras de montaña y de ultrafondo (100 km).

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oliendo a hierba fresca recién estrenada cual tu cuerpo ignoto, donde la nube negra de tu Boj más a menudo que tarde unía nuestras huellas a veces separadas, traidoras, falsas peregrinas, orgullosas; Días de amor junto a La Habana, de picatostes requemados que sabían a gloria y a días innombrables. Días, tantos días que hoy, en estas horas que rememoran todo lo pasado, vuelan como una bandada densa y puntual, nunca como las aves solas que fueron en su día y días, tantos días que hoy tal vez y siempre en la memoria son apenas un instante. 20 agosto 1985 Sigüenza. Espectador de mí, 1986 Fuente: Versos del capitán ..... Conquistada al fin mi propia vida traspaso las murallas victorioso y hombre. La crónica de mi alzamiento escribo como solo el agua en piedra traza las palabras que perduran y, por ello, son bastión, columna y corazón del universo que soy, que siempre he sido, pero solo hoy lo reconozco, en la hora al fin del yo guerrero que a sí mismo ha doblegado, no ya para hacerlo prisionero, muy al contrario, para darle las alas, los arietes y los óbolos con que solo algunos sabios alcanzan aquello más allá, la felicidad, lo que perdura. Cuando yo era un planeta absurdo poblado de brutales dinosaurios, recubierto de malezas imposibles y maldades consistentes, chocó en mi superficie un astro errante que extinguió de golpe lo que hubo con el solo propósito de hacer la luz y la palabra, de crear en mí a un mí yo mismo que en el agua primigenia al fin encontró su propia imagen que no era la de él, porque era ella. Fuente: Amor de construcción masiva

Jaime Alejandre

De tu cuerpo al mío va una singladura, un paseo, por obligación, secreto que más allá del sol, ¡vamos!, de su sombra, te encuentra en tinta perfumada con ese sabor tuyo a letra, a porvenir, a fresco, a prensa y a diario, a nuevo en un pasado que se asienta con ímpetu innombrable en tus palabras. Y luego la ciudad que apenas duerme, que es el zaguán del primer beso y también, por supuesto, el desengaño que arrancó en nuestra fibra algunas letras que luego con la inercia crearon un poeta, —esa palabra esdrújula y ridícula que siendo farol nunca ilumina y siendo sombra apenas nos da risa—. Pero la ciudad, interior y homicida sin embargo, no se quedó absoluta ahí parada, en un amor, algo tan pobre y por lo tanto inalcanzable. La ciudad también fue una escalera de caracol arrollándose en tus piernas como hiedra que buscara tu tropiezo. Y fue una bella mujer viniendo siempre, tan frágil que a veces tú no la veías, cayendo la voz con tanta fuerza que partías sin ternura su esperanza. Y la ciudad fue, por supuesto, la Gran Vía, el cine en muchedumbre ahogado, el boulevard borracho de presencias, que es decir de amor tan complicado que nunca hubo un buen verso para ellos. Y allí también fue el campus, las palabras, los muchachos que acribillaron bien sentados y el hotel con la azotea donde todo parecía tan lejano que tu té se congelaba, se desvanecía en la memoria Alfredo Landa o Cuchilleros, por qué no, el ocho en Libertad y algunas notas acuáticas o de artificio con que Häendel daba paso a la tristeza. Aunque la ciudad nunca será un barlovento que cambie las manos o asesine algún propósito ni mucho menos será nunca un paredón donde fusilar intenciones amorosas, porque el lugar en donde vivo, y muero cada día compensando que sólo una vez naces, no tendrá jamás más que paredes y calles y callejas, nunca tumbas o recodos que traigan a los muertos a la boca y pongan su memoria en nuestra sangre. Días de flores o días de volver sin una senda viendo las luces en el aire reflejarse, o viendo los surcos que en el agua hicieran un camino, siempre incierto, blando siempre como el caos, dispuesto a ser seguido. Días de jardín en Periodismo

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Arte

sEn el Renacimiento pintaban seis dedos a algunas figuras humanas? Según la tradición, durante el Renacimiento, esta anomalía era indicio de un sexto sentido, la capacidad para tener sueños o visiones proféticas. Entre los ejemplos más destacados sobresalen La Madonna Sixtina (1516), de Rafael, quien pintó seis dedos en la mano derecha del Papa Sixto IV.

sSabías que esta obra está realizada con alabastro de Sarral y que su autor fue el “descubridor” de estas canteras? Durante años se creyó que este conjunto de la Dormición de la Virgen, de 15341537, estaba realizado en mármol importado de Italia. Sin embargo, el mito cayó cuando se analizó el material. Era alabastro, un material que no se importaba. El conjunto se atribuye al valenciano Damià Forment, quien pocos años antes, en 1527, en una comida con el abad de Poblet se fijó en un salero de alabastro que estaba sobre la mesa. La curiosidad del escultor le llevó a localizar unas canteras alabastrinas cerca de la población de Sarral. El retablo mayor del monasterio de Poblet fue ejecutado con este material, así como otras obras posteriores. El alabastro de Sarral había sido usado desde época medieval de forma puntual, sin embargo, a partir de

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entonces y gracias a Forment, su explotación se convirtió en una actividad muy importante para la villa de la Conca de Barberà. (Fuente: Blog Museo Nacional de Cataluña). sEl Palacio de Invierno en San Petesburgo (Rusia), es la galería de arte más grande en el mundo. Para visitar las 322 salas y 3.000.000 de obras de arte y restos arqueológicos, hay que caminar 24 kilómetros.

Literatura

sExiste un libro, titulado Gadsby (nada que ver con la obra de Scott Fitzgerald). Se trata de una novela de 1939 escrita por Ernest Vincent Wright. ¿Y? Pues que tiene más de 50.000 palabras y ni una sola de ellas contiene la letra E.

ya el título se parece a cierto hecho conocido, la obra lo es aún más. En la novela, se cuenta la historia de un trasatlántico llamado “Titan” que se enorgullecía de ser el más lujoso, grande y moderno de su época (misma fama con la que contaba el Titanic). Incluso, antes de zarpar, el constructor aseguró, en una rueda de prensa, que su barco era “insumergible e indestructible”, mismas palabras que pronunció en un acto similar el constructor del Titanic.

Fotografía

sTras más de 14 años formando parte de nuestro día a día, resulta que este fondo de pantalla de Windows XP es una foto real.

sJohannes Gutenberg el creador de la imprenta fue el primero en editar una Biblia en dos tomos, con 1282 páginas escritas en caracteres góticos, conocida como la Biblia mazarina. sMorgan Robertson contó con un don especial para adivinar sucesos. Décadas antes de que se produjeran, creó historias que casi reproducen a la perfección sucesos como el hundimiento del Titanic o la Guerra del Pacífico entre Estados Unidos y Japón. Por efecto de una capacidad visionaria sin parangón o por la droga que acabó con su vida, Robertson creó obras que profetizaron el futuro con un detalle escalofriante. “The Wreck of the Titan”. Un libro profético, o un autor con demasiada suerte. Morgan Robertson escribió, en 1898 una novela titulada de esa forma, “El naufragio del Titan”. Si

Charles O’ Rear, un conocido fotógrafo de National Geographic, la tomó cerca de su casa en al norte de California a mediados de los 90. Iba de camino a casa de su novia y mientras conducía… ¡ahí estaba!: la luz, el césped, las nubes… le provocaron un “¡clack!” que hizo historia. sNi “Instagrammers” ni “Youtubers”, Internet está dominado por unos seres mucho más peludos. Pasan los años y ningún animal o personaje es capaz de quitarle el trono de Rey de Internet al gato. El primero en descubrir a estas súper estrellas fue un fotógrafo


inglés llamado Harry Pointer, que ya en el siglo XIX vio en los gatos una forma de actuar no sólo graciosa, sino mucho más convincente que la de cualquier otro animal. Indudablemente Harry fue un visionario; ha quedado claro que llegaron hace mucho, ¡y fue para quedarse! sHace 49 años The Beatles se tomaron la foto más icónica del grupo. Datos alrededor de la portada de su undécimo álbum “Abbey Road”: Ese 8 de agosto de 1969, la sesión de fotos duró 10 minutos. Para que fuera posible un policía se

tomó la molestia de parar el tráfico mientras The Beatles cruzaban la calle. Iain Mcmillan, el fotógrafo, era un amigo de John Lennon y Yoko Ono, aunque Linda McCartney, la esposa de Paul, que también era fotógrafa, tomó fotos del grupo mientras esperaban para cruzar. Mcmillan uso una cámara Hasselblad, un lente gran angular de 50 mm, una apertura de f-22 y a 1/500 segundos. Paul McCartney hizo un boceto de la portada antes de que salieran a ha-

cer la foto. La imagen que eligieron era la única en la que todos estaban caminando al mismo tiempo. Los fanáticos de la conspiración que decía que McCartney había muerto y que The Beatles lo habían reemplazado por un farsante, tomaron la portada como una pista. John Lennon, vestido totalmente de blanco, representaba el sacerdote, Ringo Starr, de negro, representaba el enterrador, Paul McCartney, descalzo, era el muerto, y al final George Harrison, el sepulturero. En cuatro de las seis fotos que se tomaron, McCartney cruzó la calle descalzo cuatro veces y las otras dos usó sandalias. A excepción de George Harrison, todos llevaban puesto trajes diseñados por Tommy Nutter. El 22 de mayo del 2012, una de las fotos de esta sesión se subastó por 25.000 dólares.

