los vascos en el Arte

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13° archivo

El arte y los vascos Herencia vasca en la arquitectura

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El tenor Pedro Mirassou

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Casimiro Ain, el abuelo del tango

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Casa de Enrique Larreta

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Atahualpa Yupanqui

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En el arte argentino

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Carlos Goicoechea, un hombre de teatro

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Nómina de artistas

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Tres olvidados del Folklore Dos promotores del Folklore Chazarreta Cocina La boina Norte a Sur poema Músicos Ikurriña Himno

58 73 83 85 86 89 90 102 105

Plateros

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HERENCIA VASCA EN LA ARQUITECTURA ARGENTINA

Gustavo A. Brandariz Grandes arquitectos de origen vasco dieron hitos en la arquitectura nacional, al igual que a las mansiones emblemáticas de Buenos Aires. ¿Vascos en la arquitectura argentina?. ¿Qué identidad vasca los vincula entre sí?. Alguna vez fui testigo del enojo del arquitecto Juan Manuel Borthagaray, inolvidable Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, cuando, irritado hasta lo indecible frente a las trabas burocráticas, exclamó: -

¡Pero no se olviden de que soy vasco, y no es tan fácil vencerme!. Y no lo fue: su Decanato, vigoroso y progresista, transformó a esa Casa de Estudios en una institución moderna, tolerante y abierta. Borthagaray había sido alumno, en su adolescencia, del Colegio Nacional de Buenos Aires, el histórico Colegio de la Patria, fundado por el presidente Mitre sobre la base de instituciones anteriores cuyo origen se remonta al tiempo del Imperio Jesuítico. De la época de Mitre queda un libro clave: «Juvenilia», de Miguel Cané, una estudiantina que resume literariamente el «alma del Colegio». En uno de sus episodios, la picardía estudiantil desata la ira de unos agricultores vascos vecinos de la «Chacrita» de los Colegiales, a quienes los alumnos hurtaban melones y sandías... ¿Agricultores vascos, e el Buenos Aires de 1863 ?. Felizmente ahora que la Fundación Juan de Garay ha concretado su empresa, podremos


2 tener un panorama más claro del aporte vasco a la Argentina. Porque, a fuer de ser tantos los vascos y sus descendientes, nos resulta difícil identificarlos, verlos como una particularidad. Más aún, cuando se nos confunden con otros inmigrantes que también se han arraigado en nuestra República: bearneses, gascones, navarros. Pero algo hay en el carácter de los vascos que les viene de una tradición muy antigua. Al menos así parecen reconocerlo intelectuales nada etnicistas como Gloria Alcorta y Victoria Ocampo. («Lo vasco es más espíritu que cuerpo» escribe Salvador de Madariaga: «formas del espíritu humano moldeadas por la historia a través de siglos de convivencia en los crisoles territoriales»). Cuando la fundadora de «Sur» habla de sus antepasados Aguirre, los identifica como vascos más por el carácter que por su ascendencia. Don Manuel Hermenegildo de Aguirre, personalidad prominente en la Buenos Aires del tiempo de la Independencia,

tenía una casa notable en una de las esquinas de la Plaza de Mayo. El edificio, de formas casi neoclásicas, era diseño de un alemán: pero el comitente era vasco, como han sido vascos o descendientes de vascos muchos de los comitentes de la mayor arquitectura argentina, desde el general Justo José de Urquiza, el estadista que logró, en 1853, organizar el país con una Constitución de libertad, hasta típicas familias terratenientes como los Unzué, los Duhau, los Álzaga, los Ortiz Basualdo y los Anchorena, que entre 1880 y 1915 alzaron suntuosas mansiones de estilo borbónico francés. O los Errázuriz chilenos, que encargaron a un arquitecto de París el diseño de su palacio de Buenos Aires, el actual Museo Nacional de Arte Decorativo. No pocas de estas familias de origen vasco amasaron inmensas fortunas en la Argentina opulenta de fines del siglo XIX, cultivando el suelo, criando ganado, veraneando en París o en Biarritz y construyendo edifi-


3 cios majestuosos que hoy testimonian los esplendores de aquella Belle Époque. Pero la relación entre los vascos y la arquitectura no se limita a aquella época festiva. Los Riglos y los Ezcurra fueron sus precursores a comienzos de aquel siglo e incluso mucho antes hay vascos en la edilicia y la urbanística. Juan de Garay, fundador de ciudades En 1980, al celebrarse el cuarto centenario de la definitiva fundación de Buenos Aires, el arquitecto Federico Ortiz lo celebró con un imaginativo aviso publicitario de la agencia que presidía. El fundador, el vasco Juan de Garay, miraba desde lo alto de un edificio, lo que los porteños habían hecho de su ciudad y no salía de su asombro... La decisión de Garay había sido un gesto porfiado: «abrir puertas a la tierra»... en el Río de la Plata, era todo un programa revolucionario

que irritaba los intereses monopólicos de algunos poderosos de Lima. Así nació Buenos Aires: de la perseverancia de un vasco visionario y bien orientado. Y es muy probable que Garay le haya infundido a la ciudad su espíritu, porque sobrevivió pese a las indecibles presiones en su contra. Dos siglos después, Carlos III premió esa persistencia convirtiendo a Buenos Aires en la capital de un nuevo Virreinato: el del Río de la Plata. Entonces la ciudad empezó a crecer y también empezó a formarse una nueva dirigencia en todo el país, el grupo fundador de la República Argentina como país independiente. Isidro de Lorea, constructor y propulsor Hasta aquellos tiempos, la arquitectura argentina había sido escasa y ajena a los vascos. El breve esplendor de las Misiones Jesuíticas tuvo su celebración arquitectónica, pero los maes-


4 tros de aquellas obras, herederos del fervor del Santo de Loyola, eran tiroleses, lombardos, bávaros, bohemios o ticineses.. y no vascos. En cambio, sí lo era don Isidro de Lorea, vizcaíno que llegó a Buenos Aires en 1760 y fue testigo del tramo final de la época española. Lorea era «maestro de carpintería» y «retablista», aunque según Furlong, Udaondo conjeturaba que Lorea habría «cursado estudios de arquitectura» y también de tallista. En Buenos Aires, Lorea se dedicó a la construcción como artífice, como empresario e incluso como proyectista. Furlong lo señala como artesano carpintero de grandes dotes, y como tal, fue autor del altar mayor de la Catedral. Como empresario fue el contratista del Convento de las Capuchinas y de la Iglesia de San Juan Bautista (1778 - 95). Pero su biografía también lo presenta como proyectista del Almacén del Estado que la Administración de Tabacos hizo construir en el «Rincón de San Pedro» en 1788. Lo

más significativo de la obra de Lorea, sin embargo, es su actividad como constructor de casas particulares, siendo en este rubro, más que un simple contratista, un verdadera promotor de empren-dimientos, tales como el que llevó a cabo en terrenos cercanos a la actual plaza del Congreso, adonde edificó casas «para llevar población», como un moderno urbanizador. Justamente allí, está hoy la «Plaza Lorea» de Buenos Aires, así denominada desde 1808, y pocos transeúntes saben que su nombre evoca a un empresario vasco que murió luchando contra la segunda invasión inglesa y soñando con una patria nueva que sólo nacería tres años después. Con Lorea trabajaron y se formaron muchos otros artesanos. Por ejemplo, Pedro Antonio Lascurain, natural de la villa de Eibar, en la Provincia de Guipúzcoa, fue oficial carpintero con su maestro, quien, además, lo alojaba en sus propiedades.


5 Un cierto “estilo vasco” Con la gran inmigración de la segunda mitad del siglo XIX y de comienzos del XX, llegaron más italianos que españoles o franceses. ¿Cuántos vascos se habrán asentado en el campo en Azul, o en San Carlos, o en Cañuelas?. En la inmensidad plana de la Pampa ¿habrán sentido nostalgia por los Pirineos o el Cantábrico?. Para levantar sus ranchos de inmigrantes ¿habrá buscado sin hallarlas, piedras como las de su patria ancestral?. Por cierto que no hubo caseríos y si algo de lo construido en suelo argentino puede evocar la arquitectura popular vasca, no es obra ingenua o tradicional sino intencionada réplica historicista o pintoresquista. Valgan como ejemplos de ello las residencias veraniegas de Corina Blanca Smith, Sofía Lanús de French y Brenda Bassi, de «estilo vasco», levantadas alrededor de 1930 en Mar del Plata por el arquitecto ita-

liano Alula Baldassarini, maestro local en el género pintoresquista. En esas casas, lo «vasco» es una intencionada alusión, una metáfora, lo mismo que en los edificios del Centro «Laurak Bat» (Belgrano 1144) y del Club Vasco Argentino Gure Echea (Cangallo 2143) y en el que el arquitecto Roberto Tiphaine construyera para la Asociación Euskal Echea (Sarandí 737), todos ellos en Buenos Aires. En la Argentina, la Belle Époque había tenido su gran fiesta en 1910, cuando se celebró con champagne francés, como ha dicho Alicia Jurado, el primer siglo de la joven Nación. Y esa época esplendorosa perduró en el Río de la Plata mucho después de la Gran Guerra europea. Sin embargo, como un reflejo cultural, la conmoción de las ideas también se sintió en Buenos Aires: lentamente, la fe positivista en el progreso indefinido se fue perdiendo y al calor del pensamiento de Unamuno y de Ganivet, de D’Ors, de Bergson y de Nietzsche, una necesi-


6 dad de introspección profunda fue naciendo en el espíritu de intelectuales como Ricardo Rojas, que buscó, como Unamuno en España, una intra-historia argentina, un «espíritu de la tierra», que creyó ver representado en el mito de «Eurindia», el ideal de fusión de las herencias indígenas y europeas, especialmente españolas.

Martín Noel y el hispanismo ¿Habrán pesado raíces vascas en la vocación del arquitecto Martín Noel, para adherir al ideario expresionista de «Eurindia»?. Lo cierto es que Noel, más que otros, fue el arquitecto emblemático del llamado «estilo neo colonial». Martín Noel nació en 1888 y falleció en 1963. Descendía de una familia vasca de habla francesa que desde un modesto y próspero comercio barrial de San Telmo había fundado una importante industria. Graduado como arquitec-

to en la École Spéciale de Paris en 1910, fue proyectista, restaurador, publicista y académico de bellas artes. Integró la «elite» ilustrada en un momento de esplendor cultural, y fue hombre escuchado y respetado pese a sostener posturas militantes. Su pensamiento, siempre afecto a España, fue motivo de reconocimiento, en 1921, por la Real Academia de San Fernando. Pero Noel no es un ecléctico que copie la arquitectura española. Pleno de romántico aprecio por la herencia americana «colonial», restauró el Cabildo de Luján, remodeló la casa del escritor Enrique Larreta en Belgrano, hizo el casco de la Estancia Acelain, diseñó la Embajada Argentina en Lima y proyectó el pabellón argentino de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, que alberga pinturas de Gramajo Gutiérrez. Entre todos sus edificios, sobresale la casa que diseñó para su hermano y para sí en la calle Suipacha 1422 de Buenos Aires, que es hoy la


7 sede del Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco: es un ejemplo paradigmático de su «estilo neo colonial», más andaluz y castellano que vasco. Otras obras, como la sede del partido Radical, lo muestran cerca del art - deco, e incluso participó con otros colegas en el diseño de obras como el Hospital Churruca, en donde predomina un racionalismo muy distinto a su pensamiento característico de los años veinte. Visto a la distancia, el «movimiento neo colonial» no fue sino un sueño. Un intento a contramarcha que pretendía construir un futuro con materiales de una época irremediablemente pasada. Dejó una variedad de exquisitas obras de arte inspiradas en su ilusión. Y dejó también un afecto perdurable hacia una arquitectura antigua, intimista y sosegada en la cual no pocos argentinos cifran una identidad estética doméstica, solariega. Probablemente sea Noel el artífice mayor de ese legado.

Rogelio Yrurtia, escultor de la virtud

Pero en la calle O’Higgins 2390, esquina Blanco Encalada, en el barrio de Belgrano de Buenos Aires, hay una casa de estilo igualmente «neo colonial», que tiene una historia memorable: es el Museo Nacional Casa de Yrurtia. El escultor Rogelio Yrurtia nació en Buenos Aires en 1879. A partir de 1898 estudió en la «Sociedad Estímulo de Bellas Artes», aún existente, y se incorporó al taller de Lucio Correa Morales. Becado por el Ministerio de Instrucción Pública argentino, continuó sus estudios en Italia y en Francia, donde asistió al atelier de Coutan y se informó acerca del pensamiento de Rodin. Residió en París durante 20 años y desde allí envió sus esculturas a los grandes concursos internacionales. En 1904 obtuvo el Gran Premio de Honor de la Exposición Universal de Saint - Louis con su obra «Las pecadoras».


8 Yrurtia es autor de algunas de las mayores y mejores obras escultóricas de Buenos Aires: el monumento a Manuel Dorrego (1907-1927), ubicado en Suipacha y Viamonte, el Mausoleo de Rivadavia, en la Plaza Once (1916-1932) y el monumento «Canto al trabajo» (19071922), emplazado frente a la Facultad de Ingeniería de la UBA. Yrurtia regresó definitivamente al país en 1921 y quince años después realizó la estatua «Justicia», encargada por el Dr. Carlos Delcasse, copia de la cual se halla en el Palacio de Justicia. Por su manejo expresivo de los símbolos, Yrurtia viene a ser, en la Argentina, el escultor de lo virtuoso esencial: la ciencia, la justicia, el trabajo... En 1938 fue miembro fundador de la Academia Nacional de Bellas Artes, falleciendo en Buenos Aires en 1950. En 1923, con el concurso del arquitecto Carlos

A. Schmitt, había convertido a su casa en una obra de arte representativa del «estilo neo colonial». Allí estableció su residencia, junto a su esposa, la pintora Lía Correa Morales -hija de su maestro- y también su atelier. Unos años antes de fallecer, Yrurtia transformó a su casa en Museo, pasando a propiedad pública junto con su mobiliario, obras y colecciones, en virtud de una ley - la Nº 12.824, de 1942 - propuesta por Alfredo L. Palacios. El Museo Nacional «Casa de Yrurtia» abrió sus puertas en 1949. Yrurtia, una de las figuras máximas del arte escultórico en la Argentina, cuya obra evidencia el influjo de Rodin, pero también una decisiva vocación arquitectónica, descendía de una familia vasca guipuzcoana.


9 Antonio Bilbao La Vieja y el gusto francés en la “belle époque”

Noel, Yrurtia y los restantes artífices del estilo «neo colonial» formaron un grupo singular dentro de un contexto que seguía siendo ecléctico y que continuaba enriqueciéndose con obras de estilos «franceses», «italianos» o «ingleses». Uno de los profesionales que se destacaron por sus esmerados diseños eclécticos, fue Antonio Bilbao La Vieja. Nacido en 1892 y fallecido en 1980, descendía del marqués de Haro y del general Dámaso Bilbao La Vieja y era sobrino nieto de Bartolomé Mitre. Graduado como arquitecto en la Universidad de Buenos Aires, fue profesor de Teoría Arquitectónica y Consejero en esa Casa de Estudios. Profesional reconocido en su ambiente, ocupó la Dirección de Arquitectura de la Provincia de

Buenos Aires y participó en numerosos congresos de su especialidad, pero también ejerció la arquitectura en forma privada, proyectando casas como las que integran el conjunto ubicado cerca de «Primera Junta», en Buenos Aires, con frente a las calles Centenera y Antonino Ferrari. En ellas se adivina a un profesional de gran capacidad y calidad, que combina un ajuste prolijo a tradiciones historicistas, con una imaginación canalizada al logro de espacios muy habitables y una sutileza especial para transformar una vivienda sencilla, de clase media, en un ámbito de gran jerarquía y refinamiento espiritual. Si uno piensa que por esas calles cuyo paisaje urbano fue obra de Bilbao La Vieja, transcurrieron tantos años de la vida de personas como el filósofo Jorge L. García Venturini, o la madre del publicista y político Américo Ghioldi, encuentra con facilidad la armonía entre el diseño urbano y su mundo social.


10 Antonio Bilbao La Vieja fue uno de aquellos arquitectos que en las primeras décadas del siglo XX transformaron a extensas zonas de Buenos Aires en retoños de Paris: El edificio de la Avenida Alvear 1790, actual sede de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, es un excelente ejemplo de su calidad como proyectista y de su elegancia como diseñador.

Mario Roberto Álvarez, arquitecto de la modernidad

Mario Roberto Álvarez Elissamburu nació en Buenos Aires en 1913 y, luego de obtener su medalla de oro en el Colegio Nacional de Buenos Aires, también la obtuvo en la carrera de arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, en donde se graduó en 1937. Becado

por la Universidad, viajó por Europa y, a su regreso, entre 1937 y 1942 fue arquitecto del Ministerio de Obras Públicas. Entre ese año y 1947 fue Director de Arquitectura de la Municipalidad de Avellaneda. Su obra más significativa, sin embargo, es la producida en su estudio profesional independiente, fundado apenas recibido. Cincuenta años más tarde, Mario Roberto Álvarez podía ofrecer como balance unas 250 obras y más de 1.600.000 metros cuadrados construidos. Actualmente, esas cifras han crecido mucho y ni aún así declina Álvarez en su actividad. Pero no es la cantidad de sus trabajos, sino la calidad de su obra y su íntima y sostenida coherencia lo que mejor identifica sus méritos como arquitecto. Álvarez es autor de edificios notables: el Teatro y el Centro Cultural San Martín (1954-60 y 1960-70), la ampliación


11 del Teatro Colón, la Galería Jardín, el Edificio Somisa, la torre de oficinas de IBM, el edificio de American Express, la sede de la Bolsa de Comercio, el Sanatorio Güemes, la Fundación Campomar, la entrada y la salida del Túnel Subfluvial Hernandarias... Desde su temprana juventud, Mario Roberto Álvarez adhirió al pensamiento «racionalista» de la arquitectura moderna. O, más precisamente, fue, dentro de su generación, uno de sus verdaderos creadores y continuadores. Sus obras, fruto de una meditada reflexión y de una profunda convicción, son cuidadosas y prolijas verificaciones de un ideario claro y expreso: «hacer obras perdurables; no ser los arquitectos de moda», tal como lo sintetizara en un reportaje publicado en 1979 por el diario La Nación. Ese mismo año, la Academia Nacional de Bellas Artes lo incorporó como miembro de número; tres años antes, el Ame-

rican Institute of Architects lo había nombrado Honorary Fellow. En la historia de la arquitectura argentina del siglo XX, pocos profesionales han llegado a logros comparables a los de Mario Roberto Álvarez y ninguno como él, ha sido autor y testigo del desarrollo del pensamiento moderno entre 1936 y la actualidad. Su nombre goza merecidamente de un prestigio que lo ubica entre los mas grandes arquitectos de la historia argentina y entre los pocos cuya obra adquiere una significación destacable en el contexto universal.

Alfredo Casares, profesor, académico, maestro. En noviembre de 1992, la restaurada «Sala de Representantes» de la Manzana de las Luces, vieja Aula Magna de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, fue


12 invadida por una multitud de arquitectos, muchos de ellos cargados de años y de recuerdos: iban a rendir homenaje al arquitecto Alfredo C. Casares, que cumplía sus ochenta años. El hecho era insólito pero explicable: pocos profesores pueden suscitar tanta admiración como Casares. En realidad, más que «profesor», habría que llamarlo «maestro», como gustan hacerlo sus discípulos. Proveniente de una familia con bien ganados laureles en la historia social y política del país, Casares ha sido siempre y es un testimonio de sus propios ideales y de su destacada herencia. Dos veces Decano de la Facultad de Arquitectura, recordado Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes, autor de obras significativas como la nueva sede de la Curia Eclesiástica frente a la Plaza de Mayo, su trayectoria se identifica más con sus largos años de docencia en la Facultad, como titular de una cátedra de elevado prestigio por su calidad

pedagógica y como profesor de elevada jerarquía moral, fina sensibilidad estética y gran señorío. Pese a la antigüedad de la familia Casares en suelo americano, su mención no podía omitirse, porque es, además, ejemplo de tradición.

Federico Ortiz, en la docencia, la investigación y la actividad empresaria. El apellido Ortiz es de origen euskérico, aunque la familia de Federico Ortiz haya inmigrado hace muchas décadas desde actual territorio navarro. Pero pocos de quienes han tratado o tratan cotidianamente con Ortiz imaginan un origen vasco a quien todos llaman «el inglés Ortiz», por causa de otras herencias familiares. Estudiante de arquitectura y recordado presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad respectiva de la Universidad de Buenos Aires,


13 Ortiz tuvo escaso contacto con el ejercicio profesional en cuanto al proyecto y dirección de obras, pero su labor se centró en la docencia y en la investigación. Profesor de historia de la arquitectura capaz de atraer la atención de sus alumnos durante horas, autor de libros memorables como «La arquitectura del liberalismo en la Argentina» -escrito en colaboración- ha sido pionero en temas hasta entonces no tratados por la historiografía y su producción sigue siendo tan atractiva y abundante como hace treinta años. Su magisterio es inolvidable para sus ex alumnos, pero, felizmente, se extiende a través de su obra escrita, prodigada con la misma generosidad y elegancia que trasuntan su trato personal. Pero Federico Ortiz también desarrolla, desde sus tiempos de estudiante universitario, una actividad distinta, pero en cierto modo afín. En 1948 ingresó en la agencia de publicidad Lintas y desde entonces, con la excepción de sus

años de estudiante, nunca se desvinculó de esa segunda profesión. En 1956 se incorporó a Berg Henderson Publicidad, firma que con el tiempo se convirtió en Ortiz, Scopesi y Ratto y más tarde, desvinculado Ratto, se asoció con Ogilvy & Mather Worldwide. Siendo presidente de su empresa, ocupó también la titularidad del Consejo Publicitario Argentino y tuvo destacada actuación en el plano internacional, cabiéndole una responsabilidad destacada en la organización del Congreso Mundial que se realizó en Buenos Aires. Pero entre el publicitario, el empresario, el investigador y el profesor no ha habido nunca, en el caso de Ortiz, conflictos ni contradicciones: en todas sus manifestaciones y campos de acción, ha sido y es siempre el mismo: el hombre de la palabra pausada, del gesto elegante y prudente y de la conducta virtuosa. La Universidad Argentina de la Empresa lo cuenta hoy como uno de sus Decanos. Entre los publicita-


14 rios, como entre los arquitectos, son muchos los que sienten orgullo en llamarse a sí mismos, ex alumnos de Federico Ortiz.

Juan Manuel Borthagaray, entre la arquitectu ra, el urbanismo y la docencia Ya hemos mencionado al comienzo de estas líneas al arquitecto Borthagaray. Miembro de la llamada «segunda generación de la arquitectura moderna», nadie puede negarle sin ser injusto sus importantes aportes a la arquitectura argentina, a los debates y acciones tendientes a la mejora de la ciudad y a la innovación pedagógica en materia de arquitectura. Nacido en Buenos Aires, en 1928, se graduó como arquitecto en la Universidad de Buenos Aires en 1950 y cursó estudios de posgrado en Chicago con Ludwig Mies Van der Rohe uno de los cuatro maestros más importantes de la

arquitectura del siglo XX. Sus obras se hallan en Buenos Aires, Olivos, Ramos Mejía, Mar del Plata, Neuquén, Rufino, Punta del Este... Las dos torres de viviendas «Mirabosque1» (Av. del Libertador y Buschiazzo) y «Mirabosque 2» (Av. del Libertador y Godoy Cruz), la de Av. del Libertador y Blanco Encalada y el edificio de Av. del Libertador y República de la India todos ellos en Buenos Aires - son muestras de su acción profesional, canalizada, principalmente en su estudio formado con los arquitectos Gastellu y Marré. Pero si hubiera que mencionar una única obra, bastaría con dar el nombre de la Escuela Modelo Carlos Della Penna, en el barrio Alfredo Palacios («Catalinas Sur»): un expresivo volumen de 5.700 metros cuadrados en cuyo interior suaves rampas enhebran espacios luminosos y diáfanos, una demostración material de cuanto puede brindar el buen diseño para el bienestar y la educación de la niñez.


15 Borthagaray ingresó tempranamente en la docencia universitaria y subió todos los peldaños hasta ser nombrado, en 1993 Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires. En l985, al normalizarse las universidades nacionales con la reapertura democrática, Borthagaray fue electo por los claustros como Decano de la Facultad de Arquitectura de la U.B.A. Borthagaray fue el Decano de la apertura y la reconciliación, de los valores académicos y de la armonización de las pasiones. Durante su gobierno, acompañado por la Arq. Carmen Córdova como Secretaria Académica, la Facultad se pobló de computadoras, florecieron nuevas carreras y creció el nivel académico hasta situarse en valores de excelencia universal. Actualmente, Borthagaray es un hombre de consulta en materia de arquitectura y principalmente de urbanismo: con frecuencia, ante un debate público, los medios acuden en busca de su opinión. No todos coinciden con sus

ideas y él no elude los debates. Pero su palabra es escuchada, lo que no es poco en los tiempos que vivimos.

Presencia del pasado y del futuro Compartiendo una reunión convocada por la Fundación Juan de Garay en el Laurak Bat, el arquitecto Eduardo Elguezábal nos contaba con indisimulable orgullo que su familia conservaba un caserío... Después de tantos años de leer sus notas periodísticas y de verlo integrar el claustro docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, caímos en la cuenta de que también él era un argentino de origen vasco. Como lo había sido el canónigo Saturnino Segurola, que en los primeros años del siglo XIX diseñó los «Altos de Elorriaga», la casa de Alsina y Defensa. Como Borthagaray, Mario Roberto Álvarez,


16 Rogelio Yrurtia, Martín Noel... Tan acostumbrados estamos a verlos como argentinos que reparamos nunca en su herencia vasca... Como tampoco nos damos cuenta de que Prilidiano Pueyrredón era un descendiente de bearneses y que el monumento al General Carlos de Alvear es la obra maestra de Antoine Bourdelle, que había nacido en Montauban. Tanto se nos mezclan las raíces que no cobramos conciencia de que Mateo Inurria, el escultor del estupendo mausoleo art-deco de Ángel Vélaz, en la Recoleta, era vasco. Y que en el mismo cementerio, en la bóveda de Amancio Alcorta, la placa que recuerda al arquitecto Amancio Williams nos está hablando de aquel antiguo origen vasco... Ni siquiera reparamos en el hecho histórico de que entre quienes vinieron con Garay a fundar Buenos Aires, había una mayoría de vascos... Tantos son los vascos y sus descendientes en la Argentina, que no imaginamos el origen vasco como una particularidad.

Pero algo hay que a pesar de la distancia y el tiempo sigue presente en el sentimiento de los descendientes de vascos de la Argentina, que seguramente perdurará en el futuro. Al menos, hasta hoy ese sentimiento ha perdurado y goza de vitalidad. Los arquitectos que hemos mencionado son apenas unos pocos ejemplos que testimonian la prolongación de la herencia vasca en este país y en este campo profesional. ¿Será necesario agregar que ellos han honrado esa herencia?

BIBLIOGRAFÍA Abercrombie, Thomas J. Europe’s First Family: The Basques. National Geographic Maga-zineVol. 188, Nº 5, Washington D.C., november, 1995.


17 Álvarez, Mario Roberto. Mario Roberto Álvarez y Asociados. Obras 1937-1993. Buenos Aires, 1993. Braun Menéndez, Ricardo, Horacio Pando y Mario J. Buschiazzo (Dirs). La arquitectura en Buenos Aires (1850-1880). Buenos Aires, MCBA-UBA, 1972. Casella de Calderón, Elisa (Directora) Revista Buenos Aires nos cuenta, Nº 13. Recoleta, segunda parte. Buenos Aires, septiembre de 1987. Furlong, Guillermo, S.J. Arquitectos argentinos durante la dominación hispánica. Buenos Aires, Huarpes, 1946. Gabastou, André (Director) Pueblos vascos. Raíces míticas, aventura universal. Buenos Aires, Edicial, 1998.

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18 Pereyra de Urgell, Guiomar. Yrurtia. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1981. Serie complementaria Escultores Argentinos del Siglo XX/1 Santaella, Eduardo J. Escultura Buenos Aires. Buenos Aires, National Lead Company, 1972. Soulés, María Inés. Los vascos en Buenos Aires (1853 - 1914). En: Boletín del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Año III, Nº 5. Buenos Aires, Municipalidad, 1981.


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CASA DE DON ENRIQUE LARRETA

Luis F. Rodrìguez Querejazu

Don Enrique Larreta fue un emblema en las letras vascas de principio de siglo. Su casa, hoy Museo, es una de las joyas arquitectónicas del Buenos Aires actual. El destacado arquitecto Rodríguez Querejazu, activo miembro de la fundación, nos ilustra sobre ella. En el solar, que fuera una de las más bellas quintas del decimonónico pueblo de Belgrano, funcionó durante unos meses la Cámara de Diputados, cuando Nicolás Avellaneda trasladó allí la Capital. El histórico lugar pasó después a poder de la esposa de Don Enrique Larreta.

