Agenda 2014 Las resistencias en México No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva. José Carlos Mariátegui Ha llegado el momento de mostrar a los "señores" que sabemos administrar; que somos nosotros los constructores y no ellos; es necesario que les digamos que sin los trabjadores no existriría esta catedral suntuosa; que sin los trabajadores no existiría este palacio; [...] sin los trabajadores no existirían los ferrocarrilles, los automóviles, los coches; nada de lo que es útil al hombre existiría sin los trabajadores [...] Felipe Carrillo Puerto El lugar del indio maya en la comunidad como un ciudadano libre, autosuficiente y seguro de sí mismo, determinará la medida en que los sacrificios y la amargura de la Revolución tendrán que ser justificados. Todo lo demás es asunto sin importancia, todo lo demás no tiene consecuencia. ¿Qué ha ganado el indio con la Revolución en Yucatán? La respuesta a esta pregunta debe ser la base de cualquier juicio honesto respecto de nuestro trabajo. Felipe Carrillo Puerto No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla. Albert Einstein
Presentación La historia moderna del territorio, que hoy
llamamos México, ha estado marcada desde la invasión española por las resistencias contra el colonialismo y la explotación. Comunidades y pueblos, trabajadores y ciudadanos, nunca hemos dejado de pelear. Sin embargo, una de nuestras grandes debilidades ha sido la incapacidad de unidad para enfrentar al enemigo principal en cada momento de la lucha, y asumirnos como fuerza dirigente, con vocación de poder desde el pueblo. El enemigo ha sabido cultivar nuestra condición de subordinados. Pacientemente ha desmontado la memoria, nuestras historias e identidades, aniquilando o disgregando nuestra voluntad de poder. Ha cultivado las confusiones ideológicas derivadas del extremismo aventurero y de las tradiciones políticas moderadas y claudicantes. Y sus estrategias para dividir al pueblo han funcionado de maravillas. A partir del siglo XIX, la burguesía hizo todo lo posible para evitar la fusión de las luchas de los pueblos indígenas y las luchas de los trabajadores, la fusión de los comunitarismos nativos con el socialismo. El peso de las visiones eurocéntricas y liberales dentro de los sindicalistas y pensadores socialistas impidió el surgimiento de un pensamiento emancipador asentado en nuestras identidades e historias nacionales, de significado universal. Nuestra debilidad cultural favoreció la difusión y el predominio de las tradiciones políticas oligárquicas del criollismo liberal disfrazado de un falso mestizaje de matriz europea, antes que indiana. Así el socialismo se contaminó de liberalismo y criollismo, de eurocentrismo y aún de racismo. En nuestra circunstancia, la resistencia sin unidad y sin voluntad de lucha por el poder carece de futuro. En México, el proyecto emancipador tiene posibilidades de realización si tenemos la capacidad de fundarlo sobre el
reconocimiento de nuestra identidad; de la comprensión de nuestras peculiaridades históricas como pueblos y nación. Si somos capaces de romper la dominación cultural que impide vernos como el fruto de un proceso civilizatorio y humanizador semejante, guardadas las diferencias, a los vividos en Egipto, el Mediterráneo, el Golfo Pérsico, la India y China, por mencionar algunos de los más conocidos; proceso interrumpido y modificado por la invasión europea. El reconocimiento de nuestras peculiaridades nacionales es fundamental para superar las contradicciones y los desgarramientos provocados por el proceso “civilizatorio capitalista” y por las herencias traumáticas de la invasión colonial. A las grandes contradicciones derivadas de la propiedad privada, de la oposición campo-ciudad, trabajo manual-trabajo intelectual, hombremujer, sociedad-naturaleza, estado-sociedad, valor de cambio y valor de uso, producción social y apropiación privada, debemos sumar las derivadas del capitalismo dependiente y neocolonial. No tenemos posibilidad de liberación sin ajustar cuentas con el “colonialismo interno”: con la ruptura y el distanciamiento de nuestra matriz identitaria fundamental: la indígena. Sin la asunción de nuestra “indianidad”, rasgo constitutivo del grueso de la clase trabajadora y de la identidad de más del 90 por ciento de la población nacional, ya como indígenas o indígenasmestizos, nunca será posible la unidad del pueblo, ni la construcción de un país justo. Sin el cuestionamiento al colonialismo interno será imposible proscribir las relaciones de opresión y superar los estados síquicos de autodesprecio dentro de las clases trabajadoras; cuya condición social está determinada por las relaciones de explotación económica y por sus características étnicas. Un pueblo que esclaviza a otro jamás será libre y un pueblo