Música

sUn solo violín está hecho de más de 70 piezas individuales de madera.

sWanda Landowska, la gran intérprete polaca de la música de Bach, siempre reivindicó el uso del clave en lugar del piano. Defendió sus convicciones con fuerza y se enfrentó a quienes eran partidarios del moderno instrumento de teclado. Parece que a Rosalyn Tu-

reck, partidaria del piano le llegó a decir: “Tú tocas Bach a tu manera y yo lo hago a su manera”. sEn 1901 el bajo valenciano Andrés Perelló, paseando por Nueva York, quedó impresionado por una bella joven a la que llevó a la habitación de un hotel. Apenas habían entrado en ella, fueron sorprendidos por la policía que les llevó detenidos a la comisaría. Fue el juez, al día siguiente, quien informó al cantante de que la prostitución callejera estaba prohibida en Nueva York pero, al verle forastero e ignorante, le puso en libertad. Perelló pasó la noche en la comisaría cantando para los borrachos, prostitutas y policías de servicio para entretener el tiempo. Además, como era Nochebuena, mandó llevar, pagándolo de su bolsillo, comida y champagne para todos, tanto policías como detenidos. No era la Nochebuena que esperaba, pero no puede negarse que fue especial. sCuando se estrenó La diosa del placer, revista en un acto escrita por Luis de Larra y Manuel Fernández de la Puente, con música de Rafael Calleja, en febrero de 1907, fue prohibida por el Marqués de Vadillo, entonces gobernador de Madrid al ser considerada escandalosa. Las tiples protagonistas, Pepita Sevilla, Elvira Lafont, Ascensión Méndez y Antonia de Cachavera, que cantaban una machicha (o un garrotín) subida de tono, fueron llevadas al juzgado y, junto con los autores y empresario, procesadas. De momento quedaron libres, aunque empresario y autores tuvieron que depositar una fianza de dos mil pesetas y las tiples un billete verde cada una.

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Relato

Juan y la Luna

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Pedro Molina, natural de Murcia, nació

de música y dos de relatos. Entre trabajo

en 1977. Hombre inquieto, emprendedor,

y trabajo mal remunerado ha sido jefe de

trabajador nato y lector incansable de fi-

la sección de música del diario digital Ve-

losofía y clásicos desde Quevedo a Char-

gamedia Press.

les Bukowski. Desde los 13 años ha es-

(www.vegamediapress.com).

crito relatos cortos y algún poema. Pero fue a los 37 años cuando decidió publicar

En la actualidad es un factótum y trabaja

su primer libro de relatos eróticos, “Histo-

en la corrección de su primera novela. Ha

rias Inconfesables” (Luhu Editorial, 2014).

sido prologuista del cuento de María del

Bloguero desde 2009, ha tenido un blog

Pilar Herrero “Un clavel en el desierto”.


Lo vio crecer, caer, levantarse, llorar, decepcionarse y luchar sin que ella pudiera abrazarlo ni besarlo, allí estaba vigilante cada noche para toda la eternidad, sólo en su cara oculta ardía su pena. Luna, sin quererlo ni pensarlo, influyó en los sueños de Juan. Cuando el niño pasó a ser un mozo apuesto, el pensamiento del satélite aderezó las noches del mozalbete mientras soñaba. El ardor de su cuerpo encharcada sus sábanas, soñaba con mujeres de tez blanca y sedosa. Y allí la marmórea piel de esas mujeres lo enloquecía y despertaba excitado, sudoroso, reprimiendo el deseo de poseer a la mujer de sus sueños. A menudo se levantaba ansioso durante la noche y ya no lograba dormir. Amargo era saber qué deseaba el pobre Juan. No lograba encontrar a la mujer con la que soñaba. Por las calles la buscaba mirando en los ojos de las mujeres de piel blanca. La buscaba en todas partes. La luna lloraba cada noche viéndo los sueños de su amado. ¡No podía más! Ansiaba volver a ser humana e ir cuanto antes a los brazos de Juan. Un día se encontró con el Sol antes de que se escondiera tras las montañas y le suplicó ayuda. Él aceptó su petición, sólo le concedería su deseo por siete días y así podría descender a la Tierra en la noche fresca y veraniega. De nuevo, con piernas y cuerpo femenino, emergió de la playa a la espera de su amado Juan. —¡Mira eso!— exclamó un amigo de Juan. Y él la vio, era la muchacha de su sueño. Los ojos se le llenaron de la visión de aquella figura, hechizante e imaginada en las agonicas noches de verano. Por fin tenía delante una silueta tan parecida a la mujer de sus sueños, que el vello se le erizó. Se miraron y no hablaron, él se acercó a la orilla dónde ella estaba, de pie, desnuda y tenía frío. Él cabello rubio y liso le tapaba los senos y parte de la espalda. —Te he buscado toda mi vida —susurró apartándose un mechón de la cara y atrayéndola hacia él. —Lo sé, mi amor... Y aquí estoy —dijo acomodándose en su pecho. En este instante existían sólo ellos dos, abrazados y vigilados por el Sol, cayeron sobre la arena unidos por un eterno beso. La plácida arena los abrazó mientras el beso los unía rindiéndose al deseo. El candor de Dania embrujó a Juan, dejándose amar por su quimera. —Te amo, te he amado siempre —susurró Juan al oído de su amada. —¡Calla, Juan, ámame, por favor! No tenemos mucho tiempo —pidió Dania rodeándo con sus tibios brazos el cuello del chico. Juan nunca había besado ni conocido a una mujer. Se reservaba para la quimera de piel blanca de sus sueños. El beso aceleró el pulso de él y los ardores de ella, y así las manos fueron cubriendo los cuerpos en una sinfonía bajo la sombra oscura el cielo. Se amaron siete días y siete noches. El octavo día, antes de que Juan despertara, Dania voló hacia el cielo estrellado justo antes del alba. Cuentan las leyendas que Juan buscó a Dania por los siete mares de los cinco continentes. Malgastó su vida en encontrar lo que tuvo todas las noches ante sus ojos. Así me lo contó mi abuelo una noche de verano con el cielo despejado, mirando a la Luna...

Pedro Molina

La luz de la luna entraba por la ventana de la alcoba, mesia el tiempo en la solemnidad de sus miradas. Como en una burbuja, Dania iluminaba la estancia recostada en el pecho de su amado Juan. Siempre lo amó, desde la primera vez que lo vio siendo un niño. Él un verano entre los brazos de su madre, ella colgada en el cielo de la noche. El niño preguntó qué era aquel círculo blanco. Y desde aquel día esa circunferencia casi perfecta, bella, asombraba la niñez del pequeño Juan. En el bolsillo de su pantalón guardaba la foto que le realizó con el telescopio de su padre. La muerte se llevó al padre en plena juventud y le dejó aquel enorme artilugio para vigilar a los seres de otros planetas, eso solía decirle entre dientes cuando “perdió” la cabeza. Con los años Juan aprendio a comunicarse con Dania. En la oscuridad, a través del cristal, observaba cómo iluminaba todo lo que sus ojos veían. Luna-Dania nunca quiso enamorarse desde que la maldición la convirtió en astro. Guardaba su candor de los ojos del mundo; sólo se iluminaba para Juan cuando más la necesitaba. Como humana, Dania se enamoró de manera terrible de un hombre del que jamás debía de enamorarse. Amó a la persona equivocada, a un pescador. Por las noches pescaba alumbrado por la Luna; la paz del océano lo mecía. Una noche Luna, convertida en mujer, nadó hacia la barca del pescador; vivieron un amor prohibido y Belzebú los vio. Le asombraron los amantes en aquella cálida noche y al momento la deseo para él mismo. Dania lo rechazó sin saber que esa rabia se convertiría en maldición. En los ojos del padre Sol el sentimiento naciente y floreciente se convirtió en condena. La poseyó el amor por el hombre prohibido. Hechizada vigilaba desde la atalaya al pequeño Juan. Una maldición la condenó a iluminar desde el cielo la Tierra que siempre había amado. La desilusión se coló por sus poros y quiso desnudar su cuerpo para toda la humanidad, convertida en el astro más bonito de todos.

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Fotografía

Desde pequeña siempre me debatí entre la poesía y el cine; ya con siete años escribí el primer poema y con 18 hice mi primer cortometraje. La fotografía ha sido sin embargo una pasión tardía, aunque con diez años tuve mi primer premio fotográfico con la cámara de mi padres, hace solo cinco años que me compre mi primera cámara de fotos y empecé a ver el mundo a través del objetivo, intentando capturar momentos e imágenes donde buscó la belleza en la composición o algún sentimiento en la mirada de las personas. Paralelamente llevo desde los 25 años trabajando en Televisión Española, como Realizadora y allí he hecho reportajes y diversos programas.

⁜ “GPG Reflejos cascada”

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FotografĂ­a

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ÂżEscribes?