Al volver de Europa, en la primera década de este siglo, el autor de «TIEMPOS ILUMINADOS», con linaje en Acelain, encargó su construcción al Arquitecto Martín Noel, pero el verdadero arquitecto fue el propietario, que la convirtió en la espléndida residencia donde vivió hasta su fallecimiento. Transmitió su señorío a esta morada, donde resplandecen las exquisiteces del arte nazarí y mudéjar, con sus frisos de yeso, sus artesonados y zócalos de azulejos, sus maderas talladas, las sutiles arcadas de sus galerías exteriores y sus airosos aleros con modiliones, sus balcones, rejas y farolas, bellísimamente integradas con el plateresco. Su magia se prolonga en los penumbrosos jardines, entre cuyos árboles, flores, pérgolas y sosegados senderos rasgan el silencio las fuentes y el oculto rumor de las acequias. Don Enrique Larreta Grande de España y de América, como lo llamó Gregorio Marañón refinado coleccionista, se rodeó de espléndidos


20 muebles, retablos, telas, tallas, alfombras, tapices, bronces, cerámicas y libros, pacientemente reunidos en sus andanzas por los legendarios caminos de la península. Supo plasmarlos en ambientes que reflejan admirablemente la grandeza de la España renacentista. El ilustre autor de «LA GLORIA DE DON RAMIRO» recreó con insuperable buen gusto aquel clima con obras maestras, mostrando en nuestro país como se vivía a la gran manera española. En el Museo, custodio de valores espirituales y artísticos, palpita como la más genuina de sus glorias la presencia de Don Enrique, inmortalizado por el magnífico retrato, que le hiciera Ignacio de Zuloaga, el más grande pintor vasco. Recorriendo en soledad aquellos espacios, señoriales y místicos, al mismo tiempo, creo a veces, verlo aparecer, como lo conocí, deslizándose por el gran salón y las crujías que lo rodean, deteniéndose para acariciar las obras amadas.

A una gran señora, la Arquitecta Isabel Padilla y de Borbón, providencial fundadora y directora del museo durante tantos años, cupo la misión ejemplar de interpretar y prolongar en el tiempo el espíritu del gran escritor. Ella lo ennobleció con su presencia y dedicación, manteniendo celosamente el estupendo legado, destinado a consagrar y expandir en estas tierras la grandeza de una España siempre fiel a sí misma. Sin que perdiera su jerarquía, ni amenguara su destino original, logró adaptar el museo a las actuales necesidades, volcándolo sabiamente a la comunidad. Isabel Padilla y de Borbón, que constituye un notable ejemplo de lo que puede lograrse, aunando inteligencia, sensibilidad e imaginación, es merecedora de nuestro reconocimiento y afecto. Convertido en Centro Cultural de primer orden, el Museo De Arte Español Enrique Larreta cumple una ininterrumpida y valiosísima


21 tarea. Se dictan en él, cursos y conferencias sobre los más diversos temas, se realizan muestras temporarias y ferias, y funcionan talleres para niños, cuyo bullicio vivifica los solemnes ambientes. Tradicionales son las estivales representaciones teatrales y conciertos en sus evocadores jardines. Su rica biblioteca está al servicio de investigadores, alumnos y público. El entusiasmo, tesón y cordialidad de los funcionados y empleados, junto a la encomiable labor que realiza la Asociacion de Amigos del Museo, coadyuva al éxito de las tareas. La noble casona sirve de testero a la plaza Manuel Belgrano, fianqueada, por un lado, por la Iglesia de la Concepción, simbiosis feliz de Panteón y de Tholos, con su vecina recova; por el otro, el neoclásico Museo Histórico Saavedra. Se articula así un conjunto monumental, dentro del barrio ciudad, que creció con ritmo

febril, con sus altas torres de viviendas, la proliferación de comercios y lugares de recreación, entre el estruendo desbordado del transporte y del gentío que, con todo, no logran alterar el secular sosiego del nostálgico remanso, uno de los escasos que aun quedan en Buenos Aires.


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VASCOS EN EL ARTE ARGENTINO Apuntes para una historia del aporte de artistas consagrados de origen vasco al desarrollo del arte plástico nacional

Adriàn Gualdoni Basualdo

El arte argentino no puede dejar de reconocer el aporte realizado para su desarrollo por miembros de nuestra raza. La impronta dejada por los descendientes de vascos en las artes plásticas analizada por un erudito en la materia.

Dentro del desenvolvimiento histórico de la Argentina, las artes plásticas reconocen un proceso evolutivo que sigue prolijamente los ciclos de la historia mayor. Existe así un primer momento correspondiente a la etapa pre-hispana, de la que actualmente se conservan valiosos testimonios rupestres y vestigios arqueológicos de carácter lítico y cerámico. Tras la gesta del descubrimiento y conquista, el territorio de lo que hoy reconocemos como nuestro país recibe muestras, algo marginales por cierto, del rico arte colonial hispano-americano. Y a partir de 1810, ya con una identidad nacional en ciernes, la posibilidad de hablar de un arte argentino se va consolidando tanto con la labor de los primeros artistas nativos como con los progresivos aportes de los contingentes inmigratorios. El arte resulta así un fruto privilegiado del mismo crisol social en el que se gestó la nacionalidad, y en el que el componente


23 vasco, al igual de lo que sucede en otros campos del quehacer cultural, adquiere un destacado espacio. A quienes encarnaron como figuras arquetípicas y en forma señalada este aporte, tanto como nativos del solar vasco, o como retoños en tierra argentina de estirpes de aquel noble origen, trataremos de recordar en estas líneas, haciendo el claro reparo de disculparnos de antemano por las omisiones que siempre rondan como posibles en intentos de este tipo.

Los siglos XVIII y XIX Desde un punto de vista cronológico resulta de justicia hacer memoria, en primer lugar, de tres tallistas y doradores residentes en el humilde Buenos Aires del siglo XVIII que tuvieron a su cargo la realización del retablo mayor de la iglesia del Pilar. Sus nombres, merecedores de

nuestro recuerdo, eran: Ponciano Arregui, Miguel de Careaga y José Domingo Mendizábal. Su obra perdura en el templo de la Recoleta porteña. Puestos ya en el siglo XIX, y con el advenimiento de la vida independiente, los testimonios artísticos aparecen subordinados a la meritoria labor de los llamados “pintores viajeros”, también conocidos -quizás con poca precisión-como “los precursores”. Eran éstos, por lo general, artistas europeos que de paso por estas tierras realizaron obras de gran importancia para el registro iconográfico de aquellos años. Los nombres de Vidal, D’Hastrel, Palliere, Rugendas, Monvoisin, opacan los de algunos nativos que ya iban poniendo los cimientos del arte nacional. Es el momento de señalar al coronel Carlos Ambrosio de Lezica, nacido en 1829, que junto a su carrera militar desarrolló una interesante tarea como cronista plástico de la ciudad en crecimiento. Acuarelas


24 y dibujos de este artista han quedado como testimonio contemporáneo de las obras de Morel y Pueyrredón, quienes lo precedieron en apenas pocos años en su tarea artística. También debemos rescatar de aquella época la labor como litógrafo de Gregorio Ibarra, porteño nacido en 1814. Introductor en Buenos Aires de planchas y prensas para la reproducción artística de imágenes, a Ibarra se le deben álbumes con escenas de costumbres y vistas de edificios de la ciudad. También fue Ibarra quien trajo a estas tierras el daguerrotipo. En la segunda mitad de siglo pasado aparecen los nombres de Emilio Artigue, hijo argentino del también pintor vasco francés Federico Artigue, que repartió su carrera entre Buenos Aires y París. También la capital francesa fue la meca hacia donde peregrinaron Graciano Mendila harzu, Martín Malharro y Severo Rodríguez

Etchart. Fue Mendilaharzu fino intérprete de temas intimistas y composiciones, mientras que Malharro comparte con Faustino Brughetti los méritos de haber introducido en nuestro país la lección del impresionismo. A Rodríguez Echart se le debe una clara presencia argentina en la vida artística y en los salones de París, donde desarrolló la mayor parte de su carrera. Médico y diplomático, Rodolfo Alcorta también aprovechó sus largas estancias en París para participar con sus pinturas en los salones oficiales franceses. También de esta época fundacional es Luisa Sánchez de Arteaga, a quien cronológicamente se considera la primera pintora argentina. Nacida en Buenos Aires en 1823 fue alumna del francés Mendeville, quien la inició en el difícil arte de la miniatura. Pocas son las obras que se le reconocen, pero hay entre ellas un interesante retrato de Juan Manuel de Rosas.


25 El siglo XX

En nuestro siglo la presencia de grandes nombres de estirpe vasca fue una constante en los círculos artísticos de nuestro país. Ordenados por su año de nacimiento, citamos en primer lugar a Miguel Carlos Victorica. Fino artista de carácter intimista, pero que no rehuyó dar a sus trabajos tonos graves cuando éstos los requerían, fue Victorica una de las figuras mayores de lo que hoy conocemos como “Escuela de la Boca”. Por su honda vinculación a la temática vasca, recordamos en este instante su pintura dedicada al monumento que recuerda en nuestra ciudad a don Juan de Garay y al retoño del árbol de Guernica que flanquea a la imagen en bronce del fundador de Buenos Aires. Entre los escultores, el nombre de Rogelio

Yrurtia impone tanto como la grandeza de sus obras. Baste señalar la autoría del “Canto al trabajo” emplazado en el Paseo Colón de Buenos Aires, para confirmar los quilates de este artista. Fue Jorge Beristayn un espíritu polifacético, que demostró en la pintura lo que también supo expresar con la pluma. Cultor del paisaje y la figura, recordamos en este momento su soberbio retrato de Matías Errázuriz que se conserva en el Museo Nacional de Arte Decorativo. La obra de Héctor Basaldúa reconoce diversas etapas, pero su nombre aparece ligado al grupo hoy denominado “Escuela de París”, integrado por los artistas que allí se forjaron entre los años veinte y treinta. Berni, Spilimbergo, Badi, Butler, Forner, Bigatti, Guttero, compartieron con Basaldúa los gozos y las sombras de una bohemia fecunda, y tras transitar talleres y academias de la capital francesa supieron


26 traer a nuestro medio las bases necesarias para la renovación artística local. Enrique de Larrañaga fue de los pocos que, a la hora de partir a Europa para el necesario perfeccionamiento, prefirió España a las más convocantes Francia e Italia. Gutiérrez Sola y los Zuloaga le dieron su sello, y supo pasar así de los luminosos paisajes de Córdoba a la realización de una serie antológica de vistas del Madrid de los años treinta. De regreso, su galería de personajes de la marginalia artística, y finalmente sus obras de inspiración circense, pusieron el digno broche a su trayectoria. Las inquietudes sociales marcaron la obra de Demetrio Urruchúa , cuyo nombre aparece referido a los murales de las galerías Pacífico que realizó en 1946 junto a Spilimbergo, Castagnino, Berni y Colmeiro. Pero su paleta se dulcifica cuando pinta figuras entrañables, generalmente femeninas.

Jorge Soto Acebal destacó como artista tanto como promotor del arte, llegando a ocupar la presidencia de la Academia Nacional de Bellas Artes. Juan Eduardo Picabea supo ver el paisaje del campo y de los países que recorrió, a la vez que hizo de la figura una especialidad. Aunque patagónico de origen, Claudio Gorrochategui aparece por su imaginario hondamente vinculado a la Boca, sus tipos y sus costumbres. Hombres del Noroeste, los hermanos Juan Carlos Iramain (escultor) y Demetrio Iramain (pintor) reflejaron en sus obras las figuras y el paisaje de aquella región. Julián Althabe, pintor y escultor, es un renovador cuyo aporte a la desenvolvimiento del arte nacional aún no ha sido debidamente justipreciado. Carlos Uriarte es figura mayor en el arte del Litoral.


27 Entre las numerosas mujeres que fueron protagonistas del arte de nuestro siglo es el caso de mencionar a Susana Aguirre, que en lenguaje tan ingenuo como pleno de encanto plasmó en témperas y acuarelas un Buenos Aires en trance de desaparecer.

Artistas del presente Son numerosos, y por lo tanto resulta tarea poco menos que imposible el consignarlos a todos, los artistas hoy activos que reconocen ancestros vascos. Pero sería el caso de citar en primera instancia a aquellos que resultaron ganadores del Gran Premio del Salón Nacional, evento mayor en las instancias competitivas oficiales. Por orden alfabético, recordamos entre los que obtuvieron este galardón a Nicolás García Uri buru, Carlos Gorriarena, los hermanos Arturo

Irureta y Hugo Irureta, y a Carlos Uría. El contingente femenino se enriquece con los nombres de la grabadora Gabriela Aberastury, las pintoras Silvina Benguria, Marina Bengoechea y Marta Urruti y las hermanas Graciela Zar y Estela Zariquiegui, ambas grabadoras. nexcusable sería omitir a Axel Amuchástegui, jefe de fila de los pintores animalistas argentinos, a Pablo Larreta, destacado escultor, o a Juan Lascano, artífice de desnudos y bodegones inolvidables. Fermín Eguía cultiva un surrealismo de personales características; Julián Althabe (h) es un claro cronista del campo, sus tipos y sus costumbres y Gustavo López Armentía abre con su lenguaje nuevos campos al quehacer plástico.


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Los vascos que de allá vinieron...

Al mismo tiempo que artistas con raigambre vasca actuaban en nuestro medio, las circunstancias generalmente trágicas de la historia mantuvo el devenir de hombres y mujeres de aquellas tierras hacia horizontes de paz y esperanza. Arquetipo de lo expresado es sin duda Mauricio Flores Kaperotxipi, nacido en Zarauz en 1901 y llegado a nuestro país en 1938. Pintor de inconfundibles temas de honda resonancia vasca, sus obras integran el ajuar de muchísimos hogares vasco-argentinos. Kaperotxipi fue también autor de un libro sobre arte vasco, y como periodista son recordadas sus columnas en el diario La Razón, donde reflejaba la vida marplatense. Pero su aporte al arte no se limitaba a lo creativo. La galería que fundó en Mar del Plata fue un activo centro cultu-

ral, y foco de difusión irremplazable en las temporadas veraniegas. José de Bikandi fue alumno de Ignacio de Zuloaga, y arribó a estas tierras en 1926. Activo participante en el Salón Nacional, en la edición de 1938 envió dos obras de temática vasca, una de ellas titulada “Fin de la fiesta”, de obvia vinculación con los sucesos de la época. Aunque nacido en nuestro país, Arturo Acebal Idígoras viajó muy niño al Bilbao de sus padres, donde se formó artísticamente. Vuelto a la Argentina en 1936, permaneció hasta 1947, cuando retornó definitivamente al solar de sus mayores. En la breve década en que actuó en nuestro medio realizó una amplia labor como artista y expositor. Juan Cruzalegui , Gregorio Ituarte , Generoso Ruiz Idarraga y Félix Pascual arribaron a la


29 Argentina entre 1928 y 1938, ya formados como artistas, y deseosos de aportar su bagaje de talento a la causa del arte argentino. Antonio Ortiz Echagüe llegó en 1937, luego de residir en Holanda, Inglaterra, Italia y Marruecos. Radicado en un campo de la provincia de La Pampa, se integró al paisaje de la llanura, al que interpretó en telas de sentida entonación. La mención final es para Juan de Aranoa, artista bilbaino autor de celebrados Vía Crucis e importantes murales. Empujado, como tantos, por la épica trágica que asolaba España y Europa, vino a Buenos Aires en 1937. Pero su corazón y su inspiración quedó en su tierra natal, a la que en cuanto pudo volvió. A partir de entonces su vida discurrió entre Bilbao y nuestra ciudad, donde la muerte lo encontró en 1973.

La rápida e inevitablemente incompleta reseña que hemos preparado es, no obstante ello, lo suficientemente clara como para dar una idea de la importancia del aporte que al arte argentino han concretado los artistas de origen vasco, o nativos del solar vasco. Sirvan entonces nuestras últimas palabras como homenaje a la trayectoria de quienes ya forman parte del pasado, y como formal aliciente a la labor de aquellos que hoy contribuyen con su talento y su esfuerzo a la pujanza del arte de nuestro país.


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NOMINA DE ARTISTAS ARGENTINOS CON ASCENDENCIA VASCA Magdalena B.L. de Arichuluaga

ARTISTAS PLASTICOS ABERASTURY, Gabriela (BA 1943), pintora. Realizó muestras individuales desde 1955 y desde 1961 coelctivas en el país y en el exterior. Obtuvo numerosos premios entre ellos el 1er. premio de grabado en SHA, el 3 er. premio de grabado en el Salón Nacional, etc. ACEBAL IDIGORAS, Arturo pintor y ceramista AGUIRRE , Manuel J. (BA 1850-íd. 1912), escultor, artista y filántropo, se unió al grupo de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, a

quien apoyó moral y económicamente. Artista aficionado y hombre de mundo, se consagró plenamente a la escultura, bajo la guía del italiano Juan Arduino y el español Torcuato Taso. Realizó los bustos de Rivadavia, Carlos Pellegrini, Lucio V. López, etc. y las estatuas El Atleta y El Pensador (1910) premiada ésta en la Exposición del Centenario. AGUIRRE, María Josefa escultora AGUIRRE, Susana pintora AGUIRRE SARAVIA, Anibal Gerardo historiador e investigador en arte, n. en Buenos Aires en 1923. Abogado (UBA). Coleccionista. Publicó junto con Bonifacio del Carril la Monumenta Iconographica (Buenos Aires, 1964). AGUIRREZABALA, Enrique pintor y escultor ALCORTA, Gloria escritora y escultora, n. en Bayona (Francia), hija del pintor Rodolfo Alcorta. Expuso sus obras en Buenos Aires y París, en la Exposición Universal de 1937, en donde obtuvo medalla de plata.


31 ALCORTA, Rodolfo pintor, médico y diplomático, n. y fall. en Buenos Aires (1874-1967). Tuvo destacada actuación como pintor en Francia, concurriendo en diversas oportunidades al Salón de Otoño de parís. Realizó su primera exposición en Buenos Aires en 1934. Cultivó el retrato, el desnudo, la pintura de flores y el paisaje. ALTHABE, Julián (BA 1911-íd. 1975), escultor. Cursó estudios en la Escuela Nacional de Artes decorativas y en la Escuela Superior de Bellas Artes. Realizó su primera exposición individual en 1952 y desde esa fecha expuso pintura figurativa. Director de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad de Córdoba. Primer premio en el certamen para erigir el Monumento a la Industria organizado por Industrias Kaiser en Córdoba en 1962 y premio adquisición del Museo de Arte Moderno en 1969. Ocupa un lugar destacado en la escultura argentina contemporánea. Su hijo Julián

pinta temas..... ALTUNA, Horacio: Dibujante ALURRALDE, Ana pintora ALZAGA, Martín de pintor ALLENDE, Carlos Alfonso escultor ALLER MONASTERIO, Manuela María pintora AMONDARAIN, Alicia pintora AMUCHASTEGUI, Axel (Cba. 1921), dibujante y pintor animalista, Realizó estudios de ingeniería en la Universidad de Córdoba. En 1943 realizó su primera exposición individual en Córdoba y se trasladó a Buenos Aires. Ilustró cuentos para niños en una editorial porteña y poco después realizó su primera obra importante, la ilustración del libro Vida amorosa de los pájaros, de Carlos Selva Andrade. A partir de entonces su fama como animalista adquirió proyecciones mundiales y ha sido comparado con el gran pintor animalista norteamericano Audubon. Expuso sus obras en Nueva York y Londres. Tiene varios libros ilustrados sobre


32 pájaros y mamíferos. ANCHORENA, Mercedes pintora ARAMBARRI, Silvia pintora de caballos ARANCIBIA, Ernesto (BA 1904) escenógrafo, grabador y dibujante, Director de cine. ARANGUREN, Félix artesano (máscaras) ARANOA, Juan pintor ARCE, Martiniano maestro fileteador ARENAZA, Luis pintor y poeta ARRECHEA, Horacio pintor ARREGUI , Ponciano tallista establecido en Buenos Aires hacia la primera mitad del siglo XVlll. Realizó junto con Miguel de Careaga y José Domingo Mendizabal el retablo mayor de la iglesia de Nuestra Señora del Pilar en Buenos Aires. ARREGUI CANO, Franklin pintor y grabador ARRIETA, Patricia pintora de caballos ARTALOITIA, Antonio Romualdo pintor ARTEAGA, Luisa S. de (BA 1823-íd. 1883), pintora, considerada cronológicamente la pri-

mera pintora argentina. Fue alumna de Washington de Mendeville, ministro francés en Buenos Aires y aficionado al dibujo y la pintura. Entre sus obras se cuentan una miniatura de Rosas fechada en 1838, su Autorretrato y varios retratos a punta de lápiz. ARTETA, Melita pintora ASTARLOA, Ismael Eduardo pintor AVENDAÑO, Inés pintora de caballos AZCARATE, Enrique escultor AZCONA, Alfredo pintor AZCONA, Angelita Silveyra de pintora AZCURRA, Martín pintor BASALDÚA , Héctor (Pergamino 1895-BA 1976), pintor, ilustrador, grabador, litógrafo y escenógrafo,. Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes y obtuvo el título de profesor de dibujo. Becado por la provincia de Buenos Aires, viajó a Europa, a París en 1923. Integró el grupo de pintores argentinos que en 1923 figuró en el Salón de los Independientes de


33 París. A partir de ese año concurrió al Salón Nacional de Buenos Aires. En 1930 regresó a la Argentina, efectuando en Amigos del Arte una muestra, la primera de muchas. Efectuó nuevos viajes a Europa en 1935, 1938 y 1940 y en 1946 a Estados Unidos. Obtuvo el primer premio municipal de pintura, con su obra Mujer Sentada, en 1937; Gran Premio de escenografía en la Exposición Internacional de París de 1937; primer premio de pintura en el Salón de Rosario de 1942, Premio Palanza en 1949 y otros premios. Tuvo a su cargo la escenografía del Teatro Colón de Buenos Aires, realizando las decoraciones de casi todas las óperas y ballets entre 1932 y 1950. En 1956 fue reincorporado a su cargo de director escenográfico de ese teatro,incorporado como miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes y primer premio en el Salón Nacional. BENGOCHEA, Miguel Angel pintor BENGOECHEA, Marina pintora

BENGURIA, Guillermo (BA 1903) abogado, dibujante, caricaturista e ilustrador, n. en Buenos Aires en 1903. En 1925 comenzó su actuación como dibujante colaborando en The Standart, Buenos Aires Herald, La Prensa, La Nación, El Hogar y El Gráfico. BENGURIA, Silvina pintora contemporánea, desde 1985 reside en Roma. BERESIARTU, Gloria pintora BERISTAYN, Jorge (BA 1894-íd. 1964). Pintor, comenzó a exponer en el Salón Nacional de 1919. Manifestó su voluntad creadora en muchas actividades pero fue en la pintura donde descubrió su verdadera aptitud de crear. Viajó mucho por Europa especialmente atraído por la cultura francesa. Al volver a Buenos Aires estudió diplomacia y se graduó en ciencias sociales. Fue coleccionista de porcelanas y de incunables, manifestaciones de su espíritu culto y refinado. Se destacó como retratista. En 1927 obtuvo el premio de estímulo en el Salón


34 Nacional y al año siguiente el Tercer Premio Nacional y el primer premio municipal. Premios adquisición en 1929 y 1930, medalla de oro en la Exposición internacional de París y otros premios. Realizó varias exposiciones individuales en Buenos Aires entre 1938 y 1947. Director Nacional de Bellas Artes (1931), interventor y director del Teatro Colón y presidente del Instituto Cultural ArgentinoSueco. BERRAUTE, Matilde Angela pintora BESNES E IRIGOYEN, Juan Manuel dibujante, pintor, litógrafo BIKANDI, José de (Ondarroa 1896-BA 1958) pintor y ceramista. Alumno de Ignacio Zuloaga. Renovó la creación ceramística con los aportes relevantes de su concepto plástico. Radicado en Argentina desde 1926, adoptó su ciudadanía en 1931. Fue conservador del Museo Municipal de Bellas Artes de Rosario y profesor de cerámica en la Escuela Superior de

Bellas Artes de la nación. Medalla de oro en la Exposición Internacional de París de 1937. BILBAO, Magdalena pintora BLANCO AGUIRRE Juan dibujante y pintor BORDA, Osvaldo pintor BORDA BORTHAGARAY, Adelia pintora BUZURRI, Francisco pintor CABANAS OTEIZA, Angel pintor n. en San Sebastián, Guipuzcoa. CORCOSTEGUI, Luis pintor CÓRDOBA ITURBURU (BA 1902-íd. 1977). poeta, escritor, periodista, crítico de arte argentino, Publicó varios libros de poemas, prosa, entre ellos Cómo ver un cuadro, la pintura argentina del siglo XX. Publicó numerosas monografías sobre artistas argentinos como Pettoruti, Victorica, Aquiles Badii, Torrallardona, Forner, Norah Borges, etc. Colaboró con revistas literarias y artísticas como Martín Fierro, Inicial, Proa y en los diarios y revistas más importantes del país y de España, Brasil, Chile,


35 Cuba, Perí, etc. Colaborador literario de La Nación y como crítico de arte, de las revistas Ver y Estimar, Saber vivir, Ars, Histonium, Del Arte, Lyra y El Hogar. Miembro y vicepresidente entre 1959 y 1961 de la SADE. Su obra 80 años de pintura argentina se editó en 1978 y 1981. CRUZALEGUI, Juan León pintor, n. en Mundaca, Vizcaya y muerto en BA. CULLEN AYERZA , Hernán (BA 1879-íd. 1936) escultor y abogado,. En Italia inició sus estudios de escultura con Ernesto Biondi en Roma.Luego de recorrer Francia y españa regresó a la Argentina en 1912. Además de como escultor se destacó como fotógrafo, produjo vitraux, ensayó en la pintura y ejerció la crítica de arte en el diario La Prensa de Buenos Aires. Fue uno de los de fundadores y primer director de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano. Obras Remordimiento (Museo Nacional de Bellas Artes), Mandinga,

Salvaje, El aborigen (plaza Garay, Buenos Aires), Hojas de otoño, Emilio Mitre (plaza Alvear), Jorge Newbery (Chacarita), busto de San Martín, retrato de Bernardo de Irigoyen y otros. CURUTCHET, Juan vitralista DARTIGUELONGUE, Cristina pintora y muralista. DUARTE, Martín pintor DUARTE, Roberto Luis pintor, dibujante, grabador, diseñador de tapices y escultor DUHALDE, Luis Jorge pintor y grabador ECHEGARAY, Gladys Iris (BA 1940), grabadora, Profesora Nacional de grabado. Se perfeccionó en París y en Italia. Recibió numerosos premios. ECHICHURY, Marilina pintora EGUIA, Fermín (Comodoro Rivadavia 1924) pintor,. Desde 1942 expone sus trabajos el el país y en el exterior (Nueva york, París, Caracas, etc.)


