La mente animal

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La mente animal

Perfiles de inteligencia y emoción

MARIANNE TAYLOR

Durante mucho tiempo he albergado un profundo interés por el comportamiento y la cognición de los animales, y he tenido la gran suerte de contar con el respaldo de un gran equipo editorial en UniPress y Abrams a lo largo del proceso de planificación y escritura de este libro. En particular, me gustaría dar las gracias a Kate Shanahan por encargar este título y por aportar su tremenda experiencia y su entusiasmo mientras trabajábamos juntas en las primeras etapas. Luego Blanche Craig se hizo cargo de la gestión del proyecto y ha sido una guía tranquila y siempre útil, mientras que la contribución de Jenny Manstead en el diseño y el contenido también ha sido inestimable. Mis agradecimientos se extienden también a Alexandre Coco por crear el maravilloso diseño, y a la editora Angela Koo y a la correctora Jessica Spencer por su atención al texto. En un plano más personal, muchas gracias a los amigos y colegas que me dieron su opinión sobre ideas y fragmentos del texto, y me ayudaron a mantener la cordura en las partes más complicadas del proceso de escritura. Finalmente, este libro no sería posible sin la maravillosa comunidad global de biólogos, cuyo trabajo nos permite construir una comprensión cada vez más avanzada del funcionamiento de las mentes de los animales en toda su inmensa diversidad. Gracias a su curiosidad e ingenio, nuestra propia especie aprende cada día más sobre cómo piensan, sienten y viven nuestros compañeros animales.

Título original The Animal Mind

Edición Jenny Manstead, Blanche Craig, Angela Koo

Diseño Alexandre Coco

Documentación iconográfica

Caroline Hotblack

Traducción Carolina Bastida Serra

Revisión de la edición en lengua española Dr. Manuel Ballesteros

Vázquez Profesor Emérito; Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias

Ambientales, Facultad de Biología, Universidad de Barcelona

Coordinación de la edición en lengua española Cristina Rodríguez Fischer

Primera edición en lengua española 2024

© 2024 Naturart, S.A. Editado por BLUME

Carrer de les Alberes, 52, 2.o, Vallvidrera 08017 Barcelona

Tel. 93 205 40 00 e-mail: info@blume.net

© 2024 UniPress Books Limited, Londres

ISBN: 978-84-10048-62-1

Depósito legal: B.5328-2024

Impreso en China

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.

WWW.BLUME.NET

PORTADA

Peter Delaney, Heart of Darkness , fotografía en blanco y negro de un león de melena negra del Kalahari.

CONTRAPORTADA

Anup Shah, hembra y cría de bonobos, Lola Ya Bonobo Sanctuary, República Democrática del Congo.

PÁGINA 3

Melissa Groo, Burrowing Owl with Kaleidoscope Eyes (Mochuelo de madriguera con ojos caleidoscópicos).

El mimetismo batesiano describe a un animal inofensivo que se parece a otro peligroso; los sírfidos que se asemejan a las avispas son un ejemplo conocido. Los mochuelos de madriguera utilizan esta estrategia de forma comportamental: sisean como una serpiente de cascabel para ahuyentar de sus madrigueras a los animales intrusos.

Este libro se ha impreso sobre papel manufacturado con materia prima procedente de bosques de gestión responsable. En la producción de nuestros libros procuramos, con el máximo empeño, cumplir con los requisitos medioambientales que promueven la conservación y el uso responsable de los bosques, en especial de los bosques primarios. Asimismo, en nuestra preocupación por el planeta, intentamos emplear al máximo materiales reciclados, y solicitamos a nuestros proveedores que usen materiales de manufactura cuya fabricación esté libre de cloro elemental (ECF) o de metales pesados, entre otros.

La mente animal

Perfiles de inteligencia y emoción

6 INTRODUCCIÓN

12 CAPÍTULO 1

INTELIGENCIA

Aprendizaje y memoria

16 Chimpancé común • 19 Cascanueces de Clark • 22 Elefante asiático

25 Delfín mular • 28 Cerdo doméstico • 31 Cuervo grande

34 Gaviota argéntea • 36 Pulpo de dos manchas de California

40 CAPÍTULO 2

CÁLCULO

¿A qué velocidad? ¿A qué distancia? ¿Qué cantidad?

