FUNDACIÓN VASCO-ARGENTINA
JUAN DE GARAY
HISTORIAS DE VASCOS
editorialeder
Jorge Otaño Piñero
Otaño Piñero, Jorge Historias de vascos. - 1a. ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Eder, 2014 76 p. ; 20x14 cm. ISBN 978-987-3673-05-4 1. Historia de España. I. Título CDD 946
© Jorge Otaño Piñero, 2014 Corrección y diagramación: Javier Beramendi © Eder, 2014 Pavón 1923, 7° 4, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Teléfonos (011) 15–5752–3843 editorialeder@gmail.com www.editorialeder.net Auspiciado por la Fundación Vasco-Argentina «Juan de Garay» Diagonal Roque Sánez Peña 846, 1° piso, Of. 101/106 (1035) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, teléfonos: (54 11) 4-328-6906 /7910 Fecha de Fundación 16 de agosto de 1983. Email: fundacionjuandegaray@gmail.com Sitio web: www.juandegaray.org Reservados todos los derechos. Queda prohibida, sin autorización expresa de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático. Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Impreso en Argentina
A mis seres queridos: Hersilia, Eduardo Martín, Erica, Sofía y Valentina Otaño Piñero.
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EL AUTOR
Durante ciertos intervalos que da la vida, o distintas etapas, el autor fue secretario de la Excma. Cámara Nacional Electoral, juez nacional de primera instancia -ley 19.108-, la cual integró durante treinta y cuatro años. Tuvo a su cargo la organización de las elecciones del año 1983 —las que no se realizaban en la Argentina desde 1973— con un éxito de la ciudadanía, sin límite, en el inicio del nuevo proceso democrático, que perdura hasta el presente. Observador internacional en varios países latinoamericanos, entre ellos Haití, en 1987, donde fueron asilados los observadores a la República Dominicana 7
por la sangrienta lucha desatada por las fuerzas paramilitares Tonton Macoutes del ex dictador Jean Claude Duvalier, llamado Baby Doc. El autor tambi茅n fue asesor electoral de las Naciones Unidas, y viaj贸 como observador a la Rep煤blica de Nicaragua para las elecciones populares, donde triunf贸 Violeta Chamorro, candidata confrontada con el Gobierno de Daniel Ortega.
Violeta Chamorro con el autor 8
Consultor en Perú sobre la Reforma Constitucional durante el Gobierno de Alberto Fujimori.
Otaño Piñero con Alberto Fujimori
El autor fue observador de las elecciones en Panamá el 7 de mayo de 1989, donde al poco tiempo, el 3 de enero de 1990, cayó el Gobierno de Manuel Antonio Noriega, quien fue, posteriormente, detenido en los Estados Unidos. Profesor de derecho electoral y derecho político de la Universidad de Morón desde 1990 y continúa en la actualidad en el dictado de la cátedra.1 1. En calidad de Asociado.
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Votantes de la República de Haití
Participante de la Universidad Vasca de Verano, auspiciada por la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay y Euskal Echea desde el 2009 hasta el 2013. Produjo varios artículos, que fueron editados por Jorge Fernando Beramendi. A partir del año 2007, cuando se retiró de la Justicia, se dedicó, entre otras actividades, a correr en los Grandes Premios Históricos, organizados por el Automóvil Club Argentino, en representación del Club Ford V8, de la República Argentina, institución que preside en la actualidad. 10
PRÓLOGO
Es un gusto presentar este libro que contiene los artículos escritos por el Dr. Jorge Otaño Piñero. Las raíces vascas de su familia -Fernando Otaño, 1846, bisabuelo- lo han llevado a que se dedicara con entusiasmo al estudio de la cultura vasca y la presencia de los vascos en América y en la Argentina especialmente. Sus raíces en la Argentina son profundas. El general vasco Juan de Garay, fundador de la ciudad de Buenos Aires en 1580, es el primer ancestro que tiene el Dr. Otaño Piñero en la Argentina y, como descendiente directo de este, está coordinando el grupo de descendientes de dicho prócer en la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay. El Dr. Otaño Piñero es miembro de varias organizaciones culturales vascas en la Argentina: la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, que recuerda la figura de su ancestro; el Centro Vasco Francés, fundado por su bisabuelo, Juan Bautista Garat, junto con otros amigos en 1895; la Sociedad Cultural y de Beneficencia Euskal Echea, que realiza la benemérita obra de mantener hogares de ancianos, escuelas para niños y colegios para adolescentes. 11
Estos artículos son fruto de cinco años de trabajo, que culmina con un artículo sobre el Acuerdo de San Nicolás, el cual refleja la conferencia que dictó en la Casa del Acuerdo de dicha localidad. La actividad fue ideada por el propio Dr. Otaño Piñero al cumplirse, en el 2012, el 160 aniversario del Acuerdo. El promotor del Acuerdo, Justo José de Urquiza, era de origen vasco, así como también el amigo Pedro Alurralde que le prestó la casa para la reunión de los 10 gobernadores. En ese acuerdo, se establecieron las bases para la organización nacional y la constitución nacional de 1853. El Dr. Otaño Piñero es un hombre de derecho y, por ello, tiene mucho sentido celebrar este acuerdo, pero, como dijimos, la casa perteneció a Pedro Alurralde, que era descendiente del tercer adelantado del Río de la Plata, Juan Ortiz de Zárate, que era tío de Juan de Garay; por lo expuesto, todo tiene significados ancestrales. Son artículos interesantes que se leen de corrido, como si fuera una revista que gustará el lector por su entretenida redacción. Prof. Jorge F. Beramendi
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DOS VASCOS EN EL RÍO DE LA PLATA Euskal Echea. Universidad Vasca de Verano 2009. Buenos Aires, Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay, 2009, pp. 115-122.
