Remanso VII (Osvaldo Mirás)

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Remanso vii

versos



Remanso vii

versos

editorial Eder

Osvaldo Mirรกs


Mirás, Osvaldo Remanso VII, versos. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Eder, 2014. 192 p. ; 20x14 cm. – isbn 978–987–3673–03–0 1. Poesía Argentina. I. Título cdd A861

Imagen de cubierta: Río Jordán, entre Jordania e Israel y Cisjordania. © Osvaldo Mirás 2014 omiras@hotmail.com © eder Pavón 1923, 7°4. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. (011) 15–5752–3843 editorialeder@gmail.com www.editorialeder.net diseño: Javier Beramendi Reservados todos los derechos. Queda prohibida, sin autorización expresa de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático. Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Impreso en Argentina


Señala hacia tres lugares, después en redondo y di:

Para ti, para ti, para ti,

para todos vosotros el libro

con el alma en la pluma escribí.

Para ti, para ti, para ti,

me descubro y ofrezco mis versos

porque el dar me rescata de mí,

me entusiasma, me colma de Dios

y en vosotros me vuelve feliz.

Porque el dar es el modo mejor

de ganar y no ya el recibir.



Prefacio Voy a escribir otra vez,

quiero que seas mi juez.

Tengo la rima en el alma, la pluma perdió la calma, sólo falta componer. ¿Fácil? ¿Difícil será?

¿Sólo querer y ya está?

¿Basta la pluma mover

que el cerebro ha de saber qué es lo que debe dictar?

Con el cerebro no alcanza. Debe terciar en la danza el corazón del poeta,

que siempre es el que concreta los frutos de la esperanza.

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I Con sentimiento



Papá, te quiero Estuvimos muy poco tiempo juntos,

has partido hace muchos, muchos años,

sesenta y cinco al fin del que está en curso (*), lapso en que Dios nos tiene separados. Pero el amor profundo, que quedara

suspendido en los hechos por tu muerte,

es el que siempre y hoy también me asalta moviéndome a escribirte así doliente.

No es abrazo, no es beso, no es encuentro, pero es un hecho de lo más preciado,

de los que tanto yo compongo: el verso y hoy te lo brindo aquí como regalo. En él renuevo todo mi cariño

y sin pausa repito que te quiero,

que tu ejemplo ha marcado mi camino siendo padre y esposo fiel y austero. (*) Escrita en el año 2012.

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¡Cuánta falta me hiciste en esos tiempos y en los que les siguieron siendo adulto! Una tibia nostalgia me hubo envuelto y con ella suplí lo que se pudo.

Y ahora, te memoro en los finales

más que antes aún, como en el tiempo que ejercías tu rol preponderante;

me parece estar junto a ti de nuevo. Llévame de la mano, bien alerta,

no me pierdas de vista, que soy niño,

y si no estás conmigo y me doy cuenta me pondré a sollozar buscando asilo. De mi lado, papá, no te separes

nunca más, que este mundo es diferente

si estás tú en él, no quiero que me faltes, no habré de soportar que te destierres.

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¿Recuerdas cuando fuimos a esa finca? Era yo muy pequeño, un gurrumino. En un momento te perdí de vista

y cuánto ese momento lo he sufrido. Pero estabas ahí, te aproximaste

y al punto renací: te vi de nuevo.

Ese amparo infinito es comparable

con el que Dios nos da, sublime obsequio. Anécdotas hay tantas..., las frustradas por tu partida habrían sido más,

pero la que conté quedó grabada

para apresar tu imagen ejemplar.

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Sexagésimo aniversario* Los años transcurridos no son pocos; casi entera la vida es abarcada

dentro del lapso objeto de festejo

dedicado al cuidado de las almas. El fiel es quien primero ha de velar

por el bien de su espíritu, aunque solo no podrá conseguirlo; el alcanzarlo requiere medicina, apoyo idóneo. Y ese apoyo vendrá del sacerdote

siempre atento a los males de su tiempo. Mas vosotros, ¿actuasteis dócilmente

frente a Señor en sus requerimientos? No siempre. Sois humanos, pero al cabo debe medirse el lado positivo:

habéis desparramado el bien, la Gracia, guiando al vacilante y al caído.

(*) Escrita con motivo de celebrarse las bodas de diamante sacerdotales del hermano del autor, Mons. Eduardo V. Mirás, entre otros, el día 3 de agosto de 2012.

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Sí, las más de las veces lo habéis hecho, y con ello sembrasteis el sendero con gemas de valor incalculable,

donación de Jesús por vuestro medio. Quiera Él aumentar las vocaciones

para cubrir con cristos cual vosotros la campiña cercada de iscariotes,

de pedros que lo niegan y medrosos. Recibid el saludo de las greyes

que pastoreáis desde hace mucho tiempo y, en especial, de un vate muy osado su reconocimiento.

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Damián Di Falco Hombre de Dios, excelso compañero,

te has ido muy temprano. Nos dejaste

pero sigues estando. Sí..., estoy cuerdo. Tu estampa venerable de buen padre, mejor esposo y al final abuelo

–dechado de virtudes e intachable– de cinco hermosos nietos

que seguirán tu ejemplo avasallante,

es la imagen que queda a modo eterno. Sigues estando, pues, no es un dislate.

Damián, te extrañaremos como a pocos, el vacío que dejas no se llena con discursos monótonos.

Es necesario hollar la línea recta

que has delineado tú para tu entorno. Y ha menester obrar como un asceta,

con humildad, como lo has sido en todo. Vive con Dios y con nosotros queda. Es imborrable tu recuerdo y lloro

desde que se ha esfumado tu apariencia. 18


Honrar a la familia Días fríos, las gargantas no responden,

mucha gente se ha encerrado en sus moradas, los valientes y los pobres más solemnes

van en cambio a trabajar, de mala gana. Mucho frío, que el afecto neutraliza, si se sale del hogar todo se pierde,

calidez que no se logra en otro lado

porque tiene un exclusivo componente. El calor que da el fogón de la familia

no se compra ni se obtiene en otro espacio, no proviene del ladrillo del inmueble, sí procede del ambiente allí forjado.

Que es la casa y es la gente combinados, el cariño repartido que se advierte,

las palabras que se dicen, la lectura

que ha formado a padres e hijos juntamente.

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Quiero honrar a la familia en este espacio, debo hacerlo por nobleza y lealtad,

cuĂĄnto embate ella soporta diariamente de los medios que se prestan a atacar.

Dios nos pone la familia como escudo, Él nos hace allí nacer y germinar

para ser futuro trigo que alimente

de ternura a una vital comunidad.

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¿Hacia dónde vamos? Tengo puesto el corazón en mi pasado por salir de este presente borrascoso sin valores, sin afanes y opacado

con su música de estilo tenebroso. Mi pasado fue distinto, lo recuerdo

con nostalgia, con orgullo, apasionado

con sus cantos, su armonía; nada lerdo

siempre he sido en escoger lo más preciado. Fred Astaire se une a Bing Crosby, a Frank “La Voz” y a Louis Amstrong -su ronquera singular-; se acompañan por designio del buen Dios y regalan una música sin par.

Las pinturas, aún abstractas en extremo, nos suscitan sensaciones a granel,

difiriendo del emplasto de hoy, que vemos en el óleo, la acuarela o el pastel.

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No exagero, ¿quién no ha visto cómo era

nuestro fútbol, cómo fue de mano en mano pervirtiéndose a tal punto y de manera

que destroza el corazón del más lozano? No me olvido de lo bueno que se tiene

y ha de ser Juan Maldacena ejemplo actual: argentino acreditado en parabienes

por la física en la cúspide mundial (*). No olvidado de lo bueno que aún tenemos, debo ahora destacar que es excepción;

lo corriente, lo que a cada paso vemos, es aquello, y hace vana ostentación.

(*) Ruego al lector que se interese por conocer los méritos de este compatriota, poco difundidos por los medios corrientes de información masiva (v., por ejemplo, en Google: voz Juan Martín Maldacena). Es necesario destacar que, esta excelencia en materia de Física, admite la existencia de Dios, cree en Él y reza, como así lo ha expresado (v. loc. cit.).

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¿Se ha abolido la esclavitud? ¿Acaso no nos lo enseñaron en la escuela?

Hoy vengo a verte con dolores insufribles

que no me dejan caminar ni treinta metros. ¡Ay!, los relojes se desplazan muy aprisa

mas cuando sufro no transcurre nunca el tiempo. Hace dos siglos se abolió la esclavitud

(aunque ella aflige todavía a muchos pueblos), pero el suceso mi columna vertebral

ni lo conoce ni ha intentado conocerlo. Hay mil maneras de vivir en servidumbre por mil razones que motivan la caída,

y hoy dos me embargan, no me dejan ni moverme: terribles vértebras lumbares cuarta y quinta.

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Hernia de disco, me has ganado esta batalla. En la anterior, hace diez años perdedora,

subí triunfante los peldaños a Dios gracias y me mantuve sin dolores hasta ahora.

Aunque el suplicio se está yendo poco a poco sin dejar huellas en el cuerpo ni en el alma,

te quedas tú, marcando un rumbo equivocado,

pues quien se apoya en el Señor feliz descansa.

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Al galope con amor Toda espera resulta ser más larga

en la mente del ser que la soporta. A veces esa espera es lo más corta

aunque no lo parezca al ser amarga. Pero, ¿a qué viene este razonamiento? ¿Será por las edades que portamos

o por la situación en la que estamos

que desconcierta nuestro entendimiento? Apresurar más fácil se nos muestra que quejarse a la hora de esperar

y es por ello que a mí me han de encontrar con el rebenque a diestra y a siniestra.

Al galope, que el tiempo poco alcanza y el que se ha ido ya no vuelve más, que las acciones quedarán atrás

y no es lo mismo si transcurre en vano.

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Al galope querer, sin tomar aire, al galope estudiar, sin detenerse,

fatalmente al final tendrá que verse

cómo a pesar de todo habrá desaire. Porque están los que opinan noche y día, los que critican la velocidad, la lentitud y la normalidad

con que unos y otros buscan la armonía. Y ya no hay paz, huyó con los que invocan medirlo todo con sabihonda vara para después poder echar en cara

que los demás muy mal de oído tocan. Salud, mortales, es así la vida

y hay que tener raudales de paciencia.

Para que cambie, amar con persistencia que sólo con amor el hombre olvida.

