Premio Ariadna de Poesía 2019

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En la portada: La escritura del Minotauro, ilustración de Marco Antonio Campos Vega Editorial Ariadna Directora general Catalina Miranda Gasca PREMIO ARIADNA DE POESÍA 2019

Colección: Premios Ariadna Septiembre de 2019 D.R. © Editorial Ariadna Diseño y formación de interiores: E. A. Olid Tels.: (55) 2614-3190 (044) 55 39 56 25 06 Patriotismo 545 Col. Ciudad de los Deportes Ciudad de México CP 03710 editorialariadna@gmail.com www.editorialariadna.com Compra en:

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PR EMIO AR IADNA DE

POESÍA 2019

Premios Ariadna



PRESENTACIÓN

E

l poeta vierte en cualquier papel, hoja en blanco, página reciclada o servilleta a manera de catarsis o desahogo, sus sentimientos y emociones, dándose prioridad a sí mismo, a su imperante necesidad de expresión. Ese impulso personal —casi primigenio— puede compararse con el que en la época prehistórica hacía que un ser humano plasmara imagenes en las cuevas, sobre las piedras, surcando la tierra o la arena, marcando la corteza de los árboles, resultado de la necesidad de expresarse y dejar rastro de su existencia: testimonio de su paso por un mundo que le era perturbador e incomprensible y al que trataba de descifrar. El hombre contemporáneo —sea poeta, narrador, pintor o dramaturgo— también crea impulsado por la emoción, por el sentimiento de soledad, de gozo, de incertidumbre, de insatisfacción, pero en la actualidad, el artista tiene conciencia de su necesidad de trascender, de heredar las experiencias y conocimientos que vierte en su obra. El artista reconoce que para influir en los espectadores no sólo debe transmitir una emoción, sino que tiene que desarrollar una técnica, incluso un método y un conjunto de herramientas que le permitan 5


desenvolverse en su área de manera efectiva y asegurar así que su mensaje creativo impacte, cautive, influya y destaque. Lo cual no se logra sólo por ser fiel al instinto y a la inspiración. Los poemas enviados al Premio Ariadna de Poesía 2019 fueron escritos por dos tipos de poetas: Los que manejan una técnica ya desarrollada, que incluye la buena ortografía y la sintaxis, y otros, sobre todo los más jóvenes, que aún necesitan profundizar en la lingüística y en la retórica. Para que un poema pueda considerarse de buena factura o bien logrado debe tener consolidadas tanto la forma (el modo de ser escrito) y el fondo (el mensaje que se está expresando). Los poetas que se incluyen en este libro han podido GANAR un espacio, un escaparate donde podrán ser leídos, gracias al cual sus textos se conservarán. Sólo con el paso del tiempo se sabrá qué poemas, qué escritores trascenderán y dejarán huella en el territorio de la poesía, en el universo de la Literatura. El poeta ganador del Premio Ariadna 2019 es Alfredo Acuña Chimés, originario de Guanajuato (1996). Se han elegido para la publicación tres de sus poemas formados por varias partes. En “Yo” y “Yo piel”, se revela la búsqueda del ser, la búsqueda de sí mismo. El poeta deambula por el mundo terrenal y también por el del sueño; cuestiona su fragilidad y se grita a sí mismo sin encontrarse, o si se halla lo hace en un cuento, en un relato inconcluso o en un manuscrito ilegible. Es un poema que plantea la insatisfacción en la vida, la inutilidad de las formas convencionales que muti6


lan la libertad. En “Del desvelo” se plantea el fracaso del amor: “Amar es entregarse al vacío, a lo ideal. Amar es vivir la presencia, la ausencia, estar al filo y a la mitad. Oscilando entre la creación y el exterminio. “ “Yo”, “Yo piel” y “Del desvelo” están escritos en una prosa poética que fluye y se encadena de manera natural, casi automática, que incluye imágenes certeras que se integran en el cuerpo total de los textos. La Primera Mención Honorífica es para Alma Liliana Alamilla Cornejo. Nació en la Ciudad de México. En sus poemas “Tora”, “Nigromancia”, “Fragmento” y “Cabra” domina un ritmo que se mantiene y se equilibra a lo largo de los textos. Alma Alamilla sabe jugar con las palabras, tiene un fresco sentido del humor al cual satura de profundo significado. En algunos de sus poemas, disfraza a sus personajes y les otorga las características, la fuerza y el poder de algún animal o nahual, inyectándolos de gracia, pero sin olvidar la importancia y seriedad del tema. “El perro callejero” de Adrián Escandón Flores obtuvo la Segunda Mención Honorífica, es un poema en el que se equipara al can con la poesía, y aún más ya que este animal es convertido totalmente en la poesía, o viceversa, por ello dice: “La poesía actual es como un perro callejero; / pululando errabundo / entre las sombras citadinas.” Un perro extraviado, perdido en lo culterano, lo inútil o superficial, confundido entre las formas convencionales, en la mercadotecnia y la modernidad. Adrián Flores plantea la desaparición o muerte de la verdadera poesía. 7


La Tercera Mención Honorífica la ha merecido la escritora Marcela Magdaleno Deschamps, que radica en Metepec, Estado de México, con “En la esquina de la ansiedad”, un texto conmovedor que da voz a las víctimas del feminicidio en México. Magdaleno Deschamps, activista comprometida con la defensa de los derechos de las mujeres, con un tono elegíaco se pregunta en dónde han quedado los cuerpos, los anhelos, los sueños de esas mujeres a las que se les ha arrebatado la vida injustamente, sin motivo, violentamente, coartando su destino. Describe el estado en el que se les ha encontrado y, a la manera en que lo haría una vidente, nos dice lo que esos espíritus pregonan en el más allá. Un poema escalofriante que nos sacude e invita a unirnos a las filas de quienes claman, no sólo justicia para las mujeres caídas sino que ni una mujer más sea violentada. Editorial Ariadna agradece profundamente a Tepalcate Producciones; Fundación Amigos de Italia; Literaria. Centro Mexicano de Escritores; PROMOARQ; EGEX. Especialistas en Geología Económica y Servicios de Exploración por su valiosa colaboración para que este libro emprendiera el vuelo. Catalina Miranda Directora de Editorial Ariadna Premios Ariadna, los únicos en los que todos ganan el libro Ciudad de México, septiembre del 2019

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GANADOR

Alfredo Acuña Chimés

O

riginario de Celaya, Guanajuato (1996). Estudió Psicología Clínica, en EDUCEM. Se ha mantenido en el anonimato. Actualmente dirige su atención en la Arteterapia como una búsqueda de nuevos lenguajes para su profesión y vida. La narrativa ha sido, a lo largo de su vida, el lenguaje que lo identifica. Sus poetas preferidos son Oliverio Girondo, Elías Nandino, Fernando Pessoa y Roberto Vallarino. 9



YO Trasmutada existencia

Estoy desecho, maltrecho del cuerpo, malogrado del pensamiento, trasnochado de noche; subyugado de espíritu, flagelado de carácter, herido de pasiones, doliente penitente, ambivalente de postura, inexistente y roído; derrocado de héroe, fusilado, bellamente olvidado. Sosegado del sueño, embotado hasta el alma, afásico terrible, amasijo indomable, túrgido ante el leve tránsito de lo que llamas vida. Estoy estoicamente perdido, uso y desuso la razón, me busco, triste y no me encuentro, no hay nada, no existe palabra en el vocabulario del desaliento. No me rindo, claudico.

Re-narrar

Soy un cuento, un relato inconcluso en los labios de unos cuantos. Soy una crónica, estrambótica e impredecible, me entreveo en los silencios, surco los espacios como un rumor que choca y resuena, contundente. Soy aquel manuscrito ilegible, mis palabras no son de este mundo, van más allá de la razón o del entendimiento, son carne palpitante, sienten, se alimentan de mi sangre. Sufren, sienten el tedio cuando callo, por ello hablo en la soledad que me confieren los espacios, vocifero, relato, construyo y evito a toda 11


costa el silencio definitivo que entra y corta de tajo mi ser, mi existencia.

Me disgrego

Ripio, uno los trozos de este cuerpo onírico, siento, ejerzo mi poder y crezco sin mesura. Me expando, me disgrego en el universo y colisiono en el éxtasis de este placer estético. Parir ideas, soñar, soñar, volar, provoco el caos, sofoco pretextos, contraigo y distiendo mis símbolos; los uno y desuno desesperadamente como la carne a mis huesos, los uso y desuso, quiromántico de mis fracasos, soy un pugilista, me lastimo y creo, soy histrión o qué soy… indago.

Anti

Vengo desde las sombras, emerjo del ruido, del arrebato. Soy lo caótico, choco contra lo convencional. Soy lo erróneo, lo imperfecto, mi atractivo radica en el azar. Puedo perfectamente mostrarme entusiasmado y luego lanzarme al naufragio. Soy la contradicción, la duda, soy aquel fondo de la figura. YO-PIEL Vivo abiertamente mi cuerpo sin piel, sin pudor o moral. Mi sustancia se excita con los matices de una vida fructífera, dejo que todo me cautive. Cansado del tacto de una banalidad que no me identifica, que no me purifica el alma. 12


Cosmopolita

Exijo ser libre, disgrégame sin pausa y sin prisa. Exijo un cuerpo sin ley, sin normas, que se mezcle indefinidamente con todo aquello que lo subyace, lo circunda. Ser libre, abrirle las puertas a esta alma fecunda que clama, que se rebela en pequeños instantes hedónicos y muy libres, ¿qué soy entonces? Si ni mi cuerpo me pertenece; sujeto a horarios, actividades ínfimas y perecederas, me rebelo ante todo y todos. Que se adhiera mi cuerpo a cualquier sitio, ser algo y ser nada.

¡Jódete!

¡QUE SE JODA EL MUNDO!, clamo.

Me rio a mis adentros y luego dejo que la perversión salga… ¡VAMOS!, pienso. Que se joda el mundo, la muerte, la vida, el falaz amor, las normas, que se joda todo, al cabo que estoy jodido. Me tranquilizo, siento cómo mis nervios se distienden, regreso al orden, a la armonía… pero… ¡QUÉ SE JODA LA CALMA! farfullo.

La noche que indulta

Es en la noche cuando me encuentro más solo, donde puedo sincerarme sin pudor o temor a lo dicho, cuando palpo este cuerpo que reverbera pasiones que indultan, que salvan de la caída al vacío. Es de noche donde las sombras me encuentran, y hablamos sin descanso sobre las verdades que duelen, es de noche cuando miro a mis adentros, me entrego a la reflexión escabrosa de una conciencia que se niega de día. Fin13


giendo, siendo otro, otra piel, otro yo, uno más vivaz, menos sombrío. De noche soy algo, alguno, un rumor, de noche puedo camuflarme con los lamentos dormidos de una ciudad silenciosa.

Azar

Yo vengo de la oscuridad, y a la oscuridad me dirijo. Nací del azar, de la selección, del descuido, nací del amor, un amor caótico que se apaga como mi vida. Qué tristeza nacer sin rumbo, crecer a ningún sitio, vivir y sentir un mundo que no es mío, soñar hacía la nada, para después morir… sin nada.

Otro, otro y otro

Los días parecen rotulados, uno igual al otro, si acaso un par de rostros se modifican, pero son el mismo lento andar. Yo me diluyo en la noche, ando entre todas esas figuras que se difuminan, me pierdo en las esquinas oscuras, en el reflejo de los autos.

Vivir, sin más

Vivir con mesura es abrumador, quiero reír, reír, hasta morir de una carcajada. Que mi cuerpo alcance el máximo éxtasis llegando al desmayo. Llenar mis músculos de voluntad, de bravura, alejarme del pulposo futuro, sin dilación. Enamorarme de lo tórrido, caótico, de los extremos, fragante atracción por lo ambiguo, lo insurrecto, por esta incógnita inaplazable. 14


Del mundo Hijo de la tierra y la luna, animal que clama libertad. Vestido de fruslería, de un idioma que no expresa el fulgor de su alma, soñador taimado que anda por las calles que esconden la gloria de estar vivo; montón de materia que siente y se transforma, incansable búsqueda del sosiego, del silencio que le muestre el sendero, pobre animal herido que solloza tópicos. La no - elección Nacimos por azar, no por supremacía o por selección, no hay destino o finalidad. Podría quedarme inmóvil, crisálida, esperando que este cadáver futuro falle. Librarme sin más alboroto, sin más fiesta que un silencio incomodo por no saber qué decir. DEL DESVELO

El acto finito

Amar es entregarse al vacío, a lo ideal. Amar es vivir la presencia, la ausencia, estar al filo y a la mitad. Oscilando entre la creación y el exterminio.

Libertad compartida

Seré libre, querida. Tan libre como siempre he querido. Seremos libres juntos, suspendidos en el recuerdo de un amor apasionado y fluctuante. Serás libre, aunque no seamos más que polvo, nos habremos pensado libres y por consecuencia lo seremos. No ha15


brá cárcel o barrera que nos límite, si acaso el cuerpo perece, seremos libres hasta el último gesto, hasta el último beso, hasta la última libertad.

Significante

Amas lo que represento para ti, lo que puedo ofrecerte a placer, amas que existo y en mí catetizas tus deseos. Amas el sopor de mi cuerpo, la poca o mucha belleza que poseo, mis ideales ilusorios, amas lo manifiesto, lo simbólico. Amas el significado, no al significante.

Lo corpóreo

Culto al cuerpo, falso, deformado, trastocado por el canon, cosificado, vacío, un cuerpo lejano a nosotros, los sucios, impuros, los imperfectos, la magnificación de lo irreal, lo superfluo, espectro del narcicismo.

Breve

Hay belleza en lo fútil, la imperdurable, hipnótico deterioro, esa trasmutación de lo vivo, la comunión de lo inacabado, lo que está en constante deshacerse y hacerse. Quien aspira a lo externo, se sitúa en una sola existencia.

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PRIMERA MENCIÓN HONORÍFICA

Alma Liliana Alamilla Cornejo

N

ació en el Distrito Federal, en 1990. Nativa de una ciudad doblemente extinta. Abogada feminista. Expulsada de aquelarre y repatriada. Pagana creyente de deidades féminas. Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad La Salle (CDMX) y, posteriormente, la maestría en Gobernanza y Derechos Humanos en la Universidad Autónoma de Madrid (España). Ha realizado estudios en distintos diplomados de escritura creativa en la Escuela de Escritores (Madrid, España), Escuela de Escritores (CDMX) y actualmente en Literaria, Centro Mexicano de Escritores (CDMX). Su cuento “Manuela” fue publicado como parte de la colección A pecho descubierto de la Escuela de Escritores (Madrid, España, 2017). Algunos de sus poetas favoritos son Alejandra Pizarnik, Idea Vilariño, Sylvia Plath y Blaise Cendrars. 17



Tora Nací tora, madre. No me dio la gana ser vaca No me dio la vida ser vaca Yo nací buscando torero, madre. Metiéndome siempre al ruedo Me llamaba la faena Le rezaba a San Fermín Buscaba la muerte a manos de cobardes, madre. A punta de banderilla me gané el indulto. Las valquirias en silencio contemplaban. Nací tora, madre, nací negra, brava, fuerte. Las piernas siempre me dieron para llegar a donde quise aun cuando siempre apunté a precipicio. Es mi naturaleza, madre. Las guerreras a veces reencarnamos en bestias nobles. Nigromancia Tu recuerdo es amarga nigromancia que desprende viejo olor a tristeza. 19


Yo, vestigio inquieto que sólo intuye, rasguñando el viento negro que arrastras; necia, busco tu caricia salada, con la mirada rasguño tu espalda, mientras tú, lleno de noche, te alejas negando el perfume de tus palabras; y te siento, creciéndome en el vientre, me dejas el eco de tu voz húmeda, sigo habitada por tu aroma frío. Batalla con tu sabor a desgracia, nos ha dejado rojos sentimientos en el abrazo gris de nuestro olvido. Batalla con tu sabor a desgracia, nos ha dejado rojos sentimientos en el abrazo gris de nuestro olvido. Fragmento Soy el fragmento de la diosa antigua que escuchaba a las hormigas caminar sobre la tierra, quien, en la infancia, pidió al sol que no saliera. Soy la noche fría que a solas escapa y visita a aquellos que yacen intranquilos 20


para susurrarles pesadillas que no les permitan la paz. Soy el cuervo que susurra al oído los miedos, que te hace sentir frágil, mortal, humano, pequeño; para que recuerdes implorarle siempre a la diosa antigua que fue todo en su momento.