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DOS VASCOS EN EL RÍO DE LA PLATA
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uando Don Pedro de Mendoza (1487-1537), acaudalado y gentil hombre, oficial del rey Carlos I, se encontraba peleando en Italia ya tenía un patrimonio propio importante y, luego del saqueo a Roma, mucho más. Entonces, fue llamado a España para ser nombrado adelantado a las comarcas del Plata. El adelantado era la persona que armaba la expedición, la avituallaba, a su peculio, o sea, sin ninguna erogación o gasto para la corona, pero era el rey quien, generalmente, establecía las cláusulas en la escritura, donde le ordenaba que debía llevar, entre 15
otras, crías de caballos, ganado ovino, bovino y caprino, médicos, cirujanos y boticarios, como así también frailes de alguna congregación. En contraprestación, se lo nombraba señor de las tierras que conquistase, a las cuales el rey renunciaba, en la medida que se las daba en “donación perpetua”, a él, sus descendientes, sucesores y delegados. Debiera fundar poblaciones y ayuntamientos: desde las bocas del Río de la Plata hasta el límite que tenía su concesión. A costa de esto, los tesoros encontrados ganados, bien o mal habidos –por la fuerza–, pasaban a repartición. Un quinto a la corona; un sexto para la cámara real (gastos de funcionamiento real) y lo demás quedaba para el adelantado y, eventualmente, sus gastos. Los historiadores no se ponen de acuerdo en si fueron 11 o 14 naves con 800 o 2000 hombres que integraron esta expedición, pero sí se sabe que Don Pedro de Mendoza invirtió muchos miles de ducados entre él, sus allegados y miembros importantes que lo secundaban, entre ellos, Luís Pérez de Cepeda de Ahumada –hermano de Teresa de Jesús–, Gral. Juan de Ossorio, Ulrico Schmidl, soldado alemán devenido en pintor, grabador y escritor –Historia verídica de 16
un viaje curioso hecho en la América o Nuevo Mundo 1534 al 54–. Partió de Sanlúcar de Barrameda el 24 de agosto de 1535, no sin antes hacer admirar por el pueblo y las autoridades de Sevilla la grandeza extraordinaria del cuerpo por él organizado, donde además llevaba 92 yeguas y caballos, que formaban parte del equipo más grande por su numero salido en esa época de la Madre Patria. Como jefe naval de la expedición, nombró a su hermano Diego de Mendoza. Y por fin llegó, luego de más de 4 meses y medio, al Río de la Plata. El arribo acarreó diferentes situaciones, problemas de jerarquías entre los allegados hizo apuñalar en connivencia con su lugarteniente Juan de Ayolas, persona de su gran confianza, al Gral. Juan de Ossorio, en la escala de Río de Janeiro, perdió algunas naves y se encontró con los indios querandíes, quienes en un primer momento lo recibieron con cierta admiración. Fundó la ciudad un 2 o 3 de febrero del año 1536, un fuerte de tapias y con toda la pompa y formalidad de entonces la bautiza Santa María de los Buenos Aires, en honor de la virgen de los navegantes “Maria de los Buenos Vientos”, venerada en Cerdeña desde el siglo XIV. 17
Hoy existen aquí versiones encontradas sobre el lugar, el cual bien puede ser el Riachuelo, la zona de la Quinta de Lezama –Actual Parque–, u otro lugar sobre las márgenes del Río de la Plata. Pedro de Mendoza imaginaba que sus dominios no tenían límites territoriales, en razón de las capitulaciones de Toledo, acta suscripto por el Rey al nombrarlo Adelantado, donde le era necesario expandir las tierras, cercenarlas, a los portugueses e, incluso, olvidar, tal vez, el Tratado de Tordesillas. A pesar de su salud muy quebrantada, soñaba alcanzar las riquezas, que según él, habían obtenido Pizarro y Almagro durante sus conquistas. Con su humor agriado a causa de su dolencia contraída posiblemente en Roma –sífilis–, los indios querandíes incendiaron, ese mismo año, el fuerte y varias naves, lo que creó una situación harto peligrosa y difícil de sobrellevar, sobre todo, por la falta de alimentos. Su hermano Diego de Mendoza, jefe naval de la expedición, muere en manos de los indios en el combate de “Corpus Christi” cerca de Luján, el 15 de junio de 1536. Acosado, enfermo y abatido, parte a España para presentar sus informes a la corona en abril de 1537 18
con dos navíos. Muere cerca de las Islas Canarias en junio, 23, de ese mismo año y su cuerpo como en todos los cementerios navales, es arrojado al mar. Los querandíes siguieron hostigando e incendiando todo lo que quedaba y la población, al poco tiempo, partió hacia Asunción. De la ciudad fundada por Don Pedro de Mendoza en 1536, no quedaba nada más que desolación y muerte. Hubo que esperar 39 años, para volver a verla renacer, gracias a un vasco.
Llegada de Los Vascos
Juan Ortiz de Zarate era uno de aquellos gentiles hombres vascos que habían llegado a América con el primer virrey del Perú Blasco Núñez Vela. Habiéndose aposentado en Chuquisaca –Charcas, La Plata, hoy Sucre, Bolivia– fue nombrado adelantado del Río de la Plata ad referendum, o sea, que debía ir a España para confirmar su nombramiento y firmar las respectivas actas capitulares ante el Rey. Lo acompañaba su sobrino Don Juan de Garay (1528-1583), quien había sido designado alguacil mayor en Asunción. 19
Juan de Garay debía fundar una población en las bocas del Río Paraná o en las orillas del Río de la Plata, y preparar el recibimiento de su tío Ortiz de Zarate, quien había partido hace más de cinco años a España para revalidar su nombramiento firmar las capitulaciones pues este provenía del Virrey del Perú. Su regreso fue una verdadera odisea donde, entre otros contratiempos, le sucedieron naufragios, estadías prolongadas en las costas, batallas con los indígenas, y él al frente de un cuerpo expedicionario lamentable, cuya pobreza solo merece compararse con “el caudal de rimas e ideas del poeta Barco de Centenera” el cual formaba parte de la expedición. Llega Ortiz de Zarate rendido y maltrecho al Río de la Plata en noviembre de 1573. El vasco Don Juan de Garay, por esos días, se encontraba navegando el río Paraná, pero desembarcaría cerca de lo que hoy es la ciudad de Santa Fe, y unas doce leguas más arriba, fundaría Santa Fe de la Vera Cruz –Cayastá–, ese mismo año, 1573. Allí, acamparía y permanecería un tiempo, para luego, procedería a efectuar el reparto de tierras –suertes–, y organizar el trabajo a las familias españolas e indígenas que le acompañaban, con lo que daría así muestras ele20
vadas de conocimiento político y una sagaz prudencia de colonizador, dividiendo lo europeo y lo vernáculo. El otro vasco, Ortiz de Zarate, tenaz en las labores y enérgico como todos sus iguales, no era hombre de aventura o de guerra, y debía estar muy arrepentido de haber dejado su hacienda en Chuquisaca y de haber gastado mas de 80.000 ducados en el mejoramiento de la colonia. Llegaba a sus dominios y estos no le ofrecían más perspectivas que las de una naturaleza irritada e indígenas hostiles, que, de hecho, lo atacaban varias veces, con lo que habría de sufrir considerables pérdidas, ya que los combates librados dejarían atrás “a los mas formidables pasajes de la Ilíada” de Homero, según nos cuenta Barco Centenera. Seis años de penurias, quebrantos de toda especie, morales, físicos y económicos, habían costado al hombre vasco su inserción en la vida pública atiborrada de peleas, traiciones, ya que en la faz privada fue uno de los primeros y más nobles ejemplos en América de la actitud de los vascos para el trabajo enérgico y paciente, las abejas. Seis años de dolor –decíamos– habían costado a Juan Ortiz de Zarate la conquista y posesión definitiva de su adelantazgo. 21
¿Para que tanta penuria? Ejerció solo algunos meses en Asunción, donde vio desvanecerse sus esperanzas. Murió un 26 de enero de 1576, queriendo que las tierras por él gobernadas se llamasen Nueva Vizcaya, para si dar homenaje a su tierra natal. Lo hereda, con todos sus bienes y el adelantazgo del Río de la Plata, su hija Doña Juana Ortiz de Zarate tenida en su relación amorosa con una hija del Inca Túpac Hualpa, doña Leonor Yupanqui. Felipe II El hermoso, había otorgado la capitulación efectuada con el fallecido la sucesión viril, razón por la cual el testamento acordaba la respectiva posesión y gobierno de todas las tierras conquistadas al caballero que se casara con su hija, doña Juana, y se comprometiera a cumplir y hacer cumplir todas las cláusulas de la capitulación. En el testamento, Juan Ortiz de Zarate nombraba albacea o ejecutor al otro vasco don Juan de Garay, su sobrino, quien a pesar de la infinidad de problemas que tuvo de casar a una veinteañera multimillonaria –sucesora del adelantazgo del Río de la Plata– la cual se encontraba en Chuquisaca, donde había llegado este vasco. 22