44 Gibón • 49 Paíño europeo

53 Jirafa • 54 Murciélago moreno • 59 Gran tiburón blanco

63 Caballo doméstico • 66 Libélula emperador australiana

68 CAPÍTULO 3

COMUNICACIÓN

Cantar, bailar, saltar

72 Ballena azul • 75 Perrito de las praderas de cola negra • 78 Cebra común

80 Ave lira soberbia • 83 Abeja europea • 86 Cachalote

89 Perro doméstico • 93 Delfín mular • 94 Loro gris africano

96 CAPÍTULO 4

VÍNCULO Mejor juntos

100 Hormiga guerrera • 103 Perro salvaje africano • 106 Verdugo flautista

108 León • 114 Pintada vulturina • 119 Jaguar • 120 Elefante africano de sabana

126 CAPÍTULO 5

CONCIENCIA

Conocerme y conocerte

130 Hormiga • 134 Manta gigante • 137 Gorila occidental de llanura

140 Urraca común • 143 Rata doméstica • 144 Delfín mular

146 CAPÍTULO 6

GANAR

Estrategia y táctica

150 Cuco común • 152 Hiena manchada • 155 Hormiga esclavista

156 lobo • 162 Lábrido limpiador azul

164 CAPÍTULO 7

RESILIENCIA

Fortaleza mental

168 Tejón de la miel • 171 Cuervo grande • 174 Leopardo de las nieves

179 Comadreja común • 183 Aguja colipinta • 186 Pingüino emperador

188 CAPÍTULO 8

CUIDADOS

Dar y recibir

192 Búfalo cafre • 197 Mico bebeleche • 198 Ballena jorobada

203 Albatros de Laysan • 204 Diablito • 208 Gallo y gallina

210 CAPÍTULO 9

CULTURA

Mirar, escuchar y aprender

214 Macaco japonés • 218 Mosca de la fruta • 221 Chimpancé común

222 Orca • 226 Gorrión corona blanca • 229 Bonobo

232 Selección bibliográfica • 235 Créditos de las fotografías

236 Índice • 238 Directorio de fotógrafos • 240 Agradecimientos

No need for trial and error

¿Quién necesita prueba y error?

Algunos de los sonidos que emiten las aves se mezclan con el fondo sonoro de nuestra vida cotidiana. Si vivimos junto al mar, pronto aprendemos a ignorar los chillidos de las gaviotas, y en el campo y las afueras de las ciudades, podemos dormir a pesar de que los pájaros empiecen a trinar a las cinco de la madrugada en primavera. Sin embargo, la profunda y áspera nota de un cuervo tiende a llamar nuestra atención estemos donde estemos. Si escuchamos a un cuervo grande, podríamos estar en casi cualquier lugar del hemisferio norte: América del Norte, Europa, una gran franja de Asia que llega hasta el estrecho de Bering, e incluso tal vez el noroeste de África. Este pájaro grande y hermoso de voz inconfundible es la especie de cuervo más extendida y grande del mundo, y es famoso justamente por su inmensa inteligencia.

Some of the sounds birds make simply blend into the sonic backdrop of our day-to-day lives. If we live by the sea we soon learn to tune out the yelp of local gulls, and in the countryside and suburbia we can soon sleep through the five a.m. springtime flutings of thrushes, robins, and the like. However, the deep croaky note of a raven tends to arrest our attention no matter where we are. If we hear a common raven, we might be almost anywhere in the northern hemisphere— North America, Europe, a vast swathe of Asia right across to the Bering Strait, and even perhaps northwestern Africa. This big, beautiful bird with an unmistakable voice is the world’s most widespread and largest species of crow, and is rightly famous for its immense intelligence.

Mire hacia arriba cuando escuche ese graznido grave y con un poco de suerte lo verá, o con más probabilidad los verá, porque los cuervos grandes tienden a ir en parejas. Una pareja, profundamente unida de por vida, surcará el cielo a toda velocidad con sus alas anchas y sus colas en forma de diamante desplegadas para guiarlos a través de una serie de ascensos y descensos coordinados. Si otra ave está cerca, por ejemplo un halcón peregrino que pasa cerca, la acrobacia se intensificará, ya que los dos cuervos volarán en círculos alrededor de su ágil oponente. Incluso un encuentro fugaz como este proporciona evidencia bastante convincente de que estos seres enérgicos, juguetones, audaces y con espíritu de equipo son algo especial en el ámbito cognitivo. Y si tiene la suerte de conocer a un cuervo manso que ha trabajado con un entrenador humano para aprender un par de trucos, no le quedará ninguna duda.

