EL ARTICO ´
EXPLORACIÓN, DESCUBRIMIENTOS, AVENTURAS Y SUPERACIÓN EN EL EXTREMO NORTE DE LA TIERRA
FUNDACIÓN JOHN NURMINEN
MATTI LAINEMA - JUHA NURMINEN
AGRADECIMIENTOS: Kåre Berg, director Frammuseum, Oslo Victor Boyarsky, profesor Instituto de Investigación del Ártico y de la Antártida, San Petersburgo Tony Campbell, bibliotecario Peter Barber, ayudante de biblioteca Biblioteca de Museo Británico, Biblioteca cartográfica, Londres Barry Cunliffe, profesor Instituto de Arqueología, Oxford Robert Keith Headland, archivero y conservador Philippa Hogg, archivero de las fotografías Título original: A History of Artic Exploration Traducción: Rosa Cano Camarasa Diseño: Olavi Hankimo Mapas: Jari Patanen Tiina Pystynen Revisión de la edición en lengua española: Josep Florit Capella
Instituto Scott de Investigación Polar, Cambridge Francis Herbert, conservador Real Sociedad Geográfica, Londres Dr. Ab Hoving Departamento de Restauración de Maquetas de Barco Rijksmuseum, Ámsterdam Esko Häkli, profesor Mag. Phil. Leena Pärssinen Esko Rahikainen
Catedrático Facultad de Geografía e Historia Universidad de Barcelona
Biblioteca de la Universidad de Helsinki, Helsinki
Coordinación de la edición en lengua española: Cristina Rodríguez Fischer
Norsk Sjöfartsmuseum, Oslo
Primera edición en lengua española 2010
Comodoro Evgeny N. Korsthagin
© 2010 Art Blume, S. L. Av. Mare de Déu de Lorda, 20 08034 Barcelona Tel. 93 205 40 00 Fax 93 205 14 41 e-mail: info@blume.net © 2001 John Nurminen Foundation y WSOY © 2009 Anova Books Company Ltd, Londres
Bård Kolltveit, director
Museo Naval Central, San Petersburgo Langfords Marine Antiques, Londres The Map House, Londres
I.S.B.N.: 978-84-9801-514-0
Museo Nacional de Irlanda, Dublín
Impreso en China
Matti Nurmi
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.
Especialista en embarcaciones históricas, Rauma
WWW.BLUME.NET
Richard Ormond, M. A. FSA Museo Marítimo Nacional, Londres Dra. Dominique Pelletier Biblioteca Nacional de Francia
Este libro se ha impreso sobre papel manufacturado con materia prima procedente de bosques sostenibles. En la producción de nuestros libros procuramos, con el máximo empeño, cumplir con los requisitos medioambientales que promueven la conservación y el uso sostenible de los bosques, en especial de los bosques primarios. Asimismo, en nuestra preocupación por el planeta, intentamos emplear al máximo materiales reciclados, y solicitamos a nuestros proveedores que usen materiales de manufactura cuya fabricación esté libre de cloro elemental (ECF) o de metales pesados, entre otros.