que esclaviza a una parte de sí, menos. La explotación económica, la pobreza y la marginación en México, están conectadas de diversas maneras con la condición de “indio” y con el racismo. La clase trabajadora u obrera, pensando en más del 80 por ciento de la población nacional, incluidos los migrantes; no podrá ser portadora de una nueva posibilidad de realización humana, si no rompe con la herencia maldita del colonialismo y del eurocentrismo que le sirve de revestimiento al capitalismo de la dependencia en nuestro país. Otro tanto ocurre con el problema nacional en México. La necesaria segunda Independencia o la segunda Revolución, tramo indispensable del trayecto de la emancipación social y humana en nuestro país, no será completa sin la reivindicación de la “indianidad” como elemento constitutivo de la nación, de una que tiene su epicentro en Mesoamérica y que se despliega más allá de las fronteras norte y sur: en ese sentido la nación es más grande que el estado-nación. La nación mexicana y su liberación están enlazadas con el futuro de la independencia de los pueblos indoamericanos, latinoamericanos y caribeños. La comprensión de los procesos que configuran nuestra identidad, entendidos como lucha, como capacidad de resistir y de anticipar, es una de las condiciones indispensables en la formulación y desarrollo de un proyecto histórico alternativo al capitalismo y a las opciones parciales, descontextualizadas y estatalistas del viejo socialismo. El engarce y la fusión de las matrices culturales del pueblo mexicano, de sus historias de lucha, con otras experiencias que dieron lugar a las teorías emancipatorias de corte socialista y humanista, es la única forma de recuperar y abrir cauce al posible devenir del pueblo mexicano, a su realización o afirmación protagónica.
La recuperación de las fuerzas productivas de la nación es la base del desarrollo de la personalidad histórica del pueblo. La voluntad de afirmación histórica de la nación mexicana puede cobrar realidad siempre y cuando se traduzca en un proceso de afirmación hegemónica profundamente democrática. A partir de una voluntad de “ser”, de “poder”, de devenir, más que de sobrevivir. La afirmación del pueblo-nación mexicano sólo puede resolverse a través del reconocimiento de la complejidad de las cosmovisiones mesoamericanas y de sus formaciones sociales que incluyeron territorios extensos y articularon a numerosas poblaciones; de la comprensión de las resistencias de los últimos 500 años; y de la revisión crítica de sus estrategias y del ajuste teórico y político de las visiones eurocéntricas que siguen envenenando al pensamiento emancipador. La resistencia, pues, en estas notas, abandona el movimiento pasivo contenido en una visión estrecha que la concibe como pura defensa o como mera sobrevivencia. La resistencia en el espacio geográfico y humano, que hoy llamamos México, debe interpretarse como lucha contra el agresor, contra el invasor y el ocupante; contra el asociado o el traidor que sirve al poder extranjero y contra el que comparte los frutos de la explotación y la destrucción de la “Madre Tierra”. Desde esta perspectiva histórica, de las vivencias de nuestros pueblos, la resistencia es defensiva estratégica, creación de las condiciones para expulsar y derrotar al ocupante; por tanto, también es horizonte de emancipación. Por más limitada que sea, la resistencia siempre ha estado preñada de anticipación justiciera. Ediciones del Poder Popular Diciembre de 2013
La conquista T
enochtitlan fue la capital del señorío m e x i c a y la última gran metrópoli mesoamericana que, en el siglo XVI, enfrentó la expansión occidental. México-Tenochtitlan era la depositaria de un proceso humanizador, entre 20 o 40 mil años, complejo y refinado que se reflejó en su cosmogonía, arquitecturas, sus sistemas de producción y comercialización, su arte y escritura. Era una sociedad compleja, estratificada y regimentada; encabezada por guerreros, mercaderes, embajadores, sacerdotes y sabios; y sostenida por artesanos, campesinos y chinamperos, pescadores, cazadores y tamemes, entre otros. Los mexicas fueron el último grupo proveniente del norte en llegar al valle de México. Encontraron una región conformada por ciudades-estado que se disputaban la dominación política a veces por medio de las armas, a través de alianzas, pactos o vínculos entre los principales linajes. De 1325 hasta 1521, en 196 años, los mexicas construyeron su hegemonía política, económica y cultural en un territorio que abarcaba buena parte de Mesoamérica y donde vivían entre 15 y 25 millones de habitantes. Después de ser nombrado tlahtoani en 1502 y encabezar la Triple Alianza (Texcoco, Tlacopan y Tenochtitlan), Moctezuma II amplió el señorío hasta el Xoconosco utilizando estrategias militares y diplomáticas: consolidó las rutas comerciales e incorporó a los zapotecas y los yopes. Sin embargo, sufrió algunos reveses, con los purépechas, los tlaxcaltecas y los huejotzincas, exhibiendo las limitaciones del control político mexica. Reordenó la administración económica y política del señorío, modificando sus relaciones con los pochtecas-mercaderes, los pillis-nobles, los macehuales-trabajadores y los pueblos conquistados. La política de consolidación del imperio y el control sobre las ciudades-estado dominadas acarreó numerosas rencillas y envidias, malos cálculos inmediatistas que, a la hora de la llegada de los españoles, serán aprovechados por Hernán Cortés. Estas contradicciones dividieron el mundo