Cabra Y tú, cabra, llegas con el pelaje tupido, grueso y denso ese que te cubre el vientre. Llegas, con tu brío que no te permite estar quieta. Tú, que antes ligera llegabas, ahora te miro con la cabeza embotada llena de nudos, de dudas confundida, perdida debilitada. 21


Ya no ves igual, cabra. Ya no eres igual, cabra. Las patas se te han vuelto pesadas. Tú, que solías mantener la distancia encontrabas siempre donde clavar la pezuña. Mantén siempre tres patas en el piso, me decías. A mí siempre me costó, cabra, mantenerme anclada a la tierra.

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SEGUNDA MENCIÓN HONORÍFICA

Adrián Escandón Flores

E

studió Psicoterapia en la Univesidad Gestalt. Es adiestrador de diversas especialidades caninas. Fue premiado por su trayectoria por el Segundo Congreso Internacional de Comportamiento Animal. Participó en la formación de unidades caninas para el Ejército Mexicano y para diversas corporaciones policiacas, públicas y privadas, también para organizaciones de Protección Civil. Actualmente es coordinador del Instituto Campestre de Ciencias y Artes de Metepec. Ha publicado poesía en la revista del Claustro de Sor Juana y en la Antología de la Universidad de California. Sus escritos han sido dirigidos especialmente a maestros y a su familia en particular. 23



EL PERRO CALLEJERO

La poesía actual es como un perro callejero; pululando errabundo, entre las sombras citadinas, atravesando a veces las milpas secas y crujientes al viento, merodeando en los mercados alharaquientos, alimentándose de desperdicios e inmundicias y sentimientos ajenos despojos de la humana actividad. Siempre frugal, huidizo. Siempre temeroso de las reacciones de desprecio por haber sido proscrito por el pragmatismo y por la cotidianidad de nuestras necesidades más ingentes. La poesía, ahora balbuciente se escurre por los resquicios de algunas almas aún sensibles, a los estertores y quejidos 25


de ese perro inmundo que flaquea ante lo incierto de una literatura cada día más convencional y de mero entretenimiento. Fuga y evasión del alma noble por los flamazos de lo culterano y lo inviable, aspiraciones necias de lo vano y vacuo, y extraviado en la desatención por la humanidad de lo profundo y trascendente.

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TERCERA MENCIÓN HONORÍFICA

Marcela Magdaleno Deschamps

E

s iniciadora de la Fundación Cultural Paz y Garro A.C y de la Fundación Marcela del Río Reyes, así como miembro de la Asociación de Periodistas del Valle de Toluca (APVT). Entre sus libros publicados están: La lectura para el desarrollo infantil (Lectorum); Escribe tu vida y oxigena emociones (Lectorum); Mitos y leyendas de Jiutepec; Fiestas agrícolas y patronales de Jiutepec; Leyendas de la Tierra Grande (Lectorum); Un mundo al revés (Ariadna) En poesía: Sutil convulsión (Innovación Editorial Lagares); Dócil Insurrección (Innovación Editorial Lagares). Antología del País de las Nubes (Oaxaca). En dramaturgia: Yo quiero que haya mundo de Elena Garro (Porrúa). Dentro del rescate de literatura olvidada ha publicado: La poesía inédita de Elena Garro, las obras dramáticas de la Revolución de Mauricio Magdaleno (1935). Colaboró con el bisnieto de Emiliano Zapata en el libro: A cien años del Plan de Ayala. También ha escrito para teatro Los milagros de San Isidro Labrador; Una empresa llamada Garro (Nos y Otros Editores Madrid) y La furia y la paz. Fue finalista en el Premio Ariadna de Cuento 2018. 27



En la esquina de la ansiedad

Recorro las calles aceleradamente, veo algo de reojo, y el enigma me sacude un leve escalofrío recorre mi cuerpo, el espasmo no disminuye, se dilata como estela narcotizada la pupila extensa acecha, poco a poco la garganta ahoga mi sombra, la terebra invade. Veo a miles habitando entre el cielo y la tierra piden ayuda, ¿dónde están? En los postes, muros, en letreros carcomidos por el polvo, sol y lluvia, trasparentes y mudos musitan sus rostros. En la Alerta Ámbar, en el amarillismo de las páginas cibernéticas, las mujeres. Mujeres perdidas: adolescentes, adultas y niñas, las abuelas y quinceañeras vaporosas, con bucles cubriendo su perfil, activistas que alzaron la voz por otras, madres que salieron en busca de sus hijas, mujeres de otoño en primavera, mujeres que sacan las manos de la Tierra, las mujeres de Dios. 29


Mujeres que hablan sin ser escuchadas, y gritan, para no ser trasparentes eternamente. Me pregunto: ¿dónde estarán sus cuerpos, sus almas, sus vidas? ¿Dónde? Encontraron a Susana con la mano mutilada y cuerpo cercenado, Susana la poeta. Camila fue sepultada en las minas, Roxana apareció en el baldío, abandonada, sola, sin ojos, sin boca, sin alma, los perros lamian sus uñas, pero la rondaban los perros sin rostro, aquellos para quienes la vida no vale nada, nada, nada… Ya no es la minifalda, el escote o el negligé lo que provoca convulsión fetichista, hoy incluso a niñas de cuna las cercenan por llorar. Letanía sobre océanos de fuego, la niña sin nombre, la que fue hallada en un cruce de caminos abusada, asesinada a golpes: —¿Qué haces ahí solita? —pregunté, y con la resurrección en la sonrisa, contestó: —Esperando que el sol ilumine mi conciencia. En un mar de noticias inertes, un interlineado me atrapó, 30


quedé sin aliento, decidí mecer a la niña de las calcetas rojas. Se desplomó en mis brazos, hice un nicho en el jardín, incineré el ataúd, y convertí la sangre roja y densa en paloma de paz. Oré, coloqué una corona de azúcar, un cirio rosa y un oso de peluche entre rosas, mi lágrima liberó un holocausto fugaz. Cerró los ojos para siempre sin conocer ternura. Hoy salir a la calle da miedo, pero sigo avanzando, ¿ni modo que me quede encerrada? ésta es mi ciudad, mi destino es extraño, opaco y peligroso, no sabemos qué nos va a suceder al salir, donde las flores del desierto desprenden un aroma a sangre y sotol y las valientes acomodan cruces rosas sobre el llano algodonero, sobre la mina, sobre el camellón, sobre las miles y miles de cruces que hoy se oxidan con aliento a sacrificio. Porque hoy la vergüenza del rapto teje sus voces, repujadas, forzadas… por los caminos del verso, versos contrahechos, miserables, enfermos, 31


versos bárbaros que decapitan y estrangulan, versos rituales entre gallinas negras, almas de niñas y mujeres que aún creen en el amor y caminan junto a la carnicería donde penden imágenes derretidas en un muro ajado, traspasado por el viento gélido, bucólico. ¡No más! Esa luz que ves a lo lejos, aquella que traspasó la avenida, no es una visión, son almas de niñas que entran y salen, de los rótulos deshilachados por el tiempo, asoman ojos desde el olvido sepia, desde las calles apáticas, perpetuándose como pasado remoto meciéndose en la lengua del sol, conversando con los vivos en silencio. Son mujeres atrapadas en el etérico que giran en la rueca de Hécate, en la cuenca donde se deposita su aroma, donde sus lóbulos emergen de los pantanos, y escuchan, pero no saben que están muertas. Velo de niñas en el claro del bosque, rondan y rondan, rondan en un zigzagueo perpetuo. ¡No más! Pero, a quién le importan los arcos de su luz, los aromas y listones necios, deslizando sus sedas en 32


los mandalas de cristal. A quién le importa que sus cuerpos traslucidos se reflejen en la noche, sólo en la noche cuando las abuelas cantan y los coyotes anuncian el viacrucis, cuando el ejército de niñas emerge con huellas sicarias sofocando la esperanza, sentenciándolas al eterno caduceo. Hoy me detengo y las honro porque a mí sí me importan por eso sigo las estrellas para encontrar sus vestigios, giróvaga el aquelarre, busco en el aura de la luna, en la copa de los sauces, en la copa luna. ¡No se escondan! ¡No les teman! ¡No, no son brujas! son mujeres que pasan día y noche barriendo el polvo de los soles, cantando a las lechuzas, estirando sus alas para breñar la conciencia ¡déjense amar!, sus abuelas las buscan, las abrazan noche y día, demandan respeto y paz al borde del abismo en una bóveda de úteros, de éxtasis, escondiendo la vergüenza bajo un baluarte de libertad. 33



Clara Bautista Cervantes

I

nternacionalista egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es amante de la lectura, el teatro, los idiomas y el running. Actualmente se destaca como servidora pública empeñada en salvaguardar los derechos humanos de las personas migrantes. Escritora y poeta desde muy temprana edad, ha escrito más de 40 poemas. Emprendedora de proyectos por naturaleza y deseosa de compartir su pasión por la lectura, recientemente ha incursionado en las redes sociales como booktuber bajo el nombre “Las Lecturas de Clarissa”. Su principal objetivo es promover la lectura y compartir su amor por los libros. 35



Despedida

Dile a tu cuerpo que lave mis caricias, recoge tus besos de mis labios, barre el llanto y el dolor, limpiemos hasta el último rincón. Llena las maletas con recuerdos, no dejes ninguno tirado sobre el colchón, agrega las sonrisas y los días soleados, pues no deseo encontrarte. Borra tus huellas del patio y camina rápido que el tiempo nos devora, abre las ventanas porque nuestro aroma nos asfixia, aunado a que se comienza a encerrar el dolor. Anda, respira y déjame respirar… Fúmate el ayer, el hoy y el fututo de nuestra relación. Rompe el reloj de arena… Que regresen nuestros sueños propios, por favor. Antes de irte descuelga las promesas que se sostienen en la pared, destiende las esperanzas que cuelgan del tendedero y saca los silencios que se mantienen en el refrigerador 37


Tomemos una última taza de café, limpiemos la mirada. Unta en un pan la calma, Traguemos las culpas y reproches… Ya no nos sirven de nada.

Corazón de felpa Tan impaciente, Tan vacío, Tan deformable. Apachurrable, Abrazable, Aventurero. Tan frágil, Tan necesitado, Tan inestable. Cotidianamente lastimando, Cotidianamente engañando, Cotidianamente apuñalando. Sin sentimientos, Sin culpas, Sin arrepentimientos.

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Tan fugaz, Tan adaptable. Tan espontáneo. Busca en la basura, Busca en la oscuridad, Busca entre la neblina. Se llena de soledad, Se alimenta de utopías, Se cubre de creencias. Tan incomprendido, Tan común, Tan juzgado. Corazón de felpa no te condeno…. Sólo espero que pronto encuentres un relleno. Quererte Quiero saber que han llorado tus ojos, Quiero abrigarme con tus miedos, Quiero traducir tus silencios. Deseo reconocerme en tus secretos, Deseo reflejarme en tus anhelos, Deseo ser tu estrella fugaz.

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Inspiración de tus próximos días, Inspiración de tu pasar por la vida, Inspiración de tu locura. Confesión de tu obsesión, Confesión de tu búsqueda, Confesión de tu soledad. Prisa de tus pasos, Prisa de tus ganas, Prisa de tu voluntad. Sed de tu cuerpo, Sed de tu orgullo, Sed de tu calma. Dormir con tu camisa, Dormir con tu pasado, Dormir con tu caparazón. Todo, todo, todo… para apoderarme de tu razón.

Encuentro nocturno Delirio oxidado, Sueño consumado, Deseo castigado. 40


Búsqueda insaciable, Grito ahogado, Manos amarradas. Besos al aire, Neblina de recuerdos, Árboles con ojos. Nuestros cuerpos se devoran, Pero jamás llegan a desnudarse, Mis pies te golpean y te alejas. Palabras que envuelven mi cabeza, Vino derramado, Piel caliente. Telaraña de ideas, Búhos despiertos, Luciérnagas de olvido. Sonidos que me susurran tu nombre, Soledad que me recuerda tu aroma, Confusión que me permite imaginarte. Disparo cerebral, Sangrado mental, Locura permanente. En conclusión, galimatías de la oscuridad… 41



Uriel Delgado

O

riginario de Tlalnepantla de Baz, Estado de México; estudió Administración de Empresas en la Universidad Tecnológica de México y una maestría en Administración de Negocios, y Diplomado en marketing en la misma institución. Poeta desde temprana edad ha pasado por diversos talleres literarios entre ellos el taller de Alicia Reyes y la escuela de escritores de Eduardo Cerecedo. Fue alumno del poeta internacional Arturo Cordova Just. Ganador del concurso los Símbolos Patrios a nivel regional (2002) y ganador del concurso UNITEC de poesía (2009). Publicó en Tierra de en medio (antología de cuento 2018); La ciudad en los ojos (poesía 2018); Desde el lago (poesía 2019). Fue finalista del Premio Ariadna de Poesía 2018 e incluido en la antología de ese premio. Ha publicado en diversos suplementos culturales como La Jiribilla, del gráfico de Xalapa y Vuelo de Jaguar, re-

vista en línea. En 2019 publicó el poemario Conjugando la muerte con el sello editorial Eterno Femenino. 43



CARMESÍ XVI Me gusta el pan de tu vientre, morderlo, masticarlo, succionarlo como tuétano, arrancarlo y besarte ensangrentado. El pan de tus mejillas es un festín de repostería, colores y sabores se funden en la levadura de tus pómulos, pues horneas con polvo de venus, betún de marte, y el hambre que desde niño siento. CARMESÍ I Tu cuerpo como la luz que se degrada filamento por filamento en una gota de agua. Agua diamantina en el cauce de tus arterias para el desemboque en cascada de esmeraldas 45


donde soy afluente con mis manos haciendo cuenco. Sumerjo halo de luz bajándolo de tu cabeza al fondo del río, solo veo tus pasos donde no caminas flotas haciendo marea soberbia con capa de manta revolviendo las aguas, dibujando luz al patrón de tortuga. CUERPOS RUPESTRES Hay humedad en la galaxia cuando dos cuerpos en dirección radial buscan su centro, sacuden movimientos telúricos sus núcleos de magma efervescente son la distancia y el calor de sus atmósferas. ¡Qué choquen! Qué mueran, la muerte reverdece. El espacio entre los cuerpos no es más que vacío efímero pincelada de un dios ciego e insomne. 46


Dos cuerpos celestes, mártires, volátiles, giran y encandecen violando brutales, cafres, sus órbitas. Guerra de ondas petrifican los mensajes encriptados del encuentro. Meteoros bombardean sus pangeas son planetas rupestres. EL TIEMPO Forjo con mis manos un cometa, con pies al aire en los anillos de Saturno. El tiempo es hidrógeno, helio flotando en el diámetro del espacio ligero, blando, imperecedero, pero voraz. El cometa navega en el infinito de nuestra dimensión —se llevó mis dedos al detenerlo. ¿Y no es el tiempo la jugarreta de basura cósmica en un abismo oscuro difamando nuestra existencia? Tiempo como Dios como la energía 47


que crea la rotación del invierno la traslación del verano, y la gravedad de nuestro ritmo cardiaco. ¡AHG! Alzo mis brazos, ¡Ahg! descanso el mazo con el que pico piedra. Doy una vuelta ¡Ahg! vida entre las plantas de mis pies como ejes a 180 grados. Bailo con la inocencia de mi infancia ¡Ahg! un flagelo que se amotina en cada célula de mi ritmo. Y digo ¡Ahg! una dicha divina como ninfa vuela en círculos de mi cabeza a mi pecho aletea como sangre agitada de otoño arrebolada de nostalgia. ¡Ahg! mis cabellos se peinan 48


con el oleaje de las hojas de los ĂĄrboles que nunca trepĂŠ donde crecĂ­ surcando en la tierra con la mirada en las copas arrancando la corteza para hacer una barca ante la lluvia.