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Confesiones de un cuasi octogenario Escuchen: yo he vivido o de pie o caminando

mas jamás de rodillas, salvo ante lo Sagrado. A los diez años era de lo más altanero,

hosco con los mayores, orgulloso y soberbio.

A los quince, encerrado en un portal de acero,

frecuentaba a los dioses que construía adentro.

Después, cuántas volutas lidiaban con el viento

partiendo de las obras

completas de mis sueños.

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El amor ideal

cubrió bastante tiempo de la época más cara,

de mi surco más tierno. El festejo inicial

–aún no primera novia– llenó un espacio largo

comenzando la historia. Después, la enamorada, novia lo más cumplida, creó una problemática

que en mis sienes ardía. Al final de un silencio

que eterno se mostraba, por carriles de hierro

compareció la amada.

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Y con ella he pasado del Registro Civil

a la Iglesia de Cristo

y a la Luna en Tandil. Esa Luna imborrable en lo alto de la sierra

que en nuestras biografías dejó infinitas huellas.

A cincuenta y un años (*) de aquel remoto tiempo, contemplamos gozosos

tres hijos y ocho nietos. Aunque dos son mis yernos sólo tengo una nuera.

¿Que si son ellos buenos? Como nenes y nena.

(*) Escrita en 2013.

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Jamás ni un sí ni un nones de ninguno o de todos, igual que de mis hijos y que de sus retoños. Para alcanzar lo útil

intenso fue el trabajo

del padre y de la madre, trotando sin descanso. Sin doblar las rodillas

como ya he recordado,

instando hasta a los gritos: ¡justicia al gobernado!

Que la alcance el de afuera del sagrado Palacio,

y quien labora adentro no sea pisoteado.

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Las “trenzas” son un cáncer que causa ingente daño

y es tan mal desempeño como el torcer un fallo.

Me nutro con recuerdos de logros y fracasos

y ahora estoy contento con mis amigos caros.

Los que hoy y en todo tiempo me tienen congregado son duchos en apego

e idóneos en halagos. En encuentro excelente gozamos del almuerzo

después que en nuestra sede sesionara el consejo.

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A toda conferencia

sigue un libro editado para cada colega

que se encuentra asociado. La instituci贸n, cobijo

de aquellos magistrados

que hoy lo son en retiro, nos mantendr谩 lozanos.

Me nutro con recuerdos de logros y fracasos. Voy a dejar el verso

y a seguir evocando.

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Cuando estés triste no cantes No cantes cuando estés triste. Malograrás los acordes, es dable que desafines

y que el volumen desfogues. No cantes cuando estés triste ni si la furia penetra

en tu interior o percibes

que te están dejando afuera. Pues en todos estos casos la decisión no se asienta

sobre un apoyo adecuado que tu ventura sostenga.

Cuando estés triste no cantes y si el país es la causa,

reza mucho, no te canses

de pedirle a Dios la guarda.

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Cuando, al fin, esa amargura de tu espíritu se aparte,

repuesto habrás la fortuna; canta, pues, como soñaste. Y ya de cantar no ceses;

de otro modo, la tristeza,

que si no la apartas vuelve, otra vez te hará su presa.

34


Dos mil trece Reunidos esta noche

aguardando Año Nuevo, las familias se abrazan

ante el salto del tiempo. Platos muchos se turnan en la agrandada mesa; primero los salados,

después los dulces llegan. Y todos salpicados

con cervezas y vinos, con algunas gaseosas para damas y niños.

Pero ello es sólo excusa para esperar unidos

el cambio de almanaque con deseos sentidos.

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Levantemos las copas, s铆, con el alma en vilo, porque nunca fenezca

la uni贸n que Dios bendijo. Y a Dios elevo a gritos esta oraci贸n sencilla:

que reines en el orbe

y que en nosotros vivas.

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Escapada Tengo ganas de irme lejos y vagar por las alturas,

por los aires, sin espejos

que reflejen desventuras. En el aire no hay tropiezos que entorpezcan avanzar. Gran ayuda son los rezos

que no cesan de impulsar. Cuando llegue a aquella estrella de galaxia muy cercana

que de aquí se ve tan bella, me apearé por la mañana.

Todo el día allí he de estar, a la noche volveré,

pues la tierra es el lugar

que, a pesar de todo, amé.

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Estoy yendo, no es sensible,

surco el cielo a pensamiento que no emplea combustible

pues se mueve aún sin viento. Como al soplo de Dios Vivo se activó la travesía

y a la estrella vi, cautivo del proyecto todavía.

Fue una rápida llegada;

cuánta luz, pero no ardía. Me tendí sin decir nada

y al momento ya dormía. Sé que así transcurrió el día pues la noche allí no existe. Es que el sueño me vencía

ya al partir, ¡qué dato triste!

38


Cuando el regreso emprendí, del cual les iba a contar,

de pronto lo interrumpí

con mi ingrato despertar. Se terminó la patriada

de superar los planetas, es más acá de la nada

donde me aguardan las metas.

39


Mis ojos Mis ojos fueron, sí, toda mi vida

compañeros ausentes de agudeza. Mas lo fueron, y así, con alegría,

combatieron mis cuadros de tristeza. Pero ahora me obsequian con tinieblas, agregan una mancha en cada ojeada. Cabe tomar medidas de emergencia para salvar el don de la mirada. Los cristalinos sufren cataratas

por lo que se los debe reemplazar. Buscaré un oftalmólogo de raza, la cirugía habré de concretar.

Y, después, quien se cruce en mi trayecto deberá ser por ellos registrado.

No se excluirá ni un palmo de su cuerpo, vindicta singular se habrá estrenado.

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Milagro, milagro Mi hermano Juan hace ya tiempo sobre el prodigio de Luján

ha escrito un bello descriptivo que no he sabido conservar.

¿Por qué en la ahora gran ciudad -que conocí de adolescenteguarda la imagen de María una basílica imponente?

La Virgen Madre en la carreta que la llevaba a su destino

quiso quedarse en esa villa,

y el menester fue suspendido. Sobre ello en Google encontrarán lo necesario y abundante,

mas no vivencias como aquélla

que se nos funden perdurables.

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La perspectiva del Milagro

que en aquel tiempo aconteciera con esa imagen, de relieve

la puso Juan con fe muy férrea. Tiempos pasados que no vuelven y que anhelamos con fervor.

Tiempos guardados como sueños que hacen gozar al corazón.

Y no olvidemos dar las gracias

porque el Milagro es del Señor que con sus obras nos protege para alcanzar la redención.

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Novia eterna “que me embriague el amor que tu viña contagia” (Santiago de Salafranca, Los madrigales de Yago, ed. Eder, pág. 96)

Tengo una viña en casa, con ella soñé un día y ya hecha realidad la sujeté a mi vida.

Y me embriagó el amor que me fue contagiado y muchas disensiones

un férreo acople hallaron. Contra el dúo chocaron y se hicieron añicos,

para bien de nosotros

y bien de nuestros hijos.

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Ese dúo ha surcado

cincuenta y una acequias,

¡qué mal se encuentra uno cuando el otro se aleja!

¡Qué bien estar reunidos en silencio o hablando! Uno se siente fuerte,

capaz, entusiasmado... El amor contagiado

me embriagó más que el vino, pero tú, novia eterna,

no me hallarás dormido. Siempre estoy en vigilia,

como infante de guardia, también soy tu soldado sin uniforme ni arma.

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¿Otras cincuenta acequias surcaremos? No tanto, pero aún falta mucho

para cualquier quebranto. Tres hijos más sus cónyuges y después ocho nietos

nos controlan de cerca, nos imitan de lejos.

Con ellos como base

continuaremos siendo,

pues tan bueno es ser padres como lo es ser abuelos. El abuelo no es padre de sus nietos, por eso

su afecto no es vehemente sino tenue y sereno.

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Lo que a todos incluye más allá de las riñas,

es la fe que se infunde

cuando se está en familia. La familia es un todo

nacido de una alianza

que no ha de disolverse y por eso la atacan. Acopio de familias

hace fuerte a un estado. Lo anhelo para el mío,

ya lo estoy vislumbrando. Para ello es necesario

que a los cónyuges sólo los separe la muerte: desenlace ortodoxo.

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Pincelada para el alma Es temprano, pero invierno y cae la tarde, las cortinas ya molestan, no se ve,

las descorro y salgo aún de la penumbra, aunque poco durará la luz también.

Me dispongo a recurrir a Dostoyevski para urgir el consabido buen leer.

“Humillados y ofendidos” es el texto que estos días me ocasiona placidez.

Hoy mi vista lo recorre en varias páginas sin que alcance su sentido a distinguir,

pues mi mente se dispersa todo el tiempo

con problemas que no importan hoy ni aquí. Cómo sufren los mortales de la mano de mortales como ellos, sin amor.

No lo tiene ni el que no lo recolecta

ni el que debe darlo y ceja en su función.

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Y el amor se vuelve seco al no entregarse. Si se agregan los motivos de discordia,

nuestro ambiente se empobrece de tal modo que los diálogos sin más se distorsionan.

¡Qué distintos esos tiempos que pasaron obligados a esconderse en el presente!

¡Qué amigables, compañeros, bien humanos! Mis deseos hasta ellos retroceden.

Me deleito en la adicción a los recuerdos. Es un bálsamo difícil de igualar.

Son ensueños invasores de tal modo

que hoy me impiden la lectura aprovechar. El intento debe hacerse nuevamente.

Abro el libro, releyendo voy las partes

que hace un rato no he podido penetrar: ¡ahora sí que este regalo me complace!

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Rosas blancas Una flor se desliza por el agua,

la corriente la impulsa con furor,

se teme que algún golpe la destroce, los vaivenes auguran el horror.

Yo me acerco y la alzo; entre mis manos confirmo que se trata de una rosa,

rosa blanca, la flor que más me agrada, no sé porqué pero no sé otra cosa. Tengo la flor, a salvo del arroyo,

aunque un pétalo ajado se desprende y en mi mano agoniza sin remedio, meta postrera a la que todo tiende.

Pero eso no ocurrió con el pimpollo que pude retener entusiasmado.

La rosa, que aún descansa en el florero, me compensa colmándome de agrado.

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Pasado el tiempo, muchas flores nuevas entraron a mi casa, también rosas,

y más que nada blancas, lo recuerdo,

y adornaron la estancia sin más cosas. Porque son estas flores muy completas, se brindan al espacio concedido,

sólo requieren agua algunas veces y jamás otra flor ni otro añadido. ¡Viva la rosa blanca, viva, viva!