indígena y motivaron la alianza de una parte de las ciudades-estado con el bando hispano, engrosando el ejército español-indígena de conquista que tomó Tenochtitlan-Tlatelolco, abriendo paso al sometimiento de todos los indígenas a la Corona española, la invasión y la colonización de estas tierras y la depredación y el saqueo de sus riquezas. En un contexto políticamente enrarecido, incluso la naturaleza pareció tomar partido, dando origen a los famosos presagios (que fueron constatables por toda la tierra y no únicamente en Tenochtitlan), que cobraron sentido años después, reinterpretados a la luz de la Conquista. Y como los problemas rara vez vienen solos, en tal ambiente, de la costa procedieron noticias de extraños avistamientos que se sumarán a este cúmulo de asuntos que amenazaron la salud del régimen político que Moctezuma II pretendía consolidar. Con la Conquista, se truncó la posibilidad de la unificación de las ciudades-estado indígenas mesoamericanas en torno a una cosmogonía y una cierta homogeneidad cultural. La profunda división entre las ciudades-estado en su lucha por la hegemonía y la dominación, la inmadurez y el localismo, se convertirán en patrón en el siguiente periodo histórico con los levantamientos indígenas desarticulados que nunca se plantearon la unificación para liberarse del colonialismo español. Sin embargo, la fuerza del proceso humanizador y civilizatorio indígena impulsado por la inmensa mayoría de los sobrevivientes y descendientes de las civilizaciones mesoamericanas resistió de múltiples maneras a la colonización. En el campo y en la ciudad, en lo privado y en lo público, las resistencias preservaron los núcleos y mantuvieron la memoria, lo cual alimentó y alimenta la esperanza en la liberación de las mexicanas y los mexicanos. Portada: Lienzo de Tlaxcala (Detalle, Lám. 15), Códice.
La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo el poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno. Artículo 39 Constitucional
Enero
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1804, Haití proclama su independencia de Francia Es el primer país latinoamericano y el segundo de América (Estados Unidos, 1776). Además logró doblemente su independencia y la abolición de la esclavitud. 1959, Triunfo de la Revolución Cubana Entran las tropas comandadas por Fidel Castro en La Habana. 1994, Levantamiento armado del EZLN en Chiapas, México 12 días que conmocionaron al país y al mundo por sus demandas de justicia y reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas. 1994, Entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) Firman los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México.
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Es acaso posible que mueran las personas a quienes más amamos, [...] joya blanca azucena de su hogar modesto, mujer acariciada con los brazos de oro de la virtud y la fortuna. Guillermo Prieto, en el sepelio de Margarita Maza
jueves
1865, La primera huelga en México fue declarada por la Sociedad Mutualista del Ramo de Hilados del Valle de México, en respuesta a la reducción de los salarios, los despidos injustificados, las excesivas jornadas de trabajo, los malos tratos y los descuentos a cargo de la tienda de raya. 1871, Margarita Maza de Juárez fallece en México (1826-1871) Su fortaleza, patriotismo y valentía, fueron grandes armas al lado de Benito Juárez. 1952, Esperanza Limón y Gracia Christie del SME, encabezaron El Movimiento de Verónica. En una asamblea conocida como “la tarde de los animales” equilibraron los ánimos para que se reasumieran las resoluciones de las asambleas.
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viernes
1924, Felipe Carrillo Puerto es fusilado en Yucatán (1872-1924) En noviembre de 1921, tras un intenso activismo político social, Felipe Carrillo Puerto gana la gubernatura de Yucatán con 62 mil 801 votos, contra dos mil 818 de su más cercano competidor. Puede decirse, en justicia, que el suyo fue el “primer gobierno socialista de América”. Perseguido por los delahuertistas, fue apresado, y fusilado.
