El Egipto faraónico

Page 11

E L E G I P T O

F A R A Ó N I C O

UN

REINO DE LUZ

TÍTULO ORIGINAL

L’Égypte pharaonique. Un royaume de lumière

DIRECCIÓN DEL PROYECTO

Ariane Laine-Forrest

DIRECCIÓN EDITORIAL

Laurence Lehoux, Liyu N’Guyen-Bousseau

EDICIÓN E ICONOGRAFÍA

Laurence Basset, Stéphanie Grégoire

DIRECCIÓN DE ARTE

Charles Ameline

CONCEPTO GRÁFICO

Pierre-Yann Lallaizon, Louise Gardebois

PREIMPRESIÓN

Hyphen Media

TRADUCCIÓN

María Teresa Rodríguez Fischer

TRADUCCIÓN DEL EGIPCIO AL FRANCÉS

Sylvie Cauville (86, 92, 101, 119, 211, 300), André Fermat (88), Maurice Alliot (91), Paul Barguet (92, 220, 307), Gustave Lefebvre (126), Adolphe Gutbub (146), André Barucq y François Daumas (186), Constant de Wit (238), Serge Sauneron (239), Sydney H. Aufrère (258), Antoine Guillaumont (298), Jean-Marie Kruchten (330), Jean-Claude Goyon (349, 435), Ivan Guermeur (375)

REVISIÓN DE LA EDICIÓN EN LENGUA ESPAÑOLA

Núria Castellano Solé

Doctora en Egiptología; miembro de la Misión Arqueológica de Oxirrinco

COORDINACIÓN DE LA EDICIÓN EN LENGUA ESPAÑOLA

Cristina Rodríguez Fischer

Primera edición en lengua española 2023

© 2023 Naturart, S.A. Editado por BLUME

Carrer de les Alberes, 52, 2.º, Vallvidrera

08017 Barcelona

Tel. 93 205 40 00 e-mail: info@blume.net

© 2022 Éditions Epa – Hachette Livre – XO Éditions, Francia

ISBN: 978-84-19785-50-3

Depósito legal: B.15272-2023

Impreso en China

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.

WWW.BLUME.NET

C000000

E L E G I P T O

F A R A Ó N I C O

REINO DE LUZ
UN

CONTENIDO

PRIMERA PARTE

EL ESPACIO Y EL TIEMPO

CAPÍTULO 1

¿Cómo percibían su país los antiguos egipcios ?

CAPÍTULO 2

El espacio egipcio

CAPÍTULO 3

El tiempo ritualizado

SEGUNDA PARTE

EL CREADOR, LA CREACIÓN Y LA PRIMERA VEZ

CAPÍTULO 4

El Nun, energía primordial

CAPÍTULO 5

Atum, el principio creador

TERCERA PARTE DIOS Y LAS DIVINIDADES

CAPÍTULO 6

El Uno y los múltiples

CAPÍTULO 7

Las divinidades, fuerzas creadoras

CAPÍTULO 8

Dios constructor

CAPÍTULO 9

Los cuatro elementos

CAPÍTULO 10

La religión egipcia no existe

CAPÍTULO 11

Las claves del universo espiritual de los antiguos egipcios

21
INTRODUCCIÓN EL ESPÍRITU DE UNA CIVILIZACIÓN
31 35 51 81 85 101 105 119 123 131 135

CUARTA PARTE LOS FUNDAMENTOS DEL ESTADO FARAÓNICO

CAPÍTULO 12

Y Egipto despertó: el ascenso al poder de Narmer

CAPÍTULO 13

Menes, fundador de la institución faraónica, y las dos primeras dinastías

CAPÍTULO 14

Hathor, el amor celestial

CAPÍTULO 15

Neit, la creadora

CAPÍTULO 16

La Regla luminosa: Maat

CAPÍTULO 17

Isfet, el lado oscuro de la vida

CAPÍTULO 18

La lengua sagrada de los jeroglíficos, modo de gobierno

CAPÍTULO 19

Tot, maestro de la lengua sagrada

CAPÍTULO 20

Seshat, la misteriosa, estrella de los constructores

CAPÍTULO 21

El Verbo creador

CAPÍTULO 22

El mundo de los escribas

CAPÍTULO 23

El modelo osiríaco: realeza y misterios

CAPÍTULO 24

Isis, trono real y diosa universal

CAPÍTULO 25

Horus, faraón cósmico

CAPÍTULO 26

La institución faraónica

CAPÍTULO 27

¿Cómo funcionaba el estado faraónico?

