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No existen las fronteras: una charla con Diego Quemada-Diez
Cineasta, guionista, migrante, Diego Quemada-Diez no es de aquí, ni allá, en las distopías pandémicas del siglo xxi, más bien es de todos lados. Fronteras que se diluyen ante la cámara. España, una frontera de Europa. México, una frontera Latinoamericana. Estados Unidos, la frontera de Occidente.
En 2013, Quemada-Diez estrenó mundialmente su ópera prima, La jaula de oro, en la sección oficial del Festival de Cannes: Un Certain Regard [Una Cierta Mirada]. Vineron el premio al mejor elenco, la mención honorífica François Chalais, así como el premio Gillo Pontecorvo, otorgado por el Instituto Internacional para el Cine y el Audiovisual de los Países Latinos en conjunto con la Asociación Gillo Pontercovo. Por cierto, el galardón lleva el nombre del realizador italiano Gillo Pontecorvo, reconocido por su lucha política y por formar parte del movimiento Tercer Cine, comprometido con el desarrollo de un cine de liberación en el Sur Global. Al recibir el galardón, Quemada-Diez se declaró admirador de Pontecorvo y aseguró que La battaglia di Algeri [La batalla de Argel] de1966 es una de sus películas favoritas. La institución italiana declaró que La jaula de oro fue premiada por su empeño social, vigor narrativo y frescura cinematográfica, y describió a Diego como una joven promesa del cine hispano-mexicano. Así lo ha sido. El realizador que también es activista, hoy fue cálido y generoso en sus compartir ideas...
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