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Servicios ecosistémicos
Irene Romero Nájera
www.una.ac.cr
Desde que apareció el ser humano como especie en este planeta,
nos hemos ido modernizando y enriqueciendo de tecnologías y de bienes materiales que consideramos indispensables para tener una vida satisfactoria. Como parte de nuestras necesidades básicas requerimos además una serie de servicios que, en caso de carecer de ellos, modifi carían drásticamente el estilo de vida que llevamos. Por ejemplo, si no contáramos con luz, agua, gas, tiendas de autoservicio, hoteles, restaurantes, cines, escuelas, parques, etc., ¿cómo nos ajustaríamos a este nuevo panorama?, ¿cómo lo resolveríamos?...
os seres humanos hemos obtenido grandes benefi cios de la naturaleza; ésta, además de ser nuestro hogar, ha sido también nuestra fuente de recursos naturales y de materia prima. De ella extraemos alimento, agua y materiales para construcción, entre otras cosas; pero, ¿nos hemos puesto a pensar en los servicios que provee? Hasta hace unas décadas no se veía a la naturaleza como proveedora de servicios; sin embargo, en la década de 1960 surgió el concepto de servicios que ofrecen los ecosistemas, después de un movimiento ambientalista que se llevó a cabo para tratar de mitigar la crisis ambiental que ya comenzaba a hacerse visible.
¿Qué son los servicios ecosistémicos o servicios ambientales?
El estudio de los servicios ecosistémicos se basa en la relación estrecha que existe entre los ecosistemas y el bienestar de las poblaciones humanas. De manera general, los servicios ecosistémicos son todos aquellos benefi cios que la gente obtiene de los ecosistemas considerando los aspectos ecológicos, biológicos, sociales, económicos y culturales de determinada región. Daily1 los defi ne como las condiciones y los procesos que los ecosistemas sostienen y nutren para benefi cio de la vida humana. Los servicios se miden eligiendo propiedades ecológicas relevantes que sirven como indicadores de ellos. Estas propiedades ecológicas son las que caracterizan la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas, como la biodiversidad, la distribución espacial de la vegetación, la biomasa y la productividad primaria.
Los benefi cios que podemos obtener de los ecosistemas se clasifi can en directos e indirectos.
1 Daily, G. C. (ed.), Nature’s services: societal dependence on natural ecosystems, Island Press, Washington, D.C., 1997.
Los primeros son los que proporcionan directamente las características del ecosistema, como el agua o el clima, mientras que los segundos sostienen o apoyan a los primeros y de manera indirecta también nos benefi cian a nosotros, como el proceso de la fotosíntesis o el ciclo de nutrientes. Los benefi cios van más allá de cubrir las necesidades biológicas, también obtenemos satisfacción psicológica, como el placer que provoca la observación de un paisaje.
Las frases servicios ecosistémicos y servicios ambientales pueden utilizarse indistintamente; sin embargo, cada una se emplea en contextos diferentes. Servicios ecosistémicos la emplean más los investigadores y abarca el conjunto de organismos (factores bióticos), las condiciones fi sicoquímicas (factores abióticos) y la interacción entre factores bióticos y abióticos que ocurren en el ecosistema. Servicios ambientales lo usan más quienes toman las decisiones y con ella se refi eren al concepto de ambiente o medio ambiente que no necesariamente incluye las interacciones que ocurren en el ecosistema para proveer determinado conjunto de servicios.
Los servicios ecosistémicos se clasifi can en cuatro tipos:
1. Servicios de aprovisionamiento. Son los que se obtienen directamente del ecosistema, como alimentos, agua, combustible, fi bras, bioquímicos y recursos genéticos.
2. Servicios de regulación. Son los que se obtienen directamente de la regulación de los procesos que se llevan a cabo en los ecosistemas, como la polinización, la regulación del clima y del agua, así como la purifi cación de ésta y el control de enfermedades.
3. Servicios culturales. Son los benefi cios no materiales que brindan los ecosistemas, como la recreación, así como el sentido de pertenencia a un lugar, la herencia cultural y los be-
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El valor estético o belleza escénica de un ecosistema es un servicio ambiental.
nefi cios espirituales, estéticos, educativos y de inspiración.
4. Servicios de apoyo. Son los que dan el apoyo y soporte necesarios para la producción de todos los servicios ecosistémicos anteriores, como la formación del suelo, el ciclo de nutrientes, la fotosíntesis y la producción primaria.
Pago por servicios ambientales
Así como pagamos por los diferentes servicios que tenemos en el hogar, por ejemplo, la luz o el agua potable, se ha propuesto pagar también por los servicios ambientales que ofrecen los ecosistemas. El origen de esta iniciativa de pagos se concretó por primera vez en el Tratado de Kioto (1997), donde 38 países industrializados se comprometieron a reducir en 5% las emisiones de gases con efecto invernadero. Esto se hace a
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Firmado y ratifi cado Firmado con ratifi cación rechazada. No posicionado.