Look up when you hear that ultra-bass “cronk” and with a bit of luck you’ll see it—or more likely see them, because common ravens tend to go two-by-two. A pair, deeply bonded for life, will helter-skelter across the sky on wide wings, with their distinctive diamond-shaped tails fanned out to steer them through a series of coordinated lifts and tumbles. If another bird gets involved, say a passing peregrine falcon, the aerobatics are ramped up several dozen notches, as the two ravens fly rings around their agile opponent. Even a fleeting encounter like this provides pretty compelling evidence that these energetic, playful, bold, and team-spirited beings are something special in the cognitive department. And, should you be lucky enough to meet a tame raven that’s worked with a human trainer to learn a trick or two, you’ll be left in no doubt whatsoever.

Los cuervos grandes son «solo» aves, y no hay mucho espacio en sus cráneos de 5 centímetros de largo para nada muy especial, ¿verdad? De hecho, lo que encontramos en ese cráneo no se parece mucho al objeto abultado y profundamente arrugado que reside dentro de nuestros propios cráneos. Asumimos que los cerebros de animales más poderosos desde el punto de vista cognitivo serán los que más se asemejen al cerebro humano, por lo que concluimos que los cerebros de los cuervos (o cualquier otro cerebro de ave) no son gran cosa. Bueno, un ser humano diría eso, pero un cuervo discreparía.

Common ravens are, however, still “only” birds, and there isn’t much room inside their 2-inch-long craniums for anything that special, is there? What we find in that cranium certainly doesn’t look much like the bulbous and deeply wrinkly object that resides inside our own skulls. We assume that the most cognitively powerful animal brains will be those that most closely resemble the human brain, so conclude that raven brains (or any bird brains) are not up to much. Well, a human being would say that, but a raven would beg to differ.

The capacity to beg to differ may not be one of the criteria by which we judge intelligence, but we know that ravens possess other more measurable abilities— memory, problem-solving, insight, and self-recognition, for example—in more abundance than we can readily dismiss. Their intelligence is easily on a par

Puede que la capacidad de discrepar no sea uno de los criterios con los que juzgamos la inteligencia, pero sabemos que los cuervos poseen otras capacidades más medibles (memoria, resolución de problemas, conocimiento y autorreconocimiento, por ejemplo) en un grado nada desdeñable. Su inteligencia está tal vez a la par de los mamíferos que

Lo primero que llama la atención de un cuervo es probablemente su poderoso pico, pero la chispa inquisitiva de su mirada nos lleva a preguntarnos qué estará pensando… o tramando.

The first thing you notice about a raven might be that formidable pickaxe of a bill, but then the inquisitive spark in its eye will lead you to wonder what it might be thinking . . . or planning.

Comunicación bidireccional

Su mejor amigo canino puede tener el pelaje rizado, un hocico achatado o colgajos de papada. Puede ser un esbelto atleta, tal vez es una de las criaturas más rápidas con cuatro patas, o asemejarse a una salchicha andante. Puede ser del tamaño de un conejo o de un pony; ya se hace una idea. Los perros domésticos presentan una desconcertante variedad de formas, debido a la cría selectiva de una serie de rasgos preferidos a lo largo de muchas generaciones. Pero si rastrea esas generaciones, la línea de ascendencia de todos los perros termina por llegar al mismo punto: sus ancestros los lobos.

Los lobos son superdepredadores y una especie clave en su ecosistema, gracias a su capacidad para regular la aptitud de las poblaciones de grandes mamíferos herbívoros y la distribución de «mesodepredadores» más pequeños. La presencia natural de lobos en un hábitat promueve el bienestar de todo lo demás: desde las plantas hasta los herbívoros más grandes y otros carnívoros, y su eliminación puede causar graves daños ecológicos. También son muy sociales y cooperativos, lo que los convierte en una especie perfecta para que los humanos la domestiquen. A lo largo de los siglos, aprovechar todo ese poder e inteligencia en una versión más leal y dócil ha facilitado y mejorado muchos aspectos de la vida humana.

Las personas domesticaron por primera vez a los lobos hace unos veintitrés mil años. Si avanzamos rápidamente hasta el presente nos encontramos con novecientos millones de perros domésticos en la Tierra, que representan más de 330 razas distintas (además de una cantidad ingente de combinaciones cruzadas). Algunas razas se han desarrollado para la vigilancia y otras para la lucha; algunas son lebreles y otras son rastreadoras. Algunas reúnen ovejas y otras cazan ratas, y algunas se crían simplemente por su belleza o su temperamento dulce y cariñoso. Todos son menos inteligentes que sus antepasados salvajes, una consecuencia común del proceso de domesticación. Un perro del mismo tamaño corporal que un lobo salvaje tiene un cerebro más o menos un 10 por ciento más pequeño. Sin embargo, sigue siendo un órgano impresionante, quizá, sobre todo, por la capacidad de todos los perros de formar vínculos profundos y complejos de comprensión con un ser humano o varios.