CAPÍTULO 28

La economía faraónica

CAPÍTULO 29

La sacralización de la vida cotidiana

Principales fuentes utilizadas Bibliografía básica Índice Índice de materias Mapas Las dinastías El alfabeto jeroglífico El año y las estaciones Cifras y medidas 480 483 499 507 448 457 469 473 475 ANEXOS
REFERENCIAS
EPÍLOGO 157 171 185 193 199 217 227 237 249 253 261 279 297 303 317 369 387 403 443

Un collar protector contra los peligros del tiempo. Entre los dos leones, que representan el ayer y el mañana, se vive el instante creador (según Champollion).

Derecha

Fechado en la XXVI dinastía, esta estatua muestra a un primer ministro en la postura del «viejo sabio» que consulta los escritos portadores de luz y medita antes de actuar (El Cairo, Museo Egipcio).

El Egipto faraónico se refería al «pasado» primordial que no es otro que el presente vivido en consciencia y no sometido a la muerte. Gracias a la ritualización del estilo de vida, desde el nacimiento al sueño, pasando por la agricultura o la artesanía, es posible encarnar en esta tierra la armonía del espacio y el tiempo que engendraron las divinidades. Al no ser esclavo de un futuro determinado por un progreso que ahoga el pensamiento, el presente se convierte en un reflejo de la primera mañana, fuente de luz y de felicidad.

La referencia útil es el «tiempo de los dioses», que se considera como un camino hacia la fuente vital. Ese fue el momento en el que todo fue formulado, tanto las palabras del conocimiento como las técnicas de construcción, y es ese tiempo al que un faraón debe dar continuidad. Para los antiguos egipcios, el futuro es un pasado acabado, que dejamos atrás, en el sentido de que no es conveniente ceder a sus ilusiones; en compensación, los ancestros son «aquellos que están frente a nosotros», porque tienen el conocimiento de lo que es primordial y pueden guiarnos.

El tiempo lineal se puede comparar con una larga cuerda y con una serpiente, con efectos ambivalentes. Esta cuerda sin fin nos esclaviza o nos conecta con el infinito. Esta serpiente, con su ataque relámpago, nos muerde y nos mata, o colabora en el renacimiento diario del sol y la manifestación de la eternidad.

«Los hombres mueren porque no saben conectar con el principio», observó el griego Alcmeón de Crotona. Conscientes de este riesgo, los antiguos egipcios buscaban captar «el momento justo», aquel que permite reunir los elementos de una vida en un instante de verdad, al final de una purificación y de una actuación justa.

Son varios los textos que evocan este dominio del tiempo, como el capítulo 64 del Libro de la salida al día: «Yo soy ayer, yo soy hoy y conozco el mañana». Aún hace falta, como revela una declaración inscrita en la morada de eternidad de Nefersejeru en Zawyet Sultan, haber llevado una existencia recta: «Si has llevado una vida buena y bella, digna de ser regenerada, rejuvenecerás en tu momento, dispondrás de años como la rana, e irás como eres. Estás destinado al mañana, no a la víspera». Y recordemos la advertencia de los sabios: «No hay ayer para el perezoso, ni amigo para aquel que permanece sordo a la Regla de la armonía [Maat], ni día de fiesta para el codicioso».

Bajo la «corona roja» de Hatshepsut, en Karnak, se lee una frase fulgurante, igualmente incluida en otros textos: «Soy un chacal de paso rápido que da la vuelta a la tierra en el espacio de un instante». Quiere decir que, gracias a la comunión del pensamiento con la energía que existe más allá del tiempo, este último no resulta un obstáculo para la circulación de la consciencia.

Según las enseñanzas que recibió el rey Merikare, para poder gobernar de manera justa era preciso que la existencia de un ser humano, frente al juicio de los dioses, por larga que fuese, equivaliera a una única hora. Y esta única hora debería

EL ESPACIO Y EL TIEMPO 58

El trono, decorado de manera sobria o rica como el de Tutankhamón, asimilado a Isis, es el medio matricial del que nace el faraón (tesoro de Tutankhamón, El Cairo, Museo Egipcio).

Otra manera de expresar la capacidad de gobernar el Estado o su propia existencia: la pluma, insertada en la diadema que rodea la frente de la diosa Maat. Elaborada en oro, emite una energía tan potente que provoca la resurrección. Timón de las aves —y el faraón se identifica con muchos de ellos—, esta rectriz es ensalzada en el capítulo 9 de los Textos de los Sarcófagos: «Tu eres una pluma que se eleva en el país divino y que Osiris entrega a Horus para que la coloque sobre su cabeza en señal de justificación».