Según los historiadores tuvo una “simpática y juiciosa” actuación. Procedió con toda lealtad e inteligencia, y trató que los deseos de su prima –doña Juana Ortiz de Zarate Yupanqui–, fuesen cumplidos con toda intensidad, pues de los varios candidatos amatorios con que contaba, eligió el que su corazón le indicaba. El matrimonio se llevo a cabo en diciembre de 1577 en contra de lo pensado por las autoridades –entonces, el Virrey de Perú–, quienes tenían otro candidato, a fines de su familia, para así anexar tierras y riquezas provenientes del Río de la Plata. El novio esposado fue Juan Torres de Vera y Aragón. Pero esto es otra historia. El vasco Juan de Garay, nombrado capitán general, justicia mayor y teniente de gobernador del adelantazgo, emprendió el regreso de Chuquisaca y llegó a Asunción, para asumir sus funciones en 1578. Fundar aldeas, villas, ciudades era su misión y se acercaba la hora dentro de esa fecunda actitud organizativa que poseía de realizar la obra que lo inmortalizará en la república fundar en serio lo que sería hoy la Ciudad de Buenos Aires. En Asunción, capital del adelantazgo, en diciembre de 1579 da un bando, donde se establece trasla23
dar la sede al punto donde fijara Pedro de Mendoza el primer asentamiento. Se promete una equitativa y amplia distribución de solares a las familias que quisieran acompañarlos y garantiza cumpliéndolo con su presencia y tropas la seguridad de los pobladores contra los ataques vandálicos de los indios. Emprende su gesta histórica con 70 familias españolas, 200 guaraníes y 130 soldados, quienes quieren acompañarlo. Baja en Santa Fe –Cayastá– por él fundada e incorpora gran cantidad de ganado. Llega, por fin, al destino establecido, un 28 de mayo de 1580, día de la Santísima Trinidad. Doce días desde su llegada, el vasco Garay elige el lugar, traza las calles, establece manzanas, distribuye solares a las familias, en su mayor parte con hijos criollos que con él vinieron y reparte en “suertes” quintas, chacras desde el riachuelo hacia el sur superando lo que es hoy el partido de Zárate. Constituye el primer cabildo de Buenos Aires y nombra Juan Pavón, alcalde de primer voto, regidores alguacil mayor y síndico procurador. Buenos Aires queda así fundada pobremente, pero 24
con una organización seria y acabada como lo permitían los medios de aquella época. El vasco Garay tenia muy cabal noción de la importancia enorme de la obra realizada, traslada la sede, concentra el puerto, realiza el amanzanamiento, otorga terrenos para ser trabajados por españoles y criollos –guaraníes–, con lo que duplica su eficiente accionar político que por primera vez lo estableciere al fundar Santa Fe de la Vera Cruz (1573) Cayastá. Por supuesto, toda esta gesta seria opacada por los indios querandíes, quienes vuelven a ver caras blancas luego de 39 años de haber terminado con las huestes de Pedro de Mendoza y emprenden una nueva lucha de asaltos contra los recién llegados. Hostilidades en crecimiento hacen que Garay, gran guerrero y con toda severidad, se imponga a los querandíes, por lo que regresa con el triunfo y la seguridad de que, al menos por un tiempo, no serían molestados. Realiza excursiones al interior, llega a las sierras de Tandilia y Ventania –sistema orográfico–, y a las costas de Lobería. En 1583 emprende viaje a Asunción con pocos soldados, debido a que creía que su estrella o la in25
fluencia de su nombre sobre los indios lo haría intocable. Nada de eso ocurre. Los salvajes lo hallan durmiendo con su pequeña comitiva. Matan a él y a varios de sus camaradas. Este gran vasco, que gestó, creó y organizó los territorios del Río de la Plata, que recién casi 200 años después llegaría el Virreinato del Río de la Plata, con una extensión de mas de 5.000.000 de kms. cuadrados, –1776–, con su muerte deja una dolorosa herida para el equipo de colonizadores de esa época, pues era un ejemplo de las mejores condiciones humanas; bravo en el combate, enérgico en el mando, astuto e inteligente en el gobierno, hábil para efectuar cambios, fuerte para dominar sin intrigas y sobre todo capaz de ver en su misión y función el mas allá de la vanidad de mandar y ser obedecido. Hoy, Buenos Aires lo tiene en su monumento frente a la Casa de Gobierno y pareciere indicarnos: “ARGENTINOS HAGAN BIEN LAS COSAS”
¿Lo estaremos escuchando?
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LAS BODAS VASCAS “TERRITORIALES” Euskal Echea. Universidad Vasca de Verano 2010. Buenos Aires, Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay, 2010, pp. 81-87.
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LAS BODAS VASCAS “TERRITORIALES”
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ueva Vizcaya era el nombre que le obsesionaba a Juan Ortiz de Zárate, que debía imponerlo en los dominios que él gobernaba. Pensaba en su tierra que lo vio partir siendo muy joven aún, entonces contaba con tan solo 13 años de edad y se encaminaba al nuevo continente para intervenir en la conquista del Perú, bajo las órdenes de Diego de Almagro, en 1534. Había nacido en Orduña en 1521, hijo de Lope Ortiz de Mendieta y Juana Fernández de Ugarte y Zárate, pero llega a las tierras del Imperio Incaico, con el primer virrey del Perú, Blasco Núñez Vela, en te29
rritorio desconocido y que albergaba un gran imperio aborigen del cual poco o nada se conocía y cuya existencia era muy anterior al descubrimiento de América, en 1492. Cuando llegaron los españoles, para los incas fue una verdadera catástrofe, la cultura occidental ya trajo, entre otras novedades, nuevos dioses, nuevos hombres, armas mortíferas, enfermedades, como la viruela y la sífilis y, sobre todo, un nuevo sistema económico. En el nuevo mundo, los españoles además implantaron sus instituciones jurídicas y políticas totalmente extrañas al sentir indígena. Los historiadores sostienen que el inca Huayna Capac gozaba de una amplia extensión de territorio, desde la altura de Quito (Ecuador) hasta el sur de Copiapó (Chile). El número de nueve a trece millones de habitantes, entre los distintos pueblos que fueron sojuzgados durante muchos años de guerras internas. Por ello, trató de dividir el imperio entre sus hijos Huáscar y Atahualpa, debido a lo dilatado de sus tierras. Así, otorgó, al primero, la parte meridional, con capital en Cuzco, y, al segundo, la región septentrional, con capital en Tomebamba y aún Quito. 30
Poco duró esta división, ya que Atahualpa quería ser el único jefe del imperio, con su ejército al mando de general Chalcuchima combatió a Huáscar y ocupó Cuzco, y si bien él se encontraba en Cajamarca, ordenó la ejecución de toda la familia directa de Huáscar, que era para el esquema político inca la forma más expeditiva de aniquilar al poder dominante. Atahualpa jamás pensó que su propio final también era inminente, ya que el conquistador Francisco de Pizarro había llegado a Cajamarca y, luego de varias luchas, pocos soldados, pero muy bien armados con lanzas, ballestas, espadas, pistolas y arcabuces, armas de fuego, estas que causan estragos físicos y psicológicos entre los incas, que a pesar de su número muy superior, no pudieron resistir el combate a campo abierto, por lo que el inca fue tomado prisionero, y sacrificado de la manera más cruel, no sin antes pedir y cobrar un rescate. Los españoles trataron de apoyarse en los descendientes de Huáscar y designaron inca a Túpac Huallpa, hermano de Huáscar. El inca Túpac Huallpa tenía hijas y una de ellas Leonor Yupanqui tuvo como pareja a Juan Ortiz de Zárate, 31
personaje poco estudiado en la historia argentina, según el historiador Ing. Jorge Beramendi.1 Hombre que viene del mundo vasco llegado a América para dominar y hacer fortuna, portando la cultura occidental hasta el hueso, y esta unión posteriormente fue oficializada por la corte española entre el vasco y la princesa inca. Probablemente, la diferencia abismal entre los conquistadores y los conquistados, la clave si se quiere, para comprender las diferencias entre el mundo aborigen y occidental está dada en la naturaleza y significado de la posesión y adquisición de bienes en cada cultura. Diferencias estructurales y conceptuales entre sociedades entre dos sociedades, la cual una posee un sistema económico monetario y la otra lo ignora. Las aspiraciones e inquietudes de los individuos pertenecientes a un grupo en el cual se puede o debe acumular riquezas y de otro en el cual no se conoce el concepto de la misma. Una cultura organizada en un tipo de regulación económica que permitió el desarrollo e intercambio comercial y aportó la moneda como protagonista de la evolución social y es el símbolo de la civilización. 1. Ver su artículo “Juan Ortiz de Zárate, tercer adelantado del Río de la Plata”, revista Los Vascos, número 30, página 34.
