Lee Miller. Fotografías

Page 4

ANTONY PENROSE

LEE MILLER

FOTOGRAFÍAS

PRÓLOGO DE KATE WINSLET

Título original Lee Miller: Photographs

Diseño Sarah Praill

Traducción Francisco Rosés Martínez

Fotógrafo profesional

Coordinación de la edición en lengua española

Cristina Rodríguez Fischer

Primera edición en lengua española 2023

© 2023 Naturart, S.A. Editado por BLUME

Carrer de les Alberes, 52, 2.º, Vallvidrera

08017 Barcelona

Tel. +34 93 205 40 00 e-mail: info@blume.net

© 2023 del texto Antony Penrose

© 2023 del prólogo Kate Winslet

© 2023 de las fotografías, a menos que se indique lo contrario, Lee Miller Archives, Inglaterra

Todos los derechos reservados. www.leemiller.co.uk

I.S.B.N.: 978-84-19499-47-9

Depósito legal: B. 21656-2022

Impreso en China

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.

WWW.BLUME.NET

C144853

Portada: Lee Miller, autorretrato con diadema, Lee Miller Studios Inc., Nueva York, Estados Unidos, hacia 1932; contraportada: Lee Miller, Máscaras contraincendios, Downshire Hill, Londres, Inglaterra, 1941

Guardas: Lee Miller, «La fábrica de nubes», Assiut, Egipto, 1939

Página 1: Lee Miller, autorretrato de moda, París, Francia, 1930 (publicado en Vogue, edición para el Reino Unido)

Antony Penrose es escritor, fotógrafo, escultor y productor cinematográfico. Hijo de Lee Miller y sir Roland Penrose, es el fundador y codirector de Lee Miller Archives y The Penrose Collection en Farleys House & Gallery Ltd, la antigua casa de sus padres y ahora una casa histórica de artistas. También ha escrito varios libros, entre ellos The Lives of Lee Miller

Kate Winslet es una actriz premiada con un Óscar por la Academia que interpretará el papel protagonista en la película Lee, sobre Lee Miller, que se estrenará en 2023.

CONTENIDO

PRÓLOGO kate winslet 7

INTRODUCCIÓN antony penrose 10

PLACAS FOTOGRÁFICAS

estudios de parís y nueva york 24

viajes en europa y egipto 38

el hogar en el frente 60 moda en el blitz 74 mujeres en la guerra 80 después del día d 88

liberación 100

la banalidad del mal 112

paz 132

NOTAS 139

CRÉDITOS 143

AGRADECIMIENTOS 143

ÍNDICE 144

INTRODUCCIÓN antony penrose

Cuando Lee Miller (1907-1977) fue entrevistada por Mario Amaya para el artículo «My Man Ray», publicado en el número de mayo / junio de 1975 de la revista Art in America, declaró que se hizo fotógrafa porque el arte la había decepcionado: «Estudié en la Art Students League y me harté de ver pinturas y más pinturas a lo largo de un viaje por Italia. En mi opinión, todos los cuadros ya habían sido pintados, así que decidí hacerme fotógrafa».1

En esta línea, tras más de 45 años después de que Lee llegara a París para estudiar con Man Ray, podemos percibir su capacidad para contar una buena historia —el mismo talento que hace que su periodismo sea tan convincente y accesible—. Lo cierto es que la fascinación de Lee por la fotografía comenzó en la cuna. Su padre, Theodore, era un gran aficionado a la fotografía. Tenía su propio cuarto oscuro, donde revelaba fotografías de su hija además de «máquinas voladoras más pesadas que el aire»2 y otras maravillas relacionadas con su pasión por el progreso tecnológico.

Cuando era niña, Lee era consciente de que su padre la fotografiaba constantemente, desnuda y tiritando de frío en la nieve, o vestida con un traje típico sueco en miniatura. Theodore adquirió una cámara estereoscópica para captar imágenes dobles en las que vemos a Lee vestida con trajes artificiosos o desnuda (véase página siguiente), en ocasiones junto a sus amigas, a las que persuadía para que colaborasen con «el señor Miller en la creación de su arte fotográfico».3 Aunque las imágenes que producía con sus diferentes cámaras eran técnicamente correctas, artísticamente eran peor que malas. Sin embargo, Lee tuvo que adquirir un sentido de la fuerza social y artística inherente a la fotografía. Ella ayudaba con el procesado de la película y hacía las copias en papel. Para su cumpleaños, pidió —y le regalaron— un juego de productos químicos de procesado. Adquirió un dominio natural de los aspectos técnicos de la fotografía que le sirvió en ambos lados de la cámara.