Mikhail Pietrovsky, profesor Museo del Hermitage, San Petersburgo Capitán de la Marina Søren Thirslund, Humlebæk Especialista en navegación vikinga
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CONTENIDO
PITEAS, ¿PIONERO O CUENTISTA? 10 La visión del mundo en la Antigüedad 10 Piteas y sus contemporáneos 12 El viaje de Piteas 12 Thule está en Noruega 17 ¿Podría Piteas haber llegado a Islandia? 18 Thule está en Islandia 19 ¿Eran los barcos de Piteas de madera y cuero? 20 Thule está en Saarenmaa 23 Cómo se percibían los países del norte desde Ptolomeo hasta Clavus 25 ¿Cuál es la verdad? 28 Exploración de la región ártica después de Piteas 29
LOS PUEBLOS INDÍGENAS DEL ÁRTICO: VERDADEROS CONQUISTADORES DEL CÍRCULO POLAR ÁRTICO 32 Características del Ártico 32 Los pueblos del Ártico 36 Desarrollo de la cultura esquimal 38 Los esquimales y su cultura antes de la influencia occidental 39 Los esquimales: maestros de la supervivencia 42 La base del mundo espiritual de los esquimales 44 Los esquimales en la época en que el hombre blanco se adentró en el Ártico 46 Las embarcaciones esquimales 47
LOS VIKINGOS, PIONEROS DE LA EXPLORACIÓN 51 La visión del Ártico en la Edad Media, antes de la época de los vikingos 51 Los vikingos, líderes en la navegación 52 Expediciones vikingas hacia el este y el norte 57 El barco vikingo: factor clave en la expansión de sus dominios 58 ¿Dónde está situada Svalbard? 60 Los vikingos conquistan Islandia 60 Descubrimiento y colonización de Groenlandia 60 Vinlandia, tierra de praderas o viñedos 63 El misterio de Vinlandia se resuelve 66 Los vikingos como navegantes 68 Las expediciones de los groenlandeses en el Ártico 71 La desaparición de los asentamientos vikingos de Groenlandia 71 La herencia de los vikingos 73
EXPLORACIONES EN BUSCA DE COMERCIO, ORO Y PODER 74 Los primeros buscadores del paso del Noroeste 76 El interludio francés 76
Inglaterra se interesa por el nordeste 80 Inventio Fortunatae: una imagen sorprendente de la región polar 82 Los holandeses entran en escena 85 La atención se centra en el noroeste 90 El barco de Barents 92 Davis y Hudson 93 Zeno, Mercator y las islas imaginarias del Atlántico Norte 98
LA LLEGADA DE LOS RUSOS 104 La conquista de las costas de Siberia 104 Hacia el estrecho entre Asia y América 106 Pedro el Grande y la primera expedición de Bering 109 La segunda expedición de Kamchatka 113 Una gran misión cartográfica 113 El kotch: un barco polar pionero 115 Finalización de la cartografía de la costa 116 El descubrimiento de Alaska 118 Steller: el único explorador importante de la expedición 119 Los rusos llegan a Alaska 124 Los paquebotes de Bering 124 Desarrollo del mapa del norte. Definición de la frontera con Asia 126
LA PESCA DE LA BALLENA AL SERVICIO DE LA CIENCIA EN EL ÁRTICO 130 Los mercados balleneros 130 Las ballenas del Ártico 131 El duro mundo de la pesca de la ballena 132 La época de Spitsbergen y del oeste de Groenlandia 133 Auge del estrecho de Davis 138
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LA CARRERA HACIA EL POLO NORTE
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LA CARRERA HACIA EL POLO NORTE
217 Muchos exploradores del Ártico fueron aventureros que presentaban sus proyectos como expediciones científicas con objeto de conseguir financiación. Fridtjof Nansen era, ante todo, un científico, pero también le atraía la aventura. En 1888 fue el primero que atravesó el glacial continental de Groenlandia esquiando y, entre 1893 y 1896, sucumbió a la atracción del mar polar en su navío FRAM. Cuando el barco pasó el Polo de largo, Nansen intentó esquiar hasta allí y batir un nuevo récord. Nansen y Johansen lograron sobrevivir milagrosamente a varias situaciones peligrosas. Más tarde, Nansen se dedicó a la ciencia y a movimientos pacifistas. En 1922 recibió el Premio Nobel de la Paz por su trabajo. En la fotografía, tomada por Frederick G. Jackson, Nansen posa ante su cabaña en la Tierra de Francisco José. (Fundación John Nurminen)
Hasta el siglo XVIII sólo se podía calcular con exactitud la latitud, pero no la long itud. Willem Barents y John Davis fueron los primeros que infor maron de la latitud más septentr ional hasta la que habían navegado, una práctica que, a partir de entonces, siguieron los demás exploradores. En 1596 Barents fue el primero que superó la latitud 80°. En 1607 Henry Hudson, igual que Barents, logró pasar de Spitbergen y alcanzar en esa travesía la latitud 80° 23’ Norte. El récord de Hudson se mantuv o durante m ucho tiempo. Pero la carrera hacia el nor te todavía no había comenzado en serio. El logro de Hudson sólo lo mejoró en el siglo XVIII, el ruso Vasily Chikagov, a quien la Armada Rusa había enviado en una misión para que descubriera la ruta más corta desde la costa europea de Rusia hasta el este de Siber ia. El último intento de Chichagov, en 1766, consiguió superar en tres minutos la latitud alcanzada por Hudson. Los rusos llegaron a la conclusión de que la r uta del norte era imposible y no realizaron más intentos. El testigo pasó entonces a los ingleses,que apenas sabían que se había batido el récord. La teoría de un mar polar abierto dio crédito a nuevos intentos de los ingleses.