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Jesús Espinosa Arellano

n

ació en Monterrey, Nuevo León, en 1976. Cursó la Licenciatura en Psicología en la Universidad Juárez del estado de Durango. Ha sido finalista con derecho a publicación en el II Certamen Internacional de Poesía “Piezas de Misterio”, Cuponeta Ediciones, 2015; III Certamen Internacional de Poesía “Disertaciones”, Cuponeta Ediciones en 2015, y en el I Certamen de Poesía “La Tertulia de Rosenda”, en 2016. Ha participado en los talleres: “El erizo se eriza, se eriza, se riza de risa”, en el Nodo de escritura (2016) y en el Taller de poesía “Yo es otro. Teatro Nazas”, 2017. También ha participado en las revistas electrónicas: Bitácora de vuelos, Revista de Literatura y en Yo es Otro. Revista Virtual de Divulgación Cultural, en 2017. Ha participado en el Festival Internacional Grito de Mujer, Torreón 2018. Sus poetas preferidos son: Rosario Castellanos, Carlos Pellicer, Jaime Sabines y Enriqueta Ochoa. 51



Sobre una mesa Una lámpara, un recuerdo, una copa vacía; un papel ocre, una luz tibia, un pequeño insecto, una brisa de tu aliento. Algunos versos en las sombras de un atardecer vacío. Pequeñas letras hieren con un lento dulzor los ojos. La tibieza del aliento de la oscuridad, el camino del pequeño insecto al fondo de la mirada, la sombra de un abatido sentimiento; el viento de la última palabra, la copa vacía de recuerdos sobre la misma mesa, el dolor en las lágrimas, la misma lámpara sobre una mesa de nostalgia. Humo penitente Trato de olvidar lo pasado en los gritos del alcohol, pero todavía observo esa silueta de bruja entre las sombras del humo penitente, surge un abismo en las miradas perdidas de tus ojos. 53


Tambaleantes recorrimos las noches atados por las mentiras, buscando vomitar los labios de la oscuridad. Bajo el efecto del verde humo brotan lágrimas de libertad en la compañía del pecado: mi hermano de sangre, apoyo la luz de mis quemantes pesadillas. Venas abiertas derramando la vida en la piel de la tierra, donde yace mi funeral. Oscuras notas palpitantes brotan bajo mi piel, he renacido en el canto del rojo amanecer. Tinta que hiere Poder vendido en las letras de las grandes alas; secan su llanto en ellas los ausentes y sus madres. Mentiras que hieren el alma, desatan tristeza en los caminos que llevan sin rumbo alguno; tinta vacía, llena de una reprimida realidad, leyes de humo sobre pantallas de vacía política. No hay una versión real a nuestras madres y familia, perdida en la sombra de la tinta la gran verdad; el miedo su aliado más fiel, 54


la cobija de la indiferencia mitiga su vuelo; tinta vacía, en sus plumas secan las lágrimas nuestras palabras, las madres y los ausentes. El sueño de las flores Te despides en el umbral de las sonrisas, hermosa y radiante princesa, pequeño racimo de estrellas, dulces ojos de flores. Rocías el jardín con tu perfume de inocencia, ese aroma junto a tu mirada queda grabada en la noche de los murmullos. Quisieron borrar tus huellas en la arena, olvidar tu sonrisa y tus traviesas cicatrices de infante. Tus palabras marcaron el camino, los encuentros de los cantos de las aves en el desierto. No mitigaron tu angustia, ni tu sufrimiento las promesas de tu retorno, palabras que mancillan tu inocente piel. No hay oraciones en el viento, que puedan aplacar la ira en mis manos, 55


mis lágrimas han ahogado la fe que te dejo en el sueño de las flores.

Plegaria olvidada I Sueña en un mundo libre, una caricia en tus ojos, sobre la piel de la esperanza recorre la árida fe. Viviendo en una plegaria olvidada por la balanza de nuestros caminos. Lágrimas aperladas en el regazo de tus suspiros, aflicción en el viento de nuestro desierto. II Lo difícil aún no pasado, nada es tan desolador que el lago de tu corazón vacío. Con la espalda sobre las rocas del páramo, sobrevienen los recuerdos en la mirada de esa sonrisa rosa. Bailando en la oscuridad las promesas se forjan igual cada noche, orando por la ayuda de un cielo gris. 56


III Cierras tus ojos por ese momento de reencontrar las risas en el polvo; polvo en la tristeza del tiempo. IV Dedos unidos en los recuerdos comunitarios de vida, hilos de acero frente a la tormenta de la desesperaciĂłn. Volteas y te acompaĂąa ese mar de nostalgia; marea de profunda devociĂłn. V Letras de amor en tus pasos sobre la arena, caminos recorridos con las manos amigas del dolor. Entre las hirientes espinas y las cĂĄlidas rocas existen restos de blancura esperanza, miles de recuerdos perdidos en el umbral de los cactus.

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Alma Nora Estrada Mejía

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studió Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras, en la UNAM. Es la primera vez que concursa con algunos de sus poemas. Su primer poema fue escrito al fallecer su padre. Sus poetas favoritos son: sor Juana Inés de la Cruz, Gabriela Mistral y Juan Carlos Mestre. 59



Fantasía Una mirada bastó, una puerta entrecerrada y tu mirada extraviada entre los ojos de dos. Una palabra amable y una sonrisa envidiable y así pronto surgió una amistad. Tres miradas, diría yo y de ahí algo surgió. No me atrevo a pensar qué es lo que pueda pasar, cuando tus manos se acerquen y yo te pueda besar, y nuestras manos se estrechen. Tus labios junto a los míos nuestros cuerpos se acerquen la pasión se desborde hasta sentir el placer. ¡Por Dios!, ¿qué es lo que digo? Estos pensamientos bajos que jamás había tenido; 61


tú los dejaste crecer y me hiciste pensar que tal vez podría dirigirme a ese mundo de placer. La vida Mujer más bella no había visto, con larga cabellera rubia y ondulada, de grandes ojos y mirada profunda, nariz afilada, bien colocada en tan perfecto rostro; los labios bien formados, color coral invitando a besar. Su cuerpo estilizado, ni gorda ni flaca, sus manos de seda invitan a tomar tal vez un paseo por la eternidad; sus pies de pisada ligera, te muestran el camino que ella considera. Tenemos que ver sus dotes de reina tan linda mujer. Sonrisa que embriaga y te lleva al placer, pero en su mirada entro, cual puerta del alma para conocer, ¿qué esconde en lo interno aquella mujer? ¡oh triste vacío, qué obscuro, qué frío ya no sé qué hacer! ¿Me quedo? ¿Me salgo? No aguanto, recorro lo interno con ansiedad y no encuentro nada por qué suspirar, me salgo y pregunto: ¿por qué si es tan bella, por dentro está vacía? Su nombre es vida y es difícil entender.

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Irene Hernández Gamboa

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ació en la Ciudad de México en 1950. Es maestra de Educación Preescolar, con Especialidad en Problemas de Aprendizaje, lo que la llevó a descubrir y estudiar Psicología, maestría y doctorado en Psicoterapia Psicoanalítica. Se ha dedicado a la psicoterapia con niños, adolescentes y adultos, durante más de treinta años. Desde que era educadora le gustó escribir cuentos, relatos y poesía. Cursa en Literaria un Taller de Poesía y un Diplomado en Escritura Creativa. Sus poetas favoritos son Jaime Sabines y Walt Whitman, y las novelistas latinoamericanas: Isabel Allende, Laura Esquivel, Marcela Serrano. 63



LIBIDINAL

Espero tu llegada en lunática compañía, todo el cuerpo dionisiaco se alborota ¡Me estorban la ropa, los aretes, los afeites! Deseando correr hasta tus brazos, anidarme en ellos serpenteante, besándonos con pasión y con ternura, ¡fluyendo esa saliva enamorada! Siento tu miembro firme y juguetón al abrazarme, todo mi cuerpo y fantasías enardecen. ¡Caemos en la cama o no sé en donde, se funden nuestros cuerpos, se confunden, te siento juguetón dentro de mí! ¡Se despiertan mi fuerza y mi lujuria que enamoradas corren hacia ti! SOBRE “EL OTRO” Lo masculino, ese otro, ese misterioso desconocido que ni lo es tanto, pues desde siempre ha estado a mi lado.

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A veces esa sutil presencia protectora, con frecuencia esa alegría contagiosa, con su soleada firmeza y lunática travesura, ¡Y en la intimidad, el cómplice perfecto! Complemento y no rivales, diferentes y no perfectos, esos hombres que acompañan en la vida y en los sueños.

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Yunuen López Azpera

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orelia, Michoacán, 1998. Cursa la carrera de Biología en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM. Participó en talleres de creación literaria. Finalista del Premio Ariadna de Poesía, 2018. Sus autores preferidos son: Dante Alighieri, Amaury Estrada, Rosalía de Castro, Milan Kundera y Carmen Martín Gaite. 67



I. Inefable Cuando inhalo profundo y cosquillea mi garganta muy adentro del nítido tabaco agridulce sabor a recuerdo promesas perdidas con prosas futuras sabor a derrota guardada en el pecho que se encoge en cada sorbo sorbo de vida y realidad intacta —inválida— aquella inexistente desde momentos remotos donde la nostalgia se mezcla y la melancolía ya no sabe a gloria ni a décadas —quizá sólo a tiempo— Y la caldera que destapa mi vientre se llena de voces decaídas como en un dos de noviembre le reza a cadáveres de sentimientos proezas sosas casi inhumanas 69


que absorben mis ganas y cuando todo calla inhalo hasta la estrella más lejana exhalo la vía láctea con el mismo fervor de un niño perdido de un mundo sutilmente apagado que trato de encender con bocanadas de aire al cielo y un cigarro que sólo deja ceniza —blanquecina— de aquella, que nunca enciende de nuevo de aquella, que no se puede uno deshacer ni barriendo. II. Punto final Soy un agujero de tiempo y de vez en vez, agujero de cuerpo no existe nada en mi interior más que entrañas sórdidas sin alimento eso me hace agujero que nunca he llenado con pasos, prosas ni alientos y tan vacía se torna esta vida, cuando permito despacio al fluido vivo correr dentro de mí reagrupando vidas con los pedazos sintonizados cerca de mi vientre quedo tan desierta tan objeto inanimado 70


para los ojos de los espectadores risueños, tan cansada que decido no desistir, ser causa inútil de desasosiego de caricias sin vida porque los agujeros negros no merecen ser estudiados y mis versos, no merecen jamás ser pronunciados pasar de mí, les ruego. III. Olor a taberna A veces soy invencible tornado temeroso de nébulas ardientes dolores interminables de angustias finitas cantares de pupilas rosa pálido y cuando todo atardece cuando ensombrecen mis males me siento soplido de fina hierba olor intermitente a taberna lastres de augurios pretéritos fosa sublime de risas calladas como agua corrosiva que navega desde el alcantarillado de una casa vieja hasta las olas violentas de este mar marchito. IV. Calvario A veces me siento morir, un morir lento de esos que te estrujan el alma, 71


que te matan por una semana te quitan el sueĂąo y te hacen temblar uno de esos que no te mata que te ahoga y cuando crees morir, respiras.

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Leinad Nuño

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riginario de la Ciudad de México (1988). Músico desde que tiene memoria, especializado en Corno. Vive entre el infinito caos interno, la angustia y la melancolía ocasionados por el monstruo aberrante de la perfección y el síndrome del impostor. Desde muy pequeño fue engullido y cobijado por la literatura fantástica, en especial por el horror, tomando como sus mentores a Thomas Ligotti, Clive Barker, Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft, aunque nada tenga que ver con ellos. En el 2019 deja las sombras del anonimato literario y presenta, por primera vez, su trabajo poético. Actualmente continúa sus estudios de escritura en “Literaria. Centro Mexicano de Escritores”. 73



ME DA TOS AL COMER SANDÍA

¿Qué es lo que los otros ven, madre?, ¿es que soy tan ciego? La piel se me cae a pedazos, una parte del alma se fuga una vez y otra vez, los ojos sangran. Me aterra el espejo: me reduje a no sentir, y ni sé cómo pasó. Como gotas al aire, afirmo que mi ser ya no se fija en esto. Se desprende en cada cabello y fluyo con él por la coladera, hasta las cloacas de la ciudad, hasta enredarse en pulgar de rata, hasta llegar al azul podrido, azul de mar. El aire me sabe a veneno, es el humo que exhala esa chimenea blanca: ya no distingo su rostro: la tristeza lo arrastra con gravedad. Mi pasión ahora es un oficio y yo no quiero, madre. Me niego a ser como ellos, pero mi carne sucumbe. ¿A quién rendirle cuentas si no es a mí? ¿A quién llorar? ¿Qué es lo que los demás ven que yo no veo, madre? ¿Me he descompuesto? ¿Estoy hecho para perder?...

CIUDAD Caminamos por la sombra de esta pared, de aquel árbol, proyectada en silencio. Sol que revela, que reseca, que renueva. 75


Tardes con lluvias o con viento; en el suelo hojas mostaza. Viento y agua: las banquetas húmedas de morado jacaranda. DISTRACCIÓN Con los días uno se da cuenta: si n o t e pien n o e x i s . . SOMATOFOBIA Como el felino: pardo en la noche; por la mañana no puede caminar. 76

san


QUESTION Me pregunto qué le pasa al silencio cuando murmura tu nombre. Me pregunto por qué mis ojos se inundan de perlas. Me pregunto si es una broma. Si pudiera traer a mi presente la suavidad de tu seno desnudo... Si aún pudiera contemplar el abismo. Si aún pudiera quedar profundamente anclado en tu regazo... Me pregunto si alguna vez... Si pudiera dejar de vivir en este bucle: en la oscuridad. 77


CENIZAS Un baño en ti, cual nieve: tóxica. Que se desprende, suave, desde tus finos dedos, y que viaja al ojo y se funde en mi párrafo. Así eres, ligera y gris; así eres, te borras, aquí dentro, y ese algo duele, regresas, y duele de veras... SIN TÍTULO Y hueles a guayaba fresca, recién mordida, madura. Como siempre: llegando tarde y al lugar equivocado. 78


REVELACIÓN Sólo sucede contigo: cuando te pienso me fundo en el horror porque lo bello me encandila. Y no sé cómo pero siempre te encuentro cuando desciendo allí, a terreno de hormigas, y las encuentro desnudas, como todos nosotros, allí, donde descansan los cuerpos. De la nada me invade el terror, me doy cuenta: veo tus rodillas y recuerdo que nunca aprendí a atar agujetas.

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Axel Alejandro Nuricumbo Longines

O

riginario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (1994). Es egresado de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispanoamericanas por la Universidad Autónoma de Chiapas. Fue incluido en la undécima edición de Letra Suelta, gaceta de la Facultad de Humanidades de la UNACH. Fue finalista del Premio Ariadna de Poesía 2018. Sus escritores favoritos son Xavier Villaurrutia, Enrique Anderson Imbert, Juan Bañuelos, Juan Gelman, Eduardo Lizalde, Rainer Maria Rilke, Octavio Paz y Alfonso Reyes.

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Atisbos

De mi boca intuyo un balbuceo palabras son sólo reflejos en el espejo de mi voz eco y reverberación. No hay en mi silencio un descanso, un alivio. Hay en mi mente una herida que sangra cada vez que respira. De mi mano presiento un súbito vacío cierro el puño, encuentro el aire. Fijo los ojos en el suelo puedo sentir correr mi sangre. No existe objeto asible a mi tacto una conexión, un vínculo. Sólo a párpados cerrados puedo ver sumergido en una oscura red. Y en el sueño se conectan sangre y aire como cielo y mar como hielo y sal. Mientras una sacia la sed a vino, el otro se desliza sobre el corazón en el oído. Y el ensueño no distingue entre voz y eco entre cielo y mar entre hielo y sal. 83


Una arrulla el silencio en el vacío el otro sana la herida que aún late en el oído. Y en el horal nocturno el sólo estar del cuerpo es un torrente de sombras, un proyector de formas. Y mi cuerpo y mi herida y mi voz son ya reflejos, huellas de que existo al otro lado del espejo. Cables para pájaros sin nido Dejo este verso tenso a la altura de mi balcón y pienso en los que vagan por el cielo inmenso por ellos: un descenso un rincón donde reposar las alas y recorrer las salas del sueño y su mundo, su dominio extenso. Sobre un océano denso alzar vuelo en ascenso recomponer el rumbo: azul intenso. Onírico Mido la distancia en sueños con ritmo de espejos de frente al nublado camino de espaldas a un muro erguido con epilepsia en los pasos con terremoto en los brazos 84


el miedo es amigo porque lo siento lo sigo. Avanzo y en otro sueño despierto guiado por la luz del deseo. Llego a tu estancia te observo, velo tu sueño a distancia tu rostro es lontananza el faro que alumbra la esperanza de encontrar en él mi refugio mi hogar cuando sea la hora del diluvio. Sigo el camino de niebla como entre dormido y despierto y voy recogiendo retazos imaginando cómo me estrecharán tus brazos nube que se postra en mi cuerpo antes de convertirse en lluvia para mi sed. Porque duermo sigo, a oscuras, en otro sueño te encuentro y digo: barcos vuelan en el mar de tu cielo todas las lunas habitan en tus ojos estrellas de tus labios luces de los míos. Testimonio Yo, de los poetas, el menor pero en mis ojos también arde el fuego y entre mis manos también escurre el agua como el tiempo. 85


Yo, de los poetas, el menos virtuoso pero mi voz también habrá de madurar y un incendio se iniciará en este bosque de palabras algún día. Yo, de los poetas, el menos poeta menos de alfa que de beta pero en el pecho también cargo el corazón y en las venas también llevo su canción en mis huesos suena el bambú de la selva en mi piel también retumba el tambor. Yo, de todos los poetas, el que menos canta el que menos grito, menos danza, pero en mis entrañas también guardo un mantra y un día de estos habré de escupirlo. Yo, de los poetas, como dije, el menor, es cierto, el peor, pero entre mis sueños se esconde una estatua de momentos. Sé que algún día habré de esculpirle un monumento y de las lascas del recuerdo se erigirá el cincel con el que habré de hacerlo. Yo, de todos los poetas, el desapercibido quien claudica en el olvido pero un muro al final del túnel me detiene y también soy fantasma atrapado en la carcasa 86


y mi cabello se resbala, habrá de otoñarse, tomar un tono plata y mi carne también se llenará de grietas que la arqueología ignorará por eso también siente el miedo de la ausencia, el tacto inexistente y la paupérrima lágrima descenderá por mi mejilla. Yo, de los poetas, el que menos yo, de los poetas, casi nada, pero si algún día preguntan morí para contarlo. Décima interrumpida Cientos de palabras revolotean en las paredes de mi mente. En mi boca encuentran su salida y yo aquí, queridos amigos, se las muestro como prueba de que existo. De la herida que llevo por voz sangran oraciones de mi andar contra la muerte y todos sus peligros y si esa, entre sus brazos me callara, por lo menos que el silencio sea mío. Que sea yo mismo quien elija el epitafio: Aquí yace el balbuceo hecho palabra el cadáver de la voz prendida al eco. Que no digan que murió buscándose 87


que no en vano se escupió aquel grito. Hasta aquí el hemistiquio cabalgado por siete jinetes que no lloren su deceso que celebren su relinche verso. Hesitación Desconozco la fuerza que me empuja a escribir estos versos no sé aún si es una mano metálica la que mueve mis hilos o si es un reflejo, un impulso de mis dedos. Ando a ciegas en un boulevard a oscuras ando a tientas entre arenas movedizas que ando por andar por superar las dunas. Ya no supe qué seré, si morí mañana ya no entiendo esta sombra sobre el hombro que me dice “¡escribe, canalla!” Y suelto el verso como un mantra y salta el grito de la entraña deshaciendo el nudo de entre la garganta. Ignoro si de esto muero me retrasa lo que encuentro bello será quizá por ello: agorero. Ni una musa escucha este llamado 88


este carajo contra el viento este invocar silencios alados. Sé que escribo y muero que la vida se me escapa en ello pero aún no sé si es la muerte quien me entrega el fuero para anunciarlo en estos versos.