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Tanto para nosotros, gente del siglo XXI, como para aquellos vascos del siglo XVI, el sentido de la totalidad de nuestros actos está orientado en funciones, salvo algunas excepciones, en la consecución y posesión del dinero como así entonces las aspiraciones, ambiciones, frustraciones, triunfos y fracasos están referidos, desgraciadamente, al signo del oro. Nuestra cultura está organizada en función de regulación económica; pobreza y riqueza no son más que los extremos antagónicos de una sociedad que se debate y se angustia por la posesión del dinero. Y las sociedades aborígenes que iban a ser colonizadas y destruidas por la sociedad occidental, entre ellas, el imperio incaico, no conocieron el dinero, y, prácticamente, desde que los lidios inventaron el mismo y luego que los fenicios, griegos, y más tarde, los romanos concretaron un sistema de pagos basado en el peso de los metales preciosos, la historia de la civilización occidental, es la historia del dinero. Pecunia communis est rerum utilium mensura, “el dinero es la medida común de todas las cosas útiles”, aforismo del derecho romano. Con las toneladas de oro y plata sacadas de las entrañas de la tierra incaica, España inunda Europa con 33
los doblones de Carlos I de España y V de Alemania –emperador, donde en sus dominios jamás se ponía el sol–, y con Felipe II, a pesar de que se haya sobreestimado el rendimiento de las minas del imperio incaico y parte también de las minas mexicanas, el trono español era la nación, más rica en oro de toda Europa. Esta superioridad será mantenida durante todo el siglo XVII. Juan Ortiz de Zárate creía que en su unión con una princesa inca hija del jefe supremo del imperio le iba a posesionar de una zona territorial vastísima, para así poder conquistar inconmensurables riquezas, dentro del misterio de lo desconocido. Esa “boda territorial” nada le aporta a sus ambiciones personales y económicas. Por diferencias con sus jefes se traslada en pareja a la ciudad de La Plata, la Chuquisaca de los indios Charcas, fundada en 1545, hoy llamada Sucre. Este vasco, tenaz en las labores y enérgico como todos sus iguales, no era hombre ni de aventura, ni de guerra, pero sí de una fe y tenacidad inclaudicable, por lo que regresa a Chuquisaca en 1546, con pareja, sin cargos ni tierras dentro del imperio incaico lo cual soñaba y ambicionaba en una época. 34
Es encomendero, hacendado y luego heredero de un hermano con posesión de encomiendas, acrisolando luego de algunos años una importante fortuna. El entonces virrey del Perú Diego López de Zuñiga y Velazco, lo nombra en 1567, ad referendum del rey, adelantado del Río de la Plata, por lo cual debe viajar a España para firmar las famosas capitulaciones. Felipe II, luego de hacerlo esperar varios años, le otorga el cargo y en el cual, se establecía la sucesión viril, en caso de fallecimiento, la respectiva posesión y gobierno del territorio quedaba a cargo de quien se casara con su hija, Juana Ortiz de Zárate Yupanqui. Parte de Sanlúcar de Barrameda con la flota compuesta de varios navíos y el avituallamiento necesario para el viaje el 17 de octubre de 1572. Tiene todo tipo de desgracias, por lo que tarda más de un año en arribar, 1573. Sufre, incluso, considerables pérdidas y los combates librados dejan atrás “a los más formidables pasajes de la Ilíada de Homero”, según nos cuenta el poeta Barco Centenera, tripulante de la expedición. Seis años de penurias quebrantos de toda especie, morales, físicos y económicos, habían costado al hombre vasco su inserción en la vida pública atiborrada de 35
peleas, traiciones, ya que en la faz privada fue uno de los primeros y mas nobles ejemplos en América de la actitud de los vascos para el trabajo enérgico y paciente, las abejas. Seis años de dolor, decíamos, habían costado a Juan Ortiz de Zárate la conquista y posesión definitiva de su adelantazgo. Llega a sus dominios y estos no le ofrecían más perspectivas que las de una naturaleza irritada, con indígenas aguerridos y hostiles, que atacaban innumerables veces. Qué fue de sus ideas dominantes, de su acaudalada fortuna, de su necesidad de ejercer el mando, dentro de una población que era ya importante en número de habitantes en Asunción. Solo ejerce algunos meses su mandato, pero ve desvanecerse sus esperanzas e ilusiones, por lo que muere un 26 de enero de 1576. Barco Centenera dice el tercer adelantado del Río de la Plata, Juan Ortiz de Zárate, al morir dijo: “soy malo, pero estoy cierto, que no faltará quien me haga bueno el día menos pensado” y ese día llegó muy pronto, antes de lo pensado, pues en su testamento interinamente nombra como teniente a Diego Ortiz de 36
Zárate y Mendieta y albacea a su sobrino, primo, Juan de Garay. Mendieta, de conducta licenciosa, brusco y de mal carácter, cayó como una maldición sobre la población; mal rodeado de gente, jóvenes disolutos llevaba para la época una vida de libertinaje con gran escándalo, sobre todo, entre los vecinos españoles los cuales lo criticaban ácidamente. Y la respuesta de Mendieta fue también rápida, desterró a los mejores vecinos, ahorco a otros, vejo a todos y no dejo desmán por cometer con hombres y mujeres. Pero esta es otra historia. La nueva “boda territorial” era entre la hija de Juan Ortiz de Zárate y el futuro novio, el cual una vez realizado el matrimonio se iba a encontrar con el adelantazgo del Río de la Plata, a sus pies con todas las tierras, bienes, habitantes, riquezas existentes y por hacer. Probablemente, varios fueron los pretendientes llegados a Chuquisaca, entre ellos el que mando el Virrey del Perú –sobrino–, para así poder dar salida a todas las riquezas del virreinato por el océano Atlántico. La elección fue tomada por la novia recayó en Juan Torres de Vera y Aragón, autorizada por don Juan de 37
Garay, quien según los historiadores caso a su prima veinteañera y millonaria para la época, con lo que demostró una “simpática y juiciosa” actuación, y procedió con toda lealtad e inteligencia, para así ejecutar los deseos de su prima. El matrimonio se llevó a cabo en diciembre de 1577. El nuevo adelantado, Juan Torres de Vera y Aragón, personaje de campanillas, oidor y capitán general retirado de las guerras de las fronteras nombra a Juan de Garay Teniente Gobernador y Capitán General y Justicia Mayor de todas las Provincias del Río de la Plata, quien emprende rápidamente camino hacia el Río de la Plata, desoyendo la citación que había realizado el Virrey del Perú, quien solo puede notificar y aprender a los novios para efectuar su remisión a Lima, la cual tuvo significativos tropiezos ya que el Virrey habría sido burlado en sus planes económicos y financieros. Luego de varios años de pleitos, llega Juan Torres de Vera y Aragón y doña Juana Ortiz de Zárate Yupanqui a instalarse en sus tierras, y fundó, recién, el 3 de abril de 1588 la Ciudad de Corrientes.