EL MAR POLAR ABIERTO Y LA ARMADA REAL BRITÁNICA Daines Barrington, aristócrata y juez londinense, era un hombre al que le interesaban muchos temas y que escribió varios libros y artículos. Uno de sus contemporáneos dijo de él que en ocasiones era un mal juez, pero nunca a propósito. Barrington sentía curiosidad por saber si el océano Ártico era o no navegable, y fue el primer inglés que planteó la teoría de que el mar polar estaba abierto; el primero en exponerla fue el suizo Samuel Engel. Según Barrington, sólo se helaban las zonas costeras del mar,y no el mar abier to. Generalmente el mar polar estaba r odeado por un cinturón de hielo , pero algunos años este cinturón de hielo desaparecía y entonces era posib le alcanzar el mar polar sin obstáculos. Para apoyar su teoría, Barrington citó informes de balleneros que sostenían que era posible navegar hasta la latitud 89°. Barrington presentó su conclusión a la Real Sociedad Geográfica de Londres, que la remitió al Almirantazgo para su estudio. Para sorpresa de muchos, el Almirantazgo aprobó la or-
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ganización de una nueva expedición cuya misión consistiría en alcanzar «ese interesante punto geográfico», el Polo Norte, además de realizar numerosos estudios científicos y experimentos. En 1773, Constantine John Phipps batió un n uevo récord al alcanzar la latitud 80° 48’.Sin embargo, este viaje no animó al Almirantazgo a continuar la exploración. Los balleneros navegaban de forma regular por las aguas de Spitsbergen. Las condiciones del hielo cambiaban y durante los años buenos se podía llegar incluso más al norte que Phipps. En 1806 William Scoresby padre consiguió un nuevo récord (81° 30’) que no se superaría en muchos años pues, al haber perdido credibilidad la teoría del mar polar abierto, los que intentaban llegar hasta el Polo Norte preferían aprovechar la nueva tecnología: el trineo. Sir Joseph Banks, presidente de la Real Sociedad Geográfica, y John Barrow, secretario segundo del Almirantazgo, se interesaron por el infor me de Scoresby, en el que se exponía que el cinturón de banquisa al norte de Spitsbergen se había reducido, y en 1818 el Almirantazgo envió al capitán David Buchan y al teniente John Franklin para que in vestigaran si esto era cier to, pero ni lograron llegar hasta donde había estado Phipps y el entusiasmo por alcanzar el P olo Norte de nuevo se desvaneció. Franklin opinaba que para cruzar la banquisa se necesitaba una «barca-trineo», una especie de trineo anfibio, idea que sir Edward Parry desarrolló y en 1827 intentó caminar hasta el Polo Norte. Aunque el viaje de Parry fracasó, en parte porque el hielo siempre se deslizaba hacia el sur, batió un nuevo récord (82° 45’). Los experimentos de Parry fueron innovadores y la tecnología para las exploraciones polares empezó a desarrollarse en serio. A pesar de las críticas de Scor esby hijo, el Almirantazgo no sólo no abandonó el uso del pesado trineo tirado por hombres, sino que además lo mejoró. En opinión de Rober t Falcon Scott, que acabaría per diendo la vida en el Polo Sur, las ventajas de utilizar yuntas de perros iban más allá del simple transpor te por el uso que hacía de los perros. Cuando no había mucha comida, los perros eran los primeros afectados y algunas expediciones alimentaban con sus perros a los que quedaban de la yunta. Quizá los explorador es polares deberían haber estab lecido dos competiciones: la clásica y la de estilo libre. Los de la escuela inglesa son dignos de admiración por la compasión que mostraban por sus animales, pero el método eleg ido también hizo estragos. El hecho de que los días fuesen más cortos prolongaba los viajes y, en consecuencia, al precisar más provisiones se reducían las posibilidades de éxito . Los agotadores esfuerzos de los exploradores no se dedicaban necesar iamente a conseguir alimentos mediante la caza, y, sin carne fresca, aumentaba la posibilidad de caer enfermo de escorbuto.
