¡Vamos a nadar!

Los socorristas intervienen en situaciones peligrosas y en los accidentes en el agua.

¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué?

En cuanto suena la señal, las nadadoras se lanzan a la piscina.

¿Por qué es importante aprender a nadar?

A la mayoría de los niños les gusta jugar y chapotear en el agua. Esto es lo que le ocurre a Yunus, quien además disfruta yendo a nadar con sus padres y su hermana, Alicia. En aguas poco profundas, se desliza sobre su tabla,

o bien pedalea como un perrito con sus brazos y piernas. Su madre le promete que, dado que le encanta el agua, pronto podrá participar en un cursillo de natación. Allí aprenderá a nadar y a bucear junto con otros niños.

En la zona destinada a aquellos que no saben nadar, los niños pueden apoyarse en el suelo, tocando fondo. Las corcheras separan las aguas poco profundas de las que sí lo son.

Los manguitos o flotadores para los brazos y los juguetes inflables no proporcionan seguridad en aguas profundas.

¡Aquí van algunos consejos para aprender a nadar!

Es importante que aprendas a nadar lo antes posible, para evitar hundirte mientras te bañas o al caer al agua. Cuando estés en el agua, permanece siempre cerca de un adulto, hasta que hayas conseguido ser un nadador seguro. ¿Eres capaz de nadar ya un poco?

Los parques acuáticos flotantes en el mar suelen permanecer fijos un poco alejados de la costa. Hasta ellos solo pueden acceder los buenos nadadores. Allí se puede subir a la plataforma, tomar el sol o saltar al agua.

¿Qué se practica en un cursillo de natación?

Para aprender a nadar, durante el cursillo de natación, Yunus y otras niñas y niños realizan ejercicios y juegos. La entrenadora los acompaña en la piscina que no cubre. Allí todos pueden apoyarse en el suelo con los pies. Para que se acostumbren al agua, los niños saltan arriba y abajo, se mojan y soplan bolas por la piscina.

Emma y Yunus soplan las bolas por encima del agua de la piscina. Con este juego, practican la espiración en el agua.

Al nadar, la cara se moja. Los niños se rocían con agua para probarlo.

Algunos niños necesitan más tiempo para tener confianza en el agua. Matías prefiere mirar desde la orilla para ver qué hacen los demás

El ser humano no puede respirar bajo el agua. Por este motivo, es necesario siempre volver a sacar la cabeza del agua, para tomar aire e inspirar. Para espirar, se vuelve a meter la cara en el agua.

Los niños se empujan con fuerza con las piernas desde la pared de la piscina e intentan llegar lo más lejos posible por el agua.

¡Nunca me había sentido tan relajado en el agua!

Al otro lado de la piscina practican los niños que han alcanzado un nivel más avanzado. Se sujetan a una tabla con los brazos extendidos e intentan lanzarse como una flecha a través del agua. Algunos de ellos también intentan nadar sobre la espalda, saltar desde el borde de la piscina y bucear. Al bucear, los ojos deben mantenerse abiertos bajo el agua. Durante el curso de natación, aprenderás a recoger un objeto del suelo y sacarlo de la piscina.

¡No corras, aunque tengas prisa por llegar al baño!

La tabla te ayuda a permanecer estable en el agua. De esta manera, puedes practicar la patada de las piernas con tranquilidad y durante más tiempo.

¿Qué? ¿Por ¿Qué?

¿Cómo?

¿Por qué?

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