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HISTORIA ¿Y LA PIRATERÍA VASCA? Euskal Echea. Universidad Vasca de Verano 2011. Buenos Aires, Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay: Eder, 2011, pp. 43-51.
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HISTORIA ¿Y LA PIRATERÍA VASCA?
Para hablar de la piratería vasca antes debemos repasar el medio donde se desarrollaba la acción, el mar. Durante siglos, existió la lucha entre los que consideraban el Mare Clausum, españoles que, a todo trance, trataban de exigir el cumplimiento de estas reglas a otras potencias de entonces; y los que consideraban el Mare Liberum, definido en la antigüedad por Celsus, quien afirmó que «El mar es libre para todos». Idea esta poéticamente definida por De Buzambal, embajador de Francia, en la Haya que decía «el mar es un elemento común y su uso es tan libre como el del aire», cristalizando asi la tesis filosófica del Mare 41
Liberum en esa elocuente defensa del principio de la libertad del mar definida por Hugo Grocio –15831645– en sus obras Mare Liberum y De Iiure Belli Ac Pacis, a quien los holandeses consideran el creador de la ciencia del Derecho Natural. Estaba en total oposición a las tesis españolas y portuguesas del Mare Clausum y de la arrogancia inglesa que centro su fórmula en la frase «Inglaterra gobierna el mar» que luego de un siglo sería totalmente cierta, tras la batalla de Trafalgar, el 21 de octubre 1805, solo unos años antes de que las invasiones inglesas al Río de la Plata (1806 y 1807) tuvieran lugar. Ocho años después de la segunda fundación de Buenos Aires, ocurrida el 11 de Junio de 1580 por el vasco Juan de Garay –ver Universidad Vasca de Verano, tomo I, fojas 115 y siguientes–, en 1588, la teoría del mare clausum fue desafiada y derrotada cuando la armada española fue destruida, entre otras causas, por tormentas y arrecifes en las costas de Escocia e Irlanda. Los galeones hispanos eran demasiado grandes y calaban profundo para cruzar los bancos de arena y enfrentar a los muchos más pequeños buques infectados de corsarios, piratas y holandeses. El almirante a cargo de la entonces Invencible Armada Española, que 42
nunca fue vencida, prefirió retirarse en una dirección errónea, hacia Escocia e Irlanda. Dos tercios de navíos españoles fueron aniquilados y holandeses e ingleses
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Obra pictórica que permite entrever el accionar corsario.
acuñaron medallas con motivo de la victoria y mas de 1500 soldados españoles que habían salvado sus vidas de la muerte en el mar vagaban por la costa irlandesa, donde fueron matados a sangre fría. 43
Así dijo un historiador –L. Pfandi - Felipe II– Inglaterra trataba a náufragos y enemigos indefensos en los días de la Reina Isabel. El mundo había cambiado, España parecía haber iniciado su declive como potencia mundial, pronto su mare clausum, en el Este y el Oeste, sería sistemáticamente invadido por ingleses y holandeses. Estos últimos con sus mares despejados pues la escoba había realizado su trabajo, iban a buscar nuevos horizontes de conquista. Los navíos holandeses, luego de varias victorias, abrieron el Océano Indico, que era el Mar Portugués, ya que estos circunnavegaban África llegando, entre otros puntos, a Manila en busca de especias. Estas expediciones se realizaban entre marzo y junio y la vuelta, entre junio y enero con muchos navíos tratando de realizar una travesía segura según puede verse en los grabados del siglo xvi que se ilustran. Era usual que, de paso, conquistasen territorio y funden colonias, prosiguiendo la ruta del camino de las especias y de la seda. Era el gran negocio del momento. Los holandeses habían enarbolado en sus mástiles una escoba como símbolo de que habían limpiado el mar, pero no de piratas, que eran los «ladrones de los 44
mares». Luego, aparecieron los Kaper Brieven, quienes dieron, en los Países Bajos y en todas las potencias, origen al Corso. El corsario que había obtenido patente del Estado antes de partir del puerto estaba autorizado para ejercer actos de piratería, pero, al mismo tiempo se le requería llevar a cabo varias misiones: • crear una fuerza naval autónoma, • aumentar sus cofres de guerra con los ingresos provenientes de las presas, • crear, mediante actos de piratería, el inicio de nuevos caminos de colonización y conquista. El arte de navegar era entonces todavía un conocimiento raro y los piratas, grandes aventureros, trataban de ser dueños del mar, disputándose la escena entre franceses, ingleses, portugueses, holandeses y, por qué no, también vascos, que tenían un poderío importante en el Mar del Norte en tanto empleaban maquinarias, barras, palancas, picos y anclas, lo cual incentivó el consumo de hierro y favoreció el comercio activo en la zona vasca que era proveedora de ese metal. La actividad de estos piratas y corsarios asolaba constantemente los mares desde hacía varios siglos y, 45
por ello, los Estados debieron invertir fuertes sumas en la protección de las principales ciudades costeras, Panamá, Cartagena de Indias y la Habana –siglos xvi y xvii–, donde se avituallaban las flotas para seguir conquistando nuevas tierras y concentrando el tráfico comercial y monetario, comenzando y ejecutando el triste negocio de la trata de esclavos, que proporcionaba riqueza para todos, salvo por los africanos de raza negra. Los piratas, hombres fuera de la ley y de cualquier código, sobre todo, de la ley española (Mare Clausum) actuaban también como bucaneros, o sea contrabandistas para lo cual contaban con la complicidad cada día mayor de los habitantes americanos dedicados al comercio internacional. La realidad, entonces, establecía que el mare liberum funcionara con todo su esplendor libertario, hasta que alguna potencia dominara la región y, con ello, se volviera al mare clausum, siguiendo la tradicional historia marina del poder en las aguas, ya desde Roma con su hegemonía en el Mediterráneo, luego los venecianos en el Mar Adriático, los genoveses sobre el Mar de Liguria y luego los holandeses, campeones de la libertad marina hasta que organizaron su poderío de fuego so46
bre la base de los cañones que eran mas convincentes que todos los ideales y en donde aquél campeón del derecho natural vira su concepción de la libertad del mar (Hugo Grocio, ver obras citadas). Era tan importante el poder de estos piratas que uno de ellos, el inglés Drake, gestionó y obtuvo la expedición que partió de Plymuth en 1577. El motivo, «medir e inspeccionar la superficie de la Tierra y verla tal cual es y no targiversada por la mirada de España y su religión católica», a la cual le tenía un profundo desprecio. Ese odio lo había adquirido a los veinte años, cuando era capitán de un barco que comerciaba esclavos entre Áfrrica y las Indias Orientales. Entonces, había sido víctima de un ataque español en el puerto mexicano de San Juan de Ulloa. Más allá del odio personal, la piratería resultó ser el principal motor de la expedición oficial. Luego de 57 años, trató de ubicar y seguir los pasos del portugués Hernando de Magallanes, quien, trabajando para la corona española, descubrió el Estrecho en 1520, durante su famosa expedición con 5 navíos y 257 tripulantes, con la cual circunnavegó la Tierra y llegó, con 18 tripulantes, a dar la vuelta al globo. 47