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Elpidia Lizbeth Preciado Madrigal

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ació en Coalcomán, Michoacán (2000). Está por terminar el bachillerato en la Universidad de Colima. Fue integrante de la Compañía de Teatro V, en “Cósmica“ en el 2018 y 2019 (obra de teatro). Sus escritores preferidos son: Anna Todd, Chris Pueyo y Jennifer L. Armentrout. 91



Queriendo borrar la luz que atraviesa Ante las puñaladas que perforan y sucumben, en un ataque de pánico incontrolable, los pasos sin rumbo están temblando, todo parece ocurrir lentamente. Las incógnitas trascienden como gotas. Todo se va opacando vertiginosamente, haciendo una imagen borrosa de mi entorno. Tú, funesto en una cúspide esparcirás lo viperino insultando, tus palabras tratan de devorarme. Las contracciones aceleran el ritmo como un intruso inquieto por carcomer a su presa. Todo se nubla, se apagan mis sentidos. La mirada se transforma por creer que es el fin de

todo

Queriendo borrar la luz que atraviesa, un amenazante que oscurece, ese negro color que perturba mis sentimientos hacia ti. La tranquilidad lucha por llegar a mí. En una matanza contra la agonía, más titubea el dolor,

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dejando pizcas de felicidad, la debilidad de su brillo es poca, cae y aminora la luz, muere y sonríe al atravesar la luz. Inevitable Impredecible fue la mirada que con un huracán, asoló sus cuerpos hechizándolos y tentándolos, teniendo un sabor de insatisfacción. Notas de miradas sonaban al compás, como balanzas tambaleantes que en embestidas gritaban su inestabilidad. Espasmos penetrantes fueron contraídos junto con la distracción de los dos individuos, siendo tatuados en su desnudez. Ver las expresiones era una obsesión que desplomaba la tranquilidad y latidos que en su cicatriz atrapada permanecerá al ser recordado. Inocentes ante algo pasajero, sólo observándose mutuamente, ante una escena para ser un recuerdo y cicatriz que tal vez se olvidará. Tortura que se instaló rasgando paredes de ojos 94


cristalinos de felicidad y escalofríos de atracción por el enigma opuesto. Al sólo sentir una ráfaga desoladora que al ejecutar, por dentro sólo incrustaba corrientes incesantes que flotaban en su alusión de perdición. Bajo la tentación en azote que colapsándose en mí completamente, agrandándose ese sentir por ser el último quemar de la piel y erizo por dentro. La última mirada que al apartarse, todo fue descendiendo para desaparecer y quedando grabado en las lágrimas de todos los adioses futuros. En espera del adiós que llegó alentando los segundos cortos para sentir la última mirada y corriente destrozadora.

Una silueta parada en el borde Sólo quedaba una mirada pacífica en los cristales rotos. Una sonrisa incompleta ha quedado luego de ser cortada. 95


Los pasos sólidos ahora están titubeantes. La mirada perdida que espera muerte con templanza. Al borde de todo se encuentra en un péndulo la silueta. Esa sombra que espera desaparecer con mínimo movimiento del viento. El sol entra e intenta quemar estas sombras. En un pozo a punto de colapsar, sintiéndote un papel débil que con el viento se desliza y cae poco a poco. No lucho sólo admiro la caída que se acercaba. Estática observando, estando desubicada a punto de desplomarse. Abrazar a la perdición, para ser una suicida de su sonrisa y vida. Desplomarse atrozmente, la sangre desciende y cura la pesadez del dolor. Se hacen añicos los recuerdos, muere la silueta y el cuerpo se aniquila. Por ti seré belígerO En belígero me ha convertido. Una calamidad que desplome tu equilibrio. Con una traición, mi maldad se apoderó. La insolencia eclipsó mis pensamientos. 96


Mi asolar será el gusano negro que consuma todo. Sólo un frágil cristal ahora eres ante mí. He de destituir el poder que tienes en mí, y exiliaré mis sentimientos y volarán para ser crueles. Le daré plomazos a tu corazón. Comenzaré a deshilar tus recuerdos para que estés desorientada. Penetraré tu felicidad y así serás apagada. Desgarraré tus sonrisas. Te corromperé. Siendo una ráfaga te aventaré. No te dejaré vacío para que sientas la destrucción, cómo te rompes poco a poco. El desequilibrio será el atisbo de tu caída. Quedarás desnudo. Alguien endeble y cohibido. Lo estridente de tu destrucción hará que todos tus recuerdos se desplomen. Azotare todo de ti. Derribaré tu escudo, lo estrujaré hasta que se colapse el mismo. Sólo quedarás etéreo. 97


Mi febril odio no se apagará. El abismo acabará contigo. Se reprime en su interior Entre los estragos de cascadas. La valentía del amor se ahoga, deteniéndose por la delgada línea. Manteniéndose estáticos a la desolación. El vacío suprime la luz. Donde el arcoíris negro afligía los colores. El paraíso reprime su desnudez. Lo opaco gobierna contra lo brillante. Su alianza se debilita. El centro lucha contra todo. Cristales heridos se deslizan. Las cicatrices se vuelven más grandes. Una guerra pasado y futuro. Las rosas mueren y nacen llantos de dolor. El humo oprime a la realidad. La ilusión revive colores. En tentación Una inocencia que mata la solitaria mirada que pasa. Donde se apagaron las ideas y huye al saber que responder. 98


Su encuentro es la atracción. Donde la presión los impulsa. Mas la prohibición, los deja milímetro de separación. La conspiración ante el delirio, los lleva a reunirse una vez más. Respiran el olor no permitido, siendo un aroma que mata. Ajustando al compás los corazones. Surge de la nada la luz, una electricidad que posee, anunciando una regla que han roto. Anonadados por la muerte, la cual culmina las miradas, atrapándolos en el hermetismo. Para ellos dejar fluir sus emociones. Cayendo en el mar de la tentación. Siendo sólo ellos. Su entorno se desvanece. Ante la mirada sólo está el otro. Al salir sólo flotan a través de todo. El enigma que se opone a la alianza, dispara balas de palabras cortantes. Mas nunca los tocan sólo atraviesan. 99


La mortalidad llegó al entregarse. Los cristales de lo prohibido desaparecen. Espadas cicatrizan la marca, en símbolo de un enigma no correspondido. Sin previo aviso alguien los conoce. Esa persona sabe la desnudez. Tal conocimiento acabará con ellos. Al ser pronunciado ellos agonizan. Cayendo lentamente a merced de lo que era el fin de su unión. Pasan todo llegando a la nada. El oscuro lugar es como ellos. Un desmayo profundo que sucumbe, carcomiendo las raíces de los ojos, extrayendo la poca energía, logrando parpadear y despertar. Ellos se miran con inocencia contra prisión. El destello en sus ojos sabe que se acabó. Su último suspiro, cierran sus ojos y apagan la luz. Dejándose en el olvido. Destrozándose con el cerrar de ojos. Asolando los recuerdos. Cayendo en el cautivo, un lugar donde encadenados cambian de ideal. Buscan seguir el rumbo. 100


Luz Beatriz Quijano Villegas

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riginaria de Ignacio de la Llave, Veracruz (1966). Cursó la licenciatura en Educación Media con especialidad en español, en la Escuela Normal Superior Federal de Veracruz y la maestría en Educación y Comunicación en la Universidad de las Naciones. Es autora del libro de texto Taller de Lectura y Redacción 1; del monólogo Te lo digo Juan, para que lo entiendas tú. Fue finalista del Undécimo Rally de Teatro en la Ciudad de México, nominada a Mejor Texto Original, Mejor actor, Mejor Puesta en Escena y Mejor Artista Nuevo. Se encuentra preparando dos libros de cuentos, uno para niños y otro para jóvenes. Realiza los ensayos de la obra teatral de su autoría Buscando un amor. Sus poetas preferidos son Mario Benedetti, Jaime Sabines y sor Juana Inés de la Cruz. 101



Verdad

Hoy, al término de mis labores, me visitó un ángel Lo supe porque inhalé su exquisita fragancia, Escuché el suave ruidito de sus alas en mi hombro Y me susurró tiernamente al oído Seis letras que acomodadas de manera específica Encierran un gran aprendizaje, Me dijo… Confía, sólo eso… Con ello, entendí una realidad aplastante que por desgracia no nos enseñan; Cuando confío, no cuestiono, ni dudo Cuando confío, multiplico el amor en mí Cuando confío, acepto mi grandeza y espiritualidad, Me dejo llevar por los sucesos, sin sufrirlos, ni controlarlos. Entonces, cuando confío en ti, observo tu inmenso valor y riqueza Admito lo maravilloso que es sentir el amor. Así, simplemente amor por mí y por ti. Decido evitar el análisis de las cosas que pasan, Elijo cerrar los ojos y sentir, Vivir plenamente y sin miedos, Disfrutarte y aceptarte, Porque la vida nos reunió para algo hermoso, 103


Abro los brazos y con el corazón emocionado, te ¡Bienvenido a mi vida, cariño! Confío en ti…

digo:

Amores ¿Qué es un amante? Me pregunté esta noche, Y respondí con claridad, es el que ama y al hacerlo, cuida, protege y apoya; También enseña y al mismo tiempo aprende. El amante es intensidad y alegría, es el que da incansablemente. Pero lo vestimos de persona y no siempre es así. El amante puede ser un motivo, una fuerza inspiradora, O la decisión que mueve montañas. Es preciso tener un amante dentro de nosotros Que nos provoque a realizar lo mejor, que nos lleve a descubrir y disfrutar Que nos empuje a ser felices sea cual sea nuestra situación Y que nos haga agradecer cada instante de la vida. Cierto, también existen las personas que aman, Esos amantes que enloquecen y nublan los sentidos Aquéllos que se encuentran dispuestos a dar de forma incondicional Ésos, con los que el tiempo pasa volando, los que emocionan y endulzan; Son personas que vale la pena tener cerca. Seguro que cuando llega un amante a tu vida, 104


cambiarás de manera inmediata, Sentirás el deseo de compartir tus sentimientos Y las sonrisas serán parte de tu diario andar, Mirarás el lado lindo de las cosas y tu cuerpo corresponderá con salud y bienestar. Pero si ese momento llega a terminar, Si la vida decide que esa persona debe retirarse No queda otra opción, Sólo agradecer la experiencia y vivir el dolor, Ser consciente de la grandeza experimentada, Seguir avanzando por donde se debe caminar, Buscar los amantes internos y esperar pacientemente; La vida es hermosa y seguro nos espera un gran regalo En otra parte de nuestro camino. Lo que quiero Quiero que llegues para verte, no sólo una mirada fugaz, Necesito observar cada parte de ti, no porque no te conozca, Sino porque es preciso decirle a mi mente Que estás aquí, conmigo. Esa mente infame que me dice que no eres mío, Acabar con los pensamientos de dolor y soledad, Reírme de tu ausencia, sentirme victoriosa y gritarla esa yo malvada Que no son ciertas sus ideas de abandono. Quiero que llegues para mirarte, llenarme de tu presencia, 105


Usar todos mis sentidos, disfrutar cada parte de ti Y amarte con la conciencia plena de estar contigo. Quiero que llegues para callar todas las voces, Ésas que desde mi interior martirizan y agobian, Las que trato de ignorar y se presentan sin cesar, Las que busco abrazar desde el amor que hemos construido, Para ensordecer sus infinitos alaridos. Quiero que llegues para sentirte, Para abrazarte, para besarte y para mirarte largamente Con una mirada que no acabe y que me transporte al paraíso, Ese lugar que visito cuando me amas; Porque sólo mirarte me hace muy feliz, Aunque…pensándolo bien… Te miro a diario, estés o no, te miro desde mi alma, Cuando tranquilizo mis pensamientos, cuando logro callar la negatividad, Apareces de manera inmediata: Sonriente y guapo Amoroso y feliz, mirándome desde el amor que sientes por mí Y abrazándome con una ternura infinita que sólo tú eres capaz de expresar. Y aunque esos instantes los atesoro, feliz… Quiero que llegues para amarte y verte nuevamente en mi realidad, Quiero ser parte de tus días y que seas parte de mi cotidianeidad. Así que, amor, llega ya, por favor… 106


Cruz Israel Salazar Acosta

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ació en Salamanca, Guanajuato (1997). Estudia Ingeniería en Automatización en la Universidad Autónoma de Querétaro. Ha participado en varios concursos de literatura a nivel nacional, siendo finalista en el Premio Ariadna de Poesía 2018 y en la plataforma digital Sweek en la categoría de microcuento. Fiel lector de Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes, Carlos Pellicer, Julio Cortázar, Nicanor Parra, Rubén Darío, Julio Ramón Ribeyro; así como de Charles Baudelaire, Charles Bukowski, Albert Camus, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde. Actualmente realiza en una antología de cuentos contemporáneos. 107



LEE POESÍA

Si sientes tu vida fugitiva por un agujero en el pecho: Grieta de amor y tiempo. Hecho asido por la mano divina ¡Lee poesía! Si la manecilla segundera gira aprisa descarriada o entumece como encantada pareciendo la hora duradera ¡Lee poesía! Si ardes en coléricos rubores por saber que tu amada rosa en otra vista ya reposa y tu cara tiñe de colores ¡Lee poesía! O bien, si te aumenta la frecuencia cuando te cruza por la mente aquella voz tan dulcemente que te paraliza en su presencia ¡Lee poesía!