Es imposible averiguar el momento en el que Lee decidió hacerse fotógrafa, pero es como si hubiese planificado inconscientemente

las experiencias de su juventud para prepararse. En 1925, a los 18 años, visitó París con dos carabinas mayores que ella. Posteriormente describió su emoción con las siguientes palabras: «¡Baby, estoy en casa!».4 La libertad artística y personal fue un contraste embriagador con la férrea sociedad de Poughkeepsie, su ciudad natal, en el norte del estado de Nueva York. Se escapó de sus carabinas y se matriculó en L’École Medgyes pour la Technique du Théâtre, donde aprendió el arte relativamente nuevo de la iluminación eléctrica de escenarios.

De regreso en Nueva York, estudió en la Art Students League. Una fotografía la muestra sentada entre su grupo, todos vestidos con batas manchadas de pintura, aunque no se ha identificado ninguno de los trabajos que hizo durante este periodo. Sus obras posteriores muestran que dibujaba con un trazo fluido y decisivo y un buen sentido de la composición. No obstante, rechazaba la laboriosa naturaleza de la pintura: «Pintar es un oficio muy solitario, mientras que la fotografía es más social. Y además, cuando acabas, tienes algo en las manos —cada 15 segundos has hecho algo—. Pero cuando pintas, limpias los pinceles al acabar el día y te retiras disgustada, pues apenas tienes algo que mostrar... ¡Y, además, has estado sola todo el día! Por el contrario, con la fotografía, mientras puedas permitirte otra hoja de película, puedes comenzar una y otra vez».5

Por muy crítica que fuera Lee con la pintura, el proceso de preparar composiciones le tuvo que resultar útil para su posterior trabajo fotográfico. Como podía esperarse, su transición hacia la fotografía fue abrupta y dramática. Cuando cruzó una calle en Nueva York, Condé Nast, el propietario de la revista Vogue, la apartó de la trayectoria de un coche. Lee se desmayó en sus brazos, mostrándole el rostro que él había estado buscando. Unas semanas después, el retrato que le hizo Georges Lepape contra las luces de Manhattan apareció en la portada de Vogue (véase página 13, izquierda). Todavía no había cumplido los 20 años y ya estaba de camino a convertirse en lo que hoy llamamos una «supermodelo».

10

Los avances tecnológicos en la fabricación de placas litográficas para reproducir imágenes en revistas provocaron un gran incremento en la demanda de fotografías, por lo que Nast puso en contacto a Lee Miller con Edward Steichen, director de fotografía de Vogue Consideró que Lee tenía la apariencia perfecta para todo tipo de imágenes de moda (véase página siguiente). Algunas fotografías se tomaron en su estudio y otras en escenarios naturales, entre ellos barcos y el suntuoso apartamento de Nast. El insaciable deseo de Lee por aprender fotografía tuvo sin duda que intrigar a Steichen, que la animó a profundizar en este arte y se convirtió en su amigo para toda la vida. Lee también posó para Nickolas Muray, pionero de la fotografía en color, y para el reconocido

retratista Arnold Genthe. Cada sesión era una oportunidad para aprender una nueva técnica.

La amistad de Steichen y la colaboración con Alfred Stieglitz —fotógrafo, galerista y editor de la influyente revista trimestral Camera Work, ahora desaparecida— le ofrecieron a Lee la oportunidad de ver el trabajo de los fotógrafos contemporáneos más importantes. Aquí encontró imágenes de Man Ray, un estadounidense que vivía en París y un surrealista considerado el fotógrafo vanguardista más fascinante de su época.

En el apogeo de su carrera como modelo, la imagen de Lee aparecía con regularidad en Vogue y Vanity Fair. Irónicamente, una fotografía tomada por Steichen detuvo en seco la carrera de Lee

11
Estudio de desnudo de Lee Miller. Fotografía de su padre, Theodore Miller, Kingwood Park, Poughkeepsie, Nueva York, Estados Unidos, 1 de julio de 1928; la imagen estereoscópica, cuando se mira a través de un visor específico, proporciona un efecto tridimensional
30 ESTUDIOS DE PARÍS Y NUEVA YORK
6 Charlie Chaplin con lámpara, Sankt Moritz, Suiza, 1932 7 Tanja Ramm debajo de una campana de cristal, París, Francia, 1930
31
96

67

97 DESPUÉS DEL DÍA D
Página anterior: mujer acusada de relacionarse con alemanes, y sus hijos, Saint-Malo, Francia, 1944 68 Bota y munición, Saint-Malo, Francia, 1944
9 7 8 8 4 1 9 4 9 9 4 7 9
C144853
ISBN 978-84-19499-47-9

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.