Deseo que me obsequien tantos ramos como ambientes integran mi vivienda para acallar con ellos mis reclamos. Y si un día requieren mi presencia del más allá, con armas fervorosas

partiré a ese jardín, que en agasajo

su suelo alfombrará de níveas rosas.

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San Cayetano (7/8/2013)

Iba a la iglesia que se alzó en tu honor cuando vivía cerca, allá en Liniers, era un niño, después adolescente, y en el atrio jugaba, ¡qué placer!

Allí aprendí la misa en el idioma

latín, completo, con el parlamento del monaguillo y el del celebrante

y ayudaba en el culto con empeño. Esta iglesia, en el día de su santo,

se colma de un gentío sin medida, siete de agosto, por la providencia

Cayetano, el honrarte al fiel cautiva. Hoy se cumple otra vez el onomástico y, sin ir hasta allá, yo te suplico

que intercedas por toda la familia, la mía y de mi Patria, te lo pido.

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Seguir adelante –Hemos hecho del mundo este embrollo que imposible será superar.

–Yo comprendo al que sufre el escollo, pero creo factible avanzar.

Si buscamos ejemplo en la historia la salida se habrá de encontrar,

ahondando en felices memorias

sin Titanic que se hunda en el mar. Nagasaki al igual que Hiroshima destruidas a más no poder,

no dejaron que el mal las suprima y dos urbes resultan hoy ser.

El secreto, ¿cuál es el secreto?

Cada uno ha de hacer lo asignado como un prócer de los capuletos

o un montesco de glorias dechado.

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Ha de obrar con constancia, a su tiempo, y en su especie obtener lo mejor.

Si ha perdido el compás al hacerlo el aporte muy tarde llegó.

Si ha obtenido un final dislocado se devela que nada cambió.

Es muy claro que en estos dos casos la procura esperada faltó.

En los otros, que no han de ser pocos, se consigue la meta lograr,

pero el sitio es tan vasto que sólo

muy contados se enteran del guay. Y esta ausencia de leal conexión en un pueblo jamás integrado a los logros su objeto extirpó

pareciendo no haberse alcanzado.

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Por lo tanto, señora, señor,

la primera medida a adoptar

debe ser sin tardanza la unión,

en la cual el carril ha de hincar. Mas jamás renunciar al esfuerzo cual guerrero que fue derrotado.

Con paciencia conquístase el cielo,

cuánto más siendo el fin sólo humano.

54


Tío Juan Supliste de algún modo en mi orfandad al padre que dejaba de ampararme

justamente en la tierna y ardua edad que más necesitaba cobijarme.

Supiste manejar las situaciones

con la sola mirada, sin un gesto.

Dadivoso y prudente, tus acciones

salvaron cada caso bien propuesto. Llegaste a compartir mi casamiento y de mi primer hijo el nacimiento,

de quien fuiste padrino complaciente. Y antes de ello también tomé conciencia que concretaste en mí feliz creencia por guiarme los pasos sutilmente.

55


Vacancia El Papa, por razones que Dios sabe, dejará su función a corto plazo,

y aunque el que es Papa lo es hasta la muerte en su lugar habrá otro purpurado.

¡Qué locura!, dos papas al unísono.

No. Habrá uno solo, el anterior -eméritolo será sin poderes ni deberes,

ni siquiera en suplencia del electo. Irán al Vaticano cardenales

de todo el mundo a definir el tema, que el Santo Espíritu los ilumine

para elegir al que mejor convenga.

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Trece de marzo de 2013 Trece de marzo bendito.

La inspiración del Espíritu sustituyó a Benedicto

por un papable argentino. Un papable, ¡qué papable!,

de la escuela de Dios Hijo, que eligió, y es muy loable,

como nombre el de Francisco. La humildad es su constante, la firmeza es su otra gala,

no asumió como implacable, se prodiga en tolerancia. Es pobre de vocación

y a ser pobres nos invita, para dar de corazón

lo que el otro necesita.

57


Santidad: has elegido, y acabo de recordarlo,

como nombre el de Francisco, el de Asís, el bien amado.

Y es señal de que en la cúspide continuarás imitándolo.

Y es señal, muy bien se intuye, de que por ti está rogando. No te olvides de los ricos,

no te olvides de los malos. Que el infierno esté vacío

lo he soñado hasta el hartazgo. Menor eres que este vate

pero el primero entre hermanos, brazo derecho, pasaste

de Cristo a ser su Vicario.

58


Cristo llega aquí contigo. No debe marcharse más,

que de este pueblo argentino la salvación brotará.

Yo rechazo la indigencia, la pobreza es otra cara

que a los prójimos nivela para asegurar la calma.

Con la paz que sobreviene nuestro mundo dejará

de forjar pueblos sufrientes y hombres en cautividad.

Compatriota Santo Padre,

Pedro de la actual centuria,

tu elección muestra el linaje que hoy necesita la Curia.

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Goces de larga presencia de fecundo ministerio,

que la Iglesia reverdezca

para bien del hombre nuevo. Nuestra Madre dijo a todos

que desde el sur vendrá un sol que habrá de tornar gozoso lo que hoy nos causa dolor. Y la llegada de un papa

que “del fin del mundo” vino una señal nos regala

de cumplirse el vaticinio. Francisco, por ti rezamos,

tal como lo has requerido. tu diestra mano besamos.

Dios te bendiga, Ministro.

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II Críticas



Carlos Guillermo Frontera Opinión vertida acerca de la obra del autor que da título a estos versos, 6 DE SEPTIEMBRE, La Revolución Frustrada (ed. Dunken, junio de 2012) a poco tiempo de su edición.

El libro se ha terminado, por el apéndice voy.

Me apresuro en criticarlo porque anonadado estoy. Es un texto meridiano: claridad y convicción

surgen a diestra y siniestra de cada docto renglón.

Muy fundado, fundadísimo. Pude aprender esa historia que jamás se me enseñó

ni fue escrita de tal forma.

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La verdad como de a puĂąo de esta obra brota a mares, y sobre las Ă­es monta

los puntos, por ello vale. Si de algo mi opiniĂłn sirve vaya mi aplauso sincero,

Carlos Guillermo Frontera: historiador gigantesco.

64


Contradicciones de nuestro tiempo En las frías mañanas de este invierno supe condescender con el ultraje.

No hubo especial porqué; el Padre Eterno conoce bien mi lírico bagaje.

Es que tanto mirar para otro lado

me produce profunda repugnancia, la caridad me huye, anonadado

me encuentro como rosa sin fragancia. Es que unido al “no hurtes” y al “no mates” un mandamiento implícito ha ordenado: “no dejes de oponerte a los embates

que intentan destruir lo que es sagrado”. Y es sagrado no sólo lo más santo sino lo natural inconmovible,

en la indigencia, de una madre el llanto o el del niño al que impiden lo factible.

65


La ingenuidad del pueblo al que se engaña y la virtud probada de mortales

a quienes se denuesta con gran saña,

también. ¿Corregiremos estos males? Porque, si no, es inútil el empeño por frenar al país de su declive

con la finalidad de hacerlo dueño

del destino que el mundo le concibe. La descomposición será completa.

Nuestros próceres, siempre inigualados, verán desde sus tumbas la pirueta de nuevos sodomitas repudiados.

66


De lo bueno, lo mejor ¿Quiénes gobernarán en nuestro medio? Si gobiernan políticos satánicos que destruyen lo bueno

y ni siquiera imponen su reemplazo, el vacío en las mentes y en las almas producto de la anomia está logrado.

Así el pueblo decrece hasta lo autómata ¿Razonar por sí mismos? Eso es malo pues se pierde la pronta sintonía

con quienes les imponen sus mandatos y se empieza a quebrar la consonancia que beneficia a todos los ternascos.

¿Qué hacer? Sí, sí, rezar, pero insistiendo también con los mazazos.

Y, ¿qué han de ser aquí los instrumentos que habrán de unirse al rol peticionario? Obrar como el mejor, dando el ejemplo, sin incurrir jamás en el agravio.

67


Esto no significa que el delito

deba quedar impune y el estrago

dejar de reprimirse y compensarse,

pero ello en los resortes del Estado que debe legislar y sentenciar, jamás en nuestras manos.

Vamos a sepultar a nuestro ego

que ha tenido el tupé de hacernos látigo.

De amor al semejante habrá que henchirse aún antes de invocar al Soberano

Cristo Nuestro Señor, a quien pedimos que nos brinde el apoyo necesario.

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Desde Claromecó Escribe, mano lerda, que las aguas de un océano inmenso se rebelan

y quieren romper olas en mi mente.

Tú puedes aplacarlas, ¡si escribieras...! Eterno vanidoso, me sublevo

cuando siento que intentan dominarme con ideas que a fuer de novedosas

arrasan con principios inmutables. Son las aguas que afrentan a mis sienes para hacer prontamente que desista, sustituyendo lo mejor en mi alma

por lo nada probado que improvisa. Se parte de premisa caprichosa

queriendo anclar el orbe a un silogismo, premisa así no más dada por cierta,

pergeñada hacia atrás del conclusivo.

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¡Oh, cuánta infinitud desperdiciada! La Biblia, la patrística, los santos

como Agustín, Tomás de Aquino y otros y los sabios filósofos de antaño.

Has escrito por fin, me has enseñado

que, porque existe, Dios es el Principio

y habrá de ser –¡detente, mano ahora!– también el Fin al que nos dirigimos.

70


Examen de conciencia Argentina era una patria

que junto a Chile ocupaba lo más austral del planeta. Quedó sólo la segunda

pues es semilla infecunda

de la anterior lo que resta. ¿Qué hemos hecho de este suelo que nos legaron abuelos inmigrantes, forjadores

con el sudor de sus frentes de moradas sorprendentes

que hoy son presa de estertores? Culpables somos, y todos de la caída en el lodo.

No la echemos lejos de uno como si fuéramos santos

porque el pecado de tantos deja afuera sólo a algunos.

71


Himno a los consecuentes Dices blanco y es blanco hasta tanto se lo pinte de nuevo color,

que por mera ventaja cambiarlo

lleva al hombre a mermar el honor. El esfuerzo conduce al progreso. Progresista que duerme y espera

que le llene la alforja el gobierno, es retrógrado, a todos vulnera.