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Si de la lira una triste nota vibra y humedecen tus ojos y eclipses y nubes de abrojos derraman en tu cara una gota ¡Lee poesía! Si al regreso de tu cuerpo al alma en la mañana delirante, ves que la almohada sin amante flota en la soledad de la cama ¡Lee poesía! Si de pronto una duda te infesta desconociendo a tu reflejo: vacío infinito, y en espejo oráculo quieres ver respuesta ¡Lee poesía! Si crees en el amor todavía y lees historias encantadas anhelando que un cuento de hadas narre tu pasión de fantasía ¡Lee poesía! Si en tus ojos, luz de primavera como en el otoño se oxida y ya tu invierno se aproxima más no quieres que el verano muera ¡Lee poesía! 110


Si es que internamente estás en duelo no importa que bien o mal hagas, por el infierno que tú pagas crees que no te alcanza para al cielo ¡Lee poesía! Si en la realidad vas naufragante sin brújula que dé camino y quieres saber tu destino en la breve esfera deambulante. ¡Lee poesía! Si algo te impide rendirte en calma a tu voluntad inconsciente, mientras sueñas que sueñas muerte sonámbulo hasta que canta el alba ¡Lee poesía! Si te encuentras débil, moribundo, sin cura para la existencia. Dosis de luna, insuficiencia de alivio al malestar nauseabundo ¡Lee poesía! Si escuchases que está cerca el día que el astro rey se vuelva inerte y el sol de plata no despierte, antes que ocurra esa profecía ¡Lee poesía! 111


Y al final de toda la agonía, de tu estadía en el universo, advertirás que en dichos versos reside tu entera biografía. Y quienes han escrito esto no son en realidad poetas sino lúgubres profetas condenados a rimar la vida. Pues al fin de cuenta el mundo es eso… eso a lo que llamamos poesía. EVIDENCIA CELESTE ¿Qué más prueba se requiere para aclarar la existencia de las artes y placeres, de los vinos y mujeres, que el amor del alma nuestra? Yo lo sé, lo entiendo, cuesta creer en un ser supremo ingeniero de los cielos, mares, infiernos, planetas y arquitecto de los tiempos. Yo les digo, fui testigo de una celeste evidencia, que a falta de ley o ciencia mis ojos dieron por cierto. 112


Un rostro con labios fuego y una voz que me encendía y al decirme “alma mía” alcé mis brazos al ruego, para guardar el momento cuando aquel ángel me hablaba. Y las horas no pasaban mientras yo le seguía viendo. Entonces no hubo razones para ocultar mi fe y desde ese día sé, su belleza es suficiente prueba del ser omnisciente que hace la lluvia caer. No es por la poesía ni las partículas de luz, ni la fuerza de los hombres ni las astillas de la cruz, no es por la música sino por tu mirada azul: Dios existe porque existes tú.

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Samantha Patricia Salazar Serrano

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ació en Durango, en 1984. Estudió arquitectura y se especializó en museografía. Ha participado en diversos cursos y talleres de artes plásticas y poesía; estos últimos, con las escritoras duranguenses Leticia Salazar Castañeda y Zita Barragán. Participó esporádicamente con lecturas de poesía, en el programa de radio Azul de Radio Universidad (UJED), mientras cursaba la licenciatura. En los últimos años ha retomado la creación poética de forma autodidacta. 115



Para cazar la noche

Serpientes rojas se deslizan por el techo, endulzan las vigas de madera con su piel. Danzan libres y certeras trazando el inalcanzable infinito ante mis ojos. Me observo desnuda sobre el lecho, acuoso como el eco del silencio. Mis brazos se tiĂąen azules transmutando en vaporoso vestido. La mano escribe con tintas invisibles, mi piel a negra transfigura.

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Los fragmentos del jardĂ­n se extienden sobre el papel, rompiendo el lienzo tras las olas. Convulsiona mi lengua y de mis ojos nacen alcatraces. Corro en tinieblas por el prado hundiĂŠndome en tierra movediza. Me atraganto con el lodo los gusanos escapan por mis orejas y voy desplegando mis extremos por el mundo.

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Marisol del Carmen Salmones Martínez

N

ació en la Ciudad de México, en 1960. Estudió la licenciatura en Ciencias Humanas en el Centro Universitario de Integración Humanística, así como la maestría en Arte Contemporáneo en México. Cursó la especialidad en Literatura Mexicana del siglo XX, en la UAM-Azcapotzalco. Ha completado otros diplomados en literatura y filosofía en la Universidad del Claustro de Sor Juana y en el ITAM. Ha publicado poesía y ensayo en las revistas Intersticios, Los Universitarios, Primero Sueño y Fuentes Humanísticas. Algunos de sus poemas fueron incluidos en la antología Eco de voces. (Generación poética de los sesentas). Ediciones Arlequín/Fonca y Animales distintos (Muestra de poetas argentinos, españoles y mexicanos nacidos en los sesenta), en 2004 y 2008. Ha disfrutado enormemente dar clases de literatura en preparatorias de la UNAM y en el Bachillerato Internacional. Desde niña y hoy ya siendo abuela, ha amado la poesía. 119



Mendiga

Yo fui, Deva, la grotesca espesura cercenada. Tú me diste la selva y la nostalgia, entraron por mis brazos los hilachos de una sangre perdida. Tú me diste jarrones y copal para la ofrenda hirviente de los juncos; y no supe qué hacer. ¿Y qué esperabas? ¡Diosa de la montaña…! Perdí el rumbo; los rumbos me perdieron. Todas mis ilusiones de celofán y circo se volvieron rincón inmóvil en mi entraña. Renegué de la arena, del polen. Tus laberintos, victoriosos, se levantaron una y otra vez frente a mi agusanada valentía. ¡Maldigo tus calderas, tu incienso, tu derrota! Hoy, fango de mis raíces, tengo solo una hoja, una planicie caña ávida de verdor.

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Hoy mi ofrenda te suplica la pulpa de una estrella de roca en la que —estaré de rodillas—, transpire tu humedad en unas letras. Aprendí con las venas la nostalgia de luz. Desde este otro universo sin espíritu, mendigo los latidos de tu sueño inaudible, mendigo el néctar granada de tu voz. Estoy aquí desierta, abierta a los designios. Tú me diste la selva y la nostalgia, vuelve tú. Poema en tres tiempos Descenso Es el filo del acero que se inclina, se barren las baldosas el techo se vuelve movedizo y la boca de la Tierra me traga desde los pies desde los huesos. Túnel de magma que con sus brazos viscosos hunde las pezuñas en la entraña desierta de mi cuerpo. Imantada en caída, cruzo cada una de las puertas. Cada una devora las telas superpuestas que me configuraron algún día. 122


La gasa se revela armadura, el tafetán estalla en mil pedazos, el crepé escurre lava incandescente, la seda es un alambre corroído. No sé por dónde entré. El pantano se alarga, se corrompe. Lo cotidiano Peatones empolvados de horarios avanzamos sin rumbo entre los pájaros. Somos kilómetros de asfalto entre nombres de calles que sueñan mariposas. Llegar a la estación del metro y engañar al cansancio, desdibujar la rúbrica de un día repetido mil veces con la fruta caliente de un abrazo. A las seis, el farol del deber se vuelve tembloroso. Muy de repente cada uno encuentra la división del agua que ocurre cada día. Paso a paso todo se vuelve exilio. Allá Parvada luz planicie que habito sin amarras. El vuelo es un estar del agua que disuelve los límites. Danzan hilos de niebla desde la otra memoria, 123


la de luces descalzas la de cielos. La elevación del mundo sabe a humedad de tierra. Este hogar se ha formado de espacios y de esferas, de ramajes y cedro. Corcel de aire y de luz, mi danza es centro y estallido, es silencio. La curvatura de la lluvia se disuelve en mi oído como la última ola. Resplandezco. Rezo Éste es un caminar un caminar en suelos arenosos, en lodo casi nada distinto de mi paso desnudo. Respiro una humedad abierta entre el vaivén susurro de mi falda al rozarme las piernas. Soy parte de esta piedra, muro piedra resguardo compañía. Soy también habitante mujer plegaria que habita la extrañeza. 124


A lo lejos puedo ver una aldea. Conforme estoy más cerca soy otros habitantes color sepia. No es de día. La noche taraceada silba un tiempo de búfalos, ojivas incrustadas en la dureza de la piedra disuelven lo que soy. Camino hacia la aldea. El tambor es un fósforo que hace temblar la tierra. La danza se levanta inflexible rodeada de una almena de manos, de brazos extendidos que me apetece tanto ir a alcanzar. Sin saber cómo, ahora estoy cubierta toda de dijes amarillos y pulseras magenta. Retumban los tambores. El caminar se ha vuelto rezo. Soy una loba corpulenta, Madre Entre sábado y lunes danzan entre mis músculos las estrellas tachonadas que dejaste en un paño debajo de tu almohada. Sé muy bien que ya no estás y sin embargo, 125


de cuando en cuando me invaden lodazales de generosidad y ausencia. Entonces, Madre, la sangre de mis músculos, mi fuerza, me sabe a la invención de mar de tus leyendas como creadas de la noche, de la arcilla, removidas de niebla. Y yo —¡de tierra y vida!—

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Alicia Tamés Paz

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ació en la Ciudad de México en 1983. Estudió Derecho, en la UNAM; cuenta con la especialidad en Procuración y Administración de Justicia; actualmente cursa la maestría en Derecho Corporativo. Trabaja en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, a la que ingresó en el 2008, Además de proteger el medio ambiente desde la trinchera de la administración pública federal, le gusta la lectura y entre sus libros favoritos se encuentran la Biblia; asimismo, sus escritores favoritos son Paulo Coehlo, Louisa May Alcott, Isabel Allende, Octavio Paz, sor Juana Inés de la Cruz, Mario Benedetti, entre otros. 127



REFLEXIÓN NATURAL

Los misterios de la vida no podremos solventar… sólo unas cosas pido: amor, paz y armonía, compartiendo con la biodiversidad. Esta tierra tan hermosa, lo que necesitamos nos da: comida, agua, felicidad y más, ello sin necesidad de sojuzgar. Tal vez esto es una utopía, porque en la humanidad ya no se fía… pero por uno mismo debe de empezar. Miro y pienso, lo hermoso que es todo esto; las variadas formas, de tan diversa fauna y flora.

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Ojalá pudiera el ser humano admirar, sin nada de esto dañar… toda esa vida natural… convivir en armonía, sin crueldad ni maldad. Empezamos compartiendo lo más esencial: aire, agua, suelo… con amor, paz y respeto en nuestro ámbito local. Comprendiendo tan sólo un poco las acciones absurdas, que la humanidad, aunque dice ser pensante… lo que a veces solo hace, es cavar distintas tumbas. No hay belleza artificial que a esta tierra pueda suplantar… es algo en lo que siempre debemos reflexionar. Con la mirada embelesada, no puedo dejar de imaginar, la importancia que radica en esa esencia natural. 130


¥Dios te ha bendecido Patria! con tan singular biodiversidad: årboles, plantas, animales‌ flora y fauna, son un enorme caudal.

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Erick Medardo Tejada Carbajal

N

ació en Tegucigalpa (1980) es ingeniero químico, escritor y columnista, ha hecho estudios de posgrado en finanzas e ingeniería química. Ha publicado artículos de opinión en el Diario Tiempo de Honduras, en portales como aporrea.com de Venezuela, popular.net de Argentina y en diversos periódicos web hondureños como El Confidencialhn, Libertad Digital y Criterio.hn. El escrito “La voz que intentaron estrangular” fue seleccionado en el 2012 para formar parte de la campaña internacional en contra de la impunidad auspiciada por la asociación de escritores PEN Internacional. Su reseña sobre el funeral de Gabriel García Márquez fue publicada en Diario Tiempo de Honduras. Participó con un poema en la Antología Berta Cáceres editada por la biblioteca de las grandes naciones. En el 2018 publicó el libro Secreciones urbanas y otros textos en la editorial independiente de México, 12 Editorial. 133



1. Mi mamá y Kierkeegard En 1844, Kierkeegard a los 31 años escribió y describió el concepto de la angustia. En 1980, mi madre cuando tenía diez años más —empapada en angustia—, me presentó al mundo. Yo, sentado en esta banca en medio del parque Juárez, quisiera no saber nada de la angustia, quisiera levantarme y tomar un bus CarrizalMiraflores y bajarme en la pollera, caminar un poco, abrazar a amigos de infancia y pensar en que quizás Kierkegaard tenía razón, y la angustia es al final un emocionante impulso de tirarse al vacío, de sentir los nudillos de la vida en el rostro. Sí, quisiera pensar en el concepto de la angustia, desde esa distancia que el ego filosófico provee, no sentir su saliva sobre mis sienes al saber que al final de esa caminata; en mi hogar, el 2016, mi mamá no estaría del otro lado de la puerta para devolverme la fe en la humanidad —y embaular mi angustia—; de golpe, con su sonrisa abierta de par en par. Comprendí algo al cerrar la puerta de lo que era mi hogar: Kierkegaard entendía poco de la angustia. 2. ¿Dónde dejaste las llaves pelón? Escúchame bien pelón, yo me voy a ir en romería de rodillas hasta Edison Park y preguntaré por ellas. Les 135


voy a decir que fumábamos juntos-exiliados en una provincia de mutismos- , arrinconados en los confines de una caseta que nos aislaba de curas, tareas e interminables misas. Les voy a decir que esculpimos hermosas efigies al silencio, mientras la vida(pensativa) echada en una hamaca miraba al ocaso con nosotros. Regresá Quiroz, volveme a contar aquella historia de cuando nació la mayor. Ahí viene el padre Paíz Benigno, mejor mañana te cuento cómo son las cocinas en la Miraflores. Andá limpia los pisos pelón, tienen que quedar relucientes —aquí lo espero compa— inmerso en esta tarde de cobrizo sol que parece detenido en el tiempo y que lacera hasta los huesos. Escuchá las risas Quiroz, son de los niños, siguen preguntando si vas a volver; yo les digo que estás en la yusa viendo mujeres hermosas desfilar sonrientes en patines por South Beach. Sí pelón, ya no está mi mamá: ¿Te acordás que me decías que le diera siempre la razón? ¿Dónde dejaste las llaves pelón? Contame otra historia Quiroz, esta vez te juro poner atención. Dejame fumar otro, te prometo comprar mentas antes de volver a casa. Hasta el polvo de los pasillos te extraña Quiroz, hasta la madera de las escobas, el granito del azulejo, la porcelana de las baldosas, el cemento de las paredes, hasta las aulas y el templo a don Bosco. Todos seguimos sollozando Quiroz. No vamos a hablar de tu exmujer pelón, sé que ya no querés saber nada de llamas ni de infiernos. Mentime y decime que tu hija te llamó 136


desde la ciudad de los vientos Quiroz. Regresá Benigno, no te vayás, igual el sucio siempre va encontrar alguien quien lo limpie. Dejame contarte algo más pelón, mirá que allá detrás de la tranca ya nadie siquiera finge interesarle. No te vayas Quiroz. ¿Dónde dejaste las llaves pelón? Dejanos las luces encendidas Benigno… dejanos al menos eso, hermano. 3. Todos queremos ser algo más Todos queremos ser algo más: la soledad de un árbol quiere transformarse en el imponente silencio de un frondoso bosque. Una escuálida tira de tela quiere ser una hermosa prenda que adorne a príncipes y profetas. Una diminuta gota quiere convertirse en una tupida lluvia que bañe al melancólico verdor del campo así como un recluta en su primer día de academia ya se vislumbra como General de generales. Todos queremos ser algo más: como el niño que vende dulces en una congestionada esquina ante el lacerante manto de hollín y que sueña entre vehículo y vehículo que pasa con nutridos escenarios. Como el anciano que reposa ataviado con el gris saco de culpas sobre las ruinas de su memoria deseando en cada suspiro arrancarle huellas al camino y debilitar los robustos músculos del tiempo. Todos queremos ser algo más: así como aquel menguado ladrillo desea forma parte 137


de algún moderno e imponente rascacielos y las togas esperan impacientes en húmedos y oscuros recintos las noches de graduación. Así como las migajas quisieran volver a ser miembros de elegantes y refinados ágapes: así quisiera que mi ventana tuviese ese espíritu de superación y tratara de arañar todas las noches a la misma estrella que te alumbra a la misma luna que te arrulla pero al final mi soledad padece una seria patología de conformismo 4. A veces somos como una ola A veces somos como una majestuosa ola, surcando el horizonte y espantando gaviotas. Somos la cresta, la cima, el cerebro de esa gigantesca ola, miramos hacia abajo a las diminutas cabezas inspiramos terror, admiración y estupor a la vez. Nos confundimos con el cielo rozamos una y mil blanquecinas nubes a veces las estrellas nos guiñan de cerca con sus inmensos ojos pero el tiempo detesta la grandeza... y empezamos a caer, a descender rápidamente, tal cual escalamos y acometemos la arena, con brusquedad 138


sin gracia con dolor con ira con ardor y ahora vemos tan minúsculas a las nubes y el cielo parece un infinito espejo más lejano... tan lejano... de repente nos convertimos en espuma mezclada con la húmeda arena y nos sentimos tan pesados tan densos y tan sucios…

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Tomás Vela Montero

I

ngeniero Industrial egresado del Instituto Tecnológico de Huatusco, Veracruz. Ha llevado de la mano un interés por la lectura y escritura. Próximamente publicará dos novelas y un poemario, escritos del 2017 al 2019. Sus escritores favoritos en novela y poesía son Juan Rulfo y Federico García Lorca. 141



VÍSPERA DE PRIMAVERA

El armadillo tejió su capa y el conejo cubrió la madriguera, el sol ya dejó el descanso y se ha posado sobre arboledas. El sol de marzo que no es caliente: entre el invierno y la primavera festeja vísperas cual grillo hambriento que se ha encontrado una enredadera. Los vientos frescos, las lluvias negras; se han olvidado de andar la tierra ya se han secado lagos y charcos, lloran los sapos desde la ciénaga. Abandonaron la tierra llana los animales que el frío remienda el sol ya sabe que pronto viene: está muy cerca la primavera. Se nos acaba el tiempo de nuestro invierno; amores viejos, sapos en tierra, el armadillo tejió su capa y el conejo cubrió su madriguera.