PETERMANN Y LA TEORÍA DEL MAR POLAR ABIERTO Daines Barrington, que había publicado su primer trabajo científico a los v eintiún años, era un amateur vagamente famoso a quien el alemán August P etermann admiraba como geóg rafo. Petermann, nacido en 1822, se interesó por la región polar gra-
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LA OSCURIDAD SE CIERNE SOBRE EL POLO NORTE
LA OSCURIDAD SE CIERNE SOBRE EL POLO NORTE
Después de Nansen, la naturaleza de la carrera al Polo Norte cambió. Llegar hasta esta región ya no constituía un reto adicional interesante, sino un fin en sí mismo, condicionado por las nuevas técnicas.
EL VUELO DE ANDRÉE Salomon August Andrée, ingeniero sueco, decidió conquistar el Polo Norte volando hasta allí en un globo aerostático. Los peligros que esta hazaña entrañaba no eran menores que los que la expedición de Nansen representaba. La ventaja del globo consistía en que no era necesario cruzar las crestas y los surcos casi infranqueables del hielo polar . Sin embargo, existían m uchos riesgos que contrarrestaban esta única ventaja. Los vientos del Ártico son muy fuertes y caprichosos, una características que hacen que el viaje en globo sea peligroso: para alcanzar el Polo Norte es preciso aprovechar el viento del sur y para regresar, el viento del norte. Andrée no podía saber adónde se desviaría una vez que llegase al Polo. La capacidad de vuelo de un globo se educe r cuando se forma hielo en su superficie o en la cesta.La duración del viaje –desde Spitsbergen hasta el Polo hay más de 600 millas náuticas o más de 1.000 km– también aumenta los riesgos. Tampoco hay muchas opciones con respecto a un aterrizaje forzoso cuando un
221 En 1885, el alemán Justus Perthes publicó un precioso mapa de la región polar muy completo, en el que recogía todo el sabergeográfico de la época. Posteriormente, la costa este de Groenlandia se trazó con más precisión, igual que las regiones occidentales de la isla de Ellesmere. El archipiélago de Svernaja Zemlja, descubierto más tarde y situado al norte de la península de Taimir, no aparece. En el mapa se indican las rutas de las principales expediciones árticas. (Fundación John Nurminen)
“Más allá de las fronteras del mundo conocido” Más de dos mil quinientos años de exploraciones en el Ártico, desde los primeros navegantes de la Antigüedad y los grandes viajes navales y mercantiles hasta la conquista del Polo Norte e incluso después. Una narración histórica, cautivadora y compleja, sobre los principales exploradores de Oriente y de Occidente. Datos y descripciones sobre un lugar fascinante e inspirador, fuente de dramas humanos debido al duro paisaje y las condiciones extremas, y sobre sus protagonistas, ansiosos de romper fronteras, y deseosos de ampliar el comercio, aumentar su conocimiento científico, buscar el dominio internacional, obtener fama individual y conquistar nuevos recursos naturales.
ISBN 978-84-9801-514-0
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788498 015140