Si quitarle al que tiene por darle

a quien no, es tu plan de gobierno, serás tú de dos males culpable. Has debido crear más empleo.

Esparciste al rogar que te voten y repites ahora hasta hartarnos

lo que harías por lograr un orden pero sólo se ve lo contrario.

72


Aunque poco prometa, decĂ­dete

por votar a quien es consecuente; su decir y su obrar se condicen, no se alaba ni grande se siente. Pues el tema de la idoneidad

tiene sin titubear dos vertientes: una tĂŠcnica y otra moral,

y esta Ăşltima peca de ausente.

73


¿Dónde estás dolo eventual? Hombre de palabra pierde en estos años en que la justicia va cediendo espacios.

¿Qué ha pasado, hermanos? Sólo es condenado quien desde la troupe se halla sindicado.

Todo lo que ocurre –¿qué ha pasado, hermanos?– es de mera culpa, no hay dolo encerrado, o es inimputable y no ha de ser culpado. Eventual no hay dolo; fue guillotinado. Crece así el peligro para el entramado de los que vivimos en este dechado de inseguridad y de desaguisados.

¿Somos responsables los que trabajamos?

74


Legislad de la mano de natura Dejad de proyectar, legisladores,

con propensión mayor de las mujeres, normas para abrogar el homicidio

de los más indefensos de los seres. Lo mejor de la vida, sin dudarlo,

son los niños colmados de inocencia, ejecutados prematuramente

con pretendido apoyo de la ciencia. Lo que sigue en bondad es, igualmente, la unión de la mujer con el varón,

otro enredo arremete indigno en contra de la regla crucial de la razón.

75


Más por el aborto (con motivo del fallo dictado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación el 11/10/12)

De nuevo la Corte Suprema decide en favor del aborto.

Se niega el derecho a la vida

y el niño dirá: “yo no importo”. Es que, ¿hay un designio encubierto que intenta suplir la doctrina

que nuestros mayores y próceres

sembraron en nuestra Argentina? ¡Qué pobres los que hacen defensa de tal proceder indomado!

¿No ven que un sublime derecho la muerte del feto ha violado? La madre ya ha sido agredida

y el niño no le hace otro tanto. Usted, ciudadano sensible,

¿aplaude o repudia este espanto? 76


Más por el aborto ii –No pueden impedirme que yo aborte: el que sembró mi vientre me violó. –El derecho a la vida te lo veda, al nacer lo darás en adopción.

–No soporto portar por nueve meses el fruto de ese horrendo trance cruel en mi matriz; es excesivo el precio de respetar al niño por nacer.

–Piensa mujer, si el hecho delictivo te hubiese una venérea contagiado que, lo sabes, flagelo te impondría

de por vida, ¿a qué habrías apelado? ¿No ves?, tú sólo puedes deshacerte

de tu mal sobre el lomo del maldito. Deja vivir al inocente párvulo

y ofrece a su salud tu sacrificio.

77


Modernidad, exceso y fraude No podrás, no te obstines, no es lo tuyo, sólo conseguirás un magro fin

confundiendo las cosas como yuyo

que acaba con los pastos del jardín. A cada cual le toca lo que cabe

de aquello que le es dado comprender. Mas hoy día quien sabe que no sabe jamás confesará su no saber.

¡Qué mundo mentiroso y atrevido! ¡Qué siglo enamorado del revés!

Disimula el que se halla incomprendido para no hacerse víctima después.

Son víctimas de engaño fraudulento los que miran de frente sin rehuir.

Se propugna el mayor estancamiento en el modo de ser y de vivir.

78


Pero el que actúa henchido de dobleces no vive, sino apenas está allí. Vivir exigirá todas las veces desapegarse de lo baladí.

Y de ese desapego se carece,

mercancía es escasa ¡y a qué precio! Renunciar a lo grande que parece

no puede el hombre, pervertido en necio. Y de esto no hay contadas excepciones, son la regla en el orbe aquí y ahora.

Y se agrandan y agrandan. Las naciones toman ejemplo y surten sin demora. La democracia tiembla, tambalea,

no parece cumplir sus condiciones. Tiene su forma, que hace se la vea,

mas no son consecuentes sus acciones.

79


Habrá que sincerar con la doctrina su desarrollo en el continuo obrar.

De lo contrario, un riesgo se avecina: la democracia cederá el lugar. Así sobrevendrá la tiranía

que aporta a la asaltada sociedad salvajes ataduras; quien la guía

gobierna a su absoluta voluntad. La historia ocurre a ciclos, se repite,

¿cuándo vamos nosotros a aprender? Quedamos a la espera del desquite

obviando al justo medio propender. Allí debemos ir, sin prepotencia,

blandiendo en profusión urbanidad,

plenos de amor, colmados de clemencia, haciendo carne, en fin, la caridad.

80


Rectificar el rumbo –Con desesperación busco un mendrugo para calmar el apetito nuestro;

lo busco por la calle, no hay ninguno, por las confiterías, los comercios,

por los lugares que transito a diario;

lo busco en los periódicos con ansia, en emisoras de TV y en radios

con mucha obstinación; no encuentro nada. Y en los discursos de los hombres sabios o que aparentan serlo; pues, tampoco.

Ya no sigo buscando, ¿qué ha pasado?

¿Por qué no encuentro, se ha perdido todo? –Tú, ¿qué mendrugo quieres?, ¿pan acaso? –No es de pan el mendrugo que yo ansío.

–Pues, ¿de qué otro sostén estás hambriento? –De sensatez, virtud que se ha perdido.

81


No la tiene el maestro en su colegio,

no la tienen los padres con sus hijos,

tampoco el que gobierna a mero antojo

sin mirar que el mañana no ha previsto, para nada el político afanoso

que procura escalar sin objetivo,

tampoco el matrimonio que pelea

ni los hijos que mienten a sus padres. Es que la sensatez hoy escasea

y no se halla en ningún escaparate. El sentido común se ha desterrado de la filosofía, hoy pavorosa,

que reemplaza conceptos arraigados

por torpes circunloquios, como moda.

Vuelva a adornarse el corazón humano con lo que fluye universal y eterno,

cese de destruir lo que ha heredado, difunda entre los suyos este anhelo

y transite en las fuentes abrevando.

82


Sobre píntame angelitos negros La letra de esta hermosa y dulce pieza sin querer discrimina,

diciéndole al artista sin empacho que cuando iglesias pinta dibuja ángeles bellos sin jamás acordarse

de los ángeles negros. Los distingue claramente,

de éstos se ocupa por buenos sin pensar en otra cosa.

Es que ¿no son nada bellos?

¡Ay!, ¡qué lástima que opaque

de algún modo el guapo verso! Andrés Eloy Blanco: sabe

que igual celebro tu genio.

83


Arte cibernético Te vi en la pantalla vestida de calle, la TV apagada,

no ingresaba un cable. Te encaré al momento con rostro inmutable. ¿Cómo hiciste eso? Y tú contestaste:

–Yo no he hecho nada, nada yo he tocado.

¿Cómo pudo entonces instalarse un cuadro?

De algún modo quise desplazar la imagen, hallar fue imposible

control que operase.

84


Claro que, obviamente, si el mudo aparato

no pudo encenderse, funcionó apagado.

¿Qué hacer? ¿Qué ha ocurrido? ¿Cómo despejamos el reflejo pícaro

que se ha entreverado? Ningún control supo colocarse el sayo, nada se produjo,

¡y estaba apagado! Nada más quedaba que desenchufarlo. Pero daba rabia

y era problemático.

85


Hasta que la joven que pulsado hubo

miles de controles,

dio con el mil uno. Y se fue la imagen

y encenderse pudo

desde aquel instante nuestro negro tubo.

ÂĄQuĂŠ episodio extraĂąo

que hemos hoy vivido! Vamos a grabarlo para compartirlo.

86


III Cuentos romรกnticos



Elvirita y Eleuterio Recorriendo iba Elvirita

la comarca; ¿qué buscaba? A pesar de su gran cuita

su corcel muy bien montaba. Su novio, Eleuterio,

era un hombre serio y asumió sumiso

un gran compromiso.

Ella buscaba a Eleuterio pues era el día indicado. Irían al monasterio

a concretar lo pactado. Elvirita se apeó, y en tierra ya,

de rodillas rezó

con mucho afán.

89


El crepúsculo invadió

totalmente la campiña

pero el hombre no llegó

para honrar a nuestra niña. La niña lloró

aunque no cejó,

con sumo embeleso prolongó su rezo.

Pero el tiempo transcurría sin que la noche cayera. Así, se alargaba el día

y de Elvirita la espera. Los ojos alzó

y al hombre avistó. El llanto, de prisa, se volvió sonrisa.

Es que unida la paciencia con la luz de la esperanza se registra la excelencia:

el amor entona y danza. 90


Mariana y Jacinto Jacinto, admirador del hombre araña, que Mariana lo acepte fiel espera;

quiere vivir con ella, y no la engaña, un romance sublime, o como fuera.

Que ella no fuese mosca a su merced ni ratón que pudiera aniquilarlo,

sólo araña, no más que araña, ved,

que arribase a su vida a confortarlo. Y Mariana da el sí con la esperanza de un futuro mejor. Según lo veo, Jacinto, al no caber en sí, se lanza

con vehemencia a la búsqueda de empleo. Así pasaron meses, más de un año,

hasta que al fin ante el altar se unieron. Como habían planeado, al aledaño

de La Habana, Marianao, se fueron.

91


Mariana en Marianao, ¡qué coincidencia! Ello fue ansiado como un desafío.

Luna de miel y azúcar de excelencia vivieron ella y él en ese estío.

Al regresar les esperaba un mundo de familiares y amistades pías

que deseaban oír en un segundo un fiel relato de las travesías.

La novedad, empero, se adelanta:

padres vamos a ser, según se siente, dice Mariana con ternura y tanta

que hace que se emocionen los presentes.

Jacinto, lagrimeando, le da un beso y felicita el resto de la gente

a los jóvenes cónyuges. En eso,

Mariana se desploma: es concluyente.

92


Nueve meses después nació un varón, luz de Mariana, orgullo de Jacinto. La mamá lo alimenta a discreción

y el papá lo sumerge en vino tinto. Dice que hombre se hará, que el agua oxida, que debe disfrutar de su frescura pero que crecerá lleno de vida

si al vino se acostumbra con mesura. El niño no impidió que los esposos vivieran una intimidad de gala,

plena de amor, de amor esplendoroso que produce placer y lo propala.