36 EGUABEHERE, Juan: vitralista. ELIA, Roberto de: (BA, 1950), pintor. ELGARTE, Miguel Angel pintor y grabador ELIZONDO VERA, María Sofía pintora ELOSEGUI, Rubén (La Plata 1925) escultor y prof. de dibujo y pintura,. Desde 1956 ha expuesto en salones oficiales y participado de bienales de arte y escultura en París. ETCHARI, Josefa Dantas Lacombe de pintora ETCHART, Sonia pintora ETCHEGOYEN, Luis pintor ETCHEVERRY, María Silvia escultora y pintora EZCURRA, Carmen: vitralista EZCURRA, Francisco arquitecto y escultor EZCURRA, Isabel tapicista FLORES KAPEROTXIPI , Mauricio (Kapero) (Zarauz 1901-íd. 1997), pintor Se formó en Europa y tuvo como maestro al pintor vasco Zuloaga. Entre 1921 y 1926 expuso en varias oportunidades en Madrid y en el País Vasco. Invitado por el periodista Francisco Gradmon-

tagne expuso en 1930 en la Argentina en la Galería Witcomb, con gran éxito ya que vendió todos sus cuadros. A partir de allí y con igual éxito expuso en Méjico, Chile, Uruguay, Cuba y Estados Unidos. En 1938, a raíz de la guerra civil española se trasladó a la Argentina, instalándose en Mar del Plata, donde abrió una galería de arte para venta de sus pinturas y las de otros pintores. Expuso desde 1940 en diferentes localidades del interior y siguió pintando sobre todo retratos de gente vasca como también sus costumbres. Después de una larga estadía en la Argentina decidió regresar a su Zarauz natal, donde falleció. Su pintura está en muchos hogares de descendientes de vascos. GAMARRA, Jorge escultor GARATE, Cecilia: (BA, 1939), pintora GARAY, Armando escultor en madera GARAY, Manuel Javier pintor y arquitecto, n. en Córdoba, activo a fines del siglo XVlll y principios del siglo XlX. Pintó obras de caballe-


37 te e hizo figuras y ornamentaciones para las iglesias de la ciudad. GARAYCOCHEA, Carlos E. dibujante humoristico, n. en Buenos Aires en 1928. realizó trabajos en los principales diarios y revistas del país (Billiken, El Gráfico, etc. ) y en los canales 7,9,11 y 13 de TV. Profesor de dibujo en la Escuela Fernando Fader y en la Panamericana de Arte. Ilustró libros, almanaques y campañas para distintas agencias de publicidad. Presentó exposiciones individuales y colectivas. Ha sido premiado por la Asociación de Dibujantes. Distinguido por la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay. GARCÍA URIBURU , Nicolás (1937) pintor, Ganó el Premio Braque otorgado por la Embajada Francesa y una beca en París entre 1965 y 1968. Sus primeros pasos en la pintura fueron dentro del informalismo. Luego se inició en la figuración, brillante de color con uno de cuyos cuadros Las tres gracias obtuvo el pri-

mer premio del Salón Nacional de 1968. Su nombre alcanzó resonancia internacional a causa de su teñido de las aguas del Gran Canal de Venecia y del Hudson de Nueva York con la intención de transformar un elemento natural, por la mano del hombre, en obra de arte. Desde 1954 ha expuesto en forma individual y colectiva en museos y galerías de Buenos Aires, Méjico, París, Montevideo, Amberes, Nueva York, Lima, Santiago de Chile, Madrid, Barcelona, Zurich, Canadá, Londres, Bruselas, Tokio, Kioto, etc. GAUNA, Lucy pintora y dibujante GONZÁLEZ GUERRICO , José Félix (Pepe) pintor GOROSTIAGA, Gonzalo decorador en trompe l’oeil. GOROSTIAGA, María pintora y escultora GORRIARENA, Carlos (1925) pintor y dibujante, Alumno de Demetrio Urruchúa. En 1959 realizó su primera exposición individual en la


38 Sociedad Argentina de Artistas Plásticos. En 1960 cofunda el Grupo del Plata y participa en varias exposiciones con el grupo hasta su disolución en 1964. En 1965 se instala en francia donde expones sus pinturas. Residió en 1975 en Madrid. En 1982 representó a la Argentina en la Bienal de Medellín, Colombia. Gran Premio de honor del Salón Nacional de 1986. GORROCHATEGUI , Claudio (Río Gallegos 1912) pintor, Realizó muestras en Buenos Aires, interior y también en el Uruguay y Perú. Obtuvo premios en los salones de Mar del Plata, Tandil, Rosario, La Plata, Santa Fe, etc. GUTIERREZ Y URQUIJO, Anton pintor, escultor y arquitecto HEGUIABEHERE, Juan vitralista IBAÑEZ DE ALDECOA , Julián (Lequeitio 1876-BA 1952), pintor, dejó pintura de temática vasca en Argentina. IBARLUCEA, Jorge pintor IBARRA , Gregorio (BA1814-Montevideo

1883) litógrafo y librero IBARRA, Juan pintor y grabador IBARRA, Tomás escultor INCHAUSPE, Loty artesana en imaginería INCHAUSTI, Horacio Andrés pintor IRAMAIN, Demetrio (Tucumán 1907), pintor alumno de su hermano el escultor Juan Carlos Iramain. Concurrió desde 1930 al Salón Nacional, muestras provinciales y a la Bienal Internacional de Madrid en 1951. IRAMAIN , Juan Carlos, (Tucumán 1900-íd. 1973). escultor, estudió con Zonza Briano y con Oliva Navarro. En 1916 estudia en Buenos Aires becado por el gobierno de Tucumán. En 1938 la Comisión Nacional de Cultura lo becó para proseguir su obra de sestudio sobre tipos y costumbres del norte y noroeste del país. Expuso en salones nacionales, provinciales y municipales y en el exterior. IRAOLAGOITÍA, Fernando Clemente pintor IRAZOQUI, Tomás Antonio escultor


39 IRIARTE de ALLENDE, María Eugenia pintora IRIARTE de MAS, Clotilde Angel pintora IRURTIA, Mabel pintora IRURETA, Arturo pintor contemporáneo. IRURETA, Hugo pintor contemporáneo. ISAURRALDE, Haydée pintora ISDUATE, Dora pintora y ceramista ITUARTE, Gregorio grabador y xilógrafo n. en Eibar en 1913. ITURBE, Sara pintora ITURRALDE, María Cristina grabadora ITURRALDE, Ramón pintor ITUARTE, Gregorio grabador y xilógrafo,n. en Eibar. JARIQUIBER pintor JARRY, Gastón pintor JAUREGUI RUEDA , Horacio artesano en madera LARRABURU, Julio pintor LARRALDE, Martín pintor LARRALDE, Saúl pintor

LARRAÑAGA , Enrique de (San Andrés de Giles 1900-BA 1956). Pintor, se destacó por sus grandes condiciones de colorista. estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes con Fader y Quirós, cuya huella se advierte en los primeros trabajos con paisajes de Córdoba. En 1924 se radicó en Madrid y participó activamente de la vida artística de la mism. Recorrió España pintando sus regiones. Regresó a Buenos Aires en 1931. En 1934 obtuvo el primer premio en el Salón Nacional y el Gran Premio Adquisición en 1936. profesor de dibujo y pintura en establecimientos especializados y director de la Escuela Superior de Bellas Artes. Caracterizan su producción los temas españoles, los paisajes y el circo en donde logró los aspectos más importantes de su carrera artística. LARRAÑAGA, Isabel Roca de pintora LARRAVIDE, Manuel (Montevideo 1841-BA 1910). pintor marinista, Alumno de Eduardo de Martino.


40 LARRAZABAL, Juan Manuel litográfo argentino del siglo XlX. En 1832 se le concedió permiso para establecer una imprenta litográfica en la ciudad. LARRUMBE, Lorenza pintora y grabadora LARTIGUE, Raquel pintora y escultora LASCANO, Juan (La Plata 1947).pintor, De joven, viajó a España becado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, donde frecuentó museos. En 1968 realizó su primera exposición individual en La Plata, mostrando bodegones y desnudos de estilo realista, temas constantes en su carrera artística. Ha expuesto sus obras en Buenos Aires, Córdoba, Madrid, Cádiz, Washington, Nueva Orleans, etc. LASCANO GONZALEZ , Antonio José (BA 1902) crítico de arte, historiador, LAVALLEN, Julio: pintor de temas futbolísticos. LECUONA, Juan pintor LESCANO Ceballos, Edelmiro pintor LEZICA, Carlos Ambrosio (San Nicolás de los

Arroyos 1829-BA 1885).militar, pintor, acuarelista, dibujante y litógrafo, LONDAIBERE, Alfredo pintor LÓPEZ ANAYA , Fernando (Buenos Aires 1903-1987). grabador, A partir de 1940 realizó exposiciones en Argentina, EE.UU. y Europa empleando todas las técnicas de grabado tradicional y moderno. Desarrolló una extensa y calificada labor docente y escribió varios textos sobre enseñanza e investigación técnica de la estampa. Promotor principal del movimiento del grabado moderno y experimental en el país. Entre 1958 y 1962 fue presidente de la Asociación Estímulo de Bellas Artes. En 1968 fue académico de número en la Academia Nacional de Bellas Artes. Fue un verdadero maestro de varias generaciones. LOPEZ ANAYA, Jorge pintor y grabador LÓPEZ ARMENTIA , Gustavo , (BA 1949). pintorDesde 1979 concurre a salones municipales y nacionales. Participó en exposiciones


41 en París, Londres, Amsterdam, etc. LOREA, Isidro (Villa Franca hacia 1740-BA 1807). tallista y ensamblador, Se radicó en Buenos Aires en 1760. Fue maestro de carpintería. Construyó el altar mayor de la Catedral de Buenos Aires, el edificio para la Renta de Tabacos (1784) y las iglesias de las Capuchinas y San Juan (1790-1795). LUSARRETA, Lola depintora y grabadora, n. en Córdoba en 1901. Estudió en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y luego en España y París. Egresó de la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova. Expuso individualmente desde 1922, y en el Salón Nacional de 1928 a 1932 y en salones provinciales. LUZURIAGA, Ricardo Alberto pintor MALHARRO , Martín A. (Azul 1865-BA 1911) pintor, grabador y litógrafo Estudió con el artista italiano Francesco Romero en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes. En 1894 ingresó al diario La Nación como dibujante,

ilustrando el matutino con viñetas que animaban sucesos de actualidad, retratos de personajes, etc.. En 1895 viaja a Europa y en París concurre a museos y exposiciones. Excelente colorista, opta y se incorpora sin reservas al impresionismo. Las pinceladas profundas, los contornos perdidos del paisaje, el color en busca de luminosidad son los principios mismos de su sensibilidad. Al volver a la Argentina ejerció como docente y en 1902 en la Galería Witcomb realizó la primera muestra de su obra. Ésta generó una crítica violenta pero el artista no dejó de producir. En 1908 expuso nuevamente allí, pero sus telas suscitaron indiferencia. En 1911, al inaugurarse su tercera muestra, fallece el artista. Su obra comprende óleos, pasteles y aguadas, con una profunda devoción a la naturaleza y al paisaje con un juego de luz intimista. MARTICORENA, Eloísa pintora MENDILAHARZU, Graciano (Barracas al sur


42 1857-BA 1894). pintor, Inició su formación artística con el pintor Martín Boneo. Viajó a Francia e ingresó en 1873 a la Escuela de Bellas Artes de Bayona. Tuvo taller en París donde realizó retratos y cuadros de género. En 1887 regresó a Buenos Aires y la legislatura de la provincia de Buenos Aires le enargó la decoración de la Cámara de diputados. En 1888, luego de haber efectuado los bocetos, partió a Europa donde quedó hasta 1891. Concurrió al Salón de París desde 1879 hasta 1886, obteniendo en 1879 un segundo premio. Una de sus obras fue Inauguración del período legislativo el 1° de mayo de 1890. MENDIOLA, Alfonso pintor MENDIZABAL, José Domingo tallista MENENDEZ BEHETY, Inés pintora de caballos MEYER ARANA, Elías Argentino pintor y dibujante MITRE AGUIRRE, Nemesio pintor MUGABURU, Julia pintora

MUÑOZ IRIBARNE, Enrique pintor NARBONDO , Luis (BA 1906-Ituzaingó, BA 1951). escultor, Estudió en la Escuela de Artes Decorativas de la nación, en la Escuela Superior de Bellas Artes y con los escultores José Fioravanti y Amado Puyau. Concurrió al Salón Nacional entre los años 1928 y 1950. Sus obras se encuentran en el Museo Social Argentino, en el Club de Pescadores de Buenos Aires. NAVARRO, Dino J. dibujante y grabador NAVARRO, Juan Manuel Eleuterio pintor y grabador NAVARRO, Timoteo Eduardo pintor NOEL, María: pintora no figurativa. NUÑEZ IBARRA, Manuel Pablo (Corrientes 1782-íd. 1862) pintor, grabador, platero y medallista,. En Buenos Aires instaló su talleer de platero y grabador y al mismo tiempo trabajó planchas grabadas para el Estado. En 1819 abrió su propia Academia de Dibujo, en donde enseñaba grabado en lámina y planos


43 además de lecciones de química. Por encargo del Cabildo de Buenos Aires realizó en 1818 en homenaje al libertador San Martín, un curioso grabado del prócer a caballo, absolutamente ingenuo pero que sirivió de base al francés Gericault en sus litografías y al peruano Gil de Castro en sus óleos. También realizó retratos grabados de Belgrano (1819 y 1821) y de Rivadavia (1822). En Corrientes sostuvo una escuela de dibujo desde 1834 hasta 1839 al mismo tiempo, que en su taller de platero trabajaba mates, facones, rastras,etc.. Realizó para el gobierno de Corrientes sellos y papel moneda. OLASCOAGA, Manuel José, (Mendoza 1835San Fernando 1911). militar, periodista, pintor y dibujante Participó en la campaña al desierto de Roca en 1879. Publicó un Estudio Topográfico de la Pampa y Río Negro. Fue gobernador de Neuquén (1885-1891). Gran dibujantes y pintor, realizó varios cuadros con motivo de la

campaña de 1879 y algunos de ellos se conservan en el Museo Histórico Nacional. También efectuó numerosos retratos al óleo, dibujos a pluma, a lápiz y en litografía. Entre ellos están los de Bolívar, San Martín, Roca, Bernardo de Irigoyen, Quiroga, Francisco Solano López, el general chileno Cornelio de Saavedra. OLIVA NAVARRO, Juan Carlos (Montevideo 1888-BA 1951). escultor y medallista, Radicado en el país desde niño, se naturalizó argentino Estudió en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes con el escultor español Torcuato Tasso y posteriormente en la Academia Nacional de Bellas Artes. Concurrió a salones nacionales, provinciales y del exterior desde 1913 hasta 1947. Obtuvo el primer premio de la Comisión Nacional de Cultura en 1937. Entre sus obras emplazadas se destacan Monumento ecuestre al general San Martín, en Santo Tomé, Corrientes, monumento al general Madariaga en Paso de los Libres, Corrientes,


44 monumento al perito Moreno en Bariloche, monumento al gral. Urquiza en Entre Ríos, estatuas Mataderos y Mercados para el Concejo Deliberante de Buenos Aires, etc. OROQUIETA, Famuceno Bonifacio pintor ORTIZ, Alicia escultora ORTIZ, Elio ceramista OTAOLA, Delia C. grabadora OTEIZA, Jorge de (Orio 1908). escultor Residió en la Argentina entre 1935 y 1942. PICABEA, Juan Eduardo pintor PUEYRREDON TELLECHEA, Prilidiano (BA 1823-íd. 1870). pintor y arquitecto Hijo de Juan Martín de Pueyrredon, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de Calixta Tellechea. En 1835 viajó a Europa con sus padres. Entre 1841 y 1844 la familia permaneció en Río de Janeiro donde probablemente realizó sus primeros estudios de dibujo y pintura en la Academia Nacional. En 1844 regresó a París donde inició sus estudios de

arquitectura en el Instituto Politécnico de esa ciudad. También perfecciona el dibujo y la pintura junto a grandes maestros y al contacto con la pintura francesa. En 1849 regresa a la Argentina, comenzando su actuación como pintor retratista y de escenas de costumbres. En 1851 volvió a Europa pero antes pinta el famoso retrato de Manuelita Rosas y traza los planos de la quinta de Azcuénaga en Olivos (hoy quinta presidencial). Nuevamente en Buenos Aires en 1854 donde por más de diez años fue el arquitecto asesor de casi todas las obras públicas que se realizan en la ciudad, sin abandonar por ello su producción pictórica, que fue extensa y documental. Entre las obras que realizó como arquitecto figuran la reforma de la vieja Pirámide de Mayo (1856), la restauración de la capilla de la Recoleta (1856), reforma del templo de Quilmes (1857), planos de la Casa de Gobierno, antiguo Fuerte (1858) etc. En 1856 vendió su chacra de San Isidro,


45 en la que en el altillo de la parte alta de la casona, a veces utilizaba como taller. Este mirador, desde el que se podía ver la costa desde Palermo hasta San Isidro, inspiró muchos de sus cuadros, como también la pampa bonaerense. En óleos y acuarelas reflejó paisajes campestres de los alrededores de Buenos aires, especialmente de San Isidro y San Fernando. En la década de 1860 pintó una serie de desnudos femeninos que provocaron tal escándalo en la sociedad porteña, que nunca fueron exhibidos publicamente. Está considerado como uno de los más notables artistas argentinos del siglo XlX. REARTE, Armando pintor RECHAIN, Arístides dibujante REZABAL BUSTILLO, Fermín (BA 1845-íd. 1873). dibujante, pintor y litógrafo, Alumno y amigo de Prilidiano Pueyrredón. En 1866 y 1867 durante la guerra del Paraguay ejecutó dos albumes de apuntes, retratos al lápiz y

bosquejos de Buenos Aires y de Montevideo. RODRIGUEZ ETCHART, Severo (BA 1865-íd. 1903). pintor, Inició sus estudios artísticos en el Colegio Nacional, en 1877, bajo la dirección de los artistas E.Charton y J. Aguyari y en 1878 con Francisco Romero en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes. La posición holgada de su familia le permitió dedicarse por entero al arte. En 1879 viajó a Europa donde estudió en Turín, Roma y París. En 1886 volvió a Buenos Aires y expuso en la casa Bossi óleos que fueron elogiados por la prensa local. En los años siguientes vivió sucesivamente en Buenos Aires y París, ciudades donde su obra tuvo una crítica muy favorable. En su obra pictórica se refleja un deseo de verismo que al traducirse en la tela, adquirió singular valor poético. En todos sus dibujos y telas hay una tenaz presencia de valores plásticos. Retratos, desnudos femeninos, composiciones, naturalezas muertas, paisajes, forman la múltiple obra de Seve-


46 ro Rodriguez Etchart. ROMERO CARRANZA, Fernando (BA 1935) pintor . Sus temas preferidos son la pampa. el paisaje rural y los caballos. En 1962 se gradúa de abogado en la UBA. En 1973, luego de varios años en que alterna su profesión de abogado, sus actividades agropecuarias en Arrecifes y su vocación artística, realiza su primera muestra conjunta para la Asociación Criadores de Caballos Criollos en la Sociedad Rural Argentina. En 1974 obtiene el primer premio en pintura en la muestra El Caballo en el Arte. Al año siguiente realiza su primera muestra individual y desde 1979 expone obras inspiradas en el campo argentino en la Galería Zurbarán. RUIZ IDARRAGA, Generoso pintor y escultor, ( Navarniz, Vizcaya en 1901. Viajó por América y Europa entre 1916 y 1926. SAGASTIZABAL, Tulio de pintor SANSINENA, Marta pintora SAUBIDET GACHE, Tito (BA 1891-íd. 1953).

pintor, ilustrador y arquitecto, Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes, en la Universidad de Buenos Aires y en la Escuela de Arquitectura de París (1910-1913). Vivió durante más de veinte años en Europa. Construyó y decoró diversos pabellones para la Exposición de Sevilla de 1928. Realizó murales en la Ciudad Universitaria de París. Ilustró las ediciones del Martín Fierro, publicadas por Viau (1937) y El Ateneo (1950) en Buenos Aires. Escribió e ilustró el Vocabulario y Refranero Criollo, Buenos Aires, 1937. Desde 1932 concurrió al Salón Nacional y a otros salones y exposiciones en Europa donde fue varias veces premiado. SOTO ACEBAL Jorge pintor, (BA 1891-íd. 1974). Cursó dos años de arquitectura con Alejandro Christophersen. En 1912 para completar sus estudios de arquitecto-decorador concurrió al atelier de Georges Renon en París. Al estallar la guerra, se trasladó a España e Ita-


47 lia, donde pintó paisajes y expuso sus acuarelas en Sevilla. En 1914 regresó a la Argentina. En 1915 expuso en el Salón del Retiro. En 1917 y 1918 expuso en el Salón nacional tres retratos que lo consagraron. Aún cuando pinto al óleo y al temple, su técnica habitual fue la aguada. Trató con igual destreza la figura, el paisaje, la naturaleza muerta, el bodegón, el retrato y el desnudo. Sus desnudos femeninos, de tamaño natural, se caracterizan por su elegancia. También fue muralista con trabajos realizados en el Plaza Hotel, Ministerio de Economía, etc.. En 1915 fue uno de los fundadores de la Sociedad de Acuarelistas, Pastelistas y Grabadores. Profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes, miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes y presidente en 1963, director nacional de Bellas Artes en 1931, primer premio en el Salón Nacional de 1936. SOTO ACEBAL, María Mercedes Rodrigué de

pintora SOTO AVENDAÑO, Ernesto escultor TELLECHEA, Domingo escultor y restaurador UNZUÉ, Angeles Haydée pintora URCOLA, Enrique: plástico publicista(Lincoln) URÍA, Carlos Ernesto (BA 1929), pintor, dibujante y vitralista, Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón (1943-1950). Profesor de dibujo en diversos establecimientos. Concurrió a salones oficiales y obtuvo el Segundo Premio de Dibujo en el salón municipal de artes plásticas Manuel Belgrano por su pastel Figura (1958) entre otras distinciones. URIARTE, Carlos Enrique pintor URIBARRI INCHAUSTI, Leovigildo pintor URIBE, Basilio (1916-1995), ingeniero, periodista, poeta, prestigiosos crítico, Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes y de la Asociación Argentina de Críticos de Arte, fundador y Presidente del Centro de Investigacio-


48 nes del Diseño Industrial, ocupó altos cargos en el INTI, Director del Diario Crítica (1956/7), integró el Consejo de Redacción de Criterio y la Comisión Arquidiocesana para la Cultura. URRUCHÚA , Demetrio (Pehuajó 1902-BA 1978). pintor, grabador y muralista Estudió en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes de Buenos Aires y en París. Concurrió al Salón Nacional desde 1935. Durante doce años recorrió ciudades de EE.UU. con una muestra de estampas sociales. Pintor de caballete, grabador y muralista, realizó temas populares en los que muestra la vida suburbana y los trabajos rurales, así como también plasmó con intención expresionista en monocopias y en óleos cuadros de composición en los que se define más abiertamente su espíritu militante, contrario a los regímenes totalitarios. En tales obras su pintura posee un vigoroso impulso plástico, regido por una atrevido sentido cromático. Junto con Berni, castagnino, Spilimbergo y Colmeiro,

Urruchúa pintó la cúpula de la Galería Pacífico, con la cual contribuyó a iniciar en nuestro país el camino de la pintura mural. Tanto como sus pinturas, son valiosos los consejos que legó a sus innumerables alumnos, quienes se enriquecieron de las enseñanzas que impartió. URRUTI, Marta (BA 1937), dibujante y pintora, alumna de Oscar Capristo, Vicente Forte y Luis Barragán. En 1965 expuso individualmente en la Galería Van Riel de Buenos Aires y posteriormente en otras galerías de Argentina y de España. USANDIVARAS , Guillermo (Salta 18971976), pintor. Obtuvo numerosos premios entre ellos primer premio medalla de oro y diploma en el primer salón Oficial de Salta, como también en Tucumán y en Buenos Aires. Realizó retratos de próceres, gobernadores y particulares. UZAL, Francisco Hipólito (La Plata 1913), dibujante y periodista, Profesor de dibujo en la


49 Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata y en otros establecimientos. Jefe de producción en la industria cinematográfica, cuyo sindicato fundó. Director del diario El Ciudadano desde 1956 y diputado de la nación (1958-1960) VAZQUEZ URÍA, Fausto Angel pintor, dibujante YGUAIN, Ana María Furió de pintora, grabadora YORNET LANDA, Nilda pintora miniaturista. YRURTIA , Rogelio (BA 1879-íd. 1950). Comenzó estudiando inicialmente con el escultor Lucio Correa Morales, con cuya hija casó posteriormente. A principios del siglo XX y becado por el Gobierno Nacional viajó a Europa, radicándose en París. Allí estudió en las Academias Julian y Colarossi y con el escultor Jules Félix Coutan, su guía y maestro. Muy pronto se libera de academias y escuelas para buscar en la obra su mensaje personal. Expuso en torso en el Salón de la Societé Nationale des Artists Francaises, que no pasó indadverti-

do ni para Rodin ni para la crítica de la época. En 1903 se presenta am mismo Salón con el grupo Las Pecadoras, su primigenia obra de resonancia. Hasta 1910 expone regularmente en dicho Salón. En 1907 obtiene por concurso el Monumento al coronel Dorrego, la Municipalidad de Buenos Aires le encarga el Canto al trabajo. En 1911 se presenta individualmente en las salas de Witcomb y ese mismo año obtiene el Gran Premio de Honor en la Exposición de Arte de Barcelona, con la cabeza Serenidad. En 1916 comienza a trabajar en el Monumento a Rivadavia, que obtiene sin concurso, funde su Canto al trabajo y concurre también al Salón Nacional de Buenos Aires. En 1925 y 1937 se le otorgan Medallas de Oro, en las exposiciones del Círculo de Bellas Artes y en el Salón Municipal de Rosario, respectivamente. En 1939 concurre a la Feria Internacional de Nueva York y al Salón de Viña del Mar (Chile) donde le otorgan el Premio de Honor.


50 Su obra es la de un artista de proyecciones universales por su inconfundible acento personal, solidamente arraigado a su país. Fue profesor de la Academia Nacional de Bellas Artes entre 1921 y 1923, miembro de la Comisión Nacional de Bellas Artes en 1921 y académico en 1939. Su casa particular hoy es el Museo Yrurtia. YRURTIA, Lía Correa Morales de(BA 1893-íd. 1975). Hija del escultor Lucio Correa Morales y esposa del escultor Rogelio Yrurtia. Retratista notable, dibujante de trazo suelto y línea prolongada, colorista atinada. La figura humana fue tal vez su tema preferido por sus numerosos retratos y desnudos, como también sus naturalezas muertas. ZAMUDIO, Josefina escultora ZARIQUIEGUI, Estela B. dibujante y grabadora ZAVALLA, Pedro A (Pelele) dibujante ZAVALLA MORENO, Enrique pintor ZEMBORAIN, Beba pintora ZEMBORAIN, Carlos Alfredo pintor y arquitecto

ZEMBORAIN, María de las Nieves pintora ZUBIZARRETA, Lydia pintora ZULOAGA, Leopoldo pintor Fuente Gesualdo, Vicente, Biglione, Aldo y Santos, Rodolfo. Diccionario de artistas plásticos en la Argentina. Buenos Aires, Editorial Inca, 1988.

Artistas del Círculo ArgentinoVasco de Artes Visuales. Eusketxe Aberastury, G, Aguirre, D, Aguirrrezabala, E. Aldaburu A.M. Amondarain, A. Barandica, A, Bengoechea, Boeris Vidaurre A.M., Echegaray G.I., Eguía F, Espeleta A, Ezcurra F, Lafert, M, Larreta, Lecuona J., Pico Narvaiza, Salaberría D, Zariquiegui E, Zelaya . D., Zorraquín L, Gorriarena, C.


51 En otras ramas del arte destacaron En los museos DIRECTORES DE MUSEO: ARANGUREN, J.J., Ex director del Museo Pueyrredon, de Buenos Aires, BASCOURLEGUY, Directora del Museo “San José” de Entre Ríos, GONZALEZ AZCOAGA, M. F.Director del Museo Histórico de la Provincia de Corrientes, LARRAÑAGA, Isabel, Ex directora del Museo Sívori, URDAMPILLETA, Directora del museo “Hotel de Inmigrantes” CURADORES DE MUSEOS: ARAUZ de Pirovano, Celina, URIBURU de Lernoud, Mónica Curadora de la muestra “Tesoros de la Memoria” (1998), en el Museo “José Hernández”

COMENTARISTAS: ARTEAGA , Alicia de comentarista de “La Nación” y Directora de la revista dominical, BURUNDARENA, Ignacio, responsable de arte de la casa de remates “Posadas”, CÓRDOBA ITURBURU, reconocido crítico de arte, EGUIGUREN, Javier y Jaime, propietarios de la “Galería Eguiguren”, de Arte hispánico, INCHAUSPE, Dolly, imaginera. Propone la defensa del Medio Ambiente, SAGAR DIA, Omar, arquitecto. Estudioso de la imaginería urbana. GRABADORES: ETCHEGARAY, Gladys, profesora de grabado en arte moderno, ZARIQUIEGUI , Estela, expuso en el Museo de Arte moderno.

En las artesanías y la decoración RESTAURADRES: TELLECHEA, Domingo. ORGANIZADORES, ESTUDIOSOS CRÍTICOS Y

ARTESANOS: ARCE , Martiniano, fileteador


52 muy conocido en Buenos Aires, BEGOÑA , Nora JAUREGUI, Horacio, especialista en madera. DECORADORES: ABERASTURY , Marcela, ARAUZ de Pirovano, Celina Mariscal de Casa FOA, AROCENA de Dodero, Margara, organizadora de “Arte de la decoración en la mesa”, AZCUE, Juan, GOROSTIAGA, Gonzalo, QUIR NO LAVALLE, Marcos. En San Isidro, SAN CHEZ ELIA, Laura de.

En la música COMPOSITORES: AGUIRRE, “Cholo”, autor de famosas canciones del litoral argentino como “Río Rebelde”. Desde 1971 reside en España.

AGUIRRE, Julián: célebre creador y compositor. Formador de una escuela musical. Ver su obra en el artículo sobre la música. ALCHOURRON , Rodolfo, compositor, guitarrista y arreglador. Se destacó en Jazz. ANZOATEGUI, Ignacio, músico y poeta. IBARRA, Susana, letrista de tango. Su padre tiene una Academia de Tango en BA. MAIZTEGUI, Isidro, trabajó junto a García Lorca. MUJICA LAINEZ, Manuel Autor del libreto de “Bomarzo”, ópera argentina de Alberto Ginastera. ZUBILLAGA, Luis, nacido en 1928. Organizador de eventos culturales en toda Sudamérica. ARPISTA: ZAVALETA, Nicanor, nacido en San Sebastián en 1907 y fallecido en Puerto Rico en 1993. Conocido como el “Arpista del Siglo”, actuó varias veces en Argentina. Tenía parientes en Ramallo, provincia de Buenos Aires, y fue Miembro Honorario de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay.


53 GUITARRISTA: MEZQUIRIZ, Arnaldo. INSTRUMENTISTAS: URTIZBEREA, Ignacio, integra conjuntos ejecutando la batería el piano o el saxo. Estudió en París y es compositor de música para niños.

PIANISTAS: AGUIRRE de Castro, Raquel, hija del célebre Julián Aguirre. Fue condecorada por el Rey de España con la Orden de Isabel la Católica, con Cruz de Oficio. AZCARATE, Horacio. BERETERVIDE, Graciela, concertista, discípula de Claudio Arrau. Miembro de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay. EIZAYAGA, Pablo, IBARGUREN, Enrique, LEGUIZAMON, “Cuchi”, abogado salteño ya fallecido. Además de pianista fue un eximio compositor. UGARTEMENDÍA , Jorge, actuó en el Teatro

Colón de Buenos Aires, ULIARTE, Jorge, cordobés radicado en Italia, donde tiene gran relevancia, ZULUETA, Néstor.

