Habitar la insularidad Rocío Monsalve Nancul (AntropoFemiChío), Islas Huichas
Diversas ideas surgen al momento de destacar o caracterizar la vivencia cotidiana, social y cultural que se genera frente al azar, destino o herencia personificada en nuestro linaje al momento de habitar y vivenciar la insularidad. La lejanía marcada por la geografía es objeto principal de reflexiones en torno a supuestos que nos posicionan en otros escenarios diferentes a los que hoy cuestionamos con el fin principal de buscar nuevas formas para comprender nuestra propia realidad, distante, muy distante a la vida continental, cuando se vive en una isla se problematizan temáticas de isla. Viajar cuatro horas en lancha o barcaza desde Puerto Aguirre a Puerto Chacabuco; contar con un clima hostil, húmedo y con lluvia la mayoría de los meses del año; salir a estudiar con 13-14 años y dejar a las familias para cursar la educación media; marcan sin duda pautas o ideas del lugar habitado. Ahora bien, todo ello toma sentido ser analizadas de manera experiencial, desde la praxis misma de la vida in situ. La sobrevivencia de oficios junto con el avance del capitalismo y las lógicas de Estado asistencialista, provocan que existan diversos quiebres temporales en las formas de vida, algo confundidas por períodos históricos a nivel país que sin duda decantan también en localidades pequeñas. El auge y declive de la pesca artesanal son parte de una realidad vivenciada en la mayoría de las caletas pesqueras
37