93


No te entristezcas Espeluznante confesión del novio: “Eres tú la novena”.

La joven niña que le acompañaba rompió a llorar de pena.

¿Cuánto tiempo serían carne y uña? ¿Cuándo la excluiría?

Le costaba creer que a su respecto no así de ser debía.

Pero ella a ese donjuán le amaba tanto que dejó de importarle

su pasado, aunque fuese muy reciente, y se empeñó en cambiarle.

Se entregó por entero al jovenzuelo, lo amó con fanatismo,

pareció recibir lo igual a cambio pero fue un espejismo.

94


Un día la dejó mientras flirteaba con varias a la vez.

Prototipo del hombre que no es hombre, pleno... de inmadurez.

Ella aún lo recuerda, está tristona, vaga y se desespera,

escrutando si algún error muy grande suyo el culpable fuera.

Mientras tanto, el canalla ni se acuerda, ni se hubo molestado

por dar explicaciones ni consuelo, gozando de su estado.

Ya vendrá mejor tiempo, dulce niña. Príncipe azul no hay más,

pero, en cambio, un terrestre con agallas tú sí lo encontrarás.

95



IV De espiritualidad



¡Grande Osvaldo! –He leído tus poesías, ¡grande Osvaldo!

Me han gustado, son prolijas y sencillas,

como bálsamo del pecho han conquistado muchas almas, removiéndoles las cuitas.

No te importe que no te hayan informado semejante trascendencia de tu obrar,

pero sabe que no lo haces sin que en algo por lo menos su interior conturbarás.

¿Has dormido tú al sereno como en Río tantos jóvenes lo hicieron por amor?

El amor que a Dios se ofrece en sacrificios como así también en fiestas, con unción. ¿Has con gozo recorrido largos trechos o ayunado para el logro del perdón?

¿Has querido al semejante hasta el extremo de ofrecerle tu total postergación?

99


–No, mi amigo, no lo he hecho, ni algo al menos. Yo me veo predicando sin mostrar

testimonio de lo bueno que he propuesto

y me encuentro francamente en oquedad. Es la hora, ya no queda mucho tiempo

ni en el mundo ni en mí mismo, por la edad, debo hacerlo, poco a poco, como obrero,

aunque hablando, no es momento de callar. El antiguo adagio claro meridiano,

que aprendimos siendo niños en latín

y nos mueve a orar, mas siempre trabajando (*), lo debemos completar con el decir.

Procedamos como Pablo, el convertido, consagrado a predicar y predicar,

sin hablar hubiese hollado su sentido de la vida y no estaría en el altar.

(*) Ora et labora.

100


Aquello que me espera Vivo porque el Señor, el Dios Paciente, me sostiene en sus manos.

Vivo porque María le susurra que me mantenga a salvo.

Sueño, porque también lo sueña al Cielo quien espera habitarlo.

Sueño con un ejército celeste de arcángeles preñado.

Gano, porque estos siglos que transcurren, los últimos quizá,

no me han de dar lo que el Señor me ha dado y lo que aún me dará.

Gano, porque mi mundo está extraviado, salido de matriz,

y aquello que me espera, si lo logro, no es dable describir.

101


Pero sé con certeza que es lo máximo a que cabe aspirar.

También sé con certeza que mil soles su luz no igualarán.

Es la Luz, es el Bien, es la Belleza, la esplendente Verdad.

Lugar sin bálsamo pues no hay dolores ni enojos ni maldad.

El Mesías que algunos aún esperan es Cristo, el de Belén,

Sin Él no habría nada de lo dicho; todo, sólo con Él.

Y aquí mi inspiración, inseparable, me invita a contemplar.

Es la contemplación de lo divino poema magistral.

102


Ascensión Dios se instaló en el vientre de una Virgen

y años después el Hombre ascendió al Cielo. Fue el intercambio más maravilloso

que concebir no es dable a los cerebros. La Historia revelada y los prodigios

que alimentan la Fe del noble pueblo permiten afirmar esas verdades

con convicción, sin incurrir en yerro. Jesús resucitó de entre los muertos

con un Cuerpo glorioso, que calaba las puertas y paredes de los sitios a los que el Redivivo penetraba.

El cuerpo con el alma y el Dios Hijo de este mundo enseguida se elevó

y se halla a la derecha de Dios Padre para volver, según lo prometió.

103


Como hace dos mil años Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: “Dios mío te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas”. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Dios mío, ten piedad de mí que soy un pecador!” Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado. (Lc 18, 10-14)

–Te doy gracias Señor porque he cumplido con el voto, deber del ciudadano.

Los que no fueron a votar, o en blanco malgastaron su turno, son villanos.

–He votado, mi Dios, no sé si al bueno

porque no lo soy yo y a él me comparo. Perdóname por ello y si no gana

sólo Tú, Tú Señor, habrás triunfado. La diferencia entre estas confesiones reenvía a fariseo y publicano;

según las luces que refleja el Texto sólo el segundo fue justificado. 104


Demos gracias Hoy te suplico, SeĂąor:

hazme distinguir lo bueno del grosero desenfreno

que aparenta ser mejor. Esta tierra mentirosa

nos abruma con destellos,

pero no hay joya tras ellos sino trova melindrosa.

Esa trova trata en vano

de cambiar nuestras costumbres apoyadas en las lumbres

del fanal judeo-cristiano. Argumentos mil se esgrime para que se las suplante; del modo mĂĄs elegante la lucidez se suprime.

105


Sólo una es la verdad, no la tiene cada uno;

mas se inventa, de consuno, en servil complicidad.

No os importe, que a nosotros nos protege del error

Cristo Dios, el Salvador

que también lo es de los otros. Gracias, gracias doy al mundo cuando él obra con razones. al prójimo, bendiciones

y al Autor, amor profundo. También a Dios, gratitud

porque el bien por mí implorado ya está aquí, se ha prodigado junto a la solicitud.

106


Dulce hermano Te agradezco, dulce Hermano, tu largueza es infinita,

me has tocado aquí, en la vista, removiendo su nublado. Y con ello solamente

recobrado he mi mirada

sin que más que añadir haya para ver y para verte.

Dulce Hermano, ante tu imagen hoy me postro, y en el rito yo te alabo, te bendigo,

te idolatro junto al Padre. Porque Tú eres de Dios Hijo, yo soy sólo un adoptado,

pero al fin somos hermanos.

Gloria al Padre en Ti ¡oh Cristo!

107


A pesar de ser mi hermano te traté como vecino,

ni siquiera como amigo,

pero ya lo has perdonado. Se hizo carne en mi pasado,

me acompaña en el presente,

mi Señor, mi Hermano fuerte se renueva en su Holocausto. Y así sigo recibiendo sus favores día a día.

Con mil gracias se prodiga, ¿cómo puedo agradecerlo?

108


El matrimonio, derecho humano Se ha casado una dulce seguidora de Jesús el Señor.

Una nueva familia se incorpora fundada en el Amor.

El matrimonio a la familia brinda el anclaje ideal.

Sin él, será factible que se rinda cuando la afrente el mal.

Y por ello, no puede compararse con cualquier otra unión,

ni a la de un mismo sexo equipararse en cruel contradicción.

El matrimonio es un derecho humano violado sin piedad

a través de los siglos. De su mano deambula la igualdad.

109


En nombre de ella se destruye el nido del hombre y la mujer;

que no hay otro, terceros no han habido, más de dos no ha de haber.

Solapados intentos efectivos comienzan por allí.

Se crea sustitutos atractivos de los que tanto oí.

Y la igualdad se quiebra, porque iguales sólo los pares son.

Igualar lo distinto siembra males por torpe confusión.

El matrimonio es sociedad perfecta, la debemos cuidar,

promover y asistir con leyes rectas que induzcan a imitar.

Y no adosarle uniones inestables que dañan sin piedad

la trama, que es el cuerpo inquebrantable de la comunidad.

110


La sociedad doméstica no nace sin la unión medular

del matrimonio, que es su núcleo y base, sustento del hogar.

Custodiarlo es la vía que produce más generosidad;

y que todos accedan a él conduce del pueblo a la igualdad.

Se ha casado una dulce seguidora del Señor del Altar.

La ceremonia me ha inspirado ahora concebir un cantar.

Que tú lo has merecido con lo que haces por la comunidad,

mientras el loco mundo se complace con torcer la verdad.

111


Los milagros de Guadalupe Señora mía y niña mía,

la más hermosa de mis hijas,

lo dijo el indio don Juan Diego

con nuestra Madre discurriendo. Hacia el obispo alzó el encargo por la Señora encomendado, pero él lo oído no creía,

y, en consecuencia, resistía. Vio a la Señora Juan de nuevo, ella insistió con firme gesto

que se erigiera allí una iglesia

y el indio halló más resistencia. Entonces, el Milagro vino por exigencia del obispo

que se aportase una señal

en que se anclara la verdad.

112


Subióse al cerro Tepeyac

en ese páramo fue a hallar

rosas, que las guardó en su ayate y al regresar volcó al instante. Esta señal de gran portento

fue prodigada en el momento. pero el Milagro más fulgente brilló ese día y permanece.

Mostró el ayate de maguey la Virgen en imagen fiel

que por los siglos se mantiene y mudos puso a los presentes. Es de María la visión

que ningún ser allí pintó

y que no es obra de un autor,

la ciencia actual lo comprobó.

113


En las pupilas de MarĂ­a

y sin las rosas, ya caĂ­das, los personajes reflejados

son el Milagro del Milagro.

114


Maravilla impromptu Aquí estoy, contemplando el alto valle colmado de frutales

y me rindo ante tanta maravilla

que supera y abate nuestros males. De rodillas me postro, comprendiendo

que el Hacedor del orbe se nos muestra con todo su esplendor en estos sitios saliendo a la palestra.

Allí está, se lo encuentra aún no queriendo, no hay que buscar, pedir ni hacer rodeos,

no hay piano ni butaca, es un impromptu del buen Dios que confunde a los ateos. Esa fronda, ese lago, esa cabaña,

la cascada de enfrente: el agua mana

e irrumpe entre las piedras, vegetales se prodigan en metros de sabana.

115


Como helados de crema americana,

por mi izquierda dos cerros la cabeza

van mostrando, entretanto que sus faldas muy lozanas verdean, ¡oh belleza!

