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Renovación
Renovación
17-06-2020
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Hace dos meses que no siento el fulgor del sol sobre mi piel. Que extraño es recordar al Sol, que inconscientemente generaba en mí sensaciones de alegría, ligereza, júbilo. Evocar esos recuerdos me provoca tristeza.
25-06-2020
Ahora más que nunca extraño al Sol. Necesito volver a sentir su calor, que se colaba por mis poros e inducía una sensación de satisfacción. Tampoco tengo la opción de sentir un calor humano ajeno, el roce de las pieles o una suave respiración sobre mi cuello que me tranquilice. ¡En estos momentos eso sería una aberración!
28-06-2020
Esta semana ha llovido mucho. El frío es descomunal y el cielo está muy oscuro.
En mi habitación comenzó a aparecer una pequeña mancha negra en la esquina superior... Espero que la lluvia no haya podrido el tejado de mi hogar.
Cuando el aislamiento nos une | 187
30-06-2020
La mancha del techo se expandió y agrietó. No puedo llamar a nadie para que venga a ayudarme. Intentaré cerrar el agujero por mis propios medios.
Luego de tres horas seguidas de admiración al orificio, creo notar un tenue brillo que baja de este como una telaraña.
31-06-2020
Creo tener una leve obsesión con el agujero de mi habitación. Llevo horas y horas acostado en mi cama contemplándolo. ¡Qué ridículo debo parecer! Pero es lo más interesante que ha ocurrido desde el inicio del confinamiento.
Esta manía por la abertura me ha hecho pensar mucho. Tal vez sea mi salida al exterior, mi reencuentro con el Sol... ¿Podré, finalmente, poner mi cuerpo nuevamente en la calle? Mañana lo intentaré. El resplandor aumentó de tamaño.
01-07-2020
Por el hueco ya cabe mi cuerpo... Sí, tiene un diámetro aproximado de ochenta centímetros.
El brillo ya es muy intenso. Me siento muy extraño. Volveré a pisar la calle, a admirar los paisajes que antaño tanto disfrutaba ver. Estoy bastante emocionado, me siento con mucha energía y vitalidad, mis pensamientos e ideas van tan rápido como un hámster en su rueda chillona.
Me armé de valor y entré al agujero. No había salida al exterior. Sólo estaba esta libreta, esta bitácora, repleta de sentimientos y emociones. No tenía un final, pero yo lo haré:
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Historias confinadas
El brillo me reconfortó, me dio energías para seguir adelante. No pude liberar mi cuerpo de mi hogar, pero pude liberar mi mente de las tragedias y la soledad que me atormentaba. Ahora me siento mucho mejor.
Vicente Pavéz Sotelo
Cuando el aislamiento nos une | 189