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Pertinente puntualización (sobre los “valentines

Y SIGNIFICADOS

Pertinente puntualización

(SOBRE LOS “VALENTINES”)

Arrigo Coen Anitúa (†)

También la lingüística hace sus sincretismos y ha fundido en el nombre Valentín dos vertientes de diversos orígenes.

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Gilles Ménaje.

En su Dictionnaire étymologique ou origines de la

langue française, el erudito francés Gilles Ménaje (quien latinizó su nombre en el de Aegidius Menagius) escribía, a mediados del siglo XVIII: valentin (en francés, por supuesto), “el pretendiente que otrora, en ciertos poblados, y obedeciendo a una vieja costumbre, cada muchacha elegía el 14 de febrero y al cual debía hacerle, con tal motivo, algún regalo”. Esa “vieja costumbre” era, en efecto, una inmemorial tradición rural, por la que el primer domingo de cuaresma los novios formalizaban su compromiso haciéndolo público, mediante la elección a la que se refi ere Ménaje: pero el pacto quedaba anulado si el joven fallaba en dar a la muchacha un regalo o en invitarla a una fi esta antes de mediar esa misma cuaresma. Como acabamos de ver, también se anticipó la fecha de la elección, y popularmente se identifi có el sustantivo común velentin (siempre en francés) con el nombre propio del santo festejado el 14 de febrero. Cuando la práctica se extendió fuera de Francia, también la palabra adquirió nuevos signifi cados y se dijo “mi valentín” de cualquier amigo íntimo, o amiga dilecta, y, más tarde, con relación hasta a amigos del mismo sexo (“honni soit qui mal y pense”, como reza el conocido mote de la orden de la Jarretera).

Pero pensar que valentín proviene del nombre del santo (o de los santos cuyas fi estas quedaron refundidas) no pasa de ser una etimología popular, por la semejanza, o, mejor la perfecta coincidencia entre Valentín, sustantivo

, Édition de Clément Marot, 1529. Guillaume de Lorris et Jean de Meun, Le Roman de la rose (1230-1280) En la Edad Media, en la esta del primer domingo de Cuaresma (que corresponde al regreso de la primavera) se llamaba valentines a los caballeros que las jóvenes elegían para acompañarlas.

propio, onomástico, antropónimo, y valentín, ‘amado’, ‘elegido’, ‘predilecto’, ‘dilecto’, ‘amicísimo’.

Averigüemos el origen de esta segunda voz. Y para ello consideremos la acepción que la ‘chaviza’ da a galán y galana por estos días, por ejemplo, en las frases “tú vé, aunque sea solo, y allí ligas galana” o “¿qué te estaba diciendo tu galán?”, en las cuales puede haber o no haber implícita la idea de relación más o menos permanente (noviazgo, compañía habitual, preferencia, cita a ciegas, simpatía casual, etc.). Esta variedad de sentidos ya la tenía la voz galant (participio activo de galer) en francés, desde el siglo XIV y, sobre todo en el XVII, cuando regresó el término, después de andar por Italia: ‘elegante’, ‘fachendoso’, ‘divertido’, ‘gentil’, ‘galante’, ‘enamorado’, ‘atrevido’. Como adjetivo, en español tenemos galano, galana, algo desusados, que podrían ser sinónimos de ‘bonito’, ‘bonita’, y de ‘adornado’, ‘adornada’. Hay el verbo galantear y los sustantivos galantería y galanteo. Por otro lado, tenemos también galanura y engalanar. Por último, más adelante veremos que también se refi eren a todo esto regalo y regalar.

En francés antiguo y medio, galer valía ‘divertirse’, ‘correrse una juerga”, préstamo, según el Larousse étymologique, del alto alemán wallan, ‘hervir’, ‘agitarse’ (Corominas dice: “quizá del fráncico” y agrega los paralelos wallen en alemán, weallan en anglosajón, y vella del antiguo escandinavo, todos ellos con el mismo signifi cado). Walter W. Skeat da al antiguo francés gale (origen de galer cuyo participio es gallant) ‘alegría’, ‘júbilo’,’regocijo’; ‘espectáculo’, ‘ostentación’, ‘boato’,

openlibrary.org ‘gala’, ‘festividad’, un origen teutón; y probablemente del medio alto alemán wallen; wallon, en antiguo alto alemán, ‘ir en peregrinaje’. Rara, ¿no?, esta última acepción. Por otra parte, no parecen ajenas a esta discusión las formas wela (del antiguo inglés) y weal (que comienza a estar en desuso en el inglés actual), ‘bienandanza’, ‘prosperidad’; y posiblemente nos remontaría a well, adjetivo que en inglés signifi ca ‘bueno’, ‘sano’, ‘agradable’.

Precisamente ‘agradable’, ‘deleitoso’, ‘cómodo’, son acepciones de regalado, y así se dice de ‘quien recibe trato suave y delicado’. Regalar, antes que ‘dar graciosamente algo, en muestra de afecto’ (este ‘afecto’ puede ser cariño, consideración, agradecimiento, etc.), signifi có (y signifi ca) ‘recrear’, ‘divertir’, ‘deleitar’, ‘acariciar’, ‘atender’; ‘obsequiar’ (tanto en el Dictionnaire de la langua française, de Emile Littré.

sentido de ‘agasajar’, cuanto en el de ‘servir’, y el de procurar captar el cariño de alguien, especialmente con fi nes sexuales). Por ende, un regalo es, no necesariamente algo tangible como una prenda, o dinero, sino también un ‘agasajo’, una ‘atención’, un ‘requiebro’, un ‘piropo’, una ‘caricia’.

Emile Littré, en su Dictionnaire de la langua française (1863-1873), registra la voz philippine y da la siguiente defi nición: ‘Juego en el cual dos personas, después de haberse repartido entre ellas, cada una la mitad de una medalla o una moneda, rota irregularmente para que sólo coincidan entre sí, o dos almendras o bellotas gemelas, acuerdan que la primera de ellas que, al volver a encontrarse, le diga a la otra “Bonjour, Phillippine” (algo así como ‘Buenos días, Felipillo’) o “Bonjour, Philippe” (‘Buenos días, Felipe’), recibirá de la otra un ‘regalo’. Ahora bien, traigo esto a cuenta porque el propio Littré explica, en la etimología de la palabra, que es: “alteración, por atracción del nombre propio Philippe, del alemán Vielliebchen (que se pronuncia más o menos fi libjen), ‘bien amado’, fórmula empleada como saludo en el juego de este nombre;” y agrega: “a su vez, alteración del inglés Valentine, san Valentín, el patrón de los enamorados”. Nótese que el morfema alemán viel, ‘mucho’, corresponde al well inglés que consideramos un par de párrafos más arriba.

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