Todo el que tiene un perro sabe que su mascota puede aprender a distinguir palabras habladas y a asociar comportamientos con dichas palabras. Sentarse, detenerse, acostarse, dar la pata… Son acciones que, traducidas a instrucciones orales sencillas,

La relación de miles de años con los seres humanos ha influido en la musculatura facial de los perros. Si levanta una ceja delante de un perro, este aprenderá a levantar una ceja ante usted.

Resistencia en el hielo

Todos los documentales de naturaleza ambientados en la Antártida muestran la misma escena: un grupo de pingüinos emperador bajo un oscuro cielo invernal, erguidos en estoica solidaridad sobre el hielo durante dos largos meses, mientras los vientos de -40 °C los azotan. Es una obra de amor, o al menos de reproducción, ya que cada uno de estos pingüinos está cuidando de un huevo solitario que reposa entre sus patas, resguardado cómodamente bajo un pliegue de piel del vientre. La idea de todos esos embriones de pingüinos, cálidos, seguros y creciendo en medio de esta escena del todo desolada, es conmovedora, y aplaudimos la entereza de sus devotos padres.

Mientras tanto, las madres están en el mar, disfrutando de un festín de proporciones épicas. Sin embargo, ya han pasado por su propia hazaña de resistencia, realizando una caminata de 80 kilómetros sobre el hielo para llegar al mar, después de dejar su querido huevo al cuidado de su pareja. No están diseñadas para caminar; algunos pingüinos más pequeños pueden corretear y saltar, pero el emperador está pensado para la comodidad en lugar de la velocidad (al menos en tierra) y su velocidad máxima apenas supera los 2 kilómetros por hora. Esto significa que las hembras deben caminar durante días, en condiciones casi tan desagradables como las que soportan sus parejas. Luego, llenas de peces y calamares, deben regresar para llegar a tiempo de alimentar a su bebé recién nacido con el contenido de sus estómagos, mientras los hambrientos machos (que habrán ayunado durante un total de cuatro meses desde su llegada a la colonia) realizan su propia caminata hacia el mar.

El pingüino emperador está más adaptado a la vida en el agua que cualquier otra ave. Puede sumergirse a más de 450 metros de profundidad y pasar treinta minutos bajo el agua sin respirar. Sin embargo, su herencia evolutiva aviar lo obliga a poner e incubar los huevos en tierra, y esta necesidad biológica lo fuerza a someterse a las adversidades más extraordinarias. Si los animales pudieran dirigir su propia evolución, en unas pocas generaciones los pingüinos emperador estarían dando a luz crías vivas en lugar de poner huevos. En la actualidad, este vínculo con la tierra pone a la especie en alto riesgo de extinción, ya que el cambio climático está reduciendo el hielo marino en el que los pingüinos confían para completar su ciclo reproductivo. Y si el hielo se derrite temprano, antes de que los polluelos hayan desarrollado su plumaje impermeable y estén listos para nadar, se ahogarán, lo que significa que las largas semanas de caminatas, espera y hambre de sus padres habrán sido en vano. E

Reunidos. El regreso de su pareja para conocer a su polluelo recién salido del huevo significa el final de un invierno de una crudeza extrema para el pingüino emperador padre.

« La mente animal ofrece una forma maravillosa de entender las extraordinarias, diversas y, a menudo, aleccionadoras capacidades cognitivas de otros animales, desde las hormigas y los cuervos hasta los elefantes. Nos recuerda de manera muy oportuna que compartimos el mundo con otras inteligencias a las que debemos todo nuestro respeto». PHILIP BALL

«En La mente animal , Marianne Taylor da vida de forma brillante y cautivadora a la idea de que cada criatura tiene su experiencia del mundo única y propia. La comprensión es la clave de la empatía, y hasta que no empecemos a empatizar de verdad con las criaturas con las que compartimos la Tierra, seguiremos amenazando su existencia». BEN

«Nuestra esperanza es que la gente mire a estas criaturas a los ojos y decida cuidar de ellas mientras todavía estamos a tiempo».

e imágenes asombrosas de Joel Sartore, Melissa Groo y Peter Delaney, entre otros.

Una exploración fascinante de la inteligencia y la emoción de los animales, con textos que invitan a pensar, reflexiones sorprendentes
Preservamos el medio ambiente

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