CANTO: AGUIRRE, Perla, hija del músico Arsenio Aguirre. Además de cantante es compositora y guitarrista. Se recibió con diploma de honor en el “Agustino College”. ARIZMENDI, Helena, soprano, compartió la escena con Begiamino Gigli y otros cantantes de su tiempo en el Teatro Colón. ARRILLAGA, Néstor, BEDACARRATZ , Bartolomé, conocido como “Javier Amaral”. Pampeano y poeta. Miembro de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay. BERRI, Ma. Andrea, cantante de tango, boleros y temas populares, BIDART, Beba, cantante de tango, CONSTANTINO, Florencio, destacado tenor bil-


54 baíno que actuó en varias temoradas del Teatro Colón. Donó el Teatro de Bragado, provincia de Buenos Aires. CHAVERO ARAMBURU, José, conocido como Atahualpa Yupanki. Cantor y creador de nivel internacional. De gran personalidad, compuso la canción a la “Madre Vasca”. Murió en 1996 y se lo veló en el Congreso de la Nación. DAVALOS, Julia Elena, dedicada al folklore. Su familia se dedicó tradicionalmente a la cultura. Su abuelo Juan Carlos y su padre Jaime fueron importantes figuras. ECHENIQUE, “Chacho”, primera vos del “Dúo salteño”, EZEIZA , Gabino, payador emblemático de Buenos Aires, murió en 1916. Fue amigo del Presidente Yrigoyen. El arte del payador tiene similitud con los bertsolaris. GOYENECHE, Roberto, célebre cantor de tango fallecido en 1997.

IRIONDO , Silvia, cantante y compositora. LARRALDE, José, cantor folklórico de renombre. LURO ANCHORENA, Leonor, cantante barroca. MUNARRIZ, Valeria, cantante de tango, fue premiada por el diario “Le Monde”, de París. ZALDIVAR, Eugenia, cantante, poeta y compositora. Autora de varios libros de poesía.

CRÍTICOS MUSICALES: ARIZAGA, Rodolfo, participó en la composición de la “Enciclopedia de la Música Argentina”. ECHAVARRÍA, Néstor, LÓPEZ ITURBE, Abel, escritor de obras sobre cultura musical. SUAREZ URTUBEY , Pola, crítica musical, colaboradora de “La Nación”. Es también docente y escritora y Miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes.


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COREOGRAFOS: ARAIZ , Oscar, de fama internacional. Fue Director del Ballet del Teatro San Martín. LARUMBE, Carmen, coreógrafa del ballet de Maurice Bejart. Nació en Navarra, pero vivió su niñez en Posadas, provincia de Misiones. Fundó el Ballet Contemporáneo de Bruselas, ciudad donde murió en 1995. ZARASTE, Héctor, de fama internacional. Profesor del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.

BAILARINES: ESPECHE , Ramón, es considerado el mejor bailarín folklórico de todos los tiempos. ORCAIZAGUIRRE , Jorge, conocido como “Virulazo”. Bailarín de tango de fama internacional, fallecido en 1990. ORRADRE, José, conocido como “El vasco”. OYHANART , Patricia, bailarina del elenco

estable del Teatro Colón. URLEZAGA, Iñaki, bailarín nacido en La Plata. Es una de las figuras del Royal Ballet de Londres.

OBRAS VINCULADAS A LO VASCO Juan de Garay, “Gernikako Arbola” de Enrique García Velloso, “El vasco de Olavarría”

DIRECTORES.

PRODUCTORES:

AJURIA, Julián de, Escribió la “Historia del Cine Argentino”, se le deben films pioneras del cine nacional, como “El fusilamiento de Dorrego”, “Camila O’Gorman” y “Nobleza Gaucha”. ANDECHAGA, Osvaldo. ANTIN, Manuel, creador de la Univ. del Cine. ARISTARAIN , Adolfo, obtuvo la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián por su vista “Un lugar en el mundo”. Distinguido por la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay.


56 AYALA , Fernando, director de películas de 1940 a 1970. AZPEITIA, Roberto, productor de cine, AZPIOLEA, Carlos, BEMBERG BENGOLEA, Ma. L., exitosa directora de “Camila” y “De eso no se habla”. CAHEN SALABERRY, Enrique, INURRIGARRO, Pity, LAPHITZ, Lizardo, obtuvo el Premio Moliere, LASSALETTE, Carlos, productor de instalaciones a arte audiovisual, LIZARRAGA, Andrés, MACHIANDIARENA, Miguel, propietario del famoso Estudio “San Miguel”, MUJICA, René, MURUZETA, Juan, ORGAMBIDE, Carlos, ORTIZ DE ZARATE, Américo, OTADUY ARANZANI , Carlos, director de varios largometrajes, PAGAZAUR-TUNDUA, José M.,

URQUIJO, Hugo, URTHIAGUE, Alberto, propietario de “Aleph Producciones SA”, ZAVALIA, Carlos.

ACTORES: ARANA, Hugo, ARTAZA, Nito, actor y productor de teatro de revistas, ECHARRI, Pablo, ETCHEGOYEN, Patricia, GALLARDOU, Claudio, GOITY, Carlos, IBARRETA, María, LARRETA, Augusto, MALLAVIABARRENA , Alfredo, conocido como “El Vasco”, interpretó al Che Guevara. OCHOA, Fernando, actor cómico muy popular, ya fallecido, TORRONTEGUI, Juan Carlos, conocido como Juan Carlos Thorry. Actor detacado, fue distin-


57 guido por la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay. URDAMPILLETA Alejandro, falleció en febrero de 2000, ZABALÚA , Martín, conocido como “Tincho Zabala”, ZUBIARRAIN , Olga, conocida como Olga Zubarry. Destaca actriz, distinguida por la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay.

En la fotografía AGUIRRE, Jorge, AYERZA, Francisco, pionero de la fotografía en el país. En su casa nació la Sociedad Fotográfica Argentina de Aficionados en 1889. Se dedicó especialmente a La Pampa y los personajes populares, con lo que ilustró el Martín Fierro, con infinidad de tomas de la estancia San Juan de Pereyra Iraola, camino a La Plata. Su colección se incorporó a la Academia Nacio-

nal de Bellas Artes por donación de sus parientes en 1937, testimonian una época y una clase social. BERASATEGUI, Adolfo, ERIZE, Francisco, fotógrafo especializado en animales ETCHEBEHERE, Alberto, participó en varias vistas consagradas argentinas en las décadas de 1940 y 1950. GUILLAMONDEGUI, Martín J., HARDOY, Javier María, LARTIRIGOYEN, Dante, LEGARRETA , Antonio, conocido como “El vasco”. Muy popular fotógrafo deportivo ORTIZ, Mónica, SALZAMENDI, Osvaldo.

CAMAROGRAFO Destacó en “Sucesos Argentinos” Pedro Pouchulú, el primero en llegar a San Juan en 1944 tras el trágico terremoto de la capital provinvial.


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TRES VASCOS OLVIDADOS, DE MÁXIMA IMPORTANCIA EN NUESTRO FOLKLORE Carlos Anonio Moncaut Tres expertos en el tema nos ilustran sobre la importancia de figuras, a veces no reconocidas como lo merecieran, en el folklore nacional. Todos tienen en común sus afinidades artísticas y ser descendientes de la noble raza vasca. Ambrosio Juan Althaparro Escritor nativista. Nació en la estancia de sus mayores””Palenque Chico”, próxima a la estación del Ferro Carril Sud “Parravicini”, partido de Dolores, el 7 de diciembre de 1875.


59 Era hijo de don Juan Pedro Althaparro (vasco) y de doña Graciana Brie. Cursó sus estudios primarios en Mar del Plata y Dolores. En su juventud, administró estancias en el sur de la Provincia de Buenos Aires. Fue fundador “Del Cable”, primera Compañía de Electricidad de Dolores, y consejero del Banco de la Nación, sucursal Dolores. Fundó en Mar del Plata una Compañía de Seguros. Fue un fervoroso cultor de nuestro “saber popular””. En Buenos Aires fue redactor del periódico “Cuidemos nuestra tradición” y fundador de la revista nativa “Señuelo” de la que aparecieron 11 números, el primero en setiembre de 1940 y el último en octubre de 1945. Escribió, en 1944, una obra excepcionalmente valiosa y lamentablemente olvidada: “De mi pago y de mi tiempo” y dejó inéditas -y hoy quizá seguramente perdidas- sus obras “Voca -

bulario del Gaucho y Leña Hachada” y “La Patagonia que yo he visto”. Perteneció a instituciones culturales del país y fue vocal de la Comisión Nacional de Folklore. Formó su hogar con la dama dolorense doña Lucila Barragán. Y falleció el 5 de setiembre de 1955. Casi 3 años después, su viuda, que tenía su residencia en Dolores, en la quinta “La Lucila”, se dirigió por nota (fechada el 8 de julio de 1958) al entonces Director del Museo de Dolores, haciéndole donación a esa Institución, a la memoria de su esposo, de una biblioteca con 150 libros que le habían sido dedicados por importantes autores de obras de carácter folklórico. En la nota mencionada, además decía: “También (Lucila Barragán de Althaparro) dona un ejemplar del libro que publicó el esposo denominado “De mi pago y de mi tiem-


60 po” que fue premiado por la Comisión Nacional de Cultura en la Producción Regional de la Pampa, del período1943-1944 como se verá en el diploma. “Lo mismo hace con ejemplares de la Revista costumbrista “Señuelo”, netamente criolla, que formó y fue su director en el año 1940 y está para publicarse un vocabulario Pampeano de 3.000 voces. “Formó parte como: Miembro del Primer Congreso Nacional de Folklore como acredita el diploma adjunto; fue también del Círculo de Becarios y Premiados de la Comisión Nacional de Cultura; Miembro de la Comisión Nacional de Folklore del año 1949 y de la Asociación de Escritores Argentinos. “A la memoria del dibujante Norberto Althaparro dona seis cuadros a pluma de temas camperos, entre ellos: un rancho; un criollo con su caballo y un criollo subiendo un redomón. “También adjunta unas randas de encaje que

fueron usadas en calzoncillos cribados de nuestros antepasados y pertenecieron al señor Juan Pedro Althaparro, padre de los ya mencionados.” A propósito de estas preciosas randas bordadas en hilo y utilizadas en la vestimenta gaucha cuando se usaba chiripá, una medía 1,80 m de largo, por 33 cm. de ancho; otra de 1,70 por 10 cm. Además un bordado en hilo de 40 por 26 cm. En cuanto a “Palenque Chico”, el lugar de nacimiento de Juan Ambrosio Althaparro, en la estancia que fuera de sus mayores, fue posta de galeras en el trayecto que iba de Dolores a Ayacucho, y atravesaba la zona anegadiza de la Cañada del Vecino, al decir de Justo P. Sáenz, tendida a nivel como una inmensa cancha y cuya monotonía sólo alteraban los enhiestos varillares cuajados de uvitas negras del duraznillo o la verde espesura de los juncales cubriendo a medias las lagunas de agua


61 lamosa. Comarca de variadísima avifauna, a contar del diminuto sietecuchillos, la cigüeña melancólica o el carancho voraz, pasando por las diversas clases de patos, la espátula rosada, el flamenco y el inquieto gallaretaje, con el deslumbrantemente blanco mirasol. Pagos gauchos, si los hubo, compuestos de enormes latifundios... entre ellos “La Quinua” de Luro con diez leguas; “La Unión” de Chapar, con no menos de ocho; “Navas” de Pereyra, con veinticuatro... Al prologar “De mi pago y de mi tiempo”, Justo P. Sáenz dice conocer esos pagos “desde hace cuarenta años, y así recuerdo con cariño algunas de sus viejas “esquinas”, como la de Derdoy, “La Protección”, la de “San Francisco” con sus enrejados mostradores y sus techos pajizos o de azotea. “También admiré sus paisanos de chiripá y media blanca, usando riendas de cadena, lo mismo que los botes tirados por caballos en

tiempos de inundación....” Asimismo cuenta: “Muchas veces he pasado por “Palenque Chico”, la estancia solariega de los Althaparro, allí a pocas cuadras de Parravicini, estación ferroviaria perdida en esas llanuras frente al boliche de zinc de donde partía para Rauch la galera del vasco Ligue, a lo largo de aquel camino gredoso que se metía como una cuña blanca en el horizonte del Oeste.” El canal nº 1 arreó con los tallos de duraznillos y desecó las lagunas, y desaparecieron los huncales con todo el bicherío que los habitaba. El mismo Althaparro cuenta en la introducción de su bellísimo libro: “Me tocó nacer en el partido del Vecino (hoy General Guido) al S. E. de la provincia de Buenos Aires y pasé mis primeros cuarenta años en un pago tan criollo como el que se extendía desde el Río Salado hasta Ayacucho y de Las Flores al Tuyú. “Durante los últimos veinticinco años del


62 siglo pasado (XIX) alcancé a ver muy de cerca a los gauchos auténticos. “Ya hace casi treinta años que me alejé del campo; así que mis recuerdos se han podido mantener libres de la influencia que sobre ellos habrían ejercido sin duda, los modernos métodos de explotación, y los grandes adelantos que han llevado: el auto, el teléfono, la radio y los caminos lisos.” “De mi pago y de mi tiempo” lleva numerosas y muy logradas ilustraciones de Augusto Imer, y al final, un vocabulario con 442 voces, valiosísimo. Entre los capítulos del libro recordamos: Prendas de vestir del gaucho; Elementos de trabajo; Las armas del gaucho; Juegos; Esquinas y pulperías; Bailes del campo; La doma y la jineteada; El agregado; Rodeo; El nutriero; El cazador; Hierras de convite; Una posta de galeras; La médica; La carrera depositada; Un arreo en la noche, y otros muchos temas más.

En uno de los ejemplares que poseemos de este libro en nuestra biblioteca, en el inicio del capítulo VIII sobre “El agregado”, hay una anotación con lápiz del mismo autor que dice: “Este capítulo mereció críticas desfavorables por parte de algunos gauchistas que no admiten que el gaucho tuviese defectos .” Al hablar del chiripá dice: “El chiripá negro de ‘merino’, era prenda de ‘vestir’ y exigía buena bombacha negra, o calzoncillo blanco. No alcanzan mis recuerdos a la época del calzoncillo ‘cribado’, el que debe haber desaparecido antes de 1870. Conservo un ‘cribado’ primoroso, que perteneció a un antepasado (y aquí agrega con lápiz: “mi padre”), quien a pesar de ser un verdadero ‘señor’, usaba esa prenda en sus años mozos, de 1850 a 1865.” Al hablar del sombrero, dice Althaparro: “La gorra de vasco se solía ver en algunos criollos, peones de las estancias, pero en un


63 porcentaje muy reducido en comparación con el sombrero. Le agregaban siempre, una borla atada al apéndice central de la boina y muy frecuentemente también, un botón hecho con una moneda de plata.” La seriedad e infinito valor de esta obra es obligatorio resaltarlo. El mismo Althaparro dice en un pasaje: “En todos los relatos o monografías o como quiera llamárseles, que componen este libro,, me refiero siempre a lo que ví, no a lo que vieron o me contaron otros . Son observaciones directas tomadas de gauchos auténticos, que alcancé a conocer y tratar a diario durante muchos años.” Considero, con absoluta seguridad, que no hay obra que aporte más al conocimiento de nuestra tradición (pero a la real, a la auténtica) que todas las páginas que han brotado de la pluma de Juan Ambrosio Althaparro. Es por ello más que justo se lo recuerde hoy.

Manuel Lángara Vasco, gaucho, estanciero y poeta

A poco de llegar a nuestro país, Manuel Florencio Lángara se trasladó hacia el sur de nuestra provincia. Había nacido en San Julián de Musquiz, Vizcaya, en 1843 y era hijo de don Manuel de Lángara y Ariño y de doña María del Carmen Cabriñana y Leguina. Era de distinguida familia. Entre sus parientes se contaba al almirante don Juan de Lángara y el gobernador militar del Fuerte de Ceuta, don José Miguel de Cabriñana. Se recibió de bachiller en el colegio bilbaíno de San Antonio, e inició luego estudios en la Facultad de Ingeniería de Madrid, estudios que luego abandonó. Experimentaban entonces un especial influjo sobre él las lejanas tierras de América. Cartas


64 que recibiera de un hermano suyo, dos años mayor, Antonio, le exaltaban el novedoso encanto de nuestras pampas. Fuera por ello o por la necesidad de buscarse un porvenir económico, se embarcó a la postre para Buenos Aires, en 1870. Aquí vivió un tiempo bajo la protección de su hermano, pero éste, el 7 de abril de 1871, cayó víctima de la fiebre amarilla. Quedó así librado a sus exclusivos medios y necesitado de afrontar el porvenir. Dirigió entonces sus miradas hacia el sur, conchabándose como personal de la estancia “El Moro” de otros vascos franceses, Luro y Pradére, adaptándose inmediatamente a ese ambiente gaucho. De clara inteligencia, gustaba participar como oyente en las tertulias de los fogones, circunstancia que le permitió conocer los pormenores y episodios de la vida legendaria del hombre de las pampas. Conoció famosos payadores y supo del drama del fortín.

Pronto se adiestró en yerras y domas, en las boleadas de avestruces y en las jornadas del pial. En 1872, ganoso de correr la aventura de los bravíos milicos de la frontera, tantas veces oído en las ruedas de peones, y en el corro de los estancieros, acompañó al coronel Benito Machado, jefe entonces de las fronteras y costas del Sur, en los entreveros a que dieron motivo los conflictos suscitados entre Catriel, amigo de Machado y los aliados de Calfucurá, caciques Manuel Grande y Chipitruz. Al finalizar esta campaña de la que conservaba el recuerdo de un chuzazo, Lángara arrendó una extensión de campo a su entrañable amigo don Pedro Iturralde, en las rientes planicies del Azul. La pequeña estancia que organizó, se hallaba en el Cerro de la Plata, región encantadora con sus lomas cubiertas de monte y sus lagunitas que se recortaban en el verdor de la campiña. Allí en esa estancia, Lángara escribió lo mejor


65 de sus poemas, que tenían perfume y emoción pampera. Somos poseedores de un rarísimo librito con un poema en versos que tituló “Los amores en la pampa”, impreso en Azul, en 1881. Salió por la imprenta La enseña liberal. Se consubstanció tanto con la vida de nuestro hombre de campo que según relataban sus familiares, llegó a desdeñar la vestimenta europea, vistiendo únicamente la del paisano. Así podía vérsele con corralera negra abotonada con libras esterlinas; bombacha de paño fino, tirador abotonado con monedas de oro y plata; rastra de cadena con chapa calada; bota fuerte y espuelas; camisa bordada y pañuelo de seda blanca con iniciales bordadas en seda roja; facón y rebenque con cabo de plata e iniciales en oro. Su recado era notable. Usaba el cabello largo, el que comúnmente cubría con un chambergo a lo Mitre. No abandonaba esta vestimenta gaucha ni aun cuando viajaba a

Buenos Aires. Una de las virtudes que más lo adornaban era el desinterés. Ello dio lugar a que en su estancia hubiera siempre cabida para los desheredados. Como patrón, fue tolerante y amplio pero justo. Su sobrina doña María Echeverría y Lángara de Arenaza, cuenta esta anécdota: había Lángara encargado de uno de los puestos de su estancia a un muchachón alegre y andariego. En cierta oportunidad en que concurriera para inspeccionar esa parte del campo, constató el abandono en que se hallaba, por negligencia del puestero. No obstante lamentar esta situación, Lángara no quiso despedir al muchachón; sacó su lápiz y en la puerta del rancho abandonado escribió: Ranchito de infausta suerte con pena de ti me alejo. ¡Dios quiera que vuelva a verte mejor de lo que te dejo!


66 En el “Cerro de la Plata”, además de “Los amores en la pampa” escribió una novela que había titulado “La estancia La Cautiva”, cuyos originales llevó en un viaje que hizo a España en 1904 y que nunca pudieron ser encontrados. Dícese que el baúl en que se encontraban, juntamente con otros papeles, fue presa de un incendio. Lángara reunió sus originales poéticos en 1878 (salvo el que ya mencionamos “Los amores...” que allí no figura), y los publicó en un volumen titulado Los gauchos. Su intención era publicar otro a principios de siglo, pero al sentirse enfermo, resolvió viajar a España, donde murió el 29 de mayo de 1906, quedando los materiales inéditos relegados en el baúl a que ya nos referimos, perdiéndose para siempre, seguramente de este modo, lo mejor de este poeta vasco agauchado y estanciero aventurero que pasó treinta y cuatro años de su vida en la pampa bonaerense, recorriendo

campos por Azul, Olavarría, Tandil y Dolores, y recogiendo innumerables conocimientos sobre las costumbres y la vida de nuestros paisanos. Por ello su obra está empapada de elementos folklóricos de primera mano: supersticiones, refranes, dichos, coplas populares, costumbres y modismos. “La pulpería” es de una acertada proyección en la realidad. Así empieza: No muy lejos de Dolores y de una laguna al lado hay un rancho de unas veinte o treinta varas de largo. Arriba del mojinete que al palenque está mirando, una banderita blanca ondea fija en un palo, y sujeto en la pared de una puerta sobre el marco está un letrero que dice:


67 Pulpería del Milagro. Entremos a ver lo que hay en este almacén extraño: Más adelante comienza a describir la mercadería tan heterogénea que hay allí: Víveres, loza, botellas, cuchillos, ollas y jarros, asadores y sartenes, hachas, tenazas y clavos, géneros, ropas, calzados, botonaduras de plata, estribos, aperos, lazos... Canto, juego, pelea, mientras el pulpero, detrás de la reja del sumario mostrador, acumula pesos fuertes. El escenario está descripto con justeza. Su chispa está presente en otras composiciones, como en “El gaucho en la iglesia”:

Entró un gaucho en una iglesia al tiempo que estas palabras, decía un predicador a la grey que le escuchaba: Ustedes son mis ovejas y yo el pastor que las guarda. Tendió el gaucho al oír esto por el templo una mirada; y viendo que en él había muchas y lindas muchachas, dijo entre sí suspirando a la vez que las miraba: “¡Ah malaya fuera yo carnero de esa majada!” El drama “Los gauchos argentinos” tiene por escena una estancia bonaerense. Comienza en las postrimerías del gobierno de Rosas y el desenlace acaece después de Caseros. Argumento sencillo e ingenuo, pinta las adversidades del


68 hacendado unitario don Julián García, cuyos allegados luchan en el ejército libertador contra la tiranía. Un socio maligno, acuciado por la ambición, labra la desventura de toda una familia mediante el recurso de la delación bastarda. Muere García; su fortuna pasa a manos viles. Pero el triunfo de los traidores nunca es duradero y la victoria de Urquiza precipita el castigo del malvado. El léxico que Lángara emplea en sus composiciones es el verdaderamente empleado en la campaña por esos tiempos. En toda su obra se refleja una profunda simpatía por nuestro suelo, por nuestra pampa porteña y sus gentes. Fue, no cabe duda, un curiosísimo y particular estanciero gaucho, y otro vasco, con hondos conocimientos de nuestro folklore, que merece ser recordado.

Luis Domingo Berho

Luis Domingo Berho, de ascendencia vasca, fue un personaje también digno de destacar porque para nuestros estudios folklóricos resulta absolutamente necesario tenerlo presente. Había nacido a una legua de Lobería el 4 de agosto de 1925. Sus padres fueron Juan Berho y María Rochford que formaban un hogar humilde pero laborioso al que colaboró Luis Domingo desde niño “mirando atrás del arado, la rastra, la sembradora, la cosechadora... echando los caballos...” Al tiempo de fallecer su padre, jovencito aún, se trasladó con su madre y hermanos al campo, por el paraje “La Guitarra”, cercano a la pequeña localidad de San Manuel, entre Napaleofú y Licenciado Matienzo, entre algunas serranías al sur del Tandil.


69 Cursó hasta 4to. grado en la escuela nº 6 de Lobería y cuando contaba 17 años de edad, abandonó a su familia e ingresó a una nueva etapa en su vida, de vagabundaje y trabajo agrario, llegando por un tiempo hasta hacer vida de linyera. Luego de un tiempo se radicó en Mar del Plata, donde escribió sus primeras composiciones en verso. Pronto demostró tener un talento particular y cuando se radicó en las afueras de Buenos Aires, por Isidro Casanovas, Ramos Mejía y por fin en San Justo, desarrolló en su plenitud su ingenio en obras que con modestia, -y de ello vivía- comercializaba en las reuniones y fiestas de jineteadas. En San Justo lo sorprendió la muerte el 26 de setiembre de 1992. Hoy sus restos descansan en el cementerio de la ciudad de Balcarce, frente a la sierra La Barrosa. Este fue su postrer deseo y así se cumplió.

La temática de sus obras fue la experiencia que adquirió en su trajinar por la vida, conociendo y describiendo tareas rurales, personajes, maquinarias. Carlos Risso, joven poeta platense, en el prólogo de la reciente publicación que ha reunido la mayor parte de la producción de Berho, bajo el título “De mi galpón’ (La Plata, septiembre de 1999) refiere cómo fue conociendo la obra de éste. y llega a la conclusión que “Sólo el que ha vivido la experiencia o al menos la ha presenciado con ojo observador, puede pintarla con tan sencillos como certeros trazos... ¡claro que también se requiere ser poeta!” Pero Berho no se consideraba un poeta gauchesco, ya que en sus versos el habla de un hombre de campo más próximo a nuestros días, dedicado a las labores agrícolas más que a las ganaderas. Y es verdad, pronto se lo conoció con el mote de “poeta de la chacra”. Y el mismo Berho


70 contó alguna vez: “Habiendo pasado toda mi infancia y la adolescencia en un medio eminentemente agrario, se acumuló en mi espíritu, un tesoro de vivencias que hoy pongo de manifiesto en mis obras, las que no tienen otra pretensión que la de ser, eventualmente, una modesta contribución para el asunto de una epopeya que aún no ha tenido su Homero, pero que alguna vez tendrá que ser escrita”. ¿Acaso no la logró escribir Berho, con su obra? A los 28 años logró concretar su primera publicación: “Cortando Campo” impresa en Mar del Plata en 1954. A la que siguió, varios años después (1972) “Puerta A Juera” . Su rima era muy cuidada y trabajada, y demoraba mucho tiempo en hallar la palabra adecuada, la que brindara plasticidad y blandura. Con acierto dice Risso que “podría describírselo como algo introvertido, de largos silencios, aunque a la vez comunicativo. Observó la

vida con la atención de quien descifra un enigma, pero siempre como si la mirara de soslayo... con respeto.” Berho mismo dijo cierta vez: “A los 17 años me fui de mi casa y anduve por ahí de linyera. Entonces se llamaban crotos. Y me encontré con uno que puso en mis manos un libro que aún yo no podía comprender: “La Divina Comedia”. “Ese deambular por los caminos también requería oficio. No todos sabían desempeñarlo. Algunos no se apartaban de la vía y terminaban acudiendo siempre a los lugares visitados hasta el cansancio. No les iba bien. La gente se cansaba de ellos. Los que conocían el secreto, sabían que era conveniente “hacer la cortada”. Es decir, irse a campo traviesa a las chacras donde el único inconveniente al llegar eran los perros, con los cuales se establecía distancia esgrimiendo el “mono” como una lanza. Por lo demás, las generosas


71 chacras brindaban buena acogida a los caminantes: alojamiento, algo de comida y algún trabajito de paso para conocer el calor del dinero.” Y en esos dispersos lugares rurales hizo Berho a lo largo de los años y pacientemente, su licenciatura en filosofía. En crónica de Rubén Benítez, dos años antes de la muerte de Berho (diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca), aquél decía: “Berho le cantó más al escenario que a los protagonistas. Se apasionó por el decorado vivo de la naturaleza”. Berho fue durante toda su vida un amante de la soledad. Que necesitó el paréntesis del silencio para escucharse y sentirse acompañado. Para él, el silencio ha sido el idioma de la sabiduría. Entre sus obras, además de las mencionadas, recordamos “Alpillera”, “Cortando Campo”, “Estación de vía muerta”, “Tranquera de alam-

bre”, “Galleta ‘e campo”, “La Chata de Lobería”, “El Maceta” etc. Para muestra, sólo basta un botón: “Cosas del tambo” Balerío de terneros a las dos de la mañana, lechuza que hace campana y alboroto de los teros. Milonga de los luceros que al alba le hacen cosquillas, corral con muchas varillas, chiquero en forma de brete, espera de la gran siete y mover las carretillas. Un apellido importao que puede ser Errecalde y entre la espuma de un balde dos chorros que se han clavao. Un palo que se ha estirao


72 como un brazo colosal que de puro servicial sostiene en alto un farol, que es como gota de sol que alumbra todo el corral. El ocho de una manea que acollara dos garrones, muchacho que a los tirones con los terneros pelea. Una vaca que se arquea, un rabo que se enarbola, banco de una pata sola amarrao a las verijas y tarros con dos manijas que esperan haciendo cola. Un toro que en un rincón está pensando macanas, ternerito que con ganas deja el brete de apurón.

Un topazo y un chupón, un salto y una patada la leche desparramada y el grito de “ten vaquita” que es una señal clarita de que hay teta lastimada. Sol que sale despacito olvidando el horizonte y dejando a un lao el monte va buscando el infinito. Villalonga al trotecito con los tarros bien tapaos; gorra con pelos pegaos, una siesta, unos amargos, sueldo corto, días largos y almanaque sin feriaos. Otro vasco enamorado de nuestra tradición, poseedor de un talento sin igual, que debemos recordar.


