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Cuándo se halla y cuándo se encuentra?

Y SIGNIFICADOS

¿Cuándo se halla y

CUÁNDO SE ENCUENTRA?

Arrigo Coen Anitúa (†)

Averiguar lo toma el español del latín tardío (ad) verificare, ‘presentar como verdad’ y es un semicultismo; el término vale ‘comprobar’, como su doblete verificar, esto es, ‘cerciorarse de la verdad’; la familia lingüística tiene como tipo el adjetivo latino verus, ‘verdadero’, ‘cierto’, que da veritas, ‘verdad’, ‘calidad de vero’. Por lo que hace a comprobar, como sus morfemas lo indican, es ‘probar con’, ‘aducir pruebas’ (del latín probare, ‘ensayar’, ‘aprobar’, ‘hallar probo’, o sea, ‘honrado’, ‘íntegro’, ‘irreprochable’). No es lo mismo encontrar que hallar, aunque cada vez más se toman como sinónimos: lo primero es ‘dar con algo, sea físico o mental, que no se esperaba, por ende, no se buscaba’, esto es, que salió al encuentro (del latín contra, ‘frente a’; ‘frente a’; encontrarse también está propiamente usado cuando se trata deencon objetos –o ideas– que se aproximan hasta alcanzarse, de preferencia de frente. Hallar sí implica búsqueda, pues etimológicamente (del latín afflare, ‘soplar hacia algo’, ‘echarle vaho, aliento’, y de ahí ‘husmear’) significa ‘olisquear’, ‘seguir con el olfato una pista’ y, por último, ‘dar con lo que se ha buscado, cuyas huellas se han seguido’.

Otros dos verbos que se suele oponerlos entre sí son inventar y descubrir: venire, en latín, significa ‘moverse hacia un lugar’; no prejuzga respecto de la proximidad o lejanía de ese lugar en relación con quien habla; invenire, pues, equivale a ‘llegar a’, o sea, ‘hallar’, y ése es el significado de inventar (derivado del latín inventum, participio pasivo de invenire, es decir, ‘hallado’, como inventario es ‘lista o elenco de lo hallado’). Por su lado, descubrir es, como su prefijo des- lo indica, lo ‘contrario de cubrir’ (en latín cooperire deriva de operire, ‘tapar’, procedente a su vez de ob-, preposición que da idea de impedimento, de obstáculo, más peperi, ‘dar a luz’, ‘parir’, ‘manifestar’), o sea, ‘destapar’, ‘volver a hacer patente lo que estaba oculto’; mismo significado tiene el neologismo detectar, que junto

con detective hemos tomado del inglés detect (el que lo deriva del latín detegere, ‘descubrir’), todo ello con el concepto general de ‘remover el techo (tectum en latín, participio pasivo de tegere, ‘cubrir’, ‘ocultar’, ‘proteger’), esto es, ‘quitar la tapa’, ‘descubrir’.

Aristóteles definió la inducción (epagogé en griego, inductio en latín, derivado éste de ducere, ‘guiar’, ‘llevar o traer’) como “el procedimiento que de lo particular lleva a lo universal”; su opuesto es la deducción (de la misma familia latina, deductio: syllogismós, ‘silogismo’, en griego); la interpretación automática, como “derivación de lo particular a partir de lo universal” es válida solamente si se considera la deducción fundada en la “esencia necesaria” o en la “sustancia” de los objetos a que se refieren las proposiciones, pero se puede considerar la fundada en la “evidencia sensible” que tales objetos representan, o bien confiada a normas de tipo convencional; por ello, es mejor identificarla con el silogismo (en griego, compuesto de syn-, ‘con’, y logismós, en suma ‘razonamiento’), “argumento en que la última proposición, la tercera, se concluye del conjunto de las dos primeras, llamadas premisas”.

A guisa de curiosidad, transcribo las palabras mnemotécnicas que usaban los escolásticos para indicar los modos de las figuras del silogismo (ojo: son hechizas, aunque suenan a latín, más o menos bueno), ahí les van: barbara, celarent, darii, ferio; cesare, camestres, festino, baroco; darapti, disamis, datisi, felapton, bocardo, ferisio; baralipton, celantes, dabitis, fapesmo, friesesmorum.

No se confundan experiencia y experimento, aunque ambas voces provengan del mismo verbo latino, experiri, ‘ensayar’, ‘intentar’ (de cuyo participio, peritus, deriva perito, ‘entendido’, ‘avezado’); la experiencia se obtiene del resultado de los experimentos, esto es, se hace un experimento para lograr experiencia; emplear experiencia que es ya conocimiento –racional o instintivo– por experimento, ‘operación de provocar un fenómeno para observarlo’, es cometer un anglicismo.

En latín, la palabra crimen significó originalmente ‘acusación’ y tuvo sucesivamente los sentidos de ‘cargo’, ‘falta’, ‘ofensa’, hasta llegar casi a ser sinónimo de la voz ‘delito’ (generalmente se asocia crimen con critum, supino de cernere, ‘cerner’, ‘tamizar’, ‘cribar’, que equivale a ‘investigación’) e indagatoria, la ‘declaración previa’, la ‘que se le toma informalmente al presunto reo’; viene luego la pesquisa, cuyo nombre se remonta al participio pasivo del antiguo verbo pesquerir (también derivado, como inquirir, del latín quaerere).

Finalmente, escrutar y escrutinio son cultismos, procedentes del verbo, en latín vulgar, scrutiniare, derivado del latín scrutinium, de scrutari, ‘explorar’, ‘rebuscar’; en buen romance tenemos escudriñar.

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