En un relato del viaje, siguiendo la larga tradición de la ironía inglesa, cuenta: «Encontramos el barco Captain de Moral en Valparaíso cargado de bebidas, además de cierta cantidad de oro de Valdivia... y nos vimos obligados a liberarlo de una carga tan pesada». Luego, con el navío Cacafuego, barco que tenía el mayor botín de toda su carrera, «le hicimos el favor a Juan de Antón, capitán del Cacafuego, de liberarlo de la responsabilidad de cuidar la inmensa carga de su barco». Los ingleses, fieles a las tradiciones, prohibieron todo relato de la expedición hasta que, 48 años después, un sobrino homónimo (The world Encompassed), sobre la base de los dichos del capellán de la expedición, Francis Fletcher dio a conocer las riquezas millonarias obtenidas por su tío mediante fechorías inimaginables en los mares. Además tuvo la audacia de atacar el puerto de Cadiz y destruir varios navíos españoles que iban a participar en la proyectada expedición contra Inglaterra. Durante varios años, los niños de las antillas temblaban de miedo al oír el nombre de este pirata. La Reina Isabel lo premió otorgándole el titulo nobiliario de caballero –Sir Francis Drake– y luego, Lope de Vega compuso un regocijado poema que celebraba su defunción. 48
Probablemente, esta es la época cuando los ladrones del mar, piratas con patente especial de corso, traficaban todo lo que fuere redituable para ellos, pero esta situación era tan antigua como la injusticia. Recordemos que Homero, narra en La Odisea que Ulises, en su regreso a Itaca, comete actos de piratería, y Penélope mientras tanto seguía tejiendo a la espera de su amado. Julio Cesar fue hecho prisionero por los piratas cilicios, que adulteraban el tráfico marino en parte del Mediterráneo y Plutarco, en Vidas paralelas, cuenta que el jefe cilicio le pidió, en aquella moneda imaginaria antigua, 20 talentos de oro. Luego de varios días de cautiverio, el futuro Cónsul de Roma, expresó: «les pagaré y los haré crucificar». Al recobrar su libertad, organiza una expedición, en el 75 a.C., con el motivo de apresar a sus captores y crucificarlos a todos. La canción del pirata de José de Espronceda en sus versos dice: «Y al mismo que me condena Colgaré yo de una antena Quizá de su propio navío» Vemos así una constante que se repetirá a lo largo de los siglos. Los piratas, en muchas ocasiones fueron 49
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Imagen de Suhigaraitxipi
considerados héroes nacionales en sus países pese a practicar lo que se llama robo, secuestro de personas, estragos y todo tipo dedelitos tipificados en el derecho penal de todos los países como penas NO MENORES. Pareciere que el mar suplía estas conductas humanas transformándolas en heróicas. En aras de la seguridad naval, fue necesario que Felipe II ordenara que ningún barco español hiciere la ruta de las Indias –América–, sin protección, para 50
evitar el ataque de piratas y corsarios. Fue entonces cuando se estableció la formación de convoyes, la cual dio un gran resultado para la corona española. ¿Y los piratas, corsarios y bucaneros vascos? Cuidado, están desembarcando…
Pedro de Larraondo
Cuenta la historia naval y alguna enciclopedia que los mas antiguos fueron los vizcaínos Antón de Garay y Pedro de Larraondo, este conjuntamente con Juan Pérez de Casa, robaban en el Mediterráneo navíos y ciudades de la costa hasta que fueron apresados por los árabes. Debe tenerse en cuenta que la piratería a naves cristianas era considerada por los berberiscos una forma de guerra santa, noble y ejemplarizante. Apresado el vasco por los navíos del Sultán, este les ofreció el perdón bajo la condición de convertirse al Islam. Pedro dijo que «NO», y fue decapitado. Acto que motivó, tiempo después, que se otorgase la aureola de mártir.
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Joanes Suhigaraitxipi
Saubadine de Haramburú era una bella mujer que vivía en la calle Galuperier 3 de Bayona y que jamás creyó que su marido, Joanes Suhigaraitxipi, llamado el pequeño corsario, por su estatura, con el cual tuvo cuatro hijos, fuera también tan prolífico administrador de préstamos de los frailes de su terruño, como corsario y organizador, desde su fragata «Legere», del apoderamiento de mas de cien barcos. Para ello, debió primero asociarse al gobernador de Bayona, quién le proporcionó los fondos necesarios para armar sus navíos con mas de 24 cañones. la especialidad de este corsario consistía en atacar flotas holandesas e inglesas. Murió con el título de capitán de fragata del rey, ya que había sido este quien lo autorizara a desvalijar y apoderarse de más de cien barcos enemigos. Pedro Lope de Aguirre
Habría nacido en 1510 en el actual municipio de Oñate, Provincia de Guipuzcua, bajo la identidad de Aguirre, pues su madre, de estado civil viuda, había casado, en segundas nupcias, con Estivaliz Aguirre.
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Llegó al Perú en 1536. Allí fue, rápidamente, reconocido por su violencia, su crueldad y sus malas artes, en casi todos los actos que acometía. Participó en cuanta acción bélica se realizó en Perú. En la Batalla de las Salinas, le todo servir al lado del primer virrey, Blascos Núñez de Vela, en 1546. Con varios compinches por el Río Orinoco, alcanzó el Océano Atlántico, y produjo todo tipo de estragos entre los nativos a su paso. Instó a capitanes y soldados a firmar una declaración de guerra al Imperio Español y se proclamó príncipe de Perú y Chile en carta a Felipe II. En 1561 tomó la Isla Margarita y mató a más de 50 pobladores y, por serios problemas con sus seguidores, mató a su propia hija, Elvira. Justificó su accionar diciendo: «a quien tanto quiero no debería llegar a acostarse con personas tan ruines». En el transcurso de 10 meses, llegó a asesinar a más de 70 personas, que él consideraba que no le eran útiles o no estaban comprometidas con la empresa. El 27 de octubre de 1561, el apodado «el loco» o «el peregrino» fue muerto mediante un arcabuz disparado por un secuaz, su cuerpo fue descuartizado y enviado a varias ciudades.
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Otras historias
Las historias de Michel le Basque, de Ixtebe Pelot y Jean Lafitte serĂĄn impresas en otro capĂtulo, por pertenecer sus actividades, en general, a los siglos xviii y xix.
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EL MAR Y LOS VASCOS Euskal Echea. Universidad Vasca de Verano 2012. Buenos Aires, Fundaci贸n Vasco-Argentina Juan de Garay: Eder, 2012, pp. 55-58.