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www.edicioneskostadinova.com


⁜ “Zoo de cristal”

⁜ “Arcoiris Irlanda”

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©Fotografía: Andrés Carrasco

Pedro López Morales Entrevista

Siempre es un honor y en este caso inmenso, encontrarse con personas con

las que compartes intereses, inquietudes y campo profesional. Pedro López Morales, gestor cultural y mucho más que eso, una persona enregada plena-

mente a la cultura, a su promoción y preservación. A él no le busques en despachos, porque la ansia de encontrar lo mejor y darle la forma perfecta para que

la gente disfrute, se ha convertido en su día a día. Es difícil encontrar hueco en una agenda apretada como la suya, por lo que le estamos muy agradecidos. Por Nadia Kostadinova

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Ya es una costumbre empezar con esta pregunta: ¿Quién es Pedro López Morales? No lo sé verdaderamente. Soy un ciudadano tranquilo, que detecta cualquier tipo de violencia y que intenta enamorarse cada día de todo lo hermoso que me ofrece la vida. Soy fiel hijo de mis padres; de mi madre heredé la conciencia del trabajo bien hecho, su infinita generosidad y el sentimiento de responsabilidad que ha inculcado a todos sus hijos. De mi padre me he quedado con su alegría congénita, con su hedonismo imperante y con esa peculiar tolerancia con la que afrontaba cualquier acontecimiento. ¿En qué momento nació ese amor por el arte? Me atrevería a decir que estando ya en el vientre de mi madre. La sensibilidad de ella y de mis abuelas por la belleza, ya me tuvo que influir antes de venir al mundo. Los primeros recuerdos de niño que tengo es de mi abuela materna, Josefa, explicándome las esculturas de los santos que aparecen en el imafronte de la Catedral de Murcia, también las visitas al Museo Salzillo. Mi abuela paterna, Asunción, hacía unos ramos bellísimos de rosas, alhelíes, jazmines y galán de noche. Mi madre, como buena maestra sastresa, siempre me llevaba vestido de manera impecable.

pectos. Y el sector de la cultura no iba a quedarse fuera. Obstáculos siempre hubo y los supimos afrontar con mucha ilusión y escasos presupuestos. Ahora parece que todo se nos debe de conceder con la ley del mínimo esfuerzo. Cuando luchas y ofreces proyectos interesantes, tanto las instituciones, las fundaciones, la empresa privada y los artistas, te aceptan tus sugerencias y puedes acometer importantes actividades culturales. ¿Prefiere cualquier arte, o todos son una pasión para usted? Todas las Artes me entusiasman y me seducen estrepitosamente. El cine, el teatro, la música, la literatura, la escultura, el cómic, la moda, la instalación, el dibujo y -sobre todo- la pintura son mis mayores “vicios”. He llegado a colaborar en más de treinta cabeceras de periódicos, de revistas y publicaciones especializadas de carácter regional, nacional e internacional. Como no sé pintar, decidí escribir sobre arte, como no estudié Arte Dramático, me dediqué a ir al teatro y entrevistar a las actrices y a los actores. De adolescente trabajé el barro y escribí un libro de poemas que me prologó el escritor Antonio Gala, titulado “In perpettum”, y que jamás se publicó.

“Vivimos en la cultura del “todo vale”, y esta osadía nos contagia de mediocridad efervescente”

Vivimos en tiempos difíciles. ¿Cree que hay más barreras que facilidades para potenciar la cultura hoy en día? Atravesamos una época convulsa en todos los as-

Los que hemos hecho del arte parte de nuestro día a día, nos enfrentamos con un problema últimamente. ¿Cree que nos está invadiendo lo mediocre? Nos desarrollamos en un mundo llenos de mediocres y analfabetos, aunque todo el mundo sabe de todo y, lo que es aún peor, todos ejercen en profesiones de lo más inverosímil. Vivimos en la cultura del “todo vale”, y esta osadía nos contagia de mediocridad efervescente. Todos sucumben a un plátano pegado en la pared con cinta adhesiva. Es muy mediocre considerar que eso es una obra de arte e intentar venderla por 120.000 dólares, como hace el artista italiano Maurizio Cattelan en la prestigiosa feria Art Basel de Miami Beach, resulta muy paradógico. ¿Se ha perdido el poco sentido común que nos quedaba? ¿Cuál es el sueño de Pedro López Morales? La vida ha sido muy generosa conmigo y me ha permitido vivir experiencias inimaginables. Mi sueño más presente es que mi madre, mis hermanas y hermanos, y mi familia disfruten del mayor bienestar posible y de gran salud física. Conozco medio mundo, pero no he estado jamás en la India, y allí me gustaría ir antes de desaparecer.

Pedro López Morales

¿Cuál es la realidad que se esconde tras el trabajo de un gestor cultural? No debería de esconderse ningún episodio complejo. Desde siempre he realizado misiones de gestor cultural, aún antes de existir ese concepto. De niño ya organizaba teatrillos de marionetas para entretener a mis hermanos, a mis primos y a los niños vecinos. La primera exposición de pintura al óleo en la que hice las labores de comisario (antes llamado coordinador) fue en mayo del año 1978, hace de ello más de cuarenta años, el lugar expositivo fue la Casa de la Cultura, (actual Museo Arqueológico), ubicado en el Paseo Alfonso X el Sabio. Las obras sobre las que escribí en un sencillo folleto de mano y organicé la distribución en las paredes de la sala, pertenecían a la pintora murciana Natividad Sierra. Con sólo 18 años de edad comencé a “inventarme” mi profesión.

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©Fotografía: José Miguel Marín Guevara

¿Existe un plan perfecto para el éxito? No existe un plan infalible para conseguir metas profesionales exitosas. Cuando sucede no es por casualidad, es debido al trabajo excelso, a la constancia, a la dedicación. Me interesa sucumbir a la excelencia. No creo en fórmulas magistrales ni en “golpes de suerte”. Contaba Albert Camus que “El éxito es fácil de obtener, lo difícil es merecerlo”. También afirmaba que “El encanto es la manera de conseguir la respuesta Sí, sin haber realizado una pregunta clara”.

¿Haría algunas sugerencias para los que empiezan ahora sus primeros pasos en el mundo de la gestión cultural? No soy quien para dar consejos. Les recomendaría que estén muy atentos a todo lo que sucede a su alrededor. Que asistan y estudien todos los eventos de ámbito cultural que se organicen en su entorno, que pregunten e investiguen para fortalecer su experiencia, que se rodeen siempre de los mejores. Si les interesa el comisariado (curator) de exposiciones de arte, que sigan muy de cerca la labor de Rosa Olivares, de José Luis Brea, de Rosa Martínez, de Miguel Fernández-Cid, de Mieke Bal… y de otros tantos artífices que son buenos conocedores de la labor que ejercen. Escribió Aristóteles que “El arte es un tipo de conocimiento superior a la experiencia”. Me quedan mis dudas sobre esta afirmación del padre de la filosofía occidental.

Pedro López Morales

¿Cómo describiría un día de trabajo suyo? Como disfruto bastante trabajando, cuando estoy embebido en varios proyectos a la vez, me siento feliz. Comentaba el pintor simbolista austriaco, Gustav Klimt, “No me interesa mi propia personalidad (…) Estoy convencido que como persona no soy especialmente interesante”. Procuro deleitarme con mi trabajo diario, por mucho que deba esforzarme. La

rutina, si aparece, la reinvento.

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Imprescindibles

William Shakespeare (Stratford on Avon, Reino Unido, 1564 - id., 1616) Dramaturgo y poeta inglés. Solamente con sus versos hubiera ya pasado a la historia de la literatura; por su genio teatral, y especialmente por el impresionante retrato de la condición humana en sus grandes tragedias, Shakespeare es considerado el mejor dramaturgo de todos los tiempos. Tercero de los ocho hijos de John Shakespeare, un acaudalado comerciante y político local y Mary Arden, cuya familia había sufrido persecuciones religiosas derivadas de su confesión católica, poco o nada se sabe de la niñez y adolescencia de William Shakespeare. Parece probable que estudiara en la Grammar School de su localidad natal, si bien se desconoce cuántos años y en qué circunstancias. Según el dramaturgo Ben Jonson, coetáneo suyo, William Shakespeare aprendió “poco latín y menos griego”, y en todo caso parece también probable que abandonara la escuela a temprana edad debido a las dificultades por las que atravesaba su padre, ya fueran éstas económicas o derivadas de su carrera política. La publicación, en 1593, de su poema Venus y Adonis, muy bien acogido en los ambientes literarios londinenses, fue uno de sus primeros éxitos. De su producción poética posterior cabe destacar La violación de Lucrecia (1594) y los Sonetos (1609), de temática amorosa y que por sí solos lo situarían entre los grandes de la poesía anglosajona. A partir de 1600, Shakespeare publica las grandes tragedias y las llamadas “comedias oscuras”. Los grandes temas son tratados en las obras de este período con los acentos más ambiciosos, y sin embargo lo trágico surge siempre del detalle realista o del penetrante tratamiento psicológico del personaje, que induce al espectador a identificarse con él: así, Hamlet refleja la incapacidad de actuar ante el dilema moral entre venganza y perdón; Otelo, la crueldad gratuita de los celos; y Macbeth, la cruel tentación del poder. Afín a este grupo pese a su tema “romano” es Antonio y Cleopatra, plasmación de la pasión desenfrenada entre el general Marco Antonio y la reina egipcia Cleopatra. En la actualidad, el volumen de sus obras completas