Posición de los diversos países en 2009 respecto del Protocolo de Kioto.
través de diferentes mecanismos, como la adquisición de maquinarias y tecnologías efi cientes capaces de disminuir las emisiones de gases. Otro consiste en que, con la cuota de emisiones se fi nancien proyectos sustentables en países en desarrollo o se realice un comercio de emisiones de gases en el que se intercambien certifi cados de emisión por porciones de tierra reforestadas. Una última opción es pagar por el derecho de emitir gases. Este pago tiene un precio establecido en el mercado y las transacciones se miden en bonos de carbono: cada uno de ellos tiene el derecho de emitir una tonelada de dióxido de carbono.
En la actualidad, la iniciativa del Tratado de Kioto se ha extendido a una nueva propuesta que contemple los pagos de otros servicios ambientales. Ésta surge de la necesidad de valorar los diferentes servicios que proveen los ecosistemas del planeta, los cuales se están deteriorando a un ritmo acelerado. La idea general es que los benefi ciarios de los servicios ambientales paguen a los que manejan la tierra para garantizar la conservación y restauración de los ecosistemas. Con un incentivo económico se pretende garantizar que las tierras no se destruyan para utilizarlas en otras actividades económicas como la agricultura y la ganadería. Hasta ahora se han aplicado pagos por servicios ambientales en cuatro áreas:
1. agua (provisión de agua y control hidrológico de fenómenos como inundaciones, erosión y salinización del suelo); 2. carbono (almacenamiento de carbono en los árboles y otras plantas leñosas, así como almacenamiento de materia orgánica en el suelo); 3. conservación de la biodiversidad (mantenimiento de los procesos y las dinámicas del ecosistema que determinan la biodiversidad en los paisajes, especies y genes) y 4. valores estéticos o belleza escénica (mantenimiento de la belleza del paisaje que sirve
como fuente de inspiración, herencia cultural, espiritualidad y diversas actividades de ecoturismo).
Pros y contras del pago por servicios ambientales
El establecimiento de pagos por servicios ambientales (PSA) ha sido una idea muy ampliamente discutida, y aunque no cabe duda de los benefi cios ecológicos y económicos que traen para todo el mundo, aún quedan algunos temas que se deben considerar. Entre los argumentos en contra, por ejemplo, tenemos que los pagos directos podrían provocar que la gente abandone sus estilos de vida tradicionales, que las aspiraciones de progreso en las comunidades rurales se vean truncadas, que los logros alcanzados por las prácticas de manejo forestal se tiren por la borda y que se pierdan los valores culturales de conservación si no se obtiene un benefi cio económico de ellos. Por otro lado, existen también argumentos a favor, como la conservación de los recursos naturales, la diversidad del uso y manejo de tierras y la adopción de prácticas sostenibles, entre otros. Para minimizar los efectos negativos de los PSA, cualquier esquema de pago debe asegurarse de no poner en riesgo las prácticas de conservación existentes, de que el dinero se distribuya a nivel local, de que estos pagos, en lugar de competir con las prácticas de manejo forestal, se complementen con ellas y de que, en la medida de lo posible, se favorezca a las economías nacionales deprimidas.
¿Quiénes compran, venden y toman decisiones sobre los servicios ambientales?
Hay diferentes actores sociales involucrados en el pago de servicios ambientales. Cada servicio
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Un vendedor de servicios ambientales puede ser un individuo o una comunidad que sean propietarios de terrenos forestales.
tendrá a su alrededor grupos de personas interesadas en comprar o vender dicho servicio. A menudo, los actores sociales que se benefi cian de los servicios ecosistémicos entran en confl icto por la valoración y el uso diferencial que hacen de ellos. En la venta de servicios ambientales tenemos al vendedor (que puede ser un individuo, una comunidad o todo un pueblo), al intermediario (un individuo, una ONG, un sector gubernamental o una empresa) y al comprador (generalmente, una compañía privada).
Por otro lado, quienes toman las decisiones son los que realizan una elección basada en las opciones que hay para resolver diferentes situaciones que se presentan en la vida, tomando en cuenta el contexto social que prevalece en cada situación. Aquí podemos encontrar desde individuos hasta grupos de personas involucradas
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Parte alta del río Magdalena.
en la decisión; desde gobiernos hasta ONG, desde grupos de académicos hasta dueños de predios y desde legisladores que votan por las leyes que se aprobarán en cada sesión hasta ciudadanos. Además, existen tratados y convenios entre Estados que conjuntamente tomarán las decisiones que mejor convengan a sus intereses.