Maat, el fundamento del estado faraónico

«La grande que fundó este país»: esta es la definición de Maat que ofrece el templo de Dandara. Esta base se representa por un jeroglífico, el del pedestal sobre el que se colocan las estatuas divinas y que sirve de soporte al trono real. Este «pedestal de la justificación» es la encarnación ritual del montículo primordial, primera emergencia surgida del océano primordial durante la creación. Y este estrado, base de la civilización faraónica como orden cósmico, verdad y justicia, está muy presente durante la fiesta de regeneración del faraón.

Intemporal, indestructible, norma original reactualizada cotidianamente por los rituales, este pedestal de Maat fue el codo constructivo de las 30 dinastías. «Si hay un concepto fundamental en la egiptología, fuera del cual toda comprensión del Estado es ilusoria —indica Béatrice Midant-Reynes—, es el de Maat». Y Jan Assmann añade: «El Estado existe para que la Maat se cumpla. La Maat debe cumplirse para que el mundo sea habitable. [...] Maat es la razón de ser del Estado faraónico».

Originada en la luz y garante de su perpetuación, el pedestal de Maat es el receptáculo del conjunto de las fuerzas creadoras que emplea el faraón. Es sobre ella que se fundamenta su capacidad de dirigir y orientar. Y sin esta base, el mundo se desmorona.

El practicante de Maat: el faraón

Durante la edad de oro, la del reinado de Maat, los gigantes gobernaban el mundo. Después llegaron los humanos. Y para gobernarlos hizo falta un gigante, heredero de Maat, capaz de ponerla en práctica y acción sobre nuestra tierra. «Maat te ha erigido —dice el ritual de la mañana celebrado por el rey—, de manera que tú

206 LOS FUNDAMENTOS DEL ESTADO FARAÓNICO
207

Una sublime representación de las dos hermanas, Isis y Neftis, que emiten la energía que resucita a Osiris (Valle de los Reyes, tumba deSetnajt y de Tausert).

CAPÍTULO 23

EL MODELO OSIRÍACO: REALEZA Y MISTERIOS

Para los antiguos egipcios, la institución faraónica, que aspira a gobernar a los seres humanos en rectitud y armonía con las leyes del universo, no es una actividad únicamente profana, política y económica. Su modelo no es un acontecimiento histórico como una guerra o una revolución, sino el primer faraón que asocia lo divino y lo humano durante la edad de oro, a saber, Osiris.

Osiris, el rey

Hijos de la diosa Cielo (Nut) y del dios Tierra (Geb), Osiris medía un codo (52 cm) en el momento de su nacimiento; dicho de otra manera: el estándar de toda construcción. Una vez adulto, alcanzará el tamaño de un gigante, 4,7 metros. «Maestro de la eternidad, rey de los dioses, el de los numerosos nombres, el de las formas sagradas, el de los ritos secretos en los templos». Osiris reina a la vez sobre el cielo, donde renace sin cesar, en la matriz estelar y sobre la tierra. Y este último punto es capital: el reino de Osiris, más precisamente, el de la pareja real que forma con Isis, debe ser de este mundo para que este último sea habitable y gobernable. Según la tradición de Abidos: «Aquel cuya función real se ha establecido, cuyo gobierno es sólido, jefe perfecto de la Enéada divina, amado de quien le ve, coloca en todas las comarcas el temor respetuoso que se experimenta bajo su mirada, para que pronuncien su nombre como el Primordial. Todos le hacen ofrendas, porque es el Maestro del que es necesario acordarse».

279

¿Por qué Egipto? ¿Cómo nació? ¿Cuáles eran sus valores intangibles? ¿Por qué no sufrió ninguna guerra religiosa? ¿Por qué se fundamentaba en ritos iniciáticos y cuáles son sus contenidos? ¿Cómo se descubrió el secreto de la eternidad?

Como resultado de más de medio siglo de investigaciones, esta obra, ilustrada con unos documentos destacables, muchos de ellos raros y poco conocidos, intenta comprender cómo el Egipto faraónico configuró el alma del mundo y consiguió el matrimonio imposible entre el espíritu y lo material. Con su increíble talento narrador, Christian Jacq vuelve a dar vida a este universo que habla a todos los seres y continúa transmitiendo, a través de los siglos, los valores fundamentales sin los cuales una sociedad sucumbe al caos y la violencia.

Un viaje apasionante en el tiempo para descubrir las claves de esta civilización de luz: el universo espiritual (dios y las divinidades), la política (funcionamiento del Estado faraónico), la economía, la vida cotidiana y su sacralización. ISBN

9 7 8 8 4 1 9 7 8 5 5 0 3 C000000
978-84-19785-50-3

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.