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es tan indispensable como la Biblia en los hogares anglosajones; Hamlet, Otelo o Macbeth se han convertido en símbolos, y su autor es un clásico sobre el que corren ríos de tinta. A pesar de ello, William Shakespeare sigue siendo, como hombre, una incógnita. Según la leyenda, en 1586 fue sorprendido in fraganti cazando furtivamente. Nicholas Rowe, su primer biógrafo, escribe: “Por desgracia demasiado frecuente en los jóvenes, Shakespeare se dio a malas compañías, y algunos que robaban ciervos lo indujeron más de una vez a robarlos en un parque perteneciente a sir Thomas Lucy, de Charlecote, cerca de Stratford. En consecuencia, este caballero procesó a Shakespeare, quien, para vengarse, escribió una sátira contra él. Este acaso primer ensayo de su musa resultó tan agresivo que el caballero redobló su persecución, en tales términos que obligó a Shakespeare a dejar sus negocios y su familia y a refugiarse en Londres”. Pero es más plausible que el virus del teatro lo impulsara a unirse a alguna farándula de cómicos nómadas de paso por Stratford, abandonando hijos y esposa y trocándolos por la a la vez sombría y espléndida capital del reino. Prohibidos por un ayuntamiento puritano que los consideraba semillero de vicios, los teatros se habían instalado al otro lado del Támesis, fuera de la jurisdicción de la ciudad y de la molestia de sus alguaciles. La Cortina, El Globo, El Cisne o Blackfriars no eran muy distintos de los corrales hispanos donde se representaba a Lope de Vega. La escenografía resultaba en extremo sencilla: dos espadas cruzadas al fondo del proscenio significaban una batalla; un actor inmóvil empolvado con yeso era un muro, y, si separaba los dedos, el muro tenía grietas; un hombre cargado de leña, llevando una linterna y seguido por un perro, era la luna. El vestuario se improvisaba en un rincón de la escena semioculto por cortinas hechas jirones, a través de las que el público veía a los actores pintándose las mejillas con ladrillo en polvo o tiznándose el bigote con corcho carbonizado. Mientras los actores gesticulaban y declamaban, los hidalgos y los oficiales, acomodados a su mismo nivel sobre la plataforma, les desconcertaban con sus risas, sus gritos y sus juegos de cartas, prestos a lucir su ingenio improvisando réplicas y a echar a perder la representación si la obra no les complacía. En torno al patio, las galerías acogían a las damas de alcurnia y los caballeros. Y en el fondo de “la cazuela”,


ricles, Cimbelino, El cuento de invierno y La tempestad, su maravillosa despedida del teatro y del mundo, muestran una curiosa incursión de elementos novelescos y pastoriles en su teatro, sin duda bajo la influencia de la nueva generación de dramaturgos como Francis Beaumont o John Fletcher. Hay otras dos obras, Enrique VIII y Los dos nobles parientes, ambas de 1612-1613, cuya autoría parcial suelen atribuírsele, ya que según todos los indicios fueron escritas en colaboración con el joven Fletcher, con las que el número de sus piezas teatrales llegaría a treinta y ocho. Pero La tempestad es considerada universalmente como su última obra. Sea como fuere, lo cierto es que alrededor de 1613, es decir, a los cuarenta y ocho años de edad, en pleno poder de sus facultades mentales y en el cenit de su carrera, Shakespeare rompió abruptamente con el teatro y se retiró a su ciudad natal como podría hacerlo un pequeño burgués que después de una vida de trabajo qui-

siera gozar de sus bienes en la quietud campestre. Sus últimos años transcurrieron como los de un respetado hidalgo rural: participaba en la vida social de Stratford, administraba sus propiedades y compartía sus días con sus familiares y vecinos. En una de esas metáforas asombrosamente plásticas que tanto abundan en su obra, Shakespeare define la gloria como “un círculo en el agua / que nunca cesa de agrandarse / hasta llegar a ser tan ancho / que se disipa en la nada...”. Pero la suya no fue así. No tendió a desvanecerse, ni siquiera a languidecer: después del relativo desinterés por su obra en los tiempos de moral puritana y de gusto neoclásico, a partir del prerromanticismo se le volvió a descubrir de modo universal. Desde entonces todas las épocas y estilos tienen su propio Shakespeare, corroborando la predicción de su amigo y rival, Ben Jonson: “Él no era de una época sino para todos los tiempos”. Fuente: Wikipedia

William Shakespeare

envueltos en sombras, sentados en el suelo entre jarras de cerveza y humo de pipas, se veía a “los hediondos”, el maloliente pueblo. En 1598 la compañía de Chamberlain se instaló en el nuevo teatro The Globe (El Globo), cuyo nombre se uniría al de Shakespeare para siempre. Ésta parece que fue la etapa más feliz del escritor, la época de las comedias Mucho ruido y pocas nueces, Como gustéis, Las alegres comadres de Windsor (que según la leyenda fue escrita en quince días por encargo urgente de la reina), Noche de Reyes y Bien está lo que bien acaba, escritas todas entre 1598 y 1603. De estos años son también (como anticipando su próxima etapa) Julio César, Troilo y Crésida y su obra más famosa y perdurable, Hamlet. A la muerte de Isabel I en 1603, Jacobo I, hijo de María Estuardo y rey de Escocia desde 1567, se convirtió también en rey de Inglaterra y la compañía de Chamberlain se acogió a su protección con el nombre de King’s Men (Hombres del Rey). A pesar del cambio de nombre y de protector, el teatro mantuvo su carácter público: hicieron representaciones para todo el mundo, incluso para la corte. Ante tal éxito, la compañía inauguró una pequeña sala cubierta en 1608, la Blackfriars, con una entrada más elevada y para un público más selecto. Financieramente, la compañía funcionaba como una sociedad anónima de la que Shakespeare era uno de sus más importantes accionistas. Debido a la buena administración, su posición económica se afirmó aún más: compró varias propiedades en Londres y en Stratford, hizo distintas inversiones, entre ellas algunas agrícolas y en 1605 compró una participación de los diezmos de la parroquia de Stratford, gracias a lo cual (y no a su gloria literaria) sería enterrado en el presbiterio de la iglesia. En 1611, cuando Shakespeare se encontraba en la cúspide de su fama, se despidió de la escena con La tempestad y, cansado y quizás enfermo, se retiró a su casa de New-Place dispuesto a entregarse en cuerpo y alma a su jardín y resignado a ver junto a él cada mañana el adusto rostro de su mujer. En el jardín plantó la primera morera cultivada en Stratford. Murió el 23 de abril de 1616 a los cincuenta y dos años, en una fecha que quedó marcada en negro en la historia de la literatura universal por la luctuosa coincidencia con la muerte de Miguel de Cervantes. En realidad, fue una coincidencia de fechas, no de días: el 23 de abril de 1616 del calendario juliano, que se empleaba todavía en Inglaterra, corresponde al 3 de mayo de 1616 del actual calendario gregoriano, ya adoptado por aquel entonces en España. Otra de las incógnitas es que sus años de más éxito social, económico y profesional, entre 1603 y 1612, coinciden con la época de sus grandes tragedias, sus obras más amargas y desilusionadas, como Otelo, El rey Lear, Macbeth, Antonio y Cleopatra, Coriolano y Timón de Atenas. Incluso la última comedia de estos años, Medida por medida, es más sombría que muchos de sus dramas. Además, sus últimas cuatro obras, Pe-

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CAPÍTULO PRIMERO Título de la novela: “Crónicas de la Señora de Lunamore”. Editorial: Onyx Editorial.

Consuelo Pascual del Riquelme. Llevo escribiendo desde los 14 años. “Crónicas de la Señora de Lunamore” es una novela que me ha acompañado toda una década. Empecé a escribirla con 16 años y es la primera parte de una bilogía sobre fantasía (la segunda parte saldrá en diciembre del año que viene). También he hecho teatro y estuve en un coro. Profesionalmente, mi campo está

Publirreportaje

centrado en la Historia del Arte. Estudié la carrera en la universidad, cursé un máster de investigación en Salamanca y ahora mismo me encuentro desarrollando una tesis sobre pintura del siglo XIX en la Universidad de Murcia. He dado cursos sobre Patrimonio, trabajado en museos y realizado visitas teatralizadas.

