Entre la infancia y la adultez, esta breve novela de tinte autobiográfico transmite una sencilla idea que muchas veces, en el trajín de lo cotidiano, olvidamos: nunca es tarde para enmendar nuestros errores.
Antes de poder ordenar y encarar el resto de su vida, Mauricio se vio obligado a rever su pasado. El deseo de plasmar, de ordenar, de revivir sus recuerdos cobró vida a través de la escritura. Empezó como una simple catarsis, pero resultó mucho más; le permitió liberarse de un peso que hacía años lo atormentaba: haberse ido de Tribunales.
Decidió que su historia debía comenzar desde el principio, su infancia. Así que, de a poco, esas maravillosas travesuras se vieron interrumpidas por estafas, deudas, intentos de soborno, desempleo... Siendo una persona honrada y con valores, pagó el precio por haber hecho siempre lo correcto en un país donde todo el mundo parece ir a contramano.
Esta novela habla de un argentino, pero, al mismo tiempo, habla de todos los argentinos.