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PENSANDO EN SU REGRESO Me está gritando que te piense diciendo sin piedad: ven a mi mente, soy manzana que del suelo recogiste y me guardaste bajo el cielo en tus raíces. El gusano que camina en mi cabeza me dice que vendrás temprano a casa: bañado de perfumes y matices, sentimientos de este amor que tanto ultrajas. LABERINTO Te llené de pólvora y mentiras la garganta, me vi confinado a escapar porque explotaras; viví alejado en los árboles y negra fauna mirándote a distancia cómo soportabas, adaptabas nuevas formas de vivir en el laberinto que cargabas a tu espalda, los pasados de los que un día me escondí, mariposas en el lodo que me guiaban. DE AMOR Y REPROCHES Tengo tu olor en mi olfato, árboles secos en un sol de marzo, polvorosos eran nuestros amores: luego fue lodo si lloré por ratos. Nada se acaba más pronto que comida y que basura, 144


una se va al vertedero, la otra se va a nuestras bocas. Tengo tu olor en mi olfato, árboles secos en un sol de marzo, polvorosos eran nuestros silencios: luego fue lodo si lloré por ratos. Disgusta al punto y disgusta: sabores de ratas sucias, gobernantes que disponen volvernos la vida loca. Tengo tu olor en mi olfato, árboles secos en un sol de marzo, polvorosos eran nuestros rencores: luego fue lodo si lloré por ratos. Nos vomitan el dinero: despilfarro de gusanos, se comen nuestras manzanas que bajo el sol cultivamos. Tengo tu olor en mi olfato, árboles secos en un sol de marzo, polvorosas eran las esperanzas: luego fue lodo si lloré por ratos. Nos gusta al punto y asusta, pelea de perros, golpe de gatos, conformistas que en desechos ni la cara nos lavamos. Tengo tu olor en mi olfato, secos los sesos de cal, tierra y barro, de barro y polvo son nuestros sueños se vuelven lodo en impuros lagos. SIETE AÑOS DESPUÉS Vine a tu tierra a buscar recuerdos, a oler los retazos que dejó el destierro, 145


vine cual perro a balbucear olfatos, vine buscando aquel calor de marzo. Vine a pintar en el tren las huellas, a buscar la mano que llevé por ratos, a extrañar sonrisas de amores y amigos, a secarme en soles y en risas de engaño. Encontré en los rizos de color dorado recuerdos que la muerte arrebató en pecado, encontré a los niños apedreando el llano, mordiendo sus muñecas con los pies descalzos. Vine a cenar a tu mesa los siete años que han pasado, cuelgan secuelas del pecho: hilos de sangre son largos. Tengo a tu madre de frente: preguntando lo que hago, en las alturas va y vuela: un ángel me está esperando, el ángel hoy no es problema: tengo al demonio en mis brazos, al ángel no lo recuerdo: beso el amor del pasado. DESASTRES Muéstrale carne a los perros porque se mueren de hambre háblame de ti a destiempo, tira mi amor al desagüe. Ya tengo la carne seca, y he aprendido a valorarme he remendado las pieles que de noche me ocupaste. Tenías la filantropía estúpida de excusarse creías que mi corazón era de tela o de estambre. 146


Me rescaté en un tumulto de niño: hombres y animales y tengo la fortaleza de mirarte sin doblarme. Inspira, mata y engaña, la clase de amor que sabe a ilusiones carcomidas: a un amor que te deshacen. Y vas lamiendo las botas, arrastrándote con sangre suplicas para tener amores de aquel platónico amante. Ahora te ves al espejo y no es tan seca tu carne, eres culpa y eres cincho de un tirano cruel: salvaje. Eres las uvas y el vino, de un esclavo de piel suave confundido con el viento, buscas amor en los mares. En la tierra de los vivos, en el desierto, en los aires, un amor mediterráneo, los cuentos de tierra y marte. EL OTRO ¡Deja de sonreír a la cámara que me tienes como bobo!, me ha matado tu sonrisa, eres presa y eres lobo, me pierdo entre tu mirada, miradas de un solo ojo; viajo diario hasta tu mundo, te vuelves sueño y susurro, me quedó como un mensaje, amor platónico roto: ya no puedo ser tan santo con los amores del otro. REPROCHE FINAL Siempre quise estar bello para ti: me afeité la barba y perfumé el cabello, vestí zapatos lustrosos y botones hasta el cuello; hice de mi cuerpo para ti un santuario y en mi boca puse frases de un amor antaño; 147


te miré fijamente hasta dejar guardadas tus pupilas azabache en un fiel rosario, recé y lloré por ti durante el día y la noche más con tiempo mi oración se me volvió un reproche. Siempre quise estar al lado tuyo: no escuchó mi Dios el llanto y los sermones, me mantuve a salvo en esperanzas pobres; te salvó mi amor para tu egocentrismo y mi cuerpo lo arrojaste al mar de un negro abismo; allí clame por ti desde los agujeros más no llegaste y nadie más tendió su mano prometí esperar paciente en las higueras y cinco siglos después un ser me dio sus alas. Y hasta el día de hoy que te veo entre flores me condena el nombre de mis siete amores ahí están tus ojos, tu voz y tu encanto pero esencia tuya no me queda un gramo; siempre estoy bello para el nuevo humano: me afeito la barba y perfumo el cabello, siempre calzo botas y botón al cuello; cuando va y me besa le derribo al suelo se entrega a mis brazos y le llevo al cielo.

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PREMIO ARIADNA DE POESÍA 2019 Fina listas dig ita l es



Manuel Andrés Baas Balan

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ació en Hecelchakán, Campeche, en 1995. Estudiante de tercer grado de la Licenciatura en Educación Primaria de la Escuela Normal Rural “Justo Sierra Méndez”, Campeche. Ha sido voluntario como Asesor Educativo en el IEEA Campeche. Durante sus prácticas profesionales del normalismo rural uno de los temas a abordar fue “Producción de poemas para expresar sentimientos”. Empezó a escribir debido a que no se puede enseñar cuando uno mismo como agente de cambio no predica con el ejemplo. Tiene gusto por la literatura clásica y los poemas de la época del romanticismo. Su poeta preferido es Manuel Acuña. 151



Noche sin sueño Estas noches de insomnio Que tu imagen provoca Cuando en mente se evoca Como eterno milenio. Son el mejor momento Se congela el instante Como estrella incesante Del bello firmamento. De ti duermo inspirado Eres como un lucero Que alumbra con esmero Mi pensar azorado. Esta noche te sueño En busca de esa calma Buscando paz en mi alma Eres el don risueño. Si me empiezas a gustar Si me empiezas a gustar… ¿Qué pasa con la amistad? Si no está en mi voluntad 153


El dejarte de apreciar. Fue el tiempo y la cercanĂ­a Que me hicieron admirar Tu imagen al suspirar, Sos, de amor alegorĂ­a. Representas el ideal Del amor forjado a pulso De una amistad que fue impulso Al efecto de amor real. Tranquila, que te amo siento Pero no como imaginas Te respeto linda amiga Deja te explico, comienzo: Mi amor es un sentimiento Vivo como aquel que admira Aquello que mĂĄs le inspira A proseguir con aliento. Me inspiras un gran respeto De amiga a novia no hay trecho Solo acuerdo insatisfecho De tenerte por decreto. Conoces ya mi pensar Y me siento satisfecho Por confesar el simple hecho Y la amistad perpetuar. 154


Poeta Dime, ¿qué traes en la mente? Diferente es tu pensar Te conservas tan ausente En tu forma de admirar. Dime ¿qué ves en el mundo? ¿Qué miras, que yo no puedo? Acaso hay algo rotundo Al sol que miras con celo. La luna es inmaculada Boceto de tus escritos Forma la mejor balada De los romances inscritos. Sea mujer, sea dios, sea luna Todo miras expresivo Y ésa es única fortuna Tuya, de sentirse vivo. Enamorado A veces son tus ojos A veces son tus labios Color suave, pintados Que son un dulce antojo. Puede ser tu sonrisa 155


Puede ser tu mirar Que no deja olvidar, Tu esencia hipnotiza. Imagina, eres todo Y es que no somos nada, Esto poco me agrada Pues ya me siento loco. Escribiendo sentado Si apenas te conozco Pero en versos ya expongo Que a ti me siento ya atado. Atado a un mundo real Un mundo paralelo Donde eres el anhelo Fenómeno boreal. Pintas mi amanecer Dibujas la mañana Eres del día hazaña, Vida haces florecer. Es por esos motivos Que mi vida es mejor Porque del resplandor Alegre eres atisbo.

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Ana Karla Carrera Herrasti

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ació en el Estado de México, en 1994. Estudia la carrera de Idiomas, habla inglés, italiano y francés. Ha participado en distintos concursos de poesía y relato breve. Sus autores favoritos son: Khalil Gibran, Erich Fromm, Odin Dupeyron y Jaime Sabines. 157


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ROSA BAÑADA EN PLATA

Ardo en el anhelo de ser yo la rosa bañada en plata que atrape la atención de tu mirada. Quiero ser la copa que desborda todos tus deseos, y el augurio de tus pecados por cometer. Me ahogo en la esperanza de convertirme en la promesa de tu éxtasis, entregarme tanto a ti que me vuelva parte de tu cuerpo, quedarme por siempre grabada en tu piel. Aspiro a volverme tu fantasía de medianoche, aquella que se esconde detrás de la razón, la figura que en la oscuridad busques. La única que dome tus sueños y atormente tus insomnios. Juro que algún día, esa mujer he de ser. Deseo con cada pedazo de mi alma ser la belleza que contemples cada noche y la muñeca de blanca porcelana que entintes con tu esencia. Dame una oportunidad de ser el veneno del que se hagan adictos tus dulces labios. Quiero anidar en tu pecho y ser testigo del amanecer que nace en tus ojos. Muero por ser tuya para siempre, que nuestra unión acompañe a las estrellas en la infinidad. Mientras vea tu rostro, incluso en la densa niebla, y escuche tu voz durante el abrazo del silencio… 159


Aún después de que mi corazón haya dejado de latir, yo te perteneceré hasta la eternidad. Nadie te convertirá en arte como yo lo haré, así que susúrrame al oído que aceptas mi amor y te buscaré en esta y todas tus vidas hasta que nuestras almas sean liberadas de la carne y de lo efímero y podamos vivir como poesía perpetua o se marchitarán todas mis esperanzas ya que ser tu roda bañada en plata es mi más grande anhelo.

ASÍ LO DECIDISTE Una y otra vez él me ha demostrado su debilidad por las mujeres con amplios desiertos en sus ojos, supongo que al final, huye de los secretos escondidos en el profundo mar de mi mirada. Él se pasearía en territorios ya conquistados con tal de no buscar el paraíso escondido en tierras ocultas; prefería dejar huella en la arena de esas pieles morenas a manchar la blanca nieve de mi tez. Es una desgracia, pero ya lo sospechaba. Si él quiere perder la razón en el calor del verano en lugar de reconocer que el frío del invierno también puede quemarle, que así sea. Supe desde el inicio que él no era para mí, y sin embargo, lo recibo cada vez que vuelve, aunque ocurra de vez en cuando, arrastrado por la soledad, el ego o la lujuria. 160


Él se muere por volverse uno con las flores que nacieron con el soplo de la primavera, saciar el deseo ahogándolo con las hijas de la luz, y yo no intentaré detenerlo. Después de todo, nunca ha sido realmente mío. Viene a mí con cuerpo presente y corazón distante, no me ofrece más que un par de labios en los que se lee grabada una leyenda de perdición para amores vírgenes, y temo, he sucumbido. Cuando regresa a mi lado, llega a sacudir las estrellas, a robar mi cordura y alterar mis mareas. Ya ha hecho su elección, jamás amará a una creadora de versos de su misma clase, escribirá odas a las sonrisas de sus demás amantes antes que a la mía, por eso yo, hoy, esculpo mi propio mito de salvación sobre mis labios… “Si decidiste besar girasoles, olvida las rosas que solían rozar tu boca, despídete de mi ser que nunca más irá en busca del tuyo. Ya no seré tu consuelo en esas madrugadas de café y desvelo, busca tu gozo al fondo de tus botellas y al final de cada cigarro, encuentra tu entretenimiento con tus mujeres de cama caliente y cabeza fría. Escogiste juguetear con las estrellas y amar otros soles, así que admira por última vez a la luna que no ha de posarse nunca más en tu cielo, tentaste a la noche sin intención de amarla por última vez. Me despido de ti antes que clames como tuyo mi ser, desde este momento, te está prohibida la entrada a mi mundo.” 161


Soy sólo una niña que juega a ser mujer… Todos los días la vida me desafía a una nueva partida, sin importar si tengo la fuerza o si quiera la valentía, acepto y jugamos ella y yo en el tablero de mi existencia. Cuando la vida hace su jugada, yo no muestro mi sorpresa, finjo que tengo un as bajo la manga, le respondo que no importa qué movimiento haga, yo sabré manipular mis piezas. Mi oponente sabe todos los trucos que hay y me conoce a la perfección, más que mentirle a ella, intento creerlo yo misma, sabe que no cuento con ninguna estrategia. Pretendo que los monstruos bajo mi cama no se han convertido en los monstruos que ahora viven dentro de mi cabeza. Que las pesadillas que hoy me mantienen despierta siguen siendo las mismas que me hacían ir corriendo a los brazos de mamá y papá, que no he visto en ellas el reflejo de las heridas detrás de mis miedos, los fantasmas de mis fallos que me atormentan y los rostros de aquellos que alguna vez amé y perdí. Me pierdo fantaseando que aún derramo lágrimas por caídas y no por despedidas, imagino que mi espalda nunca ha sido apuñalada por quienes se hacían llamar mis amigos más leales y que en mi cuerpo no se notan sus “por siempre” entre otras promesas rotas. Que mis cicatrices se encuentran fuera y no dentro de mi piel. 162


Me divierte jugar a que tengo un motivo para levantarme en las mañanas, a pesar de la larga pausa después de que ha sonado el despertador y te preguntas, por qué no te has retirado del juego. Creo que mi parte favorita es jugar a que no me ahoga el peso de la rutina en cuanto libero mi cuerpo de las sábanas, pero las responsabilidades no esperan y las deudas se rehúsan a jugar limpio, termino vestida en los zapatos de alguien que no soy yo, haciendo sus actividades que para mí no tienen sentido alguno. Recorro pasillos y patios, aulas y oficinas, oscilando entre un mundo de adultos y otro de niños; no soy inocente y tampoco soy fuerte, entre fantasías y formalidades no hallo mi lugar. Cada noche regreso a mi cama, punto de partida, sabiendo que he perdido otra ronda. Soy sólo una niña que juega a ser mujer, porque en el juego del escondite siempre dejo que el amor se oculte, yo clamo estarlo buscando mientras en secreto lo evito, hemos jugado así por tanto tiempo que, no sabría cómo jugar con él si lo encontrara. Amigos llegan y amantes se quedan a jugar, pero son desconocidos quienes al final se marchan al atardecer, dejando a su paso estragos y llevándose nada más que recuerdos. Haciendo travesuras en la cama, mi corazón se paraliza mientras que mi cuerpo se mueve con experiencia. A mis labios los conduce el fervor por encontrar la pieza faltante de mi rompecabezas sin saber en realidad nada acerca de encuentros entre almas. 163


¿Para qué mentir? En ocasiones la jugadora, en otras, me toca convertirme en el juego; he sido la muñeca de aquellos que se creen con el derecho de poseerme, dirigir mi cuerpo o dominar mi mente. El vacío ha hecho de mí su pasatiempo favorito, me visita sin avisar y se entretiene conmigo, a menudo la depresión se nos une a la diversión. El éxtasis me ha nombrado su compañera de fechorías; la poesía, su diablura y el arte, su mejor amiga. Juego a que todavía tengo tiempo. Una vida entera para cumplir mis sueños, cuando el reloj sigue avanzando, mi piel y mi cuerpo me lo advierten, pero me niego a escucharles. Me hago llamar lirista, juego a ser poetisa, pero no soy más que una niña que hizo amistad con las letras, que hizo de la tinta su refugio y del papel su patio de juegos. Una niña que encontró en escribir, su razón de vivir.