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«Las dos caras de una misma moneda» —De uno en uno, ¡he dicho! —vociferó el conductor del autobús. Media docena de niños hacía cola a las puertas del vehículo en una amalgama de uniformes a rayas y cabellos repeinados. Los ojos ebrios de libertad miraban desde lejos el reloj del Ayuntamiento, que en ese momento marcaba las dos y veintiún minutos de la tarde. Jane los observaba con desgana desde uno de los asientos traseros del autobús. Sirviéndose del dorso de la mano, se secó las gotas de sudor acumuladas en su frente. El calor incesante de una ciudad que, al menos en eso, no conocía tregua, sumado a la incipiente crisis —o eso decían las malas lenguas— que había recortado los suministros de aire acondicionado, hacían del ambiente una enorme bola de calor humano que se podía pesar. Delante de la muchacha, alguien se levantó para abrir una de las ventanas. El último niño subió al autobús y el vehículo retomó su marcha. Jane suspiró entonces, bajando la mirada hacia la carpeta que descansaba sobre sus rodillas mientras la débil corriente de aire jugaba con un mechón de su pelo. Una sonrisa resignada y un cabeceo. Algo en el portafolios había llamado su atención: «Deberías emplear un vocabulario más acorde con tu edad», había escrito su profesor de Filosofía en la esquina superior derecha del primer folio. Jane resopló. «¡Como si fuera tan fácil!», pensó apoyando la cabeza sobre el cristal. El autobús frenó bruscamente y un matrimonio de extranjeros tuvo que agarrase el uno al otro para no caer al suelo. El vehículo acababa de afrontar la Gran Vía, por lo que redujo la velocidad y el único soplo de aire fresco, que hasta entonces había entrado por la ventana abierta, cesó. La joven contempló su reflejo en el cristal al tiempo que se abanicaba con la carpeta, pero era inútil. El pelo castaño se pegaba a su rostro debido al calor y sus ojos verdes intentaban protegerse del sol como podían, entrecerrándose hasta rozar lo imposible. Por enésima vez había olvidado las gafas de sol en casa, concretamente encima del escritorio, donde se las imaginó riéndose de ella. La palidez de su piel se truncaba bajo los ojos, a la altura de los pómulos. El autobús volvió a frenar en seco y el matrimonio de extranjeros murmuró, descontento, pero Jane ya no le prestaba atención. Su mirada seguía fija en el cristal. La persistencia de su ceño fruncido le recordaba aquello que había estado evitando. «Debería regresar», pensó. Había esperado demasiado y pronto rebasaría los límites. No hay elemento más delicado que el Tiempo, Jane; se lo habían recordado tantas veces como veces había tentado a la suerte. No debía olvidar que Lamsor y la Tierra eran dos dimensiones diferentes unidas entre sí por un frágil equilibrio. Aunque la una podía funcionar sin la otra y cada una mantenía una cronología propia, al entablarse el puente entre ambas corrían el riesgo de… Jane sacudió la cabeza. De nada servía ser tan agorera. Simplemente tenía que limitarse a seguir las normas que esa persona le había explicado hasta el punto de recitarlas de memoria. Pero recitar y cumplir eran dos términos muy diferentes y no era la primera vez que él le había recordado su cometido.


Tres meses se había dilatado su presencia en la Tierra, por lo que le correspondía una buena estancia en Lamsor; concluyó calculando los tiempos con los dedos de ambas manos. Si le hubieran dado la opción de hacer lo que le viniese en gana, habría dado la espalda a su vida terrestre y vivido en Lamsor hasta el final de su existencia. Ahí estaba la clave de su inquietud. No conseguía recordar las razones que le habían empujado a marcharse de Lunamore tantos meses atrás. Lo único que tenía claro era que no había sido por el famoso equilibrio que debía mantener, porque aún le quedaban cinco días en Lamsor para superar los límites. Siempre al borde del barranco, viviendo como una temeraria… De nuevo él. Su timbre de voz, las palabras que le había escuchado tantas veces. Sabía que era imposible que su presencia llegara a esa dimensión y que solo la estaba imaginando; por eso le dio tanta rabia, porque no podía sacarlo de su cabeza incluso cuando no lo tenía delante. Se llevó esas mismas manos que habían estado haciendo las cuentas al rostro. Suspiró. Jane compartía vida con el estrés y las prisas. La dureza de su situación era demasiada para una chica de tan solo diecisiete años, pero una vez empezada la partida no podía abandonar. Lunamore se había convertido en parte de ella; una parte como podían serlo sus pulmones. Negó. No quería pensar en ello… En realidad, no quería pensar en nada. Cerró los ojos y un torbellino de aire recorrió su cuerpo. Se sintió volar por el tiempo… Un instante; un momento bastó para estar en un sitio totalmente distinto, en un tiempo ajeno, en un mundo infinito. Al fin y al cabo, en casa.

g Cuando abrió los ojos, ya no la rodeaban una cama y una mesa de estudio. En su lugar se alzaba una gran habitación, semejante a una biblioteca, con suelos de madera y paredes decoradas con motivos cambiantes. Las estanterías parecían haber sido barnizadas recientemente y las mesas estaban repletas de libros que conformaban un extraño collage de temáticas: mapas, novelas, compendios, testamentos, etc. El Quijote, con gusto, habría muerto allí. Una gran y única lámpara colgaba del techo, con pequeños luceros de cristal que descendían en gráciles figuras policromadas. Tapices animados coloreaban las paredes y aclimataban el ambiente. Un mapa medio abierto reposaba en la mesa del centro y, sobre él, un ejército de seres diminutos —como pequeños caballeros de plomo, pero autómatas— se disponía en posición de combate. Jane fijó su mirada en ellos y en los minúsculos cañones que disparaban torpedos de fuego que morían al caer sobre el papel. Era algo fascinante, propio de cuentos. —Perdonad —se disculpó, un tanto abrumada. Cercano a ella había un sillón, donde se sentó con toda la elegancia que pudo—, ¿qué decíais? El soldado la miró, extrañado. —¿Os encontráis bien, Majestad? —inquirió con cuidado.

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Crónicas de la Señora de Lunamore

Si Jane había dilatado su regreso era porque sabía que no la echarían en falta, aunque se arriesgaba a que la sermoneara por su imprudencia y no iba a concederle semejante gusto. El equilibrio, Jane, le había dicho en cientos de ocasiones. Es una cuestión de equilibrio… Le daba vueltas a esa idea cuando se dio cuenta de que el autobús se había detenido en la última parada. Su casa. Bajó en silencio y enfiló el camino de piedras que rodeaba la urbanización mientras las sombras proyectadas por los árboles se extendían a su paso como un amable refugio para el duro calor que se desplomaba sobre la ciudad. No llovía desde hacía días y el señor del Tiempo había dado pocas esperanzas al respecto. Jane sonrió levemente al contemplar el cielo, protegiéndose del sol con el portafolios. En Lunamore el clima no era así. Las suaves nubes protegían al pueblo y se podía sentir el rastro del mar en el aire. El Bosque, junto con los ríos, endulzaba su sabor, amansando el mar, alegrando la vista… La puerta estaba abierta cuando llegó a casa y pudo ver a su madre a lo lejos, limpiando el jardín. La saludó brevemente con la mano y subió a su cuarto. —Jane. —La muchacha se detuvo a mitad de las escaleras. Su madre se asomó a la puerta, llevaba un pañuelo rojo atado a la cabeza y le dedicó una cálida sonrisa al verla—. ¿Qué tal las clases? La joven se encogió de hombros, tan levemente que no creyó que su madre lo hubiera visto. Pero ella siempre lo veía todo. —Entretenidas. Molly, la madre de Jane, era una mujer fuerte y entregada con más años a la espalda de los que le gustaba confesar. Su enmarañado pelo rizado era la envidia de las peluqueras y sus ojos ambarinos reflejaban una juventud que no se había perdido con el paso de los años. La modernidad, sin embargo, no le había hecho truncar sus ideales y lo había dado todo por sus hijos, abandonando una prometedora carrera como artista. Siempre sonreía y Jane veía en ella un ejemplo de vida…, aunque no fuera precisamente el modelo que la joven aspiraba a seguir. Pero sí había algo de Molly que Jane luchaba por imitar: sus ganas de vivir, su valentía, su fuerza y su instinto; aquel instinto que la llevó a no insistir cuando su hija desvió la mirada. Sabía cuándo quería estar sola. La mujer la vio marchar escaleras arriba arrastrando la mochila tras ella. Negó con tristeza. La soledad de la muchacha se había convertido en el mayor sufrimiento para una madre que quería ayudar a su hija y no sabía cómo. Y Jane tampoco la dejaba. A sus ojos se mostraba mayor para su edad, más adulta incluso que ella misma. Su mirada siempre lucía triste y cuando sonreía lo hacía igualmente con tristeza, como si hubiera un muro detrás. Pero no siempre había sido así. Algo le había ocurrido a su hija y ese algo le había hecho madurar demasiado deprisa. Sin embargo, de nada servía darle vueltas. Conocía lo bastante a Jane como para saber que preguntarle sería una batalla perdida. Suspiró y, echando una última ojeada al piso de arriba, volvió al jardín, donde sí podía servir de ayuda. Jane dejó la mochila sobre la cama y contempló la pared con la mirada perdida en las motas de polvo. Estas danzaban con indolencia en el derrame de luz que se colaba entre las cortinas. «Han pasado casi tres meses», pensó. El problema era que no recordaba por qué había decidido marcharse la última vez, y aquello era algo malo. ¿Y si aparecía en medio de una conversación? O, peor aún, ¿y si se había marchado cuando estaba en el Bosque porque esperaba haber regresado antes? Un grave error. Los habitantes del Bosque de las Almas eran los únicos capaces de advertir sus ausencias y el uso indebido de su poder podría trastornarlos. Era algo que también le habían advertido.

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artes

plásticas

poesía

literatura

“Tan Gentes” La Casa de Cristal

El pasado 29 de noviembre La Casa de Cristal, el espacio expositivo que inauguraron Sofía Tornero y Petrus Borgia hace unos meses, acogió otro evento extraordinario e innovador que unió artistas de diversas disciplinas para celebrar la belleza del arte.

música

del blues, acompañados por los chasquidos del fuego que ambientaba el patio. Sin duda la multitud de amigos, artistas, gente que por curiosidad decidió acercarse, se quedó sorprendida por la variedad de actividades y la impresión que dejaban en el público. Digo público, pero sería mejor denominar a todos como partiícipes en todas y cada una de ellas, desde el primer momento, nada más cruzar la entrada. Fue sorprendente y a la vez grato ver cómo hace unir el arte y la cultura, cómo en tiempos difíciles es muy importante estar unidos para preservar aquella chispa que mantiene el fuego, que nos sirve para seguir. “¿Quién soy hoy?” se preguntaba Misha Gálvez en su emotiva performance que sin duda llegó a todos con su mensaje. Somos libro en blanco, dentro de cual todos escriben, hasta que nos demos cuenta de que los únicos que deberían de escribir allí somos nosotros mismos... Nos queda solamente felicitar a Sofía y Petrus, magníficos anfitriones, por su gran labor, por esta idea única y esperar el próximo evento. ¡Enhorabuena!

