"Uno de sus programas imperdibles era el Glostora Tango Club. Gracias a él y a Gardel y Castillo se fortaleció su filosofía tanguera. En su refranero ocupaban lugar principal conclusiones tan sabias como 'los amigos se cotizan en las buenas y en las malas', 'el que no llora no mama', 'a la honradez la venden al contado y a la moral la dan por moneditas', 'un tropezón cualquiera da en la vida', 'campaneá que la vida se va', 'no hay mortaja con bolsillos a la hora de partir'… Después que hacía suyo alguno de esos refranes, se lo pasaba canturreando, tarareando la frase entre dientes semanas enteras...".