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DOS PROMOTORES DEL FOLKLORE Mónica Uriburu de Lernaoud

GREGORIO BEECHE Gregorio Beéche inicia el coleccionismo bibliográfico en nuestras tierras con la formación de su famosa Biblioteca Americana, primera en las de su especialidad en países del Continente. “...altas figuras de la vida política e intelectual de Chile y la Argentina en su tiempo, reconocieron la importancia de su obra y el patriotismo de su acción. “La civilización debe mucho a este colaborador silencioso”, dijo de él Sarmiento.” *


74 En 1941, a cien años del comienzo de su definitiva biblioteca - no había podido conservar la anterior, iniciada en Chuquisaca allá por 1925, dispersada por las agitaciones políticas y otras circunstancias - Rafael Alberto Arrieta publica “Don Gregorio Beéche y los bibliógrafos americanistas de Chile y del Plata”. Narra allí aspectos de su vida, contribuye con material inédito al esclarecimiento de situaciones oscuras y desconocidas “de petite histoire sudamericana” y pone de relieve el valor de la actividad conservadora en favor de un patrimonio documental que posiblemente hubiese desaparecido de no haber contado con el inicial interés de Beéche. “Preocupose por salvar del olvido o de la destrucción valores de América, cuando nadie a su alrededor pensaba en ellos. Quiso dotar de un instrumento indispensable a quienes podían utilizarlo. Hubo honor y patriotismo en su empresa, y se anticipó a los mejores, que siguieron sus pasos”. Con la preocu-

pación de Don Gregorio como punto de partida surgió un grupo de seguidores en la pista de la pieza rara o difícil. Podría decirse que emulación significaba admiración, “puesto que Beéche era punto de referencia y el término de comparación de los nuevos coleccionistas: formados en su ejemplo, aspiraban a superarlo” Atesoró manuscritos, bandos, colecciones de periódicos, folletos, catálogos, atlas y volúmenes impresos producidos en América, o publicados acerca de nuestro continente. “... el señor Beéche ha procedido infatigablemente a la tarea de coleccionista, y en consecuencia, su Biblioteca Americana, no sólo es la mas numerosa y mejor escogida de la América del Sur, sino de Europa y de la América del Norte.[...] La Biblioteca del señor Beéche no sólo es rica en libros sobre América, sino especialmente en libros americanos impresos en esta parte del mundo, en que la imprenta tuvo antes tan tardía y precaria vida. Así, al lado del viaje a las


75 regiones equinocciales, de Humboldt, cuyo precio de venta fue de diez mil francos, y de la famosa obra sobre Méjico, de Lord Kinsborough, que gastó en imprimirla medio millón de pesos, se ven en sus estantes los humildes testos y vocabularios indígenas que en tiempos ya muy remotos imprimían los jesuítas en Córdoba del Tucumán o en las ciudades más escondidas de Nueva Granada de Méjico y el Brasil”, dice Benjamín Vicuña Mackenna en sus palabras de despedida, publicadas en El Ferrocarril, de Santiago de Chile, el 24 de enero de 1878. Comenta Arrieta acerca de los primeros pasos dados en pos de la segunda - y definitiva colección: “La busca de impresos y manuscritos desde la ciudad portuaria del Pacífico” Valparaíso, donde Gregorio Beéche se había radicado con su numerosa familia - “en un país sin librerías, sin bibliotecas, sin comercio organizado poara el objeto, no desalentó al buen

obrero.” Imagina la ansiedad de esa búsqueda, la pasión puesta en ella, “los goces y los dulces tormentos”, los sacrificios y los desvelos: “Husmeó, rastreó, descubrió. De arcones hediondos, olvidados en un cuartucho, extrajo el rollo de papeles amarillentos, y el infolio acre, y el libro secular forrado en pringoso pergamino; halló periódicos antiguos, bandos militares, en petacas de arrieros impregnadas del sudor de la mula, debajo de un catre, al pie de la cordillera. El coleccionista iba llenando carpetas y anaqueles. Pagaba lo que hasta entonces no tenía valor para sus poseedores.” “Debió crecer con rapidez la biblioteca, porque dentro del primer decenio la utilizaron y elogiaron estudiosos chilenos y argentinos. Fue pública desde cuando pudo serlo. Abierta a todos y a cualquier hora, reunía de noche a los amigos de su dueño, y la tertulia de proscritos comulgaba en el credo americanista que testimoniaban los estantes repletos. Pero después


76 del impulso inicial, el acrecentamiento se hizo difícil”. No obstante, Juan María Gutiérrez comenta a Diego Barros Arana, en carta fechada en marzo de 1851, que “cuenta con algunas preciosidades nuevas, como una colección completa de los “Viajes” de D´Orbigny, texto y láminas, y la “Colección de documentos históricos”, publicados por Salvá...” Benjamín Vicuña Mackenna, periodista de pluma militante, político, quien fuera candidato a la presidencia de su país, y coleccionista de libros él también, publica en 1879, a un año del fallecimiento de Beéche - en homenaje a su amigo salteño - el catálogo razonado de su biblioteca, en un volumen de 802 páginas. Aunque pasó más de la mitad de su existencia en el extranjero, - primero en Bolivia y luego en Chile (donde fue vicecónsul primero, luego cónsul y posteriormente cónsul general de nuestro país) - mantuvo su espíritu fiel a su tierra. Vivió lejanos en el espacio, pero cerca-

nos en sus afectos, los dolores de la patria y sólo pudo ser partícipe epistolar de aquellos acontecimientos. Comprometido con la política desde su juventud, a los 24 años el Gobernador de Salta, el sagaz Arenales, le confía la misión de convencer personalmente, amistosamente, al General Pedro Antonio Olañeta, realista, de deponer las armas. Angustia y desazón le causaban las vicisitudes políticas del país, aunque tampoco le eran ajenas las de otras naciones americanas. La añoranza del terruño era palpable en sus cartas, pero el retorno difícil, pues una familia con muchos hijos - casado con Evarista Arana, nacida en Alto Perú, con quien tuvo quince hijos - impedía el traslado. Su actividad consular le permitió, no obstante, tener participación activa en situaciones que Rafael Alberto Arrieta enumera, derivadas de episodios políticos en un rango que iba desde correrías de caudillos de índole interprovincial hasta otros de trascendencia


77 internacional, colaborando en el caso de desastres naturales - como fuera el gran terremoto de Mendoza de 1861 - y llevando alivio a angustias familiares, como las que relata Alberto M. Lagos en “Cinco cautivas argentina en la Araucania”, además de otras actuaciones que en los archivos de nuestra Cancillería constan, según informes del fallecido Carlos T. de Pereyra Lahitte, durante años a cargo de la biblioteca del Ministerio de Relaciones Exteriores. Gregorio Miguel Pascual Beéche había nacido en Salta, el 9 de mayo de 1800, en esa ciudad dos veces secular, capital de la Intendencia de su nombre y asiente de los gobernadores del Tucumán [...] donde predominaban en su vecindario apellidos vascos y castellanos, de la mejor prosapia peninsular”. Vio la luz en la casa de altos paterna, una de las cincuenta con que contaba Salta, cuando Buenos Aires sólo poseía una decena de ellas. Era hijo de “Don

Marcos Beéche, integérrimo vasco de hondo arraigo y prestigio en la ciudad, donde desempeñó la administración de correos [del Rey], cargo de confianza pública”. Su madre fue doña Josefa Estevez, de familia salteña.

AUGUSTO RAUL CORTÁZAR Augusto Raúl Cortázar nació en la ciudad de Salta, a una cuadra del histórico Cabildo, el 17 de junio de 1910. Por su madre, Irene Lorenzo Valdez estaba ligado a la antigua aristocracia rural de los Valles Calchaquíes. Por su padre, Octavio augusto Cortazar Arias, pertenecía a una de las familias fundadoras de Salta, los Arias Rengel, a cuya sangre se unió la de su abuelo paterno, vasco, don Pedro Valentín Cortázar, nacido en Bilbao, del cual sin lugar a dudas heredó su tesón en el trabajo y su señorío”.


78 Obtuvo los títulos de abogado, profesor en Letras, Doctor en Filosofía y Letras y Bibliotecario. Fue académico de número de la Academia Nacional de la Historia; miembro - correspondiente, consultor u honorario - de diversas Academias, Juntas, sociedades e Institutos extranjeros; miembro activo del Comité de Folcklore de la Comisión de Historia del Instituto Panamericano de Geografía e Historia de la OEA; Director del Fondo Nacional de las Artes desde su creación hasta su renuncia en el año de su fallecimiento (1974), y, además, de cumplir con numerosas responsabilidades docentes y directivas de diversa índole, fue autor de una importante cantidad de trabajos sobre temas folklóricos, incluyendo varios libros, entre los que se destacan “El carnaval en el folklore calchaquí”, “Folklore y literatura”, - según su hija Clara C. de Goettmann las dos mejores obras de su padre - y “Ciencia folklórica aplicada”, su obra póstuma. Imposible

de reproducir aquí su extenso curriculum, el mismo se puede apreciar, junto a su bibliografía, como apéndice en la publicación de su obra póstuma. Aunque desplegó una actividad incesante, nunca llegó a ejercer su profesión de abogado, abocándose con ahínco a la docencia y a la investigación, dedicando tiempo también a otros quehaceres relacionados con uno de los temas de su especialidad: el Folklore. Sus estudios en esta materia no fueron sólo de gabinete, ni se circunscribieron a la mera teoría. Lejos de encerrarse en una torre de marfil, salió a tender su mano generosa y cordial a los artesanos tradicionales, por quienes sentía profundo afecto y gran admiración. Es preciso destacar que, dentro del amplio campo del folklore, el Dr. Cortázar ahondó particularmente en el tema de las artesanías. Hacia ellas - y sus artífices - dirigió sus afanes y sentó las bases para que las investigaciones


79 tuviesen un fin útil y práctico en su beneficio. “Desde los tiempos de mi mocedad y en el curso de mis viajes e investigaciones de campo”, testimonia, “me he familiarizado con la obra y la vida de numerosos artesanos en variadas regiones argentinas”. En esas circunstancias percibió sus necesidades y advirtió que las artesanías tradicionales - tanto las folklóricas, como las etnográficas (realizadas por grupos indígenas) - estaban atravesando una grave crisis. Una serie de factores confluyentes, en parte generados por inevitables procesos de cambio cultural, entre los que podrían mencionarse la competencia de productos industriales - confeccionados a máquina, en serie y con menor valor y costo -; el recóndito y alejado hábitat de muchos artesanos, dificultades en la obtención de materia prima y una cierta actitud desesperanzada por parte de los propios artífices (muy bien descripta por Cortazar en varias ocasiones), se aunaban al desconocimiento

que de sus obras tenía la mayoría de los habitantes urbanos, debido a ese mismo aislamiento y el sobrio recato de la existencia lugareña”. Unos parecían encontrarse incapacitados para valorar su propio trabajo; los otros no lo apreciaban pues era sólo muy esporádica su presencia, o escasas las noticias que sobre él tenían. Fiel a su naturaleza, el Dr. Cortázar inició una tarea de rescate y revalorización de estas piezas que conforman parte de nuestro patrimonio cultural. Él mismo da algunas de las razones que justifican nuestra empresa de revitalización de las artesanías: “Representan un trabajo manual, pero no son una mera manualidad. Implican destreza, prolijidad, paciencia, atención, esmero, ingenio, pero además y fundamentalmente, la fuerza creadora de su autor, el destello del arte, la difícil y armoniosa síntesis de la originalidad y del estilo individual con las pautas tradicionales a las que el artesano se


80 somete voluntaria y gozosamente, pues le ofrecen el prestigio de su intrínseca excelencia y de su eficacia funcional, abonada por la experiencia de generaciones”. “Por otra parte, cada objeto representa la obra teatral, como resultado de lo que concibió la mente y ejecutaron las manos del artífice” “Cada obra, no sólo es fruto de una creación individual, sino que trasunta los matices del ámbito geográfico donde se produce, no sólo por las materias primas características sino también por la presencia de un estilo regional. Éste representa a su vez una síntesis de cultura, pues conjuntamente y casi por milagro, en el mismo objeto, el análisis puede descubrir elementos de una tradición superior, lejana a veces en el tiempo (secular, milenaria) y en el espacio (de otros continentes, países y regiones), armónicamente refunfidos con los que se infiltran desde la misma tierra bajo la expresión de supervivencias autóctonas”.

“...todo objeto artesanal existe en cuanto es apto para llenar una función, es decir, para satisfacer una necesidad, e interpreta a la postre la sencilla y difícil fórmula de ser a la vez simple, útil y bello”. Revela el Dr. Cortázar el deleite que le producen cuando dice que las artesanías surgen del “trabajo sobre el espíritu, en plena libertad, acuciado por la tensión creadora, perfeccionado por la destreza manual y el dominio técnico, animado por hálitos de inspiración, transido de sensibilidad. Trabajo que durante ciertas fases de su ejecución ha permitido esa especie de desdoblamiento del espíritu, atento a las manos y a la materia, en la medida de lo preciso durante las etapas rutinarias, para que por la actitud del ánimo, desplegarse en el embeleso del ahondamiento interior y esforzarse en la disciplina de la meditación”. Y resume: son “ofrenda casi sacralizada que el artesano logra


81 sintetizando en una obra la materia y el espíritu, por la gracia del arte”. Para lograr su cometido reanimador trazó planes - y los concretó - a través del Fondo Nacional de las Artes, organismo que resultó clave como punto de apoyo para revitalizar el quehacer artesanal. Impulsó su conocimiento por medio del “Relevamiento cinematográfico de expresiones folklóricas argentinas” (21 películas); series de diapositivas explicadas; ciclos de difusión del folklore argentino y, como resultado también de su iniciativa, del “Régimen de estímulo a las artesanías y ayuda a los artesanos” - “el primer régimen vigente en la Argentina del carácter metódico, concreto, económicamente eficaz y permanente” - que favoreció a la actividad, brindando apoyo a los artesanos mas destacados. “Entre los frutos mas brillantes de esta labor se encuentran las “Exposiciones representativas de artesanías argentinas”. Entre 1968 y 1974 se llevaron a cabo treinta y

cinco, ofreciéndose al público tanto en Buenos aires como en ciudades del interior, considerada cada una de ellas como “una verdadera antología altamente representativa”. A través de todas estas expresiones los habitantes de las ciudades tomaron conocimiento de la belleza y calidad de nuestras artesanías y de la valía de nuestros artesanos, logrando ellos mismos reconocer su propia trascendencia. Augusto Raúl Cortázar fue un caballero que honró a su estirpe vasca. Su tesón y empeño lograron dar nuevo impulso a una manifestación de nuestra cultura tradicional que corría riesgo de desaparecer. Puso su carisma y su talento al servicio de gente valiosa y humilde. Fueron notables la seriedad de su labor, la minuciosidad con la que la realizaba, el entusiasmo que desplegaba en sus emprendimientos, su elocuencia literaria, pero quizás el rasgo mas destacable de la personalidad de Cortázar haya sido su simpatía, no sólo en la acep-


82 ci贸n de ser agradable a los dem谩s sino en el m谩s profundo sentido de tener una disposici贸n afectiva y generosa hacia sus semejantes, revelada en sus palabras y demostrada con su obras.


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ANDRÈS CHAZARRETA Magdalena Bènard de Arichuluaga

Andrés Chazarreta nació en Santiago del Estero en 1876. De muy niño, a los 4 años, quedó huérfano de madre por lo que se crió junto a su abuela y hermanos.

Antes de cumplir 20 años se recibió de maestro y ejerció la docencia en los distintos niveles hasta llegar a ser Inspector de Escuelas en 1905. También enseñó en escuelas militares. Desde niño se interesó por la música. Aprendió a tocar la armónica y el acordeón. Siendo adolescente sus hermanos le enseñaron nociones básicas de guitarra y comenzó a rasguear zam-

bas, chacareras, escondidos, vidalas y gatos. En 1902 inició estudios de teoría y solfeo y técnica guitarrística, ocupando su atención la música académica europea de moda. Formó parte de una pequeña orquesta, en la que ejecutó danzas como valses, mazurcas, schottis, lanceros, serenatas. En 1906 interpretó públicamente en un teatro de su ciudad natal la Zamba de Vargas, un tema tradicional que había trascripto y arreglado para guitarra y que hizo editar en Buenos Aires en 1908 por la Casa Medina, firmándolo como propio. Influído por el movimiento tradicionalista en pleno auge y difundido por la literatura gauchesca y las representaciones del circo criollo, formó un elenco con bailarines y músicos santiagueños para poner en escena danzas y canciones tradicionales. En julio de 1911 debutó en el teatro Pasatiempo del Aguila con un espectacular éxito, a pesar de la oposición oficial y de ciertas aristo-


84 cracias locales que veían en la representación resabios bárbaros. Lo mismo sucedió en Tucumán y otras localidades del noroeste. Simultáneamente Chazarreta continuaba con su actividad docente y su tarea de recopilación y transcripción de obras de las que iba tomando conocimiento. En 1918 fue infructuoso su viaje a Buenos Aires para promover la presentación de su compañía entre los hombres de letras y empresarios. Dos años más tarde se asoció con el empresario teatral Juan Mauri, obteniendo ambos el porteño teatro Politeama. Allí debutó con éxito la compañía en marzo de 1921, realizando dos funciones diarias por más de un mes. A partir de este éxito hasta 1939 realizó giras por ciudades como La Plata, Rosario, Santa Fe, Paraná, Córdoba y Montevideo, con su compañía o sus grupos de niños, alternando sus representaciones en la Capital. En Buenos Aires fundó en 1941 la Academia de Dan-

zas Nativas y en 1942 la Orquesta de Arte Nativo. Entre 1937 y 1943 encabezó audiciones en las Radios Nacional, Belgrano, El Mundo y Stentor. Desde 1929 hasta 1959 grabó innumerables discos para la RCA Victor en solos, dúos, tríos, cuartetos o con la orquesta que llegó a tener 20 integrantes. Entre piezas originales, transcripciones y compilaciones, su producción suma más de 400 obras. Su nombre ha quedado ligado a la divulgación de la música tradicional argentina. Falleció en su provincia natal en 1960. Bibliografía Abad de Santillán. Gran Enciclopedia Argentina. Tomo II, Buenos Aires, Ediar, 1956, p.577. Portorrico, Emilio Pedro. Diccionario Biográfico de la Música Argentina de raíz folklórica. Florida (PBA), 1997, p.81-83.


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ALGUNAS COSTUMBRES TIPICAS LA COCINA VASCA Una de las grandes pasiones de los vascos, la cocina y el buen comer, no podía dejar de figurar entre las actividades en las que se han destacado sus descendientes en la Argentina.

La fama mundial del arte culinario vasco, con platos de jerarquía y difusión internacional, como los vinculados al bacalao y los mariscos, también tuvo y tiene su presencia en nuestro país con los restaurantes de los Centros Vascos y otros particulares como “Irrintzi”, “Jose Txiki” de Fermín Uriona, “La Taberna Vasca” de Goicoechea, “Jon Toki” de Arnaiz, “Burzako” de Sabino Rola, y “El Mesón Navarro”, todos


86 en Buenos Aires. Asimismo, en Mar del plata, destacan “El Rincón Vasco” de Bingen Azarloza, “La Taberna Vasca” y “El Mesón Navarro”. Hoy destacan cocineros argentinos de origen vasco como María Barrutia, Dolly Irigoyen y Marta Bramante de Zuviría Zavaleta, quien ha dictado cursos de cocina para la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, al igual que Arantxa Soraluce. Choli de Berreteaga y Chi chita de Erquiaga han difundido la cocina vasca en la televisión muchos años antes que Kar los Argiñano, actual representante de nuestra cocina en los medios de comunicación. Entre los chef debemos nombrar a Joaquín Alberdi y a Germán Martiegui es un joven cocinero que con treinta y cuatro años está a cargo del restaurant del seleto “Cesar Park Hotel” de Buenos Aires, tras una experiencia de formación internacional.

LA BOINA VASCA El tradicional cubrecabeza de los euskaros ha tenido difusión mundial. Forma parte del imaginario popular cuando se piensa en un vasco. La practicidad de la «txapela» hizo que nuestros paisanos del medio rural argentino la utilizaran crecientemente, en competencia con el sombrero de felpa de origen andaluz. También los caballeros la usan sin reparo (Hay cuadros y fotografías de Larreta, Bioy Casares, y muchas personalidades que lo evidencian). Nuestros gauchos incluso, se adelantaron en su empleo a los ejércitos más modernos del planeta, como los paracaidistas y tanquistas. Entre los fabricantes en Argentina no se puede olvidar a la casa Gorriarán, de D. Severino Gorriarán, quien la fundó en la década de 1930 con un taller en Murguiondo 669 de la Capital Federal, consagrando la marca «Euskadi» para


87 cubrir la plaza local y exportar al resto de América y Europa. Las boinas «Euskadi» se usaron en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial, habiéndose exportado en esa época 80.000 docenas. El paño de la boina es un tejido elaborado en telares de alta precisión para esta trama de punto. Cuando está tejida la boina, se la convierte en paño con diferentes procedimientos técnicos. En Euskalherria cada región tiene distintos y elegantes maneras de colocar en la cabeza. La personalidad singular de la boina inspiró al extraordinario vate nicaragüense Ruben Darío, creador del Modernismo y con larga residencia en Argentina, versos inmortales que dicen: TXAPELGORRI Maravilloso Champignon decorativo, que floreciste tantas funciones sanguinarias en las luchas carlistas, y que por ser tan varias tus

formas te conviertes en tiara del esquivo; hacia delante, o hacia atrás, casco, aureola ya redondez de hongo, arista de peñasco, al ponerte en mi testa, me siento un poco vasco ya Iparraguirre, o bien Unamuno, o Loyola.

EL MUS Este juego se considera parte de la cultura vasca. Los vascos lo trajeron a la Argentina y - al igual que la pelota - se extendió rápidamente a toda su geografía. Hasta hace veinte años, y en el presente en menor grado, era común en cualquier almacén o boliche rural ver varias mesas de jugadores de mus y otras de truco. Los criollos lo aprendieron muy bien y lo jugaron con la velocidad y picardía del mejor “muslari”. Quienes lo han analizado con profundidad lo califican así:


88 “Es un relampagueo, un escalofrío de placer, el ejercicio del genio y la imaginación, de la estrategia creativa, ensayo para la guerra psicológica, un rictus de contrariedad, tormento y éxtasis” “En cualquier tratado filosófico, que la verdad sea tomada como mentira es siempre la oculta y deseada aspiración de todo pensador, que la mentira parezca verdad es artificio vulgar. Que la verdad tenga todas las trazas de falsedad es el más sutil refinamiento. Cínicos y sofistas lo vieron claro cuando al referirse al Mus dijeron que es juego y que aun puede ser ciencia en la que nunca se sabe donde está la falsedad y donde lo verdadero y que, por arte de magia, cuestiona incluso los fundamentos y la naturaleza de la razón lógica simulando lo contrario, no les faltaba razón y en su teoría se fundamenta el recot ejercicio y entendimiento de este noble juego”

En la “Gran aldea” del último tercio del siglo XIX eran características las “fondas de vascos” donde los tamberos se reunían después de hacer el reparto a sus clientes. Allí, en medio de un griterío ensordecedor, con mezcla de castellano y vascuence, se desarrollan los partidos de mus. Luego, en el siglo XX, ese espectáculo se trasladó a los almacenes con cancha de pelota situados cerca de la estación ferroviaria. Allí, luego de entregar las tareas lecheras se reunían los tamberos en su mayoría vascos o descendientes. Actualmente en los centros vascos esta diversión tiene importante convocatoria y ya se han organizado veinte campeonatos nacionales de los cuales salen los representantes para los campeonatos mundiales que están bajo la responsabilidad de la Agrupación Internacional de Mus de las Comunidades Vascas.


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NORTE A SUR Gabriel Celaya “Los vascos sólo hablamos cuando algo desde adentro exige valentía. Los vascos no gustamos de cambiar palabras más o menos bonitas. Los vascos esforzados arrastramos el carro del verso que chirria. Los vascos somos serios, serio es nuestro trabajo, seria es nuestra alegría”.


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PANORAMA DE MÚSICOS VASCOS Y VASCO-ARGENTINOS EN LA ARGENTINA Jorge Fernando Beramendi Desde la época de la colonia los vascos afincados en Buenos Aires nos deleitaron con sus composiciones. De gusto refinado los descendientes de vascos también destacaron en la música.

Desde los primeros tiempos de la formación de Argentina fueron viniendo músicos europeos que dieron cuerpo a las artes musicales locales. Los italianos incluidos en la monarquía española dieron su aporte a la música argentina,

pero una dinastía vasca se asentó en nuestro país empezando por el vasco Pedro Ignacio Picasarri, deán de la Catedral de Buenos Aires. Fue maestrescuela de la Catedral y llegó a ser chantre de la misma en 1778. El oficio de chantre es el que tiene el gobierno del canto en el coro de una catedral. Picasarri trajo a su sobrino Juan Bautista Goi buru. Este habia nacido en Segura, Guipúzcoa el 9 de abril de 1759. Llegó en 1770 a Buenos Aires y comenzó en la Catedral como monaguillo y cantor. Después de 14 años fue nombrado capellán del coro. También enseñó canto en el Real Colegio de San Carlos, que con los cambios de denominación se convertiría en el Colegio Nacional de Buenos Aires. En 1785 es nombrado organista y sochantre de la Catedral por renuncia de su predecesor. Se desempeñó en ese cargo hasta que fue separado por realista en 1813 por la Asamblea del Año 13. Se dedicó a prestigiar la actividad musical duran-


91 te esos 28 años de organista. Se mantuvo en el colegio donde impartía música y en donde se formó su pariente José Antonio Picasarri, luego de destacada actuación en la actividad musical. En 1806 murió su tío. Animó la actuación musical de la Catedral hasta el 12 de febrero de 1813 en que fue separado de su cargo y murió a los escasos dos meses, el 2 de abril. Dejó escasos bienes a su pariente y ex alumno, el presbítero José Antonio Picasarri, sobrino de Pedro Ignacio. Este en ese momento estaba confinado en el cuartel del Monte. José Ignacio había venido a Buenos Aires en 1783, estudió cuatro años en el colegio de San Carlos y se ordenó sacerdote.De 1796 a 1804 fue cantor en la Catedral de Buenos Aires.En 1807 fue nombrado de Capilla de la Catedral, debiendo asistir al coro y enseñar órgano y música en el Seminario. En 1810 se lo confina en el interior por sospechoso realista, regresa en 1811 a Buenos Aires

donde sigue dirigiendo la actividad musical de la Catedral y se lo confina nuevamente en 1812 a causa de la conjura de Alzaga en San Miguel del Monte donde va con su hermana Josefa Dorotea, el marido de ésta y sus dos sobrinos, entre ellos el futuro compositor Juan Pedro Esnaola. Regresa y en 1818 debe expatriarse en España donde llega con su sobrino Esnaola. Regresa en 1822 a Buenos Aires donde pone una escuela de música. Compuso la musica de la canción La Gloria de Buenos Ayres con letra de Juan Cruz Varela en 1823. Fue el gran animador de la música sacra en Buenos Aires. Murió en 1843 en compañía de un matrimonio Echart que desde 1822 habían llegado a Buenos Aires, la señora era Josefa Arrue de Echart, su sobrina. Los últimos años fueron de recogimiento porque se había opuesto a poner el retrato de Rosas en la Catedral. El 17 de agosto de 1808 nació Juan Pedro


92 Esnaola en Buenos Aires. Estudió en París y España música y regresó como profesor de música y gran ejecutante de piano. Se recuerda una de sus primeras presentaciones el 25 de mayo de 1823 en la Escuela de Música en los altos del Consulado. En la función de la Sociedad Filarmónica de Buenos Aires en 1823 actuó junto con la arpista Mariquita Sanchez de Tompson y 24 profesores de la Sociedad auspiciante.Era un joven de quince años cuando comenzó a ejecutar en funciones públicas. Rápidamente a su condición de ejecutante unió las dotes de compositor musical. Fue de tendencia rosista y compuso el Minué Federal. Siguió teniendo una extensa actuación pública después de la caída de Rosas. Llegó a ser en 1866 el presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Fue también presidente del Club del Progreso. En 1860 hizo el arreglo al Himno Nacional Argentino que es la versión oficial del estado. Años antes había hecho una pri-

mera versión dedicada a Manuelita Rosas, pero el original que fue depositado en el Archivo del Museo Histórico Nacional desapareció entre 1941 y 1951. De Esnaola se conservan referencias de las siguientes obras de la que se conservan en parte las partituras: 21 obras religiosas, 3 sinfonias, 8 himnos, 1 covatina, dos canciones de instituciones, 1 arreglo de oratorio, 55 piezas de baile (valses, minues, polca, contradanza, galopada, rondo, pasodobles, cuadrilla), y 62 canciones en parte con versos de poetas argentinos como Esteban Echeverria. Entre los músicos nacidos entre 1800 y 1820, que actuaron entre 1820 y 1850, de apellido vasco podemos citar a: Jose Tomas Arizaga, actúa circa 1830; Mateo F Beovide actúa circa 1840 y es autor de piezas de salón; Remigio Navarra, actúa entre 1820 y 1840 también compone canciones y piezas de salón; José


93 Zapiola, chileno, 1802-1885, escribe música para los melodramas de Morante Salustiano Zavalia (1808-1873). Debemos destacar las bandas musicales del Regimiento de Patricios y Vizcaínos creados con motivo de la Invasiones Inglesas de 18061807. Ignacio y Juan Chora, Unanue y Zacarias Chorroarin fueron virtuosos ejecutantes en el medio artistico de la época. En estas décadas se afirma la música folclórica argentina con las formas de la huella, el cuándo y el cielo. Se expande la música de salón expresiones de la valsa y el minuet para la danza y canción o romanza y el duo. También la gaviota y la polca son otras exprsiones presentes en las composiciones de la época, La influencia italiana siempre se hace sentir, representada por Rossini, Bellini y Donizeti. El gusto romántico domina el gusto con influencias francesas. Empiezan a funcionar las academias, como la creada por los citados.