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©Fotografías: Javier Lorente.

“TAN GENTES”, exposición multidisciplinar de la mano de Marcos Amoros, músico; Petrus Borgia, pintor y escultor; Miguel Ángel Cánovas, cineasta; Alberto Caride, poeta; Juan Carlos Caval, fotógrafo; Misha Gálvez, performance; Javier Lorente, pintor y fotógrafo; Ramón Pastor, pintor y escultor; Sofía Tornero, pintora y escultora. La magia del lugar, escondido entre arbolado, con espacios chill para disfrutar plenamente, aumentó por los sonidos

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Abaniko con los futuros periodistas El pasado 29 de noviembre el pequeño equipo de AbaniKo, Nadia Kostadinova (directora) y JuanDe Sáez (diseñador gráfico), fue invitado por la escritora y profesora Marisa López Soria a dar una masterclass en “El taller de la Cometa”. Un ambiente más que agradable

con las miradas de los niños fijadas en la pantalla, haciéndolo preguntas y captando información sobre la elaboración de publicaciones digitales. Sin duda una experiencia para todos, muy grata por lo que pudo aportar. No extrañaría que después de aquella tarde hubiera nacido algún director de revista y algún que otro diseñador y maquetador, cosas por las que merece la pena seguir.


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Arte por el Mar Menor

La exposición “Mar & Plásticos, Artistas por el Medio Ambiente” inaugurada el pasado 17 de diciembre en Laboratorio Artístico del Carmen (LAC), recoge trabajos de fotografía, vídeo, escultura, música, pintura, literatura y objetos intervenidos que nacen de la preocupación de un grupo de artistas de la Región de Murcia por el medio ambiente y, en concreto, por el Mar Menor, y estará visitable hasta el 14 de enero del 2020. El pasado 27 de octubre del 2019 50 artistas (pintores, escultores, músicos, actores, poetas...) se reunieron en la desembocadura de la Rambla de El Beal en el Mar Menor, para mostrar su preocupación por la situación de la laguna y contribuir a recoger residuos y a divulgar la responsabilidad de todos en el cuidado del entorno, y pedir a la sociedad que evite arrojar desechos y plásticos. Los participantes realizaron diversas “performance”, arte efímero, recitales de poesía, conciertos y una recogida de basuras y plásticos que habían sido arrastrados por la DANA y que aún estaban esparcidos por la playa. La acción tuvo dos partes fundamentales: por un lado los artistas recogieron el equivalente a todo un camión de residuos, fundamentalmente plásticos y maderas, que arrastraron las riadas hacia la playa, y por otro, realizaron varias

acciones de arte efímero que han sido documentadas y fotografiadas. Con las fotografías, los vídeos, dibujos y parte de los objetos intervenidos, se ha configurado esta exposición que mezcla el

©Fotografía: Rafael Hortal.

arte y el compromiso por un mundo más habitable.Tras su visita al Laboratorio Artístico del Carmen, “Mar & Plásticos” se podrá ver en el Museo Barón de Benifayó, de San Pedro del Pinatar, en la Biblioteca Pública, de Torre Pacheco y

Complementos para mascotas, exclusivos, elaborados de manera artesanal. Joyas y collares únicos. Ropa personalizada.

en la Galería Gigarpe, de Cartagena. En esta acción han paticipado Javier Lorente (Comisario), Sofía Tornero y Cari Gil (Coordinación), Álvaro Peña (Montaje), Sergio Ferreira, Florencia Borja y Javier Lorente (Fotografía), Miguel Ángel Cánovas (Vídeo), Luis Muñoz Clares, Cari Gil Lurqui y Marcos Amorós (Música). El apartado de Teatro ha correspondido a José Salguero y Cía, mientras que la Poesía ha corrido a cargo de Alberto Caride. Los artistas, por su parte, han sido Petrus Borgia, Fernando Sáenz de Elorrieta, Cani Mancebo, Clara Ledo, Domix Garrido, Goyo, Jesús Inglés, Joaquina Sánchez Dato, José María Garres, Lucas Brox, Marta Ceramista Social, Miguel Ángel Gálvez, Miguel Peñalver y Mj Lluch. Finalmente, de la Intendencia se ha encargado Olga Catasús. Fuente: diversos medios regionales.

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Gente con Chispa

Hace años mis inquietudes por el arte me llevaron al Palacio del Almudí de Murcia, a una exposición que sin duda iba a dejar huella en el mundo cultural. Una frase se quedó grabada en mi memoria y en muchas ocasiones me la repito. “Soñar no es cosa de locos, los locos ni sueñan ni vuelan”. Una frase de Juan de la Cierva Codorniu, el constructor del autogiro. Y allí, entre todas las caras conocidas de los artistas murcianos destacaba una chica sonriente con un brillo espectacular en los ojos... Laura de la Cierva, la bisnieta del inventor y fundadora de la asociación que lleva su nombre. Me impresionó el entusiasmo con el que trataba a todos y cada uno de los invitados, algo que la hacía más cercana. Había algo en aquella mujer, a primera vista frágil, que intrigaba. Y sin duda alguna mi impresión fue certera, llevaba un águila en el corazón, lo que le hace conquistar todo lo que se proponga. Todos sus pasos después de esta memorable tarde demostraron la fortaleza y las ansias de conseguir una meta: construir de nuevo el autogiro de su bisabuelo. Estudió Comunicación Audiovisual, Escenografía, Diseño de moda y vestuario teatral, quiso ser azafata y

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como le faltaba nivel de inglés se marchó a vivir a Londres y después a Sudáfrica donde descubrió su faceta artística. Fascinada desde niña por la figura de su bisabuelo Juan de la Cierva, quiso ser piloto de autogiros por lo que estuvo volando un año. Fundadora de la Asociación Juan de la Cierva Codorniu, ha recuperado para el Museo de Aeronáutica y Astronáutica el autogiro Air Command 532. Una vez conseguido el nombre de Juan de la Cierva para el aeropuerto de Corvera, proyecta crear allí un museo del autogiro. El mundo de la aviación siempre ha estado muy presente en su casa. Hija de Carlos de la Cierva, el nieto de Juan de la Cierva, quien que inicia su interés por las labores de su bisabuelo. Una exposición sobre el autogiro en Casa de Vacas del Retiro a la que asisten los Reyes y toda la famila de la Cierva es la clave de su fascinación por la aeronave. En cuanto consigue encontrar a las personas adecuadas comienzan a darle forma al proyecto “Juanito C-30”, cuya idea es recaudar la cantidad de dinero necesaria para la construcción de su sueño. Y de esa idea nació la exposición donde la conocí.


Su empeño no termina ahí. Se enfrenta a un reto muy especial. Y consigue que el Aeropuerto de Corvera (Murcia) lleve el nombre de su bisabuelo, junto con un equipo de personas entregadas a esta causa. Una mujer con un enfoque más que claro en el futuro, extrovertida y sonriente siempre. Una auténtica luchadora en todo el significado de la palabra. Pero su mundo no es únicamente la aviación, sus dotes artísticos saltan a la vista en su desafío a Coco Chanel. Durante su estancia en Sudáfrica se despierta su interés por el arte, una marea creativa, más bien bohemia, que surge de la profundidad de la personalidad de la artista. La dulce felicidad, la necesidad de expresión, sin descartar por supuesto el sufrimiento más ácido. Una representación de los momentos únicos, irrepetibles. Este es el “Síndrome de Coco” de Laura. No es de extrañar que las mujeres tenemos un don de

querer siempre estar un paso por delante, no solamente de los hombres. Sentimos esa ansia de competición con nosotras mismas a veces, y ese es el mejor motor de arranque para la creatividad y esa persecución de los sueños. Pocas veces se pierde la brújula dorada que nos guía por el difícil camino hacia su cumplimiento cuando uno sabe exactamente lo que quiere de la vida. Y Laura de la Cierva quiere volar... Cuando decidí escribir sobre ella lo tenía más que claro, ¿pero cómo cabe una persona tan inmensa en unas cuantas líneas? Es imposible hacer llegar al lector esa chispa especial que lleva, que la hace única. Siempre busco esas personas interesantes, entregadas a sus ideas y cumplidoras de sus sueños, gente con almas inquietas que lo que necesitan es estar siempre en la lucha para sentirse vivos. Y ella lo logró...