La visión se mostró como un relámpago, fino anfitrión, pero aún así persiste tal sabor dulce, tal imagen clara

de la magia que al mismo Cielo viste.

116


Mi prodigalidad I

Vengo a postrarme a tus pies suplicando tu perdón.

Soy el hijo que regresa... sin pedir celebración.

Soy como aquella moneda que se perdió en el ayer, la que buscaba y halló la infatigable mujer.

A mí me buscaste Tú,

que si por eso no fuera

la redención de mis faltas sería sólo quimera.

Soy como oveja entre cien, en el desierto extraviada;

las otras noventa y nueve resisten con sus baladas.

117


Pero después se reúnen

con la que al fin es hallada. Así me he visto acogido por tu grey a la llegada. Y otra vez has sido Tú

quien se movió prestamente para plasmar ese hallazgo

del que hoy se hace penitente. II

Pródigo, dracma y oveja quiero ser en este lapso

que me resta de existencia. Pródigo, dracma y oveja, que así araña el paraíso

quien no alcanza la excelencia.

118


III

Jesús me dice que debo

con una espléndida fiesta deleitar a mis afectos.

Yo había dicho no quererla

pero advierto que en el cielo más alegría se aprecia

por un pecador converso

que por los justos que hubiera. Con alborozo, por eso,

lector: te invito a mi fiesta,

ya te haré llegar con tiempo

dónde se hará y en qué fecha.

119


Moribundo Que no se vaya, porque aún no es tiempo, un milagro te pido, Jesucristo,

y es el que está tu Santa Madre urgiendo. A Ella jamás le has dicho no, Bendito. Y como sé que brindas ya tu auxilio mi gratitud a tu Persona llegue.

Gracias, mil gracias mi Señor y Amigo, gracias por el favor que me concedes.

120


Orar por el país Orar mucho es consigna que muy pocos reconocen, mas ella es infalible.

No hace falta milicias; es muy loco

pensar que por la fuerza es más factible. Donde haya dos reunidos en mi nombre, dijo el Señor, allí estaré consigo.

¿Qué poder superior al de Dios Hombre logrará derribar al enemigo?

Reunidos y pidiendo, ésta es la clave para que quien “no es” se vaya lejos,

pues “Yo soy el que soy” de esto algo sabe y es que se rece aunados su consejo. Ya veréis cómo el cántaro se llena

sin romperse en sus viajes a la fuente. Todos de él beberemos agua buena y el trazo del País será ascendente.

121


Profeta

en su tierra

Francisco: aquí rogamos por tu empresa que abarca la salud de todo el orbe,

como tú estás rogando por la nuestra particular y a veces desacorde.

Mas tú eres argentino y el profeta

lo es de todos excepto de su suelo.

¿No harás una excepción con esta regla?,

porque eres Pedro para el mundo entero. Y la Argentina, mi Argentina amada, que tanto necesita del Eterno,

sin el Espíritu que en ti descansa su bienestar espiritual ve lejos.

En todo caso, si prefieres, obra

como si aquí también fueses foráneo,

despoja a nuestros rostros de zozobra y cánsate sin pausa de ayudarnos.

122


Sagrada familia ¡Oh imagen soberbia de unión acabada!

Padre, Madre e Hijo, perfección sintética, muestra de familia simple, lisa y llana,

prototipo eterno: bien, verdad, belleza. Sale de tu esencia de hombre perfectible lo que es necesario para conquistar

–salvo que lo exceda por ser atribuible

sólo a Dios– la fibra de un sano emular. Sagrada Familia, familia sagrada, de José y María, la tuya y la mía.

Si ellos dan a Cristo para completarla, nosotros al menos debemos ser guías.

Guías que conduzcan a Jesús al prójimo, la mejor manera: viviendo en familia. Quieren destruirte, célula de oro,

hay racimos rotos pero aún hay vida.

123


Con gran esperanza pedimos al mundo que se brinde amparo, no disolución,

que no se confunda familia con duplo, ése es el comienzo de su negación.

Sagrada Familia, en Ella confiamos para que su fuerza rebase y nos dé

típicas uniones de los sexos dados; ¡ay! que cada cosa sea lo que es.

124


Somos hijos “...cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abba!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios” (Gálatas 4, 4-7).

¿Es preciso explicar

tan clara cual completa descripción? Por Jesús somos hijos de su Padre, sujetos a la Ley, esclavos no.

Por ser hijos, del Padre heredaremos el Edén, con su corte celestial,

a menos que rompamos el ligamen

que nos une al Señor, obrando el mal. Somos hijos, pues fuimos redimidos por la Sangre de Cristo,

nacido de María aquí en el tiempo,

que abrazó nuestra carne siendo Altísimo.

125


Si ya no soy un siervo de la Ley,

si soy hijo, aunque sea en adopción,

no cumplo con las normas sino que ellas conmigo viven, sin imposición.

Muy lejos de abolirse, se hacen carne y dejan de ceñirse como esclavas,

no pesan, no intimidan, no someten, rigen sin amenazas.

Esta mención de Pablo es cotejable

con la de Cristo en su primer sermón. Allí dijo a quien por la paz trabaja,

que habrá de ser llamado hijo de Dios. Como en el modo de contar el tiempo, un antes y un después la ley se dio: un período a pura servidumbre

y otro filial, fraguado en el Amor.

126


Tu fe te ha salvado (Basta que creas; Mc 5, 21-43) Hoy más que nunca debemos atarnos a Jesucristo

Nuestra Patria no está muerta, nuestra Patria está dormida. Vendrá Cristo a rescatarla como de Jairo a la hija. Dirá: levántate, y ésta

caminará cual la niña. Atónitos la veremos

andar con gran osadía. La Fe, que mueve montañas, será tu fuerza, Argentina,

la Fe que nuestros mayores sembraron por la campiña.

127


¿Que la Fe sólo no basta?

Pregunta a la hemorroisa. Dirán que se desplazaba

detrás de Cristo, cautiva. Que su actuar contribuyó junto con la Fe añadida,

no ésta sola ni aquél solo, es verdad bien conocida.

Pero es la Fe la que empuja

para acercarse al que es Vida e implorarle con confianza. Sin ella, nada se haría.

La Fe, que impelió a los héroes que urdieron nuestra rutina, la Fe, que mueve montañas. será tu fuerza, Argentina.

128


Un solo rebaño Tengo además otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas también oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor ( Juan 10, 16)

Es Palabra de Dios

que al final de los tiempos habrá un solo Pastor

y un Rebaño ecuménico. Pero el día y la forma

los conoce El que Es;

insondable es por norma cuando se trata de Él.

Quien se opone a un camino conducente a ese fin,

se está alzando sin juicio

contra el Plan a cumplir.

129


Y es esto lo ocurrido en nuestra Catedral; cristianos y judíos

fueron allí a rezar. Nuestro Prelado, a tono con el Papa Francisco, se unió sin protocolo

con Skorka, el Rabino. Y unos descolocados sin piedad ni rubor

todo lo complicaron

dando un ejemplo atroz. El acto interrumpido

de modo imperdonable tuvo a Jesús cautivo

de un grupo de salvajes.

130


Fue maltratado el templo y fue ofendido Dios

y lo fueron los credos

que oraban en unión. Pero, a pesar de aquéllos habrá sin discusión

al final de los tiempos una Grey y un Pastor. Porque lo dijo Cristo

que es el Hijo de Dios.

No lo inventó Francisco, San Juan nos lo escribió. Al final de los tiempos, ¡oh, qué cercano estoy

de ese Rebaño inmenso con un solo Pastor! Palabra del Señor.

131



V Humoradas



Popurrí I

La vida es una milonga

y hay que saberla bailar.

¿De quién es esta chacota? Lo quiero felicitar.

Pero si es una milonga

no es un tango ni es un vals. Si un político se “entonga”

ya no hay nada que explicar. En la cancha se ve el pingo y el político lo es,

cuando obra como tilingo y como potro a la vez.

135


II

No vayamos a ver fútbol

porque me enteré que el árbitro por el equipo rival

con dinero fue tentado

(fue tentado y “agarró”:

¡qué “mordida” cada gol!). III

Yo nunca por trepar me desvelé ni por saltar sobre un opositor. Nunca mi pequeñez disimulé, yo siempre fui el mejor.

Mas, esa condición, que me hace ducho, no es mi revelación de identidad. Lo mío es superior aún y mucho

pues mi mayor virtud es la humildad.

136


IV

¡Ay, qué triste esta traba! Como estoy retirado

me he quedado sin lata donde meter la mano. V

El alcohol de los licores

hace bien, han proclamado,

siempre y cuando no lo bebas. Es un sabio postulado. VI

Vamos a ver dijo un ciego y dio contra una muralla.

¡Oye!, me gritó aquel sordo y no pronunció palabra.

Muchos en este universo

son nada más que piltrafas,

cuando se bañan se hunden pues ellos no nadan nada. 137


VII

Para ampliar el panorama

de sufragios conquistables, ¿podrá votar un impúber

si lo acompaña su madre? VIII

Se le achaca gran atraso en su faena que provoca al justiciable dilación.

No se asusten, lo antedicho es la condena con valor para quien es juez “de Morón”.

IX

Oh, madre, madre mía, hermana de mi tía,

de familia no mudes porque malo sería

contar con tus virtudes y perder a mi tía.

138


X

8/2 = 4? 8/2 = 0? 8/2 = 3? Ya escribí en otro tiempo sobre el tema a abordar,

aunque en él, al que hoy vuelvo, mi pregunta será:

si el ocho parto al medio, ¿cuánto es cada mitad?

Me respondéis “es cuatro” y yo disiento, ¡no!

Si en el medio es el trazo de horizontal facción

la mitad ¡oh pelmazo! será un cero, ¿que no?

Si el trazo es hecho en cambio de modo vertical,

un tres de cada lado las mitades serán.

¡Qué aritmética, hermano, de aquí florecerá! 139


XI

A ti te supero en todo y siempre te superé.

¿Tienes campos de lavanda? Eso no es nada, ¿por qué?

Los míos son de laorquesta que les gana en buena ley

y a nadie se le ha ocurrido mencionarlos, como ves. He quedado deprimido,

me excedí al hablar del modo

que acabo de hacerlo, y quedo

como un tremendo ostentoso. Pido perdón, me avergüenzo de mi soberbia y me enojo

conmigo mismo, ¡qué angustia!, los hombres débiles somos.