Estudio de caso de la cuenca del río Magdalena
Existen varios ejemplos sobre los estudios que se han realizado en diferentes ecosistemas del mundo respecto a los servicios ambientales que ofrecen. Uno de ellos es el de los servicios ecosistémicos que aporta la cuenca del río Magdalena, en el Distrito Federal, y los actores sociales que están involucrados en ésta. Con este trabajo exploratorio se detallan algunas de las problemáticas que existen al tratar de valorar económicamente los servicios ambientales que provee dicha cuenca. Sin embargo, las difi cultades no implican abandonar los esfuerzos de conservación de este ecosistema, ya que al encontrarse dentro de una de las ciudades más grandes del mundo, lo hace muy vulnerable e invaluable como fuente fundamental de servicios ecosistémicos para la Ciudad de México. La cuenca del río Magdalena en el D.F. aporta tres servicios ecosistémicos importantes: 1. Servicio de provisión (de agua dulce, madera, alimento y productos no maderables). 2. Servicio de regulación (control de la erosión y mantenimiento del suelo, almacenamiento de nutrientes, control de plagas, enfermedades, sequías e inundaciones, regulación de los regímenes de lluvia, mantenimiento de la productividad de los ecosistemas acuáticos, control de la concentración de partículas, nutrientes, temperatura y turbidez del agua, purifi cación del aire por medio de la captura y el almacenamiento de carbono, calidad del agua y regulación del agua superfi cial y subterránea). 3. Servicios culturales (belleza escénica, herencia cultural y actividades de ecoturismo y educación).
Los actores sociales identifi cados en esta cuenca son los siguienes:
• Autoridades federales (Comisión Nacional del Agua) • Autoridades del D.F. (Gobierno del D.F., Secretaría del Medio Ambiente, Comisión de
Recursos Naturales y la Delegación Magdalena Contreras) • Núcleos agrarios (de cuatro municipios principalmente) • Comerciantes (unos 24 puestos dedicados a la venta de alimentos)
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Parteaguas natural Río Río entubado Vialidades primarias Dinamos Planta potabilizadora Límite D.F. Límites delegacionales
El río Magdalena se nutre de agua de lluvia captada en zonas altas desde Cuajimalpa hasta la Magdalena Contreras, tiene un cauce de 22 km y al llegar al área urbana pierde claridad al recibir descargas de aguas negras y desechos domésticos.
• Colonos (habitantes) • Visitantes (deportistas, paseantes, peregrinos y religiosos) • Académicos (diversos grupos interdisciplinarios).
Los benefi ciarios de la provisión de agua son los comerciantes que la utilizan para los servicios de vivienda, estanques para truchas y actividades sanitarias propias de sus negocios, así como los habitantes del lugar que reciben alrededor de 180 000 litros de agua fi ltrada. El servicio de purifi cación de aire por almacenamiento de carbono se consume dentro y fuera de la cuenca, principalmente en la zona sur del D.F. Los servicios culturales que se obtienen de ella son importantes tanto para los habitantes de la zona como para los visitantes que realizan actividades deportivas y recreativas en el bosque y en el río. En cuanto a la herencia cultural, los benefi ciarios directos son los comuneros, ya que tienen una historia de más de 500 años ligada a esta cuenca.
Existen algunas presiones directas e indirectas en la cuenca que están poniendo en riesgo su conservación. Entre las primeras, destacan el crecimiento de la mancha urbana, la tala clandestina, el turismo no controlado, la contaminación del río, las prácticas agropastoriles y los incendios forestales. En cuanto a las indirectas, se encuentran su situación legal, pues el estatus que tiene como área natural protegida presenta un traslape con una presunta propiedad privada y confl ictos entre los miembros de la comunidad y con los pueblos vecinos en los que se disputan la pertenencia del bosque.
Con los elementos analizados en este estudio, quienes toman las decisiones pueden ejecutar acciones dirigidas al mantenimiento de los servicios ecosistémicos que provee la cuenca. Dentro de las recomendaciones sugeridas está el
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En la parte media, donde hay un bosque estable, se recomienda promover la regeneración natural.
contemplar cada porción particular de la cuenca a fi n de aplicar diferentes acciones que permitan su conservación. Por ejemplo, la parte alta de la cuenca es apta para llevar a cabo programas de restauración ecológica que incluyan la reforestación con pinos, así como el control del ganado y la calidad del agua. La parte media es donde hay un bosque estable; aquí la recomendación sería promover la regeneración natural del bosque y procurar la retención del suelo para evitar deslaves. La parte baja es la más deteriorada, por lo que se propone restaurar la vegetación a lo largo del río con la fi nalidad de restablecer la calidad del agua y la recuperación del bosque de esa zona. En toda la cuenca es necesario conservar los servicios culturales que provee, y para ello se sugiere desarrollar programas de educación ambiental dirigidos en primer lugar a los comuneros y en segundo a los demás actores involucrados en la cuenca.