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sábado
La conquista
La presencia de hombres blancos no era desconocida para los indígenas, ya que en las costas yucatecas desde 1509 se sucedieron los avistamientos de “objetos flotantes no identificados”, y si se toma en cuenta el dinamismo comercial de estas regiones, la noticia debió correr como la pólvora. Por lo que, en 1519, cuando en el horizonte apareció Cortés, los espías de Moctezuma II siguieron a los españoles por toda la costa. Moctezuma no los consideraba un problema y mucho menos los temía. No hizo caso ni imaginó su perdición, entendió que si fuesen dioses, los aplacaría con sus sacrificios y oraciones y otras acciones, y que si fuesen hombres era muy poco su poder. M
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Compañeros: El corazón de los mayas, la sangre de los mayas, se levantan hoy con este nuevo sol, en este nuevo día, porque ya se han hecho verdad todas las cosas que decían los hombres antiguos. Felipe Carrillo Puerto
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Si fuesen dioses no derribaran nuestros oráculos, ni maltrataran a nuestros dioses, porque fueran sus hermanos, y pues que los maltratan y derriban no deben de ser dioses, sino gentes bestiales y bárbaras. Moctezuma II
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1988 - Hoy
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De la insurgencia cívico electoral al Rescate de Nación
as resistencias libradas por la ciudadanía y el pueblo mexicano contra el neoliberalismo, entre 1988 y el año que vivimos, han estado a un paso de expulsar del Gobierno de la República al bloque político neoliberal, oligárquico e imperialista. La insurgencia cívico electoral de 1988 fue parte de los procesos que en América Latina están abriendo alternativas que moderan los efectos del neoliberalismo y, en ciertos casos, formulan propuestas más allá del capitalismo. Proviene de una serie de revueltas y resistencias que se convierten en una especie de relevo en la lucha contra el capitalismo ante el fracaso del “socialismo real”. Colocado en perspectiva histórica, el alzamiento ciudadano de 1988 ha sido uno de los acontecimientos que precipitó la crisis política del sistema de dominación encabezado por el estado y la burguesía estadounidense en este continente.
En los últimos 25 años, la oligarquía mexicana, la clase política neoliberal, las multinacionales y las potencias imperiales, Estados Unidos, Canadá y España particularmente, se han visto obligadas, ante la resistencia popular, a implementar una serie de “golpes de estado técnicos” para darle continuidad a los procesos de despojo neocolonial y a sus Tratados de “Libre” Comercio. La crisis de legitimidad y de legalidad del régimen político actual se ha convertido en un dato permanente desde 1988. Los fraudes electorales de 1988, 2006 y 2012, se complementaron con el magnicidio de Donaldo Colosio y el golpe constitucional para permitir que el hijo de un estadounidense, Vicente Fox, asaltara la presidencia. Más que la falta de pueblo y de ciudadanía en lucha, las direcciones políticas mexicanas han sido incapaces de conducir a los movimientos antineoliberales y antioligárquicos a la victoria, a diferencia de lo ocurrido en el Cono Sur y América Central. Podemos agrupar las resistencias de este periodo en tres momentos: de 1988 a 1994; de la irrupción del Ejército Zapatista al 2006 y de este último año al momento presente. La insurgencia cívico electoral abre una nueva etapa en la historia contemporánea del país. La división de la “clase política” reinante que se consolidó en el poder durante las reformas cardenistas, abrió una nueva posibilidad para la lucha por el gobierno desde las clases trabajadoras y las
“capas medias” que venían movilizándose a raíz de la lucha ferrocarrilera de 1958. Un sector liberal progresista y socialdemócrata, críticos del monetarismo, o del neoliberalismo, como más adelante se le nombró, desafió a la cúpula priísta y al presidencialismo. Encabezó a las masas descontentas y les ganó con votos en un terreno en el que se consideraban imbatibles, el electoral; abriendo paso a una crisis política de larga duración del régimen político oligárquico que aún perdura, sin solución visible. En la disputa contra la clase política abiertamente oligárquica y trasnacional por la hegemonía, por la conducción nacional, los neocardenistas acaudillaron la insurgencia cívico-electoral, modificando el piso de las contradicciones interburguesas y de la politización de la lucha popular. Las movilizaciones de 1989-90 de trabajadores: el paro más de medio millón de trabajadores de la educación, las luchas en la Ford, el Metro, de los Mineros de Lázaro Cárdenas, de automotrices, de la Modelo, entre otras; más los ajustes de cuentas al interior del bloque dominante y el asesinato de más de 500 opositores, la mayoría neocardenistas, ilustran la gravedad de la crisis política. Y, sobre todo, nos hablan de la emergencia de un nuevo sujeto social, de corte democrático nacional, que se mueve en diversos ámbitos y usa distintas formas de lucha, más allá de las disputas dogmáticas de los grupos de izquierda.