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Omar Flores Espinoza

N

ació en Zapopan Jalisco, en 1984, desde su nacimiento fue ligado a las letras y a los libros, ya que su madre decidió ponerle el nombre de Omar, por el poeta Omar Khayyam. Estudió Ingeniería en el Instituto Tecnológico Superior de Zapopan. El entorno educativo donde creció le dio pauta a manifestar sus pensamientos por medio de las letras.

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Amor mío

ayer volví a ver tus fotos admirando cómo han pasado los años, volví a ver tu sonrisa y aquella mirada llena de esperanza, refrescando mi memoria del porqué te amo, recordé el porqué, de tanto esfuerzo en mi día a día y volviste a ser aquella bocanada de aire que llena mis pulmones. Puede continuar el transcurrir del tiempo, sé que estás a mi lado y de mi cuenta corre que no te haga falta nada, era incrédulo del amor a primera vista, y apenas te vi, supe de tu amor por siempre. Me acuso de ser testigo de que el tiempo es incansable en mi vivir pero a pesar de ello, me ha regalado momentos que, valen oro y eso lo corroboré cuándo te conocí hija mía. Siempre ríe, disfruta, sé feliz y recuerda que impulsas mi vida a continuar el día a día con el firme propósito de nunca dejarme caer, sólo hay un amor de padre, puedes tener por seguro que el mío siempre lo tendrás, te ama tu papá. 167


DECIR Fue hoy cuando me dijiste que me amabas, fue hace quince años en que decidí forjar en tu corazón, una silueta de unión anclada a tu amor, había voces diciendo no querer apostar a nuestra relación para que fuera duradera e incluso hubo intensión, en que yo no marcara nada en tu corazón. Heme aquí postrado a tus pies, con las manos alzadas, esperando un beso tuyo, para volver a saborear tus labios y volver a reírnos de esas voces, quince años de relación lo ameritan. Estacionamos sentimientos muy cerca uno del otro, y sin darnos cuenta fuimos entrelazando, nuestra relación en algo, que difícilmente se rompe. Pareciera tonto decirte algo por este medio, en realidad, escribo este sentir, para que nunca se me olvide que fue contigo que compartí gratos momentos en esta vida y que, si existiera otra, te volvería a buscar. 168


José Roberto López Franco

N

ació en Morelia, Michoacán, en 1987. Estudió Historia en la UMSNH. Ha participado en publicaciones de la revista cultural Andante; además de contar con diversos reconocimientos, entre los que destacan los de índole literaria y artística. Además de la escritura y la lectura, le apasionan el cine, el ajedrez y la pintura. Actualmente imparte clases gratuitas de ajedrez en el COBAEM, Ario de Rosales. Dos de sus poetas y escritores favoritos son Edgar Alan Poe y Manuel Acuña. 169



NO SOY POETA

No soy poeta, tampoco escritor; no soy un artista ni siquiera un intelectual. No seré un da Vinci, no seré como Octavio Paz, no seré un Picasso y no sabré dibujar. Soy un simple humano, una simple persona, un simple mortal. No sabré esculpir el oro, no sabré la madera tallar; jamás he escrito bajo la lluvia, nunca he dibujado un cielo azul. Y sin embargo a pesar de sólo ser un joven enamorado, sé distinguir una obra de arte… … Esa eres tú. 171


LA VOZ DE TU MIRADA Me enamoré de la voz de tu mirada. Cuando miras así, cuando llegaste a mí; cuando lo dices todo y a la vez no dices nada, tan sólo con oír la voz de tu mirada… Y cuando me miras así me dices con tus ojos todo lo que sientes; y aunque tú no lo expreses, ellos jamás me mienten. Cuando te enojas y escucho la voz de tu mirada, porque cuando te veo escucho tus palabras y si estás contenta, al mirarme, me dices cuánto es lo que tú me amas. Y cuando me miras así me dices con tus ojos todo lo que sientes; y aunque tú no lo expreses, ellos jamás me mienten. Cuando quieres que te bese… Cuando algo te molesta… Cuando estás preocupada… 172


Y cuando me extrañas… Cuando lo dices todo, todo Y la vez, no me dices nada. ME PIDIERON UN POEMA Me pidieron un poema para la escuela, pero el problema es que no sé hacer poemas. Me pidieron un poema, algo sencillo no importa si rimara o no, no deja de ser poema. Me pidieron un poema, pero no sé cómo hacerlo, no conozco de versos, letras o algo bello. Me pidieron un poema y ni siquiera sé el tema. No nací para poeta; qué locura, qué dilema. Me pidieron un poema y eso me desespera, 173


me agobia, me estresa; saber escribir quisiera, pero no. Me pidieron un poema y es para hoy qué tragedia ¿no? Me pidieron un poema y no lo he empezado, ya se me ocurrirá algo y si no, qué pena. EL PENSAMIENTO DE TENERTE ¡Ay, mi amor! Quiero velar tus sueños no puedo dormir por pensar en ti. En tu boca, tus labios, tus besos; en cada una de tus caricias, en el calor de tus abrazos. Tú desvelas mis sueños; porque en cada uno de ellos, en cada pensamiento, cada palabra bella me habla de ti. 174


No contemplo el descanso del nocturno anochecer porque me falta tu cuerpo, tu esencia, tu aroma… No puedo dormir intentando abrazar a la nada; estrechando entre mis brazos el dulce suspiro de tu imagen conmigo. Se desvanece, se pierde en la inmensidad de la oscuridad; y abro los ojos y no estás, sólo está el pensamiento de tenerte.

GIRASOL Y mientras dormías la brisa envolvió tus hojas Girasol.

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JuliÁn López AlcÁzar

N

ació en un pueblo de la costa llamado Santa María Petatengo, en 1983; creció en la bella ciudad y puerto de Salina Cruz, Oaxaca. Asistió a la escuela secundaria federal del Istmo “Gabriel Ramos Millán”, fundada en 1945. Se recibió como Optometrista en la “Heroica Puebla de Zaragoza”. Actualmente escribe dos libros: El poder de la palabra y Diario de un sobrio. 177



Redes

Todos caminan dentro de sus cuartos, se asoman desde sus ventanas, desde sus ventanas cibernéticas, caminan en círculos, círculos viciosos que no cansan. Se aceptan sin mirar sus rostros, para pasar sin los permisos, sin vergüenzas, se pasean en cuartos ajenos, nadie dice nada, nadie pide cuentas las cuentas a veces son tormentas. Juegan con los hilos los dueños del sistema, los que en realidad pagan la renta, y desde sus cuartos oprimidos, siguiendo tendencias, nosotros, ustedes, ellos y ellas. Los hilos son muy caros, nadie los revienta porque lo revientan, es mucha la plata inyectada, sacada de lo profundo de la carencia, las mentes observan; inexpertos, inexpertas. 179


La longitud de esos hilos de plata, es demasiado extensa, más sabe el diablo por diablo, el diablo que nos gobierna, que el viejo cansado, que se sosiega.

Corazón de piedra El otro día platicando con un árbol, me comentaba sobre el viento en las hojas, después de una lluvia. A lo que le pregunte: —¿A poco los arboles sienten? Aparte de una muy graciosa risa me respondió: —Claro, por supuesto que sentimos, o dime tú, cuándo nos marchitamos y se nos caen las hojas o cuando nos cortan una rama o la brisa fresca de la mañana... o simplemente al dar frutos o florecer, ¿parecemos inertes? —No, claro, le respondí. Es sólo que a los seres humanos no nos interesan más que para adornar, comer y para darnos oxígeno o fuego para calentarnos y ya. —La verdad, me dijo; no esperamos más de ustedes, que con su infinita amargura y avaricia, con toda su vanidad y malicia… no ahuyenten más las lluvias, que son vida, por lo menos eso. Ahora el que rió fui yo. —Ahora resulta que también se ponen tristes. Me respondió algo muy curioso que me hizo reflexionar: 180


—“Ustedes mueren en estado vegetal y nosotros vivimos así”, ¿te digo algo? No sabes que darían las piedras por sentir.

Adiós El día termina igual que ayer y que antier, sin saber de mí, ni sabor a ti, callada la tarde espera de mis ojos la lluvia, que lave de mi rostro tu inmensa tortura. Cuando ya no exista el ego en nuestros corazones, cuando los vinos pierdan la gracia de brindar amores, y no sirvan más, los famosos perdones, cuando muera yo y acaben tus rencores. Cuando seas vieja y los años pesen cando tus rodillas cesen, cuando la mañana sea cobarde y gris y la nube de tus ojos no te haga feliz. Pensarás querer morirte hoy y creerás en la resurrección temerás no vivir de nuevo y odiarás con el alma ese maldito miedo. Deberás tomar pastillas que por lo regular no venden las farmacias a todos pedirás las cosas por favor y ya jamás se te olvidará decir gracias, gracias a Dios.

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Te extraño Que la luz invada tu cerebro, y de sonrisas se llene tu cuerpo, que te salgan canas de las buenas, que mis hijos te miren hazañosa y discreta. Que se nublen de alegrías tus ojos, que nunca entiendas las indirectas, que nuca extrañes, como te extraña este loco, que por la madrugada en sus ojos, despiertas. Que la vida te pinte de gozos, los caminos que caminas incierta, que nunca recuerdes mis versos locos, esos que hoy me llenan de vergüenza. Que cuando pienses en retirarte, algo en ti te regale fuerzas, para dar la batalla suficiente, para dar suficiente pelea. Que mis deseos hagan eco en tu alma, y mi extrañar nunca tengas en cuenta, Que de verdad nunca extrañes como te extraña este loco que cuando se acuesta te piensa y te piensa cada que despierta.

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Israel Martínez Ramos

N

ació en Playa Vicente Veracruz, en 1991. Vive en una comunidad rural de Veracruz donde gusta de escuchar historias antiguas en voz de los pobladores. Le apasiona tomar fotografías de los paisajes naturales que conforman su región, así como promover el cuidado del medio ambiente y de la fauna silvestre a través de redes sociales. Le gusta escribir cuentos breves y practicar pintura. Actualmente trabaja en una novela de suspenso psicológico. 183



RELATOS

He contado la misma historia de mil diferentes maneras que ya se perdió en mi memoria la cual juré verdadera. No he vuelto a narrar la verdad como en un principio lo hacía. Hoy, modifico la realidad casi al grado de fantasía. Yo vuelvo cambiar la versión dependiendo de alguna zona; de mi ánimo, la ocasión o simplemente de la persona. Ya tengo un relato anónimo para cada cambio de ciudad también un nuevo seudónimo dirección, apellido y edad. Los hay donde no gano nada y en otros, pierdo lo que tenía, pero al final de la jornada en ningún caso lo merecía. 185


Modifiqué el escenario en incontables ocasiones que debo hacer un inventario de las diferentes versiones. En algunas soy un vagabundo sucio, enfermo y desterrado o puedo ser rey de este mundo; un hombre serio y respetado. En unas soy el protagonista; el dueño del gran escenario. En otras el antagonista o algún simple actor secundario. O me olvido de ser ese actor; personaje siempre presente, y me vuelvo un común narrador al que le llaman omnisciente. Y aunque la historia sea mía no es lo que siempre les digo; yo cuento mi cruel biografía, después la atribuyo a un amigo. En una versión hay fuego, cristales rotos y explosiones. Detalles que cambio luego por policías y ladrones. 186


En unas me digo: El cobarde, que abandonĂł a toda su gente. En otras, hago un alarde de mi lucha cual mĂĄs valiente. En unas evado a la muerte y escapo rumbo al desierto. En otras, consigo quien cuente que hace tiempo ya estoy muerto. En unas, combato yo solo; no preciso a nadie a mi lado. En otras, impotente lloro al descubrirme abandonado. Y en unas, encarno a un Abel. Represento en otras a CaĂ­n. Consigo actuar tan noble y fiel como puedo ser vil y ruin. Al inicio todo es abundante y no logro hallar la certeza: el motivo desconcertante; la causa del llanto en mi mesa. No hay drama donde falte el vino. En mi testimonio es carente; causa de que el asesino encontrara solo al inocente. 187


Mas hablo poco del insensato que apunta el arma a mi cabeza. Recordarlo no es muy grato, contarlo ya no me interesa. Conocí el terror y la muerte. Converso de muerte y terror. Sus contratos son permanentes; son el común denominador. Pues la vida nadie la escoge y la mía pasó tan veloz que opté por parar los relojes; ahora siempre tengo veintidós. Y aunque creé mil variantes de la extensa trama original, todas son decepcionantes pues comparten el mismo final. Después de ponerse el telón, una vez derramado el llanto se desangra lento el corazón por quien perdí y quise tanto. ¡En verdad es causa de enojo esta lucha que se perdió; existe un llanto en cada ojo por cada risa que ahora ya no! 188


Solo quedó en mi memoria el recuerdo de alguien ausente: ¡No puedo borrar de la historia el papel de la mala suerte! En cada sitio por conocer encuentro gente que me ama. Tarde o temprano querrán saber por qué duermo bajo la cama. Recordar es traumatizante así hayan pasado los años. De allí nacen las variantes que no causan el mismo daño. Rara vez ya me ha sucedido hablar y que todo sea cierto completamente convencido que eran parte de mis inventos. Si bien, suelo narrar en prosa la siempre hiriente letanía; mis versos no son otra cosa que la versión en poesía. Es tan duro lo que he vivido. No tengo otra opción que seguir, cauteloso o desprevenido, pero al fin he dejado de huir. 189


Llegué a un sitio que me es grato: ¡Amo la vida en este lugar! Pero invento un nuevo relato… …por si un día me debo marchar.

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Ana Lilia Rivera Reynaga

N

ació en Guadalajara, Jalisco, en 1988. Estudió Ingeniería Técnico-Informática en CBTis 246 y Técnico en Música en la Universidad de Guadalajara. Cuenta con varios diplomados: ventas, telemarketing, atención a clientes, relaciones humanas, gestión y desarrollo empresarial. Ha estado a cargo de grupos en importantes empresas de diversos rubros, coordinando procesos administrativos y mejorando la calidad de la comunicación oral y escrita. Tiene un libro de poesía sin publicar. Sus poetas favoritos son Khalil Gibrán, Jaime Sabines, Mario Benedetti y Joaquín Pasos. 191



Corazón silencioso Dejé mis palabras mudas para escuchar a mi corazón, pero él estaba tan callado que mi lengua aún permanece en silencio. Entonces descubrí el color de la sangre que corre por mis venas, y es la tinta con que comencé a escribir. Ahí encontré mi vocación. Soy un árbol que no quería ser talado, y me convertí en un libro. Días lluviosos Como un suspiro de muerte que nos lleva hacia el cielo, o lo que pudiéramos llamar así. Es ese silencio gris que produce un día lluvioso y húmedo hasta que se corrompe por un destello de energía relampagueante, se enjuaga ese pedazo de universo y pierde color… no brilla, es un matiz suave, casi insípido, huele a humedad; frescura en el ambiente, los árboles y plantas destilan agua y parece que lloran pero solamente se acaban de bañar. ¿Dónde están esas fragancias impregnadas? En el aire, en el agua, ¿Cómo calibrar mi olfato? Si es susceptible tanto al mar como a la lluvia. Se empieza a disolver esa tonalidad opaca, se torna poco a poco blanca, y ahora sólo escucho una dulce acidez. Vuelve aquí ese brillo que lastima. Prefiero mi193


rar hacia la izquierda, que todavía transmite en mí un sutil sentimiento que no es melancolía, aunque parece… gris y azul, perfecta combinación en color tenue, pero comienza a aparecer un brillo peculiar que es tal vez demasiado, y después de tanto tiempo de azul grisear, comienza a salir el astro central y comienza por apagarse mi inspiración. Palabra del hombre Ser y escribir es mi pasión, aunque no sepa lenguas muertas. Mi corazón es frágil y se incendia con el simple hecho de escribir, de plasmar con sangre agonías y desvelos, de llorar lágrimas dulces, de secar el mar en un cuaderno, de evitar tristezas, de temblar de miedo, de cegarme en la oscuridad, de sentir el hechizo de mis dedos, de entintar en rojo el alma, de ser libre solo en sueños, de olvidar cuando despierto. Es fuego el que consume esta hoja, aunque tal vez solamente es agua que la moja o quizá es el tiempo que lo carcome, llevándose a su paso todo lo que toca. Es esa palabra extraña, tan efímera como la vida misma, tan callada, pues no habla, que desaparecerá mañana, que ayer aún no existía. Embriones que no se desarrollan, letra que no llega al alumbramiento. ¡Asesina de palabras! cuando aborto pensamientos. Es una mística creación, la más miste194


riosa de las cosas, la canción del cancionero, el hacha del leñador, el limón del limonero, la letra del escritor, es palabra de hombre… sólo eso. Cada mañana Despiertas cada mañana sin siquiera recordar mi nombre, sin saber que eras mi último suspiro cada noche y la primer palabra que pronunciaba al despertar. Despiertas, te miras al espejo y te ves a ti, en eso nos parecemos, pues yo también te veía a ti: en mi espejo vive tu reflejo, tu sonrisa, tu mirada, tus ganas de vivir sin mí. Despiertas y ya ni siquiera sabes pronunciar juntas las letras de mi nombre, sin saber que cada noche soñaba los minutos que pasamos juntos, lo que cantaba cada día era la canción que nunca quisiste escuchar y mi alimento diario fueron tus besos. Despiertas, has olvidado mi presencia, ya no existo en tu universo. Sólo despiertas sin saber que yo por ti aún agonizo. Arcángel falso Mientras despertaba en la mañana enredada entre tus piernas, embriagada de tu aroma e hipnotizada con la luz que irradiabas, tu cama se quedó impregnada de mi perfume y yo volvía a la realidad, que aunque estaba contigo y mi cuerpo se incendiaba, mi alma sentía 195


frío, y en aquel entonces fue una terapia carnal para el dolor del corazón que poco a poco se invirtió y llegó a convertirse en una emoción que alimentaba el alma y ya no era sólo sexual. Ahora mi cuerpo está frío y mi corazón siente un calor intenso, que voy descubriendo como artificial... Éste es mi último grito de desesperanza y de dolor, porque ya ni siquiera el alcohol anestesia el sentimiento de que me hiciste olvidar esas heridas con detalles y caricias que en mí percibiste lo que no obtenías de la persona a la que amabas... Y aunque ante ti yo me muestre tan fuerte y obtusa, solamente oculto que en realidad me estaba ilusionando con la persona que te inventaste para mí.