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EL MAR Y LOS VASCOS
La aventura naval de los vascos en América
Los mares del mundo ocupan unos 354.000.000 de Km² del globo terráqueo, representando aproximadamente el 71% de la superficie del planeta Tierra. Pensemos en esa superficie colosal; las cosas que han ocurrido en los mares a lo largo de la historia de los pueblos, y en donde algún marinero fogueado les contaba a otros tripulantes noveles el espectáculo majestuoso del mar embravecido, con las llamadas “olas montañosas”, las cuales subían entre los 9 y 14 metros de altura y otras mas pequeñas “muy gruesas”, según la escala de Douglas, de 4 a 6 metros, lo que traía muchas veces pánico, ruegos y rezos a los embarcados. 57
Entre estos embarcados, tenemos a los navegantes Vascos que con sus navíos surcaban entre otros mares el golfo cantábrico. Estos navíos eran construidos en Vasconia y contaban con las mejores maderas, elementos, velas, materiales, cañones, pólvoras, jarcias, clavos, herramientas, según indicaban las autoridades marinas de la época. En el Mar Cantábrico, Océano Atlántico, comenzaban a navegar los vascos, siguiendo al bacalao y luego a la pesca de la ballena, por lo que llegaron a Terranova, en sus viajes pesqueros, unos cien años antes del descubrimiento de América, lo que dio lugar a una historia de los primitivos navegantes y pescadores que permanece, de alguna manera, envuelta aún en tinieblas. Entre estas tinieblas, existen autores que hablan de excursiones a la Mar de balleneros vascos, que también, alguna vez, actuaron como piratas. Al no existir documentos irrefutables, por la época en que desarrollaban estos hechos, pueden tener algún viso de validez. El Obispo de Tarascon “ciudad francesa” Monsieur La Lanze, mencionaba que un marino vasco francés, de nombre Cabarrus había llegado a América cien años antes que Colon a Terranova; se llegó, incluso, a pro58
poner canonizar un vasco y no a un genovés. No podía negarse el viaje de Cabarrus pero este no tenia influencia alguna y Colon había deambulado por los reinos de Portugal, Inglaterra y España con su plan, una voluntad férrea y una persistencia estoica. Descubierto el nuevo continente, gracias al conocimiento, experiencia marina de los vascos, pilotos y tripulantes que eran figuras respetables en el nuevo mundo náutico, las nuevas expediciones no se hicieron esperar; se buscó a estos tripulantes, en calidad de embarcados. Y esto pudo haber ocurrido, pues para el pueblo vasco el Mar era un complemento de vida, y estos en el siglo XIV vivían de cierto modo aislados. Cuando los viajeros peregrinos iban en dirección a Santiago de Compostela, mencionaban la forma especial de vida del pueblo vasco que tenia el trabajo como norte y guía de sus habitantes. Los descubridores vascos no armaban tanto alboroto, como otros conquistadores, y no dieron motivos para sostener famosas batallas, ni gloriosas victorias a costa de miles de vidas, ni llevaron atracos, cometiendo robos, incautaciones, atropellos de todas clases, sino respetando los derechos y bienes de los naturales. 59
Los vascos iban a Canadá y Terranova en los siglos XIII y XIV en busca del bacalao, la ballena y algunas veces mas al norte, y como lo indica el profesor-doctor Carlos Irisarri, en sus clases de la Universidad Vasca de Verano, el negocio de la pesca del bacallu, que significa en idioma euskera ‘bacalao’, era de vital importancia para la economía local. Luis Humberto Lúquez, en Aquellos euskos, estos Vascos; más específicamente, en la página 294, afirma: La Compañía de Jesús –jesuitas-, ya establecida en Canadá, y luego de más de cien años de vida de su fundación, 1541–1564, por San Ignacio de Loyola, señalaba, desde un principio, la presencia vasca en estos mares, encontrándolos por doquier, unos como pescadores, otros como tratante de pescados, expresándose y hablando con los naturales en lengua vasca, descubriendo el timón, y la manera de conducir los navíos con dicho aparato, llamado gobernar “la nave a La NABARRESA”.
Este invento fue trascendental y, junto con la brújula, de origen Chino, llegada a Europa a partir del siglo XII se hizo posible y mas fácil el descubrimiento del nuevo mundo y así Garat, un su obra Origines des Basques informaba que América, propiamente dicho, fue descubierta por los vascos. 60
Otros autores como A. E. Brehm –Historia Natural, Barcelona, 1880– escribe que los pescadores vascos de ballenas empezaron a llegar a la Costa del Labrador y la desembocadura del Río San Lorenzo en 1372, cuando conocieron con la suspensión cardan, como la brújula marina en el siglo XIV incluyendo “la declinación magnética” que al navegar varias millas no siempre el norte verdadero aparecía en el mismo lugar. En estos mares, los vascos enseñaban la pesca del bacalao y de la ballena a los holandeses e ingleses, al haber inventado el arpón, y con el no había cetáceo que se resistiera, por la experiencia, fuerza y bravura del arponero vasco. Entonces, en este mar insondable, los vascos fueron los grandes autores antes que el genovés Cristóbal Colon el que se valió de mapas, informaciones, antecedentes de otros y si bien tuvo la perseverancia de lograr su objetivo gracias a las arcas del Reino de Castilla. Cristóbal Colon en 1492 descubre nuevos lugares sin haber tenido nunca conciencia de su hallazgo, a pesar de varias expediciones, creía que había llegando a las costas de Mangi cercanas a Catai, y que fueron descriptas varios siglos antes, por aquel Veneciano nacido en el otoño de 1254 en una familia de navegantes y que esperó a su padre por mas de 15 años su regreso por tierras de China, Persia y parte de 61
la India, el cual se llamaba Marco Polo y Colon sabia de su existencia, por escritos hallados en la biblioteca de Venecia. Si bien el almirante iba de Capitán de la Expedición, los verdaderos capitanes eran los hermanos Pinzón, Martín y Vicente –uno en la Pinta y el otro en la Niña–, y aquí aparece el Gran capitán a cargo de la Santa María, nave capitana; Don Juan de Lacoza, el cual, por ser vasco, con un conocimiento exhaustivo, al estar a cargo de un negocio de transportes marítimos y ser un eximio cartógrafo, llevó los 97 tripulantes, de las 3 naves durante 70 días a descubrir el nuevo mundo. Alexander Von Humboldt (1769-1859), geógrafo, naturalista y sabio alemán, refiriéndose al Mapamundi, varios siglos después “es un monumento geográfico de inmenso valor por su exactitud y conocimientos, del insigne marino Juan de Lacoza, cartógrafo de gran competencia y habilísimo piloto que dirigió las 2 primeras expediciones de Colon. El 17 de abril de 1492 en Granada, los Reyes Católicos firmaron las capitulaciones a favor del genovés Cristóbal Colon y lo nombraron Almirante de los Mares y Gobernador de las Tierras que ganase.
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RECORDANDO LOS 160 AÑOS DE LA FIRMA DEL PACTO DE SAN NICOLÁS Euskal Echea. Universidad Vasca de Verano 2013. Buenos Aires, Fundación Vasco-Argentina Juan de Garay, 2013, pp. 23-58.
