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Sexilio: Entre el sueño y la esclavitud

La migración es un fenómeno que no es reciente, pues la movilidad de las personas es un elemento constitutivo de la historia de la humanidad. Sin embargo, en el último milenio, la migración se ha convertido en uno de los temas sociales más relevantes, cuyo impacto sobre las condiciones de vida de las poblaciones más que vulnerables es determinante.

La migración no es una experiencia simple, ni mecánica, las razones por las que las personas toman la decisión de migrar y las experiencias que tienen a lo largo del proceso migratorio están ligadas a la “normalidad” correspondiente a la comunidad de origen; ya sea por clasismo (que se reflejan en oportunidades laborales), racismo, exclusión por motivos religiosos, violencia (consecuencia de misoginia y machismos exacerbados) o asuntos sociales-culturales, entre las que podemos enlistar la homofobia, transfobia, lesbofobia, que afectan directamente a la comunidad, pero también por discriminaciones hacia otros grupos vulnerables, como las personas con discapacidad o con enfermedades complejas, agudas y crónicas, que no tienen acceso a un servicio adecuado de salud.

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Centrémonos en las personas experimentan violencia y persecución debido a su orientación sexual —real o percibida— o su identidad de género. Las personas lgbtttiqa+ se enfrentan a diversas condiciones de discriminación enraizadas con fuerza en la cultura, que se encuentran legitimadas en los distintos ámbitos de la cotidianeidad, ya sea a través de normativas, leyes y/o reglamentos que desconocen o restringen sus derechos humanos, o bien, sostenida a través de manifestaciones culturales como chistes, burlas y discursos de odio que incitan a la violencia. Ejemplo de ello, son las dificultades que sufre la población trans en términos de acceso y permanencia en el sistema educativo, a causa del no reconocimiento de su identidad, lo que provoca bajos niveles educativos en este grupo, que a su vez dificultan su ingreso al mercado laboral.

La falta de reconocimiento legal de las uniones de pareja entre personas del mismo sexo provoca una condición de desprotección en materia de acceso a salud y pensiones, visitas hospitalarias, acceso a créditos, adopciones, entre otros. Lo anterior coloca a las personas lgbt+ en desventaja social y económica, generándose una situación de discriminación con respecto a la población heterosexual, que sí posee reconocimiento legal de estos derechos; es decir, la discriminación atenta contra los derechos de mexicanas, mexicanos, mexicanes.

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