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a Quemarropa Quemarropa

AL DUAL Hay veces que uno siente el orgullo de ser amigo de alguien importante, supongo que entra en la lógica del ser humano, pero además si añadimos que ese amigo es murciano, que se ha hecho a sí mismo, que ha trabajado y luchado de forma increíble durante años, que es un artistazo como la copa de un pino y que es una persona excepcional es, más que orgullo, debilidad personal por una impresionante manera de ser y estar. Bueno, pues eso, que a mí se me cae la baba con Alfonso José Martínez Martínez, más conocido por su nombre artístico Al Dual, un compositor, arreglista y guitarrista murciano que aprendió a tocar la guitarra como autodidacta. En 2002 viajó a Estados Unidos para aprender e investigar las raíces del rock and roll, aprendiendo con músicos de Nashville, capital del estado de Tennessee. Es uno de los guitarristas oficiales de la marca de guitarras eléctricas Gretsch, y ha sido el primer músico europeo, ojo al dato, que ha ganado el premio Ameripolitan Music Awards. Tocó en la gala de los premios en Memphis con su banda y grabaron su nuevo disco, “Blue’s Back in Town” en Sun Studio, los estudios donde grabaron sus trabajos artistas como Elvis Presley, Carl Perkins, Jerry Lee Lewis y Johnny Cash. En 2018 fue reconocido como “mejor solista rockabilly del mundo”, lo que le ha valido ser incluido en el Salón de la Fama del Rockabilly, museo dedicado a la historia del rock and roll que tiene como primer premiado a Gene Vincent. Ya me contarán ustedes si hay parangón.Ya les digo yo que Al Dual es probablemente el músico más internacional que tenemos en nuestra Región. Nos vimos un ratico, y hablamos de muchísimas cosas, casi todas carentes de interés para ustedes, queridos lectores, Al Dual y yo somos amigos, ya saben cómo funciona ésto. Pero es cierto que entre cerveza y cerveza le pregunté por aquello que a todos nos gusta saber.

Por Victorio Melgarejo Gestor Cultural

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¿Qué ha supuesto para ti ganar un premio tan prestigioso como es el “Best Rockabilly Male” de los Ameripolitan Music Awards? Pues sin duda ha habido un antes y un después en mi carrera y ese punto de inflexión lo ha marcado el galardón. Sin el premio posiblemente las cosas hubieran sido bastante distintas, no sólo por la gran visibilidad en cuanto a medios de comunicación nacionales e internacionales se refiere, sino también porque ha sido el desencadenante de otros tantos reconocimientos. Desde que regresáramos con el premio en el bolsillo sólo han acontecido noticias buenas… una larga gira que nos ha llevado por escenarios de toda Europa, EEUU y México, entrevistas en buena parte de la prensa y televisión del país, grabaciones en fantásticos estudios y un sinfín de cosas positivas. ¿Crees que existen prejuicios con el rockanroll y es por ello que no abarca más público? Claro que existen, pero ni más ni menos que en cualquier otro género. El desconocimiento y la ignorancia son los peores enemigos sin duda y el no profundizar en el estilo da lugar a que mucha gente crea que el roc-

músico y productor como es Cherry Casino. Este disco es un paso hacia delante en la evolución de mi carrera, ya que dejamos atrás nuestro lado más Rockabilly para dar paso a unas composiciones inspiradas en una época posterior a lo que veníamos haciendo hasta ahora. Si bien nuestros dos primeros Eps muestran su cara más cincuentera, digamos que este disco podría situarse entre finales de dicha década y principios de la posterior. Todo ello sin ninguna pretensión, más allá de dejar fluir la inspiración y que libremente nazcan composiciones que no estén encasilladas por las típicas etiquetas. ¿Significa esto que dejarás de hacer lo que venías haciendo hasta el momento? En absoluto, no es cuestión de hacer o dejar de hacer un tipo de música en concreto. Es cuestión de no frustrar la tarea compositiva con ideas preconcebidas de a qué debe sonar lo que se está gestando en cada momento. Es cierto que he estudiado mucho la música de raíz americana y en particular la guitarra, desde los años 20 hasta los 50, pero de igual manera ha crecido escuchando música inglesa como la de los Beatles y es algo que ni puedo ni quiero evitar dejar patente en mis composiciones. Por ello el repertorio de la

“Si somos nosotros mismos los que cerramos el circuito haciéndolo casi sectario, jamás dejará de ser un circuito minoritario...”

¿En qué punto de tu carrera te encuentras actualmente? A día de hoy me encuentro terminando lo que será nuestro primer Larga Duración, que ha sido grabado en analógico en los estudios Lighting Recorders de Berlín, de la mano de un gran

nueva gira seguirá teniendo mucho rockanroll, pero también tendrá temas con aromas beat o merci como hemos venido enseñando últimamente. ¿Tienes alguna meta a corto o medio plazo? Como todo el mundo me marco metas para poder avanzar, sin ellas es imposible la evolución. Para mi sería bastante importante conseguir acercar nuestro tipo de música, que en general es bastante minoritaria comparado con otros estilos, a otros tipos de oyentes. Creo firmemente que la música que hacemos es para todos los públicos y por ellos nos emociona bastante cada vez que tocamos en festivales de otros estilos y vemos la buena acogida que tiene el repertorio. Y nos despedimos, sabiendo que nos vamos a volver a ver pronto, sabiendo que Al Dual es tremendamente querido en su tierra y sabiendo también que todavía queda mucho margen para que se reconozca aquí a un artista que ha llevado el nombre de Murcia por todo el mundo, y que es necesario que alguien haga algo al respecto. Y ya lo de los abrazos y las risas se lo contaré a ustedes otro día...

a Quemarropa Quemarropa

kabilly o el rockandroll es lo que se oye en la película de Grease o que los que hacemos este género somos todos imitadores de Elvis. Pero para mí no es ese el problema, como digo, eso ocurre con muchos otros géneros, para mí el principal problema son los prejuicios de la propia gente del estilo y de los mismos promotores. Si somos nosotros mismos los que cerramos el circuito haciéndolo casi sectario, jamás dejará de ser un circuito minoritario, al igual que si la contratación no está bien pagada, como es habitual, los propios músicos jamás podrán dedicarse plenamente a vivir de la música, lo que implica que tengan que tener otros trabajos y sólo dedicar parte de su tiempo libre a tocar. Es la pescadilla que se muerde la cola…

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LA MÚSICA Y EL TARDOFRANQUISMO (Un relato semiautobiográfico)

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Cuando yo era un adolescente a finales de los años 60 se vivía en España un ambiente en donde se mezclaban viejas y nuevas sensaciones. El franquismo seguía inalterable en sus principios fundamentales, pero la sociedad española estaba cambiando. Y este cambio venía, en buena parte, Por Chema Espejo relacionado con la música. Mientras en el país vecino se desarrollaban las jornadas revolucionarias del mayo francés en España estábamos con el patriotismo subido que suponía el triunfo de Massiel y su La la la en Eurovisión. Yo, que en el 68 tenía 14 años, tenía dos preocupaciones básicas: una la de no hacer muchas “acciones consigo mismo”, que luego tenía que confesarme y otra la de conseguir que en algún guateque la chica se quitase el abrigo cuando conseguía sacarla a bailar. Mis preocupaciones políticas se reducían a cero. Todo lo que debía saber de política ya me lo adoctrinaban en los PP Franciscanos donde cursaba mi educación secundaria. Allá por el 69, cuando Juan Carlos I fue declarado heredero, en la radio sonaban los Beatles y los Rolling, mezclados con Fórmula V o Julio Iglesias (un par de veces vi “La vida sigue igual”, rodada en La Manga y Cabo de Palos). En los guateques, de la inocencia de los días de Los Brincos y Los Bravos poco quedaba y algún “moderno” colaba discos de Jimi Hendrix,The Doors, Grand Funk, etc.). Muchos de nosotros empezábamos a flaquear en nuestras convicciones religiosas

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tan incompatibles con los nuevos tiempos marcados por el Peace& Love de Woodstock. La asistencia a misa y las confesiones iban en descenso. Nuestra educación nos marcaba unas normas, pero nuestras mentes estaban cada vez más alejadas de ellas. Desde el punto de vista político aunque todo seguía “atado y bien atado” se oían voces discordantes. Casi no nos enterábamos de la oposición, de los presos políticos, de las huelgas de obreros o de estudiantes (esos hijos de papá, melenudos y desagradecidos). Algunos no se quedaban sólo con las nuevas tendencias musicales y se embobaban con los mensajes de libertad de los Dylan & Baez. O los Brassens o Moustaki. Era “la canción protesta” con Paco Ibáñez o Raimon, “rojos hasta las trancas”. A mí no me llamaban mucho la atención porque ya empezaba a estar embelesado con la Creedence o Pink Floyd. Los Beatles ya me parecían unos “antiguos”... que había que insistir en el camino de la “modernidad”. Mi padre, Cayetano Espejo Domenech, vivía en Madrid donde combinaba dos profesiones: contabilidad en una empresa de publicidad y violinista en diversos teatros madrileños como La Zarzuela, La Latina, El Calderón, etc. Yo nací allí y pasé en la “capi” mis primeros 5 años. Supongo, porque nunca me lo dijeron, que mis padres se separaron y yo me fui a vivir a Cartagena con mi madre y mi tío. Pero como por aquél entonces había que disimular, mi madre y yo pasábamos los periodos vacacionales en Madrid. De tal forma que en mi adolescencia combinaba dos realidades distintas. En aquellos años 60 ha-