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RECORDANDO LOS 160 AÑOS DE LA FIRMA DEL PACTO DE SAN NICOLÁS1
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os pueblos, en el origen de su historia, tratan de organizarse en base a constituciones, en donde juran respetar todos sus artículos, que hacen a la sobrevivencia de sus habitantes, estableciendo en esa constitución una forma de gobierno presente y futura. Una constitución no brota de la nada, los hechos históricos mediatos e inmediatos, configuran un tipo de constitución. 1. El presente artículo fue leído por el Dr. Jorge Otaño Piñero el viernes 18 de mayo de 2012 a las 18 horas en la casa del Acuerdo de San Nicolás, en ocasión de los 160 años del Acuerdo, en la que participaron en otras exposiciones el Doctor Carlos Alberto Irisarri, el Licenciado Pedro Martín Beramendi y el Ingeniero Jorge Fernando Beramendi. 65
Entonces la Constitución es un producto histórico, en el amplio sentido de la palabra, que tiene antecedentes difusos; que son relativos a las ideas político-filosóficas predominantes en la época que se dicta esa Constitución; históricos que son los acontecimientos humanos que tratan y forman la vida de una Nación; y literales que desde luego resultado de esa misma historia son los reglamentos, estatutos, leyes constitucionales y Pactos Preexistentes. Nuestra Constitución en su preámbulo nos dice que reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de los Pactos Preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia. Esto se afirmaba el 1° de mayo de 1853, en Santa Fe por los Constituyentes ¿Y cómo llegábamos a la Organización Institucional del país luego de casi 43 años; del 25 de mayo de 1819 al 1° de mayo de 1853? 66
Gracias al Pacto de San Nicolás de los Arroyos. Buscaremos entonces en los antecedentes citados. Un considerable número de vecinos, los comandantes y varios oficiales de los cuerpos de voluntarios de la ciudad de Buenos Aires por si y a nombre del pueblo, exigen se constituya un anueva Junta de Gobierno en reemplazo de la erigida el 24 de mayo y que fuera integrada como todos recordamos por Cornelio Saavedra como presidente, Juan José Passo y Mariano Moreno, secretarios; Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuenaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, vocales. «Y oído que el pueblo ratificó por aclamación el contenido de dicho pedimiento o representación, acordó erigir dicha junta de Gobierno fijándole algunos preceptos». La Primera Junta de Gobierno con sus nueve integrantes condujo la misma durante 6 meses y 24 días, ya que el 18 de diciembre de 1810, se sumaban los diputados del interior creándose la llamada Junta Grande, comenzando las luchas internas entre Cornelio Saavedra y Mariano Moreno. Luego, en estas peleas intestinas tuvimos el Primer Triunvirato, el Segundo Triunvirato, la Asamblea Constituyente del año 1813 que no sancionó ningu67
na Constitución, pero sí la libertad de vientres, hijos de esclavos nacidos después del 31 de enero de 1813, abolió los títulos de nobleza y los tormentos que la legislación de entonces permitía para el esclarecimiento de los crímenes, creaba el cargo de Director Supremo en las Provincias Unidas del Río de la plata y legislaba sobre un larvado Poder Judicial. La Asamblea fue disuelta el 16 de abril de 1815. El congreso de Tucumán nos dio la independencia un 9 de julio de 1816 y también tuvimos un director supremo. Una Constitución de 1819 de tendencia unitaria, rechazada por las provincias y no se pudo aplicar. Ya en 1825 un Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata sancionaba la llamada Ley Fundamental de la Organización Política disponiendo que las provincias interinamente se regirán por sus propias instituciones; y que la Constitución que sancionare será ofrecida oportunamente a la consideración de las provincias, la cual no será promulgada ni establecida en ellas hasta que haya sido aceptada. En razón de su no aceptación, no pudo aplicarse. Gobernadores que tratan de gobernar, y eran sustituidos, excluidos o fusilados, fueron factores de poder, 68
y si haceos un racconto de veinticinco años desde 1810 a 1835 tenemos aproximadamente 22 de gobiernos, con un promedio de duración aproximada de 13 meses de pseudo-gobernabilidad. Si bien existían luchas enconadas entre unitarios y federales nunca se borró un anhelo de unión nacional arribando varios pactos interprovinciales en donde se ratificaba solemnemente el deseo de constituir una sola nación argentina. Como la política es el manejo del poder , generalmente existe una ética del poder. Probablemente en aquella época, estos principios o no eran tan conocidos e importantes o se dejaban expresamente de lado, y así entonces se fusiló a Dorrego, termiando también con la vida de Juan Galo Lavalle. La imitación de estos modelos fueron moneda corriente en los años sucesivos, y esta imitación de modelos debe tomarse con cierto recelo ya que como decía Nicolás Maquiavlelo (1469-1527), El príncipe y Lettere Familiari, en su discurso afirmaba: Que uno no conoce con respecto al pasado toda la verdad, ya que la tradición oculta aquello que provoca vergüenza pero, en cambio, presenta brillantemente y con lujo de detalles aquello que proporciona fama. 69
Era imprescindible intentar poner fin a las anarquías provinciales para conseguir formas regulares y sistemática de gobierno. El 3 de febrero de 1852, Urquiza derrota a Juan Manuel de Rosas en Caseros, llegando a establecerse en Buenos Aires el 4 de febrero confiriendo el título de Gobernador Provisional al presidente del Tribunal de Justicia, Doctor Vicente López y Planes, quien integró de inmediato su ministerio con la participación de representantes de los dos partidos políticos históricos, Valentín Alsina y José Benjamín Gorostiaga. Al poco tiempo de reunidos en Palermo y con fino sentido Político —con mayúscula—. Urquiza conjuntamente con los gobernadores de Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes y él, por Entre Ríos, resuelven confiarle la dirección de los asuntos exteriores hasta la reunión del Congreso General Constituyente. Cuarenta y ocho horas después, el 8 de abril por la secretaría de Peña, se oficia a todos los gobernadores de las provincias invitándolos a reunirse en San Nicolás de los Arroyos hacia el mes de mayo a efectos de cambiar ideas sobre la Organización Nacional y recomendándoles consultaren al respecto la opinión de sus legislaturas trayendo poderes de estas. 70
Un 13 de mayo se instala en Buenos Aires la nueva Cámara de Representantes, figurando entre ellos el Coronel Bartolomé Mitre, Francisco Balbín, Juan Bautista Peña, Dalmacio Vélez Sarsfield, Francisco de las Carreras y Pastor Obligado, entre otros, designando Gobernador Titular a Vicente López y Planes el que queda así confirmado en su puesto. Y llegamos a un 29 de mayo de 1852 al inicio de las deliberaciones para determinar cuales serían las bases de la Organización Nacional, siendo los gobernadores y representantes de las distintas provincias que adhirieron al pacto fueron: • Justo José de Urquiza (Provincia de Entre Ríos) y también por la Provincia de Catamarca; • Vicente López y Planes, (provincia de Buenos Aires); • Benjamín Virasoro (Provincia de Corrientes); • Domingo Crespo (Provincia de Santa Fe); • Pedro Pascual Segura (Provincia de Mendoza); • Nazario Benavídez (Provincia de San Juan); • Pablo Lucero (Provincia de San Luis); • Manuel Taboada (Provincia de Santiago del Estero); • Celedonio Gutiérrez (Provincia de Tucumán); • Manuel Vicente Bustos (Provincia de La Rioja).
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De estos 10 representantes provinciales de 11 provincias posteriormente, las de Salta, Jujuy y Córdoba firmaron la adhesión, quedando los poderes de las 14 provincias contestes en : 1° Se nombraba a Urquiza Director Provisorio de la Federación Argentina 2° Se ratificaba el pacto del 4 de enero de 1831, suscripto primitivamente por las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, en esta última y al que adhirieron luego las demás provincias. Por lo que denomina también Pacto de la Confederación de la República. 3° Se declaraba que habiendo llegado el caso previsto ya en la actualidad todas las provincias de la República se encontraban «en plena libertad y tranquilidad» se convocaba a un Congreso General Constituyente a reunirse en Santa Fe. 4° Dicho Congreso estaría compuesto por dos diputados por cada provincia. 5° Se establecía que el Régimen de Gobierno sería Federal 6° Se adoptaban algunas normas sobre el comercio interior y exterior. La Provincia de Buenos Aires no suscribió el mencionado pacto. 72
De esta forma el pacto de San Nicolás de los Arroyos, al cual recordamos hoy en este salón del acuerdo tuvo la misión, con la reunión de los gobernadores de las provincias a invitación como hemos visto de Justo José de Urquiza, de ser el antecedente inmediato de nuestra constitución de 1853, firmada el 1° de mayo en Santa Fe, la que institucionalizó nuestro país. Un 15 de noviembre de 1852, las 13 provincias, excluida Buenos Aires, se reunían en sesión preparatorias, diciendo el presidente del Congreso, diputado por Salta, Facundo de Zuviría, que se debía sostener a toda costa la integridad del territorio, la unión y la nacionalidad argentina. El pacto de San Nicolás de los Arroyos se encontraba en plena ejecución.
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ÍNDICE HISTORIAS DE VASCOS EL AUTOR................................................................................................................... 7 PRÓLOGO.................................................................................................................. 11 DOS VASCOS EN EL RÍO DE LA PLATA.....................................................................13 LAS BODAS VASCAS “TERRITORIALES”...................................................................27 HISTORIA, ¿Y LA PIRATERÍA VASCA?.......................................................................39 EL MAR Y LOS VASCOS............................................................................................55 RECORDANDO LOS 160 AÑOS DE LA FIRMA DEL PACTO DE SAN NICOLÁS..................................................................................63