Amancio Alcorta, hijo del vizcaíno José Pelayo Alcorta y su esposa Gabriela Suasnabar, hizo sus estudios en Catamarca y se graduó en leyes en Córdoba. En música estudió con el maestro Cambeses. En 1826 fue elegido para el Congreso General Constituyente de Buenos Aires, pero por no contar la edad mínima no lo pudo integrar. Entre 1822 y 1830 compone la parte más interesante de su obra musical, que lamentablemente se ha perdido. Representaba por lo menos las dos terceras partes de todo lo que compuso en su vida, según su nieto, el músico Alberto Williams. Esta producción era la más nacional y la más exenta de influencias extranjeras. En 1839 se dedicó otra vez a la politica integrando el Gobierno de Deheza y luego de su derrocamiento se estableció en Salta, donde fue ministro de gobierno de José Güemes. También derrocado el gobierno, pasó a Jujuy y de alli pasó a Buenos Aires. Se casó con Coleta Palacio Izpizua. Ejerció el comercio y


94 llegó a ser un financista de prestigio, testigo de lo cual está un libro que comprendía sus trabajos sobre Bancos. Se dedicó en 1853 a cargos de economía hasta ser senador de la Provincia de Buenos Airtes, entre 1858 y 1862, año de su muerte. Durante su estancia en Buenos Aires siguió componiendo y su casa se transformó en un salón musical donde se daban conciertos. Su obra desde 1832 a 1862 fue publicada por su familia en dos volúmenes en 1869 y 1883 en París. Su primer romanvolumen comprende El Adios, romanza para canto y piano, El Remolino, vals para piano, Nocturno para flauta y piano, Trio en bi mbemol para piano, flauta, violin y violoncelo. El segundo volumen está integrado por las composiciones: Colección de Canciones, para voces soprano, contralto, tenor, baritono y bajo que se llaman: Mi Flor, El Desengaño, La Ausencia, Los Ultimos Momentos de una Amiga, La Despedida, Quejas de un Ausente, A la Memo-

ria de su Hijo amamncio Ramon, A la Memoria de una amiga, Recuerdos, El Desamor, Los Recuerdos de Flor de maria,El Destino, El Juramento de Amor, Auna Flor, La Simpatia, Lamentos de cuatro Niñas, Colección de Composiciones para piano. Valses; El Corsario, La Aurora, Reconvenciones Amorosas, La Alegría, Vals en sol menor, Las Controversias, El 1º de Mayo, Fantasías Vals: Vals en sol mayor, El Buen Humor, La Union del Sur: Polca: Angelica, : Minue: La Amistad, El Dorado, Melodias del Corazón, Minué en re mayor, Minué en sol mayor, Mis Recuerdos, Una Lágrima, Los Abrazos, Lamentos de una viuda, Contradanza: Un destello de Amor, dos cuadrillas, Música de Iglesia: Lamentaciones para contralto, tenor y bajo con acompañamiento de organo y piano; Gradual para el dia de San Martin, para baritono, con flauta obligada y organo o piano; La Agonia canto de Viernes Santo, para tenor y baritono con órga-


95 no o piano. Estos volúmenes recogen ciento cuatro composiciones por lo que es de imaginar la actividad creadora de Alcorta ya que además se dedicó al comercio, los negocios y la política. Su obra está influída por la musica italiana en especial Rosssini pero tiene aires propios de la Argentina, de canciones populares de los payadores de la Pampa. Por los títulos de las obras se nota una orientación romántica y melancólica. Se considera como el decano de los compositores nacionales. Su obra económica fue recopilada en un tomo por Nicolas Avellaneda. En 1860 fundó el pueblo de Moreno en la Provincia de Buenos Aires, donde poseía la estancia del Paso del Rey. Debemos destacar que su empeño musical lo hacía interpretar a su familia su propia producción. Cuenta Williams que en 1854 se ejecutó en la Catedral el Gradual para el día de San Martín, teniendo como intérpretes a la orquesta de los alumnos de Colegio San Martín, la parte del baríto-

no la hacía Amancio Alcorta hijo y la flauta Santiago su hermano. En la casa del compositor se ejecutaba música de cámara en la que tomaba parte sus hijos Rosario, piano, Santiago en flauta, Amancio en violín y otros aficionados como Belz en violín, Iriart en violoncelo, Lino Palacio en guitarra, Jorge Wiliams, en canto y piano, éste fue yerno del compositor y padre del músico Alberto Williams.

El vizcaíno Salvador Alberdi se casó con la tucumana Josefa Araoz y Valderrama, argentina de ascendencia vasca de Oñate. El matrimonio tuvo a Juan Bautista Alberdi, el 29 de agosto de 1810, a raíz de su alumbramiento murió su madre. Paso su infancia en Tucumán y su adolescencia transcurrió en la ciudad de Buenos Aires. Ingresó al Colegio de Ciencias Morales, que es uno de los nombres que llevó el actual Colegio Nacional de Buenos Aires.


96 Fue compañero de Miguel Cané. En el ínterin, estudió música con el flautista Juan María Cambeses. Era notable la capacidad de Alberdi para recordar las melodías que escuchaba. Muchas veces se daba el caso que cuando regresaba con los amigos de una función musical podia reproducir con una asombrosa exactitud la melodía escuchada. En la temprana juventud escribió dos obras de enseñanza musical. En 1832 caundo contaba apenas 21 años escribió El espiritu de la musica a la capacidad de todo el mundo. Se trataba de una obra de historia y teoría musical. En este mismo período publicó Ensayo sobre un método nuevo para aprender a tocar piano con la mayor facilidad. Es una obra en que se brinda un conocimiento somero de piano y solfeo. También en 1833 integró, junto a otros amigos como Avellaneda, Marín, Marcos y Ezequiel Paz, Sixto Torán, José María Araoz y Alurralde, el grupode personas que editó La

Corona Lírica. En esta publicación no se firmaban las músicas individualizando al autor, pero se le atribuye el minue Mi Suplica y la marcha socialista La Alejandrina. En el interin se dedico a componer toda suerte de obras. En los carnavales componia musica de canciones que se usaban para desfilar. Se conservan canciones como La Lagrima, Dos en Uno, La Constancia, El extranjero infeliz, La irresolucion, Flora, El bocado de Dama y Celina.Entre los valses podemos mencionar La Condesa y Minerva. Mientras que como minue se puede citar a La Ausencia. En cuanto a musica sacra tenemos una misa de Requiem ( de la Capilla de las Conchas) o el Mes de Maria. En 1837 publico junto a otros amigos La Moda, que era una gacetilla semanal de 4 a 6 paginas dedicada a la musica, la poesia, las letras, las costumbres y la moda.Esta produccion musical porteña se vio alterada cuando tuvo que partir porque se escuchaba por las


97 calles de Buenos Aires, la sentenciosa copla que decia: Cielo, Cielo y más cielo / Cielito Federal / El que no sea neto / Pase a la Banda oriental. Despues de la Banda Oriental Alberdi vivio en Chile.Regreso a la Argentina tras la caida de Rosas y posteriormente marcho a Paris donde vivio muchos años, interrumpio su estadia para volver a la Argentina y ser nombrado diputado nacional en 1879. Cesó su mandato al año siguiente. Pocos años mas tarde Alberdi murio en Paris el 18 de junio de 1884.

Julián Antonio T. Aguirre , de padre vasco, Juan Aguirre, y madre argentina, Lorenza Díaz Nació en Buenos Aires el 28 de enero de 1868. De pequeño se dirigió a España donde alterno con Benito Pérez Galdos e Isaac Albeniz. Estudio en el Real Conservatorio de Madrid, armonía y composición con Emilio

Arrieta y de piano con Carlos Beck, también fueron profesores Aranguren y Cato. Los apellidos Aranguren, Arrieta, Albeniz y Galdos son vascos. Abandonó derecho y recibió el 1° premio de piano en 1886. Se trasladó a París y posteriormente regreso a la Argentina en 1890. Fue un eximio pianista. Se desempeño en el Conservatorio Musical de Buenos Aires como profesor y secretario, tarea que la ejerció durante diez años Fue critico musical y publico sus reseñas en la revista El Hogar. Fundo luego la Escuela Argentina de Música y sucedió a Mariano Antonio Barrenechea en la presidencia de la Asociación Wagneriana. Su obra se agrupa en tres secciones: Obras de cámara, obras escolares y obras para piano. Camara: La danza de Bellis, Ballade, Rapsodia, Berceuse, Rapsodia Argentina. Escolares: Madrigal, Pasional, Luna blanca (con texto de Allende Iragorria)Bajaron los ángeles, Los Reyes Magos, Era un ratoncito, Décima, Las Cancio-


98 nes Argentinas, Las mañanitas, Caminito, Cueca, EL zorzal, Canciones de cuna, Piano: Aires populares, Aires Nacionales, Intimas, Huella, Gato.Totalizan alrededor de 60 coposiciones. Falleció el 13 de agosto de 1924 Póstumamente el Teatro Nacional de la Comedia estreno en 1939 cinco canciones inéditas entre las que merece destacarse la Canción Zorzico, porque zorzico es el ritmo 5/8 típico del vasco y que él rinde homenaje.

sinfónicos, 5 danzas argentinas, 2 marchas, 10 coros a capella, e inumerables canciones, entre ellas las escolares. Tambien fue copiosa su produccion sobre la teroria musical, historia de la musica, etc.

En cuanto a la opera podemos citar los siguientes autores:

Compositores: Alberto Williams y Alcorta (1862-1952) era hijo de Jorge Orlando Williams y Elisa Alcorta, estudió en el Conservatorio de Paris desde 1882 a 1889. Ejercio el profesorado y fue director del Conservatorio de Música de Buenos Aires y obtuvo multiples premios internacionales en Paris, San Luis y California. Su obra como compositor esta compuesta por siete sinfonias, 2 oberturas, 5 suites, 2 poemas

Rodolfo Arizaga (1926-1985) Prometeo 45 (1965) Juan de Madina (1907-+ ) Flor de Durazno (1957) Floro Ugarte(1884-1975) Saika (1920)


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Libretistas: Tomas Allende Iragorri La novia del hereje (1935) Jorge de Obieta La otra voz (1954) Francisco Javier Marianita Limeña (1957) Angel Menchaca Los estudiantes de Bolonia (1897) Manuel Mujica Lainez Bomarzo (1967) Enrique Rodríguez Larreta A esta lista debemos agregar el boceto melodramático titulado Juan de Garay del italiano

Ricardo Bonicioli, residente en Argentina. Es la única expresión lírica sobre un personaje vasco que se desarrolla en Argentina y relata el drama de la muerte del general vasco Juan de Garay en manos del indio Charrúa. Florencio Constantino, de estirpe vasca, nacido en Bragado, provincia de Buenos Aires. Fue un eximio exponente del canto lirico en el panorama mundial. Formó familia y siempre visitataba a su ciudad natal donde creo un teatro con los mayores adelantos de la época y que aun se conserva. Murio en 1919. El coro Lagun Onak (traducido del vasco al castellano es Los buenos amigos) ha sido desde su creación un destacado exponente de la expresión coral y a pesar ya de su larga trayectoria hasta hoy da funciones de calidad en el Teatro Colón o el Avenida o en todos los escenarios del país.


100 Entre las compositoras mujeres podemos citar a Ana Carrique, Joaquina Irurtia y Maria Lucrecia Madariaga. Entre los compositores argentinos del siglo XX de apellido vasco podemos citar: Rodolfo Arizaga, Tirso de Olazabal, Rodolfo Alchourron, Isidro Maiztegui, Irma Urteaga, Luis Zubillaga, Jorge Aranda Navarro, etc. Entre los músicos de tono popular dedicados a la música tradicional argentina debemos mencionar a Héctor Chavero Aramburu (seudónimo: Atahualpa Yupanqui) de madre vasca y padre nativo, que ha compuesto una pieza a su madre vasca. El apellido Chavero es de origen vasco. También tiene apellido vasco el compositor Andrés Chazarreta (1878-1960).

CORO LAGUN ONAK Fundado el 6 de enero de 1939 por un grupo de vascos radicados en la Argentina, pronto se transformó en un coro mixto bajo la dirección del Padre Luis de Mallea, quien lo condujo hasta 1967, cuando su congregación le dio nuevo destino fuera de nuestro país. Desde 1943 el Lagun Onak, abordó obras sinfónico - corales bajo la conducción de maestros de la talla de Albert Wolf, Karl Richter, Raymond Leppard, André Vandernoor, Pierre Dervaux, Henry Czyz, Leopold Hager, Serge Baudo, Helmuth Rilling, Daniel Barenboim, entre otros. También fue dirigido por algunas de las más prestigiosas batutas nacionales como Ferruccio Calusio, Juan José Castro, Pedro Ignacio Calderón y Juan Zorzi.


101 Para celebrar las Bodas de Oro de la Institución, el gobierno vasco auspició una serie de conciertos en Bilbao, San Sebastián y Madrid, bajo la dirección de Alberto Balzanelli, registrando dichos conciertos en discos con obras vascas y argentinas grabándose además en nuestro país la Misa Criolla de Ariel Ramírez y la Navidad Vasco Argentina. A lo largo de su historia interpretó obras del repertorio sinfónico - coral de grandes compositores como Bach, Beethoven, Berlioz, Brahms, Bruckner, Haendel, Haydn, Liszt, Mahler, Mendelssohn, Mozart, Orff, Penderecki, Pergolesi, Puccini, Rossini, Schubert, Verdi, Vivaldi, entre otros, además de un amplio repertorio de canciones vascas y argentinas. En 1992 la Asociación de Críticos Musicales de Argentina lo distinguió por su labor sobresaliente, y en 1994 el Rotary Club de Buenos Aires le otorgó el Premio Sol de Plata por su

“Propulsión de la Cultura a través de la Belleza Trascendente de la Música Coral”. Desde septiembre de 1996 se hizo cargo de la Dirección el Maestro Mario de Rose hasta la actualidad. Bajo su conducción, además del repertorio vasco-argentino, se han interpretado obras sinfónico-corales como “Carmina Burana” de Orff, “Requiem” de Mozart, “la Creación” de Haydn. En la temporada 1998, el Lagun Onak participó del ciclo anual de Conciertos de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, interpretando en el Teatro Colón “La Misa Solemne” de Berlioz (primera audición para América Latina) bajo la dirección del Maestro Penin, y “Goyescas” de Granados con el Maestro Ricci. En 1999, como parte de los festejos del sexagésimo aniversario de su creación y para des-


102 pedir el milenio, ofreció “El Mesías” de Georg Friedrich Haendel bajo la dirección del Maestro Antonio Russo. Esta meritoria institución fue objeto de un expreso homenaje de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay en 1993, al igual que el alma mater de la agrupación coral D. Segundo Galarza en 1988, y tiene apoyo permanente de la misma.

Dos símbolos que identifican a los vascos

I) La Ikurriña II) El Lauburu

I) La Ikurrina una seña de identidad para todos los vascos Dicha bandera esta formada por tres colores; el rojo, fondo del escudo de Vizcaya, el verde las aspas símbolo del árbol sagrado (Gernikako Arbola) que figura dentro del escudo de Vizcaya y el blanco simboliza la cruz de San Andrés, y recuerda la “Batalla de Astigorraga” ocurrida el 30 de noviembre del año 870, cimiento de la independencia originaria de Vizcaya, esa fecha recuerda la festividad de San Andrés.


103 Fue creada por Sabino Arana Goiri y su hermano Luis el 14 de julio de 1894. En 1895 es incautada por primera vez, Sabino y sus seguidores confeccionan otra bandera que vuelven a izar en 1897, bandera que fué por segunda vez incautada. Dicha persecución no hizo más que reforzar la identidad vasca. El 9 de setiembre de 1932 la Ikurria era “oficialmente”izada por primera vez en la diputación de Gipuzkoa, un año antes en 1931 la sociedad de estudios vascos “Eusko Ikaskuntza”, reconocía a la Ikurriña como la bandera de todos los vascos. El 19 de octubre de 1936 el Presidente del Gobierno Vasco Dn. José Antonio Aguirre, firmaba el decreto por el cual la Ikurriña pasaba a ser la bandera oficial de Euzkadi. Miles de guradis (soldados) murieron luchando junto a la Ikurriña, en la Gerra Civil Española.

En 1979, tras la muerte de Franco, nuestra bandera vuelve a recobrar la oficilialidad, la bandera del País Vasco se recoge en el artículo 5.1 del Estatuto de Autonomía, es la Bicrucífera compuesta de aspas verdes, cruz blanca superpuesta sobre fondo rojo. En 1977, se permite que la Ikurriña ondee en los edificios oficiales de Euzkadi. El 19 de enero de 1977 el Gobierno Español legalizó oficialmente el uso de la Ikurriña. En el exterior, la Ikurriña fué muy pronto aceptada. El simbolismo de la Ikurriña se propagó, con inusitada rapidez por toda Euzkal Herria. El 14 de julio de 1994 la Ikurriña cumplio 100 años de existencia.


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II) El Lauburu o la baro Lau (4) buru (cabezas) Cruz gamada curvilínea, cruz vasca, signo de buena suerte y es el emblema del sol en movimiento, son piernas en marcha o brazos que trabajan, representan la rueda, su idea es de rotación. En Navarra, es el lugar donde abunda. Este signo estaba allí desde tiempo inmemorial. Muchas veces se pintaba o se hacía en madera pintada y se colocaba en la puerta del Caserío como en las heredades que rodeaban la casa, como símbolo de protección. Pedro José Tenti Alberdi


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GERNIKAKO ARBOLA HIMNO BASKO Canto de paz y de amor a las sabias instituciones baskongadas, que hicieron la felicidad de los euskaldunas. (Música y Poesía de IPARRAGUIRRE)

Eman ta zabaltazu munduban frutuba. Adoratzen zaitugu arbola santuba. II Milla urte inguru da esaten dutela, Jainkoak jarrizubela Cenikako arbola. Zaude bada zutikan, orain da denbora, eroritzen bazera arras galdugera.

BASKUENZE I Gernikako arbola da bedeinkatuba euskaldunen artean guztiz maitatuba.

III Etzera eroriko arbola maítea, baldin portatzen bada Bizkaiko juntia, Laurok artuko degu


106 zurekin partia, pakian bizi dedin euskadum jentia. IV Betiko bizi dedin Jaunari eskatzeko jarri gaitezen danok laster belauniko, eta biotzetikan eskatu eskero, arbola biziko da orain eta gero. V Arbola botatzia dutela pentsatu euskal erri guztiyan denok bada kigu: ea bada jendia denbora orain degu,

erori gabetanik iduki biagu. VI Beti egongozera uda berrikua lore ainzi単etako mancha gabekua. Erruki zaitez bada biotz gurekua, denbora galdu gabe emanik frutua. VII Arbolak erantzun du kontuz bizitzeko, eta biotzetikan Jaunari eskatzeko. Gerrarik nai ez degu, pakea betiko gure lege zuzenak


107 emen maitatzeko. VIII Erregutu diogun Jaungoiko jaunari pakea emateko orain eta beti; bai eta indarrare zedorren lurrari, eta bendiziyoa euskal erriari J.M. Iparraguirre

CASTELLANO I El árbol de Gernika es símbolo bendito que ama todo euskalduna con entrañable amor. Arbol santo, propaga tu fruto por el mundo mientras te tributamos ferviente adoración. II Según la historia dice, el árbol de Gernika hace más de mil años por Dios plantado fué. Arbol santo, no caigas, que sin tu dulce sombra, completa, irremisible nuestra perdición es


108 III No caerás, roble amado, si cumple sus deberes Bizkaya reunida en Junta General, porque las cuatro hermanas te prestarán su apoyo, para que el euskalduna viva libre y en paz.

V Como todos sabemos, en la tierra euzkalduna derribar se ha intentado nuestro Arbol secular. Aunemos nuestras fuerzas para prestarle apoyo, y en pie seguirá el símbolo de nuestra libertad.

IV Para que nunca caiga ese sagrado símbolo doblemos la rodilla é invoquemos a Dios, que el Arbol sacrosanto vivirá eternamente si a Dios se lo pedimos de todo corazón.

VI Roble antiguo y sin mancha, permanece lozano y en primavera eterna, como en tiempo mejor. Ten piedad de nosotros y préstanos tu sombra porque todos te amamos de todo corazón.


109 VII El รกrbol nos responde: Vivid apercibidos, y que yo nunca caiga No deseamos guerra, a Dios siempre pedid. que en paz con nuestras leyes sabias, libres y amadas, deseamos vivir. VIII Pidamos a Dios todos que con la paz fecunde la tierra que sustenta el Arbol secular, y su bendiciรณn santa derrame generoso sobre el pueblo euskalduna que apoyo a este รกrbol dรก. A. de Trueba


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APELLIDOS VASCOS EN NUESTRA PLATERÍA DE LA ÉPOCA INDEPENDIENTE Magdalena Bénard de Arichuluaga Desde Juan Velázquez, el primer orfebre que llegó a estas tierras con la expedición de Pedro de Mendoza, la artesanía de la plata gozó de la atención de la sociedad hispanoamericana. Ya desde la primera mitad del siglo XVIII se abrieron ocho talleres y la ciudad de Buenos Aires contaba con una importante cantidad de plateros de acuerdo a su población. Según el censo de 1744 había en esta ciudad entre los plateros, doce españoles, once americanos, cuatro portugueses y un francés. En 1788 había quince plateros portugueses. Los talleres estaban organizados jerárquicamente entre apren-

dices, oficiales y maestros, orden que se mantuvo en los siglos siguientes. En los primeros siglos la Iglesia fue receptora de gran cantidad de piezas destinadas al culto que resumen la relevancia de la orfebrería religiosa durante el período de dominación hispánica. Simultáneamente una clientela que buscaba afirmar su prestigio en la nueva sociedad criolla comenzó a solicitar trabajos a los plateros. Se extendió la costumbre de usar vajilla de metal, de tomar y cebar mate, de ornamentar los salones con candeleros, candelabros, sahumadores, espejos, etc.. Aparecieron objetos de uso masculino, como cajas para rapé, cigarreras y femeninos como pastilleros. Hacia fines del siglo XVIII y especialmente en el XIX surgió como producción rioplatense la platería rural, ecuestre o gauchesca, destinada a ostentar la condición del hombre a caballo en


111 una sociedad basada en la cría de ganado vacuno, equino y mular. Como la platería religiosa y civil, fue una producción urbana, en manos de un artesano especializado, localizado en ciudades como Buenos Aires y Montevideo. Los comienzos de nuestra vida independiente, con el cierre de las comunicaciones con el Alto Perú y las guerras de la Independencia no fueron años propicios para la platería. La escasez de plata obligó a los plateros -cuya actividad decreció-, a recurrir a la fundición de plata amonedada, chafalonería y plata pampa. A esto se sumaron las ideas laicizantes de la Ilustración y la Revolución Francesa que relegaron las prácticas religiosas por lo que la orfebrería religiosa apenas sobresalió luego de un siglo de esplendor. Simultáneamente ingresaron objetos europeos importados que redujeron las posibilidades de trabajo para los artesanos locales.

Esta situación de decadencia se revirtió durante el gobierno federal de Juan Manuel de Rosas que coincidió con una etapa de prosperidad para esta producción artesanal. El Estado asumió un rol proteccionista de la industria local, a través principalmente del Decreto de 1837. Este decreto de gran importancia para la historia de nuestra platería determinó la ley del oro y la plata para prevenir el fraude y estableció la obligatoriedad de registrar las marcas de plateros en la policía. Esta legislación -a pesar de los controles- no fue cumplida por los talleres, ya que numerosas piezas del período no presentaban dicha marca. Aun así frenó el contrabando y la evasión de divisas en oro y plata y favoreció en primer lugar a los lomilleros -especializados en monturas- que recibieron los encargos del ejército y luego a los plateros rurales, que trabajaron en la ejecución de piezas. Abundó el metal en la ciudad, producto de la


112 emigración forzosa de las familias unitarias que se veían obligadas a mal vender su patrimonio. Paralelamente en la primera mitad del siglo XIX en Francia e Inglaterra se produjeron innovaciones tecnológicas que revolucionaron el mercado de la platería, como el electroplateado, la laminadora, el estampado y los experimentos exitosos de sustituir el oro y la plata por aleaciones de menor costo. Surgieron la plata Sheffield y luego la German Silver o plata alemana que facilitaron la industrialización de piezas simil plata. Nacieron en Europa casas importadoras de "platería criolla" que abastecían el mercado rioplatense y tuvieron su auge en el último tercio del XIX. Se amplió el consumo de piezas o partes de piezas de metal plateado producidas en forma seriada a menor costo a sectores populares de la campaña. La transformación de la platería artesanal en una industria seriada, junto a la desaparición del

tipo humano del "gaucho" con la difusión del alambrado y la sustitución progresiva del caballo por el automóvil, trajeron como consecuencia la desaparición paulatina de un artesanado especializado en platería criolla. En cuanto a las diversas actividades afines a la platería, afirma Adolfo Luis Ribera que ya avanzado el siglo XIX se hizo más marcada la distinción entre las diversas artesanías que antiguamente estaban concentradas en un solo taller. No obstante, razones económicas determinaron en muchos casos la incorporación de actividades afines. Al ramo de la platería, agrega, se sumó la joyería y luego la relojería, terminando estas últimas por desalojar a la primera. El trabajo de grabar y cincelar que en el siglo XVIII realizaban los plateros, concluyó por independizarse de éstos. La diversificación de las tareas condujo a la especialización, más notoria en el siglo XIX. Se separaron


113 los joyeros de los plateros y se acentuaron las diferencias entre éstos y los relojeros y grabadores, aunque las joyerías y relojerías funcionaban en un mismo local y en muchos casos los plateros fueron también grabadores.

Los plateros de origen extranjero

Luego de Caseros arribó a Buenos Aires y Entre Ríos una corriente de orfebres procedentes de distintos países de Europa pero especialmente de Italia que aportó su arte a la platería local. La influencia de los orfebres extranjeros, más clara en el caso de los italianos, fue muy grande entre los plateros locales. Ana María Cousillas sostiene la existencia de dos estilos en la platería de la segunda mitad del siglo XIX: el "porteño italianizante" marcado por un

tratamiento de los motivos en relieve, una ornamentación en toda la superficie de las piezas, un efecto visual recargado y motivos nuevos como figuras femeninas, querubines, animales mitológicos, mascarones indígenas de concepción europea, roleos vegetales. Este contrasta con el "porteño tradicional" de tratamiento lineal, ornamentación con amplias superficies libres, composición simétrica, clara y ordenada que forma un conjunto sobrio, equilibrado y simple y motivos como la flor de cardo, plumas de ñandú, el corazón o inscripciones amorosas o políticas. Esta integración entre criollos y extranjeros se ve claramente en piezas como rastras, con los monogramas dorados, las cadenillas tipo "gourmet" y centros semejando hebillas de cinturones. Al mismo tiempo los consumidores variaron también sus gustos y patrones estéticos y los plateros locales se adaptaron a ellos con la realización de piezas que respondían según la solicitud del


114 cliente, tanto a uno u otro estilo de ornamentación. Haciendo referencia a las fuentes estudiadas para la investigación de plateros locales y extranjeros, tales como censos nacionales, municipales, de Buenos Aires, ciudad y campaña, guías comerciales e industriales, guías para forasteros, periódicos, relatos de viajeros, etc. la información que proveen es escasa y muy concisa. La mayoría de ellos no han dejado como testimonio más que su propia obra. Esto se acentúa en los casos de los plateros locales de los que poco y nada se conoce con respecto a algunos de gran trayectoria como Cándido Silva, Gregorio Merlo o los Podestá. En el caso de los plateros vascos, es frecuente que aparezcan en las distintas fuentes como plateros de nacionalidad española o francesa, sin precisar su origen vasco. Damos como ejemplo los Censos Municipales de la ciudad de

Rosario. En el 1°, levantado el 19 de octubre de 1900 en una población de 112.461 habitantes, entre los plateros, había 5 italianos, 17 españoles, 2 uruguayos y uno en "varias nacionalidades", además de 17 relojerías y joyerías. En el 2° levantado el 19 de octubre de 2006, sobre 150.686 habitantes había 16 plateros: 8 argentinos y 8 extranjeros y entre estos, 5 italianos y 3 uruguayos y también 43 relojerías y joyerías y una orfebrería. En los siguientes de 1910 y 1926 sólo se informa de la existencia de 50 relojerías y joyerías, 6 grabadores y 2 talleres de nikelado, en una población de 192.278 habitantes (1910) mientras que en el último año sólo se aclara la nacionalidad de los 406.479 habitantes. Hemos tomado como criterio de búsqueda el apellido de origen vasco que ostentan los plateros sin poder confirmar sus raíces salvo excepciones. Para ello relevamos los listados


115 de plateros que han elaborado a lo largo de los años estudiosos e investigadores como Alfredo Taullard, Adolfo Luis Ribera, Ana María Cousillas, Oscar Levin y Luis Alberto Flores. Aún así, creemos que este listado puede ser ampliado con más nombres, fruto de nuevas investigaciones. A continuación adjuntamos nuestro listado de plateros de apellido vasco con algunos datos biográficos tomados de diversas fuentes.

