El sistema del arte en el siglo XXI

[…] el artista solo existe si es conocido, consecuentemente, uno puede contemplar la existencia de cien genios que son suicidas, que se matan a sí mismos, que desaparecen porque no supieron qué hacer para ser conocidos, para impulsarse para ser famosos.

Declaró Marcel Duchamp al crítico de arte Pierre Cabanne, en 1967.

Duchamp, alguna vez reconocido por sus contemporáneos –sobre todo por André Breton– como el hombre más inteligente del siglo xx, rompió la ecuación y vislumbró las necesidades mercadológicas del arte: la celebridad, el artificio, la reproductibilidad, el entretenimiento del público. Distinguió pues, una suerte de star system que desde entonces ha movido al mundo del arte.

Pero, ¿qué necesita un artista para ser reconocido? Detrás del creador hay un aparato de “marketing”, mercadeo compuesto por distintas instituciones:

1. Museos del orden público y no gubernamentales o mixtos: instrumento que tradicionalmente han legitimizado al arte y al artista; mediante la adquisición de obras, su investigación y presentación en exposiciones temporales e itinerantes, así como a través de publicaciones.

2. Coleccionistas: particulares, grupos empresariales y burócratas que utilizan al arte como soporte publicitario en una esfera pública (elitista), y al mismo tiempo efectiva a nivel mediático. Para estos, el objeto artístico ingresa en la construcción de la imagen como valor agregado. Existen también, aquellos coleccionistas que apuestan por “nuevas promesas”, ya sea en un interés especulativo o el puro goce estético que les procura la pieza.

3. Galerías: estas ofrecen esferas públicas construidas de un modo relativamente seguro, con múltiples funciones de pivote (soporte) y multiplicador. El teórico Robert Fleck distingue en su ensayo Para una economía política de una galería once tipos...

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