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La breve y desafortunada caída en desgracia de Junot Díaz

En 1996, el volumen de relatos Drown, provocó una pequeña sacudida en el panorama literario norteamericano al obtener el premio pen/Malamud.

Se trataba de la obra primeriza de un joven autor de origen dominicano, Junot Díaz (Santo Domingo, 1968) donde recreaba las adversidades y ansiedades de sus compatriotas emigrantes en los Estados Unidos. Durante diez años no se volvió a tener noticia de aquel prometedor talento hasta la publicación de su primera novela, The Brief Wondrous Life of Oscar Wao [La maravillosa vida breve de Óscar Wao], reconocida tanto con el premio Pulitzer y con el National Book Critics Circle Awards de 2007.

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Cuando se publicó el texto con evidentes tintes autobiográficos, aquella pequeña sacudida del 96, se convirtió en un temblor de gran escala: cambió el panorama literario y abrió camino a una generación más joven de escritores latinos o provenientes de comunidades diversas para que pudieran contar sus propios relatos.

La historia, aunque llena de referencias a cómics, anime, clásicos de ciencia ficción y fantasía, es dura: aborda temas como la identidad, el racismo, el machismo intrínseco en los pueblos latinoamericanos y cómo este fenómeno no solo afecta a las mujeres, sino a los hombres, de quienes se espera una conducta viril: violenta, hipersexual y descarada. Asimismo, la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana es un tema recurrente, se trata de un ejercicio de posmemoria, que es la relación que las generaciones posteriores o los testigos contemporáneos distantes tienen con el trauma personal, colectivo y cultural de los demás, con las experiencias que “recuerdan” o conocen solo por medio de historias, imágenes y comportamientos. La maravillosa… da cuenta de cómo afectan estos relatos la vida de las segundas generaciones de inmigrantes en los Estados Unidos.

En las primeras páginas de la novela aprendemos que Óscar León Cabral, apodado por su familia y amigos Óscar Wao, es un adolescente que sobrevive como puede a sus ensoñaciones y a sus carencias en un gueto de Nueva Jersey. Es un muchacho obeso, desastroso en su trato con las chicas, devorador de libros de fantasía e incapaz de convertir en realidad sus más anhelados sueños. No cumple con el estereotipo del macho latino, su sobrepeso y sensibilidad lo alejan de ese arquetipo seductor y varonil. Óscar sueña con encontrar al amor de su vida y convertirse en el Tolkien dominicano; algo nada sencillo al ser víctima de una maldición que él identifica como fukú: pero el fukú no es solo historia antigua, un cuento de fantasmas del pasado sin fuerzas para asustar. En la época de mis padres, el fukú era algo tan encojonadamente verdadero que cualquiera podía creer en él. Quizá el fukú es el trauma; quizá el fukú sea el propio Leonidas Trujillo, quien masacró a miles de ciudadanos dominicanos que se oponían a su régimen… después de todo la historia de Óscar Wao es también la historia de su madre Beli, de su hermana Lola y de su padre Abelardo… y la de tantos emigrantes dominicanos que intentan encontrar sus raíces, su identidad, entre dos mundos distintos cuando no antagónicos.

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