Apellidos vascos en nuestra platería de la época independiente Abadía, Pablo. Joyero de Buenos Aires, de origen francés. En 1869 declaró tener 46 años, ser casado y saber leer y escribir. Vivía en la calle Rivadavia 299, según el censo de 1869 [Ribera]. Abusnaga, Juan. Entre las Platerías y Joyerías

de Buenos Aires del Almanaque comercial y Guía de Forasteros para el Estado de Buenos Aires, en 1855, figura la suya en la calle Artes 55 ½. [Ribera]. Aguirre, Felipe. Platero de Curuzú Cuatiá (CR), año 1910 (B.Serrano, 1910) [Ribera]. Aguirre, Matías. Platero correntino radicado en Mandisoví (ER). En 1869 tenía 36 años, estaba casado y era analfabeto (Censo de 1869) [Ribera]. Aguirre, Máximo. Platero de Curuzú Cuatiá (CR), año 1910 (B.Serrano, 1910) [Ribera]. Según el recolector Oscar Levin (Nuestra Platería, n° 5) era un platero correntino establecido en la capital de Corrientes. Nació en 1847 y en 1869 estaba soltero. Se trataría del platero Máximo Aguirre localizado en 1910 por Ribera. Aguirre, N. Platero de Ituzaingó (CR). En 1910 tenía un capital de $200 y un empleado. (B.Serrano, 1910) [Ribera]. Aguirre, Pedro. Platero de Concepción (Gober-


116 nación de Misiones), año 1902 (Anuario Montheil, 1902, p.1215) [Ribera]. Alcorta, Bernabé. Platero de origen chileno radicado en Buenos Aires en 1869. En ese año tenía 38 años, era viudo y sabía leer y escribir (Censo de Buenos Aires, 1855, Barrio de Monserrat) [Ribera]. Alurralde, Federico. Platero tucumano radicado en Rosario de Lerma (Salta). En 1869 tenía 25 años, era soltero y sabía leer y escribir (1° Censo Nacional Rep. Argentina, 1869) [Ribera]. Alurralde, Gabino. Platero de Tucumán, año 1846 (Taullard, p.281) [Ribera]. Alzugaray, Enrique F. Con joyería y relojería en Paraná (ER), en 1919 (La Estadística) [Ribera]. Amaya, Carmen. Platero cordobés que, en 1895, vivía en Punilla (Córdoba, distrito San Antonio). Tenía 61 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1895) [Ribera]. Amespil, Alejo. Con taller de plateado en Buenos Aires, año 1902 (Anuario Montheil, 1902,

p.150) [Ribera]. Anzuliaga, Zenón. Platería argentina, año 1902 (Anuario Montheil, 1902, p.960) [Ribera]. Aranibar, G. Marca de platero en un plato con borde festoneado (Bullrich, remate set. 1974, n° 29) [Ribera]. Araus, Santos. Aprendiz de platero, oriundo de Buenos Aires. En 1855 tenía 18 años, sabía leer y escribir y vivía en la parroquia de Montserrat (calle López 193) (Censo de Buenos Aires, 1855, Barrio de Monserrat) [Ribera]. Arbillaga, Angel L. Con joyería y relojería en Bahía Blanca, calles San Martín y General Paz, en 1936 (Guía Nueva Provincia) [Ribera]. Arrieta, F. Platero de La Rioja (calle Victoria), en 1902 (Anuario Montheil, 1902, p. 964) [Ribera]. Arrieta, José Antonio. Platero riojano que, en 1869, tenía 24 años, era soltero y sabía leer y escribir. Entonces vivía en Catamarca (Censo de 1869) [Ribera].


117 Artazo, Pedro. Platero sanjuanino censado en 1869 en sec. Desamparados (San Juan); tenía 38 años, estaba casado y era analfabeto (Censo de 1869) [Ribera]. Arteaga, Estanislao. Joyero chileno radicado en Buenos Aires hacia 1869. Entonces tenía 30 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Artigue. Joyero con actuación hacia 1885. En ese año viajó a Mendoza para exhibir sus obras (El Nacional, Buenos Aires, 1885, 4 de febrero, p.2, col.1) [Ribera]. Aurteneche, Enrique. Platero español residente en Magdalena (PBA). En 1869 tenía 20 años, era soltero y sabía leer y escribir. Un Enrique de Aurteneche tenía relojería en Magdalena, en 1903. Se conocen algunas obras marcadas con ese apellido (Censo de 1869; Guía Telefónica, noviembre de 1914; Gran Guía de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 1903, p.535; Catálogo del remate de Colección

Llobet, Judicial, Guerrico, mayo de 1975; Catálogo del remate Sucesión José A. Pacheco Alvear…", Roldán). [Ribera]. Citado también por A. Taullard, p. 281 y por Luis Alberto Flores quién lo identifica como Aurtenecel, A. de. (Nuestra Platería, n° 5). También es mencionado por Ana M.Cousillas en el Catálogo de Punzones de la Platería Criolla del Museo José Hernández. Este museo cuenta en su colección con una copa para freno y cuatro rastras con este punzón. Avendaño, Rubén. Platero de Pergamino (PBA), segunda mitad del siglo XX [Flores] (Nuestra Platería, n° 4). Barnetche. Platero uruguayo [Ribera]. Podría ser el mismo que Flores cita como Berneche como platero uruguayo de principios de siglo XX (Nuestra Platería, n° 4). Barraza, Nolasco. Platero de Santiago del Estero (Lomitas). En 1895 tenía 40 años y era analfabeto (Censo de 1895) [Ribera].


118 Berecoechea, Juan. Platero de Mercedes (CR). Nació en 1963. Sobrino de Jorge Alberto Lossada, con quien aprendió el oficio (Nuestra Platería, n° 4) [Flores]. Berecoechea, Pedro. Platero de Mercedes (CR). Nació a principios de la década de 1960, hermano de Juan y también sobrino y discípulo de Lossada (Nuestra Platería, n° 4) [Flores]. Bergara, Claudio. Platero nacido en Santa Fe en 1810. Casado y establecido en Santo Tomé (CR) (Nuestra Platería, n° 5) [Levin]. Carriaga, Ilario (Corrientes 1843). Casado con María Brites (CR 1849), planchadora, con quien tenía 4 hijos. Establecido con taller de platería en Santo Tomé (CR). Tenía como aprendiz a Fernando Brites, brasileño, presumiblemente su cuñado (Nuestra Platería, n° 5) [Levin]. Carricarte, J. Marca de platero en algunas piezas de platería rural, consideradas entrerrianas (Censo de 1869) [Ribera].

Carricoste (¿no será Carricarte?), Bautista. Aprendiz de platero entrerriano (La Paz) que en 1869, tenía 13 años y era analfabeto (Censo de Buenos Aires, 1869) [Ribera]. Carrizo, Adolfo. Platero tucumano que en 1895 tenía 38 años y sabía leer. Residía en Córdoba (partido Tercero abajo) (Anuario Montheil, 1902, p.970) [Ribera]. Carrizo, Vicente. En Guandecol (La Rioja), año 1902. Anuncia "Mineral Los Vascos-Alhajas de oro" (Amorena: Memorandum…, Bs.As., 1885, p.234; Guía Vaillant, 1887) [Ribera]. Duarte, Antonio. Platero correntino nacido en 1850. Establecido en Itatí (CR). En 1869 era soltero. Este dato es tomado por Oscar Levin (Nuestra Platería, n° 6). Duarte, Juan B. Platero de la ciudad de San Salvador de Jujuy, año 1902 (Anuario Montheil, 1902, 959) [Ribera]. Duarte, Juan Bautista. Platero paraguayo establecido en La Rioja. En 1869 tenía 20 años,


119 estaba casado y leía y escribía (Censo de 1869) [Ribera]. Duarte, Vicente. Nacido en Corrientes y establecido con taller de platería con su hermano Saturnino y con Tomás Dragon, todos solteros, trabajaban en la localidad de Itatí (CR) (Nuestra Platería, n° 6) [Levin]. Duarte, Victor. Con taller de platería en Itatí, donde nació en 1832. Estaba casado con Dolores Blanco, nacida en 1838 y tenían cinco hijos (Nuestra Platería, n° 6) [Levin]. Echagüe, Santos. Platero santafesino establecido en la ciudad de Santa Fe. En 1869 tenía 45 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Echavarrieta, Ramón. Platero mendocino residente en la ciudad de Mendoza. En 1869 tenía 45 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Echavarrieta (o Echevarrieta), Ramón. Platero mendocino radicado en el departamento de

Guaymallén. En 1895 tenía 51 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1896; Censo de 1895, dep. Gualeguaychú) [Ribera]. Echenique, Santiago. Con platería en Mercedes (SL), 1902 (Anuario Montheil, 1902, p.1008) [Ribera]. Echevarría, Prudencio. Platero de Buenos Aires (calle Lima 204) que en 1869 tenía 30 años, era soltero y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Echeverría, B.. Dice L.A. Flores que su cuño se halla estampado en un freno de Alberto Dirassar (Nuestra Platería, n° 5). Echevest y Cía., Enrique. Joyería y relojería de Paraná (ER), en el año 1919 (La Estadística, 1919) [Ribera]. Esnaola, Rómulo. Con relojería y platería en Las Heras (PBA), año 1902 (Anuario Montheil, 1902, p.771; Gran Guía de la Provincia de Buenos Aires. La Plata, 1903, p.473) [Ribera].


120 Espeleta, Antonio. De oficio platero, era porteño y en 1869 tenía 15 años y sabía leer y escribir. Estaba con los plateros Santiago y Antonio Podestá (calle Buen Orden 514) (Censo de 1869) [Ribera]. Espeleta, Manuel Ignacio. Platero salteño radicado en la ciudad de Santa Fe. En 1869 tenía 32 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Etchebarne, Juan. Platero entrerriano de la ciudad de Gualeguay. En 1895 tenía 30 años, era casado y sabía leer y escribir (Censo de 1895) [Ribera]. Etcheves e Hijos. Relojería y platería de Paraná (ER), 1902 (Anuario Montheil, 1902, p.934) [Ribera]. Funes. Punzón de platero en algunas piezas de platería rural de fines del siglo XIX (Rebenque: Colección Llobet, remate Guerrico, agosto de 1975) [Ribera]. Funes E. Citado por Ana M.Cousillas en el

Catálogo de Punzones de la Platería Criolla del Museo José Hernández. En su colección se hallan un cuchillo y un estribo con este punzón. Funes F. Se conocen algunas obras de orfebrería rural marcadas con este punzón [Ribera]. Funes, L. Marca en alguna obra de platería en el siglo XX [Ribera]. Funes, Luis. El Anuario Kraft de 1931 menciona entre las joyerías y relojerías de la ciudad de San Luis la de Funes, Luis en Colón 520 y un aviso importante de la misma: "Funes, Luisjoyero- Anteojos y lentes. Se hace todo trabajo concerniente a la profesión en joyería, platería y relojería-Se componen fonógrafos-Especialidades en anillos de compromiso y monogramas, a precios módicos-Calle Colón 520-San Luis". Aparece nuevamente registrado con el mismo domicilio en el Anuario de 1938. Funes, P. A. Taullard lo indica como platero de Córdoba, siglo XIX. Dice Ribera que ha visto alguna platería con P. Funes, al parecer de


121 principios del siglo XX [Ribera]. Funes, R. Punzón de platero existente en un fiador cordobés de la colección Maguire [Ribera]. Galarza, Carlos. Platero en el departamento del Sauce (CR), año 1910. Su capital era de $10.000 (B.Serrano, 1910). [Ribera]. Galarza, Casimiro. Platero de origen correntino, nació en 1834. Casado con Andrea Brites (Corrientes 1844), con quien tenía dos hijos: Francisco (1865) y Jerónimo (1868). Vivía con ellos José Galarza (Corrientes 1844), presumiblemente hermano de Casimiro. Instaló su taller en la ciudad de Curuzú Cuatiá (Nuestra Platería, n° 6) [Levin]. Galarza, Juan Francisco (Corrientes 1850). Según el Censo de 1869, era soltero y se estableció en Manantiales, departamento de Mburucuyá (CR) (N. Platería, n° 6) [Levin]. Gamarra, C. Platero de Villaguay (ER), hacia 1900 [Ribera]. Gamboa, Luis. Platero porteño instalado en

Buen Orden 235. En 1869 tenía 40 años, era viudo y sabía leer y escribir. Compartía la joyería con Santos Vázquez. Está documentado desde 1862. Algunas obras de platería rural están marcadas con el punzón Gamboa; pero se ignora si son obras de este platero (Censo de 1869; Antonio Pillado, Diccionario de Buenos Aires o sea Guía de Forasteros, Edición de 1864, con láminas, Buenos Aires, Porvenir) [Ribera]. Gamboa, Tomás. Platero entrerriano que, en 1869, vivía en Diamante (ER). Tenía 22 años, era soltero y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Garaval, Manuel. Platero radicado en Buenos Aires (Cangallo 7). En 1869 tenía 24 años, era soltero y sabía leer y escribir. Un Manuel Garaval era dueño de una relojería en Chivilcoy (PBA), en 1903 (Censo de 1869) [Ribera]. Garaval y Navajas. Joyería instalada en Buenos Aires, calle Artes 104 hacia 1885


122 (J.A.Amorena. Memorandum…, Buenos Aires, 1855, p.269) [Ribera]. Garay, Froilán. Platero de Buenos Aires radicado en San Nicolás de los Arroyos. En 1869 tenía 22 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Garro, Gregorio. Platero de la ciudad de San Luis que, en 1895 tenía 62 años; sabía leer (Censo de 1895) [Ribera]. Garro, Wenceslao. Platero de la ciudad de San Luis que, en 1895, tenía 23 años y sabía leer (Censo de 1895) [Ribera]. Goicoechea, F. Con joyería en Buenos Aires, calle Moreno 273, hacia 1887 (A.L.R.: Apuntes para…, p.412) [Ribera]. Goitía, Carlos. Platero santafesino radicado en Buenos Aires desde 1812. En 1845 tenía 52 años y era "propietario platero" [Ribera]. Goñi, Juan. Platero uruguayo residente en Buenos Aires (calle Buen Orden 453 ½). En 1869 tenía 23 años, era soltero y sabía leer y escri-

bir [Ribera]. Goroicochea, F. Joyero de Buenos Aires (Moreno 273), año 1885 (J.A.Amorena. Memorandum Enciclopédico, Bs.As., 1885, p.277) [Ribera]. Ibarra, Estanislao. Platero paraguayo que en 1869 estaba radicado en Tapalqué (PBA). Tenía 42 años, era casado y analfabeto (Censo de 1869) [Ribera]. Ibarra, Jacinto. Platero de Santiago del Estero (distrito de Guaipe) que en 1895 tenía 60 años y era analfabeto (Censo de 1895) [Ribera]. Ibarrondo, Galo. Platero de Olavarría (PBA) que falleció en noviembre de 1991, según Luis Alberto Flores (Nuestra Platería, n° 6). Icea (o Iseas), Isidro. Platero correntino establecido en Concordia (ER). En 1869 tenía 27 años, era soltero y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Igarzábal, José. Aprendiz de platero cordobés, radicado en Buenos Aires (calle Piedad 206).


123 En 1855 tenía 18 años (Censo de la Ciudad de Buenos Aires de 1855, Parroquia de San Miguel) [Ribera]. Iraola, Francisco. Platero argentino que en 1855 tenía 20 años, sabía leer y vivía en casa de su padre, calle Piedad 370 (Censo de 1869) [Ribera]. Iriarte, Casimiro. "Jornalero platero" cordobés radicado en Buenos Aires (calle Uruguay 3). En 1855 tenía 30 años y hacía tres que había llegado a la ciudad (Censo de la Ciudad de Buenos Aires de 1855, Parroquia de La Piedad) [Ribera]. Irusta, José. Platero argentino establecido en Monte (PBA). En 1869 tenía 34 años, era casado y analfabeto (Censo de 1869) [Ribera]. Iruz. Platero de Gral. Acha (LP), según Luis Alberto Flores (Nuestra Platería, n° 6). Isaurralde, Valentín. Platero entrerriano que en 1895 vivía en Nogoyá. Entonces tenía 36 años, era soltero y sabía leer y escribir (Censo

de 1895) [Ribera]. Iturralde, Bernardo. Platero vasco francés radicado en Buenos Aires, en la calle Centro América (actual Pueyrredón). En 1869 tenía 32 años, era soltero y analfabeto (Censo de 1869) [Ribera]. Iturria, S.. Platero sin datos, según Luis Alberto Flores (Nuestra Platería, n° 6). Laciar, Lorenzo. Platero sanjuanino que, en 1869, vivía en La Rioja (sec. Costa Alta de los Llanos). Tenía 33 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Lallaga, Juan. Con platería en Buenos Aires, calle Artes 46, hacia 1851 (Guía de la ciudad de Buenos Aires y manual de forasteros, 1851) [Ribera]. Lamarque, Eduardo F. Joyero porteño, hijo de Eduardo Lamarque. En 1895 tenía 19 años (Censo de 1895) [Ribera]. Lamarque, Julio Eduardo. Joyero francés nacido en Oloron Sainte-Marie (Basses-Pyrénées).


124 En 1885 funcionaba en un local de Victoria 57. En 1895 declaró tener 59 años y estar casado. La firma funcionaba en Rivadavia 623 (Censo de 1895) [Ribera]. Lamarque, Mariana T. de. Esposa del anterior, francesa, que en 1895 tenía 48 años. En 1902 figura como titular de la joyería de Rivadavia 623 [Ribera]. Landarreche, Juan. Platero francés residente en Azul (PBA). En 1869 tenía 25 años, era soltero y sabía leer y escibir. Como José Landeretche figura en la ciudad de Azul con relojería y platería, año 1902 (Censo de 1869) [Ribera]. Luis Alberto Flores cita con el punzón Landerreche, J. un facón -el que además, lleva estampado o grabado E.Catriel en la calza media de la vaina- que perteneciera a Andrés Gómez Bustillo (Nuestra Platería, n° 6). Landerregui, J. Luis Alberto Flores observó este punzón en unas copas de freno (Nuestra Platería, n° 6).

Larrechea, Teodoro. Platero santafesino que, en 1869, tenía 43 años, era casado y sabía leer y escribir. Vivía en la ciudad de Santa Fe (Censo de 1869) [Ribera]. Lasa. Platero de Alberti (PBA) (Nuestra Platería n° 7) [Luis A.Flores]. Lasarri, Felipe. Platero de Buenos Aires establecido en la calle Federación 475, hacia 18541855 (Justo P. Sáenz, p.96, nota) [Ribera]. Lassaga, Zenón. Platero de la ciudad de Santa Fe que, en 1869, tenía 46 años, estaba casado y sabía leer y escribir. Hizo una corona de plata para la Virgen del Carmen, fundadora del templo homónimo en Santa Fe (Lassaga, Ramón J.: Hombres notables de Santa Fe; el Pbro. José Luis Doldán, Santa Fe, 1913, p.57) [Ribera]. Lecea. Afirma Ribera que se trata de un punzón de platero estampado en un estribo existente en el Museo José Hernández [Ribera]. Leguiza, Miguel. Platero de San Juan que, en


125 1869, tenía 24 años, era soltero y analfabeto (Censo de 1869) [Ribera]. Leguizamón, Prudencio. Platero santafesino que, en 1869, tenía 46 años, era casado y sabía leer y escribir. Vivía con su familia en la ciudad de Santa Fe (Censo de 1869) [Ribera]. Lezica, J. Platero de San Juan, calle Tucumán 192, año 1902 (Anuario Montheil, 1902, p.998) [Ribera]. Lizarraga, Lorenzo. Con platería en San Pedro (JJ), año 1902 (Anuario Montheil, 1902, 961) [Ribera]. López Armentía, ¿Angel?. Platero de Tandil (PBA). Hijo y nieto de plateros. Segunda mitad del siglo XX (Nuestra Platería n° 7) [Luis A. Flores]. Magalde (o Macalde), A. Marca de platero en una cabezada de fines del siglo XIX. (Remate Bulrich, junio de 1970) [Ribera]. Mauleón, José. Con platería en Rosario (SF), calle Córdoba 113, hacia 1870 (Jorge Tomasi-

ni, Plateros de Rosario, p. 73) [Ribera]. Mendoza, Clodomiro. Platero residente en Victoria (ER) que, en 1895 tenía 22 años, era soltero y sabía leer y escribir (Censo de 1895) [Ribera]. Mendoza, Domingo. Platero cordobés radicado en Rosario de Santa Fe. En 1869 tenía 28 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Mendoza, L. Según Ribera se trata de un punzón de platero en unas copas de freno de fines del siglo XIX o principios del siglo XX. Mendoza, Severo. Platero santafesino establecido en los alrededores de Villaguay (ER). En 1869 tenía 38 años, era casado y analfabeto (Censo de 1869) [Ribera]. Mikel, Jaime. Con joyería en Buenos Aires, calle Buen Orden 19, año 1902 (Anuario Montheil, 1902, p.253) [Ribera]. Murguía, J. Platero de Montevideo que, en 1883-1884, tenía negocio en la calle Ciudade-


126 la 125 (Guía General de Comercio, Comercio e Industrias, República Oriental del Uruguay, 1883, p.55-59; Vaillant: Guía General de Comercio de las Repúblicas Oriental, Argentina y Paraguay, 1884) [Ribera]. Nuñez de Ibarra, Manuel Pablo. Platero y grabador correntino nacido en 1782 y muerto en 1862. Estuvo varios años en Buenos Aires, donde grabó algunas estampas religiosas en 1809. Posteriormente fue ayudante en la Escuela de Dibujo (1815-1816) e hizo los retratos grabados de algunos próceres (Archivo del Convento de Santo Domingo) [Ribera]. Olea, Ignacio. Platero tucumano residente en la ciudad de Catamarca. En 1869 tenía 44 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Olea, Victoriano. Platero santiagueño que, en 1895, tenía 50 años, sabía leer y escribir y vivía en Cañada Rica (SE) (Censo de 1895) [Ribera].

Orbea Hs./Orbea. Cousillas afirma en el Catálogo de Punzones del Museo José Hernández que Taullard menciona a Orbea sin otros datos y que Levin informa de un Luciano Orbea, platero de origen español nacido en 1850. Vivía con su padre Camilo Orbea, español, viudo, grabador (1828), en la calle Victoria (Buenos Aires). En la Guía de Ruiz de 1874, Luciano Orvea era un platero localizado en Bolívar 364 (altos), Buenos Aires. En la edición de 1996 de Ribera se afirma que con este punzón podría tratarse de: Orbea, Ambrosio. Talabartería en 9 de Julio (provincia de Buenos Aires), año 1902. Orbea, Félix, apellido que figura entre los plateros y joyeros de Ayacucho (provincia de Buenos Aires), año 1902. Orbea, Luciano. Platero español residente en Buenos Aires, calle Maipú 276, en 1869 tenía 19 años, era soltero y sabía leer y escribir y seguramente el mismo mencionado por Levin. En el Anuario Kraft de 1931 figura entre las relojerías y platerías de


127 Tornquist (provincia de Buenos Aires) la de Orbea Hs. y entre las relojerías y platerías de Alcorta (provincia de Santa Fe) la de Faustino Orbea. En la colección del Museo José Hernández se hallan un cuchillo y unos estribos con este punzón. Oroño, Bernardo. Platero español establecido en Buenos Aires (calle Lorea 90). En 1869 tenía 35 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Guía Kidd, 1883, p.122) [Ribera]. Orrivalzaga, José D. Figura entre las joyerías y platerías que había en Bragado (PBA), hacia 1903 (Censo de 1896) [Ribera]. Quintana. Según Ribera se trata de un punzón de platero en un jarro del siglo XIX [Ribera]. Quintana, José. Platero de Entre Ríos que, en 1869, tenía 25 años, era soltero y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Recalde, Luciano. Platero paraguayo residente en Buenos Aires, calle Buen Orden 528. Documentado desde 1862, en 1869 declaró tener

40 años, ser soltero y saber leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera]. Sabalain, L. Platero de Buenos Aires, autor de algunas piezas de orfebrería rural, como unas espuelas que pertenecieron a Carlos Enrique Pellegrini. Un Juan Sabalain tenía joyería en Buenos Aires, calle Buen Orden 154, hacia 1885-1887 (Anuario Montheil, 1902, p.287.; Gran Guía de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 1903, p.329) [Ribera] También cita Alfredo Taullard a Sabalain, J.. En una entrevista realizada al platero Daniel Venturiello en La Razón, 23 de agosto de 1964, el artesano cuenta: (…) "En la calle Buen Orden -que como le dije- era la calle tradicional de las platerías- estaban los negocios de Dupont, Sabalain, Costa, Calandro, Sifredi y Descalzo entre otros. Este último tenía muchos operarios. Otros empleaban, sólo uno o dos plateros buenos, nada más, pero tal vez trabajaban mejor que las casas grandes".


128 Suasnabar, Ignacio. Platero de San Miguel de Tucumán. En una guía de 1901 se indica su domicilio: calle Córdoba 682. Hay trabajos marcados con su punzón. (Guía ilustrada de Tucumán para el viajero, 1901) [Ribera]. Taullard lo cita con domicilio en la ciudad de Tucumán y actuación hacia 1854. Suasnabar, Martín. "Fabricante de platería y tornería", nacido en Mendoza y radicado en Buenos Aires (calle Artes 32). En 1855 tenía 35 años (Censo de Buenos Aires, 1855, Parroquia de San Miguel) [Ribera]. Velarde, Cruz. Platero entrerriano que, en 1895, tenía 21 años, era soltero y sabía leer y escribir. Vivía en Concordia (Censo de 1895) [Ribera]. Velarde, Emilio. Joyero entrerriano, hijo del platero Pedro Velarde y hermano de Cruz. En 1895 tenía 25 años, era soltero y sabía leer y escribir. Vivía en Concordia (Censo de 1895) [Ribera].

Velarde, Pedro. Platero entrerriano que, en 1869, vivía en Nogoyá. Entonces tenía 30 años, era casado y analfabeto. En 1895 vivía en Concordia con su mujer e hijos (Censo de 1869) [Ribera]. Vergara, F. Según Ribera se trata de un punzón de platero en unos estribos de finales del siglo XIX. Vizcaya Hnos. Joyería y relojería de Rosario de Santa Fe (Puerto 145), hacia 1882-1887. También vendía artículos de plata y de fantasía. Posteriormente fue vendida a Lambert, Lévy y Cía (Guía Vaillant, 1887; Guía de Santillán Vélez) [Ribera]. Yrusta, J. Punzón de platero en una cabezada de fines del siglo XIX o de principios del XX: J.Yrusta [Ribera]. Zalazar, Bruno. Platero boliviano residente en la ciudad de Salta. En 1869 tenía 35 años, estaba casado y sabía leer y escribir (Censo de 1869) [Ribera].


129 Zárate, Telésforo. Platero de la ciudad de Corrientes, año 1910 (B.Serrano, 1910) [Ribera]. Zuviría, Esteban. Aprendiz de platero argentino que, en 1869, tenía 14 años. Era hijo del platero Luis Zuviría (Censo de Buenos Aires, 1855, Parroquia de San Miguel) [Ribera]. Zuviría, Luis. Platero chileno llegado a Buenos Aires en 1842. Había nacido en 1827. En 1855 vivía en la calle Corrientes 330 y en 1869 en Paraná 214. Era casado y sabía leer y escribir [Ribera].

Bibliografía consultada Las antiguas platerías evocadas por el artesano de ese ramo Daniel Venturiello. En: La Prensa, 23 de agosto de 1964.

Primer Censo Municipal de Población. Con datos sobre edificación, comercio e industria de la ciudad del Rosario de Santa Fe (República Argentina) levantado el día 19 de octubre de 1900 bajo la administración del señor Don Luis Lamas, Rosario de Santa Fé, 1902. Buenos Aires, Guillermo Kraft, 1902. 2º Censo Municipal de la Ciudad del Rosario de Santa Fe (República Argentina). Levantado el 19 de octubre de 1906. Intendencia del señor Nicasio Vila. Rosario, Tipografía, Litografía y Encuadernación La Capital, Sarmiento 769. 1908. 3º Censo Municipal del Rosario de Santa Fe (República Argentina). Levantado el 26 de abril de 1910 bajo la dirección del secretario de la Intendencia Dr. Juan Alvarez. Intendencia del Doctor Isidro Quiroga. 1910. Talleres de "La República". Calle Santa Fe 968. Rosario.


130 4º Censo Municipal de Rosario. Levantado el día 21 de octubre de 1926 bajo la dirección del doctor Domingo Dall'anese, profesor en la facultad. Rosario 1935. Intendente Doctor Manuel E.Pignetto Cousillas, Ana M. Transformaciones en la producción y el consumo de la platería porteñabonaerense. De la Revolución al Centenario. Boletín del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Buenos Aires: Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1987, n° 11, p.7389. Cousillas, Ana M. Punzones en la Platería Criolla del Museo José Hernández (Registro de punzones y marcas comerciales). Buenos Aires: Museo de Motivos Argentinos José Hernández, 1992. Cuadernos del Museo de Motivos Argentinos José Hernández, número extraordinario.

Cousillas, Ana María. Platería rural. En: "La Plata del Plata" [catálogo de la exposición]. Buenos Aires: Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1992, p.42-47. Flores, Luis Alberto (recopilador). Más plateros de este siglo. En: [Revista] Nuestra Platería, diciembre/febrero 1995-1996, n° 4; mayo/julio 1996, n° 5; agosto/octubre 1996, n° 6; febrero/abril 1997, n° 7; noviembre 1997/enero 1998, n° 8; febrero/abril 1998, n° 9. Levin, Oscar. Informe al registro de datos y documentación sobre platería criolla. Buenos Aires: Museo de Motivos Argentinos José Hernández, 1988 (mimeo). Levin, Oscar (recolector). Los plateros de Corrientes (1988). En: Nuestra Platería, mayo/julio 1996, n° 5; agosto/octubre 1996, n° 6; febrero/abril 1997, n° 7; febrero/abril 1998, n° 9.