140


Soy humilde I

Fui al paseo de compras y allí me entusiasmé. Nunca pido rebaja,

no le veo el porqué,

y no es por arrogancia pero ese día fue

tan gordo lo gastado que jamás retorné. II

Le digo a Dios: no quiero ser un santo,

porque en el mundo no he encontrado altar que tenga jerarquía comparable

con mi rango. Por ello, ni soñar.

141


¡Qué cruce! La pregunta es del millón: ¿Quieres tú ganar dinero? Métete en el entrevero

que se ha armado en el salón. Es la cosa muy sencilla.

Se encontraron sin quererlo y a pesar de no saberlo

maliciaron mal pensados, regresando vitoreados

aunque fue sin merecerlo. Qué maraña ha acontecido como invento del demonio con la mujer de Polonio

y de Anastasia el marido.

142


Pero al fin nada es seguro. Qued贸 flotando en el aire el rumor de aquel desaire

que Polonio hizo a su esposa palpitando en color rosa

de Anastasia su donaire. Del otro lado, el Antonio

sin voluntad qued贸 uncido al carro de haber partido

con la esposa de Polonio. Perdonen si me confundo, la cosa no es nada clara, ni a煤n si se condenara a los ad煤lteros todos,

que al fin y en suma de modos en un empate acabara.

143


Andá a la esquina a ver si llueve Si tenés que chocar porque está escrito, chocá con un fitito.

Si tenés que volcar por un costado, volcá para tu lado.

Si soñás con el auto de sombrero, en la zanja te espero.

Y si ves en la pista un gran billar, sí, te vas a estrellar.

El balón en el suelo ya no bota, se pinchó la pelota.

pero del gol la línea igual traspuso, ¿qué arquero se interpuso?

Echarán por imbécil al golquiper, Armando igual que Kiper.

Y pondrán en la valla a aquel zaguero que es mejor que un arquero.

144


Si te desayunás con almendrado, no comprés otro helado.

Si no encontrás ni allí ni aquí la cosa, pedile a doña Rosa.

La vieja todo el año está surtida, le va en ello la vida.

Pero es mejor que el desayuno enfrentes con ingestas calientes.

Si querés palpitar si ahora llueve, andá a la esquina en breve,

porque dicho saber es importante del poniente al levante.

De él depende el cuidado de tu ropa, que no quede hecha sopa.

Y ahora ya me despido, tené fe, muy pronto volveré.

145


Cuando des limosna... Que nunca sepa

tu mano izquierda

lo que está haciendo tu mano diestra. Es imposible:

mi mano zurda

que es muy curiosa, todo pregunta. Y la respuesta

por fin se logra

porque soy hombre mas no de sobra.

¿Qué hacer entonces? ¡No dar limosna! Solucionado

de recta forma.

146


Juicio al sin juicio Me siento hoy un turbio fariseo, lo más hipócrita y disimulado,

me habrán de preceder ante los cielos. las prostitutas y los publicanos.

Rodearé las manzanas por el centro, las cuestas subiré, pero hacia abajo, y circunvalaré sin un sendero

para alcanzar la meta lo más rápido. Mas habré de llegar, estoy seguro,

y entraré, por supuesto, tras de aquéllos. La puerta angosta se abrirá y alguno

de los que esperan fuera hará un festejo. Entonaré en el brindis esas arias

que solía cantar estando en vida.

El Señor disculpar sabrá la audacia

que ha de ser la menor de mis caídas.

147


Humorada seria Con la nueva expulsión de los jesuitas dejarás de ser Papa, don Bergoglio,

y el mundo, en su futura aventurita,

aún más descenderá en flamante embrollo. Se ha posado en tu mano una paloma, blanca paloma, signo de esperanza,

y ha encendido en el mundo, esto no es broma, una luz, no la apaguen ni por chanza.

Es la luz que nos mueve y nos anima,

es la luz que no emana de áureo disco, es la luz que nos viene de la cima

de las obras virtuosas de Francisco. Que se cuiden los críticos odiosos

y quienes se dedican a enfrentarlo,

si al demonio, que nunca da reposo, los más activos buscan asociarlo.

148


Porque satán se cobra en efectivo

y a corto plazo, ustedes bien lo cuentan. Nuestro Papa no dio ningún motivo que justifique cómo lo atormentan.

149


La

mejor máxima

¿Haz el bien sin mirar a quién?

Haz el mal, no importando cuál, que el vivir es para ganar

y no admite jamás perder. ¡A la carga!, no dar más tregua,

sin melindres, a cualquier precio. Los gobiernos nos dan ejemplo. Ve por todo, no te detengas.

Miente, miente si ello te ayuda, pero a veces deslizar deja

la verdad, para darle letra

de tu honor a los que te adulan. En política quiero actuar

y por ello me haré afiliado.

Si me lanzo y gano un escaño mi futuro podré allanar.

150


Vuelvo al eje de mi consejo:

haz el mal a tu amado prójimo, no prosigas, que es anacrónico, regalándole tanto afecto.

Sé tú el rey del aquí y ahora,

no conviene que le convengas, no es negocio si lo toleras

ni es sensato si no lo ahogas. Mas ahora he de terminar. En resumen, mi juicio es:

no acceder a que se obre el bien; sólo el mal por el mismo mal.

151


La sábana enredada No dormía,

la sábana enredada le impedía las piernas estirar. Se encogía,

pero tampoco el infeliz podía su sueño conciliar. Fatigado

se fue hacia la cocina que está al lado e intentó allí comer. De mal genio

volvió a la cama a procurar el sueño sin poderlo obtener. Sempiterna

la razón que impidió estirar las piernas -la sábana enredadacontinuó

a pesar del vigor que se blandió contra la sublevada.

152


La enredada

quedó como una reina allí encumbrada gozando en la ocasión. Y el inútil

se puso a lloriquear de modo fútil y hasta pidió perdón. ¡Cómo río

pensando en puntapiés y tanto hastío! La sábana logró la victoria

que la catapultó llena de gloria y el torpe no durmió.

153


Hay que ser lo que no se debe ser Yo quiero ser un hombre bueno, pero he aquí que por los malos se ve el obrar de los virtuosos,

no hay otro modo de encontrarlos y no cabría hablar de rectos si todos fueran igualados.

Por eso habré de hacer maldades sin el menor remordimiento. Contribuiré de modo activo

a que se advierta que están ellos, los seres probos, los mejores,

los sanos, púdicos y honestos.

154


Las agujas Es la hora del reloj ambivalente

que a las doce de la noche, en gran batida, da las cero al mismo tiempo, brutalmente,

porque él manda, sin que nadie se lo impida. Las agujas, siendo dos, parecen una, se divisa solamente el minutero

que es más ancho y es más largo, como luna que en eclipse entapujara al mundo entero. Pero en menos de un minuto se separan

y son dos, se muestran dos sin estropicio. Para ver si nuevamente aquello encaran

medio día ha de pasar, ¡oh, qué suplicio! ¿Qué señalan las agujas a esa hora?

Un costado, si ellas giran en pulsera.

Si el reloj es de pared, al cielo implora. y si es él reloj de pie, de igual manera.

155


Pasatiempo Como el sicario vil Sparafucile

captó la voluntad de Rigoletto,

así yo haré contigo si es que insistes en resistirte a darme lo que quiero.

No es éste un verso pródigo en romances, flirteos u otras yerbas menos santas, se trata de pedir las cosas que antes no nos eran negadas.

El desayuno es siempre lo primero,

tan importante como puesta a punto. Después será el almuerzo

que vendré a reclamarte al ser su turno. Esta comida que no puede obviarse será de magnitud muy moderada

y no debe servirse en platos grandes ni embebidas de aceites o de grasas.

156


Pero debe un buen vino acompañarla para lograr mejor la digestión, ésta será con él más acabada

y reinará en la mesa el buen humor. Por la tarde nos toca la merienda

como un té con masitas o galletas,

pero a no comer mucho que da pena si el cinturón no cierra.

Lo que llamamos cena, que no es tal, debe ser simplemente pasajera, es decir, tan frugal

que ella ocurra como si no existiera. Y mientras duermes ya no te levantes para seguir comiendo,

la ingesta de bizcochos bien crocantes con leche fría no es un buen consejo.

157


Paseo de compras Fui al paseo de compras a comprar, ¿si no a qué? Miré y miré vidrieras y me desencanté.

Me sentí acorralado

por mentiras sutiles, ofertas asombrosas pero nada creíbles.

Cuando el oro y el moro por migajas se ofrecen, elevar las antenas

es lo más conveniente. Las ofertas de objetos

de procedencia insigne llevan incorporados

precios inaccesibles.

158


Los demás también cobran más del valor corriente

porque debe afrontarse costosos alquileres.

No existe otra ventaja

que el tener todo a mano, preservando al paseante de tediosos traslados.

Mas concurre un peligro cuando se junta gente: que te metan la mano y el celular se lleven.

Si aún no te ha pasado te ocurrirá mañana.

¡Qué sitio peligroso!,

mejor quedarse en casa.

159


Yo no soy superior No me creo mejor que los demás,

son los demás los que me glorifican.

Mi “yo” es grande, muy grande, mucho más, pero tiene cadenas que lo lían.

Ni siquiera hago abuso de mi estado.

Todo se hace muy mal, es lo que abunda, estar arriba es como estar abajo, lo peor es mejor para la turba.

Respirad un poquito, que ahora viene lo que deben saber.

A este mundo malvado todos temen y ... dejan de cumplir con su deber. Algunos me atribuyen ser altivo, creerme por encima o el mejor.

Pero olvidan que en todo mi camino yo no fui superior, fui “miperior”.

160


¡Ay, qué contradicción! Si en el campo hay luz sin sombra es que no hay sol y sin sol la vida cede al nubarrón. Sin sol nadie es feliz, sin sol vas a morir.

Sol: a todo ser mortal otorgas vida,

prestas tus colores que sin ti no habría. Con sol todo es mejor, la sonrisa y la voz.

También la sombra se embellece y descuella y a quien acoge le brinda su defensa. Pero, ¿cómo se entiende?

¿Es del sol que da albergue? Sol y sombra es para el hombre la alternancia, Sin aquel muere; si abusa de él, se llaga. No hay zozobra mayor, ¡ay, qué contradicción!