Los sobornos, la división y la política represiva, más los errores de los opositores en un ambiente de “fin de la historia”, de derrota y quiebra moral de las “utopías”, impusieron un cierto reflujo a las movilizaciones entre 1991 y 1994. Tiempo en que menudearon las luchas electorales y las iniciativas de organizaciones civiles que habían proliferado a partir de la segunda mitad de los años 80. Sin embargo, un relámpago en el cielo sereno dio al traste con la normalización salinista, la relegitimación del régimen y los consensos levantados alrededor de las contrarreformas neoliberales. La irrupción del EZLN y las resistencias subsecuentes nos hablan de la posibilidad de refundar la nación desde la matriz indígena y popular. Portada: Desalojo del campamento magisterial del Zócalo de la Ciudad de México, 13 de septiembre de 2013, autor desconocio(Foto).
Diciembre
[...] utilizamos los colores rojo y negro en nuestro uniforme, símbolos del pueblo trabajador en sus luchas de huelga, nuestra bandera lleva las letras «EZLN», EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL [...] Declaración de la Selva Lacandona, 1993
No hay enemigo invencible cuando la voluntad popular de combatir se organiza, crea los instrumentos y la dirección capaz de conducirlo a la victoria. Lucio Cabañas.
01 lunes
1988-Hoy
El 1° de enero de 1994, cuando entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio con América de Norte, en el estado de Chiapas, varias comunidades indígenas de tradición maya, herederas, algunas de ellas del Congreso Indígena de 1974, se levantaron en armas agrupadas en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Tomaron varias cabeceras municipales y le declararon formalmente la guerra al Ejército Federal y al usurpador de la presidencia, planteando que: “Conforme a esta Declaración de guerra pedimos a los otros Poderes de la Nación se aboquen a restaurar la legalidad y la estabilidad de la Nación deponiendo al dictador”.
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1974, Lucio Cabañas Barrientos muere en combate en Tecpan de Galeana, México (1939-1972) Guerrillero y fundador del Partido de los Pobres (PDLP). Después de la masacre del 18 de mayo de 1967, en Atoyac, y durante los siguientes siete años, Lucio se mantiene en rebelión, lucha por la transformación de las condiciones de opresión y miseria de los campesinos mediante la organización de los pueblos de la sierra de Guerrero. L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
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Ni nación más rica del mundo, ni refugio del Santo Padre. Una nación de veletas destinada a la división, las emulaciones, el desorden, la ruina y el trastorno [...] hasta sus cimientos. ¡Dios mío salva a mi patria! Servando Teresa de Mier
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Soy hijo del pueblo humilde, y a ese pueblo que representamos nosotros a ver si lo encarrilamos a la felicidad. Francisco Villa
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1827, Servando Teresa de Mier fallece en la Ciudad de México (1763-1827) Fraile y sacerdote dominico. Amigo de Simón Rodríguez y de Francisco Javier Mina con quien regresó a Nueva España para pelear por su independencia. Su famoso Discurso de las profecías en 1823 es una denuncia crítica del periodo posindependentista.
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1914, Francisco Villa y Emiliano Zapata firman el Pacto de Xochimilco Se adoptó una división del trabajo militar entre el villismo y el zapatismo: en lugar de marchar conjuntamente sobre las fuerzas estacionadas en Veracruz, los surianos atacarían Puebla y los norteños más hacia el noreste, formando una especie de pinza que se cerraría sobre Veracruz. También se comprometieron en llevar a un civil a la presidencia de la República. 2008, Othón Salazar fallece en Tlapa, Guerrero (1924-2008) Fundador del Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) constituido a finales de 1957. L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M J V S D L M M 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
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La democracia [...] es un ejercicio permanente con el que nos vamos proponiendo nuevas metas en un proceso ininterrumpido, en la lucha por construir la unidad de los trabajadores y el pueblo. Javier Acuña
1999, Francisco Javier Acuña Hernández muere en Chilchota, Michoacán (1953-1999) Participó en la democratización de la Sección XVIII del SNTE de Michoacán. Fue fundador del Movimiento de Unidad y Lucha Popular (MULP). Murió en un accidente automovilístico en circunstancias que nunca fueron aclaradas.
Notas
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