131 Ribera, Adolfo Luis; Schenone, Héctor H. Platería Sudamericana de los siglos XVII-XX. Germany: Hirmer Verlag München, 1981.

Sánchez, Marta. Platería civil. En: "La Plata del Plata". Buenos Aires: Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1992. p. 24-28.

Ribera, Adolfo Luis. Platería. En: Historia General del Arte en la Argentina. Buenos Aires: Academia Nacional de Bellas Artes, 1985. Tomo IV, p. 297-393.

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Ribera, Adolfo Luis. Diccionario de Orfebres Rioplatenses. Siglos XVI al XX. Buenos Aires: Fondo Nacional de las Artes, 1996. Sánchez, Marta. Los plateros en el Río de la Plata. En: "La Plata del Plata" [catálogo de la exposición]. Buenos Aires: Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1992, p.8-11. Sánchez, Marta. Platería religiosa. En: "La Plata del Plata". Buenos Aires: Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1992, p.12-15.

Tomasini, Jorge. Los plateros de Rosario 17701870. Introducción a su estudio. En: Museo Histórico Provincial "Dr. Julio Marc". Platería americana. XIV Conferencia General del Consejo Internacional de Museos. Ministerio de Educación y Cultura de la Provincia de Santa Fe, Asociación Amigos del Museo Histórico, 1986.


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EL TENOR PEDRO MIRASSOU Jorge Beramendi

El apellido Mirassou Se trata de un apellido de Lapurdi o Labourd que es parte del País Vasco Francés y se encuentra sobre la costa atlántica. El apellido no está en lengua vasca sino en gascón. Éste es una variante muy particular del occitano o lengua de oc y como su nombre lo indica es el occitano adaptado a antiguos vascoparlantes, ya que gascón es la deformación de vascón. El significado sería lugar expuesto al sol o mira-

sol. De Francia, pues vinieron los Mirassou a la Argentina y formaron hogares que a la postre sería el origen de un famoso tenor argentino. Pedro Mirassou El 24 de junio de 1963 murió en la Provincia de Córdoba el tenor argentino Pedro Mirassou, de quien existen pocas referencias no obstante haber protagonizado uno de los mejores momentos de la lírica argentina, desarrollando su labor europea en la década del 20. Mirassou nació en Buenos Aires en 1896 y ejerció múltiples oficios y actividades, desde vendedor de automóviles a deportista, y recorrió en razón de ellas el interior del país, para descubrir su auténtica vocación: la lírica. Luego de realizar los estudios que estuvieron a su alcance, debutó en el Teatro Colón en 1922,


133 cumpliendo un rol mucho menos que secundario en "Aída" de Verdi, bastando sin embargo las poquísimas líneas a su cargo para demostrar la potencia de su voz. Es por ello que 1924 puede señalarse como el año de su verdadero debut, en el Teatro Ópera, interpretando "I Pagliacci". Su excelente futuro se plasmó en una gira latinoamericana y el posterior desembarco en Europa. Allí se presentó en los más importantes teatros italianos y logró muy buenas críticas, incluida la de Arturo Toscanini, a pesar de que el director era poco afecto a hacer elogios. En 1926 debutó en la Scala de Milán y, poco después, en la Ópera de Roma, obteniendo el permiso de Mussolini para inaugurar la temporada romana, privilegio vedado a los artistas extranjeros. Retornó a Buenos Aires en 1928 con un

importante prestigio internacional, siendo figura principal del Teatro Colón a lo largo de muchas temporadas, interpretando una amplia gama de personajes y estrenando, hasta 1950, casi todas las óperas escritas por compositores argentinos. La excesiva actividad dañó su voz y en sus últimas presentaciones se hacía evidente su esfuerzo por lograr lo que anteriormente fluía con facilidad, circunstancia desdichada que lo indujo a abandonar el escenario y dedicarse a la enseñanza, habiendo sido también uno de los primeros dirigentes gremiales de su género. Transcurrió sus últimos años de vida en la localidad cordobesa de Villa Carlos Paz. Temporada de 1950 Mirassou inició la temporada de 1950 en el Colón con el papel de Manrico en Il Trovatore


134 de Verdi en julio y agosto. Siguió en agosto con el papel de Don Álvaro en la Forza del Destino de Verdi, y el papel de Tabaré en la ópera de ese nombre de Schiuma en octubre.

El Matrero de Felipe Boero Entre las funciones participó en el estreno de la ópera El Matrero de Felipe Boero. Ésta se estrenó en Buenos Aires el 12 de julio de 1929, en el Teatro Colón. El director de orquesta, fue en esa ocasión Héctor Panizza, la escenografía estuvo a cargo de Rodolfo Franco y la coreografía de Angel Giménez. Sus intérpretes fueron: Pedro Mirassou Pedro Cruz Nena Juárez Pontezuela Apollo Granforte Don Liborio Atilio Muzio Zampayo

Fernando Traverso Liberato Ricardo Miguez Zoilo Tina de Bary Pancita Josefina Cattaneo Jacinta Antonio Di Siervi Pirincho Adeo Dellamelle Aguara Humberto Lambertucci Braulio Mateo Tomas León Carlos Rattaro Rudecinco Carlos Pederzani Margarito Ricardo Domínguez El arriero


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CASIMIRO AIN El abuelo del tango

El artículo del Euzko-Deya de Buenos Aires Javier López Mendizabal, el representante de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay en el País Vasco nos envió un artículo aparecido en el Euzko-Deya de Buenos Aires el 30 de septiembre de 1940, precisamente en el año de fallecimiento de Casimiro Ain. Muchos de la generación presente tal vez no sepan que el rey del tango ha sido un vasco de pura cepa, Casimiro Ain, más conocido por el Vasco Ain o el Abuelo del Tango

En efecto, cuando hace unos años empezó a abrirse paso el típico baile argentino, destacó inmediatamente como perfecto maestro del mismo este hijo de nuestra raza. "Casimiro Ain -dice un diario de la capital de hace pocos días- encarna con su campaña legendaria a favor de nuestro tango la verdadera figura histórica de nuestro baile. Él fue el que fundó el famoso Garrón de París, ex- Princesa; el que bailó ante el Papa León XIII para demostrarle que el tango no era una danza inmoral; el que fue con la famosa millonaria Ms. Astor a los Estados Unidos para dar lecciones a la aristocracia neoyorquina; el que bailó frente a las pirámides de Egipto; el que ganó el primer premio en el Primer Gran Concurso Internacional de Bailes de Francia; el que actuó en Inglaterra, Noruega, Suecia, Alemania, Grecia, Rusia, Italia y España, imponiéndose en todas partes por su extraordi-


136 naria habilidad de bailarían y su eterno optimismo y simpatía porteña, pues siempre y en todas partes El Vasquito fue un pedazo grande de ese Buenos Aires de ayer, que sabía hacer pata ancha en cualquier rincón del mapa" Aunque pongamos en duda que llegase a demostrar sus habilidades coreográficas ante Su Santidad, ello no es obstáculo para que destaquemos la aventurera vida de este vasco bailarín. Por desgracia para él, y ya envejecido, ha tenido que sufrir una operación quirúrgica en la que le han cortado la pierna derecha, operación que soportó con decisión absoluta. Deseamos la curación al famoso vasco que difundió por el mundo el típico baile argentino.

Noticia biográfica Nació el 4 de marzo de 1882 en Buenos Aires. Es uno de los más importantes bailarines junto con El Cachafaz y Virulazo (este último también de origen vasco ya que su apellido es Orcaizaguirre). Desde 1913 actuará en Europa con su partenaire Edith Peggy y los músicos Vicente Loduca, Eduardo Monelos y Celestino Ferrer. Actuó ante el Papa. En 1920 ganó el Concurso de Danzas Modernas que se llevó a cabo en el Hotel Marigny de Champs Elisées en París. En 1926 actuó con la orquesta de Francisco Canaro en el Club Mirador de Nueva York. En 1936 actuó en el espectáculo de La Evolución del Tango con el maestro Julio De Caro en el teatro Ópera. Murió en 1940.


137 El tango vasco Más de cien figuras que han actuado en el tango argentino fueron vascos o argentinos de origen vasco. El director de esta publicación que suscribe estas palabras está preparando un trabajo sobre este tango que irá apareciendo en los sucesivos números las biografías de cultores del tango como los vascos Antonio Reynoso, Francisco Payá, el Polaco Goyeneche y tantísimos otros.


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ATAHUALPA YUPANQUI He de llegar algún día en tierra vasca a cantar

El homenaje a Atahualpa Yupanqui Este año se cumplen diez años del fallecimiento en Nimes del reconocido compositor e intérprete argentino Atahualpa Yupanqui. En efecto el 23 de mayo de 1992 falleció después de haber desarrollado una proficua labor en el folklore argentino. Por ese motivo la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay desarrolló un acto en el Club

Francés, el que fue llevado a cabo por el Dr. Jorge Azpiri, vicepresidente segundo. El dio una charla referida a la temática del cancionero yupanquiano y destacó la poesía que Atahualpa Yupanqui le dedicara a su madre vasca. También estuvo presente el hijo del folklorista que dedicó unas palabras de agradecimiento por este homenaje en el ámbito del Club Francés ya que él es el resultado del matrimonio del compositor con una francesa, Nenette. Su vida Atahualpa Yupanqui se llamaba Héctor Roberto Chavero y nació el 31 de enero de 1908 en Campo de la Cruz, partido de Pergamino, Provincia de Buenos Aires. Su madre Higinia era vasca de la prpovincia de Guipúzcoa y se había transladado a la Argentina donde casó con José Demetrio Chavero.


139 Éste era descendiente de Diego Abad Chavero que en el siglo XVII se transladó a la Argentina y se dedicaba a hacer columnas y puertas de quebracho y algarrobo para iglesias y capillas, según escribió Atahualpa Yupanqui en El canto del Viento. Primero adoptó el seudónimo Atahualpa Chavero porque sintió la necesidad de rendir homenaje al último soberano Inca y posteriormente adoptó el de Yupanqui, después de haber leído Los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega. Contaba Atahualpa que parte de su familia hablaba el quichua y eran de Loreto, provincia de Santiago del Estero que luego se transladaron a San Luis y a Córdoba. Sus primero años transcurren en Roca, pueblo de la provincia de Buenos Aires donde su padre trabaja en el ferrocarril.

Primero intentó estudiar violín pero luego fue alumno de Bautista Almirón en guitarra. Con el estudió a los clásicos como Fernando Sor (compositor que fue maestro de guitarra de José de San Martín), Costes, Albéniz, Granados, Tárrega y las transcripciones de Pujol de Schubert, Liszt, Beethoven, Bach y Schumann. Su familia cuando él tiene nueve años se radica en Tucumán. Siendo adolescente se radica en Junín, porvincia de Buenos Aires. A partir de los 18 años peregrina por el país. Una vez estando trabajando en un diario de Rosario se le pidió que hiciera la nota sobre la muerte de su maestro Almirón. Se dedicó desde los 19 años a componer y creó en 1927 Camino del Indio, que tuvo mucha difusión.


140 Se dedicó a peregrinar por la Argentina consiguiendo trabajos ocasionales y registraba los aires populares. Se casó con María Alicia Martínez, con la que tuvo tres hijos: Alma Alicia, Atahualpa Roberto y Lila Amancay. Después tuvo otra hija en Tucumán Quena del Valle. Por último conoció a Antoinette Paule Peppini Fitzpatrick, Nenette. Ella era una concertista de piano francesa nacida en Canadá, quien hacía quince años atrás se había radicado en la Argentina. Se casó y tuvo un hijo, Roberto, El Kolla. Se instaló en la localidad de Cerro Colorado en el norte cordobés. Eustasio Barrera le regaló un lote en esa localidad y primero hizo un rancho y luego una casa y ese fue su hogar si bien largas temporadas pasabas fuera de allí recorriendo el país

Hizo grabaciones y en la época de Perón se afilió al Partido Comunista y fue perseguido y torturado. Cuenta que el siendo zurdo fue arrestrado y creyendo sus torturadores que lo iban a inutilizar para toda la vida le pusieron en el índice de la mano derecha una máquina de escribir y se sentaron sobre ella y le quebraron el dedo pero no se dieron cuenta de que era zurdo y rasgueaba con la izquierda En 1949 ayudado por el partido Comunista Atahualpa hizo una gira de un año en Europa entre París y Budapest. En 1950 compartió el escenario con Edith Piaff y ella lo recomendó para otras presentaciones. Rompió con el partido Comunista, desencantado de la realidad soviética. En 1952 a raíz de la muerte de Evita hubo un poco de sosiego en la represión y volvió brevemente a la Argentina pero rápidamente se exilió.


141 Regresó a la caída de Perón, en 1955 e hizo presentaciones grabaciones y composiciones con su esposa como colaboradora y que ocultaba su coautoría a través del seudónimo Pablo del Cerro. Pablo por Paule y Cerrro por Cerro Colorado. No firmaba abiertamente la coautoría porque creían que los prejuicios no admitirían que una mujer extranjera pudiera componer temas criollos. En los años sesenta empezó a realizar giras en el exterior y recorrió América latina Europa y Oriente en sucesivos años. En la Argentina casi nunca le ofrecían contrato y se deprimía y volvía a París.

Nenette y el 23 de mayo de 1992 murió Atahualpa en Nimes. Atahualpa Yupanqui debía actuar el 22 de mayo en un pequeño teatro de 150 localidades de esa ciudad junto con Los del Pueblo y Rubén Juárez. Se sintió mal y se retiró al hotel a descansar caminando las cinco cuadras que lo separaban a pie. Se durmió y a las cinco y media de la madrugada su corazón dejó de latir, muriendo en soledad. Se cremó su cuerpo y sus cenizas están enterradas debajo de un roble en su casa de Cerro Colorado. Madre Vasca

Siempre vivió austero y tenía su casa de Cerro Colorado, un departamento en Buenos Aires y un Citroën 2CV. En París siempre alquiló donde vivía. El 23 de mayo de 1990 falleció su esposa

Atahualpa dijo que descendía por su madre de Regino Haram o Haran de Guipúzcoa, según nos dice en su libro autobiográfico Su madre, Higinia Carmen Haram, fue muy


142 querida por Atahualpa Yupanqui. Transcribiremos los conceptos que manifestó en distintas entrevistas. Dijo en la revista Humor de octubre de 1981: Soy hijo de criollo y vasca, mezcla de gente tozuda[… ]yo llevaba en mi sangre el silencio del mestizo y la tenacidad del vasco.

a mi madre cuando era niña o pastorcilla quizás

En El Cronista Comercial del 13 de enero de 1989 manifestó: De mi madre tengo la sonrisa, la timidez… Mi madre tenía gran sentido ético: "Aprenda, m'hijo, a pagar las deudas que es la única forma de acrecentar la verdadera riqueza"

He de llegar algún día en tierra vasca a cantar ¡Ay Madre! Desde muy lejos en mis penas volverás.

En La Opinión de Buenos Aires del 14 de octubre de 1973 declaró: “Mi madre era vasca y cuando estuve en su patria, compuse estos versos”: Qué nombre tendrán las piedras que le vieron caminar

El árbol cuya sombra descansó, dónde estará, qué bueno si lo encontrara para rezar o llorar

Tu sangre dentro de mis venas como un árbol crecerá y el viento, que es generoso su árbol me señalará Que bueno si lo encontrara para rezar o llorar


143 En las decisiones de la vida siempre estuvo el consejo de su madre. Era 1928 cuando ya había cumplido los veinte años y decide dejar Junín para tentar suerte en la capital. Según aparece en la revista Crear de diciembre de 1988, su madre la vasca, dice ¡Hijo! Irte a Buenos Aires, donde vive esa pobre gente "criada a pieza", sin árbol ni patio siquiera. Pero lo deja dirse nomás.

chofercito, hasta llegar a Asturias, a Giojón. Atravesamos el País Vasco. Entonces hice una canción que se llama Caminito Español. Después de un año de España se preguntó: Pero al año me dije: Bueno ¿Qué hago acá? ¿Vuelvo a repetir? ¿Otra vez Sevilla? ¿Otra vez el País Vasco?¿Otra vez Salamanca? Ya lo había hecho dos veces. Tuve miedo de saturar y me fui (Clarín 8/4/82 y Radiolandia 2000 de febrero de 1983)

El País Vasco Obra En varias ocasiones Atahualpa estuvo en la patria de su madre, ya hemos visto que los versos a su madre los compuso en el País Vasco. En 1967 visitó intensamente España recorriéndola, declara al diario La Opinión el 14 de octubre de 1973: Un día venía en auto, despacio. Habíamos hecho toda Galicia con el

Sus composiciones dedicadas a Tucumán evocando las vivencias de cuando residió allí: Luna Tucumana, Nostalgias tucumanas, Adiós Tucumán, Zamba del grillo, La tucumanita, La pobrecita, La raqueña.


144 Grabaciones De los treinta en el sello RCA Victor: La zamba del cañaveral, La andariega, La arribeña, La churqueña, Tierra Jujeña, Kaluyo de Huáscar, Viento, viento, Camino de los valles, Cañada honda, La viajerita. De los cuarenta: Vienen clareando, Hui-jo-jo, Ahí andamos señor, El arriero, Chilca Juliana, La añera.

Libros: Piedras solas (Jujuy 1941), Aires indios, (Montevideo 1943), El Canto del viento, Guitarra, El payador perseguido, Del algarrobo al cerezo, La capataza. Premios: El del Festival de Cosquin, Academia Charles Cross, Estado de Vera Cruz de Méjico, Venezuela, Colombia, Konex Platino, Caballero de las Artes y las Letras de Francia, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Córdoba. Fundación Yupanqui

De los cincuenta: Tierra querida, Chacarera de las piedras, Recuerdos del portezuelo, La Tucumanita, Indiecito dormido, Lloran las ramas del viento, La humilde, Le tengo rabia al silencio, De los sesenta: Los ejes de mi carreta, Sin caballo y en Montiel, La alabanza, Cantor del sur, El árbol que tu olvidaste, El payador perseguido.

En 1989 se concreta la Fundación Yupanqui. Servirá para conservar su casa de Cerro Colorado que asimismo alberga: los libros de Atahualpa Yupanqui, todos los objetos que le fueron regalando al recorrer el mundo, los puñales de su abuelo, ponchos aperos, etc. y por supuesto, donde descansan las cenizas del creador.


145 Bibliografía

1. Atahualpa Yupanqui, El canto del viento, Ediciones Siglo Veite, Buenos Aires 1988. Se trata de recuerdos autobiográficos. 2. Fernando Boasso, Tierra que anda, Atahualpa Yupanqui, historia de un trovador, Ediciones Corregidor, Buenos Aires 1993. Es la biografía más extensa que se ha escrito con recopilación de artículos periodísticos. 3. Félix Luna, Atahualpa Yupanqui, Colección Los Juglares de Ediciones Júcar, Buenos Aires 1974 4. Norberto Galasso, Atuahualpa Yupanqui, el canto de la Patria profunda, Ediciones del Pensamiento Nacional, Colección Los Malditos, Ediciones Colihue, Buenos Aires 1984

5. José Tcherkaski, Atahualpa YupanquiChuhci Leguizamón, Editorial Galerna, Buenos Aires, 1984. 6. Diarios y Revistas de Buenos Aires a las que concedió reportajes: La Nación, Clarín, Cronista Comercial, La Opinión, Humor, etc


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CARLOS GOICOECHEA Un hombre de teatro

muchos éxitos de taquilla y cuya obra se preserva a través de los números de las revistas teatrales que se publicaban en la época la mismo tiempo que se producían los estrenos. Carlos Goicoechea

Autores de teatro de apellido vasco Leyendo obras de teatro argentino de medio siglo entre 1880 y 1950 se descubre unas decenas de autores que o bien han nacido en Tierra Vasca o tienen apellido vasco. Como son: José Luis Bayón Herrera, Martín Goycoechea Menéndez, Tito Insausti, Florencio Iriarte, Pilar de Lusarreta, José de Maturana, José Antonio Saldías, Julio Sánchez Gardel. Es significativo la proporción de apellidos vascos en el teatro. Entre ellos queremos destacar al comediógrafo Carlos Goicoechea, creador de

Carlos Goicoechea nació en 1894 y falleció en 1969. Este comediógrafo estrenó el 23 de mayo de 1919 La cita por la compañía de Orfilia Rico y Enrique Arellano en el teatro Nuevo. Luego alcanza popularidad con comedias satíricas y de humor político en colaboración con Rogelio Cordone (1898-1951), se inicia la coautoría con Toque de retirada en 1920. Las obras de Carlos Goicoechea, la mayoría en colaboración con Rogelio Cordone son (el número entre paréntesis es el de la publicación en La Escena, revista teatral): 1.

1919 (48) La cita. Boceto en un acto


147 2. 1920 Toque de retirada. 3. 1921 (174) ¡Vigilalo, mama! Comedia en tres actos. 4. 1922 (236) ¡Aquí mando yo! Comedia en tres actos. 5. 1923 (260) Un directo al corazón. Comedia en un acto. 6. 1923 (92 suplemento) Dos potencias se saludan. Pieza en un acto. 7. 1923 (282) La bomba. Pochade en un acto. 8. 1924 (309) ¡Ya cayó el chivo en el lazo! Pieza en tres actos. 9. 1924 (317) Dr. Kellermann (Especialista en nerviosas) Comedia en tres actos. 10. 1924 (327) ¡Lindo tipo de varón! Pieza en un acto. 11. 1924 (328) El padre Rapagneta Pieza en un acto. 12. 1924 (341) Una novela vulgar Comedia en un acto

13. 1925 (356) El hijo de Barolo Astracanada en tres actos. Fue estrenada en el teatro Sarmiento por la compañía de César Ratti el 27 de mayo de 1925. La cabeza de compañía interpretó el papel de Chinchibirra. 14. 1925 (373) Padre nuestro que estás alli arriba… Pieza en dos cuadros. 15. 1925 (375) ¡Aquí estoy porque he venido! Pieza joco-seria en tres cuadros. 16. 1925 (377) ¡Terco como una mula! Comedia en tres actos. 17. 1926 (420) El inventor de paraguas. Farsa cómica en tres actos. Fue estrenada en el teatro Apolo el 23 de junio de 1926 por la compañía de Luis Arata y Morganti, que interpretaron los papeles de Hércules Vitiligo y Cipolletta. 18. 1927 (513) Yo soy un tipo de línea. Sainete en dos cuadros. 19. 1927 (518) ¡Tuyo hasta la muerte! Historia de una pasión grotesca en tres cuadros. Fue


148 estrenada en el teatro Nuevo el 27 de abril de 1927 por la compañía del vasco Roberto Casaux, que desempeñaba el papel de Dante Gambarruta. 20. 1929 (611) Este pollo es de mi cría. Pieza cómica en dos cuadros. Estrenada en el teatro Apolo el 4 de octubre de 1929 por la compañía de César y Pepe Ratti que desempeñaron los papeles de Adán y Don Jesús. 21. 1932 (732) ¡Mi santísima voluntad!, comedia en tres actos estrenada en el teatro Liceo por la compañía de Eva Franco el 23 de septiembre de 1932. 22. 1935 Cada casa es un mund., 23. Cómo me quiere mi Paco. 24. La barra de la esquina. 25. Boina blanca. 26. Canallita mío. 27. La barra de la esquina. 28. 1939 Se casa el vasco Chaparra. Pieza cómica en tres actos estrenada en el teatro

París, por la compañía de Luis Arata el 10 de julio de 1939. 29. 1940. ¡Odioso de mi alma!. Comedia en tres actos estrenada en el teatro Ateneno por la compañía de Pepita y Esteban Serrador-Narciso Ibáñez el 8 de marzo de 1940. 30. 1944. ¡Bebucha se casa!, tres instantáneas de un árbol familiar fotografiadas, estrenadas en el teatro Smart por la compañía de Olinda Bozán y Paquito Busto, el 17 de marzo de 1944. Tanguero Además de autor teatral Goicoechea incursionó como letrista de tango, también con la coautoría de Cordone. Tenemos el registro grabado por Pedro Maffia intitulado Estuviste bien Pirulo (1930), cuyo compositor fue Sebastián Piana, en el sello Columbia, disco número 6020B y el cantante fue Roberto Maida. También en


149 las películas en donde fueron guionistas incluyeron tangos, algunos con la letra de ellos. Eva Perón En una biografía de Eva Perón (actriz de origen vasco por sus cuatro abuelos) se hace referencia a Carlos Goicoechea: "La mayoría de los autores coinciden que a primeros de 1935, la pequeña Eva Duarte, de solo 15 años llegó a Buenos Aires, con una valijita de cartón en las manos, para ir al encuentro de su destino. Este mismo año empieza su carrera artística en la Compañía Argentina de Comedias, con la obra La señora de Pérez interpretando la mucama. Éste fue su primer papel en el teatro. Otras obras interpretadas: Cada casa es un mundo de Carlos Goicoechea y Rogelio Cordone; Madame Sand Genê de Victorien Sardou y Emile Moureau; La dama, el Caballero y el

Ladrón de F.Mateos Vidal; Miente y serás feliz de Arnaldo Malfatti y Nicolás de las Llanderas empezando así en mayo de 1936, en la Compañía de Comedias de Pepita Muñoz, José Franco y Eloy Álvarez llegando a estrenar 9 comedias más hasta junio del mismo año". El cine Algunas piezas tetrales fueron llevadas al cine. La primera pieza adaptada al cine por los autores Goicoechea y Cordone fue ¡Segundos afuera! Fue llevada a la pantalla por los directores Chas de Cruz y Alberto Etchebehere. Como el primero era primerizo le pusieron a un experimentado encargado de fotografía como Etchebehere para ayudarlo en su tarea. Esta película se estrenó el 4 de agosto de 1937. Desde ese momento hasta 1950 siete obras


150 teatrales fueron adaptadas al cine por los autores o por guionista, incluso una de ellas tuvo una segunda versión en 1970, después de la muerte de los autores. Se interrumpió la producción cinematográfica cuando Cordone muere. La siguiente producción que se estrena en ese mismo año, el 3 de noviembre de 1937 en el cine Monumental, es El forastero y es la opera prima del director Julio Saraceni que dirigirá en el cine otras dos obras más de los autores. La siguiente adaptación dirigida por Saraceni será Noches de Carnaval estrenada en el cine Monumental el 2 de marzo de 1938. Boina blanca fue llevada a la pantalla en 1941 con el mismo nombre por el cineasta Julio Saraceni y fue estrenada en el cine Monumental el 29 de octubre de 1941. La obra teatral Canallita mío fue adaptada por los autores y bajo el título Noches de boda diri-

gida por Carlos Hugo Christensen se estrenó en el cine Monumental el 31 de marzo de 1942. Transcurrieron seis años para la próxima película y se llamó El cantor del pueblo, que fue una obra eminentemente musical de tangos y fue dirigida por Antonio Ber Ciani. Se estrenó en el cine Iguazú el 23 de enero de 1948. Dos años más tarde, el 4 de julio de 1950 se estrenó en el cine Broadway La barra de la esquina también dirigida por Julio Saraceni. Veinte años después Enrique Carreras dirigió una segunda versión de esta última obra y tituló la película Los muchachos de mi barrio que fue estrenada el 12 de marzo de 1970 en los cines Monumental y Callao. En general las películas fueron consideradas por la crítica en términos de poco atractivas.


151 Obras de teatro

vasco Chaparra pero tanta tramoya producen que el vasco termine por no casarse con Ofelia.

Se casa el vasco Chaparra Esta comedia en tres actos tiene un planteo sencillo. En el primer acto se presentan los personajes. Ofelia ex-novia de Pío Chaparra vive con los hijos de su difunto marido, Lía que tiene un empleo y Rulito que está sin trabajo y pide dinero a su madrastra siempre. Otros personajes de apoyo son los primos los hermanos Petronio y Rita, además de la vecina Graciana. El vasco Chaparra busca a su antigua ex-novia Ofelia y le da regalos. La viene a ver para casarse con ella. Los hijastros se oponen y hacen lo posible para evitar ese casamiento. El vasco Chaparra tiene también un sobrino Miguel Moscorra que quiere evitar el casamiento. Los primos Petronio y Rita urden el uno casarse con la prima Ofelia y Rita con rico

Dentro de lo formal al vasco le hacen hablar un castellano con las imperfecciones de un vascoparlante que confunde los géneros de los sustantivos y el verbo ser con el estar y muchas tipicidades de un vasco monolingüe que aprende de grande el castellano. Esta habla cocoliche de castellano a la vasca lo denominaremos achaparrado por el nombre de este personaje de teatro. Dentro de las situaciones de comedia al vasco se lo pinta como tesonero, enriquecido por el trabajo honesto, persistente en sus propósitos, amante de la verdad, sumamente inclinado a la sinceridad. Los personajes argentinos se los pinta como tendientes a la trampa, al engaño, al deseo de no trabajar, a la venalidad. El argumento es simple y los personajes son


152 caricaturescos, no evolucionan dentro de la trama y solamente Chaparra cambia de actitud frente a los demรกs. Se conoce que el autor da tonos positivos a la figura del vasco frente al resto de los personajes. Se supone que pesa el esquema de Insausti frente a los aportes de Cordone, el otro coautor de la pieza.


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