161


Principios generales Así como hay principios generales en el Derecho, así la Medicina

también los tiene y uno es “la columna vertebral no se toca”; en cirugía se compromete más su lozanía.

Y aquel que expresa que donde el sol entra no hace su arribo el médico,

es verdad inconcusa, junto al aire

bañado por el sol, ello es tan bueno

que porta en su venir salud a pleno. No es, en cambio, principio general

el que predica que, de donde venga, con la ingesta de un único Geniol se quitan los dolores de cabeza.

Es una propaganda muy traviesa.

162


VI Lugares



Todavía estoy aquí Todavía estoy aquí.

Por si acaso me quedé y ya no me desligué

del gigante Champaquí. Ahora sí, ya no me iré

porque es mucho lo que tengo. A su mole voy y vengo

y la admiro desde el pie. ¡Qué belleza en sí rebosa!

En su base me entretengo.

¡Cuánta gente de abolengo de las altas cumbres goza!

Tiempo ha que me entregué. Conocí Cura Brochero, conocí Mina Clavero, con su río dialogué.

165


A su casta me confié

y al momento fui su amigo. Ellos, al igual conmigo,

me han honrado con su fe. Una y otra vez volví

desde el tiempo de mi infancia. Córdoba, por tu prestancia todavía estoy aquí.

166


Del sur de chile Una nube entrometida

dejó en sombras el volcán. A plena luz, la araucaria

me atrajo como un imán. Crucé la ruta, la que une e igual separa a la gente, la que a vecinos ufanos exige constantemente.

En Pucón así procede;

quiere un buen mantenimiento; damos fe de que lo logra

pues la ruta es un portento. La ciudad es muy serena;

un gran lago la conquista, puerto, península, playa

y el volcán bien a la vista.

167


Me detuve en una esquina

y de un coche el conductor,

antes de encarar yo el cruce, pisó el freno con ardor.

¿Es igual en Buenos Aires? En la urbe, como alud, el automóvil se cruza

sin importar tu salud. Vuelvo a Pucón: Villarrica, tanto volcán como lago, dan marco de señorío

que al viajero causa halago. Del volcán llegué a la base, la recorrí con paciencia,

mas de allí no me he movido por carecer de experiencia.

168


Villarrica humeaba un poco. dicen que siempre lo hace, después de fotografiarlo me retiré de la base.

Al volver, nos desviamos

hacia el viejo Monasterio, repicaban las campanas,

celebraba un monje serio. Presidía el espectáculo

la estatua de Santa Clara, la de Asís; ella se erguía

monumental, cuerpo y cara. La cordillera hacia el este y hacia el oeste la mar.

Al revés de mi Argentina;

nos tendremos que amoldar.

169


Regresamos a Pucón.

En la plaza, descansados, vimos jugar a los niños con autitos alquilados. En un regio restorán

se aplacó nuestro apetito.

Mucho tiempo allí ocupamos con el corazón contrito.

170


VII Música



Letra de tango Ella abandonó mi techo,

la beba asida a mi cuello,

porto una angustia en el pecho que no me deja dormir.

Pensé en una simple ausencia pero ella se fue de veras

y no he vuelto aún a verla, su galán la hará feliz.

Una tarde, ¡qué macana!, me crucé con la Fulana que por el lugar pasaba

vaya uno a saber porqué. 173

estribillo Yo ya no quiero mujer alguna, la más pintada te hace pomada sin compasión. Quiero estar solo con mi pequeña, que ella promete ser un juguete de adoración.


PresentĂ­ la impertinencia

de rondar por conveniencia. DesengaĂąos y tristezas la impulsaban a volver.

174


Llevo un tango en la garganta Llevo un tango en la garganta y te lo quiero cantar. No lo puedo dibujar

pues no sé en el pentagrama ni en ningún otro lugar los re-fa-soles trazar. Pero lo voy a cantar

a quien sepa eternizarlo

y me devuelva mi tango listo para interpretar.

En seguida, ya orquestado, con su letra: ¡a registrarlo! Si se me da esta alegría cruzaré nueva frontera;

¡compositor!, no cualquiera conquista esa jerarquía,

que el que puede, pues que pueda, y el que no, quédese afuera.

175



VIII Personajes



Cura Brochero José Gabriel del Rosario Brochero,

nuestro beato: en el mes de septiembre

te han consagrado en tu espléndida Córdoba, sube al altar porque tú lo mereces.

A verte iremos con fe y con cariño

para pedirte que a Cristo le ruegues

por nuestra Patria y por todos nosotros. Cura Brochero, recuerda quién eres: el cuarto hijo entre diez, de familia

de grey cristiana, bastión de creyentes. Fuiste pastor para unir las ovejas

con la humildad que esa obra requiere.

Bajaste a izar al hombre, no a quedarte postrado junto a él, cual un repliegue. ¡Oh, cura Brochero!,

de Córdoba oriundo, de tu amor fecundo milagros espero.

179


Piloteó varias obras de bien público en su destino al fin definitivo,

sin un subsidio de gobierno alguno

templo y colegio con sus manos hizo, con sus fieles la ruta de las cumbres, cubrió también los roles requeridos en todo lo que ha sido necesario

y, después de un prolífero camino, por cuidar a leprosos afectados al final de su largo recorrido

como sello de entrega y de llaneza

contrajo el mismo mal que sus amigos. Así, y con los milagros que se añaden, la beatificación ha merecido. ¡Oh, cura Brochero!

de Córdoba nuestra,

de santo eres muestra

para el mundo entero.

180


Reina de Holanda Máxima: Dios te bendiga. Más allá de los papeles eres tú tan argentina

como yo, y en tiempo breve nos ofreciste tres niñas

y el lauro que te mereces. Sin aparato que mueva,

sin promesas, sin alarde,

con conducta sana y recta hidalgamente llegaste;

nos infundes, Zorreguieta, deseos de repatriarte.

Para Dios no hay cuento de hadas, para Dios todo es posible

y Él te dio, feliz hermana,

lo que te hizo ser compinche de la población de Holanda, de su príncipe y su estirpe.

181


Que tu padre vaya a verte

con su esposa, es lo debido. No te duermas, los laureles

son un arma, hay que blandirlos y otorgar al mundo bienes

que le han sido sustraídos. La Argentina está de fiesta. Nuestra Patria, con orgullo, puso en trono una cimera

de gestión y es hoy seguro

que después de libar ciencia

llega a Holanda con lo sumo. La Argentina está de fiesta.

Va a alternar con tanta angustia que se sufre con tristeza

por el modo en que se dura,

que no es vida, no, la nuestra. Pero Dios vendrá en ayuda.

182


Walt Disney Oh, Walt, a ti te bendigo

porque en tu maestra obra, Fantasía, genio dado,

regalaste grandes cosas;

así, el dibujo de Mickey

como el aprendiz de mago, tal que si la melodía

de Paul Dukas aún no fuera, para el personaje creado parecería compuesta.

Todas sus partes merecen equivalentes aplausos,

pero el final me subyuga

pues en él me has entregado

la armonía que Franz Schubert a María ha dedicado

y Ella otra vez hizo suya para sellar tu trabajo.

Ave María, Walt Disney, Ave María, lo máximo.

183



Índice Prefacio........................................................................ 9 I. Con sentimiento Papá, te quiero............................................................ 13 Sexagésimo aniversario............................................... 16 Damián Di Falco........................................................ 18 Honrar a la familia..................................................... 19 ¿Hacia dónde vamos?................................................. 21 ¿Se ha abolido la esclavitud?................................................ 23 Al galope con amor.................................................... 25 Confesiones de un cuasi octogenario.......................... 27 Cuando estés triste no cantes...................................... 33 Dos mil trece.............................................................. 35 Escapada..................................................................... 37 Mis ojos...................................................................... 40 Milagro, milagro......................................................... 41 Novia eterna............................................................... 43 Pincelada para el alma................................................ 47 Rosas blancas.............................................................. 49 San Cayetano.............................................................. 51 Seguir adelante........................................................... 52 Tío Juan...................................................................... 55 Vacancia...................................................................... 56 Trece de marzo de 2013.............................................. 57


II. Críticas Carlos Guillermo Frontera......................................... 63 Contradicciones de nuestro tiempo............................ 65 De lo bueno, lo mejor................................................. 67 Desde Claromecó....................................................... 69 Examen de conciencia................................................ 71 Himno a los consecuentes...........................................72 ¿Dónde estás dolo eventual?........................................74 Legislad de la mano de natura.....................................75 Más por el aborto........................................................76 Más por el aborto ii.....................................................77 Modernidad, exceso y fraude.......................................78 Rectificar el rumbo......................................................81 Sobre píntame angelitos negros...................................83 Arte cibernético...........................................................84 III. Cuentos románticos Elvirita y Eleuterio......................................................89 Mariana y Jacinto........................................................91 No te entristezcas........................................................94 IV. De espiritualidad ¡Grande Osvaldo!........................................................99 Aquello que me espera...............................................101 Ascensión..................................................................103 Como hace dos mil años............................................104


Demos gracias...........................................................105 Dulce hermano..........................................................107 El matrimonio, derecho humano...............................109 Los milagros de Guadalupe.......................................112 Maravilla impromptu.................................................115 Mi prodigalidad.........................................................117 Moribundo................................................................120 Orar por el país..........................................................121 Profeta en su tierra.....................................................122 Sagrada familia..........................................................123 Somos hijos...............................................................125 Tu fe te ha salvado.....................................................127 Un solo rebaño..........................................................129 V. Humoradas Popurrí.......................................................................135 Soy humilde...............................................................141 ¡Qué cruce!.................................................................142 Andá a la esquina a ver si llueve.................................144 Cuando des limosna..................................................146 Juicio al sin juicio.......................................................147 Humorada seria.........................................................148 La mejor máxima.......................................................150 La sábana enredada...................................................152 Hay que ser lo que no se debe ser..............................154 Las agujas..................................................................155


Pasatiempo................................................................156 Paseo de compras.......................................................158 Yo no soy superior.....................................................160 ¡Ay, qué contradicción!...............................................161 Principios generales...................................................162 VI. Lugares Todavía estoy aquí.....................................................165 Del sur de Chile........................................................167 VII. Música Letra de tango...........................................................173 Llevo un tango en la garganta....................................175 VIII. Personajes Cura Brochero...........................................................179 Reina de Holanda......................................................181 Walt Disney...............................................................183






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