La educación ambiental EN EL SIGLO XXI Irene Romero Nájera
Hace poco tiempo, mi familia y yo tuvimos la oportunidad de disfrutar de unos días de vacaciones en el puerto de Acapulco. Ya habían pasado muchos años desde la última vez que visitamos esas playas y nos sorprendimos al ver cómo ha cambiado ese lugar. Donde antes había una zona de manglar exuberante, ahora hay condominios y hoteles de lujo con tiendas departamentales y restaurantes para todos los gustos. Por un lado, es muy cómodo y agradable tener todo eso a la vuelta de la esquina, pero por el otro, es una verdadera lástima que se estén cambiando los pocos hábitats naturales que aún quedan por sitios y atracciones para turistas. No voy a mentir y decir que no lo disfrutamos; sin embargo, me hizo pensar en las consecuencias que cambios tan radicales como éste traen consigo para el planeta.
e
n estos tiempos donde el deterioro ambiental es un tema de moda ya que compromete el bienestar de la humanidad por los fenómenos que se están presentando a nivel global como los huracanes, el cambio climático, el efecto invernadero, la lluvia ácida y la pérdida de biodiversidad entre otros, quisiera exponer lo que un cambio de actitud podría hacer con tan sólo estar dispuestos a informarnos y recapacitar sobre nuestras acciones.
¿Es posible cambiar o revertir los daños al planeta? ¡Ésta es la pregunta del millón! A pesar de los esfuerzos científicos y tecnológicos que se han realizado para buscar alterna-
CORREO del MAESTRO
núm. 194 julio 2012
tivas de energía o de materiales más amigables con el ambiente, sin una verdadera toma de conciencia y sensibilización por parte de la población humana, esto será un reto muy difícil. En la medida en la que sigamos sin asimilar los daños al ambiente y que insistamos en no responsabilizarnos de nuestras acciones, el problema seguirá existiendo e incluso se irá incrementando cada vez. No debería ser tan difícil ayudar un poco al ambiente. Existen algunas recomendaciones que podemos llevar a la práctica en la medida de nuestras posibilidades, como utilizar materiales reciclados y biodegradables, no desperdiciar el agua ni la energía eléctrica, usar energías alternativas como calentadores solares, separar la basura, elaborar composta, no liberar mascotas no deseadas al ambiente e infundir valores sobre el cuidado de los recursos naturales
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