¿Cuánto cuesta un servicio ambiental?
La valoración de los servicios ambientales es un proceso interdisciplinario en el que participan áreas como la economía, la ecología y la política ambiental, entre otras. Esta valoración de los recursos ha resultado una herramienta útil para tomar decisiones y diseñar políticas públicas en materia ambiental. Sin embargo, existen ciertas limitaciones en la práctica ya que, por ejemplo, hay servicios a los que es difícil poner un precio, como la belleza de un paisaje o la conservación de una especie en particular.
No sólo se pretende poner precio a los servicios ecosistémicos sino también elaborar un tabulador de multas y compensaciones por daños ambientales. Hasta el momento, los dueños de predios forestales han recibido remuneración por los servicios ambientales que ofrecen, ya sea en forma de donaciones, de subsidios o de dinero. En el caso de este último, el monto se fi ja a voluntad de oferentes (dueños del bosque) y demandantes (usuarios). En cuanto a los subsidios, la Comisión Nacional Forestal fi ja el monto del subsidio de dos maneras. En la primera se defi ne el monto con base en el valor del servicio ambiental del bosque; en la segunda, según el costo de desmontar para realizar actividades productivas. Es decir, que la valoración del servicio se hace a través de dos vías, una en la que se analiza qué ganaría el propietario de la tierra por vender determinado número de árboles por hectárea. Ése sería el pago que recibe el dueño del bosque para no talar los árboles que se encuentran en él. La otra vía es tener en cuenta el gasto que implicaría el desmonte de un terreno para utilizarlo, por ejemplo, en la agricultura; ese gasto es lo que se otorga como subsidio.
La valoración económica ha servido como una guía para quienes toman las decisiones; sin embargo, no se puede usar como un único cri-
terio de decisión ya que rara vez se conocerá el valor económico absoluto de un servicio ambiental. No existe un precio estándar para cada servicio; la valoración económica sólo es aplicable para un marco temporal, espacial, ambiental y socioeconómico específi co. Lo que se tiene hasta el momento son aproximaciones de algunos componentes del valor de determinado ecosistema o de determinada especie. Como afi rman Sanjurjo e Islas en su artículo:
El valor que le den los usuarios (demandantes) dependerá de su propia valoración subjetiva, el valor que le den quienes lo provean (oferentes) dependerá de su propia función de costos y el precio será un refl ejo de la interacción entre oferentes y demandantes, el cual variará con el tiempo y en el espacio.2
Consideraciones fi nales
Este campo de investigación, así como nuevas propuestas económicas y políticas, está desarrollándose en la actualidad, aún quedan preguntas pendientes y asuntos que resolver. Aunque en algunos países ya se realiza el pago por servicios ambientales, todavía hay que valorar económicamente algunos servicios y ajustar su precio a las transacciones que hoy en día se realizan. Las decisiones que se tomen a futuro no son fáciles de resolver y la gran población mundial, que seguirá creciendo, provocará que los requerimientos y las necesidades humanas también aumenten. Adicionalmente, hay servicios ambientales que no tienen precio, pero sin ellos mermaría nuestra calidad de vida. Lo que es
2 Sanjurgo Rivera, E. e I. Islas Cortés, “Las experiencias del Instituto Nacional de Ecología en la valoración económica de los ecosistemas para la toma de decisiones”, en Gaceta ecológica, núms. 84-85, 2007, pp. 93-195.
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El crecimiento de la mancha urbana pone en riesgo la conservación de la cuenca del río Magdalena.
cierto es que la naturaleza no tiene una capacidad ilimitada de sostener a tantos habitantes, por lo que tendremos que tomar medidas precautorias para su preservación. De no hacerlo se verá comprometido nuestro bienestar y el de las generaciones futuras.
Bibliografía y sitios consultados: DAILY, G. C. (ed.), Nature’s services: societal dependence on natural ecosystems, Island Press, Washington,
D.C., 1997. Gaceta ecológica, núms. 84-85, 2007. www.cifor.cgiar.org/pes/_ref/sp/sobre/ecosystem _services.htm www.millenniumassessment.org/documents/ document.300.aspx.pdf www.tuverde.com/2009/04/%C2% BF que-es-elprotocolo-de-kioto/ www.grain.org/biodiversidad_fi les/biodiv-48-2.pdf www.inta.gov.ar/ies/docs/otrosdoc/paradigma_ doc_02.pdf www.congresoanps.gob.mx/descargar.php? f=memorias/EXTENSOS/GFOe/GFO1407e-2.pdf.