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Javier Rosales Cervantes

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ació en Tultitlán, Estado de México, en 1984. Egresado de la Licenciatura de Administración de Empresas en Universidad Tec Milenio. Apasionado por el arte decidió cursar la carrera intensiva de Cinematografía en AMCI (Asociación Mexicana de Cineastas Independientes) colaborando en diversos cortometrajes de ficción y documentales. Ha tomado también talleres de Teatro, Creación Literaria, Dibujo y Pintura. Desde hace algunos años colabora para la revista digital La Escaleta. Participó en el programa para AZ Cinema. Actualmente trabaja como Analista en una empresa facilitadora de servicios de personal, además de estudiar la carrera de Diseño Gráfico en la EPD (Escuela Profesional de Dibujo) y realizar otros proyectos como freelance. 197



Constantemente Constantemente me reprochas, El ya no sentirme, Haberme vuelto algo frío, El ya no hablarte al oído, Dejar de acariciarte. Me notas ausente, Piensas entonces, no existo, Como si estuviera muerto, Luego crees tú ser la muerta. Me lo reprochas todo cuando callas, Cuando hablas al no escucharte, Cuando me preocupan otros problemas, Cuando parece, me olvido de ti Aunque piense en ti todo el tiempo. Me reprochas todo el día, Cuando me miras, Cuando respiras, Hasta que duermes En la noche yo no duermo, Me la paso besando tu cuerpo, Acariciándote con mis manos, Te digo entonces, te quiero, No puedo vivir sin ti, Eres mi todo, 199


Lloro y te abrazo, Tiemblo de la idea de perderte, Tú sólo sueñas, Sueñas con los besos recibidos cuando duermes, Con las palabras dulces las cuales pronuncio, Con el amor faltante del día, El cual solo te doy por la noche. Te pido disculpas entonces, Pero no me oyes, Sigues durmiendo A tu llegada Ahí estaba yo, esperándote Sentado entre tanta gente, Minutos de ansiedad insoportable. Seguía yo esperando, Desfalleciendo de insolación, Más no de desesperanza, Sólo pensaba en tu llegada. Hasta que por fin, ahí estabas, Te vi a lo lejos, Te grite con toda el alma, Copioso de alegría andaba. Había valido la pena la espera, No importaba quedarme sin aliento. Mi corazón palpitaba a mil por hora. Y terminó el partido, Y me retiraba alegre. 200


Había ganado nuestro equipo. ¡Gracias gol por tu llegada! Negro cobrizo Eres la felicidad de mi corazón No puedo ocultar mi sonrisa al mirarte Y la rabia sintiendo cuando estás con otro Cualquier riso me recuerda tu cabello Oleaje de mar, remolino de encantos Cabellos dorados zigzagueando en mi alma, Serpientes, cabellos de medusa embrujándome Ojos de esmeralda de muñeca de porcelana Mi dulce chocolate de leche Quisiera derretirte con mis labios Sentirte escurriendo entre mis brazos Resbalando por mis dedos Fundirte con el calor de mi ardiente corazón Inteligencia de erudito, ternura de bebé Hermosura de mujer, tranquila, pacífica Pero a la vez furiosa, salvaje Eres todo lo que quiero Te doy mis manos, te regalo mi alma Te entrego mi corazón aún palpitando Te doy hasta lo que no tengo y sabes que lo hago Sólo dame una palabra, después te entrego mi vida Sólo dime sí, seré todo tuyo Te entrego mi cuerpo, haz con él lo que quieras Seré tu esclavo si lo quieres Me rindo a tus pies monumento desenfrenado 201


Me hinco, te suplico me pisotees con tu soberbia Pídeme cualquier cosa, no dudaré en complacerte Sólo no me pidas, deje de quererte. Y mi búsqueda tuvo fin Pedí a los dioses una respuesta Y me la mandaron en forma de ángel. Hermosa envoltura de hermoso relleno, Interior suave de sabor inigualable, Frágil, sereno. Contigo he vuelto a ilusionarme, Eres la batería encendiendo mi corazón, Los engranes, el aceite haciéndolo palpitar. Lo rescataste de la basura, lo limpiaste, Viste en él todavía servía, lo lavaste Muchas gracias por devolverme la felicidad, Por recordarme, aún no soy capaz de amar, Por hacerme sentir único. Te agradezco de manera enorme mis insomnios, El contar las horas para verte unos segundos. Gracias por elevar mis fuerzas, por creer en mí. He vuelto a creer en el amor, Y ahora sé, el amor se escribe con tu nombre Tal vez no sea el mejor para escribir. Pero te prometo, en verdad créeme, Seré el mejor amándote Mi cardióloga, mi diástole, mi sístole, mi marcapasos, mi amor. 202


Gustavo Ruiz López

N

ació en Comitán de Domínguez, Chiapas, en 1987, estudió Contabilidad en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) Campus VIII Comitán. Está certificado como conferencista y Master Coach. Actualmente es parte del grupo de danza folclórica PAYNAL. Sus escritores preferidos son Carlos Ruiz Zafón, Paulo Coelho y Gabriel García Márquez. 203



TE AMO Una vez, después de gritar que te amo preguntaste ¿Por qué a mí?, No supe que decir, no pude hacer más que evadir tu pregunta, sin embargo hoy puedo decir: ¡Te amo porque no puedo explicar por qué!! ¡Te amo porque cada vez que hablan de ti, mi corazón late más rápido de lo normal! ¡Te amo porque es indispensable amar para poder vivir! ¡Te amo porque sólo tú fuiste capaz de hacerme cambiar! ¡Te amo porque gracias a ti, soy mejor que ayer!, pero sobre todo ¡Te amo porque tuve la fortuna de conocerte! Así que puedes decirme ahora si todavía dudas de por qué te amo. Si amar es lo que te hace ser especial, único, feliz y mejor cada día, Si alguien te ama dale gracias a Dios porque alguien más pudo ver la grandeza de tu ser, Si amas a alguien, agradece a Dios también por darte la oportunidad de dar y no sólo esperar recibir, porque al amar entregas el alma y el corazón 205


y a cambio la persona amada te entrega su espíritu. ¿Entonces me crees? Te dije ayer y sin duda alguna lo repito hoy: Te amo porque me haces feliz Aquí y en la eternidad, Te amo porque existes tú; porque existimos los dos.

HACER EL AMOR Hacer el amor es juntar nuestras almas, es sentirse el uno del otro, es conocer tu cuerpo con mis manos; es llenarte de vida. Hacer el amor es culminar la vida con una caricia del cuerpo, con una mirada del alma, con una lágrima del corazón. Hacer el amor es reconocer lo maravilloso que es compartir dos cuerpos, hacerlos uno, es aprender que el placer es mayor cuando el amor es superior. Hacer el amor es tocar tu espíritu bañado en sudor, saciar tu sed, superar tus miedos, creer que todo puede pasar y saber que nada pasará. Hacer el amor es saber que compartirás conmigo una eternidad, saboreando mi cuerpo, mi alma y mi voluntad. SINCERIDAD Si pudiera gritar que te amo, sin duda alguna le diría al mundo lo que siento por ti, 206


Si pudiera besarte cuando quisiera, sin duda alguna dejaría mi mundo para vivir en el tuyo, Si pudiera llenarte de flores, rodearía tu cuerpo con rosas y me volvería eternamente parte de ti, Si pudiera darte mi vida, indudablemente haría de cada minuto tu cuerpo parte del mío, Si pudieras creer que te amo, sin duda conocerías que el amor no es malo, Si pudiera decir tu nombre, moriría porque tú lo supieras.

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Leticia de Lourdes Segovia Pulgarín

E

studió Derecho en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Sus aficiones son la literatura, el cine y la música. Pertenece al Coro de la Comunidad de Culiacán, y a un grupo de bohemios aficionados a la poesía. Actualmente escribe cuentos sobre la vida laboral de las mujeres. Son muchos sus poetas y artistas favoritos: Sor Juana Inés de la Cruz, Jaime Sabines, Pablo Neruda, Rosario Castellanos, Franz Kafka, Gabriel García Márquez, Joan Manuel Serrat, Facundo Cabral, Alberto Cortez, entre otros. 209



21 días Tratamiento intensivo para corazones enfermos que aman demasiado Solo veintiún días con métodos extremos congelamiento de órganos vitales mente, alma y corazón muerte súbita por hipotermia para cualquier tipo de sentimiento o algo parecido a una emoción sólo bajo prescripción aplican restricciones, no consulte a su médico favorito que se lo causó Punto y Aparte Hoy decidí poner un punto y aparte pues esto ya salió de control, ya no cabe en el 211


párrafo anterior. Ya no puedo seguir amándote tan desquiciadamente y de forma tan desmesurada las 24 horas del día. Todo debe tener orden en la vida. ya es tiempo de cambiar de párrafo. Por lo tanto, sólo te amaré diariamente a media mañana y después de la siesta de mediodía. Definitivamente nunca de noche, porqué tantos desvelos nos llevarán a morir. Entonces ahora sí, soñaré que te amo sosegada, mesurada y tranquilamente hasta que llegue el punto final

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NECEDAD

Me auto receté ausencia, distancia soledad y olvido para poder solamente amarte como yo te amo y poder borrar tan irremediable necesidad de ti de verte, de oírte y el sueño absurdo de pensar que eres algo cercano a mí A pesar de suministrar las dosis prescritas y sobredosis en casos agudos de crisis resulta cada vez contraproducente Mi padecimiento se incrementa en forma exponencial y cada vez más y más intensa esa terrible necedad, 213


al saber que tú no me puedas pensar por lo que jamás podre agotar esta irremediable e insaciable necesidad que tengo de ti AL CORAZÓN NO SE LE MANDA Dentro de mi densa neblina emocional emerge violentamente la razón con la experiencia personal como autodidacta tengo que negarme aceptar a quien no amo y tener que decirle: No eres Tú no obstante tu infinidad de atributos que segura estoy, colmarán de alegría a aquella que te ame yo no puedo hacerlo, mi corazón está prisionero en otra parte y al igual que tú no soy amada comprendo bien tu pesar sufrimos del mismo mal, y por más que nos insistan que debemos soltar dejar fluir, dejar ir y conservar la dignidad sé perfectamente que es inútil, al corazón no se le manda sólo el tiempo podrá sanar estos tan atrapados sentimientos que por ahora están bajo libertad condicional 214


ÍNDICE

PRESENTACIÓN, 5 GANADOR Alfredo Acuña Chimés, 9 YO: Trasmutada existencia, Re-narrar, Me disgrego, Anti. Yo-piel: Cosmopolita, ¡Jódete!, La noche que indulta, Azar, Otro, otro y otro, Vivir sin más, Del mundo, La no - elección. Del desvelo: El acto finito, Libertad compartida, Significante, Lo corpóreo, Breve. FINALISTAS PRIMERA MENCIÓN HONORÍFICA Alma Liliana Alamilla Cornejo, 17 Tora, Nigromancia, Fragmento, Cabra. SEGUNDA MENCIÓN HONORÍFICA Adrián Escandón y Flores, 23 El perro callejero. TERCERA MENCIÓN HONORÍFICA Marcela Magdaleno Deschamps, 27 En la esquina de la ansiedad. 215


Clara Bautista Cervantes, 35 Despedida, Corazón de felpa, Quererte, Encuentro nocturno. Uriel Delgado, 43 Carmesí XVI, Carmesí I, Cuerpos rupestres, El tiempo, ¡AHG! Jesús Espinosa Arellano, 51 Sobre una mesa, Humo penitente, Tinta que hiere, El sueño de las flores, Plegaria olvidada. Alma Nora Estrada Mejía, 59 Fantasía, La vida. Irene Hernández Gamboa, 63 Libidinal, Sobre “El otro”. Yunuen López Azpera, 67 1. Inefable, 2. Punto final, 3. Olor a taberna, 4. Calvario. Leinad Nuño, 73 Me da tos al comer sandía, Ciudad, Distracción, Somatofobia, Question, Cenizas, Sin título, Revelación. Axel Alejandro Nuricumbo Longines Atisbos, Cables para pájaros sin nido, Onírico, Testimonio, Décima interrumpida, Hesitación. 216


Elpidia Lizbeth Preciado Madrigal, 91 Queriendo borrar la luz que atraviesa, Inevitable, Una silueta parada en el borde, Por ti seré belígero, Se reprime en su interior, En tentación. Luz Beatriz Quijano Villegas, 101 Verdad, Amores, Lo que quiero Cruz Israel Salazar Acosta, 107 Lee poesía, Evidencia celeste. Samantha Patricia Salazar Serrano, 115 Para cazar la noche. Marisol del Carmen Salmones Martínez, 119 Mendiga, Poema en tres tiempos: Descenso, Lo cotidiano, Allá, Rezo, Soy una loba corpulenta, Madre. Alicia Tamés Paz, 127 Reflexión natural, Erick Medardo Tejada Carbajal, 133 1. Mi mamá y Kierkeegard, 2. ¿Dónde dejaste las llaves pelón?, 3. Todos queremos ser algo más; 4. A veces somos como una ola. Tomás Vela Montero, 141 Víspera de primavera, Pensando en su regreso, Laberinto, De amor y reproches, Siete años después, Desastres, El otro, Reproche final. 217


Premio Ariadna de Poesía 2019 Finalistas digitales, 149 Manuel Andrés Baas Balan, 151 Noche sin sueño, Sí me empieza a gustar, Poeta, Enamorado. Ana Karla Carrera Herrasti, 157 Rosa bañada en plata, Así lo decidiste, Soy sólo una niña que juega a ser mujer... Omar Flores Espinoza, 165 Amor mío, Decir. José Roberto López Franco, 169 No soy poeta, La voz de tu mirada, Me pidieron un poema, El pensamiento de tenerte, Girasol. Julián López Alcázar, 177 Redes, Corazón de piedra, Adiós, Te extraño. Israel Martínez Ramos, 183 Relatos. Ana Lilia Rivera Reynaga, 191 Corazón silencioso, Días lluviosos, Palabra del hombre, Cada mañana, Arcángel falso. 218


Javier Rosales Cervantes, 197 Constantemente, A tu llegada, Negro cobrizo, Y mi búsqueda tuvo fin. Gustavo Ruiz López, 203 Te amo, Hacer el amor, Sinceridad. Leticia de Lourdes Segovia Pulgarín, 209 21 días, Punto y aparte, Necedad, Al corazón no se le manda.

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AMIGOS DE EDITORIAL ARIADNA que colaboraron para que este libro emprendiera el vuelo

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EnseĂąanza del idioma italiano y su cultura. Certificadores para alumnos y maestros por parte de la Universita per Stranieri di Siena Fundada por la familia Poli en 2005. Calle Serpentario 3711, Colonia Arboledas Zapopan, Jalisco, MĂŠxico fundacionamigosdeitalia@gmail.com Tel. 33 14 68 21 01 224


Tel. 76 77 07 70 www.literariacentro.org

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PREMIO ARIADNA DE POESÍA 2019 se terminó de imprimir en la Ciudad de México en septiembre de 2019, en Impresos ADAME. Se utilizaron los tipos Athelas en 8, 10, 12, 13, 14 puntos y Minion Pro en 36 y 24 si deseas adquirir ejemplares impresos hazlo en:

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