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bía una gran diferencia entre la vida en Madrid y en las “provincias”. Yo tenía dos pandillas y dos formas distintas de encarar nuestras cosas propias del “género adolescente”. De Madrid regresaba yo pavoneándome de la modernidad madrileña ante el asombro general de mis compis con mis camisas de cuadritos y mis zapatos “castellanos”. Alguna que otra “mentira piadosa” les contaba, especialmente en mi éxito con las madrileñas. En aquella época, de finales de los sesenta “nadie se comía una rosca”, ni en Madrid ni en Cartagena. Tampoco había botellones como los zagales de 13-14 años de ahora. Nuestra actividad panderil se basaba en estar en los parques o plazas o en los billares. Y por supuesto en el cine. Casi todo nuestro escaso “salario” lo gastábamos en las pinballs (máquinas de bolas), billares, futbolines, algún cigarrillo suelto y el cine. Si era de sesión doble mejor. Los primeros escarceos amorosos, muy recatados por cierto, se producían en las últimas filas de los cines. Los guateques eran grandes acontecimientos, por su escasez. Sólo podíamos hacerlos cuando algunos padres tenían la brillante idea de ausentare y dejar la casa vacía y entregada a nuestros desvanes eroticomusicales. Por cierto y volviendo a los guateques, el que tenía discos era el “jefe” y era el invitado nº 1. Recuerdo especialmente uno, que por problemas logísticos sólo había dos discos: uno para los rápidos, el Mony mony de Tommy James and the Shondells y otro para los lentos, el Monday Monday de Mamas & the Papas. Pues pasamos una tarde muy divertida. En otro éramos 12 zagalones y dos zagalicas. También lo pasamos bien, especialmente con una de ellas que decía tener un problema en la columna vertebral y que por eso se arrimaba más. Por lo general casi todas ponían los codos por delante para bailar los lentos. Recuerdo cuando se editó por equivocación en España el escandaloso “Je t’aime mais non plus”. Curiosamente la censura lo permitió en una primera instancia porque no vio nada malo en la letra. Hay que recordar que la censura funcionaba con las letras. Cuando el censor oyó los jadeos de Jane Birkin prohibió su edición, pero era ya tarde, se habían vendido miles de discos y se convirtió el tema estrella de los guateques. En aquél 69 yo aún no tenía ni tocadiscos ni discos. De hecho no fue hasta los “reyes” de 1970 cuando mi padre me regaló un precioso tocadiscos con 3 discos: La Italia romántica de Mantovani, Mi Pequeña Anita de Los Payos y El baúl de los recuerdos de Karina. No estaba mal, pero tenía que iniciar mi propia colección de discos. En aquella época, cuando salía del colegio me iba a discos Carrots de Cartagena donde me ponía los cascos y oía, una y otra vez, con verdadero entusiasmo, las novedades que iban llegando y que ya había escuchado en Radio Luxemburgo. Después de muchas penurias monetarias y de mis primeros ingresos fuera del ámbito familiar obtenidos con la extracción de sangre en el “vampiro”, pude comprar mis primeros vinilos. El primero fue el “Green River” de la Creedence. Bien orgulloso que iba yo paseándolo para que todos lo vieran. Una vez, amigo de mi padre y famoso director de orquesta, Benito Lauret, me felicitó por la compra que había hecho. (Continuará...).

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Qué leer

Crónicas de la Señora de Lunamore (parte 1) Consuelo Pascual del Riquelme. Género: fantasía. Editorial: Onyx. Nº de páginas: 518. Idioma: castellano. Encuadernación: rústica con solapas. Contiene ilustraciones a color de los protagonistas. Año de edición: 2019. ¿Quién diría que tras Jane Wright, una tranquila estudiante que cursa su último año de instituto, se esconde la célebre Señora de Lunamore? El poder, la protección de su hogar y una vida a caballo entre dos dimensiones, Lamsor y la Tierra, pondrán en jaque la existencia de esta joven reina. Paralelamente, tras años de lucha contra el Senado, cuando la paz por la que Jane tanto ha batallado parece más cerca que nunca, los pilares de Lamsor tiemblan de nuevo. Una amenaza terrible acecha sobre sus reinos y el dios Akelow está furioso por la imprudencia de los humanos. ¿Volverá a repetirse el final que sufrieron los Sin Nombre? ¿Habrán aprendido los lamsorianos del castigo a Muraum? ¿En un mundo de hombres, conseguirá la Señora de Lunamore defender su poder? No solo los pelícanos dan la sangre por sus crías. https://onyxeditorial.com/producto/ cronicas-de-la-senora-de-lunamore/

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El Cid. Historia y mito de un señor de la guerra David Porrinas González. Género: novela histórica. Editorial: Despierta Ferro Ediciones. Nº de páginas: 440. Idioma: castellano. Encuadernación: tapa blanda. ISBN: 9788412079821. Año de edición: 2019. Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, es una de las figuras históricas más enraizadas en el imaginario colectivo de los españoles, desde el Cantar de Mío Cid hasta la película de Anthony Mann protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren. Pero, ¿fue el Cid un héroe, un símbolo de la cristiandad cruzada, tal y como a menudo se le ha querido pintar? Lo que precisamente distingue al Cid histórico es su cualidad de antihéroe, de señor de la guerra capaz de forjar su destino a hierro y labrarse su propio reino. David Porrinas, uno de los mayores expertos en el tema, tal y como acreditan sus numerosísimas publicaciones, plasma en este libro todo lo que la investigación histórica ha alumbrado sobre el Cid, enfocando en particular hacia perspectivas poco tratadas como son las de la guerra y la caballería. h t t p s : / / w w w. c a s a d e l l i b r o . com/libro-el-cid-historia-y-mito-de-un-senor-de-la-guerra/9788412079821/10110001

Dieciseis historias que vienen a cuento VV.AA. Nº de páginas: 276. Editorial: RASPABOOK. Idioma: castellano. Encuadernación: tapa blanda. ISBN: 9788494946486. Año de edición: 2019. Esta compilación de relatos nos adentra en una geografia diversa de mundos costumbristas, futuros utópicos, historias de venganza, ternura o surrealismo. Puede decirse que es un mapa sobre la complejidad del ser humano, que ha de leerse como quien lee un libro de poemas, de a poquito, ya que al igual que los versos, éstos se descubren unas veces amargos y otras veces, dulces como lo es también la vida. Hay relatos que podríamos ubicar dentro de un realismo Costumbrista, como Viaje a los baños, de María Jesús García, Temporada de tomates, de Ramona López, Ambrosio, de Amparo González, La carta, de Natividad Puente, Calcetines, de Rosa María Regalado, Silencio, de Ana Ros, o Un lugar perdido, de José Antonio Cegarra. Otros relatos se ocupan de nuestro presente, de las inquietudes y las contradicciones de los hombres y mujeres que hoy somos; es el caso de Déjate de mariconadas, de Antonio Molina, Térmicas, de Eva Libertad, Hombres sin mujeres, de María Eugenia Turpin. h t t p s : / / w w w. c a s a d e l l i b r o . com/libro-dieciseis-historias-que-vienen-a-cuento/9788494946486/11203628


El negociado del Yin y el Yang Eduardo Mendoza. Nº de páginas: 384. Editorial: Seix Barral. Idioma: castellano. Encuadernación: tapa blanda. ISBN: 9788432235870. Año de edición: 2019. En la primavera de 1975 Franco tiene los días contados. Inquieto y estimulado por los nuevos aires de cambio y esperanza que comienzan a respirarse en España, Rufo Batalla planea su regreso a Barcelona. Cuando está a punto de abandonar Nueva York recibe una sugerente propuesta del príncipe Tadeusz Maria Clementij Tukuulo relacionada con su disparatado plan de reconquista del trono de Livonia, un país hoy inexistente. A sabiendas de que Tukuulo aparece en su vida tan alegremente como desaparece y le manipula a su antojo, Rufo se deja llevar por su admiración y sincero afecto por el monarca y acepta una misión incierta en Oriente. Una vez allí, descubrirá que éste no es el último ni el único destino de esta enloquecida aventura. https://www.casadellibro.com/ libro-el-negociado-del-yin-y-elyang/9788432235870/9867314

Taxus la historia completa Isaac Sánchez. Género: cómic. Nº de páginas: 208. Editorial: Dolmen Editorial. Idioma: castellano. Encuadernación: tapa dura. ISBN: 9788417956400. Año de edición: 2019. Taxus es un viaje a un mundo fantástico, ambientado en la mitología cántabra, rica en leyendas, monstruos y conceptos sorprendentes. Una segunda oportunidad donde podremos cambiar para siempre, o que nos someta el peor de los destinos, aquel que habita en la raíz de nuestra condición humana. Existe un lugar donde en ocasiones aparecen personas exiliadas de este mundo. Renacen en Taxus, un árbol milenario en medio de un bosque que, al igual que esas personas, no existe para nuestra realidad. De la mano de un don nadie vencido por la vida como Benito, del ermitaño Laro y la muy especial Anjara, conoceremos un mundo de seres extraños, fantasía y magia ambientado en la extraordinaria mitología cántabra. https://www.casadellibro.com/ libro-taxus-la-historia-completa/9788417956400/11205569

El pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau. Nº de páginas: 472. Editorial: Autor - Editor. Idioma: castellano. Encuadernación: tapa dura. ISBN: 9788469784990. Año de edición: 2018. Traductor: Arturo Pérez-Reverte, Augusto Ferrer-Dalmau. Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona, 1964) es uno de los pintores de mayor proyección en España. Su heterogénea obra, ahora centrada en la temática ecuestre militar, se ha convertido en un referente indiscutible. A lo largo de su trayectoria profesional ha realizado exitosas exposiciones en Madrid, Londres, París, Nueva York… Aparte de colecciones particulares, su obra puede contemplarse en el Museo de la Guardia Real, los Museos de los regimientos Farnesio, Lusitania, Numancia, Montesa, Alcántara, Asturias… y por supuesto en el Museo Histórico Militar. h t t p s : / / w w w. c a s a d e l l i b r o . com/libro-el-pintor